Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Pulsión Duelo y Cultura
Pulsión Duelo y Cultura
2020
El propósito del presente texto es realizar una articulación alrededor de las nociones
pulsión, duelo y cultura, para hacer algunas elaboraciones en torno al duelo materno por la
Freud no presenta en su obra una definición unívoca sobre la pulsión y nos ofrece
sobre ellas diversas acepciones: “la agencia representante {Reprasentanz} psíquica de una
conceptos -del deslinde de lo anímico respecto de lo corporal”. (Freud, 1905, p. 153). Cinco
años después, nos dice que es un “concepto fronterizo entre lo somático respecto de lo
estímulos que provienen del interior del cuerpo que alcanzan el alma” (Freud, 1915, p. 17).
hablamos. Aunque, Freud la ubica inicialmente en lo orgánico, luego la saca de ese terreno
Así mismo, este autor, propone que la pulsión tiene varios elementos y que hace un
recorrido a lo largo de ellos para buscar su satisfacción, siempre parcial y temporal, para
son: el esfuerzo, la meta, el objeto y la fuente. Del primero, dirá que es constante y no cesa,
del segundo, que persigue la satisfacción, del tercero, que es lo más variado, y finalmente,
ubica la fuente en una parte del propio cuerpo, principalmente los orificios o zonas de
borde. Freud (1915). Dichos elementos se conjugan de manera diferente para cada persona,
no obedecen a un saber genético sino que es aprendido, singular y en relación con otros.
Nos interesa, sin embargo, plantear algunas cuestiones sobre el objeto de la pulsión,
aquello a través de lo cual alcanza su meta y busca satisfacerse, para pensar por ejemplo un
hijo, cuando es deseado por la madre como un objeto pulsional que puede favorecer ciertas
fijaciones sobre ella. Siguiendo la orientación de este autor, “El objeto {Objekt} de la pulsión
es aquello en o por lo cual puede alcanzar su meta [la satisfacción]”. (Freud, 1915, p. 118). Y
aunque es variable, creemos sin embargo, que pueden llegar a presentarse objetos predilectos
a ella, a los cuales la pulsión da relevancia para su búsqueda de satisfacción, un hijo para una
madre por ejemplo, pues es una parte de su propio cuerpo, un objeto de amor y soporte de
identificación narcisista, del rol materno y depositario de múltiples afectos, cuando es amado.
Nos dice Freud (1915) que “Por regla general, «sujeto» y «objeto» se utilizan para designar,
Para Raimbault (1996) una de las acepciones de objeto hace referencia a lo pulsional,
la energía esencial de un sujeto, aquello que es polo de atracción y amor para él,
Un hijo puede llegar a ser un objeto pulsional predilecto para una madre que no es como los
otros, porque además de la ya dicho, normalmente es esperado con un deseo materno antes de su
nacimiento, con proyectos, esperanzas e ilusiones futuras, que encarna un valor particular, unos
ideales, ocupa además un lugar preponderante en el núcleo familiar, aunque también podría
presentarse casos donde sucede todo lo contrario y el hijo más bien representa un problema, un
consolidado a su alrededor”. (p. 4). Por eso cuando fallece, como ocurre frecuentemente en
contextos de conflicto armado, confronta a la madre con una pérdida de un objeto pulsional
importante, con capacidad de generar efectos diversos, como dolor, tristeza, trauma,
desorganización en el hogar y perturbación sustancial del rol materno. Para Freud (1926-1925)
por ejemplo, la pérdida de lo amado puede provocar dolor y el duelo. Ahora bien, la pérdida de
un hijo confronta con lo no realizado, la transgresión del orden lógico de la duración de la vida
donde ellos sobreviven a sus padres, las marcas que deja en la madre y la ausencia un objeto
A propósito de esto Freud, en algunas de sus cartas con varios de sus amigos, se encuentran
algunas expresiones sobre lo que produjo en él la pérdida de su hija Sophie, debido a una
pulmonía gripal. En 1920 escribe desde Viena a Oscar Pfister “La pérdida de un hijo parece
producir una grave herida narcisística”. (Freud, 1971/1920, p 94). Luego en otra carta a Sandor
Ferenczi se lee lo siguiente a propósito de dicha muerte “En el fondo de mi ser, siento no
obstante, una herida amarga, irreparable y narcisista”. (Freud, 1971/1920, p 94). Nueve años
después en 1929, en una carta de Freud a su amigo Binswanger hace alusión a la sensación de un
hueco o vacío irreparable causado en él por la muerte de su hija y que no se puede aprehender
cual “se genera bajo el influjo del examen de realidad, que exige categóricamente separarse del
objeto porque él ya no existe más. Debe entonces realizar el trabajo de llevar a cabo ese retiro del
objeto en todas las situaciones en que el objeto {Objekt} fue asunto {Gegenstand} de una
Pero el duelo no es algo que finalice con el paso del tiempo ni de manera espontánea, implica
elementos que lo dificultan. Ello porque debe renunciase a un objeto de amor, pero también
surgir síntomas, negación de la pérdida, melancolía, acting outs, suicidios. La elaboración del
mismo exige aceptación y resignación del hijo perdido, una posición subjetiva que sabe vérselas
con la falta producida y saber hacer algo con ella distinto a la queja, la victimización, la
eternización de la tristeza y el dolor. A propósito de lo anterior, creo que hay muchos elementos
subjetivos que facilitan o dificultan la elaboración de un duelo, pero también pienso que la
cultura o el vínculo social ofrece a sí mismo algunos elementos valiosos que lo favorecen, a
través redes de apoyo, diversas instituciones, las costumbres colectivas, organizaciones sociales,
grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social”, para Freud, “la
palabra «cultura» designa toda la suma de operaciones y normas que distancian nuestra vida de la
de nuestros antepasados animales, y que sirven a dos fines: la protección del ser humano frente a
la naturaleza y la regulación de los vínculos recíprocos entre los hombres”. (Freud, 1930-1029. p.
88). La cultura pues, además de imponer límites, normas y regulaciones a los seres humanos
enfermedad y de los vínculos con los semejantes vía el derecho, la medicina, la ciencia, la norma
y demás regulaciones sociales. Ella ha surgido y se ha desarrollado gracias a las renuncias
Por eso, además de los recursos subjetivos, una madre puede servirse también de los
recursos culturales que le ofrece su grupo social para responder de manera más efectiva a la
pérdida de un hijo y buscar soporte que le sirva como fuente de simbolización, apoyo
tramitación del duelo por la palabra y el lazo con los otros. A través de la oferta de objetos
pulsionales sustitutivos vía la invención, como han hecho por ejemplo algunas madres
Uno de esos recursos culturales para la elaboración del duelo, son los ritos funerarios,
establecidos colectivamente, que permiten diferenciar y separar a los muertos de los vivos,
para darle a cada uno su respectivo sitio. Estos podrían pensarse como aquellas costumbres,
las personas muertas. Según Betancur (2008) “Un rito funerario, en cierta medida, enfatiza
en algún momento la fase de separación del cadáver respecto al mundo de los vivos, pero
en otro, subraya su incorporación al de los muertos”. (p.20). Se infiere, que los ritos
permiten tomar distancia del fallecido, apartarse de él e inscribir esa ausencia para situarla,
hace con el fin de rendir homenaje al fallecido y realizar la despedida, según la costumbre
familiar y cultural de una sociedad, a fin de colocar elementos simbólicos sobre ese no
Para el psicoanálisis el rito tiene un lugar esencial en la elaboración del duelo, pues otorga un
recubrimiento al cadáver, como una especie de vestido que se le pone al objeto para velar su
amado, es decir, valorado y respetado, no solo por el doliente sino por todo un colectivo. (p.
258).
Tiene así el rito, un lugar sustancial en el trabajo del duelo, en tanto permite cubrir
simbólicamente el cuerpo sin vida y poner un velo sobre él, dándole un trato humanizado,
solemne y en ocasiones sagrado. Se acude a este recurso simbólico cultural con el fin de
ofrecer un tratamiento al hijo, distinto del mero desecho y ponerlo en la escena de algo
Pero además del rito, la cultura también ofrece la capacidad de simbolización a los
sobrevivientes, otro recurso cultural favorable para la elaboración del duelo, en tanto el
la pérdida y hacer uso de la palabra con el fin de construir sentidos, bordear algo sobre la
muerte y lo perdido. Según Cazenave (2018) “Freud concibe el duelo como un trabajo
trata de pasar por la palabra lo perdido, los efectos que produjo y las maneras que cada uno
y situarla en una historicidad singular. Es en este terreno simbólico donde debe producirse
la segunda muerte del ser querido y allí cada sociedad ofrece sus propias formas de
Para finalizar, hemos de mencionar otro recursos que la cultura puede ofrecer para
diferentes formas: colectivos de madres que hayan perdido hijos (madres de la candelaria,
las madres de Soacha, Ruta pacífica de las mujeres, etc), ONG, programas sociales del
Nacional de Memoria Histórica, asociaciones de víctimas, entre otros, que brinden apoyo
Aunque los recursos que ofrece la cultura bajo las modalidades antes mencionadas
no logren borrar lo ocurrido, ni sanar de manera completa el horror padecido por las
el otro en sus diferentes formas si es un factor clave que favorece un tratamiento simbólico,
satisfacción pulsional sustitutivos a los que se han perdido seres queridos en la guerra,
Cazenave, L. & otros. (2018). Psicoanálisis con niños y adolescentes 5. El duelo y los niños.
Argentina: Departamento Pequeño Hans, Grama Ediciones.