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El Convenio de Rótterdam

El 11 de septiembre de 1998 España al igual que la Comunidad Europea y el resto


de Estados Miembros, firmaron el Convenio de Rótterdam sobre el procedimiento
de consentimiento fundamentado previo (CFP) aplicable a ciertos plaguicidas y
productos químicos peligrosos objeto de comercio internacional. Entró en vigor el
24 de febrero de 2004 y España lo ratificó el 2 de marzo de 2004.
El objetivo del Convenio es promover la responsabilidad compartida y los
esfuerzos conjuntos de las Partes que integran dicho Convenio en la esfera del
comercio internacional de productos químicos peligrosos.
El principio fundamental del Convenio es que se pueden exportar productos
químicos prohibidos o rigurosamente restringidos incluidos en su Anexo III sólo si
se cuenta con el consentimiento fundamentado previo (PIC) de la Parte
importadora. Se ha establecido un procedimiento para obtener y difundir una
decisión oficial de los países importadores acerca de la voluntad de estos países
de recibir o no en el futuro envíos de un determinado producto químico, y para
garantizar que los países exportadores se atienen a esas decisiones. Actualmente
hay 43 productos químicos en el Anexo III: 32 plaguicidas (incluyendo 4
formulaciones plaguicidas extremadamente peligrosas) y 11 productos químicos
industriales.
Otro pilar básico del Convenio es el intercambio de información entre las Partes.
Así, se obliga a los países que tienen previsto exportar un producto químico cuya
utilización esté prohibida o rigurosamente restringida en su territorio, a informar al
país importador de que se va a efectuar una de tales exportaciones, antes del
primer envío y, a continuación, cada año, mediante el procedimiento que se ha
dado en llamar Notificación de Exportación.
Se puede obtener más información del procedimiento PIC en la página oficial del
Convenio de Rótterdam, donde además se puede descargar el texto del Convenio
de Rótterdam.

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