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2 Corintios 8: 1-9
Introducción:
Estamos viviendo una magnifica oportunidad para mostrar el amor y generosidad que el Señor
Jesucristo ha puesto en nuestros corazones. Sin embargo no se trata solamente de dar, es necesario
examinar las razones por las que debemos dar y cual es el fin de la generosidad y amor al prójimo. Las
ultimas noticias de personas que sabemos se salvaron del momento de la erupción, pero que después
fallecieron nos hacen entender que las personas no solamente necesitan de provisiones y de un techo, la
necesidad real de todos los seres humanos sigue siendo latente: “Necesitan a Jesucristo en sus
corazones para obtener la salvación”. Veamos algunos principios para la generosidad...
I. Los que menos tienen son los que mas dan. v. 1-2
Esto es algo común, pero que no es regla general. También he visto gente pudiente ser generosa. El
apóstol Pablo pone como ejemplo a las Iglesias de Macedonia (Filipos, Tesalónica y Berea, pertenecían
a esta región) v. 1 y Acaya cap. 9: 2.
1. Pablo llama a la generosidad de ellos como una gracia de Dios. El ser generoso es un don y ha
sido dado por Dios para algunos. Pero para los que no tienen el don, la generosidad debe
convertirse en una disciplina.
1. Generosidad sacrificial v. 3
2. Rogaron el privilegio de participar en servicio para los santos. v. 4 (porque ellos sabían lo que
era la necesidad)
3. Se dieron a sí mismos.
a. primero al Señor
b. después al prójimo
El Señor Jesucristo no solo quiere tus pertenencias, quiere tu corazón. Te quiere a ti, porque cuando te
tenga, Él tendrá todo de ti. (ilustración del jefe apache y el predicador). El regalo sin el que lo regala no
tiene merito.
III. Terminar con gozo nuestro servicio de generosidad. v. 6-8
1. es importante poner a recaudar los recursos a personas confiables. (Tito había sido aceptado por
los Corintios y tenia una muy buena reputación)v. 6
2. si abundamos en otros dones del Espíritu Santo, debemos también abundar en generosidad. v. 7
3. la generosidad no debe ser una orden, es motivada por el entusiasmo de otros y el amor sincero
al prójimo. v. 8
el fin de la generosidad no es solo dar a la necesidad material del ser humano, eso es la mitad de lo que
hay que hacer. El fin de la generosidad es entregarse a si mismo con el propósito de salvar al
necesitado.