Está en la página 1de 22

AVANCES DE LA INNOVACIÓN Y EL

EMPRENDIMIENTO SOCIAL EN MÉXICO

Coordinadores y Compiladores

Dr. Rodrigo Alejandro Olivares Contreras


Dra. Nery Elena Rodríguez Valencia
Dra. Nayely Melina Reyes Mendoza

Publicación del Grupo de Investigación en Educación Superior


Tecnológica, Innovación y Desarrollo Estratégico (GI-ESTIDE) de la
Universidad Tecnológica Metropolitana
Primera edición 2019

© Universidad Tecnológica Metropolitana, 2019

Calle 111 No. 315 x 46 y 48


Colonia Santa Rosa. C.P. 97279
Mérida, Yucatán, México.
Tel. 52 (999) 9406100
http://www.utmetropolitana.edu.mx
Correo electrónico: estide@utmetropolitana.edu.mx
Diseño de ilustración: LDG. Marinett Lozano Ruiz

Editado en México
Grupo de Investigación en Educación Superior Tecnológica, Innovación y Desarrollo Estratégico de
la Universidad Tecnológica Metropolitana

Prohibida la reproducción parcial o total de esta obra, por cualquier medio, sin permiso escrito del
titular de los derechos.
ISBN: 978-607-97344-7-3
Contenido
Eje I. Economía Social y Solidaria, Educación y Cultura

Aproximación teórica a la Economía Social y Solidaria 1

La innovación social en la medicina tradicional maya: una aportación al desarrollo


sustentable y a la Economía Social y Solidaria en Maxcanú, Yucatán 16

Contexto actual de los micronegocios de las comisarías de Dzununcán y Santa Cruz


Palomeque del municipio de Mérida, Yucatán 31

La innovación social y el desarrollo comunitario, un estudio para mejorar el bienestar


en la salud pública 47

Competitividad sistémica en los congresos y su impacto en el sector hotelero de la


ciudad de Mérida 61

El beneficio de la tecnología mediante una app didáctica para educación especial 87

La importancia de los componentes involucrados dentro de un sistema educativo


para el logro de una educación de calidad 104

La importancia de la comprensión lectora para un mejor desempeño académico 119

Emprendimiento e innovación social: un análisis documental en el contexto de


México 137

Formación emprendedora en estudiantes de la licenciatura en Contaduría Pública 155

Emprendimiento social en el CUVALLES de la Universidad de Guadalajara 182

Análisis del desarrollo de proyectos académicos como estrategia para la vinculación


empresarial 202

Capital humano e innovación en las organizaciones: el caso de una universidad


privada en el sur de Sonora 222

Eje II. Innovación Social en Proyectos Sostenibles para el Desarrollo


Comunitario

Estudio comparativo de 2 regiones del municipio de Amealco de Bonfil en cuanto a


sus procesos de integración a la globalización 240

Pasado, presente y futuro del cultivo de pitahaya (hylocereus undatus) en el estado


de Quintana Roo, México 260

Determinación de clúster para un proyecto turístico que desarrolle la comunidad de


Cd. del Carmen, Campeche 299

La importancia de la capacitación para un mejor desempeño en las funciones de los


trabajadores administrativos y operativos de una institución educativa. Caso: Centro 312
Universitario de la Costa Sur
Aproximación teórica a la Economía Social y Solidaria

Graciela Lara Gómez


Doctora en Estudios Organizacionales
glara@uaq.mx

Minerva Candelaria Maldonado Alcudia


Doctora en Educación
mm_alcudia@yahoo.com.mx

Rosa María Romero González


Doctora en Administración
rossyrg04@yahoo.com.mx

Adscripción de las autoras:


Universidad Autónoma de Querétaro.

Resumen

Con el presente capítulo se propone conocer los argumentos teóricos que sostienen la perspectiva
de la Economía Social y Solidaria, para tal efecto se llevó a cabo una revisión de la Economía Social
y de la Economía Solidaria, así como de otras propuestas que poseen aristas teóricas coincidentes
en su finalidad, que se apoya en principios y valores que se centran en impulsar solidariamente los
esfuerzos económicos y sociales en favor de las personas que buscan mejorar su entorno económico
y solucionar problemáticas comunes. Con el análisis de la Economía Social y Solidaria, pudo
establecerse que la misma ha venido tomando un lugar preponderante en las propuestas de
gobiernos y organismos no gubernamentales, los que han legislado e incluido en las políticas
públicas acciones tendientes a dar visibilidad y efectividad a las múltiples formas organizacionales
que se agrupan en torno a este sector.

Palabras clave: Economía, social, solidaria, perspectivas.

UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA METROPOLITANA


Avances de la Innovación y el Emprendimiento Social en México
ISBN 978-607-97344-7-3

Introducción

Se ha propuesto que, como consecuencia de la debilidad y crisis del modelo de economía dominante,
han surgido en diversas épocas, propuestas en la Economía alternativa que concurren en cuatro
tendencias destacadas, entre ellas se cuentan: la Economía Social, la Economía Solidaria, así como
la Economía Social y Solidaria, así la referida al Tercer Sector y otras con características similares.

Es sabido que las tendencias aludidas persiguen el bien común, mediante prácticas de solidaridad,
por lo que su desarrollo se ha debido a la difusión y reconocimiento que los organismos
internacionales y nacionales han realizado. Además, se ha contado con la contribución de
investigadores que, con sus ideas, han abonado a la construcción de teorías y a la recuperación de
experiencias ejemplares. Evidentemente las ideas, modelos socio – económicos y experiencias no
son nuevas, pues en cada una pueden encontrarse elementos y argumentos existentes desde el
siglo XIX, por lo que se reconoce que las características atribuibles a la Economía Social y Solidaria
tienen su antecedente en el pensamiento del socialismo utópico y en la Economía Social y la
Economía Social y Solidaria, pero no son su única fuente. Asimismo, debe advertirse que la
Economía Social y Solidaria se caracteriza según el contexto geográfico, social, económico y político
donde hayan emergido.

Es así que, en el presente capitulo se busca conocer cuáles son los argumentos teóricos que
sostienen la perspectiva de la Economía Social y Solidaria. Con esta finalidad, en un primer momento
se efectúo un recorrido por dos de las corrientes más influyentes: la Economía Social y la Economía
Solidaria. Luego se recogen los aportes de reconocidos teóricos (Felber, 2012; Tirole, 2017) que
discuten ideas sobre lo que han llamado ‘Economía del bien común’, así como otros (Stiglitz, 2015,
2006; Chaves, 1999) que destacan la posibilidad de construir un mundo donde prevalezca la
equidad. Con este estudio previo se analiza la Economía Social y Solidaría, desde la perspectiva de
dos realidades localizadas en Europa y América. Asimismo, más allá de las cooperativas,
asociaciones y mutualidades, se contribuye con la identificación de las diferentes formas
organizacionales que se consideran adscritas a esta tendencia, para finalmente reflexionar en torno
a la acción social que nace del impulso por parte de los gobiernos, la sociedad civil y los responsables
de las iniciativas organizacionales para construir un mundo mejor.

Las vertientes teóricas


Las características sobresalientes sobre las formas de Economía societaria ha sido discutida por
diversos autores (Lara Gómez & Maldonado Alcudia, 2014; Lara Gómez, 2011; Pérez de
Mendiguren, Etxezarreta Etxarri & Guridi Aldanondo, 2008; Chaves y Monzón, 2005; Chaves, 1999),
quienes coinciden en que la Economía Social representa la vertiente teórica más antigua, que surge
en el siglo XIX como efecto de las ideas del socialismo utópico y que de alguna manera dio origen a

2
Graciela Lara Gómez, Minerva Candelaria Maldonado Alcudia y Rosa María Romero González

las diversas propuestas subsecuentes que emergieron en el siglo XX, tales como la Economía
Solidaria que junto con la Economía Social y Solidaria floreció en el último cuarto del siglo XX;
referencia aparte merece el Tercer Sector que es concebido entre 1960 y 1970 con un enfoque
cercano a la filantropía, es decir, su enfoque esta puesto en las organizaciones no lucrativas.
Conjuntamente, en últimas fechas se ha difundido el pensamiento de distinguidos economistas y
estudiosos de la Economía alternativa, que buscan un mundo más justo y solidario; entre dichas
propuestas destaca la denominada ‘Economía del bien común’ (Felber, 2012; Tirole, 2017), además
de otros posicionamientos con una perspectiva global e incluyente (Stiglitz (2015, 2006) y de otros
teóricos (Chaves. 1999). que han contribuido fuertemente a la construcción de un marco que
fortalece una forma diferente de percibir la economía.

De tal manera que en los apartados sucesivos, se presentan dos tendencias que son el preámbulo
para el surgimiento de una propuesta teórico – práctica que de forma incipiente ha venido influyendo
y fortaleciendo la visión económico – social de una nueva generación de empresas que poseen un
ingrediente diferenciador de las clásicas empresas capitalistas y que están siendo impulsadas a
través de políticas públicas e iniciativas de la sociedad civil. Algunas características de la Economía
Social, Economía Solidaria y la Economía Social y Solidaria se ilustran enseguida (Figura 1):

Figura 1. Tendencias económico – sociales

Fuente: Elaboración propia

La Economía Social
En torno a la Economía Social Chaves (1999) señala que cuando se trata de explicar sobre qué
significa esta expresión, puede pensarse en la idea de “otra forma de hacer economía ‘más social y

3
Avances de la Innovación y el Emprendimiento Social en México
ISBN 978-607-97344-7-3

humana’…” (p. 117). El autor dice que en ocasiones se le ha considerado como sinónimo del ‘Tercer
Sector’, ‘Sector Nonprofit’ o del ‘Sector Autogestionario’. Su origen se remonta a las primeras
décadas del siglo XIX, como resultado de las problemáticas sociales, las secuelas de la revolución
industrial y de la consolidación del capitalismo como un sistema económico. La Economía Social a
lo largo del tiempo sufriría importantes transformaciones en sus preceptos fundamentales,
alejándose del marxismo y del movimiento obrero que le era afín, así como de aquellos que criticaban
el modelo de economía dominante.
Por su parte, Pérez de Mendiguren, Etxezarreta Etxarri & Guridi Aldanondo (2008) dicen que John
Stuart Mill y Leon Walras, aportaron la acepción de Economía Social a las organizaciones que se
venían creando para responder a los problemas que en la sociedad se generaban. Chaves (1999)
dice que las cooperativas se convirtieron en el objeto de estudio, por lo que la tradición científica se
desarrolló en el siglo XIX, mediante Buchez, Owen, Fourier, Proudhon, Blanc, King, Raiffeisen,
Schultze-Delistz y otros más que se han dedicado al estudio de las cooperativas, por lo que la
Economía Social se ha ido diluyendo, dando paso a una expresión que es más precisa ‘El Sector
Cooperativo’.

Chaves (1999) considera que la Economía Social no alcanzaría la connotación científica de la


Economía, circunscribiendo su campo de estudio a las instituciones sociales, en consecuencia, debe
entenderse como el proceso real que ocurre en el campo organizacional y cuyas formas
institucionales se han vinculado casi exclusivamente al sector cooperativo. Sin embargo, es esta
disciplina la que ha dado origen a diversas transformaciones económicas, sociales e institucionales
en la historia moderna.

En cuanto a las organizaciones que tradicionalmente se han considerado como integrantes del
sector, se encuentran las cooperativas, las mutualidades y las asociaciones (Pérez de Mendiguren,
Etxezarreta Etxarri & Guridi Aldanondo, 2008; Chaves y Monzón, 2005; Chaves, 1999). Pero según
afirma Chaves (1999), en los años setenta del siglo XX, se revive el reconocimiento mutuo y solidario
de diversos movimientos socioeconómicos franceses, el cooperativo, mutualista y asociativo,
ampliando su espectro de referencia a otras organizaciones que cuestionan al modelo capitalista,
con lo se eliminan las fronteras entre los diferentes sectores e incorporando nuevos campos
científicos.

Por su parte, Pérez de Mendiguren, Etxezarreta Etxarri & Guridi Aldanondo (2008) dicen que
precisamente a partir de la década de los 70, la Economía Social se ha apegado más a la concepción
de la literatura francesa, siendo la delimitación que se crea en 2002 la más reciente, y que está
referida a la Carta de Principios de la Economía Social promovida por la Conferencia Europea
Permanente de Cooperativas, Mutualidades, Asociaciones y Fundaciones, los que señalan lo
siguiente:

4
Graciela Lara Gómez, Minerva Candelaria Maldonado Alcudia y Rosa María Romero González

“i) Primacía de la persona y del objeto social sobre el capital

ii) Adhesión voluntaria y abierta

iii) Control democrático por sus miembros (excepto para las fundaciones, que no tienen socios)

iv) Conjunción de los intereses de los miembros usuarios y del interés general

v) Defensa y aplicación de los principios de solidaridad y responsabilidad

vi) Autonomía de gestión e independencia respecto de los poderes públicos

vii) Destino de la mayoría de los excedentes a la consecución de objetivos a favor del desarrollo
sostenible, del interés de los servicios a los miembros y del interés general”, (p.7).

Con los nuevos aportes, hoy en día se ha dado por clasificar a las empresas de la Economía Social
como ‘de mercado’ donde participan las empresas tradicionales –como las cooperativas– y de ‘no
mercado’ en las que funcionan las entidades no lucrativas.

La Economía Solidaria
La solidaridad desde el siglo XIX ha sido considerada en Europa como un postulado de protección
que potencialmente puede limitar los efectos perturbadores de la economía de mercado. El enfoque
de solidaridad queda referido a las prácticas de autoayuda y auto organización, donde prevalece el
vínculo social voluntario, a la ciudadanía moderna, que respeta los principios de libertad, igualdad y
la fraternidad, con lo que se facilitaría la movilización del recurso económico. Tales ideas permearon
en la creación de asociaciones que incorporaron la ideología centrada en la solidaridad, pero poco a
poco se fue diluyendo, dejando si huella en los Estatutos de la Economía Social que fueron
formuladas durante la segunda mitad del siglo XIX (Laville, 2001).
Por tanto, la idea de la solidaridad no es nueva, ya que puede encontrarse en las ideas de los
socialistas utópicos que representan el preámbulo a la Economía Social. Consecuentemente, la
Economía Solidaria es concebida como una derivación de la Economía Social, estableciendo como
objetivo central, colocar a las personas en el eje del sistema económico, con la intención de generar
vínculos de producción, distribución, consumo y financiación apoyados en la justicia, cooperación, la
reciprocidad, y la ayuda mutua. Se expresa a través de diversas concepciones, enfoques, prácticas
y realidades socio – económicas e institucionales (Pérez de Mendiguren, Etxezarreta Etxarri & Guridi
Aldanondo, 2008).

Esta tendencia emerge a partir de una diversidad de propuestas en la década de los sesentas del
siglo XX, toma un nuevo impulso a partir de su revitalización a partir de 1980 (Laville, 2001). Según
Chaves y Monzón (2005) es en los años ochenta del siglo XX, que con una importante influencia del
pensamiento francés, surge una tendencia que considera que la economía solidaria debe ser
concurrente con el mercado y el Estado; pero además, en esa misma época surge otra perspectiva

5
Avances de la Innovación y el Emprendimiento Social en México
ISBN 978-607-97344-7-3

en países latinoamericanos que proponen una visión social transformadora a partir de la generación
de una propuesta alternativa a la visión neoliberal.

Cabe señalar que la REAS (Red de Redes de Economía Alternativa y Solidaria) en su Carta de la
Economía Solidaria, considera que en la actividad económica se deben incorporar valores
universales como; la equidad, justicia, fraternidad económica, solidaridad social y democracia
directa. Asimismo, ha definido a la Economía Solidaria como “un enfoque de la actividad económica
que tiene en cuenta a las personas, el medio ambiente y el desarrollo sostenible y sustentable, como
referencia prioritaria, por encima de otros intereses.” (REAS, 2011, p.1).

En este sentido, Fonteneau, et al., dicen que la expresión Economía Solidaria se ha utilizado
particularmente en Francia, América Latina y Quebec; en Latinoamérica se identifica con una amplia
gama de iniciativas, mientras que, en Francia y Quebec, se ha utilizado la expresión para diferenciar
las formas tradicionales de la Economía Social de otras novedosas organizaciones solidarias.

En la realidad europea (de origen francés y belga) se ubican experiencias concretas de la Economía
Solidaria, que con un enfoque micro, analiza a las organizaciones y su funcionamiento,
características, diferencias jurídicas, las actividades, cómo se gestionan los recursos y la
problemática para asegurar su viabilidad. Por su parte, el referente latinoamericano (de origen
argentino, brasileño y chileno) es más radical, en cuanto a los cambios que persigue y su
confrontación al modelo capitalista. En esta tendencia se favorece la creación de modelos
alternativos de economía, alternativas al capitalismo o formas de combatir la pobreza y la exclusión
social (Pérez de Mendiguren, Etxezarreta Etxarri & Guridi Aldanondo, 2008).

Sobre esta tendencia, Abad Montesinos & Abad Montesinos (2013) señalan que la Economía
Solidaria con valores como la solidaridad persigue atenuar los efectos perniciosos del liberalismo
económico, pero su campo de acción se ha reservado para los sectores no productivos, que se
encuentran ajenos a la participación de los agentes privados y a la intervención del Estado.

Otras aproximaciones teóricas


Los aspectos fundamentales que sostienen las diferentes formas de economía societaria, han sido
retomadas y fortalecidas a través de propuestas planteadas por destacados economistas, como
Joseph Stiglitz, Christian Felber, Jean Tirole, entre otros de igual relevancia, los que han reconocido
que existen problemáticas urgentes que deben ser solucionadas, ya que es notoria la enorme
desigualdad que existe en diferentes regiones del mundo.
En este sentido, Stiglitz (2015) propone que “la desigualdad debilita la economía, socava la
democracia y divide a la sociedad” (p. 243), por lo que el crecimiento debe ser incluyente y beneficiar
a la mayor parte de los ciudadanos, por tanto, los gobiernos tienen un rol importante, que debe
traducirse en la integración social, pues el recurso más importante es la gente. Por tanto, además se

6
Graciela Lara Gómez, Minerva Candelaria Maldonado Alcudia y Rosa María Romero González

plantea que plantea que la visión del desarrollo radica en transformar la existencia de las personas
no solo la economía, por tanto, deben conjuntarse cuatro pilares que son necesarios para generar
una estrategia de desarrollo exitosa, los que están representados por: Los mercados, el Estado, los
individuos y las comunidades (Stiglitz, 2006).

En consecuencia, Stiglitz (2006) destaca que no existe una forma única de capitalismo, por tanto, no
hay una forma correcta de gestionar la economía, pues existen economías de mercado que se
caracterizan por un crecimiento sólido, que se distingue por una acotada desigualdad, como es el
caso de la nación sueca. Además, ilustra lo que se ha vivido en los EE.UU., la segregación racial ha
disminuido mientras que la segregación económica ha incrementado, lo que evidencia la falacia de
la igualdad de oportunidades, ya que se ha demostrado que hoy en día los pobres son cada vez más
pobres, la clase media se estancó y los ricos aumentaron su riqueza, por lo que la expresión “justicia
para todos”, se ha venido transformando en “justicia para quienes puedan pagarla” (Stiglitz, 2015, p.
197).

Por su parte, Felber (2012) hace una propuesta centrada en el ser humano, denominándola
‘Economía del Bien Común’ que es un modelo alternativo incluyente del sistema económico que se
basa en los valores humanos de honestidad, confianza, responsabilidad, solidaridad, cooperación,
voluntad de compartir y respeto mutuo. En esta propuesta se subraya la urgencia de intercambiar la
competencia y el afán de lucro por la cooperación y contribución al bien común, este último concepto
es explicado como la práctica de los valores –por ejemplo, del cooperativismo–, incluyendo a las
empresas y a la sociedad, para que en conjunto se erradique el egoísmo y la envidia. Felber dice
que la sociedad requiere de elegir un estilo de vida que sea vivida con dignidad y sustentabilidad,
por tanto, el objetivo fundamental deja de ser el crecimiento económico, con lo que se busca lograr
un mundo globalmente sostenible, justo y democrático.

Además Tirole (2017) analiza la relación existente entre el mercado y la moral, orientándose hacia
el significado de la desigualdad y reflexionando sobre cómo la economía de mercado contribuye al
bien común, por lo que en principio discierne sobre el significado del ‘bien común’ y cómo es
concebido por la sociedad, para luego discutir el rol que debe jugar la economía, por lo que cree
importante documentar las desigualdades, porque la economía de mercado no genera una estructura
de ingresos y riquezas conforme a lo que la sociedad desea. Consecuentemente, insiste en la
relevancia de orientar el mercado a una concepción equitativa del bien común.

Es importante indicar que el eje del documento se concentra en la Economía Social y Solidaria, así
como las organizaciones que integran tal modelo económico - social, por lo que en el siguiente
apartado se desarrolla de manera amplia.

7
Avances de la Innovación y el Emprendimiento Social en México
ISBN 978-607-97344-7-3

Desarrollo
Las bases de la economía social y solidaria
Se propone que Economía Social y Solidaria es una tendencia o modelo socio – económico
alternativo, con el que se proponen soluciones a los problemas actuales mediante el accionar
democrático, el compromiso social y la sostenibilidad medioambiental. Surge en el último cuarto del
siglo XX –Guerra (2012) menciona que surge en 1980–, como una respuesta a la crisis del modelo
económico predominante. Es una propuesta reciente que se encuentra en construcción y cuyo
sustento teórico e institucional no se encuentra suficientemente consolidado, No obstante, sus
propuestas centrales están vinculadas con la antigua tradición de la ideología socialista y
cooperativista (Pérez de Mendiguren & Etxezarreta Etxarri, 2015; Abad Montesinos & Abad
Montesinos, 2013) y con una importante carga política, ya que es una tendencia que se ha instalado
en las políticas públicas de diversos países y ha sido adoptada por influyentes organismos
internacionales y nacionales.
Sus argumentos centrales son retomados de otras propuestas, por lo que sus límites no son
visiblemente identificados por la ausencia de acuerdos y en muchas de las veces, por
contradicciones que contribuyan a la generación de una propuesta teórico – práctica uniforme que
se encuentre debidamente fundamentada (Pérez de Mendiguren & Etxezarreta Etxarri, 2015; Lara
Gómez & Maldonado Alcudia, 2014).

Para Pérez de Mendiguren & Etxezarreta Etxarri (2015) la Economía Social y Solidaria corresponde
a la fusión de dos expresiones ya existentes ‘Social – Solidaria’, consolidándose como otra forma de
entender la economía y hacer empresa y ubicándose entre la Economía Pública y la Economía
privada capitalista. La expresión de ‘Solidaria” poco o nada aportan, por el contrario, se anula la
posición transformadora y apolítica que caracteriza a la Economía Solidaria, aunque se dice que con
el añadido se trata de reconocer experiencias organizacionales novedosas, como las empresas de
inserción, de comercio justo o de finanzas éticas.

Se afirma que no existe una definición aceptada, que exprese el sentido de la Economía Social y
Solidaria (Mendiguren & Etxezarreta Etxarri, 2015). No obstante, una aproximación reconocida es
presentada por Fonteneau, et al., (2011, p. VI) quienes a través del Centro Internacional de
Formación de la Organización Internacional del Trabajo apuntan que:

“Es un concepto que se refiere a las empresas y organizaciones, en particular las cooperativas,
sociedades mutuales, asociaciones, fundaciones y empresas sociales, que específicamente
producen bienes, servicios y conocimiento y a la vez persiguen objetivos económicos y sociales
y promueven la solidaridad”.

Lo incipiente de la Economía Social y Solidaria no permite que puedan establecerse características


claramente definidas para esta tendencia, por lo que las que pueden identificarse, corresponden al

8
Graciela Lara Gómez, Minerva Candelaria Maldonado Alcudia y Rosa María Romero González

entorno geográfico y características sociales de donde han florecido. Por lo que, de la misma manera
que ocurre en la Economía Solidaria, pueden distinguirse dos tendencias: una que refiere al
pensamiento europeo y otra que involucra a algunos países de Latinoamérica. En lo que respecta a
la visión en Latinoamérica, Coraggio (2011) ha señalado que la Economía Social y Solidaria significa
la consigna de que otra economía es posible, mediante formas y prácticas que permanecen en
culturas diferentes y que o pueden identificarse fácilmente, pero que no se reconocen como parte de
la economía. En ella convergen otras propuestas teórico - prácticas que le dan pertinencia, entre
ellas la economía social, la economía solidaria, la economía del trabajo y otras propuestas de formas
en los niveles micro, meso o macroeconómicas.

Fonteneau, et al., (2011) afirman que la Economía Social y Solidaria se ha incluido en realidad de
muchas personas, puesto que promueve valores y principios que se concentran en las necesidades
de las personas y en sus comunidades, resolviéndolas con un espíritu de participación voluntaria,
autoayuda y autonomía, mediante empresas y organizaciones que equilibran lo económico con la
equidad y la justicia social, del nivel local al global (Abramovich y Vázquez, 2007).

En el contexto latinoamericano, Coraggio (2004) aporta el análisis en cinco países (Brasil, Argentina,
Bolivia, Ecuador y Venezuela), estableciendo que en la última década se han generado
transformaciones políticas transcendentales, que han llevado al reconocimiento social y político de
la Economía Social y Solidaria, impulsando el surgimiento de nuevas formas de institucionalizarla.
Por tanto, han emergido proyectos que persiguen un cambio estructural en el sector público y
privado, incorporando nuevos elementos como la sustentabilidad ambiental, por lo que en
consecuencia se están modificando las instituciones económicas, pero no se observa un camino
claro hacia tal institucionalización. Es interesante observar los elementos que componen la
propuesta de Economía Social y Solidaria en los países mencionados, lo que significa que, en Brasil
y Argentina, significa la introducción de estrategias sociales y políticas de inserción reinserción de
los excluidos; mientras que, en Venezuela, Ecuador y Bolivia, se centra en la ruptura institucional del
modelo económico dominante, incorporando una propuesta de cambio social.

En este sentido, Abramovich y Vázquez (2007) mencionan que desde la perspectiva que ha
germinado en Argentina, la Economía Social y Solidaria no se ha consolidado, pero lo es claro que
se trata de una propuesta abierta, que incluye a todos los ciudadanos y no solo a los pobres, pero
que trata de incluirlos.

Fonteneau, et al., (2011) a través de la Organización Internacional del Trabajo menciona algunos
aspectos centrales de la Economía Social y Solidaria, como sigue:

1. Se refiere a formas específicas de organizaciones y empresas.


2. Las formas organizacionales más comunes son: las cooperativas, sociedades mutuales,
asociaciones, organizaciones comunitarias, empresas sociales y algunas fundaciones.

9
Avances de la Innovación y el Emprendimiento Social en México
ISBN 978-607-97344-7-3

3. Comparten atributos comunes que las distinguen de la economía pública y de la economía


lucrativa convencional. No obstante, todas ellas persiguen objetivos sociales y económicos
combinados y comparten principios operativos determinados asentados en la participación,
solidaridad, innovación, incorporación voluntaria y propiedad colectiva.
4. Las diferentes tendencias teórico – practicas, comparten orígenes geográficos y
antecedentes teóricos, asimismo enfatizan dimensiones particulares de esta forma
económica.
5. Ofrecen ventajas comparativas para afrontar los retos sociales, económicos y políticos en
todo el mundo, incluyendo la cohesión social, el empoderamiento y el reconocimiento de una
economía plural.

La gestión de las organizaciones de la Economía Social y Solidaria, se ha fortalecido con iniciativas


que buscan la regulación y en consecuencia la institucionalización del sector. En el siguiente
apartado se analiza dicha propensión en países latinoamericanos.

La legislación para el sector de la Economía Social y Solidaria en América Latina


Como se ha dicho, como resultado de la práctica de la Economía Social y Solidaria han surgido
nuevas formas organizacionales que han dado vida y dinamismo a esta propuesta, con lo que de
acuerdo con Guerra (2012) han surgido nuevas iniciativas, que se han sumado a las organizaciones
tradicionales, por lo que paralelamente, se han incorporado otros actores como es el caso del Estado,
con lo que se ha dado paso a la creación de políticas públicas para su fomento, desarrollo y vigilancia,
así como la formulación de un marco jurídico.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2014) ha puesto en la mesa de discusión la
necesidad de gestionar eficazmente los desafíos actuales, entre ellos: la exclusión, el desempleo, la
pobreza y el calentamiento global. Todo esto ha venido permeando en las últimas décadas, en todas
partes del mundo, lo que ha conducido a la formulación de políticas públicas. En este sentido Guerra
(2012) enuncia legislaciones de algunos países de América Latina que han surgido a partir de
políticas públicas y del cumplimiento de mandatos constitucionales. Dice que dichas leyes han
surgido desde los años noventa del siglo XX.

Algunas de las legislaciones vigentes en Latinoamérica se mencionan enseguida:

Honduras:

 Ley del Sector Social de la Economía está contenida en el Decreto 193-85, del Congreso
Nacional de Honduras, con fecha del 30 de octubre de 1985 y publicado en La Gaceta No.
24.820 del 11 de enero de 1986.

10
Graciela Lara Gómez, Minerva Candelaria Maldonado Alcudia y Rosa María Romero González

 Reglamento de la Ley del Sector Social de la Economía, según el Acuerdo Ejecutivo No.
254-97 del 12 de diciembre de 1997 y publicado en La Gaceta No. 28,514 del 14 de marzo
de 1998.

Colombia:

 Ley de Economía Solidaria. Ley 454, del 4 de agosto de 1998.

Ecuador:

 Ley orgánica de la economía popular y solidaria y del sector financiero popular y solidario,
del 10 de mayo de 2011.

Argentina:

 El INAES en 2011 propuso la discusión sobre un proyecto de Ley General Básica de


Economía Solidaria.

México:

 Ley de la Economía Social y Solidaria, Reglamentaria del Párrafo Octavo del Artículo 25 de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en lo referente al Sector Social de
la Economía, del 23 de mayo de 2012.

Debe señalarse que a la fecha han emergido diversos proyectos, tanto en América Latina como en
Europa, que se encuentran en análisis y otros que ya han cumplido los procesos legislativos en sus
países y se han convertido en normas jurídicas (leyes, reglamentos o forman parte de las
Constituciones nacionales), con lo que evidencia la tendencia de los Estados a introducir un marco
regulatorio que propicie el crecimiento de un sector que contemple iniciativas económicas con
particularidades de tipo social.

Las organizaciones de la Economía Social y Solidaria


Fundamentalmente, se ha considerado que las organizaciones de la Economía Social son las
mutualidades, asociaciones y cooperativas (Pérez de Mendiguren, Etxezarreta Etxarri & Guridi
Aldanondo, 2008; Chaves y Monzón, 2005; Chaves, 1999), lo que actualmente parece limitado frente
a la riqueza de formas asociativas que se han ideado desde el siglo XX. En este sentido, Fonteneau,
et al., (2011) dicen que en la Economía Social y Solidaria se inscriben diversas formas empresariales
y organizaciones, entre las que se encuentran las cooperativas, las mutuales, las asociaciones, las
empresas sociales y otras afines.
Por lo que, partiendo de la afirmación de Chaves (1999) quien dice que la Economía Social se ha
caracterizado por el estudio de las formas organizacionales que la integran, se consideró retomar el

11
Avances de la Innovación y el Emprendimiento Social en México
ISBN 978-607-97344-7-3

trabajo de Lara Gómez & Maldonado Alcudia (2014) donde recopilan un importante espectro de
organizaciones de la Economía Social y Solidaria vigentes en la realidad de Latinoamérica, las que
en buena parte son recogidas por Abramovich y Vázquez (2006), así como por Coraggio (2011). Las
organizaciones se presentan enseguida por orden alfabético:

1. Asociaciones de productores y consumidores.


2. Asociaciones.
3. Cadenas de valor.
4. Cambalaches.
5. Emprendimientos familiares, comunitarios, libremente asociados y cooperativos.
6. Empresas de inserción,
7. Fondos de crédito rotatorios.
8. Huertos familiares y/o comunitarios.
9. Las cooperativas.
10. Las empresas recuperadas por los trabajadores.
11. Las ferias populares.
12. Las finanzas solidarias y/o finanzas éticas.
13. Las instituciones de capacitación y apoyo que promueven la incubación de empresas.
14. Las monedas sociales, monedas sociales y complementarias.
15. Las mutuales.
16. Las organizaciones de microcrédito y banca social.
17. Las redes de comercio justo o solidario.
18. Las redes de comercio justo.
19. Los emprendimientos comunitarios.
20. Los espacios culturales territoriales.
21. Los espacios de compra conjunta.
22. Los espacios de trueque.
23. Los micro emprendimientos familiares.
24. Los procesos de recuperación de recursos de las empresas de capital o del Estado
(equipamientos de fábricas, empresas en general, tierras, edificios, viviendas, etc.).
25. Los sindicatos de trabajadores ocupados o desocupados.
26. Migraciones y remesas.
27. Movimientos o acción colectiva que procura transformar la economía como (movimientos
ecologistas, feministas, étnicos, juveniles, etc.).
28. Producción para el autoconsumo.

12
Graciela Lara Gómez, Minerva Candelaria Maldonado Alcudia y Rosa María Romero González

29. Redes de ayuda mutua, de comercialización o abastecimiento conjunto, de derechos (a la


tierra y en otros casos: al territorio, al agua, a la educación, a la vivienda, al hábitat saludable,
a la ciudad, a la energía, a la salud, a la seguridad social y la protección, entre otras).
30. Redes de ayuda mutua.
31. Redes de trueque.

Con lo analizado, puede afirmarse que en la Economía Social y Solidaria no se persigue la


acumulación, sino contribuir a que las personas mejorar su calidad de vida y entorno social;
consecuentemente, sus organizaciones se enfocan al cumplimiento de objetivos sociales y
económicos, con apoyo en una filosofía basada en principios y valores, como la práctica de la
solidaridad.

Conclusiones

El análisis realizado pone de manifiesto la relevancia de la Economía Social y Solidaria para las
personas, las comunidades y los países, pues se ha demostrado que es necesario introducirla a sus
prácticas empresariales y sociales. Todo esto ha motivado a la creación de políticas públicas y
normas jurídicas que otorguen un marco institucional fortalecido, con el que se hace posible otorgar
personalidad jurídica a las diversas organizaciones que se han venido creando desde los años
ochenta del siglo XX.

Se reconoce que la Economía Social y Solidaria no es una propuesta enteramente nueva, sino que
más bien, deriva de otras propuestas teórico - prácticas que han funcionado desde el siglo XIX, entre
estas destaca la economía social y la economía solidaria, pues es precisamente de la fusión de
terminológicas que se crea una propuesta que tiene un cariz político, al ser introducida en las
propuestas de los Estados de todo el mundo. Sin embargo, no puede soslayarse que dicha tendencia
es apropiada de acuerdo con las características sociales, económicas, culturales y en general con
el marco institucional que prevalece en cada nación.

La relevancia de que los gobiernos, el sector empresarial y las personas se unan en torno a un
objetivo común que busca un mundo mejor, se potencializa con el accionar de la sociedad civil y su
creatividad en la integración de nuevas formas organizacionales. Es por ello que como lo ha
mencionado la Organización Internacional del Trabajo, la Economía Social y Solidaria ofrece
ventajas comparativas que permiten atender los desafíos desde la sociedad, la economía y la
política, permitiendo que la sociedad se cohesione, se empodere y persista en una economía plural.

13
Avances de la Innovación y el Emprendimiento Social en México
ISBN 978-607-97344-7-3

Referencias
Abad Montesinos, J. & Abad Montesinos, M. (2013). La Economía Social y Solidaria como alternativa
económica. Bienes comunes y democracia. RECERCA, Revista de Pensament I Anàlisi. Núm.
15. 2014. pp. 55-75.
Abramovich, A. L. y Vázquez, G. (2006). “Experiencias de Economía Social y Solidaria en la
Argentina”. Transformaciones en la economía argentina: pasado reciente y perspectivas.
Coordinación de: Karina Forcinito y Victoria Basualdo, Instituto del Desarrollo. Humano – UNGS.
Argentina.
Abramovich, A. L. y Vázquez, G. (2007). Experiencias de la Economía Social y Solidaria en la
Argentina. Estudios Fronterizos, vol. 8, núm. 15, enero-junio 2007, pp. 121-145
Chaves, R. (1999). La economía social como enfoque metodológico, como objeto de estudio y como
disciplina científica. CIRIEC-España, Revista de Economía Pública, Social y Cooperativa, ISSN:
0213-8093, nº 33, diciembre 1999, pp. 115-139.
Chaves, R. y Monzón, J. L. (2005). La Economía Social en la Unión Europea. N°.
CESE/COMM/05/2005. El Comité Económico y Social Europeo (CESE). CIRIEC. Valencia: Ed.
Ciriec-España.
Coraggio, J.L. (2004). La presencia de la economía social y solidaria y su institucionalización en
América Latina (Working Paper). UNRISD Occasional Paper: Potential and Limits of Social and
Solidarity Economy, No. 7. Desde: https://www.econstor.eu/handle/10419/148805
Coraggio, J.L. (2011). Economía Social y Solidaria. El trabajo antes que el capital. Ecuador:
Ediciones Abya-Yala.
Felber, C. (2012). La economía del bien común. Barcelona: Deusto.
Fontenau, B. et al. (2011). Economía social y solidaria: nuestro camino común hacia el Trabajo
decente. Documento de trabajo 2011. Canadá: Centro Internacional de Formación de la
Organización Internacional del Trabajo. Desde https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---
ed_emp/---emp_ent/---coop/documents/instructionalmaterial/wcms_166369.pdf
Guerra, P. (2012). Las legislaciones sobre economía social y solidaria en América Latina Entre la
autogestión y la visión sectorial. Revista de la Facultad de Derecho ISSN 0797-8316, Nº 33,
Montevideo, Julio-Diciembre 2012, págs. 73-94.
Lara Gómez, G. & Maldonado Alcudia, M. (2014). Modelos Emergentes de Desarrollo en la Economía
Social y Solidaria. México: Editorial Miguel Ángel Porrúa.
Lara Gómez, G. (2011). Gestión de Empresas Sociales. México: Editorial Miguel Ángel Porrúa.
Laville, J. (2001). Vers une économie sociale et solidaire?. Revue internationale de l'économie
sociale, (281), pp. 39–53. https:// doi.org/10.7202/1024020ar
OIT (2014). La Economía Social y Solidaria. Desde: https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---
ed_emp/---emp_ent/---coop/documents/publication/wcms_185354.pdf

14
Graciela Lara Gómez, Minerva Candelaria Maldonado Alcudia y Rosa María Romero González

Pérez de Mendiguren, J. & Etxezarreta, E. (2015). Sobre el concepto de economía social y solidaria:
aproximaciones desde Europa y América Latina. Revista de Economía Mundial, Sociedad de
Economía Mundial. Madrid, España. Núm. 40, 2015, ISSN: 1576-0162, pp. 123-143,
Pérez de Mendiguren, J., Etxezarreta Etxarri, E. & Guridi Aldanondo, L. (2008). ¿De qué hablamos
cuando hablamos de Economía Social y Solidaria? Concepto y nociones afines. XI Jornadas de
Economía Crítica. Bilbao.
REAS (2011). Carta de Principios de la Economía Solidaria. Desde: http://dev-
economiasolidaria.devtopia.coop/sites/default/files/pages_attachments/CARTA_ECONOMIA_S
OLIDARIA_REAS.pdf
Stiglitz, J. (2006). Cómo hacer que funcione la globalización. México: Taurus.
Stiglitz, J. (2015). La gran brecha. México: Taurus.
Tirole, J. (2017). La Economía del Bien Común. México: Taurus.

15

También podría gustarte