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Práctica Psicoanalítica e historia. Luis Hornstein.

INTRODUCCIÓN:

Abarcar una historia es entender tanto lo que permanece como lo que cambia. Es comprender a
la vez coherencia y acontecimientos. Los acontecimientos son tales en tanto puede hacer surgir
nuevas posibilidades de historia.

Confrontar el modo de pensamiento en la época de Freud con el de nuestro tiempo ayuda a que
el psicoanálisis no se convierta en un sistema autosuficiente.

Los paradigmas contemporáneos no son lo que regían cuando Freud elaboró su teoría ¿Qué nos
aporta el horizonte epistemológico actual? La ciencia se constituyó ganándole terreno al azar. La
acumulación de una serie de evidencias cuestionó la visión determinista del mundo.

Su aspecto positivo era la predictibilidad y el negativo, el fatalismo. Entre el determinismo duro y


la reivindicación del azar, los psicoanalistas debiéramos tomar posición acerca de la libertad, la
creatividad, la responsabilidad, la ética.

Pensar la historia es pensar en un determinismo ligado al pasado, pero también es un devenir


relacionado con los acontecimientos que reorganizarán los procesos en curso.

Integrar el azar en el seno del determinismo permite conceptualizar la aparición de lo nuevo. Los
psicoanalistas de todas las corrientes posfreudianas coincidimos en decir que la realidad psíquica
es producto de las series complementarias, pero el desacuerdo comienza ni bien explicitamos
que estatuto teórico y que eficacia terapéutica le atribuimos a cada uno de los elementos de la
serie.

En el posfreudianismo la búsqueda de las terminaciones infantiles se ha convertido en el


encuentro del fatalismo, como si analizar fuera refrendar el destino.

Propondré dilucidar un gradiente desde formaciones de compromiso en las cuales predomina la


repetición, hasta formaciones de compromiso que introducen la diferencia, la creación, la
temporalidad.

Muchas veces el eje de las controversias entre psicoanalistas ha sido si el análisis produce o no
modificaciones de “estructura”, sin dilucidar demasiado lo que entendemos por estructura. La cura
aspira a modificar las relaciones intersistémicas, pero no implica acceder a un ideal previsto y
prefijado de un analizando modelo. Interpretaciones y construcciones permiten que el analizando
se apropie de un fragmento de su historia y reconstruya su sentido.

Freud teorizó acerca de la compulsión de repetición. Y lo que aspiramos es a reemplazar estas


compulsiones por elecciones. El trabajo analítico no está destinado a imposibilitar las reacciones
patológicas, sino a procurar al yo del enfermo la libertad de decidir en un sentido o en otro.

Historia, conflicto, formaciones de compromiso, repetición, transferencia, icc, sexualidad son


fundamentos, herramientas que se utilizan para dar cuenta de la capacidad de un sujeto de
innovar, de inventar, de sustraerse parcialmente a la compulsión a la repetición mediante esa
simbolización historizante que es el análisis.

La historia se hace durante el tratamiento mismo: se apuntala en el pasado, se la apropia y lo


transforma. Lo que se busca es recordar para poder olvidar. Hay un olvido por ausencia de
memoria precc. Y un olvido porque se pasa del principio de placer al principio de realidad y se
introduce otra temporalidad. Una de las maneras para distinguir entre ambos principios es recurrir
a las categorías de la diferencia. El principio de placer tiende a ignorarla y a organizar un campo
en donde el después se presenta como el retorno del antes y la alteridad como identidad. El
principio de realidad, en cambio, respeta la diferencia.

Buscaremos articular los acontecimientos históricos significativos y los montajes fantasmáticos en


los cuales se inscriben. Como interpretó el sujeto lo vivenciado de acuerdo con las causalidades
atribuidas.

Los historiadores contemporáneos sostienen que la historia es el resultado del esfuerzo mediante
el cual el historiador establece vínculos entre el pasado que evoca y su propio presente.

Tanto en historia como en psicoanálisis hay actualmente una revalorización del acontecimiento.
Por eso, acontecimiento o estructura es una falsa alternativa, ya que el acontecimiento en sí
designa una relación. La fantasía y el acontecimiento están estrechamente ligados.

Desde el comienzo de la vida todo sujeto enfrenta ciertos duelos, privilegia ciertos mecanismos
de defensa, compone una realidad vincular. Esas experiencias vividas serán reprimidas, siempre
reconstruidas cuando el recuerdo persiste. Esa historia que construye es suya y sólo suyo. Es de
esta historia que el analista tratará de forjar una nueva versión.

Se trivializa el descubrimiento del icc si no es pensando en su singularidad. A esa singularidad se


accede al actualizarlo en la situación analítica que conjuga la asociación libre con la atención
flotante en un contexto transferencial. El analista tmb es singular.

Intentamos recuperar el pasado olvidado con las preguntas que formulamos desde el presente.

El análisis es un lugar de rescate, pero tmb de producción. La transferencia aproxima tanto como
e posible la repetición y el recuerdo, ya que el pasado es revivido y a través de la interpretación y
la construcción, lo que se repite es recordado y resignificado.

La propia historia del analista interviene y condiciona la marcha de un análisis. La transformación


de un saber teórico en un discurso vivo implica que el analista invista sus intervenciones con un
potencial afectivo que remite a su propia historia libidinal.

Cerca del equilibrio, las leyes de evolución son lineales lejos, los procesos se articular en
disposiciones singulares, susceptibles de cambios cualitativos. Disposiciones que permiten
explicar la novedad sin reducir a una apariencia.

Cuando los sistemas se alejan del equilibrio termodinámico, la mínima fluctuación decide ahora el
futuro. Los sistemas dejan de adaptarse y tienden a nuevos e imprevisibles estado que, por su
alejamiento del equilibrio se llaman estructuras disipativas.

Si ante perturbaciones aleatorias, el sistema reacciona con un aumento de complejidad, es


definido como autorganizador. La ciencia modera confiere al azar un lugar creciente a la hora de
explicar fenómenos complejos.

La oposición entre estructura y acontecimiento ya no es tajante en la media en que una


fluctuación menos tiene un rol esencial en la constitución de la estructura y en su quiebra. Lo
aleatorio interviene en la constitución del psiquismo, en la vida actual de un paciente, y en el
trabajo analítico.
Freud dice que la meta de Eros no es recuperar un estado anterior, sino que apunta a algo que no
había sido vivido.

Actualmente la idea del psiquismo como lo pensaba Freud como un sistema cerrado con una
energía constante es un punto de estancamiento de la reflexión psicoanalítica. Los desarrollos
actuales muestran que un sistema abierto puede conducir, no al equilibrio, sino a una mayor
complejidad.

Todo lo producido por un analizado en la sit analítica puede ser pensado en términos de
formaciones de compromiso, las relaciones de objeto, la imagen de si, los rasgos de carácter, las
inhibiciones, las sublimaciones, etc.

Considerare al síntoma, al sueño y al chiste como los prototipos de formaciones de compromiso.


Representan y conjugan, dentro de cada uno, el más alto grado de las características de la serie
q inauguran.

La compulsión a la repetición es una simbolización repetitiva. El chiste, el jugar, la sublimación,


los vínculos actuales, el humor resultan de procesos creativos. Son simbolizaciones abiertas que
al conjugar pasado, presente y futuro articulan la repetición con la diferencia. 
El chiste es una formación de compromiso. Es un retorno de lo reprimido procesado desde la
Complejidad de una historia identificatoria, que permite desplazamientos simbólicos de los objetos
primordiales. 
Entiende los vínculos actuales como formaciones de compromiso. No hay relación actual
investida que no sea soporte de transferencias y que no remita a la realidad psíquica y por lo
tanto a la historia.
No hay autonomía del yo en relación con su historia libidinal. 
Los mismos conflictos conducen en unos al empobrecimiento libidinal y narcisista, pero en otros,
a formaciones de compromiso correspondientes a la serie del chiste.

LOS ENUNCIADOS IDENTIFICATORIOS (ETEL KACERO)

Enunciados identifiactorios: Son juicios emitidos por otro significativo de quien se depende
afectivamente. Son afirmaciones concretas que dicen que alguien es de determinada manera.
Determinan conductas. Las generalizaciones construirán la identidad mucho más allá de la
situación que las originó. Necesario distinguir: IE directos: Hablan específicamente del sujeto. IE
por ampliación: Es lo dicho sobre un tercero que adjudica en un lugar al sujeto mismo. Son los
más importantes porque al no hablar directamente del sujeto se le hace menos evidente que está
siendo ubicado en algún sentido respecto de esa afirmación. Lo no dicho sobre un sujeto o lo
dicho sobre un tercero tiene a veces más importancia en la construcción de la identidad que lo
que se dice directamente del mismo. Tanto el Yo como el Súper Yo se moldean mediante la
incorporación de rasgos (Imágenes de sí) y de los enunciados. El yo es el término utilizado para
designar la forma bajo la cual el sujeto se representa. El núcleo inicial del yo se forma por la
captación de la propia imagen el cual será reestructurado volviéndose más complejo por las
afirmaciones –en el plano del lenguaje- que se hagan del sujeto. El yo es efecto de la apropiación
de los enunciados identificatorios que sobre el pronunciaron los objetos investidos. El pasaje de
un registro (Acto concreto) a otro (a la categoría general) se llama transposición categorial. El
nexo es arbitrario. De una situación limitada saca una conclusión general acerca de la identidad
global del sujeto. En ella reconocemos el peso del lenguaje y la palabra del otro significativo. Una
vez congelada la identidad bajo estas categorías/etiquetas, las nuevas acciones van a caer en
esa misma etiqueta. Por el proceso de la TC el niño adquiere una forma de organizar la
experiencia. No lee conductas aisladas sino identidades globales. El prejuicio racial muestra la
TC: Color de piel –puro significante- queda soldado a una categoría valorativa (Significado). Todo
proceso de socialización constituye una interminable serie de TC. A partir de una generalización
se pasa a un discurso totalizante. Ese discurso preexiste y determina la visión del mundo y de sí
mismo. La creencia/premisa actua como punto de partida y moldea los datos. La premisa general
se vuelve matriz y va a determinar múltiples convicciones subsidiarias.Las palabras son bloques
ofrecidos por la cultura para hablar de la realidad. Llevan incluidos creencias. Son verdaderos
almacenes de significado y producen efectos de sentido. La identidad supuesta por el otro
significativo tiene un papel estructurante por haberse constituido en premisa general. Se genera
una creencia a pesar de que no sea válida para todos los casos. Esto se debe al peso que posee
el lenguaje. La palabra es acción que atraviesa y estructura. Si hay falta de palabra se genera un
vacío porque no hay enunciados identificatorios para atravesar la existencia y darle forma. Las
reglas se adquieren en la cotidianidad. En terapia se busca cambiar la regla que el sujeto usa
para juzgar las posiciones posibles. Es un contexto para desplegar el proceso de des construir lo
congelado.

“La linealidad del tiempo y su no- integración en el esquizofrénico” Husain

La dimensión temporal y el desarrollo cronológico son inseparables de la noción de historia, por


esta razón que las perturbaciones de la organización temporal como aparecen en el seno de la
psicosis se manifiestan de manera más evidente en el TAT como en el Rorschach.

Los autores Blatt y Wild en su libro “Esquizofrenia. Un análisis del desarrollo mental”, permiten
concluir acerca de una desorganización temporal en la esquizofrenia, lo evocan a una ausencia
de la noción de pasado. La misma constatación hace referencia otro autor, Recamier, que dice
que el esquizofrénico aborda al otro sin referencia y sin pasado como si él y el otro fueran los dos
únicos ejemplares de la raza humana. Suspendido en un tiempo sin duración, el esquizofrénico
no tiene historia, ni la suya cuenta ni la de la raza y ni de la cultura.

Blatt y Wild subrayan el rol decisivo que juegan las primeras experiencias de gratificación de las
necesidades nutricias por un objeto externo que contribuyera al sentimiento de confianza
fundamental y la experiencia de la temporalidad, esto engloba la capacidad de anticipación,
predicción y de organización así como la comprensión de la causalidad y de la continuidad. La
experiencia de la espera y la duración está ligada al descubrimiento del no-yo que lo circunda.

Tiempo y Orígenes

La articulación entre temporalidad e identidad se traducen a través de las concepciones que el


sujeto construye a propósito del nacimiento mismo de esta identidad, de sus orígenes. De allí
que la historia del esquizofrénico se anuda entorno a graves distorsiones del enunciado “ausencia
del deseo del niño” y “exclusión del deseo del padre”.

Los temas de nacimiento más o menos bizarros y la necesidad constante de fijar hitos temporales
más o menos absurdos ilustran de manera sorprendente su búsqueda de origen, de su
naturaleza, de su sentido.

Diversos aspectos de la problemática de los orígenes


1. El origen reenvía a la vez a la especie y a la continuidad. Un trabajo precedente dedicado
al Rorschach de los esquizofrénicos permitió mostrar diversas confusiones a lo que se
refiere a las características específicas de la especie humana y en general.
Se llegó al hecho de que los esquizofrénicos no pueden integrar características propias de
la especie humana ni pueden pensar en sus historias.
2. El origen reenvía a la noción de filiación. Recamier resalta que la procreación en los
esquizofrénicos no es solo la del objeto sino también la de ellos mismos. Si el rorschach
de los esquizofrénicos muestra respuestas frecuentes que se refieren al
autoengendramiento, por otro lado el TAT pone en evidencia de manera impactante su
desconocimiento de las relaciones de filiación.
3. El origen reenvía a la diferenciación sexual a través del fantasma de la escena primitiva,
matriz de la situación triangular.

El pensamiento sobre el origen está comprometido en el esquizofrénico dado que este tiene un
valor ontogénico y filogenético según Freud. En tanto pensamiento sobre el nacimiento y la
filiación, en tanto pensamiento de doble descendencia (paterna y materna), en fin en tanto primer
recuerdo, primera construcción mítica y primer relato de la historia del individuo.

Las aberraciones del pensamiento respecto del origen van a teñir la visión que el esquizofrénico
se hace del tiempo y de su desarrollo.

Tiempo y Reversibilidad

El tiempo del esquizofrénico tal como aparece a través de los relatos del TAT, lleva la marca de
una reversibilidad desordenada en el sentido de una posible vuelta atrás distinta de la circularidad
que lleva a la repetición del ciclo y preserva el aspecto desenvolvente del tiempo.

El objeto de cuestionamiento del esquizofrénico es saber si el hecho ha tenido lugar, tiene o


tendrá lugar. Se asienta sobre el sentido en tanto dirección no en cuanto a la historia.

La reversibilidad da cuenta de la inversión entre fin y comienzo, y la anticausalidad del tiempo


esquizofrénico permite la inversión de la causa y del efecto, dos constataciones que se observan
en el funcionamiento exhibicionista.

Tiempo y Doble Articulación

Un trabajo reciente dedicado al TAT de los esquizofrénicos permitió constatar su dificultad de


manejar esta doble articulación del tiempo “en todo desarrollo secuencial, un antes se definió en
relación a un después y este después será igualmente un antes respecto de otro después”.

La observación repetida y comparada en numerosos protocolos de psicóticos nos lleva a


constatar que los saltos en el tiempo se encuentran sobretodo en personalidades pre-
psicóticas y otras estructuras psicóticas no esquizofrénicas.

La evidencia de este signo patológico en los pre-psicóticos se explica por su percepción del
carácter bizarro de su pensamiento y por los esfuerzos de poner las cosas en su lugar. El
problema de la doble articulación presente-pasado, presente-futuro, en el esquizofrénico parece
situarse más en relación a la noción misma de duración del relato.

Tiempo y Metarepresentación
Los relatos del esquizofrénico muestran un sujeto que no habla de un tiempo imaginario sino de
un tiempo real, que se desenvolvería delante de sus ojos. El pasado, presente y el futuro no son
potenciales sino realidades.

En el TAT de los esquizofrénicos no hay un sujeto real y un protagonista ficticio. Hay un sujeto y
un protagonista y los dos son a la vez reales y ficticios o a veces reales, o a veces ficticios.

Es el flujo de las identidades que demuestra la no adquisición de “existencias durables”.

Conclusión

La realidad puede ser a la vez una cosa y su contrario, lo que testimonia una tolerancia a la
simultaneidad de las percepciones que en principio se excluyen. En la verdadera simultaneidad
las imágenes se superponen en el espacio y en el tiempo. Los autores llaman la atención sobre el
hecho de que la percepción de los objetos, en la esquizofrenia, puede aún ser preservada
mientras que la capacidad de conceptualizar de modo real las relaciones entre objetos en función
de marcos de referencia constituida por el tiempo, el espacio y la causalidad está gravemente
perturbada.

La no integración de la linealidad del tiempo en el esquizofrénico se muestra como una de las


traducciones posibles de su prueba de realidad desordenada.

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