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(K-VT) Dungeon Vol. 15 Intermedio 05 PDF
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Welf Crosso
Lv. 2
<Magia>
[Will o’ Wisp]
• Magia Anti-Magia
• Canto de activación: [Arde, fuego blasfemo]
<Habilidades>
[Sangre Crosso]
El resultado fue un amplio aumento en sus Habilidades Básicas y la aparición de una nueva Habilidad.
Ya que acababa de convertirse en Lv. 2 era imposible que alcanzará el Lv. 3, pero los resultados obtenidos al
arriesgar su vida en la Expedición—aunque no al mismo nivel que Bell—se mostraban claramente.
Especialmente el subproducto de “forjar” bajo una situación extrema—la aparición de una Habilidad
especializada en el elemento fuego, era algo especialmente grandioso. Si usará una <Espada Mágica> del
mismo elemento, su poder aumentaría aún más. Dado que era un efecto fácil de entender, Hestia quien era una
aficionada en cuanto a las batallas, también estaba feliz.
No, había algo que lo alegraría más que eso—algo que debía priorizar.
×××
--Por favor mira. Es mi nueva <Espada Mágica>.
Sin poder ocultar hábilmente su confianza en sí mismo, Welf extendió un arma hacia la Diosa frente a sus ojos.
--…
La Diosa quien la acepto, Hefesto, estrecho su ojo izquierdo que no estaba cubierto por el parche y deslizo su
mirada por toda la cuchilla de la espada.
Después de todo, la Diosa que gobernaba la Herrería desde el campo de lo “supremo” estaba evaluando un
trabajo que el mismo había creado.
Además de Hefesto, había otros Dioses como Goibniu cuyas palabras los harían cambiar de la alegría a la
tristeza. Si su evaluación era mala, sería como si fueran empujados desde un acantilado, y no volverían a agarrar
un martillo por un tiempo. Para un Herrero, su valoración era igual a las [Palabras de Dios].
Incluso si recibiera una mala evaluación, solo tendría que determinarse e ir mas allá.
De esa manera, Welf pudo poner todo de sí en la <Espada Mágica> frente a sus ojos.
--Mi Señora, justo como dije antes, esa <Espada Mágica> fue creada en el Calabozo. El idiota de allá la forjo
en un “campo de muerte” que no tenía el equipo adecuado. Por favor eso también tómalo en consideración y ve
a través de su valor con ojos sin prejuicios.
A parte de Welf y Hefesto, en la habitación también estaba la semi-Enano que tenía un Sarashi envuelto su
abundante pecho.
Mientras estaba sentada en el escritorio donde su Diosa originalmente se sentaría, apoyando su mejilla en su
mano, Tsubaki declaro como si bromeara. Había una sonrisa en su rostro.
Aunque Welf realmente no quería que estuviese allí, ella dijo que quería asistir y no lo escuchó.
Cuando miro enojado a Tsubaki quien estaba diciendo cosas excesivas a su gusto, Hefesto, quien había estado
en silencio hasta ahora, hablo por primera vez.
--Sin duda, no es una <Espada Mágica Crosso>. Sino una <Espada Mágica Welf>…
Hefesto deslizo sus dedos por la superficie de la cuchilla que tenía marcas por su uso en el Calabozo.
Como para demostrar el estilo de la técnica de Welf, y por sobre todo como evidencia de que sus llamas—su
“alma” estaba dentro, la apariencia de Hefesto se reflejaba débilmente en la superficie de color escarlata.
Un momento de silencio.
--… Aceptable.
Pero con solo eso, el pecho de Welf fue envuelto por una emoción sin fin.
O posiblemente ese era el rostro de una hermana mayor que celebraba el crecimiento de su hermano menor.
--… Aun no alcanzas lo “supremo” de lo que hablabas. Por eso, se diligente. De aquí en adelante también
En ese momento, Hefesto, que había estado inexpresiva desde el principio, por primera vez mostró una sonrisa.
Mientras gravaba en sus palmas el peso de la espada devuelta, la envolvió en una tela blanca que remplazaba a
una funda.
Hefesto miraba amablemente esa escena, como los Dioses que vigilaban desde el cielo.
--… *Cough*.
En —
La expresión que la Diosa que había estado llevando hasta ahora se derrumbó, sus mejillas se tiñeron de un
pálido rojo, y cerro su ojo.
--Bueno, aun parece que tiene partes inmaduras, al parecer hiciste esto mientras tambien ponías tu alma,
¿Verdad? Además, alcanzaste este nivel en un corto periodo de tiempo, ni siquiera yo pude imaginarlo. P-Por
eso… err, en otras palabras… solo un poco, realmente solo un poco… sin ser mezquina te reconoceré, quiero
decir…
Con ese tono mal articulado que no se parecía a ella, Hefesto se expresaba de una manera indirecta.
Cada vez que decía algo más, sus mejillas se ponían aún más rojas.
Lo mismo podría decirse de Welf, entendió que estaba intentando decir algo y comprendió correctamente su
voluntad divina.
Le sonrió a la Diosa de ojo y cabello carmesí que abrió su ojo y lo miraba fijamente.
Y entonces, en el instante en que Hefesto se decidió, el tambien abrió la boca para hacer una declaración.
-- —¡¡Por supuesto!! ¡Con esto como punto de apoyo, absolutamente hare una espada que reconozcas!
Con el impulso para cubrir las palabras de la Diosa, declaro lleno de confianza.
Hefesto se congelo.
Así es.
“Aunque hiciste algo como esto, no se te permite estancarse. ¡No te sientas satisfecho con la situación actual,
rápidamente debes apuntar a la siguiente altura!”
“Para llegar a lo “supremo”, por el bien de la grandiosa “promesa” que cumplirá tu deseo, debes ser aún más
diligente que esto.”
--¡¡Con tu permiso!!
Por lo que vendría después se redirigió hacia su taller, y con ese impulso forjaría una nueva espada.
--… ¡Mou!
Hefesto, quien había estado congelada, dejo escapar una voz como la de una jovencita.
Mirando con resentimiento la puerta por la que el chico había salido, hizo un berrinche encantadoramente.
Si la joven Diosa que era su amiga estuviese aquí, probablemente se quedaría sin habla.
Tsubaki, quien miraba de reojo a su Diosa que estaba haciendo pucheros, cubrió su frente con una mano y dejo
escapar un largo suspiro.
--Para ser así de denso… de alguna manera, por haber alcanzado la “perfección”, terminara convirtiendo su arma
en su amante.
×××
--¡Muy bien!
Una brillante sonrisa flotaba en todo su rostro. Mientras gritaba en voz alta hasta el punto de sorprender a un
grupo de demi-humanos que cruzaban a su lado, corría por la calle con grandes zancadas que desbordaban
emoción. La “dicha” que estuvo conteniendo con todas sus fuerzas frente a Hefesto finalmente estallo.
Esa era una figura que nunca mostraría como el hermano mayor de la <Familia Hestia>. Si tuviera que decir,
ese era el trabajo de Bell.
¡Esa Hefesto!
Los herreros como Welf sabían que tan valioso era eso.
El peso que había en la palabra “aceptable” pronunciada por un Dios de la Herrería que estaba en la cima de lo
supremo era un honor irremplazable.
Su encuentro fue casualidad, pero siendo esa “maestra del fuego” de quien se había enamorado en un instante,
Welf sintió que fue recompensado.
--¡Bien!
Celebro nuevamente.
Corriendo de esa forma, planto su pie derecho y casi sucumbió al impulso de querer saltar con todas sus fuerzas.
La razón lo contuvo, pero los sentimientos que llenaban su pecho no podían ser detenidos.
Desde ese día en que termino haciendo una <Espada Mágica> sin querer, siempre había sido asi.
Dentro de los cálidos rayos del sol brillando sobre él, Welf detuvo sus pies.
Sin importarle los Aventureros que pasaban a su lado, Welf miro hacia el cielo.
Imaginado las muchas escenas que construyeron a su yo actual, cargando muchas emociones.
Entre las nubes que flotaban en el cielo, sintió como si pudiera ver el perfil de la Diosa que sonreía de la misma
manera.