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PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
Volumen 1
Introducción al desarrollo
CAPÍTULO 1
FUNDAMENTOS Y PERSPECTIVA HISTÓRICA
DE LA PSICOLOGÍA EVOLUTIVA
(Pilar Pardo, Antonio Corral y Francisco Gutiérrez)
Esquema-resumen ............................................................................. 24
Introducción ....................................................................................... 27
Objetivos ............................................................................................. 28
La Psicología Evolutiva como objeto de estudio .............................. 29
Lugar que ocupa la Psicología Evolutiva en el conjunto de la
psicología ...................................................................................... 32
Influencias sobre la constitución de la Psicología Evolutiva de
otras disciplinas ............................................................................ 32
Tres conjuntos de presupuestos: racionalismo, empirismo y
constructivismo ............................................................................ 38
Racionalismo ................................................................................ 39
Empirismo ..................................................................................... 41
Constructivismo ............................................................................ 43
Perspectiva histórica .......................................................................... 45
La observación sistemática y la constitución de la Psicología
Evolutiva como ciencia empírica ............................................ 46
Los estudios estadísticos y el primer constructivismo sobre el
desarrollo cognitivo ................................................................. 48
El surgimiento de las grandes teorías y la convergencia con la
investigación experimental ...................................................... 49
10 ÍNDICE
CAPÍTULO 2
ESTRUCTURA Y MECANISMOS DE CAMBIO
EN LA PSICOLOGÍA EVOLUTIVA
(Juan A. García Madruga)
Esquema-resumen ............................................................................. 66
Introducción ....................................................................................... 69
Objetivos ............................................................................................. 72
Estructura y génesis en la Psicología Evolutiva: la teoría de estadios
de Piaget ........................................................................................ 73
La teoría de estadios de Piaget ...................................................... 74
Limitaciones de la teoría de estadios piagetiana ........................... 79
Estructura y mecanismos de cambio en la Psicología Evolutiva
actual ............................................................................................. 81
Las concepciones de estructura innata y de estructuras de
dominio específico ................................................................... 81
Las concepciones neoestructuralistas o neopiagetianas ............... 84
Modelos post-piagetianos sobre los mecanismos de cambio ........ 87
Resumen y conclusiones .................................................................... 96
Actividades ......................................................................................... 99
Soluciones a las actividades ............................................................. 102
Bibliografía recomendada ................................................................. 103
CAPÍTULO 3
LOS FUNDAMENTOS NEURONALES
DEL DESARROLLO HUMANO
(Antonio Corral Íñigo)
CAPÍTULO 4
EL DESARROLLO DESDE EL PUNTO DE VISTA
HISTÓRICO Y CULTURAL
(Pilar Pardo)
CAPÍTULO 5
MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN
(Francisco Gutiérrez y Nuria Carriedo)
CAPÍTULO 6
EL ESTUDIO DEL ESTADO INICIAL. LA CONTROVERSIA
HERENCIA-MEDIO
(Antonio Corral y Pilar Pardo)
CAPÍTULO 7
EL ESTUDIO DE LA INFANCIA Y DE LA ADOLESCENCIA
(Pilar Pardo y Antonio Corral)
CAPÍTULO 8
EL ESTUDIO INTEGRADO DEL DESARROLLO
(Pilar Pardo y Antonio Corral)
CAPÍTULO 9
LOS TRASTORNOS DEL DESARROLLO
(Ángeles Brioso)
CAPÍTULO 10
EL CICLO VITAL
(Antonio Corral y Pilar Pardo)
dio del desarrollo del modo más integrado posible. Esto no siempre es
fácil, lo que no debería ser óbice para que el lector trate de ensayar una
síntesis personal de los distintos enfoques y las variadas aportaciones. ¿Es
posible su integración? El lector puede preguntarse si es posible conju-
gar los distintos aspectos del desarrollo: cognitivo, lingüístico, afectivo...
Una respuesta personal a este interrogante le ayudará a construir una
visión más adecuada de la asignatura, integrando las múltiples dimen-
siones implicadas.
También nos planteamos el problema de si es necesario postular el
constructo de atención mental para explicar la emergencia de estadios
evolutivos del tipo de los postulados por Piaget. Esta idea tiene prece-
dentes históricos: inteligencia general, memoria a corto plazo, memoria
de trabajo o en funcionamiento, procesador central. El crecimiento onto-
genético de la atención mental en sus dos etapas fundamentales —(1) des-
de el nacimiento hasta los 3 años y (2) desde los 3 años en adelante—, se
utiliza para intentar explicar el desarrollo desde un punto de vista cuan-
titativo.
En el capítulo 9 hablamos de los déficits que afectan al desarrollo. Una
parte pequeña de la población nace con déficits que condicionan su poten-
cial crecimiento: la ceguera, la sordera, el síndrome de Down. Otros tras-
tornos, tengan o no tengan una causa genética, se manifestarán más tar-
de. ¿Cómo es el desarrollo de estos niños? No todos los casos son
igualmente graves, pero por «defecto» todos nos enseñan algo del mila-
gro del desarrollo; es el caso, por ejemplo, del autismo, la esquizofrenia,
o, en menor medida, de la dislexia. El capítulo se centra en el trastorno
autista, si bien la autora considera el autismo no como una categoría
cerrada o bien definida sino como un continuo con diversos niveles de
gravedad.
Por último en el capítulo 10 se insiste en que el desarrollo no termina
en la adolescencia, como algunos manuales pretenden, sino que prosigue
a lo largo de toda la vida del individuo. Esta noción es muy importante,
porque supera un error muy extendido de que a partir de un determina-
do momento temporal ya no se producen cambios psicológicos relevan-
tes. La persona no deja de evolucionar a lo largo de toda su vida, en un
incesante trabajo de autoconstrucción.
Pensamos, en definitiva, que el lector podrá adquirir con un estudio
atento de este volumen una buena base de conocimientos para enfren-
tarse, si lo desea, con los apasionantes retos que plantea el desarrollo
humano; conocimientos que serán completados por el siguiente volumen.
No hemos hecho mención de las ayudas didácticas que lleva incorpo-
radas el presente volumen, las cuales deben ser correctamente utilizadas
por los lectores, especialmente los alumnos de la UNED. El punto princi-
22 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
ESQUEMA-RESUMEN
INTRODUCCIÓN
OBJETIVOS
CONTENIDOS:
• La psicología evolutiva como objeto de estudio
• Lugar que ocupa la psicología evolutiva en el conjunto de la psicología
• Influencias sobre la constitución de la psicología evolutiva de otras dis-
ciplinas
• Tres conjuntos de presupuestos: racionalismo, empirismo y construc-
tivismo
• Perspectiva histórica
• Las dualidades inevitables: individuo-sociedad, aprendizaje-genes, afec-
to-cognición y desarrollo-aprendizaje
ACTIVIDADES
SOLUCIONES A LAS ACTIVIDADES
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
24 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
ESQUEMA-RESUMEN
Perspectiva histórica
La exposición se va a estructurar alrededor de cuatro períodos históricos desde la consti-
tución de la psicología como ciencia empírica hasta la llegada al momento actual. La psicolo-
gía evolutiva se inicia como ciencia empírica independiente con estudios observacionales que
dan lugar a diarios. Es el clima cultural del evolucionismo el que estimula este tipo de estudios
biográficos. El interés por un mayor rigor metodológico da paso al segundo momento en el que
autores como Hall introducen el uso de cuestionarios permitiendo una elaboración estadísti-
ca de los datos, en esta época surge un importante autor: Baldwin, que hace una aportación
conceptual que permite el surgimiento de una perspectiva constructivista sobre el desarrollo.
En el tercer momento surgen divergencias en las líneas de trabajo adoptadas en EE UU que
continúan con el interés en la acumulación de datos normativos sobre el desarrollo y Europa,
donde comienzan a desarrollarse las grandes teorías evolutivas que serán marco de referencia
para la disciplina a partir de este momento. La cuarta etapa que dará paso al estado actual es
la emergencia del enfoque cognitivo que permitirá la aplicación del método experimental a este
campo de estudio. Este momento histórico tiene gran trascendencia, ya que se recupera el estu-
dio científico de lo mental.
OBJETIVOS
1. Distinguir los elementos diferenciadores de la psicología evolutiva
como disciplina.
2. Situar la psicología evolutiva en el resto de las áreas de estudio de
la psicología.
3. Analizar la influencia de distintas disciplinas en la evolución de la
psicología evolutiva
4. Discriminar las posturas epistemológicas que subyacen en las dis-
tintas teorías sobre el desarrollo.
5. Conocer y comprender los cuatro períodos que conforman la his-
toria de la psicología evolutiva.
6. Familiarizarse con las distintas polaridades a las que nos enfren-
tamos en el estudio del desarrollo humano.
LA PSICOLOGÍA EVOLUTIVA COMO OBJETO
DE ESTUDIO
los resultados o productos de las acciones de los sujetos para poder infe-
rir los procesos responsables de estas producciones. Otros estudios inten-
tan seguir directamente los procesos psicológicos en su manifestación
temporal, como por ejemplo los que utilizan los métodos de observación
que permiten respetar la complejidad de las interacciones que inciden
sobre los procesos de interés (Martí, 1991), pensemos, por ejemplo, en
niños interactuando en el patio del colegio, la información que nos pue-
den dar estas observaciones sobre la evolución del concepto de amistad.
La dimensión temporal cobra gran importancia cuando pretendemos
estudiar el desarrollo, ya que cualquier desarrollo necesita del tiempo para
su manifestación. Es la edad la dimensión temporal más utilizada en psi-
cología, pero no es la única posible. Tal como propone Martí (1991, p. 50)
el cambio puede ser estudiado también a un nivel macrogenético, por
ejemplo Piaget y Vigotsky se preocupan de la evolución filogenética y la
evolución sociocultural, respectivamente. Otra forma de enfrentarse al
cambio es la microgenética, que presenta el objetivo de observar la cons-
titución de un proceso psicológico en un tiempo limitado a una o varias
sesiones experimentales.
El desarrollo es continuo, es decir sucede con el paso de las horas, los
días, las semanas, los meses y los años. Sucede a lo largo de toda la vida.
Los cambios se producen sobre lo que hay anteriormente y el desarrollo
es direccional, esto es, avanza hacia una complejidad cada vez mayor.
Este avance se realiza de una forma organizada, es decir las habilidades
se van integrando paulatinamente y se produce de forma holística, lo que
significa que los avances nunca están aislados, todos los logros en el desa-
rrollo son el resultado de la interacción de los diversos aspectos. Todo ele-
mento del desarrollo, ya sea físico, cognitivo o social, depende de todos
los demás.
Dentro de este área de estudio la psicología del niño se ocupa concre-
tamente de la descripción de las distintas fases por las que transcurre la
infancia y la adolescencia.
Uno de los aspectos determinantes del ser humano es precisamente el
tener una infancia prolongada, durante la cual gracias a la inmadurez que
presenta el niño y la plasticidad que posee se abren inmensas posibilida-
des de aprendizaje. El ser humano tiene que aprenderlo casi todo, ya que
nace con un repertorio de conductas muy pequeño y esto es una de nues-
tras grandes ventajas como especie, ya que nos permite una mayor capa-
cidad de adaptación a situaciones cambiantes.
Esta plasticidad e interacción entre el sujeto y el medio permite el sur-
gimiento de una gran gama de diferencias individuales. Cada vida está
sometida a cambios individuales en un contexto social, cultural e histó-
rico específico, lo cual determina la individualidad del ser humano.
32 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
Ecología ANTROPOLOGÍA
PSICOLOGÍA EVOLUTIVA
Etnografía
Psicoanálisis
Quizá entre estas teorías una de las que ha tenido una mayor divul-
gación ha sido el psicoanálisis. Esta disciplina no es propiamente evo-
lutiva, pero ha tenido una gran repercusión en la conceptualización de la
psicología del desarrollo durante una época
La teoría psicoanalítica es de una gran amplitud y complejidad. En
ella podemos encontrar una explicación del mundo y del hombre, un méto-
do para el tratamiento de enfermedades mentales, un sistema de análisis
de la realidad y un modelo explicativo del desarrollo.
La posición psicoanalítica ortodoxa mantiene que el hombre es esen-
cialmente biológico, que ha evolucionado gradualmente hasta convertir-
se en una especie dotada de consciencia y de capacidad de razonar, cua-
lidades éstas que quedan superpuestas sobre tendencias primitivas e
inconscientes, compartidas con los animales inferiores.
En las obras de Freud únicamente encontramos dos casos explícitos
referentes a niños: el niño que presenta una fobia a los caballos (el peque-
ño Hans) y el niño que lanza y recoge un carrete de hilo. No obstante, el
psicoanálisis, tal como hemos expresado con anterioridad, muestra una
teoría del desarrollo. Pero su acercamiento al desarrollo se produce no
por su interés como objeto de estudio en sí mismo, sino como un medio
para explicar las patologías que se detectan en la conducta del adulto.
En las posiciones posteriores a Freud aparece una orientación evolu-
tiva mucho más clara. A partir de la formulación de las distintas instan-
34 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
1
Sobre este punto, el lector interesado puede consultar el magnífico texto de Richard-
son (1988/93) que recomendamos para un análisis más pormenorizado de las distintas pers-
pectivas epistemológicas; perspectivas que, sin duda, están en la base de los distintos enfo-
ques sobre el desarrollo cognitivo, pero que también, de modo más general y como el propio
autor propone, sirven «Para comprender la psicología» en su conjunto.
FUNDAMENTOS Y PERSPECTIVA HISTÓRICA DE LA PSICOLOGÍA... 39
Racionalismo
El origen del racionalismo se atribuye a la filosofía de Platón. Este
filósofo griego argumentaba que el conocimiento verdadero no podía deri-
varse de algo tan cambiante e inseguro como las impresiones sensoria-
les, proponiendo que la mente dispone ya de ciertas «ideas puras» e inmu-
tables acerca de los objetos que experimentamos en las efímeros y variables
impresiones sensoriales. En otras palabras, postulaba que todo lo que
conocemos está ya en nuestra mente al nacer; y lo que llamamos apren-
dizaje no sería más que la actualización de ese conocimiento, haciéndo-
lo consciente mediante el desenvolvimiento lógico de la razón. Esta idea
puede considerarse la esencia del racionalismo, aunque posteriormente
sería promovida y ampliada por otros destacados filósofos (Descartes,
Spinoza, Leibnitz, ...).
El racionalismo se ha venido manifestando muy claramente en nume-
rosos campos de la Psicología contemporánea (p. ej., en el de la Psico-
logía Comparada, o en las grandes Teorías de la Personalidad); pero qui-
zá haya sido precisamente dentro de la Psicología Evolutiva, donde las
ideas racionalistas han tenido una expresión particularmente significa-
tiva, dado que constituyen el fundamento que subyace a todos los plan-
teamientos innatistas (ver gráfico 1.2). Dicho de manera breve, desde
CONOCIMIENTO INNATO
Toda la
conducta Teoría Psicolingüística
como psicoanalítica
instinto
Psicología Cognición e
Etología humanística inteligencia
moderna artificial
Empirismo
El movimiento antagónico al racionalismo es el empirismo, iniciado
por Aristóteles, que lo propone como el auténtico método de conocimiento.
En realidad, se trata sólo de la idea contraria igualmente simple. Si el
racionalismo supone meramente extraer un conocimiento ya presente
independientemente de la experiencia sensorial, el empirismo toma esta
experiencia como base de todo posible conocimiento. Ciertamente Aris-
tóteles admite la razón como una facultad necesaria e incluso innata
—sería la que actúa sobre la experiencia para abstraer los «universales»
platónicos—, pero los conceptos formados no lo serían. Desde el punto
de vista psicológico, el empirismo se ha traducido en lo que conocemos
como asociacionismo, noción que ya introdujera el filósofo para desig-
nar el mecanismo por el que la razón impone forma a los datos de los sen-
tidos a fin de crear conocimiento. Este conocimiento, los conceptos abs-
traídos de la experiencia no serían más que la representación mental de
las asociaciones observadas en el mundo externo, que constituirían, por
tanto, la base del aprendizaje y de la memoria.
Posteriormente, a través de los empiristas ingleses (Locke, Hume, Ber-
keley), el asociacionismo se ampliaría prácticamente a todos los fenó-
menos mentales —es bien conocida la comparación que hace Locke de la
mente del niño al nacer con una tábula rasa para indicar que todo pro-
viene de la experiencia— instalándose en la naciente Psicología de fina-
les del siglo XIX.
Sin embargo, desde el «asociacionismo mentalista» —sólo preocupa-
do de comprender el conocimiento y las funciones mentales— se pasaría
después al «asociacionismo conductista», el cual no sólo ignora la men-
te sino que la rechaza como objetivo científico, centrándose exclusiva-
mente en las bases objetivas (observables) del aprendizaje conductual.
Siendo así, puede decirse que poco o nada relevante ha aportado este
movimiento en torno a la preocupación epistemológica sobre la natura-
leza del conocimiento o sobre su desarrollo ontogenético. De hecho, el
conductismo fue generando un creciente descontento —incluso interna-
mente— que desembocaría en un nuevo movimiento: el cognitivismo,
que, asumiendo un nuevo asociacionismo más abierto, supone para la
Psicología la recuperación de «lo mental» como objeto de estudio cientí-
42 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
CONOCIMIENTO COMO
ASOCIACIONES DE EXPERIENCIAS
SENSORIALES
Neoasociacionismo Utilitarismo
Conductismo
Constructivismo
El constructivismo se inscribe en parte dentro de la nueva ola cogni-
tivista que surge como reacción al conductismo radical, sobre todo ante
la acumulación de datos que indican la necesidad de postular otros pro-
cesos (internos) más allá del asociacionismo simple entre estímulos y res-
puestas. Por supuesto, parte de esta amplia reacción recupera posiciones
predominantemente racionalistas —como la del innatismo más o menos
extremo—, pero la opción más frecuentada ha sido, sin duda, la cons-
tructivista, quizá como una búsqueda deliberada de ecuanimidad y equi-
librio dentro del acostumbrado juego de extremos. El origen de estas posi-
ciones centradas, sin embargo, también hemos de buscarlo en la filosofía
y, en concreto, en otra de sus figuras más sobresalientes: Inmanuel Kant.
En un intento deliberado por resolver el antagonismo entre empiris-
mo y racionalismo, Kant admite las dos fuentes de conocimiento: la inna-
ta, que le da «forma» y la de la experiencia, que proporciona el «conte-
nido»; y las combina y relaciona mediante un argumento aparentemente
sencillo: es la propia mente humana la que construye el mundo que cono-
cemos. Y para ello son necesarios los dos tipos de componentes: las cate-
gorías lógicas «a priori», que son universales, intersubjetivas y los con-
ceptos empíricos, que provienen de la experiencia sensorial particular.
Pese a que este planteamiento puede parecer poco novedoso, contiene
dos aspectos fundamentales y propios, que constituyen, de hecho, la esen-
cia constructivista: las categorías «a priori» se refieren a verdades lógi-
camente necesarias, es decir, de carácter puramente formal (cantidad,
cualidad, ...) y por tanto no suponen como tales ningún conocimiento del
mundo. Esto lo diferencia de los racionalistas. Pero al mismo tiempo hay
44 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
CONSTRUCCIONES DE
REPRESENTACIONES Y FUNCIONES
PERSPECTIVA HISTÓRICA
La historia de la Psicología Evolutiva no ha sido completamente para-
lela ni a la de la psicología general ni a la de otras ramas de la Psicolo-
gía, debido a ciertas peculiaridades propias. En primer lugar, aunque
indudablemente comparte los orígenes filosóficos de la psicología, la psi-
cología del desarrollo tiene también otras fuentes importantes que se ins-
criben dentro de motivaciones más aplicadas: la pedagógica —el estudio
del niño con fines educativos— y la clínica —interés por facilitar el desa-
rrollo normal y corregir sus desvíos—. La segunda diferencia, es más
importante, si cabe, ya que atañe a un importante condicionante meto-
dológico: dado que los niños más pequeños no pueden estudiarse a tra-
vés de métodos introspectivos —por sus requerimientos verbales y capa-
cidad de autoobsevación—, la Psicología Evolutiva fue excluida de las
primeros estudios «experimentales» de la psicología iniciados por Wundt,
y tuvo que basarse en los métodos «indirectos» de la observación y la infe-
rencia —considerados, por entonces, poco científicos—. Finalmente, y en
paralelo con esta diferencia en cuanto a los métodos, existe asimismo un
46 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
2
Para ampliar estos detalles históricos, el lector interesado puede consultar las exce-
lentes revisiones en castellano de Delval (1988) y Pérez Pereira (1995).
FUNDAMENTOS Y PERSPECTIVA HISTÓRICA DE LA PSICOLOGÍA... 47
tal. En todo caso, fue el clima cultural del evolucionismo el que propició
el redescubrimiento de Tiedemann y el que estimuló de nuevo los estu-
dios biográficos.
Aunque algunos de estos diarios son destacables (p.ej. los de Taine
(1876), o del propio Darwin (1877), el más representativo es, sin duda, el
de Preyer (1841-1987), cuya publicación en 1882 (El alma del niño) sue-
le considerarse como el primer manual de Psicología Evolutiva; y, conse-
cuentemente, también suele verse en el propio Preyer al iniciador de la
disciplina como ciencia empírica. Dentro de la perspectiva evolucionista
de la época, sus intereses teóricos iban dirigidos a esclarecer las relacio-
nes entre ontogenia y filogenia y desde posiciones que ya apuntaban cier-
to interaccionismo. Sin embargo, se le ha criticado la ausencia de un
esquema teórico claro que le permitiera ir más allá de la simple descrip-
ción. Ciertamente, el valor del estudio de Preyer está más en sus métodos
que en sus ideas. Preyer trató de seguir programas de observación con-
trolados metodológicamente a través de una serie de criterios explícita-
mente formulados que pretendían garantizar la sistematización y objeti-
vidad de las observaciones.
En este mismo sentido, no obstante, también hemos de mencionar los
estudios realizados sobre sujetos especiales —que son, incluso, cronológi-
camente anteriores a las biografías de sujetos normales—, entre los cuales
destaca el realizado por Itard (1774-1838) acerca de Victor de Aveyron, un
niño «salvaje» encontrado en los bosques de esa región francesa. Desde
nuestro punto de vista, sin embargo, el interés de este caso sí trasciende lo
puramente metodológico, ya que sirvió para reactivar en el ámbito del estu-
dio del niño, el tradicional enfrentamiento entre las actitudes racionalistas
y empiristas sobre el origen del conocimiento. Del lado empirista, la moti-
vación de Itard estaba en demostrar que las notables deficiencias del niño
se debían a la deprivación social que había sufrido y que, por tanto, po-
drían recuperarse con una educación suficiente. Frente a esta postura cul-
turalista o relativista, se encontraban los esencialistas o biologicistas (Pinel,
Esquirol) que defendían la naturaleza congénita de las limitaciones de Vic-
tor y, consiguientemente, la inutilidad de cualquier intento reeducativo. En
definitiva, puede decirse que fue Itard quien inicia la polémica que aún per-
siste en la psicología del desarrollo sobre el papel del medio frente a la
herencia y las posibilidades de la educación y de la cultura.
Así pues, con los estudios observacionales se inicia la Psicología Evo-
lutiva como ciencia empírica independiente. La preocupación por el rigor
metodólogico en las observaciones introducida por Preyer, sería seguida
después por los nuevos psicólogos interesados en el desarrollo, entre los
que cabe destacar a George Stanley Hall y el que fuera su alumno, Arnold
Gessell, los cuales introdujeron importantes novedades y mejoras en los
métodos. Pero esto atañe ya al siguiente punto.
48 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
3
En este sentido suele también reconocerse la figura de Alfred Binet (el creador de la
primera «escala de inteligencia»), quien adelantándose casi tres décadas a Piaget, destacó
la importancia de la actividad del niño en la construcción de su desarrollo, interpretándo-
lo funcionalmente en términos de adaptación al medio físico y social; por ello cabe reco-
nocerle incluso como uno de los precursores de las concepciones evolutivas constructivis-
tas. Sin embargo, no nos detendremos aquí en su aportación, ya que también hay quien
prefiere verlo simplemente como un psicólogo infantil interesado en la psicología diferen-
cial pero sin perspectiva genética.
FUNDAMENTOS Y PERSPECTIVA HISTÓRICA DE LA PSICOLOGÍA... 49
Individuo-sociedad
Cuando tratamos de entender el desarrollo humano nuestro punto de
mira, indudablemente, es el desarrollo de personas concretas. Lo que ocu-
rre es que si nos olvidamos de que este desarrollo se produce, obligato-
riamente, en el marco de un contexto social (relaciones interpersonales,
relaciones familiares, grupales e institucionales) podemos incurrir en una
suerte de reduccionismo de carácter solipsista (individualista). ¿Real-
mente podemos hablar de un individuo aislado, situado al margen, por
encima o por debajo de la sociedad en la que crece? La famosa película
de Truffaut, El pequeño salvaje, que cuenta la historia verídica de un niño
encontrado en estado salvaje, es una apología del poder civilizador de la
sociedad a través de la educación y una ilustración de que el sujeto huma-
no solo, es inviable. Del mismo modo, la película de Penn, El milagro de
Ana Sullivan, basada en una hecho histórico, es una ilustración de cómo
las relaciones humanas pueden suplir, incluso, las gravísimas carencias
de una niña que es sordomuda y ciega de nacimiento, pero que finalmente,
gracias al trabajo de su tutora es capaz de comunicarse y desarrollarse de
un modo que parece milagroso.
Cada persona pertenece a una generación específica (tiempo genera-
cional), está inmersa en una determinada cultura (tiempo sociológico) y
cada generación, en su conjunto, está en deuda con un particular perío-
do histórico (tiempo histórico). Es un mito pseudocientífico pretender
estudiar al individuo aislado de todas estas influencias. El individuo ais-
lado es una ficción. El cogito ergo sum (pienso luego existo) de Descartes
FUNDAMENTOS Y PERSPECTIVA HISTÓRICA DE LA PSICOLOGÍA... 53
Aprendizaje-genes
El debate entre las posturas innatistas y ambientalistas parece inaca-
bable. Los estudios llevados a cabo con gemelos univitelinos (monozigó-
ticos) y bivitelinos (dizigóticos), con hermanos y con niños adoptados
(tanto criados juntos como separados en todos los casos) parecen indicar
que el 60% de la variación entre las personas en competencia verbal y el
50% en competencia espacial se debe a la genética. El término «hereda-
bilidad» es una medida estadística de la contribución genética a las dife-
rencias individuales. La heredabilidad nos dice en qué proporción las dife-
rencias individuales en el seno de una población, es decir, la varianza, han
de adscribirse a los genes. Al afirmar que un carácter presenta una here-
dabilidad del 50% indicamos que la mitad de la varianza en dicho rasgo
está ligada a la herencia. En general, si la heredabilidad de un rasgo es
elevada, la influencia de los genes sobre dicho rasgo será también muy
intensa.
Ahora bien, una cosa es la influencia de los genes en la explicación de
las diferencias individuales y otra, muy distinta, la afirmación del carác-
ter innato de las capacidades psicológicas. Alguien puede afirmar que la
capacidad lingüística, por ejemplo, es innata y no por ello aceptar que las
diferencias individuales en la actuación lingüística son de procedencia
innata. Habría dos tipos de innatismo: a) un innatismo modular que con-
sidera que las estructuras psicológicas son consecuencia de módulos inna-
tos, módulos encapsulados, y, b) un innatismo del estado inicial, según el
54 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
una familia está más dispuesto a asumir los valores de los padres. Si estos
valores también cuentan con el respaldo de la cultura mayoritaria, el pri-
mogénito será más receptivo que sus hermanos menores al mantenimiento
de la lealtad a los patrones dominantes de la sociedad.» (p. 147). En el
mismo lugar (p. 149) se cita un trabajo que pone de manifiesto que la
mayoría de los naturalistas primogénitos que comentaron la evolución
entre 1860 y 1875 rechazaron las ideas innovadoras de Darwin, mientras
que los segundones triplicaron la proporción de quienes las respaldaron
en relación con sus hermanos mayores. En veintiocho ideas científicas
innovadoras, la proporción de segundones que apoyaron un avance con-
ceptual novedoso duplicó la de los primogénitos.
Este es un ejemplo donde vemos cómo una variable, a caballo entre
lo biológico, lo cultural y lo histórico, puede influir de un modo insospe-
chado en la actitud hacia la recepción de ideas revolucionarias en el cam-
po del conocimiento científico.
Afecto y cognición
La vida es una sucesión continua de cambios: neurofisiológicos, inte-
lectuales, afectivos o sociales. Como se ve, algunos son endógenos, nos
sobrevienen y no tenemos poder sobre ellos. Otros son exógenos y, a veces,
tampoco está en nuestras manos provocarlos o modificarlos. Entre unos
y otros, con unos y otros, el individuo debe forjar su biografía, debe inte-
grar todos estos cambios en un todo coherente, en un proyecto vital capaz
de englobar las distintas dimensiones del desarrollo y de dotar de senti-
do la propia vida.
Ahora bien, aunque el desarrollo desde el punto de vista subjetivo es
una tarea global, desde el punto de vista objetivo requiere parcelar y divi-
dir las distintas dimensiones para poder estudiarlas. Pero eso no debe
hacernos olvidar que la segregación si bien es necesaria no deja de ser
artificial. He aquí un ejemplo tomado del relato autobiográfico de una
joven: «Mi corta vida podría dividirse en dos partes: un antes de... y un
después de... La división o el punto de inflexión coincidiría con mi entra-
da en..., es decir, hace tan sólo dos años. Tampoco sería correcto decir que
antes era de una forma y a partir de ese momento cambió mi vida, sino
que fue un proceso lento (en el que todavía me encuentro) y que se empe-
zó a fraguar ya desde los últimos años de... En pocas palabras, el cambio
(o debería decir la mejora) ha consistido en un abrirme a todo aquello
que se me presenta, en una predisposición a descubrir, a no decir que no
a nada antes de probarlo; en resumen a abrirme a las ocasiones (y a las
personas sobre todo) intentando sacar el máximo de ellas y tratando de
mostrar lo mejor de mí. Ya digo que este proceso continúa (siempre hay
56 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
mucho que mejorar). Si no fuera así, ¿qué sentido tendría la vida? Ade-
más, cada vez son más, y más interesantes las situaciones (y las personas)
que se me brindan».
Como se ve la persona tiene una idea global de su evolución, no com-
partímentalizada. Otra cosa es, como venimos diciendo, que para poder
conocer en profundidad una determinada secuencia evolutiva tengamos
que estudiarla, en cierto modo, aislada de todas sus otras conexiones.
Cuando estudiamos el desarrollo del conocimiento matemático de los
niños y adolescentes solemos considerar que estamos ante un problema
eminentemente intelectual, que afecta a la cognición abstracta. Sin embar-
go, en determinadas investigaciones (Adams y Hitch, 1998 y Ashcraft,
Kirk y Hopko, 1998) se ha podido constatar que la ansiedad matemática
dificulta la actuación cuando los problemas alcanzan una cierta dificul-
tad. La ansiedad matemática podríamos definirla como un sentimiento
de tensión, aprehensión o miedo que interfiere en la actuación matemá-
tica. Para resolver un problema es necesario efectuar una secuencia de
pasos. Durante la generación de esta secuencia hay que mantener la infor-
mación intermedia generada y útil para el paso siguiente. Ello consume
recursos atencionales que son limitados. Por otra parte, si (1) aumenta el
número de pasos para resolver el problema; si (2) aumenta la cantidad de
información que hay que retener temporalmente y si (3) se requiere man-
tener la información por un período más largo de tiempo, entonces esos
recursos atencionales se ven sobrecargados. Como los ansiosos no inhi-
ben la atención hacia los pensamientos intrusos o inconvenientes, ello les
obliga a prestarles atención. Dado que la memoria de trabajo (o memo-
ria operativa) dispone de recursos limitados, los ansiosos desperdician
recursos lo que empobrece tanto su velocidad como su exactitud. La ansie-
dad, pues, actúa como una segunda tarea que interfiere en la actuación.
Por eso ante problemas complejos, los ansiosos son más lentos, menos
exactos o ambas cosas. El problema para ellos es una reducción de la
capacidad de la memoria de trabajo. Este drenaje en los recursos hará
que no se construya un adecuado repertorio de estrategias. Al final, una
alta ansiedad y una baja actitud pueden hacer que se produzca una baja
aptitud. Desgraciadamente, la ansiedad es observable ya hacia los 9-10
años y se desarrolla mucho hacia los 13 años.
Vemos, entonces, cómo un componente emocional puede estar entor-
peciendo el desarrollo cognitivo en el campo de las matemáticas. Por
supuesto que para explicar el rendimiento en matemáticas hay que echar
mano de un puñado de variables que influyen unas en las otras por lo que
es muy difícil lograr modelos de desarrollo completos. Sin embargo, a
veces, no queda más remedio que para desbrozar el camino empezar por
estudiar un número más pequeño y manejable de ellas. Normalmente,
esto es lo que se hace en el estudio del desarrollo humano.
FUNDAMENTOS Y PERSPECTIVA HISTÓRICA DE LA PSICOLOGÍA... 57
Desarrollo-aprendizaje
El desarrollo humano se da, por tanto, dentro de situaciones concre-
tas, envuelto en la vida práctica, material, ordinaria, con continuos inter-
cambios interpersonales, cara a cara... Hay distintos modelos generales
sobre el modo en que se produce el desarrollo:
a) Modelos ontogenéticos: se considera que hay una secuencia evo-
lutiva invariante y universal que afecta a todas las personas.
Estos modelos no suelen considerar los logros cognitivos excep-
cionales.
b) Modelos sociogenéticos: se predicen numerosas secuencias evolu-
tivas según la cultura, el sexo o la clase social. Es un modelo rela-
tivista porque no concibe unas pautas universales de desarrollo.
c) Modelos no deterministas: las circunstancias biológicas y socia-
les influyen pero no determinan de un modo absoluto el conte-
nido del desarrollo. Queda un margen considerable para el azar
y para el desarrollo de capacidades extraordinarias en sujetos
excepcionales.
Independientemente del modelo de desarrollo que elijamos todos tie-
nen en común una misma orientación: no intentan tan sólo proporcionar
una visión de las representaciones y reglas que constituyen nuestro cono-
cimiento adulto del mundo, sino que se centran en el proceso dinámico
por el cual se transforman estas reglas y representaciones desde el mis-
mo momento del nacimiento. Hay tres rasgos distintivos de la especie
humana que la hacen distinta de todas las demás. (a) cada individuo atra-
viesa por una larga inmadurez protegida; (b) nuestra conducta exhibe una
plasticidad (en oposición a rígida y predeterminada) inusual en el reino
de la naturaleza y (c) disponemos de una enorme habilidad para adap-
tarnos a una gran variedad de ambientes, por lo que, por una parte, no
estamos limitados a vivir en uno predeterminado y, por otra, podemos
crear nuevos hábitat que no estaban dados de antemano.
Los bebés humanos nacen con capacidades de aprendizaje de pro-
pósito múltiple y flexible que emplean durante el período de inmadu-
rez protegida. Como decíamos al principio de este apartado, el debate
está en si el desarrollo es un proceso natural, esté éste promovido por
un mero proceso maduracional o por la acción constructiva del niño,
o, si por el contrario, es el resultado de múltiples aprendizajes. En defi-
nitiva, si es el desarrollo quien promueve el aprendizaje, como diría un
autor como Piaget (1896-1980) o si es el aprendizaje quien promueve el
desarrollo. La verdad es que quizás sea ésta una falsa disyunción pues,
como observó Vygotski (1896-1934), se da una interacción en ambas
direcciones.
58 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
Podemos ver, por una parte, cómo los niños son capaces de elaborar
de un modo espontáneo, poderosas habilidades conductuales que luego
pueden aplicar para aprender otras a las que no tienen un acceso espon-
táneo. Pero, también, hay conductas que sólo en situaciones de aprendi-
zaje estructurado pueden llegar a adquirir. Vamos a poner un par de ejem-
plos para que se vea mejor lo que queremos dar a entender.
Ya a los 5 meses los niños, como a demostrado Wynn (2000), son capa-
ces de «apreciar» si hemos añadido un objeto a otro (situación «1+1») y
si hemos quitado un objeto de dos (situación «2-1»). El experimento con-
sistió en lo siguiente:
1. Se coloca un objeto frente al niño
2. Se cubre el objeto con una pantalla
3. Una mano añade un objeto por detrás de la pantalla
4. Se retira una mano vacía
A continuación, a unos niños se les muestra un escenario donde tras
bajar la pantalla aparecen dos objetos (5 a) y a otros el mismo escenario
pero en el que aparece sólo un objeto (5 b). De forma similar se hace con
la situación «2-1». Pues bien, teniendo en cuenta que miramos más tiem-
po los sucesos imposibles y cuando ello sucede mostramos, además, expre-
siones de sorpresa, y que los niños de nuestro experimento miraban más
tiempo (en la situación «1+1») el escenario en el que había un objeto y en
el segundo caso ( situación «2-1») el escenario en el que había dos obje-
tos, podríamos concluir que los niños a esa edad, sin que nadie se lo haya
enseñado, poseen un rudimentario sistema de conocimiento numérico.
Vamos ahora con el segundo de los ejemplos anunciados. Hay una
tarea, conocida como la tarea del nivel del agua (ver gráfico 1.5), en la
que se pide a los participantes que dibujen la línea del nivel del agua con-
tenida en una botella rectangular en la que sólo hay agua por la mitad.
ACTIVIDADES
1. Describa brevemente cuáles son los aspectos del ser humano por
los que se interesa la psicología evolutiva.
2. ¿A qué son debidas las diferencias individuales en el ser humano?
3. ¿En qué sentido la etología ha tenido influencia sobre la psicolo-
gía evolutiva en cuanto a su metodología de investigación?
4. Realice un cuadro comparativo entre los elementos diferenciado-
res del racionalismo, el empirismo y el contructivismo.
5. Diferencie la forma de enfrentarse a la psicología evolutiva en
EE UU y en Europa durante el período de surgimiento de las gran-
des teorías y la convergencia con la investigación experimental.
6. Analice la disyuntiva aprendizaje-desarrollo y plantee las alterna-
tivas posibles.
7. Conteste las siguientes preguntas de opción múltiple:
1) El término ecología procede de: a) la antropología; b) la biolo-
gía; c) la sociología.
2) La recuperación de los estudios biográficos en el siglo XIX fue
propiciada por: a) el clima generado por el evolucionismo; b) el
surgimiento de los cuestionarios como método de trabajo; c) el
interés que surge por teorizar sobre el desarrollo.
3) ¿Cuál de las siguientes afirmaciones es falsa?: a) la conducta
humana es una suma de una parte genética y de otra ambien-
tal; b) el organismo humano no puede ser comprendido al mar-
gen de su dimensión histórica; c) somos seres con una dimen-
sión biológica y otra cultural.
FUNDAMENTOS Y PERSPECTIVA HISTÓRICA DE LA PSICOLOGÍA... 61
4.
RACIONALISMO EMPIRISMO CONSTRUCTIVISMO
Origen
Platón Aristóteles Kant
filosófico
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
RICHARDSON, K. (1988/1995): Para comprender la psicología. Madrid: Alianza Edi-
torial.
Este libro, aunque no está centrado en la Psicología Evolutiva aporta una infor-
mación importante para entender el marco teórico en el que se desenvuelve
la Psicología en General y la Psicología Evolutiva en particular. Desde una
perspectiva epistemológica se analizan los principios que subyacen a los dis-
tintos modelos teóricos que conforman esta disciplina.
DELVAL, J. (1988): «Sobre la historia del estudio del niño». Infancia y Aprendizaje,
44, 59-108.
El autor inicia el artículo haciendo una revisión sobre las formas en que los
autores se han enfrentado al estudio de la historia de la psicología evolutiva,
a continuación analiza los tipos de estudio que se han realizado sobre los niños
y por último propone y desarrolla seis períodos para describir el desarrollo de
la psicología evolutiva.
Capítulo 2
ESTRUCTURA Y MECANISMOS
DE CAMBIO EN LA PSICOLOGÍA
EVOLUTIVA
Juan A. García Madruga
ESQUEMA-RESUMEN
INTRODUCCIÓN
OBJETIVOS
CONTENIDOS:
• Estructura y génesis en la psicología evolutiva: la teoría de estadios de
Piaget
• Estructura y mecanismos de cambio en la psicología evolutiva actual
• Resumen y conclusiones
ACTIVIDADES
SOLUCIONES A LAS ACTIVIDADES
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
66 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
ESQUEMA-RESUMEN
La psicología evolutiva es la disciplina encargada del estudio de los cambios en la con-
ducta de los seres humanos que se producen con la edad, durante todo el ciclo vital. Dos con-
ceptos básicos necesitan ser explicados:
— Estructura: en donde se plantea el problema de la estabilidad y/o variabilidad de las
conductas.
— Cambio: en donde se plantea el problema de su carácter continuo y/o discontinuo.
Por último, dada la complejidad que implica la resolución de estos problemas, es nece-
sario utilizar modelos computacionales que permitan una simulación de nuestras teorías.
OBJETIVOS
1. Definir, explicar y diferenciar los conceptos de estructura y cambio
en el desarrollo.
2. Analizar los conceptos de estabilidad/variación y continuidad/dis-
continuidad y su función en la explicación del desarrollo individual.
3. Conocer y distinguir los principales estadios del desarrollo de la
inteligencia, según Piaget.
4. Describir los rasgos principales de la concepción piagetiana sobre
la estructura y el cambio evolutivos.
5. Analizar las limitaciones principales de la teoría de Piaget en su
explicación de la estructura y el cambio en el desarrollo.
6. Comparar las concepciones de estructura innata y de dominios
específicos con la concepción piagetiana, y distinguirlas entre sí.
7. Conocer y comprender los rasgos principales de las teorías neo-
piagetianas de Pascual-Leone y Case, así como sus diferencias res-
pecto al aumento de la capacidad de procesamiento.
8. Describir los rasgos principales de los modelos post-piagetianos de
explicación del cambio, así como sus diferencias.
ESTRUCTURA Y GÉNESIS EN LA PSICOLOGÍA
EVOLUTIVA: LA TEORÍA DE ESTADIOS DE PIAGET
Aunque la teoría de Piaget es, sin lugar a dudas, la concepción de esta-
dios más conocida e influyente en psicología evolutiva, no es sin embar-
go la única. Existen otras concepciones en las que se proponen determi-
nadas etapas o fases del desarrollo que nos permitirán observar
concepciones diferentes del concepto de estadio. Así, desde la teoría psi-
coanalítica se ha propuesto la existencia de diversas etapas del desarro-
llo psicosexual, definidas en función de la zona del cuerpo relacionada
con la obtención de placer. Durante los primeros años de la vida, según
la teoría postulada por Sigmund Freud (1864-1936), existen una serie de
fases pre-genitales, definidas por las zonas del cuerpo relacionadas con la
obtención de placer, y que pueden marcar el desarrollo psicológico pos-
terior del individuo; son las fases oral, anal y fálica. Posteriormente exis-
te un período de latencia que coincide con los años escolares de los niños
y llega a su fin con la aparición de una sexualidad genital, a partir de la
pubertad, que da ya paso a la sexualidad adulta. Estas etapas psico-sexua-
les freudianas, además de la obvia crítica de estar centradas en la sexua-
lidad masculina, olvidando totalmente el desarrollo de las niñas, mues-
tran una secuencia temporal imprecisa y global, centrada únicamente en
un rasgo, la sexualidad; de esta manera, desde el punto de vista evoluti-
vo, constituyen una concepción muy poco elaborada, que no proporcio-
na una explicación de ninguna de nuestras dos dimensiones evolutivas.
Dentro también del campo del desarrollo de la personalidad, resulta
mucho más interesante la teoría de estadios del desarrollo del psicoana-
lista y psicólogo americano, de origen alemán, Eric Erikson. La teoría de
Erikson surge también dentro de las concepciones psicoanalíticas pero,
sin descuidar los componentes psicosexuales freudianos, incorpora ya
categorías y conceptos de origen social y cultural que se convierten así en
su rasgo principal. Un segundo rasgo que merece la pena destacar es que
es una teoría que no finaliza con la llegada del estadio adulto, sino que
abarca todo el ciclo vital de los seres humanos, del nacimiento a la muer-
74 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
te. Como se muestra en la tabla 2.1, según Erikson (1950, 1968) la perso-
nalidad se desarrolla a lo largo de 8 estadios o fases diferentes caracteri-
zados cada uno de ellos por una crisis de origen biológico y social a la que
se debe enfrentar el individuo. La correcta resolución de las diversas cri-
sis proporciona al ser humano una nueva virtud psico-social que se con-
vierte así en el objetivo característico del estadio en cuestión.
La propuesta de Erikson constituye ya una teoría bastante elaborada
desde el punto de vista evolutivo, que muestra una notable consistencia
estructural al postular un conjunto de factores bio-psico-sociales en cada
uno de los estadios que caracterizarían la personalidad del sujeto, pero
que como algunos autores han mostrado (véase, p. ej., Wohlwill, 1973) no
proporciona una explicación sobre la transición entre los estadios, es decir,
sobre el cambio evolutivo. La explicación de ambas dimensiones, estruc-
tura y génesis, será uno de los objetivos principales de la obra de Piaget.
EDAD EJEMPLOS DE
DENOMINACIÓN DESCRIPCIÓN
APROXIMADA COMPORTAMIENTO
tra la teoría de Piaget para dar cuenta de los procesos, de los procedi-
mientos de resolución de las tareas, es debida principalmente a las res-
tricciones que implica la utilización de la lógica para caracterizar las dife-
rentes estructuras o estadios del desarrollo; ya que el lenguaje de la lógica
es poco apto para captar los aspectos funcionales del comportamiento
cognoscitivo humano.
Centrándonos ya en la explicación del cambio, es decir en la génesis de
las estructuras, la limitación principal de la teoría piagetiana proviene de
la dificultad de operativizar los procesos de transición a partir de los meca-
nismos propuestos por la teoría. Esta dificultad afecta tanto a los procesos
de cambio dentro de un estadio, como especialmente a los existentes entre
un estadio y otro. En otras palabras, parece que la teoría es capaz de expli-
car mejor la continuidad, los cambios cuantitativos que se producen den-
tro de cada estadio, utilizando para ello el mecanismo de acomodación,
que la discontinuidad que se produce entre un estadio y otro. Es necesario
destacar que Piaget y sus colaboradores dedicaron una especial atención a
este problema, postulando una teoría que si bien es cierto que es de difícil
operativización, también es cierto que supone un importante avance en un
campo caracterizado precisamente por su dificultad y por la ausencia de
teorías, sean o no precisas y operativizables. En próximos apartados com-
probaremos si existen alternativas válidas a la concepción piagetiana.
llo cognitivo. Ya en sus primeros trabajos los padres del enfoque del pro-
cesamiento de información, Herbert Simon y Allen Newell, resaltaban la
importancia de utilizar el ordenador para dar cuenta del desarrollo cog-
nitivo. De esta manera, la concepción del PI destaca la necesidad de uti-
lizar el lenguaje computacional para describir la capacidades cognitivas
de los individuos en un momento determinado del desarrollo; es decir,
utilizar para describir la estructura un programa de ordenador, y no la
descripción en términos lógicos propia de la teoría piagetiana. Con res-
pecto a la explicación de los cambios evolutivos, estos autores proponen
determinados mecanismos adicionales que modificarían la estructura del
sistema y podrían, así, simular el desarrollo.
Para describir la actuación del sistema humano de procesamiento de
información en un momento evolutivo concreto, el enfoque del PI tal como
es formulado por David Klahr, postula una estructura cognoscitiva bási-
ca que no cambia con la edad en sus aspectos fundamentales, y que se
describe mediante los sistemas de producciones; esta estructura sufre, eso
sí, determinados cambios cuantitativos que pueden ser explicados median-
te la capacidad de auto-modificación del propio sistema (Klahr, 1980,
1984). Una producción es una regla condición-acción, es decir, a partir del
cumplimiento de una determinada condición establece la realización de
una acción determinada. Las acciones pueden modificar el estado de cono-
cimiento del sistema añadiendo, eliminando o cambiando los elementos
existentes; las acciones también pueden corresponder a interacciones per-
ceptivas o motoras con el ambiente.
Fulcro
Distancias
6 5 4 3 2 1 1 2 3 4 5 6
y x
Pesos
1234
Patrones de salida
Unidades de
… … representación
interna
Patrones de entrada
CONDUCTA
ACTIVIDAD NEURAL
ACTIVIDAD GENÉTICA
Desarrollo individual
conservación
transición
continua
no transición
conservación discontinua
RESUMEN Y CONCLUSIONES
La psicología evolutiva es la disciplina encargada del estudio de los cam-
bios en la conducta de los seres humanos que se producen con la edad,
durante todo el ciclo vital. A partir de esta definición, dos conceptos bási-
cos necesitan ser explicados: estructura y cambio. En el primero se plantea
el problema de la estabilidad y/o variabilidad de las conductas; en el segun-
do, el problema de su carácter continuo y/o discontinuo. Dada la compleji-
dad que implica la resolución de estos problemas, es necesario utilizar mode-
los computacionales que permitan una simulación de nuestras teorías.
Dentro del campo del desarrollo de la personalidad desde el enfoque
psicoanalítico, se han propuesto diversas teorías evolutivas entre las que
podemos destacar la concepción clásica de Freud, centrada en las diver-
sas etapas del desarrollo psico-sexual, y la de Erikson, quien además de
extender análisis a todo el ciclo vital, introduce también factores biológi-
cos y sociales en su explicación.
La teoría de Piaget sobre el desarrollo de la inteligencia es, sin nin-
guna duda, la explicación más importante en psicología evolutiva duran-
te todo el siglo XX. En cuanto al concepto de estructura, la teoría de Pia-
get sostiene la existencia de tres estadios principales que suponen
estructuras diferentes, caracterizadas en términos lógico-matemáticos: el
de la inteligencia sensorio-motriz, el de preparación y organización de las
operaciones concretas, dividido en los sub-estadios preoperatorio y ope-
ratorio concreto; y el de las operaciones formales.
Para la explicación de la génesis o el cambio, Piaget postula la actua-
ción de dos mecanismos básicos, de origen biológico: la adaptación, por
la que el organismo transforma la realidad y, al mismo tiempo se trans-
forma a sí mismo y que implica los mecanismos complementarios de asi-
milación y acomodación; y la auto-regulación, por la cual el organismo
busca el equilibrio en sus intercambios con el medio. Ambos mecanismos
actúan a lo largo del desarrollo y explican, según Piaget, la progresiva
construcción de la inteligencia humana, a través de las acciones físicas y
mentales del sujeto sobre los objetos, y la consiguiente adquisición de
nuevos esquemas.
ESTRUCTURA Y MECANISMOS DE CAMBIO EN LA PSICOLOGÍA EVOLUTIVA 97
ACTIVIDADES
1. Comentario de textos. A continuación el lector encontrará dos tex-
tos. Su tarea consistirá en lo siguiente:
Texto 1
1. Lea con atención varias veces el texto, tratando de entenderlo en
profundidad y de conectarlo con los contenidos del capítulo.
2. Haga un resumen en 4 ó 5 líneas de las ideas más importantes.
3. Describa la concepción de la estructura cognitiva que se presenta
aquí; en particular:
¿Qué tipo de concepción de la estructura se mantiene? Escoja algu-
na de las siguientes respuestas.
a) Como la de Piaget.
b) Una concepción de estructura innata.
c) Una concepción de estructura de dominio específico.
d) Una concepción neopiagetiana.
¿Por qué? Explique con sus propias palabras su elección.
El lenguaje no es un artefacto cultural que aprendemos lo mis-
mo que aprendemos a leer la hora o cómo funciona la administra-
ción. Por el contrario, constituye una pieza singular de la estruc-
tura biológica de nuestros cerebros. El lenguaje es una habilidad
especializada, compleja, que se desarrolla en el niño espontánea-
mente, sin esfuerzo consciente o instrucción formal, se despliega
sin conocimiento de su lógica subyacente, es cualitativamente la
misma en todos los individuos, y se diferencia de las habilidades
más generales que sirven para procesar la información o compor-
tarse de forma inteligente. Por estas razones algunos científicos
cognitivos han descrito el lenguaje como una facultad psicológica,
un órgano mental, un sistema neuronal, y un módulo computa-
cional. Pero yo prefiero el término, que reconozco como pintores-
co, de «instinto». Expresa la idea de que la gente sabe cómo hablar
en el mismo sentido, más o menos, en el que las arañas saben cómo
tejer sus telas. El hilado de las telas de araña no fue inventado por
ningún desconocido genio-araña, ni depende de haber recibido la
educación correcta o poseer aptitud para la arquitectura o para el
oficio de la construcción. Más bien, las arañas tejen sus telas por-
que poseen cerebros de araña, que les impulsan a tejer y les pro-
100 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
Texto 2
1. Lea con atención varias veces el texto, tratando de entenderlo en
profundidad y de conectarlo con los contenidos del capítulo.
2. Haga un resumen en 2 o 3 líneas de las ideas más importantes.
3. Describa la concepción del cambio que se presenta; en particular:
¿Qué tipo de concepción teórica se mantiene?
a) Como la de Piaget.
b) Una concepción conexionista.
c) Una concepción clásica del PI.
d) Una concepción de sistemas dinámicos evolutivos.
¿Por qué? Explique con sus propias palabras su elección.
Si podemos construir un sistema de procesamiento de infor-
mación con reglas de conducta que lo llevan a comportarse como
el sistema dinámico que intentamos describir, entonces este sis-
tema es una teoría del niño en un estadio del desarrollo. Una vez
hayamos descrito un estadio particular mediante un programa
nos enfrentaríamos con la tarea de descubrir qué mecanismos
adicionales de procesamiento de información son necesarios para
simular los cambios evolutivos, la transición de un estadio al
siguiente; es decir, necesitaríamos descubrir cómo modificaría el
sistema su propia estructura. Por lo tanto, la teoría tendría dos
partes: un programa para describir la actuación en un estadio
particular y un programa de aprendizaje que gobierne la transi-
ción de un estadio a otro (Simon, 1962; p. 207 de la traducción
española en J. Delval, 1978).
2. Comparación de teorías. A continuación aparecen dos tablas en las
que se presentan diversas concepciones teóricas; su tarea en la primera
consistirá en decidir si varias concepciones sobre la estructura sostie-
nen o no la existencia de cambios cuantitativos y cualitativos; en la segun-
da tendrá que decidir si las concepciones sobre el cambio parten de un
enfoque computacional o biológico. Para ello, deberá rellenar con un
«Sí» o un «No» las casillas correspondientes.
ESTRUCTURA Y MECANISMOS DE CAMBIO EN LA PSICOLOGÍA EVOLUTIVA 101
Estructuras Estructuras de
Piaget Neopiagetianos
Innatas Dominio
Cambios
cuantitativos
Cambios
cualitativos
Enfoque
Computacional
Enfoque
Biológico
102 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
Estructuras Estructuras de
Piaget Neopiagetianos
Innatas Dominio
Cambios
Sí Sí Sí Sí
cuantitativos
Cambios
Sí Sí No No
cualitativos
Enfoque
No Sí Sí No
Computacional
Enfoque
Sí No Sí Sí
Biológico
ESTRUCTURA Y MECANISMOS DE CAMBIO EN LA PSICOLOGÍA EVOLUTIVA 103
BIBLIOGRAFIA COMENTADA
GARCÍA MADRUGA, J. A. (1991). Desarrollo y conocimiento. Madrid: Siglo XXI.
En este libro podemos encontrar, expresado de una forma clara y accesible
para el alumno que se inicia en la psicología, el análisis de los orígenes, esta-
do actual y perspectivas en el estudio del conocimiento desde una orienta-
ción evolutiva.
CARRETERO, M. y GARCÍA MADRUGA, J. A. (Comps.) (1984). Lecturas de Psicología
del Pensamiento. Madrid: Alianza.
Este libro incluye diversas lecturas organizadas alrededor de tres temas: razo-
namiento, solución de problemas y desarrollo cognitivo. El lector puede encon-
trar en los capítulos de este texto información interesante sobre distintas pers-
pectivas teóricas, preferentemente las posiciones neopiagetianas y la psicología
cognitiva. Recomendamos por su relación con el capítulo que hemos desa-
rrollado las siguientes lecturas:
KLAHR, D. Modelos del desarrollo intelectual basados en el procesamiento de
información.
PASCUAL-LEONE, J. (1984). Problemas constructivos para teorías constructivas:
la relevancia actual de la obra de Piaget y una crítica a la psicología basa-
da en la simulación del procesamiento humano de información.
CASE, R. Desarrollo intelectual: una reinterpretación sistemática.
SIMON, H. A. La teoría del procesamiento de la información sobre la solución
de problemas.
RUMELHART, D. E., MCCLELLAND, J. L. y el grupo PDP (1992). Introducción al pro-
cesamiento distribuido en paralelo. Madrid: Alianza.
En este libro se encuentra información sobre el último apartado del capítulo,
concretamente sobre los modelos conexionistas, también denominados teo-
rías del procesamiento distribuido en paralelo (PDP). Es un libro complejo
para personas que se inician en estos temas, pero el lector interesado puede
profundizar en los conocimientos que han sido introducido en este texto y que
en el próximo curso (psicología evolutiva 2) serán desarrollados.
Capítulo 3
LOS FUNDAMENTOS NEURONALES
DEL DESARROLLO HUMANO
Antonio Corral Íñigo
ESQUEMA-RESUMEN
INTRODUCCIÓN
OBJETIVOS
CONTENIDOS:
• El desarrollo cerebral durante el proceso de hominización:
la filogénesis
• Comparación entre el desarrollo cerebral humano y el de otros
primates
• El desarrollo postnatal del cerebro humano: la ontogénesis
• La importancia de las asimetrías neuropsicológicas
• Las bases neuronales del desarrollo cognitivo
• La importancia del desarrollo del córtex frontal
ACTIVIDADES
SOLUCIONES A LAS ACTIVIDADES
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
106 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
ESQUEMA-RESUMEN
OBJETIVOS
1. Conocer la relación entre el proceso de hominización y los cambios
cerebrales que le acompañan.
2. Superar una concepción simplista del desarrollo cerebral en la infan-
cia como una mera acumulación, adición y suma de elementos neu-
ronales, cuando lo que se produce es un complejo juego de pérdi-
das y ganancias.
3. Superar la muy extendida creencia de que la comprensión de los
procesos mentales (el software) se estudia mejor sin hacer referen-
cia al hardware cerebral o estructuras cerebrales donde se asientan.
4. Conocer una de las particularidades del funcionamiento cerebral
humano como es la existencia de asimetrías entre el hemisferio
izquierdo y el derecho a la hora de realizar funciones específicas.
5. Familiarizarse con la importancia atribuida al córtex frontal en la
explicación de los progresos acaecidos durante la primera parte de
la vida y el declive que parece tener lugar en la segunda parte de la
vida.
6. Conocer los datos fundamentales sobre los aspectos más impor-
tantes de la relación entre los cambios neuronales y el desarrollo
cognitivo.
EL DESARROLLO CEREBRAL DURANTE EL PROCESO
DE HOMINIZACIÓN: LA FILOGÉNESIS
La psicología evolutiva se ocupa del estudio del ser humano desde la
concepción hasta su muerte. Su interés está centrado en los cambios que
se producen a lo largo de todo el ciclo vital. Es lo que denominamos la
ontogénesis, es decir, el proceso de desarrollo individual. Ahora bien, lo
mismo que cada ser humano es un organismo siempre en marcha, en
constante transformación, la especie a la que pertenece éste, también se
construyó, a su vez, mediante un largo y complejo proceso evolutivo. Es
lo que denominamos la filogénesis (el desarrollo de la especie) que en el
caso humano se conoce como el proceso de hominización. Tenemos, pues,
dos planos, un proceso filogenético (hominización) que da lugar a una
nueva especie, y un proceso ontogenético, mediante el cual, cada uno de
los miembros de esa especie adquieren las características de la especie.
Del largo proceso de hominización sólo queda el resultado (nuestra
especie) y un conjunto no demasiado grande de huellas (fósiles, huesos,
cráneos, herramientas...) mediante las cuales los paleoantropólogos inten-
tan reconstruir todo el proceso. Nos podemos preguntar si ambos proce-
sos (el filogenético y el ontogenético) guardan alguna relación entre sí. En
todo caso, aunque el conocimiento completo del primero no sea posible,
por la falta de datos fundamentales dado que los registros del pasado son
incompletos, su estudio nos puede permitir, a pesar de todo, enriquecer
nuestro conocimiento del proceso evolutivo individual. A su vez, el cono-
cimiento de la ontogénesis nos puede abrir alguna puerta que pueda com-
pensar la falta de vestigios, indispensables por otra parte, con el fin de
aumentar, así, nuestro conocimiento de las características de nuestros
antecesores.
Una tentación, siempre posible, es pensar que la ontogénesis repro-
duce o es una síntesis o recapitulación de la filogénesis (la llamada ley de
Haeckel). Es decir, durante su crecimiento el niño pasaría por las sucesi-
vas etapas por las que pasó la especie en su evolución. Este esquema, qui-
114 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
(a) (c)
(b) (d)
superior es el lenguaje. Pues bien, por lo que toca a la aparición del len-
guaje la cosa es muy compleja. Según algunas interpretaciones la apari-
ción del lenguaje, durante el proceso de hominización, no puede expli-
carse sólo por selección natural. En un artículo de Wallace (coautor junto
con Darwin de la teoría de la evolución mediante selección natural) en
cuyo margen Darwin anotó un imperioso ¡No!, aquél argüía que si el ori-
gen del lenguaje radica en la necesidad de supervivencia, el cerebro mayor
que hace posible las operaciones lingüísticas tiene que estar disponible
antes de que los pre-homínidos sintieran la necesidad del lenguaje (Jaki,
1989). Es decir, que el lenguaje sería una consecuencia inesperada o un
subproducto de otras funciones más generales.
A parte de esta objeción previa, cabría señalar dos posturas funda-
mentales con respecto a la filogénesis del lenguaje: a) el lenguaje es un
rasgo único de nuestra especie, que surgió recientemente de un modo
abrupto y es una consecuencia de la expansión cerebral; y, b) el lenguaje
evolucionó gradualmente mediante selección natural.
Para dirimir esta cuestión se necesitan pruebas que son difíciles de con-
seguir, pues los cerebros fósiles dan poca información de la arquitectura
cerebral que subyace a la función lingüística. Entre la poca que dan está la
siguiente: la existencia o no de la llamada área de Broca (relacionada con
la producción lingüística) y la diferencia de tamaño entre los hemisferios
cerebrales (en la mayoría de nosotros, el izquierdo es mayor que el dere-
cho a causa de su especialización en la función lingüística). Parece que hay
alguna prueba de ambas cosas en algunos ejemplares de Homo habilis.
Los bebés humanos nacen con la laringe en la parte superior de la gar-
ganta, como todos los mamíferos no humanos, hasta que hacia los 18
meses, la laringe comienza a emigrar hacia la parte inferior de la gar-
ganta, alcanzando su posición adulta hacia los 14 años. Del estudio de la
parte inferior de las calaveras (basicráneo) de fósiles se cree que la posi-
ción de la laringe de Homo erectus habría sido equivalente a la de un niño
de 6 años moderno. A partir de estas pruebas, Leakey, sugiere que «el ori-
gen de Homo seguramente dio comienzo a una capacidad rudimentaria
para el lenguaje hablado (p. 177). Este autor se hace eco de la posición
de Kathleen Gibson:
puesto que la inteligencia social humana, la utilización de herramientas y
el lenguaje dependen todos de incrementos cuantitativos en el tamaño del
cerebro y en las capacidades asociadas de procesamiento de la información,
ninguno de ellos podría haber emergido súbitamente completamente for-
mado. Más bien, igual que el tamaño del cerebro, cada una de estas capa-
cidades intelectuales han de haber evolucionado gradualmente. Y aún más,
puesto que estas capacidades son interdependientes, ninguna podría haber
alcanzado su nivel moderno de complejidad en aislamiento (pp. 183-184).
118 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
TABLA 3.2. Volumen cerebral en distintas especies al nacer y al llegar a la vida adulta
(En este último caso se ofrecen datos en intervalos y según el sexo.
El superior tamaño cerebral de los varones está relacionado con su tamaño corporal
que es superior al de las mujeres)
ESPECIE CAPACIDAD CEREBRAL CAPACIDAD CEREBRAL
llo cognitivo, éste prosigue y alcanza logros que les están vedados a éstos.
Además, los estadios compartidos se completan de un modo más rápido
en los humanos. Esta aceleración cabe atribuirla al mayor número de neu-
ronas, dendritas y sinapsis, lo que permite a los humanos almacenar y
manipular un cantidad de información más grande.
8 meses 9 meses
FIGURA 3.2. Secuencia del desarrollo cerebral humano durante las fases embrionarias
y fetal. Antes del nacimiento la tasa de generación de neuronas es de 250.000 por
minuto. (Tomado de Johnson, 1998).
20
Sinapsis/mm3 × 108
15
10
NB 0,5 1 5 10 15 20 40 60 80 100
Años
FIGURA 3.4. Recuento de sinapsis en la capa 3 del giro frontal medio del cerebro huma-
no en función de la edad. El número de sinapsis crece durante el primer año de vida
y luego decrece, alcanzando una asíntota cerca de los 16 años. Hay un fuerte decli-
ve en la vejez, después de los 70 años. (Tomado de Kolb y Whishaw, 1998).
Giro de
Heschl Giro de
Heschl
Plano Plano
temporal temporal
Cisura
de
Silvio
A B
FIGURA 3.5. Las diferencias anatómicas entre los dos hemisferios son visibles en los
lóbulos temporales. A. la cisura de Silvio tiene una pendiente más suave en el izquier-
do (izquierda, arriba) que en el derecho (izquierdo, abajo). B. Corte hecho a lo lar-
go de la cisura de Silvio de cada hemisferio. El Plano temporal (área sombreada) es
más grande en el hemisferio izquierdo que en el derecho. (Tomado de Kolb y Whis-
haw, 1990).
LOS FUNDAMENTOS NEURONALES DEL DESARROLLO HUMANO 127
Corteza motora
Corteza sensorial
Lóbulo parietal
Lóbulo frontal
Lóbulo occipital
FIGURA 3.6. Lóbulos cerebrales del hemisferio izquierdo. Tomado de Rubia (2000).
128 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
a) ¿Los niños que tienen dañadas las áreas del lenguaje pueden adqui-
rir esta capacidad? Esto es, ¿pueden otras regiones suplir a las áre-
as de Broca y Wernicke en las funciones lingüísticas?
b) ¿Pueden otras funciones ocupar las regiones normalmente dedi-
cadas al lenguaje? ¿En los niños sordos de nacimiento, qué fun-
ciones están presentes en las regiones que normalmente procesan
las entradas lingüísticas?
Podemos contestar, al menos parcialmente, a estas preguntas. Lo que
podemos resumir del conjunto de investigaciones llevadas a cabo en este
ámbito es lo que sigue:
1. Las regiones del lóbulo temporal izquierdo están mejor preparadas
para el procesamiento del lenguaje pero no son críticas puesto que
el lenguaje puede desarrollarse en una forma cercana al normal en
otras regiones.
2. Lesiones específicas sufridas tanto en el período prenatal como
perinatal causan retrasos en la adquisición del lenguaje, indepen-
dientemente del lugar (izquierdo o derecho) en el que están locali-
zadas.
3. Las regiones de la corteza involucradas en la adquisición del len-
guaje podrían ser distintas de aquéllas que, en cambio, son funda-
mentales para el uso o el mantenimiento del mismo.
4. La compensación funcional puede ocurrir en momentos tempora-
les distintos durante la adquisición del lenguaje, puesto que no se
trata de un punto de no retorno.
FIGURA 3.7. Las áreas de Broca (región motora del habla) y de Wernicke (región
sensorial para la comprensión del lenguaje). (Tomado de Rubia, 2000).
LOS FUNDAMENTOS NEURONALES DEL DESARROLLO HUMANO 131
A. VISTA LATERAL
B. VISTA MEDIA
Corteza motora
suplementaria
Campo ocular
frontal
Premotora Corteza
motora
Dorsolateral Cara
sensorial
Orbital
FIGURA 3.8. A. Vista lateral y B. vista media del lóbulo frontal. C. Límites aproximados
de las zonas funcionales del lóbulo frontal. (Tomado de Kolb y Whishaw, 1990).
134 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
densidad sináptica en la adolescencia. Esto hace que esta región esté fuer-
temente asociada con el desarrollo de las habilidades cognitivas.
Podríamos resumir las funciones del lóbulo frontal de la siguiente
manera:
1. Planificación y ejecución de secuencias de acción.
2. Mantenimiento de la información durante cortos espacios de
tiempo.
3. Habilidad para inhibir un conjunto de respuestas que son apro-
piadas para un contexto pero no para otro.
Estas funciones nos indican claramente que la corteza frontal está
involucrada en la adquisición de nuevas habilidades. A medida que la
familiaridad y los procesos de automatización crezcan, su participación
disminuirá.
Por ejemplo, se piensa que la maduración de la corteza prefrontal
durante la segunda mitad del primer año de vida del niño explica las tran-
siciones observadas en las conducta infantil en la tarea que estudia la per-
manencia del objeto. Hay dos versiones de esta tarea. En la primera, y
más fácil, se oculta detrás de A (un paño blanco) un juguete y se solicita
que el niño lo busque. En la segunda, llamada «A no B», se esconde el
juguete como en la primera y el niño lo recupera. A continuación, en lugar
de esconderlo detrás de A se esconde detrás de B (un paño rojo). Hacia
los 7 meses y medio, el niño lo buscará en A pero no será capaz de bus-
carlo en B. Entre los 7 meses y medio los 9 meses tienen éxito en la tarea
si el tiempo de demora entre el ocultamiento y la búsqueda está entre 1
y 5 segundos. Si la demora aumenta, la actuación no mejora hasta los 12
meses. En la figura 3.9 puede verse una secuencia fotográfica de la actua-
ción de un niño en la tarea «A no B».
Los datos a favor de una relación directa entre la tarea del objeto per-
manente y la maduración de la corteza frontal vienen no sólo de estudios
con niños sino también con monos. Éstos cuando tienen dañada la región
dorsolateral del lóbulo frontal fallan en la tarea del objeto permanente.
La corteza prefrontal dorsolateral es fundamental cuando se dan estas
dos circunstancias:
a) Determinadas informaciones han de ser retenidas o relacionadas
en el tiempo y en el espacio.
b) Respuesta muy fuerte debe ser inhibida.
En el caso de la tarea «A no B», hay que retener una localización espa-
cial durante un tiempo y una respuesta previa fuertemente reforzada ha
de inhibirse.
LOS FUNDAMENTOS NEURONALES DEL DESARROLLO HUMANO 135
B A
FIGURA 3.9. El niño está mirando a B mientras levanta el paño que oculta A. El niño
había recuperado el objeto previamente en A. A continuación se ha cambiado el obje-
to a B. El niño claramente lo ve (fotografía de arriba). Después se cubren ambos luga-
res y tras una breve demora se le permite que lo busque. Aunque el niño mira fija-
mente a B, su mano levanta A (fotografías de abajo). (Tomado de Johnson, 1996).
ACTIVIDADES
1. Intente hacer una comparación entre el desarrollo individual (onto-
génesis) y el proceso de hominización (filogénesis) señalando las
similitudes y las diferencias.
2. ¿Qué consecuencias cognitivas tiene, a su juicio, el crecimiento del
tamaño y de la complejidad del neocórtex en la especie humana?
¿Qué supone el aumento desproporcionado de los lóbulos frontal
y parietal y la disminución del occipital y del lóbulo olfativo?
3. Se producen sustanciales cambios cuantitativos durante el de-
sarrollo postnatal del cerebro. Su peso se cuadruplica entre el naci-
miento y la edad adulta. Este aumento no se debe al crecimiento
en el número de neuronas, sino al proceso de mielinización, de crea-
ción de sinapsis y al aumento de las dendritas. Junto con este pro-
ceso de crecimiento, también se observa posteriormente una reduc-
ción selectiva de la densidad sináptica. ¿Cómo se podría interpre-
tar esta inicial superabundancia en la producción de sinapsis?
4. ¿Cómo podría explicarse el hecho de que dos hermanos geme-
los idénticos tengan una proporción significativamente distinta de
áreas corticales, de modo que en un caso, por ejemplo, el lóbulo
occipital ocupa entre un 13% y un 17% del área cortical total y en
el otro, ocupa el 20%?
5. ¿Cómo podrían explicarse los siguientes hechos?: se recuerdan más
dígitos cuando se presentan por el oído derecho que por el izquier-
do; la mano izquierda de los diestros es superior en el reconoci-
miento de formas, ángulos y diseños; se cometen más errores con
la mano izquierda en las tareas secuenciales y más errores con la
derecha en las tareas espaciales; la gente diestra vuelve la cabeza y
los ojos a la derecha cuando resuelve problemas verbales, pero mira
a la izquierda cuando resuelve problemas numéricos y espaciales.
6. Si como parece, no hay representaciones innatas dentro de la cor-
teza, sino más bien una protocorteza indiferenciada que acaba divi-
dida en áreas especializadas como resultado de la actividad neu-
ronal, ¿qué conjetura cabría hacer sobre el estado de las áreas
corticales normalmente dedicadas al procesamiento lingüístico en
niños sordos congénitos?
7. Aprender a través de otro, más que a partir de otro, es posible por-
que los seres humanos son capaces de asumir el papel del otro, la
perspectiva del otro, de atribuir estados mentales al otro, de esti-
mular los estados mentales del otro, de participar en la atención
conjunta con el otro, de entregarse a adivinar al otro, de entender
LOS FUNDAMENTOS NEURONALES DEL DESARROLLO HUMANO 139
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
GOODALL, J. A través de la ventana. Barcelona: Salvat.
Es un resumen de una larga vida estudiando el comportamiento de los chim-
pancés. Es una introducción apasionante a este campo de investigación que
nos pone en contacto con las habilidades cognitivas y sociales de nuestros
parientes más próximos. Después de su lectura uno se ve obligado a reconsi-
derar ciertos presupuestos implícitos y explícitos sobre la naturaleza hu-
mana.
LEAKEY, R. (1994/2000): Los orígenes de la humanidad. Madrid: Debate.
Aquí se ofrece un resumen fiable del estado de las investigaciones sobre el lar-
go proceso que condujo a la aparición de nuestra especie. El autor que perte-
nece a una saga de ilustres paleontólogos consigue sintetizar en pocas pági-
nas los aspectos y los hitos principales de la cuestión, así como las preguntas
que todavía no han encontrado respuesta.
LURIA, A. R. (1974): El cerebro en acción. Barcelona: Martínez Roca.
Este enorme neuropsicólogo ruso, colega de Vigotski, nos ofrece una teoría
sobre el funcionamiento cerebral de una enorme solvencia. Se puede apreciar
muy bien siguiendo sus enseñanzas las conexiones profundas entre el fun-
cionamiento cerebral y el psicológico.
SEARLE, J. R. (1997/2000): El misterio de la conciencia. Barcelona: Paidós.
Éste es un libro escrito por un filósofo muy bien informado. De hecho se tra-
ta de recensiones críticas sobre importantes libros que tratan de enfrentarse
al problema de cómo puede un órgano biológico como el cerebro humano
puede causar esa cosa tan evanescente llamada conciencia. ¿Cómo es posible
que disparos neuronales, físicos, objetivos, cuantitativamente discernibles,
causen experiencias cualitativas, privadas y subjetivas? Los disparos neuro-
nales causan la sensación, pero no son lo mismo que la sensación. Por ejem-
plo, el sentido manifiestamente cualitativo del dolor es un rasgo del cerebro
muy diferente de la pauta de disparos neuronales que causan el dolor.
Capítulo 4
EL DESARROLLO DESDE EL PUNTO
DE VISTA HISTÓRICO Y CULTURAL
Pilar Pardo de León
ESQUEMA-RESUMEN
INTRODUCCIÓN
OBJETIVOS
CONTENIDOS:
• La naturaleza humana desde el enfoque histórico cultural
• Los estudios transculturales en la psicología evolutiva
• El estudio del desarrollo y la psicología cultural
• Contexto y planos de análisis del desarrollo
ACTIVIDADES
SOLUCIONES A LAS ACTIVIDADES
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
146 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
ESQUEMA-RESUMEN
El concepto de contexto
El término contexto implica una cierta relación entre el objeto y su entorno. Según Val-
siner y Winegar esto da lugar a dos posiciones: las teorías contextuales y las contextualiza-
doras. Las teorías contextuales, en las que se sitúan estos autores, se enfrentan a la cons-
trucción del conocimiento considerándolo como un proceso que transciende los límites del
individuo insertándose en el entorno. Cohen y Siegel se refieren al contexto como un siste-
ma social y como un entorno físico que evoluciona a través del tiempo. Cole presenta dos
metáforas para definir el contexto: la metáfora de los círculos concéntricos como aquello
que rodea y la metáfora del contexto como aquello que entrelaza, según lo cual el contexto
es el todo conectado que da coherencia a sus partes.
es muy importante, hay que reconocer que todavía hay mucho camino
por recorrer. Si bien es cierto que han sido prolongadas y desarrolladas
diversas áreas de estudio planteadas por Vygotski, el ambicioso plan de
trabajo planteado por este autor en la actualidad está todavía sin com-
pletar. Aunque la proliferación de investigadores y la profundización temá-
tica es significativa, no contamos aún dentro de este enfoque con una teo-
ría completa que explique el desarrollo, pero sí, con caminos abiertos, y
otros que se están empezando a desbrozar de considerable interés.
OBJETIVOS
1. Conocer el origen del enfoque histórico-cultural.
2. Definir los conceptos vygotskianos: ley de la doble formación,
internalización, zona de desarrollo próximo, actividad mediada,
funciones psicológicas superiores.
3. Diferenciar los trabajos realizados en psicología transcultural desde
distintos planteamientos teóricos: psicología piagetiana, posiciones
ecológicas, planteamientos socioculturales.
4. Sistematizar las principales críticas realizadas a los estudios
transculturales.
5. Conocer y comprender las principales características de la
denominada psicología cultural.
6. Analizar la relación entre el individuo y el entorno a través del
concepto de contexto.
7. Analizar la relación entre el individuo y el entorno a través de los
planos de desarrollo (personal, interpersonal y comunitario).
LA NATURALEZA HUMANA DESDE EL ENFOQUE
HISTÓRICO-CULTURAL
En los orígenes del enfoque histórico-cultural nos encontramos la obra
de Lev S. Vygotski. Este autor, al igual que su contemporáneo Piaget, se
enfrentó a una profunda crisis de la psicología en la que se oponían dos
posturas: una psicología intronspeccionista de carácter idealista y otra
psicología objetivista de carácter mecanicista y reduccionista (Pérez Perei-
ra, 1987). Si la preocupación principal de Piaget fue la génesis del cono-
cimiento, la de Vygotski se centró en la génesis de la cultura; buscaba una
explicación científica sobre el origen de las funciones superiores de crea-
ción cultural. Ambos autores dieron respuesta a esta época de crisis con
la elaboración de teorías que aportaron una nueva forma de acercarse a
los problemas del desarrollo. Vygotski vio en los métodos y principios del
materialismo dialéctico una fuente de inspiración para la resolución de
los problemas de la psicología de su época, teniendo las teorías de Marx
y Engels una influencia considerable en su elaboración teórica. En Euro-
pa hubo también intentos para buscar una salida de la crisis a través del
marxismo, entre los que destaca Wallon. Pero fue en la atmósfera políti-
ca y cultural de la Rusia de la Revolución donde cuajó con más fuerza la
psicología dialéctica.
La prematura muerte de Vygotski a los 38 años fue causante de que
su plan de trabajo quedara sin desarrollar plenamente, ofreciéndonos un
conjunto de ideas y concepciones de un gran interés, pero no una teoría
plenamente acabada. El enfoque iniciado por este autor fue continuado
por sus colaboradores Leontiev y Luria, así como por otros discípulos que
han realizado importantes aportaciones, tales como Zaporozhets, Galpe-
rin, Elkonin, etc. Sin embargo, las aportaciones de esta escuela han sido
relativamente poco conocidas hasta hace un par de décadas, especial-
mente en la psicología de Estados Unidos. La notable influencia que este
enfoque está teniendo en la actualidad es debida, entre otros importan-
tes motivos, al trabajo de traducción, difusión y divulgación realizada por
investigadores como Michael Cole, Sylvia Scribner y James Wertsch.
152 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
Entre estas dos grandes posiciones existen una gran cantidad de mati-
ces y podríamos situar en ellas también a los psicólogos según la posición
que adopten en este tema. Asi, Shweder cita a figuras como Piaget entre
los iluministas evolutivistas.
La relación entre las distintas disciplinas que tienen como objeto el
estudio del hombre, ha sido últimamente fuente de reflexión de distintos
autores, que manifiestan el aislamiento interdisciplinar que se suele apre-
ciar entre las ciencias humanas. La psicología ha tendido a centrarse en
los procesos psicológicos, mientras que los antropólogos, sociólogos y teó-
ricos sociales se han interesado por los procesos socioculturales. Unos
ignorando o considerando poco problemático el contexto social, y otros
dando poca relevancia a los procesos de desarrollo individual dentro de
la cultura. La distancia entre estas dos perspectivas se está reduciendo
considerablemente y en los últimos veinte años se ha gestado una nueva
rama que se denomina psicología cultural. Desde esta posición la mente
y la cultura se consideran diferentes manifestaciones del mismo fenó-
166 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
El concepto de contexto
Son diversos los autores que se han acercado al término contexto con
el objeto de aportar una aproximación conceptual al mismo.
Valsiner y Winegar (1992) afirman que este término implica una cier-
ta relación entre el objeto y su entorno. El tipo de relación que se esta-
blece va a determinar las diferentes conceptualizaciones que los investi-
gadores otorgan al contexto. Según estos autores, hay dos formas desde
las que puede estudiarse las relaciones entre el individuo y el entorno. El
estudio se puede efectuar aislando los fenómenos de su contexto; en este
caso se produce lo que el autor denomina una separación exclusiva. Una
segunda forma de enfrentarse al estudio de estos fenómenos es lo que se
168 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
TEORÍAS TEORÍAS
CONTEXTUALES CONTEXTUALIZADORAS
Relaciones entre el objeto de El entorno y los pro- Los factores que afectan
estudio y el entorno cesos psicológicos al resultado son estructu-
son interdependien- ralmente independientes.
tes.
Director
Profesor
Otras instituciones
Aprendiz
Padres
Tarea
Concepto
Aula
Escuela
Comunidad
ACTIVIDADES
1. Comentario de texto:
a) Lea con atención el texto tratando de entenderlo en profundidad y
conectarlo con los contenidos del capítulo.
b) Analice cuáles son los conceptos de la psicología de Vygotski que
se infieren del ejemplo expuesto.
c) Defina acción, planificación, habla egocéntrica y habla interna.
«Por ejemplo, a una niña de cuatro años y medio se le pidió que alcanzara
un dulce de un armario con un taburete y un palo como posibles herramientas.
La descripción de Levina reza de este modo: (Se sube a un taburete, observa
silenciosamente, palpando con el palo una estantería). ‘Encima del taburete’
(Mira al experimentador. Coge el palo con la otra mano.) ‘¿Es éste el dulce?’
(Duda.) ‘Lo podré alcanzar desde el otro taburete, me pondré de pie y lo
cogeré.’ (Agarra el segundo taburete.) ‘Ahora se moverá.’ (Golpea el dulce.)
‘Se cayó, yo no podía alcanzarlo con el taburete, pero el palo funcionó.’»
(Vygotski, 1978, p. 49 traducción castellana).
Este ejemplo lo toma Vygotski de unos trabajos realizados por un colaborador suyo:
R. E. Levina.
2. Comentario de texto:
a) Lea con atención el texto tratando de entenderlo en profundidad y
conectarlo con los contenidos del capítulo.
b) Realice un resumen de 4 o 5 líneas con las ideas más importantes.
c) Comente algunas de las críticas que se pueden planterar a un trabajo
transcultural de este tipo.
BIBLIOGRAFÍA COMENTADA
COLE, M. (1999). Psicología cultural. Madrid: Morata.
Michael Cole inicia esta obra con unas interesantes observaciones sobre la
psicología a principio del siglo XX y sobre las preguntas entonces planteadas
y todavía no resueltas. Analiza las investigaciones transculturales y reflexio-
na sobre sus limitaciones para llegar al planteamiento de una psicología cul-
tural. Posteriormente analiza el concepto de psicología cultural en sus diver-
sas aplicaciones a distintas áreas: vida cotidiana y ámbito educativo.
ROGOFF, B. (1990). Aprendices del pensamiento. Madrid: Piados.
Este libro plantea el desarrollo cognitivo en un contexto sociocultural. Es de
ágil lectura y aporta una información relevante e interesante sobre los aspec-
tos interactivos del desarrollo, tanto desde la perspectiva de los iguales, como
de los niños con los adultos. El lector podrá encontrar desarrollado en este
texto el concepto de participación guiada que ha sido comentado en el capí-
tulo, así como diversas reflexiones sobre este concepto en diversas comuni-
dades culturales.
VYGOTSKI, L. S. (1978). El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. Bar-
celona: Crítica.
Luria encomendó a M. Cole la recopilación y publicación de diversos artícu-
los y escritos de Vygotski; de este ambicioso encargo surgió este libro que
tuvo una gran repercusión en la recuperación de Vygotski en la psicología
estadounidense. En la primera parte se recogen cinco capítulos relacionados
con la teoría y datos básicos y en la segunda tres capítulos centrados en aspec-
tos educativos (relación aprendizaje y desarrollo, juego y lenguaje escrito).
El libro cuenta con una interesante introducción y epílogo a cargo de los reco-
piladores.
Capítulo 5
MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN
Francisco Gutiérrez Nuria Carriedo
ESQUEMA-RESUMEN
INTRODUCCIÓN
OBJETIVOS
CONTENIDOS:
• Los métodos generales de investigación en Psicología Evolutiva
• Diseños de investigación del cambio evolutivo
• Técnicas metodológicas aplicadas en Psicología Evolutiva
ACTIVIDADES
SOLUCIONES A LAS ACTIVIDADES
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
180 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
ESQUEMA-RESUMEN
A lo largo de este capítulo vamor a abordar el importante tema de los métodos utiliza-
dos en la investigación en el área de la Psicología Evolutiva. En él se destacan la importan-
cia de la utilización del método hipotético deductivo, concretado en diversas aproximacio-
nes metodológicas (descriptiva, correlacional, cuasi-experimental y experimental) que difieren
tanto en sus objetivos —explicación o descripción— como en el grado de sistematización y
control que demandan de sus observaciones. La idea fundamental es, pues, que no hay una
única forma de acceder al conocimiento, sino múltiples aproximaciones en función de los
objetivos que se persigan, las cuales limitan, a su vez, el tipo de inferencias que pueden rea-
lizarse sobre los fenómenos observados.
Un aspecto importante —también analizado a lo largo del capítulo—, es cómo la Psi-
cología Evolutiva se ha ido nutriendo de estas diferentes aproximaciones metodológicas en
la construcción de su propio cuerpo de conocimientos. En este sentido, se destacan los dise-
ños propios del área —longitudinales, transversales y secuenciales— que, aun con sus limi-
taciones, tratan de dar cuenta de las peculiaridades de nuestro campo, referidas tanto a la
conceptualización del cambio como objeto de estudio, como a la delimitación de la varia-
ble edad y los aspectos asociados con ella (maduración y aprendizaje). Por otra parte, nues-
tra área ha importado diferentes técnicas metodológicas que, desarrolladas en otras áreas
de la Psicología, ha utilizado con éxito para el estudio de diferentes aspectos del desarrollo.
En este sentido cabe destacar las diferentes técnicas observacionales, y las técnicas basa-
das en la Psicología experimental, como los movimientos oculares y los métodos de habi-
tuación, preferencia y condicionamiento.
Finalmente, se describe una de las aproximaciones metodológicas que han surgido en
el seno de la Psicología Evolutiva, específicamente orientadas al estudio del desarrollo cog-
nitivo: nos referimos al método clínico utilizado por Piaget.
explicativa son los factores asociados a la edad: ellos son los auténticos objetivos de nues-
tra disciplina.
lograrlo, lo que hacen los científicos es observar los hechos, los fenóme-
nos de interés y, si es posible, extraen conclusiones acerca de sus causas,
es decir, elaboran teorías explicativas sobre cómo esos fenómenos se pro-
ducen o cómo podrían modificarse. En este sentido, puede reconocerse
un paralelismo muy claro entre los objetivos de las teorías evolutivas, la
descripción y explicación del cambio evolutivo, y los dos polos del propio
proceso de creación científica, los hechos y las teorías: convencionalmen-
te, suele asumirse que la descripción recoge directamente los datos de
observación relativos al curso del desarrollo, mientras que la teoría atañe
al intento posterior de explicar tales datos, es decir, la secuencia de los
cambios observados. Ocurre, sin embargo, que hasta la observación más
directa debe estar guiada por alguna noción teórica previa, alguna idea
acerca de lo que es importante observar, algún concepto que permita
siquiera dividir y categorizar la realidad observada. Por tanto, puede decir-
se que la teoría supone un «filtro» necesario a partir del cual se seleccio-
nan y se interpretan los hechos observados. Dicho de otro modo, si bien
los presupuestos teóricos suponen, indudablemente, notables restriccio-
nes sobre lo que puede ser observado y registrado, tales restricciones resul-
tan tan inevitables como necesarias para poder siquiera registrar e inves-
tigar algo. De hecho, la función propia de las teorías no es otra que la de
organizar los datos dándoles un sentido para, finalmente, guiar las futu-
ras indagaciones. En definitiva, las teorías sirven para interpretar tanto
como para promover nuevas observaciones, de manera que se produce
una esencial relación interactiva entre hechos y teorías (véase Figura 1).
RACIONALISMO
Explicación racional;
de la teoría a los hechos
TEORÍAS
Generación Elaboración de
de hipótesis predicciones
precisas
I D
N E
D Métodos Métodos D
U U
Descripción • Observacional • Experimental Explicación
C C
• Correlacional • Cuasiexperimental
C C
I I
Ó Ó
N N
Interpretación Comprobación
de los datos de las hipótesis-
obtenidos predicciones
a partir de la HECHOS generadas
observación a partir de
la teoría
Observación empírica;
de los hechos a la teoría
EMPIRISMO
formas de proceder para recoger los datos (en el nivel de los hechos)
como los procedimientos de contrastación empírica de la teoría. A este
respecto, como sabemos, la ciencia mantiene actualmente una forma
de proceder característica —el método hipotético-deductivo— que con-
lleva un sistema de reglas bien definido tanto para el diseño y desarro-
llo de las investigaciones como para la evaluación y comunicación de
los resultados. En el Cuadro 1 se presentan las fases características del
método hipotético deductivo; como se apreciará, estas fases, aplicadas
de forma recursiva, configuran el «bucle interactivo» entre Teorías y
Hechos que acabamos de explicar y que se refleja en la Figura 1.
En este marco y en tanto que disciplina científica, la investigación en
la Psicología Evolutiva actual no se diferencia fundamentalmente de la
186 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
OBJETIVOS
1. Distinguir entre variable independiente y variable dependiente en
un estudio experimental.
2. Conocer la diferencia que existe entre validez interna y validez exter-
na de un experimento.
3. Apreciar la necesidad de la utilización de estudios cuasi-experi-
mentales y de la investigación correlacional cuando la situación así
lo requiera.
188 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
La variable edad
Entre las variables del sujeto la que interesa especialmente en la inves-
tigación evolutiva es la «edad». De hecho, gran parte de la investigación
en este campo consiste simplemente en comparaciones directas entre dis-
tintos grupos de edad en relación con el desarrollo de habilidades y con-
ductas diversas. A fin de cuentas, la Psicología Evolutiva no es otra cosa
que el estudio de las diferencias individuales debidas a la edad. Pero al
psicólogo evolutivo no sólo le interesa describir las diferencias entre las
distintas edades —por ejemplo, entre el niño de 4 años y el de 8—, sino,
sobre todo, cómo se produce el paso de una edad a otra, esto es, la posi-
bilidad de que el de 4 llegue a ser como el de 8; o lo que es lo mismo, que
el de 8 fuera en algún momento como el de 4. Es decir, la Psicología Evo-
lutiva no se interesa en describir meramente las diferencias entre edades
sino más bien en explicar los cambios que se producen de unas a otras, el
proceso propiamente evolutivo. De hecho, el primer problema evolutivo
que se plantea es el de determinar si efectivamente las diferencias obser-
vadas son cambios naturales debidos a la edad.
Por otro lado, también conviene aclarar de entrada que lo que suele
interesar al investigador como causa de los cambios evolutivos no es la
edad cronológica en sí misma, sino los factores regular y naturalmente
asociados con ella —como los aspectos madurativos y de la historia indi-
vidual— que son los que dan contenido real a la variable edad en tanto
que fuentes del cambio evolutivo. Por ejemplo, uno de los aspectos que
se ha constatado que cambia con el desarrollo es la capacidad de «memo-
ria operativa». Con respecto a este proceso se observa, por ejemplo, que
los niños muy pequeños tienen dificultad tanto para prestar atención a
varios aspectos de un fenómeno de manera simultánea, como para recor-
dar posteriormente esos aspectos. La amplitud de memoria operativa —
que es el proceso cognitivo que da cuenta de estas limitaciones— aumen-
194 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
Objetivos de investigación
La principal diferencia implicada en cuanto a los objetivos posibles
en los dos tipos de diseños tiene que ver de manera fundamental con
la importante distinción que hemos hecho entre diferencias con la edad
y cambios con la edad. Puesto que los estudios transversales utilizan
diferentes muestras de edad, sus resultados permitirán establecer las
diferencias existentes entre las diversas edades, pero no aclarar si ta-
les diferencias reflejan de hecho cambios evolutivos, es decir, cambios
debidos al efecto de las variables asociadas con la edad; esto puede infe-
rirse pero no demostrarse. Un estudio longitudinal, por el contrario, al
seguir en el tiempo a los mismos sujetos, permite detectar y medir direc-
tamente el cambio evolutivo intraindividual. Esto significa que es úni-
camente a través de la aproximación longitudinal como podemos tra-
tar de responder a las cuestiones sobre la consistencia y/o el cambio de
la conducta a través de la edad. En este sentido, hay que destacar que
no sólo permite establecer el ritmo y la forma de cualquier función evo-
lutiva individual —esto es, precisar el conjunto de transformaciones
progresivas y continuas que dibujan el curso evolutivo de una deter-
minada conducta o sistema de conducta—, sino también las diferen-
cias y semejanzas inter-individuales en estas funciones (comparación
de la evolución del mismo aspecto en distintos sujetos) y las relaciones
que puedan existir entre funciones y dimensiones diferentes en un mis-
mo individuo (comparación de la evolución de distintos aspectos en un
mismo sujeto).
Como sabemos, este tipo de cuestiones son las que interesan esen-
cialmente a la Psicología Evolutiva, de manera que, desde este punto de
MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN 197
vista, puede decirse que los diseños longitudinales son claramente supe-
riores a los diseños transversales. De hecho, algunos de los más signifi-
cativos logros de la Psicología Evolutiva que hoy conocemos, difícilmen-
te podrían haberse alcanzado sin un acercamiento longitudinal. Por
ejemplo, como bien es sabido, la exhaustiva descripción de Piaget sobre
el desarrollo de la inteligencia infantil se basa fundamentalmente en el
estudio longitudinal de sus tres hijos (desde el nacimiento hasta los dos
años y medio aproximadamente).
Pero la posibilidad de estudiar la evolución intraindividual mediante
los diseños longitudinales, no sólo hace de éstos una opción preferible
frente a la estrategia transversal, sino que, en realidad, también consti-
tuye la única opción posible cuando el interés está en determinar los fac-
tores influyentes o determinantes de esa evolución y de sus variaciones;
es decir, siempre que se trate de relacionar el desarrollo con cualquier
acontecimiento previo, sea éste otro aspecto del desarrollo (p. ej., la edad
a la que se empieza a caminar), o determinadas condiciones ambientales
(p. ej., la educación preescolar). En general, constituye el único método
válido cuando se trata de determinar la relación entre algo que ocurre
antes y algo que ocurre después, es decir, cuando se compara la relación
entre distintas variables a lo largo del tiempo.
En contraste con estas amplias posibilidades de investigación longitu-
dinal en torno al cambio evolutivo, los objetivos que pueden perseguirse
a partir de los diseños transversales son mucho más limitados: como ya
hemos insistido sólo permiten obtener información general sobre las dife-
rencias existentes entre sujetos de distintas edades, sin que puedan preci-
sarse sus relaciones o su naturaleza evolutiva (no son una medida directa
de los cambios con la edad). En este sentido, resultan mucho más útiles y
recomendables en Psicología Diferencial que en Psicología Evolutiva. Pese
a ello, curiosamente, los estudios transversales son mucho más frecuen-
tes que los longitudinales. Como puede fácilmente suponerse, las razones
de este desequilibrio son eminentemente prácticas: los estudios longitu-
dinales no sólo requieren más tiempo, sino que, por lo general, también
resultan más costosos en otros muchos aspectos —mantenimiento de los
sujetos, personal investigador, infraestructuras materiales, planificación,
etc.—, con lo que también resultan mucho más difíciles de ser llevados a
cabo con éxito. Desde este punto de vista, las ventajas del método trans-
versal son claras en cuanto a la rapidez y economía de costos con que pue-
den obtenerse una gran cantidad de datos sobre las distintas edades; lo
que supondría varios laboriosos años en una investigación longitudinal,
puede resolverse en unas pocas semanas con la estrategia transversal.
Por otro lado, puede pensarse que aunque los datos transversales no refle-
jen la función evolutiva individual, sí pueden constituir una buena aproxi-
198 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
longitudinal
Rendimiento
intelectual
medio
transversal
10 20 30 40 50 60
Transversal Intervalo
temporal
1963 7 8 9 10
Generación
1962 8 9 10 11
1961 9 10 11 12
1960 10 11 12 13 Longitudinal
Ej. de Diseño longitudinal (filas): una muestra de sujetos nacidos en 1960 se examinan entre
1970 y 1973, cuando tienen, por tanto, 10, 11, 12 y 13 años.
Ej. de Diseño transversal (columnas): en 1970 se seleccionan y observan muestras de los naci-
dos en 1960, 61, 62 y 63, a las edades, por tanto, de 10, 9, 8 y 7 años, respectivamente.
Ej. de Diseño de intervalo temporal (diagonales): se observan muestras de distintas generacio-
nes, las de 1960, 61, 62 y 63, cuando van cumpliendo los 10 años, lo que ocurre, respec-
tivamente, en 1970, 71, 72 y 73.
Por otro lado, nótese que, de la misma manera que en los diseños trans-
versales el único momento de la medida obliga a disponer de varias mues-
tras de edad, en los diseños longitudinales, por el contrario, es el hecho
de limitarse a una sola muestra generacional el que impone la necesidad
de múltiples momentos de medida para poder observar cada edad; es
decir, el tiempo en que medimos es distinto para cada una de las edades.
Así, y también de forma análoga, se produce inevitablemente una confu-
sión entre los efectos de ambas variables: en este caso entre edad y momen-
to de la medida. En otras palabras, al no incluir grupos con distintas «his-
torias», este tipo de diseño no permite separar los efectos madurativos y
los derivados de la experiencia vivida hasta los distintos momentos de
medida.
Diseños secuenciales
Los problemas de validez que acabamos de abordar con respecto a los
diseños longitudinales y transversales se derivan, básicamente, del parti-
cular muestreo que cada uno de ellos supone respecto a las tres dimen-
siones en juego: edad cronológica, generación y momento de la medida.
Debido a que estos aspectos, en realidad, no son independientes (cada
uno de ellos viene determinado por los otros dos) los diseños tienen el
serio inconveniente metodológico de que los efectos de la edad se con-
funden con el posible efecto de otra variable: la generación en los trans-
versales y el momento de la medida en los longitudinales. Los llamados
diseños secuenciales surgieron, precisamente, como un intento de sol-
ventar este tipo de problemas, especialmente tratando de separar los efec-
tos de la generación sobre la base de una aproximación mixta. En térmi-
nos generales, estos diseños no son más que distintas fórmulas de muestreo
y recogida de datos que implican el estudio de dos o más secuencias lon-
gitudinales y/o transversales. A este respecto, dos son las propuestas más
significativas: el «modelo evolutivo general de Schaie» y el «modelo de
Baltes». Las características de estos modelos son relativamente comple-
jas, por lo que no vamos a detenernos en ellos dado el carácter introduc-
torio de este capítulo. Lo que es importante señalar es que, aunque con
algunas diferencias, ambas propuestas han pretendido proporcionar mode-
los de selección y análisis de datos que no sólo sirvieran para describir el
cambio evolutivo, sino también para explicarlo en función de los distin-
tos factores en juego. En definitiva, han tratado de asegurar los objetivos
científicos de la Psicología Evolutiva superando las dificultades metodo-
lógicas que, como hemos visto, limitan las posibilidades de los diseños
simples. Veamos ahora las técnicas específicas en las que se han concre-
tado los métodos generales de investigación aplicados al estudio de los
cambios evolutivos
202 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
Inv. cuasi-experimental
Observar
Metodológicamente, la observación supone una conducta deliberada
(no incidental o casual sino planificada para lograr un objetivo) y siste-
mática (con un procedimiento fijado de antemano) a fin de recoger datos
objetivos sobre la conducta tal y como ocurre espontáneamente (lo que
no significa al azar o circunstancialmente). Atendiendo a esta caracteri-
zación general, la observación suele reconocerse como el método cientí-
204 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
fico básico, del cual participa cualquier otra forma en la que aquél pue-
da aplicarse. Esto supone que puede considerarse en un doble sentido:
como un método en sí misma (característico de la investigación descrip-
tiva) y como una técnica de recogida de información que puede utilizar-
se en el seno de cualquier metodología (incluida la experimental). Como
método específico, se entiende que la observación es —relativamente—
directa y natural sin implicar necesariamente la cuantificación estricta de
lo observado (medición) ni la manipulación de variables (experimenta-
ción). Esta observación natural puede hacerse de una manera abierta, sin
ideas previas o expectativas acerca de lo que pueda encontrarse —en la
medida en que esto sea posible dadas las reservas ya reiteradas en este
sentido—, o bien con el objetivo explícito de formular o verificar deter-
minadas hipótesis, para lo cual, de forma cerrada se decide qué, cuándo,
dónde y cómo observar. Veamos, pues, cómo se concretan ambos tipos
de acercamientos como modos de utilización de la metodología observa-
cional en la investigación sobre el desarrollo.
Procedimientos abiertos
La Psicología Evolutiva nació con el primer tipo de observación
—abierta—, concretada en diarios y estudios biográficos, que proporcio-
naron una gran cantidad de información detallada sobre la conducta infan-
til, tal y como vimos en el Capítulo 1. Sin embargo, ante la carencia de
teorías interpretativas, poco podía explicarse sobre las conductas y pau-
tas evolutivas encontradas quedándose en meras narraciones descripti-
vas; gran parte de las observaciones resultarían a la postre irrelevantes, y
otros aspectos importantes pasarían inadvertidos. Así, si bien este tipo de
observación puede resultar muy útil al iniciar una investigación y en orden
a generar hipótesis en un campo poco explorado o conocido, posee limi-
taciones claras que la desaconsejan como metodología principal, espe-
cialmente en el estudio del niño. Como destaca Delval (1994), dado que
la conducta infantil se hace muy pronto tremendamente compleja y varia-
da, resulta muy difícil y laboriosa una observación continuada que, ade-
más, muchas veces resultará infructuosa al no producirse espontánea-
mente las conductas esperadas o buscadas. A esto hemos de añadir la
dificultad de distinguir las expresiones y manifestaciones auténticas de
lo que puede ser mero juego. De ahí que la observación frecuentemente
se haya combinado o complementado con alguna forma de intervención
por parte del investigador, especialmente cuando lo que se ha tratado de
explorar son aspectos no explícitos, poco accesibles, o naturalmente encu-
biertos, como es el caso, por ejemplo, de los procesos cognitivos o de pen-
samiento.
MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN 205
Autoobservación y autoinformes
Una primera forma de intervención por parte del investigador en orden
a completar los datos obtenidos por observación directa ha consistido en
procedimientos de autoinforme, en los que el investigador no es el obser-
vador directo de la conducta, sino que retoma los datos provenientes de
la observación realizada por el propio sujeto —autoobservación— o por
otros agentes (los padres, los maestros, los compañeros). Es el caso de los
cuestionarios y entrevistas en los que, de manera más o menos abierta, se
interroga a los sujetos sobre sus acciones, actitudes o pensamientos o
sobre lo que saben de otros. Lógicamente, a menos que se les entrene para
realizar observaciones sistemáticas e informar objetivamente de las mis-
mas, lo que se requiere normalmente es el recuerdo o reconstrucción de
sucesos ya pasados, de manera que estos informes retrospectivos suelen
ser, de hecho, menos fiables que la observación directa de investigadores
preparados. A las indudables y variables deficiencias de la memoria de
los sujetos, habremos de añadir las distorsiones que produzcan —sean o
no deliberadas— en función de sus conocimientos, percepciones, actitu-
des, creencias, expectativas y otras variables personales de difícil control.
Cuando además estos autoinformes se los pedimos a un niño, deben tener-
se muy en cuenta las restricciones impuestas por su «egocentrismo inte-
lectual» que, naturalmente, le llevará a ser muy poco explícito sobre lo
que hace, siente o piensa. Pese a estas limitaciones, sin embargo, es ver-
dad que ciertos tipos de informaciones y de conductas —íntimas, inter-
nas o poco frecuentes— difícilmente pueden obtenerse por otros medios.
En última instancia y por lo que atañe a los estudios de la infancia, es úni-
camente el propio niño el que, a partir de cierta edad, podrá hablarnos
de lo que piensa o hace desde su propio punto de vista. Por todo ello, y
aun con todos los riesgos que conllevan, los autoinformes son un com-
plemento muy estimable de los datos recogidos por observación directa.
Metodología cerrada
Dado que, como acabamos de ver, existe siempre un importante ries-
go de subjetividad, tanto en los autoinformes como en las observaciones
y registros de carácter abierto, los avances en la metodología observa-
cional se han producido históricamente con el desarrollo de los procedi-
mientos cerrados que posibilitan la codificación, registro y análisis obje-
tivo de los datos; algo que se ha visto potenciado en las últimas décadas
por los avances tecnológicos (como el vídeo o el ordenador) y matemáti-
cos. El objetivo de estos procedimientos de observación sigue siendo el
de incrementar al máximo la fiabilidad «interjueces» de las observacio-
nes, es decir, aumentar la probabilidad de que diferentes personas, obser-
206 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
Pruebas estandarizadas
Otra de las formas por las que se ha tratado de conseguir una mayor
objetividad en los datos recogidos, ha consistido en el desarrollo de prue-
bas y procedimientos estandarizados —conocidos como «tests»— a fin
de observar y cuantificar la respuesta dada por los sujetos en las mismas
condiciones (frente a las mismas preguntas —con opciones cerradas de
respuesta— o frente a las mismas tareas). Realmente, estos procedimientos
pueden considerarse simplemente como un tipo de observación en una
situación artificial (se le pregunta al sujeto, por ejemplo, cómo se com-
portaría en determinadas situaciones) que implica la tipificación previa
de los estímulos presentados (es decir, que todas las preguntas o ítems
sean los mismos para todos los sujetos) y la normalización de las respuestas
a partir de una muestra numerosa (construcción de baremos normativos
que permitan comparar las respuestas de unos individuos con otros).
Como se sabe, los tests han sido muy importantes en el desarrollo de
la Psicología científica al constituir una de las principales bases de la cuan-
tificación y medición de los fenómenos psicológicos. En lo que atañe a
nuestro ámbito específico, los tests también han tenido gran importan-
cia histórica, aunque, como los diarios, sólo contribuyeran a la acumu-
lación de datos sobre el desarrollo; eso sí, muy útiles desde el punto de
vista normativo para establecer niveles de desarrollo, es decir, para com-
parar el nivel de desarrollo de un niño con respecto a los demás niños de
su edad (p. ej., las escalas de desarrollo de Gessell). Más allá de las com-
paraciones entre sujetos, sin embargo, los cuestionarios y los tests han
puesto de manifiesto serias limitaciones en la investigación del desarro-
llo intelectual. Muchas veces los niños no entienden lo que se les plantea
y por tanto no responden a lo que se pretende. Por otro lado, la correc-
ción o incorrección de las respuestas dadas —según los criterios adultos
del investigador— dicen muy poco sobre las concepciones o representa-
ciones infantiles que subyacen a las respuestas, o acerca de los procesos
y operaciones por los que se ha llegado a las mismas; hasta el punto de
MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN 207
que pueden darse respuestas correctas que sean producto del azar o de
operaciones erróneas, mientras que, a la inversa, detrás de muchas res-
puestas equivocadas puede haber procesos de pensamiento apropiados.
Además, al tratarse de procedimientos generales estandarizados, sólo ofre-
cen resultados globales sin precisar la dinámica individual. Precisamen-
te, fueron este tipo de limitaciones las que animaron a Piaget a aplicar y
desarrollar su método más conocido y característico, el método «clínico»,
que luego consideraremos.
Experimentar
Como acabamos de ver y pese a las dificultades, es posible observar e
incluso medir lo que hacen los niños; mucho más difícil es saber lo que
piensan. Durante los primeros años, los niños no pueden hablar ni seguir
deliberadamente ningún juego interactivo. En estas condiciones, la impor-
tancia de la mera observación como fuente de información es tan obvia
como insuficiente. Todo ello, pues, apunta hacia la necesidad de ir más
allá de la observación, planteando situaciones experimentales que nos
permitan un acceso— aunque sea indirecto— al funcionamiento cogniti-
vo de los niños. Esto, además, suele ser necesario cuando lo que interesa
no es solo describir una realidad sino también explicarla, estableciendo
los factores en juego y las relaciones causales entre los mismos. En este
empeño, ciertamente, se han desarrollado técnicas experimentales inge-
niosas que nos permiten abordar y acceder en alguna medida a los pro-
cesos implicados en el desarrollo, incluso de los niños más pequeños, algu-
nas de las cuales, pasamos a detallar a continuación.
Habituación y preferencia
Como otros animales, los seres humanos disponemos al nacer del lla-
mado «reflejo de orientación», por el cual ya el bebé es capaz de reaccio-
nar (girar la cabeza, mirar...), y dirigir la atención a cualquier estímulo
suficientemente intenso o novedoso. Esta respuesta se origina de mane-
ra obligada y automática y por lo tanto involuntaria, ante la primera apa-
rición de un determinado estímulo; se manifiesta con relativa intensidad
y tiene una corta duración, es decir, transcurrido un breve periodo de
tiempo esta respuesta cesa (se habitúa) siempre que no se produzcan cam-
bios significativos en su naturaleza (p. ej. que aumente la intensidad, la
magnitud, etc.). Sin embargo, si estos cambios ocurren el reflejo de orien-
tación vuelve a restablecerse (se deshabitúa).
La función adaptativa de ese reflejo es evidente, ya que es a partir de
esta primera exploración como el organismo puede «decidir» si el estí-
mulo es o no relevante y, suponiendo que lo sea, si conviene —en la medi-
da de sus posibilidades— una conducta de alejamiento o de acercamien-
to al mismo. De hecho, se constata que el interés y la conducta de
exploración en los bebés va decayendo a medida que pasa el tiempo sin
que el estímulo cambie; pero basta que se produzca cierta modificación
en cualquier aspecto o propiedad del estímulo para que el interés se reac-
tive y capte de nuevo la atención del niño. Este sencillo fenómeno es el
MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN 209
Condicionamiento
De la misma manera que los fenómenos de habituación, los procesos
de condicionamiento clásico y operante también se han utilizado para
investigar el desarrollo cognitivo en las primeras edades y obtener infor-
mación sobre las capacidades de los recién nacidos y de los bebés. Ello
requiere, en primer lugar, elegir una respuesta que ya posea el bebé den-
tro de su reducido repertorio (un movimiento, la succión, etc.) para some-
terla después al proceso de condicionamiento; es decir, para que aparez-
ca asociada a la presentación de otro estímulo. En el caso del
condicionamiento operante, por ejemplo, se recompensa al niño (p. ej.,
con una caricia) cada vez que reacciona apropiadamente frente a la pre-
sentación de un determinado estímulo (p. ej., cuando gira la cabeza o
cuando chupa el chupete). Una vez que se ha condicionado la respuesta
—y se ha logrado, por ejemplo, que el niño gire la cabeza para recibir la
caricia—, se introduce alguna variación en el estímulo, con lo que —de
la misma manera que con los métodos precedentes— puede decidirse si
el niño hace la discriminación (se da cuenta de la variación del estímulo)
en función de si ofrece o no la respuesta condicionada. Se ha estudiado
así, por ejemplo, hasta qué distancia se reconoce el mismo objeto o la
constancia del tamaño.
ACTIVIDADES
En un experimento sobre posibles problemas de memoria durante la
vejez se presentaron a dos grupos de adultos (jóvenes de entre 20 y 29
años y viejos de entre 60 y 75) dos listas de 24 palabras cada una. La ins-
trucción era que intentaran recordar tantas palabras como pudieran. A
continuación se comprobó su memoria de dos formas: (1) Después de leer
una de las listas tenían que decir en voz alta las palabras que recordaran.
Y (2) después de leer la otra lista se les presentaba cinco posibles alter-
nativas para cada palabra, y, tenían que rodear con un círculo la que reco-
nocieran como perteneciente a la segunda la lista. Los resultados fueron
los siguientes:
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
BALTES, P. B., REESE, H.W. y NESSELROADE, J. R. (1981). Métodos de investigación
en Psicología Evolutiva: enfoque del ciclo vital. Madrid: Morata.
Es una adecuada introducción al enfoque del ciclo vital, en el que se justifica
sobradamente la necesidad de disponer de métodos de investigación propios
para el estudio del desarrollo humano a lo largo de toda la vida. El lector podrá
encontrar un análisis pormenorizado de la propuesta metodológica avanza-
da por estos autores.
DELVAL, J. Descubrir el pensamiento de los niños. Introducción a la práctica del méto-
do clínico. Barcelona: Paidós (en prensa).
El método clínico fue utilizado por Piaget para profundizar en el estudio de
la mente infantil. El autor explica las características del método, sólo en apa-
riencia fácil de aplicar, en el ámbito del estudio del conocimiento de la socie-
dad, aspecto éste que no estudió suficientemente Piaget.
GUTIÉRREZ MARTÍNEZ, F. (1997). «El método en psicología evolutiva». En A. Corral,
F. Gutiérrez y P. Herranz (Eds.), Psicología Evolutiva. Teorías, Métodos y desa-
rrollo infantil, Tomo I.
El campo de la psicología evolutiva ofrece temas, enfoques y posibilidades de
estudio muy diversas y, por tanto, también requiere múltiples aproximacio-
nes metodológicas. En este trabajo se hace una presentación más detallada
de éstas. Como de todos modos, ningún diseño es perfecto —las amenazas a
la validez siempre pueden surgir en uno u otro punto del procedimiento—, en
este capítulo podrán encontrarse más detalles sobre este tipo de riesgos. Igual-
mente, en este trabajo se amplía lo dicho en el texto sobre los diseños secuen-
ciales: se profundiza en sus características y en su intento por superar las limi-
taciones intrínsecas de los modelos transversales y longitudinales.
Capítulo 6
EL ESTUDIO DEL ESTADO INICIAL.
LA CONTROVERSIA HERENCIA-MEDIO
Antonio Corral Pilar Pardo
ESQUEMA-RESUMEN
INTRODUCCIÓN
OBJETIVOS
CONTENIDOS:
• El estudio del estadio inicial
• La percepción
• La imitación
• La categorización prelingüística
• La precategorización cognitiva
• La interpretación teórica de los resultados experimentales
• Habilidades comunicativas, afectivas y sociales
ACTIVIDADES
SOLUCIONES A LAS ACTIVIDADES
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
218 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
ESQUEMA-RESUMEN
La percepción
Parece ser que la modalidad auditiva predomina sobre la visual hasta los 10 meses
de vida. Esto parece deberse a que las vías nerviosas visuales están menos desarrolladas
que las auditivas al nacer. La categorización de la que hacen gala los bebés a partir de la
estimulación auditiva, denota una capacidad para construir clases de equivalencia entre
sonidos más que notable. Desde muy temprano los bebés discriminan entre distintas for-
mas geométricas y se interesan por el rostro humano. Y, también, son capaces de detec-
tar propiedades invariantes de los objetos independientemente de su movimiento. Los
bebés dan muestras de integración táctil-visual desde muy temprano, así como de inte-
gración visual-auditiva, y, en concreto, de movimientos labiales y los sonidos correspon-
dientes. Los niños desde los 3 meses son sensibles a la congruencia espacial entre la infor-
mación visual y la propioceptiva.
La imitación
Se ha podido comprobar que los niños vienen al mundo con la capacidad de realizar
determinadas imitaciones faciales como sacar la lengua. Aunque hacia los 3 meses esta con-
ducta parece desaparecer, lo que ocurre, más bien, es que el niño incorpora otras compe-
tencias comunicativas que le permiten construir relaciones interpersonales más complejas,
y sólo utiliza ese tipo de imitación en condiciones especiales.
La categorización prelinguística
Parece que los recién nacidos poseen un conjunto de habilidades innatas, expresa-
mente adaptadas para percibir el lenguaje humano. Por ejemplo, pueden discriminar entre
pares de fonemas y reconocen un mismo fonema aunque varíe la voz y la entonación que
lo emite. Además, pueden emparejar un determinado sonido, oído por un altavoz, con la
imagen de la persona que lo está produciendo proyectada en una pantalla.
EL ESTUDIO DEL ESTADO INICIAL. LA CONTROVERSIA HERENCIA-MEDIO 219
La precategorización cognitiva
Los principios que rigen las inferencias de los bebés sobre el movimiento son seme-
jantes a los que empleamos los adultos. Ello es una muestra de la habilidad de los recién
nacidos para construir categorías perceptivas con las que organizar el mundo.
OBJETIVOS
1. Familiarizarse con los métodos de investigación utilizados en el
estudio de las capacidades psicológicas de los bebés.
2. Aprender a interpretar los resultados de las investigaciones sobre
las capacidades iniciales de los recién nacidos y su relevancia en el
debate innatismo-ambientalismo.
3. Aprender a diseñar experimentos para analizar las competencias
psicológicas de los recién nacidos.
4. Distinguir las capacidades que tienen los bebés para relacionarse
con las demás personas.
5. Conocer la riqueza del mundo emocional del recién nacido.
6. Conocer las similitudes y diferencias entre la comunicación huma-
na y la que se da entre los otros primates superiores.
EL ESTUDIO DEL ESTADO INICIAL
En este capítulo vamos a estudiar el «estado inicial» del niño con res-
pecto a su mundo perceptivo, lingüístico, cognitivo, afectivo y social, es
decir, cómo viene equipado, desde todos estos puntos de vista, el recién
nacido. Este asunto tiene mucho que ofrecer al debate teórico entre las
posturas innatistas y las empiristas. El desarrollo ¿es una cuestión de pro-
piedades genéticamente establecidas o, por el contrario, de construccio-
nes activas por parte del sujeto? ¿Cuál es la interacción entre lo innato y
lo aprendido?
Los datos experimentales recogidos en los últimos treinta años sobre
la percepción del bebé ofrecen una imagen del niño muy diferente de la
que se tenía hasta hace bien poco. El niño está muy lejos de aparecer como
un «feto externo» y menos como un organismo cuasi ciego o sordo. Muy
al contrario, la imagen que emerge es la de un organismo bastante com-
petente ya en sus orígenes.
Quizás, lo que falte sea una teoría que dé cuenta y haga coherente la
multitud de hechos empíricos recogidos. Pues, hay que reconocerlo, hay
dificultades para explicar las capacidades psicológicas del niño, recien-
temente conocidas, durante su primer año de vida.
El niño, al nacer, no está en un estado de tábula rasa absoluta, como
ya sabía Piaget. Pero hay mucho más de lo que él parecía creer. Necesi-
tamos otras teorías que compartan con la de Piaget un punto de vista acti-
vo y dialéctico sobre la conducta perceptiva, lo que hace posible un diá-
logo fructífero entre los distintos enfoques.
Lo primero que tenemos que preguntarnos es cómo hace el recién
nacido para estructurar el torrente de estímulos proveniente del mundo
exterior. Sabemos -por los estudios pioneros de Bruner de los años cin-
cuenta, y por la revolución cognitivista en la que estamos inmersos- que
en el caso del adulto la cognición guía la percepción. No hay una per-
cepción previa o autónoma; una percepción pura o libre de todo contex-
224 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
to. Los sentidos sólo nos informan de las cosas según la relación que éstas
tienen con nuestro cuerpo, y no según ellas mismas (como ya decía el lógi-
co valenciano del siglo XVIII, Andrés Piquer, del que se hace eco Azorín).
Para que sea posible percibir algo, es preciso que haya un marco cogni-
tivo previo donde la percepción cobre sentido. Pero, en el caso del recién
nacido, ¿dónde está ese marco cognitivo previo si, precisamente, está toda-
vía por formar? Una de dos: o no hay percepción o, si la hay, es que el
recién nacido nace con ciertas propensiones, constricciones o semies-
quemas que guían sus primeros pasos en este mundo infinito. Cuáles sean
estos protoesquemas es lo que tenemos que examinar aquí.
Por otra parte, los problemas que vamos a tratar en este capítulo tie-
nen una filiación filosófica muy antigua. Ése es el caso de la percepción
intermodal que integra distintas modalidades sensoriales. Un ciego de
nacimiento, si recobrara la vista, ¿reconocería visualmente los objetos
que sólo conoce por el tacto? ¿O, tendría que aprender a emparejarlos
como, por ejemplo, pretendía Locke, y, en general, los empiristas?
En la primera parte del capítulo vamos a considerar los aspectos
perceptivos, lingüísticos y cognitivos y en la segunda parte los aspec-
tos comunicativos, afectivos y sociales.
LA PERCEPCIÓN
Por los datos de que disponemos, puede afirmarse, que, en las pri-
meras fases del desarrollo, la percepción auditiva lleva la delantera a la
visual. Así resumen Mehler y Dupoux (1990/1992) la situación:
Puede que el recién nacido sea un poco miope pero, en cambio, su oído
es excelente. Es un as de la percepción, del reconocimiento y de la memo-
rización auditivas. Desde sus primeros momentos su aparato auditivo fun-
ciona perfectamente (...) Las diferencias observadas entre la visión y la audi-
ción en el recién nacido coinciden con los datos neuroanatómicos: se sabe
que en el nacimiento las vías nerviosas visuales están menos desarrolladas
que las vías auditivas. Por ello, la modalidad auditiva es la que predomina
EL ESTUDIO DEL ESTADO INICIAL. LA CONTROVERSIA HERENCIA-MEDIO 227
en los niños hasta los diez meses. Frente a dos estimulaciones, una auditi-
va y otra visual, el bebé de menos de 10 meses presta más atención a un
estímulo auditivo, mientras que, después, al igual que en el adulto, es el
estímulo visual el que domina.
Sin duda, esto estará influido por el hecho, no siempre resaltado sufi-
cientemente, de que en el útero se puede oír, se puede ejercitar la per-
cepción auditiva, mientras que no ocurre otro tanto con la percepción
visual. De hecho, en general, en todos los estudios sobre percepción infan-
til, los niños prematuros tienen un rendimiento inferior al de los niños
llegados a término.
Pickens y colaboradores (según Bahrick y Pickens, 1994) compara-
ron el emparejamiento auditivo-visual entre rostros y voces que realizan
niños prematuros en comparación con niños nacidos a término. Los
niños veían el rostro parlante de dos mujeres en una pantalla, uno a cada
lado de ésta. Por un altavoz colocado en el medio oían una voz que se
correspondía con los movimientos de la boca de uno de los rostros par-
lantes. Los niños nacidos a término mostraron una clara preferencia por
el rostro que se correspondía con la voz oída, ya a los 4 meses de edad.
Por el contrario, los niños prematuros no mostraron tal habilidad has-
ta los 5 meses. Es posible que las deficiencias que muestran los prema-
turos al principio sean superadas a fuerza de maduración y de expe-
riencia perceptiva. Además, los prematuros de «bajo riesgo» (desde el
punto de vista de la supervivencia) tienden a igualarse a los nacidos a
término cuando cumplen 6 meses, mientras que los de «alto riesgo» (con
mayores riesgos de supervivencia), a esa edad, mantienen la desventaja
inicial.
Hasta hace poco, mucha gente creía que los recién nacidos eran cie-
gos o visualmente pasivos. Pues bien, Fantz logró demostrar que incluso
bebés de pocas semanas discriminan entre distintas formas geométricas,
y, que, por tanto, prestan más atención a una forma geométrica que a otra
o prefieren más una que otra. De modo que no les es indiferente la forma
contemplada.
Y dentro de los estímulos que más interés tienen para los infantes
no hay otro como el rostro humano. Se ha podido constatar que recién
nacidos con menos de una hora de vida prefieren dibujos esquemáticos
de rostros humanos a dibujos con idénticos rasgos faciales pero pues-
tos en una forma desordenada. Eso indicaría que el bebé discrimina
entre una estructura facial «organizada» y meros rasgos faciales deses-
tructurados. Según Morton y Johnson (1991) existiría alguna especifi-
cación de carácter innato hacia ciertas características estructurales de
los rostros, lo que explicaría el temprano interés del infante por los estí-
mulos de tipo facial.
228 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
La percepción intersensorial
Por percepción intersensorial entendemos la capacidad de recibir
información simultánea, a través de distintos canales sensoriales (vista,
oído, tacto) de un mismo suceso y de una forma integrada. ¿A partir de
qué momento el niño tiene experiencias intersensoriales? ¿Cómo es ello
posible?
EL ESTUDIO DEL ESTADO INICIAL. LA CONTROVERSIA HERENCIA-MEDIO 229
0 2 4 cm
FIGURA 6.2. Estímulos utilizados por Meltzoff. La mirada de los bebés se dirigía
preferentemente hacia el dibujo que correspondía al que habían tenido en la boca.
(Tomada de Mehler y Dupoux, 1992).
230 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
FIGURA 6.4. Dibujo de la situación experimental ideada por Rochat y Morgan (1995).
FIGURA 6.5. Cada una de las dos perspectivas en las que los niños veían sus propias
piernas en el experimento 1 (A), experimento 2 (B) y experimento 3 (C),
respectivamente. (Tomada de Rochat y Morgan, 1995).
LA IMITACIÓN
Causó una gran sorpresa entre los psicólogos evolutivos el hecho obser-
vado por Meltzoff en 1977 de que bebés de 2-3 semanas podían realizar
imitaciones faciales como sacar la lengua. Y la sorpresa fue todavía mayor
cuando en 1983 y 1989 la imitación fue observada en recién nacidos de
42 minutos de vida. Como dice el propio Meltzoff (Meltzoff y Kuhl, 1994):
¿cómo puede el niño relacionar el gesto que ve (ve al adulto sacar la len-
gua) pero no siente, con el gesto que siente (cuando él mismo saca la len-
gua) pero no ve?
Aunque la imitación en el neonato existe, es curioso observar, no obs-
tante, que la conducta tiende a desaparecer a los 2-3 meses de edad. La
explicación habría que buscarla en el hecho de que la imitación es una
forma primitiva de interacción interpersonal que existe antes de que emer-
jan otras formas sociales de interacción como la sonrisa y los arrullos.
Cuando esto ocurre, la niña ante una persona conocida emitirá estas otras
respuestas y parecerá que la imitación ha desaparecido. Pero si se conci-
be una situación favorable, en la que el experimentador no refuerce la
sonrisa emitida por la niña, la conducta de imitación se recupera; y, de
hecho se han podido encontrar conductas imitativas en niños de tres
meses. El desarrollo conlleva juegos sociales de superior rango al de la
mera imitación, pero no hay una pérdida fundamental de la competen-
cia imitativa. (Meltzoff y Kuhl, 1994).
LA CATEGORIZACIÓN PRELINGUÍSTICA
DeCasper ha llegado a la conclusión de que los recién nacidos tienen
una preferencia por los sonidos vocales a los que han sido expuestos cuan-
do estaban en el útero materno. En efecto, en 1986, DeCasper y sus cola-
boradores (según Vasta, Haith y Miller, 1992) comprobaron que niños recién
nacidos, con sólo días, pueden discriminar entre un relato «oído» duran-
te las últimas semanas del embarazo leído por su madre en voz alta y un
relato nuevo. Los investigadores pidieron a unas «pre-madres» voluntarias
que leyeran un relato en voz alta diariamente durante las últimas seis sema-
nas de embarazo. Cuando los niños nacieron se les expuso a la audición
del relato familiar y de uno nuevo. El ritmo de succión de los bebés era
mayor cuando oían el relato familiar. Y, esto ocurría, con independencia
de que la voz que leyera el texto familiar fuera la de la propia madre o una
voz distinta. Este experimento es una muestra de memoria auditiva sor-
prendente. Ahora vamos a ver un ejemplo de agudeza perceptiva.
Quizás la razón de este increíble resultado radique en que como sos-
tiene Eimas (1985), basándose en sus investigaciones sobre la percep-
EL ESTUDIO DEL ESTADO INICIAL. LA CONTROVERSIA HERENCIA-MEDIO 235
ción del habla en bebés, «los infantes poseen una dotación muy rica de
mecanismos perceptivos innatos, adaptados a las características del len-
guaje humano, que les preparan para el mundo lingüístico al que ten-
drán que enfrentarse». Por ejemplo, niños de tan sólo seis meses pue-
den discriminar entre pares de fonemas, tales como, por ejemplo /a/ e
/i/. La investigadora que lo averiguó (ver Figura 6.6), Kulh (según Eimas,
1985), enseñaba a los bebés a girar la cabeza 90 grados cada vez que
oían por un altavoz situado a su izquierda un sonido distinto (/i/) del que
oían como sonido de fondo (/a/). Cada vez que lo hacían bien se les refor-
zaba con la aparición de un juguete de colores. Esto servía de pórtico
para el estudio de la discriminación entre variaciones de /a/ y variacio-
nes de /i/. En este fase del estudio, ambas vocales se presentaban en diver-
sidad de voces y entonaciones. Pues bien, los bebés lograban una pro-
porción de éxito enorme a la hora de detectar la diferencia entre ambas
vocales; para lo cual tenían que ignorar todas las variaciones acústicas
dentro de cada vocal (esto es, las variaciones intracategoriales) que los
experimentadores habían introducido, y, concentrarse únicamente en
las intercategoriales.
Resultados de este tipo podrían indicar, a juicio de Eimas, que «mucho
antes de que los bebés hablen y comprendan, son especialmente sensibles
a las distinciones acústicas que resultarán esenciales para la compren-
sión del habla».
Pero no sólo se han conseguido muestras de integración táctil-visual
en momentos tan tempranos del desarrollo, como ya hemos visto; tam-
bién se han obtenido muestras de integración temprana de tipo visual-
auditiva. Por ejemplo, niños de pocos meses pueden emparejar distintos
fonemas oídos (vocales) con su correspondiente apariencia visual, como
el movimiento de los labios.
Kuhl y Meltzoff (según Meltzoff y Kuhl, 1994) presentaron a niños de
18 a 20 semanas dos imágenes filmadas, una a cada lado de la pantalla,
de un hablante articulando dos diferentes vocales (/i/ y /a/). Un altavoz
colocado en el medio justo de las dos imágenes emitía el sonido corres-
pondiente a una de las dos imágenes (ver Figura 6.7). Los estímulos audi-
tivos y visuales fueron ajustados al máximo de forma que tuvieran la máxi-
ma sincronización. Los niños miraban más tiempo a la cara que
correspondía al sonido emitido.
Ello quiere decir que los niños pueden reconocer que pautas de sonidos
particulares provienen de determinados movimientos de boca específicos.
Como hacen notar los investigadores, que el habla se codifique en una
forma multimodal (oído y vista) en una edad tan temprana resulta bas-
tante sorprendente, y es cosa no prevista por ninguno de los modelos de
percepción del habla al uso.
De aquí podría esperarse que la ausencia de información visual duran-
te el desarrollo podría afectar a las producciones vocales de los niños.
De hecho los niños ciegos aprenden los sonidos que tienen una articu-
lación visible más lentamente que lo hacen los videntes, y, manifiestan
un patrón de errores articulatorios distinto, quizás, debido a que los
EL ESTUDIO DEL ESTADO INICIAL. LA CONTROVERSIA HERENCIA-MEDIO 237
niños ciegos no pueden ver cómo los otros hablantes mueven sus arti-
culaciones para lograr objetivos particulares. Los niños sordos, que pue-
den ver pero no oír, no balbucean en la forma que es universal entre los
niños oyentes. Por ejemplo, utilizan una cantidad desproporcionada de
sonidos bilabiales que son fácilmente visibles como /b/, /m/ y /p/. En cam-
bio, los niños oyentes incluyen una alta proporción de sonidos como /g/
que son más difíciles de ver y requieren ser oídos para poder percibir-
los con detalle.
LA PRECATEGORIZACIÓN COGNITIVA
Spelke (1994), señala, por su parte, que tenemos constancia expe-
rimental de que los niños de 3 meses efectúan inferencias -acerca de
los movimientos de objetos no percibidos directamente- de acuerdo
con el principio de que los objetos no actúan unos sobre otros a dis-
tancia sino por contacto. Pone como ejemplo un experimento de 1973
de Ball replicado en 1993 con éxito por Van de Walle y colaboradores.
En este experimento (ver Figura 6.8) se mostraba a los niños un peque-
ño rectángulo (a) parcialmente cubierto por una figura rectangular
mayor (X). Un pequeño rectángulo negro (b), por el lado contrario, se
238 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
Habituación
Contacto Test
No contacto
FIGURA 6.8. Diagramas utilizados por Ball (1973) para estudiar el razonamiento
sobre el movimiento de objetos ocultos. (Tomada de Spelke, 1994).
movía en la dirección de (a) hasta quedar tapado por (X) mientras (a)
quedaba al descubierto por el lado contrario. Las relaciones espacio-
temporales manifiestas en el cuadro visual ofrecido llevan a un adulto
a inferir que (b) ha golpeado a (a). Ball investigó si los niños también
harían esa inferencia. Les presentó el cuadro hasta que su interés decli-
nó (habituación) tal y como se comprobó por el menor tiempo que dedi-
caban a mirar el efecto visual.
Una vez que la habituación se hubo producido, presentó al descubierto
(sin el rectángulo grande X) los movimientos de los rectángulos. En una
condición (1) se veía, efectivamente, el contacto de los rectángulos blan-
co y negro. Mientras que en la otra (2), no se apreciaba ningún contacto.
Aunque en ambos casos el rectángulo blanco (a) se desplazaba en la mis-
ma forma. Se trataba de medir la cantidad de tiempo que los niños dedi-
caban a mirar ambas condiciones (1) y (2) en comparación con un gru-
po control que veían lo mismo a excepción del cuadro primero sobre el
que se generaba la habituación. Ball razonó que si los niños que veían el
cuadro que ocultaba los rectángulos, efectivamente, inferían el choque
entre ellos, dedicarían más tiempo que el grupo control a mirar la condi-
ción experimental en la que el contacto no se ve (2), precisamente por la
novedad que significa percibir algo que va contra las expectativas gene-
radas. Exactamente eso es lo que pasó.
A juicio de Spelke, la explicación de estos datos empíricos estriba en
que los bebés hacen inferencias sobre los movimientos ocultos de obje-
tos inanimados de acuerdo con tres principios: cohesión (los objetos se
EL ESTUDIO DEL ESTADO INICIAL. LA CONTROVERSIA HERENCIA-MEDIO 239
Por otra parte, cualquier estructura que exista ha tenido que ser pre-
viamente construida, ya sea filogenéticamente o ya sea ontogenéticamente.
Lo que está programado en los genes, hubo un tiempo en que no era inna-
to. Hubo de ser de alguna forma construido.
La información sobre el mundo viene del mundo (superficies, sus-
tancias, objetos, sucesos). No es posible creer que la información esté
dada de un modo innato. Hay que buscarla. Cuanto más fiable sea esa
información mayores posibilidades de adaptación tendrán la especie y los
individuos. El niño utiliza sus sentidos de una forma activa y adaptativa
para extraer la información que subyace al flujo continuo de sucesos pro-
venientes del medio. El neonato no puede utilizar ningún conocimiento
previo para interpretar sus sensaciones o para suplirlas. Para ello tendría
que haberlo elaborado a partir de todo lo que le rodea.
El proceso de extracción de información se produce por diferencia-
ción progresiva de la estructura compleja, escondida, relacional y diná-
mica del mundo.
Al principio, los niños no diferenciarían entre modalidades percepti-
vas. Pensemos en una barra de acero. La sustancia de este objeto se ve
dura y rígida, se siente dura y fría, y tiene un sonido metálico cuando se
la golpea. Todas estas informaciones confluyen en el tiempo, y, juntas,
pueden especificar (de forma amodal) las propiedades abstractas de un
mismo tipo de «resistencia positiva» de una sustancia: en este caso la
«metalicidad». Los adultos podemos reconocer una sustancia por el olor,
la vista, el tacto, pero puede ser que los infantes perciban la propiedad
esencial de una sustancia sin distinguir la cualidad sensorial (vista, tacto
o la que sea). Luego, a partir de los seis meses, es cuando comenzarán a
diferenciar las cualidades sensoriales específicas de cada modalidad.
Llegamos al concepto desde el punto de vista evolutivo, más sobresa-
liente, que se refiere a algo que implica al medio y al sujeto, simultánea-
mente. Sugiere la complementariedad entre la criatura y el medio. Si una
superficie terrestre es horizontal, lisa, amplia y rígida, entonces tal super-
ficie permite apoyarse en ella, y podemos llamarla suelo, base o sustrato.
Permite al animal erguirse sobre ella. Es factible andar y correr sobre ella.
Para los animales terrestres no ofrece las mismas posibilidades que una
superficie acuosa. Una «oportunidad» como ésta ni es sólo una propiedad
objetiva ni una propiedad subjetiva. Es tanto una como otra. Está más
allá de la falsa dicotomía objetivo-subjetivo. Es tanto un dato del medio
como un dato de la conducta. El animal, y el niño en su desarrollo, debe-
rán reconocer esas «oportunidades», a modo de resistencias positivas que
ofrece el mundo, a través de la acción, para utilizarlas en su provecho.
Ser capaz de percibir una de éstas, supone una percepción significa-
tiva, unitaria, útil y continua a lo largo del tiempo.
EL ESTUDIO DEL ESTADO INICIAL. LA CONTROVERSIA HERENCIA-MEDIO 241
les a las expresiones emocionales de los fore, se vio que al igual que había
sucedido en el estudio realizado en Nueva Guinea los americanos eran
capaces de interpretar de forma correcta las expresiones emocionales de
los fore, aunque también apareció la misma dificultad de discriminación
entre la sorpresa y el miedo. Los resultados de estos trabajos apoyan la
hipótesis de la universalidad de algunas de las expresiones faciales.
Estos planteamientos también han sido apoyados por estudios reali-
zados con sujetos invidentes. Entre estos estudios tienen especial rele-
vancia los de Eibl-Eibesfeldt (1972, 1979) que analizó filmaciones de niños
ciegos sordomudos de diferentes edades. Estas filmaciones registraron
los movimientos expresivos característicos de la risa, sonrisa, ira, llanto,
sorpresa, aceptación y rechazo. Este repertorio de emociones básicas que
compartimos los seres humanos parece ser que forma parte de nuestro
patrimonio genético y, por lo tanto, todos los niños nacen con la capaci-
dad de producir las expresiones faciales correspondientes a estas emo-
ciones. Según esto el aprendizaje visual no es una condición necesaria
para el desarrollo de la expresión emocional.
Los bebés, desde el momento del nacimiento, pueden ejecutar todos
los movimientos de los músculos faciales necesarios para producir la tota-
lidad de las expresiones emocionales (véanse ejemplos en la figura 6.9).
FIGURA 6.9. Expresiones faciales de bebés utilizadas por Izard y sus colegas para
medir la posible relación universal entre emoción y expresiones faciales. (Tomado
de Cole y Cole, 1989, p.129).
248 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
las madres. Este trabajo fue realizado con niños de diez semanas de vida
y sus madres. Se solicitaba a las madres que adoptaran una expresión
facial y un tono de voz que se correspondiera con tres emociones: alegría,
tristeza y enfado; los autores filmaron y analizaron las reacciones de los
bebés a estas expresiones emocionales. La respuesta de los bebés era con-
sistente con la emoción manifestada por las madres. De modo que cuan-
do la expresión era de alegría los niños se mostraban contentos, cuando
era de enfado o bien se enfadaban o permanecían quietos, y cuando la
expresión era de tristeza succionaban o movían los labios.
En general, podemos decir que los bebés reconocen bastante bien las
expresiones de las personas que los rodean y, según van desarrollándose,
son capaces de responder cada vez de forma más adecuada a éstas.
A lo largo de este apartado hemos destacado el hecho de que el reper-
torio de emociones básicas es algo compartido por todos los seres huma-
nos y forma parte de nuestro patrimonio genético. No obstante, esta pos-
tura innatista no puede explicar toda la complejidad que irá adquiriendo
el desarrollo emocional y tendremos que recurrir a otros factores de tipo
psicológico y social para dar cuenta de esta evolución.
ACTIVIDADES
1. Los niños ciegos tienen dificultades para lograr el uso correcto de
los pronombres «tú» y «yo». Se sabe que el conocimiento de la coor-
dinación de perspectivas (si utilizamos la terminología de Piaget)
se alcanza antes de usar correctamente esos pronombres. ¿De qué
modo la deprivación visual que padecen los niños ciegos podría
explicar estas dificultades específicas en el uso de la referencia pro-
nominal.
2. Como hemos visto, el desarrollo perceptivo durante los primeros
meses no es lineal, ni una mera acumulación de habilidades. Deter-
minados habilidades pueden desaparecer (la imitación, por ejem-
plo), aunque sea aparentemente, para dejar paso a otras. Los niños
durante el primer año dan muestras de que son capaces de discri-
minar unos colores de otros. Sin embargo, hasta los 4 años, muchos,
no serán capaces de nombrarlos ¿Cómo se puede explicar estos
hechos?
3. Imagina que quieres investigar si los niños a los pocos días de nacer
son capaces de reconocer los rostros humanos. Inventa un proce-
dimiento experimental utilizando el método de habituación y des-
habituación y otro con el de preferencia visual.
4. Al principio, cuando la madre levanta al bebé, sus brazos se elevan
porque la madre lo sujeta por las axilas. Es sólo un movimiento que
el niño no tiene intención de hacer y que él no causa. Posterior-
mente puede cooperar en la acción de ser levantado: eleva activa-
mente los brazos mientras su madre lo levanta. Después, él puede
elevar sus brazos hacia la madre pidiendo que lo levante cuando
ella no tiene intención de hacerlo. ¿Cómo se puede explicar esta
secuencia evolutiva?
5. Observa la figura 6.9. ¿Qué emoción piensas que se puede adjudi-
car a cada expresión?
6. Se han observado las siguientes conductas en primates no huma-
nos en un medio natural: 1) X elige como aliado a Y que es supe-
rior a su oponente Z; 2) X elige para acicalar al que ocupa la posi-
ción superior en la jerarquía; 3) X comprende que los gritos que
emite Y indican que está subordinado a Z; 4) X es atacado por Y, y
X ataca a la cría de Y; 5) X percibe que Y y Z son amigos y antici-
pando una alianza perjudicial para sus intereses interviene para
romperla; 6) X observa que Y y Z han luchado e interviene para
reconciliarlos y 7) X observa que Y controla a Z y respeta esa rela-
ción de control. Pero, en cambio, no se han observado, ninguna de
las siguientes acciones: a) señalar mediante algún gesto objetos a
EL ESTUDIO DEL ESTADO INICIAL. LA CONTROVERSIA HERENCIA-MEDIO 253
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
ASTINGTON, J. W. (1993/1998). El descubrimiento infantil de la mente. Madrid:
Morata.
Cuenta la autora al comienzo del libro lo siguiente: «La redacción de esta libro
se comenzó hace mucho tiempo. Yo era botánica y profesora, y en esa época
tuve dos hijas. Todavía puedo recordar mi regocijo y asombro a medida que
descubrieron la mente, aunque entonces no lo llamé así. Observarlas apren-
der a hablar y jugar juntas me hizo cambiar de la botánica a la psicología».
Que cunda el ejemplo, también entre los padres.
BOWER, T. G. R. (1977/1979). El desarrollo del niño pequeño. Madrid: Debate.
Este pequeño libro proporciona un relato minucioso de la replicación reali-
zada por su autor del enfoque piagetiano de la psicología de los primeras fases
del desarrollo infantil. Es una exposición rigurosa y sistemática.
BRADLEY, B. S. (1989/1992). Concepciones de la infancia. Madrid: Alianza.
Según su propio autor, en el Prefacio a la edición española, este texto es una
introducción a los enfoques más importantes de la psicología evolutiva actual
tal como se reflejan en la vida del niño antes de acceder al lenguaje, e intenta
poner en cuestión nuestro modo de pensar acerca de nuestros orígenes.
MEHLER, J. y DUPOUX, E. (1990/1992). Nacer sabiendo. Introducción al desarrollo
cognitivo del hombre. Madrid: Alianza.
Este libro presenta los resultados de las investigaciones más relevantes sobre
las capacidades psicológicas del bebé. Hace un repaso general por los distin-
tos aspectos de la vida del niño: cognitivos, lingüísticos y sociales y ofrece una
panorámica muy completa del mundo mental infantil.
Capítulo 7
EL ESTUDIO DE LA INFANCIA
Y DE LA ADOLESCENCIA
Pilar Pardo Antonio Corral
ESQUEMA-RESUMEN
INTRODUCCIÓN
OBJETIVOS
CONTENIDOS:
• El mundo cognitivo durante la primera infancia
• El mundo cognitivo durante la infancia intermedia
• El mundo social durante la infancia
• La evolución desde una moralidad heterónoma a una moralidad autó-
noma
• La adolescencia en su contexto.
• Paradigmas evolutivos tradicionales y marcos conceptuales contem-
poráneos
• Las capacidades intelectuales del adolescente
• ¿Qué cambia durante la adolescencia?
• Habilidades específicas construidas durante la adolescencia
• Consideraciones finales
ACTIVIDADES
SOLUCIONES A LAS ACTIVIDADES
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
258 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
ESQUEMA-RESUMEN
Piaget denomina a esta etapa período preoperacional debido a la incapacidad del niño
para realizar operaciones. En este momento el niño está guiado por un conocimiento de
tipo figurativo que descansa sobre aspectos superficiales y aparentes de la realidad. Un
rasgo llamativo de este período es el egocentrismo que lleva al niño a no poder diferen-
ciar entre el propio punto de vista y el de los demás. Otras características importantes de
esta etapa son: el realismo, el artificialismo y el animismo.
La comprensión del mundo mental iniciada por Piaget (1926) ha sido estudiada últi-
mamente por los psicólogos bajo el epígrafe de teoría de la mente.
La adolescencia en su contexto
La adolescencia, al igual que el resto de las etapas del ciclo vital, se enfrenta a proble-
mas determinados y tiene además una serie de tareas que realizar. Para conocer este momen-
to evolutivo, es necesario considerar los diversos enfoques teóricos que lo estudian y, ade-
más, tener en cuenta las distintas circunstancias (sexo, situación económica, cultura...)
desde la que los distintos sujetos se enfrentan a las tareas propias de este período.
Consideraciones finales
El desarrollo intelectual es un sistema profundamente relacionado con el desarrollo de
otros sistemas que forman parte de la realidad humana. Así mismo el desarrollo intelectual
incluye importantes aspectos como los motivocionales y actitudinales. La necesidad de con-
siderar e integrar diversos aspectos nos lleva a una visión pluralista de la vida humana, ante
lo cual debemos dar entrada a diferentes enfoques, marcos y paradigmas, para intentar dar
cuenta de ella.
INTRODUCCIÓN
En este capítulo vamos a presentar una panorámica del desarrollo
durante la infancia y la adolescencia, haciendo especial hincapié en el
cambio cualitativo que se produce entre estos dos grandes períodos de la
vida humana. Intentaremos hacer justicia a todas las dimensiones psico-
lógicas implicadas y a su interrelación.
OBJETIVOS
1. Describir y comprender los avances cognitivos producidos duran-
te la infancia.
2. Identificar los límites cognitivos propios de los dos subperiodos de
la infancia: período preoperacional y operacional concreto.
3. Analizar las interacciones entre iguales desde la perspectiva de la
amistad y el juego.
4. Discriminar los cambios cualitativos que se producen en el paso de
la infancia a la adolescencia.
5. Explicar las habilidades específicas que se construyen durante la
adolescencia.
6. Aprender a situar el complejo mundo adolescente en su propio con-
texto.
EL MUNDO COGNITIVO DURANTE
LA PRIMERA INFANCIA
Cuando hablamos de infancia nos referimos a un período largo en el
que se producen muchos e interesantes cambios. Durante estos años (apro-
ximadamente entre los 2-3 y los 12) los niños logran una gran evolución
tanto en aspectos físicos como intelectuales y sociales. Esta etapa se divi-
de en dos períodos: la que podemos llamar primera infancia que abarca
entre los tres y los siete años y la infancia intermedia que abarca entre los
siete y los doce años que se corresponde con la denominada etapa esco-
lar, ya que la escuela cobra un aspecto central en la vida de estos niños
como lugar donde encuentran sus amigos, juegan y desarrollan una com-
pleja cultura de iguales.
En este apartado vamos a ocuparnos de esta primera etapa y parti-
mos, para ello, de la siguiente pregunta: ¿cuál es la novedad más impor-
tante en este período? El avance que marca el cambio fundamental entre
la etapa anterior y ésta es la aparición de lo que llamamos función sim-
bólica que se manifiesta en el surgimiento del lenguaje, el juego simbóli-
co y la imitación diferida. Esta capacidad permite a los niños hacer repre-
sentaciones mentales y reflexionar sobre personas, objetos y sucesos
mediante el uso de símbolos y signos. En la etapa anterior (período sen-
soriomotor, según la teoría piagetiana) el niño está centrado en la acción,
es a partir de los dos años y medio cuando el niño, sin abandonar el mun-
do de la acción accede al de los símbolos, al de la representación.
Al hablar de función simbólica y de representación nos referimos a la
manipulación interna de la realidad. A través de esta función el niño pue-
de hacer que una cosa represente (simbolice) algo más; en vez de actuar
directamente sobre un objeto se puede utilizar algo que lo sustituya, es
decir, que esté en su lugar, por ejemplo puede coger una caja y hacer «como
si» fuera un coche.
Tanto en el lenguaje, como en el juego, como en la imitación diferida
o el dibujo, se utiliza un significante que ocupa el lugar de un significa-
264 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
FIGURA 7.2. Tarea de las tres montañas (tomada de Dickinson et al. 1984/1991,
p. 25).
los hombres que los excavan y luego los rellenan con agua procedente de
tuberías, o han realizado las montañas. También opinan que la realidad
inanimada tiene conciencia, es lo que se denomina animismo, es decir,
la atribución de propiedades biológico-psicológicas a objetos y hechos
físicos. Por ejemplo, una bicicleta sabe que avanza y que va deprisa, la
luna sigue al niño cuando este va paseando por la noche, el sol sabe que
se mueve, etc.
Carey (1985), en su análisis sobre la formación de conceptos en el
dominio biológico, obtiene datos que le llevan a reinterpretar los con-
ceptos de animismo y artificialismo planteados por Piaget situándolos en
el ámbito de la adquisición del conocimiento, más concretamente en el
dominio del conocimiento científico. Es decir, la atribución de vida a obje-
tos que no la tienen, tal como se registra en los estudios piagetianos, es
debida a la carencia de conocimientos sobre el mundo biológico y las acti-
vidades y funciones de los organismos y no a alguna clase de insuficien-
cia lógica. Los niños con edades comprendidas entre 4 y 7 años conside-
ran que las propiedades biológicas como comer, respirar o dormir y poseer
órganos internos, como el corazón, son principalmente propiedades de
las personas, por ello, los niños atribuyen en mayor medida estas pro-
piedades a los animales que son más similares a los hombres. Según esta
autora, la sobreatribución de vida a los objetos inanimados es una con-
secuencia de la poca habilidad que los niños tienen para justificar la inclu-
sión de los animales y las plantas dentro de una categoría simple, debi-
do, precisamente, a su carencia de conocimientos científicos.
Hemos visto como Piaget en el año 1926 se preguntaba cómo consi-
deraban los niños el pensamiento o los sueños. En las últimas dos déca-
das un importante número de autores se han interesado sobre la com-
prensión del mundo mental en el niño, es decir lo que piensan sobre
aspectos como pensamientos, creencias, deseos e intenciones. Estos tra-
bajos se han sistematizado bajo el epígrafe de teoría de la mente.
Poseer una teoría de la mente significa ser capaz de comprender cómo
funciona nuestra propia mente y la de los demás; es un requisito básico
para el desarrollo cognitivo y social de la persona.
Una gran cantidad de trabajos se han centrado en el estudio de estas
competencias en niños pequeños (Leslie, 1987; Perner, 1991; Wellman,
1985,1991, entre otros). Estos autores coinciden en afirmar que la expli-
cación de gran parte de la actuación de los niños entre 2 y 6 años sólo
puede ser realizada en función de la posesión o no posesión de una teo-
ría de la mente.
Una de las tareas más conocidas para el estudio de este tema es la dise-
ñada por Wimmer y Perner (1983) para el estudio de la competencia de
EL ESTUDIO DE LA INFANCIA Y DE LA ADOLESCENCIA 269
Figura 7.3. Situación de la falsa creencia ideada por U. Frith (tomada de Frtih,
1991, p. 222).
EL ESTUDIO DE LA INFANCIA Y DE LA ADOLESCENCIA 271
prender que esta persona cree que la muñeca está en el cajón aunque esté
de hecho debajo de la caja, está manejando una representación de repre-
sentaciones, es decir, una metarrepresentación.
cados entre ellos. Ambos grupos de valores son necesarios para la adap-
tación al universo social de la infancia.
LA ADOLESCENCIA EN SU CONTEXTO
Comprender la adolescencia requiere un enfoque multidisciplinar,
pues hay que tener en cuenta que la adolescencia se enmarca en un con-
texto histórico y cultural determinado. Además de los cambios indivi-
duales tanto psicológicos como biológicos que acaecen, hay que tener en
cuenta también las interacciones grupales e interpersonales.
Pero cometeríamos una grave injusticia si nos limitáramos a hablar
de la adolescencia en términos generales, es decir, en términos puramente
abstractos. ¿Es lo mismo, acaso, a salvo de las obvias similitudes, la ado-
lescencia para una chica que para un chico? ¿Para un muchacho de nivel
económico alto que para otro perteneciente a una clase social desfavore-
cida económicamente? ¿Para un adolescente del mundo desarrollado que
para otro de un país en vías de desarrollo?
La adolescencia, como cada una de las etapas de ciclo vital, tiene sus
problemas y sus tareas propias. Pero éstas vienen moduladas por el dis-
tinto ángulo o perspectiva desde las que se afrontan. Por ejemplo, tanto
los chicos como las chicas comparten la tarea de dar una respuesta ade-
cuada a las nuevas demandas psicosexuales a partir de los cambios orgá-
nicos sobrevenidos, lo que conlleva, entre otras cosas, asumir esos cam-
bios corporales. Pero mientras el varón deberá canalizar de un modo
constructivo la energía desbordante y resistir las tendencias asociales que
se le puedan plantear, la mujer, por su parte, tendrá que enfrentarse a los
estereotipos y prejuicios sexistas para no dejar que su desarrollo se vea
entorpecido o limitado por ellos. A la vez, deberá defender su propia iden-
tidad femenina, evitando que ésta quede reducida a una mera caricatura
de la del varón.
Una tarea común a todos los adolescentes es prepararse para el desem-
peño profesional, a través de la formación y del estudio. Pero mientras
los que parten de una situación económica desahogada, pueden ser ten-
tados por el riesgo del conformismo si no se afanan por comprender que
su situación no es general o universal, los que parten de la situación con-
traria, por su parte, intentarán por todos los medios mejorar su status
actual.
Del mismo modo, la adolescencia en el primer mundo no es igual que
la adolescencia en el tercer mundo. Por supuesto que todos los jóvenes,
sin distinción, se preparan para luchar por un mundo más justo y soli-
dario, pero mientras en el mundo desarrollado el riesgo es dejarse vencer
278 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
Entre las teorías organísmicas, una sobresale por encima de las demás.
Es la teoría de Inhelder y Piaget de la etapa de las operaciones lógico-for-
males. Según esta teoría, que a su vez ha impulsado una enorme cantidad
de investigaciones, en la adolescencia se construye una estructura cogni-
tiva de enorme potencia que permite enfrentarse a los más complejos pro-
blemas, tareas o situaciones. La lógica del adolescente incorpora y supe-
ra a la lógica del niño. Esta lógica adolescente es el logro más alto del
desarrollo intelectual. A partir de entonces, los cambios cognitivos serán
de carácter más cuantitativo que cualitativo porque ninguna nueva estruc-
tura mental podrá construirse después de la estructura lógico-formal con-
solidada durante la adolescencia. Piaget presentó al adolescente como un
protocientífico: ya fuera como lógico, matemático, físico o químico. Cual-
quier otra dimensión de su vida intelectual quedó oscurecida o infravalo-
rada. Es el caso del componente narrativo de la cognición, o del artístico,
o, incluso, del aspecto psicomotor que tanta importancia tiene en la prác-
tica deportiva. Para Piaget no hay diferentes adolescentes, en función de
cada contexto. Existe un adolescente genérico, universal, de carácter racio-
nal, que sigue de un modo espontáneo el método hipotético-deductivo y
que dispone de esquemas cognitivos de carácter formal que es capaz de
aplicar a los más variados tipos de contenidos.
Independientemente de que podamos admitir una caracterización del
adolescente en términos tan reduccionistas, las datos no avalan las pre-
tensiones piagetianas. Por una parte, los chicos y chicas de entre 12 y 17
años tienen grandes dificultades cuando se enfrentan con tareas lógico-
formales. El porcentaje de adolescentes que responden al canon forjado
por Inhelder y Piaget es muy pequeño. Incluso los adultos tienen serios
problemas cuando se enfrentan con tareas en las que tienen que razonar
de un modo formal, independientemente del contenido del problema.
Por otra parte, un curioso fenómeno, además, no anticipado por la
teoría de la operaciones formales, parece percibirse cuando se compara
la actuación en tareas clásicas piagetianas entre los adolescentes de hace
20 o 30 años y los de ahora. Los adolescentes de ahora, a igualdad de edad,
presentan un desarrollo cognitivo superior que los de antaño. Esto pone
de manifiesto que los cambios tecnológicos, sociales, culturales y educa-
tivos no se pueden obviar cuando se estudia el desarrollo humano, aun-
que sea desde un enfoque tan sesgado como el de Piaget.
Parece que una lógica distinta (no exclusivamente lógico-matemáti-
ca) se va abriendo paso desde la infancia y se hace notoria en la adoles-
cencia. Esta lógica nos permite enfrentarnos con lo ambiguo, lo proba-
ble, lo indeterminado, lo abierto, lo no definido claramente... Necesitamos
una imagen más «arbórea» de la adolescencia, en la que haya no sólo
una única rama sino una pluralidad de ellas. La dificultad teórica, así,
280 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
está que con respecto a la vida adulta todavía adolece de evidentes limi-
taciones.
El adolescente ha adquirido un conjunto de habilidades muy poten-
tes pero no está en completa posesión de ellas a un nivel metacognitivo.
Por ejemplo, hacia los 13 o 14 años los chicos y las chicas son capaces de
efectuar, en la práctica, un completo análisis de las variables que influyen
o pueden explicar un determinado fenómeno físico o biológico. Este es el
caso, por ejemplo, del período de oscilación del péndulo (ver Figura 7.4).
Ahora bien, si lo que se les pide es que expliquen teóricamente lo que han
hecho en la práctica, en ese caso, entonces, un buen porcentaje de ellos
tendrá serias dificultades para hacerlo. Esta habilidad metacognitiva o
reflexiva para explicitar verbalmente lo que de hecho saben hacer entra-
ña sus dificultades, y sólo en una fase posterior del desarrollo intelectual
se adquirirá sólidamente.
Algunos autores han propuesto una secuencia evolutiva con respecto
a la cognición epistémica. Este aspecto de la cognición es una parte de la
comprensión metacognitiva que se refiere al conocimiento de la propia
naturaleza y los límites del conocimiento. En la primera etapa (objetivis-
ta) se considera el conocimiento como absoluto y no problemático. Una
concepción de este tipo es propia de los niños aunque podría verse toda-
vía en algunos adolescentes y adultos. La segunda etapa (subjetivista) con-
sidera el conocimiento como incierto, ambiguo, contextual y relativista.
Esta es una concepción común entre adolescentes. La tercera etapa (racio-
nalista) aunque acepta la importancia del contexto y no reniega del rela-
tivismo, considera, sin embargo, que hay normas que permiten decidir
por qué ciertas teorías están mejor justificadas que otras y, en conse-
A
B
C
2 4 6
FIGURA 7.4. Tarea de la oscilación del péndulo, en la que se indican las posibles
variables implicadas (realizada a partir de Carretero, 1985, p. 45).
282 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
CONSIDERACIONES FINALES
La adquisición de conocimiento no es el resultado de la simple trans-
misión entre un experto y un novato, lograda mediante la autoridad sus-
tentada en un conjunto de tradiciones más o menos consolidadas. Tam-
poco se logra a través de la mera copia de la realidad cuyo instrumento
privilegiado sería la observación directa de la realidad. El conocimiento
no es una mera reproducción. Como tampoco encuentra su fundamento
principal, la adquisición de conocimiento, en la sola práctica, entendida
ésta como experiencia ciega o simple tanteo mediante la estrategia de
ensayo y error. Insuficiente resulta, igualmente, la concepción que consi-
dera la adquisición de conocimiento como conocimiento racional logra-
do a priori, al margen de la experiencia.
Un enfoque más adecuado sería aquél que ve el conocimiento como una
marcha inacabable hacia una realidad inagotable. Este es el enfoque que
tratamos de aplicar en este libro. En esta marcha priman los procesos de
construcción por parte del sujeto cognoscente y la interacción dinámica
entre teoría y experiencia. La construcción del conocimiento es evolutiva
o por etapas: hay, por tanto, un aspecto filogenético y otro ontogenético,
vinculados el uno al otro. Desde este punto de vista, el aprendizaje pro-
movido en los sistemas educativos se puede entender como una recapitu-
lación (apropiación) individual de un proceso de construcción socio-his-
tórico.
290 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
Este enfoque implica que las etapas del desarrollo humano deben ser
conocidas y respetadas por el educador, y, si es capaz, promovidas de un
modo razonable. También supone este enfoque, que las relaciones entre
desarrollo intelectual y aprendizaje no son simples sino enormemente
complejas. De su interacción se benefician ambos, pero esta relación no
es simple, es decir, hay aprendizajes condicionados por el desarrollo del
alumno, pero, a veces, un aprendizaje bien establecido puede coadyuvar
al avance intelectual.
Del mismo modo que hay estadios intelectuales, también podemos
hablar de distintos niveles en el sistema volitivo. Y una de las tareas de la
adolescencia será fortalecer seriamente la voluntad.
Como vemos, el progreso intelectual está íntimamente relacionado
con el desarrollo de los distintos sistemas que conforman la realidad huma-
na. Aunque todavía no tenemos modelos que integren de un modo omni-
comprensivo todos ellos, ello no quiere decir que el sistema psicológico
sea como un máquina formada por piezas independientes. La realidad
psicológica es más bien un sistema de relaciones (intra- e inter-) múlti-
ples, dinámicas y en permanente búsqueda de un equilibrio superior.
Tratemos de hacerle justicia, en la medida de nuestras posibilidades,
y no intentemos simplificarla de un modo abusivo. Queremos ilustrar aho-
ra estas aseveraciones con un ejemplo. Hay una tarea de razonamiento
que resulta imposible de resolver, y aun de entender, a muchas personas.
Los niños, por ejemplo, difícilmente pueden enfrentarse a ella con éxito.
Los adolescentes pueden, si de algún modo se les facilita, solucionarla.
Se trata de la tarea de las cuatro tarjetas. En ella se presentan cuatro tar-
jetas que por una de sus caras tienen una letra y por la otra un número.
En las caras que se ven aparecen lo siguiente: la letra A; la letra B; el núme-
ro 7 y el número 2. La tarea consiste en decidir a qué tarjeta (o tarjetas)
es necesario (y suficiente) dar la vuelta para ver si el siguiente enunciado
es correcto: Si por una cara hay una A entonces por la otra cara hay un 2.
Moshman y Geil (en prensa) plantearon la tarea a estudiantes de forma
individual y en grupos de 5 o 6. A los grupos se les instruía para que tra-
taran de alcanzar un consenso sobre la respuesta, lo que suponía un pro-
ceso de argumentación colectiva en el que había que proponer, justificar,
criticar y defender distintas soluciones potenciales. Pues bien, de los que
intentaron resolver la tarea individualmente sólo el 9% alcanzó la solu-
ción correcta desde un punto de vista lógico. Los que trabajaron en gru-
po, en cambio, obtuvieron un 75% de éxito. En el curso de la discusión
35 estudiantes (de un total de 57) cambiaron su inicial respuesta inco-
rrecta, alcanzando la respuesta correcta. Los autores consideran que estos
resultados apoyan una concepción de la argumentación como un proce-
so racional de carácter grupal que, en determinadas circunstancias, pue-
de superar al razonamiento individual. El razonamiento es considerado
EL ESTUDIO DE LA INFANCIA Y DE LA ADOLESCENCIA 291
ACTIVIDADES
1. Analice y diferencie el egocentrismo como característica de la pri-
mera infancia y como característica de la adolescencia.
2. ¿Cuáles son las principales ganancias del niño operatorio concre-
to frente al niño preoperacional?
3. Ponga ejemplos de artificialismo, animismo y realismo.
4. Comente alguna de las críticas de las que ha sido objeto la teoría
organísmica de Inhelder y Piaget de las operaciones lógico-for-
males.
5. ¿Por qué es necesario considerar un componente cognitivo narra-
tivo en el estudio de la adolescencia?
6. Desde la perspectiva de la lógica formal, qué habilidades específi-
cas se construyen durante la adolescencia.
7. Conteste las siguientes preguntas de opción múltiple:
1. Un niño coge un palo y juega con él como si fuera un caballo.
En ese momento, el palo es: a) el significado; b) el significante;
c) el signo.
2. ¿Qué opinión sería la propia de un/a niño/a en la etapa de la
moral heterónoma?. a) el castigo debe estar relacionado sobre
todo con las consecuencias de la acción; b) el castigo debe estar
relacionado sobre todo con la intención de la acción; c) el cas-
tigo debe estar relacionado en primer lugar con la intención,
pero considerando también las consecuencias de la acción.
3. Para Inhelder y Piaget el pensamiento formal: a) es anterior a
un pensamiento de tipo dialógico; b) se complementa con el pen-
samiento narrativo; c) es el logro más alto del desarrollo inte-
lectual.
294 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
BIBLIOGRAFÍA COMENTADA
CORRAL IÑIGO, A. (1998). De la lógica del adolescente a la lógica del adulto. Madrid:
Trotta.
Este libro parte del momento evolutivo en el que termina el presente capítu-
lo. El autor reflexiona sobre los distintos tipos de pensamiento que surgen y
complementan el pensamiento operatorio-formal descrito por Piaget. La tesis
de este libro es que la riqueza psicológica del adulto estará en función de su
habilidad para establecer puentes entre sus esquemas formales y dialécticos.
MORENO, A. y DEL BARRIO, C. (2000). La experiencia adolescente.Buenos Aires: Aique.
Las autoras ofrecen una visión amplia y profunda de la adolescencia desde
la perspectiva psicológica. En este libro se puede encontrar información y
reflexiones sobre la adolescencia desde el ámbito físico, cognitivo y psico-
social.
PIAGET, J. E. e INHELDER, B. (1966/1969) La Psicología del niño. Madrid: Morata.
En este libro el lector puede encontrar un resumen realizado por el propio
Piaget, con colaboración de Inhelder, de su obra. Los autores sistematizan el
desarrollo del niño desde el período sensoriomotor hasta el período de las ope-
raciones formales. Aunque esta obra no presenta excesivas dificultades, es
posible que al lector que se inicia en la psicología evolutiva le resulten com-
plicados algunos de sus apartados.
Capítulo 8
EL ESTUDIO INTEGRADO
DEL DESARROLLO
Pilar Pardo Antonio Corral
ESQUEMA-RESUMEN
INTRODUCCIÓN
OBJETIVOS
CONTENIDOS:
• La posible existencia de una causa común que explique el desarrollo
ontogenético
• La integración de los distintos aspectos y dimensiones del desarrollo
humano
• El debate entre dominio general y dominios específicos en la expli-
cación del desarrollo
• La existencia de desfases en el curso del desarrollo
• Las diferencias individuales durante el desarrollo. Estudio del desa-
rrollo del papel de género
• Los logros cognitivos extraordinarios
ACTIVIDADES
SOLUCIONES A LAS ACTIVIDADES
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
300 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
ESQUEMA-RESUMEN
El estudio de un caso
Se ejemplifica en el estudio de un caso (Miguel Delibes) las características de lo que
hemos denominado sabiduría.
OBJETIVOS
1. Analizar la necesidad de buscar una unidad de medida en el estu-
dio de la conducta humana.
2. Conocer algunas de las distintas unidades de medida propuestas
a lo largo de la historia y comprender las dificultades que se plan-
tean.
3. Apreciar la importancia de caracterizar el desarrollo humano de
un modo integrado.
4. Distinguir los conceptos de dominio general, dominio específico y
modularidad.
5. Conocer la importancia y el alcance de los desfases dentro del de-
sarrollo cognitivo.
6. Integrar el desarrollo general con el particular mediante el estudio
de las diferencias individuales.
EL ESTUDIO INTEGRADO DEL DESARROLLO 305
Autor Definición
El estudio de un caso
Ésta es la historia de un hombre que sin disponer de las circunstan-
cias sociales, culturales y políticas más favorables consiguió, a pesar de
314 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
todo ello, o, por encima de todo ello, construir, no obstante una obra lite-
raria de primera magnitud. ¿Cuál es la clave de este logro? En lo que sigue
se va a tratar de exponer la profunda razón que lo explica.
Miguel Delibes (en adelante MD) adopta una actitud vital, que consi-
gue encarnar en una trayectoria vital (podría haberlo logrado en otras),
orientada según el enfoque de lo que los psicólogos del desarrollo han
coincidido en denominar sabiduría (Sternberg, 1990).
Entendemos por sabiduría no un conjunto de estructuras, ni de pro-
piedades, ni de saberes, sino la función del yo que permite negociar con
la realidad los aspectos problemáticos de la existencia.
La armonía o conjunción lograda entre vida y obra, que produce la
impresión de existencia cumplida o realizada, de relativa plenitud o ple-
nitud relativa, sólo puede producirse en alguien en quien la obra emana
de su vida, verdadera fuente de la que dimana todo lo demás. No está la
vida al servicio de la obra, sino la obra al servicio de la vida.
¿Sobre qué fundamentos se asienta la sabiduría de MD? Veámoslo.
Los fundamentos están en la vida y sólo en la vida: las raíces en una tie-
rra (la castellana); la vinculación con la naturaleza; el amor a una mujer
y a la familia con ella formada; la fidelidad a un idioma (el castellano)...
por tanto, los fundamentos no se encuentran en los instrumentos cog-
noscitivos que nos sirven para pensar sobre estas otras realidades funda-
mentales, no, están mucho antes.
MD nunca parece haber querido apropiarse del (o poseer el) fondo
misterioso del que surge sus procesos creativos. MD nunca intentó desen-
trañar el fondo inconsciente del que brota nuestra misteriosa creatividad.
Ello puede provocar la sequedad total y el consiguiente final del proceso
creativo. Viktor Frankl sostiene algo parecido:
existe junto al inconsciente ético, junto a la conciencia ética, lo que podrí-
amos llamar un inconsciente estético: la conciencia artística (...) el artista
depende de una espiritualidad inconsciente. A la intuición de la concien-
cia, en sí irracional y por tanto tampoco del todo racionalizable, corres-
ponde en el artista la inspiración, y esta última radica asimismo en una
esfera de espiritualidad inconsciente. A partir de ella crea el artista, y en
ella están o permanecen las fuentes en que éste se nutre, en unas tinieblas
que nunca es posible iluminar totalmente con la luz de la conciencia (...)
una consciencia excesiva más bien se interfiere en esa producción que arran-
ca del inconsciente (...) la introspección o autoobservación impuesta, la
voluntad de hacer consciente lo que de por sí debiera realizarse en una pro-
fundidad inconsciente, constituye un serio estorbo para el artista creador
(1974/1991, p. 39).
MD ha sido fiel a la llamada de la creación. Pero no ha querido con-
trolarla. Ha respetado su misterio o su secreto. Cuando un personaje, un
EL ESTUDIO INTEGRADO DEL DESARROLLO 315
senta dos versiones una fuerte y otra débil. Según la versión débil, las
características especificadas genéticamente proporcionan el punto de par-
tida sobre el que se construyen las capacidades cognitivas posteriores;
establecen restricciones en la forma en que el organismo atiende a la expe-
riencia, canalizando el desarrollo a lo largo de líneas típicas de la espe-
cie. La versión fuerte de la modularidad niega el desarrollo; las estructu-
ras son innatas y sólo es necesario el detonante ambiental correcto para
que se hagan realidad. Según este autor la versión débil de la modulari-
dad es compatible con las nociones de mediación cultural: «Esta combi-
nación ofrece una manera atractiva de explicar el entrelazado de las lí-
neas ‘naturales’ y ‘culturales’ de desarrollo como parte de un único
proceso» (ob. cit., p. 180, trad. castellana).
Gelman y Greeno (1989) adaptan las ideas de Fodor proponiendo un
modelo según el cual con posterioridad a los filtros modulares operan las
restricciones culturales, sobre las que trabaja posteriormente el procesa-
dor central. Cole (1999) propone otra combinación de los procesos modu-
lares y la mediación cultural (ver Figura 8.2) según la cual los «hilos cul-
turales» están entrelazados con los módulos, organizando y reorganizando
sus contextos de existencia. El organismo cumple una importante parte
activa utilizando el equipo de herramientas culturales y sus recursos filo-
genéticos para promover su propio desarrollo.
Como resumen de este apartado, podemos decir que el debate está lejos
de haber concluido. Quizá, en el futuro se consiga una explicación híbri-
da entre los que proponen el desarrollo de dominios específicos y los que
subrayan el desarrollo de dominios generales de conocimiento o estadios.
PC
Contextos
culturales
PC
Módulos
Módulos
PC
Contextos
culturales
Módulos
Igualdad inicial
Transformación
Estado final
Pregunta de ¿Tienen las dos ¿Tienen los dos ¿Son los dos ¿Tienen los ¿Pesan igual
conservación filas el mismo vasos la misma palos igual de dos objetos la los dos
número de bolas cantidad de agua largos, o un misma cantidad objetos,
o una fila tiene o un vaso tiene palo es más de arcilla, o o uno pesa
más bolas que más agua que largo que uno tiene más más que
la otra? el otro? el otro? que el otro? el otro?
Petición de ¿Por qué ¿Por qué ¿Por qué ¿Por qué ¿Por qué
explicación piensas eso? piensas eso? piensas eso? piensas eso? piensas eso?
FIGURA 8.3. Ejemplos de las tareas de conservación (tomado de Vasta y cols. 1992/96,
p. 314). Falta el diagrama de la conservación del volumen.
vestidos a un niño lo percibe como niña, pero a su vez hay claros senti-
mientos de pertenencia a su grupo sexual). A final de este período aumen-
ta la correspondencia entre el razonamiento sobre la identidad y la for-
ma de vivirla.
A través de la niñez intermedia y la adolescencia se produce una adqui-
sición más madura de la identidad sexual y de género, debida funda-
mentalmente a tres procesos:
• El conocimiento y consistencia de los estereotipos de género aumen-
tan progresivamente hasta la adolescencia.
• Adquisición de la permanencia de la identidad sexual y de género:
se produce entre los cinco y ocho años
• Distinción de la identidad sexual y de género: se produce entre los
ocho y nueve años. En este momento los niños distinguen entre ana-
tomía corporal (genitales) y aspectos que podríamos denominar
socioculturales, como es la vestimenta, las actividades asignadas a
cada grupo, etc.
En la adquisición del papel de género tienen una importancia consi-
derable factores como la identificación con los padres, influencias edu-
cativas, familiares y sociales, estando últimamente muy destacadas den-
tro de este último factor la importancia de los medios de comunicación
(todos estos elementos serán ampliamente analizados en el volumen II de
estas Unidades Didácticas).
Los niños asimilan los estereotipos muy pronto, pero estos estereoti-
pos de género pueden ser muy limitadores, tanto para los hombres como
para las mujeres, impidiendo que tanto unos como otros alcancen su máxi-
mo potencial. En este sentido, Sandra Bem (1974, 1976) desarrolló un
concepto que ha tenido una importante difusión: androginia. Se consi-
dera andrógina una personalidad que combina de forma equilibrada carac-
terísticas positivas consideradas como típicas de hombres y de mujeres.
De esta forma, una persona podría ser dominante, segura de sí misma
(características «masculinas») y a su vez compasiva, simpática, com-
prensiva (características «femeninas»). Esta autora considera que la mas-
culinidad y la feminidad deberían suavizarse mutuamente e integrarse en
una personalidad más equilibrada y completa. Según esto, los rasgos feme-
ninos y masculinos no son los polos opuestos de una dimensión, sino dos
dimensiones separadas. Una persona puede, por lo tanto, tener caracte-
rísticas de cada una de ellas. El beneficio que puede aportar esta mezcla
es la flexibilidad y una mejor adaptación psicológica, ya que la persona
con características andróginas tiene un mayor margen de reacciones posi-
bles para utilizar en distintas situaciones. Estos individuos serían psico-
lógicamente más sanos.
EL ESTUDIO INTEGRADO DEL DESARROLLO 329
Sebastián (1988) analiza los trabajos realizados sobre el papel del géne-
ro andrógino y la efectividad interpersonal y bienestar psicológico que se
infiere del modelo de Ben y concluye: «...su poder predictivo (refiriéndo-
se al papel de género andrógino) es sólo moderado, y su validez de cons-
tructo ha estado sujeta a controversias. No obstante, debemos recordar
que el concepto de androginia ha revolucionado los roles de género tra-
dicionales y ha trastocado el papel importante que, en otro tiempo, tuvo
el sexo del sujeto, por la necesaria consideración de su género... Sus defen-
sores proclaman el paso significativo que supuso en la conceptualización
tradicional de los roles y de la salud mental, y en la liberación de las expec-
tativas sociales ligadas al sexo.» (op. cit., p. 204)
ACTIVIDADES
1. Realice una tabla en la que esquematice las distintas unidades de
medida para el estudio de la conducta humana incidiendo en sus
ventajas.
2. A partir del caso de Miguel Delibes, haga un resumen de los prin-
cipales elementos por los que se ha considerado a este autor en
posesión de lo que diversos autores han denominado sabiduría.
3. ¿Cuál es la diferencia entre módulo y dominio específico?
4. Haga un esquema sobre la adquisición y desarrollo de la identidad
sexual y de género
5. Reflexione sobre las diferencias ente prodigio, genio y talento espe-
cial y piense en personas que ejemplifiquen cada caso.
6. Conteste las siguientes preguntas de opción múltiple:
1. ¿Cuál de las siguientes afirmaciones es falsa?: a) la sabiduría no
es una forma de creatividad; b) la sabiduría no es una función
del yo; c) la sabiduría no es equiparable a la capacidad intelec-
tual.
2. Las ilusiones perceptivas son un ejemplo de modularidad por-
que: a) demuestran que el modulo perceptivo es dependiente del
conocimiento de los sujetos; b) pone de manifiesto que el módu-
lo perceptivo tiene acceso a información de otras partes de la
mente; c) el módulo perceptivo es independiente de oras partes
de la mente.
3. Señale el orden correcto de resolución de las siguientes tareas:
a) primero la conservación del peso, luego la de la sustancia y
por último la del volumen; b) primero la conservación de la sus-
tancia, luego la del peso y por último la del volumen; c) prime-
ro la conservación de la sustancia, luego la del volumen y por
último la del peso.
332 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
BIBLIOGRAFÍA COMENTADA
KARMILOFF-SMITH, A. (1992). Más allá de la modularidad. Madrid: Alianza Psico-
logía minor.
La autora en el debate planteado entre el planteamiento del desarrollo cons-
tructivista y de dominio general y el planteamiento innatista y modularista,
propone su modelo de redescripción representacional como alternativa capaz
de integrar lo mejor de los planteamientos anteriores. Plantea su modelo en
distintos ámbitos de desarrollo: el lenguaje, la física, el número, el dibujo y la
comprensión del mundo mental.
LÓPEZ, F. (1988). «Adquisición y desarrollo de la identidad sexual y de género».
En J. Fernández (Coordinador) Nuevas perspectivas en el desarrollo del sexo y
el género. Madrid: Pirámide.
El autor en el capítulo que recomendamos de este libro hace un análisis del
desarrollo de la identidad sexual y de género en el período preescolar, la niñez
intermedia y la adolescencia. Propone, a su vez, los factores que se relacionan
con la adquisición de la identidad sexual y de género y comenta las teorías
explicativas de esta adquisición.
Capítulo 9
LOS TRASTORNOS
DEL DESARROLLO
Ángeles Brioso
ESQUEMA-RESUMEN
INTRODUCCIÓN
OBJETIVOS
CONTENIDOS:
• Evolución histórica en el estudio del autismo
• Las teorías actuales
• Descripción de los trastornos generalizados del desarrollo
• El concepto del continuo o del espectro autista
• Conclusiones
ACTIVIDADES
SOLUCIONES A LAS ACTIVIDADES
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
338 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
ESQUEMA-RESUMEN
nencia de los objetos táctiles y es a partir del segundo año cuando pue-
den empezar a coordinar las imágenes auditivas y táctiles y comenzar a
buscar los objetos a partir del sonido que producen. Para la construcción
del mundo social también disponen de vías alternativas (la atención selec-
tiva a la voz de la madre, el conocimiento y reconocimiento táctil de los
rostros, los juegos de intercambios con el adulto, de sonidos, ritmos y
movimientos corporales) que de alguna manera compensan el papel que
desempeña la visión en los primeros intercambios comunicativos y afec-
tivos.
Los trastornos que se incluyen en la categoría de Trastornos del Desa-
rrollo no se agotan con los que, de manera muy esquemática, hemos pre-
sentado. También forman parte de esa categoría: las deficiencias y disca-
pacidades motoras, los trastornos por déficit de atención con
hiperactividad, los trastornos de ansiedad en la infancia, y los trastornos
generalizados del desarrollo.
Como, obviamente, en estas breves páginas no podemos introducir
al lector en todos en ellos, hemos optado por elegir un grupo de trastor-
nos, los trastornos generalizados del desarrollo, porque nos van a per-
mitir ilustrar unas formas de desarrollarse que difieren dramáticamen-
te de los patrones típicos de desarrollo y cuya comprensión puede
ayudarnos a entender mejor cómo se produce el desarrollo normal. Ade-
más, el conocimiento de estos trastornos, que frecuentemente se asocian
al retraso mental y que se caracterizan por presentar alteraciones en la
comunicación y el lenguaje, en el desarrollo de las capacidades de rela-
ción interpersonal y en el comportamiento, puede proporcionarnos infor-
mación acerca de otros trastornos que se definen por la alteración y/o el
retraso en alguna de esas áreas de desarrollo. Por último, la considera-
ción de que forman parte de lo que en los últimos años se ha denomina-
do «espectro o continuo autista», que más adelante presentaremos, tie-
ne como consecuencia que constituye el grupo de trastornos de mayor
prevalencia entre la población infantil, pues afecta a dos o tres niños de
cada mil.
OBJETIVOS
1. Conocer el peculiar desarrollo de las personas con limitaciones en
las capacidades de relación interpersonal.
2. Conocer y distinguir las distintas teorías que explican el desarrollo
de las personas afectadas por el síndrome autista.
3. Conocer los procesos psicológicos afectados en el llamado espec-
tro autista.
344 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
La primera descripción
«Desde 1938, nos ha llamado la atención un número de niños cuya
condición difiere de manera tan marcada y singular de cualquier otra
conocida hasta el momento, que cada caso merece y espero que recibirá
con el tiempo, una consideración detallada de sus fascinantes peculiari-
dades».
(Kanner, 1943, p. 5)
Estas palabras abren el histórico artículo que Leo Kanner publicó en
1943 con el título de Trastornos autistas del contacto afectivo, donde por
primera vez se describe el autismo. En ese artículo Kanner presenta, de
forma precisa y brillante, los casos de once niños menores de once años,
que compartían una serie de características esenciales que configuraban
un síndrome no descrito hasta el momento. Esas características eran:
1. La extremada soledad autista. Eran niños incapaces de relacionar-
se de forma normal con las personas y situaciones.
2. Las alteraciones del lenguaje y de la comunicación. Kanner, descri-
be un conjunto muy amplio de deficiencias y alteraciones en la
comunicación y el lenguaje. Desde niños que no adquieren el len-
guaje, hasta aquéllos que habiéndolo adquirido hacen de él un uso
extraño, porque no lo utilizan para comunicarse. Además, el len-
guaje de estos niños presenta una serie de rasgos que no aparecen
en el desarrollo normal del lenguaje. Entre esos rasgos destacan: la
ecolalia, que consiste en la reproducción inmediata o demorada de
la emisión producida por otro. La inversión pronominal, que se
refiere a la sustitución del pronombre personal de primera perso-
na por el de segunda persona. La tendencia a comprender las emi-
siones de forma literal sin entender la metáfora o la ironía. El sig-
nificado de una palabra se hace inflexible y no lo utilizan con una
connotación distinta a la adquirida originalmente (Donald, uno de
346 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
limitado interés por la gente, eran padres muy poco cálidos en el con-
tacto afectivo. A pesar de ello, Kanner concluye su primer artículo dicien-
do que «la soledad de los niños desde el nacimiento hace difícil atribuir
el cuadro general exclusivamente al tipo de relaciones parentales tem-
pranas con nuestros pacientes. Y por tanto, debemos asumir que estos
han llegado al mundo con una incapacidad innata para formar el con-
tacto afectivo normal con las personas, biológicamente proporcionado»
(ob. cit., p. 20).
La descripción que hizo Kanner definiendo el síndrome en términos
de conductas observables supuso un gran avance en aquel momento por-
que hasta entonces los trastornos que presentaban los niños eran enfo-
cados desde una perspectiva adultomórfica, interpretándose como apa-
riciones tempranas de enfermedades mentales adultas: «demencia precoz»
(De Sanctis, 1908), «esquizofrenia infantil» (Bender, 1956).
1
Leslie (1987) y Perner (1991), entre otros, proponen que el mecanismo psicológico que
subyace a la capacidad de «teoría de la mente» es la metarrepresentación, la capacidad de
hacer representaciones de otras representaciones. Las metarrepresentaciones versan sobre
algo que no puede percibirse directamente: las representaciones mentales de otra persona.
LOS TRASTORNOS DEL DESARROLLO 351
Teorías alternativas
En los últimos años se han propuesto distintas teorías alternativas a
la TM., Francesca Happé (1998) las agrupa de la siguiente manera:
1. Teorías que no aceptan el déficit mentalista como explicación del autis-
mo. Hay autores que sostienen que el fracaso de las personas con
autismo en las tareas de falsa creencia no se debe a un déficit menta-
lista, sino a las dificultades lingüísticas y pragmáticas que entraña la
tarea (Eisenmajer y Prior, 1991). Russell y otros (1991) proponen que
el fracaso en las tareas de TM es la consecuencia de otro tipo de tras-
torno, de un déficit bastante específico para inhibir respuestas pre-
potentes incorrectas y para superar la saliencia perceptiva de los obje-
tos. Esta propuesta coincide con la teoría de que el autismo implica
un déficit en la «función ejecutiva» (Ozonoff y otros, 1994).
2. Teorías que aceptan el déficit mentalista en las personas con autismo,
pero que rechazan que éste sea el trastorno primario o nuclear, por-
352 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
El trastorno autista
En el cuadro 9.2 se presentan los criterios que propone la DSM-IV
(1994) para la identificación del Trastorno Autista. Como puede com-
probarse, recoge los aspectos fundamentales de la definición del síndro-
me que hizo Leo Kanner en 1943. Los criterios diagnósticos incluyen las
alteraciones específicas que tiene que manifestar un niño para poder ser
diagnosticado de autista.
El trastorno autista puede asociarse, en algunos casos, con otros tipos
de discapacidades físicas o mentales. Aunque hay que tener claro que los
síntomas que definen al autismo no se pueden explicar por la coexisten-
cia de esas otras alteraciones y que su presencia no implica el desarrollo
de autismo. En el cuadro 9.3 se presentan algunos trastornos y síntomas
que frecuentemente se asocian al autismo.
La incidencia de autismo
Prevalencia en la población
A) Un total de 6 (o más) items de (1),(2) y (3), con por lo menos dos de (1), y uno
de (2) y de (3):
1. Alteración cualitativa de la interacción social, manifestada al menos por dos
de las siguientes características:
a) Importante alteración del uso de múltiples comportamientos no verbales,
como son contacto ocular, expresión facial, posturas corporales y gestos
reguladores de la interacción social.
b) Incapacidad para desarrollar relaciones con compañeros adecuadas al
nivel de desarrollo.
c) Ausencia de la tendencia espontánea para compartir con otras personas
disfrutes, intereses y objetivos.
d) Falta de reciprocidad social o emocional.
2. Alteración cualitativa de la comunicación manifestada al menos por dos de
las siguientes características:
a) Retraso o ausencia total del desarrollo del lenguaje oral (que no se com-
pensa con modos alternativos de comunicación).
b) En sujetos con un habla adecuada, alteración importante de la capaci-
dad para iniciar o mantener una conversación.
c) Utilización estereotipada y repetitiva del lenguaje o lenguaje idiosincrá-
tico.
d) Ausencia de juego de ficción espontáneo, variado, o de juego imitativo
social propio del nivel de desarrollo.
3. Patrones de comportamiento, intereses y actividades restringidos, repetitivos
y estereotipados, manifestados por lo menos mediante una de las siguientes
características:
a) Preocupación absorvente por uno o más patrones estereotipados y res-
trictivos de interés que resulta anormal, sea en su intensidad, sea en su
objetivo.
b) Adhesión aparentemente inflexible a rutinas o rituales específicos no fun-
cionales.
c) Estereotipias motoras (sacudir o girar manos o dedos, o movimientos com-
plejos de todo el cuerpo).
d) preocupación persistente por partes de objetos.
B) Retraso o funcionamiento anormal en por lo menos una de las siguientes áreas,
que aparece antes de los tres años de edad: (1) interacción social, (2) lenguaje
utilizado en la comunicación social o (3) juego simbólico o imaginativo.
C) El trastorno no se explica mejor por la presencia de un trastorno de Rett o de
un trastorno desintegrativo infantil.
LOS TRASTORNOS DEL DESARROLLO 355
TRASTORNOS
• Deficiencia Mental. Alrededor del 75% de los niños autistas tienen un retraso
mental además del autismo (Frith, 1989).
• Síndrome del X Frágil. Según Baron-Cohen y Bolto (1998), este trastorno se aso-
cia al menos en el 10% de los casos de autismo2.
• Trastornos neurológicos: Síndrome de Landau Kleffner3.
• Deficiencias Sensoriales. El trastorno autista puede asociarse a cualquier tipo
de deficiencia sensorial (sordera, ceguera) y en sus diferentes grados.
SÍNTOMAS
• Hiperactividad, impulsividad en los actos, ansiedad, conductas autolesivas, res-
puestas extrañas a estímulos sensoriales (algunos niños manifiestan umbrales
altos para el dolor, reacciones exageradas a luces y olores, hipersensibilidad
a los sonidos), alteraciones de la alimentación y del sueño, cambios inexplica-
bles en el estado de ánimo, miedo a situaciones u objetos no peligrosos (al llan-
to de un bebé, a la aspiradora, etc.), y ausencia de miedo a peligros reales.
Incidencia y edad
2
Es un trastorno genético que se produce como consecuencia de una alteración de la
cadena de ADN del cromosoma X, y es mucho más frecuente en varones. Son niños que
presentan deficiencia mental, trastornos de lenguaje, evitación del contacto ocular y físi-
co, problemas atencionales, y movimientos estereotipados. Además, tienen ciertas anoma-
lías físicas muy características en la cara (orejas y nariz muy grandes, frente alta y cara
muy alargada).
3
Es un trastorno epiléptico muy poco frecuente, que suele manifestarse entre los 3 y
7 años con problemas de conducta y de lenguaje pero después de un período de desarrollo
normal. El trazado electroencefalográfico muestra unas anomalías muy características.
356 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
ALTERACIONES GENÉTICAS
• Concordancia de autismo en los dos miembros del par gemelar:monozigóticos
(95.7%) dizigóticos (23.5%) (Ritvo et al.,1985).
• El 82% de los gemelos monozigóticos no autistas presentan deficiencia mental
y trastornos del lenguaje.
• El 2% de los hermanos de autistas es autista.
ALTERACIONES NEUROQUÍMICAS
• El 40% de los autistas presentan niveles altos de serotonina en plaquetas san-
guíneas (Ornitz, 1983).
• Hiperactivación de los sistemas neurohormonales (Panksepp,1979).
• Hiperactividad dopaminérgica (Damasio y Maurer,1978).
• Consumo bajo de energía en el lóbulo frontal y temporal.
El trastorno de Asperger
En 1944, un año después de que Kanner publicara su artículo, el doc-
tor H. Asperger, describió los casos de varios niños que presentaban unas
alteraciones peculiares que se manifestaban de forma característica en
su comportamiento. Asperger eligió el término de «psicopatía autista»
para describir el trastorno que presentaban esos niños. La descripción de
Asperger no ha tenido la influencia de la de Kanner, pues al estar publi-
cada en alemán prácticamente ha sido desconocida hasta 1991, el año en
el que Uta Frith la tradujo al inglés y la dio a conocer. La aceptación de
este nuevo síndrome permitió ampliar los límites de las manifestaciones
autistas a niveles de expresión menos graves y menos alterados.
Las descripciones de ambos autores son semejantes en muchos aspec-
tos: coinciden al señalar que la alteración esencial es la incapacidad para
mantener una relación normal con los otros y con el entorno, y eligen la
misma palabra para designar el síndrome. También coinciden al propo-
ner que el trastorno tiene un origen innato o constitucional que afectará
al paciente durante toda su vida. Y ambos observan alteraciones simila-
res en los niños: ausencia de contacto ocular, resistencia al cambio, con-
ductas estereotipadas, intereses restringidos y extraños, etc. Pero, a pesar
de esas importantes coincidencias también existen notorias discrepan-
cias. Kanner había resaltado las alteraciones del lenguaje y de la comu-
nicación de todos los niños que había observado. Asperger, por el con-
trario, describe la fluidez y el dominio del lenguaje, aunque señala que
los niños hacen de él un uso «original» y «libre». También discrepan res-
pecto al desarrollo motor. Kanner había señalado la agilidad y destreza
motora de los niños, Asperger, sin embargo, los describe como torpes y
desmañados y con problemas de coordinación y de motricidad gruesa y
fina.
En el cuadro 9.5 se presentan los criterios diagnósticos que propone
el DSM-IV para el Trastorno de Asperger, criterios que incluyen algunas
de las características esenciales con las que Hans Asperger definía la «Psi-
copatía autista» y su convicción de que los niños que había observado for-
maban una categoría diagnóstica diferente, aunque relacionada, a la des-
crita por Kanner. Para Asperger, los rasgos distintivos del síndrome que
había descrito eran: el buen funcionamiento a nivel lógico y abstracto, el
buen desarrollo del lenguaje a nivel estructural y un mejor pronóstico que
los niños con síndrome de Kanner.
La definición del DSM-IV del Trastorno de Asperger presenta insu-
ficiencias importantes para muchos clínicos e investigadores porque no
recoge: (1) la existencia de retraso en la adquisición del lenguaje, ni hace
mención a las alteraciones pragmáticas y prosódicas que se observan en
LOS TRASTORNOS DEL DESARROLLO 359
El trastorno de Rett
Este síndrome, aunque había sido descrito por A. Rett con anteriori-
dad, es conocido por la comunidad científica en 1983. La característica
fundamental del trastorno de Rett es la aparición de múltiples déficits
específicos después de un breve período de desarrollo normal. Este tras-
torno está asociado siempre a una deficiencia mental grave o profunda y
se manifiesta por una ausencia o pérdida de la actividad intencional de
las manos y por el desarrollo de unos movimientos estereotipados carac-
terísticos de «lavado de manos».
Actualmente, aunque no se sabe la causa, se hipotetiza que el trastor-
no de Rett puede estar causado por una alteración o mutación genética
en el cromosoma X porque: (1) sólo se ha diagnosticado en niñas; (2) hay
concordancia entre las gemelas monocigóticas pero en el caso de las dici-
góticas la concordancia es mucho menor; y (3) en un 1% de los casos hay
más de un miembro de la misma familia afectado.
Negrón y Núñez (1997) describen diferentes etapas en el desarrollo
del Síndrome de Rett en función de la edad de las niñas:
LOS TRASTORNOS DEL DESARROLLO 361
CUADRO 9.6. Criterios diagnósticos del DSM-IV para el trastorno desintegrativo infantil
a) Desarrollo aparentemente normal durante por lo menos los dos primeros años
posteriores al nacimiento, manifestado por la presencia de comunicación ver-
bal y no verbal, relaciones sociales, juego y comportamiento adaptativo apro-
piado a la edad del sujeto.
b) Pérdida clínicamente significativa de habilidades previamente adquiridas (antes
de los 10 años de edad) en por lo menos dos de las siguientes áreas:
1. Lenguaje expresivo o receptivo.
2. Habilidades sociales o comportamiento adaptativo.
3. Control intestinal o vesical.
4. Juego.
5. Habilidades motoras.
c) Anormalidades en por lo menos dos de las siguientes áreas:
1. Alteración cualitativa de la interacción social (comportamientos no verba-
les, incapacidad para desarrollar relaciones con compañeros, ausencia de
reciprocidad social o emocional).
2. Alteraciones cualitativas de la comunicación.
3. Patrones de comportamiento, intereses y actividades restrictivos, repetitivos
y estereotipados, en los que se incluyen estereotipias motoras.
d) El trastorno no se explica mejor por la presencia de otro trastorno generaliza-
do del desarrollo o de esquizofrenia.
ta. Porque si bien es cierto que nos encontramos con algunos casos típi-
cos (de Autismo, de Asperger, de Rett...), también es igual de cierto que
en la mayor parte de las ocasiones nos encontramos ante personas que
no encajan claramente en las categorías propuestas por el DSM-IV o por
cualquier otra clasificación. Lorna Wing (1998) señala algunas de las razo-
nes que dificultan el diagnóstico:
1. Las deficiencias se pueden observar de formas muy diversas, la suti-
leza de algunas hace difícil su reconocimiento.
2. Los trastornos se pueden presentar asociados a cualquier nivel de
inteligencia.
3. Se pueden asociar a cualquier otra discapacidad.
4. Son trastornos del desarrollo, y con la edad se producen cambios
en el patrón de conductas.
5. La conducta también puede variar en función del entorno y de la
persona que esté con el niño o adulto.
6. La educación modifica el patrón de conducta.
A la vista de todas las dificultades que plantea la clasificación de los
trastornos generalizados del desarrollo, Lorna Wing propone el concep-
to de continuo o «espectro autista». Este concepto se deriva de los resul-
tados de un riguroso estudio epidemiológico, realizado en el sur de Lon-
dres, dirigido por Wing y Gould (1979). Estas autoras encontraron en
niños con retrasos y alteraciones del desarrollo, pero no autistas, una
incidencia bastante alta de deficiencias sociales severas que se corres-
pondían con la tríada autista: alteraciones severas de la relación, de la
comunicación y del lenguaje y de la imaginación, acompañados de patro-
nes estereotipados de conducta y pensamiento. La incidencia de esas
deficiencias severas era de 22.5 por cada 10.000 niños menores de 15
años, mientras que la incidencia del trastorno autista era de 4 niños por
cada 10.000. Otro resultado que hay que destacar de este estudio es que
la probabilidad de presentar rasgos autistas aumentaba según disminuía
el cociente intelectual de los niños estudiados.
A partir de esos resultados, Wing (1988) plantea la utilidad de consi-
derar al autismo, no como una categoría diagnóstica cerrada o bien deli-
mitada, sino como un continuo o un «espectro» que incluye a las perso-
nas con trastorno autista (síndrome de Kanner) y a todos aquéllos que
presentan un conjunto de síntomas en determinadas dimensiones psi-
cológicas. Angel Rivière (1997), dada la significación psicológica y clíni-
ca del concepto de espectro autista, ha desarrollado la propuesta de Lor-
na Wing diferenciando 12 dimensiones, que siempre se alteran en los
trastornos que forman parte del llamado «espectro» o «continuo autis-
364 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
CUADRO 9.7. Dimensiones alteradas en los cuadros con espectro autista (Rivière, 1997)
a) Relaciones sociales:
1. Aislamiento completo. Ausencia de apego a personas.
2. Incapacidad de relación. Vínculo con algunos adultos. No relación con
iguales.
3. Relaciones con iguales infrecuentes, e inducidas.
4. Alguna motivación para la relación con iguales, pero dificultad para esta-
blecerla por falta de empatía y de conocimiento social.
f) Lenguaje receptivo:
1. «Sordera central». Tendencia a ignorar el lenguaje.
2. Asociación de enunciados verbales a conductas propias, sin indicio de que
los enunciados se asimilen a un código.
3. Comprensión, literal y poco flexible de enunciados. No se comprende el dis-
curso.
4. Comprensión del discurso y de la conversación, pero con gran dificultad
para diferenciar el significado literal del intencional.
g) Anticipación:
1. Adherencia inflexible a estímulos que se repiten de forma idéntica. Resis-
tencia a los cambios. Falta de conductas anticipatorias.
2. Conductas anticipatorias en rutinas cotidianas. Oposición a cambios.
3. Tienen incorporadas estructuras temporales amplias (curso, vs. Vacaciones),
pero puede haber reacciones catastróficas ante cambios no previstos.
4. Alguna capacidad de regular el propio ambiente y de manejar los cambios.
Se prefiere un orden claro y un ambiente predictible.
h) Flexibilidad:
1. Predominan las estereotipias motoras simples.
2. Predominan los rituales simples. Resistencia a cambios nímios.
3. Rituales complejos. Apego excesivo a objetos. Preguntas obsesivas.
4. Contenidos obsesivos y limitados de pensamiento. Intereses poco funciona-
les y flexibles. Rígido perfeccionismo.
i) Sentido de la actividad:
1. Predominio masivo de conductas sin meta. Inaccesibilidad a consignas exter-
nas que dirijan la actividad.
2. Sólo se realizan actividades breves con consignas externas. Cuando no las
hay se pasa al nivel anterior.
3. Actividades autónomas de ciclo largo, que no se viven como partes de pro-
yectos coherentes, y cuya motivación es externa.
4. Actividades complejas de ciclo muy largo, cuya meta se conoce y desea,
pero sin una estructura jerárquica de previsiones biográficas en que se
inserten.
LOS TRASTORNOS DEL DESARROLLO 367
j) Ficción e imaginación:
1. Ausencia completa de juego funcional o simbólico y de otras competencias
de ficción.
2. .Juegos funcionales poco flexibles, poco espontáneos y de contenidos limi-
tados.
3. .Juego simbólico, en general poco espontáneo y obsesivo. Dificultades impor-
tantes para diferenciar ficción y realidad.
4. Capacidades complejas de ficción, que se emplean como recursos de ais-
lamiento. Ficciones poco flexibles.
k) Imitación:
1. Ausencia completa de conductas de imitación.
2. Imitaciones motoras simples, evocadas. No espontáneas.
3. Imitación espontánea esporádica, poco versátil e intersubjetiva.
4. Imitación establecida. Ausencia de «modelos internos».
l) Suspensión (capacidad de crear significantes):
1. No se suspenden pre-acciones para crear gestos comunicativos. Comuni-
cación ausente o por gestos instrumentales con personas.
2. No se suspenden acciones instrumentales para crear símbolos enactivos.
3. No se suspenden propiedades reales de cosas o situaciones para crear fic-
ciones y juego de ficción.
4. No se dejan en suspenso representaciones para crear o comprender metá-
foras o para comprender que los estados mentales no se corresponden nece-
sariamente con las situaciones.
CONCLUSIONES
En este capítulo hemos tratado de ilustrar cómo pueden alterarse cua-
litativamente los patrones normales de desarrollo, a través de la presen-
tación de los trastornos que se incluyen, aunque no lo agotan, en el lla-
mado «espectro autista». Hemos visto cómo esos trastornos continúan
planteándonos grandes interrogantes respecto a su causa, porque aún des-
conocemos datos básicos sobre su origen biológico; sobre cuáles son las
vías y centros específicos del sistema nervioso que se alteran. Permane-
cen también abiertos interrogantes acerca de los mecanismos y procesos
psicológicos que están específicamente afectados. Porque hoy por hoy, y
a pesar de lo que se ha avanzado en la explicación psicológica de estos
trastornos, carecemos de una teoría que permita explicar, a la vez, las
diversas alteraciones que los caracterizan (en el desarrollo de las relacio-
nes interpersonales, en el desarrollo de la comunicación y del lenguaje, y
en el comportamiento) y las áreas de funcionamiento que se encuentran
preservadas (habilidades visoespaciales, memoria mecánica, en algunos
casos desarrollo estructural del lenguaje, etc.). Y que explique además la
gran variabilidad con la que se pueden manifestar esas alteraciones.
La comprensión y explicación de cómo se produce el desarrollo de
personas que presentan limitaciones tan importantes en sus capacidades
de relación interpersonal y en sus capacidades intersubjetivas y menta-
listas constituye un importante desafio para la Psicología Evolutiva actual.
370 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
ACTIVIDADES
1. Simon Baron-Cohen en colaboración con Uta Frith y Alan Leslie
diseñaron una prueba que consistía en un conjunto de dibujos que
representaban historias. En una de ellas (historia mecánica) un
hombre da una patada a una piedra, ésta rueda cuesta abajo y se
hunde en el agua. En otra, una niña quita un helado a un niño y se
lo come (interacción conductual). El tercer tipo muestra una niña
que deja su juguete en el suelo detrás de ella mientras arranca una
flor, alguien se lo lleva, la niña se da la vuelta y se sorprende al ver
que no está (historia mental). Compararon la capacidad de niños
autistas de 6 a 17 años para hacer esta tarea con la de niños con
síndrome de Down de un rango de edad similar, y niños normales
de 4 años. La edad mental verbal y no verbal media de los niños
autistas era más alta que la de los otros dos grupos. A pesar de esta
ventaja, los niños autistas rindieron peor que los otros dos grupos
en las historias mentalistas, aunque lo hicieron igual de bien o mejor
en las historias mecánicas y de conducta. En las historias menta-
listas no podían atribuir el estado mental de sorpresa a un perso-
naje y utilizarlo para dar sentido a la secuencia. ¿Cómo explicas
estos resultados a la luz de las teorías sobre las limitaciones psico-
lógicas de los niños autistas?
2. Se ha observado que los niños autistas tienen dificultades para com-
partir sus experiencias con los demás, porque la atención conjun-
ta es deficiente. Igualmente, tienen dificultades para desarrollar
experiencias compartidas. Estas dificultades se pueden apreciar en
la llamada atención triádica, en la que se presta atención a otra per-
sona y a un objeto. Cuando participan en una situación triádica lo
hacen para pedir algo, y muy pocas veces para compartir una emo-
ción o una experiencia. ¿Cómo explicaría estas limitaciones la teo-
ría del déficit específico en Teoría de la Mente?
3. ¿Cómo podríamos resumir las limitaciones fundamentales de los
niños autistas?
4. El autismo es un trastorno identificado y descrito a principio de la
década de los años cuarenta. En 1944, un año después de que Kan-
ner publicara su artículo, Asperger denominó «psicopatía autista»
al trastorno que observó en varios niños. ¿Cuáles son las dificulta-
des que tenemos para distinguir el autismo del llamada síndrome
de Asperger?
5. Los niños autistas muestran reacciones emocionales inadecuadas,
y más emociones negativas que positivas. Sonríen cuando logran
su objetivo pero no levantan la vista hacia quienes les observan bus-
LOS TRASTORNOS DEL DESARROLLO 371
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
FRITH, U. (1992). Autismo: hacia una explicación del enigma. Madrid: Alianza Psi-
cología Minor.
La autora, en palabras de Janet Astington, ofrece una explicación interesan-
te, explicativa y lúcida del autismo. Sostiene que el problema cognitivo fun-
damental de los niños autistas es un déficit central de procesamiento de infor-
mación, específicamente una incapacidad para integrar fragmentos separados
de información en conjuntos que tengan significado. Normalmente, el cere-
bro muestra una fuerte tendencia central a la cohesión, el sentido general y
la estructura, lo que no es el caso con las personas autistas.
GARCÍA SÁNCHEZ, J. N. (1999). Intervención psicopedagógica en los trastornos del
desarrollo. Madrid: Pirámide.
En este texto, aunque está enfocado a proporcionar las bases de la evaluación
e intervención psicopedagógica, el lector puede encontrar una completa, deta-
llada y actualizada descripción de los trastornos más frecuentes del desarro-
llo, de cuáles son las áreas y mecanismos psicológicos afectados en cada uno
de ellos y de qué mecanismos se encuentran intactos y pueden compensar, de
alguna manera, los déficits existentes.
RIVIERE, A. (2001). Autismo. Madrid: Trotta.
El contenido de este libro aborda los siguientes asuntos: el autismo y los tras-
tornos profundos del desarrollo; los aspectos evolutivos de las personas con
autismo; la identificación y valoración de las necesidades educativas especia-
les de los alumnos con autismo a lo largo del proceso educativo; la educación
de los alumnos con autismo y el contexto familiar de las personas con autis-
mo. El libro analiza cómo los investigadores, los clínicos, los profesores y las
familias se enfrentan al reto de integrar a las personas que tienen enormes
dificultades en la interacción social respetando su forma especial de desarro-
llo, pero sin renunciar a ofrecerles instrumentos de comunicación y compre-
sión del mundo.
Capítulo 10
EL CICLO VITAL
Antonio Corral Pilar Pardo
ESQUEMA-RESUMEN
INTRODUCCIÓN
OBJETIVOS
CONTENIDOS:
• El estudio del desarrollo más allá de la infancia y adolescencia
• La vida humana en su contexto sociocultural
• La persona como constructora de su propia vida
• El funcionamiento intelectual a lo largo de todo el ciclo vital
• Distintos modelos para describir el desarrollo del yo y de la perso-
nalidad
ACTIVIDADES
SOLUCIONES A LAS ACTIVIDADES
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
378 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
ESQUEMA-RESUMEN
OBJETIVOS
1. Superar el enfoque del estudio del desarrollo humano centrado úni-
camente en la infancia y adolescencia, ampliándolo al conjunto de
la vida.
2. Conocer las condiciones para alcanzar un desarrollo óptimo más
allá de las obvias diferencias culturales.
3. Reflexionar acerca de cómo las vidas humanas se organizan y cam-
bian con el tiempo, poniéndolas en relación con la sociedad cam-
biante donde se desenvuelven.
4. Distinguir los tres componentes del desarrollo individual: (1) aspec-
tos comunes a todos los individuos (regularidades) vinculados a los
aspectos biológicos; (2) aspectos históricos comunes a una deter-
minada generación pero no a otra y (3) aspectos no comunes sino
idiosincráticos.
5. Superar un enfoque del desarrollo intelectual en términos de cre-
cimiento, estabilidad y declive por otro en el que ganancias y pér-
didas son las dos caras de la misma moneda.
6. Conocer las distintas etapas evolutivas propuestas por las teorías
más influyentes en el campo de la psicología del desarrollo.
EL ESTUDIO DEL DESARROLLO MÁS ALLÁ
DE LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA
Hemos escogido unas cuantas citas significativas de célebres autores
que reflexionan sobre la importancia de la edad en el curso de la vida. Se
trata de Juan Ramón Jiménez, Nietzsche, Baruzi, Platón y Ortega. Ellos,
entre otros muchos que podríamos citar, conceden una gran importan-
cia a la conexión entre la obra y el momento evolutivo en el que aquélla
se gesta.
Es decir, que la evolución, la sucesión, el devenir de lo poético mío ha
sido y es una sucesión de encuentro con una idea de dios. Al final de mi
primera época, hacia mis 28 años, dios se me apareció como en mutua
entrega sensitiva; al final de la segunda, cuando yo tenía unos 40, pasó dios
por mi como un fenómeno intelectual, con acento de conquista mutua; aho-
ra que entro en lo penúltimo de mi destinada época tercera, que supone las
otras dos, se me ha atesorado dios como un hallazgo, como una realidad
de lo verdadero suficiente y justo. Si en la primera época fue éstasis de amor,
y en la segunda avidez de eternidad, en esta tercera es necesidad de con-
ciencia interior y ambiente en lo limitado de nuestro moderado nombre.
Hoy concreto yo lo divino como una conciencia única, justa, universal de
la belleza que está dentro de nosotros y fuera también y al mismo tiempo.
Porque nos une, nos unifica a todos, la conciencia del hombre cultivado
único sería una forma de deísmo bastante. Y esta conciencia tercera, inte-
gra el amor contemplativo y el heroísmo eterno y los supera en totalidad.
J.R.J., De Dios deseado y deseante (1948-1949).
«Al llegar a los 26 años, fecha que suele ser decisiva en la carrera vital
del pensador, el hombre comienza a no ser meramente receptivo en los
grandes asuntos, sino que empieza a actuar su espontaneidad... Dentro
[de él hacen] su germinal presentación los motivos intelectuales que van
a ser más tarde su obra original... A esa edad descubrimos de pronto en
nosotros, instalada ya y sin que sepamos de dónde ha venido, una cierta
decisión o voluntad de que la verdad posea determinado sentido y con-
sista en ciertas cosas. Esa decisión, que nosotros no nos sentimos res-
ponsables de haber tomado, sino que la hallamos en nosotros constitu-
yendo como el suelo mental sobre el que habremos de vivir, es el nivel vital
que constituye a cada generación en el proceso evolutivo de la historia
humana. Por eso no es algo que se nos ocurre, sino precisamente algo que
somos...
El sistema no podrá ser obra juvenil... el fruto maduro es para la hora
madura, la cual, según Aristóteles afirma con un azorante exceso de preci-
sión, son los 51 años».
EL CICLO VITAL 385
Microsistema
Mesosistema
Exosistema
Macrosistema
ACTIVIDADES
1. Perlmutter, Kaplan y Nyquist han realizado un estudio sobre las
diferencias producidas por la edad en la práctica de la profesión de
camarero. Los participantes en el estudio tenían desde 20-29 años,
los más jóvenes, hasta 60-69, los más mayores. Tenían desde 2 años
de experiencia en la profesión hasta 10 o más. Los resultados mues-
tran una correlación negativa entre habilidades generales (físicas
y cognitivas) y edad. Sin embargo, las medidas específicas del tra-
bajo de camarero, correlacionan positivamente con la edad: a mayor
edad, mejor conocimiento de las estrategias sociales, de las técni-
cas, de rentabilización del esfuerzo físico y de organización. Ade-
más, a mayor edad mayor número de clientes servidos. ¿Cómo expli-
caríamos estos resultados sirviéndonos de los conceptos de
selección, optimización y compensación?
2. Un investigador pidió a miembros de la tribu Kpelle en Liberia que
clasificaran un conjunto de objetos racionalmente. Observó que el
criterio de clasificación que utilizaban era el de la relación que te-
nían entre sí los objetos (una patata junto a una azada, por ejem-
plo) en vez de hacerlo como se esperaría de un adulto occidental:
una patata junto a un boniato y otros alimentos. El investigador
consideraba ese modo de actuar una forma inferior de clasifica-
ción. Pero cuando les quiso enseñar la forma correcta de agrupar
los objetos uno de los miembros de la tribu dijo que sólo un estú-
pido podría ordenar las cosas así. Otro día, el experto les sugirió
que clasificasen los objetos como lo haría un estúpido y no tuvie-
ron problemas para realizar una clasificación de ellos al modo occi-
dental. ¿Qué interpretación podemos dar de hechos como éste?
3. Un estudio llevado a cabo por Schaie ha identificado un conjunto
de variables que pueden reducir el riesgo de sufrir declive intelec-
tual durante la madurez: gozar de unas circunstancias medioam-
bientales favorables, la práctica de actividades estimulantes y de
cierta complejidad, tener un estilo flexible de personalidad, que el
nivel intelectual de la pareja sea alto, lograr un mantenimiento de
niveles altos de velocidad de procesamiento perceptivo y estar satis-
fecho con el desarrollo de la propia vida. ¿De qué modo podríamos
explicar estos resultados?
4. Se presentó a personas adultas de distinta edad el siguiente dile-
ma: «Un investigador está cerca de conseguir un medicamen-
to para curar el cáncer. Él cree que en un año lo puede conse-
guir. Por otra parte, estima que si hace partícipes a otros
investigadores de sus avances, entre todos lo podrían conse-
406 PSICOLOGÍA EVOLUTIVA I
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
URIE BRONFENBRENNER (1987). La ecología del desarrollo humano. Barcelona: Paidós.
Para comprender cómo se desarrollan los niños, este investigador cree que es
necesario observar su conducta en entornos naturales, mientras interactúan
con adultos que les son familiares, durante un tiempo prolongado. Su pre-
tensión es construir una psicología del desarrollo que tenga validez ecológi-
ca. Como dice Cole en la introducción «Urie Bronfenbrenner representa la
continuación de los esfuerzos de un pequeño grupo de psicólogos, heterogé-
neo, pero significativo, por superar la crisis de la psicología, construyendo una
disciplina que sea a la vez experimental y descriptiva de nuestras vidas, como
nosotros las conocemos».
ERIKSON, E. H. (1985). El ciclo vital completado. Barcelona: Paidós.
En este pequeño libro se plantea la idea de que la madurez no implica que el
desarrollo psicológico se acabe. Es más propio, a juicio del autor, hablar de la
vida como un ciclo en el que se producen crisis que están íntimamente rela-
cionadas con el contexto histórico general y las vicisitudes biográficas pati-
culares.
CARRETERO, M., PALACIOS, J. y MARCHESI, A. (compiladores) (1985). Psicología evo-
lutiva 3. adolescencia, madurez y senectud. Madrid: Alianza.
El libro se divide en tres partes: adolescencia, madurez y senectud. En cada
una de ellas se analizan por separado los aspectos cognitivos y los sociales y
de la personalidad de cada una de las etapas fundamentales de la vida huma-
na. Los distintos autores tratan de presentar las investigaciones internacio-
nales más sobresalientes sobre todos los aspectos considerados.
GLOSARIO
ta del de los otros, se dejan llevar fácilmente por las apariencias percep-
tivas y no comprenden las relaciones causales.
Periodo sensoriomotor. Periodo en el que las conductas consisten
en coordinaciones entre experiencias sensoriales y conductas motoras
simples.
Periodos críticos. Periodos en el desarrollo del organismo durante
los cuales tienen que darse determinados sucesos biológicos o medioam-
bientales para que el desarrollo ocurra con normalidad. Un ejemplo repre-
sentativo es el fenómeno de la impronta, que se refiere al breve espacio
de tiempo al comienzo de la vida de un animal en el cual éste es espe-
cialmente sensible a ciertos estímulos.
Permanencia del objeto. Comprensión de que los objetos tienen sus-
tancia, son externos e independientes a uno mismo y continúan existien-
do cuando están fuera de nuestra vista.
Pragmática. Estudio del lenguaje en cuanto forma de conducta de un
sujeto o grupo de sujetos.
Preformismo. Véase epigénesis.
Proceso primario, Proceso secundario. Términos provenientes del
psicoanálisis. En el proceso primario la energía psíquica fluye libremen-
te. En el secundario la energía es primeramente ligada antes de fluir de
forma controlada. La oposición entre estos dos procesos es correlativa a
la existente entre el principio de placer y el principio de realidad.
Producciones. Reglas de condición-acción que están organizadas en
sistemas (Sistemas de Producción) mediante las cuales las teorías del Pro-
cesamiento de la Información (PI) caracterizan el conocimiento del suje-
to y su interacción con el medio. Estas reglas permiten simular la con-
ducta del sujeto en el ordenador.
Prototipo. Conjunto de rasgos de familiaridad característicos de una
categoría, abstraídos como «tendencia central» a partir de sus ejemplos.
En la teoría de Rosch aquella instancia de un concepto que reúne ese con-
junto de características que con mayor probabilidad representa a la cate-
goría.
Psicógeno. Se refiere a la causa psíquica, no orgánica, de un tras-
torno.
Psicolingüista. Científico que estudia la forma en que las personas
comprenden, producen o adquieren el lenguaje.
Pubertad. Período en el que tienen lugar los cambios químicos y físi-
cos en el cuerpo para permitir la reproducción sexual
GLOSARIO 427