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TRASTORNO DE APEGO REACTIVO

Los conflictos y la falta de afecto en la infancia pueden alimentar a este trastorno.


Un beso, un abrazo, una caricia… Todo ello tiene algo en común: en la mayoría de
los casos se llevan a cabo con cariño, y a la mayoría nos despiertan sensaciones
de calidez y afecto. Imaginemos por un momento que nunca hemos recibido
ninguno en la infancia. O que lo hemos hecho, pero sin que se haya manifestado
ningún afecto o emoción en ello. Imaginemos también que siempre nos hemos
sentido secundarios, poco importantes para nuestros seres cercanos. ¿Cómo nos
sentiríamos? ¿Cómo nos relacionaríamos con los demás?
No sería raro que ello nos provocara severas limitaciones, que marcarían y
dificultarían nuestro desarrollo como personas y nuestras relaciones sociales. Es
lo que les ocurre a aquellas personas con trastorno de apego reactivo. Veamos en
qué consiste.
El trastorno de apego reactivo: síntomas principales
El trastorno de apego reactivo se caracteriza por la presencia en niños de más de
nueve meses de edad de un patrón de comportamiento en el que se manifiesta
una elevada inhibición emocional y afectiva hacia sus cuidadores, no buscando e
incluso evitando contacto y consuelo en ellos incluso cuando se produce algún
estímulo o situación que le asusta o le causa dolor o inquietud. En general, el
sujeto se siente poco importante y valorado, y no posee una vinculación emocional
potente con ellos.
Este patrón de inhibición se mantiene no solo con sus cuidadores sino también a
nivel social, expresando dificultades para reaccionar emocionalmente al entorno
social y manifestando con cierta frecuencia irritabilidad, tristeza o miedo de los
cuidadores aún en situaciones que no les supongan una amenaza. Es frecuente
que expresen pocos sentimientos o emociones positivas en la interacción social.
Los síntomas antes descritos se pueden observar antes de los cinco años de
edad, y es importante tener en cuenta que sólo se puede diagnosticar en el caso
de que no se cumplan los criterios diagnósticos para el autismo. En este sentido,
resulta fácil observar cierta semejanza entre algunos aspectos de la
sintomatología de ambos trastornos, pero existen grandes diferencias. Una de
ellas es su causa, que en el caso del trastorno de apego reactivo se ha
identificado y de hecho forma parte de sus criterios diagnósticos.
Las causas del trastorno de apego reactivo, requisito de hecho para que pueda ser
diagnosticado, se encuentran principalmente en el cuidado insuficiente durante los
primeros años de vida. El sujeto no ha recibido suficiente afecto ni suplido sus

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American Psychiatric Association., Kupfer, D. J., Regier, D. A., Arango López, C., Ayuso-Mateos, J. L., Vieta
Pascual, E., & Bagney Lifante, A. (2014). DSM-5: Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos
mentales (5a ed.). Madrid [etc.]: Editorial Médica Panamericana.
necesidades emocionales y de cuidado, cariño y protección y/o las fisiológicas
básicas.
También es posible que se hayan dado violencia intrafamiliar, sea o no física o se
dirija o no al menor en cuestión, o abusos sexuales. Sin embargo, esto no quiere
decir que no pueda producirse en familias sin grandes dificultades a nivel
socioeconómico, siendo lo definitorio el hecho de que no han satisfecho o no han
sabido satisfacer suficientemente las necesidades de afecto, o bien han resultado
excesivamente ambivalentes en la expresión de la afectividad hacia el sujeto en
cuestión.
También pueden tener este trastornos menores que hayan pasado por diversos
cambios de cuidadores principales (por temas de custodia), o aquellos que hayan
sido educados en instituciones y contextos como orfanatos o auspicios en que no
se les ha dedicado suficiente tiempo ni se atiende suficientemente a sus
necesidades afectivas. Hay que tener en cuenta que la vivencia de estas
circunstancias no tiene porqué causar un trastorno.
Tratamientos
Es necesario que el sujeto pueda establecer una vinculación sólida con un
cuidador de referencia que le proporcione apoyo emocional. Por ello
frecuentemente los sujetos con este tipo de trastorno se van a beneficiar del uso
de terapia familiar, de cara no solo a tratar sujeto sino a lograr que se establezcan
pautas educativas apropiadas en los casos en que haya déficit de habilidades
parentales.
Es esencial trabajar el componente afectivo con el menor. En este sentido va a ser
de gran utilidad el uso de terapias dedicadas a fortalecer la autoestima del sujeto,
así como entrenamiento en habilidades sociales. La reestructuración cognitiva va
a permitir cambiar las cogniciones disfuncionales que el sujeto pueda tener
respecto a la vinculación social.
Hay que tener también en cuenta que algún caso se produce en un contexto de
negligencia severa de las necesidades del menor, con circunstancias que
supongan incluso un peligro para la vida del sujeto. como la existencia de
dependencia a las drogas por parte de los padres. En este aspecto puede ser
necesaria la retirada de la tutela o custodia por parte de un juez sea de forma
temporal o permanente.

Trastorno de apego reactivo


A. Patrón constante de comportamiento inhibido, emocionalmente retraído hacia
los cuidadores adultos, que se manifiesta por las dos características siguientes:

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1. El niño raramente o muy pocas veces busca consuelo cuando siente malestar.
2. El niño raramente o muy pocas veces se deja consolar cuando siente malestar.
B. Alteración social y emocional persistente que se caracteriza por dos o más de
los síntomas siguientes:
1. Reacción social y emocional mínima a los demás.
2. Afecto positivo limitado.
3. Episodios de irritabilidad, tristeza o miedo inexplicado que son evidentes incluso
durante las interacciones no amenazadoras con los cuidadores adultos.
C. El niño ha experimentado un patrón extremo de cuidado insuficiente como se
pone de manifiesto por una o más de las características siguientes:
1. Negligencia o carencia social que se manifiesta por la falta persistente de tener
cubiertas las necesidades emocionales básicas para disponer de bienestar,
estímulo y afecto por parte de los cuidadores adultos.
2. Cambios repetidos de los cuidadores primarios que reducen la oportunidad de
elaborar un apego estable (p. ej., cambios frecuentes de la custodia).
3. Educación en contextos no habituales que reduce en gran manera la
oportunidad de establecer un apego selectivo.
D. Se supone que el factor cuidado del Criterio C es el responsable de la
alteración del comportamiento del Criterio A (p. ej., las alteraciones del Criterio A
comienzan cuando falta el cuidado adecuado del Criterio C).
E. No se cumplen los criterios para el trastorno del espectro del autismo.
F. El trastorno es evidente antes de los 5 años.
G. El niño tiene una edad de desarrollo de al menos 9 meses.
Especificar si:
Persistente: El trastorno ha estado presente durante más de 12 meses.
Especificar la gravedad actual:
El trastorno de apego reactivo se especifica como grave cuando un niño tiene
todos los síntomas del trastorno, y todos ellos se manifiestan en un grado
relativamente elevado.

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TRASTORNO DE MOVIMIENTOS ESTEREOTIPADOS

Es un trastorno que aparece en la infancia y adolescencia consistente en que la


persona realiza movimientos de carácter peculiar y que interfieren en la vida de la
persona, y afectan al ámbito personal y social.

Trastorno de movimientos estereotipados


A. Comportamiento motor repetitivo, aparentemente guiado y sin objetivo (p. ej.,
sacudir o agitar las manos, mecer el cuerpo, golpearse la cabeza, morderse,
golpearse el propio cuerpo).
B. El comportamiento motor repetitivo interfiere en las actividades sociales,
académicas u otras y puede dar lugar a la autolesión.
C. Comienza en las primeras fases del período de desarrollo.
D. El comportamiento motor repetitivo no se puede atribuir a los efectos
fisiológicos de una sustancia o una afección neurológica y no se explica mejor por
otro trastorno del desarrollo neuroló-gico o mental (p. ej., tricotilomanía [trastorno
de arrancarse el cabello],trastorno obsesivo-compulsivo).
Especificar si:
Con comportamiento autolesivo (o comportamiento que derivaría en lesión si no se
emplearan medidas preventivas).
Sin comportamiento autolesivo
Especificar si:
Asociado a una afección médica o genética, un trastorno del desarrollo
neurológico o un factor ambiental conocidos (p.ej., síndrome de Lesch-Nyhan,
discapacidad intelectual [trastornodel desarrollo intelectual], exposición intrauterina
al alcohol).
Nota de codificación: Utilizar un código adicional para identificar la afección
médica o genética, o trastorno del desarrollo neuroló-gico asociado.
Especificar la gravedad actual:

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Leve: Los síntomas desaparecen fácilmente mediante estímulo sensorial o
distracción.
Moderado: Los síntomas requieren medidas de protección explícitas y
modificación del comportamiento.
Grave: Se necesita vigilancia continua y medidas de protección para prevenir
lesiones graves.
Procedimientos de registro
En el trastorno de movimientos estereotipados asociado a una afección médica o
genética, trastorno del desarrollo neurológico o un factor ambiental conocidos, se
registrará trastorno de movimientos estereotipados asociado a (nombre de la
afección, trastorno o factor).
Causas del trastorno de movimientos estereotipados
En cuanto a las teorías que han intentado dar explicación al tema podemos hacer
referencia a una teoría biológica, cuyas conductas autolesivas y estereotipadas
son consecuencia de factores biológicos, normales o alterados.
Y a una teoría conductual, donde las conductas son clases de respuestas
operadas mantenidas por reforzamiento. Es decir, la conducta estereotípica puede
indicar la presencia de algo que les resulta estimulante, es decir puede que la
conducta sea un complemento a cualquier otra acción que realice el sujeto, por
ejemplo para relajarse.
Un aspecto más complejo de comprender es el hecho de que se mantengan
conductas de autolesión. Algunos estudios muestran que éstas pueden influir en la
liberación de endorfinas en el cerebro (neurotransmisores responsables de las
sensaciones agradables).

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INSOMNIO PRIMARIO
Considerar el papel de una enfermedad médica o el consumo de sustancias y
tener en cuenta si la alteración del sueño se explica mejor por otro trastorno
mental:
1A. Considerar el papel de las enfermedades médicas. Trastorno del sueño debido
a… (indicar enfermedad médica), (diferente del Trastorno del sueño relacionado
con la respiración)
1B. Si el sujeto está consumiendo una sustancia de abuso o está tomando una
medicación, considerar: Trastorno del sueño inducido por sustancias (incluyendo
medicación)
Paso 1
Considerar el papel de otros trastornos mentales. Insomnio relacionado con otro
trastorno mental Hipersomnia relacionada con otro trastorno mental Considerar si
la alteración del sueño tiene que ver con frecuentes cambios de husos horarios o
cambios del turno del trabajo: Trastorno del ritmo circadiano (antes Trastorno del
ritmo sueño -vigilia).
En este trastorno se incluyen el tipo sueño retrasado (en el que ciclo sueño-vigilia
está retrasado en relación a las demandas de la sociedad), el tipo jet lag (en
relación con frecuentes viajes a zonas con distinto huso horario), el tipo cambios
de turno de trabajo y el tipo no especificado.
Información adicional: hay que diferenciar entre las quejas atribuibles a factores
externos, intrínsecos o del ritmo circadiano. En muchos de los pacientes que
consultan en AP las causas que provocan insomnio están relacionadas con el
entorno del paciente; sobre todo con factores ambientales como los efectos de la
luz, la temperatura y el ruido, así como el hecho de dormir en condiciones
ambientales distintas de las habituales y los cambios de ritmos y horarios en
personas que trabajan a correturnos.
Considerar si los síntomas son básicamente sucesos que aparecen durante
el sueño:
3A. Si aparecen despertares repetidos con el recuerdo de sueños terroríficos,
considerar: Pesadillas (antes Trastorno por sueños angustiosos)
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3B. Si se dan despertares repetidos sin el recuerdo de éstos o del contenido de los
sueños, considerar:

DIFICULTADES DE LA CONCILIACIÓN DEL SUEÑO


Los trastornos del sueño son problemas relacionados con dormir. Estos incluyen
dificultades para conciliar el sueño o permanecer dormido, quedarse dormido en
momentos inapropiados, dormir demasiado y conductas anormales durante el
sueño.
Causas
Hay más de 100 trastornos diferentes de sueño y de vigilia que se pueden agrupar
en 4 categorías principales:
Problemas para conciliar el sueño y permanecer dormido (insomnio).
Problemas para permanecer despierto (somnolencia diurna excesiva).
Problemas para mantener un horario regular de sueño (problema con el ritmo del
sueño).
Comportamientos inusuales durante el sueño (conductas que interrumpen el
sueño).
PROBLEMAS PARA CONCILIAR EL SUEÑO Y PERMANECER DORMIDO
El insomnio incluye dificultad para conciliar el sueño o para permanecer dormido.
Los episodios pueden aparecer y desaparecer, durar entre 2 y 3 semanas (a corto
plazo) o ser duraderos (crónicos).
PROBLEMAS PARA PERMANECER DESPIERTO
El hipersomnio es una afección en la cual las personas tienen una somnolencia
diurna excesiva, lo que quiere decir que se sienten cansadas durante el día. El
hipersomnio también puede incluir situaciones en las que la persona necesita
dormir demasiado. Esto se puede deber a otras afecciones, pero también se
puede deber a un problema en el cerebro. Las causas de este problema incluyen:
Afecciones médicas tales como la fibromialgia y bajo funcionamiento de la tiroides.
Mononucleosis y otras enfermedades virales

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Narcolepsia y otros trastornos del sueño
Obesidad, especialmente si causa apnea obstructiva del sueño
Cuando no se puede encontrar ninguna causa para la somnolencia, se denomina
hipersomnio idiopático.
PROBLEMAS PARA MANTENER UN HORARIO REGULAR DE SUEÑO
También se pueden presentar problemas cuando no se mantiene un horario
constante de sueño y de vigilia, lo cual sucede cuando se viaja cruzando zonas
horarias distintas y con trabajos por turnos en horarios rotativos, particularmente
los que trabajan en las noches.
Los trastornos que involucran una interrupción del horario del sueño incluyen:
Síndrome de sueño y vigilia irregulares
Síndrome del desfase horario
Insomnio paradójico (la persona realmente duerme una cantidad de tiempo distinta
a la que cree)
Trastorno del sueño a causa del trabajo por turnos
Fase de sueño retrasada, como en los adolescentes que se van a dormir muy
tarde en la noche y duermen hasta el mediodía
Fase de sueño avanzada, como en los adultos mayores que se van a dormir
temprano por la tarde y se despiertan muy temprano

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TERROR NOCTURNO
Durante una noche típica, el sueño pasa por una serie de fases. Cada una de ellas
se asocia a una actividad cerebral particular, y la fase de movimientos oculares
rápidos (MOR o REM en inglés) es cuando tienen lugar la mayoría de sueños.
Los terrores nocturnos ocurren durante el sueño no REM. A diferencia de las
pesadillas (que ocurren durante el sueño REM), un terror nocturno no es un sueño
desde el punto de vista técnico, sino más probablemente una súbita reacción de
miedo que tiene lugar durante la transición de una fase de sueño a otra.
Los terrores nocturnos suelen ocurrir de dos a tres horas después de que el niño
concilie el sueño, cuando tiene lugar la transición desde la fase de sueño más
profunda no REM a la más superficial de sueño REM, la etapa en que se producen
los sueños. Por lo general, esta transición sucede con suavidad. Pero en
ocasiones el niño se agita y se asusta —y esa reacción de miedo es el terror
nocturno.
Durante un terror nocturno, un niño puede incorporarse y sentarse en la cama
súbitamente y ponerse a chillar o gritar como si estuviera sumamente angustiado.
La respiración y el ritmo cardíaco se le pueden acelerar, puede empezar a sudar,
a agitarse y a comportarse como si estuviera sumamente alterado y asustado. Al
cabo de unos minutos o algo más, el niño se calma y se vuelve a dormir
plácidamente.
A diferencia de las pesadillas, que se suelen recordar, al día siguiente los niños no
tienen ningún recuerdo del terror nocturno porque estaban dormidos mientras
ocurrió —y no tienen imágenes mentales que evocar.
¿Cuál es su causa?
Los terrores nocturnos están provocados por una hiperactivación del sistema
nervioso central (SNC) durante el sueño. Esto puede ocurrir porque el SNC (que
regula la actividad cerebral durante el sueño y la vigilia) todavía está madurando.
Algunos niños heredan una tendencia a esta hiperactivación; aproximadamente el
80% de los niños que tienen terrores nocturnos tienen un pariente que también los
experimentó o bien que sufrió de sonambulismo (un tipo similar de trastorno del
sueño) durante la infancia.
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Los terrores nocturnos se han descrito en niños que:
Estaban muy cansados, enfermos, estresados o fatigados
Estaban tomando un medicamento nuevo
Dormían en un entorno nuevo o lejos de su casa.
Los terrores nocturnos son relativamente poco frecuentes —solamente afectan a
entre el 3 y el 6% de los niños, mientras que prácticamente todos los niños tienen
alguna pesadilla de vez en cuando. Los terrores nocturnos se suelen dar en niños
de entre cuatro y doce años, pero se han descrito en niños de solo 18 meses.
Parecen ser un poco más frecuentes en los niños que en las niñas.
Un niño puede tener un episodio de terror nocturno aislado o varios antes de que
este tipo de episodios desparezcan por completo. La mayoría de las veces los
terrores nocturnos desaparecen solos conforme va madurando el sistema
nervioso.
Cómo reaccionar ante un terror nocturno
Los terrores nocturnos pueden alarmar bastante a los padres, que suelen sentirse
impotentes al no poder consolar a sus hijos. La mejor forma de reaccionar ante un
terror nocturno es esperar pacientemente a que pase y asegurarse de que el niño
no se hace daño al agitarse. Generalmente los niños se tranquilizan y vuelven a la
placidez del sueño al cabo de pocos minutos.
Es mejor no intentar despertar al niño durante un terror nocturno. Esos intentos no
suelen funcionar y, en el caso de que funcionen, lo más probable es que, al
despertarse, el niño se sienta desorientado y confundido, por lo que
probablemente le costará más tranquilizarse y volver a conciliar el sueño.
Los terrores nocturnos no tienen tratamiento, pero usted puede contribuir a que no
sucedan en primer lugar. Pruebe lo siguiente:
Reduzca el estrés a que está sometido su hijo.
Establezca y mantenga una rutina para antes de acostar a su hijo que sea simple
y relajante.
Asegúrese de que su hijo descansa lo suficiente.
No permita que su hijo se canse demasiado estando levantado hasta tarde.
Entender los terrores nocturnos puede reducir las preocupaciones de los padres y
ayudarles a dormir bien por las noches. Pero, si su hijo tiene terrores nocturnos

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Pascual, E., & Bagney Lifante, A. (2014). DSM-5: Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos
mentales (5a ed.). Madrid [etc.]: Editorial Médica Panamericana.
repetidamente, hable con el pediatra del niño por si fuera preciso consultar a un
especialista en sueño.
A. Episodios recurrentes de despertares bruscos, que se producen generalmente
durante el primer tercio del episodio de sueño mayor y que se inician con un grito
de angustia.
B. Aparición durante el episodio de miedo y signos de activación vegetativa de
carácter intenso, por ejemplo, taquicardia, taquipnea y sudoración.
C. El individuo muestra una falta relativa de respuesta a los esfuerzos de los
demás por tranquilizarle.
D. Existe amnesia del episodio: el individuo no puede describir recuerdo alguno
detallado de lo acontecido durante la noche.

E. Estos episodios provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social,


laboral, o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

F. La alteración no se debe a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p.


ej., drogas, fármacos) o de una enfermedad médica.

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mentales (5a ed.). Madrid [etc.]: Editorial Médica Panamericana.
SONAMBULISMO
Es un trastorno que ocurre cuando las personas caminan o realizan otra actividad
estando aún dormidas.
Causas
El ciclo normal del sueño tiene etapas, desde la somnolencia leve hasta el sueño
profundo. Durante la etapa llamada sueño con movimientos oculares rápidos
(MOR), los ojos se mueven rápidamente y son más comunes los sueños vívidos.
Todas las noches, las personas pasan por varios ciclos de sueño no MOR
(desincronizado) y sueño MOR. Caminar dormido (sonambulismo) ocurre con
mayor frecuencia durante el sueño profundo no MOR, en las primeras horas de la
noche (denominado sueño N3).
Caminar dormido se da más frecuentemente en niños que en adultos mayores.
Esto se debe a que a medida que las personas envejecen, tienen menos sueño
N3. El sonambulismo tiende a ser hereditario.
La fatiga, la falta de sueño y la ansiedad están asociadas con el sonambulismo.
En los adultos, el sonambulismo puede ocurrir debido a:
Uso de alcohol, sedantes u otros medicamentos, como algunas pastillas para
dormir
Afecciones, tales como convulsiones
Trastornos mentales
En adultos mayores, el sonambulismo puede ser un síntoma de un problema
médico que hace que las funciones mentales disminuyan (trastorno
neurocognitivo).
A. Episodios repetidos que implican el acto de levantarse de la cama y andar por
las habitaciones en pleno sueño, que tienen un lugar generalmente durante el
primer tercio del período de sueño mayor.

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B. Durante estos episodios, el individuo tiene una mirada fija y perdida, se muestra
relativamente arreactivo a los intentos de los demás para establecer un diálogo
con él y sólo puede ser despertado a base de grandes esfuerzos.
C. Al despertar (tanto en pleno episodio como a la mañana siguiente), el sujeto no
recuerda nada de lo sucedido.
D. A los pocos minutos de despertarse del episodio de sonambulismo, el individuo
recobra todas sus facultades y no muestra afectación del comportamiento o las
actividades mentales (aunque en un primer momento puede presentar confusión o
desorientación).

E. Los episodios de sonambulismo provocan malestar clínicamente significativo o


deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

F. La alteración no se debe a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p.


ej., drogas, medicamentos) o de una enfermedad médica.

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RIMAS DEL SUEÑO
Los “tics de habito” o “ritmias del sueño”. Aunque su nombre impresiona no deben
preocupar a los padres.Publicado por Dr. Paulino Castells y Dr.J.Mateu Sancho
Los niños pequeños presentan con frecuencia los llamados “tics de hábito”, que en
términos médicos se conoce como automatismo hípnico de hábito o ritmias del
sueño aunque el nombre por los que se les conoce impresiona no tiene porque
preocupar a ningún padre, pues se trata de un fenómeno nocturno de gran
benignidad.
En estos casos el niño acostado, antes de coger el sueño, empieza a golpear su
cabeza contra la almohada, bien sea boca arriba con movimientos rítmicos de
balanceo hacia un lado y otro, o boca abajo a la vez que se incorpora sobre las
rodillas en posición de gateo y comienza un balanceo rítmico del cuerpo y de la
cabeza. Frecuentemente todo ello se acompaña de runruneos de
autoacunamiento, como si el propio niño cantara para así conciliar el sueño.
Hay que insistir en la total benignidad de este tipo de automatismo, que
acostumbra en ocasiones a ser hereditario, propio de niños avispados y nerviosos
(muy diferente de los balanceamientos diurnos que presentan algunos niños con
severos retrasos mentales) y que a menudo se inicia a los pocos meses de vida y
tarda algunos años en desaparecer (habitualmente comienza sobre los nueve
meses y termina antes de los cuatro años).
El único problema lo plantean aquellos casos de niños muy vigorosos que llegan a
desplazar la cama con sus balanceos y se golpean contra las paredes (en estos
casos la alarma, obviamente, es de los vecinos).
Otro fenómeno nocturno es el del niño dormido que empieza a dar patadas y a
sacudir su cuerpo, estremeciéndose, con gran sorpresa del progenitor que ha
incurrido en el error de metérselo en su cama. Tal sorpresa se convierte en
angustiosa preocupación en los casos en que el niño había presentado alguna

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situación crítica parecida (por ejemplo, una convulsión febril), temiendo los padres
su repetición.
En estos casos hay que tranquilizar a los padres, porque este fenómeno no tiene
significación patológica alguna. Las sacudidas acostumbran a ser más evidentes
en las piernas, presentándose preferentemente cuando el niño se adormece y en
las primeras fases de sueño ligero. Cuando tales sacudidas son excesivas
constituyen el llamado “síndrome de las piernas inquietas”.
Estos automatismos nocturnos no precisan tratamiento médico alguno.
• Ritmias del sueño
Son parasomnias que padece 4% de los niños y ocurren en mitad de la noche,
repitiéndose 3 ó 4 veces. Su ritmo es regular, alrededor de 1 por segundo.
Los pacientes giran la cabeza, balancean una pierna y algunos logran mover la
cama. En muchas ocasiones lo que motiva la consulta es el ruido que generan. A
partir de los 3-4 años, desaparecen espontáneamente. Cuando persisten más allá
de los 6 años hay que investigar la posible asociación con enfermedades físicas o
psíquicas.
o Jactatio capitis
Es una llamativa ritmia del sueño que consiste en movimientos de afirmación y
rotación de la cabeza o de todo el cuerpo. Puede verse en dos tercios de los niños
menores de uno año y son más frecuentes en los varones.

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