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El daño por hipertensión arterial sistémica en el ojo puede presentarse a nivel retiniano, coroideo y/o papilar. La mayoría de los
pacientes con retinopatía hipertensiva presentan en forma asociada cambios relacionados con arterioloesclerosis
El signo característico de la retinopatía hipertensiva es la presencia de estrechamiento vascular focal en casos agudos o de
estrechamiento vascular difuso en casos crónicos. Dicho estrechamiento se debe a un vasoespasmo secundario a la
autorregulación de la vasculatura retiniana.
SIGNO DE SALUS: DESVIACION O DEFLEXION DE LAS VENAS EN LOS CRUCES AV. Lo normal es la presencia de
una angulación aguda, pero en casos de esclerosis vascular la deflexión pude ser obtusa y en casos severos en ángulo recto
Con la progresión de la esclerosis, el bloqueo a la luz se intensifica y los vasos adquieren aspecto en hilos de cobre, en casos
avanzados puede presentarse oclusión subtotal o total del lumen vascular observándose los vasos con aspecto de hilos de plata.
La fuga de material plasmoide al espacio intrarretiniano genera acumulo de exudados duros, los cuales son de origen lipídico y se
manifiestan como estructuras peque.as de color blanco o amarillento, bien definidas a nivel de la capa plexiforme externa.
Los exudados algodonosos, por otro lado sonpeque.as zonas de infarto retiniano en la capa de fibras nerviosas y se caracterizan
por su aspecto de nubes de color blanco con mala definición
Tratamiento
El tratamiento va enfocado al control sistEmico de la presion arterial, ante un retinopatía hipertensiva no existe intervención
establecida a nivel retiniano.
RETINOPATIA DIABETICA
Patogenia
La RD es fundamentalmente una microangiopatía en la que los vasos pequeños son especialmente
vulnerables al daño por los altos niveles de glucosa.
La hiperglicemia sostenida induce la formación citocinas proinflamatorias,,radicales, entre otras sustancias.que causan daño
vascular. Este daño vascular, a su vez, produce un estado de hipoxia retiniana, lo cual induce producción de factores que
aumentan la permeabilidad vascular y/o que tienen actividad proangiogenica.
La clasificación empleada en el Early Treatment Diabetic Retinopathy Study (ETDRS, que fue la
clasificación de Airlie House modificada) es muy utilizada en todo el mundo. En la tabla 13.1 se presenta
una versión abreviada, junto con orientaciones terapéuticas.
Signos
Microaneurismas
Los microaneurismas son evaginaciones, sobre todo saculares, de la pared capilar que pueden formarse
por dilatación focal o por fusión de dos ramas de un asa capilar (fig. 13.2A). La mayoría se originan a
partir del plexo capilar interno (capa nuclear interna), a menudo cerca de áreas sin perfusión capilar ( fig.
13.2B).). Suelen ser el signo más precoz de RD.
• Signos. Diminutos puntos rojos, que a menudo aparecen inicialmente en la zona temporal a la fóvea
(fig. 13.3ª.
Hemorragias retinianas
• Las hemorragias de la capa de fibras nerviosas retinianas se producen a partir de las arteriolas
precapilares superficiales más grandes (fig. 13.4A) y adoptan su forma característica en llama.
• Las hemorragias intrarretinianas proceden del extremo venoso de los capilares y se localizan en capas
nuclear y plexiforme externa, lo que da lugar a la morfología en punto o mancha.
• Las hemorragias redondas oscuras más profundas representan infartos retinianos hemorrágicos situados
en las capas medias de la retina.
Exudados
Los exudados, a veces denominados «duros» para diferenciarlos de la antigua denominación de los focos
blancos algodonosos («exudados blandos»), se deben a edema retiniano localizado crónico.. Están
compuestos por lipoproteínas y macrófagos llenos de lípidos que se localizan principalmente en la capa
plexiforme externa (fig. 13.5A).
• Signos
○ Lesiones céreas amarillentas (fig. 13.5B) relativamente bien definidas y dispuestas en grupos o anillos
en el polo posterior, a menudo alrededor de microaneurismas con extravasación.
○ Con el tiempo tienden a aumentar de número y tamaño (fig. 13.5C), y pueden afectar a la fóvea.
La maculopatía diabética (edema, exudados o isquemia foveal) es la causa más frecuente de pérdida de
visión en los pacientes diabéticos, sobre todo de tipo 2. El edema retiniano difuso se debe a escape capilar
amplio, mientras que el edema localizado es consecuencia de la extravasación focal de microaneurismas y
segmentos capilares dilatados. El líquido se sitúa inicialmente entre las capas plexiforme externa y
nuclear interna; más adelante afecta también a la capa plexiforme interna y puede terminar habiendo un
edema de todo el espesor de la retina.
Maculopatía isquémica
• Signos. Son variables, y la mácula puede parecer relativamente normal a pesar de la disminución de
agudeza visual.
• La AGF muestra ausencia de perfusión capilar en la fóvea.
El edema macular clínicamente significativo (EMCS) detectable mediante la exploración clínica se define
según el ETDRS como (fig. 13.11):
• Engrosamiento retiniano a menos de 500 mm del centro de la mácula (v. fig. 13.11, arriba a la
izquierda).
• Exudados a menos de 500 mm del centro de la mácula asociados a engrosamiento retiniano; este
engrosamiento sí puede estar por fuera de las 500 mm (v. fig. 13.11, arriba a la derecha).
• Engrosamiento retiniano de un diámetro papilar (1.500 mm) o mayor, que está en parte a menos de un
diámetro papilar del centro de la mácula (v. fig. 13.11, abajo en el centro).
Los focos blancos algodonosos están formados por acumulaciones de residuos neuronales dentro de la
capa de fibras nerviosas. Son consecuencia de la destrucción isquémica de los axones nerviosos.
• Signos. Pequeñas lesiones superficiales blanquecinas y plumosa que ocultan los vasos sanguíneos
subyacentes (figs. 13.12B y C)
Alteraciones venosas
Los cambios venosos propios de la isquemia consisten en dilatación y tortuosidad generalizadas, asas,
arrosariamiento (estrechamientos y dilataciones focales) y segmentación en forma de salchicha (fig.
13.13).
Las anomalías microvasculares intrarretinianas (AMIR) son cortocircuitos que unen directamente
arteriolas y vénulas retinianas sin lecho capilar interpuesto, y por eso a menudo se encuentran adyacentes
a áreas de acusada hipoperfusión capilar (fig. 13.14A).
• Signos. Finas líneas rojas intrarretinianas irregulares que discurren de arteriolas a vénulas sin cruzar los
vasos principales (fig. 13.14B).
Cambios arteriales
Una dilatación sutil de las arteriolas retinianas puede ser un indicador precoz de disfunción isquémica.
Cuando hay una isquemia significativa, aparecen signos como estrechamiento periférico, vasos «en hilo
de plata» y cierre arteriolar.
Retinopatía proliferativa
Se ha calculado que debe haber ausencia de perfusión de más de un cuarto de la retina para que aparezca
RDP. Aunque los neovasos retinianos pueden surgir en cualquier zona de la retina, generalmente se
observan en el polo posterior.
• Neovascularización papilar (NVP). Presencia de neovasos sobre la cabeza del nervio óptico o a menos
de un diámetro papilar (fig. 13.15).
• Neovascularización extrapapilar (NVE). Neovasos más alejados de la papila (fig. 13.16); pueden
acompañarse de fibrosis si son de larga evolución.
• Neovascularización iridiana (NVI; fig. 13.17). También llamada «rubeosis del iris», comporta un
riesgo alto de progresión a GNV.
• La AGF (v. fig. 13.15C) AGF puede usarse para confirmar la presencia de neovasos si hay dudas
clínicas, y también delimita las áreas de retina isquémica que pueden ser tratadas selectivamente con
láser.
Diagnóstico
El diagnostico de retinopatia diabetica es un diagnostico que se realiza de forma clinica, ya sea con un oftalmoscopio directo e
ideal-para visualizar fondo de ojo, o bien, con la ayuda de un oftalmoscopio indirecto y un lente de 20 dioptrias.
Existen dos herramientas diagnósticas muy utiles para la evaluación de la enfermedad: la angiografía retiniana con fluoresceina y
la referida tomografía de coherencia .ptica (OCT).
la angiografía retiniana con fluoresceina es una fuente de información muy valiosa para su diagnóstico ya que hace mucho más
evidentes los microaneurismas, neovasos y demás signos.
La OCT es de especial utilidad para la valoración del edema macular, dado que permite una valoración precisa del grosor de la
retina y de la arquitectura de sus capas.
Fotocoagulación panretiniana. finalidad del tratamiento es mejorar la oxigenación de la retina mediante dos mecanismos:
acción directa sobre el epitelio pigmentario de la retina, que se hace más permeable al oxígeno y disminución de la demanda de
oxígeno por parte de la retina al destruir una cantidad importante de células con el tratamiento.
Vitrectomía.
Manejo del edema macular diabético. El edema macular diabético tiene un manejo distinto, aunque muchas veces ligado, al de
la retinopatía diabética. Los dos pilares del manejo del edema macular diabético son el tratamiento selectivo con rayo láser y la
terapia anti-VEGF.
La oclusión de rama venosa de la retina ocurre, por lo general, en zonas de cruces arteriovenosos, lugar anat.mico de mayor
predisposición por la adventicia en común entre la rama venosa y la arterial Esto da lugar a alteraciones secundarias,
como pérdida de células endoteliales, flujo turbulento y formación de trombos. El área de retina más común
donde ocurren estas oclusiones es el cuadrante temporal superior ya que es donde existe mayor número de cruces arteriovenosos.
Diagnóstico
• Síntomas. Si la mácula central está afectada, habrá síntomas agudos de visión borrosa y metamorfopsia
sin dolor asociado. Las oclusiones periféricas pueden ser asintomáticas.
• La AV inicial es muy variable.
Fondo de ojo
○ Dilatación y tortuosidad del segmento venoso afectado, con hemorragias en llama y punto/mancha,
sobre todo en el área de retina drenada por la vena trombosada, aunque en ocasiones puede verse alguna
hemorragia retiniana en otras zonas (fig. 13.27A).
○ Los signos agudos suelen resolverse al cabo de 6-12 meses, dejando esclerosis venosa junto con
hemorragias persistentes o recurrentes en grado variable (fig. 13.27B)
○ Pueden formarse vasos colaterales cerca de áreas con escasa perfusión capilar al cabo de varias semanas
o meses.
○ El edema macular crónico es la causa más común de mala AV persistente tras una ORVR.
• AGF. Demuestra isquemia periférica y macular , hemorragia y edema con vasos colaterales ( fig.
13.27E).
• TCO. Permite cuantificar el edema macular.
Tratamiento
El láser ha sido hasta hace poco el tratamiento estándar del edema macular en la ORVR, pero ahora se
dispone de nuevos tratamientos más eficaces y relativamente seguros. Sin embargo, no se ha definido la
pauta óptima.
• Anti-VEGF intravítreos (figs. 13.28B y C). Han sido ampliamente adoptados para el tratamiento del
edema macular secundario a ORVR, y probablemente mejoran la AV más que el láser
• Implante intravítreo de dexametasona. Proporciona una mejoría visual en la ORVR sustancialmente
superior que la observación. El tratamiento puede repetirse cada 4-6 meses.
• Láser macular. Si la AV se mantiene en 6/12 o menos después de 3-6 meses debido a edema macular
asociado a buena perfusión del centro de la mácula en la AGF, puede plantearse el tratamiento con láser:
• La triamcinolona intravítrea sin conservantes es tan eficaz como el láser en ojos con edema macular,
• La inyección de corticoides perioculares es menos invasiva que la vía intravítrea, pero también
bastante menos eficaz.
La OVCR isquémica se caracteriza por una reducción sustancial de la perfusión retiniana con que resulta
en hipoxia retiniana. La isquemia macular y el GNV son las causas principales de pérdida de visión.
Diagnóstico
• Síntomas. Disminución marcada de visión indolora en un ojo de comienzo súbito. En ocasiones puede
acudir el paciente con dolor, enrojecimiento y fotofobia debido a GNV, sin haber hecho caso o ser
consciente de una pérdida de visión previa.
• La AV suele ser de contar dedos o peor; el pronóstico visual suele ser extremadamente malo por la
isquemia macular.
• Hay DPAR.
• NVI. Aparece rubeosis del iris (fig. 13.31A) en cerca del 50% de los ojos, normalmente al cabo de entre
2 y 4 meses («glaucoma de los 100 días»), y hay un alto riesgo de GNV.
• Gonioscopia. Puede ocurrir neovascularización del ángulo (fig. 13.31B) sin que haya neovasos en el
borde pupilar, por lo que debe realizarse sistemáticamente una gonioscopia en cada revisión, de nuevo
antes de dilatar la pupila.
• Fondo de ojo
○ Tortuosidad e ingurgitación acusadas de todas las ramas de la vena central de la retina. Hay abundantes
hemorragias profundas en mancha y llama que afectan a la retina periférica y posterior, así como focos
blancos algodonosos que suelen la papila óptica (fig. 13.32A).
○ Se produce neovascularización retiniana en cerca del 5% de los ojos.
• AGF. Áreas extensas sin perfusión capilar y tinción, y escape de la pared de los vasos ( figs. 13.32C y
D).
• TCO. Permite cuantificar el EMC.
• Siempre se debe colocar al paciente en decúbito supino, ya que puede mejorar la perfusión.
• Masaje ocular con una lente de tres espejos , provocar cambios bruscos del flujo arterial, lo que mejora
la perfusión y puede desplazar el émbolo o trombo..
• Apraclonidina tópica al 1%, timolol al 0,5% y 500 mg de acetazolamida intravenosa para conseguir
un descenso más mantenido de la PIO.
• Dinitrato de isosorbida sublingual para inducir vasodilatación.
• Respirar una mezcla con alta concentración de oxígeno (95%) y dióxido de carbono (5%) o
«carbógeno». Esta medida ha sido recomendada por su posible efecto doble de combatir la isquemia y
favorecer la vasodilatación
• Agentes hiperosmóticos. Se han usado manitol o glicerol por su posible efecto hipotensor más rápido,
así como porqueaumentan el volumen intravascular.
• Embólisis/embolectomía transluminal con láser de Nd-YAG. Se ha propuesto este procedimiento en
casos de ORAR o OACR en los que se observe un émbolo que ocluye la luz arterial.
• Trombólisis., se han usado diversas estrategias para introducir fármacos trombolíticos en la arteria
oftálmica, incluyendo la infusión arterial local (carótida interna y oftálmica) e intravenosa.