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JESÚS CUADRA PÉREZ C/.

Cervantes 39 1º C
50006-ZARAGOZA
Psicólogo Clínico (A-282)
Analista Transaccional Tel.: 976 229728
Docente y Supervisor (ITAA-EATA) e-Mail: jcuadrap@gmail.com
Psicoterapeuta Integrativo http://www.en-contacto.net/
Docente y Supervisor (IIPA)

EL  ANÁLISIS  TRANSACCIONAL  
Jesús Cuadra

1. Presentación

El Análisis Transaccional es una teoría de la personalidad y de las relaciones


humanas con una filosofía propia que, en la actualidad, se aplica para la
psicoterapia, el crecimiento y el cambio personal u organizacional en numerosos
campos. Sus conceptos se expresan por medio de un vocabulario sencillo y original
buscando ante todo la comprensión de los fenómenos por parte de todos
(profesionales y clientes). Sus modelos de análisis pretenden ser universales. Sus
explicaciones son intencionadamente fáciles y próximas a las vivencias inmediatas
de las personas.

1.1. Los orígenes

El Dr. Eric Berne (1910-1970), médico psiquiatra, fue el fundador, principal creador e
innovador del Análisis Transaccional. Elaboró su modelo a partir de sus
observaciones en la psicoterapia de grupo a principios de los años cincuenta. En su
elaboración reconoce la influencia de sus maestros Paul Federn y Erik Erikson, con
quienes se psicoanalizó. Siempre fue respetuoso con las teorías psicoanalíticas en
las que se formó. Se rodeó de un equipo de colegas y organizó regularmente unos
seminarios en San Francisco, California, para compartir sus experiencias como
terapeutas de grupo y con vistas a desarrollar un modelo de “psiquiatría social”
basada en el estudio de las interacciones entre las personas, que llamó Análisis
Transaccional.
Esta investigación continuó gracias a la ITAA (Asociación Internacional de
Análisis Transaccional), fundada por el mismo E. Berne, y ha permitido profundizar
ciertos conceptos del Análisis Transaccional o aportar desarrollos diferentes dentro
de la teoría.

1.2. Filosofía y principios del Análisis Transaccional

La filosofía del Análisis Transaccional, basada en la filosofía humanista, parte del


principio de que “todos nacemos bien”. Berne decía metafóricamente que “todos
nacemos príncipes y princesas”. Después, en nuestras relaciones con los demás
tomamos decisiones autolimitadoras con las que nos convertimos en “sapos o ranas
encantadas”. Pero básicamente “Yo soy OK (valioso y respetable) - Tú eres OK
(valioso y respetable)” como persona. Soy una persona digna de confianza y respeto
básico en mí mismo y en el otro.
El segundo principio en que se basa el Análisis Transaccional es que todos
tenemos un cierto potencial humano determinado por los condicionamientos
genéticos, circunstanciales de salud, y sociales de origen y procedencia, pero un
cierto potencial humano, que podemos desarrollar.
Las limitaciones externas al desarrollo de nuestro potencial humano, y sobre
todo las limitaciones internas decididas tempranamente, producen la infelicidad, la
auto-limitación de las habilidades personales para resolver problemas y enfrentarnos
a la vida y, en definitiva, la patología. De modo que yo soy responsable de mi vida y
decido lo que es bueno para mí.
El tercer principio en que basa su filosofía el Análisis Transaccional es que
todos podemos cambiar en pos de la autonomía y tenemos los recursos necesarios
para hacerlo. Estos recursos pueden ser personales o relacionales, e incluyen la
posibilidad de tomar nuevas decisiones más autopotenciadoras.

1.3. Las metas del Análisis Transaccional

La meta del Análisis Transaccional como psicoterapia o como herramienta de


intervención psico-social es la autonomía, que se define por:
1. La consciencia o capacidad de distinguir la realidad de la fantasía interna
proyectada sobre lo que me pasa o lo que sucede.
2. La espontaneidad o capacidad de expresar mis propios pensamientos,
sentimientos y necesidades y de actuar en consecuencia, viviendo para sí.
3. La intimidad o capacidad de abrirme al otro, estar próximo, cercano y ser
auténtico con el otro con reciprocidad.
4. La ética o capacidad de elegir actuar en cada contexto respetando los propios
valores asumidos.
El Análisis Transaccional es un modelo y un método decisional que facilita a
la persona:
a. Comprender cómo entramos en relación con los otros, lo que buscamos en
nuestras relaciones y cuáles son nuestras raíces ocultas que nos hacen
reaccionar de manera repetitiva.
b. Sentir y tomar conciencia de qué es lo que pasa en nosotros y, por tanto, de qué
necesitamos, deseamos y de cuáles son nuestras metas.
c. Actuar y tomar la iniciativa para poner en marcha los cambios personales,
relacionales u organizacionales. Utilizar los Permisos, las Protecciones y la
Potencia necesarios para alcanzar nuestro desarrollo y evolución.

1.4. Principios de la aplicación del Análisis Transaccional

La práctica profesional se basa en dos principios:


1. La comunicación entre profesional y cliente ha de ser clara, directa y
oportuna o pertinente a la situación. Por ejemplo, en la terapia ningún nivel está
excluido, ni el emocional, ni el racional, ni el de los valores personales. Tampoco
está excluida ningún área del comportamiento del foco de la terapia, ni la
intrapsíquica (lo que pasa dentro de nosotros, en nuestra mente), ni la corporal (lo
que pasa dentro o en nuestro cuerpo), ni la conductual (el comportamiento), ni la
relacional, ni la social. El lenguaje es sencillo, claro y potente o expresivo; la jerga es
limitada y compartida por el terapeuta y el cliente.
2. El Análisis Transaccional es un método contractual. “Un contrato es un
acuerdo Adulto con uno mismo o con otra persona para realizar un cambio”. El
contrato orienta y guía el trabajo con el Análisis Transaccional. Supone un objetivo
que el cliente desea alcanzar, una meta de cambio. Implica un análisis cooperativo
entre ambos de la situación a resolver y de las posibles opciones y alternativas.
Entraña una responsabilidad de los dos, terapeuta y cliente, pero diferenciada. El

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cliente se responsabiliza de cambiar lo que sea necesario y posible de su situación
tomando nuevas decisiones, poniéndolas en práctica y usando todos sus recursos
disponibles. Por su parte el Analista Transaccional se responsabiliza de cuidar el
proceso, de confrontar al cliente en el momento adecuado, de apoyar cuando sea
conveniente, de dar orientación cuando es oportuno, de señalar lo que observa
cuando sea pertinente, etc.
Además, el contrato supone un compromiso en las dos direcciones. El cliente
se compromete a poner de su parte toda la energía disponible con el fin de resolver
los problemas para alcanzar su objetivo, y el Analista Transaccional se compromete
a proporcionar al cliente el espacio y el tiempo adecuado para que se realice el
cambio; además pone a disposición del cliente sus conocimientos y habilidades con
el fin de que el cliente las use para resolver sus problemas.
Todo lo anterior se desarrolla en un marco de respeto mutuo acerca de la
propia valía y del potencial que todo ser humano tiene para enfrentarse a la vida y a
las situaciones. Es decir, desde la perspectiva de “Yo soy OK (guay) - Tú eres OK
(guay)”, “busco la ayuda que tú me puedes dar, y que tú me ofreces”.

1.5. Los campos de aplicación

El Análisis Transaccional se utiliza principalmente en:


- Psicoterapia: individual, de pareja, de familia, en grupo.
- Orientación (Counselling): personal, familiar, relacional, vocacional, etc.
- Empresa y organizaciones: consultoría, desarrollo organizacional, cultura
organizacional, trabajo en equipo, dirección de personas, comunicación, etc.
- Trabajo social: exploración de recursos, apoyo y orientación social, integración y
marginación, reinserción social, etc.
- Relación de ayuda: asistencial, clínica, familiar, voluntariados, etc.
- Pedagogía: educación, reeducación, orientación e integración escolar, desarrollo
humano, etc.
- Formación: de padres, profesores, educadores, profesionales, vendedores,
consumidores, amas de casa, adolescentes, parejas, dirigentes, etc.

1.6. Qué ofrece el Análisis Transaccional

I. A cualquier persona:
- Formación básica, sencilla y clara en aspectos psicológicos esenciales como la
personalidad, la comunicación, las necesidades humanas, los sentimientos y
emociones, las actitudes, la dinámica de grupos, etc.
- Instrumentos útiles para explicar los comportamientos propios y de los otros para
poder basar de forma sólida las estrategias de relación y cambio.
- Opciones y medios efectivos para poder dar alternativas a los conflictos que se
producen en las relaciones interpersonales.
- Modelos de referencia para la observación, auto-observación y el crecimiento
personal y profesional.
- Experiencias vivenciales individuales y grupales que abren nuevas perspectivas
en la comunicación personal y en la solución de problemas.
II. A los profesionales de cualquiera de las áreas arriba indicadas:
a) De manera general:
- Una nueva perspectiva psico-social integradora e integrable con sus
conocimientos profesionales previos.

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- Una serie de herramientas para el diagnóstico, intervención y evaluación de la
realidad psico-social donde se desarrolla su actividad.
b) De manera específica:
- Una organización científica, profesional, bien estructurada en distintos niveles
regionales: nacional e internacional.
- Un código de ética profesional común.
- Unos requisitos de formación y unos procedimientos de entrenamiento profesional
comunes en prácticamente todo el mundo, en los distintos campos de aplicación
del Análisis Transaccional.
- Unos cuerpos de certificación profesional independientes de la estructura política
de las organizaciones.
- Una serie de publicaciones para la difusión de los avances científicos y
profesionales del Análisis Transaccional.
- Una serie de Congresos periódicos para el intercambio de experiencias y avances
en los distintos campos de aplicación del Análisis Transaccional.

1.7. Bibliografía básica en castellano

Berne, E. Análisis Transaccional en psicoterapia. Editorial Psique, Buenos Aires,


1975.
⎯⎯ Introducción al tratamiento de grupo. Ediciones Grijalbo, Barcelona, 1983.
⎯⎯ Juegos en que participamos. Editorial Diana, México, 1966.
⎯⎯ ¿Qué dice usted después de decir hola? Ediciones Grijalbo, Barcelona, 1974.
Gimeno-Bayón, A. Comprendiendo cómo somos. Dimensiones de la personalidad.
Desclée De Brouwer, Bilbao, 1999.
Harris, T.H. Yo estoy bien - Tú estás bien: Guía practica de Análisis Conciliatorio.
Ediciones Grijalbo, Barcelona, 1973.
James M., y Jongeward, D. Nacidos para triunfar: Análisis Transaccional con
experimentos gestalt. Fondo Educativo Interamericano, México, 1975.
Jongueward, D y Seyer, P. C. En busca del éxito. Ed. Limusa, México 1989.
Kertesz, R. Análisis Transaccional Integrado. Editorial IPEM, Buenos Aires, 1985.
Lassus, R. El Análisis Transaccional. Salvat, Barcelona, 1995.
Martorell, J. L. El guión de vida. Desclée De Brouwer, Bilbao, 2000.
⎯⎯ ¿Qué nos pasa una y otra vez? Análisis Transaccional en la familia. Editorial
P.P.C., 1988.
Oller, J. Vivir es autorealizarse. Reflexiones y creaciones en Análisis Transaccional.
Kairós Psicología, Barcelona, 2001.
Steiner, C. Guiones que vivimos. Editorial Kairós, Barcelona, 1992.

2. Algunos conceptos básicos

El Análisis Transaccional proporciona un modelo para comprender la estructura y la


dinámica de la personalidad, es el análisis estructural; un modelo para analizar las
relaciones sociales y la comunicación, es el análisis transaccional propiamente
dicho; un modelo para explicar las motivaciones del comportamiento, en especial el
comportamiento social, son las hambres básicas y, concretamente, el intercambio de
las caricias; un modelo para analizar las distorsiones de la percepción de la realidad,
incluida la propia identidad y las conductas asociadas, es el guión de vida y las
posiciones existenciales; y un modelo para entender las estratagemas emocionales
y relacionales que perpetúan esta manera distorsionada de percibir y relacionarse

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con los otros y con la realidad, son los rackets y los juegos psicológicos. Y, por
supuesto, un modelo de abordar el tratamiento dentro de estas perspectivas
orientado a conseguir el control social de la conducta sintomática y a alcanzar la
autonomía.

2.1. Análisis Estructural

El modelo que Eric Berne elaboró a partir de las observaciones clínicas, en especial
en los grupos de terapia, para comprender la estructura y la dinámica de la
personalidad, es el modelo de los estados del yo. Un Estado del Yo es “un sistema
de emociones y pensamientos acompañado de un conjunto afín de patrones de
conducta” (Berne, 1964, 1987).
Berne observó que los diferentes estados del yo que usamos las personas
pueden clasificarse en tres grandes grupos que tienen algo en común
y que los distingue entre sí. Los tres grupos de estados del yo los
denominó Padre, Adulto y Niño (cuando se refieren a estados del yo,
Padre, Adulto y Niño se escriben con mayúsculas), y se les representa
mediante un diagrama como el de la Figura nº 1.
Los estados del yo se consideran manifestaciones
fenomenológicas de tres partes distintas de la estructura de nuestro
Aparato Psíquico. Estas partes son lo que Berne llamaba Órganos
Psíquicos, y suponía que son tres: La Extereopsique, la Neopsique y
la Arqueopsique (Berne, 1961, 1976). Se manifiestan, tanto
internamente (pensamientos y sentimientos) como externamente (lo
que hablamos y lo que hacemos), de manera distinta.

2.1.1. Los estados del yo Padre

Berne definió el estado del yo Padre como “una serie de sentimientos, actitudes y
pautas de conducta que se asemejan a los de una figura parental” (Berne, 1964,
1987). Son las manifestaciones fenomenológicas de la Extereopsique. Es lo que
hemos introyectado de las figuras parentales y, a través de ellas, de la cultura, de
las tradiciones, de las normas, de los valores, de la concepción del mundo y de la
vida tomada del medio social en el que hemos crecido.
La Extereopsique puede manifestarse como un estado del yo Padre activo, o
también como una influencia interna sobre la Arqueopsique, de manera que cuando
se analiza un estado del yo Padre debe aclararse si se trata del estado activo del yo
o la influencia Parental.
El Padre activo o influyente se adopta típicamente en una de dos formas:
1. El Padre Controlador (Berne le llama prejuicioso). Se manifiesta, externa o
internamente, por una serie de actitudes o parámetros generalmente de naturaleza
prohibitiva o normativa, aparentemente arbitrarios e irracionales (porque sí, porque
es así), que pueden ser sintónicos o distónicos en relación con la cultura local. Si
son culturalmente sintónicas tienden a ser aceptadas, sin el escepticismo adecuado,
como racionales o, al menos, justificables.
2. El Padre Nutricio (Berne le llama educador). Se manifiesta a menudo como
una lástima o conmiseración, que también puede ser sintónica o distónica con
relación a la cultura local.
La función “saludable” de la Extereopsique y, por lo tanto, del Padre es
contener adecuadamente los impulsos motivadores de la Arqueopsique y, por lo

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tanto, del Niño, ahorrar energía y disminuir la ansiedad por medio de ciertas
decisiones “automáticas” y relativamente indiscutibles, en especial cuando estas son
sintónicas con la cultura local del individuo.

2.1.2. Los estados del yo Niño

Berne definió los estados del yo Niño como “una serie de sentimientos, actitudes y
pautas de conducta que son reliquias de la propia infancia del individuo” (Berne,
1961, 1976). La Arqueopsique se manifiesta como estados del yo Niño, pero
siempre está bajo la influencia de la Extereopsique. De modo que la influencia
Parental es la que determina si el Niño Adaptado o el Niño Natural está en activo en
un momento dado.
1. El Niño Adaptado. Es un estado arcaico del yo que se encuentra bajo la
influencia Parental. Se manifiesta por medio de un comportamiento que está
congruentemente bajo la influencia o dominación de dicha influencia Parental, o sea,
una conducta de aceptación, obediencia u ocultamiento (y también de rebeldía).
2. El Niño Natural. Es un estado arcaico del yo que está libre (o, según Berne,
trata de liberarse) de la influencia Parental (en todo caso está bajo la Protección y
con el Permiso de dicha influencia). Se manifiesta con formas de conducta como la
espontaneidad (Berne pone aquí la rebeldía) o la satisfacción de los propios
sentidos. Se diferencia del Adulto autónomo por la ascendencia en el Niño de los
procesos mentales arcaicos (primarios) y por la clase diferente de probatura de
realidad.
La función apropiada de la Arqueopsique, y por tanto del Niño “saludable”, es
motivar en la Neopsique, y por tanto en el Adulto, el procesamiento de datos y la
programación de probabilidades a fin de obtener la mayor cantidad posible de
satisfacción para sí mismo.

2.1.3. El estado del yo Adulto

Berne definió el estado del yo Adulto como “caracterizado por una serie autónoma
de sentimientos, actitudes y pautas de conducta adaptadas a la realidad actual”
(Berne, 1961, 1976). Es la manifestación fenomenológica de la Neopsique.
La función de la Neopsique es la adaptación de la persona con objetividad y
de manera actualizada a la realidad, usando todos sus recursos adquiridos por la
experiencia integrada, teniendo en cuenta las circunstancias de la situación, las
necesidades y sentires propios y ajenos y la ética propia.

2.1.4. Diagnóstico de los estados del yo

El diagnóstico de los estados del yo, dice Berne, es una cuestión de agudeza visual
y auditiva, de perspicacia y de una especial sensibilidad intuitiva. La hipótesis es que
en cada momento es uno de los tres órganos psíquicos el que está al control y, por
tanto, que las manifestaciones fenomenológicas son discretas, es decir, se
manifiestan una a una aunque cambien de momento a momento.
Hay cuatro métodos de diagnóstico de un estado del yo que son
complementarios y nos permiten precisar el diagnóstico:
1. Diagnóstico comportamental. Se basa en la observación y clasificación de
los comportamientos observados en una persona dada en base a la experiencia
clínica y relacional con esa persona: hay portes, gestos, ademanes, voces,

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vocabulario y otras características conductuales distintas para cada estado del yo de
una persona dada.
2. Diagnóstico social u operacional. Se basa en la respuesta transaccional
que la manifestación de un determinado estado del yo estimula en las otras
personas en la situación. El diagnóstico del estado del yo Padre queda corroborado
si se observa al paciente respondiendo con patrones parentales en respuesta a la
conducta infantil por parte de otras personas del grupo o del entorno en una
situación dada. El diagnóstico del estado del yo Niño queda corroborado si su
manifestación da como respuesta que alguien del entorno se comporte
paternalmente con la persona.
3. Diagnóstico histórico. Se basa en los recuerdos de la historia del paciente.
En el estado del yo Padre, el diagnóstico se corrobora aún más si la persona puede
afirmar con exactitud de qué figura parental es copia su conducta en un momento
dado. En el caso del estado del yo Niño, si el diagnóstico es correcto será posible
encontrar históricamente recuerdos de sentires y conductas similares del paciente
en la primera infancia.
4. Diagnóstico fenomenológico. La decisiva reafirmación de un diagnóstico
ocurre sólo si el individuo puede reexperimentar fenomenológicamente, en plena
intensidad y con poco deterioro, el momento o la época en que asimiló el estado del
yo Parental que ahora manifiesta, o todo el estado del yo arcaico (Niño)
redespertado.

2.1.5. Diálogos internos

A la hora de enfrentar una determinada situación, los estímulos de la misma llegan a


los tres órganos psíquicos y se activan los estados del yo Padre, Adulto y Niño frente
a la situación; son los recursos internos de que dispone la persona para responder o
reaccionar y darle salida a la situación.
1. El Niño Interno. Se experimenta como nuestra caja de resonancia en la
situación, es el lugar de nuestros impulsos, de nuestras sensaciones, de nuestra
espontaneidad, pero también de la timidez, del miedo al otro, de la sumisión o de la
rebeldía, de la habilidad y de la astucia... El Niño Interno en la situación lo
experimentamos como vivencias del tipo:
— “Lo que necesito es...”
— “Lo que me apetece hacer es...”
2. El Padre Interno (Influyente). Se experimenta frente a la situación como una
voz dentro de la cabeza que nos dice:
— “Lo que tienes que hacer es...”
— “Lo que debes hacer es...”
— “¡Que malo / bueno eres!”
— “Ellos son buenos / malos - mejores / peores que tú...”
El Padre hace lo que podríamos llamar comentarios editoriales internos sobre
todo lo que la persona comprende, hace, piensa o siente en cada situación. También
puede manifestarse interiormente de otra manera. Puede ser cariñoso, benévolo,
nutritivo, como un verdadero padre. Entonces puede experimentarse como una voz
o actitud interna que nos dice cosas como:
— “Eres fenomenal”
— “No te preocupes, no estás sola” o “¡Pobre chico!”
3. El Adulto Interno. Se experimenta como una potencialidad orientada a
captar la situación y tratar la realidad externa e interna de una forma objetiva (como

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“objetos”), como datos, como informaciones, sin prejuicios y sin deformaciones
ilusorias (probatura de la realidad). Se experimenta como la voz de la razón, y en la
situación se vivencia como ideas autónomas del tipo:
— “Lo que conviene hacer es...”
— “Lo que quiero hacer es...”
Los tres órganos psíquicos se influyen mutuamente
(Figura nº 2). A veces tenemos conciencia de ello (conciencia
Adulta) y percibimos esa influencia como un auténtico diálogo
interno entre diferentes partes de uno mismo. Otras veces el
diálogo es inconsciente (sin conciencia Adulta), especialmente
cuando es entre la Arqueopsique (Niño) y la Extereopsique
(Padre), pero el resultado o el efecto de ese diálogo puede
evidenciarse en forma de pensamientos, sentimientos, estados
de ánimo o conductas a veces poco conscientes o incontroladas,
hasta que el diálogo interno es aclarado y el Adulto puede ganar
control sobre él.
En determinados momentos y situaciones, entre los
estados del yo puede haber armonía, cooperación y, como
consecuencia, coherencia y notable fuerza. En otras ocasiones, por el contrario,
puede haber conflicto, oposición y desarmonía, en cuyo caso habrá diferentes
grados de consistencia y de coherencia interna o exterior.

2.1.6. El poder ejecutivo

Uno de los resultados de la estimulación de los tres estados del yo, ante cualquier
situación, y de ese diálogo interno, es que, en cada ocasión, uno de los tres estados
del yo va a llevar el control del comportamiento de la persona. Él es el que tiene el
control ejecutivo de la personalidad en ese momento. Los otros estados del yo
pueden estar conformes o no con la forma en que el ejecutivo está llevando la
situación. Si no lo están, con posterioridad habrá algún tipo de secuela emocional
como culpa, vergüenza, resentimiento, apatía, etc.
Si el poder ejecutivo lo tiene el Adulto, la situación será percibida y manejada
de forma más objetiva, teniendo mejor en cuenta las necesidades, deseos,
intuiciones y sentimientos del Niño, y respetando de la mejor manera posible las
normas y criterios del Padre. De esta manera las secuelas se minimizan o son más
positivas. El comportamiento es autónomo, pertinente y adecuado a la situación aquí
y ahora.
Si el poder ejecutivo lo tiene el Padre, la percepción de la situación será
distorsionada para que encaje en el Marco de Referencia adoptado de otros; el
comportamiento será automático en vez de autónomo y las conductas
estereotipadas y tradicionales, con poca flexibilidad.
Si el poder ejecutivo lo tiene el Niño, la percepción de la situación será
distorsionada para que encaje en el Marco de Referencia condicionado o ideado en
la infancia para explicarse las situaciones que se asocian con la presente; el
comportamiento será automático o impulsivo, más que espontáneo. Puede ser
descontrolado y, en relación con los otros, dependiente, contra-dependiente, co-
dependiente o independiente-aislado.
El objetivo del tratamiento con Análisis Transaccional en un principio es
conseguir lo que Berne denominaba el control social del comportamiento

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sintomático, impulsivo o estereotipado; es decir, conseguir que la mayor parte del
tiempo sea el Adulto el que tenga el poder ejecutivo.

2.1.7. El adulto integrado

Este uso de los tres estados del yo de manera flexible, armónica, adecuadamente
adaptada a las situaciones de la vida, con el poder ejecutivo en el Adulto, es una
forma óptima de funcionar que a veces se denomina el Adulto Integrado.
Una persona, cuando funciona como Adulto Integrado, se comporta de
manera que tiene en cuenta y cuida adecuadamente sus necesidades y deseos, sus
emociones, sentimientos e ilusiones. Tiene en cuenta de manera realista los datos y
circunstancias de las situaciones, los efectos y consecuencias de sus decisiones y
de sus actos, y el impacto que tendrán estos en su entorno y las personas de él. Se
dirige a alcanzar sus propios objetivos y tiene en cuenta sus propios criterios y
valores y su ética, y respeta los de los demás.

2.2. El Análisis Transaccional

El análisis estructural permite un análisis muy sofisticado de lo que está pasando


entre dos o más personas cuando éstas están en interacción social, o de lo que está
pasando en el proceso interno de una persona entre sus tres estados del yo. Es
decir, permite el análisis de las transacciones sociales y de las transacciones
internas.
Transacción significa intercambio. La transacción es la unidad de interacción
social. Se define como el intercambio de un estímulo y una respuesta entre estados
del yo específicos. Cualquier transacción tiene dos partes: el estímulo y la respuesta
al estímulo, que a su vez se convierte en nuevo estímulo para la otra persona, y así
sucesivamente. Las transacciones individuales usualmente son parte de una serie
mayor en un proceso de comunicación circular más que lineal.
El análisis transaccional propiamente dicho es el análisis de las transacciones
que se entablan entre las personas cuando están en interacción social. Presupone el
análisis estructural, y por tanto el diagnóstico preciso del estado del yo de cada una
de las personas implicadas en la relación con los cuatro aspectos básicos del
diagnóstico (comportamental, social, fenomenológico e histórico). A su vez, el
análisis transaccional facilita el diagnóstico de los estados del yo implicados,
especialmente el diagnóstico social. En la práctica, análisis estructural y
transaccional son dos instrumentos complementarios de diagnóstico y dos
herramientas básicas del tratamiento orientado a la reestructuración de la
personalidad y de las relaciones sociales.
Toda comunicación es una sucesión de transacciones, un intercambio tras
otro. Las interacciones de las personas están compuestas de transacciones. Estos
intercambios pueden ser: AA, AN, AP, PP, PA, PN, NP, NA,
NN.

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2.2.1. Transacciones complementarias

Las Figuras nº 3 y
nº 4 muestran
ejemplos de
transacciones
sencillas. Las
flechas indican el
estado del yo que
emite el estímulo y
el estado del yo al
que se dirige, así
como los estados
del yo origen y
destino de las
respuestas.
Las transacciones más sencillas son complementarias: son aquellas en las
que la respuesta regresa del estado del yo que recibió el estímulo al que lo emitió;
es decir, la respuesta es la esperada, sigue el orden natural de las relaciones
humanas. Una transacción complementaria involucra un estado del yo en cada
persona. Las transacciones tienden a producirse en cadena, de modo que cada
reacción es a su vez un estímulo que puede tener o no una respuesta.
La Primera regla de la comunicación, según Berne, es que “la comunicación
seguirá llevándose a cabo sin tropiezos mientras las transacciones sean
complementarias”; es decir, que la comunicación puede seguir, en principio,
indefinidamente.

2.2.2. Transacciones cruzadas

La Segunda regla de
la comunicación es la
inversa de la anterior,
y dice: “la
comunicación queda
rota cuando ocurre
una transacción
cruzada”. Una
transacción es
cruzada cuando la
respuesta no vuelve
del estado del yo que
recibió el estímulo al que lo emitió.
Berne decía que la transacción cruzada más común es la representada en la
Figura nº 5. Clínicamente es la clásica reacción de transferencia, y decía que es la
que causa, y siempre ha causado, las mayores dificultades sociales en el mundo, en
la familia, en el amor, en la amistad o en el trabajo.
Otro tipo frecuente de transacción cruzada es la de la Figura nº 6, que
representa un intercambio entre un esposo y su esposa. Él dice (AA): “¿Sabes
dónde están mis gafas?”; ella responde (PN): “¿Por qué no las guardas en su
sitio? Ya no eres un niño”. Es la clásica reacción de contratransferencia.

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2.2.3. Transacciones ulteriores. Tercera regla de la comunicación

En las transacciones ulteriores están involucrados más de dos estados del yo


simultáneamente. Este tipo de transacciones son la base de las estratagemas
relacionales que Berne llamó juegos psicológicos.
En una transacción ulterior se envía más de un mensaje a la vez. Uno de ellos
es abierto y generalmente verbal: es el nivel social del mensaje. El otro es oculto,
generalmente no verbal: es el nivel psicológico del mensaje. Muchas veces el nivel
social de la transacción tiene un contenido Adulto-Adulto, mientras que el nivel
psicológico de los mensajes son Padre-Niño o Niño-Padre; en el ejemplo anterior,
Adulto-Niño.
Veamos otro ejemplo:
— Marido: “¿Qué has hecho con mis calcetines?”
— Esposa: “Los he puesto en tu cajón”
Aparentemente ésta es una transacción complementaria Adulto-Adulto, y de
hecho así lo es a un nivel social, pero veamos ahora la misma transacción con
sonidos y con gestos:
— Marido (duramente, tono de voz cayendo al final de la frase; músculos faciales
tensos, juntando las cejas ): “¿Qué has hecho con mis calcetines?”
— Esposa (voz temblorosa, tono alto; hombros levantados, cabeza caída hacia
adelante, mirando desde abajo, levantando las cejas): “Los he puesto en tu cajón”
El nivel psicológico es Padre-Niño, Niño-Padre. Si pusiéramos palabras a los
mensajes psicológicos enviados a este nivel,
podríamos decir:
— Marido: “¡Estás siempre desordenando mis cosas!”
— Esposa: “¡Siempre estás criticándome injustamente!”
El diagrama transaccional se muestra en la
figura nº 7. Este tipo de transacción se denomina
transacción dúplex.
Tercera regla de la comunicación: “lo que ocurre
después de una transacción ulterior está determinado
por el nivel psicológico y no por el nivel social”. Si
deseamos comprender el comportamiento debemos
prestar atención al nivel psicológico de la
comunicación.

2.3. Las hambres psicológicas básicas

La motivación básica del comportamiento humano es la satisfacción de las


necesidades humanas y, en el comportamiento social, sobre todo de las
necesidades psico-sociales, que Berne llamó hambres psicológicas. Entablamos
transacciones con los otros para satisfacer estas hambres psicológicas básicas.
Berne habló de tres hambres psicológicas básicas, el hambre de estímulos, el
hambre de reconocimiento y el hambre de estructura, a las que añadió
posteriormente el hambre de sexo, de incidentes y de posición.
El hambre de estímulos es previa en el tiempo y en importancia a las otras,
tiene relación con lo biológico y los estímulos neuronales. Los estímulos físicos de
todo tipo, visuales, auditivos, cenestésicos y, sobre todo, táctiles, son una necesidad
para el buen funcionamiento arqueopsíquico (Niño) y neopsíquico (Adulto).

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También asociado con este hambre de estímulos podemos valorar el hambre
de incidentes. De hecho los incidentes son situaciones que alteran el estado del
medio, y toda alteración del medio resulta en un estímulo para la persona. La
ausencia de estímulos y de incidentes provoca el aburrimiento, que para la mayoría
resulta insoportable.
En orden de importancia y de urgencia, quizá la más importante de todas las
hambres es el hambre de reconocimiento. Berne decía que es la sublimación del
hambre de estímulos. Necesitamos reconocimiento por existir, por lo que hacemos y
por lo que somos, necesitamos ser amados, ser apreciados y respetados. Esta
necesidad de reconocimiento se satisface con las caricias y las expresiones de
amor.

2.3.1. Las caricias

Una caricia se define como una unidad de reconocimiento y estimulación. Cualquier


comportamiento que supone para el que lo recibe un estímulo o un reconocimiento,
una valoración o una expresión emocional, es una caricia.
Para entender el lenguaje de la comunicación, desde el punto de vista
transaccional, es necesario entender el lenguaje de las caricias. Toda caricia lleva
implícito un mensaje valioso: “Yo me doy cuenta de que tú estas ahí”. Éste es el
valor estimulativo y de reconocimiento de toda caricia y de toda comunicación
interpersonal.
Las caricias son esenciales para la vida de una persona. Sin ellas, dice
metafóricamente Berne, la “medula espinal se encogerá”. Se ha comprobado que un
niño muy pequeño necesita caricias físicas reales para mantenerse vivo y sano. Los
adultos pueden sobrevivir con menos caricias físicas conforme aprenden a
intercambiar caricias verbales o simbólicas.
Las caricias pueden ser positivas, como alabanzas y expresiones de aprecio,
y negativas, como los juicios negativos o las devaluaciones. Pueden ser
incondicionales, cuando se dan y reciben por el mero hecho de existir y por lo que se
es, y condicionadas, cuando se dan y reciben por lo que hacemos.
Dado su valor trófico, para la satisfacción de las hambres de estímulo y de
reconocimiento, la regla básica que funciona en las relaciones interpersonales es:
¡vale más una caricia cualquiera que ninguna! Es decir, una caricia tiene valor
aunque sea negativa. Esto explica muchos comportamientos transaccionales
complejos.

2.3.2. Hambre de estructura

El hambre de estructura empieza a ser importante en cuanto se desarrolla de forma


operativa el Adulto. Es decir, cuando el niño empieza a dar sentido a su experiencia
en contacto con el mundo que le rodea y en sus relaciones transaccionales con las
personas que le rodean. El hambre de estructura lo planteaba Berne como la
necesidad de estructurar el tiempo con el fin de obtener la máxima cantidad de
ganancias internas y externas. En este sentido, el hambre de estructura podríamos
decir que tiene al menos dos dimensiones principales: estructura externa y
estructura interna.
La estructura externa tiene dos aspectos: el temporal y espacial. La estructura
externa espacial tiene relación con la necesidad de orientarse en el espacio, de

12
responderse a las preguntas ¿Dónde estoy? ¿Cómo se puede uno mover aquí?, y
con la necesidad de explorar el mundo y de establecer relaciones espaciales.
La estructura externa temporal tiene relación con la necesidad de darle
sentido a la existencia y responder a las preguntas básicas sobre el tiempo en
soledad o en relación: ¿Qué hago en este lugar con estas personas? ¿Qué hacer
después de decir “!Hola!”? La estructura temporal se satisface con la programación
del tiempo.
La necesidad de estructura interna tiene relación con la identidad, con la
necesidad de responderse a las preguntas existenciales básicas sobre sí mismo y
los otros: ¿Quién soy yo? ¿Cuáles son mis límites? ¿Cuáles son mis
potencialidades? ¿Quiénes son los otros para mí? Las respuestas a estas preguntas
en la interacción transaccional con el entorno, en especial con los padres y las
demás figuras de autoridad, contribuyen a construir la identidad. En el mejor de los
casos, si las necesidades básicas de aceptación, amor, estimulación y
reconocimiento se satisfacen adecuadamente, se desarrolla la identidad realista
positiva característica del individuo autónomo.
En las áreas en las que el parentamiento no ha sido tan satisfactorio, la
adaptación a esas circunstancias y a los mensajes recibidos y percibidos da como
resultado una serie de decisiones autolimitadoras que constituyen nuestro guión de
vida con diversos niveles de identidad que veremos más adelante.

2.3.3. Programación del tiempo

Berne dice que hay tres tipos de fuentes de programación del tiempo: material,
social e interna o individual. Cada una de ellas dará como resultado distintas formas
de estructurar nuestro tiempo en relación social con los otros y las formas de
intercambio de caricias, es decir, las transacciones.
La programación material estructura las transacciones de manera que el
intercambio de caricias se orienta a manejar la realidad para transformarla con
acuerdo a un objetivo o proyecto común acordado o establecido en función de la
posición social que cada persona ocupa. En términos prácticos, este modo de
estructurar el tiempo lo llamaba Berne actividades.
La programación social estructura las transacciones de manera estilizada de
forma que el intercambio de caricias se orienta al reconocimiento mutuo de manera
regular en los encuentros, las despedidas y en los momentos señalados de las
personas. En sus mismas palabras, este modo de estructurar el tiempo lo llamó
Berne rituales o ceremoniales.
Otro aspecto de la programación social, establecido en cada cultura de
manera apropiada y diferente, estructura las transacciones de manera que el
intercambio de caricias se orienta al conocimiento mutuo y a la selección social, de
modo que podamos encontrar personas afines y potencialmente propicias para
transacciones más comprometidas personalmente en cuanto a la intensidad
emocional de las caricias. Este modo de estructurar el tiempo lo llamaba Berne
pasatiempos.
La programación individual estructura las transacciones de dos formas. Una
de modo que discurran de modo natural, no programadas socialmente ni
materialmente, de forma que el intercambio de caricias se orienta a satisfacer la
necesidad de encuentro genuino y directo entre las personas. Es lo que Berne
llamaba intimidad.

13
Para que esto sea posible es necesario que las personas estén en contacto
con su identidad personal realista positiva, de modo que tengan Permiso para ser
conscientes, espontáneos, auténticos, aceptando los límites propios, ajenos y de la
realidad, es decir, autónomos.
Cuando las personas están en contacto con sus identidades de guión,
basadas en decisiones tempranas autolimitadoras, su programación individual
tenderá a estructurar las transacciones de modo que las caricias que se
intercambian procuren confirmar esos aspectos de las identidades de guión.
Esta forma de estructurar el tiempo toma la forma de relaciones simbióticas
de extorsión de caricias, y por tanto no auténticas. Cuando estas relaciones
simbióticas de extorsión fracasan, desembocan en lo que Berne llama juegos
psicológicos.
En resumen, existen seis formas básicas de estructurar el tiempo; una en
aislamiento social, y cinco formas transaccionales: los rituales o ceremoniales, los
pasatiempos, las actividades, los juegos psicológicos y la intimidad.

2.4. Posiciones existenciales o básicas

Como hemos visto antes, desde el mismo momento de nuestra existencia todos
realizamos un proceso de vinculación y adaptación con el fin de asegurarnos la
satisfacción de nuestras necesidades básicas tanto físicas como psicológicas, en
especial las necesidades de estimulación, de reconocimiento y de estructura.
Este proceso de adaptación consiste fundamentalmente en una serie de
decisiones sobre nosotros mismos, sobre los otros y sobre la vida, en respuesta a
los mensajes recibidos del entorno humano en el que nos desarrollamos y a las
condiciones de nuestra existencia primera. Estas decisiones adoptan la forma de
creencias básicas cargadas de sentimientos asociados; son lo que denominamos
posiciones existenciales o posiciones básicas (Berne, 1971, 1974). Aunque las
olvidamos conscientemente, después tienen una fuerte influencia en nuestro
comportamiento, especialmente en nuestras relaciones con los demás, en las
transacciones que entablamos y en el resultado de dichas transacciones.

2.4.1. La creencia básica de partida: ‘Yo soy OK (guay) - Tú eres OK (guay)’ (+/+)

En el proceso de desarrollo, el niño tiene necesidades y deseos o siente emociones


de una manera natural y así las expresa activamente. Si estas necesidades y
deseos se ven satisfechos, o la expresión de sus emociones y sentimientos reciben
la atención, el apoyo o la aceptación del entorno social, el niño decide adoptar una
creencia básica sobre sí mismo y sobre los demás que de manera general podemos
enunciar como ‘Yo soy OK (guay) - Tú eres OK (guay)’.
Esta es una actitud básica de tipo comparativo sobre la valía y la dignidad
personal y de los otros, es decir, de las personas. No es una valoración sobre su
estado de ánimo en ese momento; es más bien una creencia apoyada en una
decisión personal profunda, que se convierte así en una actitud de relación, en una
forma básica de encarar las relaciones, de percibirse a sí mismo y al otro en cada
una de las situaciones relacionales y, por tanto, en cada transacción. ‘Yo soy OK
(guay) - Tú eres OK (guay)’, es una actitud que supone que yo soy valioso, digno
como persona, y tú también lo eres. Esto es así independientemente del estado de
ánimo mío o tuyo, de tu manera de pensar y de la mía, de lo que hagas y de lo que
haga.

14
Esta actitud, que Berne llamó saludable o transparente para la relación
interpersonal, tiene pues sus raíces en decisiones tempranas tomadas en la infancia
en nuestras primeras relaciones. Después, a lo largo de la vida, en cada encuentro,
en cada ocasión relacional, podemos reforzar o no esta decisión.
Cuando en una situación relacional consigo satisfacer mis necesidades y
deseos y mantengo el contacto relacional que me permite comprobar que el otro o
los otros también satisfacen las suyas, el final de esta situación tiene el valor de un
refuerzo de la posición básica ‘Yo soy OK (guay) - Tú eres OK (guay)’.
Por otra parte, puedo pensar nuevas estrategias de cómo conducir una
situación relacional para conseguir que al final se refuerce en mí esa posición u otra
cualquiera. Aunque aparentemente esto parezca poco espontáneo, a la larga es un
buen procedimiento Adulto de mejorar tanto el estado satisfactorio de uno mismo
como la relación con el otro.

2.4.2. Creencias comparativas relacionales de guión

Sólo la posición psicológica básica de ‘Yo soy OK (guay) - Tú eres OK (guay)’ hace
posible unas relaciones auténticas entre las personas. En aquellas en las que las
necesidades y deseos naturales no se ven satisfechos, o la expresión de sus
emociones y sentimientos no reciben la atención, el apoyo o la aceptación del
entorno social, el niño decide ensayar nuevas formas de expresión y de
comportamiento que le proporcionen la atención que requiere y las caricias que
necesita para sobrevivir. En este proceso el niño además adopta decisiones relativas
a sí mismo y a los otros distintas de las de ‘Yo soy OK (guay) - Tú eres OK (guay)’.
Estas posiciones de vida adaptativas para la supervivencia, se convierten así
en una manera de percibirse a sí mismos y a los otros en la relación, que autolimitan
su realización como persona pero al menos le permiten sobrevivir y conseguir,
aunque sea de manera manipulativa, la atención que necesita. Posteriormente
repetirá episodios de comportamiento sobre la base de estas creencias que darán
como resultados confirmaciones sucesivas de las mismas.
Estas creencias comparativas son básicamente:
1. ‘Yo no soy OK - Tú eres OK’ (-/+). Posición introyectiva con adaptaciones
de la personalidad (Vann Joines, 1987) obsesivo-compulsivas o histéricas.
2. ‘Yo soy OK - Tú no eres OK’ (+/-). Posición proyectiva con adaptaciones de
la personalidad paranoides o psicopáticas o sociopáticas.
3. ‘Yo no soy OK - Tú no eres OK’ (-/-). Posición nihilista con adaptaciones de
la personalidad esquizoides o pasivo-agresivas.
A estas posiciones existenciales básicas Taibi Kahler (1978) añade otras dos
de tipo condicional. Los condicionales de estas posiciones condicionales son muy
variados, pero un análisis minucioso de los mismos permite agruparlos en cinco
categorías: complacer, ser perfecto, darse prisa, ser fuerte y esforzarse. Esto da
como resultado las siguientes posiciones de vida condicionales:
4. ‘Yo soy OK - Tú serás OK si... complaces, eres perfecto, te das prisa, eres
fuerte o te esfuerzas’. (+/+ si...)
5. ‘Tú eres OK - Yo seré OK si... complazco, soy perfecto, me doy prisa, soy
fuerte o me esfuerzo’. (+ si.../+)
Todas estas posiciones distintas de la posición existencial saludable tienen
una influencia grande en el desarrollo de relaciones que, más que de autentica
comunicación, son relaciones simbióticas manipulativas y favorecen posiciones
desde las que se establecen los conflictos de relación y los juegos psicológicos.

15
2.5. El guión de vida y la identidad

Las posiciones existenciales, así como los otros aspectos de la identidad, forman
parte de nuestro guión de vida y son fruto de decisiones tempranas que adoptamos
en respuesta a los mensajes recibidos y percibidos del entorno en relación con
nuestra conducta natural.
Carlo Moiso plantea que todos tenemos varios niveles de identidad: la
identidad potencial (el Príncipe o la Princesa) es la primitiva identidad con la que
todos nacemos. Berne decía que “todos nacemos Príncipes y Princesas” para hacer
referencia a esta identidad potencial inicial. Como decíamos antes, en el mejor de
los casos, si las necesidades básicas de aceptación, amor, estimulación y
reconocimiento se satisfacen adecuadamente, esta identidad básica está llamada a
desarrollarse en la identidad realista positiva característica del individuo autónomo.
Se manifiesta en todas aquellas áreas de la vida en las que el individuo ha
conseguido interiorizar de su entorno, es decir de los padres y demás figuras
parentales, mensajes con el Permiso o los Permisos apropiados para su
autorrealización positiva y realista. Esto incluye integrar tanto sus potencialidades
como sus límites. El resultado es un conjunto de decisiones autopotenciadoras de su
identidad realista positiva que incluye una posición existencial de ‘Yo soy OK - Tú
eres OK’.
En las áreas de la vida en las que la persona no ha recibido o no ha
interiorizado los Permisos apropiados, el individuo interioriza una serie de mensajes
apremiantes y/o limitadores que contribuirán a elaborar su guión de vida; son los
contramandatos y los mandatos (Steiner, 1966).
El guión de vida es un plan preconsciente de vida decidido tempranamente en
la infancia, bajo la influencia de los padres (y de otras figuras del entorno), reforzado
posteriormente por determinadas experiencias significativas y que conduce a un final
previsto incluido en esas decisiones tempranas (Berne, 1971, 1974). Las decisiones
tempranas adoptadas en relación con el guión de vida son autolimitadoras de la
autonomía de la persona, y limitan el campo de las opciones para resolver los
problemas de adaptación realista positiva e incluyen algunas de las otras posiciones
existenciales.
Los contramandatos o mensajes apremiantes contribuirán a integrar una
identidad social pseudopositiva (la Máscara) en todas aquellas áreas de la vida en
las que ha habido un parentamiento social condicionado. En aquellas áreas de la
vida en las que no haya habido un parentamiento social condicionado, el niño puede
haber inventado, ideado o fantaseado alguna respuesta a su necesidad de identidad
integrando una identidad fantástica (el Héroe o la Heroína). La posición existencial
asociada con la Máscara y el Héroe es alguna de las que hemos llamado
condicionadas. Tanto la Máscara como el Héroe contribuyen a mantener oculto, y a
veces inconsciente, la identidad psicológica negativa o de guión (el Sapo o la Rana
que decía Berne) que fue real para el niño en algún momento en aquellas áreas de
la vida en las que recibió o percibió un mensaje limitador, es decir, un Mandato.
Los contramandatos son muy variados; son mensajes verbales o modelados
por los padres y toman la forma de normas y prescripciones a cerca de cómo hay
que comportarse en la vida para ser aceptado socialmente en el entorno familiar y
social.
Los mandatos son mensajes más emocionales y no verbales que verbales. Se
envían y se reciben en momentos de estrés y afectan a áreas específicas de la

16
identidad y el comportamiento natural de la persona. Los Robert y Mary Goulding
(1976), a partir de la experiencia clínica, identificaron al menos doce mandatos
específicos:
- “No seas” o “No existas”.
- “No seas tú”, que puede tomar la forma de “No seas del sexo que eres”.
- “No seas un niño”, y asociado “No disfrutes”.
- “No crezcas”, que puede ser también “No seas sexual” o “No me abandones”.
- “No pienses”, a veces referido a algo concreto y otras veces “No pienses como tú
piensas, piensa esto otro o piensa como yo”.
- “No lo hagas”, que toma a veces la forma de “No triunfes”.
- “No”, que es vivido a veces como “No decidas”.
- “No seas importante”, en general o en áreas específicas.
- “No pertenezcas”.
- “No te acerques”, que puede ser “No confíes” o “No ames”.
- “No sientas”, que puede referirse a algo concreto o tomar la forma de “No sientas
lo que sientes, siente lo que yo siento”.
- “No estés bien” o “No seas sano”.
Todos hemos recibido una cierta variedad de ellos e incluso hemos imaginado
recibirlos, y respecto de cada uno de ellos nosotros tomamos decisiones de forma
arqueopsíquica más que neopsíquica. Son estas decisiones tempranas,
dependientes, contradependientes o independientes frente a esos mensajes lo que
determina el tipo de autolimitación concreta de vida que adoptamos dentro de la
identidad de guión. En este nivel de identidad, las posiciones asociadas son: la
posición introyectiva (-/+) en los aspectos en los que se sigue el mandato de manera
dependiente; la posición proyectiva (+/-) en los aspectos contradependientes frente
al mandato; y la posición nihilista (-/-) en los aspectos de independencia frente al
mandato, pero bajo su influencia.
En resumen, el desarrollo de nuestra identidad es el resultado de la forma en
que hemos estructurado nuestra personalidad. La identidad realista positiva es
neopsíquica, fruto de la experiencia autónoma y de la integración neopsíquica de los
aspectos arqueopsíquicos y extereopsíquicos. Los demás niveles de identidad son
arqueopsíquicos con influencias extereopsíquicas.
La terapia de redecisión, ideada por los Goulding, va orientada a crear el
ambiente y la relación terapéutica que permita el adoptar nuevas decisiones a nivel
arqueopsíquico e integrar esas vivencias a nivel neopsíquico, de forma que no
interfieran en la adaptación saludable a la realidad y transformen los aspectos de la
identidad de guión en aspectos de la identidad positiva realista.

2.6. Los rackets y los juegos psicológicos

Una vez decidido nuestro guión de vida, cuando estamos en contacto con nuestros
niveles de identidad relacionados con el guión de vida, distorsionamos la percepción
de las situaciones de la vida de forma que encajen en nuestras creencias de guión;
seleccionamos las personas con quien relacionarnos de modo que nos permitan
entablar transacciones motivadas por esas creencias; experimentamos sentimientos
y sensaciones somáticas familiares pero no conectadas directamente con la realidad
“aquí y ahora”, que por tanto no motivan una acción efectiva para la resolución de
las situaciones de forma satisfactoria. La consecuencia es que se refuerzan todavía
más esos niveles de identidad.

17
2.6.1. Distorsión de la percepción

Los procesos de distorsión de la percepción de las situaciones de la vida se explican


estructuralmente como contaminaciones o interferencias en el procesamiento
neopsíquico (Adulto) de la realidad por la Arqueopsique (Niño) o por la
Extereopsique (Padre), o como distorsiones cognitivas y afectivas frutos de esas
contaminaciones.
Todos elaboramos un Marco de Referencia (Schiff et al., 1975) a través del
cual filtramos los estímulos que percibimos de la realidad para que encajen en
nuestras creencias de guión y a través del cual autorregulamos nuestra conducta de
manera que se mantenga estable este sistema de creencias que es el Marco de
Referencia.
El mecanismo psicológico interno que utilizamos para perpetuar este Marco
de Referencia basado en el guión es el descuento. La consecuencia es una
autolimitación en las opciones a la hora de resolver los problemas y una serie de
conductas pasivas a la hora de enfrentarlos, que van desde ‘no hacer nada’ hasta
otras formas más sutiles de pasividad dentro del guión como son: ‘sobreadaptarse’ a
los otros, a sus supuestas necesidades o a normas que no resultan efectivas para
resolver los problemas; ‘agitarse’ intentando actuar sin un objetivo dirigido a la
resolución de los problemas; ‘incapacitarse’ o ejercer ‘violencia’ contra las personas
o las cosas como forma de descarga después de la agitación sin que ello resulte en
la resolución de los problemas.

2.6.2. Sentimientos naturales y parásitos

La función de lo que sentimos es la toma de conciencia de las situaciones en las que


nos encontramos y la motivación de la acción emocional efectiva que resuelva la
situación, de modo que se satisfagan nuestras necesidades actuales.
Las emociones básicas que tienen ese valor funcional son la alegría, la
tristeza, el miedo y el enfado. Son las emociones naturales que el niño experimenta
en la interacción natural con el entorno en función de la satisfacción de sus
necesidades.
En el proceso de adaptación condicionada al entorno y de respuesta a los
mandatos adoptamos, junto con las decisiones de guión, unos sentimientos
específicos que fueron reforzados en la infancia desplazando o descontando a los
naturales. Estos sentimientos es lo que llamamos sentimientos parásitos. No
obstante, los sentimientos naturales siempre subyacen a los parásitos, y parte del
proceso terapéutico consiste en contactar con los sentimientos naturales y usarlos
para motivar la acción efectiva que resuelva la situación. Los sentimientos parásitos
tienden a ser repetitivos o recurrentes en muy variadas situaciones de la vida, en
especial en las situaciones transaccionales que denominamos rackets y en los
juegos psicológicos.

2.6.3. Los rackets

En cuanto a las relaciones transaccionales motivadas por las creencias de guión,


adoptan la forma de relaciones simbióticas de extorsión de caricias, generalmente
inconscientes, que se denominan rackets. Berne adoptó esta palabra del ‘slang’ de
los ‘gansters’ para expresar de forma eidética su carácter de extorsión transaccional
que tienen este tipo de relaciones. Una traducción connotativa española de este

18
fenómeno transaccional que yo he adoptado es ‘malos rollos’ (rackets). Son pautas
transaccionales repetitivas en las que intentamos enganchar a los otros para que
nos suministren caricias desde posiciones de codependencia acopladas.
En este tipo de relaciones las personas están en contacto con su Mascara o
su Héroe o Heroína; una de las dos personas adopta el rol de Víctima y la otra
adopta el rol de Salvador (Karpman, 1968) en forma de ‘Generoso inefectivo’ o de
‘Controlador ineficaz’. Mientras el acoplamiento se mantiene se experimentan
sentimientos parásitos de una seguridad inestable.

2.6.4. Los juegos psicológicos

Si esta extorsión de caricias fracasa, al cruzarse la transacción la relación se


precipita hacia un final que refuerza las posiciones de guión de cada uno de los
participantes. El trozo de tiempo así estructurado es lo que Berne llamaba un juego
psicológico.
Un juego psicológico es una serie de transacciones ulteriores que se realizan
sin conciencia Adulta, en las que se implican las personas de forma repetitiva, que
conducen a un final previsible dentro del guión de cada persona que participa. En el
final del juego las personas experimentan sentimientos parásitos y terminan
pensando ideas que refuerzan sus creencias de guión.
Los juegos incluyen pues un cambio en el proceso relacional que comprende
un cambio en los estados del yo de las personas implicadas, un cambio de roles y
un cambio en la posición simbiótica inicial. Los roles iniciales de Víctima y Salvador
en la extorsión de caricias, cambian al final del juego a Perseguidor o Víctima
perseguida.
Los juegos están motivados por la ilusión arqueopsíquica de satisfacer
necesidades arcaicas insatisfechas en el momento de las decisiones del guión de
vida. Berne decía que los juegos, así como el guión del que proceden y al que
refuerzan, pertenecen a los fenómenos transferenciales. El control del
comportamiento es arqueopsíquico, y son un intento ilusorio de reproducir las
relaciones con alguien del pasado y conseguir las caricias o la estructura que no se
consiguieron en su momento.
El análisis y antítesis del juego permite comprender esta dinámica
transferencial, su papel en el guión de vida de la persona y las alternativas
transaccionales más conectadas con la realidad actual. Solo así se pueden diseñar
las intervenciones terapéuticas que faciliten la resolución del conflicto intrapsíquico;
que ayuden a asumir el dolor inicial que motivó la decisión de guión; que posibiliten
la integración neopsíquica de las vivencias y los recuerdos de forma que la persona
aumente sus opciones de satisfacer sus necesidades actuales y se desarrolle como
persona autónoma.

2.7. Referencias bibliográficas

Berne, E. Análisis Transaccional en psicoterapia. Editorial Psique, Buenos Aires,


1976.
⎯⎯ Juegos en que participamos. Editorial Diana, México, 19ª impresión 1987.
⎯⎯ ¿Qué dice usted después de decir hola? Ediciones Grijalbo, Barcelona, 1974.
Goulding, R. y Goulding, M. “Injunctions, Decisions, and Redecisions”. Transactional
Analysis Journal, 6:1, 1976.

19
Joines, V. “Diagnosis and treatment planning using a transactional analysis
framework”. Transactional Analysis Journal, 18:3, 1988, 185-90.
Kahler, T. Transactional Analysis Revisited. Human Development Publications, Little
Rock, 1978.
Karpman, Stephen. “Fairy Tales and Script Drama Analysis”. Transactional Analysis
Bulletin, 7:26, 1968, pp. 39-43.
Moiso, C. Talleres de formación teórico-práctica en Análisis Transaccional,
organizados por la ATA (Asociación Aragonesa de Análisis Transaccional) en
Zaragoza. 1992-2001.
Schiff, J. et al. Catexis Reader. New York, Harper and Row, 1975.
Steiner, C. “Script and counterscript”. Transactional Analysis Bulletin, 5, 18, 1966,
133-35.

20
3. Las organizaciones de Análisis Transaccional en el mundo, en Europa y en
España
1
Internacionalmente hay una Asociación Internacional de Análisis Transaccional (ITAA) , cuyos
afiliados son miembros individuales que pagan directamente sus cuotas. Edita el Transactional
Analysis Journal (TAJ), cuatro veces al año, con artículos sobre los últimos avances en Análisis
Transaccional; publica un periódico llamado The Script, 9 veces al año, donde anuncia los acuerdos
relevantes de la ITAA y las fechas de exámenes, congresos y algunas de las actividades de
entrenamiento que se realizan en todo el mundo; tiene un Comité de Normas de Entrenamiento
(TSC), que ofrece normas de entrenamiento y pautas para la certificación como Analistas
Transaccionales y respalda los Contratos de Entrenamiento de las personas no residentes en Europa;
y tiene una Oficina de Certificaciones (BOC), independiente en sus decisiones de la estructura política
de la asociación. El BOC organiza los exámenes y extiende las Certificaciones como Analista
Transaccional.
2
En Europa hay una Asociación Europea de Análisis Transaccional (EATA) , que no tiene miembros
individuales; sus miembros son las Asociaciones nacionales europeas vinculadas. Publica un
periódico llamado The Newsletter, 4 veces al año, con artículos cortos, noticias sobre las
asociaciones miembros, congresos, exámenes, actividades de entrenamiento y acuerdos adoptados
por la EATA; tiene un Comité de Normas de Entrenamiento Profesional (PTSC), que ofrece normas
de entrenamiento y pautas para la certificación como Analistas Transaccionales y respalda los
Contratos de Entrenamiento en Europa; tiene un Comité de Certificaciones (COC), independiente en
sus decisiones de la estructura política de la asociación (el COC organiza los exámenes y extiende
las Certificaciones como Analista Transaccional en Europa); y ofrece becas y ayudas para el
entrenamiento y la investigación en Análisis Transaccional.
La ITAA y la EATA tienen acuerdos de mutuo reconocimiento de sus certificaciones y han
creado un órgano común para regular el entrenamiento y la certificación de los Analistas
Transaccionales, el Comité de Certificación en Análisis Transaccional (TACC), compuesto por
miembros representativos del TSC y BOC por parte de la ITAA y por miembros del PTSC y el COC
por parte de la EATA. Sus funciones son: (a) editar un Manual de Entrenamiento y Certificación
común a ambas asociaciones (y por tanto prácticamente universal); (b) adoptar una lista común de
las Competencias Básicas de los Analistas Transaccionales en cada uno de los Campos de
aplicación del Análisis Transaccional; (c) adoptar unas normas de entrenamiento y unos
procedimientos de certificación comunes; y (d) una acreditación común como Analistas
Transaccionales.
En España hay 4 asociaciones con diverso grado de actividad:
3
a) La Asociación de Análisis Transaccional ATA , antigua Asociación Aragonesa de Análisis
Transaccional, ahora de carácter nacional. Es la única de las españolas vinculada a la EATA, y
participa con voz y voto en el Consejo de la EATA con un delegado; se adhiere a las normas de
entrenamiento y la certificación de Analistas Transaccionales de la EATA; organiza talleres de
entrenamiento procurando que sean impartidos por Analistas Transaccionales Docentes de modo
que sus actividades de entrenamiento y formación sirvan para la futura certificación; organiza
encuentros de Análisis Transaccional en Educación cada año para intercambiar experiencias de
aplicación del Análisis Transaccional a la educación y la escuela; realiza en Zaragoza un
Seminario casi todos los meses para compartir lecturas, aplicaciones y experiencias entre los
socios e invitados (a veces invita a otros profesionales a compartir sus métodos y modelos); y
publica una hoja informativa llamada ATA-informa, con noticias de la Asociación y del Análisis
Transaccional en general.
4
b) La Asociación Española de Análisis Transaccional (AESPAT) . Tiene un proceso de acreditación
en Análisis Transaccional para sus Miembros Clínicos y Especiales (no clínicos), no homologado

1
I.T.A.A. International Analysis Association. 436, 14th Street, Suite 1301, Okland. CA 94612-2710. USA. Web:
http://www.itaa-net.org
2
E.A.T.A. European Association for Transactional Analysis. Les Toits de l’Aune Bat. E. 3, rue Hugo Ely. F-
13090 Aix-en-Provence (Francia). Web: http://www.eatanews.org
3
Asociación de Análisis Transaccional ATA, antigua Asociación Aragonesa de Análisis Transaccional. Apdo.
de correos 325. 50080-Zaragoza. Tel.: 976-594993. E-mail: ata@atainfo.org Web: http://www.atainfo.org
4
AESPAT. Asociación Española de Análisis Transaccional. Apdo. de correos 8.222 – 28080-Madrid. Tel. y fax:
91-5777580. E-mail: aespat@mundofree.com Web: http://lapaginaweb.de/aespat

21
por la EATA ni por la ITAA; y publica dos veces al año una Revista de Análisis Transaccional y
Psicología Humanista, que es el boletín informativo de la asociación.
5
c) La Asociación Catalana de Análisis Transaccional (ACAT) . Realiza ocasionalmente alguna
Jornada y encuentro.

Estas tres asociaciones forman la Coordinadora de Asociaciones de Análisis Transaccional,


que cada dos años convoca un Congreso Español de Análisis Transaccional, organizado cada vez
por una de estas asociaciones.

d) Asociación de Profesionales de Psicología Humanista de Análisis Transaccional ( APHAT)6 Es


una Asociación con carácter nacional. Está vinculada la EATA tiene un talante cercano a la
Psicoterapia Integrativa y celebra encuentros anuales para la difusión de comunicaciones y
trabajos de investigación relacionados con el Análisis Transaccional y la Psicoterapia Integrativa.

Obras de Eric Berne


(Referidas en Martorell, José Luis: El análisis de juegos transaccionales. Un estudio empírico.
Madrid, Uned, 2002: 209-210)
BERNE, E.: The Mind in Action. Nueva York, Simon & Schuster, 1947.
______: (1949)«The nature of intuition». Psychiatric Quarterly, 23: 203-226.
______: (1952): «Concerning the nature of diagnosis». International Record of Medicine, 165, 283-
292.
______: (1953a): ««Concerning the nature of communication»». Psychiatric Quartely, 27, 185-198.
______: (1953b): «Principles of group psychotherapy,». Indian Journal of Neurology and Psychiatry,
4, 119-137.
______: (19 54): «The natural history of a spontaneus therapy group»~. Interntional Journal of Group
Psychotherapy, 4, 74-85.
______: (1955a): «Intuition. Primal Images and Primal Judgement,». Psychiatric Quartely. 29, 634-
658.
______: (1955b): «Group attendance. Clinical and theoretical considerations». International Journal of
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5
ACAT. Asociación Catalana de Análisis Transaccional. Gran Vía 671, 1º, 1ª. 08013-Barcelona. Tel.: 93-
2329357.
6
APHAT Asociación de Profesionales de Psicología Humanista de Análisis Transaccional.
Web: http://www.apphat.org/

22
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participamos. México: Diana, 1968]. También lo ha publicado, con la misma traducción, Jaime
Vergara, Editor.
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Introducción al tratamiento de grupo. Barcelona, Grijalbo, 1981.
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Hacer el amor. Buenos Aires: Alfa, 1975.
_______: (1972): What doyou say after you say Hello? Nueva York: Grove Press. [Traducción
española: ¿Qué dice Vd. después de decir Hola? Barcelona: Grijalbo, 1974]. Actualmente, lo
edita Random House-Mondadori.

Premios Conmemorativos Eric Berne hasta la fecha.

El Premio Conmemorativo Científico Eric Berne fue creado en 1971 para honrar y perpetuar la
memoria de las contribuciones científicas de Eric Berne. Se otorga anualmente a los creadores
de nuevos conceptos científicos en Análisis Transaccional.
El ganador o ganadores del Premio son elegidos por un Comité nombrado por el Consejo de
Administración de la ITAA.
Esta es la lista cronológica de ganadores del Premio junto con las referencias a los trabajos por
los cuales recibieron sus premios.

2009. Dolores Munari Poda. (Área: Aplicación práctica). NUEVAS TÉCNICAS EN EL


TRATAMIENTO DE LOS NIÑOS Y LA CONSIGUIENTE TEORÍA. Trabajos citados: “Every Child Is a
Group: The Girl of the Snakes,” Transactional Analysis Journal, 34(1), pp. 52-68, Enero 2004.

2008. Gloria Noriega Gayol. (Área: Nueva teoría). MECANISMOS DE TRANSMISIÓN DE LOS
GUIONES TRANSGENERACIONALES. Trabajos citados: “Codependence: A Transgenerational
Script,” Octubre 2004 Transactional Analysis Journal, y “Construcción y Validación del Instrumento de
Codependencia (ICOD) para Mujeres Mexicanas Abril 2002. Revista Salud Mental.

2007 (Premio Conjunto EBMA): Helena Hargaden y Charlotte Sills. (Área: Nueva teoría). ANÁLISIS
TRANSACCIONAL RELACIONAL. Capítulos 4 y 5 en Hargaden, Helena, and Sills, Charlotte,
Transactional Analysis - A Relational Perspective, Hove: Brunner-Routledge, 2002.

2007 (Premio Conjunto EBMA): Bernd Schmid. (Área: Nueva teoría, concepto de rol). ANÁLISIS
TRANSACCIONAL Y ROLES SOCIALES. En G. Mohr & T. Steinert (Eds.), Growth and change for
organizations: Transactional analysis new developments 1995-2006 (pp. 32-61). Pleasanton, CA:
International Transactional Analysis Association. (Trabajo Original publicado en 1994)

2006: Theodore B. Novey. "Measuring the Effectiveness of Transactional Analysis: An International


Study.” TAJ, Vol. 32, No. 1, pp. 8-24, Enero 2002.

2005: Graham Barnes. (Área: La Circularidad de la Teoría y la Psicopatología con Identificación


Específica en la Construcción de la Esquizofrenia, el Alcoholismo y la Homosexualidad): Capítulos 5 y
6 de la disertación doctoral de Graham "Psychopathology of Psychotherapy: A Cybernetic Study of

23
Theory" (Royal Melbourne Institute of Technology, Melbourne, Victoria, Australia) y "Homosexuality in
the First Three decades of Transactional Analysis: A Study in the Theory and Practice of
Transactional Analysis Psychotherapy," TAJ, Vol 34 # 2, 126-153, Abril 2004.

2004: Pearl Drego. TERAPIA DE RITUALES DE PERMISO. "Changing Systems through Correlations
of Injunction Inventories," from P. Lapworth (Ed.), The Maastricht Papers: Selections from the 20th
EATA Conference (pp. 5-19), Amersfoort, The Netherlands: European Transactional Analysis
Association; Building Family Unity through Permission Rituals: Permissions and Ego State Models,
Bombay: Alfreruby Publishers.

2003: Michele Novellino. (Área: Teoría). "Unconscious Communication and Interpretation in


Transactional Analysis," TAJ, 20, 1990, 168-172.

2002: Leonhard Schlegel. (Área: Teoría y sus Contribuciones a la Difusión del Análisis
Transaccional en Europa). "What Is Transactional Analysis?" TAJ, 28, 1998, 269-287.

Durante los años de 1998 a 2002 no se dio ningún Eric Berne Memorial Award. En el Congreso
del 2000 en Halifax, Nova Scotia, el Comité de los EBMA decidió que los premios se darían dar
“por un concepto o idea” más que por el conjunto del trabajo de una persona.

1998 (Premio Conjunto EBMA): Richard G. Erskine y Rebecca L. Trautmann. (Área: Comparación
e Integración del Análisis Transaccional con Otras Teorías y Enfoques). "The Process of Integrative
Psychotherapy," in The Boardwalk Papers [B. B. Loria, Ed.], 1993); "Transference and Transactions:
Critique from an Intrapsychic and Integrative Perspective," TAJ, 21, 1991, 63-76; "The Therapeutic
Relationship: Integrating Motivation and Personality Theories," TAJ, 28, 1998, 132-141; "Ego State
Analysis: A Comparative View," TAJ, 11, 1981, 178-185; "Ego Structure, Intrapsychic Function, and
Defense Mechanisms: A Commentary on Eric Berne's Original Theoretical Concepts", TAJ, 18, 1988,
15-19; "Methods of an Integrative Psychotherapy", TAJ, 26, 1996, 316-328; "Inquiry, Attunement, and
Involvement in the Psychotherapy of Dissociation," TAJ, 23, 1993, 184-190; "Shame and Self-
Righteousness: Transactional Analysis Perspectives and Clinical Interventions," TAJ, 24, 1994, 86-
102; R. G. Erskine, Theories and Methods of an Integrative Transactional Analysis: A Volume of
Selected Articles (TA Press, 1997).

1998 (Premio Conjunto EBMA): James Allen y Barbara Allen. (Área: Teoría). "A New Type of
Transactional Analysis and One Version of Script Work with a Constructionist Sensibility," TAJ, 27,
1997, 89-98; "Narrative Theory, Redecision Therapy, and Postmodernism," TAJ, 25, 1995, 327-334;
"A Typology of Psychopathology and Treatment of Children and Adolescents," TAJ, 27, 1997, 256-
264.

1997: Fanita English. TRANSMISIONES DE LA PATATA CALIENTE Y EL EPIGUIÓN. "Hot Potato


Game," TAB, 8, 1969, 77-82.

1996: Alan Jacobs. ANÁLISIS TRANSACCIONAL Y APLICACIONES SOCIALES. "Autocratic


Power," TAJ, 17, 1987, 59-71; "Nationalism," TAJ, 20, 1990, 221-228; "Aspects of Survivial: Triumph
over Death and Onliness," TAJ, 21, 1991, 4-11; "Autocracy: Groups, Organizations, Nations, and
Players," TAJ, 21, 1991, 199-206.

1995 (Premio conjunto EBMA): Peg Blackstone (Área: Comparación e Integración de la Teoría y
Práctica del Análisis Transaccional con Otras Teorías y Enfoques). "The Dynamic Child: Integration of
Second-Order Structure, Object Relations and Self Psychology ," TAJ, 23, 1993, 216-234.

1995 (Premio conjunto EBMA): Jean Illsey Clark. (Área: Aplicaciones Prácticas: Análisis
Transaccional Aplicado a la Educación de los Padres). Self-Esteem: A Family Affair (1978), San
Francisco: Harper Collins; Self-Esteem: A Family Affair Leader Guide (1981), San Francisco: Harper
Collins; y Bredehoft, D. J., "An Evaluation Study of Self-Esteem: A Family Affair with High-Risk
Abusive Parents." TAJ, 20, 1990, 111-117.

1994 (premio conjunto EBMA): Vann S. Joines (área: Integración del Análisis Transaccional con
Otras Teorías y Enfoques). Joines, V., «Using redecision therapy with different personality

24
adaptations». TAJ, 16, 3, 1986, 152-160; y «Diagnosis and treatment planning using a transactional
analysis framework». TAJ, 18, 3, 1988, 185-190.

1994 (premio conjunto EBMA): John R. McNeel (área: Aplicaciones Practicas). McNeel, J., «The
Parent Interview». TAJ, 6, 1, 1976, 61-68.

1994 (premio conjunto EBMA) Sharon R. Dashiell (área: Aplicaciones Practicas). Dashiell, S., «The
Parent resolution process: reprogramming psychic incorporations in the Parent». TAJ, 8, 4, 1978, 289-
294.

Entre 1988 y 1993: No otorgado.

1987: Carlo Moiso, ESTADOS DEL EGO Y TRANSFERENCIA Moiso, C., «Ego states and
transference». TAJ, 15, 3, 1985, 194-201.

1985, 1986: No otorgado.

1984: Pam Levin, EL CICLO DEL DESARROLLO. Levin, P., «The cycle of development». TAJ, 12, 2,
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1983: Muriel James, AUTO-REPARENTALIZACIÓN. James, M., «Self-reparenting: theory and


process». TAJ, 4, 3, 1974, 32-39.

1982: Richard Erskine y Marilyn Zalcman, EL SISTEMA DE SENTIMIENTOS PARÁSITOS: UN


MODELO PARA EL ANÁLISIS DE LOS SENTIMIENTOS PARÁSITOS. Erskine, R., and Zalcman, M.,
«The racket system: a model for racket analysis». TAJ, 9, 1, 1979, 51-59.

1981: Franklin H. Ernst, Jr., EL OK CORRAL Ernst, F., «The OK corral: the grid for get-on-with».
TAJ, 1, 4, 1971, 231-240.

1980 (premio conjunto): Claude Steiner, LA ECONOMÍA DE LAS CARICIAS. Steiner, C., «The stroke
economy». TAJ, 1, 3, 1971, 9-15.

1980 (premio conjunto) Ken Mellor y Eric Sigmund, DESCUENTOS Y REDEFINICIÓN. Mellor, K.,
and Sigmund, E., «Discounting». TAJ, 5, 3, 1975, 295-302; and Mellor, K., and Sigmund, E.,
«Redefining». TAJ, 5, 3, 1975, 303-311.

1979: Stephen Karpman, OPCIONES. Karpman, S., «Options». TAJ, 1, 1, 1971, 79-87.

1978: Fanita English, SENTIMIENTOS PARASITOS (rackets) Y SENTIMIENTOS REALES. EL


FACTOR DE SUSTITUCIÓN. English, F., `The substitution factor: rackets and real feelings'. TAJ, 1, 4,
1971, 225-30; and `Rackets and real feelings, Part II'. TAJ, 2, 1, 1972, 23-25.

1977: Taibi Kahler, MINIGUIÓN Y LOS CINCO IMPULSORES. Kahler, T., «The miniscript». TAJ, 4,
1, 1974, 26-42.

1976: Pat Crossman, PROTECCIÓN. Crossman, P., «Permission and protection». TAB, 5, 19, 1966,
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1975: Robert Goulding y Mary Goulding, REDECISIÓN Y DOCE MANDATOS. Goulding, R., and
Goulding, M., «New directions in transactional analysis». In Sager and Kaplan (eds.), Progress in
group and family therapy. New York: Brunner/Mazel, 1972, 105-34; and «Injunctions, decisions and
redecisions ». TAJ, 6, 1, 1976, 41-48.

1974: Aaron Schiff y Jacqui Schiff, PASIVIDAD Y LOS CUATRO DESCUENTOS. Schiff, A., and
Schiff, J., «Passivity». TAJ, 1, 1, 1971, 71-78.

1973: John Dusay, EGOGRAMAS. Dusay, J., «Egograms and the constancy hypothesis ».
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25
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26

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