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Kris González
Espigario
SERIE
LITERARTE
Espigario
Cuidado de la edición: Javier Larraín Parada
Diseño y diagramación: Boris Ríos Brito
Pintura de portada: “Espigario”, por Kris González
© Kris González
© Fundación Programa de Investigación y Estudios Estratégicos
Latinoamericanos (Pinves)
A toda mi familia.
A modo de introducción
Kris González
Primera parte
Primera parte | 15
1.
2.
Acércate
reposa en mi cuerpo esta noche
piérdete un poco bajo mi manta
entre los pliegues de mi piel.
Quédate dormido acá en esta depresión
que me nace entre la pierna y la cadera
debajo hacia la cama,
hacia la nave donde te ahogas
y enmudeces
La cadera y la cintura
talle y flanco
Redondeada cadera
cintura redondeada
que calienta la cama y empapa de sudor tu mano
quédate acá entre mi pecho y el brazo
que se hace un mundo para que te venzas
que te acalora y te despierta,
donde te despides del sueño
que serenamente
aprieta tus bordes
que te sostiene un poco
luego te impulsa
3.
En sueños
me deslizo noctámbula
desde mi orilla tórrida
en un extraño impulso hasta tu esquina
en la otra mitad del mundo
4.
Se ha prorrogado la lluvia,
a pesar que adelantaron las extrañas vacaciones
sin empezar el trabajo.
No es el mismo despertar en la mañana,
el café ya no se cuela en la tela curtida
de los viejos conos,
las madrugadas se han vuelto noches
5.
6.
Me he convertido a tu religión,
devota, practicante de todos tus conceptos,
ferviente de tu voz,
creyente en tu palabra,
aguardo tu mirada como un milagro tierno
que redime,
que resguarda
Creo en ti
definitivamente creo en ti,
y espero tu sonrisa cada día
tu ironía
tu sarcasmo
la melodía medieval
de la viola de gamba
profunda, musitando un canto antiguo
que llega al presente y proclama el futuro.
Primera parte | 27
7.
8.
Ella lo evocó
no como quien ha olvidado
sino como quien trae a su mente un latido cercano
9.
Al fondo,
estantes de libros apilados
no dejaban ver las paredes
de cal.
10.
11.
Aquella madrugada
Ella
escarbó temblorosa
entre los fantasmales murmullos de la medianoche
que ahogados en los candiles,
del viejo barrio,
inundados de lluvia,
con su expresión desnuda,
caían desfallecidos,
sobre la ciudad hecha ceniza
Aquella madrugada
Él
despertó febril desde su propio fuego
jadeante y mudo
suspendido, asustado.
Él,
en medio de un cubículo la veía
asomada desde lo alto,
evaporándose,
como el humo abrasador
de la lámpara de aceite
Primera parte | 37
12.
Tu soledad
a ratos me deja sin risa
De noche en cuando
me hace quedar en silencio largas horas
se deshace entre mis dedos tu silencio oceánico,
nocturno
Ni siquiera la luna trae calma
llega hasta mi la brisa que mueve el trigal,
de donde sale
el grano para hacer tu pan del desayuno
cuando el café se enfría
frente a tu mirada en calma
tu desolado sollozo
la nostalgia de tu eterna espera
anhelo de volver la vida atrás,
unos 3, 4, 5, giros
una tijera-tiempo que recorte la distancia
tu soledad de rato en rato
es un suspiro endémico.
Primera parte | 39
13.
14.
Quería saber de ti
y subo al alba
desciendo con la noche
vuelo otra vez
descalza
al son de
los cantos gregorianos
sobre tu cuerpo ardiente.
Primera parte | 43
15.
Jadea, blasfema,
deambula
de un lado a otro
no hay efugio,
ni extensión posible
una empuñadura firme lo detiene
se desmorona
exhausto
44 | Espigario
16.
Lejos de aquí
los canales de Venecia corrían transparentes
dejaban ver los cimientos de una civilización
temerosa en cuarentena.
Las flotas de cruceros, barcos fantasmas errantes,
convertidos en parias, sin permiso de nadie en la tierra
El miedo aprisionaba,
forzaba a la razón
a entender lo inexplicable
a redescubrirnos tal cual éramos
a aprender en la dificultad de la prisa
¿Quién recordará las mañanas de sol a medio abrir la ven-
tana?
la rebeldía ausente,
la paciencia asomada por la cortina abierta
los juegos infinitos para evadir la inquietante jornada,
46 | Espigario
17.
Después, amanecer…
un año nuevo a punto de caer sobre la humanidad
expectante
ansiosa del ciclo que llegó por fin al día siguiente
dos mil veinte
nos fuimos a dormir
algo de aquella magia
el primer día de enero
pudo hacer posible
esta esperanza en marzo
Segunda parte | 51
18.
Mientras en la espalda
nos fijaban carteles
se buscan enemigos
a cambio de recompensas.
Se busca a Venezuela
¡Infamia!, gritamos con desesperación
detrás de los barbijos.
No callen,
después no será más
la hora propicia.
Segunda parte | 53
19.
No fue así…
no obstante, quise hacer poemas
y escribí, y escribí,
sin remilgos ni reparos.
20.
Se sumerge en la silla,
teme al frío del aeropuerto desierto.
Quiere una ventana abierta
que espante los males
sin importar que hiele los huesos.
No se ve una playa,
ni siquiera las montañas nevadas de principios de marzo
Es el último avión antes de cerrar los aeropuertos
Volverá cuando todo haya pasado, promete.
Volverá cuando el mundo eche a andar de nuevo
volverá alguna vez.
Segunda parte | 57
21.
22.
Este es el tamiz
por donde se cuelan los sentidos,
este el cribado que separa lo sólido
del sentimiento efímero,
a veces se confunde y mezcla trizas
entre risas,
que cuelan su tejido
tejido del rayo fugaz que hiere
la cadencia espiral
ancestral de la vida
tamiz ancestral
que vulnera la íntima
coraza
armadura etérea
pizca cernida
23.
de casas adosadas
sin ventanas que miren al mar
24.
Luciérnaga encendida
al empezar la noche
25.
Yo lancé la moneda
a la fuente de los deseos,
pero aquella ya no estaba en el mismo lugar
Regresé despacio
con el resabio amargo de las cenizas
como partículas suspendidas en la nada
Vestigios de las
calles vacuas
al zigzagueante rumbo de la suerte
Tercera parte | 69
26.
27.
28.
29.
30.
pasiva,
quieta
la hendida bahía de Chuao
de vez en cuando otea
con sus ojos nítidos de horizonte
31.
ardiendo,
desvariando
corrió como un loco por las calles de bajada
sobre las piedras gastadas sus pies descalzos
hasta llegar de nuevo frente al bar de la otra vez.
Ella lo recordaba
un brillo en su mirada le ilumino el hechizo
de la noche de bruja
él le contó historias del pasado
Ella calmó la locura del hombre delirante
él se abrigó en sus brazos
después de haberla amado
Tercera parte | 81
32.
Borde de agua
marisma y manto
esencia tibia
turbera dulce
salobre,
marina,
cuenca secreta
del humedal
Sinuosa
hendidura
de llanuras y lomas,
agua limpia, follaje
El íntimo latido,
qué le habita
conmueve
a los pequeños seres.
Su arrozal lo amamanta,
mitiga sus tormentas, lo depura
aplaca sus ríos crecidos,
sedimenta su locura,
le da de beber pócimas para su impaciencia
para la boca cósmica,
que cuida el alma.
Tercera parte | 83
33.
En mi pequeña esquina,
desde donde miro esperanzada,
sobre el muro,
la imagen de una línea férrea,
hay una hiedra verde intensa que consume
el madero durmiente
descarrilado, desmantelado,
abandonado a otra fábula,
hay restos de un telar desteñido
desmadejado en la esquina,
donde evado la rutina de estos días
parece un rompeolas a la espera del muelle,
un dique que me aleja del agua
perpendicular,
al borde del todo
que eleva la ribera de mis ríos
y deja ver el camino de regreso
En esa esquina
esta clavada
la uña de la ira.
la angustia, la pasión,
la punta del dolor,
todo el tormento de este tiempo
Tercera parte | 85
34.
La kamachaka
espesa, oscura,
se desploma sobre el suelo
vaguada detenida en la esquina del
Atrapanieblas,
en el atardecer costero
la brisa salada vuelve con el repliegue del mar
y se adentra más allá del desierto
lleva una arenisca volcánica
hasta el borde oblicuo del océano
35.
un anhelo en la mirada
cadencia de ojos negros
con qué fuerza se mueven esos sueños
desafían el recato con sus roces paganos
No es San Juan,
apenas mayo
y estos pueblos celebran
su cantar ronco de tambor
interludio armonioso
pausado, acelerado,
hondo
36.
37.
Vuelvo a ti
como cada vez
en estos días de espanto,
llena de hastío
de la rutina,
de deambular en los pequeños laberintos,
indago en los rincones de los estantes,
a los que jamás volví
y encontré los dedales de la abuela,
los hilos de guardar en cajas de bombones,
la pintura de la Plaza Roja en blanco y negro,
más allá, la bufanda enredada en la cúpula,
de las Jaimas del Sahara,
las fotos en sepia de Tindouf.
Redescubrí los espejos azules comprados en Marruecos,
baratijas de Nácar.
Me percato…
no están los viejos libros que dejé abandonados
apilados en cajas, en desorden
y sin mí
Tercera parte | 93
38.
39.
Índice
Agradecimientos .................................................................... 9
A modo de introducción ..................................................... 11
Primera parte
1. ............................................................................................. 15
2. .............................................................................................. 17
3. .............................................................................................. 19
4. .............................................................................................. 21
5. .............................................................................................. 23
6. .............................................................................................. 25
7. .............................................................................................. 27
8. .............................................................................................. 29
9. .............................................................................................. 31
10. ............................................................................................ 33
11. ............................................................................................ 35
12. ............................................................................................ 37
13. ..………………………………………………………...... 39
14. .......................……………………………………....…..... 41
15. ...................... ....……………………………………….… 43
16. ...............................…………………………………….… 45
100 | Espigario
Segunda parte
17. ............................................................................................ 49
18. ............................................................................................ 51
19. ............................................................................................ 53
20. ............................................................................................ 55
21. ............................................................................................ 57
Tercera parte
22. ………………………….................................................... 61
23. ............................................................................................ 63
24. ............................................................................................ 65
25. ............................................................................................ 67
26. ............................................................................................ 69
27. ............................................................................................ 71
28. …...……………................................................................. 73
29. …...………………………………..................................... 75
30. ……...…………………..................................................... 77
31. ............................................................................................ 79
32. ............................................................................................ 81
33. .......................…………..................................................... 83
34. ............................................................................................ 85
35. ............................................................................................ 87
36. ............................................................................................ 89
Índice | 101
37. …...……………................................................................. 91
38. …...………………............................................................. 93
39. .............................………................................................... 95