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EL VIDEO DE TRINCHERA EN LOS PERIFERICOS

80´s EN CHILE
By: Gorlack

Miguel Angel Soto Vidal

Academico e Investigador

Realizador Audiovisual y Documentalista

Es complejo situarse en el umbral histórico, y más aun permanecer “no quieto” por ya
largos años en dicha actitud. Fue como una señal divina, una apología de lo que sería mi
vida, aquellos años vividos en mi juventud, que forjaron el alma y la odisea. Creo que
además fue una feliz coincidencia. Estando en el liceo Amunategui, mi madre me regalo
mi primera cámara de video, pase luego por varios formatos, desde el vhs, svhs, hasta el
hi8mm. Conocí el Beta.

Empecé grabando y haciendo registros sin tener una idea clara, al mismo tiempo,
guardaba cual albacea un precario archivo personal con mis primeros trabajos
audiovisuales que correspondían a mi actitud punk del liceo en 7° año.

Yendo y viniendo a tocatas punk varias, soterradas, sanguinolentas, por el borde de


Santiago, en tugurios y recintos de mala muerte, puse rec a mi cámara. No es que se
pudiera grabar así no más, había que pertenecer a la fauna, ser uno más y en los 80 fui
uno más, un animal gregario, primate, participante, controversial. Me gane un nombre y
el respeto de mis pares, defendí el honor y la causa, la lucha con garra y pasión.

Sentí mi pertenencia al grupo los PUNK de la Torre, algo así como los “hell angels” de los
fiskales ad-hock, encontré “panas” y el caldo de cultivo perfecto para el rodaje. Curioso
nunca los grabe de manera premeditada, tenía para hacer un documental, con cada
personaje, eran mis amigos, eran los ojos de los sin voz.

En cada tocata que grabe en los 80´s, y que de alguna manera se fue incrementando, cual
plan de rodaje sin serlo, sentía que eran mi objeto del deseo, la macula engrifada, la
historia B de un chile que creo humildemente, aun no se cuenta. Esos seres anónimos que
se la jugaron por darle un rumbo a este Chile tan diferente. Registre a un sinnúmero de
grupos que de alguna forma son hoy los referentes en la movida punk, luego se amplió mi
espectro y de los pocos punk que podíamos ir a las tocatas trasher, entre ellos el memo
vandalik, empecé a grabar en la sala Lautaro, gimnasio Manuel Plaza.

No sé bien pero eso me llevo parte de mi educación básica liceana y completa la


educación media.

Entremedio de mi afición amateur, empiezo a relacionarme de apoco al mismo tiempo,


con el mundo artístico de la vanguardia chilena de los 80´s, tímidamente empiezo ahí a
hacer videos-registros y artísticos, muchos de ellos perdidos por la temporalidad y la
fugacidad del tiempo, influenciado por en primera instancia JUAN DOWNEY, y luego por
diversos artistas como, Eugenio Dittborn, Nelly Richard, Lotty Rosenfeld, Diamela Eltit,
Jordie Jored, Enrique Lihn, Carlos Altamirano, Alfredo Jaar, Enzo Blondel, Carlos Leppe,
Ramón Griffero , Vicente Ruiz, Gloria Camiruaga, entre otros; y agrupaciones como el
C.A.D.A. y Teatro Ictus con su área de “video popular”.

Con Teleanalisis me pasó algo más, me vi reflejado, en plena clandestinidad y austero


visionado underground el total, si mal no recuerdo, de 202 trabajos de información
periodísticos contenidos en 46 ediciones mensuales, cada capítulo comenzaba con la frase
"Prohibida su difusión pública en Chile”. El formato era el sensillo vhs, que iba a buscar a
una dirección secreta, que luego copie, cuando pude conectar los dos reproductores de
vhs. El circuito de distribución de Teleanalisis eran las organizaciones comunitarias,
sociales, sindicales, estudiantiles, llegando a sumar 350 instituciones que recibían
mensualmente la producción. En 1988 Teleanálisis salió a las calles en una unidad móvil de
exhibición, eran como pantallazos y se corría la voz. Años álgidos de quienes parecieran
hoy, no tener memoria. La vida tiene su propio afán y me presento años más tarde a un
grande, generoso maestro, que sigue siendo para mí, un referente Yerko Yankovic creador
del primer clip de los Prisioneros y parte integrante de Teleanálisis.

Con el videoarte tuve su acercamiento, como información y luego de manera participante,


dialogue con él, sentía esa simpatía de quien se está formando en el hacer, quien era yo
para el entendimiento, solo un punk que vestía prolijamente de negro, con sus bototos,
“moicano” y discurso disruptivo. “Curioso hoy no soy un conocedor pero algo poco se…”.
En el videoarte me sentí a gusto y de hecho envié un par de trabajos sin mayor
expectativa que solo la participación al FESTIVAL FRANCO-CHILENO DE VIDEO ARTE, que
en sus versiones exhibió de manera local lo que se hacía en Chile y fuera de este. La culpa
por decirlo de alguna manera la tuvo Downey, pues conseguido el vhs de J.S. Bach (1986),
me dio vuelta el cabeza. Downey me mostro la posibilidad cierta del trabajo en video,
artesano y artificioso, el cual se constituye como un viaje ecléctico hacia el discurso
político, la historia del arte, la idea de identidad, el autoconocimiento y la autoreflexión.
No mencione a propósito mi amistad con el colectivo Las Yeguas del Apocalipsis, Pedro y
Pancho. Esas amistades que uno construían en la cuneta, aplanado el concreto. Me vi
invitado en varias ocasiones a las acciones performaticas del colectivo y en varias de estas
se hizo presente mi cámara, mi extensión de la mano y el ojo. Grabe compulsivamente,
como lo sigo haciendo hasta hoy, sin saber que estaba grabando mi propia historia. La
historia de otros, la historia de un chile que hoy no existe.

En una ocasión de tantas, asistí a una de varias performances que a su vez, pronto se
transformaron en un mito. Pues el colectivo, “el duopolio”, eran el terror de los
lanzamientos de libros y de las exposiciones de arte. Irrumpían y nadie sabía qué podían
terminar haciendo……invitado por el dúo en mi calidad de asistente punk y cameraman a
esas alturas un verdadero convidado de piedra de la movida undreground santiaguina.
Asisto al shock en la performance, al nivel catártico en donde el aplauso no significa nada,
es el silencio sepulcral o un rostro perplejo lo que la disidencia permitía. Grabo en la
facultad de periodismo de la U. de Chile, via invitación, Tu dolor Dice:minado (penúltima
performance del dúo) y le entrego luego cariñosamente y desinteresada una copia a
Pedro. Años más tarde se me extravía el material y un amigo lo ve en la Habana Cuba
como parte de una expo. Con las yeguas me paso que grabe estando como un espectador
más de manera silenciosa y cómplice. A Pedro en solitario le seguí la senda y lo volví a
grabar mil veces más. Hoy muerto Mardones, apague la cámara respetuosamente.

Por Ultimo como mi vida misma de felices coincidencias históricas, vi una copia que luego
fue mia, Adiós a Tarzán, donde participaron personajes como Gracia Barros, Francisco
Brugnoli, Francisco Coloane, Claudia Donoso, Oscar Gacitúa, Patricio Hales, Juan Pablo
Langlois, Pedro Millar, Inés Paulino, entre otros, fue el desarrollo de una política
contracultural asociable a lo que Lihn denominó “contra arte”. Lihn que fue un
parroquiano más del Garage Internacional Matucana 19. Jored, también estuvo en esa
acción grabada y mi relación con el hoy también se prolongó en el tiempo. Pase de ser un
buen jugador de ping pong en el garaje a un activista en la Bienal.

Grabe en el trolley, Sichel, Sala Angar, Bienal Internacional en Matucana 19, Galeria Bucci,
sala Lautaro, café del cerro, casa constitución a bandas y amigos, artistas y contertulios.

Pasaron los 80 y seguí registrando en los 90, los 2000, intentando recuperar lo extraviado,
mi propio films. Chile ya había cambiado, muto, se perdió, fue en un abrir y cerrar de ojos.
Ese cambio nos pasó por encima a mí y varios de mi generación, sin remedio, sin vuelta
atrás, tapizado de falsa idolatría al sistema. Mainstream de la visualidad liviana.
Autsourder movie. Obras inéditas de la invisibilidad.
PD.: Lo del “extravio de la imagen” se hace recurrente en mi actuar, quizás por que como
la vida tiene su propio afán, cada vhs en los 80´s eran como hijos desperdigados y que hoy
en más de un video de youtube, he vuelto a ver, a reconocer mi pertenencia, a revisar el
fragmento roto de la desconexión. Una periferia mítica, casi de leyenda urbana que hoy
conservo digital, como memoria de la trinchera. Esa Trinchera de la que nunca escape.

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