Está en la página 1de 10

UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN SIMÓN

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES


CARRERA DE ANTROPOLOGÍA

Análisis de las relaciones entre modernidad y medio


ambiente, desde la perspectiva de U. Beck.

Estudiante: Huáscar I. Camacho Hinojosa.


Materia: Antropología ecológica ambiental.
Docente: Lic. Elvira Serrano.

Cochabamba – 2019

1
Introducción.

En el presente trabajo se va a realizar un análisis sobre algunos conceptos y


perspectivas planteadas por Ulrich Beck en sus libros modernidad reflexiva y la
sociedad del riesgo. Tales aproximaciones teóricas nos ayudaran a hacer un balance
crítico de las relaciones entre el modo de producción capitalista en su fase actual y el
medio ambiente en el que coexistimos. Por tanto veremos por ejemplo ciertas formas
culturales propias de las sociedades industriales capitalistas que no son viables con el
mantenimiento de la vida en la tierra.
En la actualidad se ha ido posicionando temas como el cambio climático que
repercute de diferentes formas en todos los ámbitos de la sociedad. Si bien en un
principio se dudaba de la afectación humana sobre la naturaleza, no cabe duda que el
aumento demográfico de la población mundial y sus niveles de consumo son un factor
clave en el deterioro medioambiental. El ser humano desde el neolítico hasta el
renacimiento pudo mantener cierto equilibrio con el ecosistema circundante, pero hoy
después de que toda la vorágine impulsada por la revolución industrial decantara en un
planeta que atraviesa por la sexta extinción masiva de especies, debemos reflexionar
profundamente sobre nuestra responsabilidad como parte de la humanidad.
Así, la afectación a la naturaleza por pate del ser humano, guiado de la mano de
un modo de producción y acumulación de riqueza voraz e insensible está acabando con
sus propios medios de autorreproducción. Por un lado se explota los recursos hasta su
agotamiento y por otro se contamina el entorno de la gente, que, da igual el lugar en la
pirámide social que ocupe, termina afectada por el enmarañado cóctel de toxinas
difuminadas en el ambiente, que afecta a toda la vida en general. Si el ser humano no
reacondiciona el rumbo del sistema político económico que está destruyendo la vida en
la tierra para la satisfacción egoísta e insensata de una élite irracional y codiciosa y por
tanto si no generamos un cambio pronto, no habrá una segunda oportunidad para
salvarnos junto a nuestro entorno.
Gran parte de los argumentos serán extraídos de la obra de Beck pero
utilizaremos también otros materiales bibliográficos que pueden aportar luces sobre el
tema en cuestión. Seguidamente desarrollaremos un esbozo a una problemática
medioambiental global: la relación del crecimiento demográfico y el consumo
energético.
2
Aproximaciones conceptuales a la obra de U. Beck.

Fomentar la autocrítica en todas sus formas no es perjudicial, sino que representa


probablemente el único camino para descartar previamente los errores que más pronto
o más tarde destruirían el mundo.
Ulrich Beck.

A continuación vamos a desarrollar tres conceptos claves para comprender el


punto de vista de U. Beck. El de modernidad reflexiva, el riesgo socio ambiental y el
proceso de individualización. Hay que tener en cuenta que el contexto histórico en el
que surgen sus ideas, está marcado por la debacle del socialismo real configurado por la
Unión Soviética, que estaba sustentado además por una visión filosófico política que era
el marxismo científico. Con el triunfo de la democracia liberal y el libre mercado a nivel
global, tales interpretaciones fueron siendo sustituidas. Nuevos conceptos fueron
creados para seguir sosteniendo muchos de los viejos debates.
Así por ejemplo tenemos que conceptos marxistas como “capitalismo tardío” de
E. Mandel o “fase superior del capitalismo” de V. Lenin, fueron reemplazados por “fin
de la historia” de F. Fukuyama o “aldea global” de M. Mcluhan. Las teorías, los
conceptos y categorías sociales, son interpretaciones del mundo que fluyen
dinámicamente acompañando las transformaciones en la realidad social en la que se
desenvuelven. Es en este contexto que surgen los planteamientos teóricos de U. Beck,
definiendo los perfiles de las nuevas problemáticas que aquejan a la humanidad en los
albores del nuevo milenio.
El mundo de finales del siglo XX se ha caracterizado por la imposición de un
orden unipolar a nivel global, caracterizado por la ampliación de los mercados de
consumo vía tratados de libre comercio y la defensa de un liberalismo político. Ante
esta nueva configuración de actores globales y su nueva realidad, Beck desarrolla el
concepto de “modernidad reflexiva” que “significa la posibilidad de una (auto)
destrucción creativa de todo una época: la de la sociedad industrial” (Beck et al, 1997,
p.14). Beck por tanto comprende que en esta nueva etapa es la modernidad quien debe
mirarse a sí mismo de modo autocrítico, para superar sus propias contradicciones,
puesto que “el sujeto de esta destrucción creativa no es la revolución, ni la crisis, sino la
victoria de la modernización occidental” (Beck et al., 1997, p.19). Como vemos se

3
plantea que el nuevo modelo que debe superar a la vieja modernidad industrial no puede
ya ser cambiada desde afuera sino que debe enfrentarse a sí misma.
Esta idea de modernidad reflexiva surge ante esta nueva ola de cambio y de
reordenamiento global a distintos niveles, geopolítico, económico, científico, etc. A su
vez:
La idea de que el dinamismo global socava sus propios fundamentos recuerda la
idea de Karl Marx de que el capitalismo es su propio enterrador, pero significa
algo bastante diferente. En primer lugar, no son las crisis, sino, repito, las
victorias del capitalismo las que producen la nueva forma social. Esto significa,
en segundo lugar, que no es la lucha de clases, sino más bien la modernización
normal y la modernización que va más allá de esta la que está disolviendo los
perfiles de la sociedad industrial. La constelación que se está produciendo como
resultado de este proceso tampoco tiene nada en común con las utopías, por
ahora fracasas, de la sociedad socialista. Lo que se afirma es que el socialismo
industrial de alta velocidad se está deslizando hacia una nueva sociedad sin la
explosión primigenia de una revolución, dejando a un lado los debates políticos y
las decisiones de parlamentos y gobiernos. (Beck et al., 1997, p.29).
Vemos pues que este concepto responde a una profundización de la modernidad
industrial, que no la niega pero busca el modo de superarla.
Como vemos esta definición intenta marcar diferencias entre dos momentos
históricos. Por un lado la modernidad industrial, y por otro la superación del mismo
denominado modernidad reflexiva. Este concepto ayuda a comprender el nuevo
escenario global.
Otro concepto interesante que desarrolla Beck en esta nueva etapa de la
modernidad es el de riesgo ambiental. Beck afirma que “En la modernidad avanzada, la
producción social de riqueza va acompañada sistemáticamente por la producción social
de riesgos. Por tanto, los problemas y conflictos de reparto de la sociedad de la carencia
son sustituidos por los problemas y conflictos que surgen de la producción, definición
y reparto de los riesgos producidos de manera científico-técnica”(Beck, 1986, p.26). Por
tanto el riesgo está ligado a esta nueva etapa histórica, en el que otro fruto del
capitalismo aparte del reparto desigual en la producción es el reparto desigual de los
riesgos.
Para Beck la idea del riesgo va asociada al fin de las certezas y previsibilidad
que aportaba la propia modernidad. El riesgo para Beck denota la falta de seguridad que
4
afecta a la vida misma sobre el planeta. El riesgo es un concepto variable
históricamente, “sin duda, los riesgos no son un invento de la Edad Moderna. Quien,
como Colón, partió para descubrir nuevos países y continentes aceptó «riesgos». Pero se
trataba de riesgos personales, no de las situaciones globales de amenaza que surgen
para toda la humanidad con la fisión nuclear o el almacenamiento de basura atómica. La
palabra «riesgo» tenía en el contexto de esa época la connotación de coraje y aventura,
no la de la posible autodestrucción de la vida en la Tierra” (Beck, 1986, p.38). Así pues
la idea de riesgo con su particular interpretación que le otorga nuestra época viene a
definir los márgenes de nuestra vida social.
El riesgo como carácter definitorio del momento actual que atraviesa nuestra
sociedad se presenta como factor clave que afecta la conservación de la vida en la tierra,
pero al mismo tiempo responde a intereses de ganancia de reducidos grupos que lucran
con el riesgo. Así pues “la expansión de los riesgos no rompe en absoluto con la
lógica del desarrollo capitalista, sino que más bien la eleva a un nuevo nivel. Los
riesgos de la modernización son un big business. Son las necesidades insaciables que
buscan los economistas. Se puede calmar el hambre y satisfacer las necesidades, pero
los riesgos de la civilización son un barril de necesidades sin fondo, inacabable,
infinito” (Beck, 1986, p44). Por tanto al generar riesgo se genera a la vez posibilidades
de riqueza y viceversa.
El riesgo ambiental es por tanto una característica inmanente a nuestra sociedad
actual. A su vez el riesgo ejerce un carácter igualador en la sociedad porque si bien la
miseria es jerárquica pero el smog es democrático. Por tanto el riesgo no considera ya
las afectaciones de clase que enfatizaba el marxismo en su crítica de la sociedad
moderna.
Otro aporte fundamental que realiza Beck es su descripción del proceso de
individualización. Este proceso rompe con las viejas estructuras conceptuales de
interpretación marxista, que separaban el mundo social desde la perspectiva del lugar
ocupado frente a los medios de producción según dos clases sociales: burgueses y
proletarios. Si bien a inicios de la modernidad estas categorías bastaban para impulsar
los horizontes de la acción colectiva, para finales del siglo XX quedan cortas.
La disyuntiva entre burgueses y proletarios ya no responde a la realidad porque
el riesgo afecta a ambos. Por tanto “en este sentido, las sociedades del riesgo no son
sociedades de clases; sus situaciones de peligro no se pueden pensar como situaciones

5
de clases, ni sus conflictos como conflictos de clases” (Beck, 1986, p.49.). Así pues el
análisis clasista no se puede aplicar cuando los agentes tóxicos no hacen diferencias.
A esta superación de la lucha de clases que no implica la desaparición de sus
contradicciones sociales como el reparto desigual de la riqueza, Beck le denomina
proceso de individualización. Si bien este proceso no es nuevo y fue estudiado
anteriormente.
Precisamente Marx puede ser considerado sin hacer uso de la fuerza como uno
de los teóricos más decididos de la individualización, si bien(de una manera
perfectamente consecuente en su perspectiva histórico política)quiebra muy
pronto sus argumentos a este respecto. Pues Marx subraya en muchos lugares de
su obra que con la difusión del capitalismo industrial moderno se pone en
marcha un proceso de liberación desconocido con anterioridad. La liberación
respecto de vinculaciones y dependencias feudales no es sólo el presupuesto de
la realización de las relaciones capitalistas de producción. También en el
capitalismo los seres humanos son desprendidos una y otra vez de las
vinculaciones tradicionales, familiares, vecinales, profesionales y culturales y
son mezclados en los caminos de su vida. (Beck, 1986, p. 109).
Vemos pues que el proceso de individualización es parte constitutiva fundamental de la
sociedad moderna.
La lucha de clases característica de la sociedad industrial se difumina en torno al
proceso de individualización.
El cual ha sido reclamado sobre todo para la burguesía en despliegue. Pero en
otra forma también es característico del «trabajador asalariado libre» del
capitalismo moderno, de la dinámica de los procesos del mercado laboral bajo
las condiciones de las democracias de masas en Estados del bienestar. Para los
seres humanos, el ingreso en el mercado de trabajo va unido siempre a
liberaciones respecto de lazos familiares, vecinales y profesionales, así como
respecto de lazos con una cultura y un paisaje regionales. Estos impulsos a la
individualización compiten con experiencias del destino colectivo en el mercado
de trabajo (desempleo masivo, descualificación, etc.). Pero bajo las condiciones
generales del Estado social (como las que se han desarrollado en la República
Federal de Alemania) conducen a la puesta en libertad del individuo respecto de
los lazos sociales de clase y de las situaciones sexuales de hombres y mujeres.
(Beck, 1986, p. 97).
6
Como vemos este proceso representa la ilusión de libertad, que sin embargo no deja de
implicar desigualdades sociales.
Este proceso de individualización que desarraiga a los sujetos de sus lazos
tradicionales va profundizándose. Los sujetos de las sociedades modernas son separados
“de las condiciones tradicionales de clase y de las referencias de aprovisionamiento de
la familia y remitidos a sí mismos y a su destino laboral individual con todos los
riesgos, oportunidades y contradicciones” (Beck, 1986, p. 122). Por tanto vemos que el
proceso de individualización es ante todo un proceso de aislamiento individual
orientado por las dinámicas de la producción.

Crecimiento demográfico y consumo energético.

En la Nave espacial Tierra no hay pasajeros. Todos somos tripulación.


Marshall Mcluhan

A continuación para reforzar y ejemplificar las ideas en torno a Beck y sus


Planteamientos teóricos vamos a tomar un ejemplo: el crecimiento demográfico que en
un planeta que alberga ya a siete mil millones y medio de habitantes es un factor que no
se puede omitir de ningún análisis. Este se relaciona a su vez con una mayor demanda
en el consumo energético. Claramente podemos apreciar que el riesgo se aumenta en
todas direcciones.
El problema del crecimiento demográfico de la humanidad es que cada vez
ejerce mayor presión sobre los ecosistemas y la biósfera, siendo un problema que las
necesidades de consumo de la población mundial van a aumentar. Si bien Malthus ya
visualizaba los problemas de la sobrepoblación y a su vez era rebatido por otros teóricos
sociales, lo cierto es que hoy en día el problema de la sobrepoblación mundial es un
tema de preocupación debido a que “la raíz del calentamiento global es la
sobrepoblación, porque la humanidad se cuadruplicó en un solo siglo y este es un hecho
insostenible. La cultura, la medicina y sobre todo la alimentación moderna ocasionaron
7
que desde el año 1815 la curva de población aumentara de 1.000 millones a 7 millones
en 2011. Si cruzas las gráficas del aumento del dióxido de carbono en la atmósfera con
las cifras históricas de crecimiento demográfico, los datos coinciden. Cada cuadro días
estamos agregando, aproximadamente, un millón de personas a la tierra. Eso es más
natalidad y menos mortalidad” (Weisman, 2007, p. 28). Como vemos con el aumento de
la población mundial se agravarán más los problemas relacionados al cambio climático.

Entre las graves consecuencias que acompañan la superpoblación están por


ejemplo la disminución y el agotamiento de los recursos energéticos fundamentalmente
los no renovables. Las fuentes de energía fósil, principalmente el petróleo será una
fuente de pugnas por el control de los últimos yacimientos. Estas pugnas y rivalidades
por el control de los recursos escasos irán cada vez más en aumento, junto con las
posibilidades de una nueva conflagración a nivel global por el control de estas últimas
reservas.

El constante aumento de las necesidades humanas, genera altos niveles de


riesgo, puesto que en la historia contemporánea ya han ocurrido tragedias y catástrofes
ambientales. La industria petrolera tiene un largo historial de sucesos destructivos del
medio ambiente, recordemos solamente los derrames de petróleo conocidos como los
casos “Exxon Valdéz” en Alaska o el derrame del “Prestige” en Galicia. Como
alternativa a la industria del petróleo, se ha querido posicionar a la energía nuclear como
más segura y limpia, pero Chérnobil y Fukushima son un atisbo de lo que nos espera.
Por tanto la creciente necesidad de consumo de energía es una variable que aporta altas
cantidades de riesgo a nuestra sociedad.

El mundo necesita con urgencia utilizar la energía de manera eficiente, así como
cambiar a fuentes de energía limpias. Existen formas de energía menos contaminantes
como la solar o la eólica, pero aún no son suficientes como para tener algún peso frente
a la energía atómica y la industria del petróleo. Como ya preveía Marx, las crecientes
necesidades humanas derivadas de su propia sobrepoblación generarán un desarrollo de
la ciencia que permitirá subsanar tales necesidades. De lo contrario no habrá futuro para
la humanidad como especie y quizá para la vida en la tierra en general.

8
Conclusión

Como vemos el problema que atraviesa nuestra sociedad actual es la del


incremento de los riesgos a distintas escalas. La presión que ejerce el sistema de
producción y consumo, genera cada vez mayor daño ambiental que podría tornarse
irreversible. El desafío de la humanidad está en cambiar su patrón de acumulación y
producción para construir un nuevo modelo social más equitativo y respetuoso del
medio ambiente.

9
Bibliografía.

Beck U. (1986). La sociedad del riesgo. Barcelona, España: Paidos.


Beck U. Giddens A. Lash S. (1997). Modernización reflexiva. Madrid, España: Alianza.
Weisman A. (2007). El mundo sin nosotros. California, Usa: Dunne books.

10

También podría gustarte