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Absceso hepático amebiano

El absceso hepático amebiano es 10 veces más frecuente en hombres que en mujeres, pero inusual en los niños.
El prototipo de paciente con un absceso amebiano en EE. UU. es un hombre inmigrante procedente de una
región endémica, de entre 20 y 40 años, con fiebre, dolor en el hipocondrio derecho, leucocitosis, valores
anormales de las transaminasas y de la fosfatasa alcalina y presencia de un defecto en los estudios de imagen
hepáticos. 3 La mayoría de los pacientes presenta un período de 2-4 semanas de fiebre, tos y dolor en el
hipocondrio derecho o en el epigastrio. La afectación de la superficie diafragmática del hígado puede provocar
dolor pleural en el lado derecho o dolor referido al hombro y una elevación del hemidiafragma derecho en la
radiografía de tórax ( fig. 352-3 ). Un signo típico es la hepatomegalia con dolor a punta de dedo sobre el
hígado, por debajo de las costillas o en los espacios intercostales.

Epidemiología
Entamoeba histolytica ( cap. 352 ) presenta una distribución mundial en aquellas zonas donde las barreras entre
las heces humanas, los alimentos y el agua no son las adecuadas. Después del paludismo es la segunda causa
más importante de muertes por enfermedades parasitarias en todo el mundo, estimándose el número de
fallecimientos anuales en 40.000-100.000. En EE. UU., la mayor parte de los casos de amebiasis se producen en
inmigrantes de áreas endémicas y en pacientes que viven en estados que lindan con México. Los viajeros a
zonas endémicas también son población de riesgo; la ingestión de quistes amebianos y la colonización del
aparato gastrointestinal puede producirse años antes del desarrollo de un absceso hepático. Los abscesos
hepáticos amebianos afectan principalmente a hombres de 18-50 años de edad, pero también son más frecuentes
en mujeres posmenopáusicas, lo que indica que existe un efecto protector hormonal. Otros factores de riesgo
son el consumo de alcohol, el HLA-DR3, el sexo oral y anal, y los aparatos para administrar enemas
contaminados. 9

Biopatología
E. histolytica posee un ciclo vital simple que consiste en formas quísticas (forma infecciosa) y trofozoítos
(forma móvil asociada con la enfermedad); solo infecta a humanos y a algunos primates no humanos. Una vez
ingeridos, los quistes maduran en la luz intestinal a trofozoítos. El desarrollo de colitis amebiana no es esencial
para la formación de un absceso hepático. Los trofozoítos de E. histolytica penetran a través de la mucosa y la
submucosa y acceden a la circulación portal. E. histolytica bloquea las vénulas portales intrahepáticas. Cuando
los trofozoítos alcanzan el hígado, crean un único absceso, que consiste en regiones bien delimitadas de
hepatocitos muertos, células licuadas y residuos celulares que se rodean de un anillo de tejido conectivo, pocas
células inflamatorias y trofozoítos amebianos. El parénquima hepático adyacente no se encuentra afectado.
Dado el pequeño número de amebas en relación con el tamaño del absceso, se cree que E. histolytica puede
producir la muerte de los hepatocitos sin que medie contacto directo.

Manifestaciones clínicas
Los pacientes pueden presentar abscesos hepáticos amebianos meses o años después de haber viajado a una
región endémica, por lo que para establecer el diagnóstico resulta fundamental obtener una historia detallada de
los viajes. 10 La enfermedad debe sospecharse en los pacientes con antecedentes apropiados de viajes, fiebre y
dolor importante en el hipocondrio derecho, ya sea espontáneo o a la palpación. 11 La ictericia es muy rara. Los
síntomas suelen ser agudos (duración < 10 días) pero pueden ser crónicos, con anorexia y pérdida de peso. Los
pacientes con cuadros agudos suelen presentar una enfermedad multifocal, mientras que los pacientes con una
evolución más indolente suelen presentar una lesión solitaria. Las pruebas de laboratorio suelen poner de
manifiesto leucocitosis sin eosinofilia, anemia leve, elevación de la concentración de fosfatasa alcalina y
aumento de la velocidad de sedimentación globular.
Diagnóstico
Aunque algunos pacientes con abscesos hepáticos amebianos sufren colitis amebiana concurrente, la mayoría no
presentan síntomas intestinales, por lo que el estudio microscópico de las heces en búsqueda de trofozoítos y
quistes de E. histolytica suele ser negativo. El diagnóstico se basa en la identificación de una lesión ocupante de
espacio en el hígado y una serología amebiana positiva. Tanto la TC como la ecografía son sensibles (  fig. 151-
2 ), pero ninguna técnica proporciona una especificidad absoluta para el diagnóstico de los abscesos hepáticos
amebianos. Las pruebas serológicas sanguíneas son muy sensibles (> 94%) y específicas (> 95%). En los
primeros 7-10 días tras la infección pueden obtenerse resultados falsos negativos, pero si se repiten las pruebas,
generalmente serán positivas. La prueba de la reacción en cadena de la polimerasa del aspirado del absceso ha
resultado útil para establecer el diagnóstico en los viajeros que retornan de áreas endémicas. La aspiración de la
lesión puede ser necesaria para excluir infecciones bacterianas primarias o secundarias.

Tratamiento y pronóstico 
El metronidazol (500-750 mg por vía oral/8 h o una dosis de carga de 15 mg/kg seguida de 7,5 mg/6 h i.v.)
generalmente logra mejoría clínica en 72-96 h, pero debe mantenerse 5-10 días. El nitroimidazol tinidazol
también resulta eficaz en dosis de 2 g/día durante 5 días. El drenaje no es necesario, salvo en pacientes con
abscesos mayores de 10 cm o que no responden en 5 días. 12 El absceso suele disminuir un 50% en 1 semana,
pero el tiempo medio para lograr la resolución radiológica es de 3-9 meses. La repetición de las pruebas de
imagen en un paciente que está logrando una mejoría clínica puede dar lugar a preocupaciones y tratamientos
innecesarios. A3

El tratamiento también debe dirigirse a la eliminación de todos los quistes de la luz intestinal en los pacientes
con signos de infección intraluminal ( cap. 352 ). La diyodohidroxiquinolina es el tratamiento recomendado
(650 mg/8 h v.o. durante 20 días) para evitar la colonización continuada y la posible recurrencia del absceso
hepático. Si el diagnóstico es precoz y se instaura un tratamiento médico adecuado, la tasa de mortalidad de los
abscesos amebianos es del 1-3%.

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