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De acuerdo a lo leído en la revista de NEGOCIOS GLOBALES, se puede decir que una

exitosa cadena de suministros entrega al cliente final el producto apropiado en el lugar


correcto y en el tiempo exacto al precio requerido y con el menor costo posible. Los
cambios constantes de los mercados nacionales e internacional han hecho que las empresas
cada día sean más competitivas. La cadena de suministro a tomado rumbos desde los 70’
donde se reconoce la importancia de la integración interna para la entrega de valor al
cliente, luego en los 90’ donde se enmarco fuerte el concepto de la sincronización entre las
operaciones de fabricantes, distribuidores, y clientes como clave para competir en un
mercado crecientemente complejo que se está viviendo en la actualidad, se podría afirmar
que el mundo en el que se desenvuelven las redes de suministro se caracteriza por la
frecuente aparición de estas complejidades, más que por la certeza de las condiciones que
las rodean.

Lo anterior hace referencia a la situación que abarca el mundo entero sobre la rotación del
coronavirus (COVID-19), que para muchas empresas y administradores de la cadena de
suministros las compañías les ha resultado difícil mantenerse operando. Muchas han
buscado adaptar sus líneas de producción para fabricar productos esenciales, a pesar de
todos estos esfuerzos, todavía ha resultado difícil mantenerse al día con la demanda que
cambia rápidamente, pero bien al enfrentar la naturaleza de los estos cambios no solo basta
con mejorar los procesos productivos, sino que se debe abordar los flujos en donde está el
capital de las empresas.

“Nadie se baña dos veces en el mismo rio, porque todo cambia en el rio y en el que se
baña” (Heráclito), se puede decir que es hora de enfrentar el nuevo escenario y los cambios
que se avecinan nuevos roles, innovación en los métodos de entregas, producción y retos
nunca vistos previamente de forma rápida y eficaz.

Sin duda, esta nueva situación está siendo todo un desafío para las cadenas de suministro de
las empresas, lo que pone de relieve la importancia de la base tecnológica que las soporta.
En este punto, se recomienda que las empresas que mejoren todos los puntos de la cadena
de valor que está implicada en el suministro mediante la implantación de soluciones que
permitan prever la demanda y las necesidades, optimizar el surtido y la gestión de
productos disponibles, gestionar los precios, así como optimizar los inventarios, la
logística, el transporte y la gestión de los almacenes. Para ello se expone que, para modelar
y gestionar una red compleja de suministro mediante los conocimientos, habilidades que
puedan aportar el mejoramiento de la situación, basándose también de las siete dimensiones
que se expone Rodolfo Torres para poder llevar a cabo un buen modelamiento de las redes,
como son: Reconocer la naturaleza compleja, Sistemas ciber- físicos, Rápidos tiempos de
cambios, Procesos sustentables, Riesgos acotados, Enfoque de costos totales e Innovación
continua.

Se puede concluir que la cadena de suministro controla en muchas empresas la mayor parte
de las existencias y se puede focalizar como un factor para mejorar el capital: hay muchas
medidas que se pueden tomar para afrontar la pandemia actual y prepararse para mejorar las
que pueden llegar en el futuro, así como también adaptarse a los cambios será la clave
fundamental para contrarrestar y mitigar el impacto causado.

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