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con discapacidad exige para su garantía y efectividad el respeto de los principios de vida independiente,

dignidad y autonomía individual, incluida la libertad de tomar las propias decisiones, y la independencia de
las personas; la participación e inclusión plenas y efectivas en materia la-boral y en la sociedad; el respeto por
la diferencia y la aceptación de las personas con discapacidad como parte de la diversidad y la condición
humanas; el respeto al desarrollo de la personalidad de las personas con discapacidad; accesibilidad universal
y diseño para todos; así como la transversalidad de las políticas en materia de discapacidad

La Convención de la ONU ha supuesto un salto cualitativo en las polí-ticas sociales en la materia, al plantear
como objetivo principal la necesi dad de garantizar que las personas con discapacidad gocen de los
derechos humanos en igualdad de condiciones con los demás.

Se trata de un avance decisivo para el fomento, protección y plena realización de los derechos y
libertades fundamentales de todas las personas con discapacidad y una manifestación más de la
protección «multini-vel» de los derechos, en un marco de globalización que demanda la
universalidad de los derechos, entre ellos destacadamente los del Estado social.

En el derecho español existe una importante tradición de normas orientadas a evitar la discriminación inicial
que la discapacidad provoca en el acceso a la función pública, mediante el establecimiento de cuotas flexibles
de reserva, como las que hoy consagra el artículo 59 del Estatuto Básico del Empleado Público aprobado por
el Real Decreto Legislativo 5/2015, de 30 de octubre, el Real Decreto 2271/2004 y numerosa normati-va
autonómica. Estas disposiciones prevén supuestos de discriminación inversa racionalizada que el TC ha
considerado constitucionales (con apoyo en los arts. 9.2, 14, 23.2 y 103.3 de la norma constitucional).

La Estrategia Europa 2020 ha reconocido que la atención a la discapacidad constituye una prioridad europea y
nacional dentro del ámbito más amplio de la lucha contra la pobreza. En dicho documento se declara que la
Comisión procurará crear y aplicar programas para fomentar la inclusión social de los más vulnerables, en
particular promoviendo una educación innovadora, oportunidades de formación y de empleo, y combatiendo
la discriminación de las personas con discapacidad; asimismo insta a los Estados miembros a que establezcan
y ejecuten, habida cuenta de sus obligaciones nacionales, medidas para abordar las circunstancias concretas
de grupos con un riesgo específico de pobreza, entre las que figuran las personas con discapacidad.

El Real Decreto Legislativo 1/2013, de 29 de noviembre, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley
General de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social, tras reconocer en el artículo
7.1 que «las personas con discapacidad tienen los mismos derechos que los demás ciudadanos conforme a
nuestro ordenamiento jurídico», obliga a las Administraciones públicas para hacer efectivo este derecho a la
igualdad a promover «las medidas necesarias para que el ejercicio en igualdad de condiciones de los derechos
de las personas con discapacidad sea real y efectivo en todos los ámbitos de la vida» y a proteger «de forma
especialmente intensa los derechos de las personas con discapacidad en materia de igualdad entre mujeres y
hombres, salud, empleo, protección social, educación, tutela judicial efectiva, movilidad, comunicación,
información y acceso a la cultura, al deporte.

Asimismo, la norma contempla el deber de las Administraciones de protegerá de manera singularmente


intensa a aquellas personas o grupo de personas especialmente vulnerables a la discriminación múltiple como
las niñas, niños y mujeres con discapacidad, mayores con discapacidad, mujeres con discapacidad
víctimas de violencia de género, personas con pluri discapacidad u otras personas con discapacidad
integrantes de mi-norías.

. IMPORTANCIA DEL PRINCIPIO DE TRANSVERSALIDAD DE LAS POLÍTICAS EN


MATERIA DE DISCAPACIDAD

La Convención de Naciones Unidas recoge entre las obligaciones gene-rales de los Estados firmantes de
la misma el que tengan en cuenta «en todas las políticas y todos los programas, la protección y promoción de
los derechos humanos de las personas con discapacidad» (art. 4.1.c).
En el Informe Mundial sobre la Discapacidad se recomienda que las políticas y estrategias que se adopten
estén dotadas de un amplio per-fil integrador de ámbitos y personas y que contemplen la necesidad de incluir
a las personas con discapacidad en todos los programas y medidas de erradicación de la pobreza, mejora de la
educación y de la inclusión.

El Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE) estipula que la Unión, en la definición y


ejecución de sus políticas y acciones, trata-rá de luchar contra toda discriminación por razón de
discapacidad (art. 10) y que podrá adoptar acciones adecuadas para luchar contra la discrimina-ción por
motivo de discapacidad (art. 19).

3. RETOS DEL SISTEMA ESPAÑOL DE PROTECCIÓN DE LAS PER-SONAS CON DISCAPACIDAD. LA


ACCESIBILIDAD EN LAS TECNOLO-GÍAS DE LA INFORMACIÓN Y EN LA CONTRATACIÓN PÚBLICA

La Estrategia Española sobre Discapacidad 2014-2020 (21) sirve en la actualidad como marco
de referencia y directriz de todas las políticas pú-blicas que se desarrollen en materia de
discapacidad con una visión inte-gral de las mismas.

El Plan de acción de la Estrategia Española sobre Discapacidad (PAEED) 2014-2020, plantea de forma
destacada la necesidad de avanzar en un mayor desarrollo de la accesibilidad universal en todos los ámbitos
asociados a las necesidades de las personas con discapacidad y, en este

sentido, su «Objetivo operativo 1» es fomentar la accesibilidad en las tec-nologías de la


información y la comunicación.

Respecto al fomento de la accesibilidad en las tecnologías de la infor-mación, destaca el PAEED que


se ha avanzado en el diagnóstico, pero aún no se ha elaborado un plan de acción específico.

Resulta importante la formación en nuevas tecnologías y en el aumen-to del uso por las personas con
discapacidad. En este sentido se han cele-brado diferentes convenios de colaboración entre Administraciones
públi-cas y entidades privadas y se ha impulsado la investigación en pro de acercar la demanda y oferta de
servicios y dispositivos tecnológicos a las necesidades concretas de las personas con discapacidad.

La nueva Ley española 9/2017, de contratos del sector público (LCSP 2017), que prevé que las
prescripciones técnicas se redactarán de manera que se tengan en cuenta la Convención de las Naciones
Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad, así como los criterios de accesibilidad
universal y de diseño universal o diseño para todas las personas, tal y como son definidos estos términos
en el texto refundido de la Ley General de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión
social, aprobado mediante Real Decreto Legislativo 1/2013, de 29 de noviembre.

De no ser posible definir las prescripciones técnicas teniendo en cuenta criterios de accesibilidad
universal y de diseño universal o diseño para todas las personas, deberá motivarse suficientemente
esta circunstancia.

Sin perjuicio de lo anterior, siempre que existan requisitos de accesibilidad obligatorios adoptados por un
acto jurídico de la Unión Europea, las especificaciones técnicas deberán ser definidas por referencia a esas
normas en lo que respecta a los criterios de accesibilidad para las personas con discapacidad o el diseño para
todos los usuarios.

4. ACCESIBILIDAD DE LOS SITIOS WEB Y APLICACIONES PARA DISPOSITIVOS


MÓVILES DE LOS ORGANISMOS DEL SECTOR PÚBLICO

La Directiva (UE) 2016/2102 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 26 de octubre de 2016,
sobre la accesibilidad de los sitios web y aplicaciones para dispositivos móviles de los organismos del
sector público, establece los condicionantes, con respecto a su accesibilidad, que deberán cumplir todos
los sitios web y aplicaciones móviles del sector público estatal, autonómico y local.
La Directiva tiene como objetivo garantizar que los sitios web y las aplicaciones para dispositivos móviles
de los organismos del sector público sean más accesibles, al basarse en requisitos comunes de accesibilidad.
Para poner fin a la fragmentación del mercado interior es necesaria la aproximación de las medidas nacionales
a escala de la Unión, basada en unos requisitos de accesibilidad acordados que se apliquen a los sitios web y
las aplicaciones para dispositivos móviles de los organismos del sector público. De esta forma se podrá
reducir la incertidumbre para los desarrolladores y fomentar la interoperabilidad. El uso de requisitos de
accesibilidad que sean neutros con respecto a la tecnología podrá también estimular la innovación.

Los ciudadanos se podrán beneficiar de un acceso más amplio a los servicios del sector público mediante
sitios web y aplicaciones para dispo-sitivos móviles, y obtendrán servicios e información que facilitarán su
vida diaria y el disfrute de sus derechos en toda la Unión, especialmente de su derecho a circular y residir
libremente en el territorio de la Unión, de su libertad de establecimiento y de su libertad de prestación de
servicios.

Mediante la ratificación por parte de la mayoría de los Estados miembros y la celebración por parte de la
Unión de la Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad, adopta
da el 13 de diciembre de 2006, todos se comprometieron a adoptar las medidas adecuadas para
garantizar el acceso de las personas con discapacidad, en igualdad de condiciones que los demás, a las
tecnologías y los sistemas de información y comunicación, a desarrollar, promulgar y supervisar la
aplicación de unas normas mínimas y unas directrices para la accesibilidad de las instalaciones y los
servicios abiertos al público o de uso público, así como a fomentar el acceso para las personas con
discapacidad a las nuevas tecnologías y sistemas de información y comunicación, con inclusión de
internet, y se comprometieron a abstenerse de actos o prácticas que sean incompatibles con la
Convención y a velar por que las autoridades e instituciones del sector público actúen de conformidad
con la misma.

La Convención de las Naciones Unidas estipula asimismo que el diseño de productos, entornos, programas y
servicios debe permitir que sean uti-lizados por todas las personas, en la mayor medida posible, sin necesidad
de adaptación ni diseño especializado. Este tipo de «diseño universal» no debería excluir los dispositivos de
apoyo para grupos concretos de perso-nas con discapacidad, cuando ello sea necesario.

La Estrategia Europea sobre Discapacidad 2010-2020 establece medi-das que han de tomarse en
varios ámbitos prioritarios, entre ellos la acce-sibilidad de los sistemas y tecnologías de la información y
las comunica-ciones, y tiene por objeto garantizar la accesibilidad a los bienes y servi-cios (en especial
los servicios públicos) y los dispositivos de apoyo para las personas con discapacidad.

Aporte
La discapacidad es un problema creciente de múltiples manifestaciones que ha llegado a tener
relevancia mundial por sus implicaciones y que, en el caso de Panamá, constituye un tema que ha
ido evolucionando en su atención hasta alcanzar las dimensiones de visibilidad e importancia que se
le conceden en la actualidad.

Una revisión rápida a la evolución de la política pública en materia de discapacidad indica que ésta
se inicia en el año de 1942 con los servicios educativos para las personas con ceguera total en la
Escuela Hellen Keller. En el año de 1948 se crea la Fundación de la Escuela de Enseñanza Especial
y en ese mismo año se aprueba el primer proyecto de ley a favor de los impedidos, término de la
época para denominar la condición de discapacidad. En 1952, se crea el Instituto Panameño de
Habilitación Especial (IPHE) cuyo enfoque inicial, según lo que predominaba en la época, era
segregado y proteccionista.
El 1º. De septiembre del 2004 se crea la Secretaría Nacional para la Integración Social de las
Personas con Discapacidad (SENADIS), mediante decreto ejecutivo 103 con el objetivo de
impulsar las políticas sociales pertinentes. Las funciones de SENADIS no se concretan a la
coordinación de las acciones del Estado sobre el tema, sino que abre el compás para la participación
ciudadana tanto de las organizaciones de las personas con discapacidad como de la sociedad civil en
general. SENADIS es la instancia ejecutiva del Consejo Nacional Consultivo para la Integración
Social de las Personas con Discapacidad (CONADIS), conformado por las representaciones de los
grupos sectoriales del Gobierno Nacional, por las representaciones de la sociedad civil y por las
organizaciones que trabajan por los intereses de los diversos grupos de personas con discapacidades
y sus familias.

Posteriormente, diversas instancias como el Instituto Nacional de Cultura, la Defensoría del Pueblo,
el Ministerio de Salud y el Ministerio de Trabajo, promueven la creación de unidades especializadas
para atender las necesidades de la población con discapacidad, que se suman a los esfuerzos ya
existentes en el Ministerio de Desarrollo Social, el Instituto Panameño de Habilitación Especial, el
Ministerio de Educación y el Instituto de Medicina Física y de Rehabilitación.

POLÍTICA DE DISCAPACIDAD DE LA REPÚBLICA DE PANAMÁ

Objetivo General
Promover y consolidar la inclusión social de la población con discapacidad y su familia, a fin de
garantizar su Desarrollo Humano pleno. Para ello la familia, la comunidad y el Estado asegurarán
las condiciones para lograr su máxima autonomía independencia y participación en los espacios
cotidianos y de vida ciudadana.

Objetivos Específicos
• Determinar los factores de riesgo de la discapacidad para controlarlos, monitorear su
evolución y mitigar sus consecuencias en los hogares y las personas, en especial los más
vulnerables.
• Promover, orientar, incentivar y dar seguimiento a la incorporación de prácticas y
comportamientos que aseguren el cumplimiento de la normativa jurídica en torno a la
discapacidad por parte de las instituciones y organizaciones formales de la sociedad
panameña, sean de naturaleza pública o privada, en el marco de la inclusión social.
• Mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad y sus familias y asegurar las
oportunidades de acceso de estas, a los servicios que le faciliten el ejercicio de sus derechos
ciudadanos y constitucionales, sin discriminación y conducentes al logro de su autonomía y
autorrealización como ser humano.

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