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¿QUÉ SON LOS ORGANISMOS TRANSGÉNICOS?

Se conoce como organismos transgénicos u organismos modificados genéticamente (OMG)


a todos aquellos seres vivientes cuyo material genético ha sido adulterado por intervención
humana como fruto de la ingeniería genética. Esto puede implicar la selección artificial (el
cruce controlado de especies) o bien técnicas de inserción de genes en el genoma de
una especie (conocidos como transgénesis o cisgénesis).

Los organismos modificados genéticamente suelen ser microorganismos como bacterias o


levaduras, pero también especies animales y vegetales, que sirven de insumo para estudios
científicos experimentales, o como fuente de los llamados alimentos transgénicos,
cuyo consumo puede bien ser una solución al tema del hambre en el mundo, o una
catástrofe para la biodiversidad del planeta.

La producción de este tipo de seres vivientes y su comercialización o distribución mundial


se da bajo control de lo establecido en el Protocolo de Cartagena de Bioseguridad (2000) y,
a menudo, constituye casos de reflexión por parte de la comunidad científica y política en
lo concerniente a posturas éticas y morales que este tipo de manipulaciones genéticas ponen
sobre la mesa.

TIPOS DE ORGANISMOS TRANSGÉNICOS

En principio, podemos distinguir tres tipos de organismos transgénicos producidos en la


actualidad:

 MICROORGANISMOS TRANSGÉNICOS: Se trata


de levaduras, hongos y bacterias, generalmente, empleadas en la obtención de
sustancias médicas y alimenticias de gran importancia. Antes de que este tipo de
técnicas fueran descubiertas, por ejemplo, la producción de insulina para uso
humano era muy difícil y costosa; pero gracias a la manipulación genética, se la
puede obtener a partir de bacterias cuyo genoma ha sido manipulado para insertar
genes de proteínas humanas.
 ANIMALES TRANSGÉNICOS: Los animales transgénicos suelen estar
destinados al uso de laboratorio, ya sea para la comprensión de las dinámicas
genéticas de la vida, o para la obtención de proteínas humanas o de alimentos
transgénicos. Por ejemplo, tras estudiar la hormona del crecimiento de los ratones y
lograr manipularla para obtener ejemplares de mayor tamaño, se pudo generar
bovinos de mayor masa y crecimiento más veloz, para alimentar así la industria
cárnica de manera más eficiente o generar vacas de mayor capacidad generadora de
leche, para la industria láctea.
 PLANTAS TRANSGÉNICAS: Las plantas transgénicas suelen ser cultivos
alimenticios, y se las ha modificado para maximizar su producción frutal, para
resistir a ambientes más extremos o a productos pesticidas que antiguamente las
dañaban. Muchas de estas especies transgénicas se cosechan para la industria
del biocombustible.

¿CÓMO SE OBTIENE UN ORGANISMO TRANSGÉNICO?

Las especies cruzadas o híbridas son comunes desde hace tiempo, sobre todo en algunas
especies frutales (limón, manzana, etc.) y en el caso de los mulos (híbridos de burro y
caballo). Sin embargo, los híbridos son siempre estériles, incapaces de engendrar nuevos
individuos con su genoma.

Hoy en día existen diversas técnicas para insertar o suprimir genes en el genoma de
las células de una especie, y lograr que sean heredables. Por un lado, se pueden inyectar los
genes deseados mediante aparatos especializados dentro del núcleo celular, o bien se
pueden emplear otros seres vivos dotados de capacidad para transferir genes, como ciertos
tipos de virus (lentivirus) y bacterias (como la Agrobacterium tumefaciens).

Este tipo de transferencias puede darse entre especies muy distantes entre sí, o con mayor
facilidad entre especies cercanas, como dos variedades de papa.

VENTAJAS DE LOS ORGANISMOS TRANSGÉNICOS

Los organismos transgénicos nos brindan la enorme ventaja de poder obtener herramientas


biológicas o bioquímicas que de otro modo sería difícil conseguir, lo cual es sumamente
benéfico para el avance de la medicina moderna, de la industria farmacológica y para
la tecnología de alimentos.

Especies animales o vegetales que producen más alimento de manera más rápida pueden


ser la solución a problemas de escasez y de hambre en el mundo, y representan además un
gran paso en la comprensión de las dinámicas de la genética y la herencia por parte de
la biología.
DESVENTAJAS DE LOS ORGANISMOS TRANSGÉNICOS

Las semillas transgénicas podrían reemplazar a las naturales o sin modificar.

No todo es perfecto en el mundo de los transgénicos. Por un lado, los efectos de los


transgénicos sobre la salud y alimentación humanos son motivo de debate, ya que algunos
afirman que podrían estar vinculados directamente con el aumento en el índice de
incidencia en diversas dolencias y enfermedades, aunque no existan aún conclusiones
definitivas en la materia.

Por otro lado, el riesgo que las especies modificadas representan para las especies naturales
podría ser un golpe enorme a la biodiversidad del planeta. Las grandes corporaciones que
manejan productos transgénicos como semillas modificadas genéticamente para crecer más
y mejor con menos agua, hacen lo que sea por introducir sus productos en el mercado
mundial, garantizando resultados inmediatos y rentables a los productores locales. De ese
modo, las semillas modificadas terminan reemplazando a las variantes naturales o sin
modificar, lo cual es una competencia injusta que podría conducir a la extinción a variantes
del maíz, el trigo o el sorgo que crecen más lento y rinden menos, pero que han existido así
desde hace millones de años.

EJEMPLOS DE ORGANISMOS TRANSGÉNICOS

Algunos ejemplos conocidos de organismos transgénicos son:

 El primer alimento genéticamente modificado fue en 1994 el tomate Flav Savr, que
se descomponía a un ritmo mucho más lento que el ordinario, permitiendo su
recolección más próxima a la madurez (y no antes, previendo el tiempo de envío), lo
cual les daba mayor sabor y más nutrientes.
 El arroz dorado, es manipulado para generar precursores de la vitamina A, lo cual
hace de este grano un alimento nutricionalmente reforzado mediante intervención
genética.
 El salmón de AquAdvantage es un tipo de pez salmón del Atlántico al que se le han
insertado genes del salmón del Pacífico y del abadejo, para obtener una versión de
mayor tamaño que crece durante todo el año (y no sólo en verano y primavera).
 Los mosquitos GM, resistentes a la malaria o al dengue, fueron creados en 2010
como parte de la estrategia de erradicación de esta enfermedad.
DIAGNÓSTICO DE UNA ENFERMEDAD GENÉTICA
Los avances en el estudio de los mecanismos de la genética en lo relacionado con las
enfermedades permiten el desarrollo de pruebas de diagnóstico precoz, nuevos tratamientos
o intervenciones para evitar la manifestación de la enfermedad o para minimizar su
gravedad. Este capítulo brinda información sobre la importancia de los síntomas clínicos
que pueden indicar una enfermedad genética, los antecedentes familiares, las diferentes
aplicaciones de las pruebas genéticas y los diferentes tipos de enfermedades genéticas.
Las mutaciones pueden ser heredadas o pueden desarrollarse como respuesta a factores
negativos del medio ambiente como virus o toxinas. El objetivo principal de este manual es
usar esta información para tratar, curar y, de ser posible, prevenir el desarrollo de
enfermedades.

ANTECEDENTES Y EXÁMENES FÍSICOS


El diagnóstico de enfermedades genéticas implica un examen clínico integral que consta de
tres elementos principales:
1. Examen físico;

2. antecedentes familiares detallados; y

3. pruebas clínicas y de laboratorio (si corresponde y si están disponibles).

Si bien un médico general o de cabecera no siempre tiene la capacidad de determinar el


diagnóstico definitivo de una enfermedad genética, su función es esencial en recopilar los
detalles de los antecedentes familiares, evaluar la posibilidad del desarrollo de una
enfermedad genética tras un diagnóstico diferencial, ordenar las pruebas médicas necesarias
y, si es adecuado, remitir al paciente a un especialista en genética si está disponible.
ALERTAS QUE INDICAN ENFERMEDADES GENÉTICAS
Existen varios factores que indican la posibilidad de una enfermedad genética en un
diagnóstico diferencial. Uno de los factores principales es la detección de una afección
común entre los miembros de una familia tras analizar los antecedentes familiares. La
repetición de incidencias o condiciones como múltiples abortos espontáneos, niños nacidos
muertos o muertes infantiles en más de un miembro de la familia (en particular, en
parientes de primer grado) puede ser un signo de enfermedad genética. Además, los
antecedentes familiares de afecciones comunes en adultos (como enfermedades cardíacas,
cáncer o demencia) que se dan en dos o más miembros de una familia a edades
relativamente tempranas también pueden indicar una predisposición genética.
Otros síntomas clínicos que pueden indicar enfermedades genéticas son retrasos en el
desarrollo, retrasos mentales o defectos congénitos. Las dismorfologías (condiciones físicas
anormales) y los problemas de crecimiento pueden sugerir un trastorno genético. Si bien
estas condiciones clínicas pueden ser causadas por diferentes factores, el componente
genético debe tenerse en cuenta como parte del diagnóstico diferencial, más aún cuando el
paciente manifiesta diferentes aspectos clínicos que en conjunto indican la presencia de un
síndrome (como un retraso mental, rasgos faciales anormales o defectos cardíacos).
Algunos rasgos físicos como ojos caídos u ojos bien separados entre sí, dedos cortos o
grandes estaturas pueden aparentar ser únicos o distinguirse de otras personas. Si bien estos
simples rasgos no necesariamente sugieren la presencia de una enfermedad genética para el
médico de cabecera, un especialista en genética puede evaluarlos y ayudar a detectar una
afección heredada.
A pesar de que la mayoría de las enfermedades genéticas aparecen durante la niñez, no se
debe descartar su presencia en adolescentes o adultos. Las enfermedades genéticas pueden
pasar desapercibidas por años hasta que un evento como la pubertad o el embarazo
desencadena la aparición de los síntomas o la acumulación de metabolitos tóxicos da lugar
a la aparición de la enfermedad más adelante en la vida.
USOS DE LAS PRUEBAS GENÉTICAS
Las pruebas genéticas pueden usarse con diferentes propósitos, algunos de los cuales se
mencionan en la Tabla.

USOS DE LAS PRUEBAS GENÉTICAS

Detección sistemática neonatal

Prueba de detección de portadores

Diagnóstico prenatal

Diagnóstico/Pronóstico

Análisis predictivo/de predisposición

LA DETECCIÓN SISTEMÁTICA O TAMIZAJE NEONATAL 


Es la prueba genética más realizada. (Para obtener más información sobre la detección
sistemática neonatal,  A la mayoría de los recién nacidos en los Estados Unidos se les
realiza una detección sistemática de diferentes enfermedades genéticas. Gracias a la
detección oportuna de estas enfermedades, se pueden realizar intervenciones para prevenir
la aparición de los síntomas o minimizar la gravedad de la enfermedad.

 LAS PRUEBAS DE DETECCIÓN DE PORTADORES 


Pueden ayudar a las parejas a saber si son portadores, y en tal caso, el riesgo de transmisión
a sus hijos, del alelo (variante de un mismo gen) de una enfermedad recesiva como la
fibrosis quística, la anemia falciforme o la enfermedad de Tay‐Sachs. Por lo general, se
recomienda este tipo de pruebas a aquellas personas que tienen antecedentes familiares de
trastornos genéticos o a los miembros de un grupo étnico con un mayor riesgo de contraer
ciertas enfermedades genéticas. Al realizar la prueba a ambos progenitores, se puede
determinar si la pareja tiene probabilidades de tener un hijo con una enfermedad genética
en particular.

 LAS PRUEBAS DE DIAGNÓSTICO PRENATAL 


Sirven para detectar modificaciones en los genes o los cromosomas de un feto. Este tipo de
pruebas se recomienda a las parejas que presentan un mayor riesgo de tener un bebé con un
trastorno genético o cromosómico. Para realizar la prueba, se puede obtener una muestra de
tejido a través de amniocentesis o la vellosidad corial.
Las pruebas genéticas pueden usarse para confirmar un diagnóstico en un individuo que
presenta ciertos síntomas o para monitorear el pronóstico de una enfermedad o la respuesta
a un tratamiento médico.

LAS PRUEBAS PREDICTIVAS O DE PREDISPOSICIÓN


Sirven para identificar a las personas con riesgo de una enfermedad antes de la aparición de
los síntomas. Estas pruebas son muy útiles cuando una persona tiene antecedentes
familiares de una enfermedad en particular y existe un método de intervención disponible
para prevenir la aparición de dicha enfermedad o para minimizar su gravedad. Las pruebas
predictivas sirven para identificar las mutaciones que aumentan el riesgo que una persona
desarrolle una enfermedad de origen genético, como es el caso de algunos tipos de cáncer.
TIPOS DE PRUEBAS GENÉTICAS
Actualmente se usan diferentes métodos en los laboratorios de pruebas genéticas. El tipo de
prueba depende del tipo de anomalía que se esté evaluando. Por lo general, hay tres tipos de
pruebas genéticas disponibles: citogenéticas, bioquímicas y moleculares.
La citogenética implica la evaluación de todos los cromosomas para detectar anomalías.
Los cromosomas de las células humanas en división pueden analizarse sin problema bajo
un microscopio. Los glóbulos blancos, particularmente los linfocitos T, son las células más
disponibles y más accesibles para análisis citogenéticos ya que pueden obtenerse fácilmente
de la sangre y se dividen rápidamente en un cultivo celular. Las células de los tejidos como
la médula ósea (para la leucemia), el líquido amniótico (para el diagnóstico prenatal) y las
biopsias de otros tejidos también se pueden cultivar para realizar análisis citogenéticos.
Tras varios días de cultivo celular, los cromosomas se fijan, se distribuyen en las láminas
portaobjetos de microscopio y finalmente se tiñen. Los métodos de teñido para los análisis
de rutina permiten identificar a los cromosomas en forma individual. Los diferentes
patrones de bandas de cada cromosoma revelados por el teñido permiten analizar cada una
de las estructuras cromosómicas.

PRUEBAS BIOQUÍMICAS
La enorme cantidad de reacciones bioquímicas que ocurre a diario en las células require
diferentes tipos de proteínas. Por lo tanto, hay diferentes tipos de proteínas como enzimas,
transportadores, proteínas estructurales, proteínas reguladoras y hormonas que cumplen
diferentes funciones. La mutación de cualquier tipo de proteína puede causar una
enfermedad si esta mutación no permite que la proteína funcione correctamente.
(Consulte la Tabla para ver los tipos de alteraciones proteicas que pueden causar
enfermedades).

TIPOS DE CAMBIOS EN LAS PROTEÍNAS QUE PROVOCAN


ALTERACIONES EN SUS FUNCIONES
Ausencia de proteína

Demasiada o muy poca proteína producida

Componente proteico con pliegue anormal

Alteración en la ubicación activa o en otra región crítica

Proteína modificada incorrectamente

Proteína ubicada incorrectamente (acumulación de proteínas)

Proteína constituida incorrectamente

Las pruebas clínicas para detectar una enfermedad bioquímica usan técnicas que analizan
las proteínas pero no los genes. Las pruebas pueden usarse para medir directamente la
actividad de una proteína (enzima), el nivel de metabolitos (medición indirecta de la
actividad de una proteína) y el tamaño o la cantidad de proteínas (proteínas estructurales).
Para estas pruebas se necesita una muestra de tejido que contenga la proteína, por lo
general, en la sangre, la orina, el líquido amniótico o el líquido cerebroespinal. Dado que
las proteínas son menos estables que el ADN y pueden degradarse más rápido, las muestras
deben tomarse y almacenarse en forma adecuada y luego trasladarse rápidamente según las
instrucciones del laboratorio.

PRUEBAS MOLECULARES
Para las pequeñas mutaciones de ADN, las pruebas directas del ADN suelen ser el método
más eficaz, especialmente si la función de la proteína es desconocida y no se puede
desarrollar una prueba bioquímica. Las pruebas de ADN se pueden realizar en cualquier
muestra de tejido, incluso con muestras muy pequeñas. Las pruebas moleculares
representan un gran desafío ya que algunas enfermedades genéticas pueden estar
relacionadas con un gran número de mutaciones diferentes. Por ejemplo, más de 1,000
mutaciones en el gen regulador de la conductancia transmembrana de la fibrosis quística
(CFTR, por sus siglas en inglés) puede causar la fibrosis quística (CF, por sus siglas en
inglés). No sería práctico examinar de rutina toda la secuencia del gen CFTR para
identificar la mutación causante, ya que el gen tiene una gran longitud. Sin embargo, dado
que la mayoría de los casos de CF surgen como consecuencia de aproximadamente 30
mutaciones, primero se evalúa este grupo más pequeño de mutaciones y luego se realiza un
examen más global. (Para obtener más información acerca de los métodos de pruebas
genéticas.

VACUNAS DE ADN

La efectividad de las vacunas y la inmunización en la prevención de las enfermedades


infecciosas es uno de los grandes avances de la medicina. En la actualidad, el acceso a la
tecnología de punta en el área de la genómica y la proteómica ha hecho posible acelerar el
desarrollo de nuevos modelos de vacunas con características mejoradas en aspectos
fundamentales, como la inmunogenicidad y la seguridad. A casi dos décadas del primer
informe, en el cual se demostró que un gen puede expresarse mediante la inyección directa
de ADN desnudo, las vacunas de ADN han probado ser eficientes para inducir una
respuesta inmunitaria protectora contra parásitos, virus y bacterias en diversos modelos
animales. Esta revisión tiene por objetivo presentar un panorama general de las vacunas de
ADN y los mecanismos mediante los cuales la inmunización con antígenos insertados en
vectores de ADN (plásmidos) inducen una respuesta inmunitaria.

Uno de los acontecimientos más importantes en la historia de la medicina es la vacunación;


el desarrollo e institución de esquemas regulares de inmunización han permitido controlar
de manera exitosa muchas enfermedades e incluso erradicar la viruela en el ámbito
mundial. La vacunación ha probado ser la medida más exitosa en términos de costo-
beneficio, si bien las enfermedades infecciosas son aún una de las causas principales de
muerte en el mundo. Se calcula que alrededor de 25% del total de muertes anuales en el
mundo (alrededor de 15 millones) se debe a agentes infecciosos,3 no sólo por la aparición
de nuevos patógenos, como el virus Ebola, el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)
o el coronavirus relacionado con el síndrome respiratorio agudo grave, sino también debido
a la reaparición de microorganismos causantes de enfermedades con elevadas tasas de
morbilidad y mortalidad, como la influenza, la fiebre del Nilo Occidental, la fiebre por
dengue, el cólera o el paludismo.

Para estas y muchas otras enfermedades no existen fármacos o vacunas. Pese a ello,
avances recientes en la ciencia básica y la medicina han permitido el desarrollo de vacunas
con mejores características inmunogénicas y de seguridad. Las nuevas aproximaciones de
la "vacunología reversa" (reverse vaccinology) ha revolucionado la investigación en el área
de la patogenia de los microorganismos y el diseño de vacunas, por lo que no es difícil
imaginar que en un futuro próximo estén disponibles vacunas eficaces y seguras para estas
enfermedades.

Las primeras vacunas se produjeron de manera empírica, sin un conocimiento detallado de


la naturaleza del agente causal y los efectos en los individuos inmunizados. Por ejemplo, las
observaciones de que una infección leve de viruela protegía contra la enfermedad en
exposiciones subsecuentes posibilitaron el uso de pus seca como una forma de inóculo
aplicado en la piel, o en forma intranasal, para prevenir la enfermedad. Esto culminó en el
año 1798 con la publicación del trabajo de Edward Jenner sobre la vacunación con el virus
de la viruela, un acontecimiento reconocido como el nacimiento de la inmunología. Con
posterioridad, el avance en el conocimiento de la microbiología, en especial la depuración
de las técnicas de cultivo de tejidos, permitió el desarrollo sistemático de vacunas contra
muchas enfermedades y, más aún, se han ideado esquemas de inmunización mediante
vacunas polivalentes, como la vacuna triple contra la difteria-tétanos-tos ferina, conocida
como DTP. Esto dio como resultado un menor requerimiento de inyecciones múltiples; con
base en este razonamiento, en fecha reciente se demostró la eficacia e inmunogenicidad de
una vacuna hexavalente que contiene además de DTP, hepatitis B, polio y Haemophilus
influenzae tipo B. Sin embargo, y a pesar del aparente éxito de esta vacuna hexavalente,
existe aún la preocupación acerca de su seguridad en su uso masivo.

El conocimiento acumulado en el último siglo en disciplinas como la virología, la biología


molecular y la propia inmunología ha permitido comprender mejor el éxito y los errores de
las vacunas usadas en el pasado, así como también contar con nuevas herramientas y
estrategias para el diseño y desarrollo de mejores inmunizaciones. Las vacunas de ADN son
un ejemplo de ello.

LAS PRIMERAS VACUNAS


En la historia de la inmunología, las primeras inmunizaciones exitosas fueron las vacunas
atenuadas, elaboradas en esencia con virus vivos atenuados mediante múltiples procesos en
cultivos de tejidos; son ejemplos el virus de la viruela o el virus de la polio ya
mencionados. Otro tipo de vacunas atenuadas se basó en la inactivación química o por
calor. El éxito de las vacunas atenuadas se basa en su capacidad de inducir una respuesta
inmunitaria tanto humoral como celular; no obstante, en el caso de la inactivación química
o por calor, puesto que el microorganismo no pude replicarse, la respuesta celular no es
muy potente. Infortunadamente, siempre existe el riesgo de obtener, a partir de las cepas
vacunales, organismos que recobran su capacidad virulenta y patogénica (revertibles); para
algunos virus como el VIH es muy riesgoso usarlos como virus vivos atenuados. Para tratar
de evitar esta situación de riesgo se han empleado microorganismos muertos y, de manera
más reciente con el advenimiento de la tecnología del ADN recombinante, fue posible el
desarrollo de vacunas que usan subunidades antigénicas más que organismos completos. En
este tipo de vacunas se han empleado diversos antígenos, como las proteínas recombinantes
purificadas, carbohidratos bacterianos, péptidos sintéticos, anticuerpos antiidiotipo, virus y
bacterias recombinantes.  A pesar de que estas vacunas basadas en microorganismos
muertos o en subunidades han tenido cierto éxito como vacunas profilácticas, ninguna de
estas dos aproximaciones metodológicas es capaz de inducir una respuesta celular
adecuada, por lo que nuevas metodologías para desarrollar vacunas con estas cualidades,
pero sin el riesgo que implica el uso de patógenos vivos, se hallan todavía en proceso de
investigación.

VACUNAS DE ADN

Una serie de observaciones al inicio de la década de 1990 demostró que era posible con el
ADN desnudo (plásmidos) transfectar células in vivo. Más adelante se informó que era
posible inducir una respuesta humoral contra el antígeno codificado en el plásmido
transfectado,14 aunque sólo fue hasta el año 1993, cuando se demostró que se podía inducir
una respuesta inmunitaria protectora contra un reto letal con el virus de la influenza en
ratones inmunizados con ADN,15 que se estableció firmemente el concepto de lo que hoy se
conoce como vacunas de tercera generación o vacunas de ADN. Con posterioridad,
numerosas publicaciones demostraron que diversos antígenos (bacterias, virus, parásitos o
antígenos de origen tumoral) codificados en plásmidos podían inducir una respuesta
inmunitaria protectora en diversos modelos animales.

Las vacunas de ADN, también conocidas como vacunas genéticas, vacunas de ácidos
nucleicos o vacunas de ADN desnudo, entre otros términos, emplean una metodología
relativamente simple que ha abierto una nueva era en la inmunología, con un alto potencial
como vacunas profilácticas y terapéuticas. Todo esto se debe a que combinan muchas de las
características deseables de las vacunas tradicionales, pero ofrecen ventajas adicionales,
como las siguientes: a) seguridad, dado que no usan microorganismos vivos; b) capacidad
de inducir una respuesta inmunitaria celular y humoral; c) facilidad de modificar los
antígenos codificados en los plásmidos; d) menor costo cuando se producen a gran escala; y
e) vida media mayor, por lo que se consigue una mejor estabilidad en cuanto a la
temperatura de almacenamiento y transporte, lo que permite prescindir de la cadena fría
utilizada en las vacunas convencionales.

PLÁSMIDOS O VECTORES
Los vectores son la unidad funcional de las vacunas de ADN. En estos vectores se insertan
los genes que codifican a las proteínas de interés y son de origen bacteriano. En la
figura1 se esquematizan los elementos que componen un plásmido típico para su uso como
vector en la vacunación con ADN. Los plásmidos bacterianos son moléculas de ADN
circular que se autorreplican de forma extracromosómica en las bacterias y se han utilizado
de forma amplia para la expresión de proteínas en sistemas de mamíferos. Los genes
codificados en estos plásmidos se encuentran bajo el control de promotores, casi siempre de
origen viral, como el del citomegalovirus humano (CMV), el virus del sarcoma de Rous
(RSV) o el virus de simios 40 (SV-40). Los promotores son secuencias cortas de ADN; a
éste se unen diversos factores de transcripción que ayudan a guiar y activar a las
polimerasas y se encuentran activos de forma constitutiva en la mayor parte de las células
eucariotas; en la actualidad, el promotor empleado con más frecuencia es el CMV. Seguido
del promotor se encuentra el gen de interés, que a su vez está seguido por una señal de
poliadenilación, por ejemplo la región no traducida 3´ del gen de la hormona bovina del
crecimiento (BGH-3´-UTR), que contiene las secuencias apropiadas para estabilizar los
transcritos del gen de interés. Los plásmidos tienen además diversos genes de resistencia a
antibióticos, como son la ampicilina o la kanamicina, lo cual permite su selección en
cultivos de bacterias transformadas. Un elemento importante en los plásmidos es la
presencia de motivos CpG bacterianos, que poseen propiedades inmunomoduladoras y
representan un elemento adyuvante intrínseco.

 
 

Rutas y formas de inoculación

El sitio de inoculación, así como la forma en que el ADN se libera en el organismo,


desempeña una función importante para inducir una respuesta inmunitaria exitosa; se sabe
que sólo 1 a 10% del total del ADN inoculado se procesa de manera adecuada para expresar
la proteína de interés. Las rutas de inoculación que se han empleado incluyen la piel, el
músculo esquelético y las mucosas. La inyección del ADN es el método más usado, ya que
no requiere entrenamiento especializado, además del bajo costo, aunque el uso de la pistola
génica (gene gun) produce los mejores resultados. La inoculación de ADN con la pistola
génica se lleva a cabo mediante el acoplamiento del ADN a esferas de oro o tungsteno, que
se bombardean en la dermis y capas subdérmicas con la ayuda de helio comprimido, lo que
permite la transfección directa de las células blanco. Esta metodología hace posible usar
mucho menos ADN y es casi 100 veces más eficiente. Si se toma en cuenta que muchos de
los patógenos tienen como vía de entrada las mucosas, ésta es otra vía empleada para
inducir una respuesta inmunitaria con las vacunas de ADN.

Sin importar cuál sea la forma de inoculación, diversos tipos de células captan el ADN, si
bien es necesario que éste lo tomen las células presentadoras de antígeno profesionales
(APC, por sus siglas en inglés), ya que son ellas las únicas capaces de activar a las células
del sistema inmunitario mediante la presentación de antígenos. Estas células pueden
capturar el ADN directamente por la inoculación (transfección) o pueden tomar el antígeno
de otras células, como las de músculo esquelético o los queratinocitos, mediante
fagocitosis, un mecanismo denominado "presentación cruzada".

INDUCCIÓN DE LA RESPUESTA INMUNITARIA


Cuando un plásmido se introduce en la célula se transloca al núcleo, donde se inicia la
trascripción del transgén; a continuación, los transcritos se llevan al citoplasma y allí se
traducen. Las proteínas recién sintetizadas se degradan en el proteosoma hasta péptidos de
8-10 aminoácidos, que se transportan al retículo endoplásmico, mediante un sistema
especializado de transporte que emplea proteínas transportadoras (TAP-I y TAP-II) y una
vez en el retículo se vinculan con moléculas de MHC clase I. Los péptidos de gran afinidad
con su respectiva molécula de MHC I se estabilizan y entran en la vía secretoria, con lo que
alcanzan la superficie celular, donde se acoplan con el receptor de los linfocitos T (TcR)
presentes en la superficie de los linfocitos T citotóxicos (CD8+) para inducir su activación.

Las proteínas exógenas que se endocitan o fagocitan (presentación cruzada en la


inmunización con ADN) entran a la vía endosómica y en ella se degradan en pequeños
péptidos de 12 a 25 aminoácidos que luego se vinculan con moléculas del complejo
principal de histocompatibilidad (MHC) de clase II y se translocan hacia la superficie de la
célula, donde se presentan y unen a los TcR en los linfocitos T cooperadores (CD4+); todo
ello tiene como consecuencia su activación y expansión.

De esta forma, la unión del complejo MHC-péptido y TcR, en las APC y linfocitos T
respectivamente, provee la denominada señal 1 de la activación de los linfocitos T. Sin
embargo, esta señal 1 es insuficiente para generar una buena respuesta inmunitaria y es
necesaria una segunda señal para completar la activación de los linfocitos CD4+ y CD8+.  La
señal 2 se induce mediante moléculas coestimuladoras presentes en la superficie de las
APC (en su mayor parte células dendríticas [CD]), como las proteínas de la familia B7. Con
anterioridad, las CD requieren una señal para su activación inicial y maduración; esta señal
llamada señal 0, o señal de alarma, la inducen ciertas citosinas inflamatorias, proteínas de
choque térmico (HSP) o los motivos CpG presentes en el ADN bacteriano. El resultado de
la señal 0 es la sobreexpresión de moléculas del MHC y coestimuladoras en su superficie,
lo que favorece después el proceso de presentación de antígeno. En esta etapa, las CD
activadas cambian su morfología y perfil de expresión de receptores para quimiocinas,
dejan la periferia y migran hacia los ganglios linfáticos donde participan en la activación de
linfocitos T y B inmaduros.

Posterior a la etapa de activación se inicia la etapa efectora; los linfocitos T activados dejan
los ganglios linfáticos hacia la periferia y siguen un gradiente de quimiocinas hasta llegar al
lugar donde se necesitan y tras la unión de sus TcR con los antígenos expresados en el
contexto de MHC apropiado comienzan su etapa efectora mediante la secreción de
sustancias toxicas, como las perforinas (células CD8+) o interleucinas con actividad
inflamatoria como el INF-g (células CD4+).

Por otro lado, los linfocitos B se activan mediante su receptor (BcR) por los antígenos que
se sintetizan y secretan o presentan en la superficie de las células que se transfectaron en la
inmunización con el ADN. Con posterioridad, los linfocitos B activados cambian de
isotipo; las secuencias que codifican a la región variable de las inmunoglobulinas sufren
hipermutación y las clonas con un receptor con mayor afinidad por el antígeno se
seleccionan y expanden. Los linfocitos B activados se diferencian al final hacia células de
memoria o células plasmáticas; estas últimas pueden: a) continuar la síntesis de anticuerpos
o b) establecerse en la medula ósea y continuar también la producción de anticuerpos; por
lo tanto, es posible encontrar anticuerpos presentes en el suero y mucosas por largos
periodos. La esquematiza las posibles rutas para la presentación de antígenos a linfocitos B
y T y su activación para realizar su acción efectora.

 
 

OPTIMIZACIÓN DE LAS VACUNAS DE ADN


A pesar de que las vacunas de ADN han probado ser eficientes en inducir respuestas
inmunitarias en modelos murinos, se ha observado que al probarse en primates no
humanos, la respuesta inmunitaria es débil, razón por la cual se han desarrollado diversas
estrategias para potenciar la capacidad de este tipo de vacunas. Una de las estrategias para
incrementar la eficiencia de las vacunas de ADN consistió en la coadministración
(proteínas recombinantes) o coexpresión (adyuvantes genéticos) de moléculas como las
interleucinas. Existe una larga lista de interleucinas que se han utilizado con este propósito
y de ellas destacan el factor estimulante de granulocitos y los macrófagos (GM-CSF), que
ayudan a reclutar células dendríticas y aumentan la respuesta de células T y B.

Por otro lado, se ha observado que las vacunas de DNA pueden utilizarse en combinación
con otro tipo de vacunas, como las basadas en proteínas recombinantes, para mejorar la
respuesta inmunitaria. Se ha demostrado que cuando se inmuniza con ADN y se utiliza un
antígeno específico, y se administra posteriormente un refuerzo con el mismo antígeno pero
como proteína recombinante (o virus recombinantes, como la vaccinia), se obtienen
respuestas inmunitarias más intensas.

ENSAYOS EN MODELOS ANIMALES Y SERES HUMANOS


Los promisorios resultados en los experimentos efectuados en ratones favorecieron el
desarrollo de diversos modelos preclínicos de infección para evaluar la eficiencia de las
vacunas de ADN. Pueden mencionarse las enfermedades virales como la influenza, las
hepatitis B y C, herpes, Ebola y HIV; los patógenos bacterianos Mycobacterium
tuberculosis, Mycoplasma pulmonis, Clostridium tetanii, Chlamydia
trachomatis y Salmonella typhii; los parásitos como la malaria, la toxoplasmosis, la
oncocercosis, la leishmaniasis y la enfermedad de Chagas, entre otros más. Además de las
enfermedades infecciosas, las vacunas de ADN se han utilizado como una herramienta para
controlar diversos tipos de cáncer, como el de próstata, colorrectal, melanoma, linfoma de
células B, etc.

En general, el uso de las vacunas de ADN en estos modelos preclínicos mostró la inducción
de una respuesta inmunitaria baja. No obstante, estos estudios sirvieron para acumular
conocimiento en temas importantes como la seguridad y la forma de inoculación. Los
esfuerzos más recientes en estudios clínicos enfocados en mejorar la respuesta inmunitaria
en seres humanos se basan en el uso de ADN para la inmunización inicial y proteínas o
virus recombinantes para suministrar los refuerzos. Esta aproximación metodológica de
combinar ADN-proteína ha demostrado que puede estimular la respuesta inmunitaria
humoral y celular de mejor forma, en comparación con el uso solo de ADN. Es posible que
la utilización de las vacunas de ADN como una alternativa de las vacunas convencionales
tome algún tiempo; empero, el hecho de que un tercio de los estudios clínicos de terapia
génica, que se hallan bajo investigación actual, se base en el empleo de ADN permite
prever que ese tiempo puede no ser muy largo.
LA INGENIERÍA GENÉTICA

Cuando los científicos comprendieron la estructura de los genes y cómo la información


que portaban se traducía en funciones o características, comenzaron a buscar la forma de
aislarlos, analizarlos, modificarlos y hasta de transferirlos de un organismo a otro para
conferirle una nueva característica. Justamente, de eso se trata la ingeniería genética, un
conjunto de metodologías que permite transferir genes de un organismo a otro. Como
consecuencia, la ingeniería genética sirve para clonar fragmentos de ADN y para expresar
genes (producir las proteínas para las cuales estos genes codifican) en organismos
diferentes al de origen. Así, es posible no sólo obtener las proteínas recombinantes de
interés sino también mejorar cultivos y animales. Hasta el momento se ha utilizado la
ingeniería genética para producir, por ejemplo:

 Vacunas, como la de la hepatitis B


  Fármacos, como la insulina y la hormona del crecimiento humano
   Enzimas para disolver manchas, como las que se usan en los detergentes en
polvo
  Enzimas para la industria alimenticia, como las empleadas en la elaboración del
queso y en la obtención de jugos de fruta.
 Plantas resistentes a enfermedades y herbicidas.

El desarrollo de la ingeniería genética (también llamada metodología del ADN


recombinante) fue posible gracias al descubrimiento de las enzimas de restricción y de los
plásmidos. Las enzimas de restricción reconocen secuencias determinadas en el ADN. De
esta manera, conociendo la secuencia de un fragmento de ADN es posible aislarlo del
genoma original para insertarlo en otra molécula de ADN. Hay muchas enzimas de
restricción obtenidas a partir de bacterias y que sirven como herramientas para la
ingeniería genética. Las enzimas de restricción reconocen secuencias de 4, 6 o más bases
y cortan generando extremos romos o extremos cohesivos. Estos extremos, generados en
diferentes moléculas de ADN, pueden sellarse con la enzima ADN ligasa y generar así
una molécula de ADN nueva, denominada recombinante.

Los plásmidos son moléculas de ADN circulares, originalmente aisladas de bacterias y


que pueden extraerse de las mismas e incorporarse a otras, a través del proceso de
transformación. Los plásmidos fueron modificados por los investigadores para ser
empleados como “vectores”. Así, el gen de interés puede insertarse en el plásmido-vector
e incorporarse a una nueva célula. Para seleccionar las células (bacterias o células
animales o vegetales) que recibieron el plásmido, éste lleva, además del gen de interés
(por ej., el gen de la insulina humana), un gen marcador de selección (por. ej., de
resistencia a un antibiótico), que le otorga a la célula que lo lleva la capacidad de
sobrevivir en un medio de cultivo selectivo (medio con antibiótico, en este ejemplo). Las
células que sobreviven se dividen y generan colonias, formadas por bacterias idénticas.
Estas bacterias se denominan recombinantes o genéticamente modificadas. El plásmido
recombinante puede aislarse de estas colonias y transferirse a otras células.

Por esta metodología es posible introducir genes de interés en todo tipo de células,
empleando los vectores y las técnicas propias de cada sistema. Podemos entonces
generalizar los pasos de la ingeniería genética de la siguiente manera:

1.     Identificar un carácter deseable en el organismo de origen.


2.     Encontrar el gen responsable del carácter deseado (gen de interés).
3.     Combinar dicho gen con otros elementos necesarios (vector) para que éste sea
funcional en el organismo receptor.
4.     Transferir el gen de interés, previamente introducido en el vector adecuado,
al  organismo receptor.
5.     Crecer y reproducir el organismo receptor, ahora modificado genéticamente.

POR EJEMPLO, PARA EL CASO DE LA TRANSFERENCIA DE UN


GEN INSECTICIDA DE UNA BACTERIA AL MAÍZ:

1.     Identificar la característica “resistencia a insectos” en el organismo de origen, la


bacteria del suelo Bacillus thuringiensis.
2.     Encontrar al gen que lleva las instrucciones para esta característica.
3.     Combinar este gen con otros elementos genéticos para que sea funcional ahora en
una planta (ligarlo a un vector).
4.     Transferir este gen a células de maíz (organismo receptor).
5.     Identificar las células de maíz que recibieron el gen (células transformadas) y
regenerar, a partir de estas células, una planta adulta.

CLONACIÓN DE GENES
La clonación de genes o "clonación molecular" son un conjunto de métodos experimentales
utilizados en biología molecular que se utilizan para ensamblar moléculas de ADN y lograr
su copiado dentro de organismos receptores.1 El uso de la palabra clonación se refiere a que
el método comprende el copiado de una molécula única de ADN comenzando con una sola
célula viva para producir una gran población de células que contienen moléculas de ADN
idénticas. El clonado molecular por lo general utiliza secuencias de ADN de dos
organismos diferentes: la especie que es la fuente del ADN que se desea clonar, y la especie
que servirá de receptor vivo para el copiado del ADN recombinado. Los métodos de
clonado molecular son herramientas muy importantes en los campos contemporáneos de la
biología y medicina moderna.
En un experimento convencional de clonado molecular, el ADN que se desea clonar se
obtiene del organismo objeto del trabajo, luego se lo trata con enzimas en un tubo de
ensayo para producir fragmentos más pequeños de ADN. Posteriormente estos fragmentos
son combinados con el vector ADN para generar las moléculas de ADN a recombinar. El
ADN a recombinar es luego introducido en un organismo receptor (generalmente una cepa
fácil de cultivar producto de laboratorio, benigna, de la bacteria E. coli). De esta forma se
generara una población de organismos en los cuales el ADN a recombinar es copiado junto
con el ADN del receptor. Debido a que contienen fragmentos extraños de ADN estos son
microorganismos transgénicos o modificados genéticamente (OGM). Este proceso se ve
favorecido por el hecho que se puede inducir a una célula de bacteria única a incorporar y
copiar una única molécula de ADN recombinante. Se puede expandir esta célula única de
manera exponencial para generar una gran cantidad de bacterias, cada una de las cuales
contiene copias de la molécula recombinante original. Por lo tanto la población de bacterias
que se producen, y la molécula de ADN recombinante, son denominadas "clones". En
forma estricta el, ADN recombinante son las moléculas de ADN, mientras que el clonado
molecular son los métodos experimentales utilizados para ensamblarlos.

TIPOS DE CLONACIÓN
Actualmente existen dos formas de realizar clonaciones genéticas, una de ellas es llamada
"hermanamiento del embrión artificial, y la otra se llama "transferencia nuclear de células
somáticas.

 Clonación por hermanamiento del embrión artificial: Este es un método utilizado


con limitados recursos tecnológicos y económicos. Esta técnica imita el proceso en la
creación de gemelos idénticos, en el cual un embrión es divido en dos en los primeros
días luego que el óvulo y el espermatozoide se han unido.

 Transferencia nuclear de las células somáticas: También llamado como


"transferencia nuclear". Con esta técnica, es eliminado el núcleo del óvulo (el cual
contiene un solo conjunto de cromosomas), y es reemplazado por el núcleo de
una célula somática que contiene los grupos completos de cromosomas. De esta manera
el embrión tendrá los mismos cromosomas que la célula somática de la que proviene.

José Carlos Hernández olascuaga

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