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ANALISIS QUÍMICO DE SUELOS

Introducción

La explotación de cultivos agrícolas, especialmente aquellos que tienen potencial de


agroexportación, se ha convertido en una actividad que combinan el manejo empresarial, el
conocimiento de bases científicas y tecnológicas del cultivo y el comportamiento del mercado.
En tal sentido, el objetivo principal de toda actividad agrícola, es tener una alta rentabilidad y
que ésta se vea reflejada por productos de buena calidad.

Por otro lado el suelo, es un "ente" tridimensional, trifásico que nace a partir de la roca
madre y evoluciona en función de los factores como: clima, roca madre, topografía, organismos
y tiempo. Cada uno de estos factores tiene muchas variables y la combinación de estas variables
nos da como resultado una amplia gama de suelos con características peculiares y que
requieren por tanto de un manejo específico. Por lo tanto, uno de los factores que contribuyen a
la calidad, es el monitoreo del nivel de fertilidad del suelo y el estado nutricional de la planta.

El análisis del suelo es un elemento indispensable para conocer las características, tanto
físicas como químicas de éste, que afectan a la nutrición de la plantación. Las condiciones
físicas del suelo, y especialmente la textura, nos informan de aspectos importantes relacionados
con la movilidad del agua y la dinámica de los elementos fertilizantes.

El análisis químico nos indica la riqueza en nutrientes del suelo y nos da una
aproximación sobre aquellos elementos que se encuentran en forma asimilable por la planta. En
su conjunto, el análisis del suelo también nos informa de aquellas características del mismo que
son desfavorables o limitantes para el desarrollo del cultivo.

Análisis de suelo

El análisis químico del suelo constituye una de las técnicas más utilizadas para la
recomendación de fertilizantes. Es una fuente de información vital para el manejo de suelos;
permite:

 clasificar los suelos en grupos afines;


 predecir las probabilidades de obtener respuesta positiva a la aplicación de elementos
nutritivos;
 ayudar en la evaluación de la fertilidad del suelo;
 determinar las condiciones específicas del suelo que pueden ser mejoradas.

La información obtenida mediante los análisis de suelos, brinda la posibilidad de conocer


la necesidad de aportar un nutriente particular antes del establecimiento del cultivo; para ello
se hace necesario el estudio de suelo en sus características de fertilidad, como lo son: materia
orgánica, pH y capacidad de intercambio, además los nutrientes Nitrógeno, Fósforo, Azufre,
Calcio, Magnesio, Potasio, Hierro, Cobre, Manganeso, Zinc y Boro; acidez intercambiable
(para determinar la necesidad de encalar) y conductividad eléctrica (para determinar la
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posibilidad de salinidad del suelo). Es una buena base para hacer recomendaciones sobre
fertilización para situaciones específicas.

Se ha demostrado que dichos análisis constituyen una excelente guía para el uso racional
de los fertilizantes. Sin embargo, no debe olvidarse que en la producción de cultivos, interviene
un conjunto de factores de gran importancia como: clima, variedades, control fitosanitario,
manejo general y otras, que podrían limitar el desarrollo adecuado de una planta si no se
encuentra en el grado óptimo requerido. De todas maneras, la eliminación de las deficiencias
nutricionales se considera la más decisiva, responsable en la mayoría de los casos hasta
aumentos de 50 % en el rendimiento.

El resultado del análisis de suelo indica la probabilidad de obtener una respuesta


adicional con el fertilizante que se utiliza. En general, mientras más elevado sea el contenido de
nutrimentos en el suelo, menor será la probabilidad de obtener una respuesta a la aplicación de
fertilizantes.

El uso de análisis químico del suelo como guía para la adición de fertilizantes, involucra
dos etapas:

Interpretación de los resultados y la recomendación

La interpretación se refiere a la estimación de obtener respuesta mediante el empleo de


fertilizantes, mientras que la recomendación es la interpretación práctica de los resultados
obtenidos para aplicarla en la producción comercial de cultivos.

Instrucciones para tomar muestras de suelo

Para conocer las necesidades de abonamiento de los suelos mediante el análisis químico,
es fundamental efectuar un buen muestreo; de lo contrario, los resultados obtenidos en el
laboratorio no sirvieran como guía para realizar la fertilización adecuada.

En las determinaciones químicas se usa una cantidad de suelo muy pequeña comparada
con el peso total del área muestreada, de ahí la importancia de obtener muestras
verdaderamente representativas.

TOMA DE MUESTRAS DE SUELOS

El suelo es la parte más superficial de la litosfera; está constituido por una mezcla
variable de partículas minerales, materia orgánica, aire y una disolución acuosa. La interacción
del agua con el suelo ejerce una clara influencia sobre la composición del mismo, ya que actúa
como disolvente de diversos elementos minerales y como intermediaria entre el suelo y la
planta, éstas toman el agua a través de las raíces. A su vez, las plantas se descomponen
proporcionando materia orgánica al suelo.
La muestra de suelo consiste en una mezcla de porciones de suelo (submuestras) tomadas
al azar de un terreno homogéneo cuyo procedimiento permite a los agricultores tener un

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indicador excelente para el uso correcto, tanto de fertilizantes químicos y orgánicos, como de
enmiendas, dado a que esta es la manera de evaluar la fertilidad del suelo antes de establecer un
cultivo agrícola. La manera de hacerlo no es difícil y todo agricultor puede hacerlo. Una
muestra del suelo es usualmente empleada para evaluar las características del suelo.

De manera que, el análisis químico de suelos, es una herramienta fundamental de


diagnóstico que nos permite tener una estimación de la fertilidad del suelo, y predecir la
cantidad de nutrientes que se requieren para optimizar la producción vegetal, por tanto los
análisis de suelos será tan bueno como la calidad de las muestras tomadas, pues la muestra
enviada al laboratorio, de 1 a 2 Kg., representa millones de kilogramos de suelo, por este
motivo, una toma de muestra cuidadosa asegura unos resultados de análisis correctos y de
gran utilidad para optimizar la producción vegetal.

Las muestras de suelo pueden ser colectadas en cualquier tiempo. Sin embargo, es
recomendable tomarlas 1 o 2 meses antes de la siembra de cultivos anuales. Es necesario tener
en cuenta que el proceso de tratamiento de la muestra de suelo en el laboratorio, desde que es
recepcionada hasta que se emite el informe y la respectiva recomendación, puede tardar 10 a 15
días.

Para realizar el muestreo de suelo es necesario establecer criterios para la determinación


del “cuanto’’ y el ‘’donde’’ muestrear dentro de cada predio

Una vez separados las parcelas según criterios se procede a la toma de muestra
considerando que ésta debe estar compuesta de varias submuestras, de igual tamaño
recomendándose 10 a 30 submuestras por muestra compuesta, la misma que deberán ser
recolectadas al azar sobre toda la superficie que se consideró homogénea.

Recomendaciones

Es necesario tomar precauciones al tomar muestras de suelos, ya que del rigor de ellas
dependerá el buen resultado, entre las recomendaciones más importantes podemos citar los
siguientes puntos:

 No tomar muestras cerca de acequias, drenes o sectores inundados (5 a 10 metros).


 En la entrada de potreros, de construcciones o galpones.
 Sectores en que se han acumulado residuos vegetales, tales como silos, etc.
 No colectar muestras sobre fecas o manchas de orina.
 Distanciarse unos 10 metros de cercos vivos, árboles, bebederos u otras barreras.

Obtención de la muestra individual

Antes de proceder a la recolección de muestras individuales, debe realizarse un recorrido


general y a la vez sobre un plano o croquis del terreno demarcar las áreas homogéneas. La
finalidad es separar las zonas de distinto relieve, de diferentes texturas, color, zonas encaladas,
zonas de drenaje, etc. la muestra individual será obtenida de la siguiente manera:

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Establecida la unidad de muestreo,
se procede a recolectar las individuales o
submuestras recorriendo la unidad
establecida en zig zag, o en cualquiera
otra forma sistemática, tomando una
submuestra cada cierta distancia. Si
utiliza una pala, tome cada submuestra,
cuidando de que todas sean a la misma
profundidad. Se realiza un corte en V y/o

cuadrado luego se saca una tajada de más o


menos 5 cm de espesor, eliminando ambos
bordes. Si utiliza barreno introdúzcalo
hasta la profundidad deseada y extraiga la
muestra contenida en él. Cada submuestra
extraída se va recolectando en un balde
plástico, saco o bolsa grande, y al final se
mezcla y se toma la cantidad necesaria para
enviar al laboratorio (1.0 a 2.0 kg).

La profundidad a la cual se toman las


muestras depende de la especie y/o manejo
que se le quiera dar, a continuación se presenta algunas sugerencias:

 Cultivos anuales 0 – 20 cm de
profundidad
 Hortalizas 10 – 20 cm de profundidad
 Frutales (c. perennes) hasta 1.50 m de
profundidad

Antes de cerrar las muestras con las bolsas es


conveniente desecarlas al sol, especialmente cuando
se ha tomado volúmenes de tierra húmeda, de la
misma manera tener mucho cuidado con tierras
arcillosas, pues cuando se secan forman agregados o
peds duros, y para evitar esto se recomienda
desmenuzar frecuentemente a medida que se deseca.
Cada muestra debe de tener una tarjeta de
identificación.

Recuerde que de una buena muestra que represente realmente el estado nutricional de su suelo
saldrá la información correcta, que con la ayuda del agrónomo se convertirá en la
recomendación de fertilización que usted realmente requiere, o sea una fertilización basada en
el estado actual del suelo y en las necesidades presentes.

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Preparación de la muestra en laboratorio

Las muestras de suelo, todavía húmedas, se llevan al laboratorio que implica


procedimientos para su desecación, molienda, tamizado, mezcla, partición, pesada y
conservación. De manera que para este tipo de manejo de muestras en el laboratorio requiere
disponer de una habitación pequeña para la desecación dotada de dispositivos para asegurar la
circulación del aire y estar previsto de los aparatos y materiales anteriormente citados.

Desecación

Las muestras de suelo deben secarse al aire a una temperatura de 25 a 35ºC y a una
humedad relativa de 20 a 60 %. Algunos tipos de análisis deben realizarse con muestras
húmedas inmediatamente después de tomarlas, como son: hierro ferroso canjeable, hasta cierto
punto la actividad del ión H, las de potasio canjeable, las de fósforo que pueden extraerse con
ácidos y el nitrógeno en forma de nitratos.

Molienda

Los agregados del suelo se rompen con un rodillo de madera sobre una mesa. El molido fino
se realiza generalmente con mortero de ágata y el tamaño final a que se reduzca el suelo está en
relación con la cantidad de muestras que se necesita. Se debe evitar al moler las partículas
primarias de arena y grava.

Tamizado

Se toma toda la muestra del suelo destinado al análisis


en su condición natural de humedad y se pasan por un
tamiz de 2 mm. de orificio separando las piedras y gravas
que quedan en el tamiz que generalmente suelen ser
menores del 1% de la capa arable. De existir mayores
cantidades de gravas o piedras se deberá tomar los pesos
totales para determinar el porcentaje de su presencia en el
suelo.

Mezclado

Las muestras se mezclan por un proceso de balanceo o dándole vueltas de la siguiente


manera: se cogen fuertemente dos vértices opuestos de la tela o papel en que se encuentra la
mezcla de suelo y se estira de uno de ellos diagonalmente a través de la muestra, de modo que
esta se vea obligada a rodar, sin deslizarse hacia el vértice opuesto, luego se estira el vértice
opuesto de modo que la muestra vuelva a girar, esta vez en sentido contrario. Se repite esta
operación varias veces hasta tener una mezcla homogénea.

Pesada

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Para la pesada es necesario una balanza con aproximación de 0.1%. La tierra se manipula
con una espátula y ocasionalmente con un pincel que ayude a trasvasar hasta las últimas
partículas. Es aconsejable pesar dos muestras idénticas para efectuar los análisis por duplicado,
aunque es mejor no realizar al mismo tiempo las determinaciones en ambas muestras.

Conservación

Cuando se ha terminado con los análisis de las muestras, generalmente se desechan. Sin
embargo, el almacenamiento de las muestras, aunque sea durante el tiempo que dure el
análisis, deben almacenarse siguiendo un método regularizado. Para esto es necesario disponer
de una serie de recipientes que sirvan para guardarlos y para mayor seguridad es necesario
conservar en frascos con tapa de rosca.

Muestra compuesta

Se define como muestra compuesta al conjunto de muestras individuales o submuestras


de suelo de una parcela, lote, etc. con el fin de asegurar una información precisa del nivel de
fertilidad.

Requisitos de una muestra compuesta

1. Todas las muestras individuales deben proceder del mismo volumen de suelo.
2. El número de submuestras debe ser suficiente (generalmente de 10 a 30 por muestra
compuesta) como para representar el volumen de suelo en estudio.
3. Las muestras deben ser tomadas al azar.
4. El volumen de suelo estudio del que se extrae la muestra compuesta debe ser
homogénea.

Fines del muestreo de suelos

Baja las consideraciones generales los fines del muestreo que se realizan son:

1) Muestreo de perfil de suelos

Estas muestras representan suelos que bien pueden ser tomados desde el punto de vista
agrícola, como también representan la funcionabilidad de los distintos factores de
desarrollo del suelo, asimismo representan distintas secciones del proceso de
meteorización de minerales. Estas muestras se realizan:

a) Clasificación y cartografía de suelos.


b) Para estudios de fertilidad potencial (especies perennes, forestales o pasturas, etc.)

Esta práctica consiste en la toma de muestras de suelo desde la superficie hasta la roca
madre no edafizada (no mezclar muestras de diferentes horizontes)

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2) Muestreo superficial de suelos
Consiste en la toma de muestras de la capa arable o en el caso de cultivos anuales de la
zona de mayor actividad radicular, esto es entre 00 y 30 cm de profundidad conocido
como suelo y 30 a 60 cm de profundidad conocido como subsuelo.

Este muestreo se realiza en los campos de cultivo con la finalidad de diagnosticar la


fertilidad actual, así como para establecer programas de fertilidad racional, en campos de
experimentación a fin de establecer posibles gradientes de fertilidad y con fines
interpretativos.

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PROPIEDADES FISICAS DEL SUELO: TEXTURA Y ESTRUCTURA

1. TEXTURA DEL SUELO

La textura del suelo es una característica física de gran


importancia, pues determina la capacidad de absorción y de
almacenamiento de agua, la facilidad de cultivarlo, la cantidad
de aire, entre otros. Por tanto, textura viene a ser la proporción
relativa de las partículas de diverso tamaño: arena, limo y
arcilla, las cuales forman la fracción mineral del suelo.

Se considera que un suelo presenta buena textura cuando,


la proporción de los elementos que lo constituyen, le brindan a
la planta la posibilidad de ser un soporte que permita un buen
desarrollo radicular y brinde un adecuado nivel de nutrientes Terrón con materia orgánica

La textura del suelo depende de la naturaleza de la roca madre y de los procesos de


evolución del suelo, siendo el resultado de la acción e intensidad de los factores de formación de
suelo

Fracciones del suelo

Diversos organismos nacionales e internacionales se han interesado por el estudio de los


tamaños límites de las fracciones del suelo, sin embargo citaremos a los 2 sistemas de mayor
importancia a nivel mundial, donde se nota la diferencia de tamaño límite entre arena y limo y
el número de subdivisiones dentro de las fracciones de arena, limo y arcilla. El primer sistema
ha sido desarrollado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de América y
ha sido adoptado por el Perú y la mayoría de los países latinoamericanos. El segundo fue
propuesto por la Sociedad Internacional de la Ciencia del Suelo, los mismos que aparecen en el
siguiente cuadro.

Clasificación de las partículas del suelo

Sistema Sistema
Fracción del Americano Internacional
Suelo (diámetro mm.) (diámetro mm.)
Arena muy gruesa 2.00 – 1.00 ------
Arena gruesa 1.00 – 0.50 2.00 – 0.20
Arena media 0.50 – 0.25 ------
Arena fina 0.25 – 0.10 0.20 – 0-02
Arena muy fina 0.10 – 0.05 ------
Limo 0.05 – 0.02 0.02 – 0.002
Arcilla < 0.002 < 0.002

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Propiedades de las fracciones

Las propiedades de las partículas individuales que varían según el tamaño de las
fracciones son el área superficial, la forma, la masa y el volumen. El área superficial es la
característica más importante y viene a ser la proporción de superficie por unidad de volumen
de las partículas; también se le denomina superficie específica, y es en donde se realiza la
mayoría de las reacciones físicas y químicas y por consiguiente la cantidad de esas reacciones es
aproximadamente proporcional a la superficie específica.

La superficie específica de una figura geométrica puede determinarse con exactitud; así
una partícula de arena gruesa de forma de un cubo o sea de 1 mm por lado, tendrá una
superficie específica de 6 mm2, pero si este mismo cubo se dividiera simétricamente en cubitos
del tamaño de la arena muy fina es decir 0.1 mm por lado, resultarían 1000 cubitos con una
superficie de 60 mm2, de igual manera se podría calcular las partículas coloidales de 0.001 mm
por lado y se obtendría una superficie de 6000 mm 2. Como bien puede comprenderse, hay un
incremento en el área superficial de la partícula en el orden, arena, limo y arcilla por unidad
cuantitativa del suelo. El área superficial de las partículas influye en la retentividad del agua y
nutrientes del suelo para su uso por las plantas.

Características de las fracciones

Arena

Las partículas individuales de la arena son casi siempre fragmentos de roca, sobre todo de
cuarzo, existiendo además cantidades variables de otros minerales primarios. La composición
mineralógica de estas fracciones sigue los principios vistos anteriormente y varía para los
distintos suelos según la roca madre y el grado de meteorización.

Debido a su gran tamaño e irregular superficie, el contacto entre partículas de arena con
otras es muy limitado; por consiguiente no es pegajosa ni plástica y si es moldeada en húmedo
y seca después, bajo una débil presión se deshace y no forma agregados estables en el suelo. Los
poros formados entre partículas vecinas son grandes y por consiguiente es alta la
permeabilidad para el agua y el aire.

Limo

Las partículas individuales del limo están constituidas por materiales heredados o
transformados pero no tienen carácter coloidal. Es una fracción donde las transformaciones son
mayores y su composición mineralógica se parece a la de las arcillas. Son partículas
monominerales en las que hay un alto contenido en filosilicatos de transformación o
neoformación.
En volumen cuando está húmedo es un poco cohesivo y adhesivo, y presenta muy
limitada plasticidad y pegajosidad y es fácilmente moldeable, pero cuando se seca se deshace
fácilmente y cuando es frotada entre los dedos se siente suave y al tacto da la sensación de

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harina, talco o aterciopelado. El limo tiene las más alta capacidad retentiva de agua disponible,
debido a su combinación única de área superficial y tamaño de poros.

Arcilla

Las arcillas son tan pequeñas que solo es observable al microscopio electrónico. En
volumen, si se humedece es plástica y pegajosa, y cuando se seca forman terrones o peds muy
duros. El grado de tales características está en relación con la clase de arcilla, así por ejemplo la
caolinita normalmente se presenta como partículas grandes en forma bloques y con superficies
algo irregulares, por consiguiente la cohesión y adhesión, la pegajosidad y plasticidad están
débilmente expresados y los terrones formados son friables; mientras que la montmorillonita
tiene mayor grado de cohesión y adhesión, de pegajosidad y plasticidad y por lo tanto los
terrones formados cuando se secan son duros. Esta última arcilla también presenta la
característica de expansión y contracción con los cambios de humedad y retienen una gran
cantidad de agua; esto está en relación con su extensa área superficial.

La fracción arcilla tiene la propiedad de ser muy reactiva, su gran superficie especifica
es una de las causas de esto. A medida que el tamaño decrece, aumenta la superficie específica
(relación entre masa y superficie). La gran superficie específica confiere a la arcilla una serie de
propiedades.

1. Retienen agua
2. Tienen gran capacidad de intercambio catiónico
3. Otorgan plasticidad al suelo
4. Aumentan la cohesión del suelo
5. Disminuyen la permeabilidad
6. Dificultan el paso de raíces
7. Moderan los cambios de temperatura.

Las partículas son irregulares en forma, y en relación con su tamaño determinan la


geometría de los espacios porosos en el suelo. La forma de las partículas también determinan las
propiedades de cohesión y adhesión del suelo.

Composición química de las fracciones del suelo

Desde el punto de vista general, la composición elemental de los suelos varía de acuerdo a
la naturaleza de la roca madre y los cambios producidos durante la meteorización, acumulación
de materia orgánica y prácticas de manejo. Un factor importante es la movilidad relativa de los
distintos elementos, que determina pérdidas diferenciales durante los procesos de meteorización
y formación del suelo. Así, el SiO 2 es el constituyente más abundante en las rocas ígneas y en
la mayoría de los suelos, en cambio las bases, Ca, Mg, K y Na presentan porcentajes más bajos
en los suelos que en las rocas ígneas debido a su remoción preferencial durante la
meteorización.
Las fracciones del suelo no son uniformes en composición química, como se puede
deducir de las diferencias que presentan en composición mineralógica. Debido a que el cuarzo

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(SiO2) es dominante en la arena y limo, estas dos fracciones son, por lo general, inactivas
químicamente. Incluso los minerales primarios que pueden contener elementos nutrientes en
su composición química son, en general, tan insolubles como para hacer esencialmente nula su
asimilación, o muy a largo plazo. Una excepción a esta regla general es la fracción de algunos
limos que contienen minerales de potasio, tales como las micas, las cuales ya se sabe que
abandonan el potasio, con suficiente rapidez para abastecer, al menos en parte las necesidades
de la planta. Químicamente las arcillas son silicatos alumínicos que pueden tener F, Mg, Na,
K, etc. en su estructura y tienen además capacidad de adsorber y ceder una serie de iones.

Esto nos lleva al razonamiento lógico que las arenas, formadas esencialmente por cuarzo,
tengan menor contenido de nutrientes, y que la fracción arcilla tenga más.

Análisis textural

La textura de los suelos se determina por procedimientos de laboratorio, conocidos como


análisis mecánico. El fundamento es determinar la distribución porcentual de las partículas
individualizadas de las fracciones, arena, limo y arcilla. El método de la pipeta y del hidrómetro
tiene aceptación; el primero para trabajos exactos, y el segundo es más rápido para la mayoría
de los propósitos.

Clase textural

Los suelos son el resultado de una mezcla de sus fracciones. Las clases texturales se basan
en las diferentes combinaciones de arena, limo y arcilla, por consiguiente estas combinaciones
son casi infinitas. No obstante se han fijado solo 12 clases texturales básicas, que se enumeran
en orden de incremento de la fracción final:

Arena Franco limoso Franco arcillo limoso


Arena franca Limo Arcillo arenoso
Franco arenoso Franco arcillo arenoso Arcillo limoso
Franco Franco arcilloso Arcilla

Triángulo Textural

La definición de las clases texturales básicas se observan gráficamente en el triángulo


Textural, que viene a ser un triángulo equilátero, un lado corresponde a la arcilla, el otro al
limo y el tercero a la arena. Cada uno de sus lados se encuentra graduado de 10 en 10 y va de 0
100, y sobre la retícula se transporta la cantidad de elemento que representa.

La clase textural se determina por la combinación de las tres fracciones obtenidas luego
del análisis mecánico.

El triángulo textural refleja la importancia de la superficie específica. Debería de haber


más de 85 % de arena para llamar un suelo “arenoso”, más de 80 % de limo para denominarlo
“limoso” y solo más de 40 % de arcilla para llamarlo “arcilloso”.

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Agrupamiento textural

Con fines prácticos, se han propuesto el agrupamiento de las clases texturales en la forma
siguiente:

Suelos Grupo textural Clases texturales

Arenosos suelos de textura gruesa Arenoso

Suelos de textura Arena-franca


Moderadamente gruesa Franco-arenoso

Francos Media Franco


Franco-limoso
Limo

Arcillosos Fina Arcilla


Arcilloso-limoso
Arcillo-arenoso

Moderadamente fina Franco-arcillo-limoso


Franco-arcilloso
Franco-arcillo-arenoso

Modificadores texturales

Las clases texturales pueden ser modificadas por adición de un adjetivo apropiado cuando
los fragmentos rocosos exceden alrededor de 15 % en volumen, por ejemplo franco gravosa. Los
términos “muy” y “extremadamente” se utilizan cuando los fragmentos rocosos exceden
alrededor de 35 a 60 % del volumen respectivamente.

Determinación de la textura del suelo

Para la determinación de la textura del suelo se tiene dos métodos principales:

 Método de laboratorio: de la Pipeta y del Hidrómetro.


 Método de Campo o al Tacto.

Método de la Pipeta o del Hidrómetro

El método de la Pipeta y del Hidrómetro, ambos se basan en el principio de que las


partículas mayores en el seno del agua caen con mayor rapidez que las pequeñas. Este principio
se cuantifica mediante la Ley de Stockes, que en su forma más simple puede expresarse así:

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V = k.r2

De donde:

V = velocidad terminal en cm/seg.


K = constante (a 25°C = 40,280)
r = radio promedio efectivo de las partículas en cm.

Método de Campo o al Tacto

Este procedimiento es necesario memorizarlo, ayúdese con un triángulo de texturas;


humedezca una muestra de suelo, agregando agua lo suficiente como para obtener una masa
trabajable y haga una bolita de un diámetro no mayor que una moneda de 50 céntimos de
nuevo sol, coloque la bolita entre el pulgar y el índice y gradualmente presione el pulgar hacia
arriba, de tal manera que forme una cinta; si forma con facilidad la cinta y permanece larga y
flexible, la muestra es probablemente una arcilla. Esta sería considerada como un suelo de
textura fina. Esos suelos son plásticos y pegajosos.

Si la cinta se forma y se rompe fácilmente por su propio peso, la muestra es


probablemente de textura moderadamente fina, y la clase textural es franco arcilloso. Si la cinta
no se forma, la clase textural es franco o arena. Entonces en primera instancia se debe
averiguar si la clase textural es franco, franco arcillosa o arcilla.

El siguiente paso es averiguar si hay una predominancia de limo o arena; si al tacto se


siente la sensación de suavidad, aterciopelado, talco o harina y no hay sensación de aspereza,
entonces hay predominio de limo; pero si áspera al tacto y falto de suavidad como talco,
predomina probablemente la arena. Por lo tanto si no hay predominancia de suavidad o
aspereza al tacto, la clase textural sería considerada como arcilla, franco arcilloso o franco. Pero
si la muestra se siente ligeramente áspera y regularmente suave, aterciopelada, entonces la
clase textural será franco o franco limoso.

Para adquirir destreza se necesita mucha práctica y s recomendable iniciarse con


muestras de suelos cuyos porcentajes de arena, limo y arcilla, así como los distintos tamaños de
la arena, sean conocidos.

Significación de la textura

La textura está relacionada con la productividad potencial y el manejo de un suelo, debido a


la influencia que ejerce sobre su propiedad hídrica, permeabilidad, condiciones de labranza,
erodibilidad, y su disponibilidad de nutrientes. La textura influye en el suelo según se la
mezcla de arena, limo y arcilla. Si los suelos tienen mucha arena, se clasifican como arenosos;
por lo tanto estos suelos son granulosos y ásperos, no se encharcan, son fáciles de trabajar, pero
son muy pobres en nutrientes para las plantas, cuando están secos al cogerlos con la mano se
desmoronan.

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Si los suelos por el contrario tiene más partículas de arcillas, se llaman arcillosos y se
conocen como gredosos o suelos pesados, por lo tanto se encharcan fácilmente y son ricos en
nutrientes para las plantas, cuando están húmedos son pegajosos y cuando están secos forman
una masa compacta y dura de ser roturadas.

Cuando los suelos tienen cantidades equilibradas de arena, limo y arcilla, se dice que son
suelos de textura franca o suelos medianos; por lo tanto son los mejores suelos porque son
fáciles de cultivar, no se encharcan y son ricos en nutrientes para las plantas, al palparse con
las manos se sientes suaves.

2.

ESTRUCTURA DEL SUELO

Las partículas del suelo no se encuentran aisladas, forman unos agregados estructurales
que se llaman peds, estos agregados (o terrones) por repetición dan el suelo. Es como un poco la
celdilla unidad de los cristales que por repetición origina el mineral. Los agregados están
formados por partículas individuales (minerales, materia orgánica y huecos) y le confieren al
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suelo una determinada estructura. El número de espacios en la tierra depende del tipo de la
tierra. Un suelo arenoso tendrá muchos espacios, y un suelo con gran cantidad de barro va a
tener poco espacio. Los espacios en las agregaciones permiten que el aire y el agua penetren a la
tierra.

Morfología

Desde el aspecto morfológico la estructura del suelo se define por su forma, tamaño y
grado de manifestación de los agregados.

a) Por su forma

Es la tendencia a manifestarse con un determinado hábito y se definen los siguientes tipos:

Migajosa

Agregados porosos de forma redondeada (no se ajustan a los agregados vecinos). Típica
de los horizontes A.

Granular

Agregados sin apenas poros en su interior, de forma redondeada (no se ajustan a los
agregados vecinos). Es similar a la migajosa pero con los agregados compactos. Típica de
horiz. A.

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Angular (o en bloques angulares)

Agregados de forma poliédrica, con superficies planas, de aristas vivas y con vértices. Las
caras del agregado se ajustan muy bien a las de los agregados vecinos. Típicamente en los
horizontes arcillosos, como son los hor. B

Subangular (o en bloques subangulares)

Agregados de forma poliédrica, con superficies no muy planas, de aristas romas y sin
formación de vértices. Las caras del agregado se ajustan moderadamente a las de los
agregados vecinos. Típicamente en los horizontes arcillosos, como son los horizontes B.

Prismática.

Los agregados prismáticos son más altos que anchos, este tipo de estructura se encuentra en
horizontes arcillosos y con mayor frecuencia en el horizonte B y en ocasiones en horizontes
C de suelos bien desarrollados.

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Columnar

Son suelos fuertemente desarrollados pueden presentar la cima redondeada ya que han
perdido sus ángulos superiores por aluviación. y en general resulta o bien de una edad
avanzada o bien de un alto contenido de sodio en la solución suelo.

Laminar

Cuando los agregados poseen dimensiones horizontales de mayor magnitud que las
verticales, se trata de estructuras laminares, son más frecuentes en la superficie del suelo o
en el horizonte A2 y suelen ir asociados a los movimientos laterales de agua en el suelo.

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Sin estructura

Cuando no hay desarrollo de agregados. Horizontes de partículas sueltas (pulverulentos) o


masivos (endurecidos).

b) Por el Tamaño

Por el tamaño de los agregados las estructuras se clasifican en:

 gruesa,
 media,
 fina y
 muy fina

c) Grado de desarrollo

Según la intensidad con que se manifieste el desarrollo de la estructura:

 fuerte,
 media,
 débil,
 nula
Los agentes responsables de la estructura son las características hídricas junto a la textura y
materia orgánica. También influyen: pH, CO3 =, óxidos e hidróxidos de Fe, actividad
biológica.

Micromorfología

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La estructura es la forma en la que un suelo se presenta en el campo, en el perfil, pero su
estudio se completa con el microscopio petrográfico. Se analiza no sólo la forma de los
agregados sino que además se estudia la composición (fragmentos gruesos, minerales y
orgánicos, material fino y poros) y organización (distribuciones, orientaciones y organizaciones
de los elementos que componen la estructura). A partir de la observación micromorfológica se
pueden deducir los procesos que han tenido lugar durante la formación del suelo.

La micromorfología estudia los constituyentes del suelo y su organización


(distribuciones, orientaciones y organizaciones)
 
Estabilidad de la estructura

Representa la resistencia a toda modificación de los agregados. El agente destructor de la


estructura es el agua. Hincha los materiales y dispersa los agregados. Los agregados que están
en la superficie del suelo, son dispersados por el impacto de las gotas de lluvia. Por otra parte,
al mojarse los peds el agua va entrando hacia el interior de los agregados, va comprimiendo el
aire que había y llega un momento en el que el aire tiene que salir y resquebraja o rompe el
agregado.

Importancia de la Estructura

Una buena estructura del suelo implica la presencia de agregados estables, o sea que no
se desagreguen por el impacto del agua de lluvia, por un aniego temporal o por acción del
viento. Asimismo una adecuada condición estructural implica una distribución equilibrada de
agregados de diferente tamaño, permitiendo una buena aireación y una apropiada retentividad
de la humedad del suelo. Se considera que, entre 0.5 y 2,0 mm. deben oscilar los tamaños de los
agregados óptimos para el crecimiento vegetal.

3. ESPESOR DEL SUELO

Los suelos profundos en comparación con los superficiales, ofrecen una zona más amplia
para la ocupación de las raíces, así como una mayor capacidad para almacenar agua y
nutrientes. La lógica indica y los experimentos lo verifican que, los suelos profundos son más
productivos que otros similares pero de menor espesor.

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4. POROSIDAD

En el suelo existen poros de gran tamaño denominados macroporos, que permiten la


aireación y la infiltración del agua, poros de tamaño mediano que posibilitan la movilización
del agua y poros de menor tamaño o microporos que hacen factible el almacenamiento de agua
disponible para las plantas.

El porcentaje de volumen de poros se calcula a partir de las densidades aparente y real.


La densidad aparente, viene a ser el peso de los sólidos del suelo por unidad de volumen
total del mismo. La D.A. de los horizontes A en suelos minerales suelen variar entre 1.0 y 1.6
gr./cc. Mientras que la densidad real, viene a ser la densidad media de las partículas del suelo
y esta varía mucho menos que la densidad aparente, la mayor parte oscila entre 2.6 y 2.7 gr./cc.
Conociendo estos valores se pueden determinar el porcentaje de volumen de suelo ocupado por
los sólidos y el porcentaje de volumen de poros:

% de sólidos = densidad aparente x 100


densidad real

% de volumen de poros = 100 - % de sólidos

D. R .−D . A .
% Porosidad= x 100
o D.R

5. CONSISTENCIA DEL SUELO

Se denomina consistencia, a la cohesión que mantiene unida a las partículas formando


agregados. Según el contenido de agua la consistencia puede expresarse en términos de dureza,
firmeza, plasticidad o pegajosidad. Para la comprobación de la consistencia del suelo, debe
realizarse en estado seco, húmedo y mojado, de manera que pueda evaluarse en todas estas
escalas.

La consistencia también se puede definir como una manifestación de las fuerzas de


cohesión y adhesión a que están sometidas las partículas del suelo bajo diferentes estados de
humedad.

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La cohesión es específicamente significativa en los suelos arcillosos relativamente secos;
mientras que la adhesión está asociada a la tensión superficial y al contenido de humedad en el
suelo.

6. COLOR DEL SUELO

El color es una de las características más perceptibles del suelo y a partir de él se pueden
deducir rasgos importantes. Puede ser homogéneo para un horizonte o presentar manchas. Se
mide por comparación a unos colores estándar recogidos en las tablas Munsell.

Los agentes cromógenos son diversos, los colores más comunes son: color oscuro o negro,
debido a la materia orgánica (cuanto más oscuro es el horizonte superficial más contenido en
materia orgánica tendrá dicho suelo). Cuando está localizado en nódulos y películas se le
atribuye a los compuestos de hierro y, sobre todo, de manganeso. Color blancuzco es debido a
los carbonatos o al yeso o sales más solubles. En los horizontes eluviales es consecuencia del
lavado de las arenas (constituidas por cuarzo y en menor proporción, por feldespatos). Colores
pardos amarillentos es por la presencia de óxidos de hierro hidratados y unidos a la arcilla y a
la materia orgánica. Colores rojos es por óxidos férricos tipo hematites. Medios cálidos con
estaciones de intensa y larga sequía

Sobre la base del origen de los pigmentos del suelo y su relación con determinadas condiciones
ambientales, la variedad de colores es la siguiente:

Color negro

Asociado a la incorporación de materia orgánica que se descompone en humus que da la


coloración negra al suelo, generando buenas condiciones de fertilidad, en especial presencia de
cationes, como Ca2+  y Mg2+, K+ y Na+; así como la presencia de una buena estructuración del
suelo y rica actividad biológica. Cuando hay acumulación de Na + (agente dispersante), aún con
muy bajos niveles de materia orgánica, adquiere la coloración negra, pero tiene como condición
asociada una muy mala condición estructural. En resumen, este color por lo general está
asociado a la presencia de:

 Carbonatos de Ca2+  o Mg2+  más materia orgánica altamente descompuesta.


 Otros cationes (Na+, K+) más materia orgánica altamente descompuesta.

Color rojo

Está asociado a procesos de alteración de los materiales parentales en condiciones de alta


temperatura, baja actividad del agua, rápida incorporación de materia orgánica, alta liberación
de Fe de las rocas; es indicativo de condiciones de alta meteorización, genera a niveles bajos de
fertilidad del suelo, pH ácidos y ambientes donde predominan los procesos de oxidación. En
términos generales se asocia con la presencia de:

 Óxidos de Fe3, como es el caso de la hematita cuyo nombre es de origen griego con el
significado de "parecido a la sangre".
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Color amarillo a marrón amarillento claro

Suelos que se meteorizan bajo ambientes aeróbicos (oxidación), ocurre como en el caso de
la goetita, donde cristales grandes de este mineral confieren una pigmentación amarilla al
suelo, y cristales pequeños de este mineral confieren tonalidades de color marrón; estos colores
asociados a la goetita ocurren en climas templados frecuentemente. Se relaciona con
condiciones de media a baja fertilidad del suelo. En general se asocia con la presencia de:

 Óxidos hidratados de Fe3+ 

Color blanco o ausencia de color 

Se debe fundamentalmente a la acumulación de ciertos minerales o elementos que tienen


coloración blanca, como es el caso de calcita, dolomita y yeso, así como algunos silicatos y sales.
En otras ocasiones, es consecuencia de la remoción de componentes del suelo por diversos
procesos, en cuyo caso el suelo adquiere el color de los elementos remanentes. En general se
asocia con la presencia de:

 Óxidos de Al y silicatos (caolinita, gibsita, bauxita).


 Sílice (SiO2).
 Tierras alcalinas (CaCO3, MgCO3).
 Yeso (CaSO4.  2H2O).
 Sales altamente solubles (cloruros, nitratos de Na+ y K+).

Color gris:

Indicativo del ambiente anaeróbico. Ocurre cuando el suelo se satura con agua, siendo
desplazado o agotado el oxígeno del espacio poroso del suelo. Bajo estas condiciones las
bacterias anaeróbicas utilizan el Fe férrico (Fe 3+) presente en minerales como la goetita y la
hematita como un aceptor de electrones en su metabolismo. En este proceso se genera la forma
reducida del ion que es Fe ferroso (Fe 2+), que es soluble en agua e incoloro. Otras bacterias
anaeróbicas utilizan Mn4+como aceptor de electrones, reduciéndose a su forma incolora soluble
en agua Mn2+. La pérdida de pigmentos deja un color gris en la superficie del mineral y si la
saturación con agua se prolonga por largos períodos, la zona completa adquiere la coloración
gris.

El color es la expresión de diversos procesos químicos que actúan en el suelo. Estos


procesos incluyen la meteorización de los materiales geológicos, la acción química de la oxido-
reducción sobre los minerales del suelo, especialmente aquellos que contienen Fe y Mn, y la
bioquímica de la descomposición de la materia orgánica. Otros aspectos de la naturaleza, como
el clima, el medio biofísico y la geología ejercen su influencia sobre la intensidad y condiciones
bajo las cuales estas reacciones químicas ocurren.

7. LA TEMPERATURA DEL SUELO

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El suelo recibe las radiaciones procedentes del Sol y se calienta. Su temperatura depende
de cómo lleguen las radiaciones a la superficie (humedad atmosférica, transparencia,
nubosidad, precipitaciones, vientos, topografía, cobertera vegetal, etc) y de cómo el suelo las
asimile.

La temperatura del suelo está directamente relacionada con la temperatura del aire
atmosférico de las capas próximas al suelo. La temperatura del suelo, como la del aire, está
sometida a cambios estacionales y diurnos.

Estas oscilaciones se van amortiguando hacia los horizontes profundos. La distribución


de la temperatura con la profundidad constituye el perfil térmico. La temperatura del suelo es
una medida de la que se dispone de muy pocos datos. Se acepta que la temperatura del suelo a
50 centímetros de profundidad es equivalente a la del aire atmosférico más 1 grado centígrado.

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