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"DIccIoI{ARIo DE, ÉucA

Y DE, FllosorÍa MORAL


TOMO iI
K-\)r

Publicación dirigida Por


MomQur C¿xlo-SPrn¡nn

Comité cienttfco
P,A'ur R¡coBun
A"iNr, F¡c or- LrRGL\uLT
CnrnrP.s l-*'-t'ion-E
PuirilPr Rtr'n¡-luo
PlrruPPr, v¡''r P¡-mls

FONDO DE CUTTURA ECONÓ¡,UCT


vtÉxrco
Reconocimiento
'i53
reptesentan el mecanismo so-cial que obligan.al indi-
NuevaYork, Cambridge Univ Press, 1989' 'Epicuro,Itttru -riár.o a adquirir las virtudes deseables; por úldmo' en
el na:<iner,ed. y trad. fr. lvI. Cooche' París, PUF, 1987' 'Foot'
Ph., "lvforaüty as a system o[ hypotheucal imperatives"
Kant, el .on..p,o de "respeco" ¡Acbtung .se convier-
," .r. así cámo el priniipio suP.remo.de toda mo-
(,19i2),enPh. Foot, Virtae¡ attdVins,Los Angeles, Univ' of
taüfornia Press, 1978. ' Gauthier, D', fuIorak b1 Agreement'
nl en"lgo
Ia medida en que lleva en si el nucieo de este
en J' imperativo categórico: nunca tratar a una persona hu-
Nueva York, Oxford Univ Press, 1986 [uad' parcial
mana de otra mánera que no sea un fin en sí' Pero nin-
C ourure (ed.), E t h i q u e t rati o n a li té, Bruselas, N'tudaga, 1 9 9 2l'
e

. Geach, i'.,' A.t"ttio.t", P hik np hia / Reuiew, 1 4, 1 965' Gib- zuno de los autores ilásicos (con Ia gran excepción
fr', áe Heeel, naturalmente, convertido desde este ángr:lo
ba¡d, A., Sagun du choix,Ju¡te$e der:eniments (1990),trad'
París, PUF, tllO' ' Gitlespie, N' (ed.), &lara/Realism: Proceedings .t un"pr..l.rrsor solicario) hLizo del principio del reco-
of the 7 985 Spinde/ Conference,The Soatbern Jottrnal of Pbik:oph1,
nocimiento, como tal, la piedra angular de una ética;
sea cual fuere el alcance indirecto que se le ha conce-
íupi.21, 19fi6. 'Hare, R.Nf.,Tbel-^anguage of fuIorals, Oxford
Unir¡ Press, 1 9 52.' Ha¡man, G., The N a ture of l'Iora li 4, Nueva
dido aquí y a1iá, el concePto permaneció.siempre en 1a
York, Oxlotd Univ' Press, 1977; "Nfotal ¡elativism defen- sombra dé otras deiiniciónes, consideradas como algo
ded" Phik:ophica/ B.euiew,84,197 5' ' Hooker, B' (ed'), Tnth
más fundamental.
,
in Ethic¡,Oxiord, Basil Blacloveil, 1996' ' Iúnt, E ',Fondements E,sto sólo comenzó a cambiar en ei tianscurso de
de k nátap@sique des noears (1785), trad' V Delbos,
revrsada los últimos veinte años, cuando una serie de debates
po, A. Phrlonenko, París, Vrin, 1987' ' Iv[cDowe]l' J', 'Are poLíticos y movimientos sociales auajeton la.atención
moral .eqoir.-ents hqroüetical imperadve s?", Proceedings Lactalaiáea del reconocimiento. Se tratara de los de-
af the Aittotelian Socieg, 1978. ' N{ackie,J', Etbict: Inuenting bates tanto sobre el multiculruraLismo como sobre el
fupbt and l{/ron5, Londres, Pengurn, 1977' NIoore, G' E'' ' feminismo, siemPre ha estado P(esente la misma idea
Pincip,i o E t/:?*lr qo¡1, uad. lr., París, rur, 1 99 8'' Nagei, T,
normativa: los in-drviduos o ios grtrPos sociales deben
Tbe'Pos:ibiliE of A/truism, Princeton Univ' Press, 1970' '
ver su "difetencia" reconoctda o resPetada ffaylor,
992). Desde entonces, se cayó en la tentación de gene-
Ogreo, R. (Ár'! I-a Btialisne mora/,PzÁs, PUF, 1998'' Rawls,
1

fr !' Aud-a1{, París, Le ,^Ltá, y aflrmar que1a calidad moral de las reiaciones
1.,"Tmnt de lalattin (1971), trad'
Seurl, 1987. ' Siagwict , H, Metbods of Etbics (1901)' t¡ad' fr' socialei no puedé ser medida sólo con el rasero de ia
I ¿¡ NIítho¿les de /'íthiqae,PtÁs,PUF, 1998' ' SirLnot-A¡mstrong, repartición justa o iniusta de los bienes matedales;
,rü.rtr" idea'de la iusticia debe integrar asimismo, de
N. y lvl. Timmons, &laral Knowledge? New Readings en luloral
Ep*nnobgt,Oxford Uruv Press, 1996 ' Stevenson, Ch', 'The manera absolutamente fundamentai, nuestras conceP-
emodve meaning of eüical terms" (193f , en Ch' Stevenson,
ciones respecto ala manera en que los individuos se
Facts andValues,New Haven, Yaie Univ' Press, 1963' '
Stur- feconocen unos a otfos, así como respecto a la iden-
geon, N., "NIota-l explanations", en Copp y Zimmerman tidad que se reconocen mutuamente' De esa manera'
ipds.), lvlora/i4, R¿a¡on ard Trath' Totowz (N;), Rowman y
los cuÉstionamientos políticos han proporcionado la
,\1ianheld, 19á4.'Tappolet, C., "Le Prograrnme quasi téaliste
materia de un debate Q.,e p.tt.^tte a la filosofía mo-
et le réalisme moral", S tudia PbiksLphua, 5, 1992, pp' 241'
ral. Éste se inicia con una reflexión respecto del con-
254. ' Virvidakis, S., "Vanétés du réalisme en philosophie
tenido normativo de la moral, que debe poder expü-
morale", P hiknp hie, 22, 1989,pp' 1 -30; L"a Robastesse,da bien'. catse mediante el auxilio de algunas formas de1 re-
Nimes, Jacqueüne Chambon, 1996.'
lX/i-lliams, B'' "Internai conocimiento recíproco; 1o quJentendemos cuando
*d.*tér.t^i r.asons", en B. W'üams, Moral I-ttr'€, Carnbndge hablamos de norai point of uiew $nnto de vista rnot-^l)
se relaciona, en principio, con las particularidades (de-
Univ. Press, 1981;The Etbic¡ and tbe lLnits of Phi/osophl,Fon-
tana, 1985 (trad. fr. Ivf. A- Lescourret, L'Ethique et le¡ /imite¡
seables o deplorables) de lrs telaciones que mantre-
de /a phik:ophie, París, G¿llimard, 1990)'
nen los individuos entre sí'
Sin embargo, no es sino la ptimera etapa de una
D¡vro o. Bzul¡i< tenrativa qr..t. íp.:n,t djrectamente a extraer los. p.rinci-
oios moraies dL las tmpücaciones normativas del con-
-íase 'c"pto d. reconocimiento, Pues' desde que esre cami-
acción, causas de la accióo, conocimiento morzl,
-.

:escripción. Éaberm^s, intuicionismo, iusdficación, I(ant, ,rd fu. abierto, se ha podiáo observar La cancidad de
aproba- problemas que semejánte perspectiva de esrudio ha
-t'loorl, ,lor'*", y valores, Platón, reProbación y
::ón, sentido morai, Sidgwick. iuscitado. Uno de ios'objetivos fundamentoles del de-
bate sobre la moral del reconocimiento es ho;t el de
empez tpor delimitar en forma sistemácica tales difi-
RECONOCINÍIENTO culiades. b,i primer problema tiene que ver con 1a mul-
tipücidad dé sentido de la categoría clave un)s'zada'
¿respeto", que desde
in una u otra de sus versiones, el concePto de "reconoci- Ctntrariamente al coocepto de
miento" siemPre ha desempeñado un papei. funda- I(ant tiene contornos mái o menos precisos en el cam-
po de Ia filosofia moral. eL concePto de ''reconocirnien-
mental en el slno de ia fllosofía prácúca: en la Anti- 'to" ,ro ha sido establecido de ninguna manere' ni en ia
süedad. por eÍemplo, ios filósotos de la ética estaban
Io g.t .r^1 peisuadidos de que sólo podía llevar lengua cotidiana ni en su acepción. filosóúca; así, en
ior
vidá corre¿ta la persona cuya manera de actuar
..-,na

fuera capaz de suscitar la estima en el seno delapolis; de una ética feméninaunllnao tal concepto Para catac-
la filosoiía moral escocesa se deió guiar por l¿ idea de teitzar esa fotma de atención v de benevolencia im-
que el reconocimiento o 1a desaprobación públicos pregnadas de amor, cuvo modelo concleto lo propor-
Reconocirniento
iLr:
ciona la relación de la madre con su hijo (f. Hirsch- ia morafidad humana, podía reierirse ya a toda un]
mann, 1989); en el contexto de la étjca de la discu- serie de esbozos filosóficos en los que concepros ...

sión, en cambio, el "reconocimiento" debe designar nociones. empar-enrados habían de,sempeñado ün pa-
ese dpo de respeto mutuo que se refiere al miimo pel preminente: Hobbes, bajo ia influencia de NIaqüa_
tiempo a la singularidad y a la igualdad de todas las veIo, partió del princrpio anttopológico según el 'cua-
demás personas, tespeto cuyo arqueripo es ia relación los individuos eran sobre todo dominadoJpor la ne_
que, en su discusión, mandenen aquellos que aportan
9_esi{1d
de adquirir siempre más "aprecio" \i ,,honc¡'
argume¡tos a un debate (Habermas, 1993, czp. iI; \{'in- (Hobbes, De/ riudadano,l er. cap.); Rousseau,'en su nr:-
gert, 1993); por ütimo, quienes intenran disarroll¿r sentación crírica del proceso de civiiización, habi:
el comurritarismo utiüzan hov la categoría del ..reco- sostenido incluso que al tratar de obtener la esdrn:.
nocimiento" para caracterrzar las formas de aprecio que social, y únicamente en ese momento, e1 hombre ha_
se otorgan al modo de vida en e,l extranjero que se bía empezado a perder esa tranquila confianza en s:
constituyen, de manera típica, en el contexto-lasde la so- mismo que le había gatanúzado una vida apacible e:.
üdaridad social iTaylor,1992). Con semejante diversi- el estado de natxaleza (Rousseau, Di¡cour¡iur /'oigt,::
dad de utiüzaciones, el contenido moral del concepto et /et fondenzents de /'iníga/ité parni /es hontmu) piscár:.
de.reconocimiento, que era objeto de la segunda difi- ¡obre el origen 1 los Jandaztento: de /a duigualdai entre ,,.,
cuitad, parece transtbrmarse igualmente á función honzbresf ;Fichte, para terminar, al opónerse radica--
del sentido que se le da. E,n 1o que respecta al recono- mente 3 ral negarivismo, atlrmó ea su Fundaruen:o :1..
cimiento de la autonomía morai de toda criatura hu- dtrec/¡o natural que los individuos no podan adquir::
mana, también se puede pensar que es justo hablar de una concrencia de su llbertad e menos que se alénr;-
derechos y deberes univeisaies, mienrras que práctica- ran mutucrnente en la utiLización de su autonomía -.-.

mente no podrá ;ustificarse el empleo de estos térmi- en consecuencia, se reconocietan como crjatu¡as '-
nos en 1o que tespecta a las formas de reconocimien- bres. Por muv heterogéneos, e incluso contradiclc-
to que son la asistencia o el aprecio. En esta medida, rios, que havan podido ser esos fiagmentos de retle-
está uno tentado a suponer que los diferentes valores xión, una vez reunidos, en todo caso, pudieron hace:
semánticos del término "reconocimiento" se asocian madr:rar en e-i joven Hegel 1a idea de que 1a concie:-
en cada caso a perspectivas morales específicas. Esta cia de sí, en el ser humano, depende de la experienc::
multiplicidad de sentjdos obliga, por ú]rimo, a pregun- y del reconocimiento social. Pues incluso la antropc-
tarse si los diterentes puntos de vista morales remiten logía poLítica de Hobbes c de Rousseau, en su mis'n:
a una raiz común, en ia medida en que podrían ser crírica, stgruficaba indirectamente que los sujetos h.;-
justiiicados, juntos, de manera normátiná; üegamos manos, al vivir su existencia, tenían necesidad del re.-
así ai problema de la justificación de las impiiiacro- peto y aprecio de su compañero de interacción.
nes morales de cada una de las formas del réconoci- Pero la simple afirmación de un necesario víncuic
miento. entre la conciencia de sí mismo y el reconocirrueiti,:
, No es posibie, desde luego, trater de manera satis- intersubjetivo no podía, desde luégo, ser suficienre: s.
lactoria estas complejas cues¡iones en un breve artículo se tratata- de explicat cómo
_es
que la experiencia ie -
general. Pero las disrinciones que ei joven Hegel esta- reconocrmiento eta c paz de provocar un progresa
bleció en ei seno del concepto de reconocimiento en las relaciones basadas en 1a mora[dad, hatríiaie-
abren un acceso acertado al cónjunto de la problemá- más que aportar una nzón pata
-dife¡entes exp)tcar Ia relactó-'_
tica. Ofrecen un primet panorama de los interactiva dinámica que de6ía tbrzbsamente exls--:
significados por medio de 1os cuales ei fenómeno del entre ia adquisición intetsubjetiva de la conciencia i.
reconocimiento está, incluso hov, presente en las discu- sí y 1a evolución moral de sociedades enteras. Las ¡es-
siones morales. En una segundá erapa, se intentará puestas que Hegel encontró a estas preguntas al elabc-
deümitar el lrncuio sistemáriio entre la morai y el reco- rar sus primeros esbozos de sistema (Sistema de /a Lz¡_:
nocimiento llevando a cabo un estudio fenomenológi- ébca) consawyen el núcleo de su modelo de la ,'luch.
co de la especitrcidad de las heridas morales. Una véz por el reconocimiento"; ahí se afirma que el progresc
definidas de esa manera las primeras ljneas de tuerza morai se rca)tza en el transcurso de una sucisidn ci=
dei campo fenomenoiógico áe lo moral por la negari- escaiones, compuesta de tres modelos de reconocl-
va, se tratará de hacer aparecer el sigruficado posinvó de miento más y más ambiciosos, entre los que, cada vez.
la noción de reconocimiento para la moral; así, se verá se desartolla una lucha a la que ios ind.ividuos se aban-
que es igualmente acertado, en nuestros días, volvet a donan para ver confirmadaj sus aspiraciones a la iden-
utilizar la dlvisión hegeliana. En conclusión, men- tidad.
cionaremr¡s brevemente las consecuencias que este
concepto de reconocim_iento puede tener pará las ac- . La singuiaridad de este enfoque depende, primerc.
de la tesis hegeliana según la ..r.r"1 es necesarib distln-
tuales cuestiones de 1a fllosofia moral. guir entre tres Formas dé reconocirniento desde el mc-
T:lto en que las condiciones intersubjetivas de 1a apa-
rición de la conciencia de sí han sido sacadas alziuz.
El concepto hegeüano de rcconoci¡niento Pues sí bien ei mecanísmo que permite Ia recíproca
concesión de una esfera de libertad individual (ei mis-
Cuando Hegel, en el umbrai del siglo XIX, se aplicó al mo que Fichte tenía en menre al jusrificar el derechc
proyecto consistente en reconsdruir, mediante ei ioncep- natura-l) expl-ica en efecto sin duda la formación de una
to de "reconocimiento", la historia de la evoiución áe conciencia subjetiva del derecho, ello no basta, ni con
I 355
Reconocimiento

mucho, para aprehender completamente la idea posi- El campo fenomenológico de Ia motal


dva que una persona [bre tiene de sí misma. Así pues,
l{egel añade al reconocimiento jurídico, que debería Cuando en la actualidad se reivindica el concepto de "re-
mái o menos contener 1o que I(ant entendía por el conocimiento" para defimr una cierta concepción de
término de respeto moral, otras dos ibrmas de reco- la moral, se parte casi siempre de un análisis fenome-
nocimiento recíproco, a ias que cotrespondían de ma- nológico de las heridas morales (Honneth, 1995; \7in-
nera igualmente necesaria los particulares escalones gert,1993, II, p. 1; Tugendhat, 1993, pp. 304-305). De
de la reiación individual consigo mismo: se trata, pri- esa manera, se concede un lugar cenual a la idea de
mero, del reconocimiento en el amor, que Hegel con- que 1os hechos vividos como una "injusticia" Propor-
cibe aún, en su obra de juventud, Pa,*tx de ia filoso- cionan una clave apropiada para explicar, de mane-
^ ra negativa y primeramente mediante anticipación, e1
lía hóidediniana de la unificación; por medio del amor,
los sujetos se reconocen unos a otros en Ia nataraleza vínculo interno entre la motal y el teconocimiento: pLres,
única de su necesidad, de suerte que encuentran una al apoyarse en los criterios con los que las personas
seguridad afectiva en la expresión de sus pretensiones implicadas establecen por sí mismas una disrinción
instintivas. Por otra parte, en 1a esfera de ia moralídad entre una iaita motai v un simple accidente o una coac-
real, en ei Estado, para ser claro, existe una tercera ción, no es drfícil demostrar que en ei caso de ia falta
iorma del reconocimiento que debe permirir que los moral aparece siempre una suspensión o una nega-
individuos continúen aprecíándose unos a otros en ción del reconocimiento. Así, una herida física se con-
las cualidades que contribuyen a la reproducción del vierte en una injusticia motal cuando la persona im-
orden social. Hegei parece estar convencido, en esos plicada se ve obligad^ e ver en ella ei et-ecto de una
textos de juvenrud, de que la transición entre esal di- acción mediante la cual se encuentra intencionalmente
terentes .rf.r^, de.tecoi-rocimiento produc r rudfuet menospteciada en un asPecto esencial de su bienes-
un combate que los sujetos enlrentan para hacer res- tar. No se trata del dolor corporal en cuanto tal, sino
petar sus concepciones de sí mismos y cuya intensi- sólo de la conciencia (que 1o acompaña) de no ser re-
dad progresa mediante escaiones sucesivosl la aspira- conocido en la propia comprensión de sí mismo, 1o
{
ción a ser reconocido en dimensiones siempre nue- que aquí constituye la condición de la herida moral.
vas de la propia persona, en cierta medida, Provoca No suiede de otra manera en el caso del engaño: para
un conflicto entre los sujetos, cuya solución no puede tenet 1a cualdad especí{ica de una iniusticia moral, es
consistir sino en el establecímiento de una esfera de necesario que la víétima de este engaño no haya sido
reconocimiento cada vez diferente (Honneth, 1995, tomada enlerio en un especto de la idea fundamental
cap. I). que ella tiene de sí misma; como en el caso de la veia-
-En
aquella época, desde luego, Hegel aún no había ción simbólica o de ia humiLlación, es entonces en es-
progresado 1o suficiente en su teoría de la sociedad te caso el no respeto a la integddad personal 1o que
para podet concebir este Proceso como un ptocedi- transforma un aclo o una palabra en herida motal.
mienio de constirución de las sociedades modernas; Si se busca genereltzat a partit de semejantes casos
por completo cautivo del horizonte del idealismo ale- ejemplares, se obtiene un coniunto de premisas que
mán, más bien ve en é1 la totaüdad de las prestaciones hace^aparecer un víncuio constitutivo entre la herida
intelecruales que los sujetos deben realizar unos con moral y la negación de reconocimi ento: a)sólo son mo-
oüos para encontrarse en la posibilidad de establecer ralmente -,rrinetables las ctiaturas morales que se rela-
un mundo común del "espíritu obietivo". Pero su pri- cionan de manera reflexiva con su propia vida, y que,
mer modelo relativo a una lucha por el reconocimien- en consecuencia y de m neta voluntaria, se Preocu-
io es, en todo caso, tan complejo y diverso que toda- pan por su bienestar; pues, sin la referencia a los crite-
vía en la actuaüdad ejetce una gran influencia en el te- iios cualitari-tos de su propia vida, no es posible en
rreno de la motal política y de la teoría social (Siep, absoluto explicar 1o que setá dañado o comprometi-
1979; Wildt, 1982; Honneth, 1995). Sin embargo, ya do en una persona cuando se ve afectada no por un
enlaFenomenologta del e:pintu Hegel remplazó su progra- simple dañó, por una desventura o Por una molestia,
na orígina} por un concepto en ei que las condicio- sinó por una herida mo:ral. b)Si bien esta teferencia a
res del sistema ulterior desempeñan una función cada la re1áción prácica consigo mismo permite expiicar
'¡ez rnás importante; en 1o sucesivo, la constitución de el objeto dJla herida moral, eso no basta todavía para
-a ¡eaüdad sociai ya no se explica mediante un proce- definir su condición de posibilidad. Si los sujetos hu-
so de creación de conflictos entre los suietos, sino co- manos, de una manera general, son r,'ulnerables en sus
:ro el resuitado de un proceso dialéctico en cuyo trans- relaciones consigo mismos, es Porque, pata establecet
cu¡so el espíriru desarrolla el aprecio que siente pot sí y preservar una relación positiva consigo mismos, les
:r¡smo. No deja de ser cierto que, incluso en la diferen- háce faita el apoyo que les aportan 1as reacciones de apro-
:ración que Hegel proPone finalmente en los Pinri- bación o asentimiento de otros sujetos; si no se hace
:tot de laflosofia de/ derecho, entre la tamiüa, la sociedad referencia a esas condiciones intersubjetivas, no es Po-
rurguesa y el Estado, es posible ver una vez más refle- sibie en absoluto expiicar por qué una persona sufre
aCala distinción inicial entre tres formas del recono- un daño cuando ciertos actos, palabras o circunstan-
:-miento, y es esta división 1a que permite concebir cias definidas destruyen un esPecto específico de su
:ir la acruaüdad la evoiución del sistema hegeliano, comprensión de sí mismo. c) A) alxmat que la especi-
-rciuso al ilegar a su madurez, en el sentído de una fl- ficidad de las heridas morales es Ia de no respet?r a
-osotía púcúca (Hardrmon, 1994). una persona en ciertos asPectos de su reiación posiu-
Reconocimiento 1356

va consigo misma, remitiéndola simuitáneamente de hoy un cie¡to acuerdo para distrngutr tres estratos de
manera eiemental a la necesidad de que esta telación la rel¿ción práctica consigo mismo. Con el término
se vea confirmada por otros sujetos, se introduce asi- "relación consigo mismo" se entiende siempte aquí
mismo un hecho psicológico: una conmoción psíqui- la conciencia o el sentim.ienco que una persona riene
ca va siempre de la mano con la experiencia de una in- de sí mis.ma en 1o que concierne a 1as facultades y a
justicia moral cuando el sujeto irrrpLicado pierde una los derechos que ie corresponden (eristen proposicio-
esperanze, cuya rea[zación era una de ias condicio- n_es semejantes en Haberm.as, 1992; Tugendhat, 1979).
nes de su propia identidad. Toda herida moral es en- Hay un escalón indiscutible v que, por 1o menos, tie-
tonces, debido a que destruye un presupuesto esen- ne la primacía en el plano genético: ahí, los sujetos se
cial de 1a facultad individual p^r^ un acto de le- relacionan consigo m.ismos de manera que conciben
sión personal. ^ctoa\ sus necesidades y sus deseos físicos como una parre
Sl tales premisas, a grandes rasgos, expLican en qué de su person_a: utilizando un concepto que
1xp_r9s{19
gtado la especilicidad de las heddas morales consisre E. H. Erikson volvió ttcundo para el psicoanáiiiis,
en la suspensión o en la negación de reconocimiento, se puede calificar de "confianza en sí mismo" (1980) ese
el camino que hemos ¡e¡¡¿d6 de un procedimien- ripo de certeza elemental respecro al valor de las pro-
to de lusrificación negariva--slpermite en lo sucesivo pias necesidades. Hoy en üa, dejancio de lado las dé-
dar un paso suplementario en la argumentación. En biies divergencias en cuestiones de detalle, todos es-
el marco que hemos deflnido, se puede efectivamente tos autores están de acuerdo en la idea de que una
hacer el intento de presentar las distinciones entre las segunda tbrma de relación prácrica consigo mismc
diversas formas de la injusticia; esro nos dará un pri- consiste en la conciencia de ser un sujeto dotado de
mer esbozo de la articulación del campo fenomeno- discernimiento moral; al reierirse a ia tradición kan-
lógico moral en su toraiidad. Entre las dit-erentes posi- tiana, se puede caliítcar de "respeto hacia sí mismo"
brlidades que se nos ofrecen, la más apropiada sin duda semejante tipo de certeza con respecto al valor de
es aquella cuyos criterios son los más cercanos a la la propia facultad de juicio @. S. Dillon, 1995). Por
experiencia individual; ésta, efectivamenre, garanúzt último, se acepta de manera unánime una tercere
que el estudio categorial de la est-era moral sea llevado forma de relación consigo mismo, que aparece en la
a buen término aparir de 1a perspectiva del sujeto. Ha- conciencia de poseer facultades buenas o preciosas:
brá entonces que empezar por reflexionar en los dite- para este tipo de certez respecto al valor de las pro-
rentes escalones de la concepción que un individuo ue- pias facultades estamos tentados a süzar el concep-
ne de sí mismo: las heridas morales se experimentan to de "senrimiento del propio valor" (Iugendhat, 1993.
como algo tanto más pesado cuanto más elemental es ^^ i7_iq\
ei upo de relación consigo mismo que lesionan o des- Si estas formas de la reiación consigo mismo sc:
truyen. Si el vínculo establecido de esa manera es plau- concebidas como esca-lones, en cuanto a que consur.r-
sible, se puede diseñar una ripologr a cerc^na. a la éxpe- yen: en condiciones normales, una sucesión de prern-
riencia que establece una graduación entre las heridas sas necesarias, es posible asignar.les en cada caso t.rpc,
morales en función del escalón afectado en la rela- de heridas morales que corresponden a los gradol ie
ción del individuo consigo mismo: cada estrato de la la lesión psíquica. Se ve fácilmente aquí cémo cad.
relación práctíca consigo mismo coresponde, de esa una de las categorías de injusticia despejadas de es:
maner\ a un particular tipo de injusricia que, por su manera debe su especificidad al valor en funcíón ie-
parte, corresponde a un grado especí{ico de la lesión cual un sujeto es menospreciado o reconocído: a.) d¿-
psíquica. ben ser consideradas como elementales, según lo qu:
Estas pocas reilexiones demuestran ya que incluso hemos dicho hasta aquí, esas heridas moraiás que dé-.-
un procedimiento negativo de demostración no ai- pojan a una persona de Ia certeza de poder dispoce:
canza sus fines sin que, anticipadamente, apele a esas de su bienestar fisico;1o que se destruye en efecto ccr.
estructuras que se supone son básicas en el terreno actos de esa naturaleza, es ia confianza en el valor i:-
objetivo que estamos considerando. En ei caso de la que gozan 1as propias necesidades a los ojos de ,c.
tentativa emprendida aquí, es necesario obviamente demás. A.l Iado dei caso fmite del asesinato, que de:-
poseer un conocimiento previo respecto a esos escalo- precia totalmente las condiciones de todo bienes:-
nes o a esos estratos que abarque la relación ptácüca físico, los casos típicos de esta categoría son los ¡:r:-
consigo mísmo. Pues, sin ello, resuita absoluiamente los tratos físicos, la rottura y la violaéión . b) Los casc:
imposible jndicar qué aspectos de 1a relación consigo son desde luego innumerables en 1o que se refiere ,
qiispo, y en qué número, deben ser disunguidos a ñn esas heridas morales cuya particularidád es la de n¿-
de diferenciar las formas de la herida moral. Las disci- nospreciar la facultad de discernimiento moral de -..
p.linas que pudieran ser capaces de aportar una expüca- personas. Lo que se daña o incluso destruye con É-.:
ció-n tespecto de este punto ofrecen, en el campo de actos, es ei respeto que nos concedemos a nosor::
la {ilosofía, las diferenies concepciones de 1a persona; mismos al ver cómo el valor de nuestro propio juc-:
en cambio, en el terreno psicológico adelanran diver- es reconocido por otras personas. El abanico de -c,
sas concepciones de ia evoiución del niño; habremos ejemplos upicos va aqur desde 1os casos individua-;:
de utilizar tales refleiones para fundar una dpologra de de iiusión y de engaño hasta ei caso en que se hace s:-
Ia rclactón consigo mismo. trtr a grupos enreros un traramienro jurídico desñr _ -
Simplificando mucho, se puede afrmar que enrre r7\1e. c) La tercera categoúa reúne casos en los que ::
estas diferentes orientaciones de la investigación existe debe demostÍaÍ a ufla o varias personas, mediance
-
Reconocimiento

gencia kantiana, es con el rasero de una concepción


-nillación oIa iaka de respeto, que
sus capacidades
:,: son reconocidas; semeiantes actos son un atenta- étlca del bien con 1o que se miden el sentido v ia am-
de representar un valor social en el plitud de lo que.es moralmente justo. Los peligros
-: :i sentimiento
una comunidad concreta. Aquí' la gama de que acarrea semejante abolción de las fronteras entre
:::;co de
.:r ejemplos úpicos va desde el caso anodino del no la moral (de la 1ey) y Ia éúca (del bien) pueden, no
,. ,:do (f,.gendhat, 1993, p. 305) hasta el caso masivo obstante, ser circunscrjtos si se distingue más clara-
:: .r estigmatlzación. mente entr€ el significado global de las actitudes mo-
-i partir de estas distinciones provisionales, se Po- rales y su jusritlcación caso por caso: claro, si conta-
:::a detlnir e ilustrat toda una matizada gama de he- mos con una comprensión común de la moral es sólo
:jas morales. Además de la importante cuestión de porque la concebimos como un dispositivo colecti-
,:.s relaciones de inclusión que existen entre las dittren- vo destinado a asegurar nuestra integridad personal; pe-
::-. clases (\flingert, 1993, pp. 167-168), sería.sobre to- ro la justificación de los derechos y los deberes morales
:. inieresante esrudiar más de cerca, en cada caso, el propiamente dichos sólo puede tealtzarce si s-e toman
".':',or del teconocimiento que no se concede. Las re- é.r irrent^ las aspiraciones de todos los individuos.
:-:siones exPuestas hasta aquí no tenían sin embargo Apoyándose en una ret-lexión de Lutz Wingert, se pue-
objetivo que el de aPortar, por la vía negadva, una dé determinar en qué medida semejante distinción es
=:s capaz de evitar las conclusiones uriljtaristas o conse-
t::i-oera Prueba del vínculo interno entre la moral v el
:3conoclmlento: s1 €s exacto que las heddas morales cuénciaüstas que se extraen de una definición ética de
-:inen su taiz en la negación de reconocimiento, es ia función de-la moral en general: incluso si, global-
:osible supone! a ia inversa, que las actirudes confor- mente, ia moral debe garantizar las condiciones de la
::es con ia moral están ligadas al ejercicio del rc- integridad de los sujetos humanos, una maneta de ac-
:¡nocimiento. De esta .r,r.Eh" podría ate- t,,,at .ro es moral "Porque instauta en el mundo sirua-
"sociuéió.t ciones que se consideran buenas, sino porque resPeta
:rás exffaerse otra conclusión: a los diferentes tipos
j: heridas morales corresponden forzosamente, desde ciertas aipiraciones de otras Personas" (Wingert, i 993,
.r punto de vista positivo, un mismo número de for- p.160).
- Por lo demás, las actitudes morales que, en 1o suce-
ras del reconocimiento'
sivo, deben ser introducidas en tanto que ibrmas del
reconocimiento, se derivan et-ectivamente, en un pri-
l,' significado del rcconocimiento en moral mer tiempo, de la simple defrrución general de la fun-
ción de la mora1. Pues la idea de que la integración de
.-.:::ros llegado a una serie de definiciones que tienen un ia perspectiva moral es útil para la protección de las
:arácteimoral, psicoiógico o antropológico únicamen- heiidaJmorates proporcionay^ vn indicación resPec-
:e de manera provisional. Como es ya el caso en He-gel, to a la naruralezay d. número de esas actitudes: debi-
:r cierto moáo el primer paso, cuando se quiere fun- do a que deben servir para gatanúzar las condiciones
jar una moral dei reconocimiento, consiste en probar intersubjeúvas en las que los suietos humanos pue-
que la posibil-idad de la existencia de las heridas mora- den preservar su integridad, existen forzosamente en
-és depende de la intersubjetividad de la fotma de vida on.rú*ato tan grande de reconocimiento como eKis-
humana: las criatutas humanas son r,'r:-lnerables de esa ten tipos de menosprecio moralmente hiriente. El he-
manera específica a la que califlcamos de "moral" pot- cho áe que las mismas acdrudes morales deban, en
que deben su idenúdad a la estructura de esta relación .rt. c^to, adoptar eI car^ctet de formas de reconoci-
práctica consigo mismo que, desde_ el primer mo- miento, está ligado a 1a caüdad de las condiciones que,
rrento, depende de ia ayuda murua y de la aptobación en cierta meüáa, ellas deben instaurar: patzl)-egar aIa
aportadas-por otras personas. Si de esta prem.isa an- integridad de la relación consigo mismo, los sujetos
riopológicá hubiera que deduclr un concePto positi- hurñanos deben necesariamente, en efecto, verse con-
vo de la moral, éste debería servir como protección ñrmados o reconocidos en ei valor de ciertas faculta-
en contra de los peügtos que ya hemos citado: median- des y de ciertos derechos. Y si el número de esos mo-
re el término de "punto de vista motal" se designa así dos'de teconocimiento debe ser el mismo que el de
la red de esas actirudes que debemos adoptar para las formas de las heridas motales, tal y como las he-
proteger a las cdaruras humanas de las heridas que mos distinguído hasta aquí, es Porqye- todos eilos se
encuentran su origen en la relación consigo mismo. refleren a lás necesidades de integridad de ios sujeros
Entonces, se puede decir que la determinacíón moral humanos: se trata de las mismas etapas de 1a com-
repteserlta la quintaesencia de las actitudes qu€ nos prensión prácts,ca de sí mismo las que pueden ser las-
vemos obügados a adoptar unos respecto a otros Pára rimadas cón las formas del menosprecio, cuando debe-
reunir, junós, las condiciones de nuestra integridad rían ser üteralmente constituidas por medio de las for-
personal. mas correspondientes del reconocimiento.
Con semejante concePto, se ve fácilmente cómo Si hay qüe extraer las consecuencias de esta refle-
se introduce un elemento teleológico en nuestra con- xión, se ve-que el punto de vista moral no só1o abarca
cepción de la moral. Los diferentes puntos de vista una, sino tt.i fo.mas de reconocimiento independien-
que, unidos, deben constiruir el punto de vista moral, tes unas de otras: a) eolo que concierne a la primera
son utilizados al referirse a un estado considerado co- etapa de una relación ptácúca consigo mismo, el ser
mo algo deseable debido a que está a-l servício del bien- humano particular es teconocido como un indivrduo
estar humano. A partir de ahrí, contrariamente a la exi- cuyas necesidades y deseos tienen para otra Persona
Reconocirniento
135¡
un valor único; para este tipo de reconocimiento, que nes de reconocimiento que hemos considerado hasta
tiene el caráctet de una enúega incondicional, encón- aquí desde el punto de vista funcional de la constr¡:-
tramos en la t¡adición de la fiosofía moral conceptos ción de relaciones prácticas consigo mismo están, po:
como la "benevolencia" o el "amor',. b) En el.grrrr- na,rlnleza, consdruidas de tal mánera que encierrar,
do escalón de su relación prácrica consigo mismó, el actos moraies. Encontramos en Hegel una reflexióc
particuiar es reconocido como .rn, persorr^ que riene
g...go es muy diierente a la tesis esbozada aquí: re_
la mrsma capacidad de discernimi..,to flexión que, en suFi/osorüa de/ derecbo,lo incitó adistic-
-o.^i que to-
das ias demás.; para.este trpo de reconocimienio, qu. guir tres escalones de la moralidad en función dei trpc
se apüca a todos un_iversalmente, el concepto de ,.res- de obligaciones en el que cada uno de ellos s. b^s^, ,
pero moral", surgido de la rradición kanriana, riene partir de ahí, sólo aquel que hace suyos tales debere:
hoy derecho de ci=udadarua. c) En el tercer esca.lón de y derechos morales, que rep{esentan a las condicic_
s.u relación consigo mismo, el parricular es reconoci- nes institucionales de la familta, de la sociedad v de
do como una persona cuyas capacidades tjenen un Estado, p.ue{e, en la época modetna, adquirir una plen:
valot constitutivo para una comunidad concreta; para conciencia de su libertad (Hardimon, i994, n párte
e.ste tipo de reconocimiento, que adopta eI caricter Si, en lugar de las instituciones concretas, colocamos :
de un aprecio particular, la rradiiión filósófica no pro- las ftes formas de reconocimiento que hemos expuesi.
porcrona conceptos morales adecuados; pero puede aquí, encontramos) en un plano tbstracto, la misr:.:
ser absolutamente acertado recurrir en esteiaso a cate- relación condicional ent¡e la integddad personal, -=
gorías como la "soüdaridad" o la ,.lealtad',. interacción social y la obügación mor^l, qr,,e Hegel te,rr.
Con estas tres formas de reconocimiento hemos ya en menre: 1os detechos y deberes coir.spoñdi.rr,-,.
citado las actitudes morales que, reunidas, proporcio- tepresentan a las implicaciones morales de ias reiacic-
nan una perspectiva que garantiza las condiciones de nes de reconocimiento que los sujetos deben mante;:e:
nuestra integridad personal. Pero, por sí solas, las asi- unos con otros pata g rantizar.juntos las condicione,-
metrías que existen entfe estas dilerentes formas de de su inregridad personal.
reconoclmlento, resp€cto a la ampltrud de la relación Llegados a este punto, es necesario examinar c,;.
de reconocimiento, hacen otra dificultad: los debe ser, en cada caso, el contenido de las obligacic-
^purr.ér
actos morales que aqú se exigen o esperan se relacio- nes que representan la íaz monl de la relación inr_
nan en cada caso con un círculo de sujetos cuyo tama- vidual de reconocimiento. Cuando se trata de es:.
ño aumenta según el tipo de reconocimiento. Así pues, forma de reconocimiento que confirma el va1or de _.
está uno tentado a considerar que las actirudes ie 1a necesidad individua.t, existen deberes de asistencia en,.-_-
benevolencia incondicional sóló pueden ser exigidas cional que se extienden, de manera simétrica o aslc;-
en los casos en los que los apegos mutuos se apoyan en trica, a todos los miembros de una relación prima::,
una base afectiva, mientras que el respeto moral desig_ de este tipo; el caso rípico de una obligación aslmé¡r:c:
na una forma de reconocimiento qüe se puede espé- e!
rar igralmente de todos los sujetos:.r *-io a.l apreiio, 3qui Ia dacjón de 1os padres con-sus hijos; el c:-.,
upico_ de una obLigación reiíproca es 1a relación d€ an:::-
pareceúa que los actos morales que le correspónden tad. Cuando, en cambio, seirata de esa forma de rec:-
ruvieran sóio un carácter de obl_igación .., ei *"r.o nocimiento que confirma ia autonomía moral del :::-
de las comunidades concretas. Señrejante vinculación dividuo,. existen obügaciones recíprocas de iguali.:r
tiene, sin embargo, una consecuencia paradójica: el universal enlamaneta de tratar a lis personaiToi..
punto de vista moral descíibe una peispecriva que ios sujetos tienen, unos respecto de oiros, el deber ::
obliga al sujeto a realtzx diferentes presiaciones se- respetarse y tratarse como pefsonas con la misma -_
gún1a naturaleza de la relación interzub¡euva. Con el cultad de discernimiento móral. Y cuando, p^r^ te:r:,-
tln de entender ese resultado de manerí más precisa, nar, se trata de aquelia forma de reconociiriento c:.
es necesado desde luego observar brevemente, para confirma el valor de las facu]rades individuales, er::.
concluir este arüculo, el contenido moral de las diver_ ten obligaciones de solidaridad recíproca que se exie:.-
sas [ormas de reconocimienco. den a todos ios miembros de una io-r.r¡dud dada i.
valores; piénsese aquí en ese tipo de particular res;e-
to que nos debemos unos a olros cuando partrcir.-
Una "rrtotal" del teconoci¡niento m_os junros eola realtzación de un proyecto (Fl.,.i-.
1ee3).
¿Cuáies son los deberes y derechos morales correspon- Como se habrá notado en este breve resumen. -.
dientes a las tres formas de reconocimi.r.to qr.ré h._ teoría moral expuesta aquí desemboca en una idea cu¿
mos esbozado? Lo vemos al examinar la estrucrura en Lrn punto decisivo, diverge de todas las concepé,,: -
espe.cífica de la relación consigo mismo, que debe ser nes tradicionales: entre laslres formas de reconoc--
producida o confirmada primáo, pues el Éecho de re_ miento que, reunidas, deben cons¿ituir el punro i.
conocer a alguien bajo un aspecto determinado de su vista moral, no puede existir ninguna relac.ión armc-
integridad personal no puedL significar más que una niosa sino, por e-l contrario, una réhción de consta:::.
cosa: reaüzat ios actos, o adoptal las actitudes que le tensión. Por cierto, según 1o que ha sido dicho has::
permitan llegar a la comprenslón correspondienie de aqui, 1os tres esquemas de reconocimiento moral de s::-
su propia persona. Es sólo esta asociaciór, i.rt.r.r" con nan respectivamente actitudes morales qre no pr.-
cierras obügaciones o exigencias lo que permite ha_ den entrar en conflicto unas con otras sinó en h mec--
blar de una "moral" del ñconocimienro:'las re]acio- da en que sólo tienen un carácter obügatorio en --
Relaciones internacionales
: 159
and konmunikatiues
de la teiación rís, Le Cerf, 198ó (trad. fr' NIora/bewasst¡eitt
marco de formas siempre separadas lon ¿ri,,Fr",t.fort/Nt.no, Suhrkamp, 1 983); "Indi:'iduation
ser, mantenidas
r.t"f, ^ri, las amistades^ sólo pueden par socialisation; i p,opoi de Ia théorie de la subiectivité de
.l-i^ *.á¿^ en que prtdoinan en ellas actitudes
exrsten en otras tl. H. lut.^dr", L-a Pensíe postnétaphlsique' E'rsais phiknphiryes'
moreles que se üferenciry {e las que pr¡r, (uad' fr' NachrytlPb.:isches Den-
de benevo- -kr,r, ¡r-""á Coün, 1Ó93
;;hr;"J interactivas debido al elémento
Pero' en 1a perspec- Fr^n forr,/N{eno, Suhrkamp, 1988); FaknTltat und C¿l-
t.n.i^ i".o"¿icionai que encierran' 1912'' Haú,2on' lvl O'
aquí' es abso- tu íg, F,^n fortlN{eno, Suhrkamp,
;;;;.il.""cepción moral desarrollada la uie itbique'
UígAt Soaorctil0np|ry,1994'' Hegel, F , Slsténe de
.;;.;r. impósible determinar de antemano cuál de
,r^?. y p..r. J' Tráii""*, París, Payot, 197ó (uad
de Slsten
,oJ^t d-ifereotes reiaciones de reconocimiento es
ftt N'' "F¡eedom' recog-
,tu S¡türhkrí¡, 1802). ' Hirschmann,
en cada caso, cuando P"t:: t-l:]:tulación approach to poliucal theory"'
pun- ¡¿ort obligadon, a femrnist
rl *írmo tiempo pretensiooes incompaubles: el
"r"i.tt¡l. ",t¿ 83, núm' 4' 1989' p' 1221
tres acdrudes morales entre AmeicanPolitiia/saenceReuiew,vol'
,o á. rnorul^ubut.u I Hor..t.th, L., T h e S trugl e Ja r Re c ogn i ti a n' T h e NI a ra / C ram n ar
; "itr^ no es posibie establecer una ierarquía a Pa.rt.lr
af iaria/ Conf/tct:, Cambldge, 1995 (por aParecer
en trad' fr''
";" p.rr.,rJ d" vista más elevado' En esta medida'
i; "';; als Pringp der
Éerís, Le Cárf, 1997)' Siep, L" Anerkennu-ng
'
odo .L éurnpo de 1o moral es recorrido por una ten- a rakrisrhe n P Ii losop/, ie.
IJ n re ritthn ngen 4a H ege/s Je naer P hi losopltie
.ro" q". no puede disiparse nunca' sino en la respon- '¿r, érir,rr, Fribuigo, i 979 ' ' Tayior, Ch , NIalticultara/isnt and
es-
.;bi]iáad ind-ividual: en las situaciones concfetas' 'iW f oúo o¡ D;i¡ertrte", Francfott/lvf e no,1992.; L¿ NIa/azse
de reconocimiento que
:áos ob)igados a prestaciones
,1, /a na,lernité, Plris, Le Cerf, 1994 (trad' fr' The Nfalazse of
.- á.tit^"?. la r'á,uralezz de nuestras relaciones so- itoAoniry, fló¡. 'Tugendhat, F-', Conscienn de soi
et autodi
que elegir
:iales; pero, en caso de coni-licto, tenemos aion,Paris, Armand Colin.] 99 5 (trad' fr' S e I b stb ewassl-
crlterlos para determinar a cuál de nuesttas re- termin
rrÍos ¡ein ttnd S e/bstbutinmu ng, Frencfort/Nleno' i 979) ; Vorlesun-
-r.ro.t., le otorgamos une pnoridad' Ciertamente' gm a lx r n ¡ h ; A, Franc fo it/ NIe no, 1 9 9 3 (por
aparecer en trad'
.i ."t;.,.t univeisaLista asociado a la forma de reco- 7r. Cor¡lrrnor rrr l'ítbique,París, PUF, 1998)''-Wildt'
A''Atto'
:ocimiento que es el resPeto inroduce aquí un Lími- Stungart, 1982' '\Tingert' L'' Ce-
nomie'unrl Anerkennoig,
.. noi*"o".j al que esün sometidas tales decisio- meininn und Moral, Francfort/lleno, 1993'
res; debido qu.i..t.^os que reconocer a todas las
^ como pttiottas que gozan del mis-
art"*ru, humanas AxEr HoNNnrH
razo-
:::ro derecho a la autonomja, no podemos' Por
dá relaciones sociales
..t -ái"r.t, tesoiver a favor
Vease culoabllidad; F{egeilHobbes; I(ant; mal' sufrimien-
:tta r.ea\tzación exigiría que se dañaran dichas Preten- respe-
to, dolor; N[aquavelo;lelaciones interpersonales;
¡:ones' to; simpatía.
Esta última indicación muestra que 1n cluso una
=or¿ d.t teconocimiento, en 1o fundamental' sigue
.isintuiciones que siempre han dominado en la tradi-
REID, Thomas -+ intuicionismo
,,á" t"",i^"^ ¿'e U noio¡ta moral: en el caso de un
de to-
,."i}i.r" moral, las pretensiones equivalentes
ios los suietos en cuanto al respeto de su autonomla REIACI ONES INTERNACI ONALES
absoiuta' Pero' en la
-:lCvid.ual tienen una prioridad
.-*tlp.ió" de aqueilo'que cara¡;ettzala estructura de
.or,fli.io, Ia cáncepción desarroüada aqur se La normalidad del extemo
'.-.iLr. todas las Premlsas
''icrencia considerablemenre de o "éúcal.telacio-
las,inclinacio-
:jrlüaoasi en general, no son el d.eber y t,"Édc^ de bs relaciones lnternacionales"' formulaciones
obügaciones 1.tl"i.t"".ionales"? Las dos posibIes.
.:tl;; qo. ,E en[renlan, sino d'iversasmotal debldo del útulo de este capírulo sugieren dos drterentes lnter-
un carácter
-r. poseen en su totalidad
otra relación de reconocimien- pretaciones de su tema'
- uuL ,od^, espresan ' En .l primer caso' nos vemos Llevados a elaminlr
l-]E" *oá1 d"l reconocímiento' esto Prueba que mterna-
""u oa, tarr.t^o particular, la éuca de las relactones
trad.ición de la ética de ia benevolencia y los.
en-
: ;il;i;t, piralela^ oL"' éticas especiali"¡das' como la
: :ques comunitaristas pueden-.reivindicar legídma- bióética' La ética de las
al lado de la tradlclon kanüána: en ca-
á. i.t la médica o Ia
=-.",. un lugar ;J^;i.";:".i..ios,
internacionales tendría una eústencia por
:3 una de eí"s tres tradiciones se exPresa una de las
morales que corresPonden a las cres For-
,i -irrnu, sería una provincia especí{ica dentro de un
-,-stciones czmno qeneral. constituido y reconocrdo' bs esta con-
reconocimienlo por med.io de las cuaiesprote-
="1 ¿. juntos ;;i;".ü ;;;'iiu.,,"' po' el'-plo, el libro de uncomoteó-
.-enos nuestra inlegridad personaL de criafuras internacionales
:-Lmanas.
,iá y pt;.ti.o de las rálaciones
Tot.óÉ lJve, l{aclear Ethin (1986)'
'--E; .l i.gondo caso' nos vemos remitidos a una
l;rten, A, Ljbéraax et Comnunaataiens'Patís' PUF' 1997' '
Jron, R. S. (ed'), Dignifl, Character and Se/ttRetperl' N'1e1a .rr.*ó.t má"s radical o a un proble-i T4t dramático'
éti-
---:
rk/Í-ondres, 1 99 5. l E¡ikson, E' H', I den tzfl an d L)fe-C1c/e'
it.lt.o trágrco: ¿no habría incompatibilidad entremoral
York, 1980. 'Fletcher, G' P'; L-ryalry, lluevaYork/ .tl t.fr.i.?.s inlernacionaies? Po? una parte' ¿la difícrl-
).:e-u'a
,rá'., onirr"rrai por esencia, v acaso no 5! ad'lta
"Notes sur l'éthique de Ia dis-
-:ircrd, i993. ' Habe¡mas,J', fu pt.ttá[d^d de ]as comunidades y de los
inte-
:::sion en I'ue d'un programme de justification" lularale et -."i" " Por otra palte' ¿tai pluralidad' en
'
' " r mttnication. Conrrr)o'o'ole el actiuitá connanicatiannelle'
Pa' i...t "o.iá"ales?

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