Está en la página 1de 10

DO

FUNDAMENTOS DE LA DIRECCIÓN ESTRATÉGICA DE RECURSOS


HUMANOS: EVOLUCIÓN DEL PENSAMIENTO EN ESTRATEGIA
7
RAQUÉL SANZ VALLE
RAMÓN SABATER SÁNCHEZ
DPTO. ORGANIZACIÓN DE EMPRESAS
UNIVERSIDAD DE MURCIA

Resumen: La dirección estratégica de recursos hu- caracterizado por su progresivo acercamiento a la


manos se puede entender como la última etapa de estrategia de la empresa.
un proceso de transformación experimentado por la Los años ochenta fueron singularmente importan-
gestión de personal en las últimas décadas, caracte- tes en el desarrollo del enfoque estratégico de la
rizado por su progresivo acercamiento a la estrategia función de personal, tradicionalmente relegada a un
de la empresa. En nuestra opinión este proceso es segundo plano. Es en esta década cuando la litera-
consecuencia, principalmente, de los cambios que se tura empieza a reconocer que las personas y la
han ido produciendo en el campo de la estrategia y forma en que se las dirige son variables estratégicas,
que han ido demandando la incorporación progresiva es decir, influyen en los resultados de la empresa.
del elemento humano en el proceso estratégico. En Ello se pone de manifiesto con la aparición a prin-
este trabajo se analizan los tres con mayor relevan- cipios de la década de la denominada Dirección de
cia para que la gestión de personal haya alcanzado recursos humanos (DRH), sustituyendo a la tradi-
el estatus de estratégica. cional Administración de personal (AP). Casi de
forma simultánea surge también el concepto
Palabras clave: Dirección estratégica de recursos hu- DERH. Aunque comparte las ideas básicas de la
manos; Dirección estratégica; Implantación de la es- DRH y, a veces se utiliza como sinónimo del de
trategia; estrategia emergente; Teoría de Recursos y DRH, tiene características específicas que lo dife-
Capacidades; Ventaja competitiva. rencian del mismo. Se puede entender como una
nueva fase en la evolución de la gestión de perso-
nal, la más reciente, que implica un enfoque proac-
tivo en su relación con la estrategia empresarial. En
este sentido se pronuncian Hendry y Pettigrew
(1990:22) al afirmar que la diferencia en la gestión
1. Introducción de personal entre los años ochenta (DRH) y los
noventa (DERH) es que la relación entre la estra-
La dirección estratégica de recursos humanos tegia y los recursos humanos (RH) es cada vez más
(DERH) se puede entender como la última etapa proactiva. De forma breve, ello implica que mien-
de un proceso de transformación experimentado tras que en la DRH las cuestiones de personal se
por la gestión de personal en las últimas décadas, consideran relevantes para la implantación exitosa
de las estrategias de la empresa, en la DERH, tam- de la planificación estratégica como sistema de di-
bién lo son los procesos de elección de las mismas, rección de la empresa por una conceptualización
reconociéndose cada vez más su papel en la for- más amplia del proceso estratégico, la dirección es-
mación de ventajas competitivas. tratégica (DE). Este nuevo sistema, en primer lugar,
La cuestión que se plantea es por qué se produce pretende dar una respuesta rápida y flexible a los
este aumento de importancia de los RH en el pro- denominados problemas estratégicos, incorporan-
ceso estratégico. Estos cambios substanciales expe- do los sistemas de dirección en el proceso estraté-
rimentados por la gestión de personal han tenido gico y realizando una vigilancia continua de los cam-
su origen, sin duda, en las condiciones cambiantes bios en las tendencias ambientales y su impacto
del entorno. Por un lado, porque éstas han provo- para la organización (Ansoff y McDonnell, 1997:20).
cado modificaciones en el pensamiento administra- Pero la contribución más importante de la DE,
tivo y, por tanto, en la forma de entender y dirigir al desde el punto de vista de su implicación para la
elemento humano en la empresa. Por otro, porque función de personal, es que considera parte del
los cambios del entorno han dado lugar a la apari- proceso estratégico no solo la formulación de la es-
ción de nuevas formas de entender el proceso es- trategia sino también su implantación. De esta ma-
tratégico, en nuestra opinión, de gran relevancia nera, se reconoce que la habilidad de una empresa
para la gestión de personal y que han permitido para competir no sólo descansa en su capacidad
que la función de personal ganara en consideración para comprender las fuerzas competitivas en juego
dentro de la empresa, hasta considerarse hoy es- y cómo éstas cambian a lo largo del tiempo, sino
tratégica. también en su capacidad para movilizar y dirigir los
Este trabajo tiene como objetivo principal analizar recursos necesarios para poner en marcha la estra-
la incidencia de los cambios experimentados en el tegia elegida (Whipp, 1991:168). Y, en definitiva, se
campo de la estrategia empresarial en la aparición entiende que la implantación de la estrategia juega
del concepto de DERH. Se destacan tres hitos por un papel determinante en el éxito de la empresa.
su singular relevancia en dicha transformación: el Las repercusiones para la función de personal de
paso de la planificación estratégica a la dirección es- considerar la implantación de la estrategia como
tratégica, la aparición del concepto de estrategia parte integrante del proceso estratégico se ponen
emergente y, más recientemente y también con un de manifiesto al analizar los elementos que se con-
mayor impacto para la función de personal, la apli- sideran intervienen en la implantación, de acuerdo
cación de los conceptos de la teoría de recursos y con los autores más relevantes en el campo de la
capacidades al campo de la estrategia empresarial. estrategia (ver tabla 1). Aunque existen algunas di-
ferencias entre ellos, un examen detallado de las va-
riables permite identificar factores comunes, aunque
1. De la planificación estratégica a se empleen diferentes términos para referirse a
la dirección estratégica. Los RH en ellos. Además de los sistemas de apoyo y control,
la implantación de la estrategia. destacan la estructura organizativa, la cultura, el li-
derazgo y las políticas de gestión de personal.Todas
Como es ya conocido, el tránsito de los años se- ellas inciden en y dependen de las personas que
tenta a los ochenta vino marcado por la sustitución constituyen la organización.

Tabla 1
Elementos claves en la implantación de la estrategia
AUTOR

Estructura y relaciones de la organización (división del trabajo, coordina-


Andrews ción, sistemas de información); Procesos y comportamientos organizacio-
(1980) nales (normas y cualificaciones, sistemas de motivación e incentivos, siste-
mas de control, reclutamiento y desarrollo); Liderazgo (estratégico, organi-
zacional, personal).

Menguzzato Estructura organizativa; Liderazgo; Cultura; Sistemas de planificación y con-


y Renau (1991) trol; Sistema de información empresarial.

Dess y Miller Integración (entre áreas de la empresa, entre objetivos a corto y a largo);
(1993) Estructura organizativa; Controles estratégicos (remuneración, reglas, cul-
tura, etc.); Liderazgo estratégico.

69
Tabla 1 (cont.)
Elementos claves en la implantación de la estrategia
AUTOR

Hardy (1994) Estructura; Personas; Cultura; Liderazgo.

Asignación de recursos (entre áreas funcionales); Estructuras y sistemas;


Shrivastava (1994) Habilidades y personal; Liderazgo y cultura; Evaluación del rendimiento y
sistemas de remuneración.

Hax y Majluf (1996) Estructura organizativa; Sistemas de control y motivación; Cultura organi-
zativa; Dirección de RH.

Diseño de estructura organizacional; Diseño de sistemas de control (eva-


Hill y Jones (1996) luación del desempeño, controles operativos, reglas y procedimientos, cul-
tura organizacional, sistema de remuneración e incentivos); Adecuación de
la estrategia, cultura y controles; Manejo del conflicto, políticas y cambio.

Navas López Diseño organizativo; Factor humano (liderazgo y dirección de RH); Cultura
y Guerras Martín empresarial; Sistemas administrativos de apoyo (sistemas de planificación y
(1996) control, sistema de información, programas, planes operativos, presupues-
tos, etc.).

Desarrollo de una organización capaz (estructura organizativa, desarrollo


de habilidades y capacidades básicas, selección de personas para puestos
Thompson claves); Presupuesto; Sistemas administrativos de apoyo (políticas, procedi-
y Strickland (1996) mientos, sistemas operativos, sistemas de información); Recompensas e in-
centivos (motivación, remuneración, promover orientación hacia objetivos);
Cultura organizativa; Liderazgo estratégico.

Ansoff y McDonnell Habilidades y mentalidad de la gerencia; Cultura de la empresa; Estructura


(1997) de poder; Sistema de información; Estructura.

Johnson y Scholes Planificación de recursos; Estructura organizativa; Sistemas; Dirección del


(1997) cambio estratégico (liderazgo, cultura, rutinas organizativas, dirección de
RH).
Fuente: Elaboración propia

Por tanto, el elemento humano se destaca como pone empezar a reflexionar acerca de cómo actuar
pieza clave para la puesta en marcha con éxito de sobre el personal de la empresa, para que posibili-
la estrategia formulada. Y se reconoce así, como te y apoye la realización de la estrategia elegida. De
apunta Davis (1997:259), que un sistema de DE este modo, se comienza a percibir la dirección de
bien diseñado puede fracasar si no se presta aten- RH como un factor estratégico clave, aunque, de
ción a la dimensión de los RH. De acuerdo con él, momento, sólo se reconoce el papel que puede
los principales problemas de RH que surgen al im- desempeñar una vez que la estrategia ha sido elegi-
plantar las estrategias se deben a la resistencia de da.
las personas a las nuevas relaciones de posición y
poder que implican los cambios de estructura or-
ganizativa necesarios para la nueva estrategia, la 2. Surgimiento del concepto estrategia
falta de aptitudes individuales para la ejecución de emergente. Los RH en el proceso
las tareas relacionadas con la implantación y el emergente de formación de la estrategia.
apoyo inadecuado de la dirección a las actividades
de la implantación. Si bien la transición de la planificación estratégica
En conclusión, apreciar la importancia de la implan- hacia la DE supuso la consideración de los RH en el
tación de la estrategia para el éxito de la misma su- proceso estratégico, en la fase de implantación de la

70
estrategia, el papel básico que pueden jugar las per- en los niveles superiores y estar alejada de los de-
sonas en la elaboración de la estrategia se empieza talles del funcionamiento cotidiano no parece ade-
a percibir con la aparición del concepto de estrate- cuada, de acuerdo con Mintzberg, para el que se
gia emergente, ligado al de desarrollo incremental debe permitir a las personas implicadas en la im-
de la estrategia. plantación ser también formuladores, dado que los
El concepto de estrategia emergente surge como trabajadores que se encuentran en niveles inferio-
consecuencia de la crítica que hace Mintzberg res de la jerarquía son los que están en contacto
(1978) a la consideración tradicional de la forma- con la situación, y pueden identificar mejor las nue-
ción de la estrategia como un proceso racional, de- vas oportunidades o las necesidades de cambio.
liberado, planificado e intencionado. En su opinión, Pero, todo ello depende de la capacidad de los in-
no todas las estrategias que realizan las empresas se dividuos y de cómo ponen en práctica la discrecio-
formaron a través de un proceso como el definido. nalidad que poseen, lo que a su vez, está influido
Ello es debido, por un lado a que algunas estrategias por las prácticas de gestión de recursos (Valle Ca-
intencionadas no llegan a realizarse, bien porque no brera, 1995:117-8). Éstas, por tanto, pueden facilitar
quedaron suficientemente claras en la formulación, la aparición de estrategias emergentes, a través de
por errores o problemas que se producen a lo la mejora de las capacidades de las personas y el es-
largo de la implantación que impiden el cumpli- tímulo de un comportamiento flexible, creativo y
miento total de la estrategia intencionada, o por orientado a la detección de oportunidades
modificaciones que tienen lugar en las condiciones (Wrigth, et al., 1994:315) y a la generación de es-
internas y externas a la empresa que impiden su trategias creativas.
puesta en práctica (a éstas estrategias Mintzberg las Como Butler (1988:92-3) explica, considerar la for-
denomina no realizadas). Por otro, porque a lo largo mulación de la estrategia como un proceso racional
del proceso de implantación, las condiciones van y emergente al mismo tiempo, permite compren-
cambiando y las empresas tienen que desarrollar der cómo pueden contribuir las prácticas de RH al
respuestas que les permitan adecuarse a las nuevas logro de los objetivos organizacionales. Por un lado,
circunstancias, surgiendo así estrategias que a veces utilizándolas como herramienta de implantación de
son reconocidas y se incorporan al proceso. A estas las estrategias intencionadas. Por otro, apoyando la
últimas es a las que Mintzberg (1978:945) denomi- formación de estrategias emergentes, puesto que al
na estrategias emergentes. influir enormemente en las normas, cultura y con-
La formación de las estrategias emergentes, de ductas de los individuos en la empresa, están deter-
acuerdo con Mintzberg 1978 y 87, requiere habili- minando su capacidad para detectar oportunida-
dades, dedicación, perfección mediante la atención des. Butler introduce la función de personal en el
a los detalles y el aprendizaje continuo de la activi- modelo de formación de la estrategia elaborado
dad diaria de la empresa. En consecuencia, la idea por Mintzberg, representando así las contribuciones
de que la estrategia es algo que debería realizarse que la misma hace al proceso (ver figura 1).

Figura 1
Modelo de la contribución dual de la función de RH
al proceso de formulación estratégica

Dirección de RH
como herramienta
de implantación

Estrategia intencionada Estrategia realizada

Dirección de RH
Estrategia no realizada Estrategiaemergente
Estrategia emergente
como herramienta
de formulación

Fuente: Butler (1988:93)

71
3.Teoría de recursos y capacidades. y Shoemaker, 1993; Peteraf, 1993; etc.). Mientras
Los RH en el proceso formal que los recursos pueden ser tangibles o intangibles1,
de formulación de la estrategia. las capacidades son intangibles y residen en las ruti-
nas organizativas de la empresa (Fernández Rodrí-
Las cuestiones de RH ganan importancia en el pro- guez, 1993: 182).
ceso “formal” de formulación de la estrategia como Pero no todos los recursos y capacidades son sus-
consecuencia de la introducción de los plantea- ceptibles de proporcionar una ventaja competitiva
mientos de la teoría de recursos y capacidades y, por tanto, de generar una renta futura para la
(RyC) en la DE, y sus aportaciones en torno al con- empresa sino sólo aquellos que cumplen una serie
cepto de ventaja competitiva. de condiciones (Barney, 1991; Grant, 1991 y 1995;
La teoría de RyC supone para la DE un cambio im- Amit y Shoemaker, 1993; Fernández Rodríguez,
portante en la concepción de los elementos deter- 1993; Peteraf, 1993), a los que Amit y Shoemaker
minantes de la competitividad y los resultados de denominan activos estratégicos. Siguiendo a Bar-
las empresas con respecto a la visión dominante en ney (1991) son necesarios dos supuestos de par-
la década de los 80, influida por la obra de Porter tida.
(1980) según la cual, dichos elementos serían las Por un lado, el que sustenta la teoría de recursos y
condiciones externas de la empresa, es decir, el sec- capacidades: la heterogeneidad entre las empresas
tor al que pertenecen. Desde la perspectiva de la en cuanto a sus recursos2 y, en segundo lugar, la in-
teoría de RyC, la fuente de ventaja competitiva movilidad de éstos, es decir, que no puedan ser
principal para la empresa se encuentra en sus re- transferidos o vendidos. Partiendo de ellos, los re-
cursos, esto es, en sus los factores productivos que cursos deben cumplir cuatro condiciones, las dos
controla, y en la forma en que éstos se coordinan e primeras son necesarias para que puedan constituir
interrelacionan, es decir, en sus capacidades (Praha- una ventaja competitiva y las dos últimas para que
lad y Hamel, 1990; Barney, 1991; Grant, 1991; Amit ésta sea sostenible (ver figura 2).

Figura 2
Condiciones para que un recurso o capacidad sea
fuente de ventaja competitiva sostenible

Heterogeneidad Valioso
de los recursos
Escaso Ventaja
Competitiva
Imperfectamente imitable Sostenible
– Histórica única
Inmovilidad – Ambigüedad causal
de los recursos – Complejidad social
– Protección legal

No sustituible

Fuente: Barney (1991:112)

1. Deben ser valiosos o relevantes, esto es, deben duraderas es necesario que el recurso en que se
permitir a la empresa explotar las oportunidades basa no pueda ser imitado por las empresas
del entorno y defenderse de las amenazas que competidoras, o que el coste que supone sea tan
provienen del mismo, y de esta forma obtener alto que las ponga en una situación de enorme
beneficios. desventaja tras hacerlo. Un gran número de au-

2. Deben ser escasos. Aunque un recurso sea valio- 1 Grant (1995:159) prefiere considerar los RH como un grupo de re-
so, si es común, es decir, si es controlable por un cursos independiente y diferente a los tangibles y a los intangibles, dada
gran número de empresas, es difícil que propor- la naturaleza dual de los RH: tangible, porque el número de miembros
cione una ventaja competitiva a alguna de ellas. de la empresa es cuantificable, pero a la vez intangible: sus conoci-
mientos, habilidades individuales y actitudes lo son.
3. Han de ser no imitables. Para que las mayores 2 Barney no distingue entre recursos y capacidades, refiriéndose a
rentas asociadas a una ventaja competitiva sean ambos como recursos.

72
tores ha estudiado esta cuestión (Dierickx y petencia. Steffy y Maurer (1988) examinan en qué
Cool, 1989; Barney, 1991; Mahoney y Pandian, condiciones es posible crear valor a partir del capi-
1992; Peteraf, 1993), llegando a la conclusión de tal humano. Sostienen que no sería posible si la de-
que para imitar un activo el competidor debe ser manda y la oferta de mano de obra fueran homo-
capaz de identificarlo y reproducirlo exactamen- géneas, pero dado que no lo son (las empresas de-
te. Una serie de factores lo impiden (Barney, mandan trabajadores con habilidades distintas en
1991): (1) que las condiciones históricas que die- función del puesto de trabajo a ocupar, y las perso-
ron lugar al desarrollo de dicho recurso sean úni- nas tienen distintas habilidades), los RH pueden
cas; (2) la dificultad para entender cómo se trans- crear valor. Aunque no se conoce de qué forma
forma el recurso controlado por la empresa en proporcionan valor3, lo importante es que existe un
una ventaja competitiva, lo que se denomina am- acuerdo generalizado en cuanto a que un personal
bigüedad causal; (3) que implique complejidad de “calidad” (Wrigth et al., 1994:307), la configura-
social, es decir, que proceda de relaciones inter- ción de las actividades de RH y cómo se utilizan
personales, la cultura de la empresa, la reputa- para dirigir el conocimiento y las habilidades, pue-
ción frente a los proveedores y clientes, etc.; y (4) den contribuir a que la empresa logre mejores re-
que esté protegido legalmente, como es el caso sultados (Lado y Wilson, 1994; Kamoche, 1996; Bec-
de las patentes, derechos de propiedad, etc. ker y Gerhart, 1996).
La escasez del recurso es la segunda condición a sa-
4. No debe poder ser sustituido por otro que, aun- tisfacer para ser ventaja competitiva. En principio,
que sea distinto, permita desarrollar y poner en cabría pensar que no se cumple, dado el elevado
práctica la misma estrategia. nivel de desempleo existente. Sin embargo, de
acuerdo con Wright et al. (1994), esto sólo es cier-
Dadas las condiciones que un elemento interno to cuando se hace referencia a puestos de trabajo
tiene que cumplir para ser fuente de ventaja com- estandarizados, es decir, que no requieren habilida-
petitiva sostenible, no es de extrañar que cada vez des específicas y en los que, por tanto, el trabajador
se preste más atención a los recursos intangibles y puede ser fácilmente reemplazado.
a las capacidades, y dentro de ellos, a los relaciona- Cada vez más se necesitan trabajadores con habili-
dos con las personas. En este sentido, Itami dades concretas, y sobre todo con capacidad de
(1991:12) señala como los recursos más importan- adaptación, lo que denominan “habilidades cogniti-
tes de la empresa los intangibles (incluyendo la cul- vas”, y no todas las personas disponen de ellas en
tura organizativa) y los humanos. Igualmente, Hall igual medida. Por ello, se puede decir que cuentan
(1993), a partir del estudio que efectúa con 95 em- con RH valiosos aquellas empresas que tengan tra-
presas británicas de diversos sectores, comprueba bajadores con mayores niveles de habilidades cog-
que, en opinión de la alta dirección, los factores que nitivas, y que utilicen las prácticas de RH para des-
más contribuyen al éxito de la empresa son, además arrollarlas y/o contratar personas que las posean.
de la reputación de la empresa y del producto, el En este sentido, Ulrich (1998:15) señala el “capital
know-how de los empleados, la cultura y las relacio- intelectual”4 como un elemento que puede aportar
nes humanas entre los distintos grupos de interés. un gran valor a la empresa, y entiende que el mismo
A pesar de que un gran número de trabajos desta- está insertado en la manera en que los empleados
ca la relevancia de los RH para el éxito de la em- hacen y piensan en relación con el trabajo y en la
presa, son menos los que han analizado de forma manera en que la empresa utiliza sus políticas y sis-
más pormenorizada su capacidad para proporcio- temas para influir en ellos.
nar una ventaja competitiva sostenible, desde la Además de lo anterior se puede argumentar, si-
perspectiva de la teoría de los recursos y capacida- guiendo a Kamoche (1996:223), que la escasez del
des (Lado y Wilson, 1994; Wright, McMahan y recurso no radica principalmente en las personas
McWillians, 1994; Boxall, 1996; Kamoche, 1996; individuales sino en la combinación de habilidades
Mueller, 1996; Barney y Wright, 1998). de alta calidad y experiencia, y en su interacción
Asumiendo la heterogeneidad entre empresas res- con las capacidades organizacionales, y estas inte-
pecto a su capital humano, la ventaja competitiva es rrelaciones, ciertamente, son diferentes en cada or-
posible si una se asegura que su personal añada ganización.
valor a sus procesos de producción y que sea un
recurso único, difícil de replicar y de sustituir (Hu- 3 De acuerdo con Kamoche (1996:226) para que se pueda obtener
selid et al., 1997:173). valor a partir de los RH, sus competencias han de ajustarse a las que
La primera condición que deben cumplir los recur- son claves para la organización.
sos humanos es la de ser valiosos, es decir deben 4 Definido por Quinn (1996:8) como el producto de la competencia
proporcionar valor a la empresa, permitiéndole res- de los trabajadores y el grado de compromiso que tengan con la em-
ponder a las variables externas mejor que la com- presa.

73
El cumplimiento de las dos condiciones anteriores actitudes, lo que les hace difícilmente reproducibles
permite afirmar que los recursos y capacidades hu- (Mueller, 1996:771).
manas pueden ser fuente de ventaja competitiva. Por todo ello, si la ventaja competitiva proviene de
Pero para que ésta sea sostenible es necesario que la cultura o normas, el trabajo en equipo, y/o las
satisfagan asimismo las condiciones de ser imper- interacciones entre las personas sólo se puede imi-
fectamente imitables y no sustituibles. tar se es capaz de identificar y replicar exactamen-
Las dificultades para la imitación es uno de los temas te la historia y las interacciones, los programas y las
más estudiados. En general se defiende que ele- personalidades que constituyen la totalidad de la
mentos como las personas de la empresa o sus va- organización (Wright, et al., 1994:310). En este sen-
lores son más difíciles de imitar por los competido- tido, Boxall (1996:66-7) apunta que la ventaja o su-
res que los recursos tangibles (Schneider y Bowen, perioridad de una empresa en RH se debe conce-
1992:48). Como se apuntó anteriormente, las con- bir como el producto de unos RH excelentes (ven-
diciones históricas únicas en que se desarrolla un taja en capital humano) y unos procesos también
recurso, la ambigüedad causal y la complejidad so- superiores (ventaja en procesos).
cial lo protegen contra la imitación. Pues bien, de Es necesario hacer una matización en este aparta-
acuerdo con Wright et al. (1994), los RH pueden do. Para algunos autores (Wright et al., 1994) aun-
considerarse únicos por su habilidad para influir en que los recursos y capacidades de la empresa no
esos tres aspectos. Por un lado, crear y desarrollar son imitables, sí lo son las prácticas y políticas de
tanto el “stock” de RH como la cultura y las capaci- personal, por ello, la fuente de ventaja competitiva
dades individuales y colectivas requiere mucho radica en los primeros, pero dichas prácticas son
tiempo y está íntimamente unido a la historia de la esenciales para estimular su creación y fortaleci-
propia organización, la cual es imposible o excesi- miento (Cappelli y Crocker-Hefter, 1996). La figura
vamente costosa de reproducir en su totalidad 3 representa de forma gráfica esta idea. Como se
(Wright et al., 1994:310). Por otro lado, la ambigüe- puede observar, es el capital humano, a través de su
dad causal es inherente a las personas y a las prác- comportamiento el que da lugar a una ventaja
ticas de RH (Huselid, et al., 1997:173), pues resulta competitiva, pero son las prácticas de RH las que
muy difícil entender cuáles son los mecanismos que permiten que ese capital humano desarrolle el
transforman las competencias y prácticas de RH en comportamiento requerido para ello.
valor para la empresa (Kamoche, 1996:223; Becker La última condición señalada por Barney (1991)
y Gerhart, 1996:782; Mueller, 1996:777). Finalmen- para que la ventaja competitiva que proporcione un
te, están unidos a la complejidad social, porque ésta activo sea duradera es que debe ser no sustituible.
por definición resulta de las interacciones humanas En el caso de los RH, sus características diferencia-
que se producen como consecuencia de la confian- doras respecto a otros recursos empresariales su-
za, las rutinas y el aprendizaje desarrollados a lo pone un límite a su sustitución. Wright (1994:312)
largo del tiempo. Los RH y las capacidades deriva- mantiene que se trata de los recursos con mayor
das de las interrelaciones entre ellos son activos potencial para transferirse a través de una gran va-
que se forman de manera incremental y que se po- riedad de tecnologías, productos o mercados y para
tencian con el intento continuo de mejora en las no volverse obsoletos, pues aunque algunas de sus

Figura 3
Relación RH, prácticas de RH y ventaja competitiva

Prácticas
de
RRHH

Capital Comportamiento Ventaja


humano de los competitiva
disponible RRHH sostenible

Fuente:Wright et al. (1994:318).

74
habilidades, las muy específicas sí puedan quedarse Conclusiones
obsoletas, muchas otras son generalizables, princi-
palmente las cognitivas y de comportamiento5. Por Sin duda, una de las funciones empresariales que
ello, afirma que los RH sólo pueden ser sustituidos más cambios ha experimentado en las últimas dé-
por recursos que a su vez sean valiosos, escasos, in- cadas es la de personal. El más reciente desarrollo
imitables y no sustituibles. dentro de este campo es lo que se denomina Di-
Se puede concluir, por tanto, que los RH pueden rección estratégica de recursos humanos, que se
proporcionar a la empresa una fuente de ventaja puede entender como un enfoque proactivo en la
competitiva sostenible y, por tanto, rentas superio- gestión de personal, que defiende la integración de
res a los competidores. La cuestión que se plantea las cuestiones de personal en el proceso estratégi-
en este punto es si la empresa puede apropiarse de co desde el principio y, no sólo como posibles res-
dichas rentas. Este tema presenta un problema en tricciones a las estrategias propuestas, sino como
el caso de los RH, ya que, a diferencia de otros re- generadoras de alternativas y fuente de ventaja
cursos, las empresas no poseen a las personas ni competitiva para la empresa. En este trabajo se de-
sus competencias (Kamoche, 1996:224), sin embar- fiende que aunque el desarrollo de la DERH tiene
go sí influyen en el desarrollo de éstas últimas. su origen diversos factores, el más relevante es la
Como sostiene Grant (1996:111), aunque una gran evolución producida en el campo de la estrategia
parte del denominado “conocimiento explícito” y empresarial, que ha supuesto una demanda progre-
todo el “conocimiento tácito” se acumula dentro de siva de la incorporación del elemento humano en
los individuos, la mayoría se crea dentro de la em- el proceso estratégico.
presa y está orientado a las necesidades específicas El repaso a dicha evolución permite concluir que la
de la misma. importancia que se le da hoy a la DERH no res-
En este sentido, Grant, (1995:191) considera que la ponde a una simple moda o al deseo de los res-
asignación de rentas entre la empresa y los emple- ponsables y estudiosos de la DRH de lograr una
ados, donde existe ambigüedad en cuanto a la pro- mayor posición y protagonismo en la empresa, sino
piedad de los recursos y capacidades, está en fun- que su participación plena en el proceso estratégi-
ción de la capacidad de negociación de ambos, la co es una verdadera necesidad para que la empre-
cual depende a su vez de la movilidad de empleo, y sa alcance sus objetivos. Por un lado, como se ha
de la dificultad para identificar la contribución del mostrado, la implantación con éxito de la estrategia
empleado. Para Wright et al., (1994:311), en gene- depende, en gran medida, de las personas. Por otro,
ral, no se puede medir la contribución individual del su papel es clave en la identificación de estrategias
trabajador al resultado, porque éste puede deberse emergentes, componente de la estrategia que cada
al equipo de trabajo, la cultura, la interacción con vez tiene más peso teniendo en cuenta las caracte-
los demás u otras circunstancias organizacionales, y rísticas cambiantes del entorno. Y, finalmente, no
es por ello que los individuos no pueden capturar solo pueden ser fuente de la ventaja competitiva de
las rentas derivadas de su trabajo, lo que permite a la empresa, dado que cumplen las condiciones exi-
la empresa apropiarse de ellas. gidas para ello, sino que sus características las hacen
Dado que, como se ha visto, los RH cumplen las particularmente interesantes para que esas ventajas
condiciones que se exigen a un recurso para poder sean sostenibles en el tiempo.
constituir una ventaja competitiva, es posible afir- El reconocimiento de la relación entre los RH y la
mar que los RH se pueden considerar estratégicos ventaja competitiva de la empresa deriva, principal-
y que en ellos o en las capacidades organizaciona- mente, de la introducción en el campo de la estra-
les derivadas de los mismos, puede basarse la ven- tegia de la teoría de recursos y capacidades, cuyo
taja competitiva de la empresa, supuesto funda- modelo constituye uno de los fundamentos teóri-
mental de la DERH. cos más importantes de la DERH. En nuestra opi-
nión éste debe ser tomado como el marco de re-
ferencia en el que se desarrollen investigaciones fu-
turas en este campo, que permitan avanzar en los
5 Pone un ejemplo que permite ilustrar esta idea: considera una em- temas aún pendientes. En este sentido, como se ha
presa A, cuya fuerza competitiva radica en las habilidades de un perso-
comentado en el trabajo, aunque existe un acuerdo
nal altamente comprometido con ella, que le permitiera alcanzar nive- generalizado a cerca de que los RH pueden crear
les altos de productividad y se pregunta qué pasaría si un competidor valor para la empresa, aún no se conoce de qué
B desarrollara una tecnología con la que lograra incrementos superio- forma. Por ello, sería interesante estudiar, tanto
res en la productividad. Para Wright si la tecnología es imitable, la em- desde el punto de vista teórico como empírico, qué
presa A simplemente la adquiriría del mercado, y gracias a sus RH vol-
vería a lograr una productividad mayor, obteniendo de nuevo una ven-
características concretas deben tener los emplea-
taja competitiva. Sólo perdería su ventaja competitiva si la tecnología dos para proporcionar valor y, sobre todo qué
estuviera protegida por ejemplo, mediante una patente. prácticas de RH y de qué forma se han de implan-

75
tar con el objeto de desarrollaras y, en definitiva, de GRANT, R.M. (1991): “The Resource-Based Theory of
influir positivamente en el éxito de la empresa. Competitive Advantage: Implications for Strategy
Formulation”, California Management Review,Vol. 33,
N. 3, Spring, pp. 114-135.
Bibliografía GRANT, R.M. (1995): Dirección estratégica. Conceptos, técni-
cas y aplicaciones, Civitas, Madrid (traducido del origi-
AMIT, R.; SCHOEMAKER, P.J.H. (1993): “Strategic Assets nal en inglés Contemporary strategy analysis: concepts,
and organizational rent”, Strategic Management Jour- technique, applications, Balckwell Publishers, USA).
nal,Vol. 14, pp. 33-46. HALL, R. (1992):“The Strategic Analysis of Intangible Re-
ANDREWS, K.R. (1980): “The Concept of Corporate sources”, Strategic Management Journal, Vol. 13, pp.
Strategy”, en Quinn, J.B.; Mintzberg, H. y James, R.M. 135-144.
(1988): The strategy process, pp. 43-56, New Jersey: HALL, R. (1993): “A framework linking intangible resour-
Prentice-Hall International Editions (edición original ces and capabilities to sustainable competitive ad-
The Concept of Corporate Strategy, R.D. Irwin, Home- vantage”, Strategic Management Journal, Vol. 14, pp.
wood, 1971). 607-618.
ANSOFF, I.H.; MCDONNELL, E.J. (1997): La dirección es- HARDY, C. (1994): Managing Strategic Action. Mobilizing
tratégica en la práctica empresarial, USA: Addison- Change. Concepts, Readings and Cases, London: Sage
Wesley Iberoaméricana. Publications.
BARNEY, J. (1991): “Firm resources and sustained com- HAX A.C.; MAJLUF, N.S. (1996): The Strategy Concept and
petitive advantage”, Journal of Management, N. 17, Process: A pragmatic Approach, New Jersey: Prentice-
pp. 99-120. Hall.
BARNEY, J.B.; WRIGHT, P.M. (1998): “On becoming a HENDRY, C.; PETTIGREW, A. (1990): “Human Resource
strategic partner: the role of human resources in Management: An Agenda for the 1990´s”, The Inter-
gaining competitive advantage”, Human Resource national Journal of Human Resource Management,
Management,Vol. 37, N. 1, pp. 31-46. Vol. 1, N. 1, pp. 17-43.
BECKER, B.; GERHART, B. (1996): “The impact of human HILL, C.W.; JONES, G.R. (1996): Administración Estratégi-
resource management on organizational perfor- ca. Un enfoque integrado, Colombia: McGraw-Hill.
mance: progress and prospects”, Academy of Mana- HUSELID, M.A., JACKSON, S.E.; SCHULER, R.S. (1997):
gement Journal,Vol. 39, N. 4, pp. 779-801. “Technical and strategic human resource manage-
BOXALL, P.F. (1996):“The strategic HRM debate and the ment effectiveness as determinants of firm perfor-
resource-based view of the firm”, Human Resource mance”, Academy of Management Journal,Vol. 40, N.
Management Journal,Vol. 6, N. 3, pp. 59-75. 1, pp. 171-188.
BUENO CAMPOS, E. (1996): Dirección estratégica de la ITAMI, H. (1991): Mobilizing Invisible Assets, Cambridge:
empresa. Metodología, técnicas y casos, 5a ed. Madrid: Harvard University Press.
Pirámide. JOHNSON, G.; SCHOLES, K. (1997): Dirección estratégi-
BUTLER, J.E. (1988): “Human resource management as a ca, Madrid: Prentice-Hall.
driving force in business strategy”, Journal of General KAMOCHE, K. (1996): “Strategic human resource mana-
Management,Vol. 13, N. 4, Summer, pp. 88-102. gement within a resource-capability view of the
CAPPELLI, P.; CROCKER-HEFTER, A. (1996): “Distinctive firm”, Journal of Management Studies,Vol. 33, N. 2, pp.
Human Resources Are Firm´s Core Competen- 213-233.
cies”, Organizational Dynamics, Vol. 24, N. 3, Winter, LADO, A.A.; WILSON, M.C. (1994): “Human resource
pp. 7-22. system and sustained competency-based perspecti-
CUERVO GARCÍA, A. (1995): “La dirección estratégica ve”, Academy of Management Review, Vol. 19, N. 4,
de la empresa”, en Homenaje al profesor Marcial- pp. 699-727.
Jesús López Moreno:Dirección de Empresas de los No- MAHONEY, J.T.; PANDIAN, J.R. (1992): “The resource-
venta, pp. 51-69, Madrid: Civitas. based view within the conversation of strategic ma-
DAVIS, F.R. (1997): Conceptos de Administración Estratégi- nagement”, Strategic Management Journal,Vol. 13, pp.
ca, México: Prentice-Hall. 363-380.
DESS, G.; MILLER, A. (1993): Strategic Management, Sin- MENGUZZATO BOULARD, M.; RENAU PIQUERAS, J.J.
gapore: McGraw-Hill. (1991): La dirección estratégica de la empresa, Barce-
DIERICKX, I.; COOL, K. (1989): “Asset Stock Accumula- lona: Ariel, S.A.
tion and Sustainability of Competitive Advantage”, MINTZBERG, H. (1978):“Patters in Strategy Formation”,
Management Science, Vol. 35, N. 12, December, pp. Management Science,Vol. 24, N. 9, pp. 934-948.
1504-1511. MINTZBERG, H. (1987): “Crafting Strategy”, Harvard Bu-
FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, Z. (1993): “La organización siness Review, July-August, pp. 66-84.
interna como ventaja competitiva para la empresa”, MUELLER, F. (1996): “Human Resources as strategic As-
Papeles de Economía Española, N. 56, pp. 178-193. sets: an evolutionary resource-based theory”, Jour-

76
nal of Management Studies, Vol. 33, N. 6, pp. 757- tegy”, Harvard Business Review, March-April, pp. 57-69.
785. STEFFY, B.; MAURER, S. (1988): “Conceptualizing and
NAVAS LÓPEZ, J.E.; GUERRAS MARTÍN, L.A. (1996): La Measuring the Economic Effectiveness of Human
Dirección Estratégica de la Empresa. Teoría y aplica- Resource Activities”, Academy of Management Re-
ciones, Madrid: Civitas. view, N. 13, pp. 271-86.
PETERAF, M.A. (1993): “The cornerstones of competiti- THOMPSON, A.; STRICKLAND, A. (1994): Dirección y
ve advantage: a resource-based view”, Strategic Ma- Administración Estratégicas: Conceptos, Casos y Lectu-
nagement Journal,Vol. 14, pp. 179-191. ras, Wilmington: Addison-Wesley Iberoamericana.
PORTER, M.E. (1980): Competitive Strategy, New York: ULRICH, D. (1998): “Intellectual Capital = Competence
Free Press. x Commitment”, Sloan Management Review,Vol. 39,
PRAHALAD, C.K.; HAMEL, G. (1990): “The Core Com- N. 2, Winter, pp. 15-26.
petence of the Corporation”, Harvard Business Re- VALLE CABRERA, R. (1995): La gestión estratégica de los
view, May-June, pp. 79-91. recursos humanos, EEUU: Addison-Wesley Iberoa-
QUINN, J.B. (1996): “Leveraging Intellect”, Academy of mericana, S.A.
Management Executive, vol.10, n. 1, pp. 1-27. WHIPP, R. (1991): “Human resource management, stra-
SCHNEIDER, B.; BOWEN, D.E. (1993): “The Service Or- tegic change and competition: the role of learning”,
ganizations: Human Resources Management Is Cru- International Journal of Human Resource Manage-
cial”, Organizational Dynamics,Vol. 21, N. 4, pp. 39-52. ment,Vol. 2, N. 2, pp. 165-92.
SHRIVASTAVA, P. (1994): Strategic Management. Concepts WRIGHT, P.M.; MCMAHAN, G.C.; MCWILLIAMS, A.
& Practices, Cincinnati, Ohio: South-Western Publis- (1994):“Human resources and sustained competiti-
hing Co. ve advantage: a resource-based perspective”, Inter-
STALK, G.; EVANS, P.; SHULMAN, L.E. (1992): “Competing national Journal of Human Resource Management,
on Capabilities: The New Rules of Corporate Stra- Vol. 5, N. 2, pp. 301-326.

77

También podría gustarte