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OBJETO, CAUSA Y SOLEMNIDAD

 Objeto: Beneficio jurídico que se pretende obtener con la ejecución del acto procesal.

Dicho beneficio puede ser de dos tipos: material (cosa) o inmaterial (hecho).

Para que una cosa pueda ser objeto de los actos jurídicos, ésta debe:

Ser físicamente posible: esto es, existir en la naturaleza pues no podríamos vender el alma de
una persona; y, ser determinada o determinable, en cuanto a su especie: deben existir
características muy específicas que hagan a la cosa identificable fácilmente, como su peso,
medida, color, número de serie…

Ser jurídicamente posible: esto es, que se pueda comprar, ya que por ley existen cosas que no
pueden ser comercializadas, como lo es el Territorio Nacional, los templos…

Por su parte, los hechos, que también pueden ser materia de los actos jurídicos, son de dos
tipos:

a. positivo: el actuar o hacer, la entrega de un auto, el pago de la pensión alimenticia

b. negativo: implican una abstención u omisión, restricción de acercarse un progenitor a su


descendiente, respecto de cierta distancia

Tales hechos, deben ser siempre posibles y lícitos. "Es imposible el hecho que no puede existir,
porque es contrario a una ley de la naturaleza o a una norma jurídica y que constituya un
obstáculo insuperable para su realización. Es ilícito el hecho que es contrario a las leyes de
orden público o a las buenas costumbres."

Causa: Motivo o razón que inspira la realización del acto procesal.

 Es, para una parte de la doctrina jurídica, uno de los elementos esenciales del acto jurídico,
junto con la voluntad y el objeto. Tradicionalmente se ha considerado que la causa consiste en
la finalidad que cada sujeto persigue al contraer una obligación. También es importante saber
cuál es la causa del contrato para determinar si es lícita.

El contrato que carece de causa o cuya causa es ilícita será inexistente (sólo en el primer caso)
o nulo, dependiendo de la posición doctrinal que se adopte. Se considerará a una causa ilícita
cuando sea prohibida por la ley, contraria a las buenas costumbres o al orden público.

No debe confundirse con esto a la causa en Derecho procesal, que hace referencia al litigio que
se dirime en los tribunales. En ese sentido, «conocer de una causa» significa ser juez en el
litigio.

Solemnidad: en ocasiones, cuando el Derecho lo exige, cumplir una forma solemne, pues no
basta, en ciertos actos jurídicos que existan la voluntad y el objeto, es necesario,
también, "que se celebren ante las personas que la ley señala( funcionarios) y que quienes
intervienen en su celebración pronuncien determinadas palabras o fórmulas, ambas exigidas
por la ley." Y el ejemplo más sencillo, lo es el matrimonio como acto jurídico, mismo que debe
celebrarse entre las personas interesadas (futuros cónyuges) y ante el Oficial del Registro Civil
(funcionario público); radicando la solemnidad, no sólo en que dicho acto tenga verificativo
en torno al funcionario público, sino también en las palabras que tanto éste como los
contrayentes deben pronunciar al momento de la celebración.
Siendo diferente la solemnidad, de la formalidad. La solemnidad, implica no sólo la celebración
del acto jurídico, ante funcionario público, sino también el pronunciar determinadas palabras o
fórmulas. Mientras que la formalidad, es dar a dicho acto jurídico, la forma escrita.
REQUISITOS DE VALIDEZ

VOLUNTAD EXCENTA DE VICIOS

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