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Lectura 1 - El Estado Moderno PDF
Lectura 1 - El Estado Moderno PDF
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Introducción
En nuestra primera lectura comenzaremos abordando el origen y precedentes del Estado
Moderno.
En particular, nos detendremos en el estudio del orden medieval para, a partir de allí, analizar los
diferentes procesos que llevaron a la conformación del Estado Moderno como una forma de
organización política diferenciada.
Cabe señalar que los contenidos expuestos en esta lectura corresponden a las unidades I y II del
programa de la materia y a la bibliografía indicada para las mismas.
¡Importante!
Es preciso recordar que esta lectura constituye una guía pedagógica para el estudio, con la cual
se pretende ayudar al alumno/a a identificar los principales conceptos y relacionar los contenidos
en función de los objetivos de la materia. De ninguna manera este material reemplaza el estudio
de la bibliografía indicada para la materia.
Introducción
El Estado-Nación propiamente dicho es un producto de la cultura de occidente que no se plasma
si no partir del Renacimiento. Claro que con anterioridad han existido otras formas de organización
política, diferentes formas de relación entre gobernantes y gobernados en las que es posible
identificar algunos elementos (Territorialidad, Ejército permanente, Sistema tributario, Burocracia,
etc.) propios del Estado Moderno.
Es que la especificidad del Estado Moderno como forma de organización política, no está dada
por la presencia aislada de estos elementos que lo componen, sino por su conjunto y por la forma
específica en que convergen dichos elementos en él. De allí la importancia de comprender el
contexto y el proceso por el cual emerge el Estado Moderno.
El estudio de las organizaciones políticas pre-estatales interesa aquí no con el sentido y amplitud
que le daríamos si se tratara de un análisis histórico si no desde la Teoría del Estado, a los fines
de comprender que las sociedades han adoptado otras formas de organización para la
convivencia diferentes a la del Estado Moderno que hoy conocemos.
Es preciso señalar que, si admitimos el marco teórico marxista, podremos arribar más
sencillamente a una distinción entre formas políticas pre-estatales y Estado Moderno.
En este marco, a cada modo de producción corresponde una forma de organización política. De
este modo, y siguiendo la clasificación quíntuple del marxismo, podemos señalar que:
El modo de producción asiático o despotismo de aldea, propio de los imperios primitivos a los
que haremos referencia más adelante.
1
Genealogía: (Del lat. genealogĭa, y este del gr. γενεαλογία). Origen y precedentes de algo. Biol. filogenia origen y
desarrollo evolutivo de los seres vivos. Diccionario de la Real Academia Española.
El modo de producción feudal, sumamente complejo puesto que cubre organizaciones políticas
extremadamente diferentes y dispersas en el mundo. En términos generales se refiere a: una
forma especial de propiedad de la tierra y explotación del trabajo servil; a relaciones sociales
fundadas en el vínculo contractual del vasallaje y a la jerarquía de dominación política que iba
desde los siervos hasta el Emperador con múltiples instancias intermedias en la nobleza secular y
espiritual.
Organizaciones Políticas
Pre-estatales
Procesos: Modernidad
1. Imperios Antiguos
5.- Sistema
Jurídico Unificado
POLIARQUÍA
“La esencia misma del modo de producción asiático es la existencia combinada de comunidades
primitivas, donde reina la posesión común del suelo y organizadas, parcialmente todavía, sobre la
base de relaciones de parentesco, y de un poder de Estado que expresa la unidad real o
imaginaria de esas comunidades, controla el uso de los recursos económicos esenciales y se
apropia directamente de una parte del trabajo y de la producción de las comunidades que él
domina” 4
Desde aproximadamente el siglo VIII – VII AC, fechas de las grandes reformas políticas y sociales
en Esparta y Atenas hasta la Guerra del Peloponeso en el siglo V AC que indica el comienzo de
su decadencia, la polis griega será la unidad política dominante en el Mediterráneo.
Conoció varias formas de organización política: la monarquía, la tiranía, la oligarquía, pero pasó a
la historia por una especie de democracia oligárquica, característica del denominado “Siglo de
Pericles” (fin de las guerras médicas hasta el comienzo de la guerra del Peloponeso) en la que la
totalidad de los poderes residían en la Asamblea Popular de la que surgía el Consejo de los
Quinientos; ambos con funciones legislativas.
Esta Asamblea Popular (Eclesia) era competencia sólo de los “libres” o ciudadanos, que eran
miembros natos de la misma. Adviértase que la ciudadanía era exclusiva de la clase poseedora
2
Marvin Harris, Caníbales y Reyes (Barcelona, Argos Vergara, 1978) Pág. 211; “Introducción a la Teoría del Estado”
de García Cotarelo.
3
La propiedad de la tierra originariamente era atribuida al dios del templo en torno del cual se organizaba la comunidad
y que lo administraba en beneficio de todos.
4
En García Cotarelo, R ( comp) “Introducción a la Teoría del Estado” , Teide, Barcelona, 1986. Pag. 23
Las funciones de gobierno (en principio reservadas a los 9 arcontes elegidos por las clases
superiores de ciudadanos) acabaron en manos de alguno de los 10 estrategas cuya función
originaria era puramente militar pero cuya elección anual y legitimidad periódica de su poder
amplió funciones. El cuadro se completaba con la helia o tribunal de jurados compuesta por un
número variado de ellos según la importancia del caso a resolver.
Dos instituciones fundamentales que dan la medida democrática en Atenas, más allá de la
designación por sorteo o elección de las autoridades, son: la isonomía o igualdad de los
ciudadanos ante la ley y el ostracismo o posibilidad de excluir de la comunidad a personas
molestas para el Estado.
Contaban con una monarquía ejercida por dos reyes (como el doble consulado romano) de las
dinastías de los Egidas y Europóntidos con funciones básicamente militares. En los asuntos civiles
intervenían cinco “eforos” elegidos anualmente por la Asamblea.
Más allá de las características particulares de una y otra, lo cierto es que las Ciudades-Estado
eran razonablemente democráticas y flexibles. Sin embargo, no tuvieron la capacidad para
articular un territorio unitario que pudiera resistir la presión de invasiones militares de
monarquías más vastas, como la monarquía macedónica que se impuso cultural y
políticamente en el mundo griego.
Fuente: http://www.laguia2000.com/edad-antigua/el-imperio-de-alejandro-magno
Las Monarquías Helenísticas alcanzarán su máximo desarrollo entre el 304 AC y el 220 AC,
siendo a esta lectura fundamentales las de Macedonia, Siria y Egipto.
La alianza original entre patricios y plebeyos para acabar con la monarquía, signó la vida de la
República que, desde el siglo VII AC (época en que se destronaron los reyes etruscos) hasta el
principado de Augusto del 63 AC al 14 DC, sufrió grandes tensiones y cambios en sus
instituciones fundamentales: el Senado, representativo de la nobleza y con amplias facultades
acentuadas por su función de tutela sobre comicios y magistrados, y las asambleas de ciudadanos
o comicios curiados, comicios centuriados y comicios tribunos a través de los cuales se
elegían los magistrados y otras funciones legislativas y judiciales.
Como consecuencia de estas tensiones, se produjo una paulatina equiparación legal entre ellos,
fundamentalmente respecto de la designación de los magistrados y sus competencias. Sin
embargo, las diferencias sociales reales no sólo permanecieron sino que se incrementaron al
ritmo de la expansión del dominio territorial con la particular aparición a partir de las guerras
púnicas de una “aristocracia plebeya” conformada por los “caballeros-capitalistas”
Pero si bien la constitución política de la República Romana fue adecuada para los tiempos de la
Ciudad-Estado, compuesta por tribus campesinas y militares con un gran sentido igualitario, el
desarrollo económico y político y, fundamentalmente, la conquista del Mediterráneo y el paso a la
organización del Imperio estallaron sus contradicciones internas.
El saqueo que hizo la oligarquía de las provincias conquistadas, el caos generado en la hacienda
pública por la gran masa de metálico ingresante al tesoro romano de parte de los reinos vencidos,
y la imposibilidad de pagar un ejército que acababa fidelizándose con los generales porque
garantizaban el botín (jefes que luego perseguían sus propios fines políticos), entre otras
cuestiones, hicieron ingobernable a la República y exigieron un cambio en la estructura
constitucional.
Esta fue la tarea de Augusto (Imperio de Augusto) quien impulsó una reforma político-
institucional consistente en una división política y económica del Imperio que, especialmente a
fines fiscales, consagra el principio republicano para Roma y sus provincias y el monárquico para
el resto del Imperio.
Así, las primeras dependieron del Senado y las segundas, del Emperador que pasó a tener su
propia caja, el fiscus caesaris, manteniendo el Senado la suya o aerarium. Otras dos cajas, la de
pensiones para el ejército (convertido en permanente) y el patrimonium eran asistidas con las
rentas de la fortuna del emperador.
La reforma de Dioclesiano fue amplísima e incluyó el primer intento de regulación económica por
parte del Estado a través de la fijación de precios y la racionalización de la división entre el
patrimonio privado del monarca y la hacienda pública.
En ese contexto, la condición de los hombres, quedaba Imagen representativa de los tres
sujeta al linaje (o nacimiento) y a la tenencia de la tierra. estamentos de la sociedad feudal:
La Iglesia, representante del poder
El rasgo fundamental de este sistema de estratificación divino en la tierra.
estaba dado por su estamento superior: la nobleza, que Los nobles, poseedores del poder
se asentaba económicamente en la posesión de las político y, juntamente con la Iglesia, de
tierras, rechazaba el comercio y la artesanía como la propiedad de la tierra.
quehaceres impropios de su condición y se aislaba de lo Los vasallos, obligados a permanecer en
otros estamentos basada en sus “honores”. las tierras y sometidos a la autoridad
política, judicial y fiscal del señor
feudal.
Tal era la relación tierra-rango que en la misma nobleza Fuente:
su posicionamiento estaba dado por la extensión de sus http://historia.mforos.com/725447/7388543-
tierras (ducado, condado, baronía, etc.) el-feudalismo-en-europa/
La nobleza estimaba como suyas la función de dirección política y militar en cuyo cumplimiento
se concedieron privilegios de poder permanente y jurídicos.
Este tipo de relación, que no es sólo económica sino también política, se da para todos los
órdenes, ya se trate del Imperio o de los reinos, ducados, señoríos eclesiásticos, etc., y resulta
fundamental comprenderlo para destacar que existía “una privatización sistemática de la relación
política.”6
La diferencia entre Derecho Público y Derecho Privado (establecida en Roma), entre Hacienda
Pública y patrimonio privado del Príncipe, desaparece. Basado en su derecho personal de libre
disposición de su propiedad, el señor feudal establece un contrato privado con su vasallo que
genera inmediatamente un vínculo político. Existe subordinación política a la par de la
dependencia generada por el contrato feudal.
Compartido:
Casi todas las funciones que reclama para si el Estado Moderno estaban repartidas entre la
iglesia, el noble propietario de tierra, los caballeros, los monarcas, etc.
Intermitente:
Mediato:
6
GARCIA COTARELO, R. (comp) “Introducción a la Teoría del Estado” , Teide, Barcelona (1986) Pág. 43.
Esta burocracia eliminó la mediatización feudal del poder del rey y con ello establecer el vínculo
de súbdito con carácter general y unitario; de esta manera el “Estado” alcanzó a todos los
habitantes a lo largo y ancho del territorio.
3. Capitalismo
Fuente: http://tallerderadio.blogia.com/temas/otra-mirada-2007.php
Cuando debido a las invasiones árabes, la metrópoli comercial de Bizancio queda privada de sus
fuentes de abastecimiento; los bizantinos deben volcarse hacia las costas de Italia dando origen a
poderosas economías comerciales en la costa italiana primero, y luego, en el litoral de Europa. La
acción de los mercaderes a través del curso de los grandes ríos, revitalizó la actividad en todo el
continente.
Dado el excedente virtual existente, la dinamización fue un éxito. Se utilizaron mejor los recursos
existentes y se diversificó el consumo sin modificaciones sustanciales del sistema productivo.
Asimismo, esta evolución económica fue dinamizada por la concentración estatal del poder en
evolución.
De este modo, desarrollo capitalista y fortalecimiento del poder del monarca fueron de la
mano.
Formada por los habitantes de los Burgos o poblaciones edificadas fuera de contexto del castillo
fortificado, a los fines del orden feudal la burguesía “no existía” más que por los servicios y
funciones comerciales que prestaba, de escaso valor para nobles y clérigos.
Pero con el tiempo la burguesía comenzó a enorgullecerse de su estado, a medir con su patrón a
los otros estratos sociales y a polemizar con las normas feudales y atribuciones de los nobles
cuestionando que los derechos de los hombres se considerasen derivados de su pertenencia a un
estamento y limitados a éste, o lo que era casi lo mismo, se considerasen predeterminados por el
nacimiento.
Con el triunfo de la burguesía (canalizado en primera instancia por el triunfo del monarca absoluto)
se produjo el paso del sistema de estratificación estamental al clasista, fundado en la posesión
del dinero, imponiéndose los valores de la habilidad, inteligencia, utilidad, individualismo
por encima de los del linaje, la tradición, el honor, el comunitarismo propios del viejo sistema.
En este contexto, las ciudades se desarrollaron no sólo como un ámbito diferente al feudo (mayor
densidad poblacional y actividad productiva y comercial) sino como entidades políticamente
autónomas (Poggi, 1997); autonomía que fueron adquiriendo gracias a la asociación de intereses
y recursos de los individuos de este sector que, por si solos, carecían de poder.
Una nueva fuerza política surgía y se consolidaba en un sistema hasta entonces dominado casi
exclusivamente por señores y vasallos.
Por último, el Estado sólo podía independizarse como unidad de acción militar, económica y
política bajo la forma de una unidad de decisión jurídica universal independiente.
En palabras de Heller7: “La unificación general para todo el territorio y la regulación de toda
actividad relevante para el poder del Estado, requiere la existencia de un ius certum válido para
7
En Bonetto, M S y Piñero, M. T. “Las transformaciones del Estado”, Advocatus, Córdoba, 200º. Pág. 22
•• que cuentea con una burocracia para el Este antecedente de las asambleas
ejercicio del poder estatal legislativas cimentó una tradición de
resistencia al poder despótico propio de la
•• y un ordenamiento jurídico uniforme. evolución del Estado europeo.
Es que para lograr mantener su posición e incluso expandirla en cada Estado se produce una
tendencia a la monopolización del poder concentrado en manos del monarca.
Asimismo, para imponer eficaz y confiablemente las decisiones en todo el territorio era
necesario perfeccionar los instrumentos de gobierno.
La expansión del Estado Absolutista se vio favorecida por su capacidad para frenar las
diversas confrontaciones, entre católicos y protestantes, producidas por la Reforma
Protestante. En este contexto, se pusieron en discusión los conceptos teocráticos de autoridad
propios de la Europa medieval y se advirtieron los efectos conflictivos de ello, por lo que comenzó
el proceso inexorable hacia la secularización del poder político (se advierte la necesidad de que
los poderes del Estado se diferencien e independicen respecto a los deberes del gobernante
respecto a una fe en particular).
• El monarca no tiene que compartir su poder con ninguno de los estamentos, sino
que lo concentra en su persona. De este modo, hace suyas todas las prerrogativas públicas
efectivas. La burguesía estuvo dispuesta a renunciar a su participación a cambio de que el
monarca (garante de la paz y seguridad mediante un ejército permanente y un derecho unificado)
apoyara su actividad comercial; mientras que la nobleza había perdido presencia económica,
militar y jurídica.
La España de los Reyes Católicos; Inglaterra durante el gobierno de Enrique VIII; y Francia con
Luis XIV son ejemplos de Estados Absolutistas. La intervención absolutista en cuestiones de
negocios, autonomía y fluidez del mercado, generó la resistencia de la burguesía. Pero la
radicalización de esta oposición no surgió de sus miembros pertenecientes a grupos económicos
sino de burgueses pertenecientes a círculos intelectuales, literarios y artísticos.
Éstos ponen en tela de juicio los privilegios concedidos a la nobleza e invocan representación
política según sus valores y creencias (soberanía popular y ciudadanía igualitaria), como
condición legitimante del Estado.
Adviértase que aún el individuo no ostenta la condición de ciudadano sino de súbdito y persisten
los “privilegios” (una ley para cada estamento) beneficiosos para una nobleza que, aunque
debilitada en lo político sigue disfrutando en lo económico de puestos y pensiones en el palacio
real. No buscaban el debilitamiento del Estado ya que éste garantizaba la paz interior, sí controlar
su poder. Sucesivas revoluciones burguesas, sustentadas en su expresión intelectual e ideológica:
la Ilustración y el Liberalismo, minarán al Estado absoluto. La Revolución Gloriosa de 1688 en
Inglaterra y la independencia norteamericana en 1776 generarán los dos modelos característicos
del Estado Liberal: el parlamentarismo y el presidencialismo.
Con el Estado Moderno aparece la Teoría Política moderna, que en la etapa absolutista estará
representada por los grandes teóricos del Estado Absoluto: Maquiavelo, Bodin y Hobbes.
Maquiavelo, ha sido con justicia presentado como el padre de la Ciencia Política Moderna. Su
obra “El Príncipe” constituye el primer intento de estudiar la política con métodos empíricos.
Coherente con la realidad de su época y clase (burguesa), Maquiavelo elabora una justificación de
la organización de las monarquías nacionales absolutas como forma política que permitiría el
desarrollo de las fuerzas productivas del capitalismo. Pero el motivo profundo de la obra de este
Fiorentino es exhortar a la unificación italiana.
El instrumento para ello es el Stato (Maquiavelo inventa el término) fuerte, centralizado; debiendo
toda política fundarse en la racione di stato.
Bodin se enfrenta a otra realidad: Francia está convulsionada por guerras civiles y religiosas entre
católicos y protestantes. La intransigencia religiosa impide la estabilidad de la Nación y el partido
de los políticos al que pertenece Bodin buscará una salida.
En su obra “Los Seis Libros de la República” emancipa la idea de poder soberano de toda
conexión teológica. Para Bodin el Estado es el recto gobierno de las familias y de lo que les es
común, con potestad soberana.
La soberanía o poder supremo sobre los ciudadanos, se ejerce contra los enemigos interiores y
exteriores y su expresión específica y esencial es la capacidad para elaborar leyes generales. Es
decir, la guerra sólo se admite como defensiva.
Adviértase que Bodin, fiel exponente de la burguesía, aceptaba el poder fuerte en manos del
monarca con tal que existiere seguridad legal y posibilidades de desarrollar los negocios privados
en paz.
Con Hobbes aparece una expresa preocupación por el método científico. Cuando la dictadura de
Cromwell en 1649, Hobbes, dada su preferencia por la monarquía, deberá emigrar. A su retorno a
Inglaterra, ya habiendo aceptado la República en 1651, publica su obra Leviathan.
Allí expone la Teoría del Contrato Social mediante el cual los individuos superan el estado de
naturaleza en el que impera la “guerra de todos contra todos”. El Estado o Leviathan es el artificio
por el cual los individuos eliminan su propia inseguridad aunque el precio sea renunciar a las
libertades propias del estado de naturaleza.
En ese marco, el mejor Estado es el que ofrece mayor seguridad. De allí que en la práctica,
Hobbes reforzó la doctrina del Estado Absoluto concediéndole ausencia de límites al ejercicio del
poder si esto garantizaba efectividad, sin preocuparse por la legitimidad.
En las páginas previas hemos seguido la explicación teórica de Heller, quien sostiene que: “La
nueva palabra Estado designa certeramente a una cosa totalmente nueva porque, a partir
del Renacimiento y en el continente europeo, las poliarquías, que hasta entonces tenían un
carácter impreciso en lo territorial y cuya coherencia era floja e intermitente, se convierten
en unidades de poder continuas y reciamente organizadas, con un solo ejército que era,
además de permanente, una única y competente jerarquía de funcionarios y un orden
jurídico unitario, imponiendo además a los súbditos el deber de obediencia con carácter
general.
•• El marxismo, por su parte, también ofrece una teoría coherente para explicar el origen del
Estado. El Estado no ha existido desde siempre si no que surge a consecuencia de la división de
la sociedad en clases como una necesidad de afrontar los antagonismos entre éstas.
Expresa Engels8 que el Estado es “un producto de la sociedad cuando llega a un grado de
desarrollo determinado; es la confesión de que esa sociedad se pone en una irremediable
contradicción consigo misma y está dividida por antagonismos irreconciliables, que es
impotente para conjurar. Pero a fin de que las clases antagonistas, de opuestos intereses
económicos, no se consuman a si mismas y a la sociedad con luchas estériles, hácese
necesario un poder que domine ostensiblemente a la sociedad y se encargue de dirimir el
conflicto o mantenerlo dentro de los límites del ‘orden’. Y ese poder, nacido de la sociedad,
pero que se pone por encima de ella, y se le hace cada vez más extraño, es el Estado”
Pero el Estado es una fuerza de la clase más poderosa, de la que impera económicamente y a la
que provee de medios para explotar a la clase oprimida. Para el marxismo, si hay explotación, hay
Estado.
“Así es que el Estado Antiguo era, ante todo, el Estado de los poseedores de esclavos para
tener a éstos bajo el yugo; lo mismo que el Estado Feudal fue el órgano de la nobleza para
sujetar a los campesinos, siervos o vasallos; y como el Estado representativo de hoy, es el
instrumento de la explotación de los asalariados por el Capital”
•• Finalmente, desde la sociología liberal, Max Weber9 sintetiza todos las condiciones
señaladas hasta aquí, al decir que:
8
Engels, F. ,“El origen de la familia, la propiedad y el Estado”, Fundamentos, Madrid, 1970, pag 212
9
Webwe, Max, Economía y Sociedad, Ii, F.C.E, México, 1969, pag 1060
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