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Recado de Amor en La Botella PDF
Recado de Amor en La Botella PDF
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• CO LE CC IÓ N •
Recado de amor
en la botella
Enlace
EDITORIAL
Enrique Pérez Díaz
Recado de amor
en la botella
Ilustrac io nes Jairo Daza
Recado de amor en la botella
de Enrique Pérez Díaz
Colección El Tren Dorado. Cuarta estación
ISBN 978-958-58594-7-0
1
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Dedicatoria especial
La primera cigüeña de la que yo escuché hablar cuando apenas
contaba cinco años de edad, aparecía en este poema de un
libro de lectura de la Escuela Primaria.
La cigüeña cigüeñita
sobre cien tierras voló,
tanto voló y voló
que en las alas sentía
un fuerte dolor.
Yo pregunté a la cigüeña:
¿Cuál es la tierra mejor?
-La tierra donde se nace
-al punto me contestó.
Quizás en aquel poema de Dora Alonso que, emocionado, tan-
tas veces deletreé cuando daba mis primeros pasos como lec-
tor, se hallara muy secretamente escondido el germen de esta
historia. Hoy, cuando Dora ya no se encuentra entre nosotros,
nos queda sin embargo, su pequeña cigüeña y todo cuanto ella
puede significar.
Por eso, con todo el respeto que se merece quien entregó su vida
a la literatura, a la infancia y en definitiva, al sentimiento más
genuino, quiero dedicar esta historia a Dora y, por.,.supuesto, a
su cigüeñita voladora...
El autor
Dedicatoria:
A todas las "Charlottes que
sin nosotros saberlo
-imaginarlo siquiera-
en defensa de un sueño,
aún vuelan por ahí...
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Contenido
Pretexto
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Recado de a mor en la botella ................................................................................... .
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Recado de amor en la botella ..........................................................................
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······························· ................................................................ Ennque Pérez Díaz
. . o• •o •e . .
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• .• . #
SOBRE UNA DE las más altas torres de Notre
Dame, en París, vivía Charlotte la cigüeña. Era
un ave solitaria y esquiva, en realidad bastante
desdeñosa incluso con las de su especie. Como se
sentía superior por su linaje, parecía tener siem-
pre la vista en las estrellas. Charlotte había per-
tenecido a una familia grande y feliz, pero hoy
ninguno de sus parientes estaba cerca, al menos
para recordar los gloriosos tiempos de antaño.
eJl
¡Ah, los viejos tiempos!
Desdeñosa: De
desdeño.
Bandadas de cigüeñas sobrevolando un cielo Adj. Que manifiesta
azul e infinito, un cielo despejado y libre, sin desdén.
Desdén: Indiferen-
humo, sin el peligro de las torres eléctricas, ni cia y despego que
de los aviones o los temidos cazadores, que cada denotan menos-
vez portaban armas más peligrosas y verdadera- precio.
Irremisiblemente:
mente sofisticadas. Adv. Sin remisión o
perdón.
A veces Charlotte no sabía si en realidad había
vivido aquellos "viejos tiempos" que con tanta
nitidez guardaba en su mente. No podía recor-
dar bien si se trataba de algo real o del sueño
acariciado por toda una especie, condenada
irremisiblemente a la desaparición con la llega-
da de los agitados tiempos modernos.
No obstante, Charlotte se veía a sí misma, muy
pequeña aún, dentro de un nido cómodo y pro-
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<ll'i'ift')T,._
~ Recado de amor en la botella ..........................................................................
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.......................... ...................................................................... Enrique Pérez Díaz
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Recado de amor en la botella .........................................................................
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•••••••••··· .............. . .......... .. . .......... ........................................................ Enrique Pérez Díaz
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. . Recado de amor en la botella .......................................................................,....... .
Aitor
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... ......................... ......... .............................................. Enrique Pérez Díaz
·····················
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~ Recado de amor en la b otella ......................................................................., ..... .
..
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dad quién era Brenda. Nadie se
preguntaba por su historia. Para
los habitantes del lugar se trataba
un ser sin edad. Ni siquiera que-
rían saber si tuvo novios, si alguna
vez fue al colegio, en qué podía ocupar
sus días aquella mujer con la apariencia ino-
cente y tímida de un venado que se paseaba
por las calles tan asustada como una liebre.
Dunas: Del neerl.
duin, y este del germ. Brenda Brava era igual a una sombra.
*düno-'colina".
F. Colino de areno
movedizo que en Como un suspiro.
los desiertos y en
los playas formo Y Lo más parecido a un eco extraviado en el
empujo el viento.
tiempo.
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..........., .............................................................................................. Enrique Pérez Díoz
a
CHARLOTTE SE ENCONTRABA tan aburri-
da aquella madrugada, que decidió volar hacia
5- "Didier's" y conversar un rato con su tío Pierre.
jQué podía importarle ya si le daban caza desti-
lf nándola a un estúpido zoológico, si la llevaban
a de atracción para el circo o quizás la mataban
o de un disparo! Llevaba tantos años viviendo en-
tre las gárgolas y los caprichos arquitectónicos
de la vetusta catedral de Nuestra Señora de Pa- Vetusto: Del lat.
r- vetustus.
rís, que no sabia ciertamente ni a qué especie Adj. Extremadamen-
;e pertenecía en verdad. te viejo, anticuado.
{l Sílfide: De silfo.
a A veces, se creía un fauno, el poderoso Can Cerbe- F. Según los cabalis-
tas, ser fantástico o
ro, cierto tritón escapado de los océanos más pro- espíritu elemental
{l fundos o quizás una sílfide a punto de caer ren- del aire.
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Recado de a mor en la b otella ......................................................... ...............
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.................................... ....... ........... ................................ Enrique Pérez Díaz
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Recado de amor en la botella ................................................ ........ ................ .......
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............, ............................. ...... .............. ............................ ................ Enrique Pérez Oíaz
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Recado de amor en la botella .......................................................................
·······
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Vehemente: Dellat.
vehemens, -entis.
Adj. Ardiente Y Aquella mujer parecía estar flotando en el vien-
lleno de pasión.
to.
Vestía de un blanco inmaculado como las gavio-
tas y su cabello enmarañado cual selva virgen
se le antojó al escritor el mejor refugio de los
trinos y cánticos que, por momentos sublimes,
llenaban aquella playa misteriosa.
La vio de lejos, andar descalza y esquiva, con la
mirada perdida en el infinito, distante y sabia
como una esfinge de las dunas. Hermosa cierta-
mente, al ser poseedora de una belleza sin edad.
La vio as~ tan libre y olvidada hasta por sí
misma como él y no pudo hacer otra cosa que
amarla. Amarla con todas las fuerzas de que era
capaz, amarla como el sol a la mañana, como
el viento acuna a las hojas secas que luego se
lleva lejos en remolinos de quimeras.
Amarla, simplemente, amarla.
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Recado de amor en Jo botella .......................................................................
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Querida CigüePia:
sí, amiga, so11 ¡jO vtuevamevtte.
TÚ EXISTES.
Ytít Lo verás.
UVL rtít!jO lite so L ptítrtít ti,
lite tu Ctm.igo,
Aitor
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Recado de amor en la botella .........................................................................
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~ Recado de amor en la botella .......................................................................
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........... ················· .............................................................................. Enrique Pérez Díaz
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... Recado de amor en lo botella ........................................................................ .....
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.......... .............................................................................................. Enrique Pérez Oíaz
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Recodo de o mor en lo botella ......................................................................
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··········4··
Cigüeñ.rA. WÜrA.:
50!1 Aitor otm vez.
¡QuéjeLiz me 11ubierru 11ecl1o si rA.Lgul'lrA. vez tmje-
rru prA.rrA. wü Ul'l i1erma11.ito G!.e PrA.rÍs!
MrA.méL 11.unca Lo Gl.ice, pero se ve ta11. triste Gl.esíil.e q Vte
éL partw. Triste 11.0 es La prA.LabrrA. mtis exacta. creo
qVte 11.0 11a!1 u11.a palabra s~A-jiáel'ttemel'lte I:JVtel'ta
prA.ra expLicar bien eL sentimiento que eLLa tiene.
La veo como si se apagara un poquito más caíil.a
ctia !1 es porque sabe que éL l'l.UI'l.Ca va a regresar.
TaL vez, sL 11uiDLeran tenicto otro 11.ivw, tacto sería
G!.!ferente.
Me cuesta ta11.to, amiga cigüeña, e11.tender a Los
ma!1ores.
Uno Les cree fuertes, decicl.idos, emprenG!.eG!.ores,
pero si te po11.es a mirar bie11., aL momento Gl.es-
cVtl:lriréLs que puetile11. ser induso mtis débiLes c¡Vte
11.osotros Los 11.iñ.os. No me Lo puedo expLicar, pero
ruí es e11. recüiG!.aG!..
Lru personru ma!1ores se Hena11. de oi:JLigaciones,
compromisos, proi1ibiciones 1:1 !1a 11.0 Les quetila es-
pVI.ciO m su vida prua soñ.ar, pam buscar o Luci1ar
por aqueLLo que reaLmente G!.esea11. pam s[ !1 Los
demtis.
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r
............................................................................................... Enrique Pérez Dfaz
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Recado de amor en la botella .. ........ ..... ................. ............................... ......... .....
Pero vto sé, evt relíl-LLv!tíl-v! vto sé, porq IA.e COVL los mtíl--
ljOres VLIA.VLm se LmagLna IA.no cómo povtr~VL salLr
Las cosas. Uvto cree evttevtlil.erlos pero VLO, eLLos tie-
nen otras ilil.eas !::Jiil.e vtalil.a vaLe q!A.e les h.alaLes, les
expHqlA.es, Les pilil.as ... vte vtalil.a vaLe, cigüeiiia.
Y vto se trata vte q!A.e sean r:,IA.enos o maLos. SLm-
pLemente es que son así: m!A.ch.o m~ ivtlil.eyensos
que 110sotros, q!A.e t!Á., cígüeiiia, mi sueiiio bLavtco
lil.e pLumas, que cü amanecer se march.a voLanvto
Lejos, tlíl-nlejos 0 aquí me abanlil.ona, evt esta vieja
casalil.e La pllíl-!::Jiíl-.
Por h.o0 no te mmo m~s.
TIA. amigo.
que sLempre te espera,
Aitor
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............ ............................................................................................... Enrique Pérez Día z
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. . Recado de amor en la botella ......................................................................
······
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r
··········· ............................................................................................. Enrique Pérez Díaz •
.jo Quimérico
la
ia Esto!j e11aL0~tt11a parte
ra A~ttl1q~tte 110 sepas q~ttié11 SO!j.
Si 110 me vierru,
n~ con..fía.
ra
•r~
Si tampoco escucharets,
te11 pade11da.
la 111duso si te ctUem11:
a, "No existe, soLo es aL0o quimérico",
o, persevera.
e)
s~
Esto 11 en. aL0 u11a parte
]~ a0 uarct~11ctote.
)r
Ún.icame11te has cte creerLo
soLo n.ecesitas 110 cejar
ven.ir hasta mí 11 ver~s
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1~
~S
que en. reaLidad
·a J-
esto!j espemn.cto por ti J
en. aL0 u11a parte ...
J
I
.O
s,
a Y con el duende inquietante y ocurrente de
11 aquel verso, galopando aún sobre sus senti-
mientos, Brenda tomó una pluma que había
pertenecido a su bisabuelo escritor y en una
a tinta que tal vez también fuera antediluvia~
na, comenzó a garabatear estas palabras:
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~IlliiUJ
Recado de amor en lo botella ........................................................................
······
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........... ······························································································Enrique Pérez Oiaz
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Recado de amor en la botella ...... ............................................. .....................
·······
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............ ························· .......................................... ........................... Enriqu e Pérez Ofaz
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•
~ • • • o • • ·~
o,
CUANDO EL ESCRITOR preguntó en el pue-
~S
blo, nadie le supo decir.
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:el ¿La mujer de la playa? ¿No lo habrá soñado us-
r¡_ ted, señor? Es bien sabido que los escritores ima-
ginan cosas. Si, bastantes veces lo hemos visto
pasearse con sus libros, escribir durante muchas
horas bajo la sombra de los viejos árboles del
y parque.
n-
le
Seguramente esa mujer de la cual usted habla
te es otro de los personajes de sus novelas. Y a ver
·s- cuándo vamos a tener ese nuevo libro por aquí,
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Recado de amor en la botella ...........................................................................
·········
~
\ ....
ria, con los retazos de que dispongo. Buscarle
un futuro cierto. Llamarla, por ejemplo, Brenda.
Sí, Brenda Brava, pues a veces parece estar muy
Desvencijado: De contrariada.
1
des- y vencejo
Tr. Aflojar, desunir
y desconcertar las
Comenzaría así mi relato:
partes de a lgo que
estaban y debían En la casa más apartada de la playa, aquella
estar unidas. a la cual se llegaba cruzando el desvencijado
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·····-, _............................................................................................ Enrique Pérez Díaz
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Reca do de o mor en la botella .........................................................................
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............ ............................................................................................ Enrique Pérez Díaz
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Am~gct C~güeñct:
¡_
;Yct sé c¡ue 110 eres mi sueño 11i eL Cil.e VLctctie!
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........, ............................................................................................ Enrique Pérez Díaz
Aitor
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............ ............................................. ............................................... Enrique Pérez Día z 6
nélope ansiosa que tejiera noche tras noche
su quimera, añadiéndole remiendos, borda-
dos, cintas, botones, caracolillos, ramitas olo-
rosas de romero, hojas secas y flores mustias
con tonalidades increíbles, esponjas de mar...
Así la vio él desembocar como una apari-
ción en la playa.
Así la vio tomar en brazos y cobijar en su
pecho aún cálido, pese a los siglos de sed,
al bebé que era negro como la noche más
larga y oscura, un bebé que gritaba con la
energía de quienes se saben conquistadores
en el mundo.
Así la vio entrar en la casa, lenta, majestuo-
samente, como levitando y la sintió cantar
una dulce nana, cuya letra olvidó al instan-
te, pues parecía un acorde exquisito, nacido
en otro mundo, en el más allá.
Así la vio y se fue sobrecogido e incrédulo, Sobrecogido: Prnl.
Sorprenderse, inti-
esta vez con su regalo en mano, sin atrever- midarse.
se a depositarlo, como siempre, junto a la
roca donde ella solía sentarse en las quietas
horas del ocaso.
Aquella roca extraña, enigmática, que se al-
zaba sobre sí misma como lágrima inmen-
sa que algún dios triste hubiera derramado
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• Recado de amor en lo botella ....................................................................... . .............
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........................................................................................ Enrique l'érez Díaz •
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~ mui'Ltil.o tC~,I'L til.iferei'Lte, ti~,l-!,[ mismo,
protegitil.o !:1 ocuLto por Los pii'LC~,res, (il, pocos
mi11utos til.e mi cruC~,.
;Pei'LSC~,Y que totil.o esto ctguC~,rtii.C~,~ct por mí ct
uvws pctsos !:1 I'LUVLm Lo 1-l,ti~,~[ti~, visto'
Me pC~,rece que esto1:1 til.eVLtro til.e UI'Lct peLícuLti~, o
til.e Lti~, historictjctVLté!stim que ctLguiei'L se 1-!,C~, iVL-
vei'LtC~,do.
TU!jO,
Aitor
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Recado de amor en la botella .......................................................................
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Recado de amor en la botella ........................................................................, .... .
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• Recado de amor en lo botella .......................................................................
c~güeñc¡, voLc¡,cl,om:
¡M e c¡,g mcl,c¡, tc¡,nto imc¡,g inc¡,r q ~A-e tú me trc¡,j is-
te cte Pc¡,r[s! sí, !:Jtil, Lo sé. Tú me hr4s conjirmc¡,cl,o
que em ciertc¡, Lc¡, Le!:JeVLctc¡, cte mc¡,mcí. Poco me
~mportc¡, q~A-e en Lc¡, esmeLc¡, ctigc¡,n otms cosru.
Tc¡,mbiéVL eVL Lc¡, vilii,c¡, VLeces~tc¡,mos creer en Lru
meVLtLrru beLLr4s, por incrdbLes !1 dy=íciLes q~A-e
VLOS p~A-edc¡,VL pc¡,recer.
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Recado de amor en la botella ·········································································-. , .........
índole: Oellat.
Al mirarla, ambos vieron en sus ojos mun~
indóles. dos inverosímiles, bellos o crueles, poblados
F. Naturaleza, cali-
dad y condición de
por los seres más increíbles y, en cada uno
las cosas. de ellos, a los niños pugnando por hacer
Pugnar: Oellat. suyo el mañana.
pugnare.
lntr. Solicitar con En los ojos de la cigüeña los dos humanos
ahínco, procurar
con eficacia. leyeron infinidad de historias. Tantas eran,
que luego no encontrarían momento para
contarlas a los niños, porque el saber mile-
nario que el ave había heredado de su pe~
culiar madre les penetró como mismo se
adueña el mar de la Tierra en tiempos de
tormenta.
Cuando Charlotte intentó volar, seguir su
ruta de siempre, notó que las fuerzas le fal-
taban. Casi estuvo a punto de caer de la roca
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...... / ·········· ................................................................................ Enrique Pérez Díaz
·~#
si no es porque, dejando al niño en brazos de '*~
Brenda, el escritor la sostuvo a tiempo. *
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. . Recado de amor en la botella ...........................................................................
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............ , .............................................................................................. Enrique Pérez Oíoz
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Epílogo
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Recado de amor en la boteUa ..............................................................................
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]
Recado de amor en la botella ........................................................................ .. ·················
~~
Cuando lleguen las cigüeñas de París *'*
*
no rías, no llores
solo piensa en tu gran deseo,
y sueña, amado mío, sueña.
101
• Recado de amor en la botella .................................................................................. ,...........
Querivto Aito r:
Esta se r~ La primera 11 La úLtima carta c,ue te
escriba. No se me Cita mucho eL hacerLo, pero
sobra La buevta voLuvttavt.
Amiguito, me ha evtcavttavto el Libro. Sé c,ue
ser~ uvt éxito, pues taCitas Las persovtas est~VL ~vi
Citas Cite Leer historias c,ue habLevt sobre Las ver-
vtavtes vteL m uvtvto 11 tamb iéVL, Cite historias c¡ue
habLeVL, so bre tovto, vteLcariVío.
Parece meVLtim, pero eL escritor Lo ha vtarravto
taVL bievt...
Y Luego escuchas por a h-C c¡ue La reaLivtavt es
m~s próvtig a e, ue La jicció 11.
102
~
~
~............................................................................................... Enjique Pérez Oíaz ~
Hasta siempre, ¡
1
Tu cigi-i.ei'iafeLiz
103
• 1
En
llus
e
a
(
Enrique Pérez Díaz
Recado de amor
en ~a boteUa
\lustrador Jí3lro Daza
Recado de amor en la botella es un libro
inusual y sorprendente: cuatro historias
de seres diferentes discurren al unísono
en un mundo tan real como fantástico.
Cierta mt~er solitaria de la playa, un
escritor que imagina a su musa añorada,
aquel niño que dirige cartas a la cigüeña
de los cuentos y Charlotte, el ave soñado-
ra que, desde las torres de Notre Dame,
anhela revivir la leyenda de su especie.
Personajes que viven su propia mística y
con su ética, amor y espiritualidad apues-
tan sin saberlo por un mismo fin. ¿Logra-
rán su empeño?
''"1, """"NI
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