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La Universidad Distrital y el debate por la matricula cero como garantía del derecho

fundamental a la educación.

Para nadie es secreto que la emergencia sanitaria por cuenta de la pandemia del Covid-
19 ha representado un cúmulo de problemáticas para país que se debate entre conservar
la vida a través del confinamiento y el aislamiento físico, y arriesgar su existencia al salir
a la calle a rebuscarse los medios materiales por medio de los cuales pueda garantizar su
subsistencia. Situación que aqueja principalmente a las familias de menores estratos y es
una evidencia más de las gigantescas brechas de desigualdad, pobreza y exclusión
social de carácter estructural presentes en nuestra sociedad.
Es bajo la consigna de que la elección para los estudiantes de las diferentes IES públicas
del país y sus familias no puede ser “hambre o educación”, que en todo el territorio
nacional se viene levantado la voz de las comunidades universitarias exigiendo al
gobierno nacional, principalmente, que asuman por lo menos durante esta época de crisis
económica, el valor de las matrículas de los estudiantes de las universidades públicas del
país.

Por su parte, el gobierno nacional ha respondido a las exigencias del movimiento


estudiantil y universitario, con una destinación presupuestal de tan solo 97 mil millones de
pesos para ser distribuidos por concepto de apoyo para matriculas, entre las 63
instituciones técnicas, tecnológicas y universitarias públicas del país. Cifra que es a todas
luces insuficiente y que pone nuevamente a las IES a asumir las responsabilidades que el
Estado debería asumir en medio de las actuales condiciones por las que atraviesa la
nación.

En el caso particular de la universidad de la Distrital, el estamento estudiantil en compañía


del profesoral, hemos venido organizándonos y exigiendo matricula cero así como
garantías académicas y de bienestar universitario, especialmente en términos de
conectividad y apoyo alimentario, dos temas esenciales a la hora de enfrentar un
semestre desde la modalidad virtual por los verdaderos y poderosos desafíos que ésta
representa para la comunidad universitaria, más aún cuando el 98% de los estudiantes
pertenecen a los estratos 1, 2 y 3. Es decir, los sectores más afectados por la crisis
económica y social.
Hasta el momento los estudiantes hemos conquistado a través de la presión y la agitación,
que la administración de la universidad garantice de manera parcial y con dificultades, los
apoyos de conectividad y alimentación a cerca de dos mil quinientos estudiantes.
Igualmente, desde el estamento estudiantil, se presentaron diferentes alternativas y
propuestas para que la administración de la universidad, y especialmente, el gobierno
distrital en cabeza de la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, destinara los recursos
suficientes (11.000 millones) que, sumados a los 2600 millones provenientes del gobierno
nacional por concepto de apoyo para matriculas, se aprobara que en la universidad del
distrito capital, la ciudad con mayor músculo financiero del país, y que posee un
presupuesto global para educación en el año 2020 de 3,9 billones de pesos; brinde
matricula gratuita a los estudiantes de la institución para el primer y segundo semestre del
año, tal y como lo han alcanzado universidades en diferentes regiones del país como la
Universidad de Cundinamarca, Unillanos, la UIS, Univalle, entre otras.
Ahora bien, frente a esta solicitud, el pasado 16 de julio, el Consejo Superior Universitario,
aprobó con la participación de la administración distrital, la formulación de una propuesta
que, presentada por la comisión tercera del CSU, permita realizar una reforma al
presupuesto general de la institución a fin de que se destinen los recursos necesarios, en
cifras redondas 11 mil millones, para que sea una realidad la matricula cero en la
institución. Frente a esto, es preciso destacar la importancia que tiene la aprobación de la
matricula gratuita para el semestre 2020-2.
No obstante, es igualmente importante indicar que la forma en que fue aprobada la
matricula cero de esta manera, pone a la universidad en tanto que contribuye a
profundizar el proceso de desfinanciación histórica de la Institución que, para el presente
año, alcanza una cifra aproximada de 88 mil millones de pesos. Esta situación de la
Distrital como la de muchas otras universidades a nivel nacional, obedecen al abandono
de las responsabilidades por parte del gobierno nacional en relación con la actual
situación que aqueja la existencia misma de las Instituciones de Educación Publica en
todo el territorio nacional.
Vale la pena insistir en que el gobierno Duque debe entregar los recursos suficientes para
garantizar matricula gratuita a los estudiantes de las diferentes universidades e
instituciones de educación superior del país, especialmente a aquellas en las que aún no
se les ha resuelto el tema de la matricula. Estos son solo algunos de los síntomas que se
han agravado debido al Covid-19, pero que revelan una cruda y dolorosa radiografía de lo
que es nuestra realidad nacional, en sus diferentes niveles, pero que se deben a la infame
enfermedad del Neoliberalismo, modelo que viene siendo aplicado durante más de 30
años y que hoy nos muestra con mayor claridad que nunca, los gigantescos estragos que
ha causado.
Finalmente, es bueno advertir al gobierno nacional, que el movimiento estudiantil, así
como los diferentes sectores de la sociedad hoy somos más conscientes que nunca, de la
inconveniencia en las políticas que viene desarrollando y que en medio de la contingencia
se han profundizado. La política del no futuro NO para la juventud no prevalecerá. No nos
queda de otra a quienes nos hemos propuesto cambiar las condiciones del país, que optar
por la unidad y la organización para enfrentar las políticas y decisiones que en nada se
corresponden con el clamor y la realidad nacional.

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