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Comité cienttfco
P,A'ur R¡coBun
A"iNr, F¡c or- LrRGL\uLT
CnrnrP.s l-*'-t'ion-E
PuirilPr Rtr'n¡-luo
PlrruPPr, v¡''r P¡-mls
. Geach, i'.,' A.t"ttio.t", P hik np hia / Reuiew, 1 4, 1 965' Gib- zuno de los autores ilásicos (con Ia gran excepción
fr', áe Heeel, naturalmente, convertido desde este ángr:lo
ba¡d, A., Sagun du choix,Ju¡te$e der:eniments (1990),trad'
París, PUF, tllO' ' Gitlespie, N' (ed.), &lara/Realism: Proceedings .t un"pr..l.rrsor solicario) hLizo del principio del reco-
of the 7 985 Spinde/ Conference,The Soatbern Jottrnal of Pbik:oph1,
nocimiento, como tal, la piedra angular de una ética;
sea cual fuere el alcance indirecto que se le ha conce-
íupi.21, 19fi6. 'Hare, R.Nf.,Tbel-^anguage of fuIorals, Oxford
Unir¡ Press, 1 9 52.' Ha¡man, G., The N a ture of l'Iora li 4, Nueva
dido aquí y a1iá, el concePto permaneció.siempre en 1a
York, Oxlotd Univ' Press, 1977; "Nfotal ¡elativism defen- sombra dé otras deiiniciónes, consideradas como algo
ded" Phik:ophica/ B.euiew,84,197 5' ' Hooker, B' (ed'), Tnth
más fundamental.
,
in Ethic¡,Oxiord, Basil Blacloveil, 1996' ' Iúnt, E ',Fondements E,sto sólo comenzó a cambiar en ei tianscurso de
de k nátap@sique des noears (1785), trad' V Delbos,
revrsada los últimos veinte años, cuando una serie de debates
po, A. Phrlonenko, París, Vrin, 1987' ' Iv[cDowe]l' J', 'Are poLíticos y movimientos sociales auajeton la.atención
moral .eqoir.-ents hqroüetical imperadve s?", Proceedings Lactalaiáea del reconocimiento. Se tratara de los de-
af the Aittotelian Socieg, 1978. ' N{ackie,J', Etbict: Inuenting bates tanto sobre el multiculruraLismo como sobre el
fupbt and l{/ron5, Londres, Pengurn, 1977' NIoore, G' E'' ' feminismo, siemPre ha estado P(esente la misma idea
Pincip,i o E t/:?*lr qo¡1, uad. lr., París, rur, 1 99 8'' Nagei, T,
normativa: los in-drviduos o ios grtrPos sociales deben
Tbe'Pos:ibiliE of A/truism, Princeton Univ' Press, 1970' '
ver su "difetencia" reconoctda o resPetada ffaylor,
992). Desde entonces, se cayó en la tentación de gene-
Ogreo, R. (Ár'! I-a Btialisne mora/,PzÁs, PUF, 1998'' Rawls,
1
fr !' Aud-a1{, París, Le ,^Ltá, y aflrmar que1a calidad moral de las reiaciones
1.,"Tmnt de lalattin (1971), trad'
Seurl, 1987. ' Siagwict , H, Metbods of Etbics (1901)' t¡ad' fr' socialei no puedé ser medida sólo con el rasero de ia
I ¿¡ NIítho¿les de /'íthiqae,PtÁs,PUF, 1998' ' SirLnot-A¡mstrong, repartición justa o iniusta de los bienes matedales;
,rü.rtr" idea'de la iusticia debe integrar asimismo, de
N. y lvl. Timmons, &laral Knowledge? New Readings en luloral
Ep*nnobgt,Oxford Uruv Press, 1996 ' Stevenson, Ch', 'The manera absolutamente fundamentai, nuestras conceP-
emodve meaning of eüical terms" (193f , en Ch' Stevenson,
ciones respecto ala manera en que los individuos se
Facts andValues,New Haven, Yaie Univ' Press, 1963' '
Stur- feconocen unos a otfos, así como respecto a la iden-
geon, N., "NIota-l explanations", en Copp y Zimmerman tidad que se reconocen mutuamente' De esa manera'
ipds.), lvlora/i4, R¿a¡on ard Trath' Totowz (N;), Rowman y
los cuÉstionamientos políticos han proporcionado la
,\1ianheld, 19á4.'Tappolet, C., "Le Prograrnme quasi téaliste
materia de un debate Q.,e p.tt.^tte a la filosofía mo-
et le réalisme moral", S tudia PbiksLphua, 5, 1992, pp' 241'
ral. Éste se inicia con una reflexión respecto del con-
254. ' Virvidakis, S., "Vanétés du réalisme en philosophie
tenido normativo de la moral, que debe poder expü-
morale", P hiknp hie, 22, 1989,pp' 1 -30; L"a Robastesse,da bien'. catse mediante el auxilio de algunas formas de1 re-
Nimes, Jacqueüne Chambon, 1996.'
lX/i-lliams, B'' "Internai conocimiento recíproco; 1o quJentendemos cuando
*d.*tér.t^i r.asons", en B. W'üams, Moral I-ttr'€, Carnbndge hablamos de norai point of uiew $nnto de vista rnot-^l)
se relaciona, en principio, con las particularidades (de-
Univ. Press, 1981;The Etbic¡ and tbe lLnits of Phi/osophl,Fon-
tana, 1985 (trad. fr. Ivf. A- Lescourret, L'Ethique et le¡ /imite¡
seables o deplorables) de lrs telaciones que mantre-
de /a phik:ophie, París, G¿llimard, 1990)'
nen los individuos entre sí'
Sin embargo, no es sino la ptimera etapa de una
D¡vro o. Bzul¡i< tenrativa qr..t. íp.:n,t djrectamente a extraer los. p.rinci-
oios moraies dL las tmpücaciones normativas del con-
-íase 'c"pto d. reconocimiento, Pues' desde que esre cami-
acción, causas de la accióo, conocimiento morzl,
-.
:escripción. Éaberm^s, intuicionismo, iusdficación, I(ant, ,rd fu. abierto, se ha podiáo observar La cancidad de
aproba- problemas que semejánte perspectiva de esrudio ha
-t'loorl, ,lor'*", y valores, Platón, reProbación y
::ón, sentido morai, Sidgwick. iuscitado. Uno de ios'objetivos fundamentoles del de-
bate sobre la moral del reconocimiento es ho;t el de
empez tpor delimitar en forma sistemácica tales difi-
RECONOCINÍIENTO culiades. b,i primer problema tiene que ver con 1a mul-
tipücidad dé sentido de la categoría clave un)s'zada'
¿respeto", que desde
in una u otra de sus versiones, el concePto de "reconoci- Ctntrariamente al coocepto de
miento" siemPre ha desempeñado un papei. funda- I(ant tiene contornos mái o menos precisos en el cam-
po de Ia filosofia moral. eL concePto de ''reconocirnien-
mental en el slno de ia fllosofía prácúca: en la Anti- 'to" ,ro ha sido establecido de ninguna manere' ni en ia
süedad. por eÍemplo, ios filósotos de la ética estaban
Io g.t .r^1 peisuadidos de que sólo podía llevar lengua cotidiana ni en su acepción. filosóúca; así, en
ior
vidá corre¿ta la persona cuya manera de actuar
..-,na
fuera capaz de suscitar la estima en el seno delapolis; de una ética feméninaunllnao tal concepto Para catac-
la filosoiía moral escocesa se deió guiar por l¿ idea de teitzar esa fotma de atención v de benevolencia im-
que el reconocimiento o 1a desaprobación públicos pregnadas de amor, cuvo modelo concleto lo propor-
Reconocirniento
iLr:
ciona la relación de la madre con su hijo (f. Hirsch- ia morafidad humana, podía reierirse ya a toda un]
mann, 1989); en el contexto de la étjca de la discu- serie de esbozos filosóficos en los que concepros ...
sión, en cambio, el "reconocimiento" debe designar nociones. empar-enrados habían de,sempeñado ün pa-
ese dpo de respeto mutuo que se refiere al miimo pel preminente: Hobbes, bajo ia influencia de NIaqüa_
tiempo a la singularidad y a la igualdad de todas las veIo, partió del princrpio anttopológico según el 'cua-
demás personas, tespeto cuyo arqueripo es ia relación los individuos eran sobre todo dominadoJpor la ne_
que, en su discusión, mandenen aquellos que aportan
9_esi{1d
de adquirir siempre más "aprecio" \i ,,honc¡'
argume¡tos a un debate (Habermas, 1993, czp. iI; \{'in- (Hobbes, De/ riudadano,l er. cap.); Rousseau,'en su nr:-
gert, 1993); por ütimo, quienes intenran disarroll¿r sentación crírica del proceso de civiiización, habi:
el comurritarismo utiüzan hov la categoría del ..reco- sostenido incluso que al tratar de obtener la esdrn:.
nocimiento" para caracterrzar las formas de aprecio que social, y únicamente en ese momento, e1 hombre ha_
se otorgan al modo de vida en e,l extranjero que se bía empezado a perder esa tranquila confianza en s:
constituyen, de manera típica, en el contexto-lasde la so- mismo que le había gatanúzado una vida apacible e:.
üdaridad social iTaylor,1992). Con semejante diversi- el estado de natxaleza (Rousseau, Di¡cour¡iur /'oigt,::
dad de utiüzaciones, el contenido moral del concepto et /et fondenzents de /'iníga/ité parni /es hontmu) piscár:.
de.reconocimiento, que era objeto de la segunda difi- ¡obre el origen 1 los Jandaztento: de /a duigualdai entre ,,.,
cuitad, parece transtbrmarse igualmente á función honzbresf ;Fichte, para terminar, al opónerse radica--
del sentido que se le da. E,n 1o que respecta al recono- mente 3 ral negarivismo, atlrmó ea su Fundaruen:o :1..
cimiento de la autonomía morai de toda criatura hu- dtrec/¡o natural que los individuos no podan adquir::
mana, también se puede pensar que es justo hablar de una concrencia de su llbertad e menos que se alénr;-
derechos y deberes univeisaies, mienrras que práctica- ran mutucrnente en la utiLización de su autonomía -.-.
mente no podrá ;ustificarse el empleo de estos térmi- en consecuencia, se reconocietan como crjatu¡as '-
nos en 1o que tespecta a las formas de reconocimien- bres. Por muv heterogéneos, e incluso contradiclc-
to que son la asistencia o el aprecio. En esta medida, rios, que havan podido ser esos fiagmentos de retle-
está uno tentado a suponer que los diferentes valores xión, una vez reunidos, en todo caso, pudieron hace:
semánticos del término "reconocimiento" se asocian madr:rar en e-i joven Hegel 1a idea de que 1a concie:-
en cada caso a perspectivas morales específicas. Esta cia de sí, en el ser humano, depende de la experienc::
multiplicidad de sentjdos obliga, por ú]rimo, a pregun- y del reconocimiento social. Pues incluso la antropc-
tarse si los diterentes puntos de vista morales remiten logía poLítica de Hobbes c de Rousseau, en su mis'n:
a una raiz común, en ia medida en que podrían ser crírica, stgruficaba indirectamente que los sujetos h.;-
justiiicados, juntos, de manera normátiná; üegamos manos, al vivir su existencia, tenían necesidad del re.-
así ai problema de la justificación de las impiiiacro- peto y aprecio de su compañero de interacción.
nes morales de cada una de las formas del réconoci- Pero la simple afirmación de un necesario víncuic
miento. entre la conciencia de sí mismo y el reconocirrueiti,:
, No es posibie, desde luego, trater de manera satis- intersubjetivo no podía, desde luégo, ser suficienre: s.
lactoria estas complejas cues¡iones en un breve artículo se tratata- de explicat cómo
_es
que la experiencia ie -
general. Pero las disrinciones que ei joven Hegel esta- reconocrmiento eta c paz de provocar un progresa
bleció en ei seno del concepto de reconocimiento en las relaciones basadas en 1a mora[dad, hatríiaie-
abren un acceso acertado al cónjunto de la problemá- más que aportar una nzón pata
-dife¡entes exp)tcar Ia relactó-'_
tica. Ofrecen un primet panorama de los interactiva dinámica que de6ía tbrzbsamente exls--:
significados por medio de 1os cuales ei fenómeno del entre ia adquisición intetsubjetiva de la conciencia i.
reconocimiento está, incluso hov, presente en las discu- sí y 1a evolución moral de sociedades enteras. Las ¡es-
siones morales. En una segundá erapa, se intentará puestas que Hegel encontró a estas preguntas al elabc-
deümitar el lrncuio sistemáriio entre la morai y el reco- rar sus primeros esbozos de sistema (Sistema de /a Lz¡_:
nocimiento llevando a cabo un estudio fenomenológi- ébca) consawyen el núcleo de su modelo de la ,'luch.
co de la especitrcidad de las heridas morales. Una véz por el reconocimiento"; ahí se afirma que el progresc
definidas de esa manera las primeras ljneas de tuerza morai se rca)tza en el transcurso de una sucisidn ci=
dei campo fenomenoiógico áe lo moral por la negari- escaiones, compuesta de tres modelos de reconocl-
va, se tratará de hacer aparecer el sigruficado posinvó de miento más y más ambiciosos, entre los que, cada vez.
la noción de reconocimiento para la moral; así, se verá se desartolla una lucha a la que ios ind.ividuos se aban-
que es igualmente acertado, en nuestros días, volvet a donan para ver confirmadaj sus aspiraciones a la iden-
utilizar la dlvisión hegeliana. En conclusión, men- tidad.
cionaremr¡s brevemente las consecuencias que este
concepto de reconocim_iento puede tener pará las ac- . La singuiaridad de este enfoque depende, primerc.
de la tesis hegeliana según la ..r.r"1 es necesarib distln-
tuales cuestiones de 1a fllosofia moral. guir entre tres Formas dé reconocirniento desde el mc-
T:lto en que las condiciones intersubjetivas de 1a apa-
rición de la conciencia de sí han sido sacadas alziuz.
El concepto hegeüano de rcconoci¡niento Pues sí bien ei mecanísmo que permite Ia recíproca
concesión de una esfera de libertad individual (ei mis-
Cuando Hegel, en el umbrai del siglo XIX, se aplicó al mo que Fichte tenía en menre al jusrificar el derechc
proyecto consistente en reconsdruir, mediante ei ioncep- natura-l) expl-ica en efecto sin duda la formación de una
to de "reconocimiento", la historia de la evoiución áe conciencia subjetiva del derecho, ello no basta, ni con
I 355
Reconocimiento
va consigo misma, remitiéndola simuitáneamente de hoy un cie¡to acuerdo para distrngutr tres estratos de
manera eiemental a la necesidad de que esta telación la rel¿ción práctica consigo mismo. Con el término
se vea confirmada por otros sujetos, se introduce asi- "relación consigo mismo" se entiende siempte aquí
mismo un hecho psicológico: una conmoción psíqui- la conciencia o el sentim.ienco que una persona riene
ca va siempre de la mano con la experiencia de una in- de sí mis.ma en 1o que concierne a 1as facultades y a
justicia moral cuando el sujeto irrrpLicado pierde una los derechos que ie corresponden (eristen proposicio-
esperanze, cuya rea[zación era una de ias condicio- n_es semejantes en Haberm.as, 1992; Tugendhat, 1979).
nes de su propia identidad. Toda herida moral es en- Hay un escalón indiscutible v que, por 1o menos, tie-
tonces, debido a que destruye un presupuesto esen- ne la primacía en el plano genético: ahí, los sujetos se
cial de 1a facultad individual p^r^ un acto de le- relacionan consigo m.ismos de manera que conciben
sión personal. ^ctoa\ sus necesidades y sus deseos físicos como una parre
Sl tales premisas, a grandes rasgos, expLican en qué de su person_a: utilizando un concepto que
1xp_r9s{19
gtado la especilicidad de las heddas morales consisre E. H. Erikson volvió ttcundo para el psicoanáiiiis,
en la suspensión o en la negación de reconocimiento, se puede calificar de "confianza en sí mismo" (1980) ese
el camino que hemos ¡e¡¡¿d6 de un procedimien- ripo de certeza elemental respecro al valor de las pro-
to de lusrificación negariva--slpermite en lo sucesivo pias necesidades. Hoy en üa, dejancio de lado las dé-
dar un paso suplementario en la argumentación. En biies divergencias en cuestiones de detalle, todos es-
el marco que hemos deflnido, se puede efectivamente tos autores están de acuerdo en la idea de que una
hacer el intento de presentar las distinciones entre las segunda tbrma de relación prácrica consigo mismc
diversas formas de la injusticia; esro nos dará un pri- consiste en la conciencia de ser un sujeto dotado de
mer esbozo de la articulación del campo fenomeno- discernimiento moral; al reierirse a ia tradición kan-
lógico moral en su toraiidad. Entre las dit-erentes posi- tiana, se puede caliítcar de "respeto hacia sí mismo"
brlidades que se nos ofrecen, la más apropiada sin duda semejante tipo de certeza con respecto al valor de
es aquella cuyos criterios son los más cercanos a la la propia facultad de juicio @. S. Dillon, 1995). Por
experiencia individual; ésta, efectivamenre, garanúzt último, se acepta de manera unánime una tercere
que el estudio categorial de la est-era moral sea llevado forma de relación consigo mismo, que aparece en la
a buen término aparir de 1a perspectiva del sujeto. Ha- conciencia de poseer facultades buenas o preciosas:
brá entonces que empezar por reflexionar en los dite- para este tipo de certez respecto al valor de las pro-
rentes escalones de la concepción que un individuo ue- pias facultades estamos tentados a süzar el concep-
ne de sí mismo: las heridas morales se experimentan to de "senrimiento del propio valor" (Iugendhat, 1993.
como algo tanto más pesado cuanto más elemental es ^^ i7_iq\
ei upo de relación consigo mismo que lesionan o des- Si estas formas de la reiación consigo mismo sc:
truyen. Si el vínculo establecido de esa manera es plau- concebidas como esca-lones, en cuanto a que consur.r-
sible, se puede diseñar una ripologr a cerc^na. a la éxpe- yen: en condiciones normales, una sucesión de prern-
riencia que establece una graduación entre las heridas sas necesarias, es posible asignar.les en cada caso t.rpc,
morales en función del escalón afectado en la rela- de heridas morales que corresponden a los gradol ie
ción del individuo consigo mismo: cada estrato de la la lesión psíquica. Se ve fácilmente aquí cémo cad.
relación práctíca consigo mismo coresponde, de esa una de las categorías de injusticia despejadas de es:
maner\ a un particular tipo de injusricia que, por su manera debe su especificidad al valor en funcíón ie-
parte, corresponde a un grado especí{ico de la lesión cual un sujeto es menospreciado o reconocído: a.) d¿-
psíquica. ben ser consideradas como elementales, según lo qu:
Estas pocas reilexiones demuestran ya que incluso hemos dicho hasta aquí, esas heridas moraiás que dé-.-
un procedimiento negativo de demostración no ai- pojan a una persona de Ia certeza de poder dispoce:
canza sus fines sin que, anticipadamente, apele a esas de su bienestar fisico;1o que se destruye en efecto ccr.
estructuras que se supone son básicas en el terreno actos de esa naturaleza, es ia confianza en el valor i:-
objetivo que estamos considerando. En ei caso de la que gozan 1as propias necesidades a los ojos de ,c.
tentativa emprendida aquí, es necesario obviamente demás. A.l Iado dei caso fmite del asesinato, que de:-
poseer un conocimiento previo respecto a esos escalo- precia totalmente las condiciones de todo bienes:-
nes o a esos estratos que abarque la relación ptácüca físico, los casos típicos de esta categoría son los ¡:r:-
consigo mísmo. Pues, sin ello, resuita absoluiamente los tratos físicos, la rottura y la violaéión . b) Los casc:
imposible jndicar qué aspectos de 1a relación consigo son desde luego innumerables en 1o que se refiere ,
qiispo, y en qué número, deben ser disunguidos a ñn esas heridas morales cuya particularidád es la de n¿-
de diferenciar las formas de la herida moral. Las disci- nospreciar la facultad de discernimiento moral de -..
p.linas que pudieran ser capaces de aportar una expüca- personas. Lo que se daña o incluso destruye con É-.:
ció-n tespecto de este punto ofrecen, en el campo de actos, es ei respeto que nos concedemos a nosor::
la {ilosofía, las diferenies concepciones de 1a persona; mismos al ver cómo el valor de nuestro propio juc-:
en cambio, en el terreno psicológico adelanran diver- es reconocido por otras personas. El abanico de -c,
sas concepciones de ia evoiución del niño; habremos ejemplos upicos va aqur desde 1os casos individua-;:
de utilizar tales refleiones para fundar una dpologra de de iiusión y de engaño hasta ei caso en que se hace s:-
Ia rclactón consigo mismo. trtr a grupos enreros un traramienro jurídico desñr _ -
Simplificando mucho, se puede afrmar que enrre r7\1e. c) La tercera categoúa reúne casos en los que ::
estas diferentes orientaciones de la investigación existe debe demostÍaÍ a ufla o varias personas, mediance
-
Reconocimiento