En Venezuela, el Instituto Agrario Nacional (IAN) provee dotaciones
en propiedad de acuerdo con la Ley de Reforma Agraria. Regulariza la tenencia de la tierra en beneficio de los pequeños productores rurales, los medianos productores rurales y los agrotécnicos que realicen actividades agropecuarias en forma personal o directa en tierras de entidades públicas afectadas a la reforma agraria. Esto quiere decir que el proceso de documentar la tenencia de la tierra empieza con trámites de solicitudes e inscripciones con el IAN.
Para definir la adjudicación de tierras debemos conceptuar primero
el término de dotación. De tal forma en la antigua Ley de Reforma Agraria es concebida como:
“... la dotación es el derecho de propiedad que se constituye
mediante un acto administrativo especialmente llamado adjudicación de tierras, o sea, el acto mediante el cual el órgano estatal encargado de la reforma agraria entrega en propiedad a un individuo o un grupo de población una determinada parcela o un lote de terreno. En otras palabras, que jurídicamente la dotación es una propiedad especial que tiene su origen en un acto administrativo denominado adjudicación de tierras.” (Duque Corredor, R. 2001, p.218.).
Actualmente el concepto de adjudicación comprende también una
forma de posesión agraria derivada de un acto administrativo del Instituto Nacional de Tierras a través de dotaciones o de regularizaciones de tenencia de tierras, bien sea, en forma individual o colectiva. Características
a) La dotación constituye la concesión de un derecho de propiedad
condicionado al cumplimiento de determinados requisitos, que al dejar de ser cumplidos conllevan a la caducidad del derecho.
b) Implica derechos regulados en su ejercicio por limitaciones no
concebidos en el derecho común en la institución de la propiedad.
c) Se rigen fundamentalmente por los principios y normas del
derecho agrario.
Podemos observar a su vez, que las dotaciones pueden ser a título
oneroso o gratuito, serían a título oneroso, cuando la condición económica del adjudicatario justifique la dotación para incorporarlo a la vida económica productiva de la Nación.
Las dotaciones son diversas y se pueden clasificar considerando la
calidad del sujeto beneficiario, a saber: dotación del pequeño productor, dotación del mediano productor y dotación indígena. Desde el punto de vista de la modalidad de la propiedad tenemos: la dotación parcelaria o individual y la dotación colectiva.
Adjudicación de Tierras:
Se entiende por adjudicación, el acto administrativo emanado del
Instituto Nacional de Tierras, en el cual se transfiere la posesión legitima de las tierras productivas ocupadas y trabajadas por el adjudicatario, el cual puede ser transferido por herencia sólo en el goce y disfrute de las mismas. De conformidad con lo previsto en el manual de adjudicación del Instituto Nacional de Tierras, el Instituto realizará adjudicaciones mediante los procesos de dotación de tierras o de regularización de tenencia. En el primer caso serán individuos que no sean ocupantes u ocupantes menores de un año. En el caso de regularización de tenencia serán aquellos ocupantes precarios que tengan períodos superiores al año.
Sujetos Beneficiados de la Adjudicación de Tierras:
Las ciudadanas que sean cabezas de familias que se comprometan
a trabajar una parcela para la manutención de su grupo familiar e incorporación al desarrollo de la nación. De conformidad con lo previsto en el Art.14 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario.
Requisitos para la solicitud de adjudicación sean dotaciones o
adjudicaciones previsto en el artículo 59 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario:
1. Manifestación de voluntad contentiva de compromiso de trabajo
de la tierra a adjudicar personalmente o con sus descendientes legítimos o naturales.
2. Identificación completa del solicitante, indicando nombre y
apellido, número de cédula de identidad, lugar y fecha de nacimiento.
3. Ocupación y número de personas que constituyan el grupo
familiar.
4. Declaración jurada de no poseer otra parcela.
5. Cualquier otro dato que estimare conveniente para ilustrar el
criterio del instituto. 6. En caso de ser poseedor de una parcela insuficiente, expresará las características y condiciones de las mismas
Limitaciones al derecho de adjudicación.
El Instituto Nacional de Tierras podrá revocar la adjudicación
otorgada, cuando el adjudicatario no haya cumplido con el compromiso del trabajo de las tierras. De igual manera, queda excluida cualquier negociación a terceros no autorizada por el Instituto Nacional de Tierras, a través de acta de traspaso.
De tal manera, se establece también un procedimiento de
revocatoria del título de adjudicación cuando existan supuestos: de abandono de parcela, explotación indirecta, negociaciones sin autorización, incumplimiento de trabajar la tierra. El procedimiento se iniciará de oficio o por denuncia de conformidad con el artículo 49 de la Ley de Procedimientos Administrativos y será sustanciado por las Oficinas Regionales de Tierras.
Por su parte, existe también un procedimiento de traspaso de
mejoras y bienhechurías en lo respecta al beneficiario del acta de transferencia que autorice el Instituto Nacional de Tierras. En tal sentido, el beneficiario debe comprometerse igualmente al trabajo eficiente de la parcela por un término no menor de tres años. Posteriormente se le entregará el certificado de título de adjudicación permanente.
Expropiación Ordinaria y Excepcional
La expropiación es una institución jurídica del Derecho Público, a
través de la cual el Estado (en sentido amplio) adquiere coactivamente el derecho de propiedad sobre determinado bien, siguiendo el procedimiento legalmente establecido y previo el pago de una justa indemnización, para la satisfacción de fines de utilidad pública o de interés social.
La potestad expropiatoria de la Administración encuentra su
fundamento en el artículo 115 de la Constitución, el cual establece que “Sólo por causa de utilidad pública o interés social, mediante sentencia firme y oportuno de justa indemnización, podrá ser declarada la expropiación de cualquier clase de bienes”. Esta disposición, como lo destaca Ambrosio Oropeza, es de las que tiene mayor tradición en la historia constitucional venezolana y ha sido reproducida, con pocas modificaciones sustanciales, desde 1811.
La expropiación constituye la más grave afectación a que puede ser
sometido el derecho de propiedad, ya que al entrar en conflicto el interés privado y el interés general por encontrarse de por medio una razón de utilidad pública o de interés social va a privar esta finalidad que es la que, en definitiva, va a justificar y legitimar el uso de la potestad expropiatoria. Se trata, por tanto, de un elemento esencial en la expropiación; la razón en virtud de la cual el Estado puede ejercitar válidamente la potestad expropiatoria, se encuentra precisamente en la necesidad de atender a la utilidad pública o social, por lo que sólo en tal supuesto puede ser expropiado un bien.
Concepto de obra de utilidad publica
Se considerarán como obras de utilidad pública, las que tengan por
objeto directo proporcionar a la República en general, a uno o más estados o territorios, a uno o más municipios, cualesquiera usos o mejoras que procuren el beneficio común, bien sean ejecutadas por cuenta de la República, de los estados, del Distrito Capital, de los municipios, institutos autónomos, particulares o empresas debidamente autorizadas.
Concepto de interés social
Operan por situaciones socio-económico y político que amplían el
ámbito de acción de la expropiación, como en el caso de reformas en el ámbito agrario, o como un medio para solucionar problemas de vivienda, hábitat y conservación ambiental, entre otros.
Objeto de Expropiación
La vigente Ley de expropiación, regula la expropiación forzosa por
causa de utilidad pública o de interés social, de los derechos y bienes pertenecientes a los particulares, necesarios para lograr la satisfacción del bien común.
Significa entonces, que son tanto derechos, como bienes de origen
privado el objeto de la expropiación forzosa, siempre que los mismos permitan al Estado satisfacer las causas de utilidad pública o interés social.
La Expropiación Agraria:
A los efectos de disponer de tierras para distribuir en el marco de un
proceso agro reformista, existe una figura legal prevista en la mayoría de los ordenamientos jurídicos del mundo contemporáneo donde se reconoce la propiedad privada como derecho humano de carácter patrimonial. Esta institución fundamental del Derecho en general y del Derecho Agrario en particular recibe el nombre de Expropiación. Es una figura clásica del Derecho utilizada no solamente para disponer de tierras cuando los Estados no disponen de suficiente para distribuir, sino que es una institución para eliminar el latifundio o la gran propiedad concentrada en manos privadas o particulares. La expropiación no es otra cosa sino la transferencia coactiva de la propiedad de los particulares al Estado mediante el procedimiento establecido en ley.
La LDTDA dedica todo un Capítulo y 14 artículos a la expropiación
de las tierras rurales privadas (expropiación agraria), aunque no define el procedimiento, para lo cual debemos recurrir a la Ley especial que rige la materia que es la Ley de Expropiación por Causa de Utilidad Pública o Social LECUPS (Gaceta Oficial N° 37.475 del 01 de Julio de 2002), que por cierto se aplica supletoriamente al procedimiento de expropiación agraria en lo que no esté previsto por esta. En su artículo 2 esta ley especial la define como:
“Artículo 2: La expropiación es una institución de Derecho Público,
mediante la cual el Estado actúa en beneficio de una causa de utilidad pública o de interés social, con la finalidad de obtenerla transferencia forzosa del derecho de propiedad o algún otro derecho de los particulares, a su patrimonio, mediante sentencia firme y pago oportuno de justa indemnización.”
Resulta importante señalar que, contrario a lo que se pudiera creer
sobre todo en tiempos políticamente convulsos, la expropiación se creó como una garantía al derecho de propiedad particular, y no es un procedimiento sancionatorio ni penalizador, ni mucho menos ha de ser utilizado para atropellar a propietarios en su propiedad. Muy por el contrario, este instituto del derecho permite conciliar el interés particular de la propiedad privada, con el interés general o colectivo, cuando estos chocan. La expropiación es una garantía a este derecho. Siendo la propiedad privada la regla en nuestro ordenamiento jurídico, la expropiación es siempre la excepción. No hay forma de interpretarlo de otra manera.
El asunto es de tal importancia que así queda expresamente
señalado en la Constitución cuando en su artículo 115 reza:
“Artículo 115: Se garantiza el derecho de propiedad. Toda persona
tiene derecho al uso, goce, disfrute y disposición de sus bienes. La propiedad estará sometida a las contribuciones, restricciones y obligaciones que establezca la ley con fines de utilidad pública o de interés general. Solo por causa de utilidad pública o de interés social, mediante sentencia firme y pago oportuno de justa indemnización podrá ser declarada la expropiación de cualquier clase de bienes.”
Como vemos la expropiación se activa cuando se presenta alguna
de las restricciones, permitidas y no arbitrarias, al derecho de propiedad, lo cual solamente opera cuando hay una causa de utilidad pública de por medio.
Supuestos y/o requisitos de la Expropiación:
Por causa de utilidad pública o interés social: al Estado le
corresponde probar la utilidad pública y declararla previamente. Mediante sentencia firme: el propietario tiene el derecho de recurrir en tribunales y que éstos le den o no la razón. Pago oportuno de justa indemnización: por la tierra y las bienhechurías construidas sobre ella, en moneda de curso legal
Conviene advertir que los tres supuestos anteriormente indicados,
deben presentarse de manera concurrente, es decir, sin que falte alguno de ellos, pues de lo contrario no se estaría cumpliendo la garantía constitucional de compensar al propietario que es objeto de un procedimiento expropiatorio.
Utilidad pública: La LDTDA (art. 68) declara de utilidad pública o
interés social a las tierras de vocación de uso agrícola.; y aunque la ley especial de expropiación (LECUPS) no define de manera específica las causas de utilidad pública, si señala de forma genérica una definición para las obras de utilidad pública (artículo 3):
“Artículo 3: Se considerarán como obras de utilidad pública, las que
tengan por objeto directo proporcionar a la República en general, a uno o más estados o territorios, a uno o más municipios, cualesquiera usos o mejoras que procuren el beneficio común, bien sean ejecutadas por cuenta de la República, de los estados, del Distrito Capital, o de los municipios, institutos autónomos, particulares o empresas debidamente autorizadas.”
Se entiende que las obras de utilidad pública benefician el interés
social, el interés colectivo, el interés nacional, y en ese sentido tenemos, por ejemplo, la construcción de vías de comunicación, de represas, escuelas o la definición de áreas para el establecimiento de asentamientos campesinos o colectivos, los establecimientos para la enseñanza agrícola, entre muchos otros ejemplos. Bien vale la pena consultar el artículo 14 de la LECUPS en el cual se indican una serie de obras que están exceptuadas de la declaratoria previa de utilidad pública porque se sobreentiende que por sus características dichas obras son siempre de interés general.
¿Qué tipos de bienes pueden ser expropiados?:
Cualquier clase de bienes, entre ellos los inmuebles destinados a la
producción agrícola. Por ejemplo: las tierras.
Es importante tomar en cuenta que la expropiación se aplica solo a
bienes objetos de propiedad particular o privada y afecta a los propietarios de pleno de derecho, vale decir, aquellos que tienen el uso, goce o disfrute y disposición sobre sus bienes, y cuyo derecho puede ser debidamente demostrado a través de los títulos registrados según la ley.
Cuando la expropiación recae sobre tierras con vocación agraria,
éstas deben ser de propiedad privada, para que el procedimiento expropiatorio sea procedente, ya que como se ha dicho, la expropiación agraria implica una transferencia forzosa del derecho de propiedad, y para que esta transferencia pueda operar, debe mediar un título de propiedad plena sobre el bien que se expropia.
El bien o bienes sobre los cuales recae el procedimiento
de expropiación agraria son las tierras con vocación de uso agroalimentario. De allí el nombre de “expropiación agraria” para diferenciarle de la transferencia forzosa de la propiedad sobre algún otro tipo de bien o algún otro derecho de los particulares cuyo origen no es agrario. En la ley de tierras y desarrollo agrario se establece que se declaran de utilidad pública a todas las tierras con vocación de uso agrario, por tanto, el requisito de la declaratoria previa de utilidad pública ya no procede porque viene establecido a priori para todas las tierras de vocación y uso agroalimentario.
La expropiación agraria está regulada por un procedimiento
particular previsto en la ley de tierras y desarrollo agrario (arts. 68- 81). Lo no previsto lo suple la Ley de Expropiación por Causa de Utilidad Pública o Social, tal como se había señalado anteriormente y tal como lo dispone la propia LDTDA en su artículo 81.
Para llevar adelante un procedimiento expropiatorio de tipo agrario
se requiere una resolución del directorio del INTI que así lo determine. En dicha resolución debe estar justificado el inicio del procedimiento de expropiación, argumentando razones de necesidad para la ordenación sustentable de las tierras objeto del procedimiento. También se debe indicar claramente el área objeto de la expropiación.
La expropiación agraria es una institución que procede en dos fases:
1) Una fase amistosa, que se lleva a cabo en sede administrativa,
ante el INTI, y, de no proceder la vía amistosa, entonces sigue:
2) Una fase forzosa que se desarrolla en sede jurisdiccional, esto
es, ante un tribunal agrario (el que corresponda por la ubicación del inmueble).
Para lo no previsto en la ley de tierras en relación a la expropiación
de las tierras con vocación de uso agroalimentario, la misma ley de tierras remite de manera supletoria a la ley especial que rige el procedimiento de la expropiación que es la Ley de Expropiación por Causa de Utilidad Pública o Social o LECUPS, publicada en la Gaceta Oficial N° 37. 475 del 01 de julio de 2002 (ver art. 81 LDTDA), tal como ya había sido señalado con anterioridad.
El Rescate de Tierras:
Cuando las tierras no tienen un origen privado sino público y están
siendo ocupadas, el Estado puede reclamarlas y recuperar su dominio, con la finalidad de adjudicarlas. Este procedimiento se conoce como rescate y es esencialmente diferente al de la expropiación (arts. 82-96 de la LDTDA).
El INTI tiene derecho a rescatar las tierras de su propiedad o que
estén bajo su disposición que se encuentren ocupadas ilegal o ilícitamente (arts. 34 y 82 LDTDA). En buen derecho no toda tierra pública puede ser rescatada. La ley plantea dos supuestos claramente expresados en la norma para que el rescate proceda:
1. Tierras propiedad del INTI o bajo su disposición.
2. Que se encuentren ocupadas ilegal o ilícitamente.
El procedimiento de rescate se puede iniciar de oficio (el INTI
directamente lo inicia) o por denuncia de parte interesada en que el procedimiento ocurra.
Excepción: el rescate no se aplica a las tierras que se encuentren en
condiciones de:
1) Optima producción con fines de producción agroalimentario (art.
84 LDTDA).
2) En total adecuación a los planes agroalimentarios del Ejecutivo
Nacional, y, 3) No exceda de dos (2) unidades del patrón de parcelamiento establecido para la zona.
Excepción a esta excepción: El INTI podrá rescatar éstas tierras
cuando circunstancias excepcionales de interés social o utilidad pública así lo requiera (art. 84 LDTDA).
Es importante resaltar que en la segunda reforma parcial de la
LDTDA ocurrida en 2010, el Estado afianza a su favor la presunción de que todas las tierras son de origen público, en principio, aunque un particular se atribuya la propiedad.
Esto ocurre cuando el legislador al reformar la ley establece una
rigurosa condición para que un productor que se atribuye la propiedad de su predio pueda considerarse como tal propietario y el INTI pueda rescatar sus tierras. Así el legislador dispuso en el artículo 82 que:
“…el Instituto Nacional de Tierras (INTI), podrá rescatar las tierras
aun en los casos en la propiedad sea atribuida a particulares, cuando al efectuar el análisis documental de los títulos suficientes que fueran requeridos a aquel que se atribuye el derecho de propiedad, éste no lograre demostrar una perfecta secuencia y encadenamiento de las titularidades del dominio y demás derechos alegados, desde el desprendimiento válidamente otorgado por la Nación venezolana, hasta el título debidamente protocolizado de adquisición por parte de quién alega propiedad…”.
Y aunque los reformadores dispusieron que quedaran a salvo las
defensas administrativas o judiciales que considere el afectado interponer, más adelante cierra el legislador con una enumeración de lo que considera son desprendimientos de la propiedad de la Nación reconocidos por el INTI, cuando expresa diciendo que: …“Se consideran desprendimientos válidamente otorgados por la Nación venezolana los siguientes:
1. Las ventas puras y simples perfectas e irrevocables realizadas
por el extinto Instituto Agrario Nacional (IAN) a favor de un particular (persona natural o jurídica) siempre que se corresponda con las Resoluciones del Directorio del Instituto Agrario Nacional (IAN).
2. Las adjudicaciones de tierras realizadas por los Ministerios de
Fomento, Agricultura y Cría, Secretaría de Hacienda, Ministerios de Agricultura, Industria y Comercio, a favor de un particular o colectivos. Para que las mismas surtan plenos efectos jurídicos deben contar en la memoria y cuenta del ministerio respectivo o en la Gaceta Oficial de la República. Así como las adjudicaciones de tierras otorgadas por los Presidentes de los Estados de la Federación, de acuerdo a lo establecido en la Resolución del 13 de mayo de 1891.
3. Los haberes militares, siendo éstos las adjudicaciones de
tierras baldías o confiscadas a los emigrantes españoles que se otorgaron a los militares patriotas como recompensa por su participación en la guerra de independencia contra el imperio español, como un proceso de titulación, en tanto constituía una transferencia del derecho de propiedad sobre terrenos que pertenecían al Estado.
4. Los títulos otorgados por la Corona Española, bien sea bajo la
figura de Merced, por Composición o Cédulas Reales. En el caso de los Títulos de Composición deben encontrarse debidamente convalidados por las Leyes Republicanas.
5. Los pronunciamientos de los órganos jurisdiccionales tales
como las Sentencias de Reivindicación, Juicios de Certeza de Propiedad y Prescripción Adquisitiva, declaradas definitivamente firmes, con autoridad de cosa juzgada.
6. Las ventas realizadas por entes gubernamentales con capital
suscrito por la Nación debidamente validados por la Procuraduría General de la República”.
Carta Agraria:
Es una autorización provisional de ocupación que se le otorga a los
grupos campesinos organizados o no, en las tierras públicas con vocación agrícola, mientras se tramitan y resuelven los procedimientos de adjudicación previstos en la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario. Debe solicitarse por ante la Oficina Regional de Tierras donde se encuentre ubicado el terreno requerido