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Cochabamba – 2019
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Introducción.
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plantea que el nuevo modelo que debe superar a la vieja modernidad industrial no puede
ya ser cambiada desde afuera sino que debe enfrentarse a sí misma.
Esta idea de modernidad reflexiva surge ante esta nueva ola de cambio y de
reordenamiento global a distintos niveles, geopolítico, económico, científico, etc. A su
vez:
La idea de que el dinamismo global socava sus propios fundamentos recuerda la
idea de Karl Marx de que el capitalismo es su propio enterrador, pero significa
algo bastante diferente. En primer lugar, no son las crisis, sino, repito, las
victorias del capitalismo las que producen la nueva forma social. Esto significa,
en segundo lugar, que no es la lucha de clases, sino más bien la modernización
normal y la modernización que va más allá de esta la que está disolviendo los
perfiles de la sociedad industrial. La constelación que se está produciendo como
resultado de este proceso tampoco tiene nada en común con las utopías, por
ahora fracasas, de la sociedad socialista. Lo que se afirma es que el socialismo
industrial de alta velocidad se está deslizando hacia una nueva sociedad sin la
explosión primigenia de una revolución, dejando a un lado los debates políticos y
las decisiones de parlamentos y gobiernos. (Beck et al., 1997, p.29).
Vemos pues que este concepto responde a una profundización de la modernidad
industrial, que no la niega pero busca el modo de superarla.
Como vemos esta definición intenta marcar diferencias entre dos momentos
históricos. Por un lado la modernidad industrial, y por otro la superación del mismo
denominado modernidad reflexiva. Este concepto ayuda a comprender el nuevo
escenario global.
Otro concepto interesante que desarrolla Beck en esta nueva etapa de la
modernidad es el de riesgo ambiental. Beck afirma que “En la modernidad avanzada, la
producción social de riqueza va acompañada sistemáticamente por la producción social
de riesgos. Por tanto, los problemas y conflictos de reparto de la sociedad de la carencia
son sustituidos por los problemas y conflictos que surgen de la producción, definición
y reparto de los riesgos producidos de manera científico-técnica”(Beck, 1986, p.26). Por
tanto el riesgo está ligado a esta nueva etapa histórica, en el que otro fruto del
capitalismo aparte del reparto desigual en la producción es el reparto desigual de los
riesgos.
Para Beck la idea del riesgo va asociada al fin de las certezas y previsibilidad
que aportaba la propia modernidad. El riesgo para Beck denota la falta de seguridad que
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afecta a la vida misma sobre el planeta. El riesgo es un concepto variable
históricamente, “sin duda, los riesgos no son un invento de la Edad Moderna. Quien,
como Colón, partió para descubrir nuevos países y continentes aceptó «riesgos». Pero se
trataba de riesgos personales, no de las situaciones globales de amenaza que surgen
para toda la humanidad con la fisión nuclear o el almacenamiento de basura atómica. La
palabra «riesgo» tenía en el contexto de esa época la connotación de coraje y aventura,
no la de la posible autodestrucción de la vida en la Tierra” (Beck, 1986, p.38). Así pues
la idea de riesgo con su particular interpretación que le otorga nuestra época viene a
definir los márgenes de nuestra vida social.
El riesgo como carácter definitorio del momento actual que atraviesa nuestra
sociedad se presenta como factor clave que afecta la conservación de la vida en la tierra,
pero al mismo tiempo responde a intereses de ganancia de reducidos grupos que lucran
con el riesgo. Así pues “la expansión de los riesgos no rompe en absoluto con la
lógica del desarrollo capitalista, sino que más bien la eleva a un nuevo nivel. Los
riesgos de la modernización son un big business. Son las necesidades insaciables que
buscan los economistas. Se puede calmar el hambre y satisfacer las necesidades, pero
los riesgos de la civilización son un barril de necesidades sin fondo, inacabable,
infinito” (Beck, 1986, p44). Por tanto al generar riesgo se genera a la vez posibilidades
de riqueza y viceversa.
El riesgo ambiental es por tanto una característica inmanente a nuestra sociedad
actual. A su vez el riesgo ejerce un carácter igualador en la sociedad porque si bien la
miseria es jerárquica pero el smog es democrático. Por tanto el riesgo no considera ya
las afectaciones de clase que enfatizaba el marxismo en su crítica de la sociedad
moderna.
Otro aporte fundamental que realiza Beck es su descripción del proceso de
individualización. Este proceso rompe con las viejas estructuras conceptuales de
interpretación marxista, que separaban el mundo social desde la perspectiva del lugar
ocupado frente a los medios de producción según dos clases sociales: burgueses y
proletarios. Si bien a inicios de la modernidad estas categorías bastaban para impulsar
los horizontes de la acción colectiva, para finales del siglo XX quedan cortas.
La disyuntiva entre burgueses y proletarios ya no responde a la realidad porque
el riesgo afecta a ambos. Por tanto “en este sentido, las sociedades del riesgo no son
sociedades de clases; sus situaciones de peligro no se pueden pensar como situaciones
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de clases, ni sus conflictos como conflictos de clases” (Beck, 1986, p.49.). Así pues el
análisis clasista no se puede aplicar cuando los agentes tóxicos no hacen diferencias.
A esta superación de la lucha de clases que no implica la desaparición de sus
contradicciones sociales como el reparto desigual de la riqueza, Beck le denomina
proceso de individualización. Si bien este proceso no es nuevo y fue estudiado
anteriormente.
Precisamente Marx puede ser considerado sin hacer uso de la fuerza como uno
de los teóricos más decididos de la individualización, si bien(de una manera
perfectamente consecuente en su perspectiva histórico política)quiebra muy
pronto sus argumentos a este respecto. Pues Marx subraya en muchos lugares de
su obra que con la difusión del capitalismo industrial moderno se pone en
marcha un proceso de liberación desconocido con anterioridad. La liberación
respecto de vinculaciones y dependencias feudales no es sólo el presupuesto de
la realización de las relaciones capitalistas de producción. También en el
capitalismo los seres humanos son desprendidos una y otra vez de las
vinculaciones tradicionales, familiares, vecinales, profesionales y culturales y
son mezclados en los caminos de su vida. (Beck, 1986, p. 109).
Vemos pues que el proceso de individualización es parte constitutiva fundamental de la
sociedad moderna.
La lucha de clases característica de la sociedad industrial se difumina en torno al
proceso de individualización.
El cual ha sido reclamado sobre todo para la burguesía en despliegue. Pero en
otra forma también es característico del «trabajador asalariado libre» del
capitalismo moderno, de la dinámica de los procesos del mercado laboral bajo
las condiciones de las democracias de masas en Estados del bienestar. Para los
seres humanos, el ingreso en el mercado de trabajo va unido siempre a
liberaciones respecto de lazos familiares, vecinales y profesionales, así como
respecto de lazos con una cultura y un paisaje regionales. Estos impulsos a la
individualización compiten con experiencias del destino colectivo en el mercado
de trabajo (desempleo masivo, descualificación, etc.). Pero bajo las condiciones
generales del Estado social (como las que se han desarrollado en la República
Federal de Alemania) conducen a la puesta en libertad del individuo respecto de
los lazos sociales de clase y de las situaciones sexuales de hombres y mujeres.
(Beck, 1986, p. 97).
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Como vemos este proceso representa la ilusión de libertad, que sin embargo no deja de
implicar desigualdades sociales.
Este proceso de individualización que desarraiga a los sujetos de sus lazos
tradicionales va profundizándose. Los sujetos de las sociedades modernas son separados
“de las condiciones tradicionales de clase y de las referencias de aprovisionamiento de
la familia y remitidos a sí mismos y a su destino laboral individual con todos los
riesgos, oportunidades y contradicciones” (Beck, 1986, p. 122). Por tanto vemos que el
proceso de individualización es ante todo un proceso de aislamiento individual
orientado por las dinámicas de la producción.
El mundo necesita con urgencia utilizar la energía de manera eficiente, así como
cambiar a fuentes de energía limpias. Existen formas de energía menos contaminantes
como la solar o la eólica, pero aún no son suficientes como para tener algún peso frente
a la energía atómica y la industria del petróleo. Como ya preveía Marx, las crecientes
necesidades humanas derivadas de su propia sobrepoblación generarán un desarrollo de
la ciencia que permitirá subsanar tales necesidades. De lo contrario no habrá futuro para
la humanidad como especie y quizá para la vida en la tierra en general.
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Conclusión
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Bibliografía.
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