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COHECTORES TEXTUALES

ARGUMENTATIVOS:

Guia y actundades didácticas


para su uso eficu en (LE
Roser Martínez Sánchez

CONECTORES TEXTUALES
ARGUMENTATIVOS:
Guía y actividades didácticas
para su uso eficaz en ELE

DISTRIBUIDORES EXCLUSIVOS
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Octaedro
Colección Nuevos Instrumentos

CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS:


Guía y actividades didácticas para su uso eficaz en ELE

Primera edición: enero de 2011

© Roser Martínez Sánchez

© De esta edición:
Ediciones OCTAEDRO, S.L.
C/ Bailón, 5 - 08010 Barcelona
Tel.: 93 246 40 02 - Fax: 93 231 18 68
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ISBN: 978-84-9921 -127-5


Depósito legal: B. 1.219-2011

Impresión: Limpergraf, S.L.

Impreso en España
Printed in Spain
ÍNDICE

PRESENTACIÓN................................................................................................... 9

INTRODUCCIÓN.............................................................................................. 10

1. CONCEPTOS FUNDAMENTALES 14
Discurso, texto y enunciado........................................................................................... 14
La noción de texto: características........................................................................... 15
Textos expositivo-argumentativos ........................................................................... 18

2. CONECTORES................................................................................................ 20
Para qué sirven........................................................................................................................... 21
Características............................................................................................................................ 22
Definiciones................................................................................................................................... 23
Tipos..................................................................................................................................................... 24

3. CONECTORES SUMATIVOS 25
Características generales................................................................................................ 25
Características particulares........................................................................................... 27
Además.................................................................................................................................................. 27
Asimismo................................................................................................................................... 28
Igualmente............................................................................................................................... 29
Por una parte..........................................................................................................................30
Encima......................................................................................................................................... 32
Esquema de los conectores sumativos.................................................................. 35

4. CONECTORES CONTRAARGUMENTATIVOS 36
Características generales................................................................................................. 37
Características particulares........................................................................................... 38
Sin embargo, no obstante......................................................... 38
De todos modos, con todo, (ni) aun así...................................... 41
Por el contrario, en cambio....................................................... 43
Ahora bien............................................................................... 45
Esquema de los conectores contraargumentativos..................... 48

5. CONECTORES CONSECUTIVOS 49
Características generales.............................................................49
Características particulares.......... 50
Por lo tanto, por tanto.............................................................. 51
Por consiguiente, en consecuencia 52
De ahí que.............................. 53
Así pues, así que.............. 54
Luego.................................... 56
Pues..................................................... 57
Esquema de los conectores consecutivos 59

6. PROPUESTAS DIDÁCTICAS 60
Actividades de reconocimiento 63
Actividades de focalización .............................................. 76
Actividades de puesta en práctica ..................................... 82

OBRAS DE CONSULTA Y AMPLIACIÓN .......................................... 92

OBRAS CITADAS 94
INTRODUCCION

Lo difícil no es escribir,
sino escribir lo que quieres decir;
no es influir en tu lector,
sino influirle exactamente como tú quieres.
(R. L. Stevenson)

Vivimos en una sociedad en la que la enseñanza de la Retórica, aquella


antigua práctica para «hablar bien», casi se ha olvidado; y, sin embargo, hoy
en día saber exponer y argumentar, es decir, presentar nuestras opiniones
y defenderlas es cada vez más necesario. Evidentemente, ciertas situaciones
comunicativas se prestan más que otras a este tipo de discurso expositivo-
argumentativo, como, por ejemplo, en el aula, tanto por parte del profesor
cuando explica en clase como por parte del estudiante cuando se le pide
que exprese su opinión o cuando realiza un examen o ciertas «redacciones».
Junto a esta situación, el creciente interés por el desarrollo y adquisición
de la competencia oral en la enseñanza de la lengua sigue mostrando la
enorme necesidad de desarrollar de manera paralela estrategias para mejo­
rar la comprensión lectora y la composición escrita, dadas las dificultades de
la mayoría de nuestros alumnos y alumnos a la hora de componer un texto.
En efecto, la habilidad de escribir es una de las más difíciles de adqui­
rir, pues implica trabajar con muchos procesos cognitivos a la vez. En este
sentido, al igual que ocurre con la construcción, donde cada herramienta
sirve específicamente para una función, en la tarea de escribir es también
conveniente disponer del mayor número de «útiles lingüísticos» posibles.
Entre estos utensilios se encuentran los conectores. Estas unidades
léxicas suelen conllevar ciertos problemas no sólo para el estudiante, sino
también para el profesor. Nuestro alumnado conoce y usa unidades de
enlace, pero o bien son siempre las mismas («y», «pero», «pues»...), o bien,
cuando usan otras, desconoce los diferentes matices que éstas transmiten.
Esta situación parece agravarse al estar menos acostumbrados a textos
escritos «formales» que a textos orales, audiovisuales.
Por su parte, muchos profesores no están acostumbrados a explicar
unas unidades léxicas cuyas condiciones de uso han ido interiorizando, entre

10 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


otras cosas, con el poso de la lectura. Sin embargo, en clase nos enfrenta­
mos a explicaciones sobre este tipo de cuestiones con relativa frecuencia.
El hecho es que las gramáticas y la formación recibida nos han entrenado
para resolver dudas del tipo: ¿había o habían?, ¿me se cayó o se me cayó?,
¿callaros o callaos?; pero no ¿por qué aquí es más adecuado «en cambio» que
«por el contrario»?, por ejemplo. Con frecuencia, y según el diccionario que
consultamos, obtenemos resultados desiguales: ni están todas las unidades
que son, ni las que están vienen con «instrucciones de uso».
Así pues, no es de extrañar que en los últimos veinte años hayan au­
mentado los estudios sobre estos «marcadores discursivos» o «conectores». De
hecho, el MCER (2001) y los nuevos diseños curriculares se hacen eco tanto
de la necesidad de fomentar el pensamiento crítico del alumnado mediante
debates, lectura y composición de textos expositivos, como de la esencial
importancia de incorporar elementos como el contexto y los conectores a la
enseñanza.
En este sentido, proponemos aquí una aproximación al uso y signi­
ficado de algunos de los conectores más frecuentes en castellano, sobre
todo en textos de carácter expositivo-argumentativo. El objetivo final es
enseñar a reflexionar sobre cómo funcionan y qué significan algunos ele­
mentos complejos y a la vez esenciales para comprender mejor y producir
adecuadamente ciertos textos.
Veámoslo con un ejemplo: ¿resultan aceptables todos y cada uno de
estos enunciados?, ¿por qué?, ¿en qué se diferencian?, ¿transmiten el mismo
significado?...

Tú siempre llegas pronto al trabajo; yo siempre llego tarde

1. Tú siempre llegas pronto al trabajo, pero yo siempre llego tarde


2. Tú siempre llegas pronto al trabajo; yo, sin embargo, siempre
llego tarde
3. Tú siempre llegas pronto al trabajo; yo, no obstante, siempre
llego tarde
4. Tú siempre llegas pronto al trabajo; en cambio, yo siempre llego
tarde
5. Tú siempre llegas pronto al trabajo; yo, por el contrario, siempre
llego tarde

Introducción 11
otras cosas, con el poso de la lectura. Sin embargo, en clase nos enfrenta­
mos a explicaciones sobre este tipo de cuestiones con relativa frecuencia.
El hecho es que las gramáticas y la formación recibida nos han entrenado
para resolver dudas del tipo: ¿había o habían?, ¿me se cayó o se me cayó?,
¿callaros o callaos?; pero no ¿por qué aquí es más adecuado «en cambio» que
«por el contrario»?, por ejemplo. Con frecuencia, y según el diccionario que
consultamos, obtenemos resultados desiguales: ni están todas las unidades
que son, ni las que están vienen con «instrucciones de uso».
Así pues, no es de extrañar que en los últimos veinte años hayan au­
mentado los estudios sobre estos «marcadores discursivos» o «conectores». De
hecho, el MCER (2001) y los nuevos diseños curriculares se hacen eco tanto
de la necesidad de fomentar el pensamiento crítico del alumnado mediante
debates, lectura y composición de textos expositivos, como de la esencial
importancia de incorporar elementos como el contexto y los conectores a la
enseñanza.
En este sentido, proponemos aquí una aproximación al uso y signi­
ficado de algunos de los conectores más frecuentes en castellano, sobre
todo en textos de carácter expositivo-argumentativo. El objetivo final es
enseñar a reflexionar sobre cómo funcionan y qué significan algunos ele­
mentos complejos y a la vez esenciales para comprender mejor y producir
adecuadamente ciertos textos.
Veámoslo con un ejemplo: ¿resultan aceptables todos y cada uno de
estos enunciados?, ¿por qué?, ¿en qué se diferencian?, ¿transmiten el mismo
significado?...

Tú siempre llegas pronto al trabajo; yo siempre llego tarde

1. Tú siempre llegas pronto al trabajo, pero yo siempre llego tarde


2. Tú siempre llegas pronto al trabajo; yo, sin embargo, siempre
llego tarde
3. Tú siempre llegas pronto al trabajo; yo, no obstante, siempre
llego tarde
4. Tú siempre llegas pronto al trabajo; en cambio, yo siempre llego
tarde
5. Tú siempre llegas pronto al trabajo; yo, por el contrario, siempre
llego tarde

Introducción 11
Intentar responder a algunas de estas preguntas forma parte de
nuestro objetivo. Pretendemos caracterizar sintáctica, semántica y prag­
máticamente una serie de unidades léxicas cuyo uso no obligatorio (pero
relevante), su difícil agrupación en categorías gramaticales y, sobre todo,
su mayoritaria funcionalidad como enlaces no subordinantes entre ora­
ciones, ha supuesto hasta hace bien poco un escaso tratamiento didáctico
dentro de las clases de lengua.
Los conectores constituyen uno de los recursos léxicos más importantes
para indicar el tipo de relación lógica que se establece entre las informa­
ciones precedentes y la nueva información que introducen. Actúan, por
tanto, como puntos de referencia para el lector o lectora y le permiten se­
guir el entramado lógico del texto con un esfuerzo cognitivo menor; son,
pues, «facilitadores» de la ya de por sí compleja tarea de leer o, en nuestro
caso, componer. Su valor esencialmente dialéctico o argumentativo hace
que aparezcan utilizados con mayor frecuencia en determinados tipos de
textos, aunque no de modo exclusivo.
La primera parte del trabajo no intenta ser una descripción exhaus­
tiva, sino que debe entenderse como un acercamiento pragmático donde
prima la síntesis con el objeto de determinar el uso y significado de estas
unidades. Como paso preliminar, empezamos delimitando brevemente el
significado de algunos conceptos fundamentales: texto, enunciado, cohe­
rencia, cohesión y texto expositivo-argumentativo.
La segunda parte se dedica a la aplicación didáctica de los resulta­
dos obtenidos. La enseñanza tradicional de la lengua se había quedado
con mucha frecuencia en los niveles superficiales de ortografía-sintaxis-
vocabulario correctos. El excesivo hincapié que suele hacerse sobre estos
niveles provoca a menudo una sobrecarga cognitiva en el estudiante que
le dificulta el acceso a otros niveles de procesamiento, como, por ejemplo,
el de la estructuración de las ideas.
Los ejercicios presentados tienen como punto de partida textos actuales
extraídos de ámbitos diversos (periódicos, novelas, publicidad...), o bien
han sido elaborados especialmente para la actividad en cuestión. Siempre
que ha sido posible se cita la fuente de la que proceden los textos; ahora
bien, también cabe que algunos lectores escuchen «ecos» de otros textos.
Suponemos que en cierto modo es inevitable, como reflejo o imagen más
o menos deformada de muchas lecturas.
Todas las actividades pueden llevarse al aula con facilidad. En su ma­
yor parte, se trata de textos breves, aunque también hay algunos ejercicios

12 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


de elección múltiple y similares; asimismo, se ha procurado que los temas
sean variados y cercanos a un público amplio y joven.
Con toda seguridad, el tema no será tratado con la exhaustividad
que merecería en un estudio monográfico; y para algunos puntos ex­
puestos, probablemente haya voces de especialistas que difieran tanto en
el tratamiento dado a los conectores como en sus diferentes matices de
significado. Nuestro objetivo es, simplemente, respaldar y contextualizar
un tratamiento didáctico para unas piezas léxicas escasamente tratadas
en la enseñanza del español.
No podría cerrar este apartado sin destacar que mi interés por el tema
comenzó gracias al Máster de Formación de Profesores de Español como Len­
gua Extranjera de la UB-ICE y de la posterior práctica docente en la Escuela
Oficial de Idiomas de Drassanes-Barcelona. A mis colegas y estudiantes
les doy las gracias por haber contribuido de manera paciente y generosa a
que una vaga idea se convirtiera en realidad. Gracias a Octaedro: a Juan
León, por su afán en apostar por proyectos innovadores; y a Pilar Ciruelo,
por sus acertadas sugerencias y su calidad profesional. Gracias también
a Gloria Feliu y a Lourdes Díaz por las fructíferas charlas mantenidas a
lo largo de tantos años, y a Javier de Santiago por seguir ahí presente. A
mi madre, por su constante apoyo y sus interminables ganas de enseñar
y mejorar. Gracias, finalmente, a Magali Barthélemy y a Herder por su
optimismo y determinación y porque, sin su interés en conectar contextos,
todo habría sido diferente.

Introducción 13
1. CONCEPTOS FUNDAMENTALES

En los últimos años se ha producido un cambio en la orientación de la


didáctica de la lengua extranjera. Hoy en día prevalece un tipo de ense­
ñanza que tiene como objetivo último la adquisición de una competencia
comunicativa en la que se inscriben no sólo las reglas gramaticales, sino
también las «reglas de uso» que adecúan la lengua a cada contexto social
y cultural. De hecho, tanto los actuales diseños curriculares como el Marco
Común Europeo de Referencia (2001) son sensibles a esta modernización,
y ya incluyen dentro de la gramática recientes conceptos como: discurso,
conectores temporales y espaciales, organizadores y relacionantes lógi­
cos..., aunque con desigual alcance de significado según la perspectiva
teórica desde la que se abordan.

Discurso, texto y enunciado

Frente a la habitual consideración entre el profesorado de discurso como


manifestación oral y de texto como su contrapartida escrita, una nueva
manera de concebir la enseñanza de la lengua incita al uso de los términos
texto y discurso casi como sinónimos.
Siguiendo esta línea, en esta guía se utilizan ambos términos al mar­
gen de que se trate de muestras orales o escritas de la lengua, pues ningún
texto o tipo de texto (argumentativo, narrativo, descriptivo, etcétera) es
exclusivamente oral o escrito; aunque es verdad que las convenciones so­
ciales potencian más la manifestación oral para unas formas textuales y
la escrita para otras (Rosat, 1991). Cabe decir, sin embargo, que tanto por
los tipos de conectores que observaremos como por muchos de los ejem-

14 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


píos y textos propuestos, nos centraremos en el texto como producción o
producto escrito.
El texto, al ser la unidad máxima de significado, puede dividirse
en unidades más pequeñas, a las que llamaremos enunciados. Cuando
hablamos, emitimos enunciados, es decir, oraciones contextualizadas
que tienen un significado explícito (estudiado por la Semántica) y otro
significado implícito e inferencial, objeto de estudio de la Pragmática.1
El significado explícito es el que obtenemos a partir de las palabras que
componen el enunciado; el implícito procede, entre otras variables, del
sentido final que le asignamos al ponerlo en relación con el contexto en
que se ha emitido. Por cuestiones de variación estilística, utilizaremos
como sinónimos el término «enunciado» y el más tradicional de «oración».

La noción de texto: características

La conocida definición de E. Bernárdez2 nos sirve para presentar brevemente


algunos conceptos fundamentales y caracterizar texto como: aquella uni­
dad lingüística (sigue las reglas del sistema) comunicativa (creado por y para
la interacción; y fruto de una determinada intención) cuya interpretación
y producción depende del contexto sociocultural y situacional (dónde y entre
quiénes se ha producido).
Para que un texto sea percibido como una unidad de significado por
un usuario competente, debe reunir estas tres características: adecuación,
coherencia y cohesión.
Para ser eficaz, un texto debe ser adecuado al interlocutor, al contex­
to y a la intención comunicativa. Esta idea es fundamental; sin embargo,
con frecuencia se olvidan las tres preguntas clave que debería hacerse
cualquier «escribiente» antes de pasar a la acción propiamente dicha:

1. La Pragmática tiene como objeto de estudio el uso de la lengua por parte de los
hablantes. Esta disciplina lingüística se interesa por el análisis de las relaciones que hay
entre una unidad comunicativa y el contexto extralingüístico donde ésta se produce (Es­
canden, 1993).
2 «Texto es la unidad lingüística comunicativa fundamental, producto de la activi­
dad verbal humana, que posee siempre carácter social; está caracterizado por su cierre
semántico y comunicativo, así como por su coherencia profunda y superficial, debida a
la intención (comunicativa) del hablante de crear un texto íntegro y a su estructuración
mediante dos conjuntos de reglas: las propias del nivel textual y las del sistema de la len­
gua» (1980:85).

Conceptos fundamentales 15
1. ¿A quién me dirijo? o ¿quién me va a leer?; ¿qué puede saber? o
¿qué no puede saber?
2. ¿En qué situación social escribo?
3. ¿Qué finalidad persigo?, ¿qué «tipo» de texto se espera que use?

Del mismo modo que se regula el comportamiento social (y así se


espera que hagamos tal o tal otra cosa en tal o cual situación, es decir,
que seamos «educados»), nuestro «comportamiento textual» también debe
seguir unas normas para ser «adecuado». ¿Cómo superar el «¿ahora qué
digo y cómo lo digo?». Pensar y responder a las preguntas anteriores puede
resultar de gran ayuda porque servirá para ponerse mentalmente en la
situación de escritura.
La coherencia es una propiedad abstracta e interna que tiene que
ver con la lógica relación temática de las diferentes partes del texto y con
la progresión de las informaciones que se dan. Esto quiere decir que no se
da en la superficie del texto: es un aspecto de «contenido» o de «fondo»;
por tanto, no se percibe del mismo modo que una falta de ortografía,
por ejemplo. De hecho, es el resultado de activar y combinar determina­
dos grupos de conceptos, previamente organizados por la memoria en
nuestro conocimiento para poder interpretar el texto como una unidad
con sentido.
Decimos que un texto es coherente cuando detectamos que sigue unos
ciertos esquemas. Por ejemplo:

Y llegó el día de las notas: había suspendido tres asignaturas. ¡Horror!


Seguro que ya no le darían la semanada. Y si no se la daban, ¿cómo iba
a poder comprarse aquel estupendo coche negro de dieciséis cilindros?

Observamos que la parte final del último enunciado nos sorprende por­
que está «fuera de lugar», no es acorde con lo que le precede; es decir, rompe
nuestros esquemas, lo que esperábamos a partir de nuestro conocimiento del
mundo: la entrega de una pequeña cantidad de dinero a niños y adolescentes
permite comprar cosas no demasiado caras. La aparición de los «dieciséis
cilindros» nos lleva a interpretar que se trata de un coche «de verdad» (no

16 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


de juguete, por ejemplo) y esto no está dentro del probable esquema mental
que tenemos de «niño - adolescente - estudios - notas - semanada».
Así, del mismo modo que conocemos y seguimos determinados esque­
mas mentales de comportamiento y expresión según la situación social en
que nos encontramos, es fundamental que los estudiantes se acostum­
bren a interaccionar con variados esquemas textuales que les permitan
salir triunfantes de una composición académica. Para esto es primordial
aprender a ser coherentes, seleccionar y organizar de manera eficaz la
información; es decir, aprender a preguntarnos qué relación semántica
mantienen entre sí los diferentes bloques informativos que presentamos.
La cohesión, por su parte, nos presenta el texto como una unidad
que discurre fluida, ágil. En este sentido, no está en relación con el sig­
nificado del texto, sino con la manera en que está construido y, en par­
ticular, con los procedimientos usados para manifestar en la superficie
(es decir, en el texto) las relaciones entre las diversas informaciones. En
resumen, la cohesión es el conjunto de «marcas» lingüísticas que reflejan
las relaciones internas procedentes de la coherencia (Fayol, 1985).
Junto a otros mecanismos de cohesión (el empleo de pronombres
anafóricos, la correlación temporal, la sustitución léxica...), los conec­
tares son un dispositivo eficaz para el escritor al servir de marca-puente
entre enunciados, pues ponen en evidencia las relaciones lógicas y
retóricas que mantienen entre sí las oraciones.
Así pues, la información transmitida en un texto se organiza de modo
diferente en función de la situación comunicativa y de la planificación
intencional. Imaginemos un fragmento de diálogo como el siguiente:

Juan: En realidad tienes razón; sin embargo...


Pepe: Sin embargo, ¿qué?, ¿dónde está el problema?

El enunciado de Pepe es coherente con el de Juan, pues Pepe ha percibi­


do un indicio de oposición, total o parcial, al decodificar el esquema básico
de significado que tiene el conectar sin embargo. En cierto modo, el uso de
esta unidad por parte de Juan ha llevado a Pepe a iniciar un enunciado
que nos confirma que ha comprendido la intención de aquel -a pesar de
que el enunciado está inacabado-, se anticipa al inconveniente y reacciona
interrumpiendo a Juan y preguntándole directamente por el «problema».

Conceptos fundamentales 17
En resumen, producir un texto, «comunicar» en sentido amplio, es
escoger aquellas unidades léxicas que conforman los enunciados ade­
cuados a cada situación comunicativa y hacerlo de modo coherente para
«provocar» una determinada reacción en nuestro receptor. El sistema, por
su parte, ofrece ciertas piezas que ayudan mucho al escritor -y al lector- a
trabar, a enlazar de manera correcta las informaciones.

Textos expositivo-argumentativos

La producción de textos expositivo-argumentativos es una tarea bastante


frecuente en muchos niveles de enseñanza, por lo que tanto profesores
como alumnos están habituados a ellos. Por eso, apenas nos detendremos
en su caracterización.
Generalizando, podemos decir que, en principio, muchos textos de
este tipo pueden dividirse en tres partes:

a) Introducción: presentación del tema.


b) Cuerpo o desarrollo: explicaciones, refutaciones y comentarios
sobre los aspectos que se haya decidido presentar.
c) Conclusión: recordatorio de lo más importante que se haya dicho:
lo que se quiere fijar en la mente del lector.

Recordemos también los dos modelos de construcción informativa más


frecuentes:

1. Estructura inductiva («de lo particular a lo general»). Es aquella


organización del texto donde empezamos presentando aspectos
«secundarios», pero no por ello menos importantes: ejemplos
particulares, pinceladas de lo que queremos exponer nos sir­
ven para ir dando forma a lo que nosotros defendemos, que
aparecerá al final del texto cerrándolo.
2. Estructura deductiva («de lo general a lo particular»). Sintética­
mente, la podemos describir así: nuestra opinión + argumentos
posibles en contra + argumentos con los que nos defendemos
+ conclusión de cierre.

18 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


Exponer es presentar una información; en cambio, para argumentar
es necesario aducir razones que nos permitan convencer al interlocutor.
Ambos procesos suelen aparecer de manera conjunta en un texto. Como es
bien sabido, el texto expositivo-argumentativo es especialmente frecuente
en el género periodístico: editoriales, artículos de fondo, columnas de opi­
nión, cartas al director, etc.
Un manejo fluido de la ortografía, la sintaxis y el léxico, así como el
conocimiento de estas organizaciones básicas de la información, permiten
al estudiante concebir y producir un texto coherente y cohesivo, es decir,
organizado como una unidad global. Obviamente, una competencia
deficitaria de estos aspectos dificulta especialmente la producción de este
tipo de textos.
Ahora bien, a diferencia de otras estructuras textuales más «reales»
(como la descriptiva o la narrativa, por ejemplo) en la que un lector com­
petente, si quiere, puede pasar por alto determinados párrafos para volver
a retomar el hilo del texto sin apenas problemas, la estructura expositivo-
argumentativa requiere un esfuerzo mental mantenido y de funcionamien­
to lógico al que muchos estudiantes no están acostumbrados. A menudo
el problema no son sólo las palabras, sino el poner en marcha el sistema
cognitivo de procesamiento de ciertas secuencias de pensamiento carac­
terizadas por lo conceptual, por las relaciones abstractas.
Dentro del marco de la clase, desarrollar la competencia de estrate­
gias expositivo-argumentativas es fundamental, ya que éste es el tipo de
textos que con frecuencia se pide en pruebas o exámenes finales (breves
composiciones que desarrollen un comentario, un juicio, una opinión...)
en determinadas etapas de formación avanzada, frente a la abundancia
del relato o la descripción en las etapas iniciales de formación. De ahí la
importancia de una práctica continuada en la que, de manera paulatina,
se aumente la dificultad de la tarea.

Conceptos fundamentales 19
2. CONECTORES

En toda comunicación, tan importante es exponer la información como


expresar si estamos de acuerdo con ella o no y por qué. Para ello explicamos
causas, añadimos nuestros razonamientos, contrarrestamos la información
de partida y, con frecuencia, concluimos en el sentido que más nos conviene.
Desde comienzos de los años ochenta y bajo el impulso investigador
de autores como O. Ducrot (1980), Ducrot-Ascombre (1983), Moeschler
(1985) o Fuentes (1987, 1996 y 2009), numerosos estudios han puesto en
evidencia el papel determinante de unos elementos que manifiestan el tipo
de relación que se establece bien entre los diferentes bloques de información
(párrafos), bien entre los enunciados. Estos elementos son los conectores.
Como sucede con otros términos gramaticales menos novedosos, no
hay unanimidad y consistencia a la hora de aplicar en el día a día de la
enseñanza qué es un conector y qué no. De hecho, la propia palabra lo
predispone para una acepción amplia, ya que puede aplicarse a cualquier
forma de enlace; por eso, según sea el marco de estudio (gramatical, prag­
mático o semántico), este término incluirá unidades lingüísticas diferentes
y de diversas categorías gramaticales. Así, algunos autores incluyen bajo
este vocablo las tradicionales conjunciones, las locuciones conjuntivas,
diversos adverbios de «frase» e incluso sintagmas preposicionales.
Esta variedad de categorías gramaticales, las diversas funciones de
algunos elementos y sus peculiares condiciones de uso, entre otros motivos,
ha provocado que el análisis de muchos conectores quedara al margen de
la mayor parte de estudios lingüísticos hasta la reciente propuesta de le
Gramática descriptiva de la lengua española.3

3. Actualmente, los conectores son uno de los cinco grupos que conforman el am
plio y novedoso concepto de los «marcadores discursivos». Junto a ellos, se observan lo
estructuradores de la información, los reformuladores, los operadores argumentativos y lo
marcadores conversacionales. Puede verse un estudio sistemático y exhaustivo de ellos e

20 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


Pueden distinguirse cuatro tipos básicos de conexión o relación co­
nectiva entre dos o más enunciados:

1. A + B: relación de adición
2. A-B: relación de «oposición»
3. A > B: relación de consecuencia (< causa)
4. A, B: relación de tiempo
k_ __ >

Por cuestiones prácticas, sólo desarrollaremos algunos de aquellos


conectores que se utilizan para poner de manifiesto las tres primeras re­
laciones. Además, son las que aparecen con mayor frecuencia cuando la
organización cognitiva del contenido del texto es de carácter dialéctico o
argumentativo (Schnewly et al., 1989).

Para qué sirven

Estos elementos son utilizados como indicadores funcionales para organi­


zar el texto y crear una determinada perspectiva textual, para enfatizar
puntos decisivos, rebatir puntos anteriores, etc. El lector, por su parte, debe
interpretarlos como guías inferenciales, como instrucciones para tratar de
determinada manera el contenido de la información de los enunciados
(Carón, 1984; Portolés, 1998).
Por otra parte, los enunciados aparecen con frecuencia enlazados
sólo mediante marcas de puntuación, sin la presencia de conectores. Esto
no significa (o quizás, no debería significar) que las informaciones no
mantienen entre sí relaciones lógicas, sino tan sólo que se deja que sea el
lector quien interprete el tipo de relación. Ahora bien, como es evidente,
la simple presencia de un conector tampoco provoca el establecimiento de
una determinada relación lógica.

Martín Zorraquino y Portolés, 1999 (vol. 3, pp. 4051-4213).

Conectores 21
Características

Podemos señalar hasta diez rasgos comunes a todos los conectores:

1. Son anafóricos, es decir, remiten a una secuencia textual anterior.


Así, aunque independientes en el nivel sintáctico, no lo son semán­
ticamente, puesto que el uso de un conector cualquiera implica
siempre un enunciado anterior con el que debe relacionarse y en
función del cual debe comprenderse. De ahí que necesiten «texto
previo». Con frecuencia, este carácter anafórico aparece reflejado
en su formación: con todo, por otra parte, igualmente... (Cuenca,
1990).
2. Enlazan partes del texto extraoracionalmente, asegurando
la articulación global del mismo mediante la delimitación de
unidades o subunidades temáticas (párrafos conceptuales que
con frecuencia coinciden con los físicos). Así pues, conectan los
diferentes constituyentes de un texto y a la vez los segmentan (y
«dosifican», según sea la densidad conceptual de la información)
para favorecer la interpretación (Schiffrin, 1987; Schnewly et al.,
1989; Cuenca, 1989).
3. Están lexicalizados para manifestar unas determinadas relacio­
nes cognitivas entre lo dicho y la nueva información que intro­
ducen; es decir, señalan la «dirección argumentativa» del texto y
reducen el campo de interpretaciones posibles de los enunciados
que enlazan. En consecuencia, actúan como guías de interpre­
tación al agilizar la comprensión del enunciado donde aparecen
(Moeschler, 1985; Adam, 1989).
4. Al ser marcas superficiales de relación lógico-semántica, sólo
podrán conectar enunciados cuyos contenidos preposicionales
también sean compatibles. Es decir, la presencia de un conector
no es suficiente para dotar de cohesión a dos enunciados «inco­
herentes».
5. Del mismo modo, en general, su uso no es imprescindible. Ahora
bien, si el escritor quiere expresar que una idea mantiene cierta
relación conectiva con otra idea y quiere ser claro e inequívoco,
está «forzado» a utilizar un conector (Rudolph, 1988). De este
modo, actúan como elementos dinámicos en la gestión y en le
recepción textual.

22 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


6. Algunos conectores gozan de una relativa movilidad dentro de su
enunciado; sin embargo, su función de «índices direccionales» del
entramado lógico del texto les impide tener una libre posición. Por
ello, suelen aparecer al principio de su enunciado o tras el primer
sintagma del mismo y junto al verbo; sólo si su oración es breve y
la relación entre los enunciados es evidente, pueden aparecer al
final (Roulet et al., 1985; Rosat, 1991).
7. Forman parte de los mecanismos lingüísticos de cohesión y son
fácilmente identificables en la superficie del texto, porque su
carácter de invariabilidad gramatical les permite no estar sujetos
a ningún tipo de concordancia, a diferencia de otros medios de
cohesión como, por ejemplo, la anáfora (Halliday-Hassan, 1976;
Schnewly et al., 1989).
8. Constituyen unidades de entonación propias que en el escrito se
señalan mediante la puntuación. Una muestra más de su relativa
autonomía.
9. No pueden considerarse como «coordinantes primarias» (las
tradicionales conjunciones coordinadas), porque pueden asociarse
con ellas siempre que sean compatibles semánticamente: y, por lo
tanto..., pero, no obstante...,y, en cambio..., etcétera (Cuenca, 1990).
10. En el proceso de producción son los indicadores de pausas im­
portantes en la generación y expresión de ideas; manifiestan la
progresión de éstas dentro de la linealidad del pensamiento. Junto
a ellos también se incluirían los signos de puntuación, que algunos
autores consideran conectores implícitos (Foulin-Fayol, 1989).

Definiciones

En pocas palabras, a partir de los rasgos comunes que acabamos de ver,


los conectores son unidades léxicas, invariables y con un alto grado de
lexicalización que expresan una relación conectiva lógico-semántica entre
dos o más enunciados (o párrafos). Por tanto, su uso genera una serie de
expectativas respecto a cómo orientar la información que introducen y por
ello funcionan para el lector como pistas para la interpretación.
Por otra parte, para las obras lexicográficas, los conectores suponen
varios problemas: muchas unidades son pluriverbales; no han recibido
tradicionalmente un tratamiento y, sobre todo, presentan diferencias de

Conectares 23
uso tan sutiles que resulta muy difícil definir cada uno de sus valores con­
ceptuales sin entrar en consideraciones específicas y, por tanto, demasiado
extensas para un diccionario al uso.
En esta guía se han tomado como punto de partida las sugerentes
definiciones que el Diccionario de Uso del Español (DUE, de aquí en ade­
lante) de María Moliner ofrece, aunque sólo transcribimos la parte de la
entrada a que hace referencia.

Tipos

Inspirándonos en la terminología que utilizan algunos autores de la Es­


cuela de Ginebra (Roulet, 1985) y en su significado, los conectores pueden
subdividirse en tres grupos:

a) conectores textuales sumativos (relación A + B)


b) conectores textuales contraargumentativos (relación A - B)
c) conectores textuales consecutivos (relación A > B)
'______________________
La lista de conectores que incluimos en cada uno de los siguientes
apartados sólo recoge aquellas unidades que nos parecen más frecuentes,
tanto en el registro formal como informal, de la lengua escrita. Aunque
es muy difícil señalar cada uno de los valores que estas unidades aportan
según los contextos en que se utilizan, al final de cada apartado y a efectos
didácticos, incluimos un pequeño esquema-resumen que intenta recoger
las principales características de uso de cada una de las unidades.

24 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


3. CONECTORES SUMATIVOS

Tradicionalmente, la relación que manifiestan estos enlaces ha sido llama­


da copulativa o aditiva. Por convención, marcaremos esta relación como:

Este esquema significa que los dos enunciados están estrechamente


relacionados. La importancia que el escritor concede a la segunda infor­
mación, la adicional, es diferente según el conector que la introduzca.4
Algunas de las unidades más utilizadas en español para marcar esta
relación son: además, por una parte... por otra (parte), asimismo, igual­
mente y encima.

Características generales

Al estar especializados en señalar la misma dirección expositiva en la ca­


dena de enunciados, lo más habitual es que aparezcan al principio de su
enunciado y separados de la información específica del mismo mediante
comas (manifestando así gráficamente su carácter de elementos puente).

4. Martín Zorraquino y Portolés (1999:4094) distinguen dos grupos: «aquellos que


vinculan dos miembros discursivos que se ordenan en una misma escala argumentativa:
incluso, inclusive y es más; y aquellos otros que no cumplen esta condición: además, encima,
aparte y por añadidura». Estos autores presentan también tanto conectores esencialmente
orales como de baja frecuencia de uso, que por ello quedan fueran del objetivo de esta guía.

25
Sin embargo, tampoco es difícil encontrar ejemplos en los que el conectar
ocupa otras posiciones:

Salman Rushdie continúa en paradero desconocido por su propia segu­


ridad. Todo el mundo sabe muy bien, además, que está siendo objeto
de una terrible injusticia (E/ País).

Los conectares sumativos pueden combinarse con los nexos y/o, pero
actuando, en este caso, como refuerzo de la relación denotada por las
conjunciones. Estas combinaciones se utilizan, sobre todo, para acentuar
el último enunciado de una serie:

y además
y asimismo
e igualmente es necesario
Estoy de acuerdo decir que...
con todo lo que pero además
has explicado, pero asimismo
pero igualmente
k )

Todos los conectares sumativos contienen en sus constituyentes se­


mánticos la instrucción de «adición»; es decir, encadenan enunciados
que suman sus contenidos proposicionales: el escritor quiere que toda la
información sea considerada dentro del mismo bloque de comprensión.
En otras palabras, son como señales de tráfico que hay que leer como: «en
relación directa con lo que se acaba de decir, hay otro aspecto que hay
que tener en cuenta».
En el caso de los conectares sumativos nos encontramos con una señal
de dirección única:

=> Siga la flecha de significados en este sentido hasta el


próximo stop (por ejemplo, un punto).
k_____________________________________________________ J
En principio, la importancia funcional de los enunciados relacio­
nados por el conectar es la misma; sin embargo, la aparición de un

26 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


determinado conectar puede manifestar variadas intenciones; de ahí
que, según el objetivo que se pretenda conseguir, no todos los conectares
son intercambiables.
No es lo mismo sumar dos informaciones que consideramos de igual
valor o importancia (asimismo, igualmente, por una parte..., por otra), que
juzgar la segunda información más importante, primordial o refuerzo de
la anterior, con la que esperamos convencer al receptor (además); o bien
dotar a esa nueva información de una fuerte carga subjetiva más o menos
negativa casi siempre (encima).

Características particulares

Además

Además expresa que la acción del verbo a que afecta ocurre añadida a
otra ya expresada. Puede ir delante o detrás de éste; en el segundo caso,
siempre entre comas; en el primero, pueden, en una ortografía meticu­
losa, ponerse las comas o suprimirse: Nos ha dado dinero y además nos ha
ayudado / Viene, además, acompañado de su hija. A veces, se sobreentiende
el verbo a que afecta además por ser el mismo de la oración anterior, y,
entonces, además va invariablemente entre comas: Llegué tarde y, además,
cansado (DUE, v. I: 54).
Se observa ya una muestra de su «funcionamiento» autónomo al
considerar el uso de las comas como segmentador de los elementos del
enunciado. Pero poco se nos dice sobre su valor.
Según parece, además, aunque sitúa el nuevo enunciado en la misma
dirección argumentativa, lo presenta como el más fuerte, el más con­
vincente. Por eso, con frecuencia actúa como «cierre» de los argumentos
esgrimidos.
Igualmente, puede reforzar un punto de vista con ideas adicionales o
aspectos de una evidencia con el objetivo de llamar la atención sobre la
información que ofrece su enunciado y, por tanto, prevenir al lector de que
va a aparecer un nuevo argumento de apoyo, justificación o explicación.

No voy a ir al partido de esta noche porque tengo bastante trabajo; ade­


más, si juegan tan mal como la semana pasada, no vale la pena verlo.

Conectares sumativos 27
Pero el que una película sea considerada «buena» o «mala» es algo des­
esperadamente subjetivo; y además, cualquiera que sea el baremo que
se aplique, es incontrovertible que bastantes películas europeas son estu­
pendas y muchas películas americanas son pésimas (Savater, 1995:103).

Puede combinarse con por otra parte. En estos casos es curioso observar
que, cuando aparecen ambos, la primera posición la tiene que ocupar además
(intrínsecamente marcado para señalar la suma de argumentos), seguido de
por otra parte, que sobre todo se utiliza para manifestar que se introduce in­
formación relacionada con la anterior pero tratada desde otro punto de vista.

Es un hecho que cada día más jóvenes viven en casa de sus padres hasta
bien entrada la mayoría de edad. Además, por otra parte, no hay que
olvidar que los precios actuales de las viviendas no están al alcance de
una economía media-baja.

La combinación de además con asimismo o igualmente no es posible


porque las tres unidades coinciden en tener el significado-base de suma:

No me parece una buena idea. ‘Además, asimismo, no sabría cómo


desarrollarla.

Es un conector muy utilizado tanto en la producción oral como en la


escrita; en esta última, se podría parafrasear con la agrupación léxica: «a
lo que acabo de decir hay que añadir», donde aparece un anafórico que
revela la relación entre los enunciados. Es el conector más polifuncional,
porque sus instrucciones de interpretación son menos estrictas y, por tanto,
tiene una mayor tolerancia de uso. Puede sustituir al resto de conectores
sumativos, pero no puede ser sustituido por cualquiera de ellos.

Asimismo

Significa «también». Es un adverbio o expresión aditiva con que se afirma


algo poniéndolo en relación con otra cosa afirmada anteriormente: Es
asimismo necesario que... (DUE, v. I: 276).

28 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


Podemos observar la duda entre ofrecer una definición gramatical
(adverbio, simplemente) o funcional (expresión aditiva). Se señala el valor
de esta unidad como relacionante de enunciados, aunque la equipara al
adverbio también que estructuralmente suele funcionar a nivel intraora-
cional (si no, debe ir acompañado de alguna paráfrasis explícita, tipo:
También me gustaría/cabe/podríamos... añadir/decir...
Se trata de un conectar de uso más formal (y por tanto, de menor
frecuencia de uso) que sitúa en el mismo nivel de importancia dos infor­
maciones. Señala al lector que no se ha acabado la exposición informativa,
que queda algo por decir.

Quiero sumarme a la indignación que manifiesta el señor Tapies ante la


explotación indiscriminada del macizo del Montseny y de sus recursos
naturales. Asimismo, quiero dejar constancia de la preocupación gene­
ralizada de los habitantes del lugar ante la grave situación provocada
por la extracción y comercialización sin medida del agua de la zona (La
Vanguardia).

Igualmente

Para este conectar5 se nos remite a las definiciones de además, asimismo y


también, por lo que parece considerarse sinónimo y variante estilística de
aquéllos: Están exentos, igualmente, los que... (DUE, v. II: 87).
En el siguiente texto, el escritor ha utilizado ambos conectares para
ir añadiendo las diferentes partes de una información (grabaciones en
cinco idiomas y colecciones de postales) cuya importancia textual es la
misma. Si intercambiamos los conectares, el significado continúa siendo
el mismo.

5. No entraremos aquí en su función de «adverbio de manera» (formación con sufijo


-mente), pues en este caso es intraoracional y admite ser utilizado para modificar adjetivos:
Creo que tu opinión es acertada igualmente. Para el cambio entonativo puede verse Fuentes
Rodríguez, 1987:48.

Conectares sumativos 29
El itinerario por la ciudad, que después de Barcelona posee el patri­
monio modernista más importante de Cataluña, se podrá recorrer a
partir del próximo mes individualmente [...]. Las grabaciones se ofrecen
igualmente en los cinco idiomas, y guían al visitante por las calles de
la ciudad, señalando los detalles de cada edificio y fachada, así como
su historia Asimismo, se ha editado una colección de postales y
pósters, y habrá vallas publicitarias con la imagen del arquitecto Antoni
Gaudí, nombrado hijo ilustre de la ciudad (La Vanguardia).

Ahora bien, tanto asimismo como igualmente remiten siempre a dos


comparaciones implícitas,6 en el sentido de que sitúan al mismo nivel
dos informaciones factuales, pero no tienen el componente subjetivo de
«superioridad en importancia comunicativa» de las unidades además o
encima. Por eso, aunque funcionan, pueden sonar poco naturales o algo
forzadas en contextos como:

No voy a poder ir al cine esta noche. Asimismo (o igualmente) mañana


tengo un examen.

Lo «esperable» dentro de nuestros esquemas, sería algo como: No voy


a poder ir al cine esta noche. Además, mañana tengo un examen. O bien, si
queremos transmitir un matiz negativo: No voy a poder ir al cine esta noche.
Encima, mañana tengo un examen.
Junto a ese matiz de «igualdad» de importancia, cabe pensar que
quizás también su peso fonético (número de sílabas) induzca a que sean
usadas en producciones formales, tanto de carácter oral como escrito.

Por una parte

Expresión distributivo-adversativa que se emplea para poner una razón a


continuación de otra con la que puede estar o no en oposición; si la primera
razón va precedida de por una parte, queda la expresión, naturalmente,
reducida a por otra (DUE, v. 11:648).

6. Halliday y Hasan (cf. likewise: 247) las llama «aditivas comparativas de similitud».
Se emplean para afirmar que a un punto anterior se añade otro con un valor parecido.

30 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


Por una parte, me convenía marcharme cuanto antes; pero, por otra,
cuanto más tarde, más aprovechado será el viaje.

Nos encontramos ante un conector que claramente estructura bloques


de información (distributivo), aunque el significado que aporta fluctúa
entre adversativo o aditivo. Estas variaciones se corresponden con ciertas
«tendencias» de uso.
En el caso de por una parte... (y) por otra (parte)..., observemos que
no admite el nexo y en la primera parte de la correlación, pero sí en la
segunda. Si iniciamos una información con por una parte, estamos «avi­
sando» de que hay una segunda parte que sumar, un segundo aspecto
que tener en cuenta para obtener toda la información; es decir, parece que
el uso de ambas partes de esta correlación conectara se ha especializado
en el valor aditivo. Puede considerarse un organizador de la información.

No me quedé dormido hasta que empezó a amanecer. Y la noche fue tan


larga que hubo un momento en que llegué a pensar que me había hecho
viejísimo y que había crecido horrores. Porque, por una parte, recordaba
todas las cosas como si todas ellas me hubieran pasado muchas veces
y no fueran a dejarme nunca en paz, y, por otra, en cuanto me movía
un poco, se me salían los pies fuera de la cama, y tuve que pasarme
toda la noche encogido, acurrucado, sin darme cuenta de que me había
puesto atravesado, con toda la ropa hecha un revoltijo (Mendicutti: 64).

Cuando aparece sólo la segunda parte de la correlación, por otra


parte..., indicamos que se quiere añadir un subaspecto relacionado con lo
anterior; es un valor parecido a además, pero que no señala necesariamente
la mayor importancia del segundo enunciado, como hacía este último.

A lo largo de su aprendizaje, se impone a los escolares y a los estudiantes


el deber de la glosa y del comentario, y las modalidades de este deber les
asustan hasta el punto de privar a la gran mayoría de la compañía de
los libros. Por otra parte, nuestro final de siglo no arregla las cosas; el
comentario domina en él como señor absoluto, hasta el punto, muchas
veces, de apartarnos de la vista el objeto comentado (Pennac: 133).

Conectores sumativos 31
Con este valor, es muy frecuente en pequeños bloques de texto con
noticias diferentes sobre un mismo tema, como es, por ejemplo, el caso de
los horóscopos.

Si atraviesa alguna crisis, se le ofrecen puertas de salida. Por otra parte, las
próximas semanas favorecen los acuerdos y sus relaciones (La Vanguardia).

En el caso de pero, por otra parte..., se inicia un aspecto informativo


relacionado con el anterior, por contraste, que presenta una cierta contra­
dicción; es decir, sigue una dirección no esperada; de ahí la necesidad de
usar también pero.

La mayor parte de los indigentes tienen un acusado sentido de la pro­


piedad. Pero, por otra parte, es fácil observar una gran solidaridad y
ayuda entre ellos (El País).

Con este valor de «inicio de un subtema» puede combinarse con ciertos


conectores sumativos y, como veremos, también contraargumentativos
además/asimismo/igualmente, por otra parte...; o sin embargo/no obstante, por
otra parte..., respectivamente.

Encima

Como adverbio, equivale a además. Expresa que cierta cosa ocurre au­
mentando el efecto ya importante, abusivo, sorprendente, etcétera, de otra
cosa nombrada antes: Le quitaron todo lo que llevaba y encima le molieron c
palos (DUE, v. I: 1104).
Definición bastante funcional de un conector que, aunque puede sus­
tituirse por además, no admite la sustitución a la inversa. Podemos añadir
que, si bien el contenido del enunciado, o grupo de enunciados anteriores
es importante para la comprensión global de la información, el carácrer
«abusivo» o «sorprendente» procede del enunciado introducido por d
conector encima y no de la información precedente, la cual ciertamera

32 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


actúa como «preparatoria» para el objetivo final, es decir, la expresión de
enfado o crítica.
La información se presenta in crescendo: llega a su punto máximo (va­
riable según la aceptabilidad individual del escritor y en función también
de los límites socialmente establecidos) con el enunciado que introduce el
conectar encima, que anuncia ese «tope». Esta reprobación, obviamente en
estrecha relación temática con el conjunto de argumentos previos, puede
manifestarse de modo directo:

Claro que la destemplanza no lo era todo. Encima, y después de miles


de análisis y radiografías, resultó que también tenía anemia y que es­
taba deshidratado y no sé cuantísimas cosas más. Como dijo Antonia,
estaba hecho un escarque (Mendicutti: 16).

Es decir, si tener algunas décimas de fiebre («destemplanza») es de por


sí un hecho desagradable, ¿qué actitud mantener ante hechos «más graves»
como la anemia o la deshidratación? Obviamente, algo «inaceptable» en to­
dos los sentidos, máxime cuando quien habla es un niño, como en el ejemplo.
En el siguiente ejemplo, de modo «indirecto», el conectar introduce el
enunciado más importante (para el escritor) con la intención de ensalzar
los «valores» de un elemento en contraposición a aquellos otros de los que
carece el elemento que se quiere desacreditar. Se trata de una crítica hacia
los coches, frente a las «ventajas» del uso de las bicicletas.

La bicicleta ocupa poco espacio. Donde aparca un coche caben die­


ciocho bicicletas. Con ella, el hombre rebasa el rendimiento posible de
cualquier máquina y de cualquier animal evolucionado [...].Y, encima,
no contamina (La Vanguardia).

Observemos el uso de encima precedido del nexo coordinante y, ya que


éste está marcado para sumar elementos, mientras que aquél lo está, en
particular, para expresar actitudes u opiniones con frecuencia «negativas».
En ocasiones, también se utiliza para sorprender al lector con la am­
pliación de una determinada información que funciona como crítica no ya
exclusivamente subjetiva, sino en relación con los límites convencionales
de aceptabilidad de comportamiento humano:

Conectares sumativos 33
Contaba Pilar Miró que su mayor problema era la terquedad, y encima
sin propósito de enmienda (E/ País).

Este conector suele usarse en textos escritos que intentan reproducir el


discurso hablado, informal. Podemos observarlo ya en el ejemplo del DUE
«y encima, le molieron a palos». Por eso, también es frecuente encontrarlo en
cómics o viñetas humorísticas.

Ya sé que el mundo está lleno de hombres atractivos, de hombres ricos y


de hombres cultos. Pero de hombres que sean a la vez atractivos, ricos y
cultos, hay muchísimos menos. Pero que, encima, sean divertidos, sólo
hay uno: Carlos (Romeu, en El País Semanal).

En los diálogos, encima presenta un enunciado como resultado de


la reacción que ha producido la información anterior del interlocutor. Se
podría parafrasear como «lo que acabas de hacer o decir es el colmo, lo
máximo que puedo escuchar o ver, o que puedes decir», y se valora como
poco o nada aceptable. Por ejemplo: Hace una hora que te espero y, encima
ahora me dices tan tranquilo que te has olvidado de traer el informe, donde si
se eliminara la palabra encima, elementos paralingüísticos como la en­
tonación y los gestos ayudarían a transmitir ese sentimiento de crítica
Aunque en nuestra opinión se perdería fuerza expresiva.
En resumen, este conector transmite una información bajo la que
subyace una valoración personal negativa, ya sea una queja, un reproche
un desacuerdo total, etc.
Esta manifestación de la actitud del hablante hacia lo que dice sólo
puede ser transmitida por el elemento polifuncional del repertorio de co-
nectores sumativos: además. Por ejemplo: Sí claro y, además/encima, querrás
tener razón. Ahora bien, señalemos que, con además, la negatividad tien­
de a neutralizarse por ser menos explícita, puesto que sólo se destila del
contenido de las informaciones conectadas; en cambio, encima manifiesta
claramente disgusto, crítica.

34 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


Esquema de los conectores sumativos

Asimismo/ Por una parte...,


Encima por otra (parte)
igualmente

> Valoración personal > Igualdad de importancia > Organizador de


negativa información
> Articulación de
> Crítica informaciones adicionales > Desglose en dos bloques
> Oral > Escrito > No oposición entre
contenidos
A
Por otra parte...
> Leve oposición o diferente
perspectiva (en función de
los contenidos)

Además
(unidad prototípica)
A A
> Mayor importancia
> Más rpfuprzn arenimpntativo „

Conectores sumativos 35
4. CONECTORES
CONTRA ARGUMENTATIVOS

Su significado básico es expresar algo «contrario a lo que se espera». Esta


expectativa puede proceder tanto del contenido del enunciado como de
la situación o del proceso de comunicación (Halliday y Hasan, 1976). En
palabras de Martín Zorraquino y Portolés: «los conectares contraargumen­
tativos vinculan dos miembros del discurso, de modo que el segundo se
presenta como supresor o atenuador de alguna conclusión que se pudiera
obtener del primero» (p. 4109).
La relación vehiculada por estos conectares corresponde, pues, al
esquema convencional:

r H
A- B
<_____________________________________ J
Significa que, en opinión del escritor, dos enunciados indican hechos o
juicios que no casan bien, pues el enunciado introducido por el conectar con­
trasta (o, como mínimo, corrige en cierto sentido) la información que le precede
Esta relación es muy importante en la organización y progresión de
un texto expositivo-argumentativo, ya que rebate o reconsidera la infor­
mación previa y llama la atención sobre lo que más interesa.
Se trata de unas unidades muy utilizadas, puesto que, en la mayor: ¿
de contextos, las personas mantienen diferentes puntos de vista respecte
a un hecho, y no es posible llegar a un acuerdo si no se hacen ciertas
«concesiones». En este sentido, es interesante resaltar el extenso númerc
de unidades que se utilizan para expresar este tipo de relación lógica.

36 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


Los conectores contraargumentativos más frecuentes7 son: sin em­
bargo, no obstante, por el contrario, en cambio, de todos modos, con
todo, (ni) aun así y ahora bien.

Características generales

A excepción de ahora bien, todos los conectores contraargumentativos


pueden combinarse con pero para resaltar el carácter opositivo de esta
conjunción.8

En las paredes de las tumbas se pueden ver aún unos cuantos graffitis de
la época, frases en jeroglífico que fueron formuladas hace más de 3.000
años. Algunas de ellas, cuenta el periodista, son de amor [...]. «Ojalá
yo fuera el sello de firmar que mi amada lleva puesto en su dedo para
así poder ver a mi amor todos los días». Pero aun así, seguramente
la frase perdió su enjundia abrasadora algún tiempo despúes de vivir
juntos [...]. Cuando amas así, estás seguro de que esa pasión perdurará
indefinidamente. Pero la pasión, como la borrachera, es pasajera (R.
Montero, en El País Semanal').

Incluso la mayor parte de estos conectores pueden combinarse con la


conjunción básica de suma y, como puede observarse en el mismo artículo
un poco más adelante:

De modo que la relatividad de la pasión es un hecho sobradamente co­


nocido. Y, sin embargo, se trata de un tema delicado, que suele irritar a
mucha gente.

7. Martín Zorraquino y Portolés (ibídem) presentan también tanto conectores esen­


cialmente orales como de baja frecuencia de uso, que por ello quedan fuera del objetivo de
esta guía, como es el caso de por contra, antes bien, empero, ahora y eso sí.
8. La conjunción pero se utiliza cada vez más como enlace intertextual; no creemos
que pueda considerarse un conector, pues cuando funciona engarzando dos bloques de in­
formación, ha de ocupar obligatoriamente la primera posición y, además, no posee fuerza
entonativa propia; de ahí que no pueda ir seguido de coma.

Conectores contraargumentativos 37
De este modo el escritor presenta dos enunciados que deben compren­
derse en conjunto, al tiempo que, mediante el conector, introducen une
puntualización respecto a la primera información.
Al actuar como «señales de alerta» para mostrar cierta concesión c
contrariedad respecto a lo que se ha dicho antes, suelen ocupar la primera
posición en su enunciado, excepto ahora bien y ni aun así.9
La aparición de un conector contraargumentativo implica que ha de
«reconsiderarse» el enunciado anterior, pues lo que viene a continuacicr.
presenta una información concesiva, «inesperada» y tiene por objetive
señalar la mayor importancia de ésta. Por ejemplo:

Es un gran chico; no obstante, a veces dice mentiras


A veces dice mentiras; no obstante, es un gran chico

En realidad, tenemos a un chico estupendo y algo mentiroso: ¿que


información nos interesa destacar? ¿Qué resulta más conveniente o impor­
tante en ese momento para nosotros? Sea cual sea la respuesta, el conect: r
se encarga de iluminar esa parte primordial e indicar que añade infor­
mación cuyo contenido rectifica en cierto modo el del enunciado anterior.

Características particulares

Para facilitar la explicación, se han dividido las unidades en cuatro


subgrupos a partir de sus semejanzas semánticas y, por tanto, su potencia-
intercambio.

Sin embargo, no obstante

Sin embargo es una expresión adverbial concesivo-adversativa con que se


alude a algo que, pudiendo causar o impedir cierta cosa que se expresa, no )■
hace: Tenía motivos para enfadarme; sin embargo, no me enfadé (DUE, v. I: 972-

9. La razón podría ser que la forma ni equivale ay no, y el nexo coordinante y, cuanad
actúa a nivel textual, sólo admite la primera posición.

38 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


No obstante supone que la cosa de que se ha hablado no constituye
un obstáculo para lo que se dice luego: Tengo mucho trabajo. No obstante,
te dedicaré un rato (DUE, v. II: 543).
Como se desprende de las definiciones, ambos conectores pueden
considerarse ciertamente como variantes estilísticas de un mismo
significado. Conectan informaciones más o menos opuestas, pero no
incompatibles.

Pero ¿se puede aprender a escribir? Es la pregunta más habitual que


oyen los profesores de talleres literarios y, sin embargo, resulta insólita.
¿Acaso no se enseña y se aprende, desde hace siglos, a pintar, a esculpir,
a tocar un instrumento...? (Freixas, en La Vanguardia).

Asimismo, en nuestra opinión, la forma no obstante, quizá por


la poco frecuente combinación de tres consonantes seguidas, suena
o parece demasiado culta, y por ello suele usarse en contextos más
«formales», aunque con frecuencia se utiliza como variación estilísti­
ca para no repetir unidades. En el siguiente ejemplo notemos el nivel
elevado del léxico: errática, balanceo, cadencia o cíclicas. Se observa
cómo el conector «puntualiza» el contenido del enunciado preceden­
te, y ese estado de cosas contrasta con un nuevo argumento, que el
escritor defiende.

Entre el intelectual y el mundo que lo envuelve o asedia siempre ha exis­


tido una relación móvil, cuando no errática. No obstante, y a pesar de
balanceos y estremecimientos varios [...], es posible detectar cadencias
aproximadamente cíclicas (El País).

Otras veces, su uso podría responder al deseo de querer trasladar


con el peso fónico del conector cierto matiz de peso informativo en textos
«especializados»;

Conectores contraargumentativos 39
Casi cada año, a partir del quince de julio, las máximas de entre 40 y 45
grados están garantizadas en muchas zonas del centro y sur de España,
al menos en Andalucía. No obstante, en el inicio de este verano se han
sucedido temperaturas por debajo de los 30 grados. Junio terminó con
frío intenso en varias zonas del norte y centro de España (La Vanguardia).

En ocasiones se aprovecha ese peso fónico en ciertos contextos par;


conseguir un cierto tono «afectado»; y tanto sin embargo como no obstar.'-:
pueden aparecer en posiciones intermedias, e incluso, al final de su enun­
ciado si es corto.

La mayoría de las noches, sin embargo, antes de dormirme, mientras


daba vueltas en la cama por culpa del calor tan exagerado que llegó de
golpe aquel verano, a principios de julio, yo en lo que más pensaba era
en la vida tan estupenda que se pegaba tía Victoria (Mendicutti: 83).

Están en escena lady Windermere, joven y bella aristócrata, y lord Dar-


lington. Hay rosas, té y mayordomo, emblemas de uña realidad amable
y servicial, en la que arden, no obstante, infiernillos pasionales. Lord
Darlington exhibe su talante y su talento en una conversación de pa­
voneo, amablemente cínica (Marina: 100).

Y digo yo: ¿por qué no intentamos definir del mismo modo lo que se
necesita para ser un hombre bueno? ¿No nos resolvería eso todos los pro­
blemas que nos estamos planteando desde hace ya bastantes páginas1
No es cosa tan fácil, sin embargo (Savater, 1991: 60).

En resumen, puede decirse que ambos conectores manifiestan du­


ramente que, aunque el contenido informativo que presenta el prims
enunciado puede ser válido, no debemos olvidar la mayor importancia
que tiene para el escritor el enunciado que inicia el conector y que ere.
orientado en dirección «contraria».
El conector contraargumentativo por excelencia es sin embargo. pues
no obstante parece presentar dos restricciones que limitan su uso a ur.

40 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


gistro más formal: el grupo fónico de tres consonantes y la presencia de
la partícula no.

De todos modos, con todo, (ni) aun así

De todos modos es una de las muchas expresiones con «modo» que no


figuran en el DRAE. Algún gramático la ha tildado de galicismo, pero
es de uso frecuentísimo. Significa «de todas maneras» y se emplea como
expresión adversativa equivalente a «a pesar de eso» o «a pesar de todo»
(DUE, v. II: 432).
Con todo (o con todo y con eso o así y todo) es una expresión adver­
sativa que equivale a «aun así» o «ni aun así» (DUE, v. II: 1330).
Aun así (o ni aun así) es una expresión adverbial de significado ad­
versativo, ya que expresa oposición entre el resultado real de la circuns­
tancia expresada por así y lo que podría esperarse de ella: Aun así no llegáis
a tiempo. Puede invertirse la construcción haciendo negativa la primera
oración y afirmativa la segunda, sin que varíe el significado: Ni aun así
llegáis a tiempo (DUE, v. I: 275).
Como se observa desde las definiciones, todas ellas parecen sinóni­
mas:

Es cierto, sin embargo, que la educación parece haber estado perpe­


tuamente en crisis en nuestro siglo, al menos si hemos de hacer caso
a las insistentes voces de alarma que desde hace mucho nos previe­
nen al respecto. Cuando ahora confiese, amiga mía, que este libro
responde a mi preocupación por la crisis actual de la educación es
probable que muchos se encojan de hombros: ese triste cuento ya lo
hemos oído tantas veces... Aun así, creo que es posible señalar pe­
culiaridades inquietantes en el estadio crítico que hoy atravesamos
(Savater, 1991: 12-13).

En su lugar, el autor podía haber utilizado de todos modos o con todo y


el valor transmitido hubiera sido el mismo; de ahí que estos tres conectores
puedan considerarse variantes estilísticas, con la lógica excepción de ni
aun así, por el rasgo de negación que implica la partícula ni:

Conectores contraargumentativos 41
Había estado trabajando muy duro todo el año; aun así (de todos modos/
con todo), no pudo ahorrar suficiente dinero para irse de vacaciones a
Australia.

En este caso, como el enunciado introducido por el conector está ne­


gado, podríamos invertir su construcción con el uso de ni aun así:

Había estado trabajando muy duro todo el año; ni aun así, pudo ahorrar
suficiente dinero para irse de vacaciones a Australia.

Estos conectores parecen marcar de un modo más claro la actitud


del escritor; es decir, consideran la información del enunciadó precedente
y la evalúan, pero no resulta suficientemente convincente o fuerte como
para provocar que la idea o acción expresada en el enunciado que ellos
introducen no pueda producirse.
Una paráfrasis posible es:

Estoy de acuerdo con la información anterior, pero dejo constancia de


que, a pesar de que todo lo anterior podría llevar a tal conclusión, mi
conclusión es otra.

El enunciado que estos conectores encabezan es el resultado real que se


produce (o la idea que late en el escritor y en la que se mantiene), siendo, ade­
más, la más importante porque es «concluyente»: es lo que importa realmente
transmitir.
En el siguiente ejemplo, el narrador termina con su opinión y mani­
fiesta su actitud respecto al enunciado que introduce de todos modos. De
hecho, es lo que se quiere resaltar.

De tanto leer lo que estaba escrito en la tarjeta, acabé aprendiéndomelo


de memoria. El hombre que la firmaba se llamaba Federico y se despe­
día diciendo tuyo afectísimo. La Mary no supo explicarme bien lo que
significaba aquello de afectísimo, pero me dijo que, de todos modos, a
ella le olía a chamusquina (Mendicutti: 57).

42 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


Con la misma función, se podría haber utilizado: con todo o aun
así (pero no ni aun así por lo comentado antes). Y, aunque también
podrían haberse empleado sin embargo y no obstante, el hecho de que
aparezca el anafórico «todo» parece querer indicar que no hay nada
más que añadir. En una palabra, presentan explícitamente un «matiz
conclusivo, de punto final» con el que no están marcados los conectores
del primer subgrupo.

La contabilidad de las muertes a causa de la droga en España sigue


reflejando un sombrío, y creciente, número de víctimas. No sólo a causa
de su consumo, sino por el mercado criminal que le rodea [...]. Los ban­
cos españoles cancelaron el año pasado 224' operaciones y cuentas de
supuestos «narcos» [...]. Perseguir el blanqueo de este dinero [...] es un
paso importante en la lucha contra la droga y, sin embargo, es un paso
que no se ha dado con decisión [...]. Con todo, debe evitarse que la an­
gustia social que crea el drama de la droga se canalice hacia un discurso
simplemente represor. No hay razones definitivas para abandonar una
reflexión serena sobre una eventual legalización de las drogas, con el
subsiguiente control sobre sus consumidores y el desvío de los actuales
mecanismos de este lúgubre negocio (Editorial de El País).

Por el contrario, en cambio

Por el contrario es una expresión adversativa que se emplea para expo­


ner algo opuesto a otra cosa ya dicha. En una respuesta puede ir sola,
bien seguida de dos puntos o bien entre comas, pero intercalada en una
exposición va generalmente acompañada de otra expresión adversativa
(DUE, v. I: 753).
En cambio puede también, con sentido adversativo, expresar diferencia
o contraste (DUE, v. I: 478).
Estos dos conectores, como su formación deja traslucir, articulan dos
enunciados o bloques informativos que comparten alguna información.
Se comparan y se presentan las diferencias entre ellos.

Conectores contraargumentativos 43
El solitario o es un ser que ha asumido responsablemente su parte del
universo, o es un memo que ha ido apartando a todos de su vera. Hay,
por el contrario, seres a los que la soledad entristece y buscan con afán
divertirse (es decir, distraerse, desviarse, apartarse de sí) con otros seres.
Son los incapaces de permanecer tranquilos en una habitación vacía -
(Gala: 95). ■

La posición que ocupan suele ser, como siempre, la inicial o intermedia.

La verdad es que son precisamente los animales quienes sólo emplean


el sexo para procrear, lo mismo que sólo utilizan la comida para ali­
mentarse o el ejercicio físico para conservar la salud; los humanos, en
cambio, hemos inventado el erotismo, la gastronomía y el atletismo
(Savater, 1991:150).

A la ciencia le interesan los resultados. La historia es un acontecimiento


inevitable, pero insignificante. Al ingenio, por el contrario, le interesan
todos los ensayos. Lo mismo le sucede al arte en general, que también guar­
da amorosamente los esbozos fallidos, por diversos motivos (Marina: 49).

Un ejemplo más claro de que ambos pueden ser utilizados por el escri­
tor como variantes estilísticas, lo constituyen estos fragmentos de Alberoni
en los que ambas formas se alternan para contraponer las diferencias entre
el amor y el erotismo, por una parte, y la amistad y el erotismo, por otra.

Los enamorados, cuanto mayor es el tiempo que pasan juntos, más


quieren que se prolongue. Cuanto más unidos están, más sienten la
necesidad de disminuir aún más la distancia entre ellos. El erotismo,
cnntT-urjo, tiene capacidad de satisfacerse. J.. .J E) núcleo de )q
amistad es el encuentro y la amistad es una filigrana de encuentros
con la misma persona. El núcleo del erotismo, en cambio, es la expe­
riencia [...]. Los amigos nada esperan de su encuentro. No lo juzgan,
no lo evalúan. Si el encuentro no es intenso, la cosa no tiene la menor

44 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


importancia [...]. El encuentro erótico, por el contrario, se prepara con
miras a un resultado. Todo cuanto sucede, se juzga y se evalúa [...]. El
amor no se aprende, se conoce a priori. Tampoco la amistad se aprende
[...]. La seducción, en cambio, se aprende (Alberoni: 109-114).

En resumen, ambas unidades se utilizan para exponer, mediante la


comparación, parejas de informaciones estrechamente relacionadas cuyos
significados se contrastan. Su frecuencia de uso parece bastante diferente:
el conector en cambio suele aparecer en contextos más informales, y por eso
parece más utilizado que por el contrario, un conector más «largo» como
unidad léxica, que sólo hemos localizado en textos escritos formales o
combinado con el anterior, como variante de uso.

Ahora bien

Ahora bien equivale a «pero» en expresiones como: Haz lo que quieras; ahora
bien, atente a las consecuencias (DUE, v.I:100). Este conector presenta ciertas
características particulares:

1. Sólo puede ocupar la primera posición en su enunciado, es decir,


no tiene movilidad posicional.
2. No es compatible con pero (pues parece su equivalente extraora­
cional) ni con y (pues no es posible la combinación *y pero).
3. En contextos orales suele elidirse la segunda palabra: ahora... con
entonación final descendente y pausa marcada, que en el escrito
se transcribe con puntos suspensivos.

Se puede vivir sin saber astrofísica, ni ebanistería, ni fútbol, incluso sin


saber leer ni escribir: se vive peor, si quieres, pero se vive. Ahora bien,
otras cosas hay que saberlas porque en ello, como suele decirse, nos va
la vida (Savater, 1991:20).

Conectores contraargumentativos 45
Cuide mucho de su salud ya que puede sufrir un trastorno de carácter
agudo. Ahora bien, encontrará apoyo en la familia (La Vanguardia).

Finalmente se salvará; ahora..., si no hubiera sido por aquel joven so­


corrista, habría muerto».

Este conector es muy utilizado para iniciar la segunda parte del de­
sarrollo de la información e indica que lo que viene a continuación es un
punto muy importante, tanto si aporta un matiz de leve oposición como
de comparación.
Puede decirse que es el más evidente «corrector» o «puntualizador»,
ya que subraya una distinción fundamental, precisa lo anterior introdu­
ciendo ciertas observaciones. De ahí que pueda intercambiarse con otros
conectares «similares» a pero (sin embargo y no obstante); pero no con los
que implican instruccciones más específicas, como de todos modos, aun así
o con todo:

El ingenio ha convertido el arte en juego: eso es frívolo. Ahora bien,


con ello pretendía fortalecer la libertad, y esto es serio (Marina: 165).

Este valor prioritario de «rectificación» le lleva también a aparecer con


frecuencia en entornos lingüísticos en los que se hipotetiza:

No conozco gente que sea mala de puro feliz ni que martirice al próji­
mo como señal de alegría. Todo lo más, hay bastantes que para estar
contentos necesitan no enterarse de los padecimientos que abundan a su
alrededor y de algunos de los cuales son cómplices. Pero la ignorancia,
aunque esté satisfecha de sí misma, también es una forma de desgra­
cia... Ahora bien: si cuanto más feliz y alegre se siente alguien, menos
ganas tendrá de ser malo, ¿no será cosa prudente intentar fomentar todo
lo posible la felicidad de los demás en lugar de hacerles desgraciados y,
por tanto, propensos al mal? (Savater, 1991:134).

46 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


Como podemos observar, la información se estructura a partir de
un primer bloque de enunciados que dirige la atención hacia lo que in­
teresa: el contraste; primero con el nexo pero y después con un segundo
bloque de enunciados introducidos por el conector ahora bien, presentados
en forma de premisa hipotética y pregunta retórica dentro de la cual se
aprovecha, incluso, para presentar la conclusión a la que se debe llegar
(por tanto).
En otras palabras, se conjuga el valor opositivo con el hipotético, con
lo que se diferencia así de las otras unidades, que sólo'vehiculan un matiz
de contraste o contraposición. Por ello, con este valor sólo puede ser susti­
tuido por los enlaces de oposición no obstante y sin embargo, que, como ya
hemos visto, son los más polifuncionales.
Este significado de rectificación es tan importante que da lugar a
otro empleo frecuente en textos orales informales, el de recomendación o
advertencia dirigida al interlocutor:

Puedes ir vestido como quieras; ahora (bien), supongo que la gente irá
elegante

Haz lo que te parezca; ahora (bien), yo no me hago responsable

Si en el primer ejemplo sólo es un consejo (pues no afecta direc­


tamente al enunciador), en el segundo se trata de una advertencia, es
decir, el que habla no cree que su interlocutor siga los consejos o direc­
trices señaladas en el discurso previo; por lo tanto, se desentiende del
resultado final.
En resumen, nos encontramos con un conector de marcado significado:
su uso avisa de que la información que se presenta en el nuevo enunciado
es una observación pertinente y fundamental para comprender lo que
precede al conector.
Es bastante utilizado tanto en el discurso escrito como en el oral
(aunque en este último contexto es muy frecuente su variante elidida, es
decir, «corta» ahora). En el primer caso, funciona como una clara llamada
de atención a lo que va a introducirse; en el segundo, esa misma atención,
cuando implica al enunciador directamente, parece dar lugar a interpre­
taciones de los mencionados matices de consejo o, incluso, amenaza.

Conectares contraargumentativos 47
Esquema de los conectores contraargumentativos

r
Ahora bien Con todo
A-B

Aun así

En cambio
Por el
(ni aun así) contrario

> «pero» > Formal > Juego con la > Informal * Formal
> Observación > Conclusión negación > Oral/escrito * Escrito
pertinente > Resumen > Fuerza
▲ Á
> Entornos personal
de hipótesis > Oral 1
> Advertencia
A
Amenaza
* Oral
«Ahora...»
A

V
De todos modos

> Conclusión
> Fuerza personal
> Oposición
conclusivo-subjetiva

Sin embargo
(unidad prototípica)

> Variante escrita


T
No obstante

48 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


5. CONECTORES CONSECUTIVOS

Casi como su nombre deja traslucir, estas unidades se han especializado


en señalar que el enunciado que introducen debe considerarse como la
«consecuencia que se sigue», que se deriva del texto previo.
Por convención, indicamos esta relación mediante el esquema:

A> B
l_____________________________ J
Los conectores consecutivos forman parte de una especie de «de­
mostración» al presentar en el texto previo al conector una información
que permitirá la «conclusión» explicitada en el enunciado introducido
por una de estas unidades. Se apoya en lo que precede al conector para
mostrar que es necesario también aceptar el nuevo enunciado, recono­
cerlo como válido.
Algunos de los conectores10 que desempeñan este papel son: por (lo)
tanto, por consiguiente, en consecuencia, de ahí que, así pues, así que,
luego y pues.

Características generales

Es la relación que «inmoviliza» a un mayor número de unidades: algunos


pueden aparecer al inicio de su enunciado o en medio, entre comas.

10. Martín Zorraquino y Portolés (1999) presentan también los conectores: con­
siguientemente, consecuentemente, por ende, de resultas, así y entonces. Todos ellos de baja
frecuencia de uso o de ámbito claramente oral, por lo que quedan fuera del objetivo de
esta guía.

49
La libertad desligada ha creado su propio vocabulario. El hombre se
siente des-inhibido, des-envuelto, des-enfadado, des-interesado, des­
encantado, palabras con las que implícitamente afirma que se siente
liberado de un mundo inhibidor, lioso y enfurruñado. Hay, pues, motivos
suficientes para lanzar un suspiro de alivio (Marina: 176).

Pero otros han de ocupar siempre la primera posición del enunciado


que introducen:

Aquella tarde, Reglita Martínez se fue enseguida al gabinete a contar sus


chismorreos y todas las señoras estaban muy entretenidas con la chorlito y
con el café, así que no había peligro de que nos descubrieran (Mendicutti: 56).

Su aparición implica el reconocimiento de dos informaciones que


se articulan a través del conector en una secuencia de «posterioridad»
lógica; esto significa que ambos enunciados tienen que estar en la misma
dirección argumentativa. De ahí que ninguno de estos conectores admita
la presencia de pero. Además, los específicos matices de significado que
algunos vehiculan provoca que sólo tres de ellos admitan la presencia
del enlace y precediéndoles:

Hay muchas formas de llegar a la aventura. Los unos la buscan por


curiosidad o por la inquietud rebelde de su carácter, otros la asumen bajo
presión de una vida inclemente, implacable, pero que siempre es vida
y por tanto estímulo genial para quien sabe aprovecharla (los jóvenes
protagonistas de A través del desierto, de Sienkiewicz, por ejemplo, o el
capitán de quince años cuya crónica maravillosa escribió Julio Verne)
(Savater, 1995:219-220).

Características particulares

Para facilitar el análisis, téngase en cuenta que podríamos dividir los co­
nectores en dos grandes subgrupos a partir de sus similitudes de significado
y uso y, por tanto, de posible intercambio:

50 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


• Un grupo estaría formado por aquellos conectares que sólo
pueden transmitir la idea de consecuencia que se deriva: por
(lo) tanto, por consiguiente, en consecuencia y de ahí que. En ge­
neral, el uso de estos conectares añade un matiz de «rigor»,
de lógica veracidad. Este implícito hace que sean utilizados
con frecuencia como estrategia para reforzar consecuencias
débiles, pero que son a las que se quiere que llegue el lector
(u oyente). Cuanto menos frecuente es el conectar, más im­
pacto causa y, por tanto, más creíble resulta la información
que introduce.
• Otro grupo lo integrarían aquellas unidades que tienen usos
consecutivos entre otras instrucciones pragmáticas específicas.
Son: así pues, así que, luego y pues. Observemos también que
podríamos subdividirlas a su vez: los dos primeros conectares
se usan para concluir resumiendo, y los dos últimos proceden
del ámbito temporal y causal, respectivamente.

Por lo tanto, por tanto

Por lo tanto o por tanto se anteponen a una oración que expresa una
consecuencia de lo que antes se ha dicho o la conclusión a que se llega
(DUE v. II: 1261).
Ésta es la unidad nuclear que se utiliza para marcar esta relación,
pues es intercambiable por todas las demás. Parece, por tanto, el conectar
consecutivo por excelencia tanto en textos escritos como orales.
Es interesante observar que puede utilizarse indistintamente con ana­
fórico o no. El pronombre lo subraya la relación que se establece entre el
texto previo y el que sigue. En general, su aparición dota de cierto «rigor»
a la consecuencia que se deriva:

Porque es inútil, reiterativo, inacabable, porque sólo pretende disfrutar,


decimos que el juego no es una actividad seria. Por lo tanto, el ingenio,
que es un juego, tampoco lo será, lo cual nos obliga a precisar qué es
eso de la seriedad (Marina: 34).

Conectares consecutivos 51
Igualmente es de uso frecuente en ciertos intercambios orales:

(Entrevista a Gumersindo Lafuente, adjunto a la dirección de El País)


E: ¿Cree que el trabajo del periodista se ha visto realmente transformado
en su esencia por la llegada de Internet?
GL: Quizá no en su esencia, al menos de momento. Pero sí está evolucio­
nando de una manera muy rápida. Creo que el buen periodismo, y por
tanto el buen periodista, hoy no puede ignorar lo que sucede en la Red.

Observemos, asimismo, en este ejemplo el tratamiento de usted, más


formal, y también el uso del conector sumativo además como introductor
de un enunciado de refuerzo final a toda la respuesta.

Por consiguiente, en consecuencia

Estos dos conectores son realmente variantes estilísticas; no parecen pre­


sentar diferencias ni en sus limitaciones sintácticas ni en su significado. Lo
único que los distingue de por (lo) tanto es su tendencia a aparecer usados
en contextos formales; quizás debido a su peso fónico, silábico. Esta misma
razón podría aducirse para la escasa utilización de consecuentemente o
consiguientemente, claras variantes de los conectores anteriores, esta vez
en forma de adverbios modales en -mente.
Por consiguiente se refiere a conque, luego. Es una expresión consecu­
tiva que se aplica a la oración que expresa una consecuencia de lo dicho
en la anterior. Se puede hacer preceder de y suprimiendo el punto y coma
delante y poniendo por consiguiente entre comas, que en puntuación no
muy escrupulosa pueden suprimirse (DUE, v. I: 734).

Se trata de despertar y dinamizar las fuerzas de la sociedad, de liberar


la iniciativa personal, de superponer la inteligencia y la creatividad a
la burocracia y, por consiguiente, de insertar el país en la dinámica
actual de la vida internacional (El País).

52 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


Abundan, por ejemplo, quienes reducen la lectura a la búsqueda nerviosa
de la «conclusión», único sitio en el que se detienen, señalándola, por lo
general, con algunas rayas victoriosas. La idea subyacente debe ser sin duda
la de que todo el resto es un simulacro de argumentaciones y pruebas, una
hojarasca inútil sin ninguna conexión con el final. [...] Por consiguiente,
sólo los ingenuos o los primerizos pierden el tiempo leyendo cuidadosa­
mente todas y cada una de las palabras (Rossi, Manual del distraído).

En consecuencia se emplea como consecuencia de lo que se expresa


o de cierta cosa consabida (DUE, v. I: 731).

El sistema electoral sueco se distingue, como el español, por ser propor­


cional y, en consecuencia, por producir Gobiernos de coalición (El País).

Al propio tiempo, la opinión pública ha asociado el proceso de formación


de la UEM a un conjunto de políticas que casi uniformemente tienen el
común denominador de su impopularidad: reducción de las prestaciones
sociales y, en consecuencia, del Estado del bienestar (La Vanguardia).

De ahí que

De ahí que es una expresión consecutiva que sirve para enunciar una conse­
cuencia de algo que se ha dicho antes. Entre el antecedente y el consecuente se
hace una pausa, representada en la escritura por punto y coma (DUE, v. I: 99).
Se puede añadir que este conector siempre aparece en primera posi­
ción, y lo que es más interesante: es el único cuyo enunciado puede vacilar
entre utilizar el modo indicativo o el modo subjuntivo:

Las naturales tendencias del cuerpo y del espíritu fueron estranguladas


olvidando que, si a la Naturaleza se la echa a empujones por la puerta,
regresará por la ventana. (El puritanismo y el desmadre son hermanos
siameses unidos por la espalda). De ahí que en esa época, tan próxima
a la vuestra, acaso los deseos, por contradichos, fueron más profundos,
más intensos, más largos (Gala: 60).

Conectores consecutivos 53
Los responsables de esta iniciativa tienen clara la radiografía de sus
clientes. Son jóvenes, entre los 18 y 26 años, con tantas ansias de viajar
que aceptan las incomodidades que les acarrea, a veces, utilizar medios
no tan rápidos como el avión pero más asequibles desde el punto de vista
económico. De ahí que las preguntas sobre trenes de largo recorrido y
autocar sean las más formuladas (La Vanguardia).

Este empleo del conector con subjuntivo es el que nos resulta intui­
tivamente más «natural», aunque tampoco podemos olvidar que, según
parece, el uso del subjuntivo está perdiendo terreno en favor del indicati­
vo. El modo subjuntivo podría, quizás, explicarse como resultado de una
originaria expresión impersonal del tipo: de ahí se deduce que o de ahí es
que con el resultado final de una elipsis del verbo.

Así pues, así que

Estos conectores coinciden prácticamente en su significado y en su


comportamiento sintáctico; por eso, pueden usarse como sinónimos en
la mayoría de contextos. De todos modos, parece que hay una cierta
tendencia a utilizar así pues en textos más «formales» (o al menos, en
los que lo que se deriva no es sólo en opinión del autor); en cambio, el
conector así que suele usarse cuando esa consecuencia-conclusión es
ante todo la opinión concluyente del autor y el contexto informativo es
más «informal».
Ambos expresan de modo que. Sirven de conjunción consecutiva,
expresando que la oración a que afectan es consecuencia de algo dicho
antes. Obsérvese la puntuación de una y otra expresión en los ejemplos
siguientes: Tenemos que saberlo con tiempo; así pues, decídete pronto/Tenemos
prisa, así que no nos hagas esperar o Esta tarde no habrá trabajo; así que no
vengas (DUE, v. I: 275).
Según parece, así pues suele utilizarse para introducir la conclusión,
más o menos lógica y general, que puede deducirse de lo que acaba de
exponerse en varios enunciados anteriores. En el siguiente ejemplo, el autor,
después de exponer en clave de humor (por lo inverosímil) las circunstan­
cias actuales de un libro, pasa a dar la información clave, lo que debe

54 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


entenderse, la conclusión a la que hay que llegar: un libro es un objeto de
consumo y, como tal, con fecha de caducidad, se use o no.

Producto de una sociedad hiperconsumista, el libro está casi tan mimado


como un pollo alimentado con hormonas y mucho menos que un misil
nuclear. El pollo con hormonas de crecimiento instantáneo no es, por otra
parte, una comparación gratuita si se aplica a los millones de libros «de
circunstancias» que se escriben en una semana bajo el pretexto de que, esa
semana, la reina la ha diñado o el presidente ha perdido su empleo. Así pues,
visto bajo esta perspectiva, el libro no es, ni más ni menos, que un objeto de
consumo, y tan efímero como cualquier otro: inmediatamente destruido si
no funciona, muere con mucha frecuencia sin haber sido leído (Pennac: 140).

En este otro ejemplo, el lector (pues el ejemplo pertenece a la sección


de Cartas al Director del diario), después de exponer lo que alguien ha
dicho sobre el escritor y poeta argentino, expone sus argumentos y cierra
el texto concluyendo con su opinión.

Hace unos meses leí en cierto suplemento un comentario de un crítico


sobre la «irregular traducción» del gran escritor Borges. Esta afirmación
resulta inadmisible sobre todo a partir de la debilidad de las pruebas
con que este señor argumenta su exposición. [...] Así pues, no bastan
estas breves muestras para desacreditar injustamente la excelente labor
traductora de tan insigne poeta como es Borges (El País).

En cambio, así que parece usarse para indicar el desenlace personal


al que, como opinión o acción particular, se llega. Este matiz de mayor
subjetividad (o menor formalidad) provoca que aparezca con frecuencia
enlazando parejas de enunciados y en contextos que intentan reproducir
el discurso oral familiar:

Ya te he dicho que no puedo acompañarte; así que (*así pues), por


favor, no insistas

Conectares consecutivos 55
Pues Isabel me decía que hay que vivir y yo creo que ahora estoy viviendo
y a ratos soy feliz y a ratos me entra como una angustia muy grande por
dentro, pero los ratos de felicidad son más largos, así que da lo mismo
(R. Montero, 1983:149).
Pero quería verme allí, en el espejo, en la luna del armario, en la misma
postura que tenía en la foto tío Ramón. No sé por qué. Quería verme
igual que él. Así que fui a abrir un poco la puerta del armario y pegué
un respingo cuando la madera crujió (Mendicutti: 62).

Luego

Es una conjunción consecutiva; pronunciada sin acento. Expresa que la


oración a que afecta es consecuencia de la oración principal a la que sigue
siempre (DUE, v. II: 289).
Si su uso como organizador temporal es muy frecuente en secuencias tem­
porales narrativas, no podemos decir lo mismo de su empleo como conector
consecutivo en textos expositivo-argumentativos. Con este valor, además, no
admite otra posición que la inicial, ni tampoco puede aparecer acompañado
del enlace y (a diferencia de cuando adquiere significado temporal).
Esta unidad ha sido utilizada tradicionalmente en las argumentaciones de
filosofía lógica como equivalente de la forma latina ergo. Su carácter de cultismo
ha restringido mucho su frecuencia de aparición. En los únicos ejemplos que
hemos localizado se utiliza humorísticamente para pretender dotar de «rigor de­
ductivo» lo que se dice, para que parezca indiscutible la consecuencia expuesta.
Así, en la expresión:

Salvé un ratón, luego soy Dios. (César Manrique, El País)

se supone que, si he salvado un animal (en este caso un ratón, que social­
mente es un animal repugnante), soy un «salvador»; por lo tanto, se deduce
que puedo equipararme a Dios.
O bien, este otro ejemplo mucho más coloquial:

No, no ha salido el sencillo «Half of everything» de Lloyd Colé. Luego


habrá que comprarse el elepé, que es el segundo de la carrera de Lloyd
en solitario. (La Gaceta Universitaria, 12)

56 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


Creemos que aquí, con este uso de luego, se intenta conseguir que se fije
la atención en lo que le sigue, que, curiosamente, es una «recomendación»:
la compra de un disco más caro. En este caso parece evidente que es una
estrategia textual para convencer al lector de la necesidad de esa compra
que se presenta como ineludible para todo aquel a quien le guste Lloyd Colé.

Pues11

Esta partícula es fundamentalmente consecutiva y tiene como papel propio


el de expresar una cosa sugerida al hablante por algo pensado o dicho
inmediatamente antes. [...] A veces se intercala pues entre dos comas, pa­
sando entonces el sujeto al final de la oración: Llegó, pues, la primavera. En
esta construcción tiene función entre adverbial y conjuntiva; equivale a
así, así pues o así que y sirve para expresar algo que estaba implícito en lo
dicho anteriormente. [...] La función de pues es a veces causal; equivale a
ya que o puesto que (DUE, v. II: 881).
Por la información que nos ofrece el diccionario, podemos detectar dos
significados fundamentales que, a su vez, están muy relacionados entre sí:
la causa y la consecuencia; todo depende de la perspectiva desde la que se
plantee la relación lógica entre los enunciados.
Si vehículo un significado causal, observamos que esta conjunción
tiene que ocupar obligatoriamente la primera posición de su enunciado y
que no aparece entre pausas gráficas (no tiene fuerza entonativa propia):

Cerró el cuaderno y lo guardó junto a los otros en el cajón de la mesilla.


Luego se levantó, fue al baño e intentó vomitar inútilmente. Pensaba
que si conseguía vomitar cesaría el mareo. Estaba pálida. Recorrió el
pasillo de un extremo a otro, pues a veces andando se le pasaban los
efectos del hachís. Decidió que no volvería a fumar, pues los canutos,
últimamente, le producían un efecto raro, siniestro (Millás, 1990:62).

11. Dados los múltiples usos y valores que puede adquirir pues en textos orales, nos
limitamos a comentar su valor consecutivo. Como dice el diccionario de M. Moliner: «El
uso de pues es amplísimo y, aunque en muchos casos la relación consecutiva no se percibe
claramente y puede tomarse por una partícula enfática o expletiva, a la cosa expresada
con pues ha precedido, siempre en el pensamiento del que habla, alguna consideración
que la motiva, justifica o explica». Así pues, la definición que ofrecemos es sólo una peque­
ña parte de la que da el DUE.

Conectares consecutivos 57
En cambio, cuando funciona como conectar consecutivo suele aparecer
integrado en su enunciado, entre comas. En esta posición puede cambiar­
se por cualquiera de los conectares del primer subgrupo (por [Zo] tanto, en
consecuencia y por consiguiente):

Si Elena Rincón sospechara (cuestión que ignoro), que está sometida a


vigilancia, bastaría que reparara en mi presencia en dos lugares diferen­
tes para identificarme como un investigador. Debo, pues, permanecer
fuera de su campo visual cuanto me sea posible (Millás, 1990:112).

En otras palabras, estamos ante una pieza léxica que ha especializado


sobre todo su posición para anunciar dos significados: si introduce la causa
del enunciado anterior, aparece en primer lugar y puede intercambiarse
con otras conjunciones como porque o puesto que; en cambio, si aparece
intercalada en su enunciado, nos encontramos ante un conectar de valor
consecutivo, similar a los arriba mencionados.

58 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


Esquema de los conectores consecutivos

i T V T T

Pues Así que Así pues De ahí que Luego

Escrito > Oral > Escrito > Subjuntivo > Escrito


Posición inicial > Subjetivo > Más general > (Indicativo) > Culto
k
> Escrito
A
> Formal

V 1
tz A

Causa > Conclusivos de cierre > Rigor inferido


Posición A
Intermedia
T

Conclusión
inferida
A

Por (lo) tanto


(unidad prototípica)

> Variantes escritas formales

T
Por consiguiente En consecuencia
Consiguientemente Consecuentemente

Conectores consecutivos 59
X

6. PROPUESTAS DIDACTICAS

Escribir supone abrir posibilidades infinitas


de interlocutores no presentes, distintos, futuros, inimaginables.
Y, sobre todo, ayuda a pensar, a ver el pensamiento
como interlocutor de uno mismo.
Gloria Feliu

El dominio de la composición pasa por la enseñanza y el aprendizaje


de ciertas habilidades lingüísticas y principios pragmáticos generales que
podríamos llamar del tipo know how; es decir, estrategias que ayudan al
estudiante a saber cómo:

• obtener ideas y discernir entre las que pueden ser apropiadas y


las que quizás no lo sean,
• estructurar la composición en conjunto,
• organizar de manera coherente las informaciones en diferentes
párrafos,
• conectar los enunciados dentro del párrafo y a lo largo del texto.

La necesidad de utilizar conectores en los dos últimos apartados con­


vierte a éstos en elementos fundamentales para conseguir una correcta
composición. De este modo, ampliamos perspectiva en el uso de las siempre
socorridas unidades de enlace (pero, y, también...) y ayudamos a reforzar
la frecuente «debilidad» de conexión informativa que muestran muchos
textos de nuestros estudiantes.
Obviamente, el trabajo sobre los conectores tiene sentido en función
de los tipos de texto que los estudiantes hayan de comprender y producir.
Por eso, consideramos de vital importancia que, incluso desde los comien­
zos del aprendizaje, se les conciencie de la repercusión que estas unidades
tienen en la estructuración y el desarrollo de un texto y se subraye el valor
que cada uno de estos elementos aporta al mismo.

60 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


Con frecuencia, se pide al alumnado que opine por escrito acerca de
un tema polémico, de actualidad, y que exprese sus argumentos a favor y
en contra. Una fase preliminar oral en clase permitirá un intercambio de
conocimientos y un eventual debate potenciará el desarrollo de las ideas
y su matización.
Por otra parte, parece evidente que una defectuosa organización
textual en general va acompañada de una pobre «competencia léxico-
gramatical» y de «conocimientos del mundo». Por eso, enseñar a componer
significa tener en cuenta a la vez varios otros aspectos:

1. Exponer eficazmente es una de las tareas más complicadas en el


aula: implica la competencia «adulta» de una serie de habilidades
locales (ortografía, sintaxis, selección léxica...) que la mayoría de
nuestros estudiantes todavía está adquiriendo.
2. La lectura es un modo fundamental de aumentar nuestros co­
nocimientos. Si no «sabemos» cosas, ¿sobre qué podemos hablar,
opinar, razonar, escribir? Los textos, además, son una fuente de
variadas estrategias de construcción textual. Esto es, nos permiten
observar cómo se organizan. Pero, claro, a muchos estudiantes
no les gusta leer, y mucho menos cuando se trata de lecturas del
«programa».
3. En los últimos años se ha incorporado con fuerza a la programa­
ción de lengua la tipología textual y los «conectares» asociados.
Tomando como punto de partida textos expositivo-argumen-
tativos, el profesor dispone de variados modelos con los que ir
entrenando a sus alumnos en el reconocimiento y la utilización
de los conectares.
4. Los estudiantes, en general, conocen muchos más conectares de
los que usan, sobre todo orales, informales a partir de textos que
forman parte del ámbito discursivo al que están acostumbrados,
el que dominan. Reconocen los conectares «propios» del escrito,
del uso más «formal» de la lengua, aunque no los activan en sus
escritos, pues tienen otros problemas previos, como, por ejemplo,
seleccionar y organizar la información.
5. Los conectares no sirven de mucho si la relación de significado
no existe previamente. Es decir, el uso de un conectar no «salva»
la unión de dos o más enunciados incoherentes (en el sentido de

Propuestas didácticas 61
que no guarden una lógica relación, de que no tengan «sentido»).
Sería como intentar pegar dos piezas que no encajan: aunque el
pegamento sea bueno, el resultado no es el más conveniente.

¿Cómo conseguir que los estudiantes utilicen conectores de manera


adecuada, que un texto sea equilibrado en el número de unidades de
enlace? De nuevo nos encontramos ante una pregunta con múltiples po­
sibilidades de respuesta: depende de las habilidades cognitivas de cada
estudiante, de su interés por la lectura y la escritura, de los modelos tex­
tuales que les proporcionemos, de la práctica continuada, de su habiliadad
escritora en su lengua, etc.
A modo de guía de inspiración para una primera aproximación
didáctica al tema, presentamos diversos ejercicios que hemos dividido en
tres grandes bloques que, a su vez, parecen corresponderse con el proceso
de adquisición y activación de los conectores:

• Actividades de reconocimiento: muy ligadas a la comprensión


lectora.
• Actividades de focalización: la atención se centra en el significado
y uso textual de estas unidades.
• Actividades de puesta en práctica: en ellas se privilegia la com­
posición textual.

Esta subdivisión es muy flexible, en el sentido de que permite trabajar


los tres tipos de actividades a partir de un mismo texto, o centrarnos en
sólo una parte, según el tiempo de que dispongamos y las necesidades de
nuestros estudiantes.
Dentro de cada apartado presentamos varios tipos de ejercicios gra­
duados en función de la dificultad que suponen, ya sea por su longitud o
por su complejidad temática. De ahí que aparezcan extractos, adaptaciones
y textos originales. Los materiales del primer y tercer apartado proceden,
en su mayor parte, de la prensa y de novelas; los del segundo, en cambio,
han sido creados ex profeso para las actividades propuestas. Así pues,
¡manos a la obra!

62 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


Actividades de reconocimiento

Evidentemente, la elección de textos expositivo-argumentativos para


trabajar en clase no es fácil: para presentar la articulación lógica de una
información, con frecuencia son necesarios textos de cierta extensión y
complejos en su estructura.
En este sentido, y siguiendo a Moirand (1982), creemos que es muy
importante escoger, según el nivel del alumnado y el objetivo que se persiga,
textos reales, adaptados o «realistas» (a medio camino entre el auténtico
y el creado ad hoc) cuyos datos referenciales y socioculturales sean lo sufi­
cientemente familiares a los estudiantes como para compensar las posibles
lagunas léxicas, de estructuras e incluso informativas.
Por ello, a continuación proponemos tres tipos de texto breves y cono­
cidos: el interrogatorio, el horóscopo y las Cartas de los lectores.

Actividad 1 El interrogatorio: una serie


de preguntas y respuestas

Como primera «aproximación» de reconocimiento proponemos un texto


realista cuya comprensión no necesita un gran dominio lingüístico, y
que puede, por tanto, ser utilizado en niveles de falsos principiantes, una
vez han trabajado el uso de los pasados. Se trata de un interrogatorio
ficticio que se produce durante un juicio, marco referencial conocido por
todos los estudiantes.
Al tratarse de una situación polémica en la que se intenta conven­
cer al auditorio, suelen aparecer bastantes conectores del tipo que nos
interesan.
Tras una primera lectura individual se focalizará la atención sobre
las unidades que se han utilizado para construir y enlazar los diferentes
enunciados, y se determinará su valor en el texto intentando establecer
«grupos» de unidades a partir de su semejanza de significados.

Propuestas didácticas 63
Como punto final proponemos para ambos casos su dramatización;
así podremos resaltar el carácter de unidad entonativa propia que poseen
estas unidades en su manifestación oral.
Si observamos las secuencias en que está organizado el texto, podre­
mos detectar las siguientes relaciones: tras un refuerzo de la información
previa por parte de la presunta acusada al inicio de sus intervenciones
(conector sumativo: además), el fiscal dirige el diálogo a partir de las res­
puestas obtenidas: cierra y concluye el primer bloque informativo (conec­
tor consecutivo: así pues), presenta una posible contradicción (conector
contraargumentativo: sin embargo), compara informaciones (conector
contraargumentativo: en cambio), deduce (conector consecutivo: por con­
siguiente) y pone dos objeciones (conectares contraargumentativos: ahora
bien y no obstante) para presentar las informaciones en la dirección que
más le interesa. Ésta es, en esencia y con todas las salvedades necesarias,
la secuencia de muchos textos expositivo-argumentativos: presentación
del tema, argumentos a favor y en contra, y potencial conclusión. De
ahí que el comentario sobre este ejercicio pueda servir como ejemplo de
aproximación para muchos de los textos que proponemos.

■ Lee el siguiente diálogo prestando mucha atención a las unidades de


conexión que aparecen resaltadas. Después te tocará a ti ser el prota­
gonista.

(En un juicio)

Ordenanza: ¿Jura decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad?
Acusada (A): Sí, lo juro.
Fiscal (F): Bien, Sra. Mata. Según parece, conocía usted bien al Sr.
Letal, ¿no es así?
A: Sí, fui su ayudante durante tres años. Además, era un buen amigo
de la familia.
F: Hablemos de aquel sábado 23 de enero, es decir, el día en que se
encontró el cuerpo del Sr. Letal. ¿Recuerda lo que hizo aquel día?
A: Sí. Por la mañana estuve en unos grandes almacenes, después comí
con una vieja amiga y sobre las 18:00 volví a casa. Como me dolía
la cabeza, me acosté un rato.

64 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


F: Así pues, pasó usted toda la noche en casa.
A: Así es.
F: Sin embargo, cuando su suegra pasó por su casa hacia las 19:30
para hacerle una visita, usted no abrió la puerta.
A: Probablemente me quedé dormida. Ya le he dicho que tenía jaqueca.
F: En cambio, sí que hizo usted una llamada dos horas más tarde para
pedir una pizza.
A: Cierto, debí de despertarme con hambre.
F: Por consiguiente, usted afirma que pasó la noche en casa. Ahora
bien, si esto es así, ¿puede explicarnos por qué nadie descolgó el
teléfono cuando su marido la llamó hacia las 24:00 desde la con­
vención en la que estaba?
A: Como tardaba en llamar, pensé que estaría demasiado ocupado y
decidí irme a dormir.
F: No obstante, su marido dice que llegó sobre la 1:30 de la madrugada
y que usted no estaba en casa.
A: ¡Ah, sí! Es verdad; me quedé sin analgésicos y tuve que salir a
buscar una farmacia de guardia.
F: Comprendo. Eso es todo. Muchas gracias.

Actividad. 2 El horóscopo

El horóscopo es un tipo de texto condicionado tanto por el espacio que puede


ocupar en una determinada publicación como por la información que inclu­
ye. En general, son textos breves (cada signo no suele tener más de cinco o
seis cortas líneas) que presentan informaciones «favorables», «desfavorables»
y conclusiones; esto implica que con mucha frecuencia utilicen conectores
del tipo que nos interesa como vehículo «sintético» de relaciones lógicas.
Para empezar a trabajar estos textos, podemos preguntarles si se han
fijado en qué tipo de publicaciones aparecen, si los leen, si se los creen y por
qué, si piensan que van dirigidos a un cierto tipo de público, etc. Después,
podemos poner como modelo un signo zodiacal (en una transparencia o,
mejor aún, proyectado en la pizarra, por ejemplo) y observar qué tipo de
informaciones contiene y cómo se enlazan entre sí.

Propuestas didácticas 65
A continuación, podemos dividir la clase en grupos de dos o tres es­
tudiantes (es conveniente que cada uno de ellos sea de un signo diferente)
y les entregaremos los correspondientes signos. Entonces deberán leerlos y
subrayar los diferentes conectores que aparezcan. Luego, en la pizarra y
entre toda la clase podemos ir haciendo una lista y agruparlos por series
en función de su significado.
Finalmente, podemos pedir a los alumnos que guarden esta lista para
ir ampliándola con nuevas unidades que vayan apareciendo. De este modo,
se irían creando su personal repertorio de conectores.
Como se observará, el texto que ofrecemos contiene abundantes conec­
tores de los dos primeros tipos estudiados, pero no del tercer grupo, ya que
el horóscopo trata del futuro, de hipótesis y, por tanto, no es «posible» hacer
deducciones «creíbles» al no ser reales las «bases» de partida. Si el grupo
de estudiantes lo propicia, se les puede pedir que ellos mismos escriban la
conclusión que se deriva de las informaciones previas. Esta actividad podría
cerrarse pidiendo a los estudiantes que escriban, por parejas, el horóscopo de
alguno de sus compañeros utilizando algunos de los conectores trabajados.

■ Lee y subraya los diferentes conectores que aparecen en este texto. In­
terpreta las razones por las que aparecen aquí.

HORÓSCOPO Guimar Eguillor

Q Salud € Dinero * Amor

zlrtes ® Cáncer
Empiezan unos días en los que tenderá Estos días debe ser muy prudente, ya que
a ser más reflexivo y algo más calma­ podría sufrir una aguda crisis. Riesgo
do. Sin embargo, podría sentirse algo de importantes dificultades, además, en
bajo emocionalmente. No obstante, el un asunto de dinero relacionado con su
ingreso del Sol en su signo el día 20 pareja o con una asociación. Por otra
indica la posibilidad de revitalización parte, un contacto profesional quedará
para su signo. Por lo demás, esta sema­ algo congelado. De todas formas, se
na deberá afrontar serios obstáculos en inicia una época favorable a que se
la puesta en marcha de un proyecto imponga y obtenga logros en su ampo
que desea. socioprofesional.
O Regular € Mal * Mal © Regular € Regular * Mal

66 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


O Libra Capricornio
Estos días puede sufrir un importante Éste es uno de los mejores momentos
disgusto afectivo. Existe incluso el riesgo de su vida de pareja, por ejemplo,
de una ruptura amorosa o de problemas para contraer matrimonio. Por otra
con un hijo. Además, deberá vigilar sus parte, también lo es para cualquier
costumbres, ya que los excesos pueden tipo de asociación y, si debe firmar
repercutir en su salud. Si tiene pareja, un contrato o tiene un juicio, seguro
quizá la comunicación con ella sea que será para bien. En cambio, es
menos viva que en días pasados. Sin preferible que no viaje, ya que podría
embargo, empieza una época favorable tener algunos problemas o retrasos.
a ésta. Atención en dinero.
© Mal € Mal * Mal © Mal € Mal * Regular

© Tauro Leo
Si tiene la posibilidad de viajar al ex­ Quizás un viaje se posponga un tiem­
tranjero, no dude en hacerlo, ya que éste po. Pero lo importante de esta semana
puede abrirle magníficas perspectivas es que, si tiene algún problema con su
para su futuro. Por lo demás, también pareja, éste puede tomar dimensiones
sería una semana magnífica para ini­ muy críticas. Tenga muchísimo cuida­
ciar un estudio de envergadura. Posible do. También puede tratarse de graves
éxito en este campo. Por el contrario, tensiones con un colaborador. Por lo
un proyecto nacerá ya con serias difi­ demás, aunque se sentirá menos ágil
cultades. Cuidado con sus relaciones mentalmente, empieza un período fa­
profesionales. vorable al éxito de sus ideas.
© Regular € Regular v Regular © Mal € Regular * Mal

® escorpio Acuario
Mercurio y Marte ingresan esta semana Oportunidad de iniciar un buen viaje.
en su signo, lo que indica que tiene la En cambio, algunos contactos o ini­
oportunidad de una cierta renovación ciativas de tipo profesional probable­
mental y energética. Sin embargo, ésta mente se frustren nada más iniciarse.
no será sin fuertes dificultades, debido Sin embargo, lo relevante de estos días
a problemas que, tal vez, padece desde es que puede vivir una gran historia
hace tiempo. En cambio, ahora podrá de amor con unas relaciones íntimas
satisfacer plenamente sus aspiraciones e plenamente satisfactorias. También es
incluso iniciar un gran y muy importante una semana magnífica para un asunto
proyecto. de dinero.
© Mal € Regular V Regular © Bien € Bien v Bien

Propuestas didácticas 67
® Géwínls ® ^/¿rgo
Últimos días de Mercurio y Marte en No se preocupe demasiado por posibles
conjunción en su signo. Aprovéchelos malas noticias afectivas o discusiones
para activar asuntos personales pen­ con un amor, ya que muy pronto pasa­
dientes. En cambio, podría iniciarse rán. En cambio, gran semana para la
un asunto económico que tendrá serias felicidad entre los suyos y el bienestar
dificultades, si es que logra realizarse. De en su hogar, pudiendo suceder algún
todas formas, posee una extraordinaria hecho que marque beneficiosamente su
protección frente a las dificultades. Cu­ vida en este campo. Cuidado, por otra
ración en cualquier trastorno de salud parte, con posibles problemas en una
que pueda sufrir. iniciativa laboral.
© Mal € Regular * Regular © Mal € Regular * Regular

® Sagitario ® Piscis
Tendencia a un alto grado de tensión, Procure no viajar a principios de sema­
seguramente debido a la agudización de na, ya que podrán surgirle complicacio­
importantes problemas. Es conveniente nes. Tampoco es buen periodo para su
que se cuide y procure no viajar, ya que vida familiar ni asuntos domésticos. En
sufriría serias dificultades. Además, de­ cambio, debería dedicarse estos días en
bido a sus intereses profesionales quizás cuerpo y alma a un asunto de dinero,
descuide algo a su familia. Sin embargo, ya que su futuro de los próximos años
empiezan unas semanas en las que dis­ dependerá en gran medida de él y puede
frutará de la oportunidad de revitalizar ser muy bueno. Si debe firmar un con­
su vida amorosa. trato, no lo dude.
© Regular € Regular * Bien © Mal € Bien V Regular

(La Vanguardia)

ZÍcflVtdád 3 Cartas al Director

Otro tipo de texto de gran utilidad es el de las Cartas al Director. Los


diarios ofrecen a sus lectores la oportunidad de opinar sobre temas
actuales muy dispares y, con frecuencia, polémicos. Un modo de atraer
la atención de los estudiantes sobre estos textos es animándolos a que
participen, a que escriban sobre algún tema que les interese y lo envíen
al diario.

68 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


Una cuestión muy debatida por la opinión pública, especialmente
en muchas ciudades, es el de la presencia de animales y los problemas
que causan: excrementos, mal olor, deterioro de edificios, etc. Como
ejemplo ofrecemos una carta sobre las palomas en las ciudades. En
una primera fase, es conveniente «situar» oralmente el tema: opinión
de los estudiantes sobre los animales en las ciudades, argumentos a
favor, en contra, cómo se podrían resolver algunos de los problemas
que provocan, etc. Después, se puede pasar a la lectura del texto y
controlar no tanto el contenido «superficial» como el contexto retórico
con preguntas del tipo: ¿de qué trata?, ¿a quién se dirige?, ¿expone y
opina o rebate?, ¿de qué intenta convencer al lector?... Posteriormente,
pueden exponerse las ideas básicas y observar si se enlazan mediante
algún tipo de conectares; y si es así, de qué tipo son y para qué los
utiliza el escritor. Por ejemplo:

• ¿Añaden nueva información?


• ¿Rebaten la información precedente?
• ¿Exponen las consecuencias?
• ¿Resumen toda la información dada?

Con este tipo de actividades realizamos un trabajo de conceptualiza-


ción del significado y del uso textual del conectar, ayudamos al estudiante
a tomar conciencia de la importancia de estas unidades como mecanismos
para señalar diferentes orientaciones argumentativas y, además, centramos
la atención en el texto como unidad comunicativa.

■ Lee el siguiente texto y fíjate en las palabras que aparecen en negrita:


¿para qué las usa el escritor?, ¿puedes cambiarlas por otras?, ¿perdemos
información si las eliminamos?

Propuestas didácticas 69
Vivir en una gran ciudad

Las palomas en Barcelona representan un grave problema, que reco­


nozco de difícil solución. Por una parte, ensucian los monumentos,
aceras, vehículos y prendas de vestir con sus abundantes excrementos
y por otra, utilizan las oquedades de los edificios antiguos para ani­
dar. Ello implica un innumerable reguero de insectos, ruidos y malos
olores, sobre todo cuando el calor aprieta.
Entiendo que cuando uno piensa en «palomas» tiende a visualizar
la imagen bucólica que nos han implantado de esos animales y, por
lo tanto, que hay que cuidarlas y protegerlas. Sólo cuando se es un
afectado de sus cotidianas e interminables excrecencias se percibe una
imagen totalmente diferente.
Sobre las palomas se ha escrito abundantemente, sobre todo en
sentido positivo, léase por ejemplo, el último libro de Umberto Eco, y
en sus páginas encontrarán una extensa relación de su participación
en la literatura como objeto-imagen simbólico por excelencia; todo esto
no facilita que se tome una postura en contra de tales animales. Sin
embargo, creo que el Ayuntamiento de Barcelona debería controlar
con mayor y mejor eficiencia la proliferación de estas aves porque, en
mi opinión, (y ahora añadiré una nueva imagen al pájaro en cues­
tión) son como ratas con alas y que como tales deberían también ser
objeto de control sanitario. No es exageración; para comprobarlo sólo
tienen que coger entre sus manos una de ellas y ahuecar sus plumas.

Carta publicada en El País (texto adaptado)

Actividad. 4 ¡Qué desorden!

Una vez que hemos trabajado algunos enlaces entre enunciados, podemos
pasar a un ejercicio más complejo: el de ordenar un texto. Para estimular
la negociación a la hora de decidir el orden, podemos trabajar en grupos
de dos o tres estudiantes; y para facilitar la reconstrucción del texto, les

70 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


entregaremos los diversos fragmentos recortados. Primero, cada estudiante
debe leer sus fichas prestando especial atención no sólo al contexto lingüís­
tico, sino también a los conectores, que deberán ir subrayando. Después,
pasarán a ordenarlo entre todo el grupo. Finalmente, puede corregirse el
ejercicio entre toda la clase, incitándolos a exponer oralmente el porqué
de sus elecciones, qué elementos les han ayudado a elegir un determinado
orden y no otro, etc. El texto que proponemos puede usarse como punto de
partida para un tema más polémico y actual, como es el de la ludopatía.
El texto aparece ordenado para favorecer una primera lectura. Ade­
más, de este modo cada profesor puede decidir la longitud de los fragmentos
en función del nivel de sus estudiantes. Nosotros proponemos la siguiente
división en diez partes.

■ ¿Podrías ordenar el siguiente texto para que resulte comprensible? Fíjate


en el uso de «unidades de enlace» entre las diferentes partes del texto
y subráyalas.

¡Suerte!
1. Sólo uno de cada diez españoles se considera en la vida como una
persona con mala suerte.
2. Cuatro de cada diez, en cambio, se consideran personas con buena
suerte, y el resto (cinco de cada diez) no se ven ni como lo uno ni
como lo otro.
3. Es decir, en conjunto, el sentimiento de queja con la propia suerte
resulta ser ampliamente minoritario.
4. Por otra parte, no deja de ser llamativo que nuestros conciudadanos
tiendan, en conjunto, a tentar la suerte prácticamente en la misma
proporción en que creen tenerla: uno de cada dos, aproximadamen­
te, suelen jugar a la lotería (cupón de la ONCE, Lotería Nacional y
Primitiva), de forma más o menos regular, si bien sólo uno de cada
cinco lo hace todas las semanas.
5. La Bono Loto, las quinielas y el bingo tienen, por el contrario, una
clientela notablemente más reducida: el 64%, el 74% y el 88% res­
pectivamente, dicen no haber jugado nunca a ello.
6. De todas formas, la Lotería de Navidad constituye, sin duda, una
excepción en el mercado de la suerte: ni más ni menos que el 77%

Propuestas didácticas 71
de los entrevistados en el presente barómetro dicen, en efecto, llevar
alguna participación de la misma.
7. Se trata, sin duda, del juego de azar de más amplia participación
popular: casi el doble que en el caso del cupón de la ONCE, el sorteo
de más aceptación en todo el año.
8. Los españoles, sin embargo, parecen poco atraídos por las distintas
ofertas de adivinación del futuro: uno de cada cuatro dice leer, con
alguna frecuencia, el horóscopo de periódicos y revistas, y más del
90% dice no haber solicitado nunca la adivinación del futuro por
medio de la lectura de manos o de las cartas del tarot.
9. Con todo, resulta significativo que casi un millón y cuarto de adultos
afirme haber solicitado a expertos en astrología la elaboración de un
horóscopo personal, y que a casi dos millones les hayan adivinado
el futuro.
10. Así pues, según parece, los españoles somos gente con suerte.

El País (extracto adaptado)

Actividad 5 Escribir

Finalmente, y para cerrar este apartado, proponemos la lectura de un


texto «auténtico» donde se reflexiona sobre el escribir. Se trata de unos
fragmentos extraídos de una recopilación de conversaciones que el
escritor argentino A. Bioy Casares mantuvo en diversos momentos con
diferentes interlocutores. El objetivo, en este caso, es que los estudian­
tes tomen conciencia de que escribir bien es difícil no sólo para ellos,
sino también para los escritores, y que requiere un cierto tiempo de
práctica y de esfuerzo. Este texto, a diferencia de los anteriores, es una
conversación; y en ella aparecen también conectores como mecanismo
de enlace de informaciones y entre turnos de palabra. Finalmente,
podemos pedirles que expongan razonadamente su parecer sobre la
opinión del «experto».

72 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


■ ¿Qué opina un conocido escritor sobre la tarea de escribir? Lee el siguiente
texto y observa cómo se han usado las palabras subrayadas para conectar
informaciones.

A la hora de escribir

LZ- ¿Escribir es una profesión?


BC- Llega a serlo, aunque el prójimo no lo crea. Para mí fue siempre una
profesión. Es, además, lo que he estado haciendo a lo largo de la vida.
LZ.- ¿Podría compararse a escribir por encargo?
BC.- Escribir por encargo es una forma, no la única, de escribir pro­
fesionalmente. Por si alguien piensa que escribir por encargo es, de
un modo inevitable, algo indigno, recordaré que el Doctor Jonson,
uno de los críticos de los escritores más extraordinarios, dijo en una
oportunidad: «Sólo un badulaque escribe por placer». Él escribía por
necesidad, por dinero, y lo hacía admirablemente. [...]
A O'F - De todos modos, se empieza a escribir porque se tienen ganas
y posibilidades de hacerlo.
BC.- Sí, es verdad, pero es una verdad que pensamos con particular
convicción después del Romanticismo. Los escritores que escribieron
para ganarse la vida, y que escribieron bien, son innumerables. Yo
veo en ello prueba de que la inteligencia escapa a las circunstancias
y, en definitiva, se impone.
LZ - Entonces, ¿cualquiera puede escribir?, ¿no somos un grupo de
elegidos?
BC.- Evidentemente, mucha gente puede escribir y nosotros somos un
grupo de elegidos por nosotros mismos. Si consideramos elegidos a
los escritores, ¿qué pasará en la Argentina? ¿La población entera
tendrá derecho a que la consideren elegida? [...]
CGG - ¿Qué aconsejaría usted a quienes comienzan a escribir?
BC.- El consejo es evidente: que lean mucho, que traten de leer buenos
libros, que no sufran en su amor propio por errores cometidos; que se
alegren de corregirlos y de aprender. No creo que pueda decir mucho
más. Piensen en lo que escriben, no sean infalibles, no supongan que
lo que sale al correr de la pluma está definitivamente logrado. Cuando
tengan una idea que les parezca buena, plantéensela de otro modo. [...]

Propuestas didácticas 73
Busquen variantes para llegar al acierto. Si uno sigue linealmente su
pensamiento, a lo mejor no encuentra las cosas que debe encontrar.
Yo, después de haber pensado mis historias, las cuento a un amigo.
Que le gusten me da ánimo. A veces sospecho que la gente a solas es
loca y que deja de serlo en la conversación. La conversación impone
un nivel de sensatez. Cuando van a leer el testamento de alguien,
todos tiemblan, porque el testamento suele ser lo que resolvió alguien
que estaba solo. Por eso hay libros tan absurdos, escritos por gente
normal, quizás inteligente: diríase que, en la soledad uno se atreve a
cualquier estupidez. Al contar nuestras historias a un amigo, solemos
descubrir deficiencias que no advertimos cuando estábamos solos, y
quizás por respeto al criterio del interlocutor, las corregimos. Debe uno
estar dispuesto a aceptar las buenas sugerencias. [...]
Para escribir bien hay que escribir mucho, hay que pensar, hay que
imaginar, hay que leer en voz alta lo que uno escribe, hay que acertar,
hay que equivocarse, hay que corregir las equivocaciones, hay que des­
cartar lo que sale mal. Si vamos por mal camino y nos parece que no
tenemos esperanza, dejemos eso y empecemos otra cosa, o retomemos la
idea de manera diferente, en la esperanza de, a lo mejor, ser una persona
distinta. [...]
Nadie tiene recetas para escribir bien; podrá tenerlas para evitar
determinados errores. En verdad, no se puede acortar camino; por eso
la utilidad de cuanto ahora pueda decirles es relativa: siempre en la
práctica es otra cosa. De todos modos, hay libros que dan consejos
útiles, como Traficando con palabras, de Vernon Lee. Esta escritora nos
dice: no refieran acciones violentas con verbos auxiliares y frases lar­
gas; no describan un paisaje con términos de acción, no digan que el
pasto crece y que los árboles estiran sus ramas, porque entonces una
escena tranquila se convierte en una función de circo. A lo mejor uste­
des dirán que estos son consejos menores, consejos de cocinero. Lo que
pasa es que escribir se parece a cocinar. Yo siempre quise saber algo
de cocina, porque suelo imaginarme en un lugar solitario y tener que
valerme por mí mismo, y me alarma pensar que no sé nada, porque
saber escribir (si realmente sé) equivale acaso a la ignorancia univer­
sal en cuestiones prácticas. Entonces pido recetas, pregunto: «¿Cómo
se hace tal plato?». Me contestan: «Es muy fácil. Pones tal cosa y tal

74 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


otra, en cantidad suficiente». ¡Cantidad suficiente! ¿Qué es cantidad
suficiente? A lo mejor escribir bien consiste en saber, en todo momento
de la composición, cuál es la cantidad suficiente.

E. Cross y F. della Paolera (eds.) (1988).


Bioy Casares a la hora de escribir. Barcelona: Tusquets Editores.

Propuestas didácticas 75
Actividades de focalización.

Alternar este tipo de actividades con las tareas de reconocimiento nos


permite reforzar la conceptualización del significado discursivo de los
conectores dentro de variados contextos.

Actividad 1 Seleccionando

Ciertamente, no existen sinónimos absolutos entre los conectores, pero


con frecuencia y según el significado de los dos enunciados conectados,
es posible utilizar más de uno de entre aquellos que pertenecen al mismo
grupo de instrucción vehiculada ( A+B, A-B o A>B).
Por ello, en esta actividad de «elección múltiple» es importante tanto
ofrecer opciones que sean incompatibles semánticamente como variantes
estilísticas de la expresión de una misma idea. De este modo, el estudiante
irá aumentando su repertorio particular de conectores, al tiempo que irá ob­
servando los diferentes matices de uso que supone usar uno u otro conector.

■ Elige el conector adecuado para que la información tenga sentido.

1. Tiene toda la razón en 2. No creo que yo pueda


lo que dice; ......... conti- ayudarte; ......... hablaré
nuaremos insistiendo en con ellos para saber qué
llegar a un acuerdo. piensan.

a) asimismo □ a) por tanto


□ b) por consiguiente □ b) de ahí que
□ c) no obstante □ c) de todos modos
□ d) encima □ d) además

76 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


3. Hoy me quedo en casa: 7. Es un joven poco sociable.
estoy muy cansado y un .......... con frecuencia ten­
poco constipado; ......... ga problemas con la gente.
voy fatal de dinero.
□ a) por lo tanto
□ a) en cambio □ b) no obstante
□ b) por el contrario □ c) de ahí, que
□ c) además □ d) además
□ d) sin embargo
8. No podemos aceptar los
4. Hace mucho frío; .......... nuevos precios que nos exi­
ponte el abrigo y la bufanda. gen; .......... hemos decidido
prescindir de sus servicios.
□ a) por otra parte
□ b) además □ a) no obstante
□ c) aun así □ b) por consiguiente
□ d) así que □ c) por el contrario
□ d) aun así
5. Estoy totalmente de acuer­
do contigo;.......... tengo que 9. Ayer estuve esperándote
asegurarme. más de una hora, y..........
me dices que habías olvida­
□ a) es decir do nuestra cita. ¡Es increíble!
□ b) asimismo
□ c) sin embargo □ a) por lo tanto
□ d) por cierto □ b) de todas formas
□ c) por cierto
6. Ya sé que hace mal tiempo □ d) encima
y que algunas carreteras
están cortadas........... , he 10. Siempre tengo proble­
decidido ir este fin de se­ mas con los números, tú,
mana a esquiar. ........... , eres un experto.

□ a) en consecuencia J a) de ahí que


J b) de todas formas □ b) aún así
□ c) en cambio □ c) en cambio
□ d) por el contrario □ d) en consecuencia
Actividad 2 Homólogos discursivos

Con esta actividad podemos empezar a presentar a nuestros estudiantes


también otras estructuras léxicas fijas de uso frecuente, que probablemente
conocen pero quizá no suelen activar. Se trata de relacionar elementos de
dos columnas que, hasta cierto punto, pueden considerarse homólogos
discursivos, es decir, «sinónimos». No todos ellos son conectores en el
sentido visto hasta ahora, pero son expresiones léxicas que con frecuen­
cia también aparecen en textos expositivo-argumentativos y de relativa
«transparencia» de significado.

■ Cada elemento de la columna de la izquierda tiene una posible pareja


en la columna de la derecha. ¿Puedes localizarlas? Te resultará más fácil
si escribes un ejemplo.

1. ante todo a) desde luego


2. sin embargo b) antes que nada
3. en mi opinión c) asimismo
4. en consecuencia d) a mi modo de ver
5. es decir e) por consiguiente
6. en resumen f) no obstante
7. efectivamente g) en efecto
8. por supuesto h) esto es
9. además i) en suma
10. en realidad j) de hecho

Actividad 3 Explícanos

Esta actividad es una variante de la anterior y presenta un mayor grado


de complejidad, puesto que ahora que ya tenemos las «parejas», se pide a
los estudiantes que parafraseen o sinteticen para qué se usa cada pareja
de elementos en el discurso o texto escrito.

78 ! CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


■ A partir de los siguientes dúos y siguiendo el ejemplo, escribe para qué
se usa o qué significa cada uno de ellos. ¿Puedes hacerlo utilizando un
máximo de diez palabras en cada explicación?

1. ante todo = antes que nada: Para presentar en primer lugar algo
importante
2. sin embargo = no obstante
3. en mi opinión = a mi modo de ver
4. en consecuencia = por consiguiente
5. es decir = esto es
6. en resumen = en suma
7. efectivamente = en efecto
8. por supuesto = desde luego
9. además = asimismo
10. en realidad = de hecho

Actividad. 4 Encadenando

Otra posible actividad es la conocida de «inicio y continuación» de secuencia


informativa. Para que la tarea sea más dinámica, se pueden recortar las piezas y
dividir la clase por parejas. Presentamos cinco microtextos. Un estudiante tiene
todas las informaciones A y el otro estudiante, las B. Entonces, el estudiante A
lee la primera parte del texto a su compañero y éste debe localizar entre sus
fichas B la segunda parte de la información y leerla. Entre los dos deciden si es
correcto o no; si es correcto, el estudiante B pone a cada parte el número que
le corresponde para facilitar después la corrección entre toda la clase.
Como es obvio, en este ejercicio se activan numerosas habilidades y
procesos cognitivos: tienen que leer en voz alta, comprender informaciones
orales, negociar posibles discrepancias, prestar atención a los conectores
que unen las informaciones, etc. Los textos aparecen encadenados para
favorecer una primera lectura. También es posible continuar el ejercicio
con una segunda fase, en la que se inviertan los papeles. Prepararemos un
segundo bloque de textos pero entregando las partes A a los estudiantes
que antes eran B; de este modo, cada pareja no sólo lee la información sino
que también decide cuál es la segunda parte más adecuada.

Propuestas didácticas 79
■ Aquí tienes una serie de fichas con la mitad de una serie de informaciones.
Para que no te quedes a medias, lee la primera parte de la ficha número
1 a tu compañero/a y te dirá cómo continúa. Entre los dos tenéis que
decidir si es correcto o no; fíjate especialmente en los conectores que van
a aparecer. Después, continúa con la segunda y así hasta que las hayáis
completado todas.

IA. Hoy nadie duda del enorme poder del cine como medio de
comunicación...
IB. El séptimo arte es, además, un arte sorprendentemente efec­
tivo para representar dramas y evocar emociones.

2A. Cada vez que tiene alguna duda, viene a preguntarme;


2B. tú, por el contrario, prefieres quedarte sin saberlo.

3A. El último parte meteorológico insiste en la continuidad de


tormentas de nieve,
3B. por consiguiente, nos vemos obligados a anular la excursión
prevista para esta tarde.
4A. Tus explicaciones parecen bastante razonables y bieninten­
cionadas;
4B. aun así, no me queda claro por qué se comportó así conmigo.

5A. La cámara, con ayuda del zoom, nos revela el mundo con
más detalles que nuestros propios ojos, y nos permite, gracias
al montaje, existir a la vez en cualquier lugar y tiempo...
5B. Por otra parte, la oscuridad de la sala y el silencio nos obliga
a concentrarnos en la pantalla y a vivir el argumento que
nos proyectan.

Actividad. 5 Tú mismo

Cerramos este bloque con un ejercicio más complejo. Presentamos un texto


sobre cine en el que hemos eliminado las unidades de enlace, pero dejando
los huecos del lugar que ocupan. A partir de una lista desordenada de los
conectores que faltan, pedimos a los estudiantes que rellenen los huecos,
advirtiéndoles que sobran dos piezas. Una variante más libre consiste en
no ofrecerles conectores y que ellos mismos decidan cuáles utilizar. Des­

so I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


pués de la «corrección» entre todos (hay varias posibilidades), como se
trata de un tema que probablemente sea de su interés, podemos pedirles
que escriban un breve texto en el que expongan si están de acuerdo o
no con el autor y por qué; se les indica también que deberán utilizar, al
menos, dos conectores.

■ Lee el siguiente texto y después intenta utilizar correctamente algunos de


los conectores que te proponemos al final. ¿Para que los utiliza el escritor?

¿Por qué el cine americano se ha impuesto de tal modo al europeo


hasta el punto de amenazarlo de extinción? Los antiyanquis claman
que a causa de la pura y nuda fuerza del dólar. Pero es algo que no
ha pasado en literatura, ni en pintura, ni en música sinfónica, ni en
gastronomía (por muchas hamburgueserías que se abran), ni en perio­
dismo. Los proyanquis,........... , argumentan la más simple razón del
triunfo: que las películas americanas son mejores............. , el que una
película sea considerada «buena» o «mala» es algo desesperadamente
subjetivo; y,........... , cualquiera que sea el baremo que se aplique, es
incontrovertible que bastantes películas europeas son estupendas y
muchas películas americanas son pésimas. Lo que,........... , sí puede
afirmarse es que las películas americanas gustan por lo común a más
gente. ¿Por qué?

Fernando Savater, «El cielo protector». En Libre mente (texto adaptado)

sin embargo por lo tanto ahora bien


además en cambio de ahí que

Propuestas didácticas 81
Actividades de puesta en práctica

El objetivo es desarrollar la producción escrita desde una perspectiva


más «creativa»; producción «libre» o semiguiada que con el uso de
conectores ofrecerá una mayor coherencia y cohesión, en definitiva,
mayor fluidez y más legibilidad. Este tipo de ejercicios, a nuestro pa­
recer, es muy eficaz porque integra la lectura, la interacción oral y la
producción escrita; así se desarrollan de forma global tres de las cuatro
macrohabilidades.

1 Tú también tienes algo que decir

Como paso previo a la creación libre de textos más largos y complejos,


presentamos una actividad en la que se ofrece como ejemplo una breve
secuencia expositivo-argumentativa organizada mediante conectores.
Tras su lectura, podemos pedir a los estudiantes que señalen las unidades
de enlace entre las diferentes informaciones, y su valor de organización
y progresión del texto (en el ejemplo aparecen en cursiva). Después, se
decide entre todos un tema que les interese y que en grupos escriban
una breve «opinión-razonada» similar a la del modelo en cuanto a
estructura. Finalmente, se pueden leer en clase algunos de estos textos
«propios» y decidir entre todos si son «correctos» y «adecuados», o no lo
son y por qué.
Con este ejercicio, los estudiantes ponen en común los conocimientos
que sobre el tema tienen y se fomenta su capacidad crítica y de negocia­
ción con sus compañeros. Si el grupo de clase no es numeroso, cada uno
puede preparar uno diferente. Otros temas posibles, menos serios que el
del modelo, pueden ser:

82 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


La pintura abstracta es un timo.
La comida vegetariana es la más saludable.
A la revolución por los pelos: chicas sin depilar.

■ En la sección de opinión de un periódico apareció publicada la mejor


respuesta al tema de debate de la semana: en este caso, el de legalización
o no de la eutanasia. Léela prestando especial atención a las unidades
que relacionan las diferentes informaciones; y recuerda que «tú también
tienes algo que decir»;

Pregunta: Y usted señor: ¿qué piensa de la eutanasia? ¿Está de


acuerdo con su legalización en España?
Respuesta: Bueno, por una parte, estoy a favor, ya que creo que
mantener artificialmente la vida de una persona en coma es
prolongar su propia agonía. Sin embargo, por otra, pienso que
nadie tiene derecho a quitar la vida a otro ser humano. Además,
no hay que olvidar que en los países donde se ha legalizado, han
surgido numerosos problemas sociales a la hora de llevarla a la
práctica. Así que, me parece que nuestra sociedad todavía tiene
muchos aspectos que discutir.

Áctlvlclacl 2 ¿Estás de acuerdo?

La siguiente actividad es una variante «rápida» de la anterior. El profesor


o profesora, tras elegir previamente un tema, puede escribir en la pizarra
una lista con los argumentos que podrían esgrimirse a favor y otra lista,
en contra. Después, se preguntaría a los estudiantes si están de acuerdo o
no con las series. Como tarea para casa, cada estudiante puede preparar
para el día siguiente un texto en el que se incluyan dos o tres de cada uno
de los grupos de argumentos propuestos y algunos conectores que ayuden
a organizar la composición. A modo de ejemplo presentamos un tema
siempre polémico: «La pena de muerte».

Propuestas didácticas 83
Con este ejercicio les ayudamos a resolver un frecuente obstáculo: el de
la generación y selección de ideas. Otra posibilidad consiste en plantear un
tema que pueda resultarles más conocido y elaborar previamente en clase,
entre todos, las dos listas; de este modo, se intercambian conocimientos y
se permite que sean los estudiantes los que decidan cuál será, grosso modo,
el contenido de su composición. Por ejemplo:

• Cirugía estética: ¿necesidad o capricho?


• ¿Menores en la cárcel?
• Prostitución: ¿delito o negocio?
• Libros: ¿en papel o electrónicos?
<_________________________________

■ ¿Estás de acuerdo con las siguientes listas de argumentos? Razona tu respuesta.

Argumentos a favor Argumentos en contra

• Mantener personas a • Nadie puede decidir


cadena perpetua es sobre la vida de otra
una costosa carga eco­ persona.
nómica para el Estado. • Se niega la posibilidad
• Los criminales reinci­ de rehabilitación de
dentes nunca se adap­ una persona.
tarán. • La mayoría de países
• Disminuiría la insegu­ no la admiten.
ridad ciudadana y los
delitos.

Actividad 3 Negociando

Además de prácticas focalizadas en conectares fácilmente identificables,


también podemos presentar actividades en las que en lugar de éstos apa­
rezcan estructuras que «desglosan» el significado de las relaciones lógicas
que vehiculan estos elementos.

84 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


Proponemos el siguiente ejercicio: se forman grupos de cuatro estudian­
tes y se les da el principio y el final de un texto. Después, se les entrega a cada
uno un papel que contenga lo que podríamos llamar «paráfrasis» de ciertos
conectores. Se les pide que, teniendo en cuenta el tema, cada uno complete
su ficha con una idea y que comparen con sus compañeros y discutan cómo
unir todos los enunciados para formar un texto coherente y cohesionado.
Realizar esta actividad implica no sólo estar satisfecho con los enun­
ciados propios, sino también decidir la secuencia apropiada al texto y
hacer todos los cambios necesarios para lograr un texto unificado. El ob­
jetivo es reproducir algunos de los procesos de elección para señalar una
determinada relación lógica, una vez que se enfrentan a ellas al examinar
un texto propio que contiene ciertas unidades responsables de manifestar
superficialmente esas relaciones.

(Principio)
Hoy día, gracias a los avances de la medicina, la esperanza
de vida ha aumentado considerablemente en los países más
desarrollados.

(Final)
Todo esto nos hace pensar en el egoísmo del mundo capitalista,
y nos lleva a preguntarnos si algún día cambiará.

Tarjetas individuales
1. «El resultado es que...» (de ahí que)
2. «Esto contrasta con ...» (sin embargo)
3. «De ello se deduce que ...» (por lo tanto)
4. «A esto hay que añadir que ...» (además)

Actividad 4 El ejercí-tema (I)

Esta penúltima actividad es muy frecuente, más abierta y, por tanto, más
creativa. A partir de un tema, que normalmente se confunde con un «tí­
tulo», el estudiante elabora en casa un texto del que normalmente sólo se
le exige una determinada extensión.

Propuestas didácticas 85
Como ayuda previa a la composición, nos parece muy útil que, al
menos al principio, el profesor provea a los estudiantes de una clave de
acceso, es decir, de una lista de palabras sobre algunos de los aspectos que
podrían tenerse en cuenta para tratar el tema en cuestión.
Como ejemplo proponemos un texto sobre la «preocupación» actual
de muchos por lo políticamente correcto. En clave de humor, Fernando
Savater discute y argumenta sobre un cierto tipo de consumismo de nuestra
sociedad: el de los regalos de Navidad.
Podemos empezar preguntando a los estudiantes si consideran «obli­
gatorio» comprar regalos en determinadas fechas del año y por qué; si se
les plantean problemas a la hora de comprarlos y por qué, etc.
Después, les podemos ofrecer la siguiente clave de acceso a la in­
formación «esencial» que deben tener en cuenta y discutirán en parejas
o en pequeños grupos por qué tal punto es importante, qué implica,
con qué se relaciona directamente, con qué se puede comparar, cómo
presentarlo, etcétera:

La clave de acceso puede ser:

• lista personalizada de regalos,


• niños y juguetes de acción,
• niñas y juguetes domésticos,
• estereotipos y sexismo,
• regalar animales como mascotas,
• juegos de ordenador,

<___ _____
• último modelo de teléfono móvil.

Luego les pediremos que lean el texto y determinen cuáles son las
«dudas» a las que se enfrenta el personaje y si las consideran correctas o
exageradas.
Finalmente, deberán escribir un breve texto en el que expongan y
razonen sus propios argumentos a favor y en contra del «único» regalo
que, según Papá Noel, parece acertado para todos: dinosaurios.
Con este ejercicio, además de fomentar la capacidad crítica de los es­
tudiantes, les mostramos que texto expositivo-argumentativo no significa
necesariamente escribir sobre temas serios.

86 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


■ Fernando Savater presenta cómo ser políticamente correcto sin morir en
el intento. Después de leer el texto, escribe una breve composición en la
que expongas, de manera razonada, tu opinión sobre «regalar dinosau­
rios». No olvides utilizar alguno de los conectores que ya conoces para
ir enlazando las informaciones.

El desconcierto de Papó Noel


¡Atchís! ¡Vaya por Dios, qué resfriado! Debo cuidarme bien porque
estos catarros polares de diciembre son los más peligrosos. ¡Y con
un viaje tan largo como el que tengo delante! Además, no hay cosa
peor para el catarro que viajar en trineo de renos voladores: tiene
todos los inconvenientes de la moto unidos a los del helicóptero. Me
entran escalofríos de sólo pensar en las corrientes de aire helado que
pronto estaré soportando, allá en las alturas. ¡Atchís! ¿Dónde habré
puesto las aspirinas? Por lo menos ya puedo hacerme a mí mismo
el premier regalo navideño de este año: doble ración de aspirinas,
aliñadas con la vitamina esa que previene los enfriamientos. No
recuerdo la letra de la vitamina: ¿la B?, ¿la C?, ¿la J? ¡Ay, qué mareo
el alfabeto de las vitaminas!
Me lloran los ojos y no paro de sonarme. Estoy rodeado de copos
blancos, pero no son de nieve, sino kleenex. Siento la cabeza como
si la tuviera rellena de algodón: igual que si me hubiese salido
barba también por dentro... ¡Atchís! Así no hay quien pueda
pensar con un mínimo de claridad. Y, sin embargo, no tengo más
remedio que preparar la lista de los regalos. No es cosa sencilla, no
señor. Cada año me lo ponen más difícil. No me gusta quejarme,
sabido es que soy de natural risueño, jo, jo, atchís, pero es que
francamente... ¡ay!
¿Qué se le puede regalar a los niños? Por supuesto, nada de ju­
guetes bélicos: se me vendrían encima todas las asociaciones de
padres de familia imaginables. Ni muñecas, con sus vestiditos y
sus cosméticos, porque es un regalo sexista y discriminatorio para
las niñas (claro que podría regalar las muñecas a los varones,
pero entonces sería peor porque me llamarían pervertido). Ni los
automóviles de juguete ni las bicis y motos de verdad me dejan

Propuestas didácticas 87
tampoco tranquilo: ¡hay tantos accidentes! Además, las carreteras
estropean la naturaleza y el precio de la gasolina provoca guerras.
Descartados, pues, los vehículos. [...] Está visto que no es fácil acertar.
¿Regalaré teléfonos de juguete? Significaría que sumerjo la inocencia
de los pequeños en la cacofonía ajetreada de nuestra vida adulta. [...]
¿Animalitos domésticos? Tienen sus sagrados derechos, el primero
de los cuales es no verse obligados a ladrar o piar para dar gusto a
la tiranía de los humanos. El catálogo de los vídeojuegos más vale
no hojearlo siquiera: es un repertorio inmisericorde de brutalidades,
asesinatos, mazmorras, torturas y aniquilamientos. [...] ¿Juegos de
magia? Alientan en los obsequiados el fácil escapismo de los proble­
mas reales y consagran el arte de los tramposos. ¿Pinturas, lápices
de colores? Sirven para emborronar con obscenidades y sinsentido las
calles o los vagones de Metro. [...] ¿Libros? ¿Han visto ustedes la cara
que pone un niño de hoy cuando alguien se atreve a regalarle un libro?
Créanme, maldita sea, yo quiero ser politically corred como
cualquier hijo de vecino. Pero tengo un trabajo que hacer y nadie
sabe orientarme. De modo que he llegado a la conclusión de que
estas Navidades no voy a regalar más que dinosaurios. ¡Ya está,
dinosaurios para todos! Gustan, son ecológicos y como hace tanto
que se han extinguido no molestan a nadie. Me acuerdo de los
dinosaurios, ¿saben? Como si fuera ayer. ¡Tremendos terrícolas!
Y también tenían sus defectillos, que no pienso divulgar para no
crearme problemas. En cualquier caso, siento nostalgia de ellos y
mucho más justificada que la de quienes no les conocieron. Éramos
felices, entonces, cuando en la Tierra no estábamos más que los
dinosaurios, los volcanes y yo. Luego... ¡ay! Jo, jo... ¡Atchís! Vaya
catarro he cogido.
(Savater, 1995)

Actividad 5 El ejercí-tema (II)

Por último, ofrecemos un texto de la periodista y conocida novelista Julia


Navarro sobre un tema de gran actualidad: el pirateo de obras de creación.
Este tema es particularmente de interés para concienciar a los adolescentes

88 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


y jóvenes sobre el pensamiento del «gratis total» que impera actualmente
en relación con estos productos.
Además, en esta ocasión, el texto es un modelo de «carta al lec­
tor» con las características típicas de un texto de tipo ensayístico, de
reflexión didáctica sobre un tema de carácter social. El tono utilizado,
la apelación directa al «ustedes que me están leyendo aquí y ahora», la
presencia de léxico modalizador y subjetivo, la posdata final, etcétera,
lo convierten en un excelente ejemplo de texto de opinión. Y todo ello,
sin olvidar que, como parte de su argumento clave, la autora explica
brevemente el largo y complejo proceso de escritura que supone escribir
una novela. Escribir no es fácil y el esfuerzo del trabajo merece retri­
bución, no pirateo.

■ Actividad preparatoria oral: Julia Navarro nos presenta en este fragmento


su opinión sobre la cultura en Internet y el «gratis total». Léelo y junto a
un compañero o compañera discutid vuestro (desacuerdo con la autora:

«Esa pretensión de que la cultura en Internet tiene que ser gratis total es
la quintaesencia de la sinrazón, el egoísmo y la falta de respeto hacia
el trabajo que hacen los demás».

Aquí tienes ahora el texto completo. Después de leerlo, imagina que eres
uno de esos «piratas internautas» y escribe una carta de respuesta a la au­
tora exponiendo, de manera razonada, tu punto de vista sobre el tema. No
olvides prestar atención a cómo organizas la información y utilizar alguno
de los conectores que ya conoces para ir enlazando los diferentes párrafos.

Los escritores también comen


Perdonen que vuelva sobre el asunto, pero el debate está en la sociedad
porque a muchos no les entra en la cabeza que «piratear» el trabajo
ajeno debe ser delito y se han puesto de uñas ante la nueva legislación
que cortará el acceso a Internet a quienes se descarguen contenidos sin
previo pago. Y no se me ocurre mejor manera que explicarles cómo se
escribe una novela o cómo las escribo yo.

Propuestas didácticas 89
Primero, el tema te encuentra a ti: una palabra, un suceso, un
recuerdo... siempre hay un detonante. La segunda es la búsqueda de
documentación, tarea ardua que lleva tiempo y dedicación. Y por fin
la tercera parte: meses, años escribiendo, perfilando personajes, imagi­
nando situaciones... Un escritor no tiene vacaciones. Cuando te sientas
a escribir lo haces de continuo, sin mirar el día o la hora, hasta poner
el punto final. Y entre medias el vértigo que produce el folio en blanco,
los momentos en que relees lo escrito y das marcha atrás, las noches
en que no duermes porque estás embebida en la historia, ésa que otros
días parece atascada en algún lugar recóndito del cerebro. Y así pasan
los meses. Hasta que llega a los lectores.
Imagino que lo mismo les sucede a quienes escriben una canción,
un guión o una serie de televisión. O a quienes ponen voz a esa canción o
interpretan un libreto. Ese esfuerzo para crear no es mayor ni menor que
ejercer la abogacía o limpiar la vía pública. Cada trabajo tiene detrás a un
ser humano que merece recibir una retribución. Así que esa pretensión de
que la cultura tiene que ser gratis total es la quintaesencia de la sinrazón,
el egoísmo y la falta de respeto hacia el trabajo de los otros.
No me cansaré de repetir que «bajarse» de Internet una película
sin pagar es como ir a una tienda y robarla. Igual que una canción
o un libro. Por eso, las grandes editoriales están negociando acuerdos
con los «mandamases» de los servidores de Internet para evitar que el
trabajo de los escritores termine siendo pasto de los piratas, como ha
pasado con la música o el cine. En marzo llegará a las librerías mi nueva
novela. Durante dos largos años y medio he trabajado sin descanso en
ella. Pueden imaginar la indignación que me produciría que ese trabajo
tuviera la valoración de gratis total. Y no sólo porque pago el recibo de
la luz y tengo la mala costumbre de comer. Es que mi trabajo se merece,
como el del resto, una retribución. Y es evidente que si una novela se
puede «bajar» gratis en la red, el trabajo está siendo pisoteado.

P. D.: Sólo les pido a los piratas que piensen por un momento en qué
sucedería si los demás consideráramos que su «trabajo», el que hagan,
debe de ser gratis total. Seguro que no les gustaría. ¿A qué no? Pues
a quienes escriben, cantan, interpretan y crean tampoco nos gusta.
(Julia Navarro, enero de 2010)

90 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


Y finaUzüMos...
Al margen de estas consideraciones, no hay que olvidar que el objetivo
ñnal de este libro (enseñar a componer textos que digan algo y que lo
digan bien) supone una habilidad a largo plazo. Hoy por hoy no hay nin­
guna fórmula mágica para componer bien, rápido y sin esfuerzo. Escribir
correctamente y con eficacia, es una competencia que, además de ciertas
capacidades personales, necesita una maduración cognitiva que sólo se
va adquiriendo con la edad y con una adecuada y continua práctica. De
modo similar a lo que sucede con cualquier práctica deportiva, podemos
acostumbrar a los estudiantes a una cierta rutina y darles las herramien­
tas necesarias; después, el continuo «entrenamiento» textual (supervisado
por compañeros o por el profesor) y su propio compromiso para avanzar
y mejorar los irá aligerando de los aspectos más mecánicos del escribir y
capacitándolos para llegar a la libre creatividad personal del componer.

Propuestas didácticas 91
OBRAS DE CONSULTA Y AMPLIACIÓN

Anscombre, J. C.; O. Ducrot (1994). La argumentación en la lengua. Madrid:


Gredos.
Ball, W. J. (1986). Dictionary of link words in English Discourse. Londres:
MacMillan.
Bernárdez, E. (1982). Introducción a la lingüística del texto. Madrid: Espasa-Calpe.
Briz, A. (2004). Diccionario de partículas discursivas del español. Está disponible
solo en formato electrónico en: http://textodigital.eom/P/DDPD/.
Bronckart, J. P. (1985). Las ciencias del lenguaje: ¿un desafío para la
enseñanza? París: UNESCO.
Carbó, C. y Z. Borrás (2002). Enlaces oracionales. Madrid: Esposa Calpe.
Carón, J. (1989). Las regulaciones del discurso. Psicolingüística y pragmática
del lenguaje. Madrid: Gredos.
Casado Velarde, M. (1993). Introducción a la gramática del texto del español.
Madrid: Arco/Libros.
Cassany, D. (1995). La cocina de la escritura. Barcelona: Anagrama.
Cuenca, M. J. (1989). «La connexió textual: l'adversativitat en el nivell
textual». En: Caplletra, 7 (pp. 93-115). Universidad de Valencia.
------------ (1990). «Els matissadors: connectors oracionals i textuals». En:
Caplletra, 8. Universidad de Valencia.
Domínguez, N. (2007). Conectores discursivos en textos argumentativos breves.
Madrid: Arco/Libros.
Ducrot, O. et al. (1980). Les mots du discours. París: Minuit.
Escandell, V. (1993). Introducción a la pragmática. Barcelona: Anthropos.

92 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


Foulin, J. N. ; L. Chanquoy y M. Fayol (1989). «Approche en temps réel de
la production des connecteurs et de la ponctuation: vers un modéle
procédural de la composition écrite». En: Langue Frangaise, 81 (pp. 5-20).
Fuentes Rodríguez, C. (1987). Enlaces extraoracionales. Sevilla: Alfar.
---------------(1996). La sintaxis de los relacionantes supraoracionales. Madrid:
Arco/Libros.
-------------- (1996). Ejercicios de sintaxis supraoracional. Madrid: Arco/Libros.
-------------- (2009). Diccionario de conectoresy operadores del español. Madrid:
Arco/Libros.
Halliday, M. A. K. y R. Hasan (1976). Cohesión in English. Londres: Longman.
Marchante, P. (2008). Marcadores del discurso. Madrid: SGEL.
Martín Zorraquino, M. A. y E. Montolío (1998). Los marcadores del discurso.
Teoría y análisis. Madrid: Arco/Libros.
Martín Zorraquino, M. A. y J. Portolés (1999). «Los marcadores del discurso».
En: I. Bosque y V. Demonte, Gramática descriptiva de la lengua española
(y. 3, pp. 4051-4112). Madrid: Espasa-Calpe.
Montolío, E. (2001). Conectores de la lengua escrita. Barcelona: Ariel.
Moeschler, J. (1985). Argumentation et conversation: arguments pour une
analyse pragmatique du discours. París: Hatier.
Moirand, S. (1982). Enseigner á communiquer en langue étrangére. París:
Hachette.
Moliner, M. (1966-7). Diccionario de uso del español. Madrid: Gredos.
Portolés, J. (1999). Marcadores discursivos. Madrid: Ariel.
Rudolph, E. (1988). «Connective relations - connective expressions - connective
structures». En Petófi, J. S. (ed.) Text and Discourse Constitution (pp. 97-129).
Berlín: Walter de Gruyter.
Schiffrin, D. (1987). Discourse markers. Cambridge: C.U.P.

Obras de consulta y ampliación 93


OBRAS CITADAS

A continuación, listamos los materiales de que nos hemos servido bien


para ejemplificar los significados de los conectores, bien como parte de
las actividades propuestas. Algunos van precedidos de la abreviatura
usada al citarlos.

• El País y su suplemento dominical: El País semanal.


• La Vanguardia y su suplemento dominical: Magazine.
• La Guía del Ocio.
• Francesco Alberoni (1985). La amistad. Barcelona: Gedisa.
• Antonio Gala (1995). Carta a los herederos. Barcelona: Planeta.
(Recopiiación de artículos de prensa.)
• Julio Llamazares (1995). Nadie escucha. Madrid: Alfaguara.
(Recopiiación de artículos de prensa.)
• José Antonio Marina (1992). Elogio y refutación del ingenio.
Barcelona: Anagrama.
• Eduardo Mendicutti (1991). El palomo cojo. Barcelona: Tusquets
Editores.
• Juan José Millas (1990). La soledad era esto. Barcelona: Áncora y
Delfín.
• Rosa Montero (1983). Te trataré como a una reina. Barcelona: Seix
Barral.
• Daniel Pennac (1993). Como una novela. Barcelona: Anagrama.
• Fernando Savater (1995). Libre mente. Madrid: Espasa-Calpe.
(Recopiiación de artículos de prensa.)
• Fernando Savater (1991). Ética para Amador. Barcelona: Ariel.

94 I CONECTORES TEXTUALES ARGUMENTATIVOS


r Componer un texto. Escribir. Redactar. Seleccionar, dis­
poner, estructurar y combinar material lingüístico: en­
lazar informaciones. En estas tareas los estudiantes se ven
inmersos con frecuencia. Qué decir y cómo decirlo, se pregun­
tan, teniendo en cuenta la extensión solicitada, el destinatario y
el objetivo de la comunicación. En una palabra: cómo ser eficaces,
adecuados al contexto.

Ciertamente la habilidad de «escribir» es una de las más difíciles de


adquirir, pues implica trabajar con muchos procesos cognitivos a la vez.
Igual que en la construcción cada herramienta sirve específicamente para
una acción, en la tarea de componer es también conveniente disponer
del mayor número de «útiles lingüísticos» posibles. Entre estos utensilios
se encuentran los conectores. A ellos y a su didáctica se dedican estas
páginas.

Roser Martínez Sánchez es Máster en ELE (Español como Lengua


Extranjera) por la UB de Barcelona y DEA en Discurso: Léxico
por la UPF-IULA de Barcelona. Es docente de ELE en la Lon-
don School of Economics de Londres y en el King's Collage
London. Imparte cursos de máster de formación de pro­
fesores ELE en expresión escrita, metodología y
gramática pedagógica.

ISBN 978-84-9921-127-5

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