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Convertir el ejercicio físico en energía eléctrica, así

funciona Green Gym


Escrito por Miguel A. Perez, 12 de agosto de 2015 a las 17:30

FUTURO

En un gimnasio ecológico se puede generar un promedio de 37.000 kilovatios


a la hora a pleno rendimiento, una cantidad más que suficiente para cubrir las
demandas energéticas de una de estas instalaciones.
El culto al cuerpo ha experimentado un crecimiento espectacular en los
últimos años, no solo con la fiebre del running, el ciclismo y otros deportes al
aire libre, también con la apertura de numerosos centros deportivos con gran
variedad de servicios y horarios adaptados al cliente. Sabemos que hacer
deporte es un hábito saludable que debemos practicar con cierta regularidad
para mejorar nuestra condición física y prevenir la aparición de enfermedades
cardiovasculares, y dado el caso, ¿Por qué no hacerlo en un gimnasio
ecológico donde se genera energía mientras ejercitas tu cuerpo?
Eso es exactamente lo que plantea el Green Gym, un innovador concepto de
gimnasio que aprovecha la fuerza física y mecánica de los usuarios durante
sus rutinas de ejercicio para generar energía eléctrica 100% limpia. Ya
existen precedentes de instalaciones donde se utiliza la actividad humana para
generar electricidad, pero la idea de crear un gimnasio capaz de
autoabastecerse energéticamente de forma sostenible gracias al esfuerzo de
sus socios es realmente innovadora.
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El responsable de esta idea visionaria es Adam Boesel, un entrenador personal


sensibilizado por la ecología y el respeto al medio ambiente, que supo cómo
sacarle partido al consumo de calorías durante el ejercicio físico. Boesel inició
su andadura en 2010 con la apertura de tres centros oficiales funcionando bajo
este modelo sostenible de gimnasio en el estado de Oregón, EEUU, y desde
entonces consiguen un ahorro anual de un 85% de energía en comparación
con lo consumido por un gimnasio convencional.
Esto supone generar una media de 37.000 kilovatios a la hora gracias a los
ejercicios de tonificación muscular y rutinas de cardio que realizan
diariamente sus socios en las máquinas habilitadas en el centro. El interés
suscitado por esta innovadora forma de crear conciencia ecológica mientras
ejercitas tu cuerpo ha hecho que se extendiera a otras latitudes, con la apertura
en octubre de 2010 del primer Green Gym europeo en la ciudad de Berlín.

¿Cómo funciona el gimnasio ecológico?


Básicamente, consiste en conectar tanto las cintas de correr como las
bicicletas de spinning y elípticas a un generador central, con el objetivo de
transformar la energía cinética generada durante el pedaleo en electricidad.
Toda esa energía generada es inyectada posteriormente a la red general del
local para alimentar de forma autónoma todas las instalaciones del centro sin
necesidad de depender de la red eléctrica general.
Según los reportes registrados por los responsables, un usuario medio puede
generar entre 50 y 150 watts en una sesión de 30 minutos de ejercicio. Una
cantidad nada despreciable teniendo en cuenta que la afluencia a estos centros
se ha incrementado en los últimos años con la apertura de sus instalaciones los
siete días de la semana y con un horario intensivo de 8.00 a 22.00 que permite
una mayor rotabilidad de usuarios.

La idea del Green Gym no solo basa su autonomía energética en la fuerza


física de los usuarios que acuden diariamente al centro, también se
complementa con la instalación de paneles fotovoltaicos que permiten cubrir
la demanda energética en los momentos de menor producción. Además, la
energía eléctrica obtenida se rentabiliza con el uso eficiente de las
instalaciones del centro como la iluminación, la climatización o los equipos
electrónicos e informáticos del centro.
A partir de ahora, si no consigues bajar de peso en uno de estos gimnasios
ecológicos, al menos puedes contribuir con tu esfuerzo a fomentar el uso
sostenible de los recursos energéticos y a mejorar el medio ambiente entre
todos los socios.

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