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Yezirah

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Yetzirah, El tercer mundo, Mundo de la Formación u “Olam ha’Yetzirah”, es aquel que


proviene del Mundo de la Creación, pero aquí las energías y fuerzas en general son menos
espirituales o sutiles, acercándose más a la materia densa, donde a la vez se multiplican y
diversifican. Se transforman así en una infinidad de inteligencias que permiten el
funcionamiento de lo creado.

Podríamos decir que el mundo de la Creación es un representante de las Ideas en la


Manifestación, y este Mundo de la Formación es su producto en un grado más bajo,
representando a las formas producidas y sustentando así a la Creación.

El Mundo de la Formación posee todos los elementos (fuerzas y formas) que establece la
creación, pero aún falta el último paso, otro salto cualitativo, en el que se involuciona otro
grado, el Mundo de la Acción, de la Materia o de la Realización (Olamha’Assiah).

Al analizar este Mundo de la Formación como un Árbol de la Vida completo vemos que se
pierde la característica de inteligencias únicas regentes de cada una de las Emanaciones
Divinas (Sephirath), las que ahora corresponden a legiones, ejércitos o miríadas de ángeles,
que son los representantes del Mundo de la Formación. Comenzamos aquí a introducirnos en
el campo científico, específicamente en aquellas disciplinas que estudian el Cosmos, la
naturaleza y sus leyes. Los científicos actuales, en general, no admiten el supuesto de que
detrás de cada energía natural en el universo existen inteligencias que las guían, sin embargo
ya existen ciertos atisbos que finalmente les harán llegar a esas conclusiones. Por lo pronto,
ya han detectado que estas energías mensurables del cosmos actúan ordenadamente y como
siguiendo un propósito, lo que recién hace que la ciencia comience a barajar algunas hipótesis
poco ortodoxas, pero esta es materia conocida desde hace mucho por la Cábala, la que
denomina ángeles a estas inteligencias. Ellos actúan en grandes grupos, ya que son
incontables las distintas energías y mecanismos que existen destinadas a insuflar la vida, de
modo que la Creación se mantenga y funcione adecuadamente.

Veamos brevemente las distintas huestes angélicas representantes de cada una de las Esferas
o Emanaciones Divinas:

Kéter

Comenzando con la Corona (Kéter) podemos decir que la representa el grupo angélico
conocido como Los Santos Seres Vivientes (Kjaioth ja Kadesh), que equivalen a los cuatro
animales que aparecen en la visión de Ezequiel, y que además corresponden a los cuatro
elementos formativos del Tetragramatón: el principio activo, el principio pasivo, el neutro y
el principio de transición. De hecho toda la formación, estructura y funcionamiento de la
creación está basada en estos cuatro elementos. Los cuatro animales son: el ángel, el león, el
águila y el toro, que además corresponden a los cuatro verbos herméticos. Por ende,
concluimos que para invocar adecuadamente esta orden angélica es necesaria la maestría en
el dominio de estos cuatro aspectos o Santas Criaturas Vivientes, cuyo color es de un tono
blanco brillante y purísimo.

Jojmá

A la Esfera de la Sabiduría (Jojmá) le corresponde Ruedas (Auphanim). Su invocación puede


hacerse imaginando acciones cíclicas, es decir verdaderas ruedas de color gris. A este coro
de fuerza angélicas es que se debe el movimiento y la primera acción.
Binah

En el Mundo de la Formación, el Entendimiento (Binah) está representado por la orden


angélica de Tronos (Aralim). Según Fortune, un trono sugiere esencialmente la idea de una
base estable, un fundamento firme, sobre el que se sienta el Ser que tiene el Poder. y del cual
no puede ser movido. Indudablemente esta orden de ángeles es la que le otorga la estabilidad
básica al funcionamiento de la creación. Puede ser visualizada como tronos de piedra,
yunques o simplemente rocas macizas de color café oscuro.

Resumiendo la figuración simbólica del proceso que tienen las Fuerzas de la Formación
(Olam ha’Yetzirah), tenemos, desde la Corona hasta el Entendimiento: primero, las cuatro
Santas Criaturas Vivientes adorando al Señor de la Creación, las que luego adoptan
movimiento, específicamente el circular, para ir de esta forma a entronizarse en un macizo
de color café oscuro.

Jesed

A Misericordia (Jesed) corresponden los ángeles denominados Seres Luminosos


(Chasmalim), nombre que, según Fortune, destaca la idea del esplendor real de Guedulah,
otro de los títulos que se dan frecuentemente a Jesed. Estos seres manejan aquellas energías
que son aptas para lograr estabilidad, ya sea en la mente o en la parte emocional, sirviendo
también para controlar el factor tiempo y el factor espacio. Podemos invocar estas fuerzas
imaginando luces brillantes de forma ovoide de color púrpura profundo. Estas energías
estarían referidas, según Lenain, a aquellas que representan las efigies de los cuerpos y las
diversas formas de la materia.

Gevurah
La Fuerza (Gevurah) está representada por las Serpientes de Fuego (Seraphin) y están
relacionadas con las energías de corrección, fuerza y valor. Pueden ser invocados imaginando
serpientes de fuego de color escarlata brillante.

Tiféret

Reyes (Malachim) es el nombre de la orden angélica correspondiente a la Armonía (Tiféret).


Estas fuerzas dicen directa relación con los elementales de la naturaleza y sus directores o
reyes. No obstante, Lenain sólo las relaciona con el funcionamiento del reino mineral. Se les
puede invocar imaginando a los cuatro reyes elementales.

Netsah

La Victoria (Netsah) está representada por los Dioses (Elohim), siendo energías que animan
y permiten el funcionamiento del aspecto afectivo, emocional y vital. Lenain atribuye a estas
fuerzas anímicas la directa tutela sobre el funcionamiento del reino vegetal. Se puede invocar
a esta orden angélica imaginando diversas formas paganas o primitivas de dioses en donde
predomine especialmente el color verde y amarillo verdoso.

Hod

El grupo de ángeles que corresponde a la Esfera de la Gloria (Hod) es llamado Hijos de Dios
(beni elohim ). A semejanza del coro de Angeles anterior, también pueden ser invocados
como dioses, pero con predominancia del color rojo bermejo, y con disposición a movilizarse
para permitir el funcionamiento de la mente concreta de la lógica. Según Lenain, este grupo
angélico controla todo lo relacionado con el Reino Animal.
Yesod

En el Fundamento (Yesod) encontramos a los Poderosos (Kerubim), ángeles cuya principal


función es velar y facilitar el adecuado funcionamiento de toda la parte etérica del Cosmos,
la cual es la sostenedora de la manifestación física o material. Es en este plano etérico que se
encuentra todo lo ya creado, las interrelaciones de sus distintos aspectos están totalmente
dadas y también su adecuado funcionamiento. Por ello es que estos ángeles llevan el título
de los Fuertes o Poderosos, porque realmente deben serlo. Lenain plantea que estas fuerzas
angélicas vigilan especialmente el funcionamiento del Reino Humano y le facilitan su camino
hacia la vida eterna.

G.Knight dice que los Kerubim trabajan en la edificación de fuerzas en los métodos etéricos
o Yesódicos, de los cuales uno es el uso de símbolos relativos al uso yesódico dentro de las
profundidades de la mente subconsciente. Agrega que con el progreso de los tiempos estos
símbolos se convierten en herramientas poderosas para el bienestar y progreso del ser
humano. Los Kerubim pueden ser invocados imaginando figuras antropomórficas fuertes y
vitales en donde el color púrpura muy oscuro predomine.

Malkut

Finalmente las Almas de Fuego (ashim’) corresponden a las huestes angélicas del Reino
(Malkut) Pueden considerarse como las consciencias atómicas que permiten la agregación de
la materia física. Para Lenain, son estas energías las encargadas de transmitir al ser humano
las características de la civilización y el conocimiento de las cosas divinas. Pueden ser
invocadas imaginando un sinnúmero de pequeñas chispas de colores bermejo, oliva, limón y
negro moteado de amarillo.

Al analizar el Mundo de la Formación (Olarr ha’Yetzirah) desde el segundo punto de vista,


esto es, como una parte del Árbol de la Vida, una vez más debemos mantener los dos puntos
de vista presentados anteriormente. Aquellos que planteaban que el Mundo de la Creación
(Olam ha’Briah) correspondía a la tríada conformada por la Misericordia, la Fuerza y la
Armonía, consideran que este Mundo de la Formación corresponde al reflejo de esa triada en
un plano más bajo, que correspondería a la triada siguiente en el Árbol de la Vida: Victoria,
Gloria, Fundamento. En estas tres Esferas o Sephiroth es donde se encuentra la multiplicidad
de fuerzas y energías que permiten, a través de su continuo interactuar, que esta creación
pueda sustentarse y funcionar.

Aquellos que sustentan la idea de que el Mundo de la Creación está representado por las
Esferas de Sabiduría y Entendimiento, consideran que este Mundo de la Formación está
constituido por las Esferas que les siguen hasta incluir a Yesod, esto es, la configuración
llamada Microprosopus; Misericordia, Fuerza, Armonía, Victoria, Gloria y Fundamento. En
estas Esferas se produciría la diversificación de la manifestación en una miríada de fuerzas y
formas que se van alternando y complementando para finalmente conformar un universo total
y funcional, esto es el Fundamento.

En ambos puntos de vista se deja como último paso el próximo mundo que estaría
representado por el Reino (Malkut), única Esfera donde se concreta la materia física,
manteniéndose la funcionalidad e interacción ya logradas.

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