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Información Aparendizaje Inteligencia
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CONSTRUCCIÓN DE CONOCIMIENTO-SABERES
Este eje o tema más que ningún otro de los que componen este documento tiene relación
con las capacidades de los sujetos de la experiencia educativa (estudiantes, profesores, padres,
comunidad organizada), con su fuerza interior, con la cual intercambian con su entorno.
Los conceptos o aspectos del eje aparecen en un orden específico, según se revelen más
comprometidos con un ser humano activo, es decir capaz de interpretar su realidad y no de
reproducirla o memorizarla.
INFORMACIÓN
Es el primer concepto, en vista de que trata los datos y hechos acumulados a lo largo del
tiempo que conforman determinados aspectos de nuestra cultura, y se presentan alejados de
nuestro ámbito cotidiano.
La información que recibimos tiene raíces históricas, por lo tanto, no podemos darle un
carácter absoluto; tenemos que acogerla e interpretarla, a partir de las situaciones concretas que
a las personas nos toque asumir. De aquí se desprende que la objetividad, atribuida al
razonamiento y al producto de las ciencias, tiene un sentido relativo.
Es el término que se relaciona más con una parte de los trabajaos realizados en Psicología
y que conforman la llamada “psicología de la conducta”.
Para esta psicología, el ser humano se concibe como reactivo, reaccionando a los
estímulos que le rodean. Aunque lo propio es hablar de las conductas y no del ser humano como
totalidad.
“La necesidad de explicar la conducta humana es tan fuerte, que el hombre ha llegado a
anticiparse a la legítima investigación científica y a construir teorías sobre la causalidad
altamente inverosímiles. Esto no es nuevo en la historia de la ciencia…
Las variables externas de las cuales la conducta es función, proporcionan lo que podemos
llamar un análisis… funcional. Nos proponemos predecir y controlar la conducta del
organismo individual…” 3Skinner, B. F. (197…)
Ahora bien, aunque es el programador quien decide los eventos estímulos que utilizará,
como su criterio es funcional, es decir que sólo toma en cuenta los estímulos que producen el
cambio de conducta, esto hace que de algún modo “dependa” del sujeto, pues a unos les
funcionan determinada relación y a otros no. Si bien el conductista no va más allá, preguntándose
el porqué se da este funcionamiento selectivo con los sujetos, esta condición hace que
consideremos al concepto de aprendizaje algo más cerca de la concepción de ser humano activo
que orienta este eje, de lo que vimos con el de información. Por eso aprendizaje está en segundo
lugar en nuestra secuencia.
Rescatando más todavía al sujeto con sus capacidades, aunque con él énfasis puesto en el
ambiente, tenemos, la teorización de Robert Gagne. En su definición de aprendizaje podemos
constatar una unión de conceptos y variables del conductismo (relativo a la conducta) con los del
cognoscitivismo (relativo al conocimiento).
Si bien Gagne enfatiza que este tipo de cambio sucede en la conducta y especifica
detalladamente las condiciones que permiten llegar a él, también da cuenta de lo que él entiende
que son los procesos involucrados en el aprendizaje.
Al revelar la conducta, como resultado del aprendizaje, igual que con el señalamiento de
las condiciones que lo producen, Gagne enfatiza los postulados del conductismo y con ellos la
concepción de ser humano reactivo, dependiente de las acciones del medio para determinar los
cambios de conducta. De ahí todo el desarrollo que ofrece de una teoría de la instrucción, con la
cual la responsabilidad del maestro (y su programa) en el aprendizaje de sus alumnos, queda
resaltada.
Sin embargo, Gagne da varios pasos más allá de los elementos observables de conducta y
estímulo propuestos por los defensores de la psicología de la conducta. Estos aspectos él los
describe como las variables del aprendiz, en las cuales incluye capacidades iniciales, motivación,
estado de alerta y condiciones orgánicas internas.
Al trabajar en estos aspectos, Gagne entonces desarrolla una teoría del aprendizaje,
diferente a la de instrucción ya señalada, abriendo camino a la consideración del papel del sujeto
en su propio proceso.
Podemos citar a otro autor preocupado por el aprendizaje y por esa concepción que
destaca el compromiso del sujeto en él. Más que Gagne, quién mantuvo el énfasis en las variables
exteriores del aprendizaje, David P. Ausubel nos presenta su teorización acerca del aprendizaje
significativo.
A diferencia del aprendizaje de los conductistas, donde el cambio de comportamiento del
sujeto ellos sostienen que se logra sin la intervención de su conciencia, el aprendizaje significativo
destaca todo el esfuerzo del sujeto:
Ausubel no desmerita el trabajo del maestro, pero sí recalca que estará supeditado a las
capacidades y actitudes de sus alumnos.
En este punto, la trayectoria en torno al aprendizaje que hemos seguido con cada uno de
los autores tratados nos coloca de frente a lo que es el sujeto como protagonista del proceso. De
hecho, hemos dejado atrás la consideración del sujeto como organismo reactivo, que nos
presentara la psicología conductual.
“… el análisis… del aprendizaje en general (no) nos pone en presencia de un puro registro
de datos exteriores,… bajo la forma de un registro puramente asociativo, pues el
aprendizaje comporta siempre un proceso asimilador que hace intervenir por su parte una
lógica o una pre-lógica. Así pues, la relación fundamental del estímulo y la respuesta, si es
que se quiere conservar tal lenguaje, así como las asociaciones de los estímulos y las
respuestas, no pueden interpretarse en el sentido de una sumisión exclusiva del sujeto al
objeto. Esta sumisión ciertamente existe e incluso se refuerza a lo largo del desarrollo,
pero sólo es posible gracias a la intervención de actividades coordinadoras propias del
sujeto y que, en último análisis, constituyen el origen más profundo de las estructuras
lógicas. En una palabra, el objeto sólo es conocido en la medida en que el sujeto llega a
actuar sobre él y esta acción es incompatible con el carácter pasivo que el empirismo, en
grados diversos, atribuye al conocimiento”. 9
INTELIGENCIA
Con este concepto, entramos ya a los dominios internos de los seres humanos.
Hablar de inteligencia equivale a hablar de conciencia, por lo menos en el ámbito que nos
ocupa de la formación y desarrollo humano, precisamente esa conciencia que había sido excluida
de la teorización expuesta por la psicología de la conducta.
“En efecto, en el desarrollo intelectual del niño se pueden distinguir dos aspecto. Por un
lado, lo que se puede llamar el aspecto psicosocial, es decir, todo lo que el niño recibe del
exterior, aprendido por transmisión familiar, escolar, educativa en general; y por otro, el
desarrollo que se puede llamar espontáneo, que yo, para abreviar, llamaré psicológico,
que es el desarrollo de la inteligencia misma: lo que el niño aprende por sí mismo, lo que
no se le ha enseñado sino que debe descubrir solo; y éste es esencialmente el que
requiere tiempo… Jean Piaget. Problemas de psicología genética. Ed. Ariel. España. 1975.
p. 123.
…desde el punto de vista de la acción del tiempo precisamente este desarrollo espontáneo
es el que constituye la condición previa evidente y necesaria… para el desarrollo escolar”.
Piaget, J. problemas de psicología genética. Ed. Ariel España. 1975. pp. 10 y 11.
“Puede afirmarse de una forma totalmente general que toda acción-o sea todo
movimiento, todo pensamiento o sentimiento-responde a una necesidad. El niño, al igual
que el adulto. No ejecuta ningún acto, exterior o incluso totalmente interior, más que
impulsado por un móvil se traduce siempre en una necesidad (una necesidad elemental o
un interés, una pregunta, etc.)… Jean Piaget. Problemas de psicología genética. Ed. Ariel.
España. 1975.
Como tal, el interés se inicia con la vida psíquica propiamente dicha y representa, de modo
particular, un papel esencial en el desarrollo de la inteligencia sensoriomotriz (primer estadio).
Pero, con el desarrollo del pensamiento intuitivo (segundo estadio), los intereses se multiplican y
diferencian y, particularmente, dan lugar a una progresiva disociación entre los mecanismos
energéticos que implica el interés y los propios valores que engendra.
La afectividad de los siete a los doce años (tercer estadio, del razonamiento sobre objetos
concretos) se caracteriza por la aparición de nuevos sentimientos morales y, principalmente, por
una organización de la voluntad que desembocan en una mejor integración del yo y en un ajuste
más eficaz de la vida afectiva.
La inteligencia es un proceso complejo. No sólo por el tiempo que lleva para desarrollarse
hasta el nivel de una lógica preposicional (la última etapa que describe Piaget), sino también por
los factores que intervienen. Estos factores son la maduración, la experiencia con los objetos, la
transmisión social y la equilibración, mecanismo autorregulador que permite la integración de los
otros tres en una totalidad organizada y funcional.
Factor primero: la herencia, la maduración interna. Desde todos los puntos de vista debe
mantenerse este factor, pero es insuficiente para explicar el proceso de desarrollo de la
inteligencia, porque no actúa nunca en estado puro o aislado. Aunque en todas partes interviene
un efecto de maduración, es indisociable de los efectos del ejercicio del aprendizaje o de la
experiencia. La herencia no es, pues, un factor que actúa por sí solo o que sea aislable
psicológicamente.
Factor segundo: la experiencia física, la acción sobre los objetos. Constituye nuevamente
un factor esencial, que no hay que subestimar, pero que también es insuficiente. En particular, la
lógica del niño no se saca de la experiencia EN el mundo de los objetos, se saca de las acciones que
se ejercen SOBRE los objetos, lo que no es de ninguna manera lo mismo. Es decir, que la parte de
la actividad que realiza el sujeto sobre el objeto es fundamental.
Factor tercero: La transmisión social, el factor educativo en un sentido amplio. Aún siendo
un factor determinante en el desarrollo, es por sí solo insuficiente por la evidente razón de que
para que una transmisión sea posible entre el adulto y el niño, o entre el medio social y el niño
educado, es necesario que se comprenda. Esto quiere decir que ha de llevarse a cabo una
asimilación, por parte del niño o la niña, del mensaje que se transmite; entonces, la transmisión
social está siempre condicionada por las leyes de ese desarrollo parcialmente espontáneo del que
he hablado.
Por último está el cuarto factor que se conoce como el factor de equilibración. Desde el
momento en que hay tres factores, ya es necesario que se equilibren entre ellos. Es que un
descubrimiento, una noción nueva, una afirmación, etc. deben equilibrarse entre sí y con las que
ya posee el sujeto. Es necesario todo un juego de regulaciones y de compensaciones para conducir
a la coherencia. Piaget tomó la palabra “equilibrio” no en un sentido estático, sino en el sentido de
una equilibración progresiva, la equilibración que es la compensación por reacción del sujeto a las
perturbaciones exteriores, compensación que conduce a la reversibilidad operatoria en el término
de ese desarrollo. Piaget, J. Problemas de psicología genética. Op. Cit. Pp. 17, 18, 34, 35 y 36.
La asimilación es la interpretación del mundo que hace el sujeto a partir de sus estructuras
mentales; es la conformación del mundo según su manera de entender (pre-lógico o lógico) y sus
deseos (aquello que lo “mueven a…”). En cambio, la acomodación posibilita la transformación de
las estructuras mentales por la presión que ejerce el mundo sobre las personas, sobre los sujetos.
El equilibrio del que aquí se habla es entre lo interno y lo externo; entre las estructuras
mentales que posee el sujeto, y que ha construido a lo largo de su desarrollo, y que son las que
promueven la experiencia con los objetos y el intercambio social.
Asumir la inteligencia es decir que somos seres con un entendimiento de las cosas que
nos rodean y, por lo mismo, con una intención en nuestro accionar. Esto lleva a considerar la
responsabilidad que tenemos en lo que hacemos. Si es en el salón de clases, la responsabilidad
que tiene cada alumno en su proceso de formación.
Construcción de Conocimiento
El constructivismo está en clara oposición a las corrientes que afirman que sólo el
ambiente o las condiciones innatas son las que dan origen al proceso de construcción de
conocimiento.
“Entre lo biólogo y lo social existe…lo mental… (Pero) no existe una serie de tres términos
sucesivos: biología-psicología-sociología, sino más bien un paso simultáneo de la biología a
la psicología y a la sociología unidas, ya que estas dos últimas disciplinas tratan el mismo
objeto sólo que desde dos puntos de vista distintos y complementarios. La razón de ello es
que no hay tres naturalezas humanas, el hombre físico, el hombre mental y el hombre
social, que se superpongan o se sucedan a la manera de los caracteres del feto, el
organismo, determinado por los caracteres heredados así como por los mecanismos
ontogenéticos, y, por otra parte, el conjunto de las conductas humanas de las que cada
uno comporta desde el nacimiento, y en grados diversos, un aspecto mental y un aspecto
social”. Piaget, J. Estudios Sociológicos. Ed. Ariel. Olección Demos. España, 1977. P. 21
Saberes
Todo ser humano es un ente de conocimiento, ya que como persona e integrante de una
comunidad pertenece a una cultura, es decir, a un cierto modo de vida que no sólo es en un
espacio, lugar y territorio donde se reproduce y sobrevive, sino también una manera de
comprender o explicarse su vida diaria.
Cada ser humano, a partir de sus necesidades y acciones, su observación de cada día, su
experimentación directa, necesarias para un adecuado desenvolvimiento social, desarrolla un
saber cotidiano desde niño. Este saber cotidiano, que es llamado también, en ocasiones, sentido
común, adquiere la dimensión, connotación o característica de saber popular cuando es el saber
cotidiano de las clases o capas populares, necesario para que éstas conozcan e interpreten su
realidad, actúen en o sobre ella, sobrevivan y puedan reproducirse como comunidades.
Ese saber popular es el que permite construir bohíos y casa campesinas, pequeños
hogares urbanos, talleres de artesanos, grupos asociativos campesinos, o aplicar medicamentos
populares tradicionales, manejar cultivos, conocer la relación del clima con estos y crear formas de
subsistencia como el chiripeo.
El saber cotidiano, como saber popular, puede desarrollarse de manera más o menos
elaborada, es decir, sistemáticamente, y, por tanto, ir produciendo conjuntos o cuerpos más
completos, acabados, abstractos de conceptos, para lo cual deben desarrollar métodos más
afinados, rigurosos, y explicaciones más acabadas. Este tipo de saber popular lo llamamos también
sabiduría popular. Ejemplo de ello son artesanos y trabajadores manufactureros, maestros de la
construcción, agricultores que combinan métodos intensivos, maestros y maestras que inventan
experiencias pedagógicas y didácticas.
Por lo tanto, cuando hablamos de saber elaborado como el otro tipo de saber, diferente o
contrapuesto al saber cotidiano, debemos tener mucho cuidado para no equivocarnos y cometer
el grave error de desconocer las posibilidades de las personas como sujetos creadores.
El saber elaborado está integrado por aquellos conocimientos que presentan un cierto
grado de sistematización y cuyos principios y reglas se refieren a sistemas metódicos de
indagación, averiguación y transformación. Los saberes de la sabiduría popular, por ejemplo,
tienen niveles muy importantes de elaboración (sistematización, metodización) por lo que
articulan o relacionan saberes cotidianos y saberes elaborados.
Esto quiere decir que la ciencia es un tipo o uno de los tipos de saberes elaborados, como
uno de los sistemas más coherentes de conocimientos que crecen o se desarrollan a partir de los
saberes cotidianos y populares, de los elementos más elaborados de ellos. Así como la ciencia es
un conocimiento elaborado que no puede identificarse sólo con aparatos, máquinas o recursos
sofisticados, sino con un/os tipo/s de saberes, la tecnología no pueden identificarse sólo con
aparatos, máquinas y recursos sofisticados. La tecnología y su saber, como respuestas de
transformación de la realidad, son un proceso social que puede incluir artefactos, algunos
sofisticados y otros no, e incluso sin ningún tipo de artefacto, en otras ocasiones.
Estos elementos son muy importantes para el proceso educativo, como socialización, por
un lado, y como propuesta pedagógica, por el otro, pues es necesario partir de los sujetos y sus
saberes, ya que, como se ha señalado, acertada o correctamente, las diversas formas del saber son
secuenciales.
¿Qué significación concreta tiene esto? Que tanto el alumnado como el magisterio. como
sujetos, son portadores de saberes cotidianos (sobre todo populares) y elaborados (tanto de la
sabiduría popular, como de los procedentes de la elaboración científico-tecnológica), por lo que un
verdadero proceso educativo debe ser una articulación de todos ellos. Cada paso o movimiento
hacia una mayor elaboración debe tener significación para esos sujetos (alumnado y magisterio),
debe partir de sus saberes, respetándolos, reforzando su autoestima y sus identidades, lo cual
permitiría una real posibilidad de enfrentarse y reconstruir aquellos saberes y conocimientos que
no proceden de sus culturas o modos de vida.
Por lo tanto, de lo que se trata es no sólo de producir un saber, que sea útil para sobrevivir
o mejor vivir, o participar en la elaboración de un saber propio. Se trata de eso, pero también, y
además, de que, partiendo de allí, podamos apropiarnos y dominar el saber universalmente
constituido, acumulado, incluso el más elaborado en ciencias y tecnologías, para distribuirlo
equitativamente entre los que han sido excluidos de él por la opresión social. Para que el proyecto
que el pueblo elija articule los tipos de saberes y que cada uno cumpla un papel o función, así
como el campesino usa coa, arado, tractor o combinada, así como un trabajador de la
construcción usa un martillo, o el trabajador manual manufacturero en una empresa textil usa
máquinas simples o puede supervisar un área automática de producción industrial. Cada saber y
cada trabajo tienen su lugar, su papel y su dignidad.
En nuestro caso, se trata de que todos esos saberes sean parte del currículo, que el saber
popular se reconozca en él, y que a través de él se redistribuyan los saberes acumulados,
incluyendo los más elaborados, para en esa relación producir espacio donde confluyen y dialogan
diversos saberes, y conocimientos y donde se producen otros nuevos, acordes a los intereses de
las mayorías.