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Voces: DAÑOS Y PERJUICIOS - DAÑO MORAL - PROTECCIÓN DEL CONSUMIDOR - DAÑO PUNITIVO -

ENTIDADES FINANCIERAS - RESPONSABILIDAD BANCARIA

Partes: Montero Fernando Francisco c/ Banco de la Ciudad de Buenos Aires s/

Tribunal: Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial

Sala/Juzgado: C

Fecha: 28-ago-2019

Cita: MJ-JU-M-121195-AR | MJJ121195 | MJJ121195

El banco debe indemnizar el daño moral sufrido por el actor ante la violación del deber de información y
de trato digno en la tramitación de un crédito hipotecario. Cuadro de rubros indemnizatorios.

CUADROS CUANTIFICATORIOS
Datos de la Víctima
Sexo Carácter
M Cliente

Datos del Hecho


Tipo de
Relato de los Hechos Tasa de Interés aplicada
Accidente
Se condena al banco demandado a indemnizar
Daños al
al actor el daño moral sufrido ante la violación
honor, tasa del BNA en operaciones de dto a 30 días
del deber de información y de trato digno en
dignidad
la tramitación de un crédito hipotecario.

Rubros indemnizatorios
Rubro Divisa Monto
Daño Moral $ 70000

Contraer

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Sumario:

1.-Resulta advertible que se ha incumplido con las prescripciones del art. 4 , 8 bis y 53 de
la LDC., como así también con el art. 42 de la CN., cuando resulta evidente que el actor era un
beneficiario de un crédito social que tiene por objeto permitir que aquellas personas que no tienen
acceso a recursos económicos suficientes puedan acceder a una vivienda digna a tenor de la garantía
constitucional en los términos del art. 14 bis de la CN., y es en tal carácter que se relaciona
comercialmente con el banco demandado.

2.-Sobre el banco demandado pesaba brindar una información adecuada para que el actor pudiera tomar
la mejor decisión a los fines de acceder a la vivienda en cuestión, y es aquí donde la accionada debió
mínimamente acreditar qué fue lo que se informó al actor en la reunión de dicha institución a los fines
de desestimarse un crédito social para sustituirse por un crédito comercial de la cartera de esa
institución.

3.-Cabe recordar que era el accionado, en tanto entidad bancaria, quien debió ajustar su obrar
conforme su carácter profesional y su superioridad técnica en relación con su co contratante y por tal
motivo su conducta no debe apreciarse con los parámetros aplicables a un neófito, sino que debe
ajustarse a un standard de responsabilidad agravada, ya que su condición lo responsabiliza de manera
especial y le exige una diligencia y organización acorde con el objeto de su negocio.

4.-En el marco de la protección de la LDC. (art. 4), como así también bajo la normativa del BCRA sobre
'Protección de los usuarios de servicios financieros', la carga de informar detalladamente los pormenores
de la operación, pesaba sobre el banco demandado, cuando de las notas presentadas por el actor se
advierte el convencimiento de éste, en punto a que se le había otorgado un crédito y que es dicha razón
lo que motivó la renuncia al crédito social del que era beneficiario. En ese marco, no resulta consistente
el argumento de la entidad bancaria en punto a que tales reclamos formales se encontraban atendidos
en forma personal y verbal por parte de la institución, por cuanto resulta evidente que las mismas
exigían en virtud del principio de trato digno que debe existir entre las partes, una respuesta formal
donde claramente se informara del equívoco existente (art. 4 y 8 bis de la Ley 24.240), más en vista de
las consecuencias que la misma traían aparejada sobre la expectativa que el actor tenía de acceder a la
vivienda en cuestión.

5.-Conforme el art. 53 de la LDC., pesaba sobre la misma entidad bancaria demandada acreditar lo
ocurrido, pues se encontraba en óptimas condiciones para pre constituir los medios probatorios
adecuados a efectos de acreditar la información que se le brindó en el caso al aquí actor y en ese
sentido, resulta significativo la ausencia de acompañamiento de la carpeta de apertura del cliente en
cuestión. Todo ello lleva a concluir que el actor no recibió la información ni el trato digno que la
relación comercial imponía, circunstancia que opera la responsabilidad de la aquí accionada (art.
1019 del CCivCom.).

6.-El agravio moral importa una lesión a las afecciones legítimas, entre otras, la paz, la tranquilidad de
espíritu, la libertad individual, el honor, la integridad física, los afectos familiares, hallándose vinculado
con el concepto de desmedro extrapatrimonial o lesión en los sentimientos personales.

7.-Para que la indemnización por daño moral resulte procedente, no se requiere la producción de
prueba directa, sino que puede tenérselo por comprobado ante la razonable presunción de que el hecho
que motiva el juicio generó un padecimiento espiritual susceptible de justificar la indemnización
reclamada. Este temperamento se encuentra hoy expresamente admitido en el art. 1.744 del nuevo
CCivCom. que, al regular la prueba del daño, admite que éste se tenga por acreditado cuando surja
notorio de los propios hechos.

8.-Procede la reparación del daño moral cuando, por su propia naturaleza, los hechos vividos por el
actor ante el incumplimiento denunciado autorizan a presumir que éste generó en él el daño que me
ocupa.

9.-La multa civil prevista en el art. 52 bis LDC. consiste en la condena a abonar, además de los daños
que provocara, una suma de dinero en concepto de multa con un claro fin sancionatorio.

10.-El objetivo del daño punitivo es disuadir a los agentes del mercado a adoptar conductas que
impliquen una falta grave de la cual obtengan un rédito económico. Ello así, su procedencia es
excepcional y queda siempre sometida a la prudente evaluación de los magistrados.

11.-No resulta procedente la sanción por daño punitivo cuando no se trata de una falta de especial
gravedad, como tampoco que se haya configurado la excepción que exija una condena 'extra', o sea
necesario generar un efecto ejemplificador. Bajo el rubro 'pérdida de chance' se busca indemnizar al
sujeto el daño cierto que sufrió por la probabilidad de éxito que se le frustró N.R.: Sumarios elaborados
por Ricardo A. Nissen.

Fallo:

En Buenos Aires, a los 28 días del mes de agosto de dos mil diecinueve, reunidos los Señores Jueces de
Cámara en la Sala de Acuerdos, fueron traídos para conocer los autos "Montero, Fernando Francisco c/
Banco de la Ciudad de Buenos Aires." (expte. N°21706/2016), en los que, al practicarse la
desinsaculación que ordena el artículo 268 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, resultó
que la votación debía tener lugar en el siguiente orden: Doctores Julia Villanueva (9) y Eduardo R.
Machin (7).

Firman los doctores Julia Villanueva y Eduardo R. Machin por encontrarse vacante la vocalía 8 (conf. art.
109 RJN).
Estudiados los autos, la Cámara plantea la siguiente cuestión a resolver.

¿Es arreglada a derecho la sentencia apelada de fs. 244/50?

El Señor Juez de Cámara Doctor Eduardo R. Machin dice:

I. La sentencia apelada.

La sentencia que obra a fs. 244/50 rechazó a la demanda promovida por Fernando Francisco Montero
contra el Banco de la Ciudad de Buenos Aires a fin de obtener el cobro de la indemnización de los daños
que la actora alegó haber sufrido a causa del incumplimiento de las obligaciones a cargo de la
demandada, a raíz de una solicitud de crédito hipotecario gestionado por la primera.

Para decidir del modo en que lo hizo, el señor magistrado de primera instancia consideró que el
accionante no había respaldado la afirmación de que el crédito estaba aprobado a partir del 12.04.2016,
de lo que infirió que no debía imputársele responsabilidad al banco por la alegada demora, como
tampoco por las variaciones en las tasas que éste había informado a su cliente.

De igual modo, estimó que el señor Montero no había probado que el banco demandado haya infringido
las normas de la LDC, como tampoco había quedado acreditado su incumplimiento ni obrar ilícito.

II. El recurso.

1. La sentencia fue apelada por la actora a fs. 254, quien expresó sus agravios a fs.262/67, los que
merecieron la respuesta de su contraria a fs. 269/80.

2. La apelante se agravia de la errónea interpretación efectuada por el a quo, de los fundamentos


esgrimidos en la demanda.

Señala que quedó probada la irregularidad con que se desarrolló el proceso de gestión del crédito, por
no haber brindado el banco información cierta y veraz.

Resalta que su parte cumplía cabalmente con los requerimientos de la entidad, sin obtener respuesta a
cambio, siendo la prueba de tal actitud, la falta de contestación a las presentaciones formales
efectuadas por su parte, lo que sostiene que, en ese contexto, configuró una conducta antijurídica que
amerita la reparación del daño.

Se queja luego de la ponderación de la prueba, resaltando la existencia de un preacuerdo y la tasación


efectuada al efecto. Destaca que hubo un cambio de línea de crédito, indicándole que todo estaba en
condiciones para que se concretase la operación.

Refiere como un indicio a su favor, la declaración de negligencia de la prueba testimonial de la señora


Bernardelli, quien según aduce, fue la que participó en todo el proceso.

Precisa que la situación se agravó a partir del 12.4.2016 en tanto el banco demandado supo que su parte
había efectuado una reserva de un inmueble en una inmobiliaria y sin embargo, se desentendió de la
situación.

Aduce al respecto, que su parte requería confirmaciones para avanzar con el proceso, las cuales no
merecieron réplica por parte de la entidad.

A causa de ello, relata, tuvo que cancelar la reserva aludida, lo cual, junto con la inconclusa situación
de su préstamo, genera derecho a indemnización.

Por todo ello, solicita que se revoque la sentencia apelada, haciéndose lugar a los rubros requeridos en
la demanda.

III. La solución.

1.No es materia de debate que el actor fue preseleccionado para acceder a un crédito social en el
programa Primera Casa BA -programa de créditos impulsados por el Instituto de la Vivienda de la Ciudad
de Buenos Aires-, trámite de adjudicación una vez preseleccionado el beneficiario, el mismo continuaba
a los efectos de su instrumentación en el Banco de la Ciudad.

Tampoco existe contradicción en punto a que el actor eligió la sucursal N°33 de dicha entidad bancaria
y que actuó como asistente comercial a los fines de la concreción de la operatoria, la señora Patricia
Bernardelli.

En dicho marco, también viene firme que concretada una reserva por la compra de una unidad funcional
correspondiente a un inmueble sito en Combate de los Pozos N°441, de una superficie de 20 metros
cuadrados, en el barrio de Monserrat, de la Ciudad de Buenos Aires, por la suma de USD 45.000.

También se encuentra fuera de discusión que con posterioridad de efectuarse por parte del Banco de la
Ciudad de Buenos Aires, la tasación del referido inmueble, se efectuó el 11.04.2016 una reunión entre
el actor y la asesora comercial en la sucursal del banco, donde se le informó que el valor por metro
cuadrado no calificaba con el monto que se asignaba en el crédito social en cuestión.

Ahora bien, en cambio, existe contradicción sobre lo ocurrido en esa reunión que motivara a la renuncia
por parte del actor al crédito social que fuera beneficiario en pos de acceder a un crédito comercial que
le ofreciera la asesora comercial del banco demandado, a los fines de que pudiera acceder a la vivienda
que hubiese efectuado la reserva.

En efecto, mientras que la actora sostiene que la baja del crédito efectuada es por cuanto se le dijo que
calificaba en el crédito comercial que ofrecía dicha institución, por lo que a la brevedad podría contar
con el crédito hipotecario para adquirir la vivienda en cuestión, la accionada refiere que
debíacumplimentarse con la entrega de cierta documentación para posteriormente resolver si calificaba
para el crédito en cuestión.

2. En ese marco, la solución ha de encontrarse en la aplicación al caso de las normas de protección al


consumidor.

En el caso, se advierte que se ha incumplido con las prescripciones del art. 4, 8bis y 53 de la LDC, como
así también con el art. 42 de la CN.

Esto, por cuanto resulta evidente que el actor era un beneficiario de un crédito social que tiene por
objeto permitir que aquellas personas que no tienen acceso a recursos económicos suficientes puedan
acceder a una vivienda digna a tenor de la garantía constitucional en los términos del art. 14bis de la
CN, y es en tal carácter que se relaciona comercialmente con la aquí accionada.

En efecto, sobre ésta pesaba brindar una información adecuada para que el actor pudiera tomar la
mejor decisión a los fines de acceder a la vivienda en cuestión, y es aquí donde la accionada debió
mínimamente acreditar qué fue lo que se informó al actor en la reunión del 11.04.2016 a los fines de
desestimarse un crédito social para sustituirse por un crédito comercial de la cartera de esa institución.

Cabe recordar que era el accionado, en tanto entidad bancaria, quien debió ajustar su obrar conforme
su carácter profesional y su superioridad técnica en relación con su co contratante.

Por tal motivo su conducta no debe apreciarse con los parámetros aplicables a un neófito, sino que debe
ajustarse a un standard de responsabilidad agravada, ya que su condición lo responsabiliza de manera
especial y le exige una diligencia y organización acorde con el objeto de su negocio.

En el marco de la protección de la LDC (art.4), como así también bajo la normativa del BCRA sobre
"Protección de los usuarios de servicios financieros", la carga de informar detalladamente los
pormenores de la operación, pesaba sobre la accionada.

En efecto, de las notas presentadas por el actor se advierte el convencimiento de éste, en punto a que
se le había otorgado un crédito y que es dicha razón lo que motivó la renuncia al crédito social del que
era beneficiario.

En ese marco, no resulta consistente el argumento de la entidad bancaria en punto a que tales reclamos
formales se encontraban atendidos en forma personal y verbal por parte de la institución, por cuanto
resulta evidente que las mismas exigían en virtud del principio de trato digno que debe existir entre las
partes, una respuesta formal donde claramente se informara del equívoco existente (art. 4 y 8bis de la
ley 22.240), más en vista de las consecuencias que la misma traían aparejada sobre la expectativa que
el actor tenía de acceder a la vivienda en cuestión.

Por otra parte, conforme el art. 53 de la LDC, pesaba sobre la misma acreditar lo ocurrido, no cabe
duda que ella se encontraba en óptimas condiciones para pre constituir los medios probatorios
adecuados a efectos de acreditar la información que se le brindó en el caso al aquí actor.

En ese sentido, resulta significativo la ausencia de acompañamiento de la carpeta de apertura del


cliente en cuestión, a lo que se suma que no se haya producido la prueba testimonial correspondiente a
la intervención que le cupo a la asesora comercial, Patricia Bernardelli, lo que no queda desvalorizado
por el solo hecho de que la contraparte no la hubiese ofrecido.

Todo lo antedicho me lleva a concluir que el actor no recibió la información ni el trato digno que la
relación comercial imponía, circunstancia que opera la responsabilidad de la aquí accionada (art. 1019
del CCyC).

3.En consecuencia, corresponde que me ocupe de dilucidar si el actor ha probado los daños que
pretende que le sean reparados: a) Bajo el rubro daño patrimonial el actor en sustancia reclama los
gastos que comprenden los conceptos causídicos, por lo que encontrándose incluido en la imposición de
costas, habrá de estarse a lo que se resuelva sobre las mismas. b) Daño moral: al respecto tiene dicho
esta Sala que el agravio respectivo importa una lesión a las afecciones legítimas, entre otras, la paz, la
tranquilidad de espíritu, la libertad individual, el honor, la integridad física, los afectos familiares,
hallándose vinculado con el concepto de desmedro extrapatrimonial o lesión en los sentimientos
personales (esta Sala, "González Arrascaeta, María c/ScotiaBank Quilmes S.A.", 19.3.10; id., "Noel,
Alejan dro c/Banco Hipotecario S.A." , 4.6.10; id., "Navarro de Caparrós, Aída c/Suizo Argentina Cía.
de Seguros S.A.", 20.12.10; entre muchos otros).

Ha sostenido también que, para que este rubro resulte procedente, no se requiere la producción de
prueba directa, sino que puede tenérselo por comprobado ante la razonable presunción de que el hecho
que motiva el juicio generó un padecimiento espiritual susceptible de justificar la indemnización
reclamada (cfr. Llambías, Jorge J., "Tratado de Derecho Civil", t. I, p. 331; CNCom, Sala A, " Gonzalez,
Sandra c/ Transportes Metropolitanos Gral. Roca s/ ordinario", del 19.05.08; íd., en "Piceda, Gustavo
Alberto c/ Transportes Metropolitanos Gral. San Martín S.A. s/ ordinario", del 10.07.07, entre otros).

Ese temperamento se encuentra hoy expresamente admitido en el art.1.744 del nuevo Código Civil y
Comercial que, al regular la prueba del daño, admite que éste se tenga por acreditado cuando surja
notorio de los propios hechos.

Ello sucede en el caso, dado que, por su propia naturaleza, los hechos vividos por el actor ante el
incumplimiento denunciado autorizan a presumir que éste generó en él el daño que me ocupa (esta
Sala, "Fuks Julio Sergio y otros c/ Madero Catering S.A. y otro s/ ordinario" , 27/10/15; "Pérez
Gustavo Adrián c/ Banco Comafi S.A. Fiduciario Financiero s/ ordinario" 25/3/2013; "Body, Osvaldo
Pedro c/ Metropolitan Life Seguros de Vida S.A. s/ Ordinario" , 25/10/2012).

Teniendo acreditado el daño y en mérito de la naturaleza del padecimiento sufrido, que entiendo
ajustado a derecho establecer su indemnización en la suma pretendida de $70.000 con más los intereses
que se calcularán a la tasa que cobra el BNA en sus operaciones de descuento a treinta días,
computados a partir de la interposición de la demanda. c) Daño punitivo: Cabe recordar que la multa
civil prevista en el art. 52 bis LDC consiste en la condena a abonar, además de los daños que provocara,
una suma de dinero en concepto de multa con un claro fin sancionatorio.

Asimismo, el objetivo de este tipo de sanción es disuadir a los agentes del mercado a adoptar conductas
que impliquen una falta grave de la cual obtengan un rédito económico (esta Sala, "Pérez García, María
Cruz y otro c/ Nación Seguros de Vida S.A. s/ ordinario" , 11.7.13; ídem, "Iannuse, Diego Javier c/
Garbarino S.A.I.C.E.I.s/ ordinario"; Sala A, "Emagny SA c/ Got SRL y otro s/ ordinario", 9.11.09; entre
muchos otros Ello así, su procedencia es excepcional y queda siempre sometida a la prudente evaluación
de los magistrados En atención a las características señaladas es que no considero procedente este
rubro en este caso, toda vez que no se trata de una falta de especial gravedad, como tampoco que se
haya configurado la excepción que exija una condena "extra", o sea necesario generar un efecto
ejemplificador.

Por lo tanto, este rubro debe ser rechazado.

d) Pérdida de chance: Bajo ese rubro se busca indemnizar al sujeto el daño cierto que sufrió por la
probabilidad de éxito que se le frustró (cfr. Bustamante Alsina, Jorge, "La pérdida de la chance.", L. L.
1993-d-207).

Ahora bien, de la prueba producida, no encuentro acreditada la frustración de éxito invocada, por lo
que he de desestimar el mismo.

IV. Conclusión.

Por las consideraciones hasta aquí expuestas, propongo a este Acuerdo estimar favorablemente el
recurso de apelación interpuesto y, en consecuencia, revocar la sentencia apelada con los alcances
arriba delineados, imponiendo las costas de ambas instancias a la demandada vencida (art. 68 del
código procesal).

Por análogas razones, la Señora Juez de Cámara, doctora Julia Villanueva, adhiere al voto anterior.

Con lo que termina este Acuerdo, que firman ante mí los Señores Jueces de Cámara doctores

EDUARDO R. MACHIN

JULIA VILLANUEVA

RAFAEL F. BRUNO

SECRETARIO DE CÁMARA

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