La familia

La familia es la célula principal de la sociedad, es donde se aprenden los valores y la práctica de éstos

constituye la base para el desarrollo y progreso de la sociedad. Es, quizá, el único espacio donde nos
sentimos confiados, plenos; es el refugio donde nos aceptan y festejan por los que somos, sin importar la
condición económica, cultural, intelectual, religión o preferencia sexual. La familia nos cobija, apoya, nos
ama y respeta. El concepto no sólo se centra en los lazos consanguíneos, nuestra familia puede ser el
grupo de personas con el que nos sentimos protegidos, amados y felices.

Puede que haya momentos en los que se hayan roto ciertas cosas, pero mi familia siempre es mi origen y
mi destino. Un grupo de aliados, de personas imperfectas, que pueden luchar juntos contra lo que venga,
sea viento o sea marea.

Aunque, no todo respecto en la familia es color de rosa, hay veces en que tú misma sangre te traiciona y te
da una apuñalada por la espalda, y es ahí donde comprendes que familia no solo hay una ni de un solo tipo,
cualquier persona que te acepte tal y como eres, y que este tanto en las duras como en las maduras, lo
llegas a considerar como tu familia sin importar que no lleven la misma sangre, sino lo que importa es que
llevan los mismos sentimientos, porque en ninguna parte del mundo está escrito que la familia
obligatoriamente es aquella que lleva tus mismos genes.

Muchos no tienen una familia completa según los estereotipos de la sociedad , algunos solo tienen una
madre, primo, tío o abuelo, pero a raíz de ello lo poco que tienen unos puede valer más que lo que otros
aparentan, por el hecho de que lo que importa es la calidad antes que la cantidad.

No solo necesitamos a la familia para las malas experiencias si no que no hay nada mejor que compartir
las alegrías con ellos.

La familia se basa en el cariño, la comprensión, el respeto, el perdón, se basa en tropezar pero nunca
dejar caer.