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Y

La palabra «bioética»: su nacimiento y el legado


de quienes la inventaron
Y ¿De qué hablamos cuando hablamos de bioética?
Y Deliberar sobre la bioética
Y Ética y bioética
Y De la bioética clínica a la bioética global: treinta
años de evolución
Y Funciones del bioeticista
Y Necesidad de una bioética desde América Latina.
Bioética y justicia sanitaria
Y Realidad y sentido de la bioética en el plano
mundial
Y La bioética de Potter a Potter
Y Enseñar bioética: cómo trasmitir conocimientos,
actitudes y valores

Centro Nacional de Bioética, Cenalbe


Carrera 10 Nº 65-48, Chapinero, Bogotá, D.C., Colombia
Teléfonos: (057) 5403993 / 6405011 Revista Selecciones de Bioética, ISSN: 1657-8856
E-mail: cenalbe@javeriana.edu.co / cenalbe@javeriana.edu.co Cenalbe, Bogotá, D.C., Colombia, septiembre de 2010
Página web: www.javeriana.edu.co/bioetica

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Revista Selecciones de Bioética, N° 16 / ISSN: 1657-8856
Centro Nacional de Bioética, Cenalbe, Bogotá, D.C., Colombia, 2010

© Centro Nacional de Bioética, Cenalbe


Alfonso LLano Escobar, S.J.
Director
Margarita Sánchez Morales
Coordinadora editorial

Comité Editorial
Alfonso LLano Escobar, S. J., Carlos Gaviria Neira, Gloria Inés Prieto de Romano,
Horacio Martínez Herrera, Juan Gregorio Vélez, Margarita Sánchez Morales,
María Mercedes Hackspiel Zárate, Rafael Eduardo Torrado Pacheco.

16
Selección de Selecciones

Diseño y producción editorial Información


César Tovar de León Revista publicada por el Centro Nacional
éditer. Estrategias Educativas Ltda.
de Bioética, Cenalbe
Tel 2329558. Bogotá, D.C.
Carrera 10 Nº 65-48, Chapinero, Bogotá, D.C., Colombia
Email: ctovarleon@yahoo.com.mx Teléfonos: (057) 5403993 / 6405011
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Impresión
Editorial Gente Nueva Ltda. Las opiniones expresadas en esta revista son
de exclusiva responsabilidad de los autores.
Edición de 700 ejemplares
Depósito legal el objeto de nuestra revista es la publicación de artículos
Impreso en Colombia seleccionados de revistas nacionales e internacionales que
Printed in Colombia tengan que ver con la bioética. No publicamos trabajos
Bogotá, D.C., septiembre de 2010 originales.
2

Revista Selecciones de Bioética N°16, septiembre de 2010

C o n t e n i d o
La palabra «bioética»: Funciones del bioeticista
su nacimiento y el legado Alfonso LLano Escobar, S.J.
de quienes la inventaron 76
Warren Thomas Reich 7
Necesidad de una bioética
desde América Latina
¿De qué hablamos cuando (Bioética y justicia sanitaria)
hablamos de Bioética? Francisco R. Parenti
84
Teresa Asnáriz 21
Realidad y sentido de la
Deliberar sobre la bioética bioética en el plano mundial
Amy Gutmann y Dennis Thompson 42 Christian Byk
94

Ética y bioética La bioética de Potter a Potter


Juliana González Valenzuela 50 José Ramón Acosta Sariego
101

De la bioética clínica a la bioética Enseñar bioética: cómo trasmitir


global: treinta años de evolución conocimientos, actitudes y valores
Diego Gracia Guillén 62 Francisco Javier León Correa
111

a nuestros lectores
Les recordamos que el objetivo de nuestra revista es la publicación de artículos
Septiembre de 2010

seleccionados de revistas internacionales en inglés, francés y español, que ten-


gan que ver con asuntos bioéticos. No publicamos trabajos originales.
El Director
16
3

d e l d i r e c t o r

Naturaleza del objeto de nuestra revista:


la bioética ¿Qué entendemos hoy por bioética?

C
enalbe, Centro Nacional de Bio- auspicios de cenalbe. Volverá a salir al
ética, con veinte años de vida, lo- público, después de un año de receso,
gró coronar con éxito su proceso con el número 16, que se publicará en el
de independización de la Universidad segundo semestre de este año 2010, con
Javeriana y de recuperación de su com- un número que llamaremos ‘Selección de
pleta autonomía estatutaria. Arreglamos Selecciones’ porque publicaremos diez
y decoramos un rincón abandonado del de los mejores artículos editados en los
Centro Ignaciano de Reflexión y Espi- diez años de existencia. Seguiré siendo
ritualidad, CIRE, ubicado en la antigua su director con la ayuda de la diligente
sede de las Facultades Eclesiásticas, en Coordinadora Editorial, la enfermera y
Chapinero, que más parecía una fría y bioeticista Margarita Sánchez Morales y
arrinconada nevera, que una oficina. La con un nuevo Comité Asesor.
convertimos en una oficina acogedora y
cálida, después de ponerle un buen ta- Las actividades que realizaremos en la
pete, bajarle el techo unos treinta cen- nueva sede de cenalbe, fuera de la pu-
tímetros, y de rectificar sus paredes con blicación de la revista, serán dictar cursos
drywall y material térmico. Así logramos y conferencias sobre Bioética, adelantar
levantarle la temperatura unos dos o tres sencillos trabajos de investigación, como
grados. Quedó confortable y con excelen- el de La objeción de conciencia institucio-
te calor humano. Presentamos al público nal, ya próximo a publicarse, y otro que
la nueva oficina, con un coctel para sesen- estamos iniciando, con el título: La ley
ta invitados. Empezamos a despachar –el de la gravedad moral según Heráclito, y
director, la secretaria, Marthica Sabogal otros que vendrán más adelante. Pueden
y un mensajero y conductor–, a partir del incluirse en las actividades de cenalbe,
lunes primero de febrero, de dos a seis de la publicación de un artículo semanal, vía
Revista Selecciones de Bioética

la tarde. Internet, que llamamos ‘Un alto virtual’,


y una columna quincenal, que aparece los
La revista Selecciones de Bioética también domingos en el diario El Tiempo, con el tí-
se independizó del Instituto de Bioética tulo tradicional de la columna Un alto en el
de la Javeriana, y será publicada bajo los camino, y otros folletos de interés público,
4 Del director

como dos, ya publicados por Ediciones Romano Gloria Inés, Sánchez Morales
Paulinas: La primacía de la conciencia y Margarita María, Torrado Pacheco Ra-
La aceptación de sí mismo. fael Eduardo, Vélez Vélez Juan Grego-
rio y un servidor, como coordinador del
Para darle continuidad, tanto a la revista grupo.
como a las demás actividades de cenalbe,
hemos constituido un equipo de siete Estamos convencidos de la importancia
profesores eméritos, de ética y bioética, de la bioética para el mundo cultural na-
que formarán, a su vez, el nuevo Comi- cional e internacional. Todo cenalbe,
té Asesor de la revista. Se trata de los con el equipo de profesores, garantizan
siguientes profesores, por orden alfa- la permanencia y continuidad de la labor
bético de apellidos: Gaviria Neira Car- comenzada, más allá de la presencia y co-
los, Hackspiel Zárate María Mercedes, laboración de las personas. Estas pasan,
Martínez Herrera Horacio, Prieto de la bioética continúa su marcha.

Alfonso LLano Escobar, S.J.


Director
Septiembre de 2010

16
5

Autores

Warren Thomas Reich. Profesor de Bioéti- y bioética. Entre sus obras destacamos las
ca de la Escuela de Medicina de la Universidad siguientes: La metafísica dialéctica de Eduardo
de Georgetown. Investigador titular en el Ins- Nicol y El malestar en la moral: Freud y la crisis
tituto de Ética y jefe editor de la Enciclopedia de la ética. Por este libro, Juliana González ha
de Bioética. sido reconocida por filósofos y psicoanalistas
como autoridad en el tema de las relaciones
Teresa Asnáriz. Filósofa y especialista en entre la ética y el psicoanálisis.
bioética de la Universidad Nacional de Mar
del Plata, Argentina. Forma parte del PTI Diego Gracia Guillén. Médico y filósofo.
de Bioética (Programa Transdisciplinario de Director del Departamento de Salud Pública
Investigación en Bioética) de la Universidad e Historia de la Ciencia, Universidad Com-
de Mar del Plata y del Comité de Bioética de plutense de Madrid, España. Miembro de la
la Asociación de Genética Humana (ONG). Es Academia Nacional de Medicina. Presidente
profesora de filosofía y de bioética en los cursos de la Asociación Española de Filosofía Xavier
a distancia de la misma universidad. Zubiri. Fundador y director de la Maestría en
Bioética en la Universidad Complutense de
Amy Gutmann . Profesora de Política en Madrid. Dirige la maestría en Bioética de la
la Universidad de Princeton. Coutora de los Organización Panamericana de la Salud en la
textos Color Conscious (con Anthony Appiah), Universidad de San Marcos del Perú. Miembro
y Democracy and Disagreement (con Dennis del Instituto Borja de Bioética en Cataluña. Au-
Thompson). Sus investigaciones y publicacio- tor de innumerables escritos tales como: Funda-
nes abarcan los campos de filosofía, política y mentos de la Bioética (1989); Procedimientos de
ética práctica. Decisión en Etica Clínica (1991); Introducción a
la Bioética (1991). E-mail: dgracia@fcs.es.
Dennis Thompson. Enseña en el Departa-
mento de Gobierno y en la escuela guberna- Alfonso LLano Escobar. Nace en Medellín,
mental John F. Kennedy de la Unversidad de Colombia (1925). Licenciado en Filosofía y
Harvard. Coautor del libro Democracy and Teología de la Pontificia Universidad Javeriana
Disagreement. Autor junto con Amy Gutmann de Bogotá, D.C.; doctorado en Filosofía, con
del libro Political Ethics and Public Office, texto énfasis en Ética, de la Universidad Gregoriana
que fue señalado por la Asociación Americana de Roma; doctorado en Teología, con énfasis
de Ciencia Política en 1987 como la mejor pu- en Moral, del Instituto Alfonsiano de Moral, de
blicación de ciencia política en el campo de la la Universidad Lateranense de Roma; estudió
política nacional de Estados Unidos. Bioética como profesor visitante del Kennedy
Institute of Ethics, de la Universidad de George-
Juliana González Valenzuela. Profesora town, Washington, D.C. Promotor de la bioética
e investigadora de la Universidad Nacional en América Latina y el Caribe. Cofundador de
Autónoma de México. Realizó sus estudios de la Federación Latinoamericana y del Caribe
maestría y doctorado en Filosofía en la Facultad de Instituciones de Bioética -FELAIBE- y fun-
de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional dador y actual director del Centro Nacional
Revista Selecciones de Bioética

Autónoma de México. Además de los estudios de Bioética -CENALBE-, Bogotá, D. C., Co-
en filosofía se ha enriquecido con cursos y se- lombia. Colaborador de revistas nacionales e
minarios de otras disciplinas humanísticas, en internacionales.
especial de literatura, historia del arte, teatro y
psicoanálisis. En la actualidad se trabaja sobre F rancisco R ubén P arenti . Filósofo y
diversos temas de ontología, filosofía moral bioeticista argentino. Director del Programa
6 Autores

Interdisciplinario de Bioética para la Región. Instituto Superior de Ciencias Médicas de


Investigador en su especialidad y profesor La Habana. Fundador del Comité Cubano
titular ordinario de la cátedra de Filosofía Con- de Bioética; de la Cátedra de Ética Aplicada;
temporánea en la Facultad de Humanidades y y del Comité de Bioética de la Universidad
Artes de la Universidad Nacional de Rosario, de La Habana. Coordinador académico de
Argentina. Conferencista en Universidades de la maestría de Bioética de la Universidad de
Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Europa y La Habana; presidente del Club Martiano de
Asia. Entres sus muchas publicaciones están: Bioética; asesor en Bioética y Salud Pública
Posibilidades de una sociedad justa (1997); en la Universidad de Adén, Yemen; miembro
Filosofía práctica (1997); Bioética, derechos del Comité Internacional de Redacción de
humanos y filosofía del cuerpo (1998); Espacio la revista Acta Bioéthica del Programa Re-
público y privado. Construcción de una nueva so- gional de Bioética, OPS/OMS y de la Revista
ciedad civil (2000); Temas de bioética. Esquemas Latinoamericana de Bioética; miembro del
conceptuales (2001); Aspectos filosóficos de la Consejo Consultivo del Centro Félix Varela y
bioética (2001); Bioética y formación ético ciu- coordinador de su programa de Ética para el
dadana y dirige dos publicaciones: Cuadernos de Desarrollo Sustentable; miembro del Consejo
Documentación Filosófica en Argentina y Latino- Editorial de Ediciones Acuario; árbitro en
américa y Bioética desde América Latina. temas de bioética de siete revistas científicas;
y editor científico de libros de bioética. Cuenta
Christian Byk. Abogado, asesor legal del con numerosas publicaciones nacionales e
Ministerio de Justicia de Francia; Secretario internacionales en temas de bioética.
General de la Asociación Internacional de
Derecho, Ética y Ciencia, miembro del Comité Francisco Javier León Correa. Doctor en
Ejecutivo del CIOMS; miembro de la delega- Filosofía de la Universidad de Valladolid, Espa-
ción francesa ante el Comité de Bioética del ña; Magister en Bioética de la Universidad de
Consejo de Europa. Editor general del Inter- Santiago de Compostela, España. Director del
national Journal of Bioethics desde 1990. Grupo de Investigación en Bioética de Galicia,
Santiago de Compostela, España. Director de
J osé R amón A costa S ariego . Doctor la revista Cuadernos de Bioética; y Secretario
en Medicina, Especialista en Salud Pública de la Asociación Española de Bioética y Ética
y Magíster en Bioética. Profesor titular del Médica.
Septiembre de 2010

16
La palabra «bioética»:
su nacimiento y el legado
de quienes la inventaron1
Warren Thomas Reich

Resumen
Una extensa investigación histórica revela que la palabra «bioética» y el campo de estudios
que se inicia con este nombre, experimentó en 1970 y 1971 un «nacimiento bilocalizado» en
Madison, Wisconsin, y en Washington, D.C. Primero Van Rensselaer Potter, en la Univer-
sidad de Wisconsin ideó el término y André Hellegers de la Universidad de Georgetown,
se volvió sobre la ya existente palabra «bioética» y fue el primero en usarla de una forma
institucional con el fin de designar el área enfocada en la investigación, que llegó a ser un
campo de aprendizaje académico y un movimiento relacionado con la política pública y las
ciencias de la vida.

Abstract
Extensive historical sleuthing reveals that the word «bioethics» and the field of study it na-
mes experienced, in 1970/1971, a «bilocated birth» in Madison, Wisconsin, and in Washing-
ton, D. C. Van Rensselaer Potter, at the University of Wisconsin first coined the term; and
André Hellegers, at George town University, at very least, latched onto already-existing
word «bioethics» and first used it in a institutional way to designate the focused area inquiry
that became an academic field of learning and a movement regarding public policy and the
life sciences. A further comparison of the Potter and the Hellegers/ Georgetown understan-
dings of bioethics and the relative acceptance of the two views will appear in the March 1995
issue of this journal.

L
a palabra bioética y el campo de en cuanto al crecimiento y métodos de su
aprendizaje o conocimiento que campo. Se han ofrecido en este sentido
lleva ese nombre, ya se hallan bien visiones retrospectivas en diversas confe-
establecidos, a pesar de su reciente origen. rencias como las de Padua (Viafora 1990),
En la actualidad, la gente interesada en Seatle2 y Houston3. La búsqueda de los
la bioética parece encontrarse particular- orígenes de esta disciplina requiere, nece-
mente motivada en relación con los ante- sariamente, de una investigación sobre el
cedentes que le dieran origen, y lo mismo lugar de donde viene, es decir, se requiere

1 Tomado de: Kennedy Institute of Ethics Journal. 2 Seattle, WA, 23 al 25 de septiembre de 1992.
Vol. 4, Nº 4, diciembre de 1994. Traducido por No- 3 «Religión y Ética Médica: Mirar atrás, mirar ade-
hra Martínez y corregido por Alfonso LLano S.J. lante,» conferencia en el Instituto de Religión,
Instituto de Bioética. Bogotá, D.C., Colombia. Houston, TX, 22 al 23 de octubre de 1993.
8 Warren Thomas Reich

la identificación del sentido simbólico del «bioética» tenía un significado medioam-


nacimiento de una palabra poco común biental y evolutivo, mientras que Helle-
que la identifica como campo de conoci- gers, obstetra, fisiólogo fetal y demógra-
miento. La nueva palabra «bioética» pasa, fo holandés, quien fuera el fundador del
de esta manera, a simbolizar e influenciar Instituto de Ética de la Universidad de
la aparición y la formación de un nuevo Georgetown, junto con otros colegas de la
ámbito de conocimiento. misma, usaban el término de manera me-
nos amplia, para aplicarlo a la ética mé-
¿Quién o quiénes inventaron la palabra dica y a la investigación biomédica. Tam-
«bioética», y cuándo? ¿Qué ideas reposan bién fui consciente, desde el comienzo, de
detrás de la palabra y cuál fue su signifi- que el uso que Potter le diera a la palabra
cado original? ¿Quién fue el responsable «bioética» fue marginado, mientras que
de acuñar este extraño neologismo como la connotación biomédica de la palabra
el nombre de la disciplina que lo lleva, y usada por Hellegers en la Universidad de
cuál su significado? ¿Por qué la palabra Georgetown dominó el emergente campo
«bioética» se hizo popular entre el públi- de la bioética en círculos académicos y en
co como título para este nuevo campo de la mente del público.
enseñanza? Y finalmente, ¿una investiga-
ción de la historia de la palabra contribui- Yo desarrollé estos elementos de mi hi-
ría a aclarar algo sobre qué quiere decir pótesis basándome en mis memorias de
«bioética» hoy? la fundación del Instituto Kennedy y del
mundo de la bioética, además de mi lar-
Cuando comencé a buscar las respuestas a
ga amistad con André Hellegers que co-
estas preguntas, tenía la hipótesis de que
menzó alrededor de 1967. Sin embargo,
el nombre de esta disciplina había tenido
mi reciente y extensa pesquisa sobre estos
un nacimiento bilocalizado, en Madison,
asuntos me condujo hacia una informa-
Wisconsin y en Washington, D.C. Fue
ción que debilita partes de mi hipótesis y
Van Rensselaer Potter, de la Universidad
fortalece otros elementos de la misma, en
de Wisconsin, quien primero lo acuñara,
forma inesperada4.
y fue André Hellegers, de la Universidad
de Georgetown, quien, interesándose en
la ya existente palabra «bioética» la usó 4 Mis fuentes de investigación incluyeron materiales
por vez primera en forma institucional publicados; los archivos de la Biblioteca Lauinger
para denominar el área enfocada en la en la Universidad de Georgetown; los archivos del
Instituto Kennedy que están en el Centro Nacional
investigación que llegó a ser un campo de Referencias para la Literatura de Bioética de
académico de enseñanza y un movimien- la Universidad de Georgetown; mis propios archi-
to relacionado con la política pública y las vos; los archivos de Charlotte Hellegers (viuda de
André Hellegers), que desde entonces han con-
ciencias de la vida. tribuido a los Archivos de la Biblioteca Lauinger
en Georgetown; y los archivos de Leroy Walters
Era también parte de mi hipótesis que (primer Director del Centro de Bioética en el Ken-
Septiembre de 2010

desde el principio, había una cierta dis- nedy). También busqué y obtuve documentos de la
gresión u oposición entre los dos usos Fundación Joseph P. Kennedy. (A menos que haya
indicado algo diferente en mis citas, el material
originales de la palabra. Para Potter, un mencionado, puede ser encontrado en la Bibliote-
16 investigador en oncología, la palabra ca Lauinger de Georgetown).
La palabra «bioética»: su nacimiento y el legado de quienes la inventaron 9

Comienzo por reconocer que tenía algu- de su investigación, como por lo refe-
nas confusiones y problemas cuando co- rente a la historia de la disciplina’ lo que
mencé esta investigación. Por ejemplo: yo llamaría «el legado de Potter» que se
caracteriza por los cuatro elementos si-
1. ¿Fue Van Rensselaer Potter, en ver- guientes:
dad, el primero en acuñar la palabra
«bioética» o, pudo alguien haberla 1. Van Rensselaer Potter sin duda inventó
usado antes? el término «bioética»5. Si bien algunos
2. Si, como algunos autores sugieren, Pot- académicos han dicho que no está claro
ter presentó el término «bioética» en quién inventó el término6, ya que a su
1971, cuando publicó su libro con la pa- origen se le ha dado una fecha anterior
labra en su título Bioética: puente hacia y vaga7, no puedo encontrar un uso an-
el futuro, ¿cómo pudo Hellegers infor- terior al término por alguien diferente
marse del término de Potter, adoptar de Potter. No cabe duda de que él lo
su uso y persuadir a otros para incluirlo creara y de que fue el primero en usarlo
en el nombre del Instituto Kennedy, impreso. El hallazgo incuestionable de
todo antes del 1º de julio de 1971, el día la palabra «bioética» es una parte im-
en que el Instituto abrió sus puertas? portante del legado de Potter.

3. Esta confusión cronológica, a su vez, 2. Potter fue el primero en pedir el esta-


obliga a dar respuesta a dos preguntas blecimiento de una disciplina bioética,
adicionales. ¿Pudo el libro de Potter la cual explica de esta forma:
haber sido publicado después de que (…) La bioética avanza como una
el Instituto Kennedy usara el término nueva disciplina que combina el cono-
«bioética» aunque dicha publicación cimiento biológico con un conocimien-
to del sistema de valores humanos...
claramente había sido escrita antes de Escogí el prefijo bios para representar
esa fecha? el conocimiento biológico, la ciencia
4. ¿Podrían Hellegers, u otros relacionados de los sistemas vivos; y ethic para re-
presentar el conocimiento del sistema
con la fundación del Instituto Kennedy
de valores humanos (Potter 1975, pp.
en Washington, haber inventado la pala- 2297-2299; cf. 1971, p. 2).
bra «bioética» antes, o al mismo tiempo,
pero independientemente de Potter? Potter (1971b, p. vii) pensó que cons-
truyendo una disciplina bioética edifi-
caría un puente entre las dos culturas,
El legado de Potter
Esta reciente pesquisa me lleva a concluir 5 Potter (1975, p. 2297) reclamó que él había creado
que sería apropiado para la bioética, hon- la palabra «bioética» en 1970.
rar ‘tanto por el contenido del esfuerzo 6 Renée Fox (1988, p. 413, n.1) dijo que no es claro
Revista Selecciones de Bioética

quién ideó la bioética, pero reconoció que Potter


Además, entrevisté a Van Rensselaer Potter, Euni- «reclama haber inventado la palabra y el campo
ce Kennedy Shriver, Sargent Shriver, Robert J. que va con ella».
Henle, S.J., Liz Jonsen, Virginia Keeler, Charlotte 7 Renée Fox (1990, p. 201) escribe: «El término [bio-
Hellegers y Robert M. Veatch. Todas las entrevis- ética] se comenzó a usar hacia el final de 1960…»
tas y comunicaciones han sido transcritas. También Sin embargo, no da ninguna cita de su uso durante
tuve correspondencia con Daniel Callahan. esos años.
10 Warren Thomas Reich

la de la ciencia y la de las humanida- Uno puede deducir entonces que la vi-


des, las cuales habían estado sepa- sión sustancial de Potter sobre la bioé-
radas por largo tiempo y, aparente- tica fue antropocéntrica (supervivencia
mente, eran incapaces de hablarse humana) más que biocéntrica (supervi-
mutuamente. vencia y bienestar de la biosfera).
3. Potter identificó, así mismo, el proble- 4. La visión intelectual de Potter sobre la
ma humano dominante que lo llevó bioética inspiró un modesto pero aca-
a llamar la atención sobre esta nueva démicamente significativo legado, que
área que llamó bioética. Era el proble- contribuyó a promover su visión de la
ma de la supervivencia: la cuestionable misma8.
supervivencia de la especie humana y
la aún más cuestionable supervivencia En una entrevista conmigo (31 de agos-
de las naciones y las culturas (Potter to de 1992), Potter confirmó que él fue
1971b, p. 48). Su objetivo era identifi- quien creó la palabra «bioética» para el
título de su libro Bioética: Puente hacia el
car y promover un cambio óptimo del
Futuro. Dijo que la palabra le llegó un día
medio ambiente y promover, a la vez,
de manera sorpresiva: «Fue exactamente
una óptima adaptación humana, nece-
como una sensación de eureka». Él me
saria dentro de ese medio ambiente,
indicó que su libro apareció en imprenta
para sostener y mejorar el mundo ci-
en enero de 1971 (es decir, unos 6 meses
vilizado. Para lograrlo, Potter (1971b,
antes de que el Instituto Kennedy usara
pp. 129-31) propuso dedicar de forma
la palabra); además, él la había usado
especial o exclusiva, un estudio y una
previamente en el título de un artículo
evaluación de la adaptación evolutiva,
en 1970 sobre “Perspectivas en Biología
sicológica y cultural. Esto, a su vez,
y Medicina” y en una nota de pie de pá-
implicaría «una participación racio-
gina en un artículo en la revista Zygon
nal pero cautelosa en el proceso de la
del mismo año (Potter 1970 a y b). En la
evolución biológica y cultural», de tal
misma entrevista le pregunté a Potter qué
suerte que pudiéramos identificar y
pensaba de su papel creador de la palabra
comprometernos con la clase de pro-
«bioética». Él contestó:
greso científico, cultural e intelectual
que requiere la valiosa supervivencia Se me ha dado crédito por la palabra
humana (Potter 1975, p. 2299; ver «bioética», pero no he tratado de es-
también, 1971b, p. 42-54). El objeti- tablecer ninguna prioridad acerca de
vo último de esta disciplina, como lo
vio Potter (1971b, p. 67), fue «no sólo 8 Por ejemplo el punto de vista de Potter sobre bio-
enriquecer las vidas individuales, sino ética fue incorporado en el primer libro de texto
prolongar la supervivencia de la espe- que llevó el título de Bioética (Kieffer 1979) y en
un informe que fue el primer documento signifi-
cie humana en medio de una aceptable cativo sobre la enseñanza de la bioética (Kieffer
Septiembre de 2010

forma de sociedad». Más tarde, Potter 1975). En Italia hay un pequeño instituto en la
incluyó dentro de su perspectiva, pro- Universidad de Florencia y una revista dedica-
da a los problemas de bioética, la cual toma la
pósitos médicos y otros relacionados propuesta de Potter sobre el significado de la
16 con la salud. bioética.
La palabra «bioética»: su nacimiento y el legado de quienes la inventaron 11

quién la creó. Yo había pensado en la «Joseph y Rose Kennedy para el Es-


palabra varios meses antes de su apa- tudio de la Reproducción Humana y
rición en mis artículos de 1970. Es to- la Bioética», el cual incluyó también,
talmente posible que André Hellegers como una de sus tres secciones, un
concibiera la palabra independiente- Centro de Bioética. Por si fuera poco,
mente; nunca he negado la posibilidad.
él hizo esto en un momento en el que
Es también posible que él leyera mi ar-
casi no existían precedentes para es-
tículo Perspectivas (Potter 1970a); pero
eso no se necesitaría. No me importa tablecer estudios interdisciplinarios y
reclamar derechos de ser la primera cuando la ética simplemente no tenía
persona que hizo uso impreso de la pa- ni la aceptación académica ni la públi-
labra; pero no dudo que lo fui». ca, que eventualmente adquiriría.

El legado completo de Potter ‘su creación 2. La metáfora obstétrica favorita de He-


de la palabra, su promoción de una nueva llegers describe mejor su papel de fun-
disciplina, su visión de la bioética global’ dador de la bioética. Recordando su co-
fue eclipsado por otra iniciativa bioéti- mentario de que «la palabra ‘obstetra’
ca, eventualmente más afamada, puesta quiere decir ‘alguien que está presente
en movimiento en una forma paralela, en’» (Hellegers 1975, p. 113), yo diría
gracias al amplio influjo de André Helle- que André Hellegers fue el «obstetra»
gers. (que está presente) en la designación y
fundación de la bioética. Hellegers fa-
El legado de Hellegers cilitó el desarrollo de la bioética no es-
cribiendo trabajos sistemáticos sobre
Una segunda conclusión importante de el concepto o la disciplina, sino siendo
mi investigación es que la bioética haría una partera intelectual que estimula-
bien en honrar a Hellegers –en su com- ba las ideas y la reflexión en otros, a
prensión de la historia, del ámbito y los través de su constante y convincente
orígenes de sus conceptos– lo que yo lla- diálogo escrito y oral. Hellegers (1976)
maría «el legado bioético de Hellegers». describió su propio papel en la bioéti-
ca: como «una persona puente entre la
1. Hellegers estuvo al frente de la presen-
medicina, la filosofía y la ética».
tación del término «bioética» –unido
a un campo de aprendizaje y un mo- 3. Hellegers creyó que la bioética sería
vimiento social– en los mundos de la una disciplina única que combinaría
academia, las ciencias biomédicas, el la ciencia y la ética. Su instituto sería
gobierno y los medios. Él estableció y «el primer centro del mundo» diseña-
dirigió el primer instituto en el mundo, do en esta forma (los Kennedy dieron
dedicado específicamente a la «bioéti- $1,35 millones) (1971, p. 18). El com-
ca,» un instituto universitario único ponente científico incluiría las ciencias
Revista Selecciones de Bioética

en su constitución interdisciplinaria. biológicas y sociales; y el ético incluiría


Él y sus socios, que lo establecieron, un amplio rango de ética religiosa y se-
incluyeron la palabra «bioética» en el cular. Mientras insistía en lo adecuado
nombre original del Instituto Kennedy del componente científico, otorgaba
en su fundación en 1971: El Instituto mayor peso al examen de valores hu-
12 Warren Thomas Reich

manos más profundos, inherentes a la en esa especialidad que la que tienen


preocupación bioética. La principal los «eticistas profesionales». (El desa-
característica de todas las conferen- rrollo posterior de la subespecialidad
cias y escritos de Hellegers sobre bio- de bioética clínica ‘que ocurrió en 1979
ética, fue su inclinación por tomar de después de la muerte de Hellegers con-
forma crítica la comprensión estándar firma este elemento de la visión original
de la medicina y de la ciencia median- de Hellegers del campo de la bioética.)
te argumentos bioéticos aceptados, es El mismo proceso, pensó Hellegers,
decir, mostrando las insuficiencias de enriquecería el trabajo de los bioeti-
una conceptualización estrecha e inci- cistas, así como enriquece al fisiólo-
tando a un compromiso serio del oyen- go el hacer fisiología fetal. Además,
te o lector por encontrar y analizar los Hellegers dio los primeros pasos en
valores en una forma más amplia. cuanto a la investigación en educación
4. Un elemento significativo en el lega- y clínica necesarios para implementar
do de Hellegers fue su visión y predic- esta visión en la cual la bioética signifi-
ción de la importancia que la bioética caría la combinación profesionalizada
lograría como una nueva especialidad de quien posee, a la vez, autoridad en
que combinaba conocimientos médi- lo médico y en lo ético.
cos y éticos. Él comparó la aparición de
la bioética con la aparición de la fisio- ¿Nació también el término
logía fetal como especialidad en 1950. bioética en Washington?
Tal disciplina comenzó a fomentarse Mi investigación en los archivos de la
cuando los fisiólogos se interesaron Universidad de Georgetown reveló que,
«tanto en el feto como en el adulto». contrario a mi hipótesis original, podría
«Así, para impulsar la bioética,» añadió haber un elemento adicional en el legado
Hellegers, «es necesario tener eticistas de Hellegers: él podría estar vinculado,
profesionales que se interesen tanto en en Washington, con un nacimiento sepa-
problemas biológicos, como por decir rado de la palabra «bioética».
algo, en la teoría de la guerra» (Helle-
gers 1976). Así como el perinatólogo Primero, el comunicado dado a conocer
sobresalió cuando tenía más experien- en la rueda de prensa que anunció la
cia en fisiología perinatal que el fisió- creación del Instituto Kennedy el 1º de
logo promedio, así también, Hellegers octubre de 1971 pedía que el Instituto,
dio a entender que el bioeticista que tu- que sería «único en su propósito de com-
viera más experiencia en la ética de las binar la ética y la ciencia», fuera reconoci-
ciencias de la vida, superaría al filósofo do como «pionero en el desarrollo de un
moral promedio o al teólogo moralista. nuevo campo de investigación conjunta:
Dando un paso más adelante, Hellegers que los fundadores del Instituto llamaron
previó que los médicos que estudiaran ‘bioética’»9. Mirando atrás, me asom-
Septiembre de 2010

bajo la guía de bioeticistas podrían de-


9 Este anuncio al cual se le agregó el énfasis fue pu-
sarrollar una nueva especialidad dentro
blicado nacionalmente en el informe «Establecido
de la profesión, de tal manera que así Instituto de Bioética en la Universidad de George-
16 (los médicos) tendrían más autoridad town» (1971) y también en una revista del campus
La palabra «bioética»: su nacimiento y el legado de quienes la inventaron 13

braba que los fundadores del Instituto, contar el origen, tanto de la palabra «bioé-
no cayeran en la cuenta de que estaban tica» como del Instituto Kennedy; los dos
usando la misma palabra que Van Rens- según dijo, tuvieron los mismos orígenes:
selaer Potter había usado para designar el el apoyo de la Fundación Kennedy para
nuevo campo cuya singularidad también la investigación en biología molecular en
él había descrito precisamente en la mis- varias universidades importantes y el in-
ma forma. terés de dicha Fundación en los aspectos
religiosos y éticos que la revolución en la
Además, descubrí de repente un memo- biología estaba causando:
rando de Eunice Kennedy Shriver –Vi-
cepresidenta Ejecutiva de la Fundación Dada la necesidad de vincular la bio-
Joseph P. Kennedy, Jr., el cual, al mismo logía con la ética yo pensé en «bioéti-
tiempo, fundaba y estimulaba el desarro- ca», y las personas que estaban en la
llo del Instituto– en el cual ella consigna- sala cayeron sobre esta palabra como
el nombre del Instituto. Nuestra idea
ba el siguiente recuerdo sobre «Sarge,»
consistía en que estábamos comenzan-
su esposo, (R. Sargent Shriver)10: «Pue-
do un instituto de ética que tendría que
do recordar que estando en la sala una ver con esta nueva ciencia, con énfasis
noche, entró Sarge y lanzó la idea de la primordial en la biología con ética …
palabra «bioética» André Hellegers es- Recuerdo muy bien que yo propuse la
taba ahí y también estaban otras perso- palabra. Pero no creo que eso signifi-
nas. Inmediatamente todos nosotros nos cara un golpe genial. Dar la idea de la
pusimos de acuerdo» (carta de Eunice palabra «bioética» era tan fácil como la
Kennedy Shriver a André Hellegers, con caída de una rama…”.11
el anexo «Notas de la señora Shriver», fe-
Cuando le pedí poner una fecha a su pro-
brero 8-9, 1978). Yo contacté a la señora
puesta inicial de la palabra «bioética,»
Shiver, quien me confirmó su memoran-
el Sr. Shriver insistió en que no la recor-
do de 1978.
dada, sólo a regañadientes se aventuró a
Entonces entrevisté al Sr. Shriver sobre suponer que esto podría haber ocurrido
esos eventos. Él confirmó la exactitud de durante el año 197012.
la nota de su esposa, y señaló: «La verdad
de esto es que ninguno de nosotros había 11 Este resumen de los comentarios del Sr. Shriver en
sus propias palabras, pero editado por brevedad.
oído antes sobre Potter o su libro; … No
12 Robert E. Cooke, M.D., asesor científico de la
estaba familiarizado con la palabra [‘bio- Fundación Joseph P. Kennedy, Jr. y frecuente par-
ética’]» (Entrevista con el autor, septiem- ticipante en diálogos sobre la fundación del Ins-
bre 16, 1992). El Sr. Shriver luego volvió a tituto Kennedy, confirmó este asunto del origen
independiente del término por Shriver y Potter en
dos lugares (entrevista con el autor, 15 septiem-
bre 1992). El Dr. Cooke me informó que él había
Revista Selecciones de Bioética

de la Universidad de Georgetown como «Kennedy conocido a Potter por primera vez en la Universi-
da $1,35 millones para estudiar asuntos de vida y dad de Wisconsin en 1973 o 1974. Potter le dijo a
muerte» (1971). Cooke que él (Potter) había originado la palabra
10 Sargent Shriver fue el primer promotor en la crea- «bioética.» Cooke me comentó: «Era la primera
ción del Instituto Kennedy de Ética y sirvió por vez que yo oía la palabra usada en otro sentido al
muchos años como el Presidente de su Consejo usado en el Instituto Kennedy. Le escribí a Sar-
Asesor. ge mi creencia de que la palabra había tenido un
14 Warren Thomas Reich

Esto dio lugar a tres preguntas relacio- uno lo impresiona también, la imagina-
nadas entre sí: (1) ¿Pudo la palabra de ción usada por estos dos hombres cuando
Potter haber influido en Shriver y otros describían su papel como creadores de la
en Georgetown, quizá de forma indirec- palabra. La descripción del Profesor Pot-
ta, para «dar con la idea» de la palabra ter de su «experiencia eureka» al crear
«bioética?» (2) ¿Cuándo se usó por pri- el término sugiere su aparición de una
mera vez la palabra «bioética» en Geor- manera impactante y sobrecogedora, en
getown? y (3) ¿Cuándo apareció por pri- tanto que el modesto comentario de Shri-
mera vez impreso el término «bioética» ver cuando asegura que el inventar el tér-
de Shriver? mino fue tan fácil como describir la caída
de un tronco, destaca (si bien ninguno de
Siguiendo la pista a la primera pregunta, ellos descarta tampoco) una inventiva de
no pude descartar la posibilidad de que gran imaginación.
André Hellegers, en una de sus voraces
sesiones nocturnas de lectura, pudiera Cualquiera haya sido la cadena de in-
haber leído el artículo de Potter de 1970 o fluencia o la calidad de la experiencia del
escudriñado el libro de Potter que apare- descubrimiento, se debe admitir que la
ció cerca de seis semanas más tarde; que pregunta de fondo sobre lo que constitu-
hubiera usado la palabra en su rápido es- ye la originalidad creativa, es cuando me-
tilo característico en una de sus muchas nos confusa. Potter admitió esto también,
conversaciones diarias con el Sr. Shriver, confesando que él no conocía las fuentes
y luego más tarde, el Sr. Shriver, creyen- o influencias de su propia invención de la
do que había creado la palabra, pudiera palabra.
en realidad haber estado recordándola
de su propia memoria subconsciente13. A
Primeros usos de la palabra
en la Universidad de Georgetown
origen simultáneo en dos lugares, independiente
uno del otro. No recuerdo que André Hellegers Irónicamente, la pregunta se hizo más
usara la palabra durante el tiempo en que se esta- confusa cuando encontré la propuesta
ba desarrollando la idea del Instituto…La primera
vez que recuerdo haber oido el término «bioética»
original de André Hellegers para el Insti-
fue…[cuando] Sarge la usó. Fue inventada…por él tuto, la cual fue remitida para considera-
mismo, en una conversación con otros. Sarge esta- ción inicialmente a la Fundación Kennedy
ba profundamente involucrado con la discusión de
en diciembre 30, 1970. Para sorpresa mía
estos asuntos con la gente…Sarge no había leído
[el cuento de Potter]…Sarge ideó el término; no en esa temprana fecha –justo seis meses
André Hellegers. Nadie conectado con los Shri- antes de la apertura del instituto de bioé-
vers supo del término de Potter…Puedo decir con tica en Georgetown– el nombre propuesto
gran certeza…que yo no tuve conciencia de la exis-
tencia del término de Potter «bioética».
para el Instituto Kennedy , aún no tenía la
palabra «bioética», ni siquiera la palabra
13 El Dr. Robert Cooke coincidió con mi hipótesis
de que es posible y plausible que Hellegers pueda «ética»; de hecho, la palabra «bioética»
Septiembre de 2010

haber primero mencionado el término a Shriver. no aparecía en parte alguna en el proyec-


Pero él reiteró que el Sr. Shriver cree que inven-
to (Carta de R. J. Henle, S. J., Presidente
tó el término; «y es cierto que él no sabía sobre
Potter» (Entrevista con el autor, 15 septiembre de la Universidad de Georgetown, al Sr. y
16 1992). a la Sra. Sargent Shriver, del 30 de diciem-
La palabra «bioética»: su nacimiento y el legado de quienes la inventaron 15

bre de 1970, con el proyecto adjunto). El En efecto, la palabra «bioética» no se


Instituto se iba a llamar Centro Kennedy encontraba en ninguna documentación
para el Estudio de la Reproducción y el relacionada con el establecimiento del
Desarrollo Humano; increíblemente, el Instituto Kennedy hasta que, finalmente,
componente ético del Centro propuesto, apareció en una carta de fecha 21 de ju-
era mínimo; y el proyecto carecía de ex- nio de 1971, justo diez días antes de que el
plicaciones en torno a la naturaleza de la Instituto abriera sus puertas el 1º de julio
pregunta ética que proponía. Los cuatro de 197116. Esos hallazgos me permitieron
investigadores académicos vendrían de circunscribir el período en que la palabra
campos biomédicos y solo uno de ellos, «bioética» abiertamente surgió como la
el genetista, Dr. Robert Baumiller, S. J. etiqueta aceptada para este compromiso
habría de dedicar parte de su tiempo a la de la Universidad de Georgetown, en los
ética. La única actividad formal en ética días comprendidos entre el 8 de marzo y
que proponía el Centro era un programa el 21 de junio de 1971.
para un Seminario de Ética Regional, el
cual contaría con la autoridad en ética de Fue entonces cuando descubrí que, pre-
profesores investigadores en cualquier lu- cisamente durante esas semanas, en la
gar del distrito de Washington. primavera de 1971, la palabra «bioética»
apareció en los medios nacionales, proba-
Para el 8 de marzo de 1971, luego de ex- blemente por primera vez, en una colec-
tensas conversaciones sobre la incorpo- ción de artículos del 9 de abril de 1971,
ración de la ética en el trabajo del Insti- de la revista Time titulado «Del hombre
tuto14, el plan para el Instituto Kennedy al superhombre: promesa y peligro de la
había cambiado de manera radical hacia nueva genética.» Ese ejemplar de Time,
la incorporación de profesores investi- que fue ampliamente leído por todos los
gadores de ética médica, pero la pala- que estábamos interesados en la ética
bra «bioética» no aparecía todavía como de la «nueva medicina», y que citaba a
parte del título del Centro (Carta de R. los líderes en investigación científica y a
Sargent Shriver a André Hellegers, 8 de prominentes investigadores en ética de la
marzo de 1971)15. época incluyó la palabra «bioética» en un
párrafo que comenzaba:
14 El Reverendo Robert J. Henle, S.J., quien había
sido Presidente de la Universidad de Georgetown El investigador de cáncer Van Rensse-
durante esos años (1970-1971) , indicó que la tran-
sición de un instituto dominado por la investiga-
laer Potter de la Universidad de Wis-
ción científica hacia uno en el cual la ética sería el
mayor énfasis, fue el resultado de «mucho pensar 16 Robert J. Henle, S.J., en una carta al Honorable
y debatir» entre él, Hellegers y los Shriver (entre- Edward M. Kennedy (21 de junio de 1971), dijo:
vista con el autor, 2 de octubre de 1992). «Como usted sabe la Universidad de Georgetown
15 Carta que aprobó el presupuesto para los fondos ha aplicado ante la Fundación Kennedy para el es-
Revista Selecciones de Bioética

del primer año del Instituto (1971-1972). La por- tablecimiento de un Instituto de Reproducción Hu-
ción adjudicada para el trabajo de los eticistas aca- mana y Bioética en Georgetown.» Otro documen-
démicos había subido del 6% al 56%. Los prime- to fechado un día antes (Plan Estructural para el
ros académicos para quienes fueron esos fondos propuesto Centro Kennedy, 20 junio 1971) todavía
fueron los Doctores Margaret Farley, Charles Cu- llevaba el título anterior, «Centro Kennedy para el
rran, Warren Reich, y James Bresnahan o Leroy Estudio de la Reproducción y el Desarrollo Huma-
Walters. no,» en el cual faltaba la palabra «bioética».
16 Warren Thomas Reich

consin ha sugerido en un nuevo libro, bioética, venía un corto artículo de Potter


La bioética… que… (Del Hombre al (1971a) en el cual él explicaba el título y
Superhombre, 1971, p. 52). la naturaleza de su anteriormente promo-
vido campo de la bioética.
De esta forma, puede ser que si bien
los fundadores del primer instituto de A pesar de esos hallazgos, acepto el rela-
bioética en Washington no se hallaban to del Sr. Shriver sobre su papel de crea-
directamente al tanto de los artículos y dor del término «bioética.» En realidad,
del libro de Potter, el ejemplar de Time él pudo haber ideado el término mucho
sobre la nueva genética probablemente antes que cualquiera de los usos registra-
trajeran la palabra «bioética» de Potter, dos que yo haya encontrado; desafortuna-
antes de que Georgetown la adoptara damente, no parece haber una forma de
para describir su nuevo instituto. De he- darle fecha a ese evento. Concluyo que el
cho, Eunice Kennedy Shriver indicó en término «bioética» puede perfectamente
1971 que el ejemplar de Time de 1971 haberse originado en forma independien-
le era familiar (carta al senador Edward te en dos medios diferentes, forzando mi
M. Kennedy, presidente de la Fundación elección a lo descrito como «nacimiento
Joseph P. Kennedy, Jr., 25 de junio de bilocalizado». Sin embargo, ya que Pot-
1971). ter fue el primero en publicar la palabra,
para amparar el establecimiento de una
Mi conclusión es, por consiguiente, que
disciplina que porta este nombre y para
es bastante posible que la palabra «bioé-
ofrecer un método teórico para este cam-
tica» de Potter influyera en el desarrollo
po, a él habrían de darse los créditos de
y uso del término en Georgetown. El pri-
papel pionero.
mer uso aceptado de la palabra «bioéti-
ca» que he podido encontrar por escrito Sin embargo la palabra «bioética» pue-
(si bien no publicado) en los archivos de de haber evolucionado; el perseverante
Georgetown fue de fecha, como se decía legado académico de la bioética, que fue
arriba, el 21 de junio de 1971. La palabra impulsado por la Universidad de George-
«bioética» de Shriver parece haber apa- town, fue el legado de Hellegers. Porque
recido impresa por primera vez (en el tí- en todas las discusiones sobre el estable-
tulo del Instituto Kennedy) en octubre de cimiento del primer instituto de bioética
1971, cuando se anunció la apertura del en el mundo, Hellegers fue el «arquitecto
Instituto de bioética de Georgetown en jefe» de las ideas que lo componían (en-
el periódico BioScience del Instituto de trevista del autor con Robert J. Henle,
Bioética (1971). Sin embargo, yo descubrí S. J., el 2 de octubre de 1992). Él se con-
que el editor de ese periódico colocó el centró en la palabra «bioética,» la insertó
«anuncio de nacimiento» de Georgetown en una escena biomédica, hizo cambiar
en una comprometedora yuxtaposición el plan para el Instituto Kennedy en la
que daba origen a un conflicto entre él dirección bioética (una dirección que él
Septiembre de 2010

mismo y el del «nacimiento de la bioéti- había probablemente intentado siem-


ca» propiamente dicho. A renglón segui- pre), creó el primer equipo de investiga-
do del reporte de BioScience sobre Geor- ción interdisciplinaria permanente que la
16 getown que mencionaba el terreno de la palabra «bioética» conlleva y llegó a ser
La palabra «bioética»: su nacimiento y el legado de quienes la inventaron 17

un vocero internacional para el campo y Humanidades me informó que estaban


para la palabra que la nombra. En esta interesados en apoyar mi propuesta, to-
forma, Hellegers estimuló la instauración davía la obra era llamada Enciclopedia
del campo en el mundo académico y de de Ética Médica. Yo tenía sentimientos
investigación más importante. ambivalentes acerca de ese título. Por un
lado, parecía obligatorio usar el bien es-
«Bioética»: ¿perdurará el nombre? tablecido nombre de una disciplina como
título de una enciclopedia. Por otro, me
Sólo tres años después de que la palabra inclinaba a usar la nueva palabra «bioé-
«bioética» surgiera, dos de los principa- tica» porque sentía que la estrechez del
les iniciadores del campo Potter y Henle término «ética médica» colisionaba con el
pudieron decir que la “bioética» se había amplio horizonte de acción de la ética de
vuelto popular y era de uso público17. Yo las ciencias de la vida que sentía, que era
sólo puedo comentar dos de los numero- intelectualmente más coherente y que, al
sos eventos que contribuyeron a la acep- mismo tiempo, serviría para darle base de
tación de la palabra «bioética» en aque- atención moral a los asuntos bioéticos.
llos primeros tres años de este campo. No obstante, llamarla enciclopedia de
«bioética» era un proyecto atrevido, por-
Para que el nombre bioética perdurara, fue
que para ese momento, la palabra «bioé-
necesario que algunas personas se arries-
tica» únicamente había aparecido en los
garan a usar este extraño neologismo, a
escritos de una sola persona y estaba in-
veces de mal gusto, como el nombre real
cluida en el nombre de un solo instituto.
para una disciplina. Por ejemplo, comen-
Aquellos que usaban la palabra habían
zando la mitad del año 1971, no mucho
propuesto simplemente que esta nueva
después de que fuera acuñada la palabra,
área de reflexión podría ser llamada con
tuve que decidir si esta área de preocupa-
propiedad bioética. En consecuencia, yo
ción habría de llamarse bioética, cuando
tuve que formarme un juicio sobre si una
me encontraba considerando cómo llamar
disciplina o campo de aprendizaje cono-
el trabajo que eventualmente llamé Enci-
cido como bioética podría desarrollarse;
clopedia de Bioética (Reich, 1978).
si este campo perduraría; y, si la «bioéti-
Para septiembre de 1971, me había idea- ca» permanecería como el insigne título
do el desarrollo de una muy amplia obra de esa disciplina.
de consulta para esta área de investiga-
ción. No obstante, para el siguiente junio, En otoño de 1972, consulté sobre estas
cuando la Fundación Nacional para las decisiones con David Sills, miembro del
Comité Asesor Editorial de la enciclope-
17 Potter (1975, p. 2299) comentó que la palabra bio- dia. Escogí a propósito a alguien en cuya
ética «está aquí para quedarse»; la palabra «se ha
opinión creía, alguien que no tenía co-
Revista Selecciones de Bioética

popularizado rápidamente y es de uso extendido.»


En 1974 Robert J. Henle, S.J. escribió: «La pala- nexión con Georgetown y que no estaba
bra ‘bioética’…[ahora] existe en la mayoría de las en el campo de la ética médica. Escogí
universidades de primer nivel y es constante ante a David Sills porque era un importante
el público en la prensa y en la legislación» (Carta a
Sr.&Sra. R. Sargent Shriver, 30 de septiembre de intelectual con amplios intereses, un so-
1974). bresaliente sociólogo (un campo no muy
18 Warren Thomas Reich

distante de la ética), y particularmente, Un segundo evento que marcó y contri-


porque era un enciclopedista ‘editor en buyó a la viabilidad de la recién nacida
jefe’ del volumen 16 de la Enciclopedia palabra «bioética» como el nombre de
Internacional de Ciencias Sociales. un área de investigación, fue el que la
Biblioteca del Congreso de Estados Uni-
Debido al riesgo que estaba asumiendo dos adoptara la bioética como un título
al ponerle ese nombre a la enciclope- de materia en abril de 197418 cuando un
dia, le pregunté a Sills si él pensaba que
empleado de la administración de la bi-
la palabra «bioética» y el campo que re-
blioteca clasificaba un libro compilado
presentaba tendrían futuro. David sabía
por Robert A. Paoletti (1974) llamado
tan bien como yo cuál era el riesgo. Esta
Lecturas Seleccionadas: Ingeniería Gené-
enciclopedia carecería de sentido si, años
tica y Bioética19. Este evento fue crucial
más tarde, después de su publicación, no
porque, por lo menos, hubiera sido difícil
se hubiera conocido la bioética como un
pedir la existencia de esta materia como
terreno específico de referencia.
bioética si la biblioteca nunca la hubiera
David replicó: «Creo que la palabra va a reconocido como un encabezamiento de
volverse popular y que el interés por esta materia, puesto que el sistema de cla-
área continuará aumentando, probable- sificación de la biblioteca es el que fija
mente de forma exponencial. No pienso los estándares para todas las bibliotecas
que vaya a ser un esfuerzo inútil.» Estoy en los Estados Unidos. Cuando pregun-
seguro de que fue en ese momento cuan- té sobre la justificación de la biblioteca
do decidí mantenerme en la palabra «bio- para crear la «bioética» como un enca-
ética» como el título de la enciclopedia. bezamiento de materia, me dijeron que
El proyecto fue públicamente anunciado el procedimiento era verificar los dic-
a finales de 1973; poco después un gru- cionarios estándares y las enciclopedias,
po de ocho editores asociados y cientos así como los títulos de materia de la Bi-
de autores y asesores se encontrarían blioteca Nacional de Medicina. En este
involucrados en la preparación de una
enciclopedia de «bioética» que fue even-
tualmente publicada en 1978. Esta obra 18 Yo obtuve esta información de Lynn El-Hoshy,
especialista en políticas de catalogación en la
de consulta, a la que Daniel Callahan se Oficina de Políticas de Catalogación y Soporte de
referiría más tarde como «el documento la Biblioteca del Congreso el 2 de septiembre de
central» que da al campo de la bioéti- 1992. La Sra. El-Hoshy también me suministró do-
cumentación.
ca «un sentido de coherencia y orienta-
19 Después de que el encabezamiento de materia fue
ción,» y, que sirviendo como un «punto creado, el empleado de la biblioteca designó dos
de arranque» para todos los que trabajan libros que habían sido ya catalogados bajo otro en-
en esta área, (Carta de Daniel Callahan al cabezamiento para que fueran reasignados al enca-
bezamiento de materia de «bioética.» Ellos eran, la
autor, 30 de septiembre de 1985) estuve
primera edición de Paoletti (publicada en 1972) y
a punto de darle el título de Enciclope- el libro de Potter, Bioética: puente al futuro. Extra-
Septiembre de 2010

dia de Ética Médica, en cuyo caso cierta- ñamente, aunque el libro de Potter es la impresión
mente no habría tenido mucha influencia más nueva entre los catalogados bajo bioética en la
biblioteca, ella nunca reasignó su libro ni lo puso en
para darle orientación al nuevo campo de la lista propiamente bajo bioética hasta mi llamada
16 la bioética. telefónica el 2 de septiembre de 1992.
La palabra «bioética»: su nacimiento y el legado de quienes la inventaron 19

caso el empleado, al no encontrar nada usaba el término bioética… en mis es-


bajo las fuentes consultadas como están- critos…» (carta al autor, 31 de agosto de
dares para la palabra «bioética,» anotó 1992). Dijo que prefería el término «so-
las siguientes palabras en el reverso de la ciedad, ética, y ciencias de la vida,» como
tarjeta de autoridad como justificación una forma de dar un tono más positivo y
autorizada para crear el encabezamiento contemporáneo a la palabra ética; pero
de materia de bioética: «Callahan, Da- él finalmente dejó ese término porque
niel: Bioética como una disciplina (en el era muy engorroso. Él cree que la pala-
Centro de Estudios Hastings)». bra «bioética» se popularizó porque era
sencilla «y particularmente porque los
La anotación del bibliotecario se refería medios de comunicación se interesaron
a un artículo que Callahan había escri- en esa área; fue grato tener un término
to en 1973 precisamente para el primer simple que pudiera fácilmente ser usado
ejemplar de la revista Centro de Estudios para consumo público» (carta al autor, 31
Hastings, en el cual él hizo varias propues- de agosto de 1992)
tas que eran bastante significativas si se
consideran hechas con referencia a una Aunque el Daniel Callahan de 1992 no
palabra que tenía escasamente tres años recordaba haber usado mucho la palabra
de uso: Él llamó boética a una disciplina «bioética» en sus escritos a comienzos
(si bien no todavía una disciplina genuina de 1970, su artículo pionero, justamente
de acuerdo con el concepto con el cual sobre la «disciplina de la bioética» para
usualmente se la entiende en comuni- ese momento, fue decisivo para la acep-
dades académicas y científicas); designó tación «oficial» del término como el títu-
las metas apropiadas, las metodologías y lo de una disciplina. Así que, si Potter y
los estándares para la entonces naciente Hellegers le dieron nacimiento al térmi-
disciplina; y señaló además los ingredien- no y también a su uso académico insti-
tes para el entrenamiento de bioeticistas. tucionalizado, Callahan fue el individuo
(Callahan 1973, p. 68)20. que (¿de manera ambivalente?) autenti-
có y registró en las crónicas académicas
Daniel Callahan, reflejando la prematu- apropiadas el nacimiento de la palabra
ra y ampliamente difundida ambivalencia «bioética» y la disciplina que nació con
de la palabra «bioética,» me escribió en ese nombre.
1992 acerca de la aparición de la palabra
a comienzos de 1970: «Yo escasamente
Conclusión
20 En este artículo pionero, Callahan no exaltó la Sería apropiado honrar los legados de
bioética. Casi al contrario, dijo de la bioética: «Su Potter y Hellegers de varias formas: dan-
status problemático e impreciso en filosofía y teo- do crédito total a ambos pioneros, cuyas
Revista Selecciones de Bioética

logía es comparable con su débil fundamentación


en las ciencias de la vida. No obstante él sostenía
contribuciones a menudo han sido pasa-
que su «falta de aceptación general» y la ausencia das por alto; se les daría crédito exami-
de unos claros estándares disciplinarios dan opor- nando y evaluando su pensamiento más
tunidades sin paralelo, para formar una disciplina
«todavía no cargada por encostradas tradiciones y
minuciosamente, tanto por lo que sus
figuras dominantes» (p. 68). puntos de vista significaron en el momen-
20 Warren Thomas Reich

to de ser escritos como por lo que pueden apacibles choques’ que surgieron entre la
significar para nosotros hoy; y también comprensión de la bioética de Potter y la
iniciando un diálogo entre las perspecti- de Hellegers en la Universidad de George-
vas de estos dos visionarios. town. ¿Por qué la propuesta de Hellegers,
en Georgetown sobre el significado de la
La pesquisa histórica de este artículo bioética se aceptó de manera más amplia,
permanece incompleta. Necesitamos exa- mientras que la idea de Potter sobre ella
minar las diferencias, ‘las diferencias o permaneció bastante marginada?
Septiembre de 2010

16
¿De qué hablamos cuando
hablamos de Bioética?1
Teresa Asnáriz

Resumen
El artículo trata de diferenciar el enfoque ético del bioético, para saber si son dos modalida-
des de análisis distintas o son lo mismo con distintos nombres.
Para la filosofía la ética es la disciplina que estudia la acción moral en función de una teoría
sobre el fin o sentido último de la existencia humana. Investiga la praxis, la acción humana
desde el punto de vista de las condiciones de su moralidad, tratando de fundamentar la
moralidad. Tanto en ética como en en moral la fundamentación se realiza por medio de la
argumentación que se lleva a cabo por estrategias y métodos diversos. Con ella buscamos
fundamentar acciones, juicios morales y teorías éticas acerca de ellos.
¿De qué hablamos cuando hablamos de bioética? La bioética analiza argumentativa, inter
y transdisciplinariamente situaciones dilemáticas valorativas surgidas en y desde las ciencias
de la vida y de la salud, esto debido a la creciente tecnificación que impacta la vida en toda su
amplitud y a la variedad de paradigmas de valores existentes. El análisis busca, con respon-
sabilidad solidaria, llegar a consensos donde prime el respeto por la dignidad humana y la
vida en general, tanto presente como venidera. Por lo tanto, no son la misma disciplina ética
y bioética. La bioética como tal es una ética aplicada a un campo específico de la realidad.

Abstract
The article tries to make a difference between the ethical and the bioethical approaches, in
order to inquire if they are two different modes of analysis or, if they are one and the same
with different names.
For Philosophy, Ethics is the discipline that studies moral action and the justification of it on
the basis of a theory about the end or the goals of human conduct. It investigates the praxis, the
moral conditions for human action trying to establish a foundation for morality. In Ethics, this
foundation is justified through arguments. Argument and arguing is carried out using different
methods and strategies. But sound arguments are always the basis of the whole enterprise
What do we talk about, when we talk of Bioethics? Bioethics analyses in an argumentative
and intertransdisciplinary way, dilemmatic valuative situations that originate in the life and
health sciences, due to the increasing advances in technology that impact life in all its ma-
nifestations. It also deals with the variety of paradigms of existing values. The analysis looks
for a consensus of shared responsibility where respect for human dignity and life in general,
present and future, be the most important thing. Therefore, Ethics and Bioethics are not the
same discipline. Bioethics as such, is an ethics, applied to a specific field of reality.

1 Manuscrito presentado por la autora en las Jornadas Argentinas de Bioética en 1998 y cedido expresamente
para su publicación.
22 Teresa Asnáriz

Generalización actual
de la bioética

L
a preocupación del hombre acerca Podemos tomar como modelo de análi-
de la vida, de las acciones humanas sis la definición de la bioética que da la
que se proyectan sobre ella, de la Enciclopedia de bioética, dirigida por W.
relación entre su capacidad de homo fa- Reich, de la Universidad de Georgetown,
ber y la proyección sobre su bienestar no punto de referencia internacional. Y po-
son nuevas, sólo se agudizan produciendo dremos comparar la definición de su pri-
una exigencia de reflexión sistemática al- mera edición (1978)2 y con la de la última
rededor de los años sesenta. A partir de edición (1995)3.
entonces el término bioética se fue impo-
niendo de manera especial, y se ha hecho Cuando leemos la amplia literatura que
común en esta transición hacia un mundo hoy día existe en bioética encontramos
globalizado. Se habla de enfoque bioéti- correspondencia entre el enfoque de los
co, de leyes con contenido bioético y de trabajos y aquellos diversos matices en la
análisis interdisciplinario de temas bio- definición de bioética. Pero encontramos
éticos. Hay manuales, libros y hasta una también trabajos que no responden al en-
Enciclopedia de Bioética. Hay seminarios, foque bioético sino al ético.
cursos, especializaciones, posgrados, sim-
posios, congresos de bioética. Se busca Cuando hablamos de bioética hay que
proyectar la reflexión bioética a todos los tratar de diferenciar el enfoque ético del
niveles de la sociedad. bioético. Porque, o son dos modalidades
de análisis distintas (en cuyo caso ten-
Cuando nos aproximamos a esos niveles dremos que tener cuidado de no estar
encontramos definiciones de la bioéti- hablando sólo de ética dentro de un mar-
ca con diversos matices que hablan de co bioético). O son lo mismo con diverso
un área de reflexión ética acerca de los nombre (en cuyo caso deberíamos acla-
descubrimientos científicos de la órbita rarlo y justificarlo en el inicio de todo tra-
de las ciencias de la vida y del cuidado de bajo, pues estaríamos rechazando la exis-
la salud y de las tecnologías emergentes tencia misma de la bioética como campo
aplicables a la vida, especialmente a la o disciplina).
humana. Algunas con más énfasis norma-
tivo que otras.
Septiembre de 2010

2 Reich, Warren T. Encyclopedia of Bioethics, 4 vols.,


New York, Macmillan, Free Press, 1978.
3 Reich, Warren T. Encyclopedia of Bioethics, Revi-
sed Edition, New York: Simon & Schuster McMi-
16 llan. New York, Macmillan, Free Press, 1995.
¿De qué hablamos cuando hablamos de Bioética? 23

Las primeras preguntas


que surgen

¿De qué hablamos cuando hablamos de científico), hasta la modalidad con que
ética? Y ¿de qué hablamos cuando habla- realiza ese análisis racional, problema-
mos de bioética? tizando los supuestos con que la ciencia
trabaja (conocimiento filosófico). Quienes
¿De qué hablamos cuando son además creyentes agregarán a estos
hablamos de ética?
modos la búsqueda de demostración ra-
cional de la existencia de Algo o Alguien
Inicio Superior (conocimiento teológico) a la luz
de la fe.
No intentamos hacer una historia de la éti-
ca sino contextualizar la aparición de la éti- Ubicándonos en el modo de conoci-
ca y definir su objeto y finalidad tal como se miento filosófico, la historia nos dice
la utiliza en el mundo del conocimiento, sea que quienes dejaron su rastro de pre-
cotidiano, científico, filosófico, religioso. ocupación por explicarse los enigmas del
mundo externo en forma racional, y no
Sabemos que el hombre es, por ahora, mitológica, fueron algunos hombres ha-
la única criatura viviente que tiene la ca- bitantes de Mileto. Tales, Anaximandro,
pacidad de conocer (capacidad gnoseo- Anaxímenes son los primeros nombres
lógica), de reflexionar acerca de ello, que llegaron a nosotros, que observaron
explicarlo simbólicamente, permitiendo y trataron de explicar los cambios que
un intercambio comunicacional acerca de veían, por algo natural, no sobrenatural.
esos conocimientos, que han creado un Buscaron principios que sustentasen la
entorno cultural, que culturiza todo, a sí realidad y los buscaron desde la obser-
mismo y a lo que lo rodea. vación y el propio entendimiento. La
historia de la ciencia y de la filosofía ha
Esa ansia de saber, ese constante pre- inscrito y perpetuado para la posteridad
guntar por qué y para qué, que desde la los nombres de muchos de aquellos que
infancia presenta la humanidad, tradicio- siguieron esta línea en la Magna Grecia,
nalmente se ha diferenciado en modali- en Atenas.
dades que van desde la observación de un
fenómeno y la búsqueda de explicación Lo que nos interesa señalar es el cambio
en las creencias, en concepciones del de rumbo de las preocupaciones entre los
mundo y de la vida, inscritas en el grupo primeros filósofos, que eran preocupacio-
humano al que pertenecen, aceptando nes cosmológicas, referidas al mundo ex-
esto sin más (conocimiento cotidiano, terior, y la de los filósofos de Atenas que
Revista Selecciones de Bioética

ingenuo), a la búsqueda de causas con el pasan a mirarse a sí mismos, perfilándose


esfuerzo de su observación, de su enten- así la antropología. El centro no es ya el
dimiento, con método, limitándose a la mundo exterior, la naturaleza –de ahí que
realidad –con toda la amplitud que este los llamen filósofos naturalistas–, sino el
término puede connotar– (conocimiento hombre: antropos.
24 Teresa Asnáriz

En el siglo V a.C. aparecen unos ciuda- interrogar a la naturaleza circundante y


danos interesados en proporcionar sostén buscar legalidades a hacerlo sobre sí, a
teórico y práctico a la actividad política. establecer la legalidad de sus acciones y
Su preocupación se mueve en torno a la lograr la convivencia entre sus aspiracio-
política, al análisis de las costumbres, a nes y las de los otros y la de la naturaleza
todo lo relacionado con la vida pública que lo rodea.
del ciudadano. Sacudidos los griegos por
las guerras Médicas iban perdiendo fe en Primero (como lo podemos constatar his-
las tradiciones, en las normas indiscuti- tóricamente en todos los amplios campos
das hasta entonces, que orientaban sus del conocimiento científico humano),
conductas. Se pone en duda el ethos de surge la toma de conciencia del problema
la polis. y sólo después se sistematiza, se convierte
en disciplina, se le da carácter de inves-
Y así el ethos (costumbre) aparece como tigación metódica y lógica. A pesar del
núcleo central sistemático de la preocu- tiempo transcurrido, es un tema de difícil
pación filosófica: ¿cuál es el fundamento abordaje, de difícil consenso, por ser el
ético? ¿qué me indica que una conducta hombre juez y parte de sus acciones y por
está bien, que un acto es bueno? Antes la complejidad de elementos y relaciones
la pregunta había sido: ¿cuál es el funda- que encierra el acto moral.
mento de la realidad?
Definición de ética
En ese momento histórico en Grecia, sur-
Para el presente trabajo lo que interesa
ge la reflexión sobre el ethos. Surge la éti-
es delinear qué entiende la filosofía por
ca. Y llega hasta nuestros días el nombre
ética.
de una figura pionera y descollante en el
área antropológica y en el área ética: Só- Para la filosofía la ética es la disciplina
crates (469 a.C.), quien expandió la pres- que estudia la acción moral en función de
cripción délfica «Conócete a ti mismo» y una teoría sobre el fin o sentido último de
con su método trató de llegar a conocer la existencia humana. Investiga la praxis,
qué era el bien, inaugurando así la inves- la acción humana desde el punto de vis-
tigación formal del hombre como sujeto ta de las condiciones de su moralidad,
de la moralidad. De ahí en adelante son tratando de fundamentarla (la cualidad
muchos los nombres que han quedado que atribuimos a una acción moralmen-
grabados en la historia de la filosofía que te buena). Es la teorización sobre el acto
se ocupan de la ética. moral como proceso en el que se concen-
tra y realiza progresivamente el fin (bien
El problema ético aparece cuando el absoluto) de la existencia de cada ser hu-
hombre plantea la aprobación o censura mano.
de sus actos (de él y de sus semejan-tes).
Septiembre de 2010

Cuando se interroga acerca de su conduc- Quien dio estatus de disciplina filosófica


ta respecto de sí como individuo y como a la ética fue Aristóteles (384-322 a.C.) en
integrante de la sociedad donde interac- su libro Ética Nicomaquea. La distingue
16 túa con otros. Pasó de la posibilidad de de otras disciplinas filosóficas teóricas
¿De qué hablamos cuando hablamos de Bioética? 25

(lógica, física, matemática, metafísica), actos reflejos. Para que haya acto moral
que se ocupan del ser. Y la considera par- debe haber libertad.
te de la filosofía práctica (ética, economía
y política), que se ocupa de las acciones Aunque no todo acto libre es, por eso,
humanas y sus productos. moral. Por ejemplo: como tengo tiempo,
decido descansar 10 minutos más. La li-
bertad es condición necesaria, pero no
Significado del término Ethos
suficiente. Para que una acción sea moral,
en griego
necesita requisitos esenciales de libertad,
Los griegos utilizaban el vocablo ethos uso de la razón para el reconocimiento de
con algunas variantes: (...) como uso, las normas en juego y del principio de res-
hábito, costumbre moralmente buena. ponsabilidad. El hombre lleva a cabo una
Actuaba éticamente quien se regía por acción moral cuando ha tenido conoci-
las normas de la polis, por lo que estaba miento (tener información) de legalidad,
aceptado como costumbre buena, por lo comprensión de lo que acepta, respon-
que el código moral, universalmente re- sabilidad de elección entre legalidades
conocido, aceptaba. Y (...) para señalar disyuntivas, cumpliéndose el acto moral
que, además, ese regirse por las normas cuando lleva a cabo la decisión preferen-
estaba empapado de virtud. Que quien cial que adoptó. Y sobre esta acción cae
hacía la acción así lo hacía reflexivamen- la aprobación o sanción. Si no hubiera
te, no siguiendo la costumbre por seguir- normas éticas el hombre sería amoral,
la, sino por el propio convencimiento de aunque podría ser libre. Para poder ha-
su validez. Es así un carácter. blar de acto moral necesitamos también
la existencia de la norma, de la regla de
Significado del término mos (moris) conducta. La ley moral, la norma ética,
en latín puede ser autónoma o heterónoma pero
siempre se presenta ante la persona como
Los latinos utilizaron el término mos un deber ser.
como una traducción de los dos concep-
tos de ethos griegos, incluyendo así buena Una acotación de complejas connotacio-
costumbre (sustantivo: la moral) y carác- nes y concreciones: cuando hablamos en
ter (sustantivo: moral, moralidad). Y mo- ética de «persona» estamos haciendo re-
ral es también el adjetivo que califica de ferencia a un individuo (del latín indivi-
buena una acción (tanto por su adecua- duus = indivisible, algo que no se divide,
ción con la costumbre considerada válida que es uno en sí) que realiza actos regi-
como por el carácter virtuoso de quien la dos por normas, reglas de conducta, que
realiza). puede decidir libremente su aceptación
o rechazo, que tiene aspiraciones que no
Revista Selecciones de Bioética

Delimitación de acto moral siempre logra. Es como una segunda na-


turaleza edificada, constituida sobre su
No toda acción humana es moral. El invidualidad.
hombre realiza acciones que no son ne-
cesariamente morales: por ejemplo, actos Aunque no es un punto básico en el pro-
compelidos (inconscientes y conscientes), pósito de este trabajo, la importancia fun-
26 Teresa Asnáriz

damental de delimitar qué entendemos medida en que se acerca o se aleja de un


por persona en nuestra vida ética, hace paradigma ideal establecido con valor ab-
que sea necesario resaltar que el tema de soluto (de las proposiciones normativas
la persona es todo un tema filosófico cen- que tiene cada religión, por ejemplo).
tral, muy complejo. Da lugar a posicio-
nes diversas y encontradas: ¿definiremos La moral se manifiesta en los comporta-
persona como un individuo con libertad y mientos humanos y en sus expresiones
razón en potencia, o en acto? ¿Todo ser orales y escritas. La libertad de cada ser
humano como tal, es persona? ¿O la per- humano no es una libertad sin reglas, arbi-
sona es un constructo al que no todo ser traria, sino que es una libertad de elección
humano llega? Muchas decisiones éticas ante posibilidades establecidas individual
(y bioéticas) se basarán en el concepto o socialmente, algunas reguladas, otras
que tengamos de persona. no, con valor normativo o no, y la decisión
de aceptarlas o rechazarlas que cada uno
Diferencia entre ética y moral tiene. Se puede hablar de moral de grupo
cultural, de subgrupos, de individuos.
La palabra moral se deriva de mos. Ha-
blamos de moral cuando consideramos La moral le dice al hombre lo que debe
que la costumbre reconocida como buena hacer aquí y ahora. Responde a creencias,
es un modelo vinculante de comporta- a convenciones sociales.
miento. Le atribuimos validez normativa.
Es bueno un acto si cumple con los requi- La ética es, en cambio, una filosofía prác-
sitos exigidos por el paradigma (por ejem- tica, que se ocupa de la praxis, del obrar
plo: los Diez Mandamientos). Es malo en humano en aquella clase de acciones que
la medida en que lo contraría. definimos como morales. Y que dice lo
que se puede hacer para considerar una
Generalmente en el lenguaje cotidiano acción como buena. Poder hacer, no de-
utilizamos el término ético como sinóni- ber hacer.
mo de moral. Pero en filosofía, utiliza-
mos los términos ética y ético haciendo Es clásica la analogía kantiana de la ética
referencia a la disciplina ética; con su con la brújula: la brújula no indica direc-
significado de análisis reflexivo sobre el tamente el camino que debemos seguir,
lenguaje moral o sobre la acción moral sino que muestra cómo debe buscarse el
de investigación filosófica acerca de lo camino correcto4. La brújula sería la ética.
relacionado con la moral y la moralidad. La ética parece abstracta en tanto indica
Algunas veces se utilizan como sinónimos el cómo, la moral, práctica, porque realiza
ética y filosofía moral. acciones buenas o malas, pero la reflexión
ético-filosófica es necesaria para ayudar-
Y aplicamos el término moral a la acción nos a reflexionar acerca de las decisiones
humana en la medida en que aseveramos de acción, del ejercicio de la libertad, que
Septiembre de 2010

que tal acción es buena, nos referimos nos hace realmente humanos. No siem-
al contenido de los juicios de valor, a las
normas. Calificamos de buena o mala una 4 Pieper, Annemarie. Ética y Moral. Barcelona: Crí-
16 acción moral, de moral o inmoral, en la tica, 1991, p 83.
¿De qué hablamos cuando hablamos de Bioética? 27

pre las decisiones son sencillas, y en los • Podemos utilizar los sentimientos para
dilemas, en los conflictos, la ética ayuda a fundamentar determinadas acciones
analizarlos y guiarnos en la decisión final (porque es egoísta, porque lo amo).
de acción. Son temas centrales de la ética • También solemos recurrir a las posi-
la libertad, el bien, el mal. bles consecuencias de haber hecho
(o no) tal acción: porque sufrirían
En el análisis ético podemos señalar ni-
los niños, porque habría arruinado
veles de análisis de una acción: un nivel
a su familia, porque se evitó así su-
de descripción de los hechos, elementos,
frimiento a muchos, en honor a la
personas, etc. involucrados en la acción
justicia…
(ética descriptiva). De reconocimiento de
paradigmas incluidos, supuestos, etc. en • Frecuentemente oímos fundamenta-
la acción (ética normativa). Y de un nivel ciones que tienen que ver con códi-
metaético, en el que averiguamos alcance gos morales religiosos, políticos, etc.
y significado de los términos utilizados, Lo justifico (o no) porque lo dice la
coherencia y validez de los argumentos Iglesia, porque lo dice la Constitución,
expresados (metaética). porque lo dice el Partido.
• Podemos encontrar argumentaciones
Formas y estrategias de la que hacen referencia a criterios de au-
argumentación moral y ética toridad moral. Porque lo dijo el Papa,
el Presidente, mi padre.
Tanto en ética como en moral la funda- • Hay también referencia a la conciencia
mentación se realiza por medio de argu- propia como argumento de aceptación
mentaciones. Argumentación que se lleva o rechazo.
a cabo por estrategias y métodos diversos.
Con ellas buscamos fundamentar acciones Estas y otras argumentaciones pueden
y juicios morales y teorías éticas acerca de analizarse lógicamente y encontrar en
ellos. Pero siempre, argumentación. ellas fallas en argumentación lógica, pero
son argumentaciones a las que se recurre
En el plano moral cuando juzgamos una cuando nos encontramos en necesidad de
acción, cuando discutimos una planifica- fundamentar aceptaciones o rechazos de
ción de acción, podemos estar de acuer- acciones morales.
do o no. Y recurrimos a diversas razones
para convencer o convencernos de qué En cambio, cuando tenemos que hacer
consideramos bueno. fundamentaciones éticas, necesitamos
que sigan las exigencias de un método
• Ante una acción de alguien podemos científico, que tengan validez lógica.
justificarla (o no) diciendo: porque es Sean descriptivos (comprobamos pos-
analfabeta, porque estaba obnubilado,
Revista Selecciones de Bioética

tulados y hábitos de acción empíricos)


porque es pobre. Hacemos referencia o normativos (se desarrollan o analizan
a hechos que tienen consideración reglas).
generalizada como atenuantes o con-
sensos de aceptación (por rechazo o Podemos utilizar sistemas axiomáticos, ar-
aceptación). gumentaciones silogísticas, métodos discur-
28 Teresa Asnáriz

sivos, método dialéctico, analógico, analíti- son ajenos al enfoque de la situación


co, hermenéutico, etc. Lo fundamental es desde un punto de vista exclusivamen-
que tengan rigor lógico-metodológico. te ético, aunque la descripción de la
situación los incluya. En este sentido
se hace manifiesto que lo que puede
Ética como disciplina autónoma ser un problema social no tiene por
y ética aplicada
qué ser necesariamente un problema
Como se dijo anteriormente, la ética para la ética. Por ejemplo, la extrema
es una disciplina filosófica práctica que pobreza, la desnutrición infantil, la
discriminación racial, etc. Tales temas
se interesa por la praxis humana moral.
son para la ética «cosa juzgada», en
Estudia lo referente a la moral y la mo-
ese sentido no son problemáticos, son
ralidad. Busca la fundamentación y justi-
situaciones moralmente inaceptables
ficación de la moral, de la acción moral. sin apelación. Son problemas para la
Tiene su objeto y su finalidad propios. La sociología o la economía en la medida
ética tiende al análisis moral en su validez en que no logren resolverlos. La ética
universal. Trabaja sobre patrones de con- aplicada colabora en la resolución de
ducta establecidos e intenta la generaliza- estos problemas en la medida en que
ción de la norma posible. pone al alcance la comprensión de las
dificultades desde el punto de vista
Cuando dividimos la realidad en ámbitos ético, pero no está en sus medios pro-
y situaciones particulares y allí hacemos ducir soluciones concretas. Aporta la
un enfoque ético estamos en una ética crítica de los medios que se arbitren
aplicada. El objeto de la ética aplicada se para resolver un problema.
da a partir de la percepción de situacio-
nes nuevas en el contexto de la realidad La ética es disciplina aplicada en tanto tra-
social. Podrían ser situaciones que esta- tamos de aplicar principios éticos genera-
ban y no se habían detectado aún, o que les a ámbitos específicos de acción humana
aparecen. en la realidad: ética profesional (deontolo-
gía), ética social, ética económica.
Iribarne dice en Acerca de la ética aplica-
da5: Cada tema como objeto del conocimien-
to permite su estudio desde diversas dis-
Dado el carácter dinámico y comple- ciplinas. La contextuación que le damos
jo de la realidad, el aporte de la ética le dará su calificación de ética, bioética o
pura no basta. Es función de la ética la mirada particular que sea. En nuestro
aplicada abarcar metódicamente la si- caso específico, un recorte del universo
tuación concreta, analizarla. Un primer de los posibles está dado por la contex-
momento del análisis practicado por la tualización de temas relacionados con
ética aplicada es la discriminación de
las ciencias de la vida y el cuidado de la
los aspectos sociales: económicos, ideo-
salud, y el mundo tecnocientífico que
lógicos, educacionales, políticos, que
Septiembre de 2010

nos habla del cambio de un modelo de


sociedad industrial, donde el hombre es
5 Iribarne, Julia V. Acerca de la ética aplicada. En: llamado a las grandes ciudades para pro-
Cuadernos de Ética. Buenos Aires Nº 10 (1990),
16 p. 36. ducir en serie con las máquinas, con la
¿De qué hablamos cuando hablamos de Bioética? 29

consiguiente reorganización económica tal sociedad, por tal paradigma religioso.


basada en la absorción de mano de obra, Siempre será una opinión guía, que pue-
donde la máquina reemplaza al hombre, de ser aceptada o rechazada por quienes
produciendo desempleo; la economía son analizados en la manera de decidir la
se reorganiza en función de la máqui- asignación de recursos o por quienes es-
na y la técnica, se brindan cada vez más tán en posición de elegir maneras de dis-
servicios, pero donde el hombre está tribuir y asignar tales recursos.
desocupado y sin poder de adquisición
En el análisis ético nos preguntamos por
o con bajísimos salarios; sin poder aún
los valores en juego, por los modelos que
encontrar el equilibrio del modelo para
pueden motivar las conductas, hacemos
hablar de bienestar humano y armonía
una disección del acto moral, de su es-
del ecosistema.
tructura esencial. Proyectamos el análisis
Reafirmamos que en nuestra opinión un de la situación, del caso a generalizacio-
tema de por sí no tiene connotación espe- nes.
cíficamente ética o bioética. La diferencia- El mismo tema tendrá su visión bioética
ción está en el objeto formal, en la modali- cuando bajamos esas generalizaciones
dad de enfoque, en el modo de preguntar éticas a un aspecto de la realidad que he-
acerca del tema y en la inter y transdisci- mos delimitado convencionalmente en
plinariedad del abordaje. Podemos tener una definición. En este caso, lo enfocare-
un mismo objeto material, un mismo qué mos inter y transdisciplinariamente, acer-
cosa, pero mirado desde cómos (puntos cando ópticas profesionales y ocupacio-
de vista) diferentes, como dice Ferrater nales distintas, aportando una visión de
Mora, J.6 , entre ellos, ética o bioética- amplio espectro del objeto, tratando de
mente. reconstruir en conjunto el alcance del
problema sobre la vida, sobre la cali-
Podemos encararlo éticamente: en cuyo
dad de vida humana, presente, futura,
caso el análisis puede ser de una sola per-
buscaremos analizar las circunstancias
sona o de un grupo, haciendo un análisis
medioambientales, tanto naturales como
de la conducta de quien o quienes deci-
sociales, y hasta del ecosistema, la pro-
den la asignación de recursos desde la éti-
blemática y las alternativas de acción
ca descriptiva, desde la ética normativa,
ética posibles, esforzándonos por llegar
desde la metaética, enfocándolo desde
a consensos que no son necesariamente
los diferentes paradigmas éticos, anali-
soluciones únicas. Pero sí son proposicio-
zando sus aproximaciones o alejamientos
nes elaboradas inter y transdisciplinaria-
de normas vigentes, observando los gra-
mente, que emergerán como guías de ac-
dos de corrupción existentes en el mane-
ción posible, refiriéndonos a su impacto
jo de asignación de recursos. Podremos
en la vida, sea humana, animal, vegetal,
Revista Selecciones de Bioética

enunciar cuál conducta se aproxima me-


presente como futura, en este momento
jor a una acción considerada moral por
del mundo, donde el conocimiento y la
posesión de tecnociencia dan poder, po-
6 Ferrater Mora, J. «La filosofía en el mundo, hoy». der de conocimiento, poder económico,
Madrid: Revista de Occidente. 1963, p. 98. poder político.
30 Teresa Asnáriz

Cuando particularizamos, cuando dirigi- ¿De qué hablamos cuando


mos la reflexión ética centrándonos en un hablamos de bioética?
problema, por ejemplo los negocios, en-
traremos en la ética aplicada a los nego- Inicio de la bioética
cios, si entramos en el área del análisis de
No se puede negar que filósofos, teólo-
la conducta de un profesional dentro de
gos, religiosos, hombres de ciencia, pen-
las normas que rigen su profesión, de lo
sadores en general, se han preocupado,
que su corporación considera exigencias
desde tiempos remotos, por el uso de la
ético-morales, estaremos en el campo de
técnica en el desarrollo de la vida huma-
la ética aplicada deontológica, etc.
na, del impacto de ésta sobre él y su entor-
Y avanzando hacia el plano moral pode- no. Pero como siempre, primero están las
mos dar nuestra afirmación de actitudes y preocupaciones, las primeras reflexiones
actos morales o inmorales en las acciones acerca de lo que constituye un problema,
de la o las personas involucradas desde y luego la sistematización de todo eso.
nuestro paradigma ideal de valores. Si co-
inciden serán consideradas buenas, si se Creo que si rastreamos el momento de
contraponen, inmorales. inicio sistemático de la bioética podemos
obtener notas esenciales que permitan ir
Quizás sean sutiles diferencias. Pero en conformando una definición, caracterís-
el campo de la ciencia, la sutil diferencia, ticas que podremos utilizar para diferen-
por más sutil que sea, es diferencia. Y el ciar ética de bioética.
cuidado semiótico (estudio de los signos
y símbolos, entre ellos el lenguaje) nos Para esto vamos a situarnos en los años
obliga a tratar de ser cuidadosos semánti- 60, en EE.UU. La formación ciudadana
camente (cómo definimos el signo o sím- del norteamericano exaltaba el valor de
bolo) y pragmáticamente (qué conductas la autonomía de las personas, proclama-
esperamos que se realicen ante ellos). ba los derechos civiles, el derecho a saber
Sobre todo a la hora de acercarnos a un del paciente, el derecho del consumidor,
consenso. con una gran base de protestantismo que
invitaba a la lectura bíblica cotidiana y la
En general la bioética analiza casos di- libre interpretación de textos, afirmando
lemáticos. Pero no podemos limitarla a el respeto por la persona y sus decisio-
la casuística (analizar sólo casos). Pue- nes, esto hacía común la práctica argu-
de también analizar situaciones y pro- mentativa en las situaciones normativas
blemas generales. Situaciones genera- y legales conflictivas; se proclamaba la
les (técnicas de fertilización, embriones defensa de las minorías y marginados;
sobrantes, aplicación de tratamientos se sentían orgullosos de la prosperidad
psicológicos) que si tenemos en cuenta de su nación, de la industrialización cre-
el respeto por la diversidad cultural tie- ciente, de la libre competencia econó-
Septiembre de 2010

nen que ser analizadas en su contexto


y que pueden también ser analizadas
comparativamente desde alguna visión 7 Mainetti, José Alberto. Bioética sistemática. La
16 particular. Plata, Argentina, 1991, p 12.
¿De qué hablamos cuando hablamos de Bioética? 31

mica, del desarrollo de la ciencia y de la en cuenta cuando se quiera experimentar


técnica en favor del bienestar de la mayo- con seres humanos: respeto por las per-
ría y de la fuerza de sus poderosos medios sonas y su autonomía, por el bienestar de
de información. ellas, por la equidad. Se conocerá como
Belmont Report (1978).
J. A. Mainetti dice que «el movimiento bio-
ético, como fenómeno cultural en los Esta- En 1979, dos autores, Beauchamp T.,
dos Unidos, se caracteriza por la fórmula Childress J., sistematizan su pensamien-
de un bios tecnológico y un ethos secular»7. to acerca de cómo obrar en situaciones
médicas conflictivas. Presentan su libro
Por ese entonces la prensa americana
Principios de ética biomédica8, expo-
expone a la opinión pública situaciones
niendo un paradigma base desde el cual
de abusos en casos de experimentación
abordar los dilemas. Se lo conoce como
médica en seres humanos. Se publican
el paradigma de los cuatro principios.
los hechos, se detallan las modalidades
En todo conflicto habrá que argumentar
de experimentación basadas en grupos
teniendo en cuenta el principio de auto-
que recibían tratamientos específicos
nomía del paciente, el principio de no
y en grupos que recibían placebos cre-
maleficencia, el principio de beneficen-
yendo que se les estaba dando fármacos
cia del médico, y el principio de justicia,
apropiados para su enfermedad como a
desde la equidad social.
los demás.

Se conocen así las experimentaciones so- Se argumentará con correcta informa-


bre población de negros: Tuskegee syphi- ción, tratando de encontrar la mejor de
lis study (1932-1970), con judíos: Jewish las soluciones posibles, sabiendo que ha-
chronic disease cancer experiment (1964), brá que elegir prioridades que no serán
y con chicos con retardo, de familias po- la solución perfecta. Fue la primera pro-
bres: Willowbrook hepatitis experiment puesta de análisis de situaciones dilemá-
(1956-1970). ticas para aproximarnos a la búsqueda de
consenso en la diversidad de paradigmas
Los americanos discuten el engaño, el de valores que se contraponen.
abuso en perjuicio de minorías y margi-
nados sociales. Algunos defienden el sa- Cuando hablamos de «dilema» nos refe-
crificio de unos pocos en favor del avance rimos a una situación cuyo análisis nos
de la medicina, que beneficiará a las ma- lleva a posiciones opuestas, nos presen-
yorías. ta argumentos alternativos que llevan a
conclusiones, cualquiera de ellas, con una
El gobierno encomienda la investigación dosis de insatisfacción. A veces se utiliza
de estos sucesos a una comisión: The Na- también el término «conflicto» en lugar
tional Commission for the Protection of de dilema, siempre con la connotación de
Revista Selecciones de Bioética

Human Subjects of Biological and Beha-


vioral Research. Esta comisión, confor-
mada por representantes de diversos sec-
8 Beauchamp, Tom and Childress, James. Principles
tores de la sociedad americana, da como of Biomedical Ethics. New York: Oxford University
resultado un informe con guías para tener Press,1979.
32 Teresa Asnáriz

enfrentarnos a una nueva situación que Aquí se podría hacer referencia a la frase
presenta elecciones alternativas antagó- «Nada hay nuevo bajo el sol» del Ecle-
nicas entre sí que tenemos que resolver siastés. Ya el hombre desde siglos se ha
lo más adecuadamente posible según los preocupado por la ética de la vida, pero
esquemas que disponemos, sean indivi- la novedad la trae la expansión de la com-
duales o sociales. «Dilema» lo tomamos prensión científica del universo y las in-
de la lógica, «conflicto», de la psicología, novaciones tecnológicas. Y esto merece
aclarando que en cada una de esas disci- tiempo y reflexión sistemática, metódica,
plinas el concepto tiene su definición es- para darle un sentido humanizante, de
pecíficamente contextuada. otro modo la técnica podrá ser la guía de
nuestro camino en vez de ser nosotros los
Propuesta del término bioética que la guiamos a ella.

En 1971, un bioquímico, Van Rensselaer En 1978, Warren Reich, edita la primera


Potter, escribe un libro acerca de su pre- Enciclopedia de Bioética, que ayuda a for-
ocupación frente a la creciente tecnifica- malizar el nombre y el estatus disciplinar
ción de la medicina, las técnicas biológi- de la bioética.
cas y la necesidad de no perder de vista
Desde ese entonces hasta ahora la bioéti-
la tarea humanitaria de la medicina, de
ca se ha desarrollado en niveles teóricos,
pensar en las personas por sobre todas las
académicos, primero en Norteamerica,
cosas. Tituló su libro: Bioética. Puente ha-
luego pasó a Europa, y finalmente hoy se
cia el futuro9 y en él propone la creación
ha extendido a todo el mundo ya que la
de una nueva disciplina, la bioética para
preocupación de Potter es hoy preocupa-
unir la cultura humanística con la cultu-
ción de todos.
ra biotecnológica: Bioethics. Bridge to the
future.
El mundo actual tecnocientífico
Podríamos criticar el término que Potter
Si bien hablar de la técnica y de la ciencia
utilizó. Podríamos decir que como bios
nos retrotrae a un pasado muy remoto, lo
en griego es exclusivamente «vida huma-
que aquí se quiere enfatizar es aquel giro
na», que es redundante hablar de ética
copernicano de la modernidad, la univer-
de la vida humana porque sólo hay ética
salización y aceleración de los tiempos tec-
humana. Pero creemos que lo importan-
nocientíficos y el paso del mundo indus-
te no es discutir un término y una pro-
trializado al tecnocientífico actual.
puesta de disciplina que se fueron impo-
niendo, sino aceptar el nombre y la idea Son situaciones-eje que llevaron a replan-
por lo que representan en un mundo de teamientos profundos del comportamien-
predominio tecnológico en desmedro de to humano y que fueron poniendo en crisis
la humanización, de la ética en las accio- paradigmas tradicionales que guiaban las
nes humanas. acciones del hombre hasta esos tiempos.
Septiembre de 2010

Sin hacer historia acerca de estos temas se-


9 Potter, Van Rensselaer. Bioethics. Bridge to the Fu-
ture. New Jersey: Prentice-Hall Inc., Englewood ñalados, sí queremos resaltar algunas con-
16 Cliffs, 1971. sideraciones sobre esas situaciones-eje.
¿De qué hablamos cuando hablamos de Bioética? 33

Sabemos que las tradiciones filosófico- y técnicas. De las monarquías absolutas,


religiosas del mundo antiguo giraban en al poder popular, a la democracia. La au-
torno al concepto de naturaleza, cuyas le- tonomía se perfila como una característica
yes debía respetar el hombre. Lo que se preciosa del ser humano. Hay que defen-
oponía a ella, lo que la desestructuraba, derla y ampararla jurídicamente.
era fuente del mal y de la enfermedad.
Con la incorporación de nuevos instrumen-
El medioevo tuvo su eje en Dios. Seguir tos, crece la técnica. Se va haciendo reali-
sus mandamientos, acatar sus decisiones dad lo que el hombre teoriza. Y la técnica
expresadas a través de profetas, apóstoles comienza su veloz carrera, hasta inundar la
y de la figura excelsa de Cristo. vida del hombre. «Aparatología», electro-
domésticos, transportes, telecomunica-
Cuando el proceso de maduración que ciones, informática, telemática, medios
venía gestando la modernidad se va asen- masivos de comunicación. La técnica nos
tando y expandiendo se hace claro un rodea y muchas veces se da la contradic-
giro copernicano: el hombre, sujeto tras- ción de que lo que es un beneficio, un
cendental, activo en cuanto al comporta- bienestar, se convierte en un imperativo,
miento moral. Surge un nuevo orden, un que de no obtenerlo, nos trae malestar,
mundo por hacer desde el hombre, todo frustración. He aquí lo que Hans Jonas
razón y voluntad. Una voluntad a priori, denomina el «imperativo tecnológico».
en la que se asentará la dignidad humana,
dirá Kant, base de los derechos huma- En las ciencias de la vida y del cuidado
nos. de la salud, los años sesentas se recuer-
dan como los años de las nuevas aneste-
La verdad ya no es adecuación de la men- sias, de los respiradores, de las terapias
te con la realidad sino el poder de trans- intensivas, de los transplantes, la procrea-
formar el mundo. El hombre se reconoce ción médicamente asistida, etc. En este
como centro del universo, creador de la nivel ‘micro’ el ser humano individual es
ciencia, tanto en su aspecto contempla- el destinatario y presunto beneficiario de
tivo, en su búsqueda de la verdad por la las nuevas tecnologías.
verdad, como en su aspecto práctico, de
aplicación del conocimiento al bienestar Estos desarrollos nos obligan, sin embar-
humano, la técnica. go, a reflexionar acerca de los crecientes
riesgos del progreso técnico, frente a los
El mundo moderno legitima la separa- valores de humanidad10.
ción entre religión y ética. Busca criterios
morales científicamente fundados, ra- Los años setentas ven crecer las institu-
cionales y seculares. Es un mundo secu- ciones de salud, los seguros sociales, las
larizado, caracterizado por su crítica a la obras sociales. Es la época del nivel me-
Revista Selecciones de Bioética

religión. Dividido y hasta enfrentado por


creencias diversas. Con crisis de paradig-
10 López Azpitarte, Eduardo. «Los Hospitales: La
mas inmutables de valores y que se ca-
Técnica frente al humanismo». Jurisprudencia Ar-
racteriza por las transformaciones revo- gentina, Número especial: Bioética. Buenos Aires,
lucionarias, políticas, sociales, científicas Nº 6113, 28 de octubre de 1998, p. 42.
34 Teresa Asnáriz

dio: de los beneficios grupales para acce- manda, costo-beneficio. Sálvese quien
der a la atención de la salud. pueda y como pueda.

Los años ochentas extienden el impacto Lo que más nos golpea es que todo este
tecnológico a todo el planeta, a lo orgá- entorno nos ha ido llevando del pensa-
nico y a lo inorgánico, contaminando, de- miento de solidaridad universal al de una
vastando... autonomía llevada a un grado de indivi-
dualismo a ultranza, de competencia y
Y la nueva genética nos abre la puerta ha-
apetencia personal en desmedro del as-
cia nuestra autoevolución y la evolución
pecto comunitario propio de seres huma-
dirigida de los seres vivos, acercándonos
nos necesitados del otro para alcanzar la
cada vez más a sentirnos como dioses.
plenitud de ser un yo.
Los años noventas nos ven preocupados
por la distribución y asignación de recur- Definición de bioética
sos que cada vez son más limitados. Sea
materia prima, sea dinero para cobertura. Tomando como referencia la Enciclope-
Crece la población de los marginados, de dia de Bioética, que incluye las opiniones
los desocupados, de los que tienen me- de especialistas de renombre internacio-
nos, los nuevos excluidos. nal, donde se presenta la diversidad de
tendencias y teorías, podemos observar la
La técnica nos está abriendo camino ha- modificación de definición de bioética del
cia el desentrañamiento de la estructura comienzo de la disciplina a nuestros días.
misma de la vida, pudiendo acercarnos a
la curación de enfermedades antes incu- En la primera edición, 1978, W. Reich de-
rables, a la creación de nuevos vegetales fine la bioética así:
y animales, y a quién sabe cuántas cosas
Estudio sistemático de la conducta hu-
más. Y también nos está acercando a la
mana en el área de las ciencias de la
destrucción del planeta y la de nuestra es- vida y la atención de la salud, en cuanto
pecie, en la medida en que no usemos con dicha conducta es examinada a la luz de
prudencia tantos conocimientos y descu- los principios y valores morales11.
brimientos, y sus concreciones.
La ubica como una ética aplicada, cuyo
En lo económico, la globalización es un campo de análisis está en la conducta
hecho. El mercado manejado por las em- humana y en el área de las ciencias de la
presas transnacionales domina el mundo vida y la atención de la salud.
económico-político con sus consecuen-
cias sociales correspondientes. Se pasa Presupone la aceptación del término bio-
del Estado benefactor, paternalista, que ética tomado con el alcance que le dio
buscaba cubrir todas las necesidades, que Potter en un mundo cada vez más tecni-
alentaba una economía protegida, sub- ficado, puente entre la humanización y la
Septiembre de 2010

sidiada, al Estado neoliberal que delega tecnología.


funciones, con primacía de la autonomía,
con una economía liberal de mercado,
16 donde todo se mide por la oferta y la de- 11 Reich, Warren. Cfr N° 2.
¿De qué hablamos cuando hablamos de Bioética? 35

Y recogiendo lo común a los diversos Para Reich es aún una disciplina naciente
procedimientos de análisis de los temas que va delineando su campo. Enriquecida
bioéticos, señala como esencial a la mo- por la interdisciplinariedad. En esta nue-
dalidad de tratamiento la interdisciplina- va edición la define como:
riedad. Los problemas que presentan las
(...) el estudio sistemático de las dimen-
novedades y descubrimientos tecnocientí-
siones morales –incluyendo visión mo-
ficos al homo eticus son de tal compleji- ral, decisiones, conducta y políticas– de
dad que exigen la colaboración de varia- las ciencias de la vida y el cuidado de la
das disciplinas. salud, empleando una variedad de me-
todologías éticas en un espacio interdis-
En su última edición, 1995, en la intro- ciplinario.
ducción comenta el establecimiento de
la bioética y su extensión mundial. El Aclara que la dimensión moral que es
afianzamiento del perfil específico de examinada en bioética está en constan-
competencia profesional en hospitales e te evolución, pero que tiende a focalizar
instituciones de profesionales. La conso- cuestiones más amplias: ¿qué es o qué
lidación de cursos y especializaciones en debe ser la visión moral de uno o de la
bioética, la profusión de cátedras univer- sociedad?, ¿qué clase de persona debería
sitarias de bioética, la creación de más de uno ser o qué clase de sociedad debería-
200 institutos de investigación bioética, mos construir nosotros?, ¿qué debe ha-
la constante aparición de revistas y libros cerse en situaciones específicas?, ¿cómo
especializados y la multiplicación de pro- vivir armoniosamente?
gramas y comisiones de bioética.
Hoy día ya hay coincidencia acerca de la
Señala que el Tercer Mundo ha critica- amplitud del campo bioético. No sólo lo
do la insistencia de los Estados Unidos médico, sino lo social, lo medioambien-
acerca de temas de tecnología referidos a tal, temas globales de salud y de las cien-
cuestiones de vida y muerte, consideran- cias de la vida. O sea, que ha ido desde el
do más relevante el tratamiento de temas campo de la ética biomédica hacia temas
como la ética de la pobreza, del agota- morales relacionados con la salud y la
miento de recursos para futuras genera- ciencia, en el área de salud pública, sa-
ciones, el efectivo desarrollo de políticas lud medioambiental, ética de poblacio-
de salud pública, etc. nes y cuidado animal. En estos últimos
años ha ido creciendo el interés por la
Comenta que es cuestión debatible si la dimensión social de la bioética y también
bioética ya se ha establecido como una es clara la interdependencia de la vida
disciplina formalizada. Algunos dirán humana, animal y vegetal y la competen-
que es «disciplina» en el sentido de mí- cia por los recursos requeridos para una
nima, como un campo de conocimiento buena salud. Por lo tanto, si nosotros
Revista Selecciones de Bioética

realizado por eruditos. Otros conside- entendemos nuestra responsabilidad en


rarán que ya puede decirse con forma- el cuidado de la salud humana, debemos
lidad que es una disciplina: con objeto, examinar críticamente la interdependen-
método, su propia literatura y perfil cia y el contexto de competencia entre
profesional. todos los seres vivos.
36 Teresa Asnáriz

Interdisciplinariedad lacionan diversas disciplinas, acercando


cada una su enfoque particular del objeto
Ya no hay un problema que pueda ser
de estudio, tratando de elaborar y reela-
analizado aisladamente, ni por un grupo
borar sus propios constructos con base en
de expertos de una sola profesión. La
los otros aportes, de tal modo que ningu-
intercomunicabilidad de aspectos es tal,
no de los profesionales, ninguna de las
que exige una mirada de varias discipli-
disciplinas, vuelve a su campo sin haberse
nas para resolver los problemas y casos
llevado algo nuevo del proceso de análisis
particulares.
interdisciplinario. Se pasa de lo reduccio-
Decisiones como: ¿a quién de estos dos nista a lo global, de lo unívoco a lo polisé-
pacientes en similares condiciones le mico. Hay un proceso de aprendizaje, de
corresponderá este único riñón?, ¿de- construcción procesual.
cidimos comprar un aparato que podrá
servir para futuros pacientes de insufi- Transdisciplinariedad
ciencia respiratoria, o utilizamos el di-
nero para salvar la vida a tres pacientes La transdisciplinariedad designa un lu-
que exigen transplante?, ¿dónde ente- gar de convergencia, pero donde desde
rraremos estos desechos nucleares?, ¿es cada disciplina se reconstruye en con-
lícito criar estos animales con el único junto el objeto. Se genera un espacio
fin de quitarles la vida para experimen- común nuevo en el que se diluyen las
tar sus órganos en humanos? ...ya no fronteras de cada disciplina. Implica un
son de un grupo de expertos en una sola paso más adelante que el diálogo inter-
disciplina. En su análisis deben estar re- disciplinario.
presentados multiplicidad de aspectos,
multiplicidad de disciplinas y de voces Ambas, la inter y la transdisciplinariedad
de ciudadanos. Ya nadie discute tampo- son momentos de construcción grupal de
co la necesidad de la óptica interdisci- espacios. En una, el perfil profesional se
plinaria en cualquier empresa o toma de reconoce más que en otra, en donde el
decisiones. esfuerzo de conceptualización ha supe-
rado límites convencionales de mirada
Sin hacer un desarrollo del tema, pero to- sesgada. Pasamos de médicos, filósofos,
mando como base el artículo «Abordaje asistentes sociales, abogados, bioeticistas
bioético, un recorrido transdisciplinario a bioeticistas médicos, filósofos, asisten-
en espiral», de A. Juric y T. Asnáriz12, di- tes sociales, abogados, etc. Y no es esto
ferenciamos el abordaje interdisciplinario un mero cambio de lugar de términos
del transdisciplinario. sino un posicionamiento cualitativamen-
te diferente que exige reconstrucción
La interdisciplinariedad es una modali- conjunta del objeto. Son momentos que
dad científica en la que se implican y re- se siguen en una secuencia tal que incor-
Septiembre de 2010

pora la anterior y aumenta progresiva-


mente, introduciendo modificaciones en
12 Juric, A., Asnáriz, Teresa. Bioética: cuestiones
abiertas. Buenos Aires. A.A.V.V. (Eledé), 1996, el proceso, en un camino dialéctico, en
16 p. 31. espiral.
¿De qué hablamos cuando hablamos de Bioética? 37

Palabras clave descriptivas de la en el campo de la epistemología de la fi-


bioética, deducidas de lo expuesto losofía de las ciencias.

Ética aplicada, cuyo campo incluye: De ahí que, ciertamente, como está escri-
to en la Enciclopedia de Bioética de 1995
• Vida en sentido amplio (humana, ani-
(pág. 250), en la bioética subyazcan cues-
mal, vegetal), actual y venidera.
tiones básicas humanas: ¿qué clase de
• Ciencias de la vida y el cuidado de la persona debo ser para vivir una vida mo-
salud. ral y para realizar buenas decisiones éti-
• Mundo actual científico y tecnológico. cas? ¿cuáles son mis deberes y obligacio-
nes hacia los otros cuya vida y bienestar
• Paradigmas de valoración.
pueden ser afectados por mis acciones?
• Inter y transdisciplinariedad. ¿qué obligaciones tengo hacia el bien co-
• Búsqueda de consenso para posibles mún o el interés público en mi vida como
acciones como objetivo. miembro de la sociedad?

Si imaginamos el campo de intersección Hay muchos otros aportes a la bioética:


de estas áreas nos encontraremos con una ¿cuál se puede considerar la mejor ética
delimitación bioética. El análisis racional para la bioética?, ¿cuál perspectiva moral
y razonable, argumentativo (porque es ofrece más ayuda que responda a temas
una ética aplicada) de temas dilemáticos morales y dilemas?, ¿cuál es el funda-
contextuados en esa intersección, nos mento de la bioética?, etc.
permitirá tratar de llegar a un consenso
(no un acuerdo convencional) entre par- También hay aportes desde otras áreas de
tes con diversos paradigmas de valores. la filosofía, por ejemplo, desde la antro-
Este consenso es consecuencia de un pro- pología filosófica, etc. Desde las ciencias
ceso de elaboración común, donde prima y demás disciplinas existentes llegan tam-
el respeto por el otro diferente y la bús- bién aportes a la bioética. Y esta multipli-
queda de puntos de encuentros. cidad de acercamientos constituye una ri-
queza particular para la bioética, en cuyo
La bioética, como ética aplicada, argu- espacio interdisciplinario se elaborarán y
mentativamente analiza situaciones dile- reconstruirán transdisciplinariamente, los
máticas en las que están presentes un mí- aportes de otras ciencias modificándolos
nimo de variables, con el fin de alcanzar y dándoles significación bioética.
consenso en la diversidad valorativa, con
responsabilidad solidaria. Bioética, de disciplina a movimiento
La tecnificación y su impacto sobre el
La ética en la bioética
hombre y sobre el entorno ha sido en es-
Revista Selecciones de Bioética

En bioética también hablamos de funda- tos últimos años de tal magnitud que na-
mentos bioéticos, y esto trasciende la bio- die duda ni pone objeciones en conside-
ética hundiendo sus raíces en la reflexión rar que el bios se refiere a la vida humana,
ético-filosófica. Como cuando hablamos animal y vegetal, que el impacto de las
de fundamentos de la ciencia, y entramos ciencias de la vida y el cuidado de la salud
38 Teresa Asnáriz

se extiende al planeta todo, y que en este simulación real en pequeña escala de


mundo globalizado todo está entramado situaciones macro; los desastres de cen-
de tal manera que un movimiento en un trales nucleares como la de Chernobyl,
punto afecta a todo el sistema. y tantos otros casos conocidos a través
de los medios de información masivos,
La problemática del sida contribuyó tam- se extienden pidiendo cautela y respon-
bién con su caracterización de enferme- sabilidad.
dad social a obligar a reflexionar sobre
la vida y la tecnociencia, sobre una serie Tantas situaciones derivadas del desa-
de situaciones que vuelven transparente rrollo tecnocientífico han hecho que la
al hombre acabando con el respeto por bioética trascienda los claustros académi-
la intimidad, por la confidencialidad, au- cos y se proyecte a toda la sociedad. Hoy
mentando la discriminación. día hay grupos de ciudadanos que elevan
sus voces, agrupándose en defensa de los
Los movimientos ecologistas, tímidas consumidores, de los derechos de los pa-
voces al principio, se han extendido con cientes, del respeto por los animales, por
fuerza mundial, y hoy es preocupación de la defensa de la flora autóctona, de no
todos cuidar el entorno, salvar de la ex- permitir que la técnica, como medio para
tinción animales, vegetales y respetar gru- el bienestar, pase a ser un fin en sí mis-
pos humanos primitivos; concientizarnos ma y a tener una autonomía que destruya
del abuso de la tecnología que destruye toda la vida. De ahí el que hablemos de
pues de otro modo las generaciones por una disciplina que se ha transformado en
venir no tendrán posibilidades de vida, al movimiento social.
menos como la hemos tenido nosotros,
por el uso desmedido de la aplicación Responsabilidad solidaria y consenso
tecnocientífica, como si la vida en toda su
amplitud y los recursos naturales fueran Si partimos de la definición del término
inmunes a todo abuso, a todo impacto en latín, responsum, responsable es quien
tecnológico. está obligado a responder; y respondére,
es prometer y ofrecer a la vez. En este
Desde el mundo de la ciencia y la técnica mundo tecnocientífico, quienes tienen
también voces autorizadas hablan de me- conocimiento, tienen una gran cuota de
didas de bioseguridad, no sólo para quie- poder. Prometen, ofrecen y tienen que
nes trabajan en investigaciones, en tareas responder por esto que ofrecen.
de alto riesgo, sino también pensando en
el equilibrio del ecosistema. La otra gran cuota de poder está en ma-
nos políticas y económicas. Pero si no hay
Las experimentaciones con seres huma- nada que ofrecer, el poder político y eco-
nos durante la época del Tercer Reich nómico no tiene nada que obtener y mane-
en nombre del progreso científico, las jar. Por lo cual quienes integran la comu-
Septiembre de 2010

consecuencias de Hiroshima y Nagasa- nidad científica, en su más amplio sentido


ki, las experimentaciones denunciadas del término ciencia, incluyendo cualquier
en Norteamérica con detonaciones ató- disciplina sistemática, tienen que realizar
16 micas en las que utilizan soldados como sus investigaciones con responsabilidad,
¿De qué hablamos cuando hablamos de Bioética? 39

obligados a dar cuenta de lo que hacen a mitan o impulsen a algunas situaciones de


la comunidad toda, porque todos seremos irresponsabilidad. Esto es un riesgo pro-
receptores de esas novedades, recepto- pio de la humanidad. El hombre decide
res directos o indirectos, pero receptores. por el bien o el mal. Él es el artífice de su
Igualmente el ecosistema que habitamos y propio destino…
del que formamos parte. Como seres hu-
manos, con la capacidad intelectual y el Hans Jonas, en 1979, en su libro El princi-
sentido ético de nuestras acciones, propio pio de responsabilidad dice:
de nuestra especie (al menos hasta ahora
(…) ahora que el hombre constituye de
demostrado) nos encontramos con una hecho una amenaza para la continua-
responsabilidad especial que los demás se- ción de la vida en la Tierra, es necesaria
res vivientes no tienen; no podemos decir una nueva ética: una ética orientada al
que no teníamos noción de las consecuen- futuro, que puede ser llamada con toda
cias de nuestros actos. propiedad ética de la responsabilidad,
una ética actual que mire también al
Creadores de la modalidad científica, de futuro.13
la filosofía, del gran instrumento que es la
técnica, imbuidos de sentirnos dueños del Y presenta un nuevo imperativo a la ma-
mundo, tenemos que dar cuenta de todo nera kantiana: «Obra de tal manera que
esto ante los demás integrantes del gru- no pongas en peligro las condiciones de
po humano y cuidar (ya que nos sentimos continuidad indefinida de la humanidad
dueños) de todos los otros seres vivos y sobre la Tierra». «Que los efectos de tu
del entorno. No debemos aceptar que un acción sean compatibles con la perma-
instrumento (la técnica) pase de medio a nencia de una vida humana auténtica so-
fin en sí mismo, convirtiéndonos a noso- bre la Tierra».
tros, sus inventores, y a todos, en medios.
Es nuestra responsabilidad humana y tec- Convicción de responsabilidad solidaria,
nocientífica seguir guiando a la técnica. Y porque extendemos la responsabilidad
es responsabilidad de toda la comunidad hacia todos los seres vivientes, actuales y
pedir cuentas y no permitir que se use futuros, y a la permanencia de un equili-
mal el conocimiento llevando destrucción brio del ecosistema que nos permita seguir
en lugar de bienestar general. viviendo la vida tal como hasta hoy, y que
permita seguir eligiendo las modalidades y
Las voces de filósofos, de hombres de calidad de vida para los que nos siguen.
ciencia y de ciudadanos se alzan pidiendo
que las líneas de investigación, las nue- Para poder ejercitar esta responsabilidad
vas tecnologías, se realicen analizando solidaria la humanidad tiene que poder
y cuidando sus consecuencias, de modo comunicarse, escucharse. Tiene que po-
que los resultados sean manejables. En el der dialogar. Hay diálogo cuando escu-
Revista Selecciones de Bioética

mundo de la ciencia y de la técnica hay chamos, cuando hay respeto por el otro,
responsabilidad, aunque las presiones de cuando podemos abrirnos al diferente y
los grupos económicos y financieros que
financian investigaciones e investigadores 13 Jonas, Hans. “El principio de responsabilidad”.
pueden ser elementos de presión que per- En Acta bioeth, 2001, vol. 7, Nº 2, p. 277-285.
40 Teresa Asnáriz

buscar encuentros. Por eso hablamos de buscar puntos de acercamiento. Aunque


consenso. No es un acuerdo simplemen- no opinemos lo mismo encontraremos un
te donde cada uno pacta el hasta aquí, campo común, permitiendo el juego de
buscando en la negociación anterior sacar diversidades. Ese campo común se centra
más para sí mismo. El consenso presupo- (o más precisamente, se debería centrar)
ne un esfuerzo por entender y compren- en el respeto por la dignidad de la perso-
der al otro, por respetar su modalidad y na y por la vida en toda su extensión.

Conclusiones acerca de la diferenciación


entre ética y bioética
A partir de la conceptualización anterior Una cuarta aseveración: que el modo de
podemos señalar algunas afirmaciones abordaje de la temática de la bioética es
y deducciones. Una primera deducción inter y transdisciplinario.
que describe la bioética con base en la
evolución histórica, tanto de ella como Un corolario de esto sería afirmar que
de la filosofía, nos permite concluir que siendo la inter y transdisciplinariedad la
la bioética está incluida en la ética. Y más característica esencial de la bioética, no
precisamente, es una ética aplicada. hay reflexión o análisis bioético propia-
mente dicho desde una disciplina particu-
No son la misma disciplina la ética y la lar; serían aportes a la bioética.
bioética. La ética es una disciplina filosó-
fica que trata acerca de la moral y la mo- Una cosa es hacer reflexiones como filó-
ralidad. La bioética es una ética aplicada a sofo bioeticista, médico bioeticista, asis-
un campo específico de la realidad. Tendrá tente social bioeticista, biólogo bioeticis-
así en común con la ética, niveles, moda- ta, y otra, elaborar temas como bioeticista
lidades de análisis y metodologías propias filósofo, bioeticista médico, bioeticista
de la ética. asistente social, bioeticista biólogo. No es
un simple juego de inversión, es una nota
Una segunda aseveración que se despren- esencial que hace de la transdisciplinarie-
de de la anterior: la bioética mostrará po- dad la construcción de ese espacio común
sibilidades de acción, no normas vincu- del cual hablábamos anteriormente y que
lantes, aunque sí criterios orientadores. es justamente el espacio bioético.

Una tercera aseveración: el campo de la Podríamos ensayar una definición de bio-


bioética está delimitado por la intersec- ética que incorporara las características
ción de características esenciales que lo esenciales:
individualizan y separan de otros campos
Septiembre de 2010

de reflexión de ética aplicada, permitién- La bioética analiza con argumentos inter


donos así contextualizar temas y diferen- y transdisciplinariamente, situaciones dile-
ciarlos del enfoque específicamente ético máticas y valorativas, surgidas en y desde
16 y de otras éticas aplicadas. las ciencias de la vida y de la salud, debido
¿De qué hablamos cuando hablamos de Bioética? 41

a la creciente tecnificación que impacta la debido al impacto tecnocientífico sobre la


vida en toda su amplitud y a la variedad de vida en todas sus formas y la pluralidad de
paradigmas de valores existentes. El aná- paradigmas de valores reinantes en la so-
lisis busca, con responsabilidad solidaria, ciedad. Y como objeto formal (el cómo):
llegar a consensos donde prime el respeto desde un enfoque ético (no moral), con
por la dignidad humana y la vida en gene- abordaje inter y transdisciplinario.
ral, tanto presente como venidera.
Con la finalidad de generalizar la actitud
En términos de objeto formal y material reflexiva y de compromiso, para proteger
podríamos reorganizar la definición ante- la vida en toda su extensión, y para man-
rior, diciendo: tener un equilibrio medioambiental, que
favorezca a las generaciones futuras en
La bioética tiene como objeto material la elección de su modalidad y calidad de
(el qué): el comportamiento humano vida, buscando un consenso en el disenso,
ante las situaciones dilemáticas surgidas con sentido de responsabilidad solidaria y
en y desde las ciencias de la vida y la salud respeto de los derechos humanos.

Una reflexión final acerca de la bioética


Es lícito y productivo que los profesio- Entremos en el campo de la bioética sien-
nales y no profesionales presenten a la do conscientes de nuestro tipo de aporte.
bioética opiniones, fundamentaciones, Para que haya análisis bioético, tal como
reflexiones de la más amplia gama acer- está dado el perfil de la disciplina al día
ca de temas preocupantes que presentan de hoy, habrá que elaborar grupal e in-
conflicto, dilema de tipo bioético. Y es ter y transdisciplinariamente el espacio
adecuado que lo hagan desde su paradig- bioético, ateniéndonos a su objeto for-
ma moral. Pero si hay un grupo de espe- mal, a su modo típico de análisis, y habrá
cialistas que han acordado una modalidad que reconstruir bioéticamente el objeto
nueva de trabajo, delimitada a un campo de análisis para poder luego, en común,
o esfera de objeto para ser estudiada con encontrar opción u opciones viables, la o
rigor científico, le han dado un nombre y las más éticas. Recordando que son sólo
esto tiene reconocimiento en el mundo guías de acción posible. El hombre, como
científico, ayudemos a que se consolide siempre, con su libertad, con su capaci-
la disciplina. Para esto es preciso, por ra- dad de reflexión y análisis, será quien fi-
zones científicas, que quede explicitado el nalmente, en la soledad de su conciencia,
objeto y la metodología. decida su acto moral.
Revista Selecciones de Bioética
Deliberar sobre la bioética1
Amy Gutmann y Dennis Thompson

Resumen
En algún sentido la bioética se ha construido a partir de conflictos. El aborto, el suicidio asis-
tido, las demandas de los pacientes por autonomía son todos ellos asuntos controvertidos.
Y las controversias continúan proliferando. ¿Qué foro sirve mejor para estos debates? Una
mirada a las teorías políticas de la democracia puede ayudar a responder esta pregunta. Las
más prometedoras de estas teorías para efectos del debate bioético son las que exigen a los
ciudadanos y a los funcionarios públicos que justifiquen cualquier propuesta de acción co-
lectiva mediante la oferta de razones que puedan ser aceptadas por todos aquellos que están
afectados por ella. Esta concepción ha venido a ser conocida como democracia deliberativa.

Abstract
In some sense, Bioethics was built on conflicts. Abortion, physician-assisted suicide, patients
demand for autonomy all are staple and contentious issue. And the controversies continue to
proliferate. What forum best serves such debates? A look at political theories of democracy
can help answer that question. The most promising for Bioethics debates are theories that
ask citizens and officials to justify any demands for collective action by giving reasons that can
be accepted by those who are bound by the action. This conception has come to be known as
deliberative democracy.

A
medida que proliferan las contro- para mal, las características de la política
versias sobre bioética, igualmente democrática. En consecuencia, las teorías
proliferan los foros en los cuales políticas de la democracia se han hecho
ellas son decididas. Los debates toman más relevantes para entender las condicio-
lugar no sólo en las agencias del gobierno nes del debate moral en los foros de bioéti-
–legislaturas, cortes y comisiones presiden- ca, tanto fuera como dentro del gobierno.
ciales– sino también en las instituciones de Las más promisorias de estas teorías son
la sociedad –comités éticos, consejos de aquellas que se enfocan en el conflicto mo-
revisión institucional, asociaciones profe- ral, y que insisten en aumentar y mejorar
sionales y comisiones de investigación de la deliberación moral para tratar con dicho
varios tipos. En ambas, sociedad y gobier- conflicto. Estas teorías defienden una con-
no, estos debates despliegan, para bien o cepción que ha venido a ser llamada de-
mocracia deliberativa.
1 Publicado en el Hastings Center Report 27, N° 3
(1997): 38-41. Traducción de Eduardo A. Rueda En el corazón de la democracia delibera-
B. Instituto de Bioética. Universidad Javeriana. tiva está la idea de que los ciudadanos y
Deliberar sobre la bioética 43

los funcionarios públicos deben justificar valores fundamentales y de la protección


cualquier propuesta de acción colectiva de ellos de las presiones de la política.
mediante la oferta de razones que pue-
dan ser aceptadas por todos aquellos que La democracia deliberativa va más allá del
están afectados por ella. Cuando los ciu- procedimentalismo y del constitucionalis-
dadanos están en desacuerdo moral acer- mo; no sólo tolerando sino fomentando la
ca de políticas públicas deben deliberar discusión continua sobre los valores fun-
entre sí, buscando el acuerdo moral cuan- damentales en todas las fases del proceso
do se pueda, y manteniendo el mutuo res- democrático. La democracia deliberativa
peto cuando no. es lo opuesto a la democracia demagógi-
ca. La democracia demagógica sufre de
Tal carácter distintivo de esta concepción un déficit deliberativo. Lo estruendoso
puede ser establecido más claramente de la vida pública –en la que se intercam-
cuando se contrasta con dos importan- bian insultos, se proclaman eslóganes y se
tes alternativas para tratar democrática- hacen y deshacen tratos egoístas– revela
mente con el desacuerdo moral –proce- ciertamente los profundos desacuerdos
dimentalismo y constitucionalismo. Los que penetran esta misma vida pública.
procedimentalistas consideran que si los Pero la democracia demagógica no hace
ciudadanos acuerdan algunas reglas bási- nada para resolver aquellos desacuerdos
cas, ellos pueden domesticar el desacuer- sobre bases mutuamente aceptables y
do moral mediante el desplazamiento de menos aún para ayudar a los ciudadanos
éste a la negociación política o mediante a vivir con sus desacuerdos crónicos de un
su movilización desde la agenda política modo mutuamente respetuoso.
hacia la vida privada. Pero el desacuerdo
acerca de los procedimientos es a menu- La democracia no puede evitar el des-
do tan serio como el desacuerdo acerca acuerdo, pero los ciudadanos, los profesio-
del contenido, usualmente porque las nales y los funcionarios públicos pueden
disputas procedimentales encubren dis- deliberar acerca de sus desacuerdos de
putas de contenido. A pesar de declara- modo que contribuya a la salud de una so-
ciones oficiales en sentido contrario, las ciedad democrática. Nos enfocamos aquí a
decisiones de United Network for Organ cuatro propósitos sociales importantes que
Sharing (que se basan o en el tiempo de se sirven de la deliberación democrática y a
espera, o en la urgencia de la necesidad) cuatro lecciones correspondientes para los
presuponen elecciones morales. Incluso foros de la bioética. Los cuatro propósitos
un procedimiento aparentemente neutral, responden a cuatro fuentes permanentes
como una lotería, para la distribución de de desacuerdo moral.
recursos médicos escasos (por ejemplo,
El primer propósito es promover la legi-
órganos para transplantes) favorece los
timidad de las decisiones colectivas. Esta
Revista Selecciones de Bioética

criterios igualitarios sobre los meritocrá-


es una respuesta a la primera fuente de
ticos.
desacuerdo moral, la escasez de recursos.
Los constitucionalistas intentan evitar el Los ciudadanos no tendrían que argu-
desacuerdo moral mediante la construc- mentar acerca de cómo distribuir mejor
ción de una esfera de acuerdo acerca de el cuidado de la salud o sobre quiénes
44 Amy Gutmann y Dennis Thompson

deberían recibir transplantes de órganos dirse para incluir las voces, tanto como
si estos bienes y servicios fueran ilimita- fuese posible, de aquellos que ahora es-
dos. La deliberación a menudo resuelve tán excluidos. Tal inclusión intensifica
los desacuerdos morales porque ellos ex- el conflicto moral. Pero el beneficio de
presan diferencias razonables acerca de tomar este riesgo es que la deliberación
cómo el cuidado de la salud u órganos inclusiva incorpora abiertamente las in-
escasos deberían ser distribuidos. Ante la satisfacciones morales legítimas que de
cara de la escasez, la deliberación puede otra manera son eliminadas por los mé-
ayudar a aquellos que no obtienen lo que todos orientados por el poder para tratar
quieren, o que necesitan llegar a acep- con los desacuerdos. La deliberación no
tar su situación como una circunstancia busca el consenso por su propia conside-
compatible con una decisión colectiva ración. Ella busca el consenso que pue-
legítima. da ser justificado recíprocamente –en los
términos en que todos los ciudadanos
Las elecciones difíciles que hacen los fun- puedan aceptar.
cionarios públicos y los profesionales de
la salud deberían resultar más aceptables, El segundo propósito de la deliberación
aun para los que reciben menos de lo que es fortalecer las perspectivas públicas so-
merecen, si cada una de las propuestas bre asuntos públicos. Este objetivo res-
alternativas ha sido considerada en sus ponde a otra fuente de desacuerdo moral,
méritos, más que si son fruto del poder la generosidad limitada. Pocas personas
de negociación. Incluso con respecto a se inclinan a ser completamente altruis-
las decisiones con las cuales estamos en tas cuando argumentan acerca de asuntos
desacuerdo, muchos de nosotros toma- controvertidos de política pública, como
mos una actitud diferente hacia aquellas la reforma de la atención en salud o el fi-
decisiones que son adoptadas solamente nanciamiento de la investigación en Sida.
en virtud de la relativa fuerza de intereses La deliberación en foros de bioética bien
políticos en competencia, y también hacia constituidos responde a esta circunstan-
aquellas que son adoptadas después de cia de generosidad limitada, mediante el
una cuidadosa consideración de las pre- fortalecimiento de los participantes para
tensiones morales en conflicto. Aun la de- tomar una perspectiva más amplia sobre
liberación que da origen a justificaciones cuestiones de mutuo interés. John Stuart
mutuamente aceptables no hace nada por Mill expuso una de las más interesantes
solucionar el transplante que una perso- descripciones de tal proceso deliberativo.
na desesperadamente enferma necesita, Al participar en discusiones públicas, un
pero puede ayudar a sostener un sentido ciudadano es:
compartido de legitimidad que hace posi-
(...) llamado... a sopesar intereses que
ble esfuerzos colectivos para asegurar más
no son suyos; a ser guiado, en caso de
órganos en el futuro, y para que mientras peticiones conflictivas, por otra regla
Septiembre de 2010

tanto podamos vivir con otros civilmente. distinta a la de sus parcialidades priva-
das; a aplicar, en cada caso, los princi-
Para servir este propósito legitimatorio, pios y máximas que tienen como razón
16 los foros deliberativos deberían expan- de su existencia el bien común (...).
Deliberar sobre la bioética 45

La deliberación no convertirá súbita- modificar su punto de vista, así como pro-


mente a individualistas autocentrados vocar cambios en las percepciones de sus
en ciudadanos públicamente motivados. oponentes.
Los miembros de una comisión de bioé-
tica, por ejemplo, no son transformados Una consideración relacionada es que es-
automáticamente de representantes de tos foros funcionan mejor cuando están
intereses especiales en albaceas del inte- diseñados para parecerse lo menos posi-
rés público, sólo como resultado de que ble a los procesos del poder político, es
ellos hablen entre sí. Las condiciones decir, a los procesos de negociación de
fundamentales de deliberación hacen la grupos de interés. Los miembros de los
gran diferencia y necesitan ser conside- comités de bioética, consejos y comisio-
radas al constituir una comisión o cual- nes no deberían verse a sí mismos como
quier foro deliberativo. Estas condiciones meros delegados, aun cuando ellos brin-
incluyen: el nivel de competencia de los den, con propiedad, diferentes perspecti-
deliberantes (qué tan bien informados es- vas al foro. Ellos no deberían ser escogi-
tán), la distribución de los recursos entre dos de un modo tal que sugiera que cada
ellos (cómo están situados en términos de uno representa los intereses de un grupo
equidad) y su apertura mental (el rango constituyente particular, unos intereses
de argumentos que están dispuestos a to- que el representante está por tanto obli-
mar en serio). Pero todo lo que necesita- gado a articular y promover. Un foro así
mos para asumir una mayor deliberación organizado estaría inclinado a replicar los
es que la mayor cantidad de personas esté resultados de la negociación entre grupos
dispuesta a tomar una visión más amplia de interés.
de los asuntos, a considerar las demandas
de sus congéneres, en un proceso delibe- El tercer propósito de la deliberación
rativo que premie el mejor argumento para promover una toma de decisiones
moral, más que participar en un proceso mutuamente respetuosa, responde a una
en el que prevalezcan las afirmaciones fuente de desacuerdo moral a menudo
del poder político. desatendida, los valores moralmente in-
compatibles. Incluso individuos absolu-
Algunas consideraciones para el diseño tamente altruistas tratando de decidir
de los foros de bioética se siguen de en- sobre los mejores estándares morales que
frentarnos al problema de la generosidad deberían gobernar una sociedad de la
limitada. Uno es que el número o diver- abundancia no serían capaces de resolver
sidad de voces escuchadas y argumentos algunos conflictos morales que van más
elaborados no son el único o más impor- allá de la duda razonable. Ellos estarían
tante factor en la realización del traba- enfrentados, por ejemplo, al problema
jo deliberativo: el carácter y sentido del del aborto, el cual opone a la vida la li-
Revista Selecciones de Bioética

bien de los deliberantes mismos es crítico. bertad. No más tratables serían aquellas
Ellos deben estar dispuestos a ensanchar cuestiones de bioética que interrogan por
su propia perspectiva a la luz de lo que cuáles individuos deberían ser considera-
escuchen en el proceso deliberativo. Ellos dos responsables de ciertos problemas de
deben venir al foro abiertos y dispuestos a salud que son en parte el producto de sus
46 Amy Gutmann y Dennis Thompson

propias elecciones, o por cuáles niños, in- de este modo, los ciudadanos manifiestan
habilitados para brindar su consentimien- su mutuo respeto mientras continúan en
to, deberían ser sujetos de investigación desacuerdo acerca de importantes asun-
experimental. tos morales sobre los cuales se necesita
tomar decisiones vinculantes.
La deliberación no puede, por supuesto,
hacer compatibles valores incompatibles, La economía del desacuerdo moral no es
pero puede ayudar a los participantes a re- un ideal utópico. Ella puede ser consta-
conocer el mérito moral de las demandas tada en el trabajo de, por ejemplo, dos
de sus oponentes. Ella es capaz de lograr comisiones que consideraron el asunto
este reconocimiento gracias a que ayuda de la investigación en tejidos fetales, The
a esclarecer qué es lo que está en juego en Warnock Commission en Inglaterra y
un desacuerdo moral que estimula a los The Fetal Tissue Research Commission
deliberantes para sustituir reclamos auto- en los Estados Unidos. En la medida en
interesados por demandas públicamente que reconocieron y respetaron valores in-
motivadas. Además, contribuye a identifi- compatibles, los comisionados ayudaron
car aquellos reclamos públicos que debe- a realizar un potencial de mutuo respe-
rían tener un peso mayor. A través de un to entre los ciudadanos. Una comisión
proceso deliberativo, los participantes en de bioética o un comité puede decidir
un foro de bioética pueden aislar aquellos enfocarse sobre aspectos a partir de los
conflictos, como el aborto, que encarnan cuales puede alcanzarse algún consenso
valores genuinamente incompatibles en razonable, más que en aspectos suscep-
ambos lados. Los conflictos que no impli- tibles de generar polarización. Si no se
can un desacuerdo tan profundo pueden pueden evitar aquellos asuntos altamen-
ser fácilmente orientados y pueden llegar te controvertidos, debería ayudarse a los
a ser más resolubles de lo que parecían miembros a entender las perspectivas de
ser al principio. Algunos pueden ser el sus oponentes. La calidad del trabajo de
resultado de malentendidos o de falta de una comisión de análisis –su capacidad de
información, y algunos pueden ser solu- reconocer valores competitivos en juego–
cionados apropiadamente mediante la será al final tan importante como la con-
negociación y el compromiso. Por esta clusión que ella alcance.
vía, la deliberación ayuda a poner el prin-
cipio y el compromiso moral –así como la Pero incluso si la deliberación es posible,
negociación– en su puesto. ¿es siempre deseable? Algunos pueden
objetar que al poner de relieve los inte-
Ante la realidad de valores incompati- reses morales en conflicto, la democracia
bles, la democracia deliberativa hace un deliberativa convierte lo que podrían ha-
llamado a favor de lo que podemos lla- ber sido disputas mundanas, en conflictos
mar una economía del desacuerdo moral. alrededor de un gran principio moral, y
Al justificar políticas públicas sobre bases que por tanto fomenta la oposición obsta-
Septiembre de 2010

morales, los ciudadanos deberían buscar culizante y la intransigencia política. Es-


aquellas razones que minimisarán el re- tos son riesgos reales. La sensibilidad mo-
chazo de la posición a la que ellos se opu- ral puede algunas veces hacer más difícil
16 sieran. Al economizar en sus desacuerdos definir compromisos políticos necesarios.
Deliberar sobre la bioética 47

Pero la ausencia del razonamiento moral que ello suponga tener que deliberar con
también hace injustificables compromisos nuestros conciudadanos. Asumir que sa-
más comunes. Si un desacuerdo acerca de bemos la respuesta correcta antes de que
la conveniencia de cierta alternativa para escuchemos el punto de vista de otros,
la atención en salud se convierte sólo en que también serán afectados por nuestras
una cuestión de costos, nada se gana me- decisiones, no sólo es arrogante sino in-
diante la invocación de los principios de justificado, teniendo en cuenta la comple-
justicia y de beneficencia. Pero cuando jidad de los asuntos e intereses en juego.
una disputa pone de relieve aspectos mo- Si negamos una oportunidad a la delibe-
rales relevantes –la exclusión de ciertos ración, no sólo abandonamos la posibili-
grupos como los inmigrantes, por ejem- dad de llegar a un genuino compromiso
plo– entonces no es probable que se re- moral sino que renunciamos al más de-
suelva satisfactoriamente si se evaden los fendible fundamento para mantener una
argumentos acerca de la justicia. posición no comprometida: que tenemos
que poner a prueba nuestros puntos de
El cuarto propósito de la deliberación es
vista contra aquellos de los otros.
ayudar a corregir los errores que los ciu-
dadanos, profesionales, y funcionarios
Como un niño pequeño jalando los faldo-
públicos inevitablemente hacen cuando
nes de Thomas Jefferson una vez (alguien)
toman decisiones vinculantes. Esta es
preguntó (en un dibujo animado de New
una respuesta a la última fuente de des-
Yorker): “si tu mantienes que aquellas
acuerdo; el entendimiento incompleto
verdades son autoevidentes, entonces por
que caracteriza casi todos los conflictos
qué no guardarse de insistir demasiado
morales. Un buen foro de bioética provee
sobre ellas?”. La respuesta a esta pregun-
una oportunidad para avanzar en ambos,
ta desde una perspectiva deliberativa es
el entendimiento individual y colectivo de
que tales afirmaciones merecen el estatus
una situación. A través del “toma y dame”
de verdades autoevidentes, para propósi-
de argumentos, los participantes pueden
tos de acción colectiva, sólo si ellas pue-
aprender de cada otro, llegando a recono-
den resistir el desafío de un foro público.
cer sus aprehensiones equivocadas, tanto
El mismo Jefferson argumentó a favor
individual como colectivamente, y desa-
de foros deliberativos, aunque bajo la
rrollando nuevos puntos de vista y nue-
forma de convenciones constitucionales
vas políticas capaces de resistir mejor el
periódicas, en las cuales los ciudadanos
escrutinio crítico. Cuando los ciudadanos
pudieran disputar las afirmaciones de la
negocian, pueden aprender a obtener lo
sabiduría convencional. Una consecuen-
que quieren. Pero cuando ellos deliberan,
cia de tomar seriamente el problema del
pueden expandir su conocimiento, inclu-
entendimiento incompleto es asumir que
yendo su autocomprensión, así como su
el trabajo de cualquier comité de bioética,
Revista Selecciones de Bioética

entendimiento colectivo de lo que mejor


comisión, o consejo debe ser considerado
servirá a sus conciudadanos.
como provisional. Los foros deliberativos
Algunos de nosotros (y tal vez todos no- alcanzan conclusiones, pero las conclu-
sotros algunas veces) creemos saber la siones deben estar abiertas a debatirse en
mejor respuesta a un conflicto moral sin foros subsiguientes.
48 Amy Gutmann y Dennis Thompson

La deliberación continúa a través de eta- la inequidad básica de la política original


pas, a medida que los líderes presentan disminuyó de un modo no esperado por
sus propuestas, los ciudadanos responden, los críticos del plan (y probablemente por
los líderes revisan, los ciudadanos reac- sus proponentes). Cuando los legislado-
cionan y, de nuevo, reinician estas etapas. res vieron que, bajo el presupuesto pro-
Esto es lo que llamamos reiteración en yectado, algunos tratamientos en la lista
la deliberación. Las fortalezas potencia- tendrían que ser eliminados, se aplicaron
les de esta clase de deliberación pueden a la tarea de hallar más recursos que in-
verificarse en el proceso que el Estado crementaran el presupuesto total para la
de Oregon adoptó en los comienzos de atención en salud para los pobres.
los años 90 para fijar prioridades dentro
de su programa de atención en salud. La Aunque algunos observadores verifica-
lista de prioridades de las comisiones de ron una discreta conexión entre el primer
los Servicios de Salud de Oregon, basada debate y el contenido de la lista revisada,
principalmente en cálculos utilitarios de la comisión hizo corregir el esquema de
costo-beneficio, provocó mucha crítica priorización que había sido ampliamente
justificada (obturar un diente marcaba criticado. Las deliberaciones, que ocu-
más alto que una apendicectomía). La rrieron a lo largo de un año, parecieron
comisión comenzó entonces a “imple- ayudar a los ciudadanos, legisladores y
mentar procesos de consulta que incluye- profesionales de la salud a llegar a un me-
ron encuentros comunitarios en los cua- jor entendimiento de sus propios valores,
les se invitó a los participantes a pensar sobre los que compartían con otros y so-
y expresar por sí mismos, en la primera bre los que no. La experiencia capacitó a
persona del plural... como miembros de los ciudadanos y a sus representantes para
una amplia comunidad estatal para quie- intentar, dentro de un espíritu de recipro-
nes la atención en salud tiene el rango cidad, lo que probablemente fuera un
de un valor compartido”. Eventualmen- largo y difícil proceso de ubicar y ajustar
te, después de una mayor deliberación, prioridades, que pudieran eventualmente
la comisión presentó una lista revisada, afectar la calidad de la atención en salud
que, en general, fue considerada como de todos los residentes del Estado e inclu-
mejor. La comisión no pudo corregir el so de otros Estados.
más serio defecto en el esquema: ya que
sólo la gente pobre era elegible, algunas La distribución de la atención en salud
personas pobres tendrían que sacrificarse no es por supuesto el único asunto que
por consideración hacia otras personas pudiera resolverse con base en la deli-
pobres. beración reiterada. En ausencia de con-
sentimiento, ¿cuándo está justificada la
Con todo, el proceso forzó a los funciona- experimentación médica? ¿Sobre qué
rios públicos y a los ciudadanos a enfren- bases deberían ser asignados los órganos
Septiembre de 2010

tar un serio problema que habían evadido para transplante? ¿En qué medida debe-
previamente, y a confrontarlo dentro de ría el gobierno regular la investigación en
un espíritu cooperativo (primera perso- clonación? ¿Tienen los médicos el deber
16 na del plural). Como resultado, incluso de tratar pacientes con Sida? La lista de
Deliberar sobre la bioética 49

cuestiones debatibles podría ser expandi- siones que alcanzarán los participantes se-
da casi indefinidamente simplemente me- rían moralmente más legítimas, motivadas
diante la recolección de los tópicos de la públicamente, mutuamente respetuosas y
tabla de contenidos más reciente del Has- autocorregidas. Los foros de deliberación
tings Center Report. Debido a que no es amigable podrían ayudar a reducir nuestro
probable que el desacuerdo moral dismi- déficit deliberativo. Haciendo más deli-
nuya, es probable que crezca la necesidad berativa a la democracia, tendremos una
de una mayor y mejor deliberación. mejor oportunidad de resolver algunos
de nuestros desacuerdos morales, como
Si los principios de la democracia deli- de vivir con aquellos que persistirán ine-
berativa se realizasen más plenamente vitablemente, en términos que todos po-
dentro de los foros de bioética, las deci- damos aceptar.

Revista Selecciones de Bioética


Ética y bioética1
Juliana González Valenzuela

Resumen
Sería imposible pensar la ética actual sin asociarla a la bioética. Nos encontramos en una
situación de transformaciones radicales y el proceso tecnocientífico es irrefrenable. Las pro-
hibiciones sólo tienen poder moratorio. Luego, no cabe más que una respuesta razonable
y éticamente válida: asumir el cambio histórico y hacernos dueños del proceso, dotarlo de
sentido ético, humanizarlo, racionalizarlo. La bioética requiere esclarecer sus presupuestos
ontológicos. La situación presente exige una ética que contribuya a que el proceso transfor-
mador preserve vivo el rostro de la humanitas.

Abstract
Present-day ethics cannot be thought without a close link to bioethics. We are facing a situa-
tion characterized by radical changes, wherein techno-scientific advance cannot be stopped.
Prohibitions can only be delaying attempts. Therefore, there is only a reasonable and ethica-
lly valid answer, namely to assume and master the historic change process, endowing it with
ethical meaning, making it humane and rational. Bioethics calls for an elucidation of its on-
tological presuppositions. Current situation demands an ethics thanks towhich the changing
process will keep a living face of humanitas.

I. De la ética a la bio-ética co–. Y aun cuando no se defina a sí mis-

S
ma como «vitalista», difícilmente podría
ería imposible pensar la ética en la
la ética permanecer ajena e indiferente
hora actual sin su asociación a la
a los conocimientos y a las transforma-
bio-ética. Y esto, debido a múlti-
ciones que recaen sobre el universo de
ples factores que provienen tanto de las
la vida, al cual ella misma pertenece; no
grandes revoluciones científicas y tecno-
podría ciertamente ser insensible y des-
lógicas que se han producido en los últi-
entenderse de los múltiples interrogantes
mos tiempos –no sólo en el campo de la
éticos relativos tanto a la vida humana,
medicina, sino en el de los nuevos hori-
del presente y del futuro, como a la no
zontes abiertos en el ámbito bio-lógico,
humana y a los reclamos ético-ecológicos
bio-médico, bio-genético y bio-tecnológi-
que atañen a la vida del planeta. Una de
1 Autorizado por Isegoría. Revista de filosofía moral las vertientes más caudalosas de la ética
y política. N° 27, 2002. pp. 41-53. Texto presentado actual es ciertamente la de la bioética.
en la mesa plenaria «Ética y política en la hora ac-
tual», dentro del Primer Congreso Iberoamerica-
no de Ética y Filosofía Política que tuvo lugar en la
Y si lo que constituye la fuente nutricia
Universidad de Alcalá, en septiembre de 2002. de la filosofía son los problemas, la filoso-
Ética y bioética 51

fía moral queda removida y revitalizada los problemas, no podemos recurrir sin
por la profunda, trascendental y pertur- más a los criterios heredados sobre lo
badora problemática abierta por los nue- que debe considerarse deseable o no, lí-
vos saberes y, muy señaladamente, por los cito o ilícito […]. Es una situación seria
nuevos poderes que vienen generando, en y que causa hondo desconcierto, y no
sé de nadie que se haya formado ya un
especial, las ciencias y las tecnologías de
juicio ponderado al respecto2.
la vida.
Es fácil advertir que ningún héroe mítico
Son múltiples, en efecto, los signos de es tan recordado en el ámbito de las ma-
que los avances que se vienen dando, par- ravillas tecnológicas de nuestro tiempo,
ticularmente en el campo de la nueva bio- como Prometeo. Y el Prometeo de ahora
logía y de la biotecnología, son de tal sig- se muestra ciertamente «des-encadena-
nificación y trascendencia que sus efectos do», deslumbrado por el portento de su
llegan a zonas profundas, plantean cues- nueva techné; lo cual, de acuerdo con la
tiones que tocan a los fundamentos de la sabiduría trágica, no deja de anunciar la
vida humana, socavan muchos de sus ci- posibilidad de un nuevo encadenamiento
mientos e involucran verdaderos cambios del héroe, pues se cierne sobre él la eter-
de paradigmas, no sólo científicos, sino na amenaza de Némesis, y todavía es ini-
morales y culturales. Son cambios que han maginable el castigo.
producido, como afirma Peter Singer, «el
derrumbe de nuestra ética tradicional», Mitos y símbolos buscan aprehender de
obligándonos, ciertamente a «repensar la algún modo la trascendencia y los enor-
vida y la muerte». Estamos, en todo caso, mes riesgos del nuevo «robo del fuego»
en situación de transformaciones radica- que conlleva la tecnociencia actual. Y es
les, de literal transición (si no es que de muy significativo que, en la versión del
«trance» histórico), hacia un futuro señala- mito de Prometeo que Platón pone en
damente más incierto y más desconocido boca de Protágoras, no bastan las artes
de lo que por naturaleza es el porvenir; prometeicas, la téchne, con todo y sus
hacia un mundo tan distinto, que no esta- maravillas, para salvar al hombre. Zeus
mos seguros si seguirá siendo «mundo», mismo, a través de Hermes, dice Pla-
no al menos el que hasta ahora hemos tón, tiene que otorgar al humano, otro
construido y conocido. magno poder para su salvación: eso que
equivaldría al «sentido moral y político»,
La situación, en todo caso, queda certe- de «respeto y justicia» (αιδω τέ και δικnv):
ramente descrita por Tugendhat cuando sólo la vida ético-política puede salvar al
afirma: hombre3.

La técnica genética nos coloca ya aho- Pero la situación actual también sugiere
Revista Selecciones de Bioética

ra (y lo hará aún más en los próximos que quizás el personaje mítico más cerca-
años) ante problemas, extremadamente
complejos, de juicio y de decisión. Sus 2 Tugendhat, Ernst. «No hay genes para la moral».
imponentes progresos han abierto un En: Revista de Occidente. N° 228, Madrid, mayo de
campo de acción enteramente nuevo, 2000.
ante el cual, a causa de la novedad de 3 Protágoras, 322c-d.
52 Juliana González Valenzuela

no para representarla simbólicamente sea En un sentido, por lo tanto, resulta im-


Jano, por sus varias significaciones. Cabe posible desdeñar o menoscabar la im-
recordar, primeramente, que su nombre portancia y valía de los nuevos hallazgos,
indica tránsito, pasaje: simboliza las puer- la grandeza misma que, en su orden, re-
tas, los umbrales. Es deidad de las transi- presentan los extraordinarios avances de
ciones que marca la evolución del pasado la nueva biología; ella realiza una de las
al porvenir, de un estado a otro. Jano se revoluciones más significativas de la his-
define asimismo –y éste es su significado toria de la ciencia y no puede dejar de ser
principal– por su naturaleza bifronte: do- objeto de tema filosófico, de «asombro y
ble rostro, que mira hacia la entrada y la maravilla». Y en significativa correlación,
salida, y también en opuestas direcciones. tampoco pueden desestimarse las pasmo-
Desde su quicio, se abre la alternativa del sas innovaciones tecnológicas que han he-
doble camino, afortunado o desafortuna- cho posible el progreso del conocimiento
do. Simboliza también la guerra y la paz. y que permiten su aplicación en territorios
Preside todo lo que comienza y todo lo insospechados. Parecería así que, con es-
que culmina, y las monedas que lo repre- tos progresos, es decir, con su poderío tec-
sentan llevan impreso, en el anverso el nocientífico, el ser humano está logrando
doble rostro, y en el reverso el barco que liberarse, hasta límites increíbles, del so-
navega4. metimiento a la naturaleza.

La ambigüedad y ambivalencia, la doble


¿Liberarse?
y contradictoria posibilidad, el carácter
bifronte, revelan el significado esencial La respuesta a esta pregunta es a la vez
que, a nuestro juicio, tienen las crea- afirmativa y negativa, tiene doble faz. Pues
ciones actuales de las ciencias y técni- así como se reconoce la liberación también
cas de la vida. Desde luego, es en el uso se ha de reconocer –como hace Reyes
del conocimiento donde se manifiestan Mate, en su glosa y comentario de un tex-
más claramente, e incluso se agudizan, to de Habermas– que:
las cuestiones del «bien» y el «mal». Y
(...) la manipulación genética borra las
es ahí donde –como todos sabemos– se fronteras entre la ‘natura’ que somos,
presentan los más acuciantes dilemas y la estructura orgánica, que nos po-
éticos, donde se hacen patentes grandes demos dar artificialmente, mediante la
promesas benéficas para la humanidad, manipulación de los genes (...) lo que
al mismo tiempo que posibles amenazas Kant llamaba «reino de la necesidad»
para ella –y para la conservación de la se ha transformado en «reino de la con-
Tierra–. La ambigüedad aquí es cierta- tingencia». La técnica genética borra
mente difícil de disolver. Pues ambas, las fronteras entre la base natural indis-
promesas y amenazas, son ciertas y, am- ponible y el reino de la libertad (...). El
bas, potencialmente factibles. que se borren las fronteras no es nin-
guna buena señal (...) sino anuncio de
Septiembre de 2010

la negación de la libertad [pues] queda


afectada (...) la posibilidad de consti-
tuirnos en autores responsables de una
16 4 Diccionaire des mithologies, Flammarion. historia (…). La naturaleza, sometida
Ética y bioética 53

por intervención científica, acaba inclu- fáciles de alcanzar y mantener. No se tra-


yendo al propio hombre en ese someti- ta, en todo caso de un equilibrio estático
miento5. y neutral. Es más bien cuestión de prio-
Hay ciertamente razones a favor y razo- ridades y jerarquización; de reconocer
nes en contra de los desarrollos biotec- en esencia el primado de la razón ética,
nológicos, y las argumentaciones que se o de admitir una especie de «proporción
ofrecen para su defensa o para su conde- áurea» entre las dos razones, donde debe
na discurren muchas veces en direcciones prevalecer la razón humanizante, civili-
opuestas, como dos líneas de fuga que no zadora; aquella que responde a la misión
logran encontrarse jamás y sin que pa- primordial del ser humano: construirse a
rezca que sea posible pronunciarse en un sí mismo y velar por su propia «humani-
sentido o en otro –semejando insupera- dad». Pues, en efecto, como vio Platón,
bles antinomias–. no basta la téchne para que sobreviva el
hombre. Y no sólo ella puede ser causa
Como quiera que sea, todo muestra que de su destrucción; tiene ciertamente ca-
el proceso tecnocientífico es irrefrenable, rácter bifronte. Se requiere la conciencia
que ya no habrá de detenerse, y menos de los fines para orientar y dar razón de
aún de revertirse; las prohibiciones sólo ser al proceso innovador. Sólo el telos da
tienen, si acaso, poder moratorio. Luego, sentido al movimiento abriéndole cauces
no cabe más que una respuesta razona- hacia la dirección creadora6.
ble y éticamente válida: asumir el cambio
histórico y hacernos dueños del proceso. Y Hacerse dueño del proceso implica de
esto significa dotarlo de sentido ético, o esta forma no permanecer a la zaga de
sea, humanizarlo y racionalizarlo. Intro- él, ni sufrirlo simplemente como un des-
ducir en él, más allá de la razón científica, tino fatal del cual somos o seremos víc-
y no se diga de la tecnológica, los criterios timas. Implica intervenir éticamente en
y valores de la razón práctica, que asegu- él, humanizarlo, tener el «control moral»
ren la autonomía y dirijan realmente el de los acontecimientos y no ir detrás de
desarrollo humano hacia los fines de la ellos adaptándose «a las exigencias de la
«vida buena» y la felicidad. Estamos cier- tecnociencia» –como precisa también Re-
tamente ante uno de los retos más gran- yes7–. Implica que no estamos dispuestos
des de la libertad. a esperar que «por sí mismo» el desarro-
llo científico y tecnológico vaya por el ca-
La conciencia ética es, por supuesto,
conciencia crítica y estado de constan- 6 Es de destacar, con relación a esta prioridad, lo
te vigilia, particularmente implacable que señala la Declaración Universal sobre el Ge-
en los momentos cruciales de riesgo e noma Humano: «Ninguna investigación relativa
al genoma humano ni ninguna de sus aplicacio-
incertidumbre. Pero ella, por su propia
Revista Selecciones de Bioética

nes, en particular en las esferas de la biología, la


naturaleza, tiende a la conciliación y al genética y la medicina, podrá prevalecer sobre el
equilibrio, fines que, sin embargo, no son respeto de los derechos humanos, de las liberta-
des fundamentales y de la dignidad humana de los
5 Reyes Mate, M. «El debate en torno a la autocom- individuos o, si procede de grupos de individuos»
prensión ética de la especie. Un texto de Jürgen (art. 10).
Habermas» (en prensa). 7 Reyes Mate, M. Op. cit., p. 2.
54 Juliana González Valenzuela

mino afortunado y que no nos conduzca Se ha de insistir, entonces, en algo en el


a la conflagración prometeica o a nuevas fondo elemental: que la ética filosófica
e irreversibles formas de encadenamien- ofrece una perspectiva insustituible: pro-
to y servidumbre. Hacer frente en suma porciona, entre otras cosas, la distancia
a la posibilidad de que el trayecto lleve el reflexiva, la visión fundamental y univer-
rumbo de una imperceptible borradura sal de los problemas, permitiendo que
de la verdadera humanidad del hombre, éstos se perciban dentro de su contexto,
de modo que sólo llegue a sobrevivir otra tanto histórico como actual. Y no se tra-
especie que si acaso sólo en el nombre ta evidentemente de un asunto gremial o
«recuerde» al humano. corporativo. Es el simple reconocimiento
de la función y la responsabilidad propias
Se trata, en efecto, de hacer valer la razón de la ética como filosofía moral. En este
ética. Y éste sería el sentido profundo, la sentido, el saber ético-filosófico, no se
misión de fondo de la bio-ética. improvisa ni es del dominio común. Im-
plica ciertamente una necesaria expertise.
II. De la bioética a la ética Expertise que, sin embargo, tratándose de
la bio-ética, no opera sin incorporarse al
Es cierto que, en su significado lato, la éti-
diálogo con las otras disciplinas, ni sin nu-
ca es asunto y competencia de todos –no
trirse de ese saber y ese hacer práctico,
sólo de filósofos–. El «sentido moral y so-
generado por ellas.
cial» del que habla el mito según Platón,
se otorga a todos los hombres por igual. En su proyección bioética, la filosofía
Es por ello que no se pueda hablar pro- moral recobra su doble y originario co-
piamente de «expertos» en ética –como metido: teórico y práctico. En el orden de
advierte Victoria Camps–. La bioética se- la praxis, ella se integra, en efecto, a ese
ría la «multi» o «transdisciplina» donde quehacer múltiple y compartido, de es-
diversas perspectivas (médica, biológica, tricta «razón dialógica» –tan destacada
jurídica, filosófica...) tienen, en principio, por Muguerza– encaminada, en este caso,
la misma «autoridad», y entre todas se va al propósito impostergable de racionali-
generando el diálogo plural y abierto que zar y humanizar las acciones que surgen
caracteriza la deliberación bioética, clave en el ámbito de las ciencias y tecnologías
de sus juicios y decisiones. Si la ética y la de la vida y la salud. Y por lo que respecta
ético política no fueran «vocación univer- al orden teórico, resulta indudable que la
sal», no tendría sentido hablar de «hacer- ética del presente requiere repensarse a sí
nos dueños del proceso». Ésta es acción misma, incluso en muchas de sus estruc-
colectiva y plural; es conciencia y tarea turas más básicas. En particular, ella no
compartidas, voluntad común. puede dejar de reconocer el carácter in-
equívocamente ontológico que tienen los
Pero en otro sentido, no puede soslayarse problemas bioéticos fundamentales.
el carácter eminentemente filosófico de
Septiembre de 2010

la ética y que ésta equivale ciertamente No parece haber, en principio, ninguna


a «filosofía moral». El filósofo tiene una cuestión de bioética en la que no subyaz-
visión específica que no tiene el científi- ca, como problema central, el de la na-
16 co ni el tecnólogo, ni el hombre común. turaleza humana: la pregunta planteada
Ética y bioética 55

por Kant mismo en términos de ¿qué es status o condición propia del embrión hu-
el hombre?8. Pregunta que, de un modo u mano9.
otro, se refiere al ser y se haya, en con-
secuencia, inmersa en el contexto general En general, la investigación en líneas ger-
de las más añejas cuestiones metafísicas. minales y en embriones ha despertado
Con ella renace el interrogar por la phy- –como es sabido– un sinnúmero de dudas
sis del hombre; tanto su physis «física», o y controversias, las cuales se incrementan
sea, su naturaleza «natural», la biológica, cuando se trata de los embriones huma-
como por su physis «metafísica»: su natu- nos obtenidos por clonación, incluso los
raleza «esencial» u ontológica: la que de- destinados a fines terapéuticos. Los in-
fine su ser mismo; ambas tan inseparables terrogantes se centran, en efecto, en la
una de otra como en los tiempos de Tales cuestión del status biológico, moral y on-
de Mileto. tológico del embrión humano.

Los problemas y los dilemas actuales Problema ante el cual suelen darse en
acerca de la vida y la muerte, de lo que general tres formas principales de res-
distingue lo humano de lo no humano, de puesta: dos de ellas, de carácter opuesto
las fronteras entre lo natural y lo artifi- y extremo –que lamentablemente son las
cial, de lo que cambia y lo que no cambia, que tienden a prevalecer–. La primera,
aparecen hoy con significaciones en ver- que es la más extendida y predominante,
dad inéditas y, al mismo tiempo, paradóji- sostiene, no sin insistentes argumenta-
camente, como pudieron haber surgido a ciones (tanto de índole metafísica, como
los ojos de los filósofos griegos primitivos. también deontológica), que el embrión
Tienen el aire de ser problemas presocráti- humano es «en su esencia», equivalente
cos. Y es que ellos tocan los hechos pri- a la «persona» como tal, con los mismos
mordiales y las perennes preguntas que derechos y con la misma significación mo-
éstos plantean, y que hoy renacen con sin- ral y jurídica que ésta. Y de aquí se dedu-
gular presencia, alumbrados por el nuevo ce, junto con la «sacralidad de la vida», la
nivel de entendimiento que alcanzan las condena y prohibición de cualquier clase
actuales ciencias de la vida. de investigación en embriones, aun con
fines médicos –y no se diga la obtención
Y de toda la inmensa problemática de la de ellos por vía de clonación, pues ésta
bioética (aborto, trasplantes, privacidad, conlleva, además, la osadía de «crear»
genoma humano, transgénicos, clonación vida humana para su destrucción.
y tantos más), atenderé aquí a una de las
cuestiones biomédicas que hace claramen- Y la postura contraria que, con argumen-
te patente su ambivalencia y la correlación tos de orden cientificista, aprueba irres-
existente entre los aspectos biológicos, tricta e incondicionalmente dicha inves-
Revista Selecciones de Bioética

los éticos y los ontológicos: la relativa al tigación, sobre la base de considerar al

8 Véase la reciente y significativa obra de J. Haber- 9 Optamos por conservar el término en inglés (sta-
mas que, desde su título, atiende de lleno al pro- tus), dado que éste no corresponde propiamente
blema: El futuro de la naturaleza humana. Barcelo- a «estatuto» en español; corresponde más bien a
na, Paidós, 2002. «condición» (ontológica).
56 Juliana González Valenzuela

embrión como cualquier otro tejido vivo, stem cells: «pluri» o «totipotenciales», in-
como una simple «masa de células» que diferenciadas en sí y capaces de dar lugar a
no tiene otra significación que la de su células, tejidos y órganos diferenciados)11.
utilidad para la práctica médica. Pero se reconoce al mismo tiempo que el
embrión corresponde a un «estado de la
Parece darse así una insuperable alterna- vida» que ha de ser digno de un respeto es-
tiva entre «la sacralización» o la «cosifi- pecial –como se dice expresamente– y de
cación» del embrión humano –como lo un trato distinto del que se le concede a
precisa Juan Ramón Lacadena–. otros tejidos, dado que contiene la poten-
cialidad biológica y la información gené-
Pero más allá del impasse que generan
tica para convertirse en un ser humano12.
estas posiciones extremas, se dan las pos-
Y aun cuando el embrión tampoco tenga
turas «intermedias» que no reconocen
asegurado que desarrollará tal potencial,
carácter de persona humana al embrión
se admite, sin embargo, que él tiene cua-
y al mismo tiempo buscan asegurar su
lidades específicas, un status ontológico y
irreductibilidad a cualquier materia viva
ético –acorde con su status biológico– que
indiferente.
obliga, en efecto, a un trato diferencial,
Victoria Camps lo expresa con toda cla- consciente, responsable y humanizado
ridad: que lo sitúe más allá de una mera mani-
pulación utilitarista.
(...) el embrión es una vida potencial
que debe ser protegida, que no es exac- De acuerdo con esta respuesta, así, exis-
tamente lo mismo que decir que el em- ten, por un lado, razones éticas a favor de
brión es una persona10.

Esta concepción ética coincide, en efecto, 11 Hay quienes sostienen que, aun si se le reconoce
con la opinión más razonable que busca al embrión su humanidad y condición de persona,
«su destrucción en células troncales está justifica-
el equilibrio, considerando que el em- da en tanto que la investigación en éstas promete
brión humano (particularmente en su es- la liberación de un incalculable sufrimiento…».
tado preimplantatorio y cuando no cons- Lo que contaría aquí sería «el imperativo moral
de la compasión» (Mc. Glee y A. Caplan. “The
tituye más que una realidad en potencia
Ethics and Polities of small Sacrifices in Stem Cell
en la que aún no se han hecho presentes Research”, Kennedy Institute of Ethics Journal. 9, 2,
ninguno de los rasgos biológicos y ontoló- 1999).
gicos que se consideran definitivos para Posición que no está exenta de crítica, pues desde
otra perspectiva se considera necesario distinguir
constituir la persona humana) puede entre los fines médicos y los imperativos éticos. «Li-
éticamente destinarse a la investigación bertad del sufrimiento –se dice– es un fin real, pero
y a los fines terapéuticos, y en especial, no un supremo imperativo» (G. Meilaender. The
point of a Ban, Hastings Center Report, 31, 1, 2001).
al aprovechamiento de la extraordinaria
potencialidad vital de las llamadas células 12 Robertson, John A. Children of choice: freedom
and the new reproductive technologies. Princeton
«troncales» o «madres» (las prodigiosas University Press, 1994.
Septiembre de 2010

Y tampoco puede soslayarse en una auténtica con-


10 Camps, Victoria. Una vida de calidad: reflexiones sideración ética, la significación simbólica (cultu-
sobre bioética. Barcelona, Ares y Mares (Crítica), ral, social, histórica) que los hechos de la vida y la
16 2001. p. 53. muerte tienen para el ser humano.
Ética y bioética 57

la investigación en embriones, fundadas perspectiva no dejan de propiciar un sutil


en el bien intrínseco que conllevan tanto e imperceptible deslizamiento hacia una
los fines terapéuticos como también los verdadera mutación de la idea del hom-
estrictamente cognoscitivos –que tampo- bre y de la naturaleza.
co han de olvidarse–. Y, por el otro, se
reconoce la necesidad de valorar (y legis- (Un caso notable de ello se daría, por
lar) tomando en consideración, no sólo ejemplo, a propósito de los transgénicos
la exigencia de limitar esta investigación –a los que aquí solo podemos referimos
a fines estrictamente terapéuticos, sino colateralmente–. Con base en el nuevo
el manejo de los embriones humanos, no saber genómico, hay quienes argumentan
equiparables a «personas», pero tampo- que el temor irracional a los «organismos
co a cualquier otro elemento biológico y, genéticamente modificados», en especial
menos aún, a un mero objeto de comer- los del reino animal, se debe a que no so-
cialización. mos capaces de asumir la verdad científica
de que no existe la extrañeza ontológica
Pero a pesar de la consistencia que pa- que creíamos que hay entre las especies.
recen tener las opiniones de equilibrio, En nuestro fondo genómico somos igua-
no se superan en realidad las posiciones les: compartimos el genoma con todos los
extremas y contrapuestas, ni termina la seres vivos, de modo que no hay por qué
controversia en torno a la investigación temer el intercambio genético de unos con
en embriones y las stem cells. Quienes otros, es decir, el tránsito y recombina-
creen que el embrión es ya en esencia un ción del material genético entre distintos
ser humano, con los derechos de una per- entes y entre distintas especies, aun en-
sona, no tienen, en efecto, otra postura tre las más aparentemente lejanas. Ante
que un terminante «no» a estas investiga- lo cual cabe preguntarse: ¿se disolverán
ciones; cancelan así toda duda y el pro- entonces, con la ingeniería genética, los
blema mismo, sin reconocer que los vetos temores kafkianos a «la metamorfosis»?
no detienen el proceso; que si acaso sólo El horror que ésta todavía nos despierta
lo postergan –o propician su marcha su- ¿correspondería a una humanidad que
brepticia de modo que las investigaciones ignora la fundamental igualdad de los se-
prosperan fuera del alcance de la discu- res vivos y con ella la posibilidad de con-
sión, de la valoración y del mencionado vertirnos unos en otros y de intercambiar
«control moral», con todo el incremento nuestros genes, nuestros tejidos, nuestros
de los riesgos que esto conlleva–. órganos, nuestros cuerpos completos? Si
compartimos gran parte de nuestro geno-
Y por lo que respecta a los puntos de vis- ma humano con el de la mosca, ¿por qué
ta contrarios, cuya confianza está puesta habría ya de ser «kafkiano» el despertar
incondicionalmente en la racionalidad un día siendo «Gregorio Samsa?». ¿Qué
Revista Selecciones de Bioética

científica y tecnológica, se hace patente vislumbró Kafka? ¿A qué simbología ka-


que su indiferencia por los fines éticos fkiana corresponde el ratón transgénico
y sociales abre el camino hacia una pro- con oreja humana? ¿Qué alcances éticos
gresiva deshumanización. Aun quienes y sociales tienen los bancos de embriones
con lucidez y honestidad defienden esta y los venideros depósitos de órganos hu-
58 Juliana González Valenzuela

manos de reposición, creados por clona- tológicamente el estado de potencia, que


ción? ¿Qué otro significado ontológico corresponde al embrión –y, por supuesto
está adquiriendo el cuerpo humano con también, en su propio momento evoluti-
las maravillas científicas? ¿Qué lo consti- vo, al estado fetal?– ¿No tendríamos que
tuye como humano?). replantearnos la significación metafísica
del «ser en potencia»? Volver a pensar
Retornando a la cuestión del embrión y a con Aristóteles; pero también con sus an-
las búsquedas de una solución intermedia tecesores.
entre los intereses biomédicos y los éticos,
también cabe advertir que las argumen- El estado embrionario remite, en efecto, a
taciones que se ofrecen en esta solución cuestiones ontológicas cardinales que ad-
intermedia abren nuevos dilemas y, sobre quieren renovada importancia a la luz de
todo, revelan que ellas se asientan en pre- los nuevos conocimientos biogenéticos.
supuestos ontológicos que precisamente se El saber del genoma humano confirma de
hace necesario esclarecer. manera excepcional tanto la unidad es-
tructural de la vida en total como la igual-
Destaca, en principio –como lo recono- dad esencial de todos los seres humanos,
cen algunos autores– que hay una ob- al mismo tiempo que la unicidad de cada
via contradicción entre el «respeto» y la uno. Y si cada célula humana (a pesar de
«destrucción» del embrión, inevitable en su formidable diversidad) contiene, en su
la actividad terapéutica. Un ilustrativo ar- ADN, la misma información genética (la
tículo se titula precisamente así: «Respe- variación se explica en principio por la va-
tar lo que destruimos»13. Y en un intento riación de «la expresión» de los genes)14,
de salvar la paradoja se recurre a la idea ello induce a pensar que con más razón
de que puede haber «distintos grados de el embrión contiene «de algún modo», y
estatus moral» y que el embrión huma- aunque «en potencia», al «ser humano»
no estaría colocado entre los extremos con su programa genético originario.
del «agente moral» (que es lo que define Que esa realidad vital menor de catorce
al ser humano), y lo que sería «un mero días embrionarios o pre-embrionarios,
instrumento». El embrión, entonces, –se y si acaso de un centenar de células, es
dice– tendría un estatus moral «relativa- ya, «en alguna forma», «vida humana»,
mente modesto» y un «grado limitado de aunque no sea «persona», pero con una
respeto», y es esto lo que lo hace compati- «identidad genética», específica e indivi-
ble con su manipulación y destrucción. dual, que persistirá, «de un modo u otro»,
mientras dure esa vida, 14 días o 90 años.
¿Pero cómo explicar ese «estado interme-
¿No resurge aquí el originario enigma fi-
dio» entre el hombre y el instrumento, ese
losófico de «lo mismo» y «lo otro» (tató
grado «modesto» y limitado de respeto?
y héteron), como lo conceptuaron Platón
Y yendo más a fondo: ¿qué significa on-
y Aristóteles? Problema que, sin embar-
go, difícilmente –a mi entender– puede
Septiembre de 2010

13 Meyer, M. J. y Nelson, L. J., “Respecting what resolverse hoy en términos de «esencia»


we destroy. Reflections on Human Embryo Re-
search”. Hastings Center Report. 31, 1. pp. 16-23. p.
16 3 (From the editor). 14 The Human Genome, Nature. 11, ss.
Ética y bioética 59

idéntica e inmutable, o de «sustancia» Pues parecería que, en efecto, una de dos:


que subsiste por debajo del «tiempo», la el embrión ya es hombre con todos los atri-
«relación», la «cualidad», la «situación», butos humanos desde el primer instante.
la «modalidad», la «acción», la «pasión», O no lo es, en una primera etapa, hasta
o sea, a aquellos que Aristóteles concep- que aparecen ciertas condiciones biológi-
túa como «accidentes», ontológicamente cas que ya definen de manera definitiva
aleatorios. No puede resolverse en tér- la esencia humana. En la primera opción,
minos de ningún dualismo. En el caso de hay esencia desde el primer instante; en
lo humano, los «accidentes» se revelan la segunda no la hay en esa etapa previa,
como «sustanciales» y, en general, el ser prehumana, pero ella aparece en un mo-
no es concebible como reificable, como el mento determinado del proceso.
en-soi inerte y cosificado –en términos de
Sartre–. ¿Y no cabría una tercera posibilidad que
sería pensar, no en términos de «esen-
El embrión es un ser en proceso que se va cia», sino de un proceso en que se con-
constituyendo, incluso genómicamente, jugan dialécticamente, desde el primer
mediante el proceso mismo –como bien instante, ser y devenir?
lo destaca Diego Gracia–. Dicho proceso
es decisivo: es, en efecto, «constituyente» Ya desde Hegel, como se sabe, la metafí-
y no «consecutivo» –como él afirma–. Di- sica reconoce que «no hay nada ni dentro
ríamos así que el «patrimonio» genético ni fuera del universo que no esté sujeto al
originario de un ser humano no es una devenir». Y son múltiples los caminos (fe-
realidad estática, sino en devenir. La ge- nomenológicos, hermenéuticos y dialécti-
nética enseña que los genes son lo que cos) que ha emprendido la ontología des-
son, en tanto que se «encienden» o se de el siglo pasado, para dar razón del «ser
«apagan», se «activan» o se «desactivan», en proceso», de la «temporalidad cons-
se «estimulan» o se «inhiben» y «repri- titutiva», del «ser en relación», del «ser-
men», se «expresan» o no se expresan. Y en-el mundo» y el «ser-con», del «ser del
este «ser o no ser» genético depende a su límite», del «ser en situación». Aunque
vez de la información que los genes van también es digno de destacarse el resurgi-
recibiendo del medio exterior, ante cuyas miento que en el pensar contemporáneo
influencias no permanecen invulnerables, ha tenido no sólo la ética aristotélica, sino
sino al contrario; esa interacción va de- su metafísica y en especial su concepto
finiendo la «identidad» concreta del ser ontológico de ser en potencia.
vivo.
Sólo que es necesario recordar que, si
La cuestión fundamental es si hay o no un para alcanzar la comprensión ontológica
«momento» privilegiado, en el que se lo- del devenir, el genio aristotélico dispuso
Revista Selecciones de Bioética

gre lo que Gracia llama –en términos de del concepto de dynamis o potencia (co-
Zubiri– «suficiencia constitucional», por rrelativo al de energeia o acto), esta ca-
la cual sea ya posible hablar, no antes, de tegoría venía a culminar el «parricidio»
un «ser humano», pues sólo entonces se iniciado por Platón en El Sofista, donde
cumple con los atributos de su «esencia». reconoce que el no ser no es la Nada, sino
60 Juliana González Valenzuela

un modo del Ser mismo. El ser en poten- propio devenir –y no sólo en el biológico,
cia es y no es al mismo tiempo y, por ello, sino, una vez nacido el ser humano, en
puede explicar el cambio de lo real. el devenir «biográfico», con todo cuanto
éste conlleva–.
Y ya el fuego heracliteano habla de la
realidad que cambia (vive y muere) per- Y esto explica así la paradoja de que el
maneciendo y permanece, cambiando: embrión humano no pueda concebirse
«cambiando, reposa», dice Heráclito. con el mismo estatus ontológico, y mo-
ral y jurídico de una «persona» como tal:
Hay permanencia, sin duda, y en este
se halla en otro estadio ontológico. Pero
sentido, «ser»: pero «lo» que permanece
que tampoco puede soslayarse que esta
no es «algo», aparte del cambio mismo.
vida «potencial», que es y no es al mismo
Es la misma realidad la que permanece
tiempo, sea irreductible a cualquier otra
y cambia, lo uno por lo otro. De ahí que
materia biológica, ni aceptarse, por tanto,
se trate más bien de «mismidad» que de
que pueda ser concebido como un mero
«identidad». La primera incluye la alte-
objeto, susceptible de un manejo indife-
ridad y la alteración. O como lo precisa
rente y puramente instrumental. No hay
Eduardo Nicol:
«corte» o «fractura» en la continuidad
La mismidad es duración. No es esta- del devenir; o mejor dicho: en el paradó-
bilidad, sino persistencia temporal del jico «continuo-discontinuo» del devenir.
ente en su propia entidad (...). La mis- «Mismo» y «otro» a la vez, ciertamente.
midad es un concepto temporal15. La alteración es ontológica, no accidental.
Hay «acontecimientos» o «momentos»
Es, entonces, dentro de categorías dialéc-
en el proceso evolutivo de la vida que, en
ticas y no esencialistas, que puede com-
efecto, implican alteraciones sustanciales,
prenderse que el embrión (o el feto), sea
novedades ontológicas, pero que se dan
y no sea «hombre»; que, desde el inicio de
dentro de la continuidad del ente.
la vida embrionaria, esté en alguna for-
ma presente la condición humana, pero
Dicho de otra forma: el embrión humano
que los distintos «momentos» o «etapas»
posee un modo de ser propio en que pre-
del proceso de gestación no sean ontoló-
domina, ciertamente, el estado potencial
gicamente indiferentes, y de ahí que no
y no actual (un no-ser que, sin embargo,
lo sean tampoco éticamente. Pero se trata
es). Cabría decir, incluso, que al embrión
de reconocer la «esencialidad» a todo el
lo define, no su condición «pre-esencial»
proceso, desde su génesis, y no dividirIo
y «prehumana», sino precisamente el ca-
en dos: uno previo y otro posterior a la
rácter «totipotencial» de las células tron-
esencia humana; la «aparición» de ésta,
cales que lo constituyen, que por su indi-
además de que «deshumaniza» la etapa
ferenciación poseen un cierto poder de
previa, cierra el proceso del ser temporal,
«inmortalidad», pues es en la medida en
el cual se sigue constituyendo en y por su
Septiembre de 2010

que estas células, unidades primigenias


de la vida, se van diferenciando y espe-
15 Nicol, E. Los principios de la ciencia. México, FCE, cializando, que adquieren su condición
16 1965. p. 316. mortal, mostrando que la muerte es inhe-
Ética y bioética 61

rente a la diferenciación o limitación enti- médicas y biotecnológicas; o sea, la signi-


tativas. Es otro modo de ser, con caracte- ficación eminentemente novedosa que
rísticas ontológicas (y éticas) propias, no ofrece la situación, obliga, en consecuen-
equivalentes a las de otros modos de ser cia, a retomar y reavivar los problemas en
que corresponden a diferentes momen- su sentido primigenio. Que todo ello en
tos temporales del proceso de gestación suma invita a rehacer la interrogación y
biológica –unos de mayor cambio que la reflexión con asombro y mirada nue-
otros–. vos, también nacientes. Esto es lo que nos
acerca al filosofar de los griegos, desde
El embrión humano se halla, en efecto, sus orígenes presocráticos.
en una etapa o momento temporal mera-
mente potencial y posee un estatus onto- La bioética del presente requiere cierta-
lógico peculiar: pero es embrión humano, mente –y con esto concluyo– esclarecer
poseedor del patrimonio genético distin- sus presupuestos ontológicos. Atender
tivo de la especie humana y de su propia críticamente a ellos, rehaciendo las origi-
originaria singularidad o unicidad. Nada narias preguntas filosóficas sobre las cues-
le puede restar su significación de vida tiones fundamentales que hoy, particular-
humana. De ahí que sea merecedor de un mente las ciencias y técnicas de la vida,
«respeto» especial y un trato humanizado. ponen en evidencia. En general, la situa-
Pero de ahí también que al mismo tiempo ción presente exige una ética que, con una
pueda legítimamente ser destinado a la in- clara memoria de lo humano, contribuya
vestigación científica y servir para reparar a que el proceso transformador preserve
vida humana «en acto». Su destrucción no vivo el rostro de la humanitas. Se necesita
es evidentemente «homicidio», como tam- asimismo, en la hora actual, una bioética
poco lo es en su propio «momento onto- que se defina por su significado secular,
lógico», el feto que es abortado antes de plural y dialógico, contrario al dogma,
la formación del sistema nervioso central. abierta a la deliberación, a la tolerancia
Todo es cuestión de tiempo, ciertamente, y al respeto a la pluralidad o, lo que es
porque el tiempo es el ser. lo mismo, acorde con los nuevos tiempos.
Una ética que, conforme al verdadero es-
píritu científico y filosófico, promueva la
***
permanente disposición de lucha contra
Reiteremos, así, que los asombrosos he- la ignorancia, y asuma a la vez, socráti-
chos revelados por las nuevas ciencias de camente, la incertidumbre y la perpleji-
la vida, junto con las cruciales preguntas, dad, promotoras perennes de la búsque-
tan inéditas como fundamentales, que de da. Una bioética en suma, que ejerza la
ellos surgen, demandan una renovación virtud de la phrónesis o sapiencia, junto
plena de la actitud filosófica originaria. con las del asombro y la esperanza; virtu-
Revista Selecciones de Bioética

Que el carácter de umbral histórico, de des ciertamente fundamentales en estos


transición hacia un mundo naciente al tiempos de cambios tan cruciales para la
que parecen apuntar las revoluciones bio- humanidad.
De la bioética clínica a la bioética
global: treinta años de evolución
Diego Gracia Guillén

Resumen
Los seres humanos son respetables porque son seres humanos, no porque tengan los mismos
valores o compartan las mismas creencias. Una nueva generación de derechos humanos con-
lleva necesariamente a un nuevo proceso de legitimación de las instituciones políticas. Es el
tema de “democracia y bioética”. La vida se encuentra amenazada y de ahí emerge la impor-
tancia de elaborar una nueva tabla de derechos humanos, los derechos ecológicos y del me-
dio ambiente, los derechos de las colectividades y los derechos de las futuras generaciones.
Los nuevos derechos son globales y, por tanto, exigen un nuevo tipo de democracia, la llama-
da democracia global la cual debe ser deliberativa. La bioética es en esencia deliberación y,
en ese sentido, debe hacer escuela. La democracia deliberativa podrá ser algún día realidad
en la medida que se instale en la sociedad la confrontación plural de ideas.

Abstract
Human Beings are respectable because they are Human Beings; not because they have the
same worth or share the same beliefs. A new generation of human rights necessitates a new
process of legitimization of political institutions. This is the essence of “Democracy and
Bioethics”. Life as we know it is under threat and from there emerges the importance of
formulating a new table of human rights; ecological and environmental rights; the rights of
different groups within society and the rights of future generations.
These new rights are global and therefore demand a new type of democracy; it is this call for a
global democracy, which must be discussed. Bioethics, in essence is a process of deliberation
and discussion and therefore it is fitting that bioethics should provide the arena for discus-
sion. It is important to realize that one day, deliberative democracy could be the reality, and
be responsible for establishing a debate which reflects the diversity of ideas within society.

Introducción rentes cuestiones, hasta el punto de que

L
puede hablarse de tres generaciones de
a bioética es un movimiento muy
problemas, la de los años setenta, la de
reciente: tiene apenas treinta años
los ochenta y la de los noventa. Por eso
de vida. A lo largo de ellos, y con
cabe ver el desarrollo de la bioética como
una periodicidad que viene a coincidir
una pieza teatral, con un escenario y tres
con la década, ha ido enfrentando dife-
actos, correspondientes a las tres fases
por las que ha ido pasando en su desa-
1 Tomado de Acta Bioética N° 1, año VIII, 2002, pp. rrollo. De ahí que mi exposición vaya a
27-39. constar de cuatro partes:
De la bioética clínica a la bioética global: treinta años de evolución 63

• Primero, el escenario sobre el que hay Como puede suponerse, no hay una sola
que situar este movimiento y desde el definición del término bioética. Cada gru-
que adquiere sentido. po lo entiende de un modo distinto, o lo
• Segundo, los problemas propios de la dota de un contenido diferente. Así, por
primera década, el movimiento de au- ejemplo, para ciertos autores la bioética
togestión del cuerpo y el principio de debe definirse como la ética de la vida,
autonomía. entendiendo por tal la disciplina que se
ocupa de recordar a los seres humanos
• En tercer lugar, los problemas bioéti-
los deberes sacrosantos que tenemos con
cos de segunda generación: las cues-
la vida, ante el olvido o la negligencia que,
tiones relacionadas con la economía,
según ellos, se produce en este campo.
la distribución de recursos y el princi-
Éstos suelen poner como santo y seña de
pio de justicia.
todo el movimiento, el lema de la “san-
• Y finalmente veremos la tercera gene- tidad de la vida” o de la “inviolabilidad
ración de problemas bioéticos, todos de la vida humana”. Otros, por el contra-
los relacionados con el fenómeno de rio, consideran que su objetivo principal
la globalización, la protección del me- es la “calidad de vida”, y no la defensa a
dio ambiente y los derechos de futuras ultranza de la vida.
generaciones.

Como conclusión, intentaré resaltar la Yo no voy a seguir ninguno de esos pro-


importancia que tiene para la sociedad cedimientos. Pienso que lo más correcto
civil la educación en los procedimientos es proceder históricamente, analizando el
deliberativos. modo como la cultura occidental ha ges-
tionado sus deberes morales para con la
vida a lo largo de toda su historia, a fin
I. El escenario: La ética de la vida
de que luego veamos las novedades que
en la cultura occidental
la bioética ha intentado introducir en este
El sentido del término bioética viene de- campo y las razones que le han movido
terminado por las dos palabras griegas a ello.
que entran en su composición, bíos, vida,
y éthos, costumbre. Etimológicamente, Nadie pone en duda, ni ha puesto nunca,
el término bioética sirve para designar que la vida es un valor muy importante
las costumbres que tienen que ver con la y que la preservación o conservación de
vida o el cuidado de la vida. Puede enten- la vida es una obligación moral primaria.
derse el término de un segundo modo, Más aún, habría que decir que se ha con-
dando a sus raíces un sentido más cien- siderado como un valor y un deber de tal
tífico. Así, la raíz bíos vendría a designar importancia, que se ha protegido de una
las ciencias de la vida, y la raíz éthos la forma que hoy nos parece extrema. Esta
Revista Selecciones de Bioética

ciencia de las costumbres, la ética. De forma extrema consiste no sólo en con-


este modo, la bioética sería la parte de siderar que hay conductas contra la vida
la ética que analiza los problemas plan- que son inmorales y deben ser castigadas
teados por las ciencias de la vida, hoy tan con el procedimiento más coactivo que
acuciantes. las sociedades tienen, el derecho penal,
64 Diego Gracia Guillén

sino que, además de eso, sin llegar a ta- ha estado vedada al individuo durante si-
les extremos, se ha considerado que los glos y siglos, quedando a cargo de perso-
individuos no son quiénes para gestionar nas especialmente cualificadas, médicos,
su cuerpo y su vida, y que las decisiones gobernantes, sacerdotes, jueces, etc.
sobre ellos deben de tomarlas ciertas per-
sonas especialmente cualificadas, como II. Primer acto: Revolución liberal
son los médicos o los sacerdotes. Esto es y gestión del cuerpo
lo que hoy se conoce con el nombre de El paternalismo entró en crisis hace ya
paternalismo. La gestión tradicional de siglos, con las llamadas revoluciones li-
nuestros deberes para con el cuerpo y la berales. Recordemos brevemente lo que
vida ha sido paternalista. ¿Qué quiere de- sucedió. A partir del año 1517, fecha en
cir esto más exactamente? que Lutero hace públicas sus noventa y
cinco tesis, se inician las guerras moder-
El paternalismo médico es la teoría que
nas de religión entre protestantes y cató-
afirma que la gestión del cuerpo del pa-
licos. Duraron más de siglo y medio. El
ciente no puede hacerla el propio pacien-
objetivo de esas guerras, en un principio,
te sino otra persona especialmente cua-
fue la aniquilación del contrario. No se
lificada para ello, el médico. No ha sido
podía tolerar que alguien defendiera tesis
el único tipo de paternalismo que se ha
que iban contra la doctrina de la Iglesia
dado en la cultura occidental. Como prin-
de Roma. Esto es lo que en historia se
cipio genérico cabe decir que en ella to-
conoce con el nombre de debate sobre la
das las relaciones sociales importantes se
tolerancia. La tesis oficial fue que quie-
han establecido conforme a ese modelo
nes defendían creencias distintas de las
vertical o paternalista. Los ciudadanos no
oficiales eran herejes, personas difusoras
eran quiénes para intervenir en el gobier-
de doctrinas religiosas erróneas y peligro-
no y gestionar la cosa pública, razón por
sas y que, por tanto, debían retractarse o
la cual la relación de los gobernantes con
desaparecer. Si a quienes quitan la vida
sus súbditos era paternalista, en el me-
del cuerpo se les condena a muerte, dice
jor de los casos, o tiránica, en el peor de
Santo Tomás, cuánto más a quienes aten-
ellos. En la época que eufemísticamente
tan contra la vida del alma. La intoleran-
se conoce en historia con el nombre de
cia era considerada una virtud y la tole-
“despotismo ilustrado” se decía aquello
rancia, un vicio.
de “todo para el pueblo pero sin el pue-
blo”. Esa frase es la quintaesencia de la Éste fue el punto de partida. Pero el pun-
política paternalista. Y lo mismo cabe de- to de llegada iba a ser muy distinto. En
cir de todas las demás relaciones sociales, primer lugar, porque ninguno de los dos
como por ejemplo las de pareja o las que bandos tuvo la capacidad de exterminar
establecen los padres con sus hijos. Éste al otro. Según pasaba el tiempo, cada vez
es el telón de fondo que era necesario te- era más necesario llegar a un armisticio,
Septiembre de 2010

ner presente para entender el desarrollo a una especie de “coexistencia pacífica”;


de la bioética. La tesis básica de este telón dicho de otro modo, había que aprender
de fondo es que la gestión del cuerpo, de a “tolerar” al discrepante, a pesar de que
16 la sexualidad, de la vida y de la muerte, le no tuviera las mismas creencias.
De la bioética clínica a la bioética global: treinta años de evolución 65

Es el descubrimiento del llamado “prin- Pues bien, esa revolución liberal que ad-
cipio de tolerancia”, uno de los grandes mite el pluralismo y la autogestión de las
temas del siglo XVII: a partir de él se fue creencias religiosas y de las opiniones po-
elaborando toda la teoría de la “libertad líticas y que triunfa en los siglos XVII y
religiosa”, entendida ésta como un dere- XVIII, no llega en esa época al espacio
cho humano. Los seres humanos son res- de la gestión del cuerpo. Es un fenómeno
petables porque son seres humanos, no realmente sorprendente. La revolución
porque tengan los mismos valores o com- liberal no llegó a la medicina. Aquí las
partan las mismas creencias. Hay que res- decisiones importantes seguían tomándo-
petarlos en su diversidad. Ese es el con- las los médicos de acuerdo con su sistema
cepto de “libertad de conciencia”, que en de valores, no con el sistema de valores
el siglo XVII cobra cuerpo. Se ha iniciado del paciente. Por eso cabe decir que en
el mundo moderno, la homogeneidad de este espacio de la gestión del cuerpo el
valores va poco a poco diluyéndose, y se paternalismo ha llegado hasta la segunda
impone el acuerdo de que los valores de mitad del siglo XX. Y lo que se dice de la
las personas tienen que ser en principio medicina es extensible a las otras dimen-
respetados, aunque no coincidan con los siones de la gestión del cuerpo. Así, por
nuestros. Es el llamado “derecho a la li- ejemplo, la ética sexual, o la ética de la
bertad de conciencia”. vida y de la muerte han seguido en manos
de los teólogos y las iglesias, exactamen-
En torno a este descubrimiento funda- te igual como sucedía con la ética políti-
mental se elabora la teoría de los dere- ca antes de las revoluciones liberales. El
chos humanos básicos, o derechos perso- respeto de la autonomía, es decir, de los
nales o subjetivos, el derecho a la vida, a sistemas de valores de las personas, no ha
la salud, a la libertad de conciencia y a la llegado a ese ámbito más que en las últi-
propiedad. Locke es el primero que los mas décadas.
formula de este modo. La afirmación de
estos derechos supone el reconocimien- Veamos el caso concreto de la medicina.
to de la autonomía de los individuos Si el modelo clásico de relación clínica
para gobernar su vida y sus asuntos. En era el que hemos llamado vertical o mo-
primer lugar, los asuntos religiosos. Ya nárquico, basado en relaciones de man-
lo hemos visto. Pero muy pronto se llevó dato y obediencia, a comienzos del siglo
este mismo espíritu al tema de los asun- XX comienzan a introducirse novedades
tos políticos. De hecho, las revoluciones que obligarán a sustituir ese modelo por
liberales, a la cabeza de todas la Revolu- otro que cabe denominar “oligárquico”,
ción Francesa, se hizo con la carta de de- en el que el profesional se ve obligado a
rechos humanos por estandarte. Todos compartir su poder con otros compañe-
los hombres tienen derecho a intervenir ros, pero sin por eso renunciar a la rela-
Revista Selecciones de Bioética

en la elaboración de las leyes y en el go- ción vertical. Sólo en las últimas décadas
bierno de la cosa pública. Del régimen la relación clínica se ha horizontalizado,
absolutista o monárquico se pasa al régi- y ello por razones que se gestaron fuera
men democrático. El soberano ya no es del ámbito de la medicina. No han sido
el monarca sino el pueblo. los médicos quienes han liderado ese
66 Diego Gracia Guillén

cambio. Todo lo contrario. La medicina enfermos, grupos gay, etc. En el caso


ha ido a remolque de otras muchas ins- concreto de la medicina, la aparición de
tituciones sociales, como la política o la los códigos de derechos de los enfermos y
familiar, en las que la nivelación de los todo el tema del consentimiento informa-
roles se inició bastante antes. El resul- do obedecen a esta mentalidad, que toma
tado de este proceso ha sido la inclusión cuerpo en la década de los años sesenta y
de los pacientes en el proceso de toma de empieza a dar sus frutos maduros en los
decisiones y, de esta forma, la democrati- años setenta.
zación de las relaciones sanitarias. En el
momento en que los usuarios han pasado
III. Segundo acto: Justicia social
a participar activamente en el proceso de
y distribución equitativa
toma de decisiones, éste ha dejado de ser
de recursos en salud
monárquico u oligárquico, para tornarse
en claramente “democrático”. Los años setenta trajeron novedades
importantes que obligaron a plantear
Esto equivale a decir que en las últimas nuevos problemas. La década se abrió
décadas se ha producido una auténtica con una famosa crisis económica, la cri-
revolución o, quizá mejor, que ha teni- sis de 1973, la primera crisis de recursos
do lugar la revolución liberal en un nue- en la historia de la humanidad. Ella ha
vo espacio, que ya no es el religioso ni el sido considerada en múltiples ocasiones
político, sino el de la gestión del cuerpo. como el final de la economía keynesiana
Como en los dos casos anteriores, se tra- y el comienzo del declive del Estado de
ta de superar el paternalismo y considerar bienestar. Los sistemas de seguro públi-
a los individuos autónomos y libres para co empezaron a tener problemas graves
tomar sus propias decisiones; decisiones de financiación, lo que a su vez planteó
sobre sus creencias religiosas, sobre sus cuestiones hasta entonces prácticamente
opciones políticas y sobre la gestión de su desconocidas en ámbitos como el de los
cuerpo y de su sexualidad, de su vida y de seguros obligatorios de asistencia sanita-
su muerte. Mientras los individuos sean ria, en especial el fenómeno de la explo-
adultos y capaces, mientras no se trate de sión de costes y los criterios de distribu-
niños o de incapaces, nadie tiene derecho ción de recursos escasos.
a prohibir la autogestión del cuerpo y de
la vida de cada uno, de acuerdo con su Las bases teóricas del Estado de bienes-
propio sistema de valores y de creencias. tar se instalaron, como es bien sabido, a
Frente al paternalismo, la autonomía de partir de las revoluciones sociales de la
los ciudadanos en el campo de la gestión segunda mitad del siglo XIX. El resultado
del cuerpo, de la sexualidad, de la vida y de esas luchas fue la proclamación de una
de la muerte. Esto se produce sobre todo segunda carta de derechos humanos, los
a partir de los años sesenta. De ahí la im- llamados derechos económicos, sociales y
Septiembre de 2010

portancia que adquieren los movimientos culturales, entre los que estaba el derecho
a favor de los derechos civiles de aquellos a la asistencia sanitaria. Ése es el origen de
colectivos sociales que no los disfrutaban los seguros públicos y obligatorios de en-
16 en plenitud, afroamericanos, mujeres, fermedad, que fueron apareciendo poco
De la bioética clínica a la bioética global: treinta años de evolución 67

a poco en la práctica en la totalidad de los ral consideró privados o de beneficencia,


países europeos. Tras la revolución libe- debían verse como públicos o de justicia.
ral, cuyo estandarte fueron los derechos Por tanto, no eran deberes imperfectos, o
civiles y políticos, ahora se había produci- deberes no correlativos a derechos, sino
do otra, en la cual las reivindicaciones te- muy al contrario, deberes generados por
nían un carácter más material y tangible. los derechos de las demás personas. De
Ya no se trataba de conquistar la libertad ahí que, por ejemplo, la asistencia sanita-
frente a las leyes serviles o a los caprichos ria pasara de verse como una obligación
del monarca y la nobleza, sino de gozar privada de beneficencia a considerarse un
de las condiciones necesarias y suficientes deber público de justicia, de lo que enton-
para que esa libertad pudiera ser ejercida ces empezó a llamarse justicia social. Por
realmente. De ahí que los movimientos eso el Estado se vio en la obligación de
socialistas esgrimieran siempre la tesis de procurar una asistencia mínima decente o
que sin los derechos económicos, sociales decorosa a todos, y a todos por igual.
y culturales, la conquista de los derechos
civiles y políticos tenía un carácter más Pues bien, esto que comenzó a gestarse
formal que real. Los estratos más despro- a mediados del siglo XIX y que fue to-
tegidos de la sociedad seguían sufriendo, mando cuerpo, especialmente en los paí-
a pesar de las revoluciones liberales, las ses europeos, a lo largo del siglo XX, muy
consecuencias de la ignorancia, de la mar- en particular en las décadas posteriores a
ginación y siendo objeto de abuso por par- la Segunda Guerra Mundial, entró en cri-
te de los demás miembros de la sociedad. sis en torno a 1973. Hasta entonces todo
Sólo la puesta en práctica de esa segunda había ido bien, excesivamente bien. El
tabla de derechos humanos, podía conver- concepto de justicia social funcionaba sin
tir en realidad lo que hasta entonces había grandes problemas y el Estado social de
sido sólo un sueño, la igualdad básica de mercado parecía sólidamente establecido
oportunidades entre todos los miembros en la mayoría de los países occidentales.
de una sociedad o un Estado.
La explosión de costes y la aparición de
Adviértase lo que esto suponía. De lo que números rojos en las cuentas de prácti-
se trataba era de reformular como obliga- camente la totalidad de los sistemas de
ciones perfectas o de justicia, muchas de seguro público fue un poderoso toque de
las que hasta entonces habían sido con- atención al conjunto de la sociedad. Era
sideradas obligaciones imperfectas o de necesario analizar con más detalle el tema
beneficencia. Dicho de otro modo, se tra- de la justicia, el concepto de justicia so-
taba de acabar con el viejo paternalismo, cial. ¿Cuáles eran, realmente, las obliga-
haciendo pasar esos deberes a un nuevo ciones del Estado en este campo? ¿Eran
concepto que hubo que crear entonces, el absolutas? ¿Eran totales? ¿Qué debía
Revista Selecciones de Bioética

de “justicia social”. “Del paternalismo a entenderse por justicia social? Ese fue el
la justicia social”: ése fue el grito de los gran tema de la segunda mitad de los años
revolucionarios de 1848 y de los movi- setenta y sobre todo de los ochenta, y fue
mientos sociales posteriores a tal fecha. también la gran novedad en los debates de
Muchos de los deberes que el Estado libe- la bioética a lo largo de su segunda déca-
68 Diego Gracia Guillén

da de existencia. De fijar la atención en el que asegure la igualdad básica de opor-


tema de la autonomía pasa a ponerse aho- tunidades de todos en la vida social, la
ra el énfasis en el de la justicia. autonomía se vuelve retórica. De ahí que
fuera necesario relegitimar el Estado libe-
Recordemos algunas fechas muy signifi- ral mediante la adopción de los derechos
cativas. El año 1971 aparece el gran libro económicos, sociales y culturales. Y de
de John Rawls, A Theory of Justice2, pro- ahí que en bioética se diera un fenómeno
bablemente el de mayor importancia en muy similar, y de la defensa de la autono-
esta materia a todo lo largo de la centu- mía de los pacientes se pasara pronto a la
ria. Unos años después, en 1974, le con- preocupación por la justicia sanitaria. Fue
testa Robert Nozick con Anarchy, State, el segundo escenario, el segundo acto de
and Utopia3, y a partir de ese momento esta representación. Pero la cosa no aca-
se inicia un debate que ha durado no me- ba aquí. Porque hay, al menos, otro más,
nos de una década. No hay por qué seguir el tercero, que ha ido cobrando progresi-
aquí su desarrollo en detalle. Sí conviene va importancia a lo largo de estos últimos
recordar que ese debate general repercu- años. Veamos en qué consiste.
tió inmediatamente en bioética, donde el
tema de la justicia ocupó y preocupó de
modo muy importante a todo lo largo de IV. Tercer acto: Globalización,
la década de los años ochenta. Es signi- medio ambiente y futuras
ficativo a tal respecto, por ejemplo, que generaciones
Norman Daniels, uno de los bioeticistas Los años noventa han aportado su propia
más importantes en este campo, empeza- novedad. El término que mejor la define
ra a aplicar las teorías de Rawls a la asis- es, quizá, el de “globalización”. Vivimos
tencia sanitaria en torno a 1980, y que sus en la aldea global. Las comunicaciones
dos libros más importantes, Just Health permiten saber lo que sucede en cualquier
Care4 y Am I My Parents’Keeper?5 se publi- lugar del planeta en tiempo real y despla-
caran en los años 1985 y 1988. zarse físicamente allí en muy pocas horas.
Las fronteras de los Estados nacionales
Del interés por la autonomía a la preocu-
se han quedado pequeñas y los problemas
pación por la justicia. Son dos dimensio-
son cada vez más globales, afectan a todos.
nes de la vida moral que se exigen mu-
El mercado de capitales y el comercio se
tuamente, pero que también entran en
han internacionalizado como nunca an-
permanente conflicto. Sin una justicia
tes. De ahí que cada vez se haga más ne-
cesario pensar en términos globales. Hay
2 Rawls, J. A Theory of Justice. Cambridge, Mass: que globalizar la economía, porque sólo
Belknap Press of Harvard University Press; 1971. así será posible conseguir lo que ahora se
3 Nozick, R. Anarchy, State, and Utopia. New York:
propone como objetivo fundamental, el
Basic Books; 1974.
“desarrollo sostenible” de todos, frente al
Septiembre de 2010

4 Daniels, N. Just Health Care. Cambridge New


York: Cambridge University Press; 1985.
desarrollo insostenible del primer mundo
y al subdesarrollo, también insostenible,
5 Daniels, N. Am I my Parent’s Keeper?: An Essay on
Justice Between the Young and the Old. New York: del tercero. Sin desarrollo sostenible no
16 Oxford University Press, 1988. podremos conservar el medio ambiente
De la bioética clínica a la bioética global: treinta años de evolución 69

ni asegurar un futuro digno a las próxi- 1989, tenía que conducir necesariamente
mas generaciones. Se está produciendo a la reforma del Estado liberal y a la apa-
una nueva revolución que, como las dos rición del Estado social. Pero más allá de
anteriores tiene como consecuencia el éste no era posible concebir ningún otro.
surgimiento de una nueva tabla de de- La historia parecía terminar ahí. Y sin
rechos humanos, los derechos del me- embargo, poco a poco se ha ido abriendo
dio ambiente y los derechos de futuras paso un nuevo horizonte de problemas.
generaciones. Una vez más, cuestiones La tensión entre el Este y el Oeste ha ido
que eran consideradas de gestión privada difuminándose hasta desaparecer, y una
pasan a convertirse en deberes públicos nueva ha surgido, ésta entre el Norte y el
o de justicia. Sólo así seremos capaces de Sur. Ahora el conflicto se plantea entre
proteger la vida, el presente y el futuro de los países desarrollados y aquellos otros
la vida. He aquí el nuevo frente que se le que, eufemísticamente, se denominan en
ha abierto a la bioética. vías de desarrollo. Es la confrontación de
la vida, de la supervivencia presente y fu-
Esto, a su vez, obliga a cuestionar las es- tura y de la calidad de vida. No se trata
tructuras políticas vigentes. Una nueva sólo de la vida humana sino de la vida en
generación de derechos humanos conlle- general. La vida está amenazada. Y está
va necesariamente un nuevo proceso de amenazada, precisamente, por el desa-
legitimación de las instituciones políticas. rrollo insostenible de los países del llama-
Es el tema de “democracia y bioética”. No do Primer Mundo y por el subdesarrollo,
es la primera vez que esto sucede. Cada también insostenible, de los del Tercero.
generación de derechos humanos ha teni- De ahí la importancia de elaborar una
do por objeto legitimar al poder político. nueva tabla de derechos humanos, los de-
Los derechos civiles y políticos legitima- rechos ecológicos y del medio ambiente,
ron el Estado liberal frente al absolutis- los derechos de las colectividades y los
mo propio del antiguo régimen. Lo que se derechos de futuras generaciones.
empezó a decir entonces fue que las leyes
emanadas del Estado absolutista eran le- El problema de estos derechos es que no
gales pero no legítimas. Por eso hubo que son individuales sino colectivos y que,
instaurar los parlamentos democráticos. por ello mismo, no pueden gestionarse
Algo similar sucedió a partir de 1948. La más que colectivamente, globalmente. En
aparición de los derechos económicos, la primera generación de derechos en el
sociales y culturales tuvo por objeto do- marco de referencia era el individuo y en
tar de nueva legitimidad a los Estados, la segunda, el Estado. Ahora las fronteras
haciéndoles pasar de meros Estados libe- del Estado resultan insuficientes o, me-
rales a Estados sociales. No parecía fácil jor, inútiles, cuando no perjudiciales. Los
ir en el futuro más allá de ese punto. ¿Ca- nuevos derechos son globales y exigen,
Revista Selecciones de Bioética

bía imaginar nuevos procesos de legitima- pues, un nuevo tipo de democracia, la lla-
ción? Las luchas entre el Este y el Oeste mada democracia global. La tesis que se
que salpicaron la historia de Occidente va poco a poco imponiendo es que el vie-
desde 1848, y sobre todo desde 1917 has- jo Estado nacional surgido tras la paz de
ta la caída del muro de Berlín, en el año Westfalia, en pleno siglo XVII, toca a su
70 Diego Gracia Guillén

fin y que estamos entrando en una nueva Y todo esto conlleva una ética. Por prime-
época en que todo, incluidas la política y ra vez somos conscientes de que nuestras
la ética, habrán de ser globales o no serán acciones afectan al conjunto de todos los
nada. seres humanos, no sólo presentes sino
futuros. El principio de universalización
¿Qué es globalizar? Por lo pronto, rom- formulado por Kant adquiere así un nue-
per las fronteras nacionales y permitir que vo sentido, imposible de percibir a la altu-
todo lo que sucede en el globo terráqueo ra del siglo XVIII, la época en que Kant
se haga presente y se viva como propio vivió. No se trata ya de hacer una pirue-
por cualquier miembro de la comunidad ta mental para comprobar si el móvil de
humana. La globalización de las comuni- nuestra voluntad podría convertirse en ley
caciones permite estar al tanto de las no- en una sociedad de seres humanos dignos.
ticias de todo el mundo, poder seguirlas Ahora no hacen falta esos ejercicios de
en tiempo real y, de ese modo, sentirlas imaginación, porque por vez primera en la
como propias. Ahora todo afecta a todos. historia tenemos la posibilidad de dar voz
Esto es obvio en el orden informativo y de a todos aquéllos que puedan verse afec-
las comunicaciones. Pero sucede también tados por el acto o la norma en cuestión.
en otros muchos ámbitos. Pensemos, por Todos tenemos claro que las decisiones
ejemplo, en el financiero. Los mercados que se toman en Washington o en Bruse-
de capitales se han globalizado, y cual- las afectan a muchas más personas que las
quier pequeño ahorrador del más remoto que habitan en el interior de las fronteras
país puede invertir su dinero en la bolsa de Estados Unidos o de la Unión Euro-
de cualquier otra parte del mundo. Lo pea. Muchas de esas decisiones, la mayo-
mismo les sucede a las mercancías. Por ría, afectan grande y gravemente a los paí-
vez primera cabe hablar de un mercado ses del Tercer Mundo. Ahora bien, si esto
mundial. El acero que se consume en es así, ¿deberían ser tenidos en cuenta sus
Barcelona puede haberse producido en intereses y no sólo los de los habitantes de
Japón o en Corea y las fresas que come- esas naciones o zonas? Evidentemente, sí.
mos pueden ser chilenas. Y ello por la misma razón por la que en
los siglos XVII y XVIII se concedió voz y
Esta globalización económica plantea in- voto a todos los ciudadanos de un país. La
mediatamente problemas políticos. Aho- tesis es que todos ellos tenían derecho a
ra, por ejemplo, la liberalización de las intervenir en la formulación de las leyes,
economías se convierte en un principio precisamente porque eran los depositarios
sacrosanto. Se trata de algo tan revolucio- de la soberanía; eran soberanos, el pueblo
nario como lo que sucedió en la época de soberano. Ahora bien, ¿no cabe decir por
Adam Smith. Si entonces se luchó contra lo mismo que todos los afectados por una
los monopolios mercantiles, ahora se está norma, por más que habiten fuera de las
derribando otro tipo de monopolios mu- fronteras nacionales, deberían tener hoy la
Septiembre de 2010

cho más poderosos, los Estados naciona- capacidad de debatirla e intervenir en su


les. La globalización económica exige un aprobación o reprobación? Y si esto es así,
nuevo tipo de Estado, con una soberanía, ¿no habría que hablar de algo así como de
16 digamos, “limitada”. una soberanía global?
De la bioética clínica a la bioética global: treinta años de evolución 71

En ética caben pocas dudas a este respec- fesionales tienen bien claro que quienes
to. El problema de nuestras democracias tienen que gobernar son ellos y no el pue-
es que son poco democráticas, es decir, blo. De ahí la alergia que profesan a los
poco representativas, o mejor, poco par- sistemas o procedimientos asamblearios.
ticipativas y poco deliberativas. Dicho de La democracia tiene que ser representa-
otro modo, el problema de nuestras de- tiva, no participativa.
mocracias es que poseen un grave defecto
de legitimación moral. ¿Cómo enjuagar- El problema es si este punto de vista sigue
lo? Caben muchas posibilidades. Uno se siendo válido hoy y, sobre todo, si lo va a
imagina que a través de las nuevas redes seguir siendo en el futuro. Dicho de otro
de telecomunicación tiene que ser posible modo, la cuestión está en saber si los sis-
abrir la vida política a la participación de temas representativos son los adecuados
todos los interesados en algo, y que de ese para la instauración de una verdadera de-
modo puede suplirse este defecto crónico mocracia global.
de nuestros sistemas políticos. En el tiem-
La opinión que empieza a cundir es que
po de la Revolución Francesa tenía senti-
no. Hay que ir más allá de los sistemas
do que las provincias tuvieran que elegir
representativos, hacia otros básicamen-
sus parlamentarios, para que fueran a Pa-
te participativos y deliberativos. No es
rís y los representaran. Ese fue el origen
que no tenga que haber políticos; es que
de la llamada democracia representativa.
deben adquirir un nuevo estilo. Lo que
Pero hoy, con los nuevos sistemas de co-
quizá esté a punto de desaparecer es el
municación, parece que las cosas debían
tipo de político surgido de la Revolución
organizarse de otro modo.
Francesa.
Quienes probablemente pondrán más La cuestión está entonces en describir con
objeciones a este tipo de razonamientos alguna precisión qué se entiende por de-
serán, sin duda, los políticos. Del mismo mocracia participativa y deliberativa, o en
modo que en el antiguo régimen había qué han de consistir ambos procedimien-
unos profesionales de la política que eran tos, la participación y la deliberación.
los nobles, a partir de las revoluciones li- La respuesta no es fácil. Basta hojear la
berales surgen otros, que son los llamados abundantísima literatura hoy existente en
políticos a secas, los políticos profesiona- torno a la democracia deliberativa, para
les. Ellos están convencidos que si bien darse cuenta de ello. Pero esa misma pro-
el pueblo es soberano, no sabe gobernar. ducción bibliográfica, surgida en las dos o
Los que saben gobernar son ellos. De ahí tres últimas décadas, es a su vez un exce-
que la democracia se legitime a través de lente indicador de lo que está sucediendo
las urnas, pero dejando claro que en éstas en el interior de la ciencia política.
no pueden elegirse más que a políticos
Revista Selecciones de Bioética

profesionales. Lo que el ciudadano hace La clave está en el término “deliberación”.


es elegir entre ellos, nada más. El objetivo Aristóteles dejó dicho que la deliberación
de las votaciones no es otro que elegir a es el método de la racionalidad práctica
los gobernantes entre los distintos miem- y, por ende, el propio de las decisiones
bros de la clase política. Los políticos pro- técnicas o artísticas, así como de las éti-
72 Diego Gracia Guillén

cas y las políticas. Se delibera para tomar mente racionales, como los sentimientos,
decisiones, y las decisiones son siempre y los valores, las creencias, etc. No, el ra-
necesariamente concretas. Aquí, pues, no zonamiento práctico no es apodíctico o
valen los juicios universales. Si queremos demostrativo. Lo cual permite entender
que nuestras decisiones sean correctas, que ante un mismo hecho puedan tomar-
habremos de tener en cuenta también las se distintas decisiones, todas ellas razona-
circunstancias del acto y las consecuen- bles y prudentes. La prudencia no debe
cias previsibles. Las decisiones concretas confundirse con el consenso, y menos con
no pueden tomarse en abstracto. Un ca- la unanimidad.
pitán de barco no puede guiarse sólo por
los principios generales que se explican La deliberación es, en consecuencia, un
en los libros de náutica, sino que, además, método de conocimiento, un procedimien-
deberá tener en cuenta las circunstancias to intelectual, cuyo objetivo es la toma de
concretas en que se encuentra la mar y su decisiones, y de decisiones prudentes. Se
barco y que, por tanto, han de ser tenidas delibera dando razones y escuchando las
en cuenta a la hora de tomar la decisión, razones de los demás, en el convencimien-
si es que pretende que ésta sea prudente to de que nadie está en posesión de toda la
y razonable. Para conseguir esto último es verdad, precisamente porque, como ya he-
para lo que deberá deliberar. La delibera- mos dicho, la realidad siempre nos supera y
ción es el proceso intelectual de pondera- cualquier acontecimiento tiene más facetas
ción de los factores que deben ser tenidos de todas las que nosotros podamos tener
en cuenta en un proceso razonable de en cuenta. El propio proceso de formación
toma de decisiones. Decimos razonable y profesional es ya un sesgo para el análisis
racional, porque nunca seremos capaces de la realidad. La formación nos hace sen-
de incluir todas las circunstancias de una sibles a ciertos rasgos de las cosas, a la vez
situación, y menos aún de prever todas las que deja en la penumbra otras. Un médico,
consecuencias del acto. Esto es sencilla- un pintor y un donjuán perciben cosas dis-
mente imposible. La mente humana no es tintas ante un cuerpo de mujer. Y un ban-
nunca capaz de agotar la realidad. De lo quero, un profesor de arte y un constructor
que cabe concluir que las decisiones con- perciben cosas distintas ante el espectáculo
cretas no pueden aspirar nunca a la inerra- que les ofrece una catedral gótica.
bilidad o infalibilidad. Sus juicios no son
como los del álgebra o la trigonometría. Todo lo que forma, deforma. Y todo lo
que descubre, encubre. El dirigir la mira-
Deben de ser razonables, pero no serán da hacia algo y verlo con claridad, exige
nunca completamente racionales. Y ello siempre dejar en la penumbra otros as-
por más de un motivo. En primer lugar pectos de la cosa. Nunca hay una claridad
porque, como acabamos de decir, nunca total. En este mundo no hay una luz que
tienen carácter apodíctico. Y en segun- no genere, ella misma, sombras. Como
Septiembre de 2010

do, porque en esas decisiones juegan un dijo y escribió Ortega, la claridad total es
papel importante no sólo las razones sino característica que sólo puede predicar-
también otros factores que no son racio- se de Dios. Por eso no existe la verdad
16 nales o que, al menos no son completa- “total”. El término griego para verdad
De la bioética clínica a la bioética global: treinta años de evolución 73

es alétheia, que significa des-cubrimiento tudes dianoéticas o intelectuales. Ahora


o desvelación. Se trata de correr el velo bien, ¿sabe hacer esto la gente? Y aun en
que oculta a las cosas, descubrir sus secre- el caso de que supiera, ¿estaría dispuesta
tos. Pero esa desvelación, por lo dicho, es a hacerlo?
siempre parcial. De ahí que no sea nun-
ca del todo verdadera. Deliberamos para No es éste el momento de llegar al fondo
buscar la verdad, para acercarnos a ella, de estas cuestiones. Pero sí conviene ad-
pero siendo conscientes de que nunca lle- vertir que esto es lo que está planteando
garemos a poseerla plenamente. Por eso en toda su crudeza el tema de la pedago-
las otras perspectivas, los otros puntos de gía de la deliberación, o de la educación
vista nos son necesarios. Se delibera con deliberativa. Hay que educar en la deli-
los otros, con las otras personas, para co- beración a los niños ya desde la escuela
nocer sus puntos de vista sobre la cosa y de primaria. Esa es la propuesta que una de
ese modo enriquecer nuestro razonamien- las más agudas representantes de la de-
to con nuevas perspectivas. Cuantas más mocracia deliberativa, Amy Gutmann, ha
perspectivas seamos capaces de integrar, hecho en su espléndido libro Democratic
más fácil será que nuestra decisión merez- Education6, recientemente traducido al
ca los calificativos de prudente y correcta. español. La deliberación no es sólo una
metodología; es también una pedagogía,
Tras lo dicho, tendría perfecto sentido una ética y hasta una ascética.
concluir que las decisiones sociales y po-
Y aquí entra en juego la bioética. Porque
líticas deberían tomarse tras un amplio
la ética en general, y la bioética muy en
proceso de deliberación, en el que inter-
particular, tienen y no pueden no tener
vinieran la totalidad de los afectados por
por método la deliberación. La bioética
ellas. Sería la manera de legitimar moral-
es deliberativa. O mejor aún, la bioética
mente esas decisiones, de hacerlas real-
es, debe de ser, tiene que ser una escue-
mente justas, válidas, legítimas. De ahí
la de deliberación. Ése es su objetivo. Esa
la importancia que hoy tiene en filosofía
deliberación tuvo por objeto en la década
política el concepto de democracia deli-
de los años setenta el nivel que podemos
berativa. La democracia global debe ser
denominar “micro”, el de la toma de de-
deliberativa.
cisiones en torno al propio cuerpo. En la
década de los setenta subió un peldaño y
A esto responden los políticos diciendo
se situó en el nivel “meso”, el de las de-
que se trata de una propuesta puramente
cisiones institucionales y estructurales. Y
ideal y, por tanto, impracticable. ¿Sabe de
en los años noventa ha ampliado aún más
hecho la gente deliberar? Es indudable
sus horizontes, abarcando también el nivel
que la deliberación tiene unos requisitos:
“macro”, el propio de la ética global. Son
es preciso partir del respeto al otro, a la
Revista Selecciones de Bioética

tres estratos de un mismo proceso, el pro-


diferencia, así como saber argumentar,
ceso deliberativo: el estrato personal, el
saber dar razones de los propios puntos
institucional y el global. Mi tesis es que se
de vista y ser capaz de prestar atención a
las razones de los demás. Por eso Aristó- 6 Gutmann, A. Democratic Education. Princeton,
teles incluyó a la prudencia entre las vir- N.J.: Princeton University Press, 1987.
74 Diego Gracia Guillén

hallan internamente articulados entre sí, los ochenta el reto pasó de los derechos
de tal modo que el primero de ellos con- individuales a los sociales, y el debate giró
duce necesariamente al segundo, y éste al en torno a los temas de justicia sanitaria.
tercero y que, por ende, deben verse como En un cierto momento pudo parecer que
momentos de un todo indisoluble. no podía irse más allá. Pero la década de
los noventa nos ha convencido a todos que
¿Qué concluir de todo esto? A mi modo aún era necesario ampliar el horizonte y
de ver, dos cosas. Primera, que la bioética plantearse de frente otros nuevos dere-
es cada vez más consciente de que su mé- chos relativos a la vida y a su gestión, que
todo es la deliberación. Y segunda, que el ya no son individuales ni sociales, sino glo-
ejercicio de su propia metodología la está bales. Se trata de los derechos de la vida
llevando a enfrentar problemas cada vez en general y, en consecuencia, de los eco-
más globales, hasta el punto que de ser sistemas, de la vida humana actual en su
una disciplina fundamentalmente clínica totalidad, y de las futuras generaciones.
está pasando paulatinamente a conver- Estos derechos no pueden gestionarse ni
tirse en un instrumento de análisis social, individual ni socialmente, es decir, dentro
institucional y político. Eso es lo que hace de los límites de las nacionalidades clási-
que cada vez se la vea menos como una cas. Las naciones muestran siempre una
ética profesional y más como una ética gran insensibilidad ante los problemas
general, interesada tanto por las dimen- globales, aunque sólo sea porque, como su
siones personales como por las institucio- nombre indica, se definen por el nacimien-
nales y globales. Hace más de diez años, to y, por tanto, por la pertenencia al grupo
en 1989, escribí, en el prólogo de Funda- familiar y étnico, al grupo de los próximos,
mentos de bioética, estas líneas: no al de los lejanos. Con los próximos se
tienen vínculos afectivos y emocionales
Si en otros tiempos la medicina mono- que no se dan con los lejanos. Y eso acaba
polizó las ciencias de la vida, hoy eso no teniendo consecuencias morales de prime-
es así y, por tanto, sería un error reducir ra categoría. “Ojos que no ven, corazón
el ámbito de la bioética al de la ética mé- que no siente”, dice la sabiduría popular.
dica, o convertida en mera deontología
Los emocionalmente lejanos difícilmente
profesional. Se trata, a mi parecer, de
se nos convierten en perentorio problema
mucho más, de la ética civil propia de las
sociedades occidentales en estas tortuo- moral. De ahí la importancia de aprender
sas postrimerías del segundo milenio. a pensar y sentir globalmente. Los dere-
chos sobre el medio ambiente, la búsque-
Hoy, ya doblado el cabo del nuevo mile- da de un desarrollo sostenible, más allá del
nio, no sabría decir otra cosa. desarrollo insostenible del primer mundo
y del subdesarrollo, también insostenible,
del tercero, y los derechos de las futuras
Conclusión:
generaciones, no pueden gestionarse más
Por una sociedad deliberativa
Septiembre de 2010

que globalmente.
El reto de los años setenta fue la reivindi-
cación de los derechos civiles de los enfer- De ahí la importancia de que la globaliza-
16 mos, tanto somáticos como mentales. En ción pase de ser meramente mercantil y
De la bioética clínica a la bioética global: treinta años de evolución 75

financiera a convertirse en política. Ese es Quiero finalizar expresando mi convenci-


el objetivo de todo el amplio movimiento miento de que el éxito de la bioética se ha
teórico en torno a las democracias partici- debido a la necesidad que la sociedad civil
pativas y deliberativas. Por supuesto, hoy siente de reflexionar y deliberar sobre los
por hoy se trata de meras teorías. Y para problemas relativos a la gestión del medio
muchos, de teorías utópicas, irrealizables. ambiente, del cuerpo y de la vida de los
La deliberación exige grupos pequeños, seres humanos presentes, y de nuestros
mucho más pequeños de los mínimos con- deberes para con las generaciones futu-
cebibles en la práctica política. Pues bien, ras. Ya no pueden ser los médicos, ni los
ahí la ética y la bioética pueden resultar políticos, ni los economistas, ni tampo-
de enorme utilidad. La deliberación es co los sacerdotes o los teólogos quienes
el método clásico de la ética. Una de sus detenten el monopolio de la decisión en
funciones sociales, quizá la principal, es la este tipo de cuestiones. Ha de ser la socie-
enseñanza y la práctica de la deliberación. dad entera la que delibere y decida sobre
De ahí su importancia en orden a lograr ellas. Sólo de este modo se conseguirá lo
una verdadera democracia deliberativa. que, por lo demás, todos consideramos
Sólo si las sociedades aprenden a delibe- imprescindible, el alumbramiento de un
rar, la democracia deliberativa podrá ser nuevo mundo más humano; es decir, de
algún día realidad. una nueva cultura.

Revista Selecciones de Bioética


Funciones del bioeticista1
Alfonso LLano Escobar, S.J.

Resumen
Se presentan las diversas funciones y servicios que presta la bioética a la sociedad. El de-
sarrollo de las mismas demanda especialistas cada vez más conocedores de su disciplina
–objeto, método, episteme, fundamentación, historia– con una identidad bien estudiada y
fundamentada, que los distinga de otros especialistas afines. Se especifican las funciones del
bioeticista en el análisis de problemas y de casos.

Abstract
The work and social uses of Bioethics are presented. The development of these functions
requires Specialist with better knowledge of the discipline, its object, its method, its history
and its foundations. This gives the Specialist in Bioethics a well-defined identity where case
analysis and the examination of particular problems become central to her/his mission.

B
ien sabido es que la bioética no es • Como una disciplina académica, que
una nueva profesión, en su sentido de hecho se viene enseñando en mu-
técnico. Consecuentemente debe- chas universidades del mundo en pre
mos decir que, por ahora, el bioeticista no y, sobre todo, posgrado, y en colegios
es un profesional que ejerza la bioética de de segunda enseñanza.
tiempo completo y que por tal ejercicio • Como un instrumento para tomar
reciba un sueldo del cual viva. Es posible decisiones que se viene aplicando, en
que con el tiempo se llegue a ello. asesorías, en comisiones gubernamen-
tales y de organismos internacionales,
Lo que sí podemos afirmar es que la bio-
en comités clínicos y no clínicos (por
ética viene siendo entendida:
ejemplo, de bancos, empresas, institu-
• Como un saber interdisciplinario que ciones, etc.).
se viene investigando y difundiendo en • Como un movimiento mundial en fa-
institutos y centros de bioética, en un vor de la vida y de su medio ambiente,
número que sobrepasa los mil, disper- en defensa y promoción de la supervi-
sos por todo el mundo. vencia de la humanidad y del planeta
Tierra.
1 Elaborado por el autor para presentarlo a los
Por todas estas funciones y servicios que
alumnos de posgrado de la Especialización en
Bioética del Intituto de Bioética de la Pontificia presta la bioética a la sociedad, demanda
Universidad Javeriana. Bogotá, D.C., 1999. especialistas cada vez más conocedores
Funciones del bioeticista 77

de su disciplina –objeto, método, episte- gado, en muchos casos, a una valoración


me, fundamentación, historia–, y de sus definitiva, ya que el asunto es nuevo, muy
funciones y servicios en cuanto bioeti- complejo y su valoración, en buena par-
cista, con una identidad bien estudiada y te, depende del contexto social, religioso,
apropiada, que los distinga de otros espe- ético y político de cada situación.
cialistas afines, como serían el biólogo, el
eticista, el moralista, el docente de ética El diálogo bioético en busca
médica y otros. de consenso

Preguntémonos cuáles son algunas de las Tal “diálogo” se puede dar a nivel interna-
funciones principales del bioeticista en un cional, nacional o, para aclaración de las
comité, comisión, asesoría, docencia, etc. funciones del bioeticista, vamos a supo-
en que le toque intervenir como tal. ner un diálogo muy concreto y particular
en una comisión de bioética, consultada
Dejando la docencia de la bioética para
por la autoridad respectiva (Presidente,
un tratamiento aparte, podemos ocupar-
Ministro de Salud, Director de una Clíni-
nos aquí de reuniones de comités, comi-
ca, etc) y compuesta por unas once perso-
siones, asesorías etc. y distinguir las fun-
nas, especialistas en diversas profesiones
ciones del bioeticista cuando participa en
o especialidades, con la presencia de un
la solución de un problema planteado por
bioeticista.
la biotecnología moderna a la sociedad,
de cuando lo hace en la consulta sobre
un caso particular, planteado también Participación en la solución
por la tecnología moderna; en ambas si- de casos concretos
tuaciones, –problema y caso– se busca la Los casos concretos se presentan en ins-
participación del bioeticista, pero se da tituciones, o personas que deben tomar
una diferencia importante en su manejo. una decisión en la aplicación a problemas
Veamos en qué. generales. Es el caso de una clínica o de
una pareja matrimonial que quiera tomar
Participación en la solución una decisión sobre si acepta, o no, la pro-
de un problema general creación artificial o el suicidio asistido.
El manejo desde la bioética de un proble- En el manejo de problemas generales se
ma general, como sería la procreación ar- trata de hacer valoraciones éticas, para
tificial, el suicidio asistido o tantos otros, tener un criterio general con respecto al
debe hacer una valoración ética del pro- problema. En cambio, en el manejo de los
blema con miras a llegar, en la medida de casos el asunto es más delicado porque se
lo posible, a un consenso. De hecho así trata de tomar decisiones de vida o muer-
se viene haciendo con respecto a los pro-
Revista Selecciones de Bioética

te de seres humanos.
blemas que acabamos de enunciar me-
diante valoraciones éticas en el contexto Volvamos al manejo de un problema ge-
social por medio de artículos de revistas, neral para tratar de indicar las funciones
programas de televisión, legislaciones de del bioeticista presente en una comisión
diversos países etc. sin que se haya lle- de bioética.
78 Alfonso LLano Escobar, S.J.

Enfoque fundamental: miento suficiente de los diversos aspectos


valoración ética del problema, se procede a iniciar la se-
gunda parte que llamaremos valoración
Lo que no deben perder de vista todos los ética, con la participación de todos los
participantes en el diálogo bioético, en presentes, y en la que se cumple la trans-
cualquier nivel y por el tiempo que se lle- disciplinariedad, ya que la reflexión ética
ve dicho diálogo, es que se trata de hacer trasciende y llega a cada uno de los es-
en forma interdisciplinaria, un intercam- pecialistas, como una ayuda para hacer la
bio de saberes y de personas con el fin de valoración. Las funciones principales del
lograr una valoración ética entre todos. bioeticista en este momento se pueden
Por lo tanto, todos deben ser invitados de enunciar así:
antemano a la reunión con la advertencia
o aclaración de que se trata de una valo- • Identificar el o los problemas éticos
ración ética de un problema, para lo cual implicados en el problema general
el bioeticista debe ilustrar a los presentes, presentado.
si es el caso, sobre qué es y cómo se hace
• Separarlos y presentarlos, uno por
una valoración ética.
uno, para su valoración.
Se deben indicar los pasos del proceso • Enseñar a valorar éticamente un pro-
global de la reunión, distinguiendo bien blema cualquiera, teniendo como pun-
entre una primera parte en la que se hace to de referencia una escala de valores
una presentación general del problema, aceptada por todos. Esto ofrece su
procurando definirlo como problema so- dificultad. En nuestro caso podemos
cial en la aplicación de una tecnología, contar con la dignidad de la persona
y una segunda, la más importante, en la humana como valor fundamental que
que se procederá a la valoración ética del jerarquiza la escala de valores. De este
problema. valor fundamental se deriva una serie
de valores, no importa cuántos. Los
Luego comenzaría el diálogo interdisci- que se necesiten para la defensa y de-
plinario isomórfico, en el cual cada es- sarrollo de dicho valor, por ejemplo:
pecialista, empezando por el científico, y respeto, confianza, solidaridad, res-
siguiendo por los otros especialistas, van ponsabilidad y otros.
aportando luz sobre los diversos aspectos
• Preguntar por el sentido de la acción.
del problema.
• Propiciar el diálogo verdaderamente
Cualquiera de los presentes, pero en es- interdisciplinario.
pecial el bioeticista, hará las preguntas
• Facilitar un consenso en la valoración.
que necesite, encaminadas a poner sobre
la mesa el problema bajo todos sus aspec- Digamos algo sobre cada una de las fun-
tos, a excepción del ético. ciones, presuponiendo una fundamenta-
Septiembre de 2010

ción ética:
Cumplida esta primera parte de la re-
unión y en el supuesto de que todos los Identificar los problemas éticos. Recorde-
16 participantes han adquirido el conoci- mos lo que enseña Lonergan sobre la au-
Funciones del bioeticista 79

tenticidad del sujeto humano y la posibili- nes, dificultades, ansiedades, duración, el


dad de la ética en el capítulo XVIII de su paradero de óvulos, de esperma, o de em-
obra Insight. Aquí es donde tiene lugar la briones sobrantes, consecuencias para el
pregunta ética, con la cual el ser humano día de mañana –de orden jurídico, legal,
entra en su cuarta operación, a saber, el económico, etc.– de la donación a otras
obrar responsablemente. parejas o personas no casadas, de tales
embriones sobrantes.
Es la función principal del bioeticista en el
diálogo bioético en una comisión o en el Es obvio que también tiene sus conse-
mundo contemporáneo. ¿Qué sentido tie- cuencias positivas. De eso se trata en el
ne esta tecnología? ¿Qué se pretende con diálogo bioético: procurar aducir las con-
ella? ¿Qué repercusiones tiene en la esfera secuencias y valorarlas éticamente.
personal e interpersonal, familiar y social?
Enseñar a valorar éticamente. Aquí es don-
Cuando el ser humano y, en nuestro caso, de más aparece la diferencia de la bioética
una comisión de bioética se pregunta por con la ética pura, la ética, la deontología
la dimensión ética de una biotecnología, médica, y la moral confesional. Se trata
todo el grupo debe entender que pasa a en la comisión de ejercer una auténtica y
una dimensión humana, más concreta- legítima autonomía moral, lo cual no da
mente, al ámbito de los valores morales derecho a ser arbitrarios ni ‘iconoclastas’
que trascienden lo sensible y lo científico, de los valores tradicionales.
para preguntarse, a corto y largo plazo,
por las repercusiones de lo tecnológico en Al bioeticista le toca, según el método
la esfera de lo personal, de la dignidad de bioético, enseñar a valorar y a aprender
toda persona humana, de la familia, de los a hacerlo interdisciplinariamente, en el
sentimientos, afectos y valores morales. sentido de que él no viene a imponer una
valoración que traiga ya hecha sino a ayu-
Separar los problemas y tratarlos uno por dar a hacerla –pues se trata de un proble-
uno. Es tarea fácil para un buen eticista, ma nuevo– para lo cual es fundamental:
tarea por lo demás necesaria, so pena de
que se cree confusión en el grupo respec- • Que ilumine y se deje iluminar por los
to del manejo de los problemas o se dejen aportes de los presentes.
algunos de éstos sin identificar y valorar. • Que cuestione a los demás desde la éti-
ca y que se deje cuestionar como eticista
Resulta interesante llevar hasta sus úl- antes y para formar el juicio de valor.
timas consecuencias, en la medida de lo
posible, los resultados de la aplicación de Aquí es importante que el bioeticista
una tecnología. Con frecuencia la gente aproveche la situación en su comienzo
común, por ejemplo, las parejas matri- para hacer ver que se trata de una fun-
Revista Selecciones de Bioética

moniales, no conocen ni prevén las con- ción de capital importancia en la sociedad


secuencias de una procreación artificial: moderna de tanto positivismo científico,
los procedimientos para la obtención de técnico y material. El papel de la bioética
los gametos, las posibilidades de cruces es fomentar y ayudar a ejercer la respon-
de ellos, los costos, molestias, humillacio- sabilidad social.
80 Alfonso LLano Escobar, S.J.

La pregunta por el sentido ético de la ac- descubrir y ponderar las consecuencias


ción. Un caso típico de formulación de positivas y negativas de las diversas po-
la dimensión ética de una tecnología lo sibilidades de aplicación de la tecnología
tenemos en el genetista francés Jacques en cuestión, teniendo como punto de re-
Testart, ‘padre’ de la primera criatura ferencia la dignidad de la persona huma-
obtenida por procreación artificial (fe- na, la relación interpersonal, los valores
cundación in vitro = FIV) en Francia, en familiares y sociales, etc.
su libro El embrión transparente. Fatigado
por la carrera loca de emulación entre Para diferenciar, en profundidad, tales
científicos y países por sacarle ventaja al consecuencias, sugerimos la siguiente cla-
vecino, pidió públicamente una moratoria sificación, yendo de fuera hacia adentro,
para preguntarse por el sentido ético de de lo material a lo más espiritual:
sus tecnologías. Escribe textualmente:
• Sentido práctico (o útil de dicha tec-
¿Para qué producir más y más artificios nología considerada en sí misma).
en lugar de atrevernos a reflexionar y a • Sentido personal o humano (se ave-
plantear antes la pregunta fundamental rigua teniendo en cuenta el sentido
por el sentido que puedan tener tales
práctico y su relación con las perso-
artificios para la historia y la vida coti-
nas).
diana de los hombres?
• Sentido comunitario: le añade al per-
Pero, se pregunta él mismo: sonal la relación a comunidades natu-
¿Quién se atreverá a decir ‘Nos dete- rales, como familia y sociedad y artifi-
nemos para reflexionar’ cuando la me- ciales, instituciones varias.
nor pausa sería contabilizada como un • Sentido absoluto, a saber, el Valor
retraso tecnológico, quizás irreversible, principal asumido por el grupo.
en relación con los avances de nuestros
competidores? • Se nos ocurren otras: sentido singular,
parcial, global, total y otras categorías
Cita un poco más adelante a Marguerite
que se puedan sugerir y el lector quie-
Yourcenar cuando escribió:
ra tener en cuenta.
El deseo de hacer el mundo es mayor
que la voluntad de elucidar su sentido2. Propiciar el diálogo verdaderamente inter-
disciplinario dentro del cual sea posible la
De ordinario, una tecnología nueva pre- valoración ética del problema. Esta es la
senta, o mejor, oculta muchos pros y con- función más importante y específica del
tras, vale decir, muchas consecuencias bioeticista y, quizá, la más difícil. El pro-
materiales y espirituales para personas, blema del diálogo interdisciplinario es de
familias y la sociedad entera. La pregun- más difícil solución de lo que parece a
ta ética ¿qué sentido tiene? planteada primera vista. Ya anotó Daniel Callahan
con toda honestidad en medio de una
Septiembre de 2010

la dificultad del lenguaje3, ni el científico


comisión de bioética tiene que ayudar a
3 Callahan, Daniel, “Bioethics as a Discipline”, The
2 Testart, Jacques, El embrión transparente, Granica, Hastings Center Studies, Vol. 1, Number 1, New
16 S.A, Barcelona, pp. 124 y 125. York, 1973, pp. 66-73.
Funciones del bioeticista 81

le entiende al filósofo, ni éste le entiende de tener en cuenta la dimensión ética del


al científico. Cada especialidad, máxime problema y de empezar a tener en cuen-
si es antigua, científica y rigurosa suele ta la repercusión de una tecnología en el
desarrollar su propia jerga o lenguaje, ámbito moral.
apenas accesible a los iniciados. Como
hasta la llegada de la interdisiplinariedad
Interdisciplinariedad normativa
no se trataban entre sí los especialistas,
es apenas normal que ahora, al entrar en Recordemos lo dicho arriba al clasificar
diálogo, lo primero con que se encuen- los tipos de relación de la bioética, que
tren es la diferencia del lenguaje, que por dejamos asentado que en ella se daba
supuesto, ya de entrada, impide captar su también una interdisciplinariedad com-
sentido. puesta normativa, dando a entender con
ello que la complejidad de dicho encuen-
Pero la dificultad del verdadero diálogo tro o diálogo hace aconsejable redactar
epistemológico va mucho más allá del len- con anticipación un pequeño código in-
guaje. Se trata de dos mundos distintos: terno o propio sobre la manera concreta e
objeto, estudio, método, epistemología, inteligente de llevarlo adelante. Para este
equipos, amistades entre colegas, los há- trabajo se impone la colaboración de un
bitos adquiridos para manejar sus propios epistemólogo ojalá entendido en la epis-
problemas y la seguridad para desenvol- teme de la bioética.
verse en ese mundo, seguridad que suele
crecer con los estudios y los éxitos hasta
hacer verdaderas extrapolaciones que re- Funciones del bioeticista
basan los dictados de la epistemología. con respecto a casos

Dijimos arriba que las funciones del bioe-


Procurar el consenso. Volviendo al papel
ticista varían un poco cuando se refieren
del bioeticista en una comisión, debemos
a la solución de un problema, como aca-
terminar diciendo que, al final de ella
bamos de ver, de cuando se refieren al
debe procurar que llegue al consenso.
manejo de un caso nuevo o dudoso plan-
Nunca forzarlo, ya que sería contrapro-
teado por la tecnología moderna a algu-
ducente para el fin que se propone el diá-
nos seres humanos.
logo, y contrario a la ética. Pero sí debe
el bioeticista ir destacando los acuerdos
Refiriéndonos a los casos clínicos, que
parciales, los consensos marginales que
resultan hoy día frecuentes y, muchos de
van preparando el (consenso) principal
ellos, de difícil solución, debieran tratarse
en relación con el problema mismo, no
en el comité de bioética de la institución
sólo tecnológico, sino el mismo en cuan-
de salud, clínica u hospital. Enumeremos
to ético.
los pasos principales:
Revista Selecciones de Bioética

Si no se logra tal consenso en torno al eje


del problema ético, se debe fijar una fe- • Exposición del caso por parte de uno o
cha para una nueva reunión, con la satis- varios especialistas.
facción de que cada uno y el grupo en su • Oír el parecer del paciente o del fami-
conjunto avanzaron, al menos en el hecho liar representante.
82 Alfonso LLano Escobar, S.J.

• Planteamiento ético del caso: pregun- una comisión de bioética, no sobra indi-
ta ética. car algunas funciones que debe cumplir
• Valoración ética del caso por parte de o llenar el bioeticista con respecto a la
todos los presentes. sociedad en general, y la dificultad de
acceso del gran público a estas reuniones
• Buscar líneas o puntos de consenso. específicas de bioética.
• Toma de decisión.
Daniel Wikler y la Responsabilidad Social.
Nota importante: La vida, bien fundamen- El bioeticista en comisiones y asesorías
tal. La valoración, que deberá hacerse, a través de escritos en libros y revistas,
en la medida de lo posible, con aporte y debe ejercer una responsabilidad social
reflexión de todos los presentes, deberá procurando que las valoraciones que se
tener en cuenta que la vida humana es un vayan haciendo en el campo interdisci-
bien fundamental, no un valor absoluto, plinar lleguen al público en general. Cito
como con frecuencia se les enseña erró- el ejemplo de Daniel Wikler en su dis-
neamente a los estudiantes de medicina. curso de apertura del III Congreso Mun-
Sólo así podrán evitar los escollos opues- dial de bioética tenido en San Francisco,
tos, de la eutanasia y distanasia. La de- California, en noviembre de 1996, en su
cisión no necesariamente se debe tomar calidad de Presidente de la International
allí, pero sí se debiera llegar a un consen- Association of Bioethics (IAB), dijo en-
so entre los miembros del comité. tonces:
Jerarquía en la toma de decisiones. Se- Tendríamos poco que hacer los Bioe-
gún una sana jerarquía de derechos en la ticistas si nuestro oficio no consistiera
toma de decisiones clínicas estarían: en tratar de componer este mundo.
Otras ocupaciones se proponen enig-
• Primero: el paciente, debidamente in-
mas intelectuales más complicados.
formado. Permítanme aclarar: cuando era es-
• Segundo: su representante autorizado, tudiante de carrera no me preocupé
ojalá por escrito. por la bioética, y apenas un poco por
la ética. Mi tesis de grado tuvo como
• Tercero: el médico tratante, oído el tema “las propiedades semánticas de
parecer del comité de bioética. la demostración”. Pero cuando ya pen-
sé en serio qué hacer a lo largo de mi
Los dos últimos deberán valorar y deci-
vida, me di cuenta de que no quería
dir, buscando siempre complacer la vo-
despertarme a la edad que ahora tengo
luntad del paciente y, de no conocerse, se y decirme que había gastado mi vida
buscará siempre su bien integral, y nunca entera como profesor de ajedrez. Por
hacerle daño. entonces la bioética apenas empezaba
como una respetable disciplina, que
Otras funciones con respecto me ofrecía la oportunidad de ocupar-
Septiembre de 2010

me en algo con sabor a filosofía, pero


a la sociedad
que trataba de problemas que pare-
Dadas estas aclaraciones sobre las diver- cían importantes. Esta impresión se ha
16 sas funciones del bioeticista dentro de robustecido con el tiempo.
Funciones del bioeticista 83

Ahora, como académicos, no comen- periódica de los Hermanos Hospitalarios


zamos nuestras investigaciones sobre de San Juan de Dios, de Barcelona, Ca-
bioética con la seguridad de saber el taluña, España, se publicó un interesante
resultado. ¿Cómo, entonces, se pro- artículo en el número 243 con el título
pone uno una agenda de cambio? La “Problemas éticos en la atención al ancia-
respuesta, como todos lo sabemos,
no enfermo” del bioeticista Javier Barbe-
descansa en las elecciones que uno
ro. Tomo de allí estas notas y observacio-
hace entre diferentes proyectos de
investigación. Podemos mantenernos nes que encuentro muy valiosas, sobre el
fieles a unos estándares académicos papel del bioeticista5.
tradicionales y, con todo, tratar de
mejorar este mundo, ofreciendo a la • Ayudar a explicitar la ética subyacente
luz del día y poniendo a la atención de en nuestro modo de obrar.
personas capaces de hacer cambios, la • Ejercitar una función crítica que invite
súplica de aquellos que son tratados al diálogo y posteriormente a la pro-
injustamente, y los conceptos de equi- puesta de soluciones.
dad que, si los usamos para guiar las
políticas, van a terminar en la rectifi-
• Intentar desentrañar la realidad des-
cación necesaria4. de dentro, desde lo que es, más lo que
debe ser, para luego poder cambiarla.
Javier Barbero y el papel del bioeticista. En • Desvelar la realidad para conocerla, y
Labor Hospitalaria, valiosa publicación conocerla para modificarla.

Revista Selecciones de Bioética

4 Wikler, Daniel, Presidential Adress “Bioethics


and Social Responsibility”, discurso pronunciado
en la apertura del III Congreso Mundial de Bioéti-
ca, organizado por la International Association of
Bioethics IAB, en noviembre de 1996, San Fran- 5 Barbero, Javier, “ Problemas éticos en la atención
cisco, CA, USA. Publicado en la revista Bioethics al anciano enfermo” publicado en la revista Labor
Vol. II, Nº 3 y 4, 1997, pp. 188. Hospitalaria, Nº 243, p. 54.
Necesidad de una bioética
desde América Latina
Bioética y justicia sanitaria1
Francisco R. Parenti

Resumen
La gestación de la bioética en la década del 60; su nacimiento en inicios de los 70 y su rápido
desarrollo en los lugares más variados del mundo, ponen de manifiesto la íntima relación
existente entre bioética y sociedad civil.
En este trabajo, nos proponemos profundizar en las características de dicha relación mos-
trando el horizonte de esperanza que abre la bioética en su proceso de institucionalización e
internacionalización. La naturaleza dialéctica de recíproco condicionamiento entre bioética
y sociedad plantea la exigencia de construir una bioética desde América Latina y permite
construir estrategias de desarrollo social desde la salud cuyo ejemplo más significativo, en
la actualidad, está constituido por la organización de municipios saludables impulsados por
la OMS.

Abstract
Bioethics gestation in the sixties; its birthday in the early 70s and its quick development in
many places around the world, show the close relation between bioethics and civil society.
The purpose of this work is to deepen into the characteristics of these relation, showing the
horizon of hope that opens bioethics in its process of institutionalisation and internationali-
sation. The dialectic nature that determines the link between bioethics and society accounts
for demand to built a bioethics from Latin America. A clear example of this is the health as is
the case with the organization of healthy municipalities impulsed by the WHO.

1. La bioética constituye un tudes generadas por la dimensión tecnoló-


horizonte de esperanza para gica de la sociedad actual.
la sociedad civil
Nace, en medio de una verdadera ex-

S
u gestación y nacimiento, en plena plosión biotecnológica, en los centros
revolución tecnológica, constituye de investigación, en los laboratorios de
un gigantesco esfuerzo para encon- experimentación, como expresión de la
trar respuestas a las innumerables inquie- profunda convicción sobre la incapaci-
dad radical del conocimiento científico y
1 Tomado de Bioética desde América Latina. Año I,
Nº 2, Número monográfico de bioética y justicia
del progreso tecnológico para construir,
sanitaria. Universidad Nacional de Rosario, Ar- por sí solos, el bienestar de la humani-
gentina, 2001 dad.
Necesidad de una bioética desde América Latina 85

Sus características fundamentales están propuestas éticas se dirigen siempre a la


constituidas por el pluralismo, el multi- conciencia moral y a la voluntad libre de
culturalismo y la transdisciplinariedad. cada uno, no poseen un carácter de obli-
gatoriedad universal como ocurre con la
La bioética, por tanto, surge como un ley. Sería sumamente negativo que las
nuevo espacio de confluencia de sabe- opiniones o consejos éticos se disfrazaran
res en el que se subraya la necesidad de con la fuerza del derecho transformando
respetar la multiplicidad de las voces. En los consejos en leyes. Las reglamenta-
este contexto pluralista, el diálogo y la to- ciones jurídicas siempre son normativas,
lerancia son ingredientes fundamentales estipulan el curso de acción que se debe
con la necesaria prudencia por un lado y cumplir; la ponderación ética, en cambio,
la inevitable osadía por el otro. reflexiona sobre los posibles cursos de ac-
ción. Tal vez algo de esto haya ocurrido
Desde este punto de vista, es importante con la introducción apresurada de algunas
señalar, para evitar equívocos sobre el es- legislaciones a propósito de la donación,
tatuto epistemológico de la bioética, que orientada a prohibir indiscriminadamente
ésta nació basada en el pluralismo existen- toda investigación sobre la clonación hu-
te de hecho en las sociedades democráti- mana sin tomar en cuenta los eventuales
cas, en el respeto por las opciones libres, beneficios en la investigación médica.
soberanas y conscientes de los individuos
y de las sociedades humanas, siempre que Al confundir ética con derecho se reduce
dichas decisiones no avasallen la libertad el dominio ampliado de la primera al más
y los derechos de los otros individuos y de restringido del segundo, desvirtuándose si-
las otras sociedades y no ‘como muchas multáneamente la esfera de la ética y la del
veces se pretende’ en la necesidad de re- derecho. Éste se ejerce en el plano estricta-
glamentar o legalizar todo y mucho me- mente normativo; la ética, asumiendo tam-
nos, basada en las prohibiciones y vetos bién una dimensión normativa, en la for-
como si fuese una ‘ética del no’. Para ella, mulación de los diversos cursos de acción,
lo esencial es la libertad con compromiso evidencia su especificidad en la determina-
y responsabilidad. ción del obrar humano. La ética constituye
esencialmente una sabiduría práctica o un
Cuando prevalece una excesiva necesidad juicio prudencial, reflexión que enuncia los
de reglamentar o legislar toda acción hu- principios del obrar humano y los aplica a
mana, se cae en el peligro de confundir las diversas situaciones concretas, siempre
ética y derecho, generando situaciones inéditas, delineando cursos de acción siem-
verdaderamente contraproducentes. Los pre justificados y flexibles.
problemas, generados, por la ingeniería
genética o la reproducción asistida, no se La bioética se desarrolla en el ámbito de
la ética de la sociedad civil, llamada tam-
Revista Selecciones de Bioética

resuelven con una apresurada legislación.


bién ética cívica. Esta surge en el seno de
Muchas veces los comités de ética se ven la sociedad democrática que es, de he-
obligados a pronunciarse sobre diversas cho, una sociedad plural en la que pue-
innovaciones biotecnológicas. No debe- den convivir distintos modos de pensar y
mos perder de vista que, dado que las diversas formas de creencias que exigen
86 Francisco R. Parenti

la construcción de una ética civil, es de- (...) manifiesta la multiplicidad irre-


cir, una ética de mínimos que puedan ser ductible de nuestras sociedades y, en
compartidos por todos los miembros de el caso contrario, el carácter dogmáti-
dicha sociedad. co, totalitario y por tanto intolerable,
de toda voluntad no pacífica de dar a
Es una ética racional, plural y laica, indaga la bioética respuestas con pretensión
la dimensión ética de la vida humana en universal ancladas en principios y fun-
cuanto ésta tiene repercusión en la socie- damentos absolutos que se impongan
dad civil. Afirmar la dimensión racional y por ser las únicas verdades.
la autonomía individual no debe desmere- La ética civil es, además, como ya hemos
cer, como señala H. Arendt, el otro pilar señalado, una ética de mínimos, una ética
fundamental: la conciencia de alteridad. que busca el mínimo moral común de una
Esta es la consideración primera en todo sociedad pluralista que garantiza a todos
intento por construir una ética pluralista y y cada uno de sus miembros la posibili-
secularizada. Debe ser laica o aconfesio- dad de desarrollar sus propios proyectos
nal, precisamente porque es plural. humanos, culturales o religiosos. No es,
por tanto, independiente, ni se opone a
Desde aquí se puede apreciar por qué
la ética de máximos; todo lo contrario, la
el papel de la filosofía en la indagación
supone, precisamente porque las perso-
bioética no está ligado al éxito o fracaso
nas viven en su propia realidad sus éticas
de ciertas teorías éticas. Toda fundamen-
de máximos, es decir, su modo propio de
tación está afectada por los límites de la
entender la felicidad. La sociedad demo-
racionalidad humana. Esta se manifiesta,
crática permite el desarrollo de comuni-
precisamente como plural, gradual y fali-
dades morales particulares con sus éticas
ble. Pero no nos exime del desarrollo de
de máximos, siempre y cuando no atenten
las habilidades argumentativas y dialógi-
contra estos mínimos. Este pluralismo
cas que nos permiten buscar y dar razo-
moral está en la base de la tarea bioética.
nes fundadas para justificar o descartar
una decisión. La falibilidad afecta a toda Se trata, por tanto, de una ética mínima
tarea racional impidiendo la construcción común y en cuanto tal no puede preten-
de pautas de acción absolutas e incontro- der ser totalizadora ni identificarse con
vertibles. Pero ello tampoco significa re- un tipo de religión determinada. Para ser
lativismo. Se puede y se debe argumentar una ética común deberá reflejar necesa-
con coherencia lógica buscando y dando riamente un diálogo entre las diversas
razones. sensibilidades éticas que haga posible un
cierto consenso social.
El pensamiento crítico puede descubrir
razones mejores que otras en la justifica- La bioética, desde su nacimiento, se iden-
ción de una decisión, aunque no nos sea tifica históricamente con la nueva mentali-
dado esperar de una teoría ética la reso- dad emergente del movimiento de los dere-
Septiembre de 2010

lución absoluta de todos los conflictos y chos humanos surgidos en los siglos XVII
dilemas éticos. Lo contrario, sería caer en y XVIII reafirmado en el juicio de Nurem-
el dogmatismo o en el moralismo estéril. berg en 1947 y la Declaración Universal de
16 La bioética, dice Hottois: los Derechos del Hombre en 1948.
Necesidad de una bioética desde América Latina 87

Se expande rápidamente, en su desarro- América Latina y el Caribe de la OPS


llo histórico, a lo largo y a lo ancho de la y la OMS ha organizado una maestría
sociedad civil en general, concientizando internacional en bioética con la finali-
a los hombres sobre su dignidad personal dad de formar recursos humanos para
y comunitaria, el valor de la vida humana organizar, en sus respectivos países de
y del ser humano y las condiciones indis- origen, con el apoyo técnico de dicho
pensables para su desarrollo. programa, diversos centros de especiali-
zación y enseñanza en el continente.
En este marco, la bioética instaura una
profunda transformación en la relación Estas iniciativas contribuyen a la creación
entre profesionales de la salud y los pa- de innumerables proyectos de investiga-
cientes que va produciendo un fuerte im- ción pluridisciplinares y multiculturales
pacto sociocultural. que son testimonio de la pujanza cre-
ciente de la bioética en nuestros días y en
Esta profunda transformación que se
nuestra región.
realiza en el ámbito más reducido de la
bioética, se corresponde con una trans-
En el orden sociopolítico, esta transfor-
formación similar en el área más amplia
mación (de la relación paternalista en
de la biopolítica.
una relación dialógica que respeta la au-
En la esfera de la salud, se va imponiendo, tonomía), se corresponde, como señalá-
en los ensayos clínicos, la necesidad de con- bamos más arriba, con un fuerte impacto
tar con la aprobación de un comité de ética sociocultural.
de investigación; especialistas, con forma-
La bioética, de este modo, promueve una
ción académica en ética, son convocados
relación horizontal, basada en el respeto
como consultores para una mejor toma de
mutuo. Se revaloriza la confidencialidad,
decisiones; simultáneamente, las cátedras
la fidelidad, la privacidad, la veracidad y
de bioética van integrando, cada vez más,
el consentimiento informado.
los planes de estudio de grado y de pos-
grado de los profesionales de la salud. La
Se intensifica un amplio debate que, ini-
bioética ha ido conformando estos últimos
ciado en el área de la salud, involucra sec-
años un importante cuerpo doctrinal dan-
tores cada vez más amplios de la sociedad
do lugar a posgrados de especialización.
en la discusión de problemáticas tales
No se debe perder de vista la realidad como la fertilidad asistida, la esteriliza-
multicultural que siempre debe mediar la ción, el aborto, el concepto de muerte, la
pretensión transcultural de la bioética. eutanasia, el suicidio asistido, la ingenie-
ría genética, los alimentos transgénicos,
Es digno de destacarse que, así como en los sistemas de salud y el concepto de ca-
Europa ha surgido la idea de preparar una lidad de vida versus cantidad de vida.
Revista Selecciones de Bioética

maestría general en bioética organizada


por las universidades de Nimega (Holan- En síntesis, la bioética constituye un hori-
da), Lovaina (Bélgica), Padua (Italia) y zonte de esperanza para la sociedad civil
Madrid (España), en América Latina, al introducir y hacer circular en su seno
el Programa Regional de Bioética para la convicción profunda de la radical in-
88 Francisco R. Parenti

suficiencia del conocimiento científico ciales, sino también y principalmente a


para garantizar el desarrollo y progreso exigencias de la misma sociedad. A nadie
de la humanidad, señalando la necesidad se le escapa que muchas veces se trata
de un nuevo espacio transcultural donde de procedimientos meramente formales
puedan confluir los diversos saberes y se para dar cumplimiento a determinadas
puedan escuchar todas las voces. disposiciones. Pero en términos genera-
les, indican la exigencia de dar prioridad
La vigencia de los derechos humanos a criterios de decisión que desbordan
como contenido material de una ética los meros intereses economicistas y po-
cívica; el carácter permanentemente re- líticos, habitualmente dominantes, como
visable, y en ese sentido siempre provi- también otros intereses sectoriales, como
sorio, de los acuerdos consensuados; la los religiosos y científicos, y privilegian la
participación democrática de la sociedad promoción de la dignidad y de bienestar
en las grandes decisiones vinculadas a su del hombre como persona y como cuerpo
bienestar; y la creciente toma de concien- social.
cia colectiva de la comunidad como tal,
llevan a cuestionar la finalidad misma de El complejo problema, por ejemplo, de
la ciencia y de los procesos que desenca- los escasos recursos en salud, su racio-
denan para su prosecución. nalización y su accesibilidad sólo puede
ser abordado a partir de una profunda
2. Institucionalización reflexión sobre las teorías éticas de la
e internacionalización justicia. La implementación y funciona-
de la bioética miento de los comités de ética pueden
ayudar a encontrar una mejor perspec-
La bioética, a partir de la convicción de tiva de comprensión acerca de las con-
la radical insuficiencia del conocimiento diciones de realización de los ensayos
científico para el progreso de la huma- clínicos, de la determinación de la obli-
nidad, ha ido profundizando la comuni- gatoriedad o no de los test de sida, de
cación entre ciencia y sociedad y la dis- los antecedentes genéticos, de los crite-
cusión comunitaria de los fines mismos rios de verificación de muerte cerebral o
de la ciencia y la tecnología (dimensión de las normas para la experimentación
democrática de la ciencia). de embriones.
Por otro lado, ha profundizado también
la creciente comunicación entre los pos- El proceso de institucionalización de la
tulados de la bioética y las planificaciones bioética se fue dando, desde el inicio, me-
de las diversas políticas de gobierno (di- diante la creación de los llamados comités
mensión ética de la política). de ética, de asistencia hospitalaria o de
investigación. En la década del 80, asisti-
Esta presencia de las consideraciones mos no sólo a la multiplicación de los pri-
Septiembre de 2010

bioéticas en la toma de decisiones políti- meros comités de ética, sino también a la


cas se debe no sólo al reconocimiento por constitución de las primeras comisiones
parte de algunos políticos de su potencial nacionales. En 1983, en Francia, se crea
16 para prevenir eventuales problemas so- el Comité Consultif National d’Ethique
Necesidad de una bioética desde América Latina 89

pour les Sciences de la Vie et de la Santé, fundada en 1992 con la finalidad de fa-
lo que rápidamente se extiende por toda cilitar el intercambio entre todos los que
Europa. trabajan en bioética en distintas partes
del mundo; organizar reuniones inter-
Se pasa, luego, a la creación de comités nacionales de bioética (ya ha realizado 5
internacionales. En 1985 es creado por congresos mundiales); estimular la inves-
el Consejo de Europa el Comité Ad Hoc tigación y la enseñanza de la bioética y ga-
de’Experts sur la Bioetique (CAHBI). rantizar una discusión abierta y racional
En la década del 90, se crean nuevas co- sobre el tema. Al mismo tiempo es res-
misiones internacionales. En 1993, el In- ponsable de la publicación Bioethics.
ternational Commite of Bioethics de las
En la Unesco existe el Comité Internacio-
Naciones Unidas; en 1994, la Academia
nal de Bioética que elaboró la Declara-
Pontificia para la Vida creada por Juan
ción Universal del Genoma Humano y de
Pablo II.
los Derechos Humanos en 1997.
Normalmente, las comisiones nacionales
En Estados Unidos, en Canadá y en Eu-
tienen una función fundamentalmente
ropa, encontramos muchas asociaciones
consultiva y las comisiones internaciona-
de bioética muy importantes y con presti-
les asumen, sobretodo, una función nor-
giosas publicaciones especializadas.
mativa, que se expresa bajo la fórmula de
recomendación, o de convención, o de En Asia existe la Asociación Bioética
declaración, que, por un lado, van otor- Asiática que reúne asociaciones de Chi-
gando cierta función normativa a las deli- na, Japón, Indonesia y otros países.
beraciones éticas y, por otro, buscan una
mayor armonización de procedimientos. En América Latina y el Caribe tenemos la
Federación Latinoamericana y del Cari-
Estos hechos muestran una coparticipa- be de Instituciones de Bioética (Felaibe)
ción creciente de preocupaciones comu- que ya ha organizado varios congresos la-
nes de las sociedades interesadas en la su- tinoamericanos. Tenemos además el Pro-
pervivencia del hombre y en la integridad grama Regional de Bioética para Améri-
de su identidad moral. ca Latina y el Caribe de la OPS y la OMS
Por otro lado, expresan, también, el es- con sede en Chile que viene realizando
fuerzo por lograr un consenso y una ar- una importante tarea en la formación de
monización internacional de las normas recursos humanos. Edita, además, una
ético-jurídicas que ha dado lugar al plan- publicación especializada llamada Acta
teamiento de una «ética global» de H. Bioética.
Küng y también de una «bioética global»
Revista Selecciones de Bioética

de V. R. Potter. 3. Naturaleza dialéctica de la


relación entre la bioética
La entidad más significativa que promue-
y la sociedad civil
ve la bioética en el ámbito mundial es
la Asociación Internacional de Bioética La bioética impacta en la sociedad civil
(International Association of Bioethics), contribuyendo a la concientización de sus
90 Francisco R. Parenti

miembros acerca de su identidad perso- está significando mayor desocupación,


nal y comunitaria y de la dignidad intrín- aumento de la pobreza extrema y cre-
seca que le asiste. Por otra parte, la socie- cientes niveles de exclusión social. Nues-
dad, a su vez, incide en el desarrollo de tras economías y nuestras vidas cada día
la bioética desechando toda importación están más atadas a decisiones hegemó-
simplista de la misma al exigir coherencia nicas tomadas por los centros del capital
y correspondencia entre los valores com- internacional. De acuerdo a estadísticas
partidos en la sociedad civil y la práctica conocidas el 20% de la humanidad dis-
bioética. No se trata de transplantar prác- pone de más del 80% de las riquezas y
ticas establecidas en otros países sino de la brecha entre el 20% que más tiene y
un trabajo autóctono. Se están verifican- el 20% que menos tiene se ha duplica-
do signos muy significativos en este sen- do en los últimos años. Ya no se puede
tido. Por ejemplo, la tendencia a sobre hablar más de Tercer Mundo porque las
valorar la autonomía en los países anglo- dos terceras partes de la humanidad vive
sajones es resistida en Europa y en Amé- en condiciones de pobreza. Es inevitable
rica Latina advirtiéndose cierta reacción preguntarse cuál es el tipo de ética que
generalizada en su contra y en general se debe construir en este contexto de de-
contra el principialismo y los enfoques mocracia tan frágil y condicionada. Nos
liberales. Muchas veces, como propues- parece importante dejar señalada, si bien
ta alternativa, se definen y se defienden no podemos ocuparnos de su desarrollo
otros principios como rectores de la re- en este trabajo, la encrucijada en que se
flexión bioética. encuentra la ética en este conflicto nor-
te-sur, ciertamente determinante para
En el debate filosófico actual norte-sur la reflexión bioética. No ayuda importar
y sur-sur, asistimos a un esfuerzo nota- acríticamente los modelos conceptuales
ble para reconstruir el discurso ético. de otras latitudes, surgidos en contextos
¿Cómo y dónde está actuando el com- históricos muy diferentes.
promiso por la vida? El diálogo con las
corrientes contemporáneas, la confron-
4. Necesidad de una bioética
tación y el consenso se hacen necesarios
desde América Latina
para el ejercicio ético comprometido
con la vida. La liberación es materia de Cuando hablamos de bioética desde
discernimiento ético. ¿Hasta dónde es América Latina o latinoamericana no
posible para nosotros pensar éticamente pretendemos la creación de una bioética
fuera del conflicto norte-sur? Las secue- para una región geográfica determinada.
las de las dictaduras militares, el reajus- Toda disciplina sólo puede alcanzar su
te económico, la creciente deuda exter- madurez cuando logra entrar en diálo-
na constituyeron el marco con el que en go con la comunidad internacional que
América Latina se implantaron modelos trabaja en dicha disciplina y la bioética
Septiembre de 2010

neoliberales. En algunos países en for- no es una excepción. En realidad, nos es-


ma drástica y en otros en forma gradual. tamos refiriendo a una perspectiva lati-
Pero en todos vaticinando una estabili- noamericana, es decir, a la necesidad de
16
dad y un crecimiento que, en los hechos, orientar la reflexión teórica y la práctica
Necesidad de una bioética desde América Latina 91

bioética a la realidad latinoamericana en clusión creciente. Frecuentemente, en es-


la que estamos inmersos. Se debe pro- tos países donde no existe la ciudadanía y
piciar la comunicación y el diálogo con donde no se respetan los derechos huma-
todos los que están realizando la tarea nos, los planes de salud son deplorables.
bioética en los más diversos lugares del El desarrollo de la medicina preventiva es
mundo, pero teniendo siempre presente mínima respecto de la medicina curativa
que no es pertinente, como decíamos an- que es donde puede tener lugar el nego-
tes, importar acríticamente modelos de cio de la salud.
otras latitudes surgidos en contextos his-
tóricos muy diferentes. En ese sentido, Si la bioética es la ética que tiene que ver
creemos importante evitar un equívoco con las cosas de nuestra propia vida, en
fundamental en la concepción de la ta- nuestros países, el acento deberá ponerse
rea que debe desarrollar la bioética en en la justicia, la equidad, la solidaridad.
nuestra sociedad. La equidad en salud es un problema ur-
gente, dramático y ético en América La-
Como todos sabemos la bioética nació en tina. Proporcionar condiciones mínimas
Estados Unidos desarrollándose muy rá- de vida digna para los ciudadanos es un
pidamente en ese país y en Europa. Tal imperativo ético que interpela a los ges-
vez, ninguna área de estudio refleje tan- tores de políticas gubernamentales. Sin
to la sociedad como la bioética. En esos accesibilidad a los planes de salud no po-
países desarrollados que debían enfren- demos hablar de autonomía como en los
tar enormes desafíos éticos generados países anglosajones. La autonomía del
por el avance de la biotecnología, la bio- paciente, en el ámbito de la microbioé-
ética se abocó al estudio de los dilemas tica, está enraizada en el reconocimiento
éticos relacionados con la investigación del ejercicio de la ciudadanía, en la esfera
y la práctica de la medicina asociadas a de la macrobioética. Por ello, no desvalo-
la revolución tecnológica en marcha. Sus rizamos la autonomía sino que insistimos
problemas estaban relacionados con los en sus condiciones de posibilidad cuando
nuevos problemas que planteaban las advertimos el peligro de hacer en forma
nuevas tecnologías, las máquinas de diáli- acrítica, transplantes de prácticas surgi-
sis que, en ese momento, no podían ofre- das en otros contextos. Lo mismo ocurre
cerse a todos. El proceso de tratamiento cuando, frente al principialismo anglo-
médico se trasladó al espacio público. sajón, se insiste en priorizar la dignidad
Los tratamientos realizados en hospitales o la libertad de todos los hombres; es ne-
públicos exigían respuestas éticas públi- cesario tener en cuenta la vulnerabilidad,
camente defendibles. En estos países, en la solidaridad, la equidad, la responsabi-
ese momento, la asistencia sanitaria esta- lidad en la protección del indefenso o el
ba resuelta o, por lo menos, encausada y desarrollo sustentable en la protección
Revista Selecciones de Bioética

era lógico que abordaran los problemas de la naturaleza o el valor intrínseco de


éticos que le presentaban las nuevas tec- la vida en todas sus formas. No se puede
nologías. Pero muy distinta es la situación entender que la misma sociedad que, por
en América Latina donde los problemas un lado, diariamente le niega el alimento
cotidianos son la pobreza extrema y la ex- a muchos seres humanos, por otro, se ras-
92 Francisco R. Parenti

gue las vestiduras ante la posibilidad del algunos de los más importantes, a modo
aborto en ciertos casos críticos. de ejemplo, ya que no podemos detener-
nos en su análisis en este trabajo.
Por otra parte, en cuanto a los nuevos
problemas que plantea la biotecnología, La carta de Ottawa de 1986, Conferencia
a diferencia de lo que ocurre en los paí- Internacional sobre la Promoción de la
ses desarrollados, en América Latina, la Salud, en su documento final expresa que
cuestión no es cómo usar la tecnología la paz, la educación, la vivienda, la alimen-
médica sino quién tiene acceso a ella. tación, la justicia social y la equidad son
requisitos fundamentales para la salud.
Cuando hablamos de una bioética desde
La Declaración de Santa Fe de Bogotá,
América Latina significa dar prioridad a
Colombia de 1992. Conferencia Interna-
una bioética de los problemas cotidianos
cional sobre la promoción de salud, se-
sin excluir el análisis de los nuevos pro-
ñala la necesidad de una cultura para la
blemas que plantea la biotecnología. En
salud y la relación indisoluble entre salud
última instancia se trata de respetar la
y desarrollo. Al mismo tiempo, el docu-
profunda correspondencia que debe exis-
mento define como inaceptables las en-
tir entre la micro y la macrobioética. En
fermedades derivadas de la desigualdad,
ese sentido se recupera la visión de Pot-
de la marginación y de la destrucción del
ter cuando habla de «bioética global» o
medio ambiente.
cuando, en la inauguración del Congreso
Internacional de Bioética en Gijón soste- En 1991, la OPS y la OMS definió la salud
nía que para un futuro a largo plazo tendre- como el resultado de una serie de facto-
mos que inventar y desarrollar una bioética res concurrentes: las acciones de la pobla-
política, añadiendo la bioética mundial ción, los servicios de salud, las autorida-
debe evolucionar hacia una bioética social des de la salud y otros sectores sociales y
a escala mundial políticamente activa. Tra- productivos.
bajar en una bioética que tenga que ver
con las cosas de nuestra vida significa, Esta concepción amplia de la salud per-
para América Latina, poner el acento en mite una reorganización de los servicios
la salud pública, en la justicia, la equidad, tradicionales de la salud con una mayor
los derechos humanos, la libertad, la ciu- participación democrática de los ciuda-
dadanía, la tolerancia, la solidaridad y la danos íntimamente relacionada con la
participación democrática. integración, en el concepto de salud, de
cuatro factores principales: el biológico,
el medio ambiente, el estilo de vida salu-
5. Algunos documentos para una
dable (que implica condiciones de traba-
bioética desde América Latina
jo, educación, recreación) y los servicios
Existen ya no pocos documentos que pue- de salud. Por consiguiente, cuando aquí
Septiembre de 2010

den ayudar en la reflexión de esta tarea hablamos de salud, entendemos la sa-


bioética comprometida con la promoción lud fundamentalmente como bienestar,
de la salud y el respeto de los derechos como derecho a una vida digna que val-
16 humanos. Queremos señalar, al menos, ga la pena ser vivida. La promoción de la
Necesidad de una bioética desde América Latina 93

salud se constituye en una tarea de todos El derecho a la vida es parte integrante


que favorece la salud, el logro de mejo- de los derechos fundamentales. La ciu-
res condiciones para la misma y para el dadanía está íntimamente relacionada
desarrollo sostenible de una sociedad. Es con la justicia social, y la salud está li-
decir, la promoción social desde la salud gada a los derechos humanos y a la ciu-
basa su accionar en la participación social dadanía.
como elemento central para su desarro-
llo. Para lograr estos objetivos, han sur- La tarea bioética, por tanto, está profun-
gido iniciativas de reorganización de los damente identificada con la construcción
servicios de salud con la participación de- de una nueva sociedad civil democrática
mocrática de la ciudadanía, que impulsa- y participativa. La estrategia de los mu-
ron procesos de descentralización por un nicipios saludables de la OMS es una de
lado y fortalecimiento de los municipios las manifestaciones más visible e impor-
por otro, que dieron lugar a lo que hoy tante de esta participación democrática
conocemos como municipios saludables y en la práctica real de la salud pública. La
que están vinculados a través de una red promoción de la salud como una tarea de
que les permite constituirse en un movi- todos y la propuesta de desarrollo social
miento interesado en colaborar con las desde la salud se relacionan con la impor-
nuevas iniciativas y estrategias especifica- tancia que, en la democratización de la
das en los documentos de la OMS. vida ciudadana, van adquiriendo los pro-
cesos de descentralización y de fortaleci-
Por todo lo expuesto, creemos que una miento municipal, como una manera de
bioética desde la perspectiva de América distribuir más equitativamente la salud.
Latina tendrá que cultivar la prudencia
que proviene de la sabiduría práctica con Las formas diferentes de abordar la salud
la osadía de defender y reclamar las exi- y de enfrentar las inequidades constituyen
gencias éticas que no tienen todavía, en un pilar indispensable para el desarrollo
nuestra sociedad, expresión jurídica. colectivo de una sociedad.

Revista Selecciones de Bioética


Realidad y sentido de la
bioética en el plano mundial1
Christian Byk

Resumen
¿Cuál es la realidad de la bioética y cuál su sentido?, son las preguntas fundamentales que
trata el autor en este texto. Si bien el nacimiento de la bioética se ubica en el año de 1971, el
autor menciona hechos y características especiales de la realidad social que dieron origen a
la bioética y que no se circunscriben a los Estados Unidos únicamente, aunque se reconoce
este país como su origen y el pionero en el desarrollo de la misma. La moral tal como había
sido enseñada era insuficiente para dar respuesta a los acontecimientos nuevos como el sur-
gimiento de las nuevas tecnologías, el cambio en la relación entre el médico y el paciente y el
desarrollo de la investigación científica sumados al desarrollo y cambios de las instituciones
hospitalarias, entre otros hechos, son analizados como problemas que requieren la confor-
mación de comisiones y otras instancias permanentes como comités de ética de la investiga-
ción y hospitalarios. Todo esto lleva a un nuevo panorama normativo en los diferentes países.
En la segunda parte del artículo el autor pretende dar respuesta a la pregunta por el sentido
de la bioética a partir del desarrollo del derecho no sólo en el campo nacional, sino ante
todo, en el plano internacional para lo cual menciona algunos puntos de la propuesta de la
Convención Bioética sobre el estatuto de la vida y de la investigación del embrión humano,
el proyecto Hugo y otras iniciativas de la Unesco.

Abstract
The fundamental questions the author deals with in this text are: Which is the reality of
Bioethics? And which is its sense? Although the birth of Bioethics is located in the year 1971,
the author mentions special facts and characteristics of the social reality that gave origin to
Bioethics and that are not only circumscribed to the USA. Ethics as it had been taught, was
not sufficient to respond to the new challenges as they appeared with new technologies,
change in patient-doctor relationships and the development of the scientific research. All this
added to the evolution and changes of health institutions among other facts were analyzed as
problems requiring to form Commissions and other permanent bodies as Ethics Committees
on Research and Health. This has taken a new normative view in different countries. In the
second part of the article, the author tries to answer the question for the sense of Bioethics,
beginning from the developments of international law in which he mentions some points of
the proposal made by the Bioethics Convention about the Life Status and the Human Embryo
Research as well as HUGO’s project and other initiatives from Unesco.

1 Tomado de: Cuadernos de Bioética Nº 1. Buenos Aires, República de Argentina, agosto, 1997, pp. 61-71. Pu-
blicado en www.bioetica.org/. Conferencia pronunciada por Christian Byk el 6 de noviembre de 1996 en la
Universidad Notarial Argentina con motivo de la iniciación de los Estudios de posgrado y doctorado en Bioética
de la Universidad Notarial Argentina y la Escuela Latinoamericana de Bioética.
Realidad y sentido de la bioética en el plano mundial 95

C
omo decía un famoso escritor medicina, de deontología de la medicina.
francés, muchas veces se hace pro- Entonces, sea el origen americano o eu-
sa sin saberlo; también en bioética ropeo, para 1971 la bioética se conocía y
muchas veces se hace, y se hace mucho, sin se conocía muy bien.
saberlo. Por eso quisiera analizar hoy el
fenómeno llamado compromiso y que co- ¿Qué es lo nuevo? Puede ser el recorri-
rresponde a una demanda de la sociedad. do de esos pioneros. La mayor parte de
ellos, que formaban un pequeño grupo,
En todo análisis se comienza por estable- eran teólogos moralistas que durante los
cer cuál es la realidad, en este caso, cuál debates del Concilio Vaticano II, antes o
es la realidad de la bioética. Y después de después, desearon implementar una éti-
ver esa realidad trataremos de ver cuál es ca de la acción que tomara en cuenta los
su sentido, para dar respuesta a esa ac- problemas que percibían en sus lugares
tividad social, donde el derecho cumple de trabajo, es decir, en los hospitales y
un rol organizador, si bien, no de modo alrededor de la actividad médica que de-
exclusivo, estando involucrados otros sis- sarrollaban. Con o sin razón diremos que,
temas normativos. provocando una ruptura epistemológica,
comprueban que la moral tal como les
¿Cuál es hoy la realidad había sido enseñada era insuficiente para
de la bioética? dar respuesta a los acontecimientos nue-
vos.
Si tomamos como fecha de nacimiento el
año de 1971, la bioética es aún muy jo- Una cuestión ética planteada por técni-
ven para la presencia y amplitud que ha cas nuevas: “hay que desconectar a un
cobrado en la realidad social. Esta rea- paciente”. Es en los Estados Unidos, en
lidad tiene características especiales que los años sesentas, donde comienza a utili-
pueden enumerarse. Primeramente, tiene zarse los respiradores artificiales y es allí
una historia y tiene instituciones, también donde debe tomarse la primera decisión
suscita reglas prácticas de comportamien- de separar a un paciente de este medio
to y reglas de derecho generales y espe- artificial de sobrevivencia; no se puede
cíficas, además, la bioética se ha interna- esperar una decisión externa a la decisión
cionalizado. de los familiares o a la relación del médi-
co con el paciente. Por lo tanto, son los
Se dice que su nacimiento comienza en médicos los que van a esforzarse y van a
Estados Unidos –país pionero una vez reflexionar para dar, a los que eran tan
más– pero con ciertos matices porque sólo preceptos morales, un rol dinámico
esos pioneros no nacieron de la nada. La que esté dirigido a la práctica clínica.
tradición de la ética médica es una tradi-
ción muy antigua que se ha desarrollado Reflexiones no ya sobre los temas espi-
Revista Selecciones de Bioética

a través de diversas escuelas: de tradicio- rituales comunes, primeramente porque


nes filosóficas, de tradiciones religiosas existe otra comunidad científica con la
o moralistas, otras más próximas al de- que se debe confrontar valores y prácticas
recho de la salud y a la actividad médica y porque al ampliar la base pluridiscipli-
y luego como estamos en el campo de la naria de las decisiones se toman en cuen-
96 Christian Byk

ta otros tipos de argumentos. Se desarro- mado en técnico, en especialista y el pa-


llan otras metodologías: la bioética como ciente reivindica sus derechos de acceder
transdisciplina que crea diálogos con a la salud como consumidor de la atención
otras disciplinas distintas a la moral y a la médica. Esta evolución más general y más
ética para aportar una solución concreta global ha provocado una institucionaliza-
a los problemas cotidianos. Es cierto que ción de la relación médico-paciente y de la
los americanos fueron pioneros pero no investigación científica, y paralelamente,
estuvieron solos (el Centro de bioética de de la bioética como consecuencia y conti-
Barcelona fue creado antes que el de los nuación de aquellas.
Estados Unidos).
Hasta mediados del siglo XX, el hospital
En sus comienzos, la bioética no sólo fue estaba reservado a las clases más pobres,
pluridisciplinaria sino también interna- en el siglo XVIII era un lugar de encierro
cional; cada centro con sus características para pasar a ser un lugar de caridad social
de acuerdo a las personas que lo integran. que permitía el acceso a la salud de las
La globalización de las cuestiones res- clases que no podían pagar una atención
ponde a un fenómeno provocado por la privada. Ahora la asociación entre uni-
mediatización de numerosas tecnologías versidades, hospitales y centros de inves-
médicas y a la aparición de un mercado tigación ha modificado completamente la
tecnológico y una demanda social para situación: el hospital se ha transformado
que se desarrollara una u otra tecnología en un centro de alta tecnología donde se
impulsada por la comunidad médica, o concentran los laboratorios de investi-
científica, o por la gente, por los ciudada- gación y en un lugar de referencia y de
nos que querían tener acceso a una deter- docencia. La medicina ha dejado de ser
minada tecnología porque pensaban que una medicina familiar para convertirse
iba a solucionar algún problema propio, en una medicina de investigación: la ca-
por ejemplo, el de la fertilidad. pacitación de los médicos, la posibilidad
de los países de poseer un sistema de in-
Pero este surgimiento de las nuevas tecno- vestigación médica, por ejemplo, para el
logías, que introdujeron al médico dentro sida: la medicina, que detectó la enfer-
de la intimidad de la vida humana, es sólo medad en 1981, tuvo identificados para el
la parte visible de la revolución médica. año 1983 los dos virus causantes. El otro
Efectivamente, desde principios del siglo elemento, perceptible por el ciudadano,
hemos ido adquiriendo más conocimien- de esta institucionalización de la medici-
tos del desarrollo de las enfermedades y na es el sistema de protección social de
se han podido resolver problemas epide- la salud que la mayor parte de los países
miológicos; también la cirugía y la biolo- europeos diseñó después de la Segunda
gía molecular han tenido un espectacular Guerra Mundial y que permite, entonces,
desarrollo. De esta manera, la relación el acceso a ese sistema de salud de alta
entre el médico y el paciente, una relación especialización.
Septiembre de 2010

individual que el presidente del Colegio de


Médicos de Francia califica de confianza y No es extraño que a partir de ese momen-
que se parece a una conciencia, se ha mo- to las autoridades estudiasen el estableci-
16 dificado mucho. El médico se ha transfor- miento de un nuevo pacto social, más aún
Realidad y sentido de la bioética en el plano mundial 97

la situación motivó a los médicos y a los de democracias jóvenes, como España,


investigadores a impulsar ese pacto, con- donde se prefiere mantener el tema den-
cientes de las cuestiones éticas que susci- tro del marco del debate parlamentario y
taba la práctica médica y también porque se ha creado muy tempranamente, en las
deseaban que su actividad fuera recono- cortes, una comisión parlamentaria de
cida y respaldada por toda la sociedad. Es bioética.
por ello que se desarrolló en los Estados
Unidos y en Europa, unos años después, Evidentemente, la institucionalización de
un análisis del impacto de las nuevas tec- la bioética no se limita a la instauración
nologías. de comisiones nacionales, hay otros tipos
de comités: los que están ligados a las ac-
En un primer momento tal estudio se tividades de investigaciones médicas ya
llevó a cabo a través de comisiones para que es obligatorio, no por exigencia del
ese efecto, algunas muy importantes por derecho sino por el respeto a las reglas de
la calidad de los trabajos realizados y de la investigación misma, pedir la opinión
las proposiciones hechas, por ejemplo, la de un tribunal de ética antes de establecer
Comisión Federal y Presidencial en los el protocolo de una investigación. Tam-
Estados Unidos, la Comisión Warnock bién se desarrollan comités hospitalarios
en Inglaterra, etc. Y como los problemas que tienen una función de asesoramiento
se multiplicaron ciertos países decidieron frente a casos clínicos y, asimismo, una ta-
instalar instancias permanentes, lo cual rea más global respecto a las actividades
no es asunto baladí pues si se iba a reca- que pueden ser llevadas a cabo dentro del
bar la opinión de estas comisiones para hospital como proporcionar información
cada caso la actividad de éstas no podía y formación bioética al personal. Tampo-
reducirse a funciones sociales y políticas, co hay que olvidar los centros de bioéti-
por ello ciertos países se rehusaron a su ca –los pioneros– que, a medida que la
establecimiento. bioética se transformaba en una realidad
social, se fueron integrando a las univer-
En Francia se organizaron comités nacio- sidades y, como aquí, la bioética forma
nales de bioética que tienen como misión hoy, parte de la formación académica de
dar opinión y aconsejar a los poderes los profesionales.
públicos pero, además, para instalar el
debate en la sociedad civil y, entonces, Citados ya los roles de los parlamentos y
de acuerdo con la cultura del país pre- de las comisiones nacionales, me referiré
dominará uno u otro enfoque ante cada a las fuentes tradicionales y las nuevas del
cuestión. Pero hay otros países que son derecho y al surgimiento de normas que
reticentes frente a esta metodología, es el ha suscitado este movimiento bioético ya
caso del Reino Unido y de otras demo- que la paradoja de la bioética sería tanto
Revista Selecciones de Bioética

cracias tradicionales donde difícilmente el exceso como el vacío jurídico.


se cuestiona el rol del parlamento pero
que, paralelamente, viven un período Cuando se pasa revista al panorama nor-
de liberalismo que no incita al gobierno mativo no se advierte país que no haya
a intervenir en esos problemas; o países adoptado, legislativamente, una posición,
98 Christian Byk

al menos en alguna de las cuestiones que por ejemplo, el proyecto de convención


conciernen a la materia. Por ejemplo, sobre biomedicina, o directivas sobre
Francia y España están orgullosas de ha- patentamiento en biotecnología y sobre
ber legislado sobre todos los temas; en comités de bioética para la investigación.
Francia se considera que tales normas Vemos, pues, que la realidad bioética es
son fundamentales en su codificación. sumamente compleja y es política ya que
Para comprender el sentido de esta pro- llega a nuestra organización social.
fusión de reglas jurídicas entiendo impor-
tante diferenciar, previamente, lo que lla- ¿Cuál es hoy el sentido
mo los orígenes de la bioética y separarlos de la bioética?
de lo que denomino su estado actual: en
un principio la bioética estaba orientada Otra cuestión es establecer el sentido de
hacia la clínica médica, es decir, hacia el esta realidad. Primeramente, vemos que
lecho del enfermo y no existía otra re- es la consecuencia de la revolución cientí-
flexión que la del diagnóstico médico; fica y médica a la que me referí en párra-
ahora, se plantea una “fascinación” regla- fos anteriores.
mentaria; y es esta fascinación la que lle- En un debate de juristas –Rippert y Sava-
va a dictar leyes nacionales que entran en tier– célebre en Francia, el primero afir-
colisión internacional pues las normas de maba que la fuerza creadora del derecho
los países son diferentes entre sí, el exce- es permanente, la realidad se mueve y el
so de legislación ocasiona, como vemos, derecho sigue a esa realidad sin renegar;
un nuevo problema. La solución es apelar el segundo, en un artículo famoso sobre
al dictado de normas internacionales; el el derecho y la aceleración de la historia,
fenómeno no es reciente pues dentro del comentaba que ciertos fenómenos indus-
dominio de la salud existen convenciones triales y científicos podían dejar en desu-
internacionales desde fines del siglo XIX: so ciertos principios jurídicos. El debate
la Cruz Roja y todo lo relacionado con el actual puede comenzar sólo si dejamos
derecho de la guerra, más recientemente, de lado las certezas que el derecho tenía
la Asociación Médica Mundial o la Orga- hasta el presente.
nización Mundial de la Salud. Lo nuevo
es, entonces, que pasamos de una apli- Si hay una crisis del derecho, ello significa
cación local a una práctica internacional que existe una crisis ética y de los valores
o a una exteriorización en el ámbito de de los cuales el derecho no es más que
los derechos humanos o de las relacio- su expresión y frente a un pluralismo de
nes económicas internacionales, que es ideas y de valores, que no deja ver cuál
en Europa la función de las dos institu- prevalece, el derecho no puede funcio-
ciones europeas: el Consejo de Europa nar coherentemente. El derecho no tiene
–equivalente de la OEA– y la Unión Eu- autonomía de los valores éticos que lo
ropea –equivalente del Mercosur– y cada fundamentan y una sociedad no funcio-
Septiembre de 2010

una de ellas, hace veinticinco años, viene na bien cuando hay una crisis de valores
aportado cierta visión global respecto de éticos o morales. Pero, por el contrario,
la bioética, a tal punto que se ve la necesi- el derecho puede, sin embargo, porque es
16 dad de la obligatoriedad de ciertas reglas, un lugar donde se escuchan los argumen-
Realidad y sentido de la bioética en el plano mundial 99

tos y donde se resuelven los conflictos El artículo 15 de la propuesta de la Con-


porque es necesario hacerlo, ser un lugar vención de Bioética sobre el Estatuto de
y un medio de obtener, sino nuevos va- la Vida y de la Investigación del Embrión
lores, nuevas aplicaciones de los valores Humano pasó a formar parte de los pro-
existentes de los valores que hemos here- tocolos adicionales pues existen en Euro-
dado ante los problemas planteados por pa legislaciones nacionales muy diferen-
las nuevas biotecnologías. tes unas de otras, por ejemplo, Irlanda o
Malta prohiben toda experimentación
¿Cómo responder a las demandas de la con embriones y otros países son muy li-
sociedad ante la diversidad y contradic- berales en esta cuestión como Inglaterra
ción con fines de la actividad jurídica? o Suecia; en medio existe una miríada de
El derecho no puede entrar en un deba- normativas, algunas ambigüas como la
te académico sin traicionar los principios francesa que no permite la experimenta-
morales que lo inspiraban hasta hoy. La ción pero sí, los estudios, sin establecer la
justicia es dar humanamente cosas huma- diferencia entre experimento y estudio. Si
nas; entonces, la pregunta es hoy ¿cómo un país toma posición nacional muy rápi-
conservar esta humildad y este pragmatis- damente ante una cuestión como la plan-
mo del derecho dentro del respeto de los teada, será más difícil que la modifique o
valores fundamentales?, y ¿cómo avanzar renuncie a ella en pos de una legislación
pensando que estamos haciendo bien y internacional.
sabiendo que podemos estar equivocán-
donos? En términos de cooperación interna-
cional se enlazan proyectos y esfuerzos
La internacionalización es una necesidad nacionales como en el caso de la inves-
para resolver una serie de problemas: tigación del genoma humano para el que
cuando hay una dinámica económica co- existen varios emprendimientos naciona-
mún es más fácil; por ejemplo, en Europa les y también la organización Hugo que
existe lo que llamamos una patente eu- pretende ser un lugar de intercambio más
ropea común para todos los países de la que de directivas o de organización de la
Unión Europea, si vemos las estadísticas investigación porque no hay que ocultar
la mayoría de las reivindicaciones peti- que detrás del proyecto genoma humano
cionadas son japonesas y americanas esto hay competencias nacionales muy fuer-
incita a los europeos a hacer algo; que nos tes, por ejemplo, para el mapeo genético
llevan a considerar la necesidad de una los franceses han aventajado a los ameri-
revolución pero no una revolución inge- canos por el uso de ordenadores informá-
nua sino traducida en términos políticos, ticos con programas más avanzados. Pero
pero ello, como sobre las cuestiones bioé- también hay un debate de los problemas
ticas, no es fácil pues no existe equilibrio éticos que plantea el tema del genoma hu-
Revista Selecciones de Bioética

de poderes, cada uno juega sus propios mano que se desarrolla dentro del comité
intereses y algunos operadores juegan en de ética del proyecto Hugo, pero este co-
contra de su propio campo. Por otro lado, mité no puede imponer reglas éticas a los
no todos los problemas bioéticos deben o investigadores. Más recientemente, hace
pueden internacionalizarse. tres años, el director general de la Unesco
100 Christian Byk

lanzó la idea de una declaración sobre el de médicos de Francia. Vemos que aún se
genoma humano y ese proyecto de decla- dista mucho de la posibilidad de adoptar
ración deberá someterse a la ratificación un criterio común internacional para lo
de la asamblea general de la ONU en el cual será necesario un largo período de
cincuenta aniversario de la Declaración maduración.
de los Derechos Humanos, fue prepara-
do por un comité internacional de bioé- En una sociedad con distintos puntos de
tica pluridisciplinario con participación vista si queremos que siga siendo demo-
mundial. En lo que concierne a textos crática no nos queda otra vía que debatir
vinculantes atenientes al genoma huma- hasta llegar a un punto de interés común;
no, se encuentran los textos nacionales de lo contrario correríamos el riesgo de
referidos al derecho a la intimidad y a la la hegemonía de unos sobre otros: una
no discriminación. hegemonía espiritual o una hegemonía
de la fuerza, pero ambas construyen sis-
Respecto a la eutanasia, los países han temas totalitarios. Ahora bien, respetar el
legislado diferentemente en sus normati- pluralismo social no quiere decir poner a
vas penales, en Francia las disposiciones la sociedad en una posición de imposibili-
son muy rigurosas con referencia a la in- dad de funcionamiento, hay cosas que no
criminación del médico: el acortamiento son tolerables no sólo por cuestiones de
de la vida de un paciente se considera ética sino porque el derecho y la política
homicidio voluntario; en otros países, por deben asegurar la existencia de las insti-
ejemplo en Suiza, la ley penal reconoce tuciones sociales para la gente que vive
excusas atenuantes y, más recientemen- en ella; hay juegos que son peligrosos, por
te, se ha planteado la ayuda al suicida o ejemplo, no podemos arriesgarnos a des-
la ortoeutanasia en los países de Europa truir el sistema de protección social, los
del norte; Holanda más precisamente, principios deben ser defendidos confor-
tras un largo debate llegó a una solución me a estudiadas estrategias: la encíclica
bastante compleja; otro país que abordó de la iglesia católica de 1995 se inscribe
el tema fue el Reino Unido y el debate dentro de un debate social solicitando el
parlamentario adoptó la decisión de no cambio de leyes civiles y morales, queda
modificar el código penal. En resumen: claro que ella acepta las leyes civiles.
la incriminación siempre existe pero el
legislador hace obligatoria la declaración Cada uno debe dar a la bioética su propia
del hecho para exonerar al médico. Los realidad; si se trata de disfrazar con ella
países del sur de Europa no han llegado los problemas de un país, por ser la bio-
a la madurez y serenidad necesarias para ética una disciplina nueva y elegante, hay
legislar sobre el tema: en Francia se habla que detenerse y no hacer más bioética; sí,
de la muerte digna, el ministro de salud se en cambio, es una manera astuta de dis-
manifestó adhiriendo a ella lo cual le cos- cutir los verdaderos problemas sensibles
tó la suspensión por un año para el ejerci- de una sociedad, por qué no hacerlo, us-
Septiembre de 2010

cio de su profesión, dictada por el colegio tedes son los actores en la bioética.

16
La bioética de Potter a Potter1
José Ramón Acosta Sariego

Resumen
El autor presenta una sucinta biografía de Van Rensselaer Potter como científico y padre de
la bioética. Hace referencia a los autores que más influyeron en su pensamiento como Mar-
garet Mead, Aldo Leopold, Peter Whitehouse, Hans Küng y Haykai Sakamoto y precisa los
conceptos que Potter toma de ellos.
Presenta la evolución del pensamiento potteriano el cual se inicia como una bioética de la
supervivencia o bioética puente para pasar a una bioética global o bioética profunda. Final-
mente, indica las razones del distanciamiento de la bioética clínica del pensamiento original
de Potter y el regreso de la bioética al legado original.

Abstract
The author presents a concise biography of Van Rensselaer Potter as scientist and father of
Bioethics. Some of the authors that influenced his thinking are mentioned such as Marga-
ret Mead, Aldo Leopold, Peter Whitehouse, Hans Küng and Haykai Sakamoto. In addition
some of the principles that Potter borrow from them are specified.
Evolution of Potter thinking that begins as a Bioethics of Survival and a Bridge kind of
Bioethics is described to transit to a Global Bioethics or Deep Bioethics. Finally, the pa-
per indicates some reasons of Potter distancing with Clinical Bioethics and the return of
Bioethics to its original legacy.

E
l movimiento intelectual y de prácti- celebraba el acto de jubilación del pro-
ca social creado alrededor del neo- fesor Van Rensselaer Potter como direc-
logismo bioética es aún muy joven tor del Laboratorio McArdle, adscrito a
en términos del desarrollo de una discipli- la Universidad de Wisconsin, y esa casa
na que no ha contestado fehacientemente de altos estudios anunciaba la institución
la pregunta por su fundamento, y que hoy de un ciclo de lecturas de bioquímica y
tal pareciera retornar a sus orígenes tras oncología en reconocimiento a sus casi
meandros de controvertida búsqueda. cincuenta años de dedicación a la inves-
tigación básica en cáncer, en el ánimo de
Cuando en 1982 junto a las tranquilas las autoridades universitarias prevaleció
aguas del lago Mendota en Madison se la percepción acerca del aporte social del
homenajeado como la de un destacado
1 Tomado de internet de la revista Global Bioethics. investigador experimental que había acu-
Vol. 14, Nº 4, 2001. mulado méritos suficientes para en dife-
102 José Ramón Acosta Sariego

rentes momentos de su vida científica, ser mos trabajos–... era el cuestionamien-


elegido presidente, tanto de la Sociedad to del progreso y hacia dónde estaban
Americana de Biología Molecular como llevando a la cultura occidental todos
de su homóloga para la investigación del los avances materialistas propios de
cáncer, y al parecer no justipreciaron en la ciencia y la tecnología. Expresé mis
ideas de lo que, de acuerdo a mi punto
toda su dimensión la obra humanística
de vista se transformó en la misión de
que definitivamente le haría trascender.
la bioética: un intento por responder
Sin embargo, hace sólo pocas semanas a la pregunta que encara la humani-
dad: ¿qué tipo de futuro tenemos por
el anciano profesor Potter, que conti-
delante?, y ¿tenemos alguna opción?
nuó estoicamente asistiendo a diario a
(…). Todo comenzó en esa charla
su trabajo, abandonaba la vida terrena
de 1962, en la que la misión consistía
a los noventa años de edad e ingresaba en examinar nuestras ideas competi-
para siempre en el panteón de la gloria tivas sobre el progreso. Así, el título
universal; había ganado este derecho no de esa charla fue: «Un puente hacia
precisamente por sus más de trescientos el futuro», el concepto de progreso
cincuenta artículos científicos acerca de humano...2.
la biología molecular del cáncer, en parti-
En esa conferencia Potter analizó tres
cular sus aportes a la fundamentación de
imágenes del progreso: religioso, como
la quimioterapia contra los procesos neo-
ganancia material y como científico y filo-
formativos, sino por habernos legado una
sófico, llegando a la conclusión que:
revolucionaria visión de la relación entre
las ciencias y las humanidades, y con ello, (...) sólo el concepto científico-filosófi-
el esbozo de una nueva cultura para la su- co de progreso que pone énfasis en la
pervivencia futura. sabiduría de gran alcance, es el único
tipo de progreso que puede llevar a la
El primer segundo tras supervivencia3.
el Big Bang bioético A pesar de que la metáfora del «puente
En 1962 la Universidad del Estado de hacia el futuro» ya está presente en esta
Dakota del Sur invitó al ex alumno Van charla de 1962, Potter demoró ocho años
Rensselaer Potter a dictar una confe- más para madurar su definición de bioé-
rencia con motivo del centenario de la tica, como la disciplina en la que el saber
ley sobre concesiones de tierras, firma- científico y filosófico confluyen a fin de
da por Abraham Lincoln, a cuyo ampa- darle concreción a esta cultura de la su-
ro se había fundado dicha universidad. pervivencia preconizada por él.
Dadas las circunstancias, a pesar de que
el honor se le confirió por sus entonces
veintidós años de experiencia en cáncer,
Potter decidió optar por un tema más fi-
Septiembre de 2010

2 Potter, V. R. “Bioética puente, bioética global y


losófico. bioética profunda”. Cuadernos del Programa Re-
gional de Bioética, Santiago de Chile, Nº 7, diciem-
Lo que me interesaba en ese entonces bre, 1998, p. 25.
16 –rememoró Potter en uno de sus últi- 3 Ibídem, p. 26.
La bioética de Potter a Potter 103

Es en “Bioethics. The Science of Survival” fundamentación por la que atravesaba la


artículo aparecido en 1970 en la revista ética médica tradicional, ante los impre-
Perspectives in Biology and Medicine, don- sionantes avances tecnológicos desarro-
de Potter utiliza el término bioética por llados bajo relaciones sanitarias asimétri-
primera vez. No obstante, este no trascen- cas y en un entorno de inequidades en el
dió efectivamente al vocabulario cientí- acceso a los servicios de salud, significó
fico hasta la publicación del famoso libro también un reduccionismo del ideal pot-
Bioethics. Bridge to the Future, aparecido teriano.
a principios de 1971 a instancias de Carl
Swanson, quien dirigía la colección Biolo- Al igual que el universo tras el original
gical Sciencies Series para el editor Prentice Big Bang, la bioética comenzó a expandir-
Hall y donde se compilan 13 artículos de se y alejarse cada vez más rápidamente de
Potter, escritos entre 1962 y 1970. su punto de partida.

La bioética era ya un hecho y sin pretender El Big Picture potteriano


restar méritos al visionario bioquímico de
¿Cuál es el núcleo del pensamiento de
Wisconsin, las condiciones objetivas eco-
Potter en cuanto al objeto y misión de la
nómicas y sociales imperantes en la socie-
bioética?
dad norteamericana de las décadas del 60 y
70 así lo propiciaron. Esto parece ser con- Potter vino al mundo en 1911, en medio
firmado por la fundación The Joseph and de un ambiente rural de su natal Dakota
Rose Kennedy Institute for the Study of del Sur, donde transcurrieron su infancia
the Human Reproduction and Bioethics, y primera juventud. De confesión presbi-
de la Universidad de Georgetown en Was- teriana, recordaba haber sido muy activo
hington, D.C., en junio del año de 1971, en su comunidad religiosa, al punto de
tan sólo pocos meses después de ver la luz inclinarse en cierto momento por la vo-
el primer libro de Potter. cación de pastor eclesiástico que después
sublimó a través de la actividad científi-
La sugerencia de incluir el término bioé- ca, en el campo tan sensible que eligió.
tica en la denominación de lo que con el Los que como Sandro Spinsanti, de cuya
tiempo se convertiría en institución pio- semblanza sobre Potter he extraído la
nera y «la meca» del pensamiento bioé- mayor parte de los datos biográficos aquí
tico anglosajón partió de un miembro del reseñados4, y el Padre Alfonso LLano, S.
clan Kennedy, al parecer sin conocimien- J., que lograron llegar al noveno piso de
to de los trabajos de Potter. No es de ex- McArdle y conocer a Potter en sus redu-
trañar entonces que el director fundador cidos dominios, quedaron impresionados
del centro, el gineco-obstetra de origen por la imagen de armonía espiritual que
holandés André Hellegers en su discur- trasmitía este humilde anciano, quien ha-
Revista Selecciones de Bioética

so de inauguración definiera la bioética


como una «ética biomédica». Aquí co-
menzó el proceso de medicalización de la 4 Spinsanti, S. “Bioética global o la sabiduría para
sobrevivir”. Cuadernos del Programa Regional de
disciplina que, si bien sirvió de alternativa Bioética, Santiago de Chile, Nº 7, diciembre, 1998,
y asidero ante la crisis metodológica y de p. 10.
104 José Ramón Acosta Sariego

bía realizado una brillante carrera acadé- ferentes textos que componen su primer
mica, y fundado una visión postmoderna libro, la obra de Aldo Leopold, otro pro-
de la ética, a la vez que una prolífica fa- fesor de Wisconsin, en particular su Ética
milia producto de un estable matrimonio, de la Tierra enunciada en A Sand Country
propio del ideal y las convenciones de la Almanac, 1949, de la cual la bioética pa-
clase media norteamericana. rece ser continuadora.

Potter, a pesar de ser el creador de la Comparte Potter con Leopold la idea de


bioética, no fue un bioeticista en el sen- que el respeto por la naturaleza es esen-
tido estricto de su dedicación a ella de cial para la supervivencia como categoría
«tiempo completo», demoró casi veinte fundamental de una metaética, colofón
años en publicar su segundo libro, Global o tercera fase de la evolución de la ética
Bioethics, 1988. Los trabajos investiga- desde su origen hasta nuestros días, y que
tivos en biología molecular continuaron según Leopold se resume en un proceso
poniendo el pan en su mesa, mientras su acumulativo que primero pretendió re-
creación, cual hija pródiga se iba de casa gular las relaciones entre los individuos,
para convertirse en icono del jet set post- después agregó la prioridad dominante
moderno. Potter reconocía como la ma- por las relaciones de los individuos con la
yor motivación que encendió su interés sociedad, hasta la actual en la que el ob-
por la cuestión del progreso humano y el jeto es regular la relación del hombre con
destino de la vida la influencia ejercida la naturaleza en su conjunto. Potter con-
sobre él por las ideas de la antropóloga sidera a la Ética de la Tierra de Leopold
Margaret Mead publicadas en Science en como el principal antecedente y referente
1957 (“Toward more vivid utopias”), en de la bioética, por esta razón, casi al mo-
particular su propuesta acerca del papel mento de estarse imprimiendo Bioethics.
de las universidades en la construcción de Bridge to the Future logró introducir una
una sociedad decente y humanista para lo dedicatoria a Leopold, y en su segundo
que consideraba esencial fundar «cátedras libro Global Bioethics agrega el subtítulo
sobre el futuro». Tanta importancia con- “Building on the Leopold Legacy”, o sea,
cedió Potter a esta iniciativa que creó un Potter pretende dejar claro que su visión
comité interdisciplinario sobre el futuro, global de la bioética está erigida sobre el
en la universidad de Wisconsin, el cual legado de su colega de Wisconsin.
suscribió un artículo publicado en Science,
En uno de los últimos viajes que realizara
en 1970. En este trabajo se consideraba
fuera de Estados Unidos Potter dictó una
un anacronismo los dogmas positivistas de
conferencia ante más de quinientos estu-
la «búsqueda de la verdad» y la «libertad
diantes japoneses, en la cual resume lo
académica» ante el requerimiento de tras-
que para él debe constituir el desarrollo
mitir a los jóvenes universitarios no sólo
de la bioética.
conocimientos, sino también juicios de va-
Septiembre de 2010

lor sobre la responsabilidad con el futuro. La teoría original de la bioética –bioéti-


ca puente– era la intuición que señala-
Para sorpresa de todos Potter confesó ig- ba que la supervivencia de gran alcance
16 norar, en la época en que escribió los di- de la especie humana, en una civiliza-
La bioética de Potter a Potter 105

ción decente y sustentable, requería del legiados. Toda otra materia depende de
desarrollo y del mantenimiento de un ese conflicto: el avance de los más privi-
sistema ético. Tal sistema es la bioética legiados versus la lucha por la supervi-
global, basada en instituciones y razona- vencia. Muchos países grandes en Asia
mientos sustentados en el conocimiento y África parecen los ejemplos más re-
empírico proveniente de todas las cien- motos de un grupo reducido de privile-
cias, pero en especial del conocimiento giados que ignora las necesidades bási-
biológico. En esta observación utilizo cas de alimentación, abrigo, educación,
la palabra empírico en el sentido usual: empleo y dignidad humana para la mul-
el conocimiento empírico es el cono- titud menos privilegiada (…). Sin em-
cimiento basado en las observaciones bargo, al final de este milenio, aquí en
o experimentos que son independien- los Estados Unidos, podemos observar
temente verificables. En la actualidad, ejemplos del dilema no sólo de países
este sistema ético propuesto sigue sien- lejanos, sino también en nuestro propio
do el núcleo de la bioética puente con jardín trasero […]. En el año 1988, en
su extensión a la bioética global, en la el libro Bioética Global, me extendí so-
que la función de puente ha exigido la bre el tema de que una demanda por
fusión de la ética médica y de la ética una salud humana a nivel mundial para
medioambiental en una escala de nivel todos los habitantes del globo, y no sólo
mundial para preservar la supervivencia para los escogidos, con tasas de morta-
humana5. lidad reducidas y reproducción humana
controlada a voluntad, forma parte de
Para la concreción práctica de la bioéti- la bioética global (…).
ca global, según Potter, es necesario des-
pojarse de la aspiración competitiva de La etica capitalista (...) exige que la filo-
«winners» y «lossers» que prevalece en la sofía de libre mercado sea un instrumento
sociedad capitalista. Además la reticencia para un desempeño social bueno, median-
de la ética médica al diálogo interdisci- te la así llamada mano invisible del auto
plinar y la tendencia entronizada en el interés que Adam Smith, un economista
ámbito médico de interpretar la bioética escocés, describió en 1776. Sin embargo,
como ética biomédica, convenció a Potter en efecto, es la mano rapaz la que opera
de que los puentes bioéticos debían ex- en el libre mercado de una economía glo-
tenderse también hacia lo que él denomi- bal que reduce la selva tropical y que va-
na como ética agrícola, ética social, ética cía el mar de sus peces. La ética, así como
religiosa y ética capitalista. Para clarificar es, no ha podido resolver el dilema de la
más el pensamiento potteriano permíta- simple justicia que equilibra los derechos
seme citar su interpretación de cuál es el humanos contra la ganancia máxima de
significado de la ética social y la ética ca- una minoría6.
pitalista para la bioética.
Queda convencido Potter de que en las
Revista Selecciones de Bioética

(...) la ética social se reduce a una bús- condiciones del capitalismo salvaje sus as-
queda de soluciones al conflicto entre piraciones para una bioética global no son
los más privilegiados y los menos privi- posibles, y de hecho se está pronunciando

5 Potter, V. R. Op. cit., p. 24. 6 Ibídem, pp. 28-9.


106 José Ramón Acosta Sariego

contra la ética del utilitarismo «duro» o los beneficios a corto plazo con relación
economicista, dado que la época del ca- a la prudencia a largo plazo, en términos
pitalismo de libre concurrencia que vió de evitar la extinción. De Küng asume
Adam Smith y que después se refrenda en la necesidad de compromiso político de
la ética de Moore, Hare y Mill «del mayor los estados nacionales, aunque le critica
beneficio para el mayor número posible», su antropocentrismo judeocristiano. De
no es el capitalismo neoliberal global del Sakamoto incorpora su aserto acerca de
grupo de Chicago, que tuvo oportunidad que la naturaleza no es algo que se con-
de conocer el creador de la bioética, en quiste, sino con lo que convivimos y su
que el «mayor número posible» se reduce exigencia de que la bioética global requie-
a un mínimo de privilegiados. re de una metodología precisa que evite
la universalización de los patrones euro-
Es por esta razón que su pensamiento norteamericanos.
evoluciona y se radicaliza en el sentido de
percatarse de que los puentes entre co- Así, necesitamos combinar la bioética
nocimientos empíricos de las ciencias na- profunda –resume Potter– que explora los
turales y sociales no son suficientes para nexos entre los genes y la conducta éti-
concretar el ideal bioético de superviven- ca, con la bioética global, que va mucho
cia, y toma como ejemplo la disparidad más allá del legado de Aldo Leopold para
de los avances en la genética molecular aceptar un amplio diálogo entre Hans
con relación a la reflexión en cuanto a Küng y Haykai Sakamoto7.
la repercusión económica y social de sus
potenciales beneficios y riesgos. Por todo Este es el «último círculo» de la espiral del
ello la tercera fase en el desarrollo de la desarrollo bioético según Potter, la bioéti-
disciplina que considera Potter es la bioé- ca sustentable, concepción que asumió el
tica profunda. proyecto iniciado por él en Wisconsin, la
última empresa bioética acometida antes
Según Potter, las ideas básicas de la bioé- de su fallecimiento.
tica profunda están presentes en las con-
sideraciones de Peter Whitehouse sobre Como se puede apreciar el pensamiento
ecología profunda, aunque las comple- potteriano es una amalgama de diferen-
menta con argumentos provenientes del tes tendencias del saber humanístico con-
teólogo alemán Hans Küng (Una ética temporáneo, en el cuál se evidencia una
global para una política global y económi- progresiva radicalización desde la bioética
ca, 1988) y del profesor de la Universidad puente hasta la bioética sustentable, pero
Nihon, Haykai Sakamoto (Una nueva base que no nos presenta una teoría ética con-
para la bioética de Asia, 1996). sistente. Creo incluso que el propósito de
Potter no haya ido más allá de enfrentar-
De Whitehouse asume la impostergable nos a su visión del problema y no a tratar
urgencia de acometer una reflexión más de construir una teoría ética en regla.
Septiembre de 2010

profunda sobre el bien y el mal que tras-


cienda los datos concretos cuantificables
actuales y se proyecte al futuro en el sen-
16 tido de evitar el error fatal de priorizar 7 Ibídem, p. 31.
La bioética de Potter a Potter 107

Por su formación religiosa cristiana, po- espíritu cuestionador y contestatario de


demos pensar que su deontología y escala las décadas del 60 y el 70 ante los agu-
axiológica es de inspiración neokantiana, dos problemas económicos y sociales, así
sin embargo, la acérrima crítica al antro- como del desarrollo de la ciencia y la tec-
pocentrismo de Küng y su concordancia nología.
con Sakamoto en cuanto al carácter de
sujeto moral de la naturaleza lo aleja del La sociedad norteamericana atravesaba,
más puro imperativo categórico kantiano además, una crisis de credibilidad mo-
y lo acerca a la reformulación de Jonas. ral conmocionada por la recesión eco-
Hay elementos de ética dialógica en Pot- nómica, el «síndrome de Vietnam», las
ter por su reconocimiento del intercam- luchas por los derechos de las minorías,
bio entre diferentes sujetos morales para los movimientos ambientalistas y contra-
alcanzar los propósitos políticos de la bio- culturales, el asesinato simbólico de las
ética global; así como visos de utilitarismo opciones de cambio (Malcolm X, los her-
a lo John Stuart Mill quien llegó a consi- manos Kennedy y Martin Luther King) y
derar a la equidad social como utilidad, el desprestigio del sistema político tras el
ya que en Potter la equidad intergenera- escándalo de Watergate.
cional e interespecies es condición para
el bien supremo de la supervivencia. Por Por otra parte, la introducción acelerada
último, distinguimos en la bioética pot- de tecnologías médicas de gran comple-
teriana atisbos de la ética de la respon- jidad y poder invasivo, disparó los costos
sabilidad. Es obvio que comparte otros de los servicios de salud y estimularon su
criterios con Jonas dado que el principio comercialización, así como la especializa-
de responsabilidad es consustancial a su ción hacia la más rentable atención médi-
visión ética, al igual que la necesidad de ca hospitalaria en detrimento de las accio-
calcular el impacto remoto de las acciones nes de promoción y prevención. El peligro
presentes, la prioridad de los pronósticos de la deshumanización ante el resquebra-
malos sobre los buenos al enfrentar cual- jamiento del ancestral deber hipocrático
quier acción intervensionista en el medio de actuar en el mejor interés del paciente
ambiente, y la exclusión de decisiones es- en el entorno de una práctica asistencial
trictamente mercantiles en materia eco- tradicionalmente autoritaria, pero ahora
lógica, elementos todos constitutivos del investida de un poder inusitado sobre la
sistema ético del pensador judío. intimidad, la vida y la muerte.

Diversas revelaciones periodísticas sobre


La bioética fuera de Potter investigaciones médicas llevadas a cabo
Las ideas de Potter no encontraron eco sin recaudos éticos y el debate público
inmediato a pesar de la popularidad que que esto produjo, estimularon a que el
Revista Selecciones de Bioética

el término bioética alcanzó en muy bre- Congreso de los Estados Unidos creara
ve tiempo, tanto en los medios científicos en 1974 la National Commission for the
como de divulgación masiva, favorecido Protection of the Human Subjects Invol-
esto último en gran medida por la toma ved in Medical and Behavioral Research,
de conciencia de la opinión pública y el la cuál culminó sus trabajos en 1978 con
108 José Ramón Acosta Sariego

el archifamoso Informe Belmont, esbozo pios de unidades de cuidados intensivos,


de la teoría utilitarista que un año más cuerpos de guardia, unidades quirúrgicas,
tarde fuera sistematizada por dos profe- e investigaciones médicas en seres huma-
sores de la Universidad de Georgetown, nos, fundamentalmente los ensayos clí-
Thomas Beauchamp, filósofo utilitarista nicos. Esto justifica la gran popularidad
que había formado parte de la comisión, del sistema de Beauchamp y Childress,
y James Childress, deontólogo cristiano, con el cual prácticamente se identificó a
quienes en coautoría publicaron el libro la bioética, a pesar de que junto al prin-
Principles of Biomedical Ethics, texto con- cipialismo, coexistieron otras propuestas
tentivo de la aplicación sistémica de los utilitaristas también como el casuísmo y
principios de beneficencia, autonomía, el pragmatismo clínico que no llegaron
justicia y no meleficencia a las decisiones a alcanzar cotas tan altas de aceptación
en situaciones de conflicto presentes en la como el primero.
atención médica.
Pero la ductilidad del principialismo co-
A pesar de basarse en un sistema de prin- menzó a fallar dentro de la propia com-
cipios, lo que al parecer le confería cierto prensión de la bioética como ética bio-
ropaje deontologista, al conferirle igual médica en tanto demostró su incapacidad
jerarquía a todos ellos, no llegan a esta- para resolver a satisfacción los problemas
blecer una escala ética, lo que evidencia de ética relacional propios de la atención
el interés de los autores por brindar un primaria de salud, los enfermos crónicos y
procedimiento que ofreciera la mejor so- mentales, ejemplos todos donde elemen-
lución de acuerdo con las consecuencias, tos externos a la organización sanitaria,
o sea, es una propuesta eminentemente en particular la cuestión de la equidad, y
teleológica, utilitarista. Al no establecer los modos y estilos de vida, tienen un peso
jerarquía entre los principios, ni siquiera específico muy elevado.
una metodología explícita, Beauchamp El ecumenismo bioético alrededor del
y Childress dejan el campo abierto para principialismo anglosajón comenzó a res-
que las características y circunstancias en quebrajarse en tanto la bioética se exten-
que se toma la decisión aconsejen la op- dió a Europa y posteriormente a Amé-
ción que mejores consecuencias conlle- rica Latina donde las corrientes éticas
ve. Dada la tradición individualista de la neokantiana, marxista y «postmarxista»
personalidad social norteamericana, en la tenían más arraigo y se han constituido
práctica, el llamado principalismo anglo- en verdaderas alternativas.
sajón inclinó el centro de las discusiones
hacia la observancia del principio de au-
tonomía y el procedimiento para ejercer-
La vuelta a Potter
lo, el consentimiento informado. En el año de 1979 en que veían la luz
las ediciones de Principles of Biomedical
Septiembre de 2010

Indudablemente esta propuesta resultó Ethics de Beauchamp y Childress y El prin-


muy atractiva para la toma de decisiones cipio de responsabilidad de Hans Jonas,
en situaciones de conflicto en la práctica también aparecía la primera edición de
16 clínica, en especial en los casos límite pro- una obra cuyo superobjetivo fue la reva-
La bioética de Potter a Potter 109

lorización del aporte de Potter, se trata- una nueva ética científica que combi-
ba de Bioethics. A Textbook of Issues del na la humildad, la responsabilidad y la
profesor de la Universidad de Illinois, competencia, que es interdisciplinaria e
George Kieffer, quién adoptó el térmi- intercultural y que intensifica el sentido
no bioética en concordancia con la visión de la humanidad9.
potteriana. Potter se comprometió con los que sufren
y con el futuro, los que hemos escrito para
Las decisiones éticas son normalmen-
este texto justipreciamos lo que su legado
te conclusiones para guiar acciones
futuras en términos de consecuencias significa para los miles de millones de se-
futuras... ninguna ética previa tuvo en res humanos desposeídos de sus más ele-
consideración la condición global de la mentales derechos, y pese a las urgencias
vida humana y del futuro lejano, mucho y desastres de todo tipo, como nuestro
menos del destino de toda la especie José Martí tenemos fe en el mejoramiento
humana (...)8. humano, en el valor de la solidaridad, y la
resolución de actuar para conjurar el holo-
Hoy día, cuando los enfoques bioéticos
causto ecológico, construir una existencia
en uso acusan sus fisuras, cada vez son
digna y sustentable a las venideras genera-
más los bioeticistas que se percatan de las
ciones, y demostrar con ello que otro mun-
limitaciones del enfoque biomédico de la
do humanista y responsable es posible.
disciplina y vuelven sus ojos al abigarra-
do, un tanto confuso, pero holístico siste-
ma potteriano que tal vez sin proponérse- Bibliografía
lo termina afiliándose a una visión propia 1. Gracia, D. Fundamentos de bioética.
del pensamiento complejo donde conoci- Editorial Eudema Universidad. Ma-
miento y valor se erigen en condiciones drid, 1989.
iniciales de una renovadora comprensión
2. Gracia, D. “El qué y el por qué de la
del sentido y destino de la vida.
bioética”. Cuadernos del Programa Re-
La bioética debiera ser vista –afirma gional de Bioética, Nº 1. Santiago de
Potter: Chile, septiembre de 1995, pp.35-53.
3. Jonsen, A. “El nacimiento de la bioéti-
(...) como el nombre de una nueva dis-
ca”. En: Pessini L. y Barchifontaine C.
ciplina que cambiaría el conocimiento
de P. (Editores). Problemas actuales de
y la reflexión. La bioética debiera ser
vista como un enfoque cibernético de bioética, 4ª Edición. Ediciones Loyola.
la búsqueda continua de la sabiduría, la Sao Paulo, Brasil, 1997.
que yo he definido como el conocimien- 4. LLano, A. “Pasado, presente y futuro
to de cómo usar el conocimiento para la de la bioética”. Conferencia dictada en
supervivencia humana y para mejorar la el III Encuentro de Biotecnología del
Revista Selecciones de Bioética

condición humana. En conclusión, les


Ecuador y I Curso Regional de Biose-
pido que piensen en la bioética como
guridad Quito, Ecuador, junio 7 al 10
de 1999.
8 Kieffer, G. Bioethics. A Textbook of Issues. Rea-
ding, Ma., Addison-Wesley, 1979. Citado por V. R.
Potter, Op. cit., 27. 9 Potter, V. R. Op. cit., 32.
110 José Ramón Acosta Sariego

5. Patrão Neves, Maria do Céu. Funda- 7. Reich, W. T. “¿Cómo surgió el neologis-


mentación antropológica de la bioé- mo bioética?”. En: Pessini L. y Barchi-
tica: Expresión de un nuevo huma- fontaine, C. de P. (Editores). Proble-
nismo contemporáneo. Cuadernos mas actuales de Bioética, 4ª Edición.
del Programa Regional de Bioética Nº Ediciones Loyola. Sao Paulo, Brasil,
2. Santiago de Chile, abril de 1996, 1997, pp. 14.
pp. 11-28. 8. Simón, P., y Barrio, Inés María. Un
6. Potter, V. R. Biotehics. Bridge to the marco histórico para una nueva dis-
Future. Englewood Cliffs, N.J : Prenti- ciplina: la bioética. Artículo especial.
ce-Hall Inc, 1971. Medicina clínica. Vol. 105. Nº 15, 1995,
pp. 583-587.
Septiembre de 2010

16
Enseñar bioética:
cómo trasmitir conocimientos,
actitudes y valores1
Francisco Javier León Correa

Resumen
En este trabajo se presentan experiencias docentes y reflexiones sobre cómo enseñar la bioé-
tica de modo que cumpla con tres objetivos y, a la vez, retos para el docente: entregar cono-
cimientos desde una visión interdisciplinar sobre un ámbito cada vez más amplio y complejo
de temas; modificar actitudes y comportamientos e incidir en la relación profesional de la
salud y paciente, y en el cambio de los modelos de asistencia en salud; y trasmitir los valores
éticos más apropiados y necesarios para los profesionales de la salud y para la sociedad en
general. También se aborda qué valores comunicar a los alumnos y cómo realizarlo, así como
la forma de evaluación en esta disciplina.

Abstract
This work presents teaching experiences and reflections about how to teach bioethics in a
manner that will fulfill three goals, and, at the same time, the challenges for the teacher: to
offer knowledge from an interdisciplinary view about a scope of subjects becoming every day
wider and more complex; to modify attitudes and behaviours and to influence on the health-
patient professional relationship and on the models’ change in health care. The third goal
consists on how to transmit the most appropriate ethic values for the health care professio-
nals and for society in general. It also undertakes which values to communicate to students
and how to carry it out, as well as how to evaluate in this discipline.

Introducción tología2, kinesiología y en otras áreas

L
afines, como trabajo social y terapia ocu-
a bioética se ha incorporado de
pacional3. Quizás es una asignatura aún
modo definitivo a los currículos de
pendiente en sicología, especialmente en
las diferentes carreras de ciencias
todo el campo de la sicología clínica, pero
de la salud en estos últimos años en Chi-
se han dado ya algunos pasos4.
le. Comenzó en medicina y enfermería y
actualmente está en sus inicios en odon-
y odontología, en Santiago (2005), Buenos Aires
(2006) y Lima (2007). Otra iniciativa es la publi-
1 Tomado de la revista Acta Bioethica, Año XIV, cación del boletín Salud Oral y Bioética, del mismo
No. 1, 2008. pp. 11-18. Programa, del que se han editado dos números.
2 Se han realizado ya –promovidos por el Programa 3 Como ejemplo la reciente tesis de Licenciatura
de Bioética de la OPS– tres jornadas de bioética dirigida por la profesora Laura Rueda; Gaete C.
112 Francisco Javier León Correa

Es una disciplina reciente, con algo más de o, meramente, ética filosófica. Las pro-
30 años de evolución, pero cuenta ya con puestas tienden a acercarse a algunos de
un desarrollo metodológico y didáctico esos extremos (1)5, pero la bioética ha
importante. Quizás por su juventud ha es- ido definiendo con bastante precisión su
tado muy abierta a las corrientes pedagó- identidad (al menos conceptual, aunque
gicas más actuales, aunque también puede el consenso no sea unánime o entendido
deberse al reto que representa en sí misma, por muchos) con una mirada más amplia
pues pretende algo nada sencillo: primero, e interdisciplinar y un estatuto epistemo-
entregar conocimientos desde una visión lógico propio, por lo que se supone –y es
interdisciplinar sobre un ámbito cada vez exigible– que el profesor sea capaz de en-
más amplio y complejo de temas; segundo, señar desde la perspectiva clínica y jurí-
cambiar actitudes y comportamientos e in- dica, desde la fundamentación filosófica
cidir en la relación profesional de la salud de la ética y con la metodología y ámbito
y paciente y en el cambio de los modelos propio de la bioética. Además, debe ha-
de asistencia en salud. Finalmente, tras- cerlo de un modo adecuado a las circuns-
mitir los valores éticos más apropiados y tancias culturales y sociales de su propio
necesarios para estos profesionales y para ámbito en nuestro caso, de Latinoaméri-
la sociedad en general. ca bien diferentes de otros (2,3).

Tanto la metodología de enseñanza como El campo de la bioética se ha ido amplian-


la actitud del profesor y la evaluación en do cada vez más desde la ética clínica a las
las asignaturas de bioética tienen un con- cuestiones de ética global y ambiental, y a
tenido formativo al servicio de la transmi- los problemas de la ética de las institucio-
sión de valores, más que en otras discipli- nes y sistemas de salud. El mayor desarro-
nas, y, por tanto, deben adecuarse a una llo en la docencia y en libros y artículos se
estricta ética docente. ha producido en bioética clínica, pero las
propuestas de una bioética global, centra-
El amplio campo de conocimientos da en la supervivencia en un mundo plu-
interdisciplinares de la bioética
ralista y complejo, merecen una reflexión
juiciosa, pensando en la enseñanza de la
No se trara de enseñar ética médica, éti- misma (4). Por lo tanto, existe un amplio
ca en enfermería, deontología profesio- campo de contenidos, tanto por la mate-
nal, aspectos legales de estas disciplinas ria en sí misma como por su abordaje des-
de otras disciplinas.

Gallardo S, Ramírez C. Principios bioéticos en la Hay bastantes propuestas respecto de los


integración social de personas con discapacidad. contenidos que debe abarcar. Francesc
Santiado de Chile: Escuela de Terapia Ocupacio- Abel (5) propone que los objetivos do-
nal, Universidad de Chile, 2006.
4 Además de la inclusión reciente en el currículo
Septiembre de 2010

de algunas escuelas de sicología, se celebraron re- 5 Salomone y Domínguez se centran en la dimensión


cientemente las III Jornadas Interdisciplinarias de singular y el campo normativo de la ética profesio-
bioética, organizadas por el Centro de Bioética de nal, especialmente de los códigos de ética, con la
la Facultad de Medicina y la Escuela de Sicología propuesta de una ética de la responsabilidad como
16 de la Pontificia Universidad Católica de Chile. base de la deontología de las profesiones clínicas.
Enseñar bioética: cómo trasmitir conocimientos, actitudes y valores 113

centes han de orientarse en torno a los tades o por otros motivos académicos o de
tres ejes siguientes: concepción de la bioética, se amplían los
contenidos teóricos. Sin embargo, debe
1. Desarrollo progresivo de la compe- advertirse el objetivo práctico de esta dis-
tencia profesional. ciplina (una muy especial ética aplicada)
2. Armonización entre los valores del co- así como la necesidad de formación de los
nocimiento técnico científico especia- profesionales para la actuación en el ám-
lizado y los valores del conocimiento bito clínico y en los comités de ética.
global y humanístico de la persona.
Diego Gracia propone tres pasos en la
3. La sinergia necesaria entre los objeti-
formación de pregrado en medicina (7,8).
vos de la política sanitaria y la forma
La ética básica, al comienzo, que «debe
como se instrumentan los medios o re-
estudiar con una cierta detención y pro-
cursos para llevarla a término.
fundidad el tema de los juicios morales y
Añadiríamos que, hoy en día, la forma- el modo como pueden fundamentarse»,
ción en bioética es parte de la necesaria con la articulación entre juicios y princi-
competencia del profesional de la salud, pios en un camino de ida y vuelta: «desde
y que un objetivo importanre es propor- los juicios a los principios da lugar al pro-
cionar elementos de juicio a los futuros blema de la fundamentación; y el camino
profesionales para comprender los de- contrario, de los principios a los juicios, al
bates en bioética que se producen en su problema de la metodología». En el pe-
sociedad. ríodo clínico, la ética médica debe ser na-
turalmente clínica o aplicada, y también
El equipo de trabajo sobre la enseñanza la ética profesional o deontología médica
de la bioética de la Asociación de Bioé- debe estar presente antes de terminar la
tica Fundamental y Clínica, en España, formación profesional.
propone seis módulos básicos: historia,
fundamentación, metodología, relaciones Esto exige al docente una permanente
asistenciales, principio y final de la vida, actualización. Todos hemos sido forma-
e investigación. Cada módulo puede im- dos en una disciplina científica, muchas
partirse en tres grados de nivel de cono- veces de manera bastante cerrada a otras,
cimientos: introductorio, medio y de pro- y debemos hacer el esfuerzo de conseguir
fundización (6). Este es el esquema que, una visión multidisciplinar. No se trata de
en mayor o menor medida, se sigue en la que el médico ahora sea filósofo o de que
mayoría de los programas de posgrado o el jurista se trasforme en médico, pero sí
maestría, o en los numerosos manuales de que éste incorpore los fundamentos de la
bioética existentes. Lo que varía es la pro- ética filosófica y los fundamentos de la
porción de contenidos dedicados a una u ciencia jurídica. Por otra parte, el filóso-
Revista Selecciones de Bioética

otra materia. En general, en Chile y en fo debe entender la realidad clínica y los


otros países se tiende a ampliar la parte aspectos científicos de la investigación
de fundamentación y metodología, en de- médica avanzada para aportar –en con-
trimento de la bioética clínica. Quizás por junto– una visión más amplia y más com-
la distribución de la docencia entre facul- pleta de esa realidad.
114 Francisco Javier León Correa

Este es el reto fundamental del docente bién con la investigación realizada en las
de bioética a la hora de trasmitir conteni- tesis de maestría y en las –aún relativa-
dos. No puede reducirse sólo a trasmitir mente escasas– tesis de doctorado sobre
actitudes, a enseñar a deliberar, por im- temas de bioética.
portante que sea esto en su metodolo-
gía, especialmente para entender y sacar Actitudes y comportamientos
experiencias de los casos ético clínicos y en la formación en bioética
en la formación de los estudiantes. Debe
trasmitir, sobretodo en pregrado, conoci- En necesario cambiar actitudes y com-
mientos sobre ética, deontología profe- portamientos e incidir en la relación pro-
sional y legislación, y sobre ética clínica fesional de la salud y paciente y en los
y ética global. modelos de asistencia en salud. Cambiar
actitudes en los estudiantes de medicina
Es mucho el desarrollo conceptual produ- o en los profesionales es bastante más
cido ya en el ámbito académico en Latino- complejo.
américa, adecuado a nuestras sociedades.
Los libros y artículos editados en bioética 1. Conocer a los alumnos
(9) y el desarrollo de la propia investiga-
Por una parte, hay que intentar que su-
ción exigen la puesta al día del docente en
peren algunas actitudes negativas con las
los conocimientos y publicaciones.
que ingresan y que se mantienen también
en bastantes profesionales:
En el posgrado tiene un lugar prioritario
el desarrollo de la capacidad de diálogo y • Mentalidad no sólo científica sino cien-
deliberación morales (10-12) y el apren- tificista: la ciencia lo explicaría todo y se
dizaje de metodologías de análisis de los daría a sí misma las reglas; nadie debe
dilemas éticoclínicos o para la toma de imponérselas y menos desde fuera de
decisiones éticoclínicas (13). Pero tam- la propia ciencia.
bién existe un contenido específico que
trasmitir. Los alumnos deben ser capaces • Intereses económicos, que a veces
de realizar un análisis pormenorizado de pueden sobreponerse al sentido de
los problemas éticos más frecuentes en ejercicio de una profesión basada en
sus distintas especialidades médicas o el servicio a los demás. Esto no es lo
profesionales. Hoy, por ejemplo, existen propio de los estudiantes que ingre-
libros específicos de bioética para la ma- san, más idealistas, pero sí suele estar
yoría de las especialidades médicas reco- presente –por las responsabilidades
nocidas oficialmente y la etapa adecuada que sienten más cercanas– en los que
para su transmisión sería la de formación están terminando su formación o co-
del médico especialista, o la especializada mienzan las especialidades.
de posgrado en bioética. En la medida en • Actitud negativa ante la filosofía y la
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que la educación en bioética se extienda ética clínica: ¿para qué dedicar tiempo
más en el pregrado, tendrán que ser más a la ética, sobre todo cuando se sienten
profundos y especializados los contenidos tan exigidos en las asignaturas clínicas
16 que se impartan en los posgrados, tam- «duras» y no tienen, en ocasiones,
Enseñar bioética: cómo trasmitir conocimientos, actitudes y valores 115

un buen recuerdo de la filosofía que 2. Promover las actitudes


estudiaron en la educación media? y la capacidad de diálogo
Esto, por supuesto, no es igual entre
Sobre todo, las actitudes imprescindibles
estudiantes de posgrados en bioética,
en todo diálogo bioético: «respeto al otro,
en los cuales existe generalmente el
tolerancia, fidelidad a los propios valores,
deseo de formarse en estas materias
escucha atenta, actitud interna de humil-
«filosóficas», precisamente por las li-
dad; reconocimiento de que nadie puede
mitaciones que experimentan en sus
atribuirse el derecho a monopolizar la
propias disciplinas.
verdad y que todos hemos de hacer un es-
• Pasividad en general en la formación fuerzo para ser receptivos, esto es, acep-
académica: les «enseñan» anatomía, tar la posibilidad de cuestionar las propias
fisiología, patología, por ejemplo, y convicciones desde otras posiciones y lo
esperan que también se les «enseñe» razonable de otros argumentos. En otras
bioética. palabras, se necesita la escucha recípro-
Pero también los alumnos traen incor- ca, el enriquecimiento de la competencia
poradas actitudes positivas sobre las profesional interdisciplinar y la autenti-
cuales comenzar el proceso educativo: cidad de los acuerdos. Los dogmatismos
científicos o espiritualistas y las visiones
• Cada vez más, descubren el sentido
reduccionistas son un auténtico estorbo.
social de su propia profesión, con una
La ignorancia convierte en imposible el
preocupación auténtica por la situación
diálogo bioético» (5).
de desigualdad de la atención de salud
en Chile y las enormes diferencias en-
Para promover la educación moral en ge-
tre la medicina privada y la pública.
neral, y la bioética en particular, la discu-
• Tienen una actitud crítica ante la co- sión de dilemas morales puede ser un buen
mercialización de la medicina actual. recurso metodológico. En una época en la
• Tienen curiosidad intelectual y una que urge desarrollar la capacidad dialógi-
actitud abierta al aprendizaje. Algu- ca de las personas para resolver los pro-
nos desean recuperar antiguos intere- blemas sin hacer uso de la imposición o la
ses humanistas que dejaron olvidados violencia, es muy útil conocer este proce-
años atrás. Además, sienten que la dimiento educativo, válido para suscitar el
bioética es algo novedoso. diálogo y para adoptar posturas razonadas
y razonables en el terreno de los valores,
• Los alumnos de primer año, espe- las actitudes y la conducta (14).
cialmente, ven la asignatura de Bio-
ética o de Fundamentos Filosóficos
de la Medicina como las únicas que 3. Acciones educativas para
se acercan a la praxis médica direc- el cambio de actitudes
Revista Selecciones de Bioética

ta en un currículo lleno de materias Señalaré sólo algunas dictadas por la ex-


básicas. Un poco más tarde sienten la periencia más reciente:
falta de preparación ante los dilemas
éticos que empiezan a encontrar en • Adecuar la metodología a los avan-
las prácticas. ces en pedagogía de la ética desde las
116 Francisco Javier León Correa

teorías del desenvolvimiento moral de a los alumnos a los problemas reales


Piaget y Kohlberg, entre otras. de la sociedad. Hay muy buena expe-
riencia con cine (18): «El buen cine
• Interesarnos por los valores que real-
es el arte de contar historias de gente
mente viven los estudiantes de medi-
posible. Más allá de su dimensión de
cina para comprender mejor las posi-
entretenimiento, es un espejo donde
bilidades y los límites de su educación
la gente se busca y quiere mirarse, y
moral (15,16).
a través del cual ve también el mundo
• Participar en su aprendizaje ético clí- que le rodea». Es un instrumento para
nico, estar con ellos en sus prácticas, la enseñanza que pretende acercarse a
a través de tutorías con grupos peque- los interrogantes y la vida de los estu-
ños; fundamentar el aprendizaje en ca- diantes. Usar también comentarios de
sos que descubran no sólo métodos de noticias o informes de prensa, casos
resolución y decisión, sino actitudes en reales que hayan sido analizados por
los pacientes y en los equipos de salud; los comités de ética, con la debida con-
que relacionen lo que enseñamos con fidencialidad, material didáctico espe-
lo que suele pasar en sus prácticas. cífico y claro, entre otros recursos (19).
• Facilitar que puedan narrar sus «ca- Las clases magistrales pueden ayudar
sos». Descubriremos con asombro los a trasmitir contenidos, pero cuando se
numerosos dilemas éticos a los que se trata de cambiar actitudes y trasmitir
ven enfrentados, tanto por la situación valores resultan bastante menos efica-
de los pacientes como de los profesio- ces que el trabajo en grupos pequeños
nales que les atienden como docentes interactuando con el profesor.
clínicos. Tenemos que conocer mejor • En la etapa de residencia es especial-
las situaciones por las que atraviesan mente importante que los estudiantes
para formarles mejor. puedan dialogar con los tutores sobre
• Usar el método del aprendizaje ba- los aspectos éticos de la clínica. Los
sado en problemas para el cambio de alumnos de 4° y 5° año de medicina
actitudes. Unir el aprendizaje clínico tienen todavía la óptica del paciente
con el aprendizaje ético en tutorías más que la del médico ante los pro-
de grupos pequeños, en las cuales se blemas éticos. Los residentes ya no,
complementa la resolución clínica del porque muchas veces ayudan y a veces
caso con la resolución de los proble- «sustituyen» a los médicos en la reso-
mas ético clínicos que van aparecien- lución de muchos dilemas éticos de
do (17). información, consentimiento informa-
do, educación, entre otros.
• Desarrollar tutorías con casos éticos
y clínicos y que el alumno exponga un • Formar también a los formadores, a
caso que le haya sucedido o del que los docentes clínicos. En nuestra ex-
Septiembre de 2010

tenga conocimiento. De esta forma periencia en la Facultad de Medicina


integra la ética con la praxis clínica de la Pontificia Universidad Católica
que esté aprendiendo. Utilizar medios de Chile han sido muy eficaces los cur-
16 audiovisuales diversos que acerquen sos y talleres de ética clínica para do-
Enseñar bioética: cómo trasmitir conocimientos, actitudes y valores 117

centes clínicos. Más de la mitad de los de modo que sea el propio alumno quien
médicos que ejercen como profesores vaya «descubriendo» esos valores, los ma-
o tutores en la facultad, y en los hos- tices que presentan en la acción clínica,
pitales donde los alumnos relizan las las incidencias de cada uno de ellos en la
prácticas, han cursado ya este taller. propia actuación personal.
Nuestros estudiantes sólo cambiarán
sus actitudes si también ven cambios No sirven los mandatos u órdenes, ni si-
en sus docentes clínicos. Damos por quiera la mera demostración de la raciona-
supuesta la importancia de las actitu- lidad de lo que proponemos. Es necesario
des del docente con sus alumnos y la proporcionar indicaciones educativas que
coherencia entre lo que trata de en- sugieran acciones para que el estudiante
señar y lo que practica en la relación las lleve a cabo libremente y, de ese modo,
profesor y alumno (20). se perfeccione como persona individual. El
educador puede proponer no acciones sino
intenciones o campos de acción, no algo
Cómo trasmitimos valores
que el estudiante «debe hacer», sino que
en bioética
debe «querer hacer». Lo importante de la
1. Conseguir que quieran «hacer» acción educativa, al menos en bioética, no
es conseguir que el estudiante haga algo,
Trasmitir y formar en valores. Este es el sino que quiera por sí mismo hacer algo,
reto más importante para un educador porque lo encuentra valioso como futuro
y para un profesor de bioética. Llegar a médico y como persona.
lo íntimo de la formación moral del estu-
diante y ayudarle a incorporar, mejorar o
2. La importancia de los modelos
jerarquizar de un modo mejor los valores
éticos que ya tiene y los que va a ir adqui- Algo esencial para la formación moral son
riendo a lo largo de su carrera. Permitir- los modelos. El «seguimiento» de modelos
le «entrar» en esa «disposición moral de es el medio más común y adecuado en la
ánimo» que Max Scheler define como la niñez y la adolescencia, y sigue siendo vá-
actitud o motivo que nos lleva a querer lido después. Esto convierte la tarea edu-
hacer algo, antes incluso de tener la in- cativa en algo mucho más exigente para
tención de hacerlo, y que sería previa a la todos los que colaboran en la formación
acción moral y a la explicitación de valo- profesional de los estudiantes de medici-
res morales (21). na. Nuestra forma de actuar es la mejor
«clase» que podemos dar a los alumnos.
No es posible cambiar directamente esa
disposición moral esencial del ánimo en Pero no basta sólo con que se proponga
el estudiante, pues sólo conseguiríamos, seguir determinados modelos. Es funda-
quizás, una conducta hipócrita, realizada mental el respeto por la autonomía del
Revista Selecciones de Bioética

de cara a sus profesores, a sus compañeros alumno. Es clave que el propio alumno
o a los pacientes. No porque «explique- participe de su formación como médico,
mos» muy bien cuáles son los valores éti- sin ninguna pasividad, cuestionándose de
cos, el alumno los va a incorporar de modo modo autónomo sus propios comporta-
racional. Se necesita una acción indirecta, mientos y valores.
118 Francisco Javier León Correa

Si en un grupo de tutorías de ética clíni- bertad, o en palabras de Séneca, la única


ca, alguno de los alumnos no participa en libertad es la sabiduría» (25).
el diálogo ético e, implícitamente, recha-
za al profesor y a sus compañeros como La formación de la inteligencia, de la vo-
interlocutores válidos, probablemente es luntad y de los valores éticos es aún más
porque piensa que éstos no tienen nada necesaria en nuestros días, en especial en
que decirle, porque él ya tiene sus valo- el ámbito de la bioética. Es posible edu-
res bien definidos y no quiere cambiarlos car en valores (26). Algunos son comunes
o cuestionarlos. Como profesores debe- a todos en una sociedad democrática, pero
mos conseguir que todos participen de otros tienen que ver más directamente con
ese diálogo racional autónomo, proceso los profesionales que intervienen activa-
imprescindible para lograr una persona- mente en el cuidado de la vida y la salud.
lidad moral adulta (22). Consideramos fundamentales los que es-
tán en la base de los principios bioéticos:
Y aquí pueden ayudarnos mucho esas ca- el respeto a la vida y la salud como bienes
racterísticas metodológicas de la bioética: básicos es un valor que se realiza a través
el diálogo racional como medio de avan- de la no maleficencia y la beneficencia; el
zar en los planteamientos éticos (23), los respeto a los derechos de otros, y en espe-
diferentes métodos de deliberación para cial de los más vulnerables, es uno de los
la toma de decisiones éticas y clínicas y valores fundantes del principio de justicia;
la resolución de casos que ayudan a pro- la madurez moral y la responsabilidad por
fundizar también en la fundamentación las consecuencias de las propias acciones
de las propias convicciones y valores mo- van muy unidas al ejercicio de la libertad,
rales. en el principio de autonomía; poner a la
persona del otro por encima de los legíti-
mos intereses propios, tender a la excelen-
3. Entonces, ¿qué valores? cia en los cuidados de salud, la compasión
Ya hemos hablado de algunos valores y el cuidado de la vida frágil, y la solidari-
que podemos llamar instrumentales, dad individual y social fundamentan, final-
como la capacidad de diálogo, la parti- mente, el principio de beneficencia.
cipación activa, la capacidad de tomar
decisiones autónomas, entre otros. Pero La evaluación en la docencia
éstos no bastan. Debemos promover de bioética
otros, para no «estar rodeados de cien-
Es posible medir el aprendizaje de los
tíficos, intelectuales y profesionales,
contenidos trasmitidos, pero es más difí-
sobresalientes en ciencias y tecnologías
cil evaluar la adquisición de las actitudes
pero deficientes en valores morales,
y comportamientos que forman parte de
culturales y sociales» (24). La univer-
los objetivos docentes, y más aún la incor-
sidad no puede renunciar a su función
poración o profundización en los valores.
Septiembre de 2010

educadora, con el máximo respeto a la


autonomía de los alumnos y profesores. Se han desarrollado y aplicado a la ense-
Debe promover valores, pues «sólo des- ñanza de la ética médica técnicas que ya
16 de la educación es posible ejercer la li- se utilizaban en otros ámbitos de la do-
Enseñar bioética: cómo trasmitir conocimientos, actitudes y valores 119

cencia médica, como los exámenes OSCE ricano. México: Unesco e Instituto de
(27) para medir los comportamientos Investigaciones Jurídicas de la Unam,
éticos, aunque cabe la posibilidad de que 2005.
el alumno realice estos comportamientos 3. LLano A. (editor) ¿Qué es Bioética?
para la finalidad evaluativa y no porque Según notables bioeticistas. Bogotá:
efectivamente los haya incorporado re- 3R Editores, 2001.
flexivamente.
4. Escobar J. (coord.) Elementos para
Se han realizado algunas investigaciones la enseñanza de la Bioética. Bogotá:
con metodología cualitativa para acercar- Universidad El Bosque, 1998.
se a conocer la profundidad del impacto 5. Abel F. “Bioética: diálogo interdisci-
de la enseñanza de la bioética y los cam- plinar”. Cuadernos de Bioética, 1999,
bios en los comportamientos de los alum- 37(1), pp. 11-16.
nos de medicina (28) o en médicos resi- 6. Asociación de Bioética Fundamental
dentes de primer año (29). Quizás uno de y Clínica. La educación en Bioética de
los medios más eficaces sean las propias los profesionales sanitarios. Madrid:
autoevaluciones de los alumnos, ya como Ed. Lormo, 1999.
objeto de investigación cualitativa, como
en un reciente estudio con internos de pri- 7. Gracia D. Fundamentación y enseñan-
mer año en la Universidad Diego Portales za de la bioética. Bogotá: Editorial El
(17), o incluidas en la propia metodología Búho, 1998, pp. 175-183.
de los cursos de ética, con autoseguimien- 8. Cely G. Bioética y Universidad. Bogo-
to sistemático del desempeño estudiantil tá: Centro Editorial Javeriano, Ceja,
en cada sesión de clase en el aula, como 1997.
en un reciente trabajo en la Universidad 9. León FJ. Bibliografía sobre Bioética
de Caldas (30). Éste corresponde a un tra- en los últimos años. 500 recensiones de
bajo participativo, activo y reflexivo sobre libros editados en español. 2ª ed. elec-
el propio comportamiento de los alumnos, trónica. Madrid: Asociación Españo-
valorado a la luz de criterios establecidos la de Bioética, 2007.
en la normatividad institucional, en la De-
10. Gracia D. “La deliberación moral, el
claración de Derechos Humanos, en los
método de la ética clínica”. Medicina
Derechos Constitucionales y en principios
Clínica, 2001, 117 (1), pp. 18-23.
pedagógicos y éticos.
11. Maliandi R. “Ética discursiva y ética
aplicada. Reflexiones sobre la forma-
Referencias ción de profesionales”. Revista Ibe-
1. Salomone G, Domínguez ME. La roamericana de Educación, 2002, 29,
transmisión de la ética: clínica y deonto- pp. 105-130.
Revista Selecciones de Bioética

logía. Volumen I. Fundamentos. Bue- 12. Bellver V. Por una bioética razonable.
nos Aires: Letra Viva; 2006, 173 p. Granada: Comares, 2006.
2. Garrafa V, Kottow M, Saada A, 13. Gracia D. Procedimientos de decisión
(coords.) El estatuto epistemológico en ética clínica. Madrid: Eudema,
de la bioética. Un enfoque latinoame- 1991.
120 Francisco Javier León Correa

14. Cantillo J., Domínguez A., Encinas 23. Lolas F. Bioética. Santiago de Chile:
S, et al. Dilemas Morales. Un apren- Editorial Universitaria, 1998.
dizaje de valores mediante el diálogo. 24. LLano A. (editor) Bioética y educa-
Valencia: Nau Llibres, 2005. ción para el siglo XXI. Bogotá: Ponti-
15. Rego S. A Formaçâo Ética dos Mé- ficia Universidad Javeriana, 2006.
dicos. Saindo da adolescencia com a 25. Melendo T., Millán-Puelles L. La
vida (dos outros) nos mâos. Río de pasión por la verdad. Hacia una edu-
Janeiro: Fiocruz, 2005. cación liberadora. Navarra: Eunsa,
16. Gómez A. I., Maldonado C. E. 1997.
(comps.) Bioética y educación. Inves- 26. Melich J. C., Palou J., Poch C., Fons
tigación, problemas y propuestas. Bo- M. (eds.). Responder del otro. Re-
gotá: Universidad del Rosario, 2005. flexiones y experiencias para educar en
17. Mesina M., León F., Lillo R. For- valores éticos. Madrid: Editorial Sín-
mación en Bioética de estudiantes de tesis, 2001.
Medicina: experiencias del Aprendizaje
27. Florenzano A., Mosso L., Pérez P.
Basado en Problemas en la Universi-
Examen clínico objetivado estructura-
dad Diego Portales. Santiago de Chi-
do en evaluación de ética clínica: ¿es
le: Comunicación en IV Congreso de
posible? Santiago de Chile: Comuni-
Educación Médica, 2007.
cación en IV Congreso de Educación
18. Tomás M. C., Tomás G. M. La vida Médica, 2007.
humana a través del cine. Cuestiones
28. Salas S., (investigador responsable).
de Antropología y Bioética. Madrid:
Análisis del impacto de la enseñanza
Eiunsa, 2004.
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19. Calva R. Bioética. México: McGraw- nicas de alumnos de Medicina. San-
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drid: Tecnos, 1994: pp. 207-214. Caldas, 2006.
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