Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Los grandes gobernantes han destacado la importancia del estudio para forjar a un individuo a
ser un ser con potencial en la sociedad y para acertar, nos solo en la interpretación de la
realidad de su entorno, sino en su transformación revolucionaria. Los clásicos del pensamiento
socialista como Marx, Engels, Lenin, Trotsky, Mao Tse Tung y Ho Chi Migh, apuntaron la
enseñanza de que, sin teoría revolucionaría no hay práctica revolucionaria.
Se es asertivo cuando se recuerdan palabras como las que el Libertador Simón Bolívar
mencionó en sus diversas batallas por legar una patria soberana, igualitaria y justa: “Un pueblo
ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción”, “Moral y Luces son nuestras
primeras necesidades”, “Las sociedades marchan hacia su grandeza con el ritmo que marcha
su educación”. Otros próceres como José Marti indicaban que los hombres debían “ser cultos
para ser libres”. Incluso personajes más actuales e influyentes de nuestra historia como el
expresidente Hugo Rafael Chávez Frías han destacado la importancia del estudio para forjar a
un ciudadano en su transformación revolucionaria.
La formación Sociopolítica posee propósitos políticos que tienen el fin de construir ciudadanos
críticos, autónomos y autogestionarios que requiere el país para avanzar hacia su desarrollo,
para lograr romper con la constante dinámica de la formación intelectual de élites que
pretenden guiar a los sujetos como borregos hacia un destino predeterminado. Por lo tanto, la
formación, el aprendizaje y la educación, en términos generales y particulares, constituye una
de las condiciones para desarrollar exitosamente la lucha revolucionaria, significando un salto
en las conciencias, en la cualificación del sujeto como protagonista y creador colectivo de su
propia evolución.
Poseer una adecuada Formación Sociopolítica es fundamental, pues no se trata de aprobar una
unidad curricular, implica y permite comprender áreas como la toma de decisiones, el manejo
de conflictos y la negociación, el desarrollo personal, el marco jurídico para la organización y
participación, la contraloría social comunitaria, el diagnóstico comunitario, la organización y
participación comunitaria, la formulación y gestión de proyectos, el establecimiento de
relaciones entre las comunidades y las instituciones públicas y el fortalecimiento de relaciones
entre la escuela y la comunidad; además de aprender valores como el trabajo en equipo, la
comunicación grupal, el cooperativismo, el liderazgo, entre otros.