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FUNDAMENTOS CONSTITUCIONALES Y LEGALES DE LA HACIENDA

PÚBLICA
En una economía de carácter mixto, como la colombiana, parte de la producción
nacional es generada y absorbida por consumidores e inversionistas privados,
dependiendo de la distribución del ingreso de la propiedad sobre los medios de
producción y de la utilidad obtenida a través del mercado. De otra parte, el ingreso
privado tiene su origen en los recursos del presupuesto, lográndose la distribución del
mismo a través de los impuestos y el gasto público, ya que la política presupuestal
afecta el nivel de empleo y el precio de los productos.
De acuerdo con lo anterior, la Constitución de 1991 le confirió facultades al gobierno
para que intervenga el mercado, orientando su actividad económica para garantizar la
equidad, prestar los servicios que no se ofrecen en el mercado, regular y controlar los
que prestan lo particulares teniendo como premisa que los servicios públicos son
inherentes a la finalidad social del Estado; de otra parte, le asigna atribuciones como la
de dirigir la economía (artículo 334), asignar recursos, distribuir la renta, generar
empleo, lograr la estabilidad económica y propender por el nivel de desarrollo del país.
Es así como el sector público afecta la economía por medio de la política fiscal, el
Gobierno influye en ellas a través de los impuestos, el gasto público y las transferencias,
dependiendo su participación en el mercado de la dinámica de la actividad privada y de
la influencia de las corrientes económicas imperantes, ej.: proteccionismo, liberalismo
económico, paternalismo, etc.
El impacto de la Política Fiscal determina la gestión fiscal de la Administración, y el
instrumento que permite medirla es el presupuesto público, porque su elaboración y
ejecución debe guardar íntima relación con el manejo de la política económica,
orientada por el Ministerio de Hacienda y la Junta Directiva del Banco de la República,
para alcanzar las metas propuestas por el Gobierno Nacional.
En el manejo, orientación, regulación y control de la Hacienda Pública, intervienen los
siguientes organismos y entidades:

El MINISTERIO DE HACIENDA Y CRÉDITO PÚBLICO, cuyas actividades se resumen en


tres (3) funciones: la primera elaborar, ejecutar y liquidar el presupuesto General; la
segunda, el recaudo de los tributos fundamentalmente con la Dirección de Impuestos
Nacionales y transferencia de recursos con la Tesorería General de la Nación; y la
tercera, a través del CONFIS (Consejo Superior de la Política Fiscal) dirigir la política
fiscal y coordinar el Sistema Presupuestal Colombiano.
El BANCO DE LA REPÚBLICA, quien ejerce las funciones de Banca Central, asume la
regulación de la moneda, los cambios internacionales y el crédito, emite la moneda
legal, administra las reservas internacionales, es prestamista de última instancia y
banquero de los establecimientos de crédito, y actúa como agente fiscal del gobierno;
lo anterior, en coordinación con la política económica general fijada conjuntamente por
dicho banco y el Gobierno Nacional. Mientras que su Junta Directiva será la autoridad
monetaria, cambiaria y crediticia del país, conforme a las funciones que le asigne la ley,
como lo establecen los artículos 371 a 373 de la C.P.
El DEPARTAMENTO NACIONAL DE PLANEACIÓN tiene a su cargo la elaboración,
ejecución, seguimiento y control del Plan Nacional de Desarrollo. El presupuesto de
Rentas y Ley de Apropiaciones, debe corresponder y dar cumplimiento a ese Plan,
como lo define el Art. 346 de la C.C.
La CONTRALORÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA, en virtud del artículo 119 de la C.P. le
corresponde la vigilancia de la gestión fiscal y el control de los resultados de la
administración para determinar si la ejecución presupuestal y el Plan Nacional de
Desarrollo correspondieron al cumplimiento de los fines estatales, conforme con los
procedimientos establecidos para ello logrando los objetivos o metas establecidas,
según los artículos 267 a 274 de la misma.
En ejercicio de las facultades otorgadas por el artículo 335 de la Constitución Política, el
Gobierno, para garantizar la libre competencia económica, como director general de la
economía y como regulador de la actividad financiera, bursátil, aseguradora y cualquier
otra relacionada con la actividad captadora de recursos del público, ejerce la funciones
de control, inspección y vigilancia a través e la Superintendencia Bancaria, de
Sociedades, de Industria y Comercio, de Cambio y de Servicios Públicos Domiciliarios.
1. LA HACIENDA PÚBLICA EN LA CONSTITUCIÓN DE 1991
El referirme a los preceptos constitucionales sobre la Hacienda Pública, implica analizar
la concepción del Estado Social de Derecho, que por mandato del Artículo 2 de la Carta
Magna, precisa los fines esenciales del Estado, correspondiendo el primero “servir a la
comunidad, promover la prosperidad general y garantizar la efectividad de lo principio,
derechos y deberes consagrados en la Constitución”, a través de la Hacienda Pública en
cuanto a la asignación de recursos o determinación de los tributos, lo que corresponde
a dar contenido económico y social a los derechos fundamentales del ciudadano. En
segundo lugar, debe permitir “la participación de todos en las decisiones que los
afecten y en la vida económica”. Respecto al tema en desarrollo hace referencia a la
participación directa de la comunidad en la formulación de los planes de desarrollo, en
los programas y proyectos incorporados en ellos e inclusive dando aplicación al
principio de República Participativa, los colombianos deben tener instancias de opinión
democrática frente a la estructura tributaria, más aún cuando conlleva el deber
constitucional de tributar.
El Estado redefinió su papel activo al frente de la economía, creó canales de
participación comunitaria y asumió mayor responsabilidad por el bienestar social. Para
ello se desmontaron las rentas de destinación específica, buscando mayor flexibilidad
en la asignación de los recursos, se definió la importancia de la planeación y su
armonización con el presupuesto, la prioridad por el gasto público social y el
fortalecimiento del proceso de descentralización, otorgando autonomía a las entidades
territoriales en materia tributaria e impositiva, dentro de los parámetros que la
respectiva ley fije.
Entre los deberes y obligaciones del ciudadano con la Hacienda Pública, el artículo 95-9
de la Carta Política determina la obligación de “contribuir al financiamiento de los
gastos e inversiones del Estado dentro de conceptos de justicia y equidad”. Si el Estado
tiene unas obligaciones para con sus ciudadanos, de darles contenido económico y
social a sus derechos fundamentales, para mejorar sus condiciones de vida, esto no es
práctico si cada habitante no contribuye, bien sea financiando los gastos o protegiendo
lo público. En cuanto a lo primero, no pueden olvidar los legisladores que esas
contribuciones deben obedecer a criterios de justicia y equidad, bajo el axioma de que
cada uno debe aportar de acuerdo con su capacidad (criterios de proporcionalidad y
progresividad) y exigir el Estado según su necesidad real.
La Constitución los ampara en los siguientes artículos:En materia de INGRESOS
PRESUPUESTALES: 150 N. 11 y 12, 154, 300 N. 4 y 5, 317, 321, 338, 345, 356 a 358, 362.En
materia de GASTO PÚBLICO: 150 N. 3, 7, 9, 11 y 9, 154, 200 N. 3 y 4, 300 N. 1, 3 y 5, 313 N. 1, 2,3
y 4, 315 N. 9, 345, 350, 366.En virtud de los ESTADOS DE EXCEPCIÓN: 212 a 215.
De los artículos mencionados, es relevante tener en cuenta lo ordenado en ellos en el
sentido de que los gastos propuestos por el Gobierno y aprobados por el Congreso
deben ser discriminados, no se pueden aprobar partidas globales ya que deben
corresponder a programas. Las modificaciones que puedan sufrir los mismos, a través
del presupuesto complementario, los créditos adicionales, los contra-créditos y los
traslados, requieren actuaciones especiales en su trámite, límite y cuantía. Los gastos
imprevistos, como los referentes del fondo Interministerial, no pueden exceder ciertos
porcentajes fijados por la ley. La facultad del Gobierno para proponer gastos y el
Congreso para aprobarlos tienen definidos términos: por los principios del equilibrio,
respecto a la ejecución, homeóstasis y las limitaciones a la iniciativa parlamentaria. Art.
351 y 352 de la C.P.
2. DESARROLLO LEGAL: LEY ORGÁNICA O ESTATUTO PRESUPUESTAL
En Colombia la primera ley que reguló el trámite de presupuesto fue la 7 de 1916,
posteriormente se promulgó el 3 de agosto de 1923 de la Ley 34 reformada por la 64 de
1931, pero fue hasta la reforma constitucional e 1945 que se le otorgó el rango de la Ley
Orgánica de Presupuesto para regular la elaboración, trámite y ejecución del
presupuesto; luego se expidieron varios decretos extraordinarios que modificaron las
disposiciones anteriores como el 1016 de 1960, 1675 de 1964 y 294 de 1973 que fue
derogado el 20 de abril de 1989 cuando entró a regir la ley 38, normativa del
presupuesto general de la Nación, modificada por las leyes 179 de 1994 y 225 de 1995
bajo los nuevos principios de la Constitución de 1991, constituyen el Estatuto Orgánico
del Presupuesto, compiladas en el Decreto 111 de 1996 para el sector central de la
Administración y el Decreto 115 el mismo año para las empresas industriales y
comerciales del Estado y sociedades de Economía Mixta, con el régimen de las
primeras.
Las entidades territoriales en virtud del Artículo 353 de la C.N. aplicarán en lo que fuere
pertinente los principios y las disposiciones establecidas en el Título XII, el Régimen
Económico y la Hacienda Pública, de la Carta Política, para la elaboración, aprobación y
ejecución del presupuesto.
El carácter de ley orgánica, como las mencionadas anteriormente, son normas jurídicas
que “gozan de prerrogativa especial”, como lo ha dicho la Corte Constitucional, en
razón a que predica una “posición organizadora de un sistema legal que depende de
ellas”. Su categoría superior condiciona el ejercicio de la actividad legislativa
constituyéndose en límite, directriz y referencia obligada de todo el ordenamiento legal
que sobre cada una de las materias enunciadas en el artículo expida. En materia
presupuestal son de aplicación no solo a la nación, sino también a las entidades
territoriales, como lo reiteró la Corte Constitucional en la Sentencia C 478 de 1992:
“La Constitución de 1991 reconoce que la materia presupuestal es de aquellas que
pueden considerarse concurrentes en los niveles Nacional, Departamental y Municipal,
es decir, que necesariamente estarán presentes en cada uno de esos niveles
territoriales manifestaciones de función presupuestal. El rango cuasi constitucional de
las leyes orgánicas, que les permite ser el paradigma de otras leyes en materias que
regulan. La Constitución de 1991 fue más allá de la utilización tradicional de la ley
orgánica de presupuesto como receptáculo de los principios de esta disciplina. El
artículo 352 la convirtió en instrumento matriz del sistema presupuestal colombiano al
disponer que se someterán a ella todos los presupuestos: el Nacional, los de las
entidades territoriales y los que elaboran los entes descentralizados de cualquier nivel.
La ley orgánica regulará las diferentes fases del proceso presupuestal (programación,
aprobación, modificación y ejecución).
La nueva Constitución innova en materia presupuestal no solo al establecer la pre
eminencia expresa de la ley orgánica de presupuesto, que ahora lo será en todo el
proceso presupuestal y no simplemente del presupuesto nacional, sino también al
enfrentar directamente la problemática de la concurrencia de competencias. Se trata
de una aplicación condicionada a que los principios nacionales y constitucionales sean
operantes por presentarse las condiciones para ello. En donde no exista materia para
su aplicación quedará el campo libre para la iniciativa local que se expresará en las
normas orgánicas Departamentales y Municipales. Las normas presupuestales de las
órdenes departamental y municipal, que son las relevantes para este fallo, se
elaborarán teniendo en cuenta: a) Los principios constitucionales del Título XII,
particularmente los contenidos en los artículos 345 a 352 b) Los principios contenidos
en la ley orgánica del presupuesto, que, como los anteriores, son básicamente
principios o pautas de procedimiento; y c) las normas o principios que
independientemente de los anteriores estime necesarios o convenientes la respectiva
asamblea o concejo y que no contradigan tácita o expresamente los cánones
constitucionales y legales”.
El congreso de la República, por iniciativa del Gobierno Nacional, expidió la Ley 819 de
2003 “Por la cual se dictan normas orgánicas en materia del presupuesto,
responsabilidad y transparencia fiscal y se dictan otras disposiciones”, aplicable igual
mente a las entidades territoriales; sobre su contenido, nos referimos en los acápites
correspondientes a la elaboración, programación y presentación del Presupuesto
General de la Nación y en lo referente al presupuesto Territorial.
El Estatuto Orgánico del Presupuesto General de la Nación, con fundamento en el
artículo 352 de la Constitución “regulará lo correspondiente a la programación,
aprobación y modificación y ejecución de los presupuestos de la Nación, de las
entidades territoriales y de los entes descentralizados de cualquier nivel administrativo,
y su coordinación con el Plan Nacional de Desarrollo, así como también la capacidad de
los organismos y entidades estatales para contratar”
La Ley Orgánica de Presupuesto , su reglamento, las disposiciones legales que
expresamente lo autorice y lo señalado por la Constitución Política, serán las únicas,
según el Decreto 111 de 1996 que podrán regular la programación, elaboración y
ejecución del presupuesto, así como de la capacidad de contratación y la definición del
gasto público social, constituyendo el objeto del estatuto presupuestal y de gasto,
tienen que someterse a ella, como la Ley anual de Presupuestos, el Estatuto de
Contratación Administrativa, leyes tributarias, entre otros.
La cobertura del Estatuto Presupuestal, según el artículo 3 del Decreto 111 de 1996
CUBRE 2 niveles: 1) Corresponde al Presupuesto General de la Nación, compuesto por
los presupuestos de los establecimientos públicos del orden nacional y del Presupuesto
nacional que cobija a las tres ramas del Poder Público y los organismos de Control; se
excluyen del presupuesto Nacional los establecimientos público, las empresas
industriales y comerciales del Estado y las sociedades de Economía mixta. 2) Fijación de
metas financieras a todo el sector público y distribuye los excedentes financieros de las
empresas industriales y comerciales del Estado y de las sociedades de Economía mixta,
con el régimen de aquellas, sin perjuicio de la Autonomía de la Constitución y la ley les
otorga, aplicándoseles únicamente las noemas del Estatuto que expresamente las
mencione.
3. SISTEMA PRESUPUESTAL COLOMBIANO
El concepto de Sistema Presupuestal Colombiano como mecanismo de Planificación
que articule y coordine sus elementos se incorporó en LA Ley 38/89 con el fin de
garantizar que los programas y proyectos tengan asignación oportuna y suficiente para
su ejecución real. La consolidación del Presupuesto por Programas, que permita
identificar las necesidades materiales y evaluar los costos de los objetivos para
subsanarlas, está integrado por tres elementos:
1) Plan Financiero: Es un instrumento de planificación y gestión financiera del
sector público, que tiene como base las operaciones efectivas de las entidades
cuyo efecto cambiario, monetario y fiscal sean de la magnitud que ameriten
incluirlas en este Plan, tomando en cuenta las provisiones de los ingresos,
gastos, déficit y su financiación compatible con el Programa Anual de Caja y las
Políticas Cambiaria y monetario. Con este plan, se busca armonizar los planes de
Desarrollo y/o programas de gobierno con los presupuestos anuales y los
programas plurianuales de la inversión, garantizar financieramente procesos de
planificación, definir objetivos y diseñar mecanismos para su logro, conocer el
avance de los proyectos para la toma de decisiones y ajuste del plan de
Desarrollo del presupuesto, hacer seguimiento de las Políticas financieras
adoptadas, en cuanto a su ejecución, oportunidad y resultados con el propósito
de establecer los punto críticos y adoptar ajustes necesarios.

2) Plan Operativo Anual de Inversión: Señalará los proyectos de Inversión


clasificados por sectores, órganos y programas. Este plan guarda concordancia
con la Plan Nacional de Inversiones. El Departamento Nacional de Planeación
preparará un informe regional y departamental del presupuesto de Inversión
para discusión de las Comisiones Económicas del Senado y Cámara de
Representantes.

3) Plan Nacional de Desarrollo: El Presupuesto General de la Nación como


instrumento del Sistema de Planificación, permite la materialización del plan de
Desarrollo, contribuyendo al diseño de la Política Económica, a través de
principios de Coherencia Macroeconómica y Homeóstasis presupuestal. No es
posible gobernar un país sin un Plan Nacional de Desarrollo, porque se afectaría
en su totalidad la constitucionalidad del gasto público contenido en los
presupuestos anuales. Los artículos 339 y 344 de la Constitución, determinan los
principios generales de los Planes de Desarrollo a nivel Nacional y territorial,
como parte del Régimen económico y de Hacienda Pública, desarrollados por la
ley orgánica 52 de 1994 que señala los procedimientos y mecanismos para la
elaboración, aprobación, ejecución, seguimiento, evaluación y control del
mismo.
La ley Orgánica define el Plan de Desarrollo como, el “instrumento e gestión en el cual
se establece, previa concertación con los diversos sectores de la población, lo que la
administración a corto, mediano y largo plazo quiere desarrollar en su periodo de
gobierno, para influir en el funcionamiento de la economía y en las estructuras o
tendencias del desarrollo comunitario, en el cumplimiento de sus obligaciones
Constitucionales y Legales”. Esto bajo los siguientes principios rectores:
a) Autonomía: La Nación y las entidades territoriales ejercerán libremente sus
funciones en materia de planeación, sujetas a las atribuciones constitucionales y
legales.
b) Coordinación: Se debe garantizar la armonía y coherencia entre las actividades
que realicen y en relación con las demás instancias territoriales para la
formulación, ejecución y evaluación de los planes de Desarrollo.
c) Consistencia: Los gastos de los Planes de Desarrollo deben ser consistentes con
la proyección de los ingresos y financiación, para asegurar la estabilidad
macroeconómica y financiera de la economía.
d) Prioridad del Gasto Público Social: Para garantizar el bienestar general y
mejoramiento de la calidad de vida de la población, el gasto público social debe
tener prioridad en los Planes de Desarrollo.
e) Continuidad: Se debe garantizar la plena culminación de los programas y
proyectos que se aprueben en el Plan y prioritariamente los provenientes de
vigencias anteriores.
f) Participación: En la elaboración del Plan de Desarrollo se debe garantizar una
activa participación ciudadana.
g) Sustentabilidad Ambiental: Los planes de Desarrollo deben ejecutarse en
armonía con el medio natural que permita estimar los costos y beneficios
ambientales.
h) Desarrollo Armónico de las Regiones: Se debe garantizar en los planes de
desarrollo una distribución equitativa de las oportunidades y beneficios de todas
las regiones.
i) Proceso de Planeación: En el Plan de Desarrollo se debe garantizar la planeación
en cuanto a la formulación, aprobación, ejecución, seguimiento y evaluación.
j) Eficiencia: Se debe garantizar la optimización de los recursos financieros,
humanos y técnicos para generar una relación positiva entre los beneficios y los
costos.
k) Viabilidad: Los programas y proyectos deben ser factibles de realizar, teniendo
en cuenta las metas, tiempo, capacidad de administración, ejecución y recursos.
l) Coherencia: Los programas y proyectos deben tener una relación efectiva con
las estrategias y objetivos del Plan de Desarrollo.
m) Ordenación de competencia: Para ejercer las respectivas competencias, se deben
tener en cuenta lo siguientes criterios: 1) Concurrencia: Cuando dos o más
autoridades desarrollan actividad en conjunto hacia un propósito en común, se
deben garantizar y respetar los fueros de competencia de cada una de ellas; 2)
Subsidiariedad: Las autoridades de planeación con mayor experiencia deberán
apoyar a las que carezcan de capacidad técnica, 3) Complementariedad: Las
autoridades colaborarán entre sí para lograr la plena eficacia.
Según el artículo 339 de la C.P. el Plan Nacional de Desarrollo se divide en dos partes:
una general y el plan de inversiones e las entidades públicas del orden Nacional.
La parte general comprende los objetivos y metas nacionales y sectoriales de la acción
estatal a mediano plazo (la metas que se propone el gobierno y las prioridades como
áreas de atención preferente) y a largo plazo, que resulten del diagnóstico general de
la economía y los procedimientos y mecanismos para lograrlos; las estrategias y
políticas en materia económica, social y ambiental que guiarán la acción del gobierno
para alcanzar los objetivos y metas; las formas, medios e instrumentos de vinculación y
armonización de la planeación nacional con la de los niveles territoriales.
4. PLANES DE DESARROLLO DE LAS ENTIDADES TERRITORIALES
Le corresponde a las asambleas departamentales y a los concejos municipales o
distritales la reglamentación de los planes de desarrollo de las entidades territoriales,
pero teniendo en cuenta las orientaciones de la Ley Orgánica de Planeación; están
conformados por una parte estratégica, que concierne a la parte general del Plan
Nacional y por otros planes de inversión a mediano y corto plazo. Además, como
finalidades generales deben garantizar el uso eficiente e los recursos y el desempeño
adecuado de las funciones.
En los territorios indígenas, dichos planes serán administrados por los respectivos
Consejos Indígenas y sus propias autoridades, cuando está constituida la entidad
territorial, de lo contrario y en el evento en que si extensión comprenda territorios de
varios departamentos de existir coordinación con los respectivos gobernadores.
Los consejo Territoriales de Planeación son entes consultivos que presentan sus
recomendaciones a la administración departamental, municipal, distrital o su
equivalente en otras entidades territoriales, para proponer ajustes al plan de Desarrollo
Territorial, sus funciones son las mismas que la ley orgánica define para el Consejo
Nacional de Planeación, igualmente, los procedimientos para la elaboración,
aprobación, ejecución, seguimiento y evaluación son iguales a los señalados para el
Plan Nacional de Desarrollo, teniendo en cuenta que las asumen las secretarías u
oficinas departamentales, municipales o distritales de planeación, las del Congreso de
la República las asumen las asambleas departamentales, concejos municipales o
distritales o cabildos indígenas.
Los gobernadores y alcaldes informarán anualmente a las asambleas departamentales,
concejos municipales o distritales, sobre la ejecución del Plan y los ajustes que se
requieran para mejores resultados; por lo tanto se garantiza una adecuada articulación
entre los Planes de Desarrollo de las entidades territoriales y con el Plan Nacional de
Desarrollo.
5. EL PRESUPUESTO GENERAL DE LA NACIÓN
El presupuesto Nacional no es una ley en sentido material, pues no crea, modifica o
extingue situaciones jurídicas de carácter general, sino concretas y por anualidades. Se
tiene como un acto administrativo, un acto condición, toda vez que su elaboración y
aprobación son necesarias para que se apliquen las leyes preexistentes que autorizan
ingresos, gastos e inversiones.
La Corte Constitucional da un concepto de presupuesto, reconociéndole su
intervención en la economía y como instrumento de planificación de la actividad
estatal, al señalar: “…es un mecanismo de racionalización de la actividad estatal, y en
esa medida cumple funciones redistributivas, de política económica, planificación y
desarrollo, todo lo cual explica que la Carta ordene que el presupuesto refleje y se
encuentre sujeto al plan de desarrollo. Pero el presupuesto es igualmente un
instrumento de gobierno y de control en las sociedades democráticas, ya que es una
expresión de la separación de poderes y un natural consecuencia del sometimiento del
gobierno a la ley, por lo cual, en materia de gastos, el Congreso debe autorizar cómo se
deben invertir los dineros del erario público. Finalmente, esto explica la fuerza jurídica
restrictiva del presupuesto en materia de gastos, según el cual las apropiaciones
efectuadas por el Congreso por medio de esta ley son autorizaciones legislativas
limitativa de la posibilidad de gasto gubernamental”.
El presupuesto es el diseño, organización, control y ejecución tanto de ingresos como
de egresos para que un gobierno o una administración puedan funcionar en un tiempo
y espacio determinado, de acuerdo a unos propósitos o metas preestablecidos con una
función social o comunitaria, por lo tanto, es un instrumento e planificación económica
orientado al cabal cumplimiento de las funciones económicas y sociales del Estado.
Debe corresponder a un medio adecuado y flexible que permita canalizar los recursos
públicos hacia programas prioritarios, atendiendo a las funciones esenciales del Estado
y privilegiar el gasto social y económico, como instrumento del sistema de planeación.
Importancia del Presupuesto General de la Nación
La importancia del presupuesto para los Estados Modernos, radica en que se fijan
procedimientos que deben adoptar los gobiernos para desarrollar la gestión fiscal,
permitiendo su evaluación y control llegando a ser el centro nervioso de la economía
pública y desempeña en ella el papel del mercado de la economía privada, esto desde
los siguientes puntos de vista cuantitativo ( por la cantidad de recursos que cada vez
más moviliza la economía pública en la sociedad y su influencia con el recaudo e
inversión misma), cualitativa ( por la regulación que del mercado se realiza a través del
ingreso y gasto público, afectando el precio de los productos en la economía); calidad
del gasto (su marco normativo – derecho presupuestal – permite el control y
evaluación de la eficiencia del gasto público), del contexto ( indica la tendencia de la
Hacienda Pública dentro el contexto de la macroeconomía o sea de conformidad con la
política cambiaria, crediticita, de comercio exterior, entre otras, a través del sistema
presupuestal).
Principios Presupuestales
En materia presupuestal los principios como orientadores fundamentales e
imprescindibles del accionar de servidores públicos y particulares, están consagrados
en las Leyes 38 de 1989 y 179 de 1993 compiladas por el decreto 111 de 1996,
desarrollando los preceptos constitucionales:
1. Planificación: Deberá guardar concordancia con lo contenidos del Plan Nacional
de Desarrollo, del Plan de Inversiones, Plan Financiero y del Plan Operativo
Anual de Inversión. Art. 346, 350 y 352 de la C.P.
2. Anualidad: El año fiscal comienza el 1ro de enero y termina el 31 de diciembre de
cada año. Después del 31 de diciembre no podrán asumirse compromisos con
cargos a las apropiaciones del año fiscal que cierra esa fecha y los saldos de
apropiación no afectados por compromisos caducarán sin excepción.
3. Universalidad: el presupuesto contendrá la totalidad de los gastos públicos que
se espere realizar durante la vigencia fiscal respectiva. En consecuencia, ninguna
autoridad podrá efectuar gastos públicos, erogaciones con cargo al tesoro o
transferir crédito alguno, que no figuren en el presupuesto.
4. Unidad de caja: Con el recaudo de todas las rentas y recursos de capital, se
atenderá el pago oportuno de las apropiaciones autorizadas en Presupuesto
General de la Nación.
5. Programación Integral:Todo programa presupuestal deberá contemplar
simultáneamente los gastos de inversión y de funcionamiento que las exigencias
técnicas y administrativa demanden como necesarios para su ejecución y
operación.
6. Especialización: Las apropiaciones deben referirse en cada órgano de la
administración a su objeto y funciones, y se ejecutarán estrictamente conforme
al fin para el cual fueron programadas.
7. Inembargabilidad: Son inembargables las rentas incorporadas en el
Presupuesto General de la Nación, así como los bienes y derechos de los
órganos que lo conforman, no obstante, los funcionarios competentes deberán
adoptar las medidas conducentes al pago de las sentencias en contra de los
respectivos para garantizar los derechos reconocidos a terceros en esas
sentencias.
8. Coherencias macroeconómicas: El presupuesto debe ser compatible con las
metas macroeconómicas fijadas por el Gobierno en coordinación con la Junta
Directiva del Banco de la República.
(Tomado del Manual de Hacienda Pública de Diego Luis Ojeda)

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