Fuentes Académicas vs.

Fuentes Populares

Muchos estudiantes tienen problemas para distinguir entre las fuentes académicas y las

fuentes populares en sus estudios e investigaciones. A menudo los estudiantes se forman el

hábito de hacer un tratamiento muy ligero de los temas para ensayos y proyectos escolares.

Además, las ideas mundanas sobre el relativismo y la inclusividad han influenciado a los

cristianos más de lo que nos damos cuenta, y pensamos incluso que es malo hacer cualquier

distinción entre un trabajo académico y uno no académico. La única distinción válida, muchos

estudiantes creen, es entre los trabajos que son bíblicos y los que no lo son. Esto lleva a

problemas con la calidad general de la educación que los estudiantes reciben. Veamos a

continuación algunas distinciones entre las fuentes académicas y las populares.

Fuentes Académicas Fuentes Populares

Son escritas por especialistas en el campo.
Consideran el tema de manera justa y objetiva
y con mayor frecuencia desde una perspectiva
académica.
Incluyen documentación y soporte (notas al
pie o notas al final).
Consideran los temas en detalle.
Utilizan un lenguaje formal y objetivo. El
objetivo es la precisión de expresar la verdad
exacta de una cuestión.
A menudo se ven simples en términos del
diseño de la página, la portada del libro, etc.
ya que se centran en las ideas como tal.
Son escritas por pastores y evangelistas,
quienes, debido a la naturaleza de su
ministerio son generalistas.
Pueden ser devocionales (animar a los
cristianos a vivir para Cristo) o polémicas
(abogar por el punto de vista del autor usando
la retórica más que la razón). De cualquier
manera, la fuente popular cubre un tema más
a la ligera.
Normalmente no citan sus fuentes y no hacen
notas al pie de página o final del documento.
Ofrecen una visión general y rápida del
asunto.
Usan un lenguaje amigable, familiar, y hace
un llamamiento al lector. Precisión y
formalidad no son importantes.
A menudo utilizan fuentes creativas, barras
laterales, fijaciones coloridas etc., para apelar
al ojo y para atraer la atención del lector.

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 Las fuentes populares no son necesariamente malas en términos de su propósito. De

hecho, las mejores fuentes populares son escritas por pastores o por especialistas que han hecho

el arduo trabajo de lectura e investigación académica, y que han tomado información sólida y la

han destilado para hacerla atractiva a los laicos. Si usted intenta usar fuentes populares para sus

estudios y trabajos de investigación, tendrá los siguientes resultados:

1. Escribirá informes poco profundos que no estarás bien respaldados, y no obtendrá una
buena calificación.
2. Usted se negará a sí mismo la oportunidad de explorar profundamente la verdad en el
área de su tema, por lo que sólo tendrá información superficial para dar a la gente a quien
usted ministra.

Si usted, en cambio, hace uso de fuentes académicas, será capaz, años más tarde, de recordar lo

que ha aprendido, y será capaz de presentar un material simple, claro y relevante para la gente

que le escuchará predicar y enseñar.

Busque y utilice las mejores fuentes académicas para sus estudios (a pesar de que a

menudo son menos divertidos para leer y menos interesantes que las fuentes populares). Consulte

con el profesor de su clase o con otros profesores o personal del seminario.

Aproveche su tiempo de estudio en el seminario para profundizar verdaderamente en la

enseñanza y crecer en el conocimiento del objeto de sus estudios.