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FOOD AND AGRICULTURE ORGANIZATION OF THE UNITED NATIONS FAO

SISTEMATIZACIÓN DE LA EXPERIENCIA DE PRONAMCHACS COMO PROGRAMA


DE GESTIÓN DE CUENCAS EN EL ÁREA ANDINA 1981 - 2009

Julio César Alfaro Moreno

Lima Agosto del 2015

1
Introducción: El PROBLEMA DE LA GESTIÓN DE CUENCAS
HIDROGRÁFICAS EN EL PERÚ

1) El agua como factor primordial

Toda agricultura altamente productiva depende la calidad y cantidad de sus suelos y de la


retención del agua en los mismos, de acuerdo a las necesidades de las plantas para su
crecimiento y producción. La mayor parte de los suelos del Perú, dedicados a la actividad
agropecuaria, se encuentran en las partes altas de la cordillera de los andes y gran parte se
encuentran en laderas con valles muy angostos, las cuales, unos y otros son dedicadas a la
agricultura y ganadería el país, especialmente las laderas.

Por lo mismo que se encuentran en laderas, están expuestas a perder la calidad de los mismos,
al ser “lavados” por el agua de lluvia, que cae en forma concentrada y a alta velocidad, debido
a sus altas inclinaciones, sobre todo en determinados meses del año normalmente, en
Diciembre, Enero, Febrero y Marzo de todos los años, salvo los meses de sequía anual que
tiende a ocurrir en determinada cantidad de años.

Es por ello que se hace necesaria la presencia de tecnologías que permitan que el agua que
cae por la ladera en lugar de lavar o remover los suelos, ésta se quede en los mismos,
penetrando en ellos, para reactivar su materia orgánica y limitar los desastres naturales, como
los huaycos, deslizamientos y heladas. Desastres que ocurren debido a la erosión y a la
geología de las montañas cuya superación, se requiere de tecnologías conservacionistas, para
producir los productos agrícolas y los pastizales, que van a servir para la ganadería y a la
actividades forestales, dentro de ellas, la industria forestal, fortaleciendo las raíces de las
plantas que crecerán hacia abajo o a la creación de bofedales, al acumularse el agua en
algunas partes de los pastizales, produciendo plantas de mayor valor nutritivo.

Esta cubierta de árboles favorecen la creación de microclimas favorables, no solo a las plantas
y pastizales de la laderas sino también a los valles de las cuencas de las mismas partes altas
sino también a las partes medias y sobre todo de las bajas de las cuencas, donde se encuentra
la mayor parte de la población.

A su vez, el cuidado de los suelos supone no solo un conocimiento de las tecnologías de


conservación de suelos sino también una de alta valoración de los recursos naturales de las
cuencas y de una organización de la sociedad para disponer sus fuerzas para trabajar
coordinada, sinérgica y racionalmente, en el uso y cuidado de dichos recursos naturales de las
cuencas.

Esta valoración depende de ciertos factores socio - culturales e institucionales, que


condicionan a que los habitantes andinos, se sientan animados e interesados, en forma
sostenida, a dicho cuidado de sus cuencas y que ésta sistematización, trata de identificar, para
contestar a una pregunta fundamental, ¿En qué condiciones socioculturales los habitantes
andinos tienden a cuidar sus aguas y suelos en las laderas andinas y en qué condiciones a
descuidarlos? Es cierto, que estos factores socioculturales, pueden ser estimulados por los
mecanismos de animación de las entidades promotoras, sea del Estado, las ONGs, Municipios
provinciales o distritales, Iglesia, etc.

2
Todo ello, a través de talleres, concursos, incentivos, premios, parcelas de comprobación o
demostrativas o arengas. Como fue el caso, de la experiencia del Programa Nacional de
Manejo de Cuencas Hidrográficas y Conservación de Suelos, único programa masivo que ha
tenido el Perú hasta la actualidad y que requiere ser analizado para obtener todas las
enseñanzas o lecciones que sea posible para cualquiera otro futuros programa o proyecto
masivo.

b) La necesidad urgente de una enfoque integral del cuidado y gestión de Cuencas,


sistémico y orientado al desarrollo humano y sostenible y al bienestar de los
habitantes, productores y empresas de las cuencas

Si bien el principio es cuidar nuestras aguas y suelos para disponer de un territorio seguro, útil
y ambientalmente sustentable, dentro de nuestras cuencas, tal como fue la idea fuerza de la
experiencia de PRONAMACH, que se desarrollará en este texto: es necesario y urgente
invocar a un enfoque integral, sistémico, sostenible, y holístico del cuidado y gestión de
nuestras cuencas para obtener un desarrollo humano. Que en primer lugar, integre y active
todos los componentes de las cuencas, considerándolos como una unidad de la diversidad; es
decir a todos los recursos naturales (aire, temperatura, suelos, agua, bosques, montañas, ríos,
lagunas, animales, pastos, plantaciones, cultivos, etc) y humanos; es decir a todos los actores
sociales, la intervención humana, ubicación dentro del espacio cuenca, condiciones
socioculturales y económicas del espacio cuenca, gobernabilidad, consensos, voluntad
colectiva que se expresen en acciones y articulación con el bienestar y el desarrollo de todos
los seres vivientes en las cuencas.

Que en segundo lugar, se piense sistemáticamente el territorio, como un conjunto de partes


dentro de un todo (cuencas, subcuencas y microcuencas; parte alta, media y baja; zonas y
pisos ecológicos de la cuenca; ladera, valle y alto planicie; parte continental, océano o lagos o
ríos), y que cada parte tendrá un efectivo impacto positivo, solo con el concurso planificado y
activo, favorable de las otras partes, reconociendo que es un todo influyente en cada parte y
en todas las partes y que a su vez cada parte, influye en las otras partes y en el todo. Por ello,
es necesario elaborar participativa y ordenadamente un proceso intervencionista,
considerando a la cuenca como un sistema.

Que en tercer lugar, se ponga el énfasis en la conservación de los recursos naturales, sin dejar
el factor humano o antrópico que se encuentran en la cuenca, sin dejar de lado su óptimo
aprovechamiento, para garantizar su continuidad y calidad. De tal manera que haya una
armónica y perdurable unión entre la sociedad y la naturaleza y que el tratamiento del espacio
cuenca, con todos sus recursos naturales y humanos, sea sustentable o sostenible, es decir, que
duren en cantidad y calidad a mediano y largo plazo.

Que en cuarto lugar, se cuide el nexo de todas las acciones que se realicen, teniendo en cuenta
el contexto natural y humano, de tal forma que se reconozca el contacto holístico entre las
partes, cuando cada espacio se articula con los otros, dentro de la cuenca, es decir requiere del
concurso de los otros. Los cultivos requieren de las cortinas de vientos que ofician como
generadores de microclimas benéficos, con una población que cuida cada parte y su nexo con
las otras.

3
Por ejemplo al cuidar el flujo del agua, garantizamos que tenga calidad para alimentar tanto
los cultivos, como a las propias cortinas de viento y las hojas de los árboles que la sustentan
con capacidad para retener y evaporar el agua, favoreciendo al ciclo hidrológico. Solo con un
enfoque holístico es posible tratar nuestros recursos.

Que en quinto lugar, se considere que el tratamiento de las cuencas requiere de su manejo o
cuidado y de la gestión de las cuencas: Cuidado, con eficientes tecnologías conservacionistas
acompañando a las productivistas, incluyendo todas las tecnologías disponibles: Bosques de
protección, andenes, tratamiento de áreas críticas, zanjas o acequias de infiltración,
canalización, traslación y reserva del agua, técnicas del uso del agua como el riego por
aspersión o goteo, prefiriendo este último, bosques productivos con un cuidado forestal,
cuidado de los animales y un uso racional de los pastos, etc. Y de una gestión que incorpore la
voluntad colectiva de los actores sociales de las cuencas con organismos participativos, que
planifiquen, administren y ordenen ambientalmente la cuenca hacia dicho desarrollo
sostenible. Sin embargo, lo más importante es el fin del cuidado y gestión de cuencas, que es
desarrollar triplemente: El capital social, cultural y humano de los actores sociales de la
cuenca y la calidad de vida o utilidades de los pobladores y empresas que se encuentren en la
cuenca.

1: el capital social de todos actores sociales que viven y trabajan en las cuencas que derive en
su adecuada gobernabilidad, que incluya las coordinaciones y promoción de los mecanismos
de cooperación entre todos los actores sociales de la cuenca, acompañados, con un equipo
interdisciplinario y polivalente que los apoye u oriente, la creación de organismos como los
consejos o autoridades de cuencas, comités de gestión de cuencas y de subcuenca o
microcuenca, hasta llegar a una legitima autoridad, que en base a la consulta y al desarrollo
de los consensos, ejecute un plan maestro de cuencas.
2: Así también al desarrollo del capital cultural de los actores sociales de la cuenca, a fin de
que aprecien y cuiden los recursos naturales, los valoren y los defiendan y promuevan,
adquieran costumbres de explotación con conservación y se identifiquen con su cuenca,
desarrollando su autoestima, a partir del florecimiento de la cuenca.
3: El desarrollo del capital humano, también es clave porque nos garantiza la preparación y
educación de los actores para el cuidado de los recursos naturales y humanos de la cuenca,
criterios para que la población no ubique sus viviendas en los conos de deyección o debajo de
las áreas críticas, aprenda habilidades para aplicar las tecnologías, conocimientos técnicos
para tratar los recursos de la cuenca, entendimiento respecto a la lógica de la cuencas en
cuanto articulación de los fenómenos naturales y humanos y un estado de salud suficiente
para emprender todas las tareas del cuidado y gestión de la cuenca, que son muy fuertes y
demandantes de trabajo conjunto, coordinado y dinámico.

Todo esto se resume en el desarrollo humano de los actores sociales de la cuenca para que su
intervención garantice una coordinada y eficiente intervención en toda la cuenca en proceso
de preservación y consolidación. Esta intervención debe tener como resultado final el
aumento de la calidad de vida de la población, uniendo a los conservacionistas con los
productores, usando eficientemente el territorio de la cuenca, logrando que los recursos
naturales y humanos se unan en alianzas productivas, con una visión de desarrollo territorial
con la llamada gobernanza local, que bajo la iniciativa de los alcaldes y los presidentes de las
comunidades campesinas o caseríos o rondas campesinas y el apoyo de los gobernadores
regionales, se obtengan productos de calidad con un gran valor de mercado, con capacidad

4
competitiva a nivel, local, regional, nacional e internacional; todo ello aprovechando las
múltiples ligazones entre las distintas partes de la cuenca, subcuencas, microcuencas a favor
de la cuenca en su conjunto.

Diversos autores y promotores del cuidado y gestión de la cuenca, que de diversas formas y
vías y canales, han apoyado al PRONAMACHCS, asesorándolo, cuestionándolo,
capacitándolo y proporcionándole criterios, experiencias e insumos: han aportado en esta
visión de lo que es el cuidado y gestión optima de la cuenca.

Es de destacar la gran experiencia de la Universidad de Cajamarca bajo el asesoramiento e


impulso de su ex rector; Ingeniero Pablo Sánchez, en la década de los sesenta hasta los
ochenta, que mostró que se podía cambiar la morfología de los cerros plantando pinos en
lugar de los acostumbrados eucaliptos, éstos últimos, según Sánchez, con gran capacidad,
para absorber el agua de sus alrededores, matando las plantas.

A diferencia los pinos que si podían, convivir con las plantas y pastizales de su alrededor, los
plantó en el fundo de Aylambo en el valle de Cajamarca del área rural del Departamento de
Cajamarca. Él destacó la gran importancia de la acequias o zanjas de infiltración, como
captadores del agua de la lluvia, tanto para el desarrollo forestal, como para las plantas,
pastizales y para llenar de agua las montañas, que les permita obtener una amplia cobertura
vegetal, que le llamó poncho verde, como objetivo primordial del cuidado de las cuencas,
permitiendo que surjan arroyos para obtener agua doméstica, fortalecer el volumen hídrico de
los canales de riego y reservorios y el acuífero de las cuencas.

Reconocía, además, la importancia de la organización de la sociedad, de que las comunidades,


que con capacitación e iniciativa podrían convertirse en un motor en la gestión de la cuenca,
de allí que se propagó desde la Universidad Nacional de Cajamarca, las escuelas azules, que
no solo hacían esta labor conservacionista, sino producían su propio combustible, como el bío
gas, compost, artesanías, pequeña industria, etc. Concibiendo a la cuenca como un ambiente
específico del territorio y que por tanto su tratamiento debería ser integral y sistémico. Todo
ello, se sustentó en un manual llamado Silvo Agropecuario, que se publicó en 13 tomos, que
contempla todos los aspectos que se considera relevantes del cuidado de las cuencas1

Este planteamiento eje, lo sustentó frecuentemente en el asesoramiento que benefició al


PRONAMACHCS, en los cursos, talleres, reuniones, trabajos de campo, pasantías en los que
colaboró incondicionalmente. Felizmente se han publicado sus ideas, ejecuciones y
experiencias en un reciente libro llamado el Poncho verde 2, presentado en el Centro Cultural
de la PUCP. Es de destacar también los planteamientos sobre el cuidado y gestión de las
cuencas, que ha realizado el Doctor Axel Dourojeanni en sus cuantiosos libros y
asesoramiento a diferentes instituciones del Perú y Latinoamérica, así también a diversos
países del planeta y que tuvo oportunidad de sistematizar en la CEPAL, en la División de
Recursos Naturales de la misma, colaborando con el PRONAMACHS, en sus diferentes
etapas y momentos de su desarrollo y sobre todo en sus inicios, como se va a ver más
adelante.

1
Junta del Acuerdo de Cartagena; Comunidad Económica Europea; Servicio Silvo Agropecuario SESA;
Universidad Nacional de Cajamarca. Manual Silbo. Agropecuario, Cajamarca Perú 1985.
2
Sánchez, Pablo. El Poncho Verde. Cajamarca: Y la Visión de Pablo Sánchez, Asociación Los Andes de
Cajamarca/Yanacocha y Compañía Minera, Cajamarca Perú Mayo 2015

5
Desde el principio concibió que el tratamiento de las cuencas requería de dos clases de
acciones: Las de aprovechamiento de los recursos naturales y las de conservación de los
mismos al mismo tiempo y que ello requería una gestión integrada de los recursos naturales,
que determinara una sustentabilidad ambiental a la cuenca. Por tanto, había que ligar la
gestión con la producción y el aumento de la calidad de vida de la población.3

Posteriormente, admitió que existen diversas formas de tratamiento de las cuencas y que cada
una tiene sus propias potencialidades y límites, como la gestión integrada de recursos hídricos
GIRH, poniendo el énfasis exclusivo en el tratamiento del agua y la gestión integrada de los
recursos naturales de toda la cuenca, en este caso relacionando en forma sistemática todos los
recursos naturales, en la medida que unos se favorecen a los otros.

En los últimos años, sus planteamientos se centran en sustentar en la importancia de los


actores sociales de las cuencas, su educación y capacitación, organización, representatividad y
gobernabilidad, tal como lo rebeló en un excelente artículo, en donde cuestionaba que el
Ministerio de Agricultura del Perú, a través de la Autoridad Nacional del Agua del Perú,
ANA, promoviera los Consejos de Cuencas en el Perú, en esta última década, sin tener
suficientemente en cuenta, o teniendo poco en cuenta: los factores socioculturales,
económicos y organizativos de las mismas. Resalta la importancia de identificar, conocer y
partir de todos los actores sociales que operan en la cuenca que se reúnen para tomar
acuerdos., las estrategias de intervención humana, el tratamiento de los conflictos entre ellos,
la necesidad de potenciar la organización de dichos actores y su representatividad.4

Es también de destacar los importantes aportes tanto del Departamento de Agua y Suelos de la
Facultad de Agronomía y del Departamento de los Recursos Agua y Tierra DRAT,
actualmente de Recursos Hídricos de la Universidad Nacional Agraria La Molina, que fueron
importantes insumos en la construcción conceptual y práctica del PRONAMACHCS.

En el Departamento de Agua y Suelos de la Facultad de Agronomía de la misma universidad,


la doctora Carmen Felipe-Morales, experta en suelos, enfatiza la necesidad que toda gestión
de cuencas: requiere del concurso de un equipo técnico multi institucional y multi e
interdiscplinario, que otorgue luces a los actores sociales sobre los pasos técnicos a realizar y
promueva y se consensue una imagen de lo que se pretende hacer en el espacio cuenca.

Identificando los problemas y posibles salidas para llegar a un buen uso de los recursos
naturales, pasando por los siguientes pasos para hacer un plan maestro que guíe las acciones:
Realización de un inventario y tipología de los actores, los criterios a utilizar y precisión de
los problemas, puntualización de las restricciones de todo tipo y de las potencialidades de los
recursos naturales y llegar a sintetizar o conciliar la visión de los técnicos con las demandas
de la población para concluir en metas, estrategias, actividades e indicadores de avance.5

3
Axel Dourojeanni Axel. Políticas Públicas para el desarrollo sustentable: La gestión integrada de Cuencas,
Ministerio de Agricultura INRENA, Lima Perú 1994.
4
Dourojeanni, Axel. El Error de Crear Organismos de Cuenca Sin las Atribuciones Necesarias Principales para
Cumplir sus Roes. Documento de trabajo enviado a los asociados del Instituto de Promoción de la Gestión del
Agua, IPROGA, Lima Perú 2015
5
Alfaro, Julio César (coordinador); Felipe-Morales, Carmen; Llerena, Carlos; Bernex, Nicole; Apaclla, Ricardo.
Metodología para la Elaboración de Planes Maestros de Cuencas, IPROGA, Lima 1996.

6
Puso énfasis en la potenciación y uso integral de los recursos naturales y los mecanismos para
llegar a hacerlo, tal como lo ha venido probando con su esposo Ulises Moreno, en el Fundo
Casablanca, ubicado en el Distrito de Pachacamac en la afueras de la ciudad de Lima, donde
en base al eje de los cuyes, se obtiene gas, se hace compost y abono líquido con una visión y
práctica de agricultura ecológica. Ambos ex profesores del pre grado y del Departamento
mencionado. Ellos prestaron toda su colaboración en los cursos, talleres y propuestas de
reajuste del PRONAMACHCS en los diversos momentos de su desarrollo.

En lo que fue Departamento de Recursos Agua y Tierra, DRAT de la UNALM, ahora de


Recursos Hídricos, se destacan los aportes del Ingeniero Absalón Vásquez, sobre la gestión y
manejo de cuencas, precisando todos los elementos físicos y biológicos que conviven y se
interrelacionan en la cuenca conformando un sistema, de tal manera que el tratamiento de uno
de ellos afecta a los otros. Hace la diferencia entre el manejo de los recursos naturales y la
gestión que implica la acción planificada y consensuada de administrar los recursos naturales,
donde se requiere considerar los elementos socioculturales, naturales, económicos y
demográficos en su interacción y desarrollo, precisando la importancia de combinar el
enfoque hidráulico y el sistémico en la gestión de la cuenca.6

El PRONAMACHCS en su inicio, se planteó esta visión integral de la cuenca; sin embargo,


la estrategia fue comenzar de lo más simple, cuidar los suelos de la erosión y captar el agua de
lluvia en beneficio de las plantas, pastizales y árboles, para con el tiempo ir integrando el
resto de componentes complejos de la gestión de cuencas. Es decir el punto de inicio, es el
cuidado de los suelos y aguas a través de la difusión masiva de tres técnicas de control de la
erosión y captación del agua: Las terrazas de absorción o de formación lenta o
acondicionamiento de andenes para las plantas, las acequias o zanjas de infiltración para los
pastizales y forestales, viveros de pastos para trasplantarlos en áreas apropiadas con rotación
del pastoreo y los surcos en contorno.

Para lograr este cometido, se tomó dos medidas:


→ Se hizo un manual técnico7 que graficara la forma de implementar las técnicas con la
conducción del primer Jefe del PRONAMACHCS, quién fue el ingeniero Lorenzo Chang-
Navarro Levano, quién con su equipo multidisciplinario e ingenieros de campo se
entronizaron en los caseríos y comunidades campesinas de las partes altas de las cuencas, que
se consideraban claves para gestionar toda la cuenca, debido que se concebía que en esta parte
nace, se acumula y se distribuye el agua por toda la cuenca y se lleva a cabo con mayor fuerza
el ciclo hidrológico que permite la ocurrencia dinámica de las lluvias.
→ Se elaboró una guía metodológica de promoción para que los ingenieros de campo
pudieran comunicarse y coordinar con los agricultores y ganaderos andinos, teniendo en
cuenta sus expectativas, formas propias de organización y dinámica de trabajo y cumplieran el
efecto multiplicador, es decir enseñarse unos a otros,

6
Vásquez, Absalón (Alfaro, Julio César coautor y otros). Manejo de Cuencas Alto Andinas, 2 tomos,
Universidad Nacional Agraria La Molina, Lima 2000.
7
Chang.Navarro, Lorenzo; Arledge, Jerome; Vasquez, Absalón. Manual Técnico de Conservación de Suelos,
Convenio Perú AID nº527-0220, Programa Nacional de Conservación de Suelos y Aguas en Cuencas
Hidrográficas, Lima 1985.

7
Avanzando hasta llegar a todos los miembros de las comunidades. 8 Esta guía se llamó
“Estrategias de Promoción de las Comunidades y Caseríos Andinos para la Gestión de las
Cuencas”.

Esta fue la fórmula simple cómo empezó el trabajo, que derivaría en una gestión de cuenca de
mucho mayor complejidad. Esta forma de plantear, el problema, es muy similar a lo que
filosóficamente Shumacher sustentó en su famoso libro “Lo pequeño es hermoso”, es decir,
empezar con grupos pequeños, convencerlos al máximo y acompañarlos en la aplicación de
las técnicas, seguir de las parcelas familiares a la microcuenca y de ella a las otras
microcuencas. Es decir la cuenca como unidad de planificación y la microcuenca como
unidad de extensión y promoción, de abajo hacia arriba. Posteriormente examinaremos las
potencialidades y límites de esta forma de concebir el camino hacia la gestión integral de las
cuencas.

Posteriormente, se reconoce un meritorio intento del Ex Ministro de Agricultura Ingeniero


Carlos Amat y León del Gobierno del Presidente Fujimori, 1990, primero y del Presidente
Valentín Paniagua, 2001, después: quién propuso tomar a la cuenca no solo como un espacio
de cuidado y gestión de los recursos naturales sino también como un espacio de desarrollo
territorial, del desarrollo productivo y de mercado. Lamentablemente, en ambas gestiones no
duró más de un año para llevar a cabo su perspectiva, aunque PRONAMACHCS, de alguna
manera con financiamiento del Banco Mundial y del JICA, retoman esta perspectiva
reorientando sus acciones con la ayuda de su propuesta y de otras experiencias y
asesoramientos. Es de destacar su texto, que ha tenido dos ediciones.9

c) Los enfoques de gestión de cuencas y los métodos de promoción no son suficientes

Si las condiciones socioculturales son extremadamente adversas, ni las mejores técnicas ni los
mejores métodos de promoción y animación son suficientes para superar los factores adversos
en el cuidado de las cuencas, como lo ha comprobado la experiencia de PRONAMACHCS y
que precisaremos más adelante.

Nuestra hipótesis sustenta que estos mecanismos de promoción y animación, por más óptimos
que sean, sólo tienden a prender, en determinadas condiciones socioculturales y no en otras y
que la animación tiene como requisitos previos, dichas condiciones socioculturales
favorables.

Por tanto el éxito de un programa o proyecto de gestión de cuencas y por tanto del cuidado de
los recursos naturales de las cuencas, no solo depende de la tecnologías y de los métodos o
mecanismos de estimulación o animación de las instituciones promotoras, sino también de
saber detectar y tener en cuenta los factores socioculturales en que se encuentran influyendo
en los habitantes andinos y que contextualizan su actitud favorable o desfavorable al cuidado
de sus cuencas. Toda ésta valoración hace que los habitantes andinos construyan, una
ideología que justifique la inversión de cierto esfuerzo colectivo, en desarrollar determinadas
tecnologías conservacionistas de sus cuencas, se fomente la solidaridad y la ayuda mutua o
autoayuda para el efecto de la conservación de los recursos naturales de las cuencas.

8
Alfaro, Julio Cesar. Estrategias de Promoción de las Comunidades y Caseríos Andinos, Programa Nacional de
Conservación de Suelos y Aguas en Cuencas Hidrográficas, Lima 1989, cinco ediciones.
9
Amat y León, Carlos. El Perú Nuestro de Cada Día, Universidad del Pacífico, Lima 2012.

8
Sean las suelos y aguas, forestación, evitación de desastres naturales, reproducción de una
cobertura vegetal de las laderas y otras prácticas y se refuerce dicha posición a través de
mitos, leyendas, fiestas, y utopías que permitan la formación y consolidación de una identidad
de los hombres o mujeres con respecto a sus recursos naturales de sus cuencas.

Y que no solo se enraícen las plantas en los suelos sino en sus propios habitantes con la tierra
y el agua, con las cuales conviven, y sus otros recursos que constituyen su habitad dentro de
las cuencas. Es decir, que los habitantes andinos se identifiquen con su flora, fauna, clima, la
morfología de sus tierras y su medio ambiente en general, para desarrollar, un esfuerzo
especial, para conservar dichos recursos. Más concretamente de sus suelos, animales, árboles,
temperatura del aire, y las distintas formas cómo son exigidos, para un uso racional y
emocional de las laderas, valles y altoplanicies.

d) Los tres tipos de cuencas hidrográficas del Perú condicionan los enfoques y
estrategias

Existen tres tipos de cuencas en el Perú y los países andinos, las del Pacífico, las del Atlántico
que también se le llama de la amazonia, porque las fuentes de agua de las partes altas de estas
cuencas, derivan primero en ella y las cuencas del lago Titicaca. Cada tipo tiene una
configuración geográfica y humana diferente, con sus propios problemas, retos,
potencialidades y límites. Las cuencas del Pacífico, si bien, más cuantiosas en número (62
abarcando 228,000 Km2), son mucho más pequeñas que las del Atlántico (39 abarcando
572,329 km2), aunque mucho más integradas en sus recursos naturales y humanos) y de
parecido tamaño promedio que las del Titicaca.

Las del Pacífico con un volumen hídrico muy reducido, una demanda de agua muy grande
porque en sus partes bajas existe las más importantes ciudades del país y una agricultura de
exportación cada vez mayor y poco pobladas en sus partes medias y sobre todo altas, con gran
potencialidad erosiva en la partes medias y una interdependencia muy inmediata y fuerte entre
sus recursos naturales y humanos. En cambio, las del Atlántico, más amplias, con mucho
mayor volumen hídrico, con importante población en sus partes altas (ciudades interandinas)
aunque nunca como las partes bajas del Pacífico y una agricultura más de mercado interno
que de exportación y con menor interdependencia inmediata entre sus recursos naturales y
humanos.

Un mundo diferente son las cuencas del Titicaca, muy altas, con importante volumen hídrico
por el agua, pequeñas como las del Pacífico, más proclives a la ganadería con triple fin
(industrial, textil y consumo inmediato) y al comercio regional e internacional.

Solo quisiéramos puntualizar y adelantar, que las cuencas del Pacífico, resulta de poca
efectividad que se las trate por microcuencas, dada su integración e interdependencia interna.
En cambio las del Atlántico, si procede con mayor efectividad que se las trate, por y desde
microcuencas, dada su gran amplitud y menor interdependencia entre sus recursos naturales y
humanos. Esto explica el diferente resultado en las estrategias de gestión de cuencas del
PRONAMACHS, con mayores avances en las del Atlántico que las del Pacífico. Estas
diferencias entre el tipo de cuencas no eliminan lo común que significan las montañas andinas
en los tres tipos de cuencas, estas se caracterizan por el tremendo reto que significa cultivarlas
y llenarlas de vegetación y convertirlas como un poncho verde, Pablo Sánchez (1935.2010).

9
g) La gestión de los recursos naturales de las cuencas andinas

Las laderas al estar inclinadas o accidentadas y por tanto difíciles de subir o bajar para hacer
labores culturales con la tierra o con el fin pastorearlas, están expuestas a temperaturas
extremas y a deslizamientos o huaycos o sequías.

Todo ello requiere una serie de medidas para cuidarlas y ponerlas al servicio de la
reproducción de las familias y las comunidades tanto del campo como de las ciudades,
empezando por las microcuencas claves y orientándose hacia cubrir toda la cuenca
articulándose de este modo con la sociedad mayor.

Asimismo que se erija un proyecto de sociedad que se concrete en una organización y en un


sistema de comunicación y coordinación consensual entre los mismos agricultores y entre los
técnicos y los agricultores y los otros actores sociales de las cuencas como las empresas
mineras, hidroeléctricas e industriales, etc., que garantice la realización de tecnologías
conservacionistas y productivistas y el mantenimiento de las obras, con apoyo del Estado u
otra institución, como una ONG y sobre todo de los mismos agricultores organizados y los
otros actores.

Si no fuera así, es inminente que la lluvia tenderá a arrastrar los suelos cuando cae en los
mismos o empozarse para generar huaycos o deslizamientos o un exceso o escasez hídrica
para las plantas y los usos domésticos de los centros urbanos, en detrimento del bienestar de
los habitantes de las cuencas.

Es por esta razón que la erosión de los suelos y los diversos factores geológicos que causan
los grandes desastres como los huaycos e inundaciones; la pérdida de productividad de las
tierras y otros fenómenos físicos: son sólo la expresión visible no sólo de un mal cuidado de
los recursos naturales sino también de una cierta desorganización de los factores
socioculturales, que sostienen el interés por los suelos y también de una adecuada
comunicación de las diversas instancias de la sociedad, para disponer suficientemente sus
fuerzas y recursos hacia un tratamiento conjunto de dichos recursos naturales.

Este cuidado de los recursos naturales, como los suelos y aguas ha tenido una evolución en
el Perú, que vale la pena reconstruir, previamente a la sistematización del principal
programa de promoción que ha habido en el Perú que fue PRONAMACHCS y que ha sido
continuado relativamente a través de Agro Rural.. La conservación y potenciación de los
recursos naturales de las cuencas y la prevención de desastres no es una tarea nueva en la
sociedad andina contemporánea, tiene una larga historia desde la época prehispánica e
incaica, que han obligado a dichas sociedades a disponer de sus propias fuerzas y sentido de
organización para sostener una infraestructura proteccionista.

Esta infraestructura se plasmó en las construcciones de andenes de diverso tipo, bosques de


protección con especies nativas, pequeñas represas en las partes altas en las puntas de los
cerros o la habilitación de cochas o lagunas artificiales para almacenar agua de lluvia, que
implicó, en ese entonces: el perfilamiento de oquedades naturales para habilitar lagunas
grandes y relativamente profundas, para capturar el agua de lluvia, lo que se ha dado en
llamar cochas o lagunas artificiales de agua de lluvia.

10
Asimismo, levantar los terrenos en la época de la avenidas o lluvias más intensas con los
famosos waru-warus; construir paredes de piedras de champas y piedras para crear
microclimas, que favorezca a los cultivos, pastos y árboles, colocar muros de piedra en la
ribera de los ríos y el mantenimiento de animales elegantes, como los auquénidos, que
caminen en las laderas sin afectar la estabilidad de las laderas y los cultivos e
infraestructura construida. Es necesario un examen de la naturaleza y dimensión de los
avances de las sociedades prehispánicas del cuidado de sus cuencas hasta que sobrevino
PRONAMACHCS, que precisamos en la primera sesión de este trabajo

11
Índice

SISTEMATIZACIÓN DE LA EXPERIENCIA DE PRONAMCHACS COMO PROGRAMA DE


GESTIÓN DE CUENCAS 1981 - 2009

Introducción Pag.
I Primera sesión: Antecedentes históricos del PRONAMACHCS desde la época 14
prehispánica, colonial y republicana
1.1 Las Sociedades Prehispánicas y el cuidado de los suelos y cuencas andinas 14
1.2 La Sociedad Incaica y el Cuidado de los Suelos y de las cuencas 17

1.3 La sociedad colonial y su nuevo giro en la planificación estratégica respecto a los recursos 23
naturales de las cuencas
1.4 Antecedentes del cuidado de los recursos naturales de la cuenca en la República 29
1.5 Contexto Sociocultural en que surgió PRONAMACHS 32
1.6 Evolución del PRONAMAHCS hasta su integración a AGRORURAL 34
II Segunda sesión: sistematización de la experiencia de PRONAMACHCS y sus lecciones para 49
un programa de gestión de las cuencas andinas

2.0 Sistematización sintética de la primera experiencia de la gestión de Cuencas en el Perú: 49


PRONAMACHCS
2.1 Síntesis de la primera etapa: Agronómica 1981-2003 49
2.2 Síntesis de la segunda etapa: Agrícola 1992-2001 y algunas lecciones obtenidas 51
2.3 Síntesis de la tercera Etapa: Desarrollista 2002-2009 y algunas lecciones más obtenidas 54
3.0 Sistematización ampliada de la primera etapa agronómica: 1981- 1992 56
3.1 Condicionantes sociales de los agricultores andinos, promovidos por PRONAMACHS para 56
aceptar técnicas conservacionistas en la década de los ochenta
3.2 ¿Qué prácticas conservacionistas conocían los agricultores? 59
3.3 ¿Cuáles son las características socioeconómicas de los Agricultores que aceptaron 70
experimentar nuevas prácticas conservacionistas?
3.4 Métodos de promoción, desarrollo institucional y extensión del PRONAMACHCS en sus 80
inicios
4.0 Sistematización ampliada de la segunda etapa: Agrícola 1992-2001I 84
4.1 Demandas socioeconómicas de los habitantes de las partes altas de las cuencas andinas para 84
adecuarse mejor al PRONAMACHCS
4.2 ¿Qué tecnologías se promovieron tanto para la conservación de los recursos como para el 87
fomento agropecuario?
4.3 ¿Cuáles son las características socioeconómicos de habitantes de las partes altas de las 89
cuencas, que aceptaron la nueva propuesta tecnológica de PRONAMACHCS?
4.4 Cambios en la metodología de promoción, desarrollo institucional y extensión del 89
PRONAMACHCS en la segunda etapa.
5.0. Sistematización ampliada de la tercera etapa: Desarrollista 2002-2009 92
5.1 Nuevas condiciones sociopolíticas generan cambios significativos en PRONAMACHCS 92
5.2 Hacia un Desarrollo rural Integral 92
5.3 Nuevos métodos de promoción e institucionalidad 96
5.4 Mejoras en la calidad de vida de la población por efectos del PRONAMACHCS y la percepción 96
de parte de los habitantes rurales andinos de dos microcuencas emblemáticas.
5.5 Finalización del PRONAMACHCS y su ubicación dentro de AGRORURAL 101
6.0 LECCIONES MÁS ALLÁ DE LAS ETAPAS 101
7 Conclusiones 106
8 Recomendaciones 109
9 Bibliografía 113
Anexos 1: REPETICIÓN DE LAS LECCCIONES OBTENIDAS A LO LARGO DEL TEXTO 122
Anexo 2: Cuadros de calidad de vida y percepciones alcanzadas por PRONAMAHCS en dos 132
microcuencas paradigmáticas.

12
PREFACIO

Este texto tiene dos sesiones diferenciadas aunque complementarias: En la primera sesión se
hace notar los antecedentes de los esfuerzos de los habitantes y del Estado para cuidar y
gestionar sus cuencas, que nos otorga elementos importantes para examinar con mayor
claridad lo que se hizo antes de PRONAMACHCS y otras instituciones, que intentaron
promover el buen uso de los recursos naturales de las cuencas andinas, sean del Pacífico,
Atlántico o el Titicaca. Se considera el esfuerzo que hizo PRONAMACHCS, solo como un
hito histórico más de una larga data de acontecimientos de largo aliento que sucedieron, desde
cinco siglos antes de la era cristiana y que solamente fue parte del reto de la continuidad y de
la superación de la sociedad peruana, para que efectivamente se gestionen nuestras cuencas.

En la segunda sesión, si se analiza directamente al PRONAMACHCS, su continuidad y sus


etapas, sus logros y limitaciones, sus avances y retrocesos y sobre todo las lecciones a obtener
para cualquier programa o proyecto que pretenda cuidar y gestionar masivamente el territorio
de las cuencas andinas. Son 28 años de ricas experiencias, en lo positivo y en lo negativo que
merecen ser tomados en cuenta para todo programa de gestión de cuencas en los países
andinos y en donde predominen las montañas como fenómeno primordial. Para mayor
entendimiento del texto primero se hace una síntesis de cada etapa de desarrollo del
PRONAMACHS y segundo se desarrolla, en forma más amplia cada una de las etapas,
obteniendo lecciones de cada una de ellas.

A lo largo del trabajo, se sustituye mucho la palabra manejo de cuencas, por el cuidado de los
recursos naturales, precisamente por estos antecedentes históricos, sobre todo del mundo
prehispánico, que ha tenido su continuidad en las actuales comunidades andinas y
amazónicas, donde no se ve la naturaleza como muerta sino viva y sintiente y tampoco se ve
solo como un bien útil y por tanto manejable, sino como algo que requiere ser cuidado, que
siente y que hay que criarla y no manejarla, a favor de todos los seres vivientes de todas las
cuencas andinas.

13
PRIMERA SESIÓN: ANTECENDENTES HISTÓRICOS DE PRONAMACHCS
DESDE LA ÈPOCA PREHISPÁNICA, COLONIAL Y REPUBLICANA.

1.1 Las Sociedades Prehispánicas y el cuidado de los suelos y aguas de las cuencas
andinas

A diferencia de la actualidad, los Estados y pueblos prehispánicos si montaron, inicialmente,


una organización social para enfrentar el reto del espacio andino en la partes bajas, medias
y sobre todo altas de buena parte de las cuencas andinas, como una continuidad, a través del
cuidado de las cuencas andinas, aunque nunca pudieron hacer una efectiva gestión de la
parte baja (Selva) de las cuencas del Atlántico.

Las costas del Pacífico, como las partes bajas de las cuencas del Pacífico y sobre todo sus
partes altas y las partes altas de las cuencas del Atlántico, comenzaron a ser cuidadas, como
una unidad de tratamiento. Se delimitaron espacios físicos donde se priorizaba el uso
racional de las laderas y de los valles interandinos, con una concepción hidráulica de la
agricultura o ganadería.

Esta concepción partía de la consideración del binomio agua-suelo como elemento


fundamental en el diseño de la infraestructura básica (canales, andenes, presas, etc.) de la
agricultura y la ganadería; en la distribución de la población en diferentes espacios; en la
organización de la misma con el fin de fiscalizar el cuidado de los recursos naturales, el
reparto de la tierra y la construcción de obras de infraestructura básica conservacionista,
como la andenería, que garantice se disponga de la capa arable del suelo por un período
prolongado.

Veamos ésta situación con mayor precisión: la agricultura andina estuvo desde su inicio
asociada al uso racional de las laderas y por ende a la construcción de diversas obras de
protección de los suelos y aguas, como los andenes, que eran un tipo diferenciado de terrazas
prehispánicas con muros de piedra y a la construcción de los canales de regadío para
garantizar el acceso de un mayor volumen de agua que permita dos o más cosechas al año.

Es por esta razón que Huamán Poma de Ayala 10, como cronista mestizo con una enorme
raigambre indígena, ha remarcado que el origen de los andenes data de la segunda edad de
los indios, cuando vestían del cuero de sus animales, construían casas parecidas a los hornos
y adoraban inocentemente a un solo dios. Proceso que él cálculo, duró, desde el 1,312 años
antes de la venida de cristo.

Así también Emilio Choy, hace un cálculo parecido, señala que aproximadamente el año
2,000 a.c., es la época cuando aparecen los primeros vestigios de agricultura avanzada en
los andes, cuando las mujeres andinas descubren que las terrazas, además de conservar los
suelos, sirven como depósitos o como corrales para llevar las llamas y alpacas para que
defequen y abonen los suelos a fin de aumentar su productividad.

La cita no puede ser más clara:

10
Guamán Poma 1613, página 45.

14
“...por otro lado, el andén-corral, impide que la capa fértil sea barrida
impunemente, en cierto modo actúa como salvavidas del suelo fértil, la
lluvia en los declives destruye la estructura y deshace la constitución
del suelo...”11

Localizando aún más el origen de los andenes, Lumbreras plantea que fue en Ayacucho, en lo
que hoy en día es la provincia de Huanta, donde se encuentran los primeros vestigios de la
andenería, dentro de una cultura prehispánica llamada Rancha en el siglo VII a.c, cuya
lógica es la formación de aldeas que utilizaban una tecnología manual para cultivar la
tierra, que frente a la escasez de agua de ese entonces, descubrieron que si se movían los
suelos y convertían las ladera inclinadas, en espacios planos, podían racionalizar el uso del
agua y obtener mayores rendimientos.

Es en este lugar donde habían aparecido los primeros vestigios de una cultura agrícola
intensiva y conservacionista, aunque todavía aldeana y que finalmente desapareció con el
colapso de estas primeras civilizaciones. Sobre la base de los escombros de la cultura
Rancha se erige una nueva cultura llamada por el mismo Lumbreras, Huarpa, que esta vez si
tuvo una duración prolongada desde el siglo V a.c. hasta el 5 d.c.

En este caso, ésta nueva cultura se caracterizó por buscar la expansión hasta el valle del
Mantaro de la cuenca del mismo nombre, incluyendo Tarma y bajando hacia Ica-Nazca,
ocupando un amplio radio de influencia y dominio que la convirtió en una cultura regional,
sobre la base de una mayor masificación de los andenes en las laderas. Los lugares más
destacados fueron Ñahuinpuquio en Huanta y Palcamayo en Tarma: No solo colocaron
andenería masiva sino desarrollaron una infraestructura agrícola que incluía canales de
riego y desarrollaron ciudades que permitieron una fina cerámica policroma.

En una sorprendente coincidencia Lumbreras12 y Ramiro Matos13 afirman que en la época de


los Huarpa hubo variaciones climáticas con un hielo y friaje que hicieron inhabitables, tanto
las alto planicies de las cuencas, como las de las laderas más inclinadas, lo que los obligó a
realizar su actividad agropecuaria en las partes más bajas, menos inclinadas, abandonando
los andenes situados arriba y construir nuevos, abajo, donde pudieron instalar más
fácilmente riego en zonas aluviales. He aquí una de las primeras razones del abandono de
andenes.

Es decir construyeron andenes en lugares donde los huaycos y deslizamientos habían


desplazado tierras fértiles hacia abajo y en donde por filtraciones se había encontrado más
agua. Estos reportes son los testimonios más antiguos de abandono de andenes que
posteriormente se podrán constatar también en diferentes épocas y por diferentes o similares
motivos. Es importante aclarar la tendencia de los habitantes andinos de construir y tener
sus andenes cerca de su habitad, para poder mantener los muros y taludes y continuamente
desviar el agua de la lluvia para evitar que se acumule y se ocasionen deslizamientos y evitar
los robos y cuidar sus animales. Más todavía cuando lo andenería permite un aumento de la
calidad y rendimientos de los cultivos, como lo demostraremos más adelante. En este sentido,
los andenes no solo conservan los suelos y el agua ocasionan mayor productividad.

11
Choy, 1960/1979, página 154.
12
Lumbreras 1980
13
Ramiro Matos 1980

15
Desde éste entonces podemos deducir que el desarrollo de las culturas en el Perú ha estado
muy ligado al dominio de las laderas con la construcción de andenes y canales de riego que
han hecho posible la obtención de excedentes, que posibilitaron el surgimiento de las
ciudades y la diversificación de las actividades ocupacionales.

Con la formación inicial de estas culturas regionales y la fusión de las mismas, aparece la
primera cultura macro regional que vendría ser la cultura Wari, que se prolongó desde el
siglo VII hasta el XII después de Cristo, formada sobre la decadencia de la Huarpa y de
muchas otras más y también por las conquistas y fusiones voluntarias. La formación de
ciudades fue una de las características de la cultura Wari, generando una infraestructura
urbana jamás vista, con la construcción de edificios de tres pisos y la diversificación de sus
actividades económicas colectivas como los talleres artesanales, textiles, cerámicos,
alfareros. El uso de la greda blanca en sus techos otorgó una singularidad a éstas
instalaciones urbanas.

Otra de las características más saltantes de ésta cultura fue la construcción de andenes
alrededor de las ciudades, añadiendo una nueva utilidad a la andenería, como fue la
protección de las ciudades, respecto a los huaycos, deslizamientos o sequías y heladas,
convirtiendo a los alrededores de dichas ciudades en una inmensa reserva de agua y de
alimentos, al absorber el agua depositada en los andenes hacia abajo.

Esta agua de los andenes se sumaba a la que ya se había recolectado a través de los
reservorios construido en las cumbres de los cerros y en las lagunas artificiales que se
hacían con las huecos naturales, que se llenaban con agua de lluvia y que se llamaban
cochas, tanto para abastecer la agricultura para sus alimentos y actividades industriales,
como del agua doméstica para las ciudades.

Sobre la calidad de construcción de los andenes, se puede constatar una enorme diferencia
entre los andenes construidos alrededor de las ciudades, simétricamente hechos, a nivel, con
muros muy consistentes y los construidos lejos de las ciudades. Éstos últimos se llamaron, las
patas patas, que fue una andenería más precaria, construida en el inicio de la siembra, al
roturar y sacar el rastrojo y amontonarlo en líneas paralelas, cada dos o tres metros para
que sirva a manera de barrera viva e incluso muerta y de esta manera se formen lentamente
andenes angostos, sin haber realizado movimientos de tierras.

Estas patas patas las construían en tierras altas donde el alto declive del terreno y las bajas
temperaturas no permitían mayores rendimientos y por tanto no valía la pena hacer grandes
movimientos de tierras y construcciones. Salvo, si fuera una andenería construida con fines
religiosos o de mantención de la nobleza, en este caso los andenes si fueron consistentes.
Una versión actual de la andenería precaria es la que describe, Enrique Mayer con los
andenes que llamó andenes rústicos, estudiados por él tanto en las partes altas de la
provincia de Cañete como en las del valle del Mantaro14.

Precisó los límites de este tipo de anden, debido al poco drenaje que permiten estás barreras
y a la necesidad de tener las tierras en descanso por períodos prolongados.

14
Mayer, Enrique. Uso de la Tierra en los Andes, CIP, página 67.

16
Ésta descripción la podemos constatar en la ciudadela Wari de Pikillacta en Cusco, en donde
se puede observar la fina andenería alrededor de la ciudad y las patas patas en los sitios más
lejanos, destinadas a la producción diaria de los pueblos originales.

Ésta nueva concepción andeneril de los Wari fue ampliamente difundida en un vasto
territorio, desde Cajamarca, hasta Ayacucho y desde allí hasta Cusco, la cual fue una
macro-región promovida por dicha cultura, tildado como el primer “imperio” de los pueblos
originarios, que más tarde van a conformar al Perú conjuntamente con otras influencias
culturales.

1.2 La Sociedad Incaica y el Cuidado de los Suelos y de las cuencas

De un aparato estatal expansionista, promotor de las grandes urbes, se constituyó una


especialización en la administración de la cosa pública. Se trataba de hacer grandes obras
públicas, tanto de protección del medio ambiente (ordenamiento del territorio: andenes,
canales de riego, forestación, cochas, defensa ribereña, etc.) como de la producción, bajo el
asesoramiento técnico, promoción y diseño un conjunto de funcionarios públicos que
ordenaban el territorio de las cuencas para mejorar las condiciones de vida de la nobleza y
la población.

Si bien la administración inca continuó la expansión, lo fundamental se venía convirtiendo en


el ordenamiento del territorio, de acuerdo con una racionalidad tecnológica, religiosa,
experimental y de comunicación entre los diferentes grupos humanos. De allí que se formara
los primeros pasos de la intervención del estado inca en el territorio de las cuencas, más
tarde estado peruano:

La especialización de los funcionarios y un reparto de los recursos naturales en base a reglas


colectivas y desiguales (inca, nobleza y pueblo) en base a tres criterios fundamentales. A)El
ordenamiento territorial en base a la cuenca que permitiera captar el agua, mejorar los
suelos y evitar los desastres B) La prioridad de los cultivos, especialmente el maíz, con una
idea clara de seguridad alimentaria C) La ampliación de la frontera agrícola de acuerdo al
aumento de la población y las necesidades del Estado y de los Ayllus.

A) El ordenamiento territorial en base a la cuenca

El gran reto de los incas fue delimitar grandes espacios alrededor de las fuentes de agua,
donde se realizara un conjunto sistémico de medidas y obras públicas, relacionadas entre sí,
que permitiera cuidar y explotar los recursos naturales de arriba a abajo con un sistema de
alianzas, con los ayllus que las habitaban, sobre todo en las partes altas de las cuencas, en
beneficio de los habitantes de éstos grandes espacios.

La visión era captar al máximo el agua, la seguridad alimentaria y evitar los desastres,
empezando desde arriba, desde la punta de las laderas y desde las partes altas de la cuenca
hacia las bajas, sea colocando andenes especiales, con paredes muy consistentes, una fina
canalización del agua, con acueductos y canaletas.
Asimismo, colocando reservorios o cochas para captar el agua de lluvia o de las fuentes
aguas arriba, forestando con especies arbustivas nativas que otorgaran consistencia a las
partes con menor fortaleza geológica o de suelos superficiales.

17
Este sub-conjunto, en la parte alta de las laderas, era coronado, con lugares ceremoniales y
con obras más consistentes, que les dieran el máximo valor a la cumbres y se evitara, de este
modo, los huaycos, deslizamientos, la erosión de los suelos y la acumulación riesgosa del
agua. Habiendo asegurado la conservación de los suelos y aguas y la producción, se
preocuparon por la conservación de los alimentos a través de qolqas o tambos o almacenes,
que colocaban a lo largo de los caminos como una medida de seguridad alimentaria.

Continuar con las partes medias donde se insistía más en la producción y en la construcción
de caminos y tambos para intercomunicarse con el resto del sistema sea con las partes altas
o bajas. En ésta parte media de las laderas y cuencas habían pequeñas poblaciones de
especialistas y técnicos altamente especializados en construcciones agrícolas y de sacerdotes
y acllas que ocupaban un lugar intermedio en la jerarquía religiosa; y en las partes bajas de
la laderas, se hicieron construcciones para la defensa ribereña y desviaciones de ríos para
evitar las inundaciones o las enfermedades y un sistema de acueductos, para canalizar el
agua hacia otros lugares, presas y socavones15 y las viviendas de la población en general.

Para obtener el máximo rendimiento se experimentaba en lugares especiales, así como


Morais en Cusco, profusamente estudiado por John Earls, en donde aprovechando las
grandes cavidades, se construyó una rica andenería hacia abajo, cuyas diferentes terrazas
tenían diferentes microclimas y ensayos de cultivos para garantizar la eficiencia en los
lugares destinado a la producción16. Como el mismo Earls señala, se controlaban los
tiempos, la exposición al sol, el clima, etc. Todos estos elementos terminaron siendo
regulados por un sistema que él llama cibernético, que es un tipo de organización a manera
de las computadoras actuales para predecir, cuidar y producir los cultivos y forrajes.

La andenería de este modo no se veía como un componente tecnológico aislado sino


vinculado a múltiples factores, servía para la protección de las ciudades y campos de
cultivos, eran como un muro para evitar los desastres; para soportar monumentos religiosos
a través de construcciones más finas; para evitar la erosión; para utilizar al máximo el agua
de lluvia, para prevenir los desastres, para ampliar la frontera agrícola, para vincular los
grupos humanos en un sistema de reciprocidad y para la generación de microclimas que
permitieran una variedad de cultivos, según la planificación del Estado.

En este sentido se considera que en este momento de nuestra historia, se había estado
avanzado hacia una máxima racionalización y uso del espacio y la puesta en práctica de
técnicas conservacionistas, en sistemas ecológicos y de producción. Sin embargo, la
aplicación del sistema en todos los suyos, todavía estaba en su etapa inicial. Había ejemplos
del nuevo modelo, en cada uno lugares de los cuatro suyos, en lugares especialmente
escogidos. Estas afirmaciones las podemos constatarlas en el Sur, en Pisac - Cusco, donde se
puede observar, en la parte alta una andenería en las puntas de los cerros, la cual era
rodeaba de pequeños espacios ceremoniales y finos canales de riego con reservorios.
En la parte media, podemos ver las casas de los amautas y de los administradores17, donde se
ponía en práctica las enseñanzas de la experimentación realizada en la parte de atrás del
mismo monumento. En las partes bajas de estas laderas del complejo PISAC, encontramos

15
Regal, 1981
16
Earls, John. Planificación Agrícola Andina, páginas37-38
17
Entrevista insitu con el arqueólogo Justo Torres, Abril 1986

18
andenes con terrazas gigantescas para una producción más masiva que se proyectan casi
hasta el río vilcanota, cuyos muros de piedra sirven de defensas ribereñas y su nivelación,
han conformado un inmenso seno maternal, que emulan la fertilidad de la tierra.

Así también las cercanías de la ciudad de Lima en el territorio de la comunidad de San


Mateo, que se encuentra en el camino a la ciudad de Huancayo. En la parte alta existen
reservorios para agua de lluvia y una andeneria en declive que llegan al 80%, tal como se
encontró en Pisac.

Existía entonces, una clara idea de tratamiento de conjunto del espacio, con una visión de
cuencas y donde las claves activadoras del sistema eran el Estado por un lado y por otro los
ayllus y los individuos que lo conformaban. Una alianza que suponía que cada institución
tuviera un rol e identidad diferenciadas, aunque complementarias con una determinada
tensión, entre ellos, para que la exigencia de uno no invadiera al otro, cuando esto sucedía se
suscitaban conflictos, regulados por los funcionarios intermedios y por los representantes de
los ayllus.

Esta importancia del Estado en el ordenamiento territorial fue explicada por Earls 18, en una
entrevista, en la que recordó que había preguntado a un campesino de la época actual
porque había abandonado los andenes y le contestó porque ahora no hay Estado. Veamos
cómo funcionaba esta alianza en el caso del maíz. He aquí una segunda razón del abandono
de los andenes que se prolonga hasta la actualidad, con el abandono del Estado de las partes
altas de las cuencas.

B) La prioridad de los cultivos: El Maíz

Este cultivo fue altamente priorizado por los Incas al ser una sociedad religiosa que utilizaba
la chicha de maíz para sus ceremonias, una sociedad militar, que requería que sus ejércitos
pudiesen viajar a grandes distancias con un alimento con alta duración, como es el caso del
maíz y con gran capacidad para potenciar la resistencia a los desplazamientos a pie y una
sociedad planificada que requería priorizar determinados alimentos y expandirlos por todo
el Tahuantinsuyo. Bernabé Cobo resalta el uso ceremonial del maíz que se incrementó en la
medida que los incas adquirían más poder en los suyos: La chicha, obtenida a través del
maíz, cumplía un papel fundamental en las ceremonias, sacrificios, ofrendas, fiestas y toda
clase de actos festivos y religiosos que además de congraciar al imperio con los dioses,
fomentaba el poderío de la nobleza inca.

Baudín, a su vez, señala otra razón de ésta priorización: la importancia de este cultivo para
un pueblo que tenía una tendencia expansionista, no solo por su capacidad nutritiva y de
mantenimiento de la salud sino también por la posibilidad de ser cargado por los ejércitos
sin que se deteriore significativamente en períodos largos.

Es un producto con gran capacidad de durabilidad y peso ligero, que a su vez tenía la
característica de nutrir y otorgar resistencia al cuerpo humano para las grandes caminatas
por las laderas y altoplanicies andinas y los enfrentamientos en las guerras y batallas.

c) Proporcionalidad entre el volumen de población y los alimentos


18
Entrevista a Earls en Lima, Mayo de 1985

19
Es por ello que el Estado tenía como norma mantener una proporcionalidad entre el
crecimiento de la población y la producción de alimentos, especialmente del maíz. Cuando
ésta proporcionalidad se quebraba, entonces, se tenía que tomar medidas para nuevamente
obtener el equilibrio previsto. La proporcionalidad tenía que satisfacer las necesidades del
Estado y las de las colectividades que a su vez eran las que trabajaban para dicho Estado.

El inca Garcilazo de la Vega certeramente sostenía lo siguiente:


“... Los incas fueron muy aplicados en aumentar las tierras de maíz...y que en
muchas partes llevaron una acequia de regadío de 15 y 20 leguas para
favorecer unas pocas fanegas de tierras de pan llevar...”19

La razón es que el maíz no puede crecer en grandes alturas que sobrepasaran los 3,500
metros, requiere de microclimas no tan fríos. Para expandir la producción de maíz habría
que acondicionar el territorio, mediante los andenes, artificializar el contexto dónde
queremos se produzca, como efecto de la intervención humana, es decir transformar un
ambiente natural A en uno B. Una de las condiciones era andenes con riego, que generaran
una alta productividad y con varias cosechas.

Es por ello que Lavalle y Michele sostienen:

“...por otro lado, el acondicionamiento de las terrazas solo pueden tener dos objetivos:
ganar espacios cultivables polivalentes, lo que este caso parece poco probable, ya que las
tierras naturalmente cultivables debían ser suficientes; o más bien, hacer posible el cultivo
de plantas correspondientes a un piso altitudinal inferior. Las terrazas, en efecto, permiten
librarse de algunos determinismos ecológicos, tales como los que impiden el cultivo del
maíz…”20

Una de las tareas del Estado, fue en este sentido, la ampliación de la frontera agrícola con la
construcción de andenes, para asegurar la proporcionalidad consumo de la población y
producción, habilitando nuevas partes de las laderas andinas a un agricultura floreciente,
con dicha construcción de andenes, estableciendo una obligatoriedad del aporte de los
jóvenes de 25 a 50 años para participar en la construcción de obras públicas, como los
andenes de maíz.

De acuerdo a Lavalle y Julien hubo una gran tenencia de las tierras pertenecientes al
Estado, de allí que la construcción de estas obras significaba una verdadera movilización, a
través de este trabajo obligatorio llamado mita hacia dichas tierras del Estado, sin que este
se separara de los ayllus, como si fueran dos instancias opuestas de la sociedad civil, porque
mientras este Estado ponía los caminos y los tambos o qolcas para el consumo de la sociedad
civil, los ayllus ponía su mano de obra organizada y consensual.

Hubo varias medidas para alcanzar la proporcionalidad entre el volumen de población y los
alimentos a favor de las tierras del Estado y los particulares.

19
Garcilaso de la Vega, Inca. Los Comentarios Reales, Biblioteca de autores españoles, Madrid 1963.
20
Lavalle y Julien; 1983/1973, página 129.

20
- La primera medida era habilitar las laderas a la producción construyendo andenes, es
decir ampliando la frontera agrícola, hacia las partes altas de las laderas y de las
cuencas andinas, para de este modo estar en condiciones de obtener maíz donde
naturalmente no crecía.

Así Valcárcel, decía que:

“...cuando hacía falta tierras, el Estado sacrificaba parte de sus tierras para que a todos les
sobrase más que le faltase...”21

Se dictaban medidas para habilitar laderas contiguas para garantizar la proporción: Así el
Inca Pachacutec, como una de los grandes jefes reconocidos en la historia inca cuando
detectó esta desproporción en el propio cusco y dictaminó lo siguiente según el cronista
Sarmiento de Gamboa22

“…Pachacutec Inca Yupanqui, considerando las pocas tierras que había alrededor del
Cusco para sementeras y fue que en las laderas cercana al pueblo, y en otras partes también,
hizo unos escalones muy largos de 2,000 más o menos pasos y de ancho 20 o 30 más o menos
de canterío por los frentes de piedra y llenosle de tierra que mucha de ella era traída de
lejos...”

En este caso extremo eran laderas donde casi no había suelo y aprovechando la importante
mano de obra existente y su propia legitimidad, hizo que éstas laderas se llenaran de tierra
fértil. Sin esperar que con el tiempo se creara suelos, como producto de la pequeña erosión
de cada escalón y de la retención del agua que provocaban los andenes, de esta manera se
procedía a construir verdaderos andenes tipo maceta.

Una segunda medida era la generación una población de mitimaes, habiendo encontrado
población mucha en las zonas, donde se concentraban las tierras, el Estado al considerar
que se había generado escasez, llevaba ésta población a otras partes. El mismo Sarmiento de
Gamboa remata sus afirmaciones de este modo:

“...Y viendo que no había bastantes tierras de sembrar para que se pudiese sustentar, salió
fuera del pueblo, cuatro leguas en la redonda de él, y considerados los, sitios, valles y
poblaciones, despobló todos los pueblos que estaban dos leguas en torno del pueblo.
Y las tierras de los pueblos que despobló, aplicándolas para el Cusco o y sus moradores y los
que despobló echoles a otras partes…”23

De esta manera ésta proporcionalidad tenía sus prioridades, una de ellas eran las tierras
donde se encontraban viviendo la nobleza y el inca como morada principal y en el lugar
donde se tomaban las decisiones.

Cuando se detectaba que se había roto con la proporción y en una región donde se
constataba que había menos producción de alimentos que la demanda de la población, como
el maíz y a su vez se constataba que las condiciones de los suelos y las aguas eran

21
Valcárcel Quinta Edición, tomo II, pág. 40, 1985.
22
Sarmiento de Gamboa, 1943/1572, pág. 93.
23
Sarmiento de Gamboa 1943/1575, pág. 96.

21
deficitarias, se tenía que garantizar la supervivencia de la población mediante los mitimaes;
es decir había zonas completamente explotadas y cerros contiguos que ya no tenían ni
siguiera una franja delgada de capa arable: Se recurría al sistema mitimae, el cual consistía
en desplazar a la población de una región escasa en alimentos a otra que podía ser
explotada con los conocimientos tecnológicos adquiridos por la población, como los
andenes, habiendo recursos como para efectuar dicha explotación. Los mismos andenes
podían generar suelo, donde todavía se generara una capa arable, aunque sea mínima.

Una tercera medida fue un reparto de tierra: Así también cuando el Estado consideraba
equitativo desarraigarse de tierras que le sobraran, las entregaba a los individuos, cuando es
a éstos que les faltaba tierras. Esta era forma de lograr un equilibrio entre los intereses del
Estado y la nobleza y las demandas del pueblo. Aunque ésta medida sólo se ejecutaba cuando
realmente había un excedente de tierras del estado y un faltante en los pobladores.

Una cuarta medida fue repartir de acuerdo a los rangos sociales que tenía la población, de
esta manera también en la andenería se expresó la estratificación inca, hubo: En primer
lugar los andenes estatales ceremoniales, como los de Colcampata y Pisac en Cusco, que se
construían en la punta de los cerros, construidos con un lujo fastuoso, acompañados con
canaletas de riego enchapados con un exacto sentido de las caídas de agua para impulsar su
circulación, lugar para baños sagrados, puertas trapezoidales, etc.

Eran andenes con doble muro, un muro, el externo, era un enchape para darle una visión
estética y en menor medida para reforzar la obra. El otro era el muro interno que sostenía la
infraestructura creada para sostener la tierra de una terraza, que estaba a nivel, con zanjas
de desviación en su interior para facilitar la distribución del agua en las épocas de lluvia. En
segundo lugar estaban los andenes estatales para la producción, destinado mayormente para
la producción que sostuviera a la nobleza, al ejército, a la Iglesia y los funcionarios. Tenían
un enchape menos sofisticado y la nivelación de la terraza era menos cuidadosa y las
terrazas eran amplias para acopiar una frondosa cosecha con qolqas para almacenar las
cosechas para cuando escaseaban los alimentos o para racionalizar su consumo.

En tercer lugar los andenes del pueblo: Que eran hechos mientras se sembraba,
arrejuntando las yerbas o pastizales excedentes, los restos de sembríos anteriores y las
plantas dispersas, haciendo barreras vivas y muertas, que sin mover las tierras servían de
contención de la tierra de la franja, entre una barrera y la próxima, que ahora son conocidos
como andenes de formación lenta. Eran las llamadas patas-patas, que servía también para
captar el agua en los pastizales.

d) Planificación estatal

Esta forma cómo se construían los andenes y el sistema de producción que los incluía,
respondía a una sofisticada planificación estatal que no sólo se promovía las obras de
infraestructura (andenes, caminos, colcas, canales de riego, presas, etc), coordinando el
volumen de la población con la producción alimentaria; sino también, era un sistema de
fiscalización.
Los funcionarios visitaban a cada pueblo originario o conquistado, se hacía un inventario de
las obras públicas existentes y se pasaba a diseñar la infraestructura a colocar.

22
Primero, se colocaba la infraestructura de riego y reservorios, aunque teniendo en cuenta
que se iban a construir andenes. Y si la tierra era fértil, una infraestructura hidráulica mayor
como los reservorios, para que pudiera hacerla rendir al máximo. Segundo, se preparaba la
tierra de las terrazas para su máxima producción.

Había la concurrencia de funcionarios especializados en inventarios como los especializados


en andenería y riego y de una especie de trabajadores llamados picapedreros, que conocían
como partir las piedras y colocarlas, construyendo muros con extraordinaria perfección.

En los restos arqueológicos de Pisac en el Valle sagrado de la Incas en Cusco, pudimos


comprobar la importancia que se les había dado a los funcionarios que vivían juntos la parte
media de la ladera para estar en condiciones de hacer una supervisión constante e
intercambiar conocimientos entre ellos.

El principio de planificación básica era que haya concordancia entre el volumen de


población y el crecimiento de los recursos naturales para evitar hambrunas y el pueblo esté
en condiciones de sostener el sistema y ser sostenido por él.

El Estado Inca se esforzó porque las poblaciones vivieran en las partes medias de las
cuencas y en las laderas andinas.

Cuando hubo conquistas se las ubicaba también en las partes medias para alejarlas de las
partes altas, en aras de su mayor control, tal como destaca el mismo Lavalle.

Esto obligó nuevamente a que la población abandonara los andenes finos tipo, muro de
piedra y enchapado, que se construían en dichas partes altas.

1.3 La sociedad colonial y su nuevo giro en la planificación estratégica respecto a los


recursos naturales de las cuencas

Este nuevo proceso de planificación de cuencas inca, con el concurso del Estado y la
población de base organizada en ayllus, fue detenido con la colonia. Habiendo avanzado
solo en algunas partes del país, que era lo máximo de lo que se pudo hacer en un solo siglo
de hegemonía del Estado incaico.

En la Colonia se dio un giro estratégico: La gran parte del territorio todavía seguía árido
porque los incas solo habían iniciado su trabajo civilizatorio, tanto en la partes bajas como
en las altas de las cuencas andina.

En las partes bajas de las cuencas del Pacífico, predominaba el desierto y en las partes altas,
las laderas con escasa o nula vegetación. El panorama seguía siendo desolador, como lo
explica claramente Bernabé Cobo, uno de los cronistas más acuciosos en investigar la
geografía y los recursos naturales de las montañas andinas.

“… Y recogiendo las aguas de los altos, por mil arroyos y riachuelos, que por todas partes
les entran y forman muy crecidos ríos…todas esta gran sierra, la tierra más abundante de
manantiales y fuentes de todo el Perú y aún de todas las indias…toda la sierra es en general
de tierra rasa y pelada sin que nazca arboleda sino en algunos valles y quebradas hondas y

23
abrigadas ( el subrayado es nuestro)…En efecto, que ella es tierra tan doblada que de ocho
partes no debe tener más que una de llano, la cual, está repartida en algunos valles…”24

Esto parece ser el paisaje que vieron los españoles cuando vinieron al territorio andino, se
quedaron maravillados por su aridez y ausencia de valles grandes. Solo pudieron hallar un
contraste entre ésta aridez y los algunos valles frondosos que había sido intervenidos por los
incas, que no solo fueron tales por abrigados sino por la intervención planificadora estatal y
la maravillosa coordinación con los ayllus andinos, que logró avanzar todavía en forma
limitada a algunas partes del país.

En la Colonia, se priorizó a la minería, como la actividad económica colonial más


importante y se conminó a la población a que masivamente realizara trabajos forzados en las
minas, aun fuera en detrimento de la agricultura de las laderas de las partes altas de las
cuencas andinas, las que se concibieron sólo como lugares de agricultura de subsistencia,
para los indios, cambiando notablemente la planificación Inca y de los ayllus, cuya
motivación fue producir para la nobleza y el inca y también para el pueblo con uso racional
de las laderas, de tal manera que la producción vaya en consonancia con la conservación de
los suelos y aguas y el almacenamiento de los productos en tambos.

Una segunda actividad priorizada fue la textil, creando la figura de los talleres textiles,
llamados obrajes, los que eran proveídos por centros de producción agrícola y ganadera,
ubicados principalmente en la costa. Solo en segundo lugar, se promovieron las haciendas
españolas en los valles interandinos y sobre todo costeños. Esta posición representó un giro
estratégico del Estado de las laderas a los valles, tanto de las partes altas como de las bajas
de las cuencas andinas. Impulsándose, otra vez, el abandono de las laderas andinas y por
ende de los andenes. He aquí una tercera razón del abandono de los andenes.

A su vez, los campesinos indígenas, que desde tiempos atrás habían ocupado de preferencia,
las áreas de ladera, las abandonaron, tanto por la gran mortandad de los siglos XVI y XVII,
-creada por las nuevas enfermedades que no pudieron enfrentar y el trabajo forzado
indiscriminado-, como para huir de dichos trabajos y de los recaudadores de impuestos.

Solo en último caso permanecieron eventualmente en las laderas, aunque sin trabajarlas
intensivamente. De esta manera se crearon las condiciones para el olvido –por lo menos
parcialmente- de los múltiples beneficios de su ancestral tecnología del uso racional de las
laderas y de los procedimientos para la ejecución de las técnicas. Se generó el personaje
indio histórico, que Flores Galindo llamó el forastero andino25.

Este personaje andino fue el que daba vueltas por todo el territorio sin asentarse en ninguno,
para evitar prácticamente ser cooptado por el Estado Colonial para efectuar trabajos
forzados en las minas o los obrajes con alta probabilidad de perecer o quedar lesionado.
Esta movilidad geográfica era opuesta a la organización social del ayllu, que sostenía las
laderas andinas, manteniendo las paredes de los muros de los andenes, las cuales, que con
cierta constancia, se tienden a caer, con la labor del viento, las labores culturales y las
lluvias. Así también por acción de los animales españoles (vacunos, ovejas y caballares) que
fueron adoptados por los andinos, con pisadas más fuertes y menos elegantes que los
24
Cobo Bernabé, 1956/1653, pag . 71.
25
Flores Galindo, Alberto. Buscando un Inca, Sur Lima 1980.

24
auquénidos, al recorrer las delicadas terrazas de los andenes, en cumbres sumamente
inclinadas.

Muchos terrazas fueron abandonadas por impacto de este personaje que disminuyó,
ostensiblemente, la permanencia de una mano de obra necesaria, no solo para el
mantenimiento de los andenes sino también de los canales de riego y su sistema de
aprovechamiento de los golpes de agua, para distribuir equitativamente el agua del espacio
andino y almacenar el excedente cosechado en los tambos. El sistema de uso racional de
laderas y el cuidado de las cuencas, se fue resquebrajando.

El mismo Waldemar Espinoza dijo que:

..”que hubo mitayos que demoraban dos meses en llegar… a Potosí, arribaban extenuados,
no obstante, lo cual, eran sometidos a agobiantes trabajos. De los 7,000 que regularmente
llegaban a Potosí, apenas retornaban 2,000 a sus reducciones; de los 5,000 restante unos
fallecían, otros se afincaban definidamente en las haciendas y quebradas de los contornos de
Potosí para trabajar libremente. Así procedían, porque regresar significaba, caer de nuevo
en el siguiente turno de la mita...quienes volvían, lo hacían, en completo desamparo, porque
sus chacras habían quedado abandonadas, sus casas tapiadas, sus tierras perdidas,
consumido su ganado… preferían muchísimos de ellos, quedarse en Potosí para siempre…26

Una cuarta razón significativa para abandonar y descuidar la maravillosa e inicial


infraestructura hidráulica y conservacionista que había construido el estado pre inca e inca
en alianza con los ayllus y olvidarse parcialmente de la tecnología de cultivos y crianzas
andinas, fue el proceso de reducciones. Es decir, nuclear a las poblaciones andinas dispersas
en medio de sus chacras y crianzas en las partes bajas o medias de los ríos, para
concentrarlas río abajo, según la usanza de las comunidades campesinas españolas. Esto que
podría parecer una planificación urbana benéfica, tuvo sus graves limitaciones
conservacionistas.

El vivir cerca de la chacra favorecía a los inmensos cuidados que merece la agricultura
andina, para mantener los andenes, canales y tambos y así también cuidar a los animales que
no perjudicaran la infraestructura hidráulica construida y evitar los robos.

Lejos de sus chacras y asentando su vivienda en las reducciones, ya no había la garantía del
máximo cuidado de su agricultura intensiva andina y estas prácticas ya eran consideradas
más complicadas. Aún así, la Colonia, emitió diversas leyes y disposiciones de indias para
favorecer la conservación de la maravillosa infraestructura hidráulica, dejada por los incas
y las culturas regionales. Lamentablemente sólo se cumplieron parcialmente estas
disposiciones.
Este sistema prehispánico, era meticulosamente planificado y calculado porque este
recorrido “de arriba hacia abajo de la cuenca” pasaba por diferentes pisos, zonas y sub-
zonas agroecológicas, que sustentaban diferentes plantas y animales y de acuerdo a los
patrones culturales andinos, que aun se conservaban en la colonia. Cada zona y subzona de
producción no estaba de solo de acuerdo a sus propias necesidades sino también a las
demandas y requerimientos de las demás.

26
Espinoza, 1982/1980, pag. 63

25
Con la Colonia se generó la sub-división del país y que tuvo su continuidad en la República,
se cayó en el trágico error de seccionar el país en las llamadas tres “regiones naturales”
(Costa, Sierra y Selva), quitándole al territorio su sentido inca de continuidad y de
complementariedad de sus pisos y zonas ecológicas, combinando la diferenciación y la
complementariedad, organizando las políticas agrarias a partir de la preferencia hacia una
de ellas, la chala o la costa, sin una relación de reciprocidad con las otras.

El mismo Waldemar Espinoza sostiene en el mismo libro que esta situación se prolongó hasta
el siglo XVIII, afectando a 450,000 habitantes de las laderas que tuvieron que habitar en
Potosí, es decir que de cada 100 indígenas que habitaban las ladera, solo el 40% permaneció
en las laderas, dos de cada cinco indígenas. Las enfermedades y muertes debido al excesivo
trabajo agravaron estas deficiencias de una mano de obra que se volvió escasa y con graves
problemas de salud y de quiebre de sus organizaciones. Así también Sempat Assadourian,
confirma la tesis de la escasez y debilidad de la mano de obra, sobre todo en relación a los
canales de riego:

“…en larga faja del litoral peruano, las escasez de hombres provocó el rápido
abandono de los canales de riego inter valles, que conformaban verdaderos sistemas
hidráulicos; áreas enteras de cultivo intensivo por regadía fueron invadidas por
arena…en la sierra, donde los andenes fueron el mayor logro técnico en el desarrollo
de una agricultura de alta productividad, varios testimonios indican el abandono de
algunas de esas áreas de cultivo intensivo…”27

Este golpe no solo afectó a la organización de los ayllus y rompió su alianza con las
estructuras estatales sino también a la estructura familiar, ésta se disgregó, los padres o los
hijos tuvieron que separarse a grandes distancias para realizar actividades forzadas o huir
para desempeñarse en su rol de indios forasteros.

El mismo Huaman Poma se queja de que el Estado había abandonado la supervisión del
mantenimiento de los andenes y la infraestructura hidráulica, señalando que los andenes y
canales de riego o acequias se estaban deteriorando significativamente. Es por ello que
propone al virrey que se genere las funciones de supervisión y promoción del mantenimiento
a los alguaciles mayores y menores. Proponiendo que en caso de que no sean respetados se
recurra a los azotes, así como lo podemos leer en la siguiente cita:

“…Para que juntos visiten las chacras y cuiden dos veces al año, abonen la tierra, limpien y
destruyan los montes, y mantengan los andenes que ellos llaman pata – patas…el pueblo
deberá acudir a dichos visitadores para limpiar su habitat, sea acequia, sea laguna, centros
poblados y chacras. Y si no hicieran por primera vez, le den 50 azotes, por segunda 100
azotes y sean trasquilados conjuntamente con sus autoridades…”28

27
Sempat, Assadourian, 1982.

28
Guaman Poma de Ayala. Nueva Crónica y buen Gobierno, siglo XXI - IEP, América Nuestra, México 1980.

26
Se ha detectado que en el siglo XVI comenzó haber escasez de alimentos, yéndose abajo la
seguridad alimentaria, que con tanto cuidado había constituido el Estado Inca: Más todavía
en este siglo en el que el sistema de hacienda no se había generalizado.

Es por ello, que la colonia se interesó en respetar las propiedades individuales ancestrales y
expropió solo las tierras que pertenecían al Estado y la Iglesia para distribuirlas en las
haciendas. Obviamente, un sector de españoles no respetó este criterio y afectó parte de las
propiedades individuales de los indígenas.

El Virrey Toledo, en la segunda mitad del siglo XVI, consciente del desorden generado por la
misma colonia dio disposiciones drásticas, bajo el formato de las ordenanzas, para salvar
esta brillante infraestructura conservacionista e hidráulica, dejada por los incas y pueblos
pre – hispánicos y pre – incas.

Es así que ordena lo siguiente:


“…Por cuanto en muchos repartimientos de los de la sierra de este reino, hay gran cantidad
de chacras de maíz y papa, que están hechas de andenes y cercados los tales andenes con
piedras, y de descuidarse los dueños, de reparar y aderezar, como es justo que hagan, ha
resultado que las avenidas de agua han rodado… ordeno y mando que los alcaldes de los
tales repartimiento por sus mitas, cada uno de ellos salgan a visitar las chacras, todas de él y
harán todo susodicho hubiere los daños de ella, aderece y repare cada uno que fuese
obligados de reparar…lo mandé a su costo a hacer y aderezar y que además de pagar
incurra en pena de sus pesos para el hospital de dicho repartimiento…”

Al mismo tiempo que expresa esta preocupación y ordena el mantenimiento de los andenes
bajo pena de pago en dinero, este virrey ordenó un cambio del tipo de impuesto de especie
que era al de dinero.

Condicionando a que los indígenas tengan que hacer trabajos adicionales para pagar dicho
impuesto o abandonar los cultivos, para no verse conminados a éstas entregas de dinero.
Hubo así, abandono de las sementeras y de las tierras y no solo ello, hubo destrucción de la
propia infraestructura para no recibir los castigos, he aquí una segunda razón del abandono
de los andenes.

Es decir, el refrán antiguo de “A dios rogando y con el mazo dando” se cumplió con este
virrey reformista. Por un lado promovió el cuidado de los andenes e infraestructura
hidráulica y por otro, con la medida de la reconversión del tipo de impuestos promovió la
destrucción de los mismos. Tord y Lazo confirman esta aseveración de malograr las
herramientas y dañar la infraestructura económica…”29

Y si a ello añadimos que los animales traídos por los españoles, tendían a dañar las terrazas
de los andenes, sobre todo cuando pasaban por los bordes, desmoronando las piedras,
creándose nuevas avenidas por donde pasaba el agua en forma irregular y destructiva. El
mismo Huaman Poma detecta este daño al decir:

“…Y así, en este tiempo, los españoles sueltan sus bestias y recuas de mulas o ganados y
pacen las cabras i ovejas y hacen grandes daños. Y se desvían las aguas, se quiebran las
29
Tord y Lazo 1982/1980, pag. 292.

27
acequias que no se pueden separar con ningún dinero. Y la poca agua se la quitan a los
indios pobres. Y así se ausentan los indios de sus pueblos…”30

El animal más alborotador en este sentido, son las cabras que rebuscan y escarban dentro de
los lugares más inhóspitos y también más escarpados y ondulados, como los andenes, para
encontrar comida hasta la más precaria y silvestre, motivando el desmoronamiento de los
muros y canales de riego. Al haber este deterioro, las cabras encuentran más espacio para su
afán aparentemente imposible de alimentarse en sitios áridos o escarpados. En la medida
que sucede el deterioro de la infraestructura y la entrada de avenidas de agua que perjudican
los cultivos y pastizales, la cabra se va apoderando del lugar.

De alguna manera el aumento de las cabras como crianza andina ha ido a la par con la
posterior miseria campesina andina, desde la colonia hasta la actualidad. De este modo, la
presencia de los animales españoles se convierte en el sexto factor o razón del abandono de
los andenes y más cuando todavía ellos mismos los incorporaron en su vida diaria como
carga, alimentos y abrigo.

Aún así el factor principal en la destrucción de andenes lo ubicamos en las reducciones al


desplazar la vivienda de los agricultores andinos en las partes bajas de las laderas, donde se
fundaban centros poblados y en las bajas de las cuencas, donde se fundaban ciudades.

Los habitantes andinos ya les era muy difícil la operación y mantenimiento conservacionista
y de la infraestructura hidráulica, a grandes distancias, el descuido era de esperarse iba a
ser contundente para el abandono de los andenes y obras hidráulicas, sobre todo si se tiene
en cuenta la despoblación ocasionada por los indios forasteros, disminuyendo
significativamente la mano de obra para construirlos y mantenerlos.

Posteriormente, como vamos a ver más tarde, se creó la figura de los vigilantes de daños,
como un cargo dentro de las ahora comunidades y antes ayllus, para que hicieran la labor de
control del descuido de la infraestructura conservacionista generadas por sus ancestros.

La minería colonial que se ha considerado como otro factor de condicionamiento social


desfavorable al tratamiento intensivo de los andenes, tuvo vaivenes. El auge mayor fue en la
primera mitad del siglo XVI, con el auge de los precios de los productos mineros y
especialmente de los metales preciosos como el oro y la plata31. En el siglo XVII se reforzó
las haciendas como una forma de compensar el decaimiento de la minería.

Hubo una apropiación de la mano obra y de las tierras de los indígenas, favoreciendo el
abandono de los andenes porque a los españoles más les interesaban las partes bajas de las
laderas, menos inclinadas, las alto- planicies y los valles interandinos solo para la demanda
colonial. La política estatal se centró en apoyar a las haciendas dejando de lado a las
laderas como un hacinamiento indígena. Los criterios técnicos europeos, más proclives a los
valles y a visualizar las laderas como tierras de protección, fueron decisivos. Más todavía a
fines del siglo XVII con el fracaso de los movimientos sociales como el de Tupac Amaru, que
generó temor en las autoridades coloniales a todo lo que asemejara con lo típico andino y a

30

Guaman Poma, pag 885.


31
Burga 1982

28
todo lo que podía reforzar las manifestaciones de la cultura andina conservacionista y útil al
uso racional de las laderas.

En el siglo XVIII hubo un repoblamiento del área andina, como lo señala el mismo Burga y
las haciendas no se daban abasto para alimentar a tamaña población. Por ello, nuevamente
se examinaron medidas de protección colonial de las laderas. Sin embargo, nuevamente
resurgió la minería que fue quitando vigor a la agricultura y ganadería andinas. Así también
fue un siglo donde el temor al resurgimiento del movimiento de Tupac Amaru fue decisivo. La
represión de toda manifestación cultural, étnica fue muy marcada y una de ellas era la
revaloración de la agricultura y ganadería andina, patentizada en los andenes, canales y
tambos incaicos y preincaicos.

1.4 Antecedentes del cuidado de los recursos naturales de la cuenca en la República.

El surgimiento de la República no fue un resurgimiento del mundo andino, esta tarea fue
siempre como una tarea pendiente, no claramente especificada. Todo el debate se centró en
que si se creaba una monarquía constitucional o un Estado Liberal.

En ninguno de los dos diseños cabía el reflotamiento de las laderas andinas y la articulación
de la población indígena al Estado Nacional, en igualdad de condiciones de los otros grupos
culturales del país. Las laderas, fueron tomadas como áreas lejanas de reserva de mano de
obra y habitad de una población, que siempre incomodaba a las cimas del poder y a la
población mestiza y blanca de la costa y de los propios valles interandinos.

El reto de la agricultura República del siglo XVIII y XIX, fue cómo se podían asentar las
haciendas en la costa y en los valles interandinos de la sierra y en las altoplanicies para una
ganadería mercantil. Se seccionó nuevamente la costa de la sierra y dentro de la sierra a los
valles de las laderas, y dentro de las cuencas la partes bajas de las cuencas (costa y ceja de
selva) de las altas (sierra). En otras palabras en el imaginario de la república era que los
cóndores vuelen por su lado y las gaviotas por el otro.

Una expresión de esta secesión fue que cuando las haciendas de la costa requirieron mano
de obra, pensaron más en la continuidad de los esclavos negros, ante la resistencia de la
población indígena a bajar a la costa. Por ello costó medio siglo conseguir la libertad de los
esclavos negros y cuando se dio ésta libertad en la presidencia de Ramón Castilla, su puesta
en práctica duró el otro medio siglo. Los criollos, como herederos biológicos y culturales de
los españoles y de los otros migrantes europeos, preferían a los afroamericanos que a los
indios y el Estado criollo dejó de lado la reivindicación indígena. Y ante la cada vez mayor
ausencia de los afroamericanos, por su liberación, los mismos criollos y mestizos, optaron
por los chinos, que llamaron coolies.
Los andinos quedaron rezagados frente a este desconocimiento y falta de apoyo del Estado,
mantuvieron la posición de abandono de los andenes y hubo un sector significativo de ellos
dejó de cultivar intensivamente las laderas andinas.

Fue en la Costa donde se realizaron la mayor parte de inversiones agropecuarias,


especialmente en infraestructura hidráulica y se difundieron algunas innovaciones
tecnológicas. Unas regiones fueron totalmente desconocidas, las que no tenían minas o
haciendas modernizadas como la Sociedad Ganadera del Centro, que se dio en llamar Laive,

29
mientras las otras regiones fueron convertidas principalmente en reserva de mano de obra
para las minas, haciendas andinas no modernizadas, plantaciones y aserraderos u otras
actividades extractivas en la Amazonía, cuyos productos eran enviados o procesados y
exportados con escaso beneficio para las poblaciones andinas.

En los inicios del siglo XX se dieron los primeros pasos para desarrollar una política
nacional de la agricultura aunque todo el esfuerzo se centró también en la costa y valles
interandinos, aunque con un impulso tecnológico y de organización mucho mayor.

Es así que se dio impulso a la creación de la Escuela Nacional de Agricultura en 1902, la


cual fue el antecedente de la creación de la Universidad Nacional Agraria La Molina:
Basadre decía lo siguiente:

“..La escuela de agricultura, que posteriormente se convirtió en 1960 en la Universidad


Nacional Agraria La Molina, inició sus labores en 1902 y los primeros ingenieros
agrónomos egresaron en 1906 para ejercer una influencia importantísima. El empleo general
de los abonos se inicia en la primera década del siglo, el guano de las islas era antes vendido
al extranjero pero no utilizado en el país…”32 Y en cuanto a los recursos naturales, el Estado
se dio cuenta de la necesidad de ordenar la gestión del agua.

Por ello, promulga la primera ley integral de aguas, centrada en la distribución del agua en
las tierras de la costa, sin tomar en cuenta la agricultura de las laderas andinas y la
necesidad de riego en dichas condiciones.

Es desde esta época que se inicia el principal esfuerzo del Estado en promoción de la
agricultura, especialmente de la costa: Las instalación de grandes irrigaciones usando el
agua de las partes altas de las cuencas andinas, que solo servirían como proveedoras de
agua para las partes bajas, las cual, venía llena de suelo erosionado de las partes altas de
las cuencas andinas, debido especialmente a erosión hídrica de las laderas, cada vez más
abandonadas. Dos irrigaciones iniciaron ejemplarmente esta cruzada de irrigaciones: La
irrigación San Lorenzo en Piura y Majes en Arequipa.

De este modo, especialmente durante la primera mitad del siglo XX se dejó de lado la
promoción del uso racional de las laderas andinas y los bosques de la Selva, apoyándose
casi exclusivamente en las haciendas agroexportadoras de azúcar y algodón o en la
producción de pan llevar por parte de los pequeños y medianos empresarios o hacendados de
la costa o de los valles interandinos. Todo ello, en base a la instalación de una red de
canales de irrigación y a la importación de maquinaria agrícola moderna.
En las décadas del 50 y 60 se pensó por primera vez en tomar en serio a las partes altas de
las cuencas andinas, aunque tímidamente y en forma limitada, a las partes bajas de las
cuencas del Atlántico, es decir a la Selva. En dicho periodo se terminó de colonizar la
llamada Selva Alta, explotándose intensivamente el café, el té, la coca y el potencial
maderero.

Fue también, por esos años que se inició la construcción de la carretera marginal por parte
del Gobierno del arquitecto Fernando Belaunde de Terry. En todo este proceso no se tuvo

32
Basadre, Jorge. Historia de la República del Perú 1822-1933, El Comercio, Lima 1939.

30
mayor idea del uso racional de los bosques amazónicos, salvo en algunos lugares donde se
pusieron en marcha proyectos piloto.

En los 70 se produjo un nuevo viraje al fortalecimiento de las partes altas de las cuencas
andinas: la costa. Ello se reflejó en el apoyo que la reforma agraria dictaminada por los
militares del Gobierno del presidente Juan Velasco Alvarado (1969 - 1975) otorgó a las
cooperativas agrarias costeñas con créditos y facilidades de comercialización interna y
externa; así como el impulso a las irrigaciones con el fin de favorecer al sector exportador,
considerado a priori, como la base del desarrollo nacional.

En relación a la sierra y especialmente en relación a las partes altas de las cuencas andinas,
solo se apoyó a la minería y al desarrollo de un sector de las altoplanicies andinas para una
ganadería exportadora de lana y productora de carne, leche y derivados, propulsando las
SAIS, especialmente en Junín y Puno.

Sin embargo las empresas mineras y ganaderas solo fueron enclaves que poco tuvieron que
ver con el desarrollo de las partes altas de las cuencas andinas y menos de las comunidades,
y si mucho que ver con la modernización las partes bajas de las cuencas del Pacífico, el
crecimiento del aparato estatal y el mercado internacional.

El excedente obtenido de la escasa mano de obra andina empleada en dichas actividades, fue
a parar a las arcas de los empresarios limeños, sirviendo también en parte como un insumo
para la inicial industrialización iniciada en este tiempo 1950-1977. Con respecto a las
políticas de extensión agrícola y de promoción de la infraestructura básica, éstas se
concentraron en la Costa o partes bajas de las cuencas andinas del Pacífico, de acuerdo a lo
señalado anteriormente.

Es así que en las décadas del 50 y 60 se crearon los SCIPA o CIPAS que eran agencias de
extensión agrícola con apoyo de la AID y el BID; ambas instituciones no promovieron la
conservación de los recursos naturales sólo insistieron en el aprovechamiento de las tierras
de las partes bajas de las cuencas.

Aunque hemos detectado que hubo un plan en dichas instituciones a trabajar en la alta
montaña; sin embargo por los enormes problemas de comunicación entre los técnicos
mestizos y la población indígena, este plan no se llevó a cabo en forma significativa. Aún así,
estos proyectos se quedaron en tales; es decir en acciones temporales, que en unos siete
años, finalmente se cerraban con la conclusión de los proyectos temporales y sus efectos se
fueron diluyendo con el tiempo, debido a sus principios de traer desde fuera, sus tecnologías,
sin adaptarlas redefinirlas de acuerdo a la realidad económica, social y cultural donde
operaban.

Es de destacar que existieron hechos muy lamentables que llamaron la atención del Estado
que lo obligó a repensar el abandono de las partes altas de las cuencas andinas del Pacífico
y sobre todo del Atlántico y de las partes bajas de este último tipo de cuencas:

El primer hecho fue las guerrillas de 1965, que removieron los pisos ecológicos altos de las
cuencas andinas de los diferentes tipos de cuencas y de la partes altas y bajas de las cuencas

31
del Atlántico, las cuales, precisamente cuestionaba esta frialdad del Estado para las
poblaciones indígenas que se ubicaban en ellas.

El segundo hecho fue el reformismo radical del gobierno militar de Juan Velasco Alvarado,
1968-1975 que pretendió reivindicar estas partes altas, entregándole las tierras de las
haciendas y su administración compartida con el Estado a los trabajadores, a través de
cooperativas. Sin embargo, la gran mayoría de las comunidades indígenas quedaron
marginadas bajo las promesas de entregarles excedentes, al final de las campañas de dichas
cooperativas o SAIS, los cuales fueron cada vez más reducidos. Esto dio pie al tercer hecho,
durante el período 1976-1980, se creó un movimiento campesino, liderado por dichas
comunidades mediante la Confederación Campesina del Perú CCP para recuperar las
tierras detentadas por las cooperativas y SAIS, con gran impacto y relativo éxito.

Posteriormente, desde 1980 surgió un nuevo movimiento ciego y radical, tratando de


defender a través de actos terroristas, los habitantes de las partes altas, cuestionando al
Estado en su conjunto, con la promesa de instaurar un estado dirigido por los pobres y para
los pobres y se colocó precisamente en dichas partes altas, que primero los apoyaron. Sin
embargo, cuando constataron el carácter autoritario y asesino de estos grupos dirigidos por
Sendero Luminoso, se dieron la vuelta y se aliaron a las fuerzas armadas y le asestaron
fuertes golpes a este partido terrorista, que tuvo que desplazarse a la ciudad, especialmente
en Lima. El miedo de que vuelva esta trágica experiencia tendió a cundir tanto en los
ciudadanos como el Estado, obligando a repensar la suerte y desplazamiento de los
habitantes de las partes altas de las cuencas andinas.

1.5 Contexto Sociocultural inmediato en que surgió PRONAMACHS

Es de resaltar que al final de la década de los ochenta, suceden dos grandes fenómenos,
contextuales socioeconómicos, aparentemente opuestos y distintos.

Primer fenómeno sociocultural: Por primera vez el Estado comienza a interesarse en


habilitar el ande para una agricultura intensiva en las partes altas de las cuencas andinas,
disponiendo diversas medidas para la conservación de suelos y agua dentro de una
perspectiva de cuidado de las cuencas. Se tomó tres medidas de importante dimensión:

Creó un organismo especializado, llamado PRAT - VIR en el año 2006, el cual, se financió
con el 5% del dinero del FONAVI, que se cobró a los empleados públicos con el fin de
colocarles viviendas y se empleo parte de esta suma, para reconstruir andenes y canales de
riego o reservorios prehispánicos.

Se inspiró en el modelo pre-hispánico, en forma significativa, con el acompañamiento de una


vivienda rural de nuevo tipo, que recogiera la tradición andina aunque acompañada con
elementos modernos.

Ordenó y financió, desde el gobierno central, a las corporaciones, que fueron un antecedente
de las actuales gobernaciones regionales, desde 1987 a 1990, para que reconstruyera los
andenes y las obras de infraestructura necesarias para habilitar al ande hacia una
agricultura y ganadería intensivas, sobre todo en lo que se llamó, en la década de los 60 y

32
70, la mancha india del Perú, en el sur peruano. Y en la década de los 80, se les cambió de
nombre con el llamado trapecio andino.

Creó en 1987, un Programa Nacional de Manejo de Cuencas y Conservación de Suelos


PRONAMACHCS, sobre la base de un programa de suelos creado anteriormente, 1981-
1986, para que se cuidara las partes altas de las cuencas, que acertadamente se
consideraban estratégicas, para el cuidado de todas las cuencas andinas tanto del Pacífico,
Atlántico y del Titicaca, en beneficio de todas las cuencas en su conjunto y el mantenimiento
de la paz, después del terrorismo que azotó estas partes altas: Para lograr este cometido, se
pretendió que masivamente se hicieran terrazas agrícolas de nuevo tipo, llamada terrazas de
banco, asimismo se rehabilitara andenes y colocara una infraestructura conservacionista
para multiplicar la forestación y los pastos en las laderas andinas.

Dicho organismo, impulsó un movimiento institucional que lo acompañara en esta tarea,


traducido primero en comités interinstitucionales (1984-1996), que incorporó a diversas
instituciones públicas y privadas en esta labor. Y segundo comités de gestión de
microcuencas (1996-2006), para planificar y ejecutar el cuidado de los recursos naturales de
las microcuencas, a lo largo de toda el área andina., haciendo parcelas de comprobación, en
pequeño, para que vieran los campesinos los efectos benéficos de estas prácticas para
animarse a hacerlas en grande, a partir del 2,000, las parcelas de comprobación dejaron de
usarse y se recurrió a los incentivos y al trabajo directo en grande con técnicas
conservacionistas más simples como las terrazas de formación lenta.

Segundo fenómeno sociocultural: Como se ha señalado anteriormente, en 1981- 1993,


Sendero Luminoso le declaró la guerra al Estado y sociedad peruanas, tomando como centro
de sus operaciones al área rural y precisamente las partes altas de las cuencas andinas,
abandonadas por el Estado Peruano aunque recientemente tenidas en cuenta, de acuerdo al
modelo chino de la banda de los cuatro, aplicando el terrorismo como arma principal para
convencer a los campesinos para ir del campo a la ciudad, señalando que cualquier acción
de apoyo a los campesinos desde este Estado discriminador y creador de desigualdad, era
como aletargarlos y engañarlos.

En toda la década, Sendero Luminoso y su metodología terrorista tuvo su presencia muy


fuerte en las partes altas de las cuencas andinas.

En esta tarea, Sendero Luminoso, tuvo un rotundo éxito inicialmente (1980.1988) en dichas
partes altas, salvo o excepto en la mayor parte de lugares (distritos, microcuencas,
microrregiones) donde estaban operando estos programas, especialmente PRONAMACHS,
con algunos cruces eventuales que hubo con resultados trágicos, aunque de menor
dimensión.

La incursión de sendero y sus acciones tuvieron claros impactos en el cuidado de los


recursos naturales andinos, en los suelos, plantas, pastos, animales, bosques, que todavía no
se ha investigado, en forma sistemática, aunque se resalta el trabajo de un investigador, Julio
César Alfaro, de la fundación Friedricn Ebert33

33
Alfaro Moreno, Julio César. Migración y Recursos Naturales en el Mundo Andino Después de la Guerra
interna, Fundación Friendrich Ebert, documento de trabajo, Lima 1999.

33
En otras, palabras, esta década tuvo dos caras: La primera cara fue un Estado que empezaba
a tomar en serio a los habitantes andinos con programas bien financiados, con un equipo
importante de profesionales sensibles y con gran sentido social y técnico que tuvo un
importante peso en los campesinos andinos con el PRAT –VIR, las Corporaciones y
finalmente el PRONAMACHCS. La segunda cara fue la rebelión de movimiento terrorista de
Sendero Luminoso, que cuestionaba precisamente a este Estado que había abandonado a los
campesinos andinos de las partes altas de las cuencas andinas, desde la colonia hasta la
república, hasta la década de los 80.

En este estudio se precisa el impacto de los trabajos de PRONAMACHS en los lugares más
importantes donde operó y examinará en qué condiciones socioeconómicas los agricultores y
ganaderos andinos toman en serio los trabajos de conservación de aguas y suelos y el
cuidado de las cuencas y el impacto económico y social que provocó en dichos campesinos.

Y lo más importante: intentará ofrecer lecciones que se deben tomar en cuenta en todo
programa o proyecto que pretenda gestionar nuevamente nuestras cuencas andinas,
especialmente sus partes altas.

1.6 Evolución del PRONAMAHCS hasta su integración a AGRORURAL

En 1973 el Ing. Axel Dourojeanni, por entonces Director General de Aguas, preparó las
bases para la puesta en marcha de un proyecto que atendiera el área andina, consciente de
la importancia de las partes altas de las cuencas andinas.

Posteriormente hubo un largo periodo de negociaciones con la AID, que culminó en la


formulación definitiva de dicho proyecto bajo el impulso del Ing. Jorge Yánez y la
aprobación del convenio PERÚ-AID en 1981 por el que se creó el Programa Nacional de
Conservación de Suelos y Aguas en Cuencas Hidrográficas.

Los propósitos que se formularon desde el inicio de este programa fueron: por un lado,
difundir las prácticas conservacionistas en las partes altas de las cuencas andinas, que se
consideraron como los lugares fundamentales, donde se concentran los factores de la erosión
y los desastres, que incluso afectan a las partes bajas de la costa y la selva.

Y por el otro, institucionalizar la difusión de la conservación de suelos, comprometiendo a


diversas entidades públicas o privadas a acometer dicha tarea. Para ello, se distribuyó un
pequeño grupo de extensionistas en zonas escogidas de ocho Departamentos (Cuzco, Puno,
Abancay, Junín, Cerro de Pasco, Cajamarca, Lima y Ancash) de la Sierra, con el encargo de
promover entre los campesinos el uso de terrazas de absorción, surcos en contorno y
acequias o zanjas de infiltración, utilizando cierto sistema de comunicación que priorice la
reflexión y la persuasión.

34
35
El convenio concluyó en 1986. En 1987, se realizó una primera autoevaluación que fue
motivo de un libro, “5 AÑOS DE CONSERVACIÓN DE SUELOS CON LOS CAMPESINOS
DE LOS ANDES PERUANOS”34 y el Programa pasa íntegramente al Estado al interior de la
Dirección General de Aguas y suelos del Ministerio de Agricultura.

En vista del efectivo impacto que estaba teniendo este programa y que fue difundido en otro
libro llamado “Impacto de la Conservación de Suelos en la Sierra Peruana”, donde se
precisa con cifras este impacto en la agricultura, ganadería y forestería andinas.

Precisamente por el éxito de este proyecto de suelos, el despacho del Ministerio de


Agricultura, en 1986, creó una comisión presidida por el Ingeniero Jaime Llosa, con la
colaboración de la Antropóloga Hilda Araujo y el mismo jefe del Programa Nacional de
Conservación de Suelos en Cuencas Hidrográficas, Ingeniero Lorenzo Chang-Navarro
Levano para que diese una perspectiva mayor al programa de suelos hacia un cuidado
integral de las cuencas andinas:

Al efectivizarse la propuesta se determinó que el programa de manejo de cuencas se


implementara sobre la base del Programa Nacional de Conservación de Aguas y Suelos.
antedicho, y además se formara una comisión multisectorial que orientara y coordinara
todas las acciones que tiendan a un manejo integral de las cuencas.

Finalmente sancionando lo avanzado y acordado, se crea el Programa Nacional de Manejo


de Cuencas y Conservación de Suelos mediante el decreto Supremo 002-88-AG, el 04 de
Enero de 1988, en concordancia con el artículo 46 del decreto legislativo N° 424 ley
orgánica del Sector Agrario promulgada el 26 de Junio de 1987.

De este modo se le otorga al Programa amplia autonomía, ligándose directamente al Vice


ministerio de Agricultura, en base al justo criterio de que el área de responsabilidad del
Programa de Manejo de Cuencas abarca toda la cuenca, especialmente en sus partes altas y
sus diferentes componentes, como son las irrigaciones, la forestación, el manejo del agua y
del suelo y la promoción de la gestión de estos recursos por los diferentes actores sociales de
las cuencas, incluyendo a los otros organismos públicos y a las instituciones o empresas
privadas. Por tanto este programa no podía estar subordinado a una de las partes que
vendría a ser la Dirección General de Aguas.

Sobre todo, si una de las funciones de promoción es contribuir a la coordinación,


concertación, y centralización de las acciones de manejo de cuencas tanto de las
instituciones públicas que trabajan en ellas como de las organizaciones de los propios
habitantes y usuarios de las cuencas y las empresas privadas.

34
Alfaro Moreno, Julio César (Coordinador); Pajares Tapia, Gonzalo; Mejía, Juan; Araujo, Pablo; Sánchez,
Simón. 5 años de Conservación de Suelos con los campesinos de los Andes Peruanos, Programa Nacional de
Conservación de Suelos en Cuencas Hidrográficas, MINAG Lima 1988

36
Este programa según esta ley, señala orientaciones generales, apoya con la capacitación a
los Gobiernos regionales que así lo soliciten, y cautela que las acciones se realicen
incluyendo un buen manejo de los recursos naturales del país.

Finalmente asume integralmente que las partes altas de algunas cuencas estratégicas del
país que por la dimensión de ruptura del equilibrio ecológico, por el alto costo que
significaría su restablecimiento y por el efectivo impacto que podría tener en la seguridad y
desarrollo económico de la población, debieran hacerse grandes inversiones.

Si es que el ámbito del gobierno regional que le corresponde acuerde la imposibilidad de su


tratamiento, con sus recursos propios, se declararía de necesidad pública la formulación de
un convenio entre Programa Nacional de Cuencas Hidrográficas y el gobierno Regional
respectivo.

Este es el caso que debería ser la Cuenca del Río Rímac que por su alto deterioro, por la
dimensión de las obras a realizar y la urgente necesidad de su tratamiento en beneficio
principalmente de la ciudad de Lima que actualmente se encuentra en un grave problema de
abastecimiento de agua potable y electricidad en las épocas de sequía y de amenaza de verse
destruida por aluviones o deslizamientos en las épocas de mayores precipitaciones pluviales
en sus partes altas.

Asimismo por la protección de la salud pública de su población debido a la trágica


contaminación de sus aguas por los relaves mineros y la alta erosión de sus suelos. Esta
cuenca también es el vínculo de Lima con el conjunto de las Región Central que donde se
produce la mayor parte de alimentos que consume; que si se continuara deteriorando esta
cuenca se convertiría en una lamentable realidad el aislamiento de Lima del país. Era hora
de tomar en serio nuestras cuencas.

37
Este programa de cuencas, en los años 1988-1991 continúa con los trabajos de conservación
de suelos, por la falta de presupuesto, pese a la gran perspectiva de su creación. Sin embargo
existen tres hechos que lo levantan irremediablemente:

El apoyo de Ministerio de Agricultura 1992 -1996, dirigido precisamente por uno de la


ingenieros que participó en el equipo directivo del programa de suelos mencionado, el
Ingeniero Absalón Vásquez, que le dio un presupuesto que paso de un millón de soles que
tenía a sesenta millones de soles en 1996, tratando de incorporar nuevos elementos: La
infraestructura Hidráulica, la forestación masiva y la generación de comités de
microcuencas.

El segundo hecho fue la fusión del convenio FAO-Holanda, que en forma independiente
había estado implementando formas novedosas de forestería comunitaria, con cortinas de
vientos para los cultivos, manejo forestal, bosques de protección, terrazas múltiples. con
hileras de árboles; todo ello en base al montaje de miles de miles de viveros forestales
participativos, que enriqueció y profundizó lo que había venido haciendo PRONAMACHS,
solo con zanjas de infiltración con hileras de árboles.

El tercer hecho fue la incorporación a las áreas conservadas de una importante


infraestructura hidráulica de pequeño tamaño, con la integración de algunos programas y
proyectos del MINAG y en base a proyectos que presentaban los usuarios, asesorados por los
ingenieros de campo, que no siempre coincidían con las mismas áreas conservadas
promovidas por el PRONAMACHCS.

Y en el caso de las áreas forestales, si bien, fueron más integradas a las áreas conservadas,
sobre todo en lo que refiere a las terrazas múltiples, que incluían, cultivos, forestales y
pastizales, también en muchas áreas se separaban las tareas de conservación con las de
forestación, pese a la estrecha relación entre ellas. Esto lo consideramos en una evaluación
que se hizo en 1996, que advertía que, pese a los altos avances en metas realizados, no se
notaba una integración entre ellos, con un enfoque integrado de microcuencas y menos de
cuencas en su conjunto.35 Lamentablemente este estudio no fue publicado pese a que
recomendó llevarlo a cabo.

Los avances del PRONAMACHS, eran de indudable presencia en el campo de las partes
altas de las cuencas andinas, de innegable importancia, basta ver los dos primeros cuadros
que ofrecemos. En el primero, se puede constatar que se construyó andenes en 1,843
hectáreas, terrazas en 1,084 y terrazas de formación lenta en 11,333 hectáreas; zanjas de
infiltración en forestales ,2554 hectáreas y pastos tratados en 2,475 hectáreas, en diferentes
calidades, que se constató en la evaluación citada. Lo importante es que se llegó a 69, 925
familias andinas.

35
Pajares, Gonzalo; Alfaro, Julio César. Evaluación Externa del Programa Nacional de Manejo de Cuencas
Hidrográficas y Conservación de Suelos, 1997, MINAG PRONAMACHCS, Lima 1998.

38
No existió provincia en el Perú, sin ninguna presencia de PRONAMACHCS en las partes
altas de las cuencas andinas.

39
Cuadro 1: ÁMBITO DE ACCIÓN DEL PRONAMACHCS A NIVEL DEPARTAMENTAL -1996

N° DE N° DE
N° DE N° DE N° DE FAM.
DEPARTAMENTOS AGENCIA ORG.
PROVINC. DISTRITOS MICROC. BENEF.
S CAMP.
PIURA 2 2 6 13 108 3,068
LAMBAYEQUE 1 1 1 6 35 1,216
CAJAMARCA 12 13 39 5 505 15,657
LA LIBERTAD 5 5 23 30 181 4,542
ANCASH 17 24 83 54 407 14,656
HUANCAVELICA 5 6 19 13 182 9,953
APURIMAC 7 8 41 34 261 24,800
CUZCO 12 17 40 26 259 17,253
AREQUIPA 5 5 30 29 68 1,767
PUNO 13 20 43 60 317 18,344
JUNIN 8 8 58 37 243 13,531
HUANUCO 7 8 23 32 115 7,450
AYACUCHO 12 14 48 34 297 22,464
TACNA 2 4 12 10 47 2,931
MOQUEGUA 2 3 7 8 49 1,969
AMAZONAS 5 5 37 18 124 8,948
LIMA 6 6 41 29 150 11,366
PASCO 1 1 8 8 22 828
TOTAL 122 150 559 496 3,370 180,743

Fuente: Memoria Anual PRONAMACHCS, 1996 Ministerio de Agricultura Lima Perú 1997
CUADRO N° 02
PRINCIPALES LOGROS PRONAMACHCS -1996 OBRAS DE CONSERVACIÓN DE SUELOS SEGÚN TIPO DE OBRAS POR DEPARTAMENTOS

DEPARTAMENTO ANDENES TERRAZAS TERRAZAS DE ZANJ. DE INF. TOTAL ÁREAS CONTROL DEFENSAS MANEJO DE N° DE

CONST (ha) REHAB (ha) FORESTAL PASTOS (ha)


DE ABSORCIÓN FORM CCSS DE RIBEREÑAS PASTOS FAMILIAS

LENTA
(ha) (ha) CÁRCAVAS (mi) NATIVOS BENEF.

PIURA 20 615 (ha) 216 95 946 7 1,187

LAMBAYEQUE 169 38 207 470

CAJAMARCA 1 33 2,059 69 82 2,244 354 2,698 30 6,057

LA LIBERTAD 55 1,027 140 70 1,292 1,757

ANCASH 25 11 1,136 35 111 1,317 75 57 5,670

HUANCAVELICA 11 51 11 494 6 43 617 57 1,500 117 3,851

APURIMAC 145 167 1,064 239 194 1,809 25 9,595

CUSCO 31 70 1,728 346 604 2,779 2,332 159 6,675

AREQUIPA 74 393 16 78 43 14 619 141 4 683

PUNO 104 171 179 227 362 660 1,703 6,148 294 7,097

JUNIN 167 44 782 78 234 1,305 276 174 70 5,235

HUANUCO 46 475 37 45 604 18 2,882

AYACUCHO 1 68 291 850 813 188 2,212 8,691

TACNA 221 210 431 1,134

MOQUEGUA 2 343 103 159 23 27 657 445 2,346 18 762

AMAZONAS 8 1 123 11 22 166 1 460 8 3,462

LIMA 230 36 302 98 86 752 308 286 4,397

PASCO 1 42 1 44 320

TOTAL 413 1,843 1,084 11,333 2,554 2,475 19,702 10,155 7,178 1,073 69,925

FUENTE: EVALUACIÓN ANUAL 1996 DE AGENCIAS, PRONAMACHCS


CUADRO N° 03: VIVEROS FORESTALES POR PROYECTOS Y DEPARTAMENTOS
CAMPAÑA 96-97
PROYECTOS TOTAL
DEPARTAMENTO REFORESTACIÓN ALTURA FEMAP VIVEROS
S COMUNALE PERMANENTE COMUNALE PERMANENTE COMUNALE PERMANENTE COMUNALE PERMANENTE
S S S S S S S S
PIURA 73 1 73 1
LAMBAYEQUE 34 1 34 1
LA LIBERTAD 125 3 71 2 196 5
ANCASH 183 2 63 159 405 2
LIMA 53 3 28 81 3
PASCO 5 5 0
AREQUIPA 60 60 0
AYACUCHO 175 6 40 58 273 6
APURIMAC 146 2 51 22 219 2
CAJAMARCA 162 5 98 216 6 476 11
CUSCO 75 2 60 1 99 234 3
HUANCAVELICA 61 6 63 1 68 192 7
JUNIN 112 3 73 62 247 3
MOQUEGUA 17 1 29 46 1
PUNO 50 1 50 50 150 1
TACNA 21 20 1 41 1
AMAZONAS 64 4 64 4
HUANUCO 108 108 0
TOTAL 1,464 40 597 4 843 7 2,904 51

FUENTE: EVALUACIÓN ANUAL 1996 DE AGENCIAS PRONAMACHCS


En el cuadro 3, se constata el tremendo avance que significó la integración de diferentes
proyectos forestales como el de FAO-Holanda, haciéndose 2,904 viveros forestales bajo
diversas formas de forestería que enriqueció el trabajo del PRONAMACHCS.

Es desde precisamente 1996, que la lucha contra la pobreza se convirtió en una digna meta a
seguir, que diversas instituciones internacionales, se interesaron en el inmenso trabajo del
PRONAMACHCS, para tomarlo como punto de partida institucional, como fue el caso del
Banco Mundial, que se intentó, integrar las tecnologías conservacionistas con las
productivistas, potenciar los comités de microcuencas para reforzar la participación de los
agricultores y ganaderos andinos de las partes altas de las cuencas andinas y agregar la
parte del desarrollo de la agroindustria y ganadería intensiva.

Se crearon los llamados proyectos de Manejo Intensivo de Microcuencas Alto Andinas


MIMAS, que agregaron el elemento productivo y empresarial a lo que hacía PRONAMACHS
y aumentaron la cantidad y la calidad de los canales de riego y cultivos. De este modo hubo
semilleros de cultivos con sus almacenes, cobertizos para los animales. A fin de que les
llevara forrajes andinos, multiplicación de pequeñas empresas de derivados de leche, textiles
y artesanías.

Este proceso duró hasta el 2003 y hubo un desencuentro entre PRONAMACHCS y el Banco
Mundial, que hizo se separarán y que este tipo de convenio fuera sustituido por la
Cooperación Japonesa a través de la entidad promotora oficial JICA, generándose los
llamados proyectos del Banco Internacional de Cooperación del Japón, JVIC1, JVIC2 y
JVIC3.

Todos los cuales tuvieron el mismo sesgo integrador desde el cuidado de los recursos
naturales hasta la llegada al mercado, con el fin de elevar la calidad de vida del poblador
andino de las partes altas, donde se concentraba la pobreza extrema y no extrema del Perú.

Los resultados fueron elogiables como vemos en una evaluación que se hizo en el 2006,
concluida sistemáticamente en el 2009, por una consultora japonesa, contratada por el JICA,
como vemos en el cuadro 4.

Sin embargo, es de acotarse dos hechos fundamentales que disminuyeron la eficacia del
PRONAMACHS. Se crearon con estos dos proyectos dos vías de trabajo del
PRONAMACHCS, el programa regular y el programa con ayuda externa como MIMAS y
JVICS.

Todo ello, debido a la crisis económica de 1998-2001, la incomprensión del presidente


Toledo de este programa, viéndolo con ojos más de lucha contra la pobreza y desarrollo
rural, que como gestión de cuencas, más aun con la duda que había servido para las
campañas electorales de Fujimori y finalmente a las limitaciones del Gobierno de Alan
García que también lo vio como un programa de lucha contra la pobreza:
Todos recortaron el presupuesto del programa regular y solo se centraron en los proyectos
con ayuda externa, circunscrito a microcuencas específicas, a diferencia del regular de larga
y grande dimensión.

El programa regular llegaba a la amplia mayoría de provincias y distritos de las partes altas
de las cuencas andinas y el programa con ayuda externa a microcuenca restringidas. El
programa regular restringió al máximo su trabajo y los de ayuda externa fueron también
disminuyendo, el Banco Mundial por su desentendimiento con el PRONAMACHCS y el JVIC
3, por los terremotos del Japón y la crisis financiera internacional del 2009 y 2012, que
restringieron sus aportes.

Además, la competencia de los programas de ayuda externa era muy dura para los
ingenieros y técnicos de campo, mientras ellos daban incentivos modestos, los programas de
ayuda externa tenían enormes incentivos en objetos de mayor dimensión, como la pequeña
maquinaria agroindustrial, plantones, en algunos lugares, sueldos y otros.

La importancia que le dio PRONAMAHCS en sus inicios a que los habitantes rurales se
interesaran más por los resultados productivos y ecológicos de los trabajo de cuidado de
cuencas, fue perdiendo fuera a cambio de los incentivos, sobre todo en los proyectos del
MIMA y JVIC. Finalmente, esto fue tremendamente peligroso y limitante porque una vez que
los proyectos terminaran, los habitantes rurales no aseguraban la continuidad y consistencia
de los trabajos realizados.

La facilidad de entregar incentivos, dejando de lado las diversas formas de motivación,


creación de consciencia, organización y conversión del mito ecológicos, tuvo un sesgo
limitantes en el desarrollo del capital humano de estas microcuencas.

Aun así, es cierto que la cobertura y el financiamiento del PRONAMACHS con los MIMAS y
los JVICs se elevó considerablemente con los resultados que se pueden observar en el cuadro
4, que se ha señalado.
Cuadro 4: AMBITO DE COBERTURA DE ATENCIÓN DEL PRONAMACHCS

N° DE
N° DE N° DE N° DE N° DE FAM.
DEPARTAMENT ORG.
AGENCIA PROVIN DISTRITO MICRO BENE
OS CAM
S C. S C. F.
P.
PIURA 2 3 12 23 137 5,936
LAMBAYEQUE 1 1 1 4 25 830
CAJAMARCA 11 11 76 96 805 22,362
LA LIBERTAD 7 7 43 58 337 10,844
ANCASH 16 18 107 83 572 16,769
HUANCAVELICA 7 7 67 51 291 8,239
APURIMAC 7 7 54 40 272 10,587
CUZCO 12 14 73 59 447 24,472
AREQUIPA 5 5 43 40 134 5,829
PUNO 13 12 59 82 387 16,916
JUNIN 7 8 47 33 208 7,176
HUANUCO 9 10 58 66 311 8,282
PASCO 2 2 19 17 103 2,647
AYACUCHO 11 11 80 63 510 16,294
TACNA 2 4 16 8 52 1,762
MOQUEGUA 2 2 9 10 65 2,014
AMAZONAS 5 7 55 34 192 5,017
LIMA 6 6 72 48 177 8,948
TOTAL 125 135 891 815 5,025 174,58
0
Fuente: PRONAMCHACS, MINAG Lima 2005. Extraído de conferencia de Pablo
Sánchez sobre PRONAMACHCS

Con el programa regular y los MIMAS, se llegó a 174,580 familias, lo que superó las metas
anteriores.

La gran pregunta es qué pasó con PRONAMACHCS, que finalmente en lugar seguir
potenciándose en forma independiente, se integro a otra institución, como el AGRORURAL,
cuyo fin era la promoción del mercado y el desarrollo rural. La respuesta no es tan compleja
como parece, se podría formular cinco razones, para su investigación definitiva.

La primera es la confusión del PRONAMACHCS, por parte del Gobierno de Alan García de
que era un programa de lucha contra la pobreza y su poca conciencia de la urgente necesidad
del fortalecimiento de un programa de gestión de cuencas, necesario no solo a los pobres de
las partes altas sino a toda la población peruana de todas las partes de las cuencas andinas,

Especialmente de las poblaciones de las partes bajas de las cuencas andinas donde vive la
mayor parte de la población peruana para asegurar, agua, en cantidad y calidad para consumo
domestico, para la agricultura sea de mercado nacional o para la exportación, para las
industrias e incluso para las actividades extractivas.

Asimismo, disminuir la potencialidad y agresividad de los desastres naturales como los


huaycos, deslizamientos o aludes que afectan cada vez más a las partes medias y bajas de las
cuencas andinas como Chosica de la cuenca del río Rímac, una de las cuencas principales de
Lima y en una cantidad enorme de lugares, especialmente en los fatídicos meses de Febrero,
Marzo y de todos los años. Para nuestra seguridad alimentaria, para la mejora de nuestros
microclimas y climas que también benefician a todos y no solo a los pobres.

Obviamente, que se le añada la lucha contra la pobreza, no deja de ser atractivo para las
sociedades y Estados andinos, a favor de una población que hace tantos siglos fue dejada de
lado en los países andinos y que recibe solo un modesto apoyo y que en el caso de
PRONAMACHCS, se le brindó un real estimulo y presencia del estado en el campo,
aspiración de todos los sectores que piensan en los países andinos.

Sin embargo, el gobierno de Alan García al haberse confundido y encontrarse en ese


entonces, 2006-2010, en una efectiva racionalización de los programas de lucha contra la
pobreza, que es cierto, repetían y hasta duplicaban los esfuerzos, entonces, colocó el trabajo
del PRONAMCHCS en Agro Rural, el cual, fomenta el desarrollo rural, especialmente a una
mayor integración ventajosa de los pequeños agricultores en el mercado.

La segunda razón es el PRONAMACHCS mismo y la forma cómo lo concibieron los


diferentes gobiernos. Si bien, el gobierno del Presidente Fujimori le cabe el tremendo mérito
de haber impulsado el PRONAMACHS, con relativo éxito, cometió el tremendo error de
utilizar a los ingenieros de campo y a los campesinos tanto para su campaña electoral de 1996
como la del 2000.

Ello generó una respuesta del gobierno próximo que fue el del Gobierno del presidente
Toledo, 2002 – 2006 que despidió a más de 200 ingenieros de campo, por haber colaborado
en las campañas electorales y a cambio puso en su lugar contadores, abogados, profesores de
colegio, etc.
Disminuyendo notablemente la calidad del servicio técnico y por tanto del aporte del propio
PRONAMACHCS, tanto en la gestión de cuencas como en la propia lucha contra la pobreza.
Este suceso le hizo perder fuerza y legitimidad al PRONAMACHS en la población, que ante
la arremetida de considerarlo, solo como un programa de lucha contra la pobreza, no estuvo
en condiciones de plantear con convicción y seguridad los verdaderos objetivos de un
programa como el de PRONAMACHCS, que iba más allá de la lucha contra la pobreza.

En la evaluación que se hicimos en 1996 como en el 2006, se constató que esta colaboración
de los ingenieros y técnicos de campo en las campañas electorales del Presidente Fujimori, si
bien se hicieron efectivas, solo se daban unos meses antes de las elecciones y no contaba con
la anuencia de los ingenieros de campo. Los ingenieros y técnicos de campo y campesinos
más conscientes, señalaron que colaboraron con las campañas electorales para conservar su
trabajo y con la esperanza que un nuevo gobierno del presidente Fujimori iba a darle
continuidad al programa, mostrando su rechazo a que les utilice tanto a ellos como a los
campesinos, porque por unos meses se tergiversaba su trabajo, llevando volantes y toda clase
de propaganda, sin abocarse a realizar avances significativos en sus metas.

Los menos conscientes, consideraban el apoyo electoral como una posibilidad de lograr
ascenso y estabilidad laboral. Pese a ello, pasaban las elecciones y el trabajo efectivo del
PRONAMACHCS continuaba, el daño era solo coyuntural aunque en la práctica se convirtió
en estructural por la errónea percepción exagerada que PRONAMACHCS solo se dedicaba a
apoyar las elecciones.

La tercera razón, ya se ha mencionado, fue la pérdida de eficacia del PRONAMACHCS, al


disminuir el programa regular a favor de los programas financiados por el Banco Mundial y el
JICA, que se convirtieron en los ideales a perseguir y por su enorme financiamiento, con
importantes incentivos, que hacía fácil aunque peligrosa la aceptación de los habitantes
andinos. Sin embargo, estos programas súper financiados, comenzaron a disminuir, al
retirarse primero el Banco Mundial y al disminuir el aporte del JICA, posteriormente. Al
constatarse la disminución del apoyo externo y para remate, frente a la afrenta que significaba
la pérdida de personal y la capacitación, durante varios años, las condiciones de respuesta del
PRONAMACHCS, disminuyeron significativamente.

La cuarta razón, fue los celos institucionales que se generó tanto en las instituciones públicas,
como las privadas como ONGs y otras. La abrumadora presencia del PRONAMCHCS en el
campo, quitaba cada vez más espacio a las otras instituciones. El tremendo apoyo de los
gobiernos, aunque errático, como se ha descrito, y la ayuda internacional, hizo que el
PRONAMACHCS, acaparara muchas microcuencas y distritos andinos. En este caso, también
el PRONAMACHCS, cometió un error de sectarismo, que al verse fuerte en lugar de integrar
en su trabajo, las desconocía y hasta combatía. Esto no fue tan general, si lo hizo en un sector
de microcuencas meritoriamente, como fue el caso de las microcuencas del Distrito de la
Encañada en el proyecto llamado PIDAE, donde PRONAMACHCS, ponía el área conservada
y la forestación, la ONG ASPAREDUC, las semillas, el tratamiento de los cultivos y la pos
cosecha y la ONG ITDG, la agroindustria y el municipio la carretera a la ciudad para que todo
llegue a buen puerto.36

Los celos institucionales condujeron a que se exagerara los errores del PRONAMACHS y
esta institución perdiera legitimidad, que con los embates de Toledo y Alan García, no lo
encontraron en una posición de poder como para evitar este error histórico del Estado y
Sociedad Peruana de integrar al PRONAMACHCS dentro de AGRO RURAL y minimizar su
radio de acción, salvo proyectos específicos. La quinta razón se encuentra en la evolución de
la sociedad peruana, la migración masiva de la población andina de las partes altas de las
cuencas andinas, por su afán de progreso en las ciudades de la costa e interandinas y el
abandono del Estado, 1940 hasta la actualidad; agudizada por el terrorismo donde el
desplazamiento de la población de las partes altas, para salvarse de la balas fue enorme 1983 -
1993.

36
Proyecto PIDAE. La Encañada. Caminos hacia la Sostenibilidad. ASPAREDUC-CONDESAN-CIP, Fondo
Perú Canadá, Cajamarca 1995.
Y si a eso se le añade, otra motivación destacada por las investigaciones de Alfaro 37 y Teófilo
Altamirano38, que son las migraciones por cambio climático, que la sobrellevan estas
poblaciones de las partes altas de las cuencas andinas, teniendo un aumento de las heladas,
una cada mayor escases del agua, la agudización de los huaycos y deslizamientos, la pérdida
de sus nevados y la misma ausencia de la presencia de instituciones promotoras, salvo
proyectos puntuales en microcuencas puntuales.

Esta migración ha traído como consecuencia que se haya despoblado el campo andino,
debilitado las comunidades campesinas y haya disminuido el espíritu en los pobladores que
quedan más niños y personas de la tercera edad, que adultos con capacidad para ser incluidos
en los tremendos trabajos de cuidado de la cuencas, que merece una respuesta, porque todas
nuestras cuencas dependen en su felicidad de lo que se haga en las partes altas de las cuencas
andinas. Con este factor en contra, los trabajos del programa regular se hicieron más difíciles,
más todavía si los altamente financiados, tendieron a disminuir su apoyo y la débil oposición
final a la pérdida de su autonomía e integración a AGRORURAL, no se dejó esperar.

Es importante concluir esta parte del texto, con lo avanzado por parte del PRONAMACHCS,
en el 2009, y que la institución prácticamente como último intento de subsistir, presenta al
congreso de la República, una propuesta de financiamiento y continuidad, que rebela la
dimensión que adquirió PRONAMACHCS en su parte final de su existencia. Se había llegado
a 125 provincias, 938 distritos, 809 microcuencas; a 5,557 organizaciones campesinas y a
137, 399 familias campesinas. No existe en la historia del Estado Peruano, una institución
pública que le haya sido posible tener el impacto y relevancia que tuvo PRONAMAHCS en
las partes altas de las cuencas andinas. Finalmente, en este capítulo de la evolución del
PRONAMACHCS, como una continuidad, se quiere resaltar la evolución orgánica por la que
pasa esta institución. Se inició con un equipo muldisciplinario que dirigió la institución, 1981-
1992, posteriormente cuando se integra a la estructura del estado a las direcciones comparta
mentalizadas de conservación de suelos, infraestructura rural, forestación y pasturas
1993.2002. Para finalmente adoptar la figura empresarial de las gerencias como vemos en el
gráfico 1 2002-2006.
La mejor época de dirección fue la del equipo multidisplinario, que potenció la dirección
colectiva y altamente especializada y interdisciplinaria de la dirección, frente a la
compartamentalizadas de las direcciones y gerencias, demasiado sesgada a la ejecución y no a
la innovación y al sentido plural de la dirección del PRONAMACHCS .

37
Alfaro Moreno, Julio César. Conflictos, Gestión del Agua y Cambio Climático, ITDG Soluciones Prácticas –
Unión Europea, número 8 de la colección Cambio Climático y pobreza, Lima Perú 2008.
38
Altamirano Rúa, Teófilo. Refugiados Ambientales, Fondo Editorial PUCP, Lima 2014.
GRAFICO N° 1 ORGANIGRAMA PRONAMACHS 2007 - 2008

CONSEJO GERENCIA
CONSULTIVO GENERAL

OFICINA DE
AUDITORIA
INTERNA

GERENCIA DE GERENCIA DE
ADMINISTRACIÓN PLANEAMIENTO

Unidad de Unidad de Unidad de Unidad de


Unidad de Unidad de
Recursos Contabilidad y Programas y informática y
Logística Presupuesto
Humanos Tesorería Proyectos monitoreo

OFICINA DE
ASESORÍA LEGAL

Gerencia manejo de Gerencia de Gerencia de


recursos naturales producción y Organización y
y cambio climático transformación Gestión e
agraria Microcuencas

Subgerencia de Subgerencia de Subgerencia de Subgerencia de Subgerencia de Subgerencia de


Subgerencia de
conservación de forestería y obras rurales y Producción Gestión de Capacitación y
Agronegocios
suelos cambio climático de riego Agraria Cuencas Difusión

Gerencias Departamentales

Agencias Zonales

Memoria Institucional 2007


Elaboración Propia
Cuadro 5: Cobertura y beneficiarios por área geográfica (2007)
Nº DE Nº DE Nº DE ORG. Nº DE FAMILIAS
DEPARTAMENTOS Nº DE MICROCUENCAS
PROVINCIAS DISTRITOS CAMPESINAS BENEFICIARIAS

AMAZONAS 5 36 20 89 1,513
ANCASH 16 87 81 432 11,822
APURIMAC 7 70 45 331 12,585
AREQUIPA 5 56 43 212 5,362
AYACUCHO 11 88 67 615 16,056
CAJAMARCA 11 75 89 651 14,650
CUSCO 13 85 75 492 18,424
HUANCAVELICA 7 77 55 655 11,356
HUANUCO 9 50 54 260 5,607
JUNIN 7 58 34 215 4,548
LA LIBERTAD 7 45 54 344 8,070
LAMBAYEQUE 1 1 6 38 1,022
LIMA 5 65 40 159 6,850
MOQUEGUA 2 13 9 76 1,534
PASCO 2 21 20 132 2,028
PIURA 2 13 25 158 4,131
PUNO 13 85 86 621 11,040
TACNA 2 13 6 77 801

TOTAL 125 938 809 5,557 137,399


Inversión per cápita: S/. 940 por familia/año 58% Quintil 1 y 36 % Quintil 2 y 6 % en Quintil 3
Habiendo puesto algunos insumos para entender la evolución del PRONAMCHACS, nos
enfocaremos a situar las etapas, por la que ha pasado este proyecto y sus lecciones. Por
estrategia de exposición, se hace primero un resumen de cada etapa y después se desarrolla
ampliamente cada etapa por separado para una mayor especificación de la trascendencia
de este programa, aprendiendo no solo de los éxitos y logros sino también de sus errores y
limitaciones.

II SEGUNDA SESIÓN: SISTEMATIZACIÓN DE LA EXPERIENCIA DE


PRONAMACHCS Y SUS LECCIONES PARA UN PROGRAMA DE GESTIÓN
DE LAS CUENCAS ANDINAS

2.0 Sistematización de la primera experiencia de gestión de Cuencas en el Perú:


PRONAMACHCS

Habiéndose creado legalmente PRONAMACHS, se tuvo 28 años de una importante


trayectoria, (1981-2009) con varias etapas en su evolución, generando una multiplicidad de
lecciones aprendidas que todo futuro programa deberá tomar en cuenta.

Se ha identificado tres grandes etapas en el desarrollo de PRONAMACHCS, que tomaremos


en cuenta para la sistematización de esta experiencia, analizando cada una por separado,
dada la especificidad de cada etapa con sus propios recursos financieros, personal, métodos
de promoción, metas y dinámica de trabajo, circunstancia externas, políticas agrarias y
concepción de cuencas.

2.1 Síntesis de La primera etapa: Agronómica 1981-2003 y algunas lecciones obtenidas

Se otorgó bastante importancia las técnicas de conservación aguas y suelos en las


microcuencas, a interesar los agricultores andinos en adoptar técnicas conservacionistas no
solo para proteger de la erosión de sus áreas agrícolas sino también para mejorar su
productividad. Complementariamente, a promover las técnicas de conservación de pastizales
y forestales con las mismas técnicas conservacionistas.

Inicialmente, 1981-1982, se pensó en que la difusión de las técnicas estaría a cargo de las
instituciones de promoción agropecuaria ya formadas, sin tener un área de promoción
propia y el programa tendría como misión solo capacitar a los ingenieros y técnicos de
campo de otras instituciones públicas y privadas, para que realicen los trabajos de
conservación de suelos. Posteriormente, 1983.2003, se constató que fue imposible animar a
las instituciones solo con cursos y talleres, había que tener un área importante de promoción
propia, para sobre esa base, coordinar con otras instituciones para que se interesen en
difundir las prácticas conservacionistas.

Posteriormente hacer un trabajo conjunto con las instituciones a través de comités


interinstitucionales primero y comités de gestión de microcuencas, después. Esta etapa
termina con la incorporación del personal y técnicos del convenio FAO Holanda para
promover en mayor medida la forestación y reforestación de los andes acompañando a las
técnicas de conservación de suelos.
Esta etapa, tuvo su énfasis en la conservación de aguas y suelos, por considerar que el
recurso agua es el hilo conductor de las partes altas de las cuencas andinas, cuya principal
fuente, se encuentra, en recoger el agua de lluvia, con la instalación de terrazas de banco y
zanjas de infiltración, con el financiamiento y asesoramiento del AID 1981.1987.

Posteriormente se promovieron terrazas de formación lenta ante el rechazo de los


campesinos a las terrazas de absorción, que demandaba mayor mano de obra que ya no
contaban las comunidades campesinas con la migración. Asimismo, con la instalación de
acequias o zanjas de infiltración para favorecer la acumulación de agua en las laderas, a
favor del crecimiento de árboles y pastizales.

De esto modo tenemos las cuatro primeras grandes lecciones que obtuvo PRONAMACHCS:

PRIMERA LECCIÓN: No se puede promover a las otras instituciones afines al


cuidado de las cuencas solo capacitando acerca de cómo instalar las tecnologías
conservacionistas, sino que había que demostrar en la práctica que si se podría redibujar las
laderas andinas, con el concurso de los ingenieros y técnicos y los habitantes rurales
organizados para dicho fin. El impacto tendría que abarcar por lo menos una diversidad de
microcuencas, para que tenga un efecto de demostración de la viabilidad física, social y
cultural de dichos trabajos.

SEGUNDA LECCIÒN: Que no se puede tener como óptimas, anteladamente,


determinadas técnicas conservacionistas, que fueron probados en otros contextos físicos,
socioeconómicos y culturales y no necesariamente en nuestro país, diverso y accidentado,
pluricultural y con alta despoblación por migración. Las técnicas foráneas podrían haber
ocasionado un buen impacto, aunque no en las laderas andinas, complejas y diversas.

El caso más emblemático fue la instalación de las terrazas de formación directa o de banco,
que requerían mucha mano de obra para un ande que con las migraciones eventuales y
permanentes se habían despoblado; para un ande que no aceptaba que la parte de las
terrazas fueran angostas porque tendrían que dejar sus yuntas, que para ellos eran un salto
en su progreso, frente al simple pico y palo para hacer sus surcos y que implicaban un
tiempo de trabajo mayor, cuando los habitantes rurales se dedicaban a un sinnúmero de
actividades agropecuarias y sobre todo no agropecuarias para subsistir.

Así también, estas terrazas de banco propuestas inicialmente tenían talud de pastos en lugar
del muro de piedra clásico de los antepasados andinos, lo que comparando también les traía
problemas, porque el muro de piedra conserva el calor del sol del día y lo proyecta en la
noche en los suelos, poniéndolos en mejores condiciones para recibir las heladas, fenómeno
natural, que ellos lo ven devastador.

TERCERA LECCIÓN: Que si se trata de promover las prácticas de conservación de


aguas y suelos, habría que trabajar con las otras instituciones para haya una promoción de
dichas prácticas, en forma masiva y no aislada: por ello se formaron los comités
interinstitucionales de conservación de suelos y aguas.
Se consideraba que lo principal de esta etapa consistía en animar a los habitantes andinos,
mediante el impacto productivo de sus cultivos, árboles y pastizales con el concurso de las
técnicas conservacionistas.

Por tanto, se prestó mucha importancia a los métodos de promoción y animación y a


considerar a los condicionantes sociales y culturales en que se encontraban los campesinos
andinos como un eje explicativo de su elección para elegir determinadas prácticas
conservacionistas.
CUARTA LECCIÓN: Era entonces, de suma importancia instalar en las propias parcelas,
áreas de conservación, al lado de áreas no conservadas para que los cultivadores se den
cuenta en la práctica, respecto a los beneficios de las prácticas conservacionistas sobre las
prácticas que ellos hacían o tratar de llegar a una síntesis entre ambas. La promoción y el
gasto en incentivos fue muy discreto y no hubo mayores inversiones en infraestructura
hidráulica.

Es de destacar, en esta etapa, la importancia de los Ingenieros Agrónomos, tanto en la


jefatura del programa, como en los extensionistas contratados. Así también que cuando se
inicio el programa fue un Programa Nacional de Conservación de Suelos 1981-1987 y que
desde 1988 se convirtió formalmente en Programa Nacional de Manejo de Cuencas
Hidrográficas PRONAMACHS. Este programa fue encargado al programa de suelos
existente, que prosiguió sus mismas prácticas hasta 1992, porque careció de financiamiento
para elevar su enfoque hacia un programa más complejo de cuencas, como si lo hizo en la
segunda etapa, en la que si tuvo un importante financiamiento, pasando de 1 millón de soles
en 1989 a 62 millones de soles en el 2002, ampliando significativamente el área de trabajo.

Dado el sistema organizativo optado por PRONAMACHCS, se empezó desde sus inicios,
1981 – 1997 con un equipo directivo de diferentes profesionales, que representaban las
actividades desarrolladas por el PRONAMACHCS: Un ingeniero en Conservación de Suelos,
Un ingeniero forestal, un ingeniero especialista en pastos, un sociólogo, un ingeniero
agrícola y un economista. Lo importante era la combinación de las disciplinas y las
propuestas innovadoras, cada año, recogiendo los aportes de los ingenieros de campo y los
promotores campesinos.

Posteriormente, en 1998 a partir de estas actividades se establecieron direcciones de línea


que se consolidó hasta el 2002: conservación de suelos, forestales, pastos y de promoción,
capacitación y comunicaciones. Para la etapa experimental estas direcciones fueron
pertinentes, cuando se complejizó el programa, hubo un cambio que veremos en la siguiente
etapa.

2.2 Síntesis de la segunda etapa: Agrícola 1992-2001 y algunas lecciones obtenidas

Cuando hubo un cambio de gobierno, efectivamente se pasó de un programa reducido a la


conservación de aguas y suelos a uno que tuviera algunos componentes propios de un
programa promotor de un manejo integral de cuencas. El añadido más destacado que se
promovió primero fue la construcción de una pequeña infraestructura hidráulica que
potenciara productivamente las áreas conservadas mediante las prácticas conservacionistas
o para las áreas no conservadas. Para ello, se exigió un diagnóstico de las cuencas a
conservar, poniendo por delante un balance hídrico que diera lugar a la multiplicación de
pequeños proyectos de riego y las diversas prácticas conservacionistas y se sentaran las
condiciones para un desarrollo agro industrial.

El énfasis en la infraestructura hidráulica se debió a dos razones:

- La primera razón: El hecho que se partiera solo de áreas conservadas, a través de la


puesta en práctica de tecnologías conservacionistas para captar el agua de lluvia tuvo
limitado impacto “a los ojos de los agricultores” y sobre todo en el bienestar de los
agricultores y en los ingresos campesinos y en el interés de parte de ellos, para
extender en forma masiva las mismas prácticas conservacionistas, en la medida que la
temporada intensa de lluvias solo se reduce a tres meses en las montañas andinas. Si
bien, las prácticas conservacionistas tienden a aumentar, en forma importante, la
productividad de los suelos, porque captan mejor el agua de lluvia o de riego, este
fenómeno ante los ojos de los campesinos no era tan evidente, salvo con las parcelas de
comprobación, que se fueron abandonando en esta etapa.

El tremendo esfuerzo de instalar terrazas de formación directa y después de formación


lenta no se justificaba ante sus ojos, teniendo solo una cosecha al año, a diferencia del
riego que garantiza dos o más cosechas.

Si bien es cierto, como se demostró, en forma contundente, en un texto que fue expuesto
en varios eventos regionales y uno nacional, existe un impacto de las prácticas
conservacionistas, en el aumento de la productividad del suelo e incluso de su área de
tierras utilizable y de sus ingresos, tal como lo demostramos tanto en un artículo
publicado por el Seminario Permanente de Investigación Agraria SEPIA I 39, así como
en una ponencia escrita sustentada, en Bangkok Tailandia en la Quinta Conferencia
Internacional de la Conservación de Suelos, publicada en 198840.

Este impacto solo es demostrable, en forma práctica, con las parcelas de comprobación
y como estas dejaron de usarse a golpe de 1989, cambiando el estímulo con los
llamados incentivos, sea en el obsequio de herramientas y alimentos. Y ciertamente el
impacto, aun así, es limitado, solo potenciable al disponer de agua todo el año, como
garantiza el riego, mediante pequeñas irrigaciones, combinada con riego por
aspersión.

- La segunda razón: La conducción del programa y ingenieros del programa, fue


trasladada de los ingenieros agrónomos hacia los ingenieros agrícolas en esta segunda
etapa, más tendientes y formados para apreciar la infraestructura hidráulica y dar

39
Alfaro Moreno, Julio César. Perú: El Problema Agrario en Debate SEPIA 1. Condicionamientos Sociales de la
Conservación de Suelos. 335 hasta 380, SEPIA, 1986.
40
Alfaro Moreno, Julio César. Farmer Income and Soil Conservation in the Peruvian Andes, International Soil
Conservation Organization, ISCO, volumen 2. 711 – 726, Departament of Land Development Ministry
Agriculture and Cooperatives, Bangkok 1989.
asesoramiento a favor de la colocación de dicha infraestructura agrícola como canales
y reservorios y en la instalación de riego por aspersión.

Esto tuvo que ver con el cambio del Gobierno, cuyos profesionales agrarios desde el
Presidente hasta el Ministro de Agricultura eran ingenieros agrícolas o agrónomos que
oficiaban como ingenieros agrícolas, como fue el caso del mismo presidente Fujimori.
Ellos tuvieron mucho peso en el Ministerio de Agricultura, desde 1993 al 2000.

Esta etapa concluyó con un nuevo ingrediente, al haberse aplicado un severo plan de
economía de libre mercado, en el período 1992-1996, este exigía como contrapeso una
importante política social, que compensara el fuerte apoyo que se estaba otorgando a los
empresarios privados medianos y grandes, los cuales, iniciaron una fuerte presencia en las
partes altas de las cuencas andinas, a través de las minas y las obras de infraestructura. Por
tanto, había que apoyar a los pequeños agricultores como parte de la luchas contra la
pobreza.

Es así, que el programa que tenía un fuerte énfasis en el manejo y gestión de los recursos
naturales, fue tomado por el Gobierno y los organismos internacionales, como una
institución de lucha contra la pobreza desde 1996.

Esto indujo a que el programa no solo incidiera en el manejo de los recursos naturales como
el agua y suelo, la forestación y la infraestructura hidráulica sino también en aspectos
productivos como el hecho de promover semillas mejoradas en los cultivos y colocar
cobertizos en favor de una nueva tecnología en la alimentación del ganado, el cual, se
comenzó a estabular frente a lo que era el pastoreo tradicional. Hubo dos experiencias
previas que animaron que se aceptara este cometido:

En este mismo sentido se llevó a cabo, el proyecto PIDAE aplicado en tres microcuencas del
distrito de la Encañada, ubicado en la cuenca del río Cajamarquillo, muy cerca de la ciudad
de la ciudad capital Cajamarca, que fue una alianza entre el PRONAMACHS, una ONG
ASPAREDUC y un organismo internacional ITDG. El PRONAMACH puso las áreas
conservadas y forestadas, el ASPAREDUC, las semillas y las labores agrícolas y la ITDG, el
molino para concluir en un desarrollo agroindustrial.

Así también, fue el caso de la microcuenca de Piuray en Cusco, que se inició con la
promoción de terrazas agrícolas, cuyo diseño tecnológico fue cambiado con un sesgo
intercultural, mitad piedra - mitad talud de pastos, fue combinado con una forestación
masiva y el concurso competitivo de diversas ONGs y el PRONAMACHCS, en una lucha
fratricida por la hegemonía de la conducción, con la idea clave de áreas de desarrollo y no
solo conservadas.

Posteriormente fueron las propias comunidades que impulsaron la formación de un comité


de gestión de microcuencas, que superara el límite de los comités interinstitucionales de la
primera etapa, concentrados en las instituciones y no en las comunidades, esforzándose en
que se pongan de acuerdo las instituciones promotoras con la presencia protagónica de ellos
y añadiendo un fuerte componente de potenciación agrícola (semillas, abonos, post cosecha y
agroindustrial) para obtener mayores ingresos. Esta experiencia también partía como el caso
de la Encañada del cuidado de los recursos naturales para desembocar en una mejor
ubicación en el mercado para obtener un mejor bienestar. Solo así se compensaba el haber
invertido en tanta mano de obra que suponen las prácticas conservacionistas, la forestación,
las pequeñas obras hidráulicas y la mejora de los pastizales para la ganadería.

De esta manera, al final de esta etapa, se abrieron las condiciones para que se promoviera
proyectos de mayor alcance que relacionaran la conservación y multiplicación o cuidado de
los recursos naturales con los mecanismos del mercado, fomentando la participación de los
actores sociales, través de los proyectos de Manejo Intensivo de Microcuencas Altoandinas
MIMAS, asesoradas y financiadas por el Banco Mundial, dentro de su programa de Alivio a
la Pobreza, que a su vez contó con el apoyo posterior desde el 2000 de la cooperación
técnica Japonesa JICA, a través de sus proyecto JVIC 1, 2 y 3.

Pese a estos avances, los MIMAS, tanto los apoyados por el Banco Mundial como por el
JICA, el programa regular general siguió desarrollando su trabajo, tal como es lo típico de
esta etapa. El programa regular se mantuvo, sin que necesariamente se limite ante la
presencia del primer proyecto integral de alivio a la pobreza, apoyado por el Banco
Mundial.

La QUINTA LECCIÓN: Si no se vincula la conservación de los recursos naturales con los


mecanismos del mercado y la obtención de cambios en los ingresos campesinos y el los
servicios básicos como los NBI, Necesidades Básicas Insatisfechas, no se asegura la
continuidad y masificación del cuidado de las cuencas.

Por ello, la colocación de la pequeña infraestructura hidráulica y los primeros MIMAS


fueron un avance de animación y de aceptación del PRONAMACHCS en las partes altas de
las cuencas andinas, de tal manera que abarcó todas las provincias del Perú que se ubicaban
en dichas partes altas.

2.3 Síntesis de la tercera Etapa: Desarrollista 2002 y algunas lecciones más obtenidas

Con la experiencias previas como el proyecto PIDAE y la microcuenca de la laguna de


PIURAY y sobre todo con el proyecto de Mitigación de la pobreza apoyado por el Banco
Mundial y del JVIC1 y 2, que incidían en la parte productiva y la mejoría en los ingresos
campesinos, se consolidó la idea de que dado el interés de que se apoyara al campesinado,
para que superara la pobreza, era dable e indispensable. Incidir en que la gestión de cuencas
se conectara con el desarrollo, incentivándose en la formación de pequeñas empresas de
derivados de leches, textiles, etc. Y se generarán organismos de microcuencas con el fin de
conducir el desarrollo rural, que sobrepasaran los límites de la gestión de cuencas.

Esta tendencia dio pie para que en el 2003 se formara una comisión que le diera a la gestión
de cuencas una orientación desarrollista. Incluso se cambiara la dirección o administración
del programa, en base a gerencias de Conservación de Suelos, infraestructura rural,
forestación y desarrollo productivo, siendo la gerencia productiva la que comenzó a adquirir
gran importancia. Y que la misma parte agrícola y forestal tengan un sentido de mercado
más que la conservación de los recursos naturales. De allí que se planteó que los campesinos
explotaran los árboles con fines de venta de madera y que se reforzara el riego en un sentido
mercantil, es decir que conectara a cultivos rentables y que la infraestructura fuera mejorada
con un sentido más productivo. Esta fue la visión que tuvo el sucesor financiero de los
proyectos desarrollistas que fue el JICA, sobre todo desde el JICA 2 y 3 que amplio primero
y sustituyó después al Banco Mundial, es decir la cooperación Japonesa que apoyó al
PRONAMACHS, sus últimos años de vida como proyecto independiente.

Interesándose más en la producción y los ingresos campesinos que en el manejo de los


recursos naturales, que nunca dejo de ser un ingrediente, aunque cada vez más minimizado.

El último proyecto de PRONAMACHCS, apoyado inicialmente por el JICA fue precisamente


uno más agresivo de infraestructura hidráulica, el cual, fue mermado por los problemas
financieros que fueron creados tanto por el terremoto de Japón como por las dos crisis
financieras internacionales 2009 y 2012.

Con esta experiencia, queda la reflexión sobre si la gestión de cuenca deberá ser dependiente
del desarrollo rural de las partes altas, porque dicho cometido persigue fines más amplios,
que beneficiar únicamente a la población pobre de las partes altas de las cuencas sino
también a la población de toda la cuenca, en especial a las partes bajas, donde se encuentra
la mayor parte de la población que requiere de un volumen hídrico considerable en sus
ciudades, sea para consumo doméstico, industrial, agrario u otros. Así también las partes
medias y bajas están interesadas en su seguridad frente a los desastres naturales que ocurren
sobre todo en los tres meses de mayor precipitación pluvial en las laderas andinas.

Las mismas ciudades que se encuentra en los valles de las parte altas, con una gestión de
cuencas, pueden tener efectos benéficos más allá de la superación de la pobreza de los
campesinos de las laderas, es decir, mitiga o evita los desastres naturales, dispone de un
volumen hídrico a favor del consumo doméstico de dichas ciudades, se dispone de una
dotación del líquido elemento de la agricultura, ganadería y agroindustria de dichos valles y
se genera mejores microclimas en los mismos, a favor de la población que tiende a crecer
notablemente en dichos lugares.

De esta manera se tuvo como un gran reto, hasta que punto imposible, a los promotores de la
gestión de cuencas, que sin descuidar el cuidado de los recursos naturales de toda la cuenca,
al mismo tiempo se beneficie productivamente y pecuniariamente a las partes altas de la
cuencas con fines de superación de la pobreza.

SEXTA LECCIÓN: La nota fundamental de esta época fue que PRONAMACHS, concentró
todas sus energías en llevar a cabo, los MIMAS y los JVICS vinculados a los programas de
luchas contra la pobreza, dejando de lado, poco a poco, a las instancias organizativas del
PRONAMACHS que no tenían financiamiento especial, disminuyendo notablemente su ritmo
y dinámica. Todo el trabajo regular se redujo al mantenimiento de lo realizado o máximo
una lenta ampliación de lo avanzado.

La confusión de los fines de PRONAMACHCS, con respecto a la lucha contra la pobreza,


trajo consigo que el gobierno del Presidente Alán García, lo confundiera al
PRONAMACHCS como un organismo dentro de esta lucha contra la pobreza y al tratar de
reducir el número cuantioso de los programas de lucha contra pobreza se lo integró a otro
organismo vinculado a los mecanismos del mercado y de apoyo a la producción como es
AGRORURAL, integrando la labor que hacía PRONAMACHCS con lo que hace AGRO
RURAL, con las ventajas y desventajas que esta situación trajo.
Lo real que esta etapa desarrollista desembocó en la desaparición del mismo
PRONAMACHS al ingresar a otra instancia del Ministerio de Agricultura, como es Agro
Rural más interesada en promover el desarrollo rural que la propia gestión de cuencas.

3.0 Sistematización ampliada de la primera etapa agronómica: 1981- 1992

3.1 Condicionantes sociales de los agricultores andinos, promovidos por


PRONAMACHS para aceptar técnicas conservacionistas en la década de los
ochenta.

Una de las inquietudes de este programa fue identificar las variables económicas, sociales y
culturales que influyen en los agricultores y ganaderos para conservar sus suelos y su
cobertura vegetal, trazándose una línea de investigación al respecto.

El método de comunicación escogido por este Programa Nacional de Manejo de Cuencas y


Conservación de Suelos, en sus siete primeros años, que se prolongaron hasta el 2002, fue
el de fomentar la participación de los agricultores en la construcción y difusión de las
técnicas o prácticas conservacionistas, en función de los beneficios permanentes, que se
podrían obtener con la mejora de las condiciones de producción, derivadas de la puesta en
práctica de dichas técnicas en sus propias parcelas y fundos.

Desde un principio se buscó evitar que ellos las realizaran con la línea de mira de obtener,
por ello, un salario u otra clase de remuneración inmediata o incentivo de parte del
programa u otras instituciones.

Se trataba de atraer a los agricultores por los resultados productivos en las parcelas de los
agricultores, al instalar las prácticas conservacionistas, en beneficio de ellos mismos y estos
resultados fueran los acicates para que continuaran y ampliaran las prácticas.

En ese sentido resultaba de especial importancia realizar simultáneamente una investigación


que permitiera conocer quienes aceptaban realizar áreas de comprobación y extensivas en
sus propias parcelas y fundos y quiénes lograban continuar las prácticas conservacionistas,
una vez que vieran los resultados en sus parcelas de comprobación:

Es decir, en qué condiciones socioeconómicas y culturales se encontraban los agricultores


que aceptaban trabajar con el programa para la multiplicación de la tecnología enseñada en
sus otras parcelas.

Fue muy importante, identificar qué tecnologías conservacionistas conocían: se insistió en la


necesidad de evaluar constantemente las formas concretas que iba asumiendo la metodología
de promoción y comunicación intercultural del programa en el propio campo y qué
resultados tenía para extraer algunas conclusiones y recomendaciones.

Finalmente se buscó determinar cuáles eran las actitudes de los agricultores frente a la
generalización de las nuevas prácticas enseñadas, o la recuperación de las ancestrales
tecnologías nativas y qué viabilidad podría tener este programa que partiese de la conciencia
y la organización autónoma de los agricultores, solo con una ayuda del estado inicial.
Obviamente también se pensó en estimular a que haya intervenciones conjuntas con el resto
de instituciones al formar los comités interinstitucionales.

Estas son las preguntas que se contestan en esta parte de la sistematización, en el mismo
orden lógico que han sido formuladas en los dos párrafos anteriores; incidiendo en la
pregunta sobre las formas de raciocinio y los planteamientos de los agricultores respecto a
las técnicas propuestas por el programa, que podrían constituirse en la piedra angular de la
construcción de una metodología de comunicación intercultural en el cuidado de sus
recursos naturales.

Para obtener la información de base, se ha realizado tres encuestas de diagnóstico


socioeconómico y evaluación de las actitudes de los agricultores que realizaron áreas de
comprobación con el programa desde que éste empezó su trabajo de campo masivo de
carácter nacional desde enero de 1983, en ocho departamentos Cajamarca que fue el área
prioritaria, Piura, Junín, Huancavelica, Ayacucho, Cusco y Puno.

La primera encuesta fue aplicada en agosto de 1984 a 1,164 agricultores, la segunda en


Agosto-Octubre de 1986 a 1,111, la mayoría de ellos. Se han realizado periódicas visitas de
campo, especialmente en 1987, cuando fueron hechas en forma sistemática; efectuándose 90
entrevistas testimoniales a agricultores seleccionados en el lapso de ocho meses.

Después de 20 años se aplicó la tercera encuesta en el 2009, al final de la existencia de


PRONAMACHCS, para confirmar nuestras aseveraciones, con agricultores ya enseñados y
estimulados en forma continua y examinar sus respuestas y modo de vida actual.

Trabajamos con tres unidades de análisis, el agricultor nacional, el agricultor regional y el


local. En esta ocasión, nos referimos al agricultor a nivel nacional con algunas alusiones de
carácter regional y local. A través de todo el trabajo hemos tratado de verificar las
siguientes lecciones:

SEPTIMA LECCION: Que los agricultores andinos tienen un bagaje cultural


conservacionista que los predispone a la aceptación de las prácticas conservacionistas,
siempre y cuando recuerden y refuercen el conocimiento de sus tecnologías ancestrales, las
cuales han sido, en ciertos aspectos, olvidadas. Por tanto, no solo se trata de promover
técnicas nuevas como las terrazas de banco que fueron cambiadas por las de formación
lenta, sino también recuperar los andenes ya construidos, que si se hizo, aunque no con la
debida fuerza y con metas no tan grandes, como se ha visto en el cuadro 6 de este texto.

OCTABA LECCIÓN: Que por una serie de circunstancias históricas los agricultores andinos
han entrado en conflicto y han reducido su accionar dentro de los linderos de cada
comunidad, haciendo difícil acometer tareas conservacionistas de gran dimensión, que sólo
unidos y en alianzas inter comunales, controlando espacios mayores como microcuencas o
subcuencas, pueden volver a realizarlos masivamente con la intermediación del Estado, más
todavía si el ande se ha despoblado.

Que solo una institucionalidad como el Estado, en alianza con otras instituciones públicas y
ONGs, puede volver a retomar esa unidad perdida, en la medida que aparece como encima
de los intereses de cada una de las comunidades en pugna, en aras de crear una nueva
gobernanza local en base a la microcuenca.

NOVENA LECCIÓN: Que en las circunstancias actuales de mayor apertura de los


agricultores andinos a la sociedad global, sólo es posible ampliar las prácticas en forma
sólida si los agricultores andinos, se vinculan con la recuperación de sus antiguas prácticas
conservacionistas y también la adopción de nuevas; es decir, a la modernidad de sus fuerzas
productivas, a la colocación de sus productos en el mercado para obtener mejores ingresos,
aumentando su productividad y seleccionando los productos de mayor valor en el mercado.

DÉCIMA LECCIÓN: Que la única forma de lograr el efecto multiplicador en el área andina
es potenciando las costumbres colectivas, que se adapten mejor a su situación actual y que
supongan la potenciación de la ayuda mutua (grupos de trabajo en ayni multiplicados), la
autoenseñanza desde la familia al barrio, de este a la comunidad y desde esta a las
comunidades del distrito y desde los distritos a toda la microcuenca y desde las
microcuencas a toda la cuenca. El PRONAMACHCS, desde su inició comenzó bien partiendo
desde las microcuencas, aunque sin una planificación de toda la cuenca, salvo algunos
trabajos burocráticos, que no fueron una guía para la acción. Es adecuado empezar con una
serie de microcuencas. Sin embargo, habría que articularlas y cubrir planificadamente toda
la cuenca. PRONAMACHCS, solo trabajaba en microcuencas aisladas, solo los concursos de
prácticas conservacionistas en área asignadas por microcuencas, les permitía ligarlas entre
sí.

La participación comunal y el reajuste de su sistema de cargos hacia una mayor rotatividad


que refleje mejor los planteamientos de los agricultores de base, adoptando nuevas formas de
trabajo democrático que el Estado deberá aceptar y promover.

UNDÉCIMA LECCIÓN: Que dada la heterogeneidad y diferenciación de los agricultores


andinos no existe posibilidades de éxito si sólo se insiste en solo algunas tecnologías, cuando
estas sólo son adaptables no sólo a sus variadas condiciones físicas y biológicas sino a sus
cambiantes circunstancias sociales. Que en este sentido una de los factores sociales más
importantes es su tiempo de trabajo que pueda ser dedicado a la conservación y al cuidado
de la cuenca, en la medida que a mayor diversificación de sus actividades económicas
mayor interés en prácticas menos tradicionales y de menor demanda de esfuerzo y duración
en su implementación como las terrazas de formación lenta.

DUODÉCIMA LECCIÓN Que no existe una oposición en su afán de progreso y su


tradicionalidad, como para que sean conciliables la tradicionalidad y la modernidad y por
tanto se requiere de cambios en los patrones tecnológicos y de vida, como el hecho de
visualizar el espacio no solo en las parcelas y pastizales de cada uno de los comuneros o de
toda la comunidad separada de las otras comunidades, sino en toda la microcuenca. El
cambio de un espacio menor como el de cada una de las comunidades, a la microcuenca
implicaba una alianza entre comunidades y municipio, en ese entonces inexistente. Solo el
sistema de concursos, provocado por PRONAMACHCS en toda la microcuenca, comenzó a
generar este cambio en la visualización del espacio y a la necesidad de combinar técnicas
tradicionales con técnicas modernas. Las mancomunidades de los alcaldes en la parte alta de
las cuencas, son un buen esfuerzo en este sentido, faltaría integrar a las comunidades.
DÉCIMOTERCERA LECCIÓN: Que los campesinos pobres aceptan las prácticas con mucha
facilidad, cuando el Estado los toma en serio. Sin embargo, cuando pasa el tiempo de prueba
de las tecnologías, son los campesinos medios los más interesados en apropiarse de nuevas
tecnologías, siempre y cuando sus trabajos eventuales, sean conciliables con el nuevo tipo de
tecnología, que se les propone recuperar o conocer y adoptar y cuando efectivamente las
prácticas conservacionistas tengan un impacto en sus ingresos campesinos, que ellos lo
puedan comprobar.

3.2 ¿Qué prácticas conservacionistas conocían los agricultores?

Es evidente que la primera tarea de todo programa conservacionista participacionista de las


montañas andinas, es definir qué visión tienen los agricultores de la tierra y de la erosión;
asimismo que prácticas realizan para enfrentarla, a fin de determinar qué tecnología se
puede promover, rescatando las tecnologías tradicionales o proponiendo nuevas en diálogo
con ellos.

En este sentido, existen dos campos del saber popular que requieren ser estudiados; el
primero, constituido por lo que los campesinos saben sobre aquellas técnicas que los
especialistas conocen y desean difundir. El segundo por los conocimientos que los
campesinos han adquirido a través de su propia experimentación y tradición. Para ello se
requiere especificar qué prácticas propias acostumbran hacer en sus parcelas y bajo qué
condiciones las utilizan, cuáles hicieron en el pasado y cuáles de estas últimas todavía
permanecen aunque sea como conocimientos parciales y prácticas recortadas.

Por último, se requiere conocer qué restos arqueológicos de dichas tecnologías existen en la
zona y la región donde se ubican los caseríos, aldeas o comunidades con los que se pretende
trabajar. El Programa encontró que las prácticas enseñadas durante los dos años iniciales
del trabajo de promoción (1982-1984), es decir las terrazas, los surcos en contorno, y las
acequias de infiltración, eran aparentemente desconocidas por los campesinos entrevistados.
En otras palabras, sólo el 28% conocía alguna de las prácticas conservacionistas
enseñadas, tal como contestaron en Agosto-Octubre de 1984.2

22
Este dato lo obtuvimos del análisis de los resultados de la primera encuesta, publicados en 1984 por el ex
Programa Nacional de Conservación de Suelos y Aguas, con el nombre de “Impacto de la Conservación de
s6uelos y aguas en el desarrollo del agro en la Sierra Peruana”
CUADRO 6: Grado de conocimiento de las tecnologías conservacionistas

PRACTICAS CONOCIMIENTO CONOCIMIENTO DE CONOCIMIENTO PRÁCTI


CONSERVACIONISTA DE LAS LAS PRÁCTICAS DE PRÁCTICAS HABÍAN
S PRÁCTICAS ANTES DEL CON EL SIN C
ANTES DEL PROGRAMA 1986 PROGRAMA 1984 COMO
PROGRAMA 1984 EJECUT
Si % No % Si % No % N % N
Andenes con Piedra 15 1 656
Terrazas o Andenes sin 198 17 966 83 71 6 104 94 346 31 563
Piedra 3
Surcos en Contorno 155 10 100 90 86 8 102 92 818 37 346
9 8
Barreras Vivas 35 3 239
Pircas 129 11 985 89 128 11 427
Acequias de Infiltración 21 2 114 98 16 1 109 99 148 13 299
3 8
Rotación de Pastos 8 1 220
Semillero Insitu 4 8 111 108 16 1 135
0
Control de Cárcavas 50 4 153

Nota: Tanto los Números como los % se refieren a los 1165 Agricultores entrevistados en
1984 y 1114 en 1986.
FUENTE: Encuesta 1984 y 1986 del Programa de Manejo de Cuencas y Conservación de
Suelo.
Precisando mejor esta información en relación a cada técnica (como lo vemos en el cuadro
6), se encontró que sólo 198 (17%) de los 1,164 campesinos entrevistados conocían las
terrazas, pese a ser una práctica ancestral. Aunque sus respuestas se refirieran más que nada
al tipo de terrazas enseñadas por el Programa, sin muro de piedra y con talud de pastos y no
necesariamente a los tradicionales andenes.

Sólo 155 (13%) conocían los surcos hechos a nivel, en contra de la pendiente de las laderas,
y casi ninguno tenía conocimiento de las zanjas o acequias de infiltración, para los pastizales
o forestales.

Es obvio que éstas respuestas hay que tomarlas con mucho cuidado porque en determinadas
circunstancias los campesinos tienden a declarar que no conocen ciertas técnicas, en la
medida que no tienen suficiente confianza, para expresar las razones, por las cuales, no las
practican, o porque también existen ciertos rezagos coloniales que los inducen a presentarse,
como más desprovistos de conocimientos y bienes de lo que en realidad tienen, con el fin de
recibir mayor ayuda.

Además, los dos primeros años (1982-1984), no son suficientes para que los campesinos
tengan todos los elementos necesarios para saber con detalle las características y
funcionamiento práctico de las técnicas que se les pretendía enseñar, como para señalar con
certeza qué técnicas conocían.

Es por ello, que en 1986 volvimos a preguntar a los mismos informantes, verificando la
exactitud de sus respuestas, como se puede observar en la columna 2 del cuadro 6; en este
caso preguntamos sobre el diseño no nativo de terrazas de absorción, la cantidad de
agricultores que dijeron conocerlas fue menor, solo el 6% de los entrevistados, frente al 17%
que contentó afirmativamente en 1984.

Sólo un sector conocía el diseño de andenes y pircas, las que no son otra cosa, que las
terrazas de formación lenta, obtenidas al colocar muros de piedra en hileras sucesivas para
detener la erosión sin hacer significativos movimientos de tierras.

En el caso de los surcos en contorno fueron pocos los agricultores que los conocían, en el
sentido exacto que les daba el Programa, es decir, como surcos a nivel y no sólo contra la
pendiente de las laderas. Así también fueron escasos los agricultores que conocían las
acequias de infiltración para evitar que el agua de lluvia discurra por las tierras de pastos o
forestales causando erosión.

Aún así, consideramos útil precisar en qué sentido ellos, contestaban que sí conocían las
prácticas, el primer sentido podría ser que ellos habían visto dichas técnicas, aunque no
necesariamente sabían cómo construirlas y sus múltiples beneficios.

El segundo, que sí sabían cómo construirlas. Las respuestas esclarecieron mejor las
incógnitas: alrededor de la mitad de los agricultores conocían tanto el diseño de la terrazas
tradicionales, como las enseñadas por los técnicos (terrazas de absorción), en el sentido de
que las habían visto, sin saber cómo construirlas, (penúltima columna del mismo cuadro 6)
Las barreras vivas, surcos en contorno, acequias de infiltración, la rotación de pastos, los
semilleros in situ y el control de cárcavas eran totalmente desconocidas por la mayor parte
de los agricultores entrevistados. Posteriormente, se auscultó que se estaba logrando que un
importante número de agricultores aprendieran los mecanismos de construcción de algunas
técnicas (ver última columna del cuadro referido).

Especialmente las terrazas de absorción, las que fueron privilegiadas por el Programa en la
difusión que hizo durante sus primeros años de existencia. Observándose que las prácticas
referentes al manejo de pasturas eran las que menos se habían difundido.

Sin embargo, lo más importante fue examinar el sentido de las acciones que los agricultores
desarrollaron para cada práctica enseñada, y este conocimiento sólo lo pudimos obtener con
entrevistas testimoniales y con la observación directa.

Las terrazas de absorción enseñadas, por el programa, fueron vistas como demasiado
angostas, para realizar sus labores de cultivo y para usar sus yuntas, requiriendo de un
trabajo especial para ejecutarlas. Por los menos un sector de campesinos que se encontraban
en zonas de andenes tradicionales (Puno y Cusco), manifestaron sus dudas de poner en
práctica, otro diseño, cuando sus antepasados les había dejado unas terrazas de mayor
consistencia, donde el muro de piedra cumplía un papel estabilizador más importante, que el
talud de pastos de dichas terrazas, las cuales les parecían juguetes frente a la
monumentalidad de las terrazas tradicionales.

Además objetaban, que en determinadas circunstancias de mayor pluviosidad, retenían


mucha agua y podrían causar trastornos a sus plantas; sin embargo, la objeción que ponían
más énfasis fue en la escasez de mano de obra para construir estas prácticas, por la
migración definitiva o eventual de los miembros de sus familias y de la comunidad.

Y esto si concernía a todas los tipos de terrazas y este fenómeno tiene estrecha relación con
la despoblación de las partes altas de las cuencas, sea por altas migraciones económicas, el
terrorismo que los obligó a desplazarse a las ciudades o a la selva amazónica y ahora último
a la constatación de la escases del agua por el cambio climático, induciéndolos a tener
migraciones de carácter climático. 41

Pese a todo reconocían que cumplían un buen papel para detener la erosión y podría
construirse en lugares donde el terraplén o terraza pudiese ser más ancho y el Estado les
ayudará en herramientas o alimentos mientras las construyeran, tal como fue ancestralmente
en la época de los incas. El esfuerzo a desplegar se justificaba solo si cultivaran productos de
alta rentabilidad en el mercado, con cierta necesidad de agua como la papa, las hortalizas,
la alfalfa, etc.

La condición favorable que apreciaban era que el talud de pastos, si se contaba con
semillas adecuadas, se ajustaba mejor a sus actuales condiciones, que los muros de piedra,
como campesinos, pequeños ganaderos, cuya escasez de pastos se le tornaba agobiante.

La otra objeción a las terrazas de absorción era la ausencia del muro de piedra, que tenía la
propiedad de reservar el calor del sol, durante el día y lo refractaba en el suelo, durante el
41
Ver el texto de Julio César Alfaro, Conflictos, Gestión del Agua y Cambio Climático, ITDG 2,008.
día, para que de esta manera estuvieran en mejores condiciones para contrarrestar los
efectos de las enormes heladas de los andes. Esta afirmación es respaldada por el científico
Joan Earl, profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú, quien hizo importantes
estudios sobre el rol de los andenes con piedra para contrarrestar el efecto de las heladas42.

Los Surcos en contorno en contra de la pendiente eran vistos con cierta desconfianza porque
suponen mayor trabajo que los del sentido de la pendiente, dado el caso que ellos, sobre todo
los campesinos pobres y medios, tienden a reducir el tiempo de trabajo para la agricultura,
haciendo prácticas más expeditivas como los surcos en el sentido de la pendiente que se
construyen con más facilidad y en menor tiempo, a fin de disponer un tiempo de trabajo para
las actividades no agropecuarias o para trabajar como peones eventuales en otros fundos y
sostener migraciones eventuales a las minas, a las ciudades y a la ceja de selva. El surco en
el sentido de la pendiente se traza más rápido y se hace como bajando del cerro; siendo las
parcelas más rectangulares que cuadradas, se ejecutan con mayor facilidad.

A diferencia de los surcos en el sentido de la pendiente, donde los trazos son más cortos,
dificultando el uso de la yunta o ganado de tiro. En la medida que requieren reservar la
mayor parte de su tiempo para trabajos eventuales fuera de sus parcelas, prefieren poner
champas al lomo de sus surcos en el sentido de la pendiente, para disminuir la erosión.
Además son conscientes de que en circunstancias físicas como los terrenos de mucho declive,
a los suelos muy fofos, o cuando existiera un exceso de lluvia, estos surcos pueden romperse
con la fuerza del agua.

Las zanjas o acequias de infiltración, como se puede ver en el cuadro 6, solo el 2% de los
agricultores encuestados, conocían esta técnica conservacionista, fue algo muy nuevo para
ellos. La importante extensión de sus pastos les hacía difícil pensar que pudieran ser muy
necesarias, aunque al observar el notorio desnudamiento de dichos pastos, generaba que les
interesara ver la posibilidad de construirlas en sus parcelas, una vez que conocieron cómo
funcionaba esta práctica. Entre los técnicos había una discusión en si se les debería llamar
acequias o zanjas desde el punto de vista de la aceptación que podrían tener en los
campesinos y también desde un criterio técnico, que no trataremos por no ser de nuestra
especialidad.

Lo primero que nos pareció pertinente preguntarles: a qué se referían cotidianamente los
campesinos andinos con la palabra zanja 3, nos contestaron que al corte del suelo que
realizaban en lugares donde había concentración de agua para desaguar y trasladarla a
otros sitios; a los huecos que hacían en la tierra alrededor de las casas que pretendían
construir, que les permitiera colocar los cimientos. Por último, al resultado de una grave
erosión en la que se daban pequeños deslizamientos que terminaban haciendo zanjas. En
ninguno de los casos relacionaban la palabra zanja con una técnica de conservación del
agua con un impacto favorable hacia la producción, más bien hallaban con los apus o seres
animados que habitan en los cerros, que les podían causar desastres si se resentían,
promoviendo los fenómenos negativos de la naturaleza.

42
Earls, John. Ecología y Agronomía en los Andes, Hisbol, La Paz Bolivia, 1991.
33
Entrevistas testimoniales realizadas en Marzo y Abril de 1987 a los campesinos de diversas localidades como
Namora y San Marcos en Cajamarca, Tarmatambo en Junín, y Chincheros en Cusco.
En cambio las acequias eran una práctica de manejo del agua de muy larga tradición
relacionada con la obtención de agua para la producción de la tierra. Por ello, especificar la
infiltración era muy pertinente para revelar que era otra clase de acequias, en este caso ya
no solo para hacer circular al agua, sino para conservarla y penetre en los campos para
humedecer los pastos y lograr una más alta productividad4.

Pese a todos los beneficios a obtener, esta técnica sólo ha sido utilizada por los agricultores
andinos significativamente para la forestación, al acortar alrededor de la mitad del período
de crecimiento de los árboles, y al contar con una ayuda como la que proporcionaba el
proyecto FAO-HOLANDA, que realizó varios convenios con el PRONAMACHCS.

La rotación de canchas5 que supone la delimitación “al ojo” de tres campos dos de
utilización racional, cubriendo el pastoreo, parte por parte hasta cubrirlo en 2/3 partes para
el pastoreo y uno de reserva para que los pastos crezcan libres del pastoreo.

Sin ninguna clase de cercos no logró ponerse en práctica fácilmente, porque ésta tecnología
en primer lugar exige que un campesino vaya reservar una parte de sus pastos, sin que se
construya un muro de piedra como las sojas 6, que impida las pasaderas del ganado del
vecino que son muy frecuentes, al encontrarse estos pastos en los lugares más altos, sólo con
un pastor se podría garantizar su adecuada uso.

De tal manera que finalmente la reserva de pastos no puede llevarse a cabo para que sirva al
ganado del agricultor vecino.

Así también en lugares donde la propiedad o posesión de la tierra es rotativa, los campesinos
piensan que si se reserva determinadas canchadas para que crezcan los pastos, a la hora que
rote la propiedad por decisión comunal, ésta servirá a un nuevo posesionario y no al que
cuidadosamente la trabajó.

Sólo con un intento trabajo comunicativo con la comunidad campesina en la que ésta tome en
serio por sí misma ésta rotación de canchadas, se puede llegar al acuerdo de separar
canchadas y además construir un muro más extenso.

Normalmente construyen un muro de piedra o con otra material como las champas, sobre
todo si se acompaña esta experiencia con la formación de semilleros in situ, dentro de estas
reservas para trasplantar las plantas al resto de los pastizales comunales.

El control de las cárcavas7 no se puede difundir masivamente sino después de un largo


periodo de tratamiento de lo que es más urgente para los campesinos que son las tierras
44
En este sentido resultaba muy pertinente el insistente interés del Ingeniero Pablo Sánchez de Cajamarca para
que el Programa les llamara acequias.
55
Esta práctica para el Programa mencionado consiste en seleccionar una parte de un terreno para pastos que se
reserva sin pastorear y pastorear en base a la selección de otras partes o canchadas en forma rotativa parte por
parte después de haber dividido dichos terrenos en tres canchadas mentalmente o por algunos límites naturales.
66
Práctica andina ancestral que consiste en construir muros de piedra alrededor de una parcela no muy extensa,
éstos sirven para producir un microclima que permita cultivar en sitios de una buena altitud. Cada cierto tiempo
con el estiércol del ganado dejado como abonamiento se realizaban campañas agropecuarias y también para que
se pueda utilizar por tiempo más largo esta parcela para pastear con plantas forrajeras y guardar el ganado
cuidándose de las posibles pretensiones de los vecinos.
agrícolas de mayor calidad y la puesta en marcha de la organización de los propios
agricultores para la conservación de sus recursos, salvo que se les otorgue alimentos u otra
clase de incentivos.

Todo ello porque las cárcavas afectan muy lenta y parcialmente y en sus parcelas menos
deseadas por los campesinos, los cuales inicialmente pierden poca tierra en la medida que
aquellas se van ensanchando, con difícil uso, salvo en períodos muy largos. Además, el
control de cárcavas sólo puede ser efectivo, en la medida que existan otras prácticas de
control de la erosión y fomento de la cobertura vegetal como la agroforestería que se realice
en el conjunto de sus tierras.

Constatamos que el debilitamiento de las autoridades comunales como el juez o vigilante de


daños u otras autoridades como los presidentes de las comunidades campesina, que
controlaban el desplazamiento indebido del ganado, facilita la resistencia de los campesinos
a éstas prácticas mencionadas.

DÉCIMOCUARTA LECCIÓN: Lo que nos reafirma en la tesis de que solo con el


reforzamiento y articulación por distritos y microcuencas de una importante suma de
comunidades campesinas o caseríos andinos y de estas a las cuenca, con una organización
consistente de los agricultores, ganaderos o agroindustriales, con la presencia y promoción,
eficiente y permanente de un ESTADO, con un personal especializado en tratamiento de la
población rural (sociología, antropología y comunicaciones): son las dos llaves maestras
para la masificación de la tecnologías conservacionistas en las cuencas, sobre todo las que
requieren de una alta inversión de mano de obra. Es prácticamente imposible en las
condiciones actuales que sin la presencia del Estado con personal especializado, que las
comunidades se unan en una microcuenca y sobre todo en varias microcuencas en una
subcuenca y de varias subcuencas hasta llegar a todas la cuencas, para hacer esta clase de
trabajos, solo ha habido progresos, en este sentido, con la formación de mancocomunidades
de los alcaldes de las partes altas, a quienes habría que persuadir y comprometer para
efectuar esta clase de trabajos, previa integración de las comunidades.

Finalmente, señalaremos las prácticas de conservación del agua y del suelo que los mismos
campesinos están haciendo sin necesidad de la presencia de los técnicos foráneos.
La tecnología más resaltante que hemos podido observar en diversos caseríos o comunidades
a lo largo de todo el mundo andino consiste contrario a la pendiente, las cuales crecen con
los rastrojos y pastos que se sacan en la roturación del suelo que se realiza antes de la
siembra.

Es decir que mientras preparan el terreno de cultivo para la siembra (chagmeo) casi
espontánea e inmediatamente arrojan dichos elementos en el costado, formando dichas
hileras que con el tiempo al crecer sirven como contención del suelo que se desprende con
motivo de la erosión.
Siendo una especie de terrazas de formación lenta tradicional, muy similares cuando
PRONAMCHCS tuvo que hacer el giro de cambiar la promoción de las terrazas de
formación directa o andenes por las terrazas de formación lenta.

77
las cárcavas son grandes zanjas que se forman con una larga erosión en las laderas, las cuales tienden a
ensancharse a no ser que se las controle con muros de piedra o de tierra u otros materiales que los atravieses o
con un especial cuidado para que crezca vegetación tupida y apropiada para contener el agua
La tecnología tradicional de colectar agua de lluvia la hemos observado en Tailandia y
Etiopía en las visitas científicas que se han realizado en las post-conferencias
internacionales de conservación de suelos, bajo la organización de Organización
Internacional de la Conservación de Suelos ISCO. En el Perú en comunidades tan distantes
como Corao en el Cusco o Tarmatambo en Tarma del Departamento de Junín, actualmente,
se les está llamando “patas”. Antiguamente las patas eran un nombre al cual se referían
para designar a lo que conocemos como andenes en general tal como nos lo relata el
cronista indígena Guaman Poma de Ayala8.

En otras comunidades como las que se encuentran en el Distrito de Chincheros (Chuso,


Pongobamba, etc.) microcuenca de Piuray del Cusco, se les llama bargones cuando el
terraplen es muy ancho. Así también en los caseríos de la sierra norte (Piura, Cajamarca,
Huamachuco-LA Libertad), hemos visto que este tipo de práctica adopta el nombre de
“bordo”. Evidentemente, ésta práctica se adapta mejor a las condiciones socioeconómicas
actuales de los campesinos andinos, quienes tienden cada vez más a reducir su tiempo de
trabajo dedicado a la actividad agropecuaria en sus parcelas. A fin de desarrollar un
sinnúmero de trabajos eventuales fuera de las mismas, tal como lo han demostrado diversos
estudios (Figueroa, 1984; Aramburu, 1985; Maleta, 1980; Gonzáles de Olarte, 1987;
Montoya, 1989 y otros). No disponiendo un tiempo especial para realizar las técnicas
conservacionistas fuera de las tareas propias de la actividad agrícola.

El secreto de éstas técnicas tradicionales practicadas actualmente como son los bargones es
que a medida que se prepara el terreno para la siembra, se va ejecutando esta práctica
conservacionista. Esta tecnología tradicional, pese a ser la más difundida no ha contado con
el apoyo suficiente del Estado o las ONGs, para perfeccionarla o mejorarla o siquiera
promocionar la misma, tal como se sigue poniendo en práctica actualmente y por ende
procurar el reforzamiento de la organización de los agricultores para que se recuperen esta
tecnología, aunque sea con el mismo diseño original.

Se pueden observar claros signos de deterioro de las tecnologías en mención por la


presencia del ganado que engulle las plantas de estas barreras vivas combinadas con
rastrojos y pastos secos. El interés de los proyectos públicos y privados (ONGs) se ha
centrado en los andenes u otras prácticas prehispánicas más que en la tecnología tradicional
actual que actualmente practican. Lo cual, podría significar que todavía se está pensando
que lo tradicional sólo es lo prehispánico y no también o principalmente lo actual, que de
algún modo refleja una respuesta de los agricultores andinos a los retos de la sociedad
peruana hoy en día y a sus condiciones naturales y sociales que también han tenido una
evolución.

Evidentemente, sin dejar de reconocer el inmenso aporte de los agricultores andinos


prehispánicos, que deberá expresarse a través de una campaña masiva de rehabilitación de
estas tecnologías que estén en condiciones de recuperarse a favor de las poblaciones andinas
y de la sociedad en general.
Sin embargo, hay que tener cuidado de promoverlos en las microcuencas con volúmenes
demográficos muy disminuidos y con organizaciones no tan avanzadas o desarticuladas, a no
ser que encontremos una enorme apatía de los habitantes rurales andinos, debido a que
88
En su texto, Nueva crónica y Buen Gobierno, Lima IEP 1980, Pág. 749
sobrepasan sus fuerzas actuales, con mucha presencia de niños y viejos que todavía quedan
en las comunidades.

Es también destacable que los campesinos andinos, hayan conservado cuidadosamente


andenes prehispánicos, especialmente los que se encuentran en las partes bajas o de menor
pendiente de las laderas de los cerros9. Hemos encontrado diversas razones para que los
campesinos adopten esta actitud.

La primera es que las partes más bajas de las laderas, se encuentran más cercanas a las
carreteras y a los lugares de acopio y almacenamiento, sea para el consumo sea para el
mercado. La segunda que en las partes altas es muy difícil el control de la conservación de
los andenes y de los cultivos que podrían haber en ellos, frente a los robos y las acciones de
deterioro que hacen las unidades de ganado, más todavía que en muchas comunidades
campesinas el vigilante de daños, ha perdido fuerza y dedicación o ha desaparecido.

Además, es muy costoso y difícil la realización de las labores culturales, sobre todo
actualmente que los campesinos andinos viven o desarrollan su hábitat en las parte bajas o
medias bajas de las laderas o en los valles. Este tipo de asentamiento poblacional tiene sus
antecedentes en las reducciones españolas de las comunidades campesinas que obligaron a
la población indígena a que vivieran en las partes bajas. Haciendo difícil el cuidado y
conservación de los andenes, tal como lo señalada la Dra. María Rostworowsky10.

La tercera tiene que ver con la tradición histórica Post-colonial de los campesinos andinos
de convertir los cultivos en pastos, abandonado ciertos cultivos andinos que se producían en
dichas altitudes y declives (Oca, quihuisha, mashua, maca, etc.), y que iban perdiendo
demanda con los nuevos patrones de consumo europeos que se promovieron o se impusieron,
a favor de una creciente importación de ganado que requería del “sacrificio” de las antiguas
tierras de cultivo y del espacio agrícola ocupado por las antiguas poblaciones indígenas, las
cuales ha venido recuperado lentamente su volumen poblacional en el sector rural en la
década de 1990 respecto a la época prehispánica.

Se puede observar decenas de miles de andenes abandonados por el interés de convertir los
cultivos en pastizales y por la necesidad de los andinos de proteger a sus animales frente a
los pequeños abismos y precipicios formados por los escalones de los andenes. Estos
tendieron a ser abandonados o destruidos en las altitudes y declives muy pronunciados.

La cuarta razón tiene que ver con la evolución de la adopción del instrumental agrícola para
la labranza de la tierra. En las partes bajas o de menos declive no existe problema para la
conservación de los andenes como efectivamente se ha hecho, porque en dichos lugares se
99
El Ingeniero Luis Masson han realizado un cálculo de que de 1´000,000 de hectáreas que existen en andenería,
250,000 todavía están en uso. En Andenes y Camellones en el Perú Andino, CONCYTEC, pág. 208, 1986.
1010
Afirmación sostenida por la Doctora en sus comentarios a las conferencias realizadas en el FORUM,
“Andenes, Alternativa de Ecodesarrollo Andino”, organizado por la Fundación Friedrich Ebert, Noviembre de
1985, los cuales fueron publicados en la primera parte del libro “Andenería, Conservación de suelo y Desarrollo
rural en los Andes Peruanos”, dos ediciones, Marzo de 1986; Noviembre de 1986. una argumentación en este
sentido también se puede encontrar en la tesina de Maribel Hernández y Rosa Saavedra, llamada “Frontera
Agrícola y Sistema de Andenes en una Comunidad Andina: Evaluación Socioeconómica de una Rehabilitación”,
sustentada en Setiembre de 1985 en la Universidad del Pacífico.
tiene un terraplén ancho que no obstaculiza o dificulta la fácil circulación del nuevo
instrumental agrícola que se viene adoptando masivamente recién en el siglo XX en el Perú
andino, es decir la yuntas o ganado de tiro o la maquinaria agrícola en mucho menor
proporción.

Además, en dichas partes bajas les resulta más rentable cultivar intensivamente porque existe
una fertilidad de la tierra mucha mayor, que en las partes altas, dominadas por el frío, el
exceso de lluvia en algunos meses del año y por la sequía al estar lejos de las fuentes de
agua.

Por último, la organización comunal ejerce mayor control en las partes bajas en la medida
que las autoridades comunales también reducían el tiempo de trabajo para el cumplimiento
de sus cargos, concentrándose en cuidar las partes bajas, más cercanas a sus centros
poblados y a las ciudades.

Esta situación se agrava si confirmamos que la mayor parte de conflictos intercomunales por
la tierra se presentan más por los pastizales que por los cultivos. Aquellos terminaron siendo
condominios de diversas comunidades madres e hijas, siendo muy difícil llegar a acuerdos
entre las comunidades campesinas.

Un caso patético de esta situación lo encontramos en la comunidad de Pongobamba en el


distrito de Chincheros en Cusco, cuyos comuneros en asamblea nos explicaron 11 el enorme
interés que ellos tienen en los andenes que se encuentran en las partes bajas frente a la
laguna de Piuray.
,
Sin embargo los andenes que se encontraban en las parte altas, los habían descuidado o
destruido, porqué tenían temor de que la comunidad madre les quitase sus tierras, si les
ganara el juicio en que ambas se encontraban. Por ello, les era funcional tener pastos en
lugar de cultivos; a ellos les es posible trasladar el ganado a otros sitios y no los cultivos.

Sólo con el apoyo del Estado con alimentos, herramientas o suelos, podrían animarse a
rehabilitar o construir en las partes altas de las cuencas. Además, así de este modo, tendrían
un testigo institucional, de que ellos realizaron esa inversión trabajo para quedarse en esas
tierras en litigio. Han tenido también que conservar por los menos algunos aspectos de la
organización comunal tradicional, para lograr mantener dichos andenes y adaptarlos a las
condiciones actuales, especialmente para las partes bajas. Por ejemplo todavía se mantiene
la autoridad varayoc dedicada a promover el cuidado de los andenes y a estimular la
conservación de los mismos. Si el Estado o las ONGs nuevamente apoyan a las comunidades
para realizar obras de infraestructura en las partes altas, consideramos que ellas tendrán
que reestructurarse, para que puedan estar en condición de mantenerse y ampliarse, sino el
abandono o destrucción de nuevas o antiguas obras rehabilitadas será inminente. La tarea
no termina solo en construirlas, sino en mantenerlas a través del tiempo.

Hemos escogido las obras conservacionistas tradicionales más importantes, sin dejar de
reconocer que para cada zona de producción y piso ecológico el agricultor andino actual

1111
Entrevista a toda la comunidad de Pongobamba realizada en Marzo de 1987 con el fin de que dicha
comunidad participe en la evaluación del Programa Nacional de Manejo de Cuencas y Conservación de suelos.
tiene diversas prácticas que intentan controlar la erosión como lo han venido demostrando
Enrique Mayer y César Fonseca en la Cuenca del río Cañete y el río Mantario12.

Así para las zonas de producción encontradas en la Puna, se establece un sistema de


rotación de pastos y cultivos. Los pastos son usados por largos periodos y los cultivos por
períodos más cortos, o si no se concentra el ganado en pequeños espacios, para que fertilicen
el terreno, usando un cerco de muros de piedra, para hacer chacras de cultivos y obtener
fertilizantes, tal cual como hemos descrito en el caso de las sojas.

En las zonas que se ubican en el piso Suni con tierras de Secano y con un importante declive
se instalan andenes rústicos. Las zonas que se encuentran en el piso quechua se caracterizan
por su mayor cercanía al mercado o al mundo de las pequeñas o medianas ciudades, y al no
ser demasiados empinadas, tienen mejores condiciones físicas y de mercado, por tanto en
estos espacios los agricultores andinos prefieren el andén mejor construido.

En las zonas de producción donde se usa yunta, existe la preferencia por los surcos en el
sentido de la pendiente, con lomos con champas que limitan la erosión, porque al estar cerca
éstas zonas a las grandes ciudades, existe mayor competencia entre los agricultores, se
observan frecuente robos y las tierra está más desgastada y no vale la pena hacer grandes
construcciones.

Así también en este lugar se produce más precariamente los cultivos alimentarios,
prefiriéndose los cultivos comerciales, como las frutas o las tunas para la cochinilla.

En último caso, si no existiera mano de obra en la localidad y la erosión o deterioro del


medio ambiente es muy grave, se dedican exclusivamente a la cría de cabras, las cuales
pueden vivir en las peores condiciones físicas y ocasionan muchos gastos en su cuidado y
manejo reduciéndose así las condiciones de existencia de los agricultores andinos. Existe
pues una tremenda asociación entre la forma cómo están organizados los agricultores
andinos y sus diferentes espacios ecológicos.

Todo programa que intente trabajar con ellos, debe tener en cuenta estas particularidades a
fin de que la comunicación entre los técnicos y los agricultores sea posible y ambos se
ayuden en el desarrollo de sus actividades. Existe la necesidad que los ingenieros y técnicos
de campo dialoguen con los habitantes rurales, de tal manera que recojan sus opiniones,
dudas y observaciones, como se observa en diferentes lugares donde trabaja
PRONAMACHCS.

Se trata de recoger sus opiniones para establecer con ellos planes participativos que
salgan de ellos mismos con el asesoramiento de los ingenieros o técnicos de campo.
El PRONAMACHCS tiende a establecer un dialogo para recoger estas opiniones y
continuamente hacer reajustes en las técnicas a ofrecer y ejecutar, haciendo un
balance en qué técnicas les va mejor y qué técnicas no se adaptan a los condiciones
actuales en que se encuentran.

1212
Ver Comunidad y Producción en la Agricultura Andina editado por FOMCIENCIAS 1988; o Cooperación y
Conflicto en la Comunidad Andina de Enrique Maye y Marisol de la Cadena, editado por el IEP, 1989.
3.3 ¿Cuáles son las características socioeconómicas13 de los Agricultores que aceptaron
experimentar nuevas prácticas conservacionistas?

Los agricultores que aceptaron la realización experimental de nuevas prácticas


conservacionistas representan relativamente las características socioeconómicas comunes a
las unidades agropecuarias del país. La ubicación de la mayor parte de casos observados por
nosotros: Son comunidades y caseríos andinos ubicados no en los alrededores de las ciudades
del interior como aspiraban los directivos del Ministerio. Estos lugares se ubicaron 14 en un
perímetro promedio de 30 Km., con una relativa relación mercantil con la ciudad, y se
encuentran normalmente entre los pisos quechua y Suni, en laderas con una pendiente que
gira entre 20% a 50% de declive. Ellos señalan que requieren prácticas conservacionistas
tierras, con un 77% de extensión en pastos, 18% en cultivo y 5% en bosques.

En los organismos regulares del Estado que se dedicaban a labores de la extensión


agropecuaria (1950 - 1970) existía la tendencia a sólo trabajar con los campesinos de las
capas más acomodadas o con los pequeños empresarios, quienes eran más asequibles a
recibir y acoger a los ingenieros del Estado. Al poseer más elementos comunes de
comunicación por su mayor contacto con la ciudad y con la cultura llamada occidental
criolla.

Actualmente con la generalización de la educación formal y con los mayores contactos con la
ciudad de casi todas las capas sociales del campesinado, por medio de las migraciones
eventuales, la venta de los productos agropecuarios, las visitas periódicas a la ciudad, existe
una mayor proclividad del campesinado a acoger a dichos organismos. Se ha constatado que
los campesinos líderes tienden a vivir en las ciudades e ir constantemente al lugar que
dirigen y esto lo hacen para evitar ser impelidos por los terroristas, para que no siempre los
cultivos y crianzas sean vendidos en el mercado. De tal manera que se aseguren no ser
tomados por los terroristas como rehenes.

CUADRO 7: ORGANIZACIÓN PRODUCTIVA DE LOS AGRICULTORES

1313
En este punto utilizaremos los datos que obtuvimos mediante la encuesta socioeconómica que aplicamos a
los agricultores que aceptaron realizar áreas de comprobación en sus parcelas, la cual, fue aplicada en Agosto y
Septiembre de 1984 por los propios Ingenieros Extensionistas Conservacionistas del PRONAMACS. La primera
interpretación de estos datos la publicamos en un texto llamado “Impacto de la Conservación de Suelos y Aguas
en el Desarrollo del Agro en la Sierra Peruana” , PRONAMACS, ediciones 1984 y 1985, y que expusimos en la
primera CONVENCIÓN NACIONAL DE CONSERVACIÓN DE SUELOS DEL PERU, en Noviembre de
1984.
14
14
estos datos coinciden en la dos encuestas aplicadas en 1984 y 1986 por el actual Programa Nacional de
Manejo de Cuencas y Conservación de Suelos.
CLASE NUMERO ACUMULADO % ACUMULA
DEL NUMERO DO DEL %
Agricultor de
Comunidades Campesinas 538 538 46.2 46.2

Agricultor de Caseríos 536 1074 46.2 92.2

Áreas Comunales 49 1123 4.2 96.4

SAIS 8 1131 0.7 97.1

Grupo campesino 6 1137 0.5 97.6

Asociación de propietarios
privador 6 1143 0.5 98.1

Cooperativas 5 1148 0.4 98.5

Otro 9 1157 0.8 99.3

No contestó 7 1164 0.6 99.9

FUENTE: PRONAMACCS – Encuesta 1984

Sobre todo si éstos contemplan los mecanismos adecuados de acercamiento, respetando sus
asambleas y decisiones, enseñanza práctica, periodicidad en las visitas, utilización
combinada del idioma del lugar y el castellano, se trabaje con un sistema de promotores
propios del lugar, adecuada animación según sus propios resortes ideológicos, que es lo que
en mayor o menor medida se tuvo en cuenta en este programa.

De todas maneras fue importante comprobarlo, como indica el cuadro N° 7, el 92,2% de los
agricultores que fueron entrevistados y que aceptaron la experimentación con prácticas
conservacionistas fueron campesinos pertenecientes a comunidades campesinas o a caseríos
andinos.

Se nota una cierta sobre representación de los agricultores de caseríos, por el mayor trabajo
que el programa hizo en Cajamarca como área prioritaria desde su inicio y en donde
predominan los agricultores de caseríos sobre los de las comunidades.
CUADRO 8: UBICACIÓN DEL ENTREVISTADO
DEPARTAMENTO NUMERO ACUMULADO DEL ACUMULADO DEL
NUMERO %

Puno 304 304 26


Cajamarca 292 596 51
Ancash-Huaraz 151 747 64
Cusco 90 837 72
Junín-Huancayo 73 910 78
Apurimac-Abancay 68 978 84
Cajamarca-Cajabamba 53 1031 89
Lima 52 1083 93
Piura-Huancabamba 45 1128 97
La Libertad-Huamachuco 24 1152 99
Ayacucho-Puquio 11 1163 100
No contestó 1 1164 100

FUENTE: PRONAMACCS – Encuesta 1984.


CUADRO 9: ESTRATIFICACIÓN DE LOS AGRICULTORES SEGÚN EL TAMAÑO DE
SUS PARCELAS O FUNDOS

ESTRATOS HECTÁR NUMER % ACUMULAD


EAS O O DEL
NUMERO
1) Minifundista 1.1 a 1 260 55 260
2) Pequeño productor estrato bajo 1a3 135 29 395
Pequeño productor estrato medio 3a5 30 6 425
Pequeño productor estrato alto 5 a 10 13 3 438
3) Pequeño empresario estrato 10.1 a 15 6 1 444
bajo 15.1 a 30 8 2 452
Pequeño empresario estrato alto 30.1 a 7 1 459
Mediano empresario 100 12 3 471
Gran empresario (SAIS, CAPS, etc.) 100 a más ---------
471 =
Si contestaron 100
693 1164
No contestaron

FUENTE : PRONAMACHCS – Encuesta 1984.

Sin embargo, existe una considerable presencia comunal, sobre todo si nos fijamos no sólo
en el 46% de comuneros que aceptaron la experimentación en sus parcelas sino también en
las 49 comunidades campesinas básicamente de Puno, Ancash, Cusco, y Junín, donde se
concentró el mayor número de casos, las cuales se interesaron en la experimentación en sus
propias arenas comunales fuera de las parcelas individuales, como lo indica el cuadro N° 3.

La gran mayoría de los agricultores fueron campesinos pobres con las características
peculiares de su forma de trabajo en el Perú, es decir con pequeñas propiedades que no
sobrepasan las 3 hectáreas de cultivo, como es el caso de 84% de los agricultores
entrevistados (cuadro 4) y que contestaron a la pregunta. Aunque nítidamente un 55% fueron
agricultores minifundistas, quienes tienen una actividad agropecuaria, que tienden a
combinarla con el trabajo eventual en otras actividades no agropecuarias para subsistir.

Un 368% de agricultores que por ser básicamente agricultores medianos podemos


calificarlos como pequeños productores o empresarios, en sus diferentes estratos, y una
cantidad mínima de empresarios que están en condiciones de tener trabajo asalariado e
invertir en sus parcelas o fundos.

Lamentablemente el 60% no contestaron a la pregunta sobre la cantidad de tierra que


poseían, en vista de que la mayoría de extensionistas no llevaban más de dos años
trabajando con los agricultores y se les indicó que si no los conocían mucho y encontraban
una pequeña resistencia en la contestación, no insistieran. Pese a todo el 40% de
agricultores que contestaron a la pregunta son suficientemente representativos del total, si
comparamos estas cifras con otros indicadores, como mano de obra familiar, relación con el
mercado, uso de préstamos, y tipo de tecnología.
CUADRO 10: FORMA DE CONDUCCIÓN DE LAS PARCELAS

FORMA NUMERO ACUMULADO %


DEL NUMERO

Familiar 903 903 77.6


Asalariado 143 1046 12.3
Al partir 31 1077 2.7
Anticresis 2 1079 0.2
Otra 39 1118 3.3
No contestó 46 1164 3.9
FUENTE: PRONAMACHCS – Encuesta 1984.

Los campesinos, especialmente los pobres tienden a trabajar básicamente con su familia,
como es el caso del 78% de los agricultores entrevistados que se pueden observar en el
cuadro 8, a diferencia de los pequeños productores de los estratos medio y alto a los
empresarios, que trabajan eventual o básicamente con asalariados.

Así también se presenta el caso de agricultores que trabajan en forma indirecta la tierra,
como al partir o anticresis que son el 3% de agricultores que aceptaron realizar un trabajo
experimental.

Evidentemente las parcelas que son trabajadas en forma indirecta en pocos casos son
sometidas a prueba por el hecho de que los conductores no tienden a sentirse identificados
con ellas. El trabajo familiar ofrece limitaciones para una dedicación intensiva a la actividad
agropecuaria, el tamaño de la familia activa en la actividad agropecuaria es muy pequeño,
los hijos o la esposa tienden a trabajar o estudiar en lugares diferentes al lugar donde
realizan su actividad agropecuaria o a llevar a cabo migraciones eventuales que no les
permite dedicarse en forma intensiva a sus parcelas.
CUADRO 11: NUMERO DE HIJOS QUE LES AYUDAN EN SUS ACTIVIDADES
AGROPECUARIAS

NUMERO DE HIJOS NUMERO % (*) %


ACUMULADO

1. Ningún 240 29 29
hijo 215 26 55
2. Un hijo 210 25 /80
3. Dos 105 13 93
hijos 43 5 98
4. Tres 13 2 99
hijos 7 1 100
5. Cuatro 1 0
hijos 3 0
6. Cinco 327
hijos
7. Seis
hijos
8. Sietes
hijos
9. Más de
ocho hijos
10. No
contestó

Fuente: PRONAMACHCS, 1996


Promedio de hijos por agricultor = 1.5 (Sin 9 y 10)

Tanto así que el promedio de los agricultores experimentadores no tenían más que 1.5 de
hijos que le ayuden en la actividad agropecuaria. Incluso hubo 240 agricultores como lo
vemos en cuadro N° 6 que no tenían ningún hijo que les ayude, lo que representa el 29% que
contestaron a la pregunta. Si le agregamos los que tienen sólo un hijo que les ayude
encontramos que el 55% de los agricultores entrevistados y que contestaron a la pregunta no
tienen hijos que les ayude o tienen sólo uno que les ayude.

Lo que prueba la disgregación de la familia rural en el mundo andino del Perú y la poca
relación teórica entre lo que significa la familia campesina sistematizada por Chayanoc 15 que
supone una familia con una división del trabajo alrededor de la actividad agropecuaria y
complementaria en otras actividades. En este sentido, este tipo de familia campesina
sistematizada por Chayanov se encontraba poca interferida por el mercado laboral eventual,
a diferencia de las familias andinas entrevistadas, en donde lo principal es que la mayoría de
sus miembros, se encuentran en un serie de actividades distintas a la agricultura parcelaría
de sus lugares de origen.

1515
Ver los artículos sobre Chayanov que se encuentran en el libro de DESCO: “Economía Campesina”, editado
por Orlando Plaza en 1979.
CUADRO 12: NÚMERO Y PORCENTAJE DE MIGRANTES EVENTUALES

GRADO DE PERMANENCIA NUMERO % % SIN 4

1. Si sale 256 21.9 24


2. No sale 802 68.9 76
3. Sub total 1058
4. No contesta 106 9.1
----------- ----------- ----------
1164 100.0 100

CUADRO 13: TIEMPOS DE MIGRACIÓN

TIEMPO NUMERO % % SIN 5

1. Migra meses 141 12.1 54


2. Migra semanas 55 4.7 21
3. Migra días 66 5.7 25
4. Sub total 262
5. No contestó 902 77.5
----------- ----------- ----------
1164 100.0 100

CUADRO 14: NUMERO DE AGRICULTORES QUE MIGRA CADA MES

MES NUMERO %
Enero 60 43
Febrero 59 42
Marzo 59 42
Abril 49 35
Mayo 40 28
Junio 45 32
Julio 30 21
Agosto 26 18
Setiembre 26 18
Octubre 17 12
Noviembre 12 9
Diciembre 4 3

Base = 141
CUADRO 15: PROVINCIA HACIA DONDE MIGRA (*)

PROVINCIA NUMERO NUMERO % %


ACUMULADO ACUMULADO

1. Cajamarca 53 53 22 22
2. Cusco 26 79 11 33
3. Huari 18 97 8 41
4. Huarochirí 17 114 7 48
5. Chavín 13 127 5 53
6. Resto de provincia 113 240 47 47
(32) 240
7. Total migrantes 924 1164 100 100
8. No corresponde

1164 100
Total General

(*) De los Dptos. que figuran en el Cuadro N° 3

CUADRO 16: DESTINO DE MIGRACIÓN POR REGION NATURAL

REGION NUMERO %
FUENTE DE LOS Sierra 186 76.8
TRES CUADROS Costa 35 14.5
Selva 17 7.0
Otro 4 1.7
PRONAMACCS --------- ---------
Encuesta 1984 242 100.0

Asimismo el plan conductor de las parcelas se encuentra realizando migraciones eventuales,


aunque en nuestro caso, observamos que sólo 256 (cuadro 12) agricultores efectúan
periódicamente esta actividad, representando un sector sumamente importante aunque no
mayoritario del universo investigado. Estas migraciones las realizan durante diversos meses
al año y nunca la gran mayoría migra en una sola época, como lo muestran los cuadros 13 y
14; reparten sus tareas agropecuarias a lo largo de todo el año, probablemente por lo mismo
que nos sustenta Jurgen Golte16, al tener una diversidad de parcelas con diversos ciclos
productivos, es decir que hacen la siembra y la cosecha en diferentes meses, al ubicarse en
diferentes zonas de producción o pisos ecológicos.
1616
Esta afirmación la sostiene en el texto: “LA racionalidad de la organización andina”, en los puntos
Monocultivo vs. Aprovechamiento Multicíclico y en la Elasticidad en la asignación de la mano de obra., IEP
1980.
Aunque este proceso no es tan fuerte actualmente al ver que alrededor del 43% como lo
observamos en el cuadro N° 14, los migrantes eventuales trabajan en las épocas de menos
demanda agrícola de trabajo en Enero, Febrero, Marzo y Abril, que son los meses de cultivo
y recultivo de la mayor parte de las parcelas andinas, cuya diversidad de zonas de
producción y de pisos ecológicos es cada vez más restringida por cada propietario.

El mecanismo de permuta, abandono de parcelas lejanas, o intercambio de parcelas tienden


a reproducirse y consolidarse. Sin embargo, el control de algunos pisos ecológicos o zonas
de producción todavía está lejos de desaparecer, en vista que todavía subsisten relativamente
las razones que indujeron a los agricultores andinos a trabajar de este modo sus parcelas.
Obtener una cierta diversificación de la producción para tener una dieta variada de
productos que todavía no compran en el mercado; evitar el riesgo de que en una o dos
parcelas no obtengan una buena producción por los fenómenos climáticos u otros fenómenos
físicos (heladas, sequías, deslizamientos, huaycos, inundaciones, etc); teniendo una
diversidad de parcelas pueden sortear este sistema; requerimiento de mano de obra de
lugares muy variados para establecer mecanismos de reciprocidad e intercambio, etc.

Sólo la especialización relativa en uno o dos productos rentables como la papa o la cebada y
el dinero que obtienen con los trabajos eventuales, contrarresta en forma limitada, estos
poderosos móviles. El tipo de migración, explica en parte que hayan aceptado realizar
experiencias de conservación en sus parcelas: Primero porque son migrantes cuyo destino de
migración eventual es la Sierra principalmente, es decir en lugares del mundo andino
cercanos a sus parcelas, como lo podemos constatar al mirar el cuadro 16, en donde
podemos observar que el 52% de los migrantes tienen como destino de migración a las
provincias de la Sierra. Sobre todo si nos fijamos en cifras más globales tal como nos lo
muestra el cuadro N° 15 y 17.

CUADRO 17: ACTIVIDADES ECONÓMICAS DE LOS MIGRANTES EVENTUALES


ACTIVIDADES %
Agricultura 42.9
Construcción 15.9
Comercio 9.9
Minería 6.3
Ganadería 3.6
Artesanía 1.2
Ganadería – Agricultura 0.8
Agricultura – Construcción 0.8
No contestó
Otro 18.6
TOTAL 262.0

FUENTE: PRONAMACHCS – Encuesta 1984


Segundo porque la actividad salarial más importante que realizan por lo menos casi la mitad
de agricultores es agrícola o ganadera – cuadro 17-, y las otras actividades más importantes
son la construcción y de minería, afines a las labores de construcción propias de las
actividades conservacionistas, especialmente de las técnicas mecánico-estructurales como la
andenería, acequias de infiltración, control de cárcavas, etc.

La Tecnología que utilizan los agricultores entrevistados es muy cercana a la que está
empleando a nivel nacional tal como lo demuestran los trabajos de Efraín Franco para el
caso de Cajamarca y Efraín Gonzáles Olarte para el Cusco 17. Efraín Franco nos muestra en
Cajamarca la generalización del uso de la yunta y la generalización de las relaciones
mercantiles de trabajo y de producción.

Efraín Gonzáles Olarte nos revela una matriz tecnológica muy diversa en la economía
comunera que hace que no haya una respuesta inmediata de parte de los campesinos al
cambio de precios en relación a cambios que tengan que hacer en la orientación de su
producción, y que recurran a actividades complementarias fuera de sus parcelas que permita
suplir las deficiencias de la economía estrictamente campesina.

CUADRO 18: TECNOLOGÍA USADA

ACTIVIDAD % QUE USA TOTAL


%
Yunta 78.8 100
Maquinaria 4.2 100
Fertilizantes químicos 39.4 100
Pesticidas 29.8 100
Semilla mejorada 15.0 100
Ninguna 14.3 100

TOTAL 1164.0 100

FUENTE: PRONAMACCS – Encuesta 1984.

CUADRO 19: SISTEMA CREDITICIO QUE USA


SISTEMA %
Ninguno 81.3
Bancos 11.4
Otro 0.9
No contestó 5.5

TOTAL 100

FUENTE: PRONAMACCS – Encuesta 1984.


Se ha generalizado el uso de la yunta, y los insumos básicos como los fertilizantes, pesticidas
y semillas mejoradas que son sólo usados por un sector de agricultores tal como nos los
señala el cuadro N° 18, y estos son empleados cuando se trata de cultivos que ellos

1717
Ver el texto de Efraín Franco: “Estudios de los sistemas productivos de Cajamarca”, INTICTEC 1982 y el de
Efraín Gonzáles de Olarte: “La Lenta Modernización de la Economía Campesina”, IEP, 1987.
normalmente venden y no tanto los que auto consumen, como nos lo explica Enrique Mayer y
César Fonseca para el caso de la cuenca del río Cañete
Lo sorprendente es el alto porcentaje de agricultores que usan yunta y que aceptaron
experimentar las técnicas conservacionistas, pese a que en las entrevistas testimoniales nos
relatan las dificultades que tuvieron para usar sus yuntas en las terrazas, lo que podría
revelar que estarían dispuestos a aceptar determinadas alteraciones en la intensidad de su
trabajo si se dieran determinadas condiciones para mejorar su agricultura o para ahorrar
tiempo de trabajo para dedicarse a otras actividades fuera de sus parcelas, tal como lo
veremos más adelante.

Esta economía andina, llena de riesgos y con escasa rentabilidad no está en condiciones de
usar generalizadamente el sistema crediticio formal, como lo podemos constatar en el cuadro
19 donde el 81% de los agricultores no están ligados al sistema crediticio formal. Solo
algunos prefieren usar el crédito informalmente con prestamistas familiares o vecinos con
mucho más flexibilidad frente a la exigencia del pago.

Existen una importante variedad de tipos de comunidades campesinas como las agrícolas o
ganaderas, campesinas o empresariales, predominantemente con fuerza de trabajo masculina
o femenina, migrantes o permanentes, con cultura ancestral o el proceso de modernización;
lo que nos otorga una cantidad de casos muy heterogéneo que se presta a que realicemos
comparaciones como las que haremos en los próximos capítulos.

Aunque previamente analizaremos la metodología de trabajo de promoción de dichas


prácticas del programa a fin de no sólo ventilar su eficacia sino también para tenerla en
cuenta a la hora que veamos las relaciones entre los fenómenos sociales y las acciones
conservacionistas de los agricultores.

De esta manera tengamos en cuenta las interferencias que la metodología de promoción


pudo haber hecho en el establecimiento de adecuados circuitos de comunicación entre los
técnicos y los agricultores y entre los agricultores mismos en relación a la incorporación de
estas tecnologías en su vida cotidiana.
18
3.4 Métodos de promoción y desarrollo institucional del PRONAMACHCS en sus
inicios

Al inicio del Programa se llevó a cabo la metodología tradicional de la extensión, es decir se


actuó bajo los siguientes cuatro supuestos que dentro del circuito tradicional de
comunicación otorgaban un énfasis en el emisor que vendría ser el extensionista, tomando al
agricultor casi como un receptor: El trabajo de promoción debía recaer en los extensionistas
ingenieros o técnicos agropecuarios que eran supuestamente los que conocían las técnicas
conservacionistas alternativas a las prácticas tradicionales de los agricultores que se suponía
favorecían necesariamente a la erosión de los suelos. Era muy frecuente observar prácticas
tradicionales como los surcos en el sentido de la pendiente, la quema de los rastrojos; el
pastoreo sin la rotación de los pastos u otras prácticas parecidas, especialmente al pié de las
carreteras de las montañas andinas.

1818
Una versión preliminar de este punto fue la base de una ponencia presentada por nosotros en la VI
Conferencia Internacional de Conservación de Suelo (6TH International Soil Conservation Conference) llevada a
cabo en Kenya-Nairobi, y Etipia-Addis Abeba, del 6 al 18 de Noviembre de 1989.
a) Según este supuesto, los agricultores debían aprender las nuevas técnicas del uso
del suelo a través de prácticas alternativas, hechas con los extensionistas que oficiaban como
profesores y los agricultores líderes, quienes eran impelidos a convocar a otros para
favorecer el aprendizaje del mayor número de ellos.

Estas prácticas sólo debían enseñarse en una cantidad mínima, para no confundir al
campesinado, partiendo de las terrazas de absorción internacionales, que algunos les decían
andenes sin piedra, como la práctica más óptima y perfecta. Con la justa se enseñaba que en
la parte de menor declive de las laderas debían enseñarse los surcos a nivel y la acequias de
infiltración para los pastos y forestales.

Posteriormente, los agricultores debían hacer réplicas en sus propias parcelas, constatando
que dichas técnicas favorecían a mayores rendimientos que sus prácticas tradicionales de
carácter supuestamente erosivo. Dichas réplicas debían ser realizadas con otros
agricultores, para así lograr un efecto multiplicador que se creía era la clave de la difusión
masiva de dichas técnicas.

b) El interés fundamental era difundir las prácticas conservacionistas a la mayor


cantidad de agricultores. Como el Programa sólo contaba con un número reducido de
extensionistas, había que enseñar esta metodología a todos los técnicos o profesionales del
Ministerio de Agricultura o de otras instituciones tanto del Estado como de las
Organizaciones No Gubernamentales que desarrollen labores de dirección o difusión de
cualquier tecnología en relación a la actividad agropecuaria. Sea ésta una tecnología en
relación al riesgo, forestación, asistencia técnica en general u otra. Para tal fin, el equipo
multidisciplinario del Programa, realizó cursos en las más importantes regiones agrarias del
área andina, durante el período 1982 – 1984.

Para llevar a cabo estos supuestos se impulsó la máxima difusión de las llamadas áreas de
comprobación. Estas consistían en pequeñas parcelas de los agricultores, las cuales se
subdividían en dos partes, una tratada con la nueva práctica conservacionista y otra testigo
del mismo tamaño e instalada al costado de la primera con la práctica tradicional de los
campesinos. Al comparar los rendimientos de ambas partes, se estimulaba oralmente a
ampliar dichas nuevas prácticas del área de comprobación en el resto de sus parcelas.

En el distrito de Chincheros en Cusco, contrariamente a lo establecido, se puso en práctica


directamente el área intensiva en la nueva práctica conservacionista que se intentaba
recuperar sin un testigo al lado, en la medida que los responsables del Programa en este
departamento sustentaban que los campesinos estaban persuadidos de la bondad de las
técnicas conservacionistas, al tener en cultivo, una gran cantidad de hectáreas en andenería
tradicional.

Por lo tanto, creían los técnicos que lo único que faltaba era un incentivo para que los
campesinos tengan con qué vivir mientras rehabilitaran o hicieran las prácticas tradicionales
anti-erosivas (alimentos o salario). Las monumentales prácticas construidas por sus
antepasados con sólidas piedras admirablemente unidas y utilizando también dos muros, uno
llamado núcleo y otro enchape para el ornato y belleza de las mismas, contrastaban con la
simplicidad de las terrazas internacionales que enseñaba el programa, ocasionando en
muchos casos que los campesinos las subestimaran.
Había que dirigirse a todos los agricultores que se pudiera contactar, previa convocatoria a
sus asambleas, y enseñarles en la práctica cómo se ejecutaban estas nuevas prácticas y
finalmente instarlos a cumplir el efecto multiplicador, es decir que los enseñados, a su vez
enseñen a otros. En este sentido no se delimitaba un espacio de actuación, abandonándose
las perspectivas de promoverlas en una cuenca o subcuenca. las áreas de comprobación
podían ser difundidas e instaladas en cualquier lugar donde haya interés de los agricultores.

c) Era necesario hacer un frente institucional para que la mayor parte de instituciones
difundan las prácticas sólo con su voluntad de trabajar con los campesinos para combatir la
erosión. Se comprometía a los técnicos de las instituciones que recibieran cursos – tres días
de duración – por el Programa para que difundieran más áreas de comprobación en los
mismos lugares donde realizaban su trabajo de campo. No interesaban tanto los diagnósticos
físicos o socioeconómicos: bastaba elegir como extensionista a un profesional del lugar que
conociese su idioma y sus costumbres.

Este extensionista se contactaría con determinadas personas con ascendencia al interior de


las comunidades sean estas enfermeros, profesores, líderes informales u otras que sirvieran
de intermediarios y apoyaran el trabajo de difusión. Se suponía que después de haber
comprobado la mayor productividad obtenida con las prácticas conservacionistas y en sus
propias parcelas, los agricultores iban “ADOPTAR” espontáneamente las nuevas
tecnologías.

DÉCIMO QUINTA LECCIÓN: Se comprobó que los supuestos tenía graves limitaciones en
la concepción tradicional de emisor-receptor, debían ser todos al mismo tiempo emisores y
receptores. Que técnicas tradicionales no eran necesariamente inferiores a las nuevas
señaladas por el programa. Esta metodología se reajustó al comprobar, en la práctica, que
los supuestos mencionados no reflejaban exactamente la realidad, la cual operaba en forma
diferente de la metodología clásica de extensión agropecuaria.

Si bien es cierto algunas prácticas tradicionales no eran las más recomendables desde el
punto de vista de impedir el lavado de los suelos, muchas de éstas prácticas eran rescatables
o perfeccionables, especialmente las que se encontraban fuera del observador en la medida
que se ubicaban lejos de las carreteras o de los valles interandinos. En la medida que las
áreas lejanas estaban menos deterioradas, porque en tiempos pasados, se sobre usaban los
suelos más cercanos al mercado. Se constató en diversos lugares tan distintos como Tarma,
Cajamarca, Cusco y Puno, que los agricultores realizan las llamadas barreras vivas y
muertas, como parte de su trabajo productivo.

Al roturar la tierra para una nueva siembra colocaban los rastrojos de las plantas y los
pastizales que crecen naturalmente después de la última cosecha en un costado en forma
ordenad, de esta manera se formaban hileras paralelas, en el sentido contrario a la
pendiente de las laderas, las cuales, detenían la caída del suelo que venía impulsado por la
escorrentía de la lluvia que caía en los suelos, formándose con el tiempo terrazas de
importante anchura.
Los mismos surcos en el sentido de la pendiente no eran totalmente erosivos como se creía,
tenían champas o terrones duros en sus lomos como para que cuando el agua circule la
erosión no sea significativa.
Se verificó que en muchas comunidades no se habían abandonado las terrazas o andenes
prehispánicas, que se los continuaban produciendo cuando aquellos se encontraban en las
partes bajas de las laderas.

En dichas partes, los cultivos se encuentran mejor protegidos al estar cerca de sus viviendas,
lo que les permitía controlar las incursiones de los animales para evitar que se hagan daño o
viceversa; para evitar los robos o por estar más cerca de las carreteras y el mercado aunque
no necesariamente al pie de ellas.

Esta técnica andeneril, en algunos de sus diseños prehispánicos, había sido mejor
desarrollada de lo que se suponía, seguía las curvas de nivel, se hacía con el terraplén más
ancho posible y donde era angosto, muchos agricultores habían destruido un escalón, para
anchar dichos terraplén, a fin de adaptarse a las condiciones actuales de uso generalizado
del ganado de tiro, el cual, opera más fácilmente en espacios más anchos.

a) Las técnicas enseñadas tenían sus limitaciones en cuando que no necesariamente se


adaptaban a las condiciones socioeconómicas y culturales de todos los lugares del área
andina. Las prácticas más enseñadas por el Programa como las terrazas de absorción y los
surcos en contorno para los cultivos y las acequias de infiltración para los pastos tuvieron
los primeros problemas.

Las terrazas en los lugares de mayor despoblación, menor cohesión comunal y mayor
diversificación ocupacional con una intensa migración eventual fueron poco aceptadas.
Cuando se les enseñaba – fuera de lo previsto al inicio del Programa, como es el caso de la
cuenca de Cajamarca – las terrazas de formación lenta fueron mejor aceptadas, que
requerían menor tiempo de trabajo, y además permitían que las laderas continuaran con
espacios más amplios, y así se pudiera usar la yunta con facilidad, éstas tenían una gran
aprobación, sobre todo cuando operaban mediante la ayuda mutua entre un grupo limitado
de familias, las cuales, podían con éste sistema de trabajo hacer las labores con mayor
celeridad.

Esta situación ocurre con mayor nitidez en el Norte, donde la tradición de realizar grandes
construcciones conservacionistas era muy exigua, y especialmente en las zonas que
presentaban las características socioeconómicas antedichas.

Este es el caso de las zonas de la provincia de San Marcos, en la cuenca de Cajamarca,


cuyas posibilidades de intercambio comercial no es necesariamente de productos
agropecuarios. Esta actividad comercial se realiza con la misma ciudad de Cajamarca y
Cajabamba o con las provincias serranas del Departamento de La Libertad.

En cambio donde la familia campesina se mantenía como unidad económica con cierta
fuerza, la cohesión comunal continuaba y las alternativas ocupacionales fuera de la
actividad agropecuaria eran muy restringidas: El interés por las terrazas de absorción o los
andenes tradicionales se despertaba con suma facilidad, al constatar los múltiples beneficios
de dichas prácticas.
DÉCIMO SEXTA LECCIÓN: Es decir, no bastaba comprobar el alza de los rendimientos
para animarse a realizar dichas prácticas; tenían que haber determinadas condiciones
socioeconómicas para obtener resultados positivos de parte de los agricultores (existencia de
mano de obra, fortaleza de sus organizaciones, impactos más significativos en sus ingresos,
alianzas comunales o de caserío, tiempo de trabajo libre, convenios entre agricultores, etc.).
En efecto, en las áreas de comprobación realizadas, se pudo verificar dicha alza.

En 71 de las áreas19 con papa, y que no habían sido fertilizadas tanto en su parte tratada
como testigo, se obtuvo un aumento de 142% en la parte tratada con terrazas con respecto a
la testigo; 44% en el caso de 97 áreas de comprobación en cebada grano; 200% en 14 áreas
de rabanito, y 1,019 en dos de alfalfa.

Si bien es cierto, estos incrementos eran más modestos en el caso de las áreas fertilizadas,
cuyo suelo se encontraba más gastado, la certeza que obtuvieron los agricultores del
significativo aumento del rendimiento de sus parcelas no fue suficiente para lograr el efecto
multiplicador.

Lo que había que hacer era cambiar el eje de la promoción de las prácticas: reposar lo
fundamental del trabajo más en los propios agricultores que en los extensionistas foráneos.
Lo más importante fue el hecho de que hubo un equipo muldisciplinario que dirigió, el
proyecto con los más importantes enfoques, agronómico, agrícola, sociológico, económico,
pasturas y forestal, quienes asesoraron directamente a ingenieros y técnicos de campo para
su mejor relación con los campesinos andinos, a quienes se animaba con el resultado
productivo de la prácticas conservacionistas. Este fue el secreto institucional y orgánico de
esta etapa.

4.0 Sistematización ampliada de la segunda etapa: Agrícola 1992-2001

4.1 Demandas socioeconómicas de los habitantes de las partes altas de las cuencas
andinas para adecuarse mejor al PRONAMACHCS

Los política de los gobiernos de Alan García 1986 y sobre todo del primer gobierno de
Fujimori, en respuesta a la agudización y los efectos de la crisis económica, 1988-1992 han
influido en el trabajo del proyecto y en la demanda de los habitantes de las partes altas de las
cuencas andinas.

Durante el gobierno de Fujimori, las "políticas de ajuste" presionaron sobre las economías de
los campesinos y entre ellos los usuarios o beneficiarios del proyecto. Los programas de
compensación “a los más pobres” por el ajuste, a partir del Estado y del resto de instituciones
de la sociedad civil, de alguna manera llegaron al campo andino, como las iglesias, ONGs, y
organismos internacionales.

Esta situación influyó de dos maneras:

19
La súbita aparición de una "competencia" de ámbitos y líneas de trabajo por instituciones que
incorporaron dentro de sus tareas, al apoyo a acciones de conservación de suelos y otras
mejoras, bajo la modalidad de alimentos por trabajo. Esto obligo al proyecto a:

- Convenir con estas instituciones


- Competir con ellos, buscando idénticos recursos de apoyo y otros.
- Abandonar temporalmente e incluso definitivamente, algunos lugares de trabajo.
- Adoptar un perfil bajo y seguir trabajando con algunos agricultores menos
influenciados por los incentivos.

Con el nuevo gobierno de Fujimori, se da inicio al reordenamiento de la economía del país y


se implementan las políticas de ajuste; los recursos de compensación social se orientan de
manera más contundente al campo. Esto coincide con el achicamiento del Estado y por tanto
con la desaparición de instituciones ahora presentes en el campo y canalizadoras de recursos.

Como se conoce, a partir de la segunda mitad del año 90, se da en el país un proceso de
racionalización severa del Estado. Este proceso es particularmente notable, en el sector
agricultura donde aproximadamente en 4 años se ha reducido el personal del Estado en un 80
a 90%.

El proyecto queda entonces como una de las pocas instituciones públicas con presencia
objetiva en el campo, como consecuencia de ello, el proyecto captó y orientó importantes
recursos bajo la modalidad de incentivos y fondos para el empleo temporal.

Esto lo distancia muy lejos de su propuesta estratégica para acometer en serio y en forma
autogestionaria, la conservación de suelos y el manejo de cuencas en el país, probablemente,
en algunos casos, el proceso fue difícilmente reversible. El asistencialismo ha calado fuerte
sobre muchas partes del país en donde ya la "emergencia", se está tornando en "permanente".

Consecuentemente, se reducen gran parte de las instituciones de funcionamiento y casi todas


las de inversión o desaparecen o se fusionan otras.

Progresivamente el PRONAMACHCS se consolida y crece tanto por que recibe nuevos


encargos, responsabilidades y recursos, también porque acoge a parte de los proyectos
racionalizados.

¿Qué significó todo esto para el proyecto?

- En primer término, la dinámica anterior del proyecto se modificó. De pronto se sintió


la necesidad de pensar y elaborar "proyectos" que respondan a la nueva realidad. Esto
aumentó la presión de trabajo sobre los grupos y también a una especie de
"activismo";

- el proyecto creció en tamaño y cobertura, se apertura plazos, agencias y también


nuevas actividades, algunas veces no precisamente encuadradas dentro de las
actividades normales del proyecto. El crecimiento es en extremo desordenado sino
caótico para algunas agencias;
- los nuevos encargos a menudo se formaron en tareas improvisadas para los equipos
que se dinamizaron de manera distinta. Este "desorden" fue acentuado por una
carencia de directivas viables y un apoyo o acompañamiento "profesional" por parte
de la dirección central del proyecto;

- los nuevos encargos y responsabilidades, fueron asumidos con un exceso de


optimismo que se desencadenó en un activismo de eficiencia difícilmente evaluable.
No pudo ser de otro modo, por cuanto el proyecto comenzó a adolecer de una
estrategia que lo oriente, hubo una tendencia al activismo y el alcance de metas sin
profundizar en la calidad de los productos. Esto no descarta los trabajos masivos que
se hicieron sobre todo con los concursos de prácticas de cuidado de los recursos
naturales y riego, que abarcaron microcuencas enteras y significaron verdaderas
movilizaciones de campesinos.
La oficina de planificación y los planificadores locales de los equipos regionales, han hecho
esfuerzos por consolidar anualmente planes operativos que se quedaron cortos o lejos de la
realidad, principalmente por estar sujetos a externalidades muy cambiantes, aunque también
probablemente debido a la falta de un diagnóstico de la situación integral de las cuencas y
microcuencas donde se trabajaba.

Los habitantes rurales andinos al comprobar este nuevo giro del proyecto, crecieron en su
demanda de un mayor apoyo a la agricultura mediante proyectos de irrigación y de fomento
agropecuario para obtener varias cosechas al año y potenciar su productividad. No se
conformaron en la mera conservación, de tal manera que los incentivos se transformaron de
picos y palas a semillas, abonos y pequeñas máquinas agroindustriales, que les permitiese
conformar pequeños grupos de asociaciones de productores agroindustriales con empresas
comunales o de caserío, bajo la forma de organización tradicional del ayni.

Los casos más ejemplares y emblemáticos de esta actitud de los habitantes andinos, se pudo
constatar en La Encañada en Cajamarca, en el proyecto PIDAE, que hemos mencionado en
la síntesis de la segunda etapa y en las comunidades alrededor de la laguna de Piuray en
Cusco, donde se forman los primeros MIMAS.

El PRONAMACHCS con esta ventaja del apoyo de los organismos internacionales, más del
propio Estado que inició una agresiva política social de apoyo a las poblaciones
marginadas, especialmente de las partes altas de las cuencas andinas, abandonó las
relaciones interinstitucionales y sesgó la constitución de los comités de gestión de
microcuencas, solo entre PRONAMACHCS y las comunidades o alcaldías distritales,
generándose una competencia con las instituciones desplazadas, especialmente las ONGS,
que a su vez ocasionó una tendencia a tensiones interinstitucionales, que dificultaron la
agilización y fluidez del trabajo en las cuencas.

En otras palabras, al calor de la promoción de las prácticas de conservación de suelos,


promoción de la forestación y reforestación con la instalación de un sinnúmero de viveros
forestales, el PRONAMACHCS, bajo la coyuntura internacional de las políticas sociales, de
esta segunda etapa, como contraparte, de la liberalización de la economía, entró en una
etapa en que orientó al organismo a promover del cuidado de los recursos naturales a la
articulación de los habitantes rurales andinos al mercado, no solo para ampliar su volumen
de ventas, mejoras en la calidad de sus productos y productividad sino también para trabajar
con una diversidad de insumos, indispensables, para un futuro desarrollo integral. Se pasó
del riego al fomento agropecuario en forma colectiva.

A pesar de estos avances, no se tuvo una propuesta integral y sistémica de todos los
elementos que conformaban estos nuevos insumos promotores del desarrollo y en especial de
los elementos naturales y humanos que conformaban las microcuencas dentro de una
planificación de la cuenca. Esto hizo que estos se dispersaran y perdieran su enlace. Se
encontró que en muchos lugares (laderas o zonas ecológicas o de producción, se colocaban
terrazas, en otros se forestaba y en otros se hacía fomento agropecuario y en otros se
instalaba cobertizos para los animales, no hubo una interacción fluida de todos los
elementos, restando eficacia al trabajo realizado.

Esto se debió a la falta de un modelo sistémico, al aporte de fuentes de financiamiento que


apoyaban por separado el riego, o la forestación u otros y al crecimiento súbito de
promotores del PRONAMACHCS, que llegaron a cubrir todas las provincias del país, en las
partes altas de las cuencas andinas, tanto del Pacífico como del Atlántico. Esto pasó con el
programa regular del PRONAMACHCS, que se diferenció de los proyectos de alivio a la
pobreza que si exigían y tenían financiamiento para todos los componentes del
PRONAMACHS, que permitió que se junten y se articulen en beneficio de un impacto
favorable al cuidado del ambiente de las microcuencas.

DECIMO SÉPTIMA LECCIÓN

Una de las lecciones más claras de esta etapa fue que cuando un programa de cuencas es
debidamente apoyado por el Estado y las instituciones financieras y técnicas, se requiere
reforzar el equipo técnico directivo al máximo nivel para que se genere un modelo sistémico
que vincule las diferentes partes, insumos y componentes de las microcuencas en sí mismas y
las microcuencas entre sí, de tal manera que se formen eslabones que articulados produzcan
efectos duraderos en toda la cuenca.

A diferencia el PRONAMACHCS, ante su tremendo crecimiento, se preocupó más del


crecimiento hacia abajo, debilitando su capacidad de producción de nuevos esquemas de
trabajo sistémico dentro de la cuenca. Solo la presencia de los MIMAS generó un primer
nivel de articulación del trabajo con diferentes insumos: Conservación de Suelos, fomento
agropecuarios, con forestación reforzándose mutuamente, producción de cultivos riego y
procesamiento post cosecha dentro de una perspectiva del cuidado y productividad de toda la
cuenca.

4.2 ¿Qué tecnologías se promovieron tanto para la conservación de los recursos como
para el fomento agropecuario y sus logros?

Se multiplicaron las tecnologías empleadas, las cuales, se aplicaron en una amplia cobertura
de las microcuencas. Sin embargo, si bien tuvo efectos benéficos para la calidad de la
población, si hubieran sido planificadas en forma articulada los efectos, habrían sido mayores.

En sus primeros 10 años (1981-1990), el proyecto pudo proponer la instalación de diferentes


prácticas conservacionistas en 7,952 hectáreas. En cambio, en sólo tres años (1991-1993), ha
logrado 15,482 hectáreas, duplicando su rendimiento, en relación a una etapa más larga.
Asimismo, en forestación se avanzó en dichos 10 años, 44,299 hectáreas, y en los mismos tres
años se logró 44,725 hectáreas, lo que nos indica que se ha venido reimpulsando la actividad
forestal en el programa.

Así también, los logros en la instalación de obras de infraestructura comienzan a ser


importantes, se ha mejorado e incrementado en los años 1992 y 1993, 101,180 hectáreas de
cultivo, pastizales o forestales, en favor de 60,316 familias y si se incorporara las metas del
año 1994, tendríamos 137,160 hectáreas y 82,213 familias respectivamente. Asimismo, se ha
avanzado el 60% de 12 minicentrales eléctricas, las cuales, están en ejecución en diferentes
departamentos; todavía falta por terminar la gestión o instalación de 16 más. Se ha concluido
15 proyectos de instalación de redes eléctricas, se ha avanzado el 80% de 14, faltando 13 más
por concluir su tramitación.

Así también se ha empezado algunas obras de saneamiento rural y de centros de acopio, lo


cual, abre la posibilidad de que el proyecto entre a la post-cosecha y por tanto pueda también
incentivar la formación de empresas multicomunales de servicios agropecuarios en base a
microcuencas, como ya se inicio en la provincia de San Marcos en Cajamarca. Todo ello en
base a un notable y visionario esfuerzo de la respectiva agencia del PRONAMACHCS, con el
apoyo de la comisión de las cajas rurales, promocionadas por el Ministerio de Agricultura y
organizadas por los propios agricultores.

La ley de empresas comunales y multicomunales posibilita que se puedan formar estas


empresas en base al espacio cuenca, o en sus subcuencas o microcuencas, lo cual, abre
estratégicamente la posibilidad de una alianza, dentro de estos espacios geográficos entre las
organizaciones de los pequeños agricultores sean estos caseríos, rondas campesinas,
comunidades campesinas o nativas, tanto para el manejo del espacio como para el desarrollo
empresarial y de los servicios agropecuarios.

En otras palabras, en el programa regular de PRONAMACHCS, se aplicó un conjunto de


técnicas y tecnologías no articuladas, sin un sistema técnico que las coordinara, en beneficio
de todas las microcuencas tratadas. Y lo más preocupante fue que el trabajo de las
microcuencas, se independizó de la planificación de toda la cuenca, no fueron parte de una
estrategia para llegar a toda la cuenca. Esto hizo que el activismo se profundizara y no se
hiciera trabajos estratégicos, como la prevención de desastres naturales, tratamiento de
áreas críticas, bosques de protección, que son parte de un enfoque de cuencas.

DECIMOOCTABA LECCIÓN: Si bien se avanzó significativamente en agregar componentes


del cuidado de los recursos naturales de las microcuencas y su articulación con el mercado,
estos estaban divorciados de una estrategia de trabajo de toda la cuenca a largo plazo, de tal
manera que las microcuencas, aun siendo unidades de extensión, promoción y cuidado
práctico de los recursos naturales y su potenciación, se les tratara, como parte de una
unidad de planificación de toda la cuenca, tal como hacen los brasileños en las cuencas del
sur: Paraná, Santa Catarina y Rio Grande Do Sul. Sin embargo, se reconoce que a través de
las microcuencas tratadas dentro del proyecto MIMAS, si se tuvo, en forma relativa, los
componentes de las microcuencas articuladas, aunque lamentablemente desarticuladas del
trabajo de toda la cuenca, debido al interés fundamental del Banco Mundial y de los
organismos de desarrollo, al tomarlas solo como campos de la lucha contra la pobreza y no
como espacios estratégicos que van a permitir beneficiar a toda la población de la cuenca.

4.3 ¿Cuáles son las características socioeconómicas de habitantes de las partes altas de
las cuencas, que aceptaron la nueva propuesta tecnológica de PRONAMACHCS?

Con la nueva propuesta tecnológica que incorporaba no solo el riego sino otros componentes
que si impactaron en la calidad de vida de la población de las partes altas de las cuencas
andinas, como la instalación de pequeñas centrales eléctricas, promoción de nuevos cultivos,
semillas, máquinas agroindustriales etc. El interés de los habitantes rurales se incrementó y
los campesinos medios o ricos y pequeños empresarios rurales, poco interesados, en entrar
en la primera etapa del PRONAMACHCS, mostraron su voluntad de trabajo, multiplicándose
la participación de un gran número de habitantes rurales de dichas partes altas de las
cuencas
.
Se generaron hasta 1,550 pequeñas empresas comunales, que basándose en su colaboración
en el cuidado de los recursos naturales, haciendo terrazas, acequias de infiltración para
pastos y forestales, recibían los beneficios múltiples. Sin embargo, desde 1998, el país entra
en recesión y el apoyó, sobre todo para el programa regular, no financiado por el Banco
Mundial o por el JBIC, bajó ostensiblemente. Los campesinos acostumbrados al apoyo
externo, cesaron su colaboración y fueron conminados a apoyar las elecciones de un
candidato predeterminado.

LECCIÓN DECIMONOVENA:

La gran lección de esta etapa es la poca sostenibilidad que tiene las propuestas de avances
agresivos, tanto en el cuidado de las microcuencas, como la calidad de vida de la población,
cuando se basan principalmente en el apoyo externo del gobierno, organismos
internacionales u otras formas de apoyo externo, de tal manera que cuando cesa el apoyo, se
inicia una etapa de regresión del trabajo realizado. Solo la actividades apoyadas por los
MIMAS, quedaron con cierto impulso, por el financiamiento más estable, proveniente del
exterior. Sin embargo este apoyo disminuyó con la recesión.

4.4 Cambios en la metodología de promoción, desarrollo institucional y extensión del


PRONAMACHCS en la segunda etapa

Hubo un cambio en la metodología de promoción, de áreas de comprobación se pasó a


sectores de tratamiento que abarcaban espacios grandes, se optó por los concursos, donde se
movilizaban cientos de campesinos para que se ubiquen en determinadas áreas y mostrasen
lo que habían aprendido, con un sistema de premios a los ganadores.

Institucionalmente, se creó y fortaleció la dirección de infraestructura rural, al lado de la de


conservación de suelos y forestales y se generaron agencias en todas las provincias donde
había partes altas en las cuencas andinas.

Se impuso la motivación de las metas, alcanzando el programa, indicadores muy ambiciosos


en hectáreas cubiertas, insumos y componentes del desarrollo rural. La segunda etapa fue de
enorme movilización de los ingenieros y técnicos de campo, que trabajaron combinando los
incentivos, con los concursos con premios cada vez más atractivos, unión de caseríos o
comunidades en faenas con el concurso de una población muy grande.

VIGÉSIMA LECCIÓN:

Si un programa de cuencas pretende masificar el trabajo en las partes altas de las cuencas
andinas tiene que recurrir a las tradiciones de organización del trabajo tradicionales como
las faenas comunales y los grupos de trabajo ayni y no solo ello, bajo la intermediación del
Estado. Todo ello con el acompañamiento de las alcaldías y mancomunidades de alcaldes y
presidencias comunales, debe promover las alianzas entre comunidades y caseríos del mismo
distrito y entre distritos, logrando que se potencie la mano de obra para actividades que
demandan muchos jornales, en las partes altas, que habiendo pasado, por un proceso
agresivo de migración, con motivos económicos, de desplazamiento frente al terrorismo y al
cambio climático, han llegado a un proceso de despoblación. En las condiciones actuales, el
PRONAMACHCS, demuestra el poco avance que se puede hacer solo trabajando con una
sola comunidad.

VIGÉSIMA PRIMERA LECCIÓN

Siempre existe la tentación de que al beneficiar a un importante número de habitantes


rurales andinos, se consiga su apoyo tanto en el campo, como su creciente influencia en la
ciudad y de esta manera se le vea y se le trate, como apoyo electoral y se use su concurso
para obtener votos y lograr importantes opciones de salir airosos. El uso de este recurso,
ocasionó un descontento tanto en los ingenieros de campo, los técnicos y los promotores
campesinos de campo, como en los propios campesinos, restando autoridad y limitando el
avance en el cumplimiento de las metas en el cuidado de los recursos naturales de las partes
altas de las cuencas andinas. El estado es de todos y no puede usarse el fondo que es de
todos solo para el interés de un partido o movimiento.

VIGÉSIMA SEGUNDA LECCIÓN: Se comprobó que los supuestos mecanismos de


promoción tradicionales como los incentivos, la captura de los líderes y los discursos, tenían
graves limitaciones en la concepción tradicional de emisor-receptor, debían ser todos al
mismo tiempo emisores y receptores. Y que técnicas tradicionales no eran necesariamente
inferiores a las nuevas, señaladas por el programa. Esta metodología se reajustó al
comprobar, en la práctica, que los supuestos mencionados mecanismos de promoción, no
reflejaban exactamente la realidad, la cual operaba en forma diferente de la metodología
clásica de extensión agropecuaria.
Cuadro 20: Logros de la segunda etapa de auge de PRONAMACC
UNIDAD 1994 1995 1996 1997.0 1998 1999 2000
               
N° Proyectos 225 229 357 541.0 539 812 559
Km 166 91 238 383.0 376 565 384
Héctareas 68.272 47.309 47.128 44.0 47.905 61.315 33.333
Familias 41.913 28.33 35.301 49.5 47.72 69.628 44.805
               
Plantones 19,418.739 19,996.993 55,421.631 85,826.162 79,528.680 67,180.437 61,981.576
Hectáreas 22.726 15.286 41.833 62.135 51.707 46.045 38.708
Familias 64.132 74.205 170.95 177.625 362.960 226.494 233.183
               
Hectáreas 7.108 9.099 14.670 16.502 25.367 21.130 23.668
Hectáreas 2.872 2.968 5.030 7.488 14.910 13.468 15.251
Diques - 4.406 10.155 12.575 16.495 8.233 7.509
Familias 53.585 54.646 69.925 150.498 223.010 226.494 233.183
               
Hectáreas 3.576 3.922 9.815 15.430      
Hectáreas - - - - - - -
Almacenes 86 164 4.406 340 462 358 579
Unidad - - - - - - -
Familias 70.483 74.463 135.556 133.218 175.428 150.545 163.220
               
Proyectos 25 110 11.000 16.000 9.000 - -
Familias 7.486 16.914 3.039 3.023 1.718 - -
Nuevos soles 7,838.44 17,077.274 2,643.791 2,568.589 2,379.611 - -

Fuente: Pablo Sánchez, conferencia sobre PRONAMACHCS, Lima 2008


5) Sistematización ampliada de la tercera etapa: Desarrollista 2002-2009

5.1 Nuevas condiciones sociopolíticas generan cambios significativos en


PRONAMACHCS

Después del triunfo en las elecciones del Presidente Toledo, PRONAMACHCS se declaró en
reorganización, habiéndose hecho un diagnóstico que esta institución se había convertido en
un medio electoral a favor del presidente Fujimori, entonces, se despidió alrededor de 200
ingenieros y técnicos de campo, muchos de ellos que habían aprendido las estrategias y la
metodología de trabajo de promoción de las tecnologías del cuidado de las cuencas y su
enlace con los mecanismos de mercado. A cambio de ello, se contrataron muchos técnicos y
profesionales que poco tenían que ver con las especialidades del cuidado de las cuencas:
contadores, abogados, economistas, etc. PRONAMACHCS disminuyó ostensiblemente su
ritmo de trabajo.

Al mismo tiempo, se diseñó otro planteamiento respecto a la naturaleza de PRONAMACHCS,


se planteó que los espacios de cuencas fueran de desarrollo rural integral. Para que el
diseño sea sistemático se conformó una comisión que elaboró un nuevo diseño que incluyera
todos los ingredientes del desarrollo rural, incidiendo en el desarrollo agropecuario.

Mientras tanto, el PRONAMACHCS, se le redujo al máximo el presupuesto y la labor de los


técnicos de campo se limitó a mantener lo que se había hecho, con las limitaciones de no
contar con los técnicos adecuados, disminuyendo ostensiblemente el número de agencias del
PRONAMACHCS.

Prácticamente el programa regular se restringió al máximo y lo único que funcionó con


operatividad fue la continuidad de los MIMAS, a través de la cooperación japonesa, que se
le llamó JVIC, la cual, continuó con el esquema anterior con mucho mayor racionalización y
sistematización todavía.

5.2 Hacia un Desarrollo rural Integral

Pese a los límites señalados, todavía se conservó un contingente de técnicos intermedios y de


campo especialmente a través de los proyectos JVIC, que propiciaron el cierre de un sistema
tecnológico que unía el manejo o cuidado de los recursos naturales con los mecanismos del
mercado.

Desde el punto de vista tecnológico se terminó de definir las terrazas de formación múltiple
que incluían, terrazas de formación lenta, una zanja intermedia, un talud de champa y una
hilera de árboles con especies, cuidadosamente estudiadas, no solo con fines de protección
sino de explotación maderera.

Asimismo, con algo nuevo en PRONAMACHCS dentro del proyecto JVIC, se indujo a los
campesinos a tener campos de forestación y reforestación con fines de explotación maderera,
como la que mostramos en la figura siguiente. Se ha podido constatar en el campo, que los
campesinos de solo agropecuarios pasaron a ser cultivadores forestales mercantiles. con
ingresos económicos importantes como en Cusco y Cajamarca.
Los productos obtenidos en las áreas conservadas o cuidadas, se destinaron para ser
transformados en productos agroindustriales para el mercado con resultados significativos.

El problema estuvo que si bien estos esquemas de relacionamiento del cuidado de las
cuencas con la articulación del mercado trajeron importantes resultados, la pregunta es que
si quisiéramos masificar en amplios espacios estas propuestas, el financiamiento
sobrepasaría lo previsible o lo posible. Habría que idear un nuevo esquema que con los
recursos propios que tienen los campesinos, estar en condiciones de armar un enfoque
sistémico viable y generalizable, en amplios espacios. PRONAMACHCS, en su segunda
etapa lo estaba consiguiendo.
Vista de zanjas de infiltración después
de una lluvia intensa

BOSQUE PROMOVIDO POR PRONAMACHCS

Fuente: PRONAMACHCS 2007, MINAG


Fuente: PRONAMACHCS 2007.
Cuadro 21: Componentes del apoyo de PRONAMACHS a las partes altas de las cuencas andinas
UNIDAD 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007
               
N° Proyectos 438 118 68 38 27 117 -
km 298 116 74 44 12 144 -
Hectáreas 33792 8836 3515 2274 2624 14380 -
Familias 35583 8822 5014 2629 3870 10909 -
               
Plantones 42,897,647 41,395,029 36,338,596 26,743,276 38,620,230 30,979,677 18,940,303
Hectáreas 18988 20183 10736 8933.000 12544.000 9742.000 185
Familias 207152 174580 169630 147286.000 144242.000 143342.000 132918
               
Hectáreas 25264 29249 24185 12380 7208 10256 2670
Hectáreas 15162 11178 7967 5326 1025 3285 1823
Diques 3707 11400 7749 6898 2762 4218 3094
Familias 207152 174580 169630 147286 129829 138969 128393
               
Hectáreas 7631 8428 4090 1506 1290 2908 14229
Hectáreas 5386 9237 35265 1046 419 3671 186
Almacenes 313 369 152.000 86 13 358 6
Unidad - - - - - - 7275
Familias 145006 122206 118741 100533 91040 86004 36930
               
Proyectos - - - - - - -
Familias - - - - - - -
Nuevos soles - - - - - - -
Fuente: PRONAMACHCS 2006.
5.3 Nuevos métodos de promoción e institucionalidad

Con la instalación de los JVIC y el importante financiamiento que todavía se tuvo, a


diferencia del programa regular que se redujo al máximo, los métodos de promoción se
cambiaron, se optó por incentivos significativos, como la donación de abonos y pesticidas,
plantones, sueldos y salarios, etc, lo que obviamente trajo una respuesta “positiva” de parte
de los habitantes de las partes altas de las cuencas andinas.

El mismo PRONAMACHCS cambio institucionalmente, de direcciones de línea a gerencias,


poniendo el acento en la gerencia de desarrollo rural, que insistía en la integralidad del
desarrollo. Tanto los métodos de promoción “apreciables” como la cantidad significativa de
componentes del proyecto JVIC, hizo estallar los programas regulares de PRONAMACCS en
los lugares donde no se aplicaba el JVIC. Y toda la actuación se redujo a los proyectos.

VIGÉSIMA TERCERA LECCIÓN

La gran pregunta es si es posible con la gran deuda histórica del descuido de nuestras
cuencas, especialmente en nuestras partes altas, que se consideran estratégicas, poder
dedicar un programa masivo, teniendo dos grandes tareas como son: El cuidado o gestión de
nuestras cuencas y el desarrollo rural. La práctica nos indica que muchas veces se sacrifica
la conservación por la producción, el largo plazo por el corto plazo, lo productivo por lo
conservado.

Y que más bien, es pertinente constituir un programa de cuencas, con fines de manejo y
gestión y relacionar esta institucionalidad con otra institucionalidad que se dedique a la
promoción del desarrollo rural en las áreas conservadas y protegidas. Sin embargo, la
existencia de las dos institucionalidades debe garantizarse, porque la historia del
PRONAMACHCS, también comprobó que solo con áreas conservadas, la población podría
estar interesada un tiempo, aunque posteriormente se corre el peligro que este programa se
desinfle.

5.4 Mejoras en la calidad de vida de la población por efectos del PRONAMACHCS y la percepción de
parte de los habitantes rurales andinos de dos microcuencas emblemáticas.

Se puede afirmar con cierta seguridad que los beneficios de los habitantes rurales por
influencia del programa PRONAMACHCS, han sido reales y múltiples, de acuerdo cómo se
iban incorporando, cada vez más, nuevos componentes que incidían en la calidad de vida de
la población. Y cuando estos componentes se desarticularon en su inicio, en la segunda
etapa, a través de los proyectos MIMAS y JVIC 1 Y 2, se fueron también integrando dentro
del espacio de las microcuencas. Esto lo podemos corroborar a través de dos casos, en las
microcuencas de los ríos Llaucano, Maygasbamba y Maygasbamba que pasan por la
provincia de Bambamarca en el Departamento de Cajamarca y en la microcuenca de Jabón
Mayo que pasa por las provincias de Canas y Canchis. Se escogió estas microcuencas para
no seleccionar la microcuencas más conocidas de PRONAMAHCS y en donde esta
institución concentró sus esfuerzos, como las que pasan por el distrito de la Encañada en
Cajamarca o Piuray en Cusco, con el fin que la muestra refleje las microcuencas más
representativas y promedio del trabajo de PRONAMACHCS y que han tenido un trabajo con
el MIMAS y el JVIC 1 Y 2, con el cual concluye esta institución.
En el cuadro 22, en la encuesta que se aplicó en el 2009, se puede ver cómo los campesinos
tuvieron, con la experiencia de PRONAMACHCS y otras instituciones, un reordenamiento de
sus actividades, al obtener mayores ingresos a través de la agricultura y la ganadería,
respecto hace diez años, en 1999, sus ingresos provenían en un 70.8% de la agricultura; en
cambio, el 2009, sus ingresos subieron en un75.7, los cuales, provinieron de esta actividad.
Lo mismo pasó en la ganadería, al constatar que sus ingresos pararon de un porcentaje de
13.9 a 17.6 en dichos años. Esto mismo se constata en Cusco y en Cajamarca. Y con claridad
se ve el fenómeno con respecto a los beneficiarios del programa, que voluntariamente
trabajaron con PRONAMACHCS y los que no trabajaron, especialmente en la agricultura.

Si se trata de ver cómo el PRONAMACHCS influyó en la obtención de dinero, en el cuadro


23 se constata que mientras en 1999, los campesinos de Cajamarca, con algún trabajo de
conservación señalan haber percibido 146 soles y los que si tenían trabajo de conservación,
138 soles; en cambio en el 2009 subieron hasta 257 soles con poca conservación y con
conservación 234 soles; es decir, duplicaron sus ingresos.

En el caso del aumento de la producción agrícola, en el cuadro 24, se puede observar que
los que tuvieron una baja irrigación, aumentaron su producción, según sus percepciones, en
un 63% y los de alta irrigación 66% en el caso de Cajamarca. Y los del Cusco en 60% con
baja irrigación y 62.5% con alta irrigación. Sorprende que el aumento con alta irrigación
haya sido solo un poco mayor que el de baja irrigación, lo que refleja la poca concentración
de PRONAMACHCS, en este campo, muy relacionado con el hecho que un sector de
ingenieros de campo se contentan con “poner el canal” y no sacarle el máximo provecho con
la mejor administración del mismo.

El resultado final del PRONAMACHCS, se ve también en la parte ganadera cuando se


compara que en Cusco los beneficiarios del PRONAMAHCS mejoraron la raza en 4.77 de
sus unidades vacas frente 2.83 de los no beneficiarios del programa en el mismo lugar, lo
mismo se ve en las unidades de vacas mejoradas cruzadas y la criollas, ver cuadro 25.
En la parte de bosques, cuadro 26, el resultado es más notable, los de Cajamarca señalaron
que mejoraron sus bosques en un 87% , esto sucedió tanto en Cajamarca como en el Cusco Y
estos porcentajes aumentan en el caso de alta irrigación, como vemos en el cuadro 26.

Y en el cuadro 27, nos muestran en qué tecnologías enseñadas por PRONAMACHCS, ellos
incidieron; es decir recibieron capacitación o enseñanzas y las pusieron en práctica. En este
caso, se nota cómo el PRONAMACHCS, logra que un 93% realice prácticas de terrazas de
formación lenta, un 100% en zanjas de infiltración para pastos y forestales; en un 83% en
forestación y en un 55% en pastos cultivados y un 40% en almacenes de semillas. Menor
porcentaje dicen haber sido capacitados y haber practicado en otros rubros o actividades.
Solo un 20% en el caso de las pequeñas irrigaciones, solo 11% de las iniciativas
empresariales y otras. La incidencia en el cuidado de las cuencas sobre la parte productiva
es notable. Una visión más detallada y gráfica de estos resultados, se pueden ver en el anexo
II de este texto.
5.5 Finalización del PRONAMACHCS y su ubicación dentro de AGRORURAL

Como ya se señaló el cierre de PRONAMACHCS se debe a la gran confusión entre los fines
de un programa de gestión y manejo de cuencas y la lucha contra la pobreza o la lucha
porque la población rural se incorpore beneficiosamente en el mercado. Un programa de
cuencas más allá de estas contingencias, más bien te garantiza y asegura, en todos los
tiempos, el cuidado de los recursos naturales y humanos de toda la población de toda la
cuenca.

Es cierto que tanto la superación de la pobreza como el bienestar dependen en última


instancia de la potenciación de nuestros recursos naturales. Sin embargo, la tarea del
cuidado de nuestras cuencas andinas es tan grande y fabulosa que si se confunde un
programa de gestión de cuenca con un programa productivo, lo lógico es que lo productivo
termine minimizando la conservación.

Siempre lo productivo termina siendo más urgente y más rentable, en forma inmediata. Por
tanto, la existencia de organismo promotor independiente como el PRONAMACHCS, se hace
urgente. Esto no quiere decir que no exista otro organismo que coordine con el primero, para
convertir el cuidado de los recursos naturales en una utilidad para el mercado, ni tampoco
que el PRONAMACHCS, también oriente sus acciones para el desarrollo rural. Debieran
existir los dos organismos bajo la entidad de una coordinadora.

6.0 LECCIONES MÁS ALLÁ DE LAS ETAPAS

Más allá de cada etapa existen lecciones que la experiencia de PRONAMACHCS nos otorga,
que surgen de su de la conducción y puesta en práctica del único programa masivo de
promoción de la gestión de cuencas que ha tenido el país.

VIGÉSIMA CUARTA LECCIÓN

La estrategia de PRONAMACHCS para acercarse a los habitantes rurales de las partes altas
de las cuencas andinas, parte desde el inicio hasta el fin, en generar comités de conservación
de suelos, forestación, pastos, agroindustria, que funcionan como una proyección del
programa dentro de la población: Fueron como una expresión orgánica en los habitantes de
los fines de PRONAMACHS, si bien, esta forma de organización le trajo resultados, para el
logro de sus metas, la experiencia demuestra, que mejor es partir de las propias
organizaciones comunales o de caseríos, con apoyo de las alcaldías, para que estas asuman
el cuidado de las cuencas como algo de ellos y no solo como una exigencia de una entidad
externa.

Se constata que esta forma de organización desde las bases no consolida un empoderamiento
independiente y maduro de parte de los habitantes del cuidado de las microcuencas y
cuencas. Esto se prueba con los hechos, es decir, después de que el PRONAMACHCS,
decayera o se integrara a Agrorural, estos comités, en su mayoría, han quedado inactivos,
salvo los que se formaron con una metodología participativa e intercultural, los cuales aun
están funcionando y representan un mecanismo de apoyo para la gestión de la cuenca y
también un medio para impulsar el desarrollo rural integral.
VIGÉSIMA QUINTA LECCIÓN

Con la experiencia de PRONAMACHCS se constata que para que los habitantes o


intervinientes o actores sociales en las cuencas, entren en un proceso de gobernabilidad de
las microcuencas y cuencas, se requiere un proceso de unificación y de alianzas entre los
comunidades y caseríos andinos o entre las empresas, o entre las entidades públicas o
privadas o ONGs o entre las empresas. Primero entre las comunidades y demás actores de
los diferentes distritos, entre las comunidades o caseríos de la margen derecha e izquierda de
la fuente de agua principal, sea un río, lago, laguna u otra fuente. Todo con el fin de que las
ideas y propuestas que vengan a los comités de microcuencas y a los consejos de cuencas
representen el sentir y propuestas de por lo menos de un sector significativo y representativo
de los actores que viven o explotan los recursos naturales de las partes altas de las cuencas.
La alianza o coordinación entre empresas y comunidades, mediante los comités de
microcuenca y consejos de cuencas, podría tener un enorme espacio en estos comités y
consejos, tratando de que sus acuerdos tengan la debida fuerza y legalidad.

VIGÉSIMA SEXTA LECCIÓN

Si bien, fue sumamente acertado empezar el trabajo en las microcuencas, desde abajo hacia
arriba, la estrategia de PRONAMACHCS, tuvo la debilidad de carecer de un planteamiento
para que las microcuencas, trabajaran y se apoyaran entre ellas y se avanzara hasta llegar a
toda la cuenca, dentro de planes maestros de cuencas.

Solo se avanzaba en las microcuencas que se podía. Las priorización de cuencas y estudios
de cuenca que si se hicieron, no se convirtieron en guía para la acción sino solo fueron
documentos que se elaboraron por la existencia de una demanda desde arriba.

Si bien PRONAMACHS superó la estrategia del ex INRENA, que creaba gobiernos de


cuenca, desde arriba y que de alguna manera se está reproduciendo este proceso con la
Autoridad Nacional del Agua ANA y las gobernaciones regionales: al generar los comités de
gestión de microcuencas, esta acción no fue hecha, como parte de una planificación de toda
la cuenca.

Estas bases sociales de la gestión de las cuencas, que son las microcuencas o unidades
mínimas necesarias para la gestión de toda la cuenca, se quedaron sin perspectiva. Sin
embargo, como esta generación de comités de gestión de microcuencas no fue una dinámica
que creara alianzas entre comités de gestión de microcuencas, bajo una perspectiva de
gestión de toda la cuenca, no se consolidó esta excelente idea de iniciar el movimiento
orgánico de la cuenca desde abajo, desde las microcuencas, desde hacia arriba, de lo más
pequeño a lo más grande.

VIGÉSIMA SEPTIMA LECCIÓN

Pese a la debilidad que muestra PRONAMACHCS en la vigésima séptima lección, se destaca


que en algunas acciones si se hicieron trabajos conjuntos entre microcuencas, que pueden
ser fuente de imitación para un programa de cuencas. Estos ejemplos son los siguientes: Los
concursos masivos de desarrollo tecnológico y cooperación, que se hicieron en diferentes
partes como en Cajamarca, Cusco, Huánuco y otros
Fueron no solo una movilización entre los actores sociales al interior de cada uno de las
microcuencas, sino también entre microcuencas, lo que significó una movilización de mano
de obra y sinergia de singular efectividad.

Así también otro ejemplo lo representan, los trabajos tipo faenas comunales gigantescas, que
se hicieron, en algunas cuencas, con la participación de caseríos y comunidades para hacer
obras de conservación de suelos, que requieren gran demanda de mano de obra para hacer
avances significativos.

VIGÉSIMA OCTABA LECCIÓN

Se constata que si bien PRONAMACHCS fue consciente que cuando trabajaba en las partes
altas se estaba trabajando con las otras culturas y muchas veces se entró en un proceso de
adaptación y transformación de sus estilos de trabajo, como tener ingenieros de campo que
hablaran en quechua en lugares donde este idioma predominaba, participación en fiestas y
ceremonias, cada vez que se iniciara o terminara un trabajo; adoptara algunas tecnologías
como las Champas, para construir el muro de las terrazas y las faenas comunales o ayni o
ayuda mutua como forma de trabajo tradicionales:

No hubo una estrategia de desarrollo del método de interculturalidad, mediante el cual, se


recoja los aportes de ambas culturas, en igualdad de condiciones, para diseñar e
implementar las tecnologías conservacionistas, el tipo de organización para las acciones, la
acción de los yachachis o maestros o curiosos campesinos que difunden las tecnologías.

Métodos del PRONAMACHCS, como el P-CUBO, que si tenían en cuenta, la participación


de los comuneros, los diseños del futuro por parte de las familias y comunidades sobre lo que
querían hacer para el futuro, priorización y planes de temas de acción y otras prácticas
sinérgicas: Nunca llegaron a ser una estrategia de interculturalidad.

VIGÉSIMA NOVENA LECCIÓN

Se reconoce que PRONAMACHCS si hizo un esfuerzo al embarcarse en construir una


metodología de desarrollo de la interculturalidad, que concluyó en un libro guía 43que
significó un diálogo entre los especialistas del Departamento de Ciencias Humanas de la
Universidad Nacional Agraria La Molina, que duró dos años y que concluyó en un taller de
capacitación a los ingenieros y técnicos de campo.

Lamentablemente esta metodología no fue incorporada en la estrategia general de


PRONAMACHCS, quedando corta como guía para la acción. Así también, se reconoce que
en algunas agencias del PRONAMAHCS, se ha hecho prácticas de interculturalidad, que
han derivado en algunos cambios de los planteamientos y estrategias, como la generalización
del uso de champas para los muros de las terrazas, incorporación de especies nativas en la
forestación y en las terrazas múltiples; en la participación en asambleas comunales, etc. Lo
que prueba que el PRONAMACHCS si avizoraba que la interculturalidad era una de las más
grandes estrategias de gestión de las cuencas andinas y amazónicas.

43
Departamento de Ciencias Humanas FEP-UNALM – Comisión Revisora de PRONAMACHS: “Enfoque
Intercultural para la Gestión de Microcuencas Andinas” (coordinador UNALM: Julio César Alfaro; coordinador
PRONAMACHS: Antenor Florindez. Citado en la bibliografía.
TRIGÉSIMA LECCIÓN

A través del trabajo de PRONAMACHCS se comprobó que mejor suerte tuvo con las
microcuencas del Atlántico que las de Pacífico, y es que el camino de trabajar en
microcuencas solamente, tiene más impacto en las cuencas grandes y abiertas como las de
Atlántico. En cambio las del Pacífico, más pequeñas y sus componentes son muy
interdependientes; si no se trabaja al mismo tiempo con un criterio de tratamiento de toda la
cuenca, el trabajo solo en microcuencas queda corto y poco efectivo.

Se avanzó poco por ejemplo, en las microcuencas del Pacífico dentro de las cuencas del
Rímac, Lurín y Chillón (en Lima); en las microcuencas de la cuencas del Santa y otras. Sin
embargo, si se avanzó significativamente en las microcuencas del Piuray en Cusco; en los
distritos de San Marcos y la Encañada en Cajamarca y otros. La idea de no tener una
planificación de cuenca fue menos feliz en las microcuencas de las cuencas del Pacífico.
Aunque es cierto, que en ambos tipos de cuencas la planificación y los planes maestros de
cuencas interculturales son indispensables como guías para la acción.

TRIGÉSIMA PRIMERA LECCIÓN

El PRONAMACHCS demuestra en su práctica y en diversas manifestaciones de sus


ingenieros de campo, que el concurso de los profesionales de las Ciencias Sociales y
Humanas, como la Sociología, la Antropología y las Comunicaciones, es indispensable
porque la intervención en las cuencas, implica modificaciones e incorporaciones de nuevos
valores y el rescate de los antiguos, nuevas costumbres, afianzamiento de las identidades,
planes de vida individuales y colectivos de otras culturas y pueblos andinos y amazónicas.

Es de destacar la siguiente secuencia: Cuando PRONAMACHS, a través de su historia,


recurrió a este tipo de profesionales requirió menos de los incentivos para movilizar a los
campesinos andinos y que cuando prescindió de este tipo de profesionales, ante el poco
conocimiento de los ingenieros de campo de los criterios, las metodologías y procedimientos
andinos, se recurría al trámite fácil de llenar a los campesinos de incentivos, que muchas
veces se aceptaban mecánicamente, y que al final, cuando los ingenieros y técnicos de campo
se iban se dejaban de lado las tecnologías construidas o se engañaba que no se habían
construido al destruir las anteriores y en el mismo lugar se construían las mismas prácticas.

VIGÉSIMA SEGUNDA LECCIÓN

La experiencia de PRONAMACHCS, demuestra que cuando se toma en serio a los actores


sociales de las partes altas, se encuentra una gran colaboración de los mismos, cuando el
apoyo es efectivo, con la concurrencia de ingenieros y técnicos de campo bien capacitados y
dedicados a ellos, es posible una gran movilización en pos de una gestión de cuencas
participativa y efectiva. Existe una gran pertinencia de la existencia de un organismo del
Estado, dedicado a promover el cuidado y gestión de los recursos naturales y engarzar estas
acciones hacia un desarrollo sostenible, poniendo como eje el cuidado más que el desarrollo
sostenible, que otra institución del Estado, aunque coordinando con la de conservación, de
esta manera se podría completar las tareas del desarrollo.
VIGÉSIMA TERCERA LECCIÓN

El PRONAMACHCS muestra a través de su trabajo, que existe una tercera vía de la


descentralización del país, que acompaña y efectiviza, las vías de los gobernaciones
regionales y la de los municipios, cómo es la reunión de los actores sociales de las cuencas,
en una autoridad de cuencas o gobierno de las cuencas, para que en forma simétrica y en
condiciones de igualdad, se tomen decisiones del cuidado y gestión de los recursos natrales.

Y que si se implementara esta vía, en donde se otorgue más poder a los consejos de cuencas,
muchos conflictos se tratarían adecuadamente “in situ”, entre minas y comunidades o
caseríos, entre minas y comunidades agrícolas o ganaderos; entre Petroleras o Gaseras y
comunidades amazónicas y entre muchas empresas y sus entornos sociales, éstos tendrían
una mesa de negociación, permanente dentro de las cuencas, que haría disminuir
ostensiblemente estos conflictos y harían innecesaria la intervención del gobierno nacional y
de los gobiernos regionales o por lo menos disminuiría su participación, ahorrando mucho
tiempo político y desgaste de la sociedad peruana.
7.0 Conclusiones

1) La gestión de Cuencas ha tenido un largo recorrido desde la etapa pre-hispánica en los países
andinos, que rebela que los pueblos originarios si fueron conscientes de la necesidad del
cuidado del espacio de las cuencas, con sus recursos naturales y humanos. Que el secreto del
éxito prehispánico fue la alianza entre el Estado y las ayllus, para tratar en forma conjunta el
espacio de las cuencas: El estado apoyando con sus técnicos, sus alimentos y en la
planificación y los ayllus o comunidades, con su protagonismo, mano de obra e iniciativa.
2) En el mundo prehispánico, hubo avances significativos en el cuidado del espacio de la
cuencas con tecnologías muy elaboradas, que se refleja en la inmensa construcción de
andenes, reservorios, instalación de bosques nativos, cochas o lagunas artificiales colectoras
del agua de lluvia y otros.
3) Que el abandono de andenes se fue produciendo por diversos motivos desde el mundo
prehispánico y se consolidó en la colonia con el abandono de los cultivos y lugares de origen
de los habitantes prehispánicos, para no ser encontrados por los conquistadores españoles y
evitar de este modo ser llevados a las minas y obrajes donde morían o quedaban
terriblemente mal tratados. Esto se consolidó con las llamadas reducciones, efectivizadas en
la colonia, que obligaron a los habitantes andinos, a hacer pequeñas poblaciones en la parte
baja de las laderas, desanimando a los habitantes rurales a mantener los andenes en las
partes altas, al no estar en condiciones de cuidarlos.
4) En la época republicana, el estado se concentró en apoyar el surgimiento de las partes bajas
de las cuencas del Pacífico en el siglo XIX hasta la mitad del XX, abandonando a los
habitantes de las partes altas de las cuencas andinas. Desde los inicios del siglo XX, el estado
se interesó en las partes altas de las cuencas andinas solo por la minería y la gran ganadería
sostenida por las sociedades ganaderas. Solo desde la década de los ochenta del siglo XX, el
Estado se interesó en apoyar a los habitantes rurales de las partes altas de las cuencas
andinas, después del trauma del terrorismo, las movilizaciones campesinas y el descontento
popular y las tremendas migraciones que invadieron las ciudades de las partes bajas de las
cuencas del Pacífico, cuyo signo de carácter mayor fue la creación del Programa Nacional de
Manejo de Cuencas Hidrográficas y Conservación de Suelos.
5) Este programa se inició con un paquete tecnológico conservacionista que no recogió los
avances de las tecnologías tradicionales y no tuvo en cuenta las condiciones socioculturales,
en las cuales se apoyaba este paquete, obligándolo a un reajuste tecnológico con el aporte
de los ingenieros de campo, los campesinos andinos y diversos ingenieros y especialistas en
ciencias sociales que asesoraron a dicho programa.
6) El PRONAMACHCS, tuvo un gran acierto en partir del espacio de las microcuencas para
realizar su labor de extensión conservacionista y de convencer a los campesinos a partir de
los resultados productivos de las áreas conservadas, a través de las llamadas áreas de
comprobación.
7) Si bien los resultados productivos fueron impactantes, no fue suficiente estos resultados para
seguir animando a los campesinos para realizar las prácticas en forma masiva, había que
hacer ingresar el riego y la forestación para potenciar las áreas conservadas, lo que se hizo
en la práctica en la evolución del PRONAMACHCS. Para que este cometido fuera efectivo el
PRONAMAHCS se fusionó con el convenio FAO Holanda con alentadores resultados.
8) El convenio FAO-Holanda que había venido demostrando enormes resultados en su campo de
acción en términos de agroforestería y diversas formas de forestería. Lo mismo hizo con el
riego. Sin embargo, se detectó que no siempre se instalaban estos nuevos componentes en
forma articulada, restando eficacia al impacto en las diversas zonas ecológicas de las
microcuencas.
9) Frente a las políticas de ajuste a favor de una economía de mercado que se implantaron los
primeros años del gobierno de Fujimori, había que compensar a los habitantes de las partes
altas de las cuencas andinas, con programas de lucha contra la pobreza. El Gobierno y los
Bancos internacionales de promoción del desarrollo como el Banco Mundial, BM, y el Banco
Internacional de Cooperación del Japón JBIC, al constatar el buen impacto del
PRONAMACHCS en estas partes altas, donde se concentraba la pobreza en el Perú, diseñaron
dos grandes proyectos de alivio a la pobreza que ejecutó PRONAMACHCS, que enlazara el
cuidado de los recursos naturales con un mejor relación de los campesinos con el mercado, a
través de obtener mayor productividad en sus cultivos, pasar de un ganadería extensiva a
una estabulada, hacer pequeñas empresas agroindustriales y mejorar el financiamiento de su
desarrollo.
10) Si bien, estos proyectos del MIMAS y JBIC, reorientaron la forma de trabajo del
PRONAMACHCS y lo hicieron más efectivo en mejorar la calidad de vida en las microcuencas
beneficiarias, sin intencionalidad de los organismos financieros internacionales, se redujo
ostensiblemente el programa regular del PRONAMAHCS, disminuyendo el impacto masivo del
mismo. Los mismos gobiernos redujeron claramente el presupuesto para el programa
regular, de tal manera que los importantes avances que se hicieron, quedaron truncos.
11) La razón principal de este giro histórico fue la confusión entre los fines del cuidado y gestión
de cuencas y los fines de la lucha contra la pobreza, el primero es más trascendente que el
segundo, aun pudiéndose y debiéndose relacionar, no había que perder la perspectiva de que
el cuidado de las cuencas, se orienta en garantizar la seguridad alimentaria de toda la
población, incluyendo a los pobres; a la seguridad física de la población, disminuyendo o
hasta evitando el impacto de los desastres naturales; a la defensa de la calidad del agua en
sus diferentes usos y de los propios suelos para una próspera agricultura y ganadería, en
beneficio de todos; a la mejora de nuestros climas con una firme y masiva forestería en
defensa frente a las heladas, la salud humana y animal y en defensa de los propios cultivos.
Beneficios, que son para todos los habitantes de las cuencas y no solo para los pobres.
12) Tres de los factores sociales y culturales más importantes para una gestión de cuenca, se han
venido perdiendo en las partes altas de las cuencas andinas con la masiva migración de las
partes altas de las cuencas a las bajas, el impacto del terrorismo y el afán de progreso de la
población andina. El factor demográfico influye decisivamente, habiendo perdido bastante
población que se ha ido a las partes bajas de las cuencas andinas, por tanto, perdiendo la
mano de obra necesaria para la construcción de las prácticas conservacionistas, la
forestación y las obras hidráulicas. El factor organizacional comunal se ha debilitado, ante el
escaso reconocimiento de las comunidades campesinas por parte del Estado y de la misma
sociedad civil. Y por el mismo PRONAMACHS, que las reconocía solo para llamar a los
comuneros en las asambleas comunales y la realización de las primeras prácticas.
Aunque una vez que los campesinos se interesaban, se formaban una diversidad de comités
de conservación de suelos, forestación, riego, etc., independizándose cada vez mas de las
comunidades de origen. Las comunidades siempre han sido bastiones organizacionales de las
cuencas andinas. Solo la formación de las mancomunidades en las partes altas de diversas
cuencas, que son una alianza entre los diferentes municipios para hacer trabajos conjuntos,
avizoran mejores posibilidades organizacionales en las partes altas de las cuencas andinas.
13) Se reconoce el trabajo del PRONAMACHS y el haber demostrado que si puede tratar
masivamente las partes altas de las cuencas andinas, cuidando sus recursos naturales y
haciendo una verdadera movilización social a favor del desarrollo. Sin embargo, el cuidado y
gestión de cuencas, solo avanzó en generar esta labor en las microcuencas, perdiendo la
perspectiva de conjunto de la cuenca, que hubiera ordenado mejor su trabajo, priorizando
unas microcuencas sobre otras, detectando que parte de la cuenca había que potenciar en el
agua en calidad y cantidad, reconociendo las áreas críticas de las cuencas para disminuir los
impactos de los desastres naturales, enlazando el trabajo de unas microcuencas sobre las
otras y tratando de cubrir toda la cuenca de abajo hacia arriba.
8.1 Recomendaciones

1) Se considera importante renunciar a la idea del paquete


tecnológico conservacionista, con tecnologías predeterminadas
para aplicar en las diversas microcuencas. Se deben estudiar las
tecnologías tradicionales, tanto las antiguas como las actuales,
viendo su viabilidad y su combinación con otras tecnologías
enseñadas en las universidades, sin renunciar tampoco a las
innovaciones o fusiones que pudieran llevarse a cabo en un
dialogo constante, con las comunidades y caseríos andinos. El
diseño final de las tecnología a masificar debe resultar de este
dialogo y con acuerdos en las asambleas de las organizaciones
de base.

2) Se debe pensar que las organizaciones de base, ya no pueden


tratarse con la disminución demográfica y la pérdida de la
fortaleza de las comunidades o caseríos aislados, como si se
pudiera desarrollar el cuidado de las microcuenca, por cada una
de las comunidades o caseríos andinos. Sino en alianzas
intercomunales por la margen izquierda y derecha de la
microcuenca, cuya representación de ambas márgenes
constituya una coordinadora, que garantice la autenticidad de la
voz de las comunidades de las microcuencas, subcuencas y la
cuenca en su conjunto.
3) Se debe integrar a los demás actores que tienen presencia en las
microcuencas, incluyendo a las empresas, juntas usuarios de
riego, ONGs que tiene como uno de sus roles el cuidado de las
cuencas y todas las instituciones que tienen que ver con el tema.

4) Se debe tener como perspectiva del trabajo y como unidad de


planificación a la cuenca y como unidad de extensión a las
microcuencas, que deben ser tratadas a partir de dicha
planificación, orientadas a la formación de sólidos, consejos de
cuenca, que deben ser espacios de decisión sobre la manera de
tratar los recursos naturales y relacionando las áreas
conservadas con la mejoría en la calidad de la producción y
distribución con competitivos productos, con un sentido de
innovación para el mercado.

5) Que se considere como una posibilidad la rehabilitación del


PRONAMACHC, formando una coordinadora que relacione los
trabajos del cuidado, potenciación y distribución de los recursos
naturales de la cuenca, que haría esta institución, con los
trabajos propios de Agrorural más interesada en obtener
resultados óptimos en el mercado. O que en el mismo Agrorural,
se formen dos instituciones con dos responsabilidades diferentes
aunque complementarias. El estudio considera como mejor
apuesta la rehabilitación de PRONAMACHS, haciendo los
reajustes que eviten la repetición de sus limitaciones y errores y
que acentué sus aciertos. Sería necesario que se revise también
si la ubicación de una institución como PRONAMACHS, solo se
sesgue a algunas de sus actividades, cuando el cuidado de la
cuenca, implica a todas las actividades del espacio ambiental
específico de las cuencas.

6) Se debe recoger la experiencia de PRONAMACHC de tomar a las


microcuencas, como los espacios operativos que sean como las
células fundamentales para el funcionamiento de la cuenca en su
conjunto, sobre todo en las cuencas del Atlántico. sin perder el
sentido de la planificación de toda la cuenca, a través de realizar
planes maestros participativos de todas las cuencas a tratar.
7) Los equipos multidisciplinarios deben dirigir todas las agencias y
con los ingenieros y técnicos de campo de una institución como
PRONAMACHCS, sea dentro de Agro Rural o fuera y estos equipos
deben orientar técnicamente a los Consejos de Cuencas, que sin
estos equipos e ingenieros o técnicos de campo, solamente, se
podrían convertir en una entidad burocrática más.

8) El trabajo de extensión o de promoción en las cuencas del


Pacífico debe ser por cuenca y no solo por microcuencas, dada su
reducido tamaño, la tremenda escasez de agua y el gran volumen
poblacional de las ciudades en sus partes bajas y la estrecha
interdependencia de sus componentes. Y en las cuencas del
Atlántico debe ser por microcuencas, dada su amplitud, la
existencia de un mayor volumen hídrico y la menor
interdependencia de sus componentes.

9) Se considera de extremada importancia que se haga una


propuesta de financiamiento con el aporte de las partes bajas de
las cuencas, que son al final los mayores beneficiarios, que evite
los programas especiales y que este financiamiento, potencie el
programa regular, que deben ser animado con una metodología de
promoción participativa, que se limite solo a la entrega de
alimentos para el trabajo y a beneficiar a los habitantes rurales
de las partes altas de las cuencas andinas por el resultado
productivo de lo que realicen. Solo cuando haya trabajos
especiales para evitación de desastres naturales, se debe
aceptar los sueldos para los que hacen este tipo de trabajo.

10) Se considera de extremada importancia que PRONAMACHCS o


cualquier institución como agro rural, que se encargue de esta
misión, incorpore y potencie la promoción de acciones para tratar
las áreas críticas de las cuencas para disminuir o evitar los
desastres naturales, la reubicación de las poblaciones en los
conos de deyección y establecer un sistema de avisaje. La
disminución o evitación de los desastres es una tarea de todo
programa de cuidado y gestión de las cuencas.

11) Se considera de especial importancia para que los trabajos se


avancen, la experiencia de PRONAMACHS de hacer concursos
con premios entre comuneros de la misma comunidad, que los
ganadores, compitan con los ganadores de otros distritos de la
microcuenca y estos ganadores con los otros ganadores de otras
microcuencas, que haya faenas con el concurso de varias
comunidades y caseríos, rescatando la costumbre comunal de
hacer fiestas y ritos al inicio y finalización de los trabajos.

12) Las instancias de PRONAMACHS deben ser dirigidos por


equipos multidisciplinarios, aun haya direcciones o gerencias,
para evitar el sesgo de que la orientación de la dirección por la
profesión de los jefes.

13) Se considera de mucha importancia que se debata los


resultados de este estudio y se avance en otro documento de
mayor dimensión de tal manera que la primera y única
experiencia que ha tenido el Perú se rescate para que
AGRORURAL u otra institución que se le encargue la misión del
cuidado y gestión de las cuencas, incorpore sus aciertos y evite
sus limitaciones.
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10.0 ANEXOS

ANEXO I: REPETICIÓN DE LAS LECCIONES OBTENIDAS A LO LARGO


DEL TEXTO

PRIMERA LECCIÓN: No se puede promover a las otras instituciones afines al


cuidado de las cuencas solo capacitando acerca de cómo instalar las tecnologías
conservacionistas, sino que había que demostrar en la práctica que si se podría redibujar las
laderas andinas, con el concurso de los ingenieros y técnicos y los habitantes rurales
organizados para dicho fin. El impacto tendría que abarcar por lo menos una diversidad de
microcuencas, para que tenga un efecto de demostración de la viabilidad física, social y
cultural de dichos trabajos.

SEGUNDA LECCIÒN: Que no se puede tener como óptimas, anteladamente,


determinadas técnicas conservacionistas, que fueron probados en otros contextos físicos,
socioeconómicos y culturales y no necesariamente en nuestro país, diverso y accidentado,
pluricultural y con alta despoblación por migración. Las técnicas foráneas podrían haber
ocasionado un buen impacto, aunque no en las laderas andinas, complejas y diversas.

TERCERA LECCIÓN: Que si se trata de promover las prácticas de conservación de


aguas y suelos, habría que trabajar con las otras instituciones para haya una promoción de
dichas prácticas, en forma masiva y no aislada: por ello se formaron los comités
interinstitucionales de conservación de suelos y aguas.

Se consideraba que lo principal de esta etapa consistía en animar a los habitantes andinos,
mediante el impacto productivo de sus cultivos, árboles y pastizales con el concurso de las
técnicas conservacionistas.

Por tanto, se prestó mucha importancia a los métodos de promoción y animación y a


considerar a los condicionantes sociales y culturales en que se encontraban los campesinos
andinos como un eje explicativo de su elección para elegir determinadas prácticas
conservacionistas.

CUARTA LECCIÓN: Era entonces, de suma importancia instalar en las propias parcelas,
áreas de conservación, al lado de áreas no conservadas para que los cultivadores se den
cuenta en la práctica, respecto a los beneficios de las prácticas conservacionistas sobre las
prácticas que ellos hacían o tratar de llegar a una síntesis entre ambas. La promoción y el
gasto en incentivos fue muy discreto y no hubo mayores inversiones en infraestructura
hidráulica.

La QUINTA LECCIÓN: Si no se vincula la conservación de los recursos naturales con los


mecanismos del mercado y la obtención de cambios en los ingresos campesinos y el los
servicios básicos como los NBI, Necesidades Básicas Insatisfechas, no se asegura la
continuidad y masificación del cuidado de las cuencas.

Por ello, la colocación de la pequeña infraestructura hidráulica y los primeros MIMAS


fueron un avance de animación y de aceptación del PRONAMACHCS en las partes altas de
las cuencas andinas, de tal manera que abarcó todas las provincias del Perú que se ubicaban
en dichas partes altas.

SEXTA LECCIÓN: La nota fundamental de esta época fue que PRONAMACHS, concentró
todas sus energías en llevar a cabo, los MIMAS y los JVICS vinculados a los programas de
luchas contra la pobreza, dejando de lado, poco a poco, a las instancias organizativas del
PRONAMACHS que no tenían financiamiento especial, disminuyendo notablemente su ritmo
y dinámica. Todo el trabajo regular se redujo al mantenimiento de lo realizado o máximo
una lenta ampliación de lo avanzado.

La confusión de los fines de PRONAMACHCS, con respecto a la lucha contra la pobreza,


trajo consigo que el gobierno del Presidente Alán García, lo confundiera al
PRONAMACHCS como un organismo dentro de esta lucha contra la pobreza y al tratar de
reducir el número cuantioso de los programas de lucha contra pobreza se lo integró a otro
organismo vinculado a los mecanismos del mercado y de apoyo a la producción como es
AGRORURAL, integrando la labor que hacía PRONAMACHCS con lo que hace AGRO
RURAL, con las ventajas y desventajas que esta situación trajo.

SEPTIMA LECCION: Que los agricultores andinos tienen un bagaje cultural


conservacionista que los predispone a la aceptación de las prácticas conservacionistas,
siempre y cuando recuerden y refuercen el conocimiento de sus tecnologías ancestrales, las
cuales han sido, en ciertos aspectos, olvidadas. Por tanto, no solo se trata de promover
técnicas nuevas como las terrazas de banco que fueron cambiadas por las de formación
lenta, sino también recuperar los andenes ya construidos, que si se hizo, aunque no con la
debida fuerza y con metas no tan grandes, como se ha visto en el cuadro 6 de este texto.

OCTABA LECCIÓN: Que por una serie de circunstancias históricas los agricultores andinos
han entrado en conflicto y han reducido su accionar dentro de los linderos de cada
comunidad, haciendo difícil acometer tareas conservacionistas de gran dimensión, que sólo
unidos y en alianzas inter comunales, controlando espacios mayores como microcuencas o
subcuencas, pueden volver a realizarlos masivamente con la intermediación del Estado, más
todavía si el ande se ha despoblado.

Que solo una institucionalidad como el Estado, en alianza con otras instituciones públicas y
ONGs, puede volver a retomar esa unidad perdida, en la medida que aparece como encima
de los intereses de cada una de las comunidades en pugna, en aras de crear una nueva
gobernanza local en base a la microcuenca.

NOVENA LECCIÓN: Que en las circunstancias actuales de mayor apertura de los


agricultores andinos a la sociedad global, sólo es posible ampliar las prácticas en forma
sólida si los agricultores andinos, se vinculan con la recuperación de sus antiguas prácticas
conservacionistas y también la adopción de nuevas; es decir, a la modernidad de sus fuerzas
productivas, a la colocación de sus productos en el mercado para obtener mejores ingresos,
aumentando su productividad y seleccionando los productos de mayor valor en el mercado.

DÉCIMA LECCIÓN: Que la única forma de lograr el efecto multiplicador en el área andina
es potenciando las costumbres colectivas, que se adapten mejor a su situación actual y que
supongan la potenciación de la ayuda mutua (grupos de trabajo en ayni multiplicados), la
autoenseñanza desde la familia al barrio, de este a la comunidad y desde esta a las
comunidades del distrito y desde los distritos a toda la microcuenca y desde las
microcuencas a toda la cuenca. El PRONAMACHCS, desde su inició comenzó bien partiendo
desde las microcuencas, aunque sin una planificación de toda la cuenca, salvo algunos
trabajos burocráticos, que no fueron una guía para la acción. Es adecuado empezar con una
serie de microcuencas. Sin embargo, habría que articularlas y cubrir planificadamente toda
la cuenca. PRONAMACHCS, solo trabajaba en microcuencas aisladas, solo los concursos de
prácticas conservacionistas en área asignadas por microcuencas, les permitía ligarlas entre
sí.

UNDÉCIMA LECCIÓN: Que dada la heterogeneidad y diferenciación de los agricultores


andinos no existe posibilidades de éxito si sólo se insiste en solo algunas tecnologías, cuando
estas sólo son adaptables no sólo a sus variadas condiciones físicas y biológicas sino a sus
cambiantes circunstancias sociales. Que en este sentido una de los factores sociales más
importantes es su tiempo de trabajo que pueda ser dedicado a la conservación y al cuidado
de la cuenca, en la medida que a mayor diversificación de sus actividades económicas
mayor interés en prácticas menos tradicionales y de menor demanda de esfuerzo y duración
en su implementación como las terrazas de formación lenta.

DUODÉCIMA LECCIÓN Que no existe una oposición en su afán de progreso y su


tradicionalidad, como para que sean conciliables la tradicionalidad y la modernidad y por
tanto se requiere de cambios en los patrones tecnológicos y de vida, como el hecho de
visualizar el espacio no solo en las parcelas y pastizales de cada uno de los comuneros o de
toda la comunidad separada de las otras comunidades, sino en toda la microcuenca. El
cambio de un espacio menor como el de cada una de las comunidades, a la microcuenca
implicaba una alianza entre comunidades y municipio, en ese entonces inexistente. Solo el
sistema de concursos, provocado por PRONAMACHCS en toda la microcuenca, comenzó a
generar este cambio en la visualización del espacio y a la necesidad de combinar técnicas
tradicionales con técnicas modernas. Las mancomunidades de los alcaldes en la parte alta de
las cuencas, son un buen esfuerzo en este sentido, faltaría integrar a las comunidades.

DÉCIMOTERCERA LECCIÓN: Que los campesinos pobres aceptan las prácticas con
mucha facilidad, cuando el Estado los toma en serio. Sin embargo, cuando pasa el tiempo de
prueba de las tecnologías, son los campesinos medios los más interesados en apropiarse de
nuevas tecnologías, siempre y cuando sus trabajos eventuales, sean conciliables con el nuevo
tipo de tecnología, que se les propone recuperar o conocer y adoptar y cuando efectivamente
las prácticas conservacionistas tengan un impacto en sus ingresos campesinos, que ellos lo
puedan comprobar.

DÉCIMOCUARTA LECCIÓN: Lo que nos reafirma en la tesis de que solo con el


reforzamiento y articulación por distritos y microcuencas de una importante suma de
comunidades campesinas o caseríos andinos y de estas a las cuenca, con una organización
consistente de los agricultores, ganaderos o agroindustriales, con la presencia y promoción,
eficiente y permanente de un ESTADO, con un personal especializado en tratamiento de la
población rural (sociología, antropología y comunicaciones): son las dos llaves maestras
para la masificación de la tecnologías conservacionistas en las cuencas, sobre todo las que
requieren de una alta inversión de mano de obra. Es prácticamente imposible en las
condiciones actuales que sin la presencia del Estado con personal especializado, que las
comunidades se unan en una microcuenca y sobre todo en varias microcuencas en una
subcuenca y de varias subcuencas hasta llegar a todas la cuencas, para hacer esta clase de
trabajos, solo ha habido progresos, en este sentido, con la formación de mancocomunidades
de los alcaldes de las partes altas, a quienes habría que persuadir y comprometer para
efectuar esta clase de trabajos, previa integración de las comunidades.

DÉCIMO QUINTA LECCIÓN: Se comprobó que los supuestos tenía graves limitaciones en
la concepción tradicional de emisor-receptor, debían ser todos al mismo tiempo emisores y
receptores. Que técnicas tradicionales no eran necesariamente inferiores a las nuevas
señaladas por el programa. Esta metodología se reajustó al comprobar, en la práctica, que
los supuestos mencionados no reflejaban exactamente la realidad, la cual operaba en forma
diferente de la metodología clásica de extensión agropecuaria.

Si bien es cierto algunas prácticas tradicionales no eran las más recomendables desde el
punto de vista de impedir el lavado de los suelos, muchas de éstas prácticas eran rescatables
o perfeccionables, especialmente las que se encontraban fuera del observador en la medida
que se ubicaban lejos de las carreteras o de los valles interandinos. En la medida que las
áreas lejanas estaban menos deterioradas, porque en tiempos pasados, se sobre usaban los
suelos más cercanos al mercado. Se constató en diversos lugares tan distintos como Tarma,
Cajamarca, Cusco y Puno, que los agricultores realizan las llamadas barreras vivas y
muertas, como parte de su trabajo productivo.

DÉCIMO SEXTA LECCIÓN: Es decir, no bastaba comprobar el alza de los rendimientos


para animarse a realizar dichas prácticas; tenían que haber determinadas condiciones
socioeconómicas para obtener resultados positivos de parte de los agricultores (existencia de
mano de obra, fortaleza de sus organizaciones, impactos más significativos en sus ingresos,
alianzas comunales o de caserío, tiempo de trabajo libre, convenios entre agricultores, etc).
En efecto, en las áreas de comprobación realizadas, se pudo verificar dicha alza.

Una de las lecciones más claras de esta etapa fue que cuando un programa de cuencas es
debidamente apoyado por el Estado y las instituciones financieras y técnicas, se requiere
reforzar el equipo técnico directivo al máximo nivel para que se genere un modelo sistémico
que vincule las diferentes partes, insumos y componentes de las microcuencas en sí mismas y
las microcuencas entre sí, de tal manera que se formen eslabones que articulados produzcan
efectos duraderos en toda la cuenca. A diferencia el PRONAMACHCS, ante su tremendo
crecimiento, se preocupó más del crecimiento hacia abajo, debilitando su capacidad de
producción de nuevos esquemas de trabajo sistémico dentro de la cuenca. Solo la presencia
de los MIMAS generó un primer nivel de articulación del trabajo con diferentes insumos:
Conservación de Suelos, fomento agropecuarios, con forestación reforzándose mutuamente,
producción de cultivos riego y procesamiento post cosecha dentro de una perspectiva del
cuidado y productividad de toda la cuenca.
DECIMOOCTABA LECCIÓN:

Si bien se avanzó significativamente en agregar componentes del cuidado de los recursos


naturales de las microcuencas y su articulación con el mercado, estos estaban divorciados de
una estrategia de trabajo de toda la cuenca a largo plazo, de tal manera que las
microcuencas, aun siendo unidades de extensión, promoción y cuidado práctico de los
recursos naturales y su potenciación, se les tratara, como parte de una unidad de
planificación de toda la cuenca, tal como hacen los brasileños en las cuencas del sur:
Paraná, Santa Catarina y Rio Grande Do Sul. Sin embargo, se reconoce que a través de las
microcuencas tratadas dentro del proyecto MIMAS, si se tuvo, en forma relativa, los
componentes de las microcuencas articuladas, aunque lamentablemente desarticuladas del
trabajo de toda la cuenca, debido al interés fundamental del Banco Mundial y de los
organismos de desarrollo, al tomarlas solo como campos de la lucha contra la pobreza y no
como espacios estratégicos que van a permitir beneficiar a toda la población de la
cuenca.nca.

La gran lección de esta etapa es la poca sostenibilidad que tiene las propuestas de avances
agresivos, tanto en el cuidado de las microcuencas, como la calidad de vida de la población,
cuando se basan principalmente en el apoyo externo del gobierno, organismos
internacionales u otras formas de apoyo externo, de tal manera que cuando cesa el apoyo, se
inicia una etapa de regresión del trabajo realizado. Solo la actividades apoyadas por los
MIMAS, quedaron con cierto impulso, por el financiamiento más estable, proveniente del
exterior. Sin embargo este apoyo disminuyó con la recesión.

VIGÉSIMA LECCIÓN:

Si un programa de cuencas pretende masificar el trabajo en las partes altas de las cuencas
andinas tiene que recurrir a las tradiciones de organización del trabajo tradicionales como
las faenas comunales y los grupos de trabajo ayni y no solo ello, bajo la intermediación del
Estado. Todo ello con el acompañamiento de las alcaldías y mancomunidades de alcaldes y
presidencias comunales, debe promover las alianzas entre comunidades y caseríos del mismo
distrito y entre distritos, logrando que se potencie la mano de obra para actividades que
demandan muchos jornales, en las partes altas, que habiendo pasado, por un proceso
agresivo de migración, con motivos económicos, de desplazamiento frente al terrorismo y al
cambio climático, han llegado a un proceso de despoblación. En las condiciones actuales, el
PRONAMACHCS, demuestra el poco avance que se puede hacer solo trabajando con una
sola comunidad.

VIGÉSIMA PRIMERA LECCIÓN

Siempre existe la tentación de que al beneficiar a un importante número de habitantes


rurales andinos, se consiga su apoyo tanto en el campo, como su creciente influencia en la
ciudad y de esta manera se le vea y se le trate, como apoyo electoral y se use su concurso
para obtener votos y lograr importantes opciones de salir airosos. El uso de este recurso,
ocasionó un descontento tanto en los ingenieros de campo, los técnicos y los promotores
campesinos de campo, como en los propios campesinos, restando autoridad y limitando el
avance en el cumplimiento de las metas en el cuidado de los recursos naturales de las partes
altas de las cuencas andinas. El estado es de todos y no puede usarse el fondo que es de
todos solo para el interés de un partido o movimiento.

VIGÉSIMA SEGUNDA LECCIÓN: Se comprobó que los supuestos mecanismos de


promoción tradicionales como los incentivos, la captura de los líderes y los discursos, tenían
graves limitaciones en la concepción tradicional de emisor-receptor, debían ser todos al
mismo tiempo emisores y receptores. Y que técnicas tradicionales no eran necesariamente
inferiores a las nuevas, señaladas por el programa. Esta metodología se reajustó al
comprobar, en la práctica, que los supuestos mencionados mecanismos de promoción, no
reflejaban exactamente la realidad, la cual operaba en forma diferente de la metodología
clásica de extensión agropecuaria.

VIGÉSIMA TERCERA LECCIÓN

La gran pregunta es si es posible con la gran deuda histórica del descuido de nuestras
cuencas, especialmente en nuestras partes altas, que se consideran estratégicas, poder
dedicar un programa masivo, teniendo dos grandes tareas como son: El cuidado o gestión de
nuestras cuencas y el desarrollo rural. La práctica nos indica que muchas veces se sacrifica
la conservación por la producción, el largo plazo por el corto plazo, lo productivo por lo
conservado.

Y que más bien, es pertinente constituir un programa de cuencas, con fines de manejo y
gestión y relacionar esta institucionalidad con otra institucionalidad que se dedique a la
promoción del desarrollo rural en las áreas conservadas y protegidas. Sin embargo, la
existencia de las dos institucionalidades debe garantizarse, porque la historia del
PRONAMACHCS, también comprobó que solo con áreas conservadas, la población podría
estar interesada un tiempo, aunque posteriormente se corre el peligro que este programa se
desinfle.

VIGÉSIMA CUARTA LECCIÓN

La estrategia de PRONAMACHCS para acercarse a los habitantes rurales de las partes altas
de las cuencas andinas, parte desde el inicio hasta el fin, en generar comités de conservación
de suelos, forestación, pastos, agroindustria, que funcionan como una proyección del
programa dentro de la población: Fueron como una expresión orgánica en los habitantes de
los fines de PRONAMACHS, si bien, esta forma de organización le trajo resultados, para el
logro de sus metas, la experiencia demuestra, que mejor es partir de las propias
organizaciones comunales o de caseríos, con apoyo de las alcaldías, para que estas asuman
el cuidado de las cuencas como algo de ellos y no solo como una exigencia de una entidad
externa. Se constata que esta forma de organización desde las bases no consolida un
empoderamiento independiente y maduro de parte de los habitantes del cuidado de las
microcuencas y cuencas.
Esto se prueba con los hechos, es decir, después de que el PRONAMACHCS, decayera o se
integrara a Agrorural, estos comités, en su mayoría, han quedado inactivos, salvo los que se
formaron con una metodología participativa e intercultural, los cuales aun están
funcionando y representan un mecanismo de apoyo para la gestión de la cuenca y también un
medio para impulsar el desarrollo rural integral.

VIGÉSIMA QUINTA LECCIÓN

Con la experiencia de PRONAMACHCS se constata que para que los habitantes o


intervinientes o actores sociales en las cuencas, entren en un proceso de gobernabilidad de
las microcuencas y cuencas, se requiere un proceso de unificación y de alianzas entre los
comunidades y caseríos andinos o entre las empresas, o entre las entidades públicas o
privadas o ONGs o entre las empresas. Primero entre las comunidades y demás actores de
los diferentes distritos, entre las comunidades o caseríos de la margen derecha e izquierda de
la fuente de agua principal, sea un río, lago, laguna u otra fuente. Todo con el fin de que las
ideas y propuestas que vengan a los comités de microcuencas y a los consejos de cuencas
representen el sentir y propuestas de por lo menos de un sector significativo y representativo
de los actores que viven o explotan los recursos naturales de las partes altas de las cuencas.
La alianza o coordinación entre empresas y comunidades, mediante los comités de
microcuenca y consejos de cuencas, podría tener un enorme espacio en estos comités y
consejos, tratando de que sus acuerdos tengan la debida fuerza y legalidad.

VIGÉSIMA SEXTA LECCIÓN

Si bien, fue sumamente acertado empezar el trabajo en las microcuencas, desde abajo hacia
arriba, la estrategia de PRONAMACHCS, tuvo la debilidad de carecer de un planteamiento
para que las microcuencas, trabajaran y se apoyaran entre ellas y se avanzara hasta llegar a
toda la cuenca, dentro de planes maestros de cuencas.

Solo se avanzaba en las microcuencas que se podía. Las priorización de cuencas y estudios
de cuenca que si se hicieron, no se convirtieron en guía para la acción sino solo fueron
documentos que se elaboraron por la existencia de una demanda desde arriba.

Si bien PRONAMACHS superó la estrategia del ex INRENA, que creaba gobiernos de


cuenca, desde arriba y que de alguna manera se está reproduciendo este proceso con la
Autoridad Nacional del Agua ANA y las gobernaciones regionales: al generar los comités de
gestión de microcuencas, esta acción no fue hecha, como parte de una planificación de toda
la cuenca.

Estas bases sociales de la gestión de las cuencas, que son las microcuencas o unidades
mínimas necesarias para la gestión de toda la cuenca, se quedaron sin perspectiva. Sin
embargo, como esta generación de comités de gestión de microcuencas no fue una dinámica
que creara alianzas entre comités de gestión de microcuencas, bajo una perspectiva de
gestión de toda la cuenca, no se consolidó esta excelente idea de iniciar el movimiento
orgánico de la cuenca desde abajo, desde las microcuencas, desde hacia arriba, de lo más
pequeño a lo más grande.

VIGÉSIMA SEPTIMA LECCIÓN


Pese a la debilidad que muestra PRONAMACHCS en la vigésima séptima lección, se destaca
que en algunas acciones si se hicieron trabajos conjuntos entre microcuencas, que pueden
ser fuente de imitación para un programa de cuencas. Estos ejemplos son los siguientes: Los
concursos masivos de desarrollo tecnológico y cooperación, que se hicieron en diferentes
partes como en Cajamarca, Cusco, Huánuco y otros
Fueron no solo una movilización entre los actores sociales al interior de cada uno de las
microcuencas, sino también entre microcuencas, lo que significó una movilización de mano
de obra y sinergia de singular efectividad.

Así también otro ejemplo lo representan, los trabajos tipo faenas comunales gigantescas, que
se hicieron, en algunas cuencas, con la participación de caseríos y comunidades para hacer
obras de conservación de suelos, que requieren gran demanda de mano de obra para hacer
avances significativos.

VIGÉSIMA OCTABA LECCIÓN

Se constata que si bien PRONAMACHCS fue consciente que cuando trabajaba en las partes
altas se estaba trabajando con las otras culturas y muchas veces se entró en un proceso de
adaptación y transformación de sus estilos de trabajo, como tener ingenieros de campo que
hablaran en quechua en lugares donde este idioma predominaba, participación en fiestas y
ceremonias, cada vez que se iniciara o terminara un trabajo; adoptara algunas tecnologías
como las Champas, para construir el muro de las terrazas y las faenas comunales o ayni o
ayuda mutua como forma de trabajo tradicionales:

No hubo una estrategia de desarrollo del método de interculturalidad, mediante el cual, se


recoja los aportes de ambas culturas, en igualdad de condiciones, para diseñar e
implementar las tecnologías conservacionistas, el tipo de organización para las acciones, la
acción de los yachachis o maestros o curiosos campesinos que difunden las tecnologías.

Métodos del PRONAMACHCS, como el P-CUBO, que si tenían en cuenta, la participación


de los comuneros, los diseños del futuro por parte de las familias y comunidades sobre lo que
querían hacer para el futuro, priorización y planes de temas de acción y otras prácticas
sinérgicas: Nunca llegaron a ser una estrategia de interculturalidad.

VIGÉSIMA NOVENA LECCIÓN

Se reconoce que PRONAMACHCS si hizo un esfuerzo al embarcarse en construir una


metodología de desarrollo de la interculturalidad, que concluyó en un libro guía 44que
significó un diálogo entre los especialistas del Departamento de Ciencias Humanas de la
Universidad Nacional Agraria La Molina, que duró dos años y que concluyó en un taller de
capacitación a los ingenieros y técnicos de campo.

Lamentablemente esta metodología no fue incorporada en la estrategia general de


PRONAMACHCS, quedando corta como guía para la acción. Así también, se reconoce que
en algunas agencias del PRONAMAHCS, se ha hecho prácticas de interculturalidad, que

44
Departamento de Ciencias Humanas FEP-UNALM – Comisión Revisora de PRONAMACHS: “Enfoque
Intercultural para la Gestión de Microcuencas Andinas” (coordinador UNALM: Julio César Alfaro; coordinador
PRONAMACHS: Antenor Florindez. Citado en la bibliografía.
han derivado en algunos cambios de los planteamientos y estrategias, como la generalización
del uso de champas para los muros de las terrazas, incorporación de especies nativas en la
forestación y en las terrazas múltiples; en la participación en asambleas comunales, etc. Lo
que prueba que el PRONAMACHCS si avizoraba que la interculturalidad era una de las más
grandes estrategias de gestión de las cuencas andinas y amazónicas.

TRIGÉSIMA LECCIÓN

A través del trabajo de PRONAMACHCS se comprobó que mejor suerte tuvo con las
microcuencas del Atlántico que las de Pacífico, y es que el camino de trabajar en
microcuencas solamente, tiene más impacto en las cuencas grandes y abiertas como las de
Atlántico. En cambio las del Pacífico, más pequeñas y sus componentes son muy
interdependientes; si no se trabaja al mismo tiempo con un criterio de tratamiento de toda la
cuenca, el trabajo solo en microcuencas queda corto y poco efectivo.

Se avanzó poco por ejemplo, en las microcuencas del Pacífico dentro de las cuencas del
Rímac, Lurín y Chillón (en Lima); en las microcuencas de la cuencas del Santa y otras. Sin
embargo, si se avanzó significativamente en las microcuencas del Piuray en Cusco; en los
distritos de San Marcos y la Encañada en Cajamarca y otros. La idea de no tener una
planificación de cuenca fue menos feliz en las microcuencas de las cuencas del Pacífico.
Aunque es cierto, que en ambos tipos de cuencas la planificación y los planes maestros de
cuencas interculturales son indispensables como guías para la acción.

TRIGÉSIMA PRIMERA LECCIÓN

El PRONAMACHCS demuestra en su práctica y en diversas manifestaciones de sus


ingenieros de campo, que el concurso de los profesionales de las Ciencias Sociales y
Humanas, como la Sociología, la Antropología y las Comunicaciones, es indispensable
porque la intervención en las cuencas, implica modificaciones e incorporaciones de nuevos
valores y el rescate de los antiguos, nuevas costumbres, afianzamiento de las identidades,
planes de vida individuales y colectivos de otras culturas y pueblos andinos y amazónicas.

Es de destacar la siguiente secuencia: Cuando PRONAMACHS, a través de su historia,


recurrió a este tipo de profesionales requirió menos de los incentivos para movilizar a los
campesinos andinos y que cuando prescindió de este tipo de profesionales, ante el poco
conocimiento de los ingenieros de campo de los criterios, las metodologías y procedimientos
andinos, se recurría al trámite fácil de llenar a los campesinos de incentivos, que muchas
veces se aceptaban mecánicamente, y que al final, cuando los ingenieros y técnicos de campo
se iban se dejaban de lado las tecnologías construidas o se engañaba que no se habían
construido al destruir las anteriores y en el mismo lugar se construían las mismas prácticas.

VIGÉSIMA SEGUNDA LECCIÓN

La experiencia de PRONAMACHCS, demuestra que cuando se toma en serio a los actores


sociales de las partes altas, se encuentra una gran colaboración de los mismos, cuando el
apoyo es efectivo, con la concurrencia de ingenieros y técnicos de campo bien capacitados y
dedicados a ellos, es posible una gran movilización en pos de una gestión de cuencas
participativa y efectiva. Existe una gran pertinencia de la existencia de un organismo del
Estado, dedicado a promover el cuidado y gestión de los recursos naturales y engarzar estas
acciones hacia un desarrollo sostenible, poniendo como eje el cuidado más que el desarrollo
sostenible, que otra institución del Estado, aunque coordinando con la de conservación, de
esta manera se podría completar las tareas del desarrollo.

VIGÉSIMA TERCERA LECCIÓN

El PRONAMACHCS muestra a través de su trabajo, que existe una tercera vía de la


descentralización del país, que acompaña y efectiviza, las vías de los gobernaciones
regionales y la de los municipios, cómo es la reunión de los actores sociales de las cuencas,
en una autoridad de cuencas o gobierno de las cuencas, para que en forma simétrica y en
condiciones de igualdad, se tomen decisiones del cuidado y gestión de los recursos natrales.

Y que si se implementara esta vía, en donde se otorgue más poder a los consejos de cuencas,
muchos conflictos se tratarían adecuadamente “in situ”, entre minas y comunidades o
caseríos, entre minas y comunidades agrícolas o ganaderos; entre Petroleras o Gaseras y
comunidades amazónicas y entre muchas empresas y sus entornos sociales, éstos tendrían
una mesa de negociación, permanente dentro de las cuencas, que haría disminuir
ostensiblemente estos conflictos y harían innecesaria la intervención del gobierno nacional y
de los gobiernos regionales o por lo menos disminuiría su participación, ahorrando mucho
tiempo político y desgaste de la sociedad peruana.

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