Trastorno bipolar tipo

La policía lleva al servicio de urgencias al señor Camilo, soltero, de 21 años y estudiante de

ultimo curso de escritura creativa en una universidad de la “Ivy League”, por haber
provocado un altercado en una tienda de ordenadores. El ánimo aparece irritable y expansivo
al relatar, orgulloso, que ha estampado un ordenador contra el suelo porque el encargado se
negó a contratarlo como consultor publicitario (empleo que no estaba en oferta). El Sr.
Camilo habla aceleradamente, tiene fuga de ideas y muestra distraibilidad al describir que la
campaña que él diseñó la semana anterior va a revolucionar no solo la comercialización de
ordenadores, sino también la de otros bienes de consumo. Dice que no tiene sueño a pesar de
llevar 1 semana durmiendo 2 horas por las noches, pero admite que, desde hace unos días,
oye la voz de Steve Jobs, que le sugiere ideas para una campaña publicitaria de ordenadores.
El Sr. Camilo dice que tuvo un episodio depresivo mayor, de 1 mes de duración, en el
instituto, y que se trató eficazmente con psicoterapia. Admite haber bebido demasiado
algunas veces y haber fumado marihuana los fines de semana cuando estaba en primero, pero
explica que no ha consumido alcohol ni drogas en los últimos 3 meses. Su padre había sido
ingresado brevemente por un problema psiquiátrico desconocido a los veintipico años y
murió a los 35 al estrellarse en la carretera.

El Sr. Camilo cumple los criterios del trastorno bipolar I, episodio maniaco actual, con
características psicóticas. Además de la psicosis (alucinaciones auditivas y delirios de
grandiosidad), su conducta está lo bastante perturbada como para haber tenido que ser llevado
a la sala de urgencias por las autoridades, lo que indica una disfunción grave y, en
consecuencia, que se trata de un episodio maniaco y no hipomaniaco. El género masculino,
el inicio en la juventud, la posible historia familiar de trastorno bipolar, la presencia de rasgos
psicóticos y la existencia de un episodio depresivo mayor son elementos habituales del
trastorno bipolar I, aunque no requisitos diagnósticos de este.
 Trastorno bipolar tipo

La Sra. Sonia, estudiante universitaria de segundo curso y con 18 años de edad, se queja de
depresión desde hace 1 mes por estrés académico (se acercan los exámenes finales). El clínico
determina que tiene tristeza, anhedonia, insomnio, mala concentración (problemas para
estudiar) e ideas pasivas de muerte. La Sra. Sonia comenta que la mayoría de estos síntomas
predominan por la mañana y persisten hasta primera hora de la tarde. El entrevistador
pregunta: «¿Difiere mucho su ánimo entre después de comer y el atardecer?». La Sra. Sonia
responde que por tarde y la noche está más irritable que triste. El clínico pregunta: «¿Qué
hace por las noches?». La paciente responde que se queda hasta tarde estudiando (mayor
actividad pragmática) y tratando de hacerlo todo, pero no termina las tareas (distraibilidad),
le cuesta hilar el pensamiento (fuga de ideas), se levanta a menudo de la mesa y pasea
(agitación psicomotora) y pasa casi todo el resto de la noche teniendo relaciones sexuales
con un estudiante de posgrado casado (impulsividad). El entrevistador inquiere entonces:
«¿Cuánto duerme?», a lo que la Sra. Sonia responde solo 3 horas cada noche, lo que es muy
inferior a sus 8 horas basales. El entrevistador pregunta: «¿Tiene sueño durante el día?», a lo
que ella responde que está bien despierta todo el día, sin ningún sueño (lo que indica menor
necesidad de dormir) y sin tomar cafeína ni otras sustancias. A la pregunta «¿Desde cuándo
son así sus tardes y noches?», la Sra. Sonia contesta que desde hace 1 mes. Además, en
respuesta a las indagaciones del entrevistador, niega tener antecedentes de psicosis, ingresos
psiquiátricos o consecuencias graves en relación con los citados síntomas de ánimo elevado.
Finalmente, el entrevistador pregunta: «¿Hay en su familia alguien que tenga trastorno
bipolar o que sea maniaco-depresivo?». La Sra. Sonia dice que su padre estuvo tomando litio
de manera intermitente varios años, antes de irse con su secretaria cuando ella tenía 13 años.