La producción y eliminación sin control de desechos peligrosos suele resultar años más tarde en un costo muy elevado para el medio ambiente en términos de aire, agua, tierra, salud y productividad humana. Todos los países producen y eliminan en cada vez mayor medida desechos peligrosos. Muchos — en especial los países en desarrollo — no tienen conciencia de su riesgo. Muchas veces los desechos peligrosos se envían a naciones que no saben de ese peligro. Los países industrializados gastan miles de millones de dólares para limpiar vertederos peligrosos y evacuar a los residentes de zonas que se han convertido en un peligro para la salud pública. La reducción de los desechos peligrosos deberá comprender la fijación de objetivos para la utilización de una tecnología más limpia de manufactura, el reciclaje, la sustitución de los materiales peligrosos y mejor transmisión de una tecnología limpia. Se insta a los Gobiernos a que proporcionen instalaciones nacionales de elaboración y reciclaje para sus propios productos de desechos peligrosos. Se deberán elaborar directrices internacionales acerca del costo y beneficio de la producción y administración de productos de desechos peligrosos y se intercambiará mejor la información mediante centros de gestión de desechos a nivel nacional.
BUSQUEDA DE SOLUCIONES PARA EL PROBLEMA DE LOS DESECHOS
SOLIDOS (Capítulo 21 de la Sección II del Programa 21) Las montañas cada vez mayores de desechos sólidos, incluso de fango de las cámaras sépticas y de las aguas negras, constituyen una grave amenaza al agua de superficie y de napas profundas, el suelo y el aire. La salud, la calidad de la vida y el potencial de desarrollo serán afectados por una mala gestión de los desechos sólidos. Los océanos se ven afectados cuando se vierten en el mar los desechos y la calidad del aire se deteriora cuando se queman los desechos en fosas abiertas. A fines de este siglo, 2.000 millones de personas carecerán de servicios sanitarios básicos. Unos 5,2 millones — entre ellos 4 millones de niños — mueren cada año por enfermedades causadas por los desechos peligrosos. La mitad de la población urbana de los países en desarrollo carece de servicios de recolección de basuras. Las propuestas del Programa 21 en cuanto a la administración de los desechos sólidos están centradas en cuatro esferas programáticas. La reducción de los desechos a un mínimo. Esto requerirá que los países establezcan objetivos para la reducción del volumen de los desechos que influirán sobre las características de la producción y el consumo. Las naciones industrializadas deberían fijarse objetivos que detengan la producción de desechos per cápita a los niveles que predominen en el año 2000. Deberían considerar la inversión del 1% de los gastos que hagan en concepto de eliminación de desechos sólidos y aguas servidas en la reducción de los desechos al mínimo (6.500millones a los niveles corrientes). La reutilización y el reciclaje serán más atractivos desde el punto de vista económico a medida que se llenen o cierren los lugares de eliminación de desechos. Se espera que se dupliquen o tripliquen los costos de la eliminación hacia fines de este decenio. Los programas nacionales de reutilización y reciclaje de desechos deberían estar en vigencia en los países industrializados antes del año 2000 y en los países en desarrollo para el año 2010. Deberán establecerse normas internacionales para el tratamiento y la eliminación de los desechos en forma ambientalmente racional. Se deberán crear opciones frente al vertimiento de fangos cloacales en el mar. Se fortalecerá la capacidad de vigilar la eliminación de residuos y el intercambio de la información mediante un centro internacional. La extensión de los servicios de desechos requerirá planificación nacional y cooperación y financiación internacionales.