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Hay varios motivos, puede ser por fidelidad o por lealtad familiar inconsciente con una
persona amada o importante en la familia. Otra razón posible es que algo no haya sido
hablado. Si hubo un trauma, como un suicidio, un aborto espontáneo o provocado, un
robo, una bancarrota o un reparto injusto de bienes hereditarios, y no se habló de ello,
estos acontecimientos se van a volver a repetir hasta que alguien los trabaje y salgan a
la luz. Los padres repercuten sobre los hijos, como los abuelos repercutieron sobre los
padres, los tatarabuelos sobre los abuelos y así podemos seguir...
Cuando vienen a verme les pregunto cuál es la razón primordial por la que se
acercaron a mí. Tienen que elegir un tema que se trata en una sola sesión de 3 horas y
media. Después de esa vez, la mayoría de la gente no necesita verme durante un año.
Yo les aviso que luego de esa sesión no van a tener ganas de salir, porque es muy
cansador. Pero tengo que darme cuenta si el problema que me plantea el paciente es
la real motivación por la que vino. De lo contrario, tengo que reencauzarlo. Anne
(Ancelin Schützenberger) compara este trabajo con el de Agatha Christie o Sherlock
¿De qué manera la psicogenealogía puede ayudar a un paciente que presenta algún
trauma?
La psicogenealogía pone en relieve las transmisiones útiles para la persona que está
en la búsqueda del origen de un trauma. También se trabaja sobre su identidad. El
paciente habla y se pone al trauma en su contexto. Por ejemplo, hace más de treinta
años tener un hijo sin estar casado o sin haberle dicho al niño quién era su padre les
generaba un trauma tanto al pequeño como a la madre, porque era inaceptable para la
sociedad. El pequeño era rechazado por sus compañeros de escuela, quienes se
burlaban de él y lo señalaban. Por eso la importancia de poner al trauma en el contexto
en que ocurrió, si no, no entendemos nada. Podemos revivir también el hambre que
nuestros antepasados vivieron durante la guerra, eso también se contextualiza.
Una vez vino a verme una mujer que odiaba a su mamá, porque la había abandonado
en un asilo junto a su hermano cuando tenía apenas cuatro años y no conocía a su
padre. Pero cuando nos pusimos a trabajar, observamos que su madre tampoco había
conocido al suyo. Subimos cuatro generaciones y nos dimos cuenta que no había
hombres en esa familia y las mujeres siempre estaban solas. Casualmente ella había
tenido dos hijos y ni noticias del padre. Había repetido la historia como sus
antepasados. A esta mujer no se le puede quitar el sufrimiento porque no se puede
abandonar a un chico a los cuatro años. Su hermano nunca se repuso, pero ella, sí,
aunque fue muy lastimada. Este trabajo le dio compresión porque contextualizó que su
madre no tenía modo de hacer las cosas de otra forma. Ahora sigue adelante. Creo
que una parte de su odio disminuyó, pero el daño no se puede sanar. Cargarse de odio
también es muy pesado y hace mucho mal.
Sí, estamos impulsados por el inconsciente que es mucho más importante que el
consciente, porque es el que nos maneja. Esta tarea nos da mucha humildad, porque
nosotros creemos que tomamos decisiones para nuestras profesiones o para elegir la
persona con la que nos vamos a casar, pero en realidad es el inconsciente el que elige.
¿Qué es un genosociograma?
No, porque todo está grabado en el inconsciente. Se dice que los chicos y los perros
saben todo de una casa y es absolutamente cierto. Los niños escuchan detrás de las
puertas, se dan cuenta cuando su madre cambia el tono de voz al hablar sobre un tema
que la incómoda y hasta notan cuando una tía desvía el tema de conversación al
observar su presencia. Ellos quieren saber de qué se trata y tienen razón: tienen
derecho a conocer lo que pasa en su familia. Hay adultos que dicen que no se
acuerdan de nada, pero eso es imposible. No recuerdan lo consciente, porque éste
borra lo que no es cómodo. La mente se olvida de todo lo que duele, pero el
inconsciente y el cuerpo no se olvidan jamás. Allí queda la huella de lo ocurrido.