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Una de las variables más importantes para aprender es la metacognición.; tiene que ver con la reflexión
que hacemos sobre lo que estamos pensando. Esta variable se estudió desde Aristóteles, pero en
realidad la primera vez que se aborda de una forma enfocada a la psicología cognitiva es con John
Flavell en 1976;
Se trata de una serie de actividades que nos permiten, por un lado conocer cuáles son nuestros recursos
cognitivos para ser eficientes cuando aprendemos o cuando solucionamos un problema, por otro lado
cómo le hacemos para controlarlos de manera que todo salga maravillosamente bien y finalmente
también nos indica cuando debemos usar qué cosa, es decir la parte condicional, la parte que está ligada
a las circunstancia o al tipo de tarea en el que estamos aprendiendo o resolviendo algo.
Conocer recursos cognitivos
controlar recursos cognitivos
cuándo usar recursos cognitivos
Vamos a introducir el concepto de metacognición con una frase de Sócrates, solo se que no se nada.
Esta frase revela un gran conocimiento de sí mismo, cuando una persona se da cuenta de lo que sabe y
de lo que no sabe, se está autoevaluando.
Las habilidades metacognitivas representan el nivel más alto de habilidad mental y por lo tanto tienen
un gran impacto en el aprendizaje. Para ser eficiente un estudiante necesita ser metacognitivo, es decir
conocer y ser capaz de controlar su aprendizaje y a sí mismo como aprendiz. La metacognición es
pensar sobre el propio pensamiento.
Diagnóstico metacognitivo que tiene que ver con entender cuáles son los recursos que tenemos para
aprender de manera eficiente y para ello hay una pregunta clave que es, ¿cómo le hice?
En esta sesión vimos qué es la metacognición y entendimos que involucra como tres pasos, tres
cuestiones. Una tiene que ver con lo declarativo, es decir ¿qué recursos tengo para poder pensar bien y
eficientemente? La segunda tiene que ver con lo procedimental ¿que es cómo hago para controlar esos
procesos de pensamiento de tal manera que sean eficientes y efectivos? y la tercera tiene que ver con lo
condicional, es decir ¿qué circunstancias son aquellas en donde debo usar, cuál tipo de estrategia?
Por otro lado también vimos qué es el diagnóstico metacognitivo, en donde respondemos a la pregunta
¿cómo le hice? Una vez que hemos aprendido algo o resuelto algún problema.
7 TÉCNICAS DE ESTUDIO
1. Gana concentración
Evitar notificaciones de redes sociales (correo, mensajes, facebbok…) usar ommwriter para evitar las
notificaciones.
1- Gana concentración. Los ordenadores y las tabletas han robado parte de protagonismo al papel a la
hora de estudiar. Cada vez se usan más, ya sea para leer los temarios o realizar mapas conceptuales
online. Pero también pueden distraer fácilmente y perjudicar la concentración. “Los avisos de la
entrada de nuevos correos electrónicos o las interacciones en Twitter o Facebook son continuas y es
importante desconectar mientras uno estudia”, señala Anna Iñesta. Para lograrlo, la experta propone
utilizar la herramienta Ommwriter, que una vez instalada en el ordenador o dispositivo móvil, corta
todo intercambio de informaciones a través de la Red. Es un programa que recrea la nada y cuando se
pone en marcha siguen llegando correos pero no saltan las alertas. Al abrirlo, se escoge un fondo, un
ruido (el sonido de una biblioteca o de una pecera) y el tipo de letra con la que se va a escribir. “Este
procesador de texto de estilo zen permite mayor concentración y reflexión”, añade Iñesta.
2- Elabora un calendario de estudio. Aplicaciones como Google Calendar, Sunrise Calendar,
Awesome Calendar, o The Homework App son útiles para organizarse. “Es recomendable utilizar un
formato mensual que te permita visualizar todos los días disponibles de un solo vistazo. Hay que
señalar las fechas de los exámenes y tachar los días en los que no te será posible estudiar”, señala Nuria
Suñé, psicóloga y directora del Centre Future. Además, hay que dividir los días de estudio en dos
bloques (mañana y tarde) y distribuir de forma estratégica el tiempo que se destinará a las distintas
asignaturas en función de su complejidad. “Aunque tengas el calendario en la cabeza, para tu cerebro
no es lo mismo escribirlo o programarlo que sólo imaginarlo. El hecho de organizarlo te permite
rebajar tu sensación de indefensión y de falta de tiempo y fomenta un análisis de la situación más
realista y ajustado”. Suñé recalca que disminuir la ansiedad es aumentar la productividad, y aconseja
dedicar una mañana si es necesario a la elaboración del calendario. “Una vez lo hayas acabado, te
sentirás mucho más tranquilo”, asegura.
3- Crea mapas conceptuales online. Aplicaciones como Mindmeister o Vue permiten crear mapas
conceptuales online. “Al elaborar estos esquemas, el estudiante realiza un esfuerzo importante para
distinguir lo esencial de lo superfluo y procesa mejor la información. Estos mapas son como un árbol
que entrelaza conceptos clave sobre una temática; aportan una visión global”, indica Anna Iñesta, de
ESADE. Estas aplicaciones permiten trabajar de forma individual y colectiva; los mapas pueden ser
diseñados por diferentes estudiantes desde distintos lugares, siempre y cuando estén conectados a
Internet. Además, se puede grabar el proceso de elaboración del mapa y reproducirlo cuantas veces se
quiera. Una vez finalizados, los estudiantes pueden quedar para exponer la parte que han realizado.
“Científicamente está demostrado que el aprendizaje colaborativo tiene ventajas en el proceso de
adquisición de conocimientos”, dice Iñesta en referencia a estudios como Student-student interaction:
The neglected variable in education, de Johnson, D. W. y Johnson, R (publicado en Educational
Researcher en 1981). “Explicar algo a otra persona es la mejor manera de interiorizarlo, el proceso de
adquisición de conocimientos finaliza cuando se verbaliza. Si no lo sabes explicar, no te lo sabes”.
4- Crea foros online para preparar el examen. Ya sea a través de los campus virtuales de las
universidades o de espacios web como Blogger (de Google) o Wikispaces, el alumno puede crear foros
para proponer distintas preguntas sobre la materia que va a examen y propiciar que el resto de
estudiantes participen para dar la mejor respuesta. Ángel Sobrino, vicedecano de Investigación de la
Facultad de Educación y Psicología de la Universidad de Navarra, considera que a través de estas
plataformas los alumnos se motivan a estudiar: “Al comprobar que otros controlan un tema que a ellos
se les escapa, se ponen las pilas para no quedarse atrás”. En ocasiones son los propios docentes los que
generan estos foros. “Hasta ahora este tipo de herramientas solo se usaban en el e-learning
(universidades online), ahora cada vez se emplean más en las universidades presenciales”. Si el centro
no dispone de un campus virtual, el alumno puede crear un espacio para compartir información en
canales como Blogger o a través de redes sociales como Facebook.
5- Amplía tus apuntes con tu propia investigación. El profesor de Ciencias Políticas y vicerrector de
la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR) Josu Ahedo recomienda ir más allá del temario
ofrecido por el docente y complementar los apuntes con datos adicionales obtenidos con búsquedas
rigurosas. Una de las opciones es Google Académico. “Se pueden encontrar ensayos de autores de
referencia que ayudarán al estudiante y le diferenciarán del resto”.
6- Ponte a prueba. La mejor forma de preparar un examen es simularlo. “Estudiar no consiste en
hincar los codos y memorizar, sino en hacerse una representación muy clara de cómo va ser el examen
y diseñarlo”, explica Antoni Badia, profesor del departamento de Psicología y Educación de la
Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Hay que analizar cuáles son las competencias que más valora
el docente y atender a las pistas que da sobre cómo será el examen. Además de preparar una prueba tipo
test o de desarrollo, el alumno puede consultar las publicaciones del docente para fijarse en la forma en
que describe el fenómeno, en qué puntos se extendió más y qué priorizó.
7- Representa con gráficos el texto (infografías, líneas de tiempo). “Cuando un profesor pide que se
compare A con B no espera una explicación de A y B por separado”, asegura Badia. Es necesario
identificar qué herramienta de aprendizaje puede ser útil según la temática. Por ejemplo, para estudiar
las obras del Barroco puede ser útil elaborar fichas con la información. Para relacionar unos conceptos
con otros son convenientes las infografías, líneas de tiempo o gráficos con flechas que expliquen causas
y consecuencias (en materias como historia o física). “Gran parte del texto se puede representar
gráficamente. No se trata de hacer esquemas de todo, sino de aquello que requiera una mayor
profundización”. Es lo que Badia llama uso estratégico de las herramientas.
Fuente: pixabay.com
– Ponerse objetivos
El primer requisito para que tu estudio sea productivo es que este contenga una estructura. Nunca
estudiarás de forma adecuada si lo haces sin ningún tipo de organización y si vas leyendo y mirando
cosas sin ningún orden.
Así pues, antes de empezar organiza la materia que vas a estudiar, qué tienes que aprender y cómo lo
vas a hacer. Para ello la mejor técnica es ponerse objetivos.
Por ejemplo: durante esta semana tengo que estudiarme el tema 4 entero, por lo que hoy estudiaré las
primeras 5 páginas hasta que me las sepa perfectamente, mañana las 5 siguientes y el jueves las 5
últimas.
Con esta simple organización del tiempo y del contenido, tu estudio ya adquirirá un sentido, un
propósito y sabrás qué es lo que tienes que aprender.
Si tu ritmo de estudio es lento o necesitas más tiempo del previsto para aprender algunos aspectos no
pasa nada, adapta los objetivos a tus capacidades, hazlo más poco a poco si así lo requieres pero hazlo
de una forma organizada.
– Concentración previa
Una vez tengas bien organizado el tiempo y el contenido de estudio, lo siguiente que debes hacer es
prepararte a ti mismo. Y eso no es otra cosa que asegurarte de que tienes la concentración necesaria
para que cuando empieces a estudiar no tengas tu mente pensando en otras cosas y estés realmente
atento a lo que estás haciendo.
Para ello lo primero que deberás hacer es crearte tu espacio de estudio. Intenta tener un espacio
ordenado, limpio, silencioso y en el que no haya elementos que te puedan distraer con facilidad como
el móvil, internet, televisión, etc.
Así mismo, es necesario que en ese momento estés tranquilo, relajado y que no estés pensando en otras
cosas.
Si en el momento en el que te dispongas a estudiar estás nervioso o inquieto, dedica unos minutos a
tranquilizarte y acomodarte.
Técnicas de lectura
– Prelectura de ampliación
Cuando empieces a estudiar no lo hagas «a lo loco» y sigue una metodología concreta. Para empezar, lo
más útil es realizar una prelectura de ampliación. Consiste en leer de forma general y más o menos
rápida todo el contenido que quieres estudiar durante el día sin prestar mucha atención en los detalles.
Este ejercicio es ideal para que subrayes las cosas más importantes que vayas leyendo y que vayas
adquiriendo un significado general del temario.
El objetivo es que esta lectura te proporcione un conocimiento amplio de todo lo que aprenderás con
detalle posteriormente, puedas subrayar los aspectos más importantes y hacerte una idea de todo lo que
tendrás que estudiar.
Si mientras haces esta lectura hay algún apartado o detalle que no entiendes a la perfección no pasa
nada, déjalo pasar, ya tendremos tiempo luego para detenernos a examinarlo.
De esta forma, con relativamente poco tiempo ya tendremos una idea sobre todo el temario y nos será
más fácil hacer la lectura más profunda que haremos a continuación.
– Lectura comprensiva
Una vez tengas la lectura general realizada tendrás que pasar a hacer una lectura comprensiva. La
lectura comprensiva, como su propio nombre indica, tiene que permitirte comprender todos los
conceptos que contenga el temario.
Así pues, esta lectura debe ser más lenta que la anterior, parando y examinando esas partes que te
cueste más comprender y asegurar que no queda ningún aspecto por repasar.
¡Pero ojo! Que lo entendamos todo no significa que lo tengamos que memorizar todo.
Con esta lectura el objetivo es comprender no memorizar, ya que si intentamos memorizarlo todo de
golpe nos será imposible.
Así pues, esta lectura nos servirá para que nos quede todo el temario claro y para evidentemente,
aprender varias cosas sobre lo que estamos leyendo, pero no es necesario recordarlo todo, esto lo
haremos a continuación.
– Análisis de la información
Una vez comprendida toda la información debemos pasar a analizarla. Esto consiste en mirar qué es lo
que hay en ese temario que acabamos de leer.
¿Hay mucha información o poca? ¿Donde están las cosas más importantes? ¿Cuáles son las partes
claves que me tengo que aprender?
Analiza el texto y marca las partes más importantes, poniendo números, apartados o subapartados, y
escribiendo ideas clave al lado cada apartado.
De esta forma, la próxima vez que leas el texto tendrás la información mucho más clara, sabrás cuales
son las partes más importantes y adquirirás el significado de cada apartado más fácilmente.
Otra técnica eficaz para realizar después de haber sintetizado toda la información son los mapas
mentales. Un mapa mental es un diagrama en el que apuntas las palabras claves que te permiten
comprender y memorizar todo el contenido del temario.
Por ejemplo, el mapa mental de este artículo sería:
– Técnica de la asociación
Esta técnica es excelente para aprender nombres, datos y en general cualquier cosa que tengas que
memorizar. Consiste en que asocies lo que tienes que aprender con algo llamativo o que ya conoces
bien.
Por ejemplo; si quieres aprender que la dopamina es un neurotransmisor del sistema nervioso central,
podrías imaginar «una mina de oro que está en el centro de un país».
Si tienes que aprender nombres difíciles (como en medicina, fisiología, farmacia, biología…) te
resolverá un gran problema y los recordarás con facilidad.
Puedes aprender más de ella en este artículo.
– Escribir para memorizar
Si haces los apuntes a mano retendrás un mayor número de información ya que la escritura favorece a
la memorización.
Así pues, toma esos conceptos clave de la materia estudiada que sean realmente importantes y que te
cueste memorizar y escríbelas una y otra vez. No obstante, si no te gusta escribir y te resulta aburrido,
no es aconsejable que utilices esta técnica, ya que puede que asocies el estudio al aburrimiento.
– Hablar para memorizar
Si al intentar memorizar una cosa además de pensarla, la decimos en voz alta y por lo tanto la
escuchamos, nuestra capacidad de retención será mayor.
Así pues, al igual que en el paso anterior dedícate a repetir en voz alta esos conceptos que te cuesten
memorizar
– Dibujar para memorizar
Si al lado de los conceptos hacemos un dibujo entrará en juego nuestra memoria visual, la cual
reforzará a la memoria verbal que está trabajando.
Dibuja algo relacionado con el concepto que te cuesta recordar y lo memorizarás más fácilmente.
– Hacer tests
Una técnica que ayuda muchísimo a aprender y sobre todo a consolidar el aprendizaje de una forma
global, es la realización de tests. Si tienes exámenes o tests disponibles sobre la materia que estés
estudiando no dudes ni un instante en tomarlos y realizarlos.
Al hacer exámenes de prueba cambias tu forma de memorizar, ya que no recordarás a través de las
partes con las que has estado estudiando, sino que lo harás de una forma global, que por otro lado será
el tipo de recuerdo que se te requerirá en el examen.
Aprendizaje autodirigido
¿Alguna vez te has preguntado cómo son las personas con éxito? Parte de la respuesta tiene que ver con
la autorregulación: estas personas tienen una alta motivación para aprender, autocontrol y gran
autoeficacia.
Aprender a aprender es una necesidad ante los retos que la sociedad nos presenta, así que ser un
estudiante independiente, autónomo y con capacidad de autoaprender es un objetivo para quien
pretende tener éxito en su vida personal y profesional.
Como vimos, además de contar con la habilidad de autoaprender, es necesario planear nuestra propia
ruta de aprendizaje.
Para Casares y Siliceo (2003) un proyecto de vida es un proceso de realización personal, profesional o
social, que requiere de un claro conocimiento y contacto con uno mismo, y en el cual se ven
involucrados valores, creencias, experiencias y emociones. Dichos autores mencionan que existen
cuatro áreas de contacto con los objetivos que se plantea todo individuo a lo largo de su vida:
Planificar la vida y la carrera implica diversos procesos, pero sobre todo el análisis de los factores
relacionados. Uno de los primeros procesos se relaciona con la identificación de nuestras necesidades
personales y las de las personas que nos rodean o que están integradas en nuestro contexto inmediato.
Este proceso no inicia o termina en un momento determinado, ya que conforme va transcurriendo el
tiempo, las personas vamos cambiando y pueden surgir nuevas necesidades.
Una vez que identificamos nuestras necesidades actuales es momento de tomar decisiones sobre qué
necesidad cubrir y qué estrategias podemos emplear para ello. Lo anterior significa que un plan es
flexible, puesto que se está reconstruyendo continuamente, pero siempre ha de incluir opciones
realistas que puedan llevarse a cabo.
Otro proceso que debemos considerar para el plan de acción, plan de vida o la carrera es la manera
como juzgamos los éxitos y fracasos, lo que nos motiva de manera extrínseca (necesidad de logro, de
ejercer el poder en otras personas, ganancias económicas, etc.) o de manera intrínseca (porque nos
satisface personalmente).
Debido a que las personas buscamos satisfacción y realización personal, profesional o laboral de
manera continua, puede suceder que hagamos ajustes en aquello que valoramos; sin embargo, la
realización personal siempre debe verse como un reto progresivo, en constante movimiento, ajustado a
las circunstancias que se nos presentan a lo largo de la vida. Pero ¿qué es planificar?
Planificar implica la determinación clara de una intención que permite iluminar el camino que hemos
de seguir; es ser conscientes de los pasos que hay que dar para llegar a una meta determinada, analizar
los recursos con los que se cuenta o hacen falta, así como las responsabilidades que debemos aceptar.
Además, la planificación involucra necesariamente actividades en diversos momentos:
cuando planteamos una meta
en el momento de una elección
para toda una vida
antes y después de una experiencia prevista
Aunque un plan requiere la identificación clara de dónde estamos, a dónde queremos ir y cómo
podemos hacer para llegar a donde queremos, también es importante llevar un seguimiento de los
avances y analizar aquello que no funcionó como lo planeamos; esto permitirá ser un gestor de tu
propio proceso de aprendizaje; por ejemplo, existen algunas ventajas de planificar el estudio: