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Universidad Abierta Para Adultos

Participante:
Esmailyn Yolanda Hernández Batista

Asignatura
Filosofía General

Matricula:
2018-10291

Facilitador:
Wandi Vargas M. A.

Santiago de los Caballeros


Marzo 2020
I- Investigar sobre las 5 corrientes filosóficas que te presento a
continuación y sus principales representantes (filósofos) de la filosofía
moderna y filosofía contemporánea y presentar los principales
planteamientos e ideas de cada uno (no es necesario hablar de su vida o
biografía), cada criterio debe contener un mínimo de 5 a 7 ideas y dichos
criterios lo desarrollarás todo en un total de  (4 o 5 PÁGINAS), como
sigue:

1.1 Filosofía Moderna

a. El racionalismo (René Descartes)

En la teoría del conocimiento, el racionalismo es la tendencia que reconoce la


razón como única fuente del auténtico conocimiento, por oposición
al empirismo (ver), que considera que la única fuente del conocimiento es la
experiencia sensorial. Notables representantes del racionalismo fueron
Descartes, Spinoza, Leibnitz; todos ellos lucharon contra la concepción
religioso-dogmática del mundo del feudalismo, por el afianzamiento de la razón
y de sus derechos.

El progenitor del racionalismo de los tiempos modernos fue Descartes, que


fundamentó la omnipotencia de la razón, considerándola verídica en sí misma.
Los racionalistas veían el ideal de la ciencia en las matemáticas que
consideraban como una ciencia “pura”, ajena a la experiencia. Descartes
entendía que, así como el matemático con la fuerza de la inteligencia, resuelve
los problemas matemáticos, el filósofo puede concebir la verdad por la pura
fuerza de la inteligencia. Los datos sensibles nos engañan; sólo por la razón
podemos concebir lo existente. También Spinoza consideraba que los
conocimientos obtenidos de la experiencia son conocimientos casuales, no
veraces, mientras que la razón nos da el conocimiento necesario y veraz.

En ello se revela la inconsecuencia del materialismo de Spinoza. Si el


empirismo convierte la experiencia en algo absoluto y menosprecia el papel de
la razón en el conocimiento, el racionalismo establece una separación entre la
razón y la experiencia sensible y las sensaciones, y convierte en absolutos los
conceptos, el raciocinio. La separación entre lo lógico y lo sensible conduce
inevitablemente al idealismo, ya que los conceptos son convertidos en meras
abstracciones, carentes de un contenido concreto. “El racionalista se limita al
raciocinio, y abstracto además” (Lenin). “La razón (el entendimiento), el
pensamiento, la conciencia sin la Naturaleza, sin la correspondencia con ella,
es una mentira” (Lenin). El materialismo dialéctico ha superado la unilateralidad
del racionalismo y del empirismo, resolviendo científicamente el problema de
los momentos, en el conocimiento, el sensorial y el lógico, examinándolos en
su unidad y conexión orgánicas. La experiencia sensible es el momento de
partida del conocimiento. El auténtico conocimiento comienza en las
sensaciones humanas, de aquello que prueban los órganos de los sentidos.
Pero la percepción sensorial directa no nos da todavía un conocimiento
completo y profundo. El conocimiento de las conexiones y relaciones
universales es posible obtenerlo con la ayuda de la razón, del raciocinio teórico.
Los conceptos lógicos, es decir, el momento racional en el conocimiento, son la
reelaboración de los datos sensoriales en el raciocinio. Así,  pues, en el
materialismo dialéctico, lo sensible y lo lógico están recíprocamente
relacionados y sólo en su unidad expresan el proceso del conocimiento. “Desde
la observación viva hacia el raciocinio abstracto y de él hacia la práctica, tal es
el camino dialéctico del conocimiento de la verdad, del conocimiento de la
realidad objetiva” 

b. El empirismo (John Locke y Thomas Hobbes)

El empirismo es una teoría filosófica que enfatiza el papel de la experiencia y


la evidencia, especialmente la percepción sensorial, en la formación de ideas y
adquisición de conocimiento, sobre la noción de ideas innatas o tradición.1 Para
el empirismo más extremo, la experiencia es la base de todo conocimiento, no
solo en cuanto a su origen sino también en cuanto a su contenido. Se parte
del mundo sensible para formar los conceptos y estos encuentran en lo
sensible su justificación y su limitación.

El término «empirismo» proviene del griego έμπειρία, cuya traducción


al latín es experientia, de donde deriva la palabra experiencia.

El empirismo, bajo ese nombre, surge en la Edad Moderna como fruto maduro


de una tendencia filosófica que se desarrolla sobre todo en el Reino
Unido desde la Baja Edad Media. En la Antigüedad clásica, lo empírico se
refería al conocimiento que los médicos, arquitectos, artistas y artesanos en
general obtenían a través de su experiencia dirigida hacia lo útil y técnico, en
contraposición al conocimiento teórico concebido como contemplación de la
verdad al margen de cualquier utilidad.2

Se suele considerar en contraposición al racionalismo, más característico de la


filosofía continental. Hoy en día la oposición empirismo-racionalismo, como
la distinción analítico-sintético, no se suele entender de un modo tajante, como
lo fue en tiempos anteriores, y más bien una u otra postura obedece a
cuestiones metodológicas, heurísticas o de actitudes vitales, más que a
principios filosóficos fundamentales.

El empirismo también se opone al historicismo, ya que tanto el empirismo como


el racionalismo son teorías individualistas del conocimiento, mientras que el
historicismo es una epistemología social. Si bien el historicismo también
reconoce el papel de la experiencia, difiere del empirismo al suponer que los
datos sensoriales no se pueden entender sin considerar las circunstancias
históricas y culturales en las que se hacen las observaciones

c. El idealismo o criticismo (Emmanuel Kant)

Nombre que Kant dio a su filosofía idealista por entender que el objeto principal


de la misma estribaba en la crítica de la facultad cognoscitiva del hombre.
Como resultado de su crítica, Kant llegó a la negación de la posibilidad de que
la razón humana pudiera conocer la esencia de las cosas. También se da el
nombre de criticismo a otras teorías idealistas subjetivas que limitan la
cognición humana y reconocen como fuente de la misma la experiencia,
entendida solamente con un criterio idealista. Objetivamente considerado, el
criticismo ha constituido un intento de superar, desde posiciones idealistas, las
limitaciones del empirismo y del racionalismo.

1.2 Filosofía contemporánea

a. El existencialismo (Soren Kierkegaard)

Corriente filosófica decadente de nuestros días, variedad del idealismo


subjetivo, destinada esencialmente a desmoralizar la conciencia social, a
combatir a las organizaciones revolucionarias del proletariado. En la actualidad,
el existencialismo se difunde sobre todo en Francia y en Alemania occidental.
Esta doctrina reaccionaria fue fundada por el filósofo danés Kierkegaard (1813-
1855), enemigo del socialismo y de la democracia, para quien aun la filosofía
de la revelación de Schelling (ver) no era lo bastante reaccionaria. Por
“existencia”, entiende  la “vida espiritual individual”, y opone la “existencia” al
“ser”, vale decir, al mundo material de la vida real, física y social. La aversión a
la vida, el miedo a la muerte, la desesperación, tales son sus temas
fundamentales que más tienen que ver con la psicopatología que con la
filosofía. Esta “filosofía” antihumana había sido adoptada por los ideólogos del
imperialismo alemán (Heidegger, Jaspers). Hoy, el existencialismo se recubre
con la máscara de “filosofía de  la libertad”. Su esencia reaccionaria no se ha
modificado: sólo han cambiado sus procedimientos de lucha contra la teoría y
la práctica revolucionarias, sus métodos de disfraz.

b. El positivismo (Augusto Comte)

Consiste en no admitir como válidos científicamente otros conocimientos, sino


los que proceden de la experiencia, rechazando, por tanto, toda noción a priori
y todo concepto universal y absoluto. El hecho es la única realidad científica, y
la experiencia y la inducción, los métodos exclusivos de la ciencia. Por su lado
negativo, el positivismo es negación de todo ideal, de los principios absolutos y
necesarios de la razón, es decir, de la metafísica. El positivismo es una
mutilación de la inteligencia humana, que hace posible, no sólo, la metafísica,
sino la ciencia misma. Esta, sin los principios ideales, queda reducida a
una nomenclatura de hechos, y la ciencia es una colección de experiencias,
sino la idea general, la ley que interpreta la experiencia y la traspasa.
Considerado como sistema religioso, el positivismo es el culto de la humanidad
como ser total y simple o singular.

El término positivismo fue utilizado por primera vez por el filósofo y matemático
francés del siglo XIX Auguste Comte, pero algunos de los conceptos
positivistas se remontan al filósofo británico David Hume, al filósofo
francés Saint-Simon, y al filósofo alemán Immanuel Kant.

Comte eligió la palabra positivismo sobre la base de que señalaba la realidad y


tendencia constructiva que él reclamó para el aspecto teórico de la doctrina. En
general, se interesó por la reorganización de la vida social para el bien de la
humanidad a través del conocimiento científico, y por esta vía, del control de
las fuerzas naturales. Los dos componentes principales del positivismo,
la filosofía y el Gobierno (o programa de conducta individual y social), fueron
más tarde unificados por Comte en un todo bajo la concepción de una religión,
en la cual la humanidad era el objeto de culto. Numerosos discípulos de Comte
rechazaron, no obstante, aceptar este desarrollo religioso de su pensamiento,
porque parecía contradecir la filosofía positivista original. Muchas de las
doctrinas de Comte fueron más tarde adaptadas y desarrolladas por
los filósofos sociales británicos John Stuart Mill y Herbert Spencer así como por
el filósofo y físico austriaco Ernst Mach.

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