Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
¿Control o manejo?
Manejo integrado de plagas (MIP)
Inventario de malezas y dinámica poblacional
Características bio-ecológicas de las especies de malezas predominantes
Período crítico de la competencia de malezas y umbrales económicos
Interacción de las malezas con otras plagas
Métodos de control de malezas
Control químico de malezas
Limitantes para el desarrollo del manejo mejorado de malezas en los países en
desarrollo
Referencias
R. Labrada y C. Parker
Muchas plantas comúnmente clasificadas como malezas pueden ser utilizadas para fines
alimenticios o medicinales, como por ejemplo: Portulaca oleracea L. y Petiveria alliacea L.
entre muchas otras. Además, muchas malezas que se desarrollan en áreas sometidas a
barbecho sirven para prevenir la erosión del suelo y para reciclar los nutrientes minerales
del suelo. Por el contrario, varias plantas cultivables que aparecen como indeseables en
áreas de cultivo diferente son correctamente consideradas como malezas. Por lo que debe
quedar claro que "malezas" es un concepto relativo y antropocéntrico, pero en modo
alguno constituye una categoría absoluta. Sin embargo, en las situaciones agrícolas las
malezas, como producto de la alteración de la vegetación natural, son plantas indeseables
y, posiblemente, constituyen el componente económico más importante del total del
complejo de plagas, que también incluye insectos, ácaros, vertebrados, nemátodos y
patógenos de plantas.
Las pérdidas anuales causadas por las malezas en la agricultura de los países en
desarrollo ha sido estimada ser del orden de 125 millones de t de alimentos, cantidad
suficiente para alimentar 250 millones de personas (Parker y Fryer 1975).
Es bien sabido que las malezas compiten con las plantas cultivables por los nutrientes del
suelo, agua y luz. Estas plantas indeseables sirven de hospederas a insectos y patógenos
dañinos a las plantas cultivables. Sus exudados radicales y lixiviados foliares resultan ser
tóxicos a las plantas cultivables. Las malezas también obstruyen el proceso de cosecha y
aumentan los costos de tales operaciones. Además, al momento de la cosecha las semillas
de las malezas contaminan la producción obtenida. De esta forma, la presencia de las
malezas en áreas cultivables reduce la eficiencia de la fertilización y la irrigación, facilita el
aumento de la densidad de otras plagas y al final los rendimientos agrícolas y su calidad
decrecen severamente.
http://www.fao.org/3/t1147s/t1147s05.htm[23/10/2019 17:56:55]
Capítulo 1. El control de malezas en el contexto del manejo integrado de plagas
las áreas cultivables, donde inciden, sino también a áreas cultivables vecinas. La
observación personal confirma que un control de malezas retardado en caña de azúcar,
con un desarrollo avanzado de insectos dañinos sobre las malezas presentes en las áreas
del cultivo indicado, provoca la migración de los insectos sobre áreas de pastos
adyacentes. Tan pronto como las malezas fueron controladas en la caña de azúcar, los
insectos se trasladaron a las áreas de pastos, las que, por demás, son hospederas más
adecuadas de estas plagas que las plantas de caña. En áreas de arroz no es posible lograr
un buen manejo de los insectos del género Sogata si las malezas gramíneas no son
eliminadas en el cultivo y en los canales de irrigación.
Estos son sólo algunos ejemplos de la importancia del control de malezas practicado a
tiempo en cualquier sistema de cultivo. Desafortunadamente, como Akobundu (1987)
indicase, las malezas son plagas subestimadas en la agricultura tropical.
¿Control o manejo?
Resulta más contemporáneo el uso del término "manejo" en lugar de "control". En
ocasiones se ha considerado que "control de malezas" implica aniquilar o erradicar tal
vegetación. De hecho es poca la diferencia en el significado básico de los dos términos y
ambos son usados indistintamente en este volumen. Ninguno de los dos significa
"aniquilar" y es poco importante cual término sea utilizado. Lo importante es saber que es
innecesario eliminar completamente la población de malezas, ya que lo esencial es
regularla o manejarla a un nivel tal que su daño económico sea reducido.
El MIP puede verse en tres niveles, donde el objeto de control (a) es una sola especie de
plaga, (b) un rango de insectos o malezas y (c) una composición completa de todos estos
organismos nocivos. El concepto de MIP tiene su origen en la entomología, que se ha
traducido en programas de control cultural y biológico, plantas hospederas resistentes,
prácticas agrícolas apropiadas y uso racional de plaguicidas, que a la postre se ha
demostrado superior en el plano económico y sostenible que el uso creciente de
plaguicidas.
Los principios del MIP no han sido todavía aplicados de manera sistemática al manejo de
malezas, pero estos son plenamente válidos para este fin. Los métodos tradicionales ya se
basan en la integración de una variedad de métodos culturales y físicos. El uso continuado
de estos métodos, conjuntamente con la aplicación moderada de herbicidas, ha
demostrado ventajas en comparación al uso excesivo de herbicidas. Esta última práctica
puede ocasionar desequilibrios indeseables de la flora y provocar la predominancia de
poblaciones de especies perennes u otras resistentes a los herbicidas en uso.
http://www.fao.org/3/t1147s/t1147s05.htm[23/10/2019 17:56:55]
Capítulo 1. El control de malezas en el contexto del manejo integrado de plagas
http://www.fao.org/3/t1147s/t1147s05.htm[23/10/2019 17:56:55]
Capítulo 1. El control de malezas en el contexto del manejo integrado de plagas
2. Métodos físicos: arranque manual, escarda con azada, corte con machete u
otra herramienta y labores de cultivo.
Ninguno de estos métodos debe ser perdido de vista en un sistema agrícola de producción,
ya que los mismos pueden resultar efectivos técnica y económicamente a los pequeños
agricultores. Incluso el arranque manual, considerado correctamente como labor tediosa y
penosa, es una práctica vital complementaria, aún cuando los herbicidas sean utilizados,
ya que previene el aumento de poblaciones resistentes o tolerantes de las malezas. Esta
práctica es también la más pertinente en áreas, donde el nivel de infestación de malezas
es bajo y se necesita la prevención del aumento del banco de semillas de malezas en el
suelo.
Todos estos métodos serán descritos en detalle en otros capítulos de este libro.
http://www.fao.org/3/t1147s/t1147s05.htm[23/10/2019 17:56:55]
Capítulo 1. El control de malezas en el contexto del manejo integrado de plagas
no poseen el poder económico que les permita adquirir herbicidas y los equipos
indispensables para su aplicación, no excluida la compra de una simple mochila de
aspersión. Además, en muchos países en desarrollo, el nivel cultural de los agricultores es
sumamente bajo (por lo general, son analfabetos), lo que hace difícil el proceso de
capacitación en el uso adecuado de herbicidas y en las formas de evitar los efectos
secundarios indeseables que estos productos químicos puedan causar, sobre todo cuando
se aplican a dosis superiores a las normalmente recomendadas. Esto en ocasiones se
traduce en problemas de fitotoxicidad sobre los cultivos de interés, efectos residuales en el
suelo y afectaciones directas a la salud del agricultor.
Estas consideraciones no siempre han sido tomadas en cuenta por los promotores del
control químico de malezas. Sencillamente se ha supuesto que el mismo éxito alcanzado
con una determinada dosis de un herbicida en la agricultura de los países desarrollados, se
podrá lograr al nivel de la pequeña finca en los países en desarrollo. Alström (1990) ha
subrayado los peligros de transferencia del éxito de uso del enfoque de método químico
único de control de malezas de los países desarrollados a los de menor desarrollo. Este
autor también añadió que el control químico es sólo posible practicar en grandes haciendas
de los países del tercer mundo, que poseen una mejor posición económica. Alström
propone la inclusión del uso de los herbicidas como componente menor de los esquemas
de control de malezas en la agricultura de los países cálidos, de pequeños agricultores, y
sólo utilizable para problemas específicos y no como práctica habitual.
Otra consideración, que parece ser una preocupación poco realista, es que el uso de
herbicidas en los países en desarrollo podrá provocar un incremento de la desocupación.
Esto puede ser cierto en regiones con grandes haciendas agrícolas, donde se emplea una
fuerza de trabajo sustancial, pero no para la vasta mayoría de los pequeños agricultores,
cuyas familias consumen gran parte de su tiempo laboral en operaciones de desyerbe, que
podría ser útil en otras actividades.
En síntesis, es muy difícil definir cuando los herbicidas puedan ser utilizados al nivel de la
pequeña finca. Una primera consideración debe ser que la recomendación de uso de un
herbicida en la pequeña finca deberá estar basada en los resultados de efectividad técnica
y económica derivados de la evaluación previa a nivel de campo realizada por personal
técnico oficial. Estos resultados, conjuntamente con los datos toxicológicos aportados por
el productor del herbicida, proporcionarán la información suficiente para el registro oficial
del herbicida en el país. La información técnica pertinente debe aparecer claramente
expuesta en la etiqueta del envase, probablemente con ayuda de pictogramas útiles para el
agricultor analfabeto. También debe ser dada a través de capacitación llevada a cabo por
los extensionistas agrícolas. Como Akobundu (1989) dijese, una decisión de uso de un
plaguicida debe estar basada en muchas consideraciones, una de ellas debe ser que el
plaguicida haya sido aprobado como la opción de control más efectiva económicamente
para el agricultor, así como que su uso no provocará efectos secundarios indeseables en el
medio.
http://www.fao.org/3/t1147s/t1147s05.htm[23/10/2019 17:56:55]
Capítulo 1. El control de malezas en el contexto del manejo integrado de plagas
También es posible que en algunos de estos países, la ignorancia de los funcionarios sobre
los problemas de malezas no les permita entender la importancia económica del manejo de
éstas. En muchos casos, se cree que las malezas no son un problema agrícola o
fitosanitario y que estas plantas indeseables pueden bien ser controladas a través de
arranques o escardas manuales. Es obvio, que quien jamás haya desyerbado
manualmente, no es probable que sea capaz de entender la necesidad de mejorar los
métodos de control de malezas.
Los pequeños agricultores de los países en desarrollo consumen más del 40% de su tiempo
en operaciones de desyerbe, lo que principalmente comprende el trabajo de mujeres y
niños de la familia del agricultor. Los niños involucrados en estas labores, en muchos
casos, no pueden asistir regularmente a la escuela.
Referencias
Akobundu I.O. 1987. Weed Science in the Tropics-Principles and Practices. John Wiley &
Sons, Nueva York. 522 pp.
http://www.fao.org/3/t1147s/t1147s05.htm[23/10/2019 17:56:55]
Capítulo 1. El control de malezas en el contexto del manejo integrado de plagas
Parker C. y J. Fryer. 1975. Weed control problems causing major reduction in world food
supplies. FAO Plant Protection Bulletin 23 (3/4): 83-95.
Settele J. y M. Braun 1986. Some effects of weed management on insect pests of rice. Plits
4: 83-100.
http://www.fao.org/3/t1147s/t1147s05.htm[23/10/2019 17:56:55]