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BOLÍVAR ECHEVERRÍA: EL RACISMO DE LA

BLANQUITUD

(Crítica de la modernidad capitalista)


«El “espíritu del capitalismo” consiste en la demanda o
petición de la vida práctica moderna, centrada en torno a la
organización capitalista de la producción de la riqueza
social, de un tipo especial de comportamiento humano; […]
Según Weber, el ethos que solicita el capitalismo es un
ethos “de entrega al trabajo, de ascesis en el mundo, de
conducta moderada y virtuosa, de racionalidad productiva,
de búsqueda de un beneficio estable y continuo”, en
definitiva, un ethos de autorrepresión productivista del
individuo singular, de entrega sacrificada al cuidado de la
porción de riqueza que la vida le ha confiado»
«Distintos elementos determinantes de los modos de la vida
tradicionales, distintas subcodificaciones de los sistemas semióticos y
lingüísticos heredados, distintos usos y costumbres premodernos o
simplemente no-modernos, […] son oprimidos y reprimidos sistemática e
implacablemente en la dinámica del mercado a lo largo de la historia, en
el camino que lleva a este “grado cero” de la identidad humana
moderna. Son precisamente aquellas determinaciones identitarias que
estorban en la construcción del nuevo tipo del ser humano solicitado
para el mejor funcionamiento de la producción capitalista de mercancías
y que deben ser sustituidas o reconstruidas de acuerdo con la versión
realista, puritana o “protestante-calvinista” del ethos histórico capitalista.»

(Bolivar Echeverría, Crítica de la modernidad capitalista, p. 146)


«la “santidad económico-religiosa” que
define a este “grado cero” de la identidad
humana modernocapitalista, que caracteriza
a este nuevo tipo de ser humano, es una
“santidad” que debe ser visible, manifiesta;
que necesita tener una perceptibilidad
sensorial, una apariencia o una imagen
exterior que permita distinguirla. […]
santidad evidente, en todo el conjunto de
rasgos visibles que acompañan a la
productividad, desde la apariencia física
limpia y ordenada de su cuerpo y su entorno
hasta la propiedad de su lenguaje, la
positividad discreta de su mirada y la
compostura de sus gestos y movimientos.»
«La nacionalidad moderna, cualquiera que sea,
incluso la de estados de población noblanca,
requiere la blanquitud de sus miembros.»
«Podemos llamar blanquitud a la visibilidad de
la identidad ética capitalista en tanto que está
sobredeterminada por la blancura racial, pero
por la blancura racial que se relativiza a sí
misma al ejercer esa sobredeterminación»

«[El racismo de la blanquitud] centra su


atención en indicios más sutiles que la
blancura de la piel, como son los de la
presencia de una interiorización de ethos
histórico capitalista. […] El “racismo” de la
blanquitud sólo exige que la interiorización del
ethos capitalista se haga manifiesta de alguna
manera, con alguna señal, en la apariencia
exterior o corporal de los mismos»
la constitución fundante […] de la vida
económica moderna, capitalista puritana, como
vida concreta de una entidad política estatal,
tuvo lugar casualmente sobre la base humana
de las poblaciones racial e identitariamente
“blancas” del noroeste europeo; hecho que hizo
que la apariencia “blanca” de esas poblaciones
se asimilara a esa visibilidad indispensable, que
mencionábamos, de la “santidad” capitalista del
ser humano moderno. La productividad del
trabajo como síntoma de la santidad moderna y
como “manifestación” del “destino” profundo
de la afirmación nacional paso a incluir, como
acompañante indispensable, a la blancura racial
y “cultural” de las masas trabajadoras.147-148
durante este transito subrepticio de lo casual a lo necesario,
la condición de la blancura para la identidad moderna
pasó a convertirse en una condición de blanquitud, esto
es, permitió que su orden étnico se subordinara al orden
identitario que le impuso la modernidad capitalista cuando
la incluyó como elemento del nuevo tipo de humanidad
promovido por ella. Es ésta la razón de que en principio, en
la modernidad capitalista, los individuos de color puedan
obtener la identidad moderna sin tener que “blanquearse”
completamente; de que les baste con demostrar su
blanquitud.148
El racismo normal de modernidad capitalista es un racismo de la
blanquitud. Lo es, porque el tipo de ser humano que requiere la
organización capitalista de la economía se caracteriza por la
disposición a someterse a un hecho determinante: que la lógica de
la acumulación del capital domine sobre la lógica de la vida
humana concreta y le imponga día a día la necesidad de
autosacrificarse, disposición que sólo puede estar garantizada por la
ética encarnada en la blanquitud. Mientras prevalezcan esta
organización y este tipo de ser humano, el racismo será condición
indispensable de la “vida civilizada”.160
N 1
Multiplicidad Unidad
Experiencia Representación
Sentidos Verdad
Procesos/variables Identidad/constantes
Cuerpo/Inconsciente Consciencia
Inmanencia Trascendencia
Colectivos Estado
Animales/Mujeres/niños Hombre varón, blanco, eterosexual,
Desterritorializaciones Logocentrismo, etnocentrismo
Arte Historia de la filosofía
Crítica de la Blanquitud Devenir menor
EL DEVENIR MENOR DE DELEUZE

«no se deviene Hombre, en tanto que el hombre se presenta


como una forma de expresión dominante que pretende
imponerse a cualquier materia, mientras que mujer, animal o
molécula contienen siempre un componente de fuga que se
sustrae a su propia formalización»
DEVENIR NO HOMBRE

«Es evidente que "el hombre" tiene la mayoría, incluso si es menos numeroso que los mosquitos, los niños, las
mujeres, los negros, los campesinos, los homosexuales..., etc. Y la tiene porque aparece dos veces, una vez en la
constante, otra en la variable de la que se extrae la constante. La mayoría supone un estado de poder y de
dominación, y no a la inversa. Supone el metro-patrón y no a la inversa»

Devenir menor es entonces escapar de la constante capitalista universal, es decir, el «Hombre-blanco-macho-adulto-


urbano-hablando una lengua standard-europeo-heterosexual».
PURO DEVENIR

«Devenir no es alcanzar una forma (identificación,


imitación, mimesis), sino encontrar la zona de
vecindad, de indiscernibilidad o de indiferenciación
tal que ya no quepa distinguirse de una mujer, de un
animal o de una molécula»
EL ETHOS BARROCO
Bolívar Echeverría y la modernidad de América Latina
• «El proyecto civilizatorio que es necesario adjudicarle a la
Modernidad es un proyecto de refundación radical. Un proyecto
EL PROYECTO DE LA dirigido a rehacer y recomponer lo mismo el sentido de la relación
MODERNIDAD entre lo humano y lo otro (lo no humano o “naturaleza”) que el
Y sentido de la relación entre el individuo singular y el individuo
LA MODERNIDAD colectivo».
CAPITALISTA • «El proyecto profundo de la Modernidad busca una vida civilizada
basada en la abundancia y la emancipación».Sin embargo, desde
Una mirada crítica sobre la Modernidad
Entrevista con Bolívar Echeverría el siglo XVI, la Modernidad ha sido «puesta en práctica mediante
IGNACIO DÍAZ DE LA SERNA
JOSÉ LUIS VALDÉS UGALDE
el modo de reproducción capitalista de la riqueza social. Una
JAVIER SIGÜENZA REYES actualización paradójica que, para cumplirse a cabalidad, debió
tergiversar e invertir el sentido de ese proyecto hasta hacer de él
lo que hoy parece ser: un proyecto de aniquilación no sólo del
sujeto humano sino también de su “entorno”, es decir, de la
particular figura de la naturaleza en la que él surgió y se ha
afirmado como tal»
TRES LÍNEAS DE LA MODERNIDAD

• Modernidad europea: La modernización capitalista de Europa es impura por los


influjos de la historia y las tradiciones, y la línea que ella sigue es sinuosa y retardada.
• Modernidad americana: La línea “americana” es una prolongación depurada de la
Modernidad capitalista europea; se caracteriza por la pureza que alcanza en ella la
recomposición de la vida social y su mundo, según el ideal de la Modernidad
capitalista al encuentro de una “tierra arrasada”.
• Modernidad latinoamericana: una reconstrucción de la Modernidad europea que,
lejos de perfeccionarla en su sentido “realista”, más bien añade a las impurezas
europeas otras más, provenientes de la experiencia del mestizaje
EL CUÁDRUPLE ETHOS
El ethos histórico moderno tiene como función la de convertir en vivible, sin superarla realmente, una
situación que es en sí misma invivible. Se trata de un ethos cuádruple porque cuatro son en principio
las posibilidades que esa solución tiene ante sí: la de denegar o de otra manera reconocer la
contradicción […] y la de someterse o de otra manera de resistirse a los efectos de esa contradicción

• Ethos realista: «denegador de la contradicción entre la esencia de la Modernidad y su realización capitalista


y asumidor militante de esa denegación es así el ethos ideal para la afirmación óptima de esa misma
realización; […] vivir en el capitalismo, estar en él, es lo mismo que vivir con él, que ser capitalista».
• Ethos romantico: deniega esa contradicción básica, pero subsumiendo la “traición” capitalista a la
Modernidad como un momento necesario del despliegue de esa misma Modernidad.
• Ethos neoclásico o ilustrado: si bien permite percibir la contradicción en toda su pureza, la muestra a la luz
de una necesidad universal exterior al ser humano.
• Ethos barroco: lleva a percatarse de la contradicción moderna, resuelta siempre a través del predominio
devastador del capitalismo sobre la Modernidad, pero en medio de un acto de resistencia, en un vuelco
contraalucinado, que rescata en lo imaginario la razón de ser de la totalidad cualitativa del mundo de la vida.
• «Lo propiamente barroco está en la escenificación
espontánea de la civilización europea que los indios
vencidos, sometidos y sobreexplotados en las ciudades
criollas montaron en la práctica cotidiana; escenificación
EL ETHOS BARROCO que venía a sustituir el cosmos en el que habían vivido
antes de su aniquilación en la conquista, y que en su
“trabajo” de mímesis y suplantación se las ingeniaba para
alterar a su manera la civilización puesta en escena».
• «el barroco hispanoamericano, […] esa repetición alterada
de las formas artísticas del barroco europeo sólo saca su
originalidad del hecho de que la vida cotidiana en esa
América genera por sí misma formas barrocas en su
comportamiento, emparentadas, a través del shock
modernizador del siglo XVI, con las que aparecieron en el
orbe mediterráneo europeo»
CARACTERÍSTICAS DEL ETHOS BARROCO

• teatralización absoluta de la vida moderna normalmente insoportable en el


capitalismo;
• radicalización del apunte de Adorno acerca del barroco como una “decorazione
assoluta”.
• El mestizaje como codigofagia: dejarse devorar para, a su vez, devorar desde
dentro al que devora.
• contrasta radicalmente con el realismo.
EL BARROQUISMO EN EL LENGUAJE

«Desde la tendencia a prescindir de la mención directa a la segunda persona en la


conjugación verbal y a representarla con la tercera, hasta la preferencia por
procedimientos menos evidentes como la resemantización, a través de juegos
sintácticos, el barroquismo lingüístico se impone en el habla cotidiana y se proyecta
hacia arriba, gravitando sobre el uso “culto” y literario de la lengua española. La
sobredeterminación indígena de los usos y costumbres peninsulares bajo el techo
familiar, y no sólo en la preparación de los sabores; la reteologización ultramariana del
catolicismo, sobre todo del guadalupano; la predilección por lo “informal” en la
economía, por lo maleable de las instituciones y lo negociable de las leyes, son todas
características de corte barroco. El barroco artístico y literario resulta incomprensible
sin ellas.
LITERATURA MENOR

“Una literatura minoritaria no se define por una


lengua local que le sería propia, sino por un trato
que inflige a la lengua mayor”. 




Gilles Deleuze, Crítica y clínica
BLANCURA, BLANQUITUD Y DEVENIR MENOR

• Blancura: racismo de designación, que tiene que ver con los cuerpos; étnico y biológico
• Blanquitud: racismo de significación, que pertenece a la dimensión incorporal; cultural
e simbólico.
• El racismo de la blanquitud es el resultado de un diseño molar que busca segmentar
sistemáticamente las expresiones lingüísticas, corporales, de rostreidad, para codificar
macroidentidades fijas -nacionales, regionales, de género, etc.- en relación con las
normas establecidas de una sociedad.
• la significación captura lo que el cuerpo o el lenguaje expresa a nivel molecular;
• devenir menor: la expresión libera lo que la significación segmenta y molariza.

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