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Riesgos y su Prevención en la Industria

Metalúrgica
La prevención de los riesgos para la salud y los accidentes en la industria metalúrgica es
fundamentalmente una cuestión educativa y técnica. Los reconocimientos médicos
están en segundo plano y solo desempeñan un papel complementario en la prevención
de los riesgos. Con miras a prevenir los riesgos para la salud es sumamente útil
mantener un intercambio de información y colaboración armonioso entre los
departamentos de planificación, línea, seguridad y medicina del trabajo.
Las medidas preventivas mejores y más baratas son las que se adoptan en la etapa de
planificación de una nueva planta o proceso. Al planificar las nuevas instalaciones de
producción, hay que tener en cuenta al menos los siguientes aspectos:

 Se han de confinar y aislar las fuentes potenciales de contaminantes aéreos.


 El diseño y ubicación del equipo de proceso debe permitir un fácil acceso para
las operaciones de mantenimiento.
 Las áreas en que pueden aparecer riesgos súbitos e inesperados deben
supervisarse continuamente. Han de existir señales e indicaciones de
advertencia apropiadas. Por ejemplo, las zonas en que pudiera darse exposición
a arsenamina o ácido cianhídrico, deben ser objeto de continua vigilancia.
 La adición y manipulación de los productos químicos tóxicos utilizados en el
proceso debe planificarse de manera que se evite la manipulación manual.

El control de higiene industrial debe incluir dispositivos de muestreo personal con el fin
de evaluar la exposición real de cada trabajador siempre que ello sea posible. El control
fijo y regular de gases, polvos y ruidos ofrece una visión general de la exposición, pero
su papel en la valoración de la dosis de exposición es solo complementario.

 En la planificación del espacio, hay que tener en cuenta las necesidades de


futuros cambios o ampliaciones del proceso, de manera que no se deterioren
los niveles de higiene industrial de la planta.
 Debe existir un sistema continuo de formación y educación del personal de
higiene y seguridad, así como de los capataces y trabajadores. En especial, los
trabajadores nuevos deben ser rigurosamente informados de los posibles
riesgos para la salud y de cómo prevenirlos en sus respectivos ambientes de
trabajo.
 Además, cada vez que se introduzca un nuevo proceso deberá impartirse la
correspondiente formación.
 Las prácticas de trabajo son importantes. Por ejemplo, la mala higiene personal
en la comida y fumar en el lugar de trabajo pueden aumentar
considerablemente la exposición personal.
 La dirección de la empresa debe poseer un sistema de control de la salud y
seguridad que facilite los datos adecuados para la toma de decisiones técnicas
y económicas.
A continuación, se indican algunos de los riesgos y precauciones específicos de los
procesos de fundición y afino.
Lesiones
La industria de fundición y afino presenta un índice de lesiones más elevado que el de
la mayoría de los otros sectores. Entre las causas de estas lesiones se encuentran las
siguientes: salpicaduras y derrames de metal fundido y escoria que provocan
quemaduras; explosiones de gas y por contacto de metal fundido con agua; colisiones
con locomotoras y vagonetas en movimiento, grúas móviles y otros equipos móviles;
caída de objetos pesados; caídas desde lugares altos (por ejemplo, al acceder a la
cabina de una grúa), y lesiones por resbalar y tropezar con obstáculos en el suelo y en
las pasarelas.
Las precauciones consisten en una formación adecuada, equipo de protección personal
(EPP) apropiado (p. ej., cascos, calzado de seguridad, guantes de trabajo y ropas
protectoras); almacenamiento correcto, conservación y mantenimiento del equipo;
normas de tráfico para el equipo móvil (incluida la definición de rutas y un sistema
eficaz de aviso y señalización), y un programa de protección contra caídas.
Calor

Las enfermedades por estrés térmico, tales como el golpe de calor, constituyen un
riesgo común debido principalmente a la radiación infrarroja procedente de los hornos
y el metal en fusión. Esto representa un problema especialmente importante cuando
hay que realizar trabajos que exigen gran esfuerzo en ambientes muy calientes.
La prevención de las enfermedades producidas por el calor puede consistir en pantallas
de agua o cortinas de aire delante de los hornos, refrigeración puntual, cabinas
cerradas y provistas de aire acondicionado, ropas protectoras contra el calor y trajes
refrigerados por aire, que proporcionen tiempo suficiente para la aclimatación, pausas
de descanso en zonas refrigeradas y un suministro adecuado de bebidas para beber
con frecuencia.

Riesgos químicos

Durante las operaciones de fusión y afino puede producirse exposición a una gran
variedad de polvos, humos, gases y otras sustancias químicas peligrosas. En especial, el
machaqueo y la trituración de mineral puede provocar altos niveles de exposición a
sílice y a polvos metálicos tóxicos (p. ej. que contengan plomo, arsénico y cadmio).
También pueden darse exposiciones al polvo durante las operaciones de
mantenimiento de los hornos.
Durante las operaciones de fusión, los humos metálicos pueden constituir un problema
importante.
Las emisiones de polvo y humos pueden controlarse mediante confinamiento,
automatización de los procesos, ventilación local y de dilución, mojado de los
materiales, reducción de su manipulación y otros cambios en el proceso. Si esto no
resultase adecuado, habría que recurrir a la protección respiratoria.
Muchas operaciones de fundición implican la producción de grandes cantidades de
dióxido de azufre procedentes de los minerales sulfurosos y de monóxido de carbono
de los procesos de combustión. Son esenciales la ventilación de dilución y la ventilación
por extracción local (VEL).
Como subproducto de las operaciones de fundición se forma ácido sulfúrico, el cual se
utiliza en el afino electrolítico y en la lixiviación de los metales. Puede producirse
exposición a ácido sulfúrico tanto líquido como en forma de neblinas. Se requiere
protección cutánea y ocular, y VEL.

Otros riesgos

El deslumbramiento y la radiación infrarroja producidos por los hornos y el metal en


fusión, pueden provocar lesiones oculares, incluso cataratas. Deben usarse gafas de
montura ajustada y pantallas faciales. Los niveles altos de radiación infrarroja también
pueden ocasionar quemaduras en la piel a menos que se utilicen ropas protectoras.
Los altos niveles de ruido producidos por el machaqueo y la trituración del mineral, los
ventiladores de descarga de gas y los hornos eléctricos de alta potencia pueden
provocar pérdida auditiva. Si no es posible confinar o aislar la fuente de ruido, deberán
usarse protectores de oídos. Se deberá implantar un programa de conservación
auditiva que incluya pruebas audiométricas y formación al respecto.
Durante los procesos electrolíticos pueden presentarse riesgos eléctricos. Entre las
precauciones a adoptar están los procedimientos adecuados de mantenimiento
eléctrico, con bloqueo y etiquetado de advertencia; guantes, ropa y herramientas
aislados, e interruptores accionados por corrientes de fugas a tierra donde se
requieran.
La elevación y manipulación manual de materiales puede ocasionar lesiones de
espalda y de las extremidades superiores.
Los medios de elevación mecánicos y una formación adecuada acerca de los métodos
de elevación pueden reducir este problema.

Contaminación y protección del medio ambiente

Las emisiones de gases irritantes y corrosivos como el dióxido de azufre, ácido


sulfhídrico y cloruro de hidrógeno, pueden contribuir a la contaminación aérea y
originar fenómenos de corrosión de los metales y el hormigón, tanto en la planta como
en el ambiente circundante. La tolerancia de la vegetación al dióxido de azufre
depende del tipo de bosque y suelo. En general, los árboles perennes toleran menores
concentraciones de dióxido de azufre que los caducos. Las emisiones de materia
particulada pueden contener particulados inespecíficos, fluoruros, plomo, arsénico,
cadmio y muchos otros metales tóxicos. El efluente puede contener diversos metales
tóxicos, ácido sulfúrico y otras impurezas. Los residuos sólidos pueden estar
contaminados con arsénico, plomo, sulfuros de hierro, sílice y otros contaminantes.
La gestión de la fundición debe comprender la evaluación y control de las emisiones
procedentes de la planta, tarea especializada que solo debe realizar personal muy
familiarizado con las propiedades químicas y toxicidades de los materiales emitidos en
los procesos. El estado físico del material, la temperatura a la que abandona el proceso,
la presencia de otros materiales en el chorro de gas, etc., son todos factores que han
de tenerse en cuenta al planificar las medidas de control de la contaminación aérea.
También es deseable contar con una estación meteorológica, que lleve los archivos
meteorológicos, y estar preparados para reducir la salida de emisiones cuando las
condiciones climáticas no favorezcan la dispersión de los efluentes aéreos. Son
necesarias investigaciones de campo para observar los efectos de la contaminación
aérea sobre las áreas residenciales y agrícolas. El dióxido de azufre, uno de los
principales contaminantes, se recupera en forma de ácido sulfúrico cuando su cantidad
es suficiente.
En otro caso, para cumplir las normas sobre emisiones, el dióxido de azufre y otros
residuos gaseosos peligrosos se controlan mediante lavado. Comúnmente, las
emisiones de partículas se controlan por medio de filtros textiles y cubas de
precipitación electrostáticas.
En los procesos de flotación, tales como la concentración de cobre, se utilizan grandes
cantidades de agua. La mayor parte de esta agua se recicla y se devuelve al proceso.
Los residuos, o colas, del proceso de flotación se bombean en forma de lodos a
estanques de sedimentación. El agua se recicla al proceso.
El agua de proceso que contiene metal y el agua de lluvia se limpian en plantas de
tratamiento antes de su vertido o reciclaje.
Los residuos sólidos comprenden escorias de fundición, lodos de descarga producidos
en la conversión de dióxido de azufre en ácido sulfúrico y lodos procedentes de balsas
(p. ej., estanques de sedimentación). Algunas escorias pueden reconcentrarse y
devolverse a las fundiciones para someterlas a un nuevo proceso o para la
recuperación de otros metales presentes. Muchos de estos residuos sólidos son
peligrosos y deben almacenarse de acuerdo con la normativa ambiental.

NORMAS DE SEGURIDAD

1. Recuerde que en todo momento está trabajando con reactivos altamente tóxicos y
peligrosos, por lo tanto, no se aceptan errores, descuidos o bromas de ningún tipo.
2. No se permite la ingestión de alimentos en el área de trabajo.
3. Es necesario llevar bata de laboratorio y zapatos cerrados.
4. Todos los implementos contaminados con NaCN deben estar separados, y marcados.
5. Nunca adicione cianuro a la pulpa sin antes haber verificado el nivel de pH, recuerde
que siempre debe estar de carácter básico para evitar la hidrólisis del cianuro.
6. Utilice la perilla de seguridad para extraer el cianuro, nunca pipetee con la boca.
7. Evite que a la perilla de seguridad le ingrese cualquier tipo de líquido.
8. No deseche ninguna solución con contenido de cianuro a la alcantarilla.

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