La lactosa es el principal azúcar que se encuentra en la leche y los productos lácteos. La
lactosa está formada por glucosa y galactosa, dos azúcares simples que el cuerpo utiliza como fuente de energía. La leche materna contiene 7,2 % de lactosa, la leche de vaca, solo 4,7 %, que aporta al niño hasta el 50 % de la energía que necesita la leche de vaca, aporta hasta el 30 % de la energía necesaria. (WGO, 2006) La lactosa es el único azúcar que provee de galactosa, ahí radica su importancia ya que, esta ejerce diversas funciones biológicas y participa en los procesos inmunitarios y neuronales. Además, la lactosa facilita la colonización del intestino, con flora microbiana, para la mantención de un ambiente ácido y evitar el crecimiento de hongos, parásitos o bacterias. (Fernandini,, 2012)