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Síntesis del artículo “Leer: ¿de qué estamos hablando?


Eduardo Galeano afirmó haber sido de la generación donde no se deshacían de las cosas, que
ellos tenían costumbres como eran guardar cubiertos desechables y/o cajas para reutilizarlos
en algún evento, testifica que en las familias existía un representante que se caracterizaba por
tener estos hábitos, y ellos fueron quienes declararon la crisis de los valores y las costumbres,
de igual forma expresa que el mundo en sus dos últimos siglos con relación a lo intelectual y
académico esta forzado, por un modelo de indecisión el en aprendizaje.
Este asunto de “la crisis” se refleja en todos los campos y en especial en la lectura, esto se
evidencio desde el siglo XIX cuando los profesores manifestaban que la lectura estaba
desapareciendo, por ello en el siglo XX teniendo de presente esos antecedentes, aparecen los
promotores de lectura que con ayuda del ministerio de educación y de cultura generan
estrategias para contribuir a retomar los hábitos de la lectura en especial a los niños y adultos.
Si bien el promover la lectura es difícil teniendo en cuenta que no se sabe en dónde está la
falla, lo que dificulta el trabajo de los profesores y por ello es indispensable desarrollar estas
prácticas desde la infancia, es decir que la edad propicia para infundir la lectura es de los cero
a los cinco años y ello conlleva a interiorizar y desarrollar estos hábitos. Se evidencia que la
crisis de la lectura no es porque se dejó de leer, sino porque no se hace como en el siglo XIX,
pero que las personas siguen leyendo en forma distinta, de otras maneras y crea nuevos
públicos lectores, para un lector lo más importante es la intriga, la provocación y localizar las
señas que nos permitan edificar el gusto y así, hacer hipótesis.
Según Raymond Williams llama “estructura de sentimiento” tratar de conocer una opinión de
una habilidad lectora y su consecuencia se basa en la práctica diaria, por ello se evalúa la
experiencia lectora de la época y así se valida y justifica la lectura, lo que indica que la crisis es
el no aceptar las nuevas formas de leer.
Graciela Montes afirma que las ideas de una lectura son materializadas y son tipos de la
estructura de sentimiento en una época y si se junta con el estado de ánimo no permite
hallarse, esto genera una serie situaciones que se convierten en timos para el lector.
la lectura en la actualidad ha cambiado y transformado y por ello se dice que está en crisis,
pero lo que se extraña es la forma de leer, en donde un lector se embebecía en el libro y la
lectura era lo único que importaba hasta el punto de desconectarse en el mundo, sin ello el
lector no tenía sentido leer, porque se convertía en un ser único en el cosmos. Por ello dice que
concepto de la lectura nos hace mejores personas y se debe seguir luchado; solo existe un
problema donde se refleja que existen paradigmas que si no se compran libros es porque hay
pocos lectores como en el caso de nuestro país.
Se tiene la creencia que si no es con un libro impreso el ser humano no esté leyendo, son
ejemplos que afirman los maestros, escritores, editores, libreros, bibliotecarios y todos aquellos
promotores de la práctica de la lectura, que oponen resistencia al cambio y que para evadir la
crisis se deben implementar nuevas formas de lectura, sabiendo que la tecnología está
avanzando. Ahora bien, lo importante es volver a implementar la lectura con una idea
contemporánea y esto se logra por media de la “lectura cero”. Promover la lectura desde el
punto de vista alimentador para nuestro diario vivir, nos permite sostener a lo largo del tiempo y
complementarlo con la enseñanza de las escuelas, tarea que no es únicamente de los
profesores de español los preocupados de esta responsabilidad que nos enfrenta a resolver la
crisis y nos pone en el ejercicio de la vida diaria.
Es realmente importante resaltar las nuevas tendencias y las preferencias en un universo
cultural que permite tener alternativas de espacio y tiempo adecuados sin entrar a conflictos o
acusaciones con las nuevas tecnologías, que son evidentes más escogidas, sin embargo,
debemos pensar en la trasformación de los materiales didácticos y sus nuevas formas de leer.
Según Ronald Barthes y su pensamiento de promover la lectura como un placer, aunque
descontextualizado para muchos, sigue siendo en mi opinión la relación más divertida en leer y
generar nuevas prácticas de lectura.
ALEXANDER HERREÑO DUARTE
Estudiante contaduría publica

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