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Título 2012-162763

APELA TACHA

AL REGISTRO DE PERSONAS JURIDICAS DE LIMA

Att. Juan Toscano Meneses – Registrador (e):

VICTOR ASISCLO SIERRA GUIO, con DNI XXXX, domiciliado en

XXXXX, digo:

Apelo de la tacha decretada mediante esquela del 02.03.2012, y solicito que el

Tribunal Registral la revoque y ordene la inscripción, por los argumentos siguientes:

PRIMERO: RESPECTO A LA VIGENCIA DE DIVERSAS MEDIDAS

CAUTELARES QUE SE INDICAN EN LA ESQUELA

Existe un grueso error de su despacho, porque ninguna de dichas medidas

cautelares estaba vigente a la fecha en que se presentó el título.

En efecto: en el asiento D11 se anotó la medida cautelar de embargo en forma de

administración y el nombramiento de Salomón Alarcón como administrador judicial de

la sociedad, ordenada por el 4º Juzgado Mixto de San Juan de Lurigancho. Esta medida

fue variada a la de suspensión de acuerdos de la junta general del 08.08.2004, y se

ordenó a Salomón Alarcón que entregue el cargo, lo cual se inscribió en el asiento D13.

Luego, la medida variada fue dejada sin efecto por el propio juzgado que la ordenó,

como aparece del asiento D181. Por tanto, no existe medida cautelar alguna inscrita

en los asientos D11, D13 y D18.

1
El asiento D18 señala literalmente que se trata de un “LEVANTAMIENTO DE MEDIDA
CAUTELAR”. Por tanto, se habría incurrido en error material al extenderlo en el rubro D y no
en el rubro E – Cancelaciones, error que tendrá que ser corregido de oficio por el Registro.
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De otro lado, en el asiento D19 se anotó la medida cautelar de nombramiento de

Dionisio Cárdenas como administrador judicial transitorio, ordenada por el 12º Juzgado

Comercial. Otra medida de similar naturaleza (ordenada por el 7º Juzgado Civil de Lima

que nombró a Alejandro Soldevilla también como administrador judicial) se anotó en el

asiento D20. Existiendo una clara incompatibilidad entre ambas Luego, el 12º Juzgado

reconoció que prevalecía la medida cautelar dispuesta por el 7º Juzgado, como se

inscribió en el asiento D22. De ello resulta que la medida anotada en el asiento D19

quedó sin efecto, pues prevalecía sólo la del asiento D20.

La medida anotada en el asiento D20 fue variada en cuanto a la persona

nombrada como administrador judicial, como aparece del asiento D23. Finalmente, el 7º

Juzgado dejó sin efecto la referida medida cautelar. Por tanto, no existe medida

cautelar alguna inscrita en los asientos D19, D20, D22, D23 o D24.

Consiguientemente, no existe obstáculo alguno en la partida que impida la

inscripción. Y aunque lo hubiese, se trataría de obstáculos temporales y salvables (pues

esa esa la naturaleza de toda medida cautelar), y no absolutos, definitivos o insalvables,

por lo que no correspondía decretar la tacha sino suspender y observar el título.

Me reservo el derecho de denunciar administrativamente al Registrador (e)

Toscano por haber incurrido en la falta prevista en el art. 44 literal d) del Estatuto de la

SUNARP, según el cual “los Registradores Públicos serán particularmente responsables

en los siguientes casos: d) Por denegar, retardar o no extender indebidamente alguna

inscripción, anotación, cancelación o nota marginal”.

SEGUNDO: SOBRE LA SUPUESTA DISCREPANCIA EN LOS LIBROS

DE ACTAS DE LA JGA (NUMERAL 1 DE LA ESQUELA DE TACHA)

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La discrepancia radicaría en que el último acto inscrito corresponde a una sesión

de JGA del 29.08.2005 asentada en un libro abierto en 1995, mientras que la sesión

contenida en el título apelado, pese a ser anterior (del 2004) está plasmada en un libro

abierto el 2004, de lo cual el Registrador entiende que en el 2004 estaba abierto aún el

libro de 1995.

En principio, debo señalar que existe plena compatibilidad entre los libros, pues

el libro que corresponde a la última inscripción fue abierto en 1995, y el libro que

contiene la JGA que acordó la modificación estatutaria rogada es del 2004.

Ahora, por diversas circunstancias el acta del 2004 bien pudo no ser extendida

en el libro de 1995, y recién se extendió en el nuevo libro. Esta mora en la

incorporación del acta al libro correspondiente es un asunto de responsabilidad del

gerente, quien realiza legalmente la llevanza de los libros 2, pero no puede constituir un

obstáculo para la inscripción. Por ello, el orden de la extensión de las actas constituye

un aspecto de entera, exclusiva y excluyente responsabilidad de los órganos de la

persona jurídica encargados de la llevanza o custodia de los libros.

Por lo demás, el artículo 8 del Reglamento de Inscripciones del Registro de

Sociedades dispone que “(e)l Registrador no asumirá responsabilidad por la autenticidad

y el contenido de libros u hojas sueltas, actas, instrumentos, ni por la firma, identidad,

capacidad o representación de quienes aparecen suscribiéndolos”. De igual modo, del

tercer, cuarto y quinto párrafos del artículo 135 de la Ley General de Sociedades 3
2
Artículo 190º.- Responsabilidad. (…)
El gerente es particularmente responsable por: 1. La existencia, regularidad y veracidad de
(…) los libros que la ley ordena llevar a la sociedad y los demás libros y registros que debe
llevar un ordenado comerciante.
3
Artículo 135º.- Contenido, aprobación y validez de las actas. (…)
El acta, incluido un resumen de las intervenciones referidas en el párrafo anterior, será
redactada por el secretario dentro de los cinco días siguientes a la celebración de la junta
general.
Cuando el acta es aprobada en la misma junta, ella debe contener constancia de dicha
aprobación y ser firmada, cuando menos, por el presidente, el secretario y un accionistas
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aparece meridianamente que es admisible la extensión del acta de junta general de

accionistas en una fecha posterior a la de la reunión. Entonces, si la fechas de la reunión

y la de su redacción y extensión en el libro pueden ser distintas, cabe la posibilidad que

en ese lapso se plasme en dicho libro –por cualquier razón- el acta de otra junta de

accionistas. Y es que las necesidades e intereses de las sociedades no pueden

supeditarse, someterse o postergarse en aras de cumplir con formalidades que,

finalmente, están al servicio de aquéllas, y que por lo mismo su cumplimiento debe ser

evaluado con criterio de razonabilidad y utilidad.

TERCERO: SOBRE LA DISCREPANCIA EN EL INICIO DE

ACTIVIDADES Y EN LA AMPLITUD DE LA MODIFICACION

ESTATUTARIA (NUMERALES 2 Y 3 DE LA ESQUELA DE TACHA)

Es falso que en el art. 1º del estatuto se señale que el inicio de las actividades

de la sociedad fue el 16.09.1992. Lo que aparece en dicho artículo es que la personería

jurídica fue adquirida en dicha fecha, pero sus activicades iniciaron el 21.07.1992, por

lo que existe plena coincidencia con el asiento de constitución. Nuevamente existe una

calificación que excede el error o la displicencia, y que claramente constituye abuso y

denegación indebida de una inscripción, por lo que oportunamente denunciaré al

Registrador Toscano ante el órgano competente.

De otro lado, y en una muestra más del abuso de sus facultades de calificación,

se acusa como discrepancia que la escritura y la minuta indican que el acto celebrado es

designado al efecto.
Cuando el acta no se aprueba en la misma junta, se designará a no menos de dos accionistas
para que, conjuntamente con el presiente y el secretario, la revisen y aprueben. El acta debe
quedar aprobada y firmada dentro de los diez días siguientes a la celebración de la junta y
puesta a disposición de los accionistas concurrentes o sus representantes, quienes podrán dejar
constancia de sus observaciones o desacuerdos mediante carta notarial.
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la modificación estatutaria parcial, cuando realmente es total. Al respecto, conviene

precisar que los títulos de las escrituras o el contenido de las minutas que recogen actos

societarios son meramente referenciales, pues la voluntad societaria se origina y está

plasmada no en la minuta, sino en los acuerdos de la JGA u otros órganos plasmados en

actas extendidas en los libros correspondientes; y por ello no puede haber

“discrepancia” alguna entre tales datos.

Ahora, la discrepancia acusada no existe realmente, y ello es reconocido por el

propio Registrador Toscano en cuanto afirme que “el acto es la modificación total del

estatuto”. En efecto: de las actas insertas en la escritura aparece claramente que

inicialmente se acordó la modificación parcial, pero posteriormente se modificó

totalmente el estatuto con ocasión de la adecuación de la sociedad a la nueva LGS. Por

tanto, carece de todo sustento fáctico la observación, constituyendo un motivo adicional

para la denuncia que interpondré contra el citado funcionario.

SOBRE LA PENDENCIA DE TITULOS SUPUESTAMENTE

INCOMPATIBLES Y SOBRE LA INADECUACION DEL NUMERO DE

DIRECTORES (NUMERAL 4 DE LA ESQUELA DE TACHA):

Los asientos de presentación de los títulos referidos ya no están vigentes, por

haberse decretado su tacha procesal.

De otro lado, la existencia de un directorio de 5 miembros no colisiona con la

modificación estatutaria que prevé 6 miembros, por una simple razón: la inscripción del

directorio de 5 miembros está legitimada conforme al art. 2013 del Código Civil, por lo

que la modificación estatutaria no puede afectarle. Recién en la nueva elección del

directorio será de aplicación la nueva norma estatutaria.

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Por lo expuesto, sírvase elevar el título al Tribunal Registral, donde espero

alcanzar la revocatoria.

Lima, 20 de marzo del 2012.

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