TALLER CAMINAR DESDE CRISTO – TESTIGOS DE AMOR

CANCIÓN: TU MODO – CRISTÓBAL FONES, SJ

“Quien ha encontrado verdaderamente a Cristo no puede tenerlo solo para sí, debe anunciarlo”

¿Cómo puedes usar las experiencias que has tenido con Dios
para llevar a que otros recuperen y preserven su dignidad de
hijos de Dios?

Los consagrados evangelizan con el

testimonio de una vida totalmente entregada a Dios y a los hermanos en los que se reconoce el rostro de Cristo.
Si verdaderamente hemos partido de la contemplación de Cristo, tenemos que saberlo descubrir sobre todo en
el rostro de aquellos con los que Él mismo ha querido identificarse:

¡No es una invitación a la caridad, es la muestra

Mt 25, 35 – 36
de la fidelidad de la Esposa con Cristo!

Invitación del Papa: Reconocer en la persona de los pobres una presencia especial de
Cristo que impone a la Iglesia una opción preferencial por ellos.

Pobre: Aquel que sufre una condición de vulnerabilidad en alguno de sus derechos como
persona humana.

Formas de Pobreza Actual: Sin sentido, Droga, Abandono en la edad avanzada o en la

enfermedad, discriminación social.

LA MISIÓN SE CONVIERTE EN UN SERVICIO A LA DIGNIDAD DE LA

PERSONA HUMANA
 DESARROLLO Y RETOS DE LA
EVANGELIZACIÓN

DESAROLLO RETOS

Anuncio del Servir a la Difundir la Codicia de los Idolatría de

Ansia de placer
Evangelio vida Verdad bienes poder

¿Qué características debe tener una joven consagrada de estos tiempos?

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 En buena parte el futuro de la vida consagrada, de su misión y del instituto se apoya
en la inmediatez de la fe de sus jóvenes, en los sueños que gozosamente van
construyendo y la docilidad con la que permitan ser instrumentos de cuanto el Espíritu
quiera confiarles.
Dirijamos la mirada a María, ella la primera consagrada que vivió a plenitud la caridad. Lee Rm 12, 9-13 y escribe
qué tiene ella para enseñarnos sobre el ejercicio de la misión:

CONCLUSIÓN: Para confirmar estas orientaciones, deseamos tomar las palabras de San Juan Pablo II, porque en
ellas encontramos el estímulo y la confianza que tanta falta nos hace para afrontar un compromiso que parece
superar nuestras fuerzas:

“Un nuevo siglo y un nuevo milenio se abren a la luz de Cristo. Pero no todos ven esta luz. Nosotros tenemos el
maravilloso y exigente cometido de ser su reflejo… Ésta es una tarea que nos hace temblar si nos fijamos en la
debilidad que tan a menudo nos vuelve opacos y llenos de sombras. Pero es una tarea posible si, expuestos a la
luz de Cristo, sabemos abrirnos a su gracia que nos hace hombres nuevos”