Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Tacha Incidental Pruebas
Tacha Incidental Pruebas
El instrumento público hace plena fe, así entre las partes como respecto de terceros, primero,
de los hechos jurídicos que el funcionario público declare haber efectuado, si tenía facultades
para efectuarlos; segundo, de los hechos jurídicos que el funcionario público declara haber
visto u oído, siempre que este facultado para hacerlo constar y, tercero, de la verdad de las
declaraciones formuladas por los otorgantes acerca de la realización del hecho jurídico a que
se contrae en instrumento (1359 y 1360 Código Civil). La Ley necesita atribuir plena fe a los
funcionarios públicos cuando actúan en el ejercicio de sus atribuciones, e igualmente es
necesario que se presuma la buena fe con que obran los particulares cuando hacen en
presencia del funcionario público declaraciones pertinentes al asunto que quieren hacer
constar en él; pero como no es imposible que funcionario y otorgantes, por culpa, negligencia
o ignorancia, incurran en falsedades, simulaciones o fraudes, la fe atribuida a los instrumentos
públicos debe cesar cuando se compruebe que en su otorgamiento se ha incurrido en tales
faltas.
Los instrumentos privados reconocidos o tenidos legalmente por reconocidos, tienen la misma
fuerza probatoria de los instrumentos públicos, así entre las partes como respectos de
terceros, en lo que se refiere al hecho material de las declaraciones, y hacen fe, hasta prueba
en contrario, de la verdad de esas declaraciones. Erga omnes, el instrumento autenticado es
prueba plena de que su otorgante hizo las declaraciones en él expuestas, y en tanto no se
demuestre lo contrario, es fuerza presumir que esas declaraciones son verdaderas; pero ella
no son, ni pueden ser obligatorias sino entre las partes y sus herederos y causahabientes
(1363 y 1381 del Código Civil).
El otorgante puede, sin embargo, impugnar de falsedad el acto mismo del reconocimiento; y
de igual manera, al serle exigido el reconocimiento por la parte contraria o por ministerio de
Ley, puede impugnar de falso el instrumento privado.
No hay contra la fe del instrumento público sino la tacha de falsedad, pues aunque es de
principio que toda prueba puede ser combatida con cualquier medio de prueba contraria, la
del instrumento público hace excepción al principio, y debe subsistir invalidable mientras el
instrumento no sea declarado falso. Contra la fe del contenido del instrumento privado si se
admite prueba en contrario, pero la tacha del instrumento privado antes de ser reconocido o
la tacha del reconocimiento mismo, bastan solas para impedir que valga como prueba o para
desvirtuar la fuerza probatoria de que el reconocimiento lo invistió.
La falta de solemnidad del acto o el vicio que afecta al instrumento público por incompetencia
del funcionario que lo autoriza.