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Un problema grave que se está viviendo en los últimos años es la contaminación del agua, ya que

son las primeras fuentes de repositorios de vertederos mineros, agrícolas e industriales, echando
sin tratamiento algunos de los residuos. El tratamiento de estas aguas es vital e importante para el
hombre y para los animales. Durante los últimos años ha ido aumentando los conocimientos de
aguas residuales y se alejó de los enfoques empíricos, donde abarcan los procesos físicos
químicos y biológicos, que a menudo se van involucrando en el trabajo de laboratorios y técnicas
experimentales, varios de los métodos han ido avanzando en medida en que han sido aceptados
como herramientas confiables para el tratamiento de aguas residuales. AMY et al, (2017). Una de
las herramientas aceptadas es la del tratamiento mediante humedales artificiales, que son muy
accesibles por tener un bajo precio y diseñado con el fin de imitar la transformación de los
ecosistemas de humedales naturales que destacan como una alternativa. Por otro lado, hay
algunos especialistas que no aceptan y luego refutan la eficacia del tratamiento por humedales y
prefieren a los microorganismos. Si bien sabemos que los humedales artificiales es una buena
elección para la disminución de la contaminación que es producida por las aguas residuales. ¿Cuál
sería el método más adecuado para el tratamiento de aguas residuales? Desde nuestro punto de
vista el tratamiento de aguas residuales mediante humedales artificiales es más eficientes que el
tratamiento con microorganismos. En este texto, argumentamos a favor de la eficacia de los
humedales artificiales apoyado en un razonamiento y evidencias que desarrollaremos en las
siguientes líneas.

El tratamiento de aguas residuales por medio de los humedales artificiales es más beneficioso para
el medio ambiente porque el consumo energético es nulo, ya que el proceso de depuración lo
realizan las plantas. Muchas de las Plantas de tratamientos en América Latina se operan por
distintas causas como los costos y sostenimientos, por ello se realizan un conjunto de
procedimientos de depuración, entre ellos los humedales elaborados por los procedimientos de
flujo horizontal también llamado método de zona de raíces. Según el ingeniero agrónomo Javier
Carbonell (2019), “los humedales artificiales son más eficientes en cuanto a gasto de energía
asimismo no producen sonidos ya que es un proceso natural y no mecánico como otros procesos,
por ende, no necesitan un personal que los controle ya que de eso se encargan las mismas plantas
y no producen malos olores”. En la ingeniería existen diferentes procedimientos para la
desinfección de aguas servidas o residuales los cuales también son muy eficaces en cuanto a
desinfección se trata, sin embargo, la mayoría necesita de energía y una mano de obra que ayude
a su correcto desempeño. Por ello la mayoría de métodos que se utilizan generalmente va a
requerir del mantenimiento continuo para su buen funcionamiento, en cuanto al método de
humedales artificiales es una excepción, ya que no necesita mantenimiento continuo porque se
forma un ciclo de vida acuática entre plantas que dura al menos un año antes que se vuelva a
hacer mantenimiento de este mismo.
El tratamiento de aguas residuales mediante humedales artificiales es más eficiente que el
tratamiento con microorganismos. si se entiende que se trata de mecanismos de eliminación de
contaminantes hechos por el hombre si bien se sabe que la actualidad existe tecnologías capaces
de realizar la eliminación de materias inorgánicas, y por el alto coste que requieren ellos se sigue
optando por el uso de plantas. 

los humedales pueden manejar con eficacia altos niveles de demanda bioquímica de oxígeno,
sólidos en suspensión y nitrógeno, así como niveles significativos de metales, trazas de
compuestos orgánicos y patógenos. La eliminación de fósforo es mínima debido a las limitadas
oportunidades de contacto de las aguas residuales con el suelo. Los mecanismos básicos de
tratamiento son tamizados, sedimentación, precipitación química, adsorción y degradación
microbiológica y nitrógeno, así como absorción a través de la vegetación. Si no se practica la poda,
una fracción de la vegetación que se descompone y permanece como materia orgánica refractaria,
que termina formando turba en el humedal. (Mena et al., 2009: 11)

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